La urna electrónica como dispositivo receptor del sufragio en México

June 23, 2017 | Autor: Ariadna Rizo | Categoría: Democracia, Voto electrónico, Urnas Electrónicas
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Descripción



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La urna electrónica como dispositivo receptor del sufragio electrónico en México Ariadna Patricia Salas Rizo1

Resumen Mucho se ha hablado de la utilización de las nuevas Tecnologías de la Información, o más bien denominadas TIC dentro de la administración de justicia o la gobernanza de las instituciones propias del Estado, para el caso que nos ocupa he de referirme en específico a la utilización de la urna electrónica, como herramienta de avance y modernidad, pero sobre todo, complementariedad en la realización de procesos democráticos de votación. La ahora llamada democracia tecnológica, es una realidad en muchos países, incluso en México se han tenido algunos antecedentes sobre la utilización de herramientas electrónicas e informáticas como auxiliares en la emisión del sufragio participativo, por lo anterior, en el presente artículo se analiza, desde varias perspectivas, al voto electrónico o e-vote mediante la utilización de una urna electrónica, para concluir que es un complemento del tradicional sistema de votación (papel y marcador) y que ha demostrado ser eficaz y viable, siempre y cuando en su implementación, se cuiden una serie de aspectos que permitan lograr la viabilidad en la utilización de dichos mecanismos, puesto que en la actualidad, a esta opción electrónica, no le ha sido posible lograr una completa sustitución del sufragio tradicional. Abstract

1 Maestra en Derecho Público por la Universidad Panamericana, en Derecho Electoral por el Instituto Prisciliano Sánchez del Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Jalisco y en Democracia y Buen Gobierno por la Universidad de Salamanca, España. correo electrónico: [email protected] Cuenta de twitter: @AriadnaPSR Lineas de investigación: derecho electoral, equidad de género, sistemas democráticos.



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Much has been made of the use of new information technologies, or rather called TIC in the administration of justice or governance of the institutions of the State, for the present case I will refer specifically to the use electronic voting box as a tool of progress and modernity, but mostly complementary in achieving democratic voting processes. The now called technological democracy is a reality in many countries, including México have had some background on the use of electronic and computer tools as aids in the issuance of participatory suffrage, by the above, in this article it is analyzed from several perspectives to the e-mail vote or vote by using an electronic ballot box, in conclusion, that complements the traditional voting system (paper and marker), has proven effective, provided that in its implementation, a series nurture or factors that provide for viability in the use of these mechanisms, since at the present it has not been possible to find a replacement of traditional suffrage. Palabras clave: voto electrónico, democracia, urna electrónica. Key words: e-voting, democracy, electronic box. Sumario: I. Introducción. II. ¿Qué es el voto electrónico? III. Regulación legal del voto electrónico en México y experiencias exitosas. IV. Los principios constitucionales del sufragio democrático. V. Argumentos a favor y en contra de la utilización del voto electrónico. VI. Conclusión: requisitos básicos para la adopción de sistemas de votación electrónica. VII. Fuentes de investigación y consulta. Summary: I. Introduction. II. What is e-voting? III. Legal regulation of electronic voting in México and successful experiences. IV. The constitutional principles of the democratic suffrage. V. Arguments for the use of electronic voting. VI. Conclusion: future possibilities for inclusion and considerations to take into account. VII. Sources of research and consultation. I.

