La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). ¿Un modelo con identidad propia?

Share Embed


Descripción

La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). ¿Un modelo con identidad propia? Eje temático: Teórico-conceptual. Analizar críticamente las líneas teóricas y paradigmas de inserción e integración regional en el sistema y orden internacional contemporáneo. Autor: Juan Cruz Tisera.

Resumen. El artículo 2 del tratado constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR1) señala como objetivo primario la necesidad de “construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados”. En este sentido se busca la construcción de una identidad y ciudadanía propia, es decir, una identidad suramericana capaz de generar un espacio regional integrado en lo político, económico, social, cultural, ambiental, energético y de infraestructura, para contribuir al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe. En un breve periodo de tiempo la UNASUR ha logrado un significativo protagonismo regional, constituyéndose como un interlocutor válido para los bloques tradicionales del actual sistema internacional. A partir del interrogante propuesto en el titulo de este ensayo surgen otros que guardan relación ¿Es la UNASUR un nuevo modelo de integración que pretende suplantar a otros que han entrado en decadencia?, para nuestra región ¿Cuál será la relación entre MERCOSUR y UNASUR?, y por último ¿Busca la UNASUR constituirse como un arquetipo de integración regional de la Unión Europea o pretende la generación de una identidad propia, más afín a una cultura latinoamericana? En un ensayo quizás sea difícil responder de manera contundente a estos interrogantes, buscaremos generar un recorrido que nos permita señalar el origen de este proceso de integración; su constitución; y como opera en la resolución de crisis institucionales. La búsqueda consistirá en la configuración de un marco de referencia que nos permita visualizar el futuro de la integración regional en nuestra región. Palabras claves: UNASUR-INTEGRACION REGIONAL-INTEGRALIDAD.

1

Reúne a la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guyana, Ecuador, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

1

Introducción. “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino.” Simón Bolívar.

La metodología de trabajo propuesta en este ensayo se establece en relación al campo de las Relaciones Internacionales, en particular se pretende construir una síntesis que considera a la integración como un proceso, una estructura y una coyuntura que se presenta como un desafío para nuestra región, generando motivaciones y demandas que generan en nuestra disciplina trabajos que intenten esclarecer una compleja realidad internacional. “Cuando de procesos sociales se trata, cada acontecimiento es único e irrepetible. Más allá de sus puntos en común, de sus similitudes o de la manifiesta intención por calcar experiencias pasadas, lo ya acontecido puede adquirir nuevas formas, probablemente afines, más nunca idénticas”(COMINI y BONTEMPO, 2014:14). Cuando hacemos referencia a los diversos proyectos de integración en nuestra región debemos comprender que estos al igual que los desarrollados en las diversas partes del mundo, nacen, se desarrollan y se transforman sobre coyunturas específicas en la que participan diversas visiones, distintas miradas de la realidad, y perspectivas desarrolladas por los diferentes actores que participan en el juego internacional. ¿Por qué?, ¿Para qué?, y ¿Cómo Integrar? Son interrogantes que se plantean los Estados a la hora de plantear procesos de integración. “La integración es a la vez una bandera, un símbolo, una realidad con un pasado, unos fundamentos y unos desafíos y posibilidades actuales. El clima de crisis global que vivimos está afectándonos a todos y, particularmente en estos días, al continente europeo con la problemática griega. Se trata ni más ni menos que de la integración. En suma un espejo preocupante” (SEITZ, 2010). La realidad internacional, su dinámica y sus mecanismos de crisis y cambios demandan a las Relaciones Internacionales de Latinoamérica la necesidad de construir y proyectar procesos regionales de integración con una identidad regional propia. En este sentido se destaca a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) como un proceso que pretende instalar, reforzar una identidad regional. La primera parte de nuestro trabajo se centrara en la definición de conceptos, herramientas que nos permitan una primera aproximación al interrogante planteado en su título. Una caracterización del escenario internacional, una mirada situada en los objetivos de nuestra región y en la idea de “integralidad”. Holsti (1995:150) señala las características peculiares que posee nuestra región, en este sentido la definió como un sistema internacional único, con características que convierten a nuestra región en una zona de paz anómala. Pensado de esta forma es que la integración se determina como un proceso que pretende constituirse a partir de un marco identitario, y las características señaladas por Holsti permitirían constituir las bases de sus raíces. Varios autores se han referido a estas características, Kacowicz, propone pensar a la región como una “Sociedad Internacional”, al igual que lo expuesto por Hedley Bull, sosteniendo que la misma “existe cuando un grupo de Estados, 2

