LA UNACH PRESERVA EL PATRIMONIO CULTURAL DE CHIAPAS

LA UNACH PRESERVA EL PATRIMONIO CULTURAL DE CHIAPAS

Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/


"La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos
ninguna conducta moral."
José Vasconcelos"

En un ambiente de entusiasmo, alegría y orgullo; la comunidad universitaria
rindió este 11 de febrero pasado un emotivo homenaje al Maestro Carlos
Jurado Delmar, quien en una estancia académica restauró durante los meses
de noviembre y diciembre de 2009 y enero 2010, los murales de la tres veces
centenaria Facultad de Derecho. Obra que creó en los años de 1957 y 1992, y
que 52 años después regresa a la ciudad de San Cristóbal de las Casas a
renovar una obra que ha sentido el inexorable paso del tiempo y la
intemperie.

El homenaje fue encabezado por el rector Ángel René Estrada Arévalo, el
Maestro Miguel Ángel Yáñez Mijangos, director de la Facultad de Derecho, la
directora del Coneculta, Licenciada Marvin Lorena Arriaga Córdova y por el
escritor Eraclio Zepeda Ramos, quien ofreció a los jóvenes que abarrotaron
el auditorio de la Facultad, una interesante cronología sobre el
significado artístico y cultural que tiene la obra de Carlos Jurado para el
movimiento artístico estatal, nacional e internacional, y el contexto
histórico de los murales. Coincidentemente la amistad entre ambos
intelectuales, enriqueció el relato. Finalizando la ceremonia de homenaje,
se develó una placa conmemorativa en honor de este acontecimiento.

Sobre la importancia de los trabajos realizados por el Maestro Jurado se
pueden enumerar muchísimos aspectos, pero lo primero por decir es que la
obra que legó a la Universidad coloca a esta institución en un lugar
privilegiado a nivel nacional e internacional como recinto que guarda una
obra de arte con valor intangible, porque responde a una época, mantiene
viva la identidad cultural chiapaneca y conserva un espíritu socializante
del arte y la cultura. En este sentido, el arte en cualquiera de sus
expresiones define en gran parte la forma de vida de un pueblo, le da
sentido a su cultura y al imaginario colectivo, le ofrece identidad y
pertenencia.

Por ejemplo, más allá de los detalles históricos, la famosa pintura de
Emanuel Leutze titulada "Washington Cruzando el Delaware" está presente en
la mente de cada norteamericano promedio, puesto que representa
simbólicamente quizá la etapa más difícil de la guerra de independencia
americana. "La Libertad Guiando al Pueblo" del francés Eugéne Delacroix,
manifiesta la unión de clases sociales para derrocar a los tiranos, además
este autor expresó: …si no he luchado por la patria, al menos pintaré para
ella, preservando con belleza, lo mejor de los ideales de la revolución
francesa. Pero el arte no solo arenga, defiende y construye una identidad
nacional, también denuncia y se solidariza, el mejor ejemplo puede
encontrarse en el "Guernica de Pablo Picasso" que recrea los relatos en
viva voz de las personas que sufrieron esta tragedia durante la guerra
civil española, en la que Franco pidió ayuda a Hitler para someter a la
población de las provincias vascas y la respuesta fue el ataque por la
Legión Cóndor alemana a la indefensa población vasca de Guernica,
particularmente en un día de mercado, en momentos en que la plaza estaba
abarrotada de personas y mercancías. Picasso además decía que "la pintura
no está hecha para decorar las habitaciones. Es un instrumento de guerra
ofensivo y defensivo contra el enemigo".

En México; al triunfo de la revolución de 1910, las ansias de libertad y
justicia social se hicieron presentes en todas las manifestaciones del arte
nacional, cuando llega José Vasconcelos a la Secretaría de Educación
Pública realiza dos acciones relevantes: la primera es la creación y
reconstrucción de infraestructura educativa para la difusión del
conocimiento en todo el territorio nacional y segundo, invita a jóvenes
artistas mexicanos a plasmar la voluntad nacional en las paredes de los
recintos educativos y de otras instituciones. A este llamado acude David
Alfaro Siqueiros quien pronto plantea que los artistas mexicanos deben
"construir un arte monumental y heroico, un arte humano, un arte de
utilidad pública", la idea era que todos los mexicanos sin importar clase
social pudieran apreciar y sentir el arte, pronto se unen al llamado de
Vasconcelos, el propio Siqueiros, Diego Rivera, José Clemente Orozco,
Rufino Tamayo, Jorge González Camarena y Juan O'Gorman, entre otros.

De esta manera, el movimiento que nace de este llamado busca que en los
espacios de las nuevas instituciones se reforce la identidad nacional,
rescatando para ello los valores de los pueblos prehispánicos combinando la
arquitectura y la pintura en mensajes que pudieran ser descifrados por
todos, sin importar el nivel cultural, nace así el movimiento muralista
mexicano. Esta expresión artística cien por ciento mexicana, significó
también una gran importancia para nuestro país, puesto que su influencia se
dejó sentir en muchos países del mundo ya que representaba una tendencia
artística diferente a las existentes en ese momento, además; era la
manifestación artística ideal para quienes quisieran interpretar con el
arte los ideales humanos de justicia social, por ello; pronto, quienes
creaban murales se convirtieron en cronistas y la conciencia del sentir
social.