Introducción



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Referirnos hoy al término de democracia tecnológica, acotándola a América Latina y en específico a México, ya no es ajeno o extraño, por el contrario, cada día es mayor el impulso que se da al uso de las TIC en procesos democráticos, y aunque en sociedades polarizadas como la de México, existe un sesgo de desconfianza y excepticismo a dichas tendencias, es importante comprender que el avance de las TIC en todos los aspectos de la vida cotidiana y su inmersión en el campo del Derecho es contundente e impostergable; derivado de ello, han surgido diversas propuestas que apuestan a la digitalización e informatización de fenómenos de paticipación democráticos, emisión del sufragio universal y de la propia gobernanza en la Administración Pública. Una vez expuesto la inegable entrada de la democracia al mundo digital y electrónico, y como ya se ha expresado, el objetivo de este artículo se centra principalmente en analizar el uso e implementación del e-vote mediante un sistema electrónico de recepción del voto, es decir, mediante una máquina receptora de votos, por ello es dable analizar en un principio el concepto de voto electrónico, para posteriormente referir algunos casos exitosos que del mismo se han dado en México. Se hace también, una breve referencia a los sistemas de votación digital más comunmente utilizados para recepcionar el sufragio, destacando la utilización de las máquinas receptoras o también llamadas urnas electrónicas, por la pertinencia y ventajas que su uso presenta a comparación de otras opciones, pues mediante su uso, se permite cumplir cabalmente con los principios constitucionales del sufragio universal y democrático. Posteriormente se analizan los argumentos a favor y en contra de la utilización de la urna electrónica en los procesos electorales; se finaliza con una compilación de consideraciones que han expresado diversos autores, en lo que califican como necesarios para poder tener una exitosa implementación del voto electrónico mediante



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el uso de urnas en cualquier proceso electoral, además de aterrizar en una conclusión sobre las posibilidades futuras de inclusión de este mecanismo electrónico en México. II.

¿Qué es el voto electrónico?

Rodolfo Romero Flores y Julio Alejandro Téllez Valdéz, definen con un rigor conceptual al voto electrónico desde la óptica del derecho electoral, como el “conjunto de instituciones y procedimientos plasmados en disposiciones jurídico-electorales que regulan las acciones de organización, preparación, recepción de la votación, escrutinio, cómputo y transmisión de los resultados electorales sustentadas en las tecnologías de la información y comunicación, tales como la informática y la telemática”.1 Como se ve, este concepto abarca una totalidad de procesos que no solo se refieren a la emisión del voto por el ciudadano, sino actos de la propia autoridad electoral enmarcados en una legislación jurídica que además contemple el uso de medios informáticos o electrónicos para recepcionar el voto, como se expondrá más adelante, la regulación legal de dichos procesos resultan imprescindibles para un eficaz funcionamiento del voto electrónico. No todos los sistemas de votación electrónicos funcionan de igual manera, existen otras formas de emisión del voto, como: 1) el televote, televoting o voto por teléfono, en el que el elector puede usar el servicio telefónico que cuente con teclas de tonos, para elegir mediante un código previamente establecido, al candidato de su elección; además, 2) el servicio de votación mediante la tecnología de SMS (short messages system) que mediante un mensaje de texto vía celular, el ciudadano expresa el sentido de su voto; o 3) el uso del internet que permite el registro de la votación en línea y transmisión de datos online. Sin embargo para el caso que nos ocupa, el enfoque es sobre la máquina receptora de votos o urna electrónica, la cual se encuentra clasificada dentro de los distintos



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dispositivos para emitir votación, como dispositivo de sexta generación, caracterizados por ser máquinas de votación de grabación electrónica directa o urnas electrónicas que permiten al votante, mediante sectores (botones) o pantallas táctiles, emitir su sufragio,2 además graban electronicamente los votos, los contabilizan y algunos tipos de urnas inclusive imprimen el testigo de voto, lo cual permite realizar un escrutinio adicional si se dudara del resultado contabilizado por la propia máquina, elemento que brinda confiabilidad a los actores políticos y al ciudadano. III.