consientes de determinados intereses y valores comunes, forman una sociedad en el sentido de que se conciben a sí mismos como sujetos a un conjunto de normas en su relación con los otros, y participan en el funcionamiento de las instituciones comunes” (1977). De esta manera la Sociedad Internacional presupone al Sistema Internacional, y la misma esta históricamente fundada sobre una cultura, una civilización, y una identidad común. Si pensamos en estos términos, la Sociedad Internacional tiene cuatro objetivos universales de vida: la preservación del sistema y la sociedad en sí mismo; el mantenimiento y la independencia de la soberanía de los Estados (sobre todo la externa); el mantenimiento de la paz como ausencia de guerra entre los Estados; y por último, la estabilidad de las estructuras que posibilitan cumplir la palabra y los contratos, limitando de este modo la violencia. A partir de aquí se proyecta una conciencia en la que se señala: “América Latina en general, y los estados hispanoamericanos de América del Sur en particular, han buscado siempre construirse sobre una estructura de cooperación política basada en su patrimonio histórico, cultural e institucional común” (KACOWICZ, 2000:148). Por su parte, Paradiso y Luna Pont (2003:36-37), señalan otras características de nuestra región: La primera señala, la “condición americana” que se determina a partir de rasgos comunes y compartidos (religión, lengua, experiencia histórica, entre otros); la segunda se determina a partir de la coexistencia de nuestra región con el poder hegemónico, los Estados Unidos; por último, el status periférico que refleja un modo particular de insertarse en la corriente de la historia mundial. La Integración regional es entendida por Ernst Haas como “el proceso por el cual los actores políticos de diferentes entornos nacionales son llevados a trasladar sus lealtades, expectativas y actividades políticas hacia un nuevo centro, cuyas instituciones poseen o exigen la jurisdicción sobre los estados nacionales preexistentes” (1968:5). El punto de partida que proponemos en este trabajo se constituye a partir de las propuestas de Seitz quien sostiene a la integración “como el proceso por el cual unidades políticas diferenciadas van organizando estructuras comunes y unificadas de decisión dentro de una idea de política exterior más amplia que una mera política burocrática, a modo de resultante de un vector dinámico de fuerzas que operan en los contextos interno, regional y global. Así, esta construcción de estructuras comunes entre los países sudamericanos, no es solamente lo que aparece como tal sino que expresa una dialéctica abierta previa y posterior entre los factores internos y externos a nuestros países” (2013:103). Esta definición nos permite identificar dos conceptos fundaméntales a la hora de comprehender la integración, por un lado, la idea de política exterior (fuerza y presiones) y, por el otro, el concepto de unidad política diferenciada (comunidad humana). A partir de estas definiciones se pretende lograr conceptos amplios y flexibles, tendiendo un puente que abarque todas las disciplinas de las ciencias sociales. La dinámica de integración consiste en tres partes: (SEITZ, 2011:4-6)  Integración como proceso histórico de largo plazo, en los que se distinguen tres fenómenos recurrentes y que se entrelazan: en primer lugar la propuesta Hispanoamericana de integración (defensa iberoamericana); segundo, una propuesta Panamericana de integración (interacción cooperativa contra EE.UU); en tercer lugar, la

