La vida es sueño, Calderón de la Barca

June 12, 2017 | Autor: Y. Garcia Fernandez | Categoría: Pedro Calderon De La Barca, Barroco, La vida es sueño
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Descripción

La vida es sueño, Calderón de la Barca. La producción literaria de Calderón de la Barca es uno de los hechos máximos del Barroco europeo enmarcado en el trasfondo de una vasta crisis económica en una España malherida como potencia. El dramaturgo nació en el año 1600, el segundo de cinco hermanos, de padre hidalgo, escribano en el Consejo de Hacienda del rey, lo que significaba un nivel social modesto. La abuela de Calderón dejó creada una capellanía que según era costumbre de la época, estaba destinada al segundo de los hermanos. En el testamento paterno se recogen las directrices para que se cumpla esta disposición así como la venta de su cargo, que según la costumbre de la época, era un cargo considerado como propiedad y por tanto heredable y enajenable. Siendo esta la única herencia que recibirían. El dinero conseguido con la venta del cargo sin embargo fue destinado para pagar una indemnización por un desafortunado incidente en el que se vieron envueltos su hermano y él, relacionado con una muerte. Calderón aunque se ordenaría sacerdote casi treinta años después, en ese momento en que comenzaba a publicar algunas obras, se negó a tomar la carrera sacerdotal. El año que publicase La vida es sueño en 1636, Felipe IV le concedió el hábito de la Orden de Santiago, no sin antes recibir el permiso de Urbano VIII debido al oficio manual de escribano que habían desempeñado su padre y su abuelo, que impedía el ingreso en la orden. Aparcado el sacerdocio, sus obras se convirtieron con rapidez en textos populares y con una gran acogida en los teatros para su representación. El teatro a finales del siglo XVI era el espacio público por antonomasia y en él se ofrecían representaciones fieles de una sociedad en conflicto. La vida de las ciudades había adquirido una identidad propia. La vida palaciega y la del campo. La vida militar y la civil. Temas que atraían a un público mayoritario ya fuese en las representaciones palaciegas o en los corrales. El público asistía al desarrollo de la trama consciente de los códigos y comportamientos que los regían. El teatro era el espacio donde mirar y ser visto. El público esperaba la repetición de los códigos de conducta donde se reflejaban sus vidas, el galán y el criado; la dama y la criada. Cada personaje hablaba y actuaba según su condición. Eran fácilmente reconocibles en cuanto aparecían en escena. Calderón escenificó el comportamiento social de sus coetáneos. Situó en escena los riesgos y las consecuencias de trasgredir los códigos de honor imperantes. Tres obras representativas del dramaturgo que abordaron códigos de honor distintos serían, A secreto agravio, secreta venganza, El médico de su honra, y El pintor de su deshonra. En ellas se plantean tres asesinatos a mujeres que sin consumar el adulterio, incluso una sin infidelidad alguna, son asesinadas por sus maridos dando buena cuenta de la inflexibilidad del código del honor en el siglo que nos ocupa. Las mujeres entonces se encontraban en una posicion de desigualdad tanto de hecho como de derecho. Su honor era el del marido. Los dramas calderonianos suponían montajes tan aparatosos que requería de ayudantes y ¡!hasta arquitectos¡ Toda una estética llena de ornamentos y efectos sorprendentes tan del estilo barroco. Cuando el Palacio del Buen Retiro se construyó le encargaron obras ideadas para el teatro cortesano expresamente.

Sus obras no estaban sujetas a intereses mercantiles, ya que era o la corte o el ayuntamiento quienes le encargaban los textos para su representación en la plaza mayor dos veces al año, sin reparar en medios ni gastos. El pueblo llano recibía entonces su clase de teología auspiciada por la iglesia dominante. Calderón como intelectual comprometido con la contrarreforma exponía la ideología de la iglesia militante en sus escritos. El Alcalde de Zalamea es otro ejemplo donde Calderón de la Barca desarrollaría el tema del respeto y la dignidad por encima de cualquier consideración. El personaje de Don Pedro crespo sostiene el principio por el cual todos los hombres independientemente de sus bienes materiales, linaje o posición social, tan determinantes en aquel momento, son dignos de respeto. La figura del rey perdonando la venganza de Don Pedro, es un guiño a la monarquía, enviando al pueblo llano un mensaje que les llevase a creerse protegidos por su rey en detrimento de la nobleza. En sus obras quedan puestas de manifiesto tanto las diferencias sociales de la época como el planteamiento de los grandes enigmas de la humanidad. Es un pensamiento pre-existencialista desarrollado principalmente en La vida es sueño. Tomando como ejemplo esta comedia se constata como Calderón se hace eco de las contradicciones del hombre del barroco. Compuesta en un momento de máximo auge del pensamiento filosófico del siglo XVII y en la etapa más brillante del genial dramaturgo. Describe unos personajes intensos muy del gusto del barroco. Los personajes que aparecen en escena en esta obra son unos personajes mentirosos, interesados en sus propósitos egoístas 1. Personajes con el honor 2 mancillado, dispuestos a todo por restituirlo. Matrimonios de conveniencia en pos de una ambición mayor. La figura de un gracioso, soy un gran agradador de los segismundos. Personajes de clase social humilde como la criada. El dilema entre el servicio al rey y el fin privado. De fondo la disyuntiva entre el libre albedrio y la predestinación. Asunto recurrente con el telón de fondo de la contrarreforma. Los protestantes y su relación directa con Dios frente a la voluntad omnisciente del Dios católico. La búsqueda de la realidad del hombre queda puesta de manifiesto con rotundidad en el personaje de Segismundo en La vida es sueño. Toda la problemática de la libertad humana discutida por los teólogos de la época quedará reflejada en esta obra cumbre del Siglo de Oro español. La relación entre la vida, la muerte y el sueño, que Calderón argumenta sirve de excusa para anticipar el pensamiento racionalista 3 en contra punto con el espíritu optimista del renacimiento. Así, la solución al problema existencial y a la fiabilidad de la percepción pasa por la religión como único salvavidas para el entendimiento del mundo. Lo único que cuenta ya sea sueño o vigilia son las buenas obras. Calderón de la Barca defendió el buen uso de la libertad con templanza y discreción. Una libertad que ya anhela el protagonista en el primer monólogo de la obra. 4 La figura de Clotaldo, el criado del rey, también se sumerge en la confusión del sueño y la vigilia 5. Se debate entre el deber público y el deber privado. Preocupado por su reputación hasta la neurosis,