Regulación legal del voto electrónico en México y experiencias exitosas

La legislación federal electoral vigente no contempla la utilización de la urna electrónica u otros medios electrónicos en los comicios, sin embargo en algunos lugares de la República Mexicana ya se han implementado sistemas de sufragio electrónico con efectos vinculantes, como es el caso de Coahuila, Distrito Federal y Jalisco. Al respecto, Coahuila fue el primer Estado en utilizar urnas electrónicas en México, fue en las jornada comicial local del 25 de septiembre del 2005. En el caso de la capital, el marco normativo del Distrito Federal tuvo que ser adecuado previamente para poder utilizar urnas electrónicas en los procesos electorales con carácter vinculantes desde el año 20053, siendo hasta 2009, y despues de diversas pruebas de sociabilización y difusión de dicho proyecto, que el Instituto Electoral del Distrito Federal realizó la primera jornada comicial vinculante con urnas electrónicas. En Jalisco desde el año 2005 se contempló en su legislación realizar una prueba piloto mediante votación electrónica en la elección local de julio de 2006, misma que fue posible al Convenio de colaboración celebrado con el Instituto Electoral del Estado de Coahuila, que proporcionó 42 urnas a Jalisco para su uso en la jornada electoral de 2006, posteriormente el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco celebró elecciones ordinarias con efectos vinculantes en 2009 en el municipio



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de Tuxcueca, y extraordinarias en San Cristobal de la Barranca y Gómez Farías; en el proceso electoral del año 2012 se utilizaron 991 urnas en los distritos 01, 17, así como el municipio de Gómez Farías. En las tres entidades federativas el uso de dichos sistemas fue desarrollándose de manera gradual y paulatinamente, hasta llegar a la utilización de urnas electrónicas en elecciones vinculantes, pero no en la totalidad de los distritos electorales que integran cada uno de esos Estados, ante este hecho resulta claro que para llegar a la implementación de los sistemas receptores de votación electrónicos, se tuvo que recorrer un largo trecho entre la adecuación de los marcos legales electorales propios de los Estados, el desarrollo y aprobación por parte de los organismos públicos electorales de los programas de uso de la urna electrónica, la adquisición de urnas electrónicas propias y la realización de simulacros, pruebas pilotos y votaciones previas no vinculantes que permitieran demostrar la idoneidad, bondades y pertiencia de dichos dispositivos. Lo anterior debido a que para lograr llevar a cabo la implementación de un sistema de votación electrónico, es necesario que confluyan diversos factores, entre los que destacan como básicos, la existencia de un marco normativo que regule el uso del voto electrónico, aunque son las posturas que los actores políticos muestren sobre la aceptación de la utilización de la urna electrónica en los comicios electorales con efectos vinculantes, uno de los que repercuten e inciden en mayor medida en el éxito y aceptación, además es vital que se tenga un grado de preparación y conocimiento por parte del personal del propio organismo electoral encargado de realizar las eleccciones acerca del sistema de recepción del voto electrónico, el factor presupuestal para realizar la compra de los equipos, además del grado de aceptación a las TIC que se tenga por parte de la población. IV.

Los principios constitucionales del sufragio democrático



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Como se observa el uso de la urna electrónica, así como de otros dispositivos para recepcionar el voto, no se encuentran generalizados aún y tampoco han sido aceptados totalmente como opciones que desplacen en totalidad el uso del papel y el marcador en la votación, como se expresó antes, no existe una regulación electoral a nivel federal que contemple el uso de la urna electrónica, aunque ya se han llevado a cabo elecciones vinculantes en algunos Estados, por ello, es importante no olvidar, que estos mecanismos son hoy en día complementos que facilitan y hacen eficaz la realización de elecciones, sin embargo no deben dejarse de lado la observacia de los principios constitucionales del sufragio democrático, como la secrecía, la universalidad, la libertad, la igualdad, asi como los elementos que habilitan el acceso al voto, como la credecial para votar con fotografía y estar inscritos en un registro federal de electores, o el propio acto de acudir in situ a sufragar el día de la liturgia electoral. Por ello y después de analizar otros dispositivos digitales y electrónicos de votación, se considera que la utilización de la urna electrónica en los comicios electorales, resulta el mejor dispositivo de recepción del voto porque permiten la observancia de los principios constitucionales del voto democrático al presentar las características que se enunciarán de forma continua. V.