3

propuesta Latinoamericana de integración (cooperación económica y comercial).  Integración como proceso de mediano plazo, la ampliación financiera que permita saldar el déficit de la región no ha sido alcanzada aún. El MERCOSUR es una de las propuestas actuales, visualizándose como un desafío en esta crisis.  Como profundizar la integración, a lo largo de nuestra historia se han dado distintos procesos de integración que incluyen desde lo subregional (Pacto Andino, MERCOSUR), hasta la profundización de procesos de integración más abarcativos como el caso de la UNASUR. Las tendencias de integración continúan desarrollándose y entrelazándose en un sistema internacional en crisis, las propuestas de integración nos permitirán coordinar políticas en común para disminuir los efectos de la incertidumbre internacional. La conformación de los diversos procesos de integración regional, y en nuestro caso en particular UNASUR, debe ser entendido dentro de las dinámicas de poder. Por ello hemos decidido rescatar la noción de “integralidad”2 propuesta por la doctora Seitz, y definirla como una forma de evaluar las cuestiones políticoidentitaria desde las unidades más pequeñas a las más amplias con el fin de generar posibilidades y mecanismos de cambios conformando procesos de integración constitutivos de un todo regional. ¿Por qué hemos decidido tomar como consideración al concepto de integralidad?, porque el mismo implica como idea “lo global o total”, y de la misma manera, “dicho de cada una de las partes de un todo” (DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, 2001:1288). La Integración como proceso histórico. “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre si y con todo el mundo… Que bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos.” Simón Bolívar. “Se constituya una forma de gobierno general, que de toda América unida en identidad de causas, intereses y objeto, constituya una sola nación.” San Martín.

Entender a la integración como un proceso nos conduce a realizar un raconto histórico, la búsqueda de un camino nos debe conducir al análisis de los acontecimientos y de los fenómenos. Por ello creemos necesario llevar a cabo un examen de las diferentes propuestas de integración latinoamericana, estas se nos presentan como síntesis en la conducta exterior de la región, y se enmarcan desde los procesos de independencia hasta el presente. No son otra cosa que la búsqueda por encontrar una unidad, una sola región que le permita lograr aumentar su posición relativa en el contexto internacional. 2

Desde esta perspectiva, Seitz define a la integralidad como la forma de evaluar las cuestiones político-ambientales desde las unidades más pequeñas a las mayores en el complejo sentido de lo que llamamos biodiversidad intra e inter especies y ecosistemas constitutivos del todo regionales. (SEITZ, 2012a).

4

Según la clasificación de las diferentes propuestas de integración latinoamericana destacaremos la clasificación que hace Seitz (1983): En primer lugar; la propuesta hispanoamericana de integración; en segundo término, la propuesta panamericana de integración; y por último, la propuesta latinoamericana de integración. El anhelo de unidad ha formado parte de nuestra historia, nuestros padres fundadores pregonaron por nuestra unidad. Así se constituyo la propuesta hispanoamericana de integración, como producto de una reacción en conjunto ante cualquier amenaza externa. Proyectos como los establecidos por Bolívar o San Martin eran todavía demasiado ambiciosos, sin embargo, nos podemos remontar como los primeros procesos de integración a partir de los congresos interestatales. En 1826, el de Panamá fue el primero; más tarde se celebraría el Tratado de la Liga y Confederación Perpetua; en 1847, en Lima; 1856, Santiago; y, 1864, Lima nuevamente. Estos congresos fueron una respuesta a la expansión norteamericana en la región. De estos congresos surgieron diversos tratados entre los que destacamos:  Tratado de Confederación, que estableció el reconocimiento de la soberanía y la integridad territorial (Perú, Bolivia, Chile, Nueva Granada y Ecuador).  Tratado Continental, en el que se suscriben dos convenios: el primero de ellos fue, la Unión y Alianza Defensiva, que estableció una defensa colectiva ante amenazas externas. En esos momentos estaba el régimen francés en México. El segundo convenio se denomino Mantenimiento de la Paz, donde se constituyeron diversos medios para resolver controversias de manera pacífica. “Si bien ninguno de los tratados mencionados fue ratificado, aquello no les resta importancia. Más aún, ha de destacarse el valor simbólico que aportaron al imaginario que viene guiando las relaciones internacionales de la región y forma parte de su cultura política compartida” (GUZZETTI, 2012:13). En definitiva la búsqueda de un modelo de integración con una identidad propia, Sudamericana. La propuesta panamericana de integración, se establece en relación a un nuevo rol de los Estados Unidos, se produce una interacción en términos cooperativos y conflictivos “a partir de una percepción antagónica del concepto de no-intervención” (SEITZ, 2010:3). Los EE.UU. comienzan el juego de influencia en nuestra región, comenzando a pensarse en términos de su destino manifiesto, otorgándole el fundamento de padre sobre los Estados atrasados de las Américas. La Doctrina Monroe constituyo el primer momento de esta nueva propuesta de integración, donde se planteo que cualquier intento de una potencia extranjera (europea) que interviniese en la región, sería visto por Estados Unidos como un peligro para su propia paz y seguridad, por las que se vería obligado a intervenir. De esta manera se determinaba que, “Tratándose de gobiernos que han declarado su independencia y la han conservado, y cuya independencia nosotros, con cuidadosa consideración y basándose en justos principios, hemos reconocido, ninguna intervención de cualquier potencia europea con el propósito de oprimirlos o de 5