…que sólo a una fiera toca, madre de engaño y traición, el halagar con la boca y matar con la intención. El honor es de materia tan frágil que con una acción se quiebra, o se mancha con un aire… 3 Pues quien soy yo que he advertido que existo.2ªMeditación. Meditaciones Metafísicas, René Descartes. Alianza editorial, 2005 4 …y teniendo yo más alma, mejor instinto, más albedrío, más vida, tengo menos libertad! 5 …¡Válgame el cielo! ¿qué escucho? Aún no se determinarme si tales sucesos son ilusiones o verdades. 1 2

obedece ciegamente la ley del homenaje. El criado solo vivirá para la esfera pública. 6 Su contradicción interna como ser humano refleja el principio de una modernidad que comenzaba a separar ambas esferas. En este siglo la lealtad al rey debía estar por encima de cualquier consideración, elevando a cuestión de estado cualquier situación dada. Calderón refleja de un modo magistral la posición de la nobleza y la ambición existente por hacerse igual al rey. -Descúbrete ante el príncipe Segismundo. -Es un grande, defiende el criado. -Más grande soy yo, responderá Segismundo. Sólo los grandes tenían la posibilidad de llevar sombrero en presencia del rey y Calderón con una frase contundente deja expresado la solidez del rey como mandatario último. Con la figura de Rosaura, Calderón nos muestra la problemática de las relaciones que existían en la sociedad madrileña fuera de los convencionalismos sociales. Rosaura después de mantener relaciones con Astolfo, primo de Segismundo y aspirante al trono de Polonia, había sido abandonada por este, entendiendo que una relación con ella sería una bajeza para su linaje. La vida de la mujer con el honor mancillado no valía nada 7. Una palabra de matrimonio dada debe tener la misma validez que el matrimonio consumado, parece decir Calderón. Este personaje reivindica el restablecimiento de su honor perdido a manos de Astolfo y representa un modelo a seguir para mujeres en circunstancias similares. Tenaz, luchadora, adalid de su propia causa 8. El rey nos muestra la figura de una persona debatiéndose entre el pasado del hombre con la fe puesta en los oráculos y el individuo moderno apoyado en la razón. El pensamiento barroco atenúa la confianza en las artes adivinatorias de siglos anteriores, apoyado ahora, en el sentido de duda que transpira todo el siglo XVII. La asunción de la profecía está en conflicto con el sentir cristiano del rey así como, en la necesidad de acertar con la mejor decisión que como monarca debe tomar para su sucesión 9. El dilema que se le presenta al rey esconde en último término unos intereses particulares para que, sea cual sea la decisión tomada, se magnifique su figura. Astuto por tanto y bastante lejos de una moralidad acorde con la del cargo que ostenta. En cualquier caso, toda la obra calderoniana manifiesta el desencanto y el escepticismo de una sociedad agobiada por la grave crisis económica que azotaba España. El optimismo renacentista dio paso al racionalismo, el hombre había vuelto la mirada a su interior. Las profundas contradicciones del hombre del barroco se plantean una y otra vez en sus textos. El genial dramaturgo construyó un teatro con una estructura capaz de albergar las grandes disquisiciones filosóficas y teológicas que preocupaban al hombre del barroco. Calderón de la barca no dejó nunca de escribir comedias, autos sacramentales ni dramas. Ni en el periodo en que se dejaron de representar en palacio por los sucesivos lutos de los monarcas, ni con su ordenación sacerdotal treinta años después de desestimarla. La grandeza de su obra dramática fue reconocida ampliamente por sus coetáneos, se convirtió en el autor más admirado de la corte. Su huella y su impronta quedarían indelebles en el teatro y en el imaginario colectivo de los pensadores posteriores.

¿La lealtad del rey no es antes que la vida y el honor? Pues ella viva y él falte. Yo con la venganza dejaré mi honor tan limpio… 8 Y en el acero juro mi venganza... 9 Porque el hado más esquivo, la inclinación más violenta, el planeta más impío, sólo el albedrío inclinan, no fuerzan el albedrío. Y así, vacilante y discursivo… 6 7

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