Argumentos a favor y en contra de la utilización de la urna electrónica

En primer lugar, la utilización de la urna electrónica permite contar con una mayor celeridad en la emisión del sufragio por parte del votante, además de que la máquina cuenta con un software que permite la visualización de los candidatos en una pantalla tactil a color, en la que basta con que el funcionario electoral le de acceso al voto al ciudadano, una vez que ha corroborado su inscripción en el registro federal de electores, para que éste último elija libremente la opción que mejor le convenga, cabe resaltar que en todo momento se cuida la secrecía del voto ya que la urna es instalada dentro de una mampara como se haría de forma tradicional al emitir el voto en papel,



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una vez que se ha emitido el voto, la máquina confirmará el sentido del voto, imprimirá el testigo de papel y lo contabilizará automáticamente. Uno de los temas que se han cuestionado es la seguridad que dichas máquinas pueden brindar a la hora de realizar la votación, puesto que son máquinas que pudieran presentar fallos en el funcionamiento del software o que puedieran ser alteradas o hackeadas por personas ajenas a la organización y dasarrollo de los comicios, sin embargo es dable referir que dichos sistemas cuentan con códigos y tarjetas de seguridad que permiten mediante comandos proteger la información que el propio software genera a momento de la elección; además debe recordarse que habrá certeza en los resultados porque además del cómputo automático que realiza la urna electrónica, cada vez que un elector emite un sufragio, se imprime un testigo de voto de papel, por lo tanto al momento de cerrar la elección, una vez hecho el escrutinio y cómputo instantaneo por la propia urna electrónica, los representates de los partidos o los observadores debidamente acreditados, podrán realizar el escrutionio y cómputo de manera manual, cerciorándose de que la acta impresa por la urna electrónica con los resultados, sea concordante con el conteo manual. En caso de que la urna fallara y por cuestiones de fuerza mayor no pudiera recepcionar el voto electronicamente, la autoridad electoral deberá contar con material electoral tradicional para recepcionar el voto; esto brinda confiabilidad sobre el uso de la urna electrónica y brinda certeza en los resultados, por supuesto, confianza en las instituciones y procedimientos electorales. Como se ve, el uso de las urnas electrónicas, podría general un ahorro económico y ventajas ecológicas considerables en la celebración de elecciones democráticas, ya que estos dispositivos pueden ser utilizados en varias elecciones y el ahorro también se vería reflejado en la reducción del material electoral utilizado, como la compra de impresiones de las boletas, mismas que son material que se destruye a la conclusión de los procesos electorales.



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Ante todas las ventajas que ofrece el sistema electrónico, ¿Por qué el e-vote mediante urna electrónica no ha sido implementado de una forma generalizada en los procesos electorales con carácter vinculante en México? es necesario referirnos al contexto político-democrático en el que se ha vivido, recordemos que la joven democracia en que México ha vivido, ha sido resultado de la evolución de un sistema de partidos políticos con un orígenes de un partido hegemónico, esto provocó que las primeras elecciones fueran manipuladas por el propio partido en el poder, posteriormente ante la necesidad de tener árbitros imparciales se crearon instituciones electorales, que fueron vistas con desconfianza, hasta que con el acontecer de los años y con la profesionalización electoral ganaran la confianza de la ciudadanía sobre su actuar. Por ello ha subsistido el debate sobre la utilización de dispositivos de recepción del voto electrónico, la democracia mexicana, nace de una búsqueda constante de legitimación de las instituciones, quienes en un principio organizaban las elecciones no contaban con la autonomía o la independencia que permitiera creer en la imparcialidad de la celebración de los comicios, pues desde antes de su surgimiento, los procesos electorales estuvieron viciados por las autoridades en el poder, posteriormente mediante una reforma constitucional se creó un organismo electoral con autonomía en su patrimonio y funcionamiento, el Instituto Federal Electoral, que de la mano de un Tribunal Electoral especializado diera credibilidad, legitimidad y confianza en la organización de elecciones e impartición de justicia. Desde el año 1990 el IFE, ahora INE, ha ido dando la tan ansiada credibilidad al sistema electoral mexicano. VI.