controlar su destino en otra forma, podría ser interpretada por nosotros más que como la manifestación de una actitud hostil hacia los Estados Unidos” (DONOVAN, en SEITZ, 1983:15). En esta misma senda fueron realizadas la Doctrina Polk, que disponía el rechazo de cualquier intervención diplomática por parte de los países de Europa; continuando con estas lógicas tenemos a la Doctrina Grant, sobre la no transferencia de la soberanía; y por último “el Corolario Roosevelt que le otorgaba la potestad de actuar como potencia policíaca internacional de ser necesario para la seguridad hemisférica” (GUZZETTI, 2012:15). Sostuvimos que esta propuesta se estableció en una interacción entre cooperación-conflicto, esto se debió al principio de no intervención que propuso el panamericanismo. Según Seitz se trata de la dicotomía entre la acción unilateral y aquella multilateral, y entre lo discriminatorio hegemónico y lo igualitario. ¿Por qué hablamos de una relación conflictiva a la vez que cooperativa? La respuesta concreta se observa en la doble moral de los EE.UU., por un lado estableció mecanismo para rechazar cualquier intervención extranjera en la región, por el otro, se embarco en empresas colonialistas: en 1898 ocupo Puerto Rico; entre 1898 y 1902 Cuba; en 1905 Republica Dominicana; entre otros. Esta segunda propuesta de integración presento aspectos positivos, más allá de la discusión en torno al rol de los Estados Unidos y las diferencias en torno al principio de no intervención. Desde el aspecto de la cooperación el principal aporte se desarrollo en relación a una consolidación del sistema de seguridad colectivo; desde los aspectos económicos comenzó a desarrollarse la idea estadounidense para crear una zona de libre comercio, fomentando la inversión extranjera directa y la disminución de la participación estatal; por último, el contexto internacional fue variando a partir del rol protagónico de los EE.UU. Desde Latinoamérica, el cambio de las prácticas imperialistas estadounidenses, por una política de buena vecindad constituyo un giro en la mayoría de los países de la región. Prueba de ello fue la conferencia de Chapultepec en 1945, convocada por México con la finalidad de reorganizar las relaciones interamericanas y adecuarlas al nuevo orden pos Segunda Guerra Mundial. Como producto de esta conferencia se sentaron las bases para que en Rio de Janeiro en 1947, se firmara el Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) como un pacto de defensa mutua interamericano y en Bogotá en 1948, dio origen a la Organización de Estados Americanos (OEA), sentándose las bases de la institucionalización. El contexto internacional al finalizar la segunda guerra determino los procesos de integración de esta segunda etapa. Paradiso y Luna Pont, sostienen que “el sistema interamericano quedó atrapado entre las redes de la Guerra Fría y sus resonancias ideológicas. Ella enterró todo resto de buena vecindad e inauguró una nueva etapa de la cohabitación en la que la gran potencia mostraría lo poco que le importaban los derechos de autodeterminación cuando estos interferían, o parecían hacerlo, en sus estrategias globales” (2003:57). El fin de la Guerra Fría derivo para la región en el Consenso de Washington, y con ello las propuestas del neoliberalismo enmarcadas sobre las bases del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y sus intentos por expandirse en toda la región. 6

La Propuesta Latinoamericana de integración supone el tercer proceso que conforma nuestro análisis. En términos generales esta se presento con una voluntad por coordinar la conducta económica, el interés por expandir la autonomía de la región, y por sobre todo, con el objetivo central de constituir un proceso político integrador. Esto no es otra cosa que la búsqueda continúa por incrementar el margen de maniobra3 a partir de una integración sin la presencia de los Estados Unidos. Según Seitz “la crisis y el cambio son la normalidad esperable en función de la dualidad social latinoamericana” (2008:4). La propuesta consistirá en el margen de maniobra que posean los Estados, para nosotros representan una oportunidad clave los procesos de integración política. Una integración de este tipo supone aumentar el margen de maniobra, pero esto sólo será posible en la medida que se supere la condición de Estado anómico que sufren los países latinoamericanos. El margen de maniobra adquirido por la región en esta tercera propuesta de integración se conformo como un cumulo de las experiencias de las propuestas hispanoamericanas y panamericanas, determinando procesos de integración más amplios. En este sentido es conveniente destacar la producción teórica de la región a partir de una mirada situada desde nuestra propia realidad. Los trabajos propuestos desde la Comisión Económica para America Latina y el Caribe (CEPAL), se centraron sobre los procesos de integración regional, sobre todo a partir, de la teoría del desarrollo donde se determinó que “el núcleo del problema radicaba en las relaciones asimétricas entre el centro y la periferia, y el deterioro de los términos de intercambio. Raúl Prebisch argumentaba que ante semejante escenario la única solución posible sería la promoción de la industrialización por sustitución de importaciones, y la ampliación del comercio intrazona a partir de la constitución de un Mercado Común Latinoamericano” (GUZZETTI, 2012:19). Con la aparición de la teoría de la dependencia se traslado la discusión a los malestares que generaba el sistema capitalista internacional, constituyéndose en las causas de las desigualdades de la región. La CEPAL desarrollo diversas “estrategias de agregación de poder” (LAREDO, 1991:3-25) con el objetivo de lograr un mayor margen de maniobra en el contexto internacional. El desarrollo teórico en la región impulso un movimiento continuo de proyectos de integración: La Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) creada en 1960; luego reemplazada por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) en 1980; en 1969 se creó la Comunidad Andina (CAN) como proceso de integración sudamericano e hispanoamericano; más acá en el tiempo comenzaron los primeros acuerdos que originaron el Mercado Común del Sur en 1991, constituyendo la implementación de la carta democrática como uno de los mecanismos transcendentales; y la Unión de Naciones Sudamericanas en 2008 con el objetivo de construir una identidad y ciudadanía sudamericana. El proceso de integración en la región a tenido idas y venidos, encuentro y desencuentro por ello 3

Seitz sostiene que nos encontramos en lo que se denomina el Realismo del cálculo del margen de maniobra, el mismo supone un criterio básico para la toma de decisiones. Éste cálculo es resultado de tres elementos: el primero resulta de los elementos estructurales; el segundo consiste en lo coyuntural; y, el tercer elemento lo determinan las percepciones de aquellos que toman las decisiones. Visto de esta forma esto implica un planteo estatocéntrico, a través de la relación costobeneficio que supone un cálculo de maniobra en una sociedad internacional anárquica. (SEITZ, 2011:12).

7

es entendible “que a lo largo de las últimas décadas la idea de integración regional imperante en América Latina acuse niveles y estadios diversos que tienen su correlato con la percepción de la realidad por parte de los gobiernos en ejercicio de la región, con la madurez política de los grupos dirigentes para plantearse y resolver los problemas más acuciantes derivados de ella, y con la capacidad política para implementar las acciones conducentes a revertir las tendencias negativas prevalecientes” (LAREDO, 1991:5).

La Unión de Naciones Suramericanas: Integralidad Suramericana. “Por vez primera en la historia de Sudamérica, Los países de nuestra región están decidiendo cómo solucionar nuestros problemas, sin la presencia de Estados Unidos”. Evo Morales.