Conclusión: requisitos básicos para la adopción de sistemas de votación electrónicos.

Se vislumbra camino por recorrer para dotar de garantías técnicas y jurídicas el voto electrónico telemático; hoy por hoy, se da un hecho ineludible: la utilización del rastro de papel está siendo obsoleto. Por ello, no parece lejana la posibilidad de continuar con el impulso en la utilización de las TIC en los procesos electorales, más aún en la



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utilización de dispositivos electrónicos de recepción del voto como la urna electrónica, aunque existe aún una fuerte resistencia por parte de los partidos políticos principalmente a la utilización de este mecanismo, la población muestra un visible apoyo en el uso de estas tecnologías, un ejemplo de ello es la evaluación positiva que se tuvo del uso de la urna electrónica con efectos vinculantes en el Estado de Jalisco, en la que en una encuesta realizada por el Instituto de Mercadotecnia y Opinión a solicitud del Instituto Electroral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco, al 95% de la totalidad de los encuestados les gustaría que en un futuro las elecciones fueran con urna electrónica, al 2% le da igual y al 3% no le gustaría, encuestas levantadas antes y durante la jornada electoral de los procesos de 2012.4 Las tres experiencias citadas5 son muestra de la sinergia en el desarrollo de la democracia digital la cual no parece detenerse, y ante ello es necesario tener presente la necesidad de empreder las siguientes acciones y cuidar cuestiones técnicas, legales y sociales que permitirán a futuro la adopción exitosa de sistemas de votación electrónicas en el sistema electoral mexicano: 1. El primer paso y quizá el más complejo, es contar con el consenso entre los partidos políticos, pues es la voluntad política la que tarda en verse presente; 2. La existencia de una legislación que contemple el uso de los dispositivos electrónicos en mención, asimismo que establezca los delitos informáticos suceptibles de acontecer en la utilización de estas nuevas tecnologías; 3. Previo a la contratación de la empresa que se encargará de la fabricación de los dispositivos de recepción de votación, deberá realizarse una convocatoria transparente que permita a la autoridad electoral dar confianza y claridad en su rendición de cuentas a la ciudadanía; 4. Es preferible optar por la gradualidad en la implementación del voto electrónico, es decir, realizar elecciones sólo en algunos distritos electorales de las entidades federativas, y posteriormente acrecentar el número de distritos hasta llegar a cubrir la totalidad de la geografía electoral de cada Estado, esto permitirá tomar



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experiencia en la realización de elecciones con los dispositivos electrónicos y dará confianza y tiempo a la población para conocer sobre el uso y la conveniencia de los mismos; 5. La difusión pública de qué es, cómo funciona y cuáles son las ventajas de la urna electrónica es muy importante, ya que permitirá convencer a ciudadanos y partidos políticos sobre las bondades de estos sistemas; 6. Incorporar siempre en el dispositivo de votación electrónico un testigo de voto de papel, que permita verificar al votante el sentido del sufragio, y además sea un segundo elemento de seguridad para los representantes de partidos políticos y autoridades electorales al momento de realizar el escrutinio en el caso de existir inconformidades en la jornada electoral; 7. La autoridad electoral deberá contar siempre con personal capacitado que brinde soporte técnico durante la jornada electoral, con su respectivo plan de contingencia para resolver cualquier imprevisto generado con el uso de las urnas electrónicas, pues el voto electrónico, al introducirlo en gran escala en los comicios, requiere de una readaptación profesional y desarrollo de ciertas competencias técnicas de los funcionarios electorales.6 El sistema electoral constituye una pieza clave del funcionamiento democrático y la utilización del voto electrónico en cualquier proceso electoral podría cambiar la naturaleza del preceso electoral, la naturaleza del sufragio y por ende, la naturaleza del funcionamiento democrático7, por ello el legislador, los actores políticos y la sociedad en conjunto debe comprender la importancia de la utilización de las nuevas tecnologías, la utilidad, los costes, la necesidad y los riesgos que de ellas emanen, por ello previo a su juridificación debe existir un consenso sobre todos los aspectos antes descritos, pues como atinadamente expresó Norbert Wiener en su obra Cibernética y sociedad8: “Las máquinas, como tales, no ponen en peligro a la sociedad; el peligro se debe, más bien al uso que el hombre le da a las máquinas”. VII.