“Por vez primera en medio milenio, Sudamérica está empezando a tomar las riendas de su destino. Ya se habían producido algunos intentos, pero fueron aplastados por una fuerza externa, en tantos y tan conocidos casos que no es necesario volver sobre ellos. Pero ahora hay unos alejamientos significativos de una larga y vergonzosa historia” (CHOMSKY, 2010:146). La cumbre de UNASUR celebrada en 2008 en Santiago como consecuencia de los sucesos de Pando en Bolivia y las catástrofes naturales en Haití y Chile representaron un importante símbolo del fortalecimiento de la región, aun cuando todavía este organismo no tenia los al menos nueve Congresos Nacionales necesarios por el propio Tratado Constitutivo para su entrada en vigencia. Desde sus inicios este proceso de integración se constituyo en torno a una iniciativa política de Brasil, creemos que su punto inicial se estableció en relación a evitar el quiebre ideológico en la región entre aquellos países cercanos a políticas económicas neoliberales y los Estados que en 2004 crearon la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Tampoco debemos obviar el rol protagónico de potencia regional con pretensiones de alcance global que viene constituyendo Brasil. Sin embargo, el mayor objetivo que se propone este nuevo bloque, es la constitución de una identidad regional sudamericana. “Con la recuperación gradual de la democracia en Sudamérica, en la década del 80 del siglo pasado, los vínculos entre los Estados comenzaron a sustentarse en las ideas de cooperación y solidaridad que resultan básicos para los proyectos políticos de los países que aspiran a constituir y consolidar bloques regionales viables” (MENDOZA, en COMINI y BONTEMPO (comp.), 2014:60). El germen actual de nuestra integración lo situamos en 1985 con la firma de la Declaración de Iguazú, entre Argentina y Brasil. Desde entonces se ha mantenido viva una dirección en relación a la profundización de los diversos procesos de integración regional. Otro hecho fundacional nos lleva a 1993 y la iniciativa de Brasil por crear el Área de Libre Comercio de América del Sur (ALCSA), de hecho un año después los ministros de economía del MERCOSUR brindaron el apoyo sobre la liberación comercial en Sudamérica, constituyendo en 1998 un Acuerdo Marco para la conformación de una zona de libre comercio entre el MERCOSUR y la CAN.

8

Estos acontecimientos forman parte del proceso de integración, pero debemos marcar como el acontecimiento directo en la conformación de UNASUR, al año 2000, específicamente en Brasilia. En el ámbito de las Cumbres de Presidentes de América del Sur, y por iniciativa de Fernando Enrique Cardoso, los jefes de Estados de Argentina, Bolivia, Chile Ecuador, Guyana, Colombia, Venezuela, Perú, Paraguay, Surinam y Uruguay; se expreso en su comunicado final el propósito por fortalecer la solidaridad y la cooperación sobre de cinco pilares: democracia, comercio, infraestructura, combate al narcotráfico y desarrollo tecnológico. El primer paso llevado a cabo se estableció en la conformación de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de América del Sur (IIRSA), cuyo objetivo además de fortalecer la integración regional se estableció en la planificación y el desarrollo de proyectos que permitan mejorar la infraestructura en materia de transporte, energía y telecomunicaciones. El punto a destacar es que la misma surgió en medio de la disyuntiva hemisférica y sudamericana ¿ALCA o Mercosur?4 En el marco de la II Cumbre de Presidentes Sudamericanos realizada en Ecuador en el año 2002, se busco generar un espacio común sudamericano. De esta manera se estableció el Consenso de Guayaquil sentando las bases para trabajar sobre la integración, seguridad, e infraestructura para el desarrollo expuesto en la IIRSA. En esta misma cumbre se firmaron la Declaración sobre la constitución de la Zona de Paz Sudamericana, y la Declaración sobre la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible. Dos años después, pero esta vez en Cusco y en el marco de la III Cumbre de Presidentes Sudamericanos se creó la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN). Donde se propuso impulsar la integración a partir de una serie de medidas:5  la concertación y coordinación política y diplomática que afirme a la región como un factor diferenciado y dinámico en sus relaciones externas.  la profundización de la convergencia entre Mercosur, la Comunidad Andina y Chile a través del perfeccionamiento de la zona de libre comercio.  la integración física, energética y de comunicaciones en Sudamérica sobre la base de la profundización de las experiencias bilaterales, regionales y subregionales existentes, con la consideración de mecanismos financieros innovadores y las propuestas sectoriales en curso que permitan una mejor realización de inversiones en infraestructura física para la región. 

la armonización de políticas que promuevan el desarrollo rural y agroalimentario;



la transferencia de tecnología y de cooperación horizontal en todos los ámbitos de la ciencia, educación y cultura.

4

Para ampliar sobre el desarrollo y la conformación de IIRSA ver: SEITZ, Ana Emerica (2012) Hacia una visión situada de la crisis global proyectada en la integración regional. Red de Política Científica; DAHRENDORF, Ralf (2005) En busca de un nuevo orden. Bs. As. Paidós; LAGOS, Ricardo (2008) América Latina “¿Integración o fragmentación?” Bs. As. Ed. Edhasa. 5 Declaración de Cusco sobre la Comunidad Sudamericana de Naciones - III Cumbre Presidencial Sudamericana, 2004.

9



la creciente interacción entre las empresas y la sociedad civil en la dinámica de integración de este espacio sudamericano, teniendo en cuenta la responsabilidad social empresarial.

En diciembre de 2006, se firmo la Declaración de Cochabamba, donde se planteo un modelo de integración para el siglo XXI: “Este nuevo modelo de integración comprende el ámbito comercial y una articulación económica y productiva más amplia, así como nuevas formas de cooperación política, social y cultural, tanto públicas y privadas, como de otras formas de organización de la sociedad civil. Se trata de una integración innovadora que incluya todos los logros y lo avanzado por los procesos del MERCOSUR y la CAN, así como la experiencia de Chile, Guyana y Surinam, yendo más allá de la convergencia de los mismos. El objetivo último de este proceso de integración es y será favorecer un desarrollo más equitativo, armónico e integral de América del Sur”6. La importancia de esta declaración se determino a partir de la necesidad de superar las asimetrías; contribuir a la integración energética, dialogar sobre el fenómeno migratorio en la región; la conformación de una identidad propia que permita constituir una ciudadanía sudamericana; entre otros puntos. En abril de 2007, la reunión fue en Venezuela donde se creó la I Cumbre Energética, estableciéndose el Consejo Energético Sudamericano. Su propósito se centró en acciones que posibilitaran el desarrollo, la integración y el abastecimiento para la región. Sin embargo, el principal acontecimiento de esta reunión fue el cambio de nombre del bloque por el definitivo Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), acordando a Quito como la sede de la secretaría permanente. Durante el proceso de conformación de UNASUR se pudieron observar los diversos puntos de vista sobre el modelo de integración regional que deberían adoptar, entre estos destacamos: en primer lugar, nos encontramos con aquellos países que querían un MERCOSUR y la CAN ampliados enfrentados a aquellos que querían promover un nuevo espacio de integración; en segundo lugar, se encontraban los países que estaban comprometidos por las firmas de Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos (Chile); en tercer lugar, el clima confrontativa entre algunos países de la región (Colombia-Venezuela); por último, se dio un fuerte debate en torno a la relación jerárquica de algunos órganos y funciones del nuevo bloque. A pesar de estas discusiones, la noción de integralidad que hemos propuestos desde la discusión teórica logro solucionar las controversias en la conformación de UNASUR, y en Brasilia el 23 de mayo de 2008, se aprobó el Tratado Constitutivo de la UNASUR, entrando en vigencia el 11 de marzo de 2011.

6

Declaración de Cochabamba - II Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones, 2006.

10

A modo de conclusión. El interrogante planteado en el título de nuestro trabajo se centro en la posibilidad por construir desde UNASUR un modelo con identidad propia. En definitiva un modelo que exprese una identidad suramericana. La noción de integralidad nos conduce a una contribución desde nuestra disciplina, recordemos que la misma nos permite evaluar las cuestiones político-identitaria desde las unidades más pequeñas a las más amplias con el fin de generar posibilidades y mecanismos de cambios conformando procesos de integración constitutivos de un todo regional. Las Declaraciones Presidenciales, y luego el Tratado Constitutivo de UNASUR, es muy amplio. En su preámbulo, se hacen referencias a la historia, la solidaridad, la unidad suramericana, al pensamiento de los padres fundadores de nuestra región. Pero creemos que lo más importante y el más ambicioso es el propósito de contribuir a una identidad suramericana. A partir de aquí, se establece a la identidad como una idea de lo suramericano. ¿Existe tal cosa? Concretamente no podemos hablar de tal cosa, pues en el pasado no existe la idea de lo suramericana, como si lo tuvo Europa, pero, este proceso implica una mirada hacia el futuro, hacia la construcción de un modelo de integración con una identidad regional que debe conformarse desde la unidad en la diversidad. Es este el principal desafío que presenta UNASUR, para luego actuar en el contexto internacional como un bloque homogéneo.