Fuentes de investigación y consulta



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Cotino Hueso, Lorenzo. Democracia, participación y voto a través de las nuevas tecnologías. Granada, España, Comares, 2007. Loza, Nicolás. Voto electrónico y democracia directa: los nuevos rostros de la política en América Latina. D.F., México, FLACSO, 2011. Díaz Ortíz, Ángel Rafael. La modernización en las elecciones del distrito federal 2009: la urna electrónica. En Sufragio, revista especializada en Derecho Electoral, Guadalajara, México, TRIEJAL, 2010. Figueroa Padilla, José Tomás. Votación electrónica en Jalisco. Experiencia de innovación y consolidación tecnológica. En Nuevas Avenidas de la Democracia, de Alfonso Ayala Sánchez, D.F., México, UNAM, 2014. Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco y PNUD. Tecnología y Participación Ciudadana en la Construcción Democrática. Guadalajara, México, IEPC Jalisco, 2011. Romero Flores, Rodolfo, y Julio Alejandro Téllez Valdés. Voto Electrónico, Derecho y otras Implicaciones. Vols. Serie Doctrina Jurídica, Núm.550. D.F., México: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2010. www.iedf.org.mx www.iepcc.org.mx www.iepcjalisco.org.mx ww.textosdigitales.com.ar 1 Romero Flores, R., & Téllez Valdés, J. A. Voto Electrónico, Derecho y otras Implicaciones, Vols. Serie Doctrina Jurídica, Núm.550, D.F., México, 2010, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, página 8. 2 Para abundar en este tema véase el capítulo segundo: Implicaciones de carácter informático en el diseño de un subsistema de votación electrónica de Romero Flores, R., & Téllez Valdés, J. A. Voto Electrónico, Derecho y otras Implicaciones, Vols. Serie Doctrina Jurídica, Núm.550. D.F., México, 2010: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, página 30. 3 Díaz Ortíz, Ángel Rafael. La modernización en las elecciones del distrito federal 2009: la urna electrónica, Sufragio, revista especializada en Derecho Electoral,TRIEJAL, 2010, página 88-95. 4 Figueroa Padilla, José Tomás, Votación electrónica en Jalisco. Experiencia de innovación y consolidación tecnológica, en Nuevas Avenidas de la Democracia, de Alfonso Ayala Sánchez, 644. Distrito Federal, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2014 página 535. 5 Coahuila, Distrito Federal y Jalisco.



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6 Romero Flores, R., & Téllez Valdés, J. A. Voto Electrónico, Derecho y otras Implicaciones, Vols. Serie Doctrina Jurídica, Núm.550, D.F., México, 2010: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, página 77. 7 Fernández Rivera Rosa Ma., ¿Por qué no existe apenas legislación en materia de voto electrónico electoral? El último guiño del ordenamiento jurídico frances en materia de voto electrónico, en Democracia, participación y voto a través de las nuevas tecnologías. Granada, España, Comares, 2007, página 383. 8 Véase Wiener Norbert, Cibernética y sociedad, disponible en electrónico en: http://www.textosdigitales1.com.ar/CS/CICLO_BASICO/2.008__Epistemologia_de_la_Comunicacion/Wiener_-_Cibernetica_y_Sociedad.pdf consultado el 7 de noviembre de 2014.

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