11

Bibliografía. BULL, Hedley (1977) The Anarchical Society. Columbia University Press, New York. CHOMSKY, Noam (2010) Esperanzas y realidades. Ediciones Urano, S.A. Barcelona. COMINI, Nicolás y BONTEMPO Tomás (2014) “¿Cómo buscar miradas alternativas en un mundo en transformación”? En COMINI y BONTEMPO (Comp.) DE CADENCIAS Y DISONANCIAS. Representaciones alternativas de la integración regional en el siglo XXI: América Latina, Asia y Europa del Este. Bs. As.: Universidad del Salvador, pág. DAHRENDORF, Ralf (2005) En busca de un nuevo orden. Bs. As. Paidós. Declaración de Cochabamba - II Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones, 2006. Declaración de Cusco sobre la Comunidad Sudamericana de Naciones - III Cumbre Presidencial Sudamericana, 2004. Diccionario de la Lengua española (2001). RAE. Bs. As. DONOVAN, Frank (1966) Historia de la Doctrina Monroe. Ed. Diana, Méjico. GUZZETTI, Pablo (2012) Proyección de Escenarios. Integración Sudamericana. La coexistencia ente la Unasur y el Mercosur ampliado, un marco de posibilidades. Tesis de grado de la Universidad de Salvador. HAAS, E.B (1968) The Uniting of Europe. Stanford, Stanford University Press. En Salomón, Mónica, La PESC y las teorías de la integración europea: las aportaciones de los nuevos intergubernamentalismos. Fundación CIDOB, Afers Internacionals N. 45. HOLSTI, K. J. (1995), The state, war, and the state of war. Cambridge University press, Cambridge. KACOWICZ, Arie (2000) “Latin America as an International Society”. International Politics N. 37, Kluwer Law International, Jerusalén. LAGOS, Ricardo (2008) América Latina “¿Integración o fragmentación?” Bs. As. Ed. Edhasa. LAREDO, Iris Mabel (1991) “Definición y redefinición de los objetivos del proceso de integración latinoamericano en las últimas décadas” (1960-1990). Integración Latinoamericana, Buenos Aires. MENDOZA, María Cecilia (2014) Unasur, Un modelo de integración con identidad propia. En COMINI y BONTEMPO (Comp.) DE CADENCIAS Y DISONANCIAS. Representaciones alternativas de la integración regional en el siglo XXI: América Latina, Asia y Europa del Este. Bs. As.: Universidad del Salvador. PARADISO, José, y LUNA PONT, Mariana (2003) Paz y guerra en la trayectoria latinoamericana. Universidad & Integración, AUALCPI, Buenos Aires. SEITZ, Ana Emérica (1983) Tres propuestas de integración política latinoamericana. Ed. Juan Pablo Viscardo, Buenos Aires. ----------------------------- (2008) “MERCOSUR político: federalismo, situación populista y contexto internacional. Jornada UBA . CEINLADI. ----------------------------- (2010) “Integración Latinoamericana - Caminos, dilemas y desafíos”. Disponible online www.salvador.edu.ar/csoc/idicso/rrii_america_latina/publicaciones.htm ----------------------------- (2011) “Relaciones Internacionales desde América Latina”. XV Jornadas de pensamiento filosófico. Montevideo. ----------------------------- (2012) “Capacidades, compromisos y conflictos en materia de integración y recursos naturales de los países del MERCOSUR-UNASUR y el 12

Proyecto IIRSA”, en: IPSAMadrid-Simposium: “The environment as a determinant of international politics of the XXI century.The perspective of Latin America”, en: http://www.salvador.edu.ar/csoc/idicso/rrii_america_latina/publicaciones.htm ---------------------------- (2012) Hacia una visión situada de la crisis global proyectada en la integración regional. Red de Política Científica ---------------------------- (2013) Cambios globales e institucionales en política exterior: el caso del IIRSA, UNASUR y la Patagonia Argentina. Revista Aportes para la Integración Latinoamericana. Año XIX, Nº 29/Diciembre 2013 ISSN 1667-8613. RNPI 699.864.

13

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.