De este tamaño es el alcance de la obra que legó a la Universidad el
Maestro Jurado Delmar, los murales que engalanan a la tres veces centenaria
Facultad de Derecho se inscriben entre lo mejor de la tradición artística y
cultural no solo de la UNACH, también de Chiapas y de México. Por eso es
que los Universitarios conscientes de este legado con valores intangibles
le hicieron el compromiso al autor de velar por la integridad de la obra,
de conservarla y promoverla.

Era lo menos que podemos hacer los universitarios por la obra de un autor
que ama entrañablemente el terruño que lo vio nacer, que interpreta de
manera artística la visión personal de nuestra identidad local y que además
regala esta obra a la comunidad académica. Cuando lo hace así, en realidad
trasciende también a la Universidad porque la obra le pertenece a todos los
Chiapanecos.

En este sentido, cuando los medios de comunicación se enteraron de la
presencia del Maestro Jurado Delmar, inmediatamente lo invitan a dar
entrevistas sobre este trabajo en particular y también sobre toda su obra,
por lo que el maestro aprovechando la ventana que ofrecen los reportajes
periodísticos, externó a los chiapanecos que el espíritu de la obra, fiel
al movimiento pictórico al que pertenece, no busca que el autor explique lo
que quiere decir, lo que busca es que quien la vea, la aprecie, reflexione,
le encuentre un significado y que se vea reflejado en ella, tanto de manera
individual como colectivamente.

Por ese motivo, vamos a detenernos en analizar un detalle contenido en los
murales, o mejor dicho, en la figura de un personaje auténtico y legendario
en la mente de todos y que el maestro Jurado plasma magistralmente: el
obispo Fray Bartolomé de las Casas; si Leutze inmortaliza a George
Washington con su célebre obra, si Delacroix logra captar la rabia social y
el deseo de justicia, y si Picasso consigue darle sentido estético a la
denuncia de los excesos en que incurren los poderosos con el Guernica,
Carlos Jurado, apela al mejor de los sentimientos que tienen los humanos:
la justicia, la solidaridad y la defensa del débil.

En Chiapas, quien encarna todos estos ideales es la figura de Bartolomé de
las Casas, por eso puede decirse que el obispo Bartolomé De las Casas y sus
acciones, como el mural de Carlos Jurado han resistido el paso del tiempo.
Este sevillano hijo de un mercader es conocido como el "protector de los
indios", un dato curioso es que se ordena sacerdote en la primera ceremonia
de este tipo llevada a cabo en el continente americano en 1510. Con el
tiempo, toma poco a poco conciencia de los problemas que ocasiona la
ocupación europea en las tierras americanas, tomando partido por la
protección de los indios.

Esta defensa lo hace un adelantado a su época, puesto que es de los
primeros en el mundo a dedicarse por completo a lo que hoy conocemos como
la defensa de los derechos humanos. Aun antes de la aparición en el siglo
XIX en Suecia de lo que conocemos como Ombudsman o defensor del pueblo y
diferente de la figura del Justicia de Aragón de los siglos XII y XIII que
de manera exclusiva, moderaba las pugnas entre los reyes y la nobleza. Fray
Bartolomé era un convencido de que los dueños de las tierras descubiertas
eran los indios y que los conquistadores solo tenían la obligación de
convertirlos a la fe católica.

Por ello, y en su memoria los Universitarios le agradecemos a Carlos Jurado
que con los murales que ha creado y restaurado le recuerde y rescate la
memoria histórica y la identidad de un pueblo. También por ese motivo y
como depositaria del conocimiento en el estado, asume su responsabilidad de
velar, proteger y promover los derechos humanos; de conservar el acervo
histórico, la cultura y las artes realizadas en Chiapas.

Así, teniendo como base el proyecto académico "Universidad para el
Desarrollo 2006-2010", esta administración ha creado Centro de Estudios
para la Construcción de Ciudadanía y la Seguridad (CECOSICE) con la
intensión de generar propuestas que indican en la promoción de los derechos
humanos en el estado, insertándose en la tradición de la defensa de los
débiles, tal y como eran los ideales de fray Bartolomé.

Adicionalmente, los Universitarios también hemos establecido el Centro de
Estudios para el Arte y la Cultura (CEUNACH), con la intensión de impulsar,
la investigación, la creación, la producción, la enseñanza y la divulgación
de las expresiones artísticas tanto nacionales como locales e
internacionales. Con estos dos nuevos espacios universitarios estamos
inscribiendo a la UNACH en la tradición de los mejores valores de nuestro
estado, la idea es asumir la responsabilidad como depositaria y trasmisora
del conocimiento en la tarea socializar el arte, la cultura y la unidad
ciudadana para mantener viva la identidad del ser Chiapaneco.

Somos un pueblo con algunas carencias materiales, pero con una enorme
riqueza historia, arte e identidad cultural, estos tres elementos si el ser
humano logra asociarlos, consigue inmediatamente lucidez, crea vínculos de
solidaridad, recompone el tejido social ante los embates negativos de la
globalización y sobre todo construye una cultura de la paz.

Gracias por ello al Maestro Jurado Delmar, gracias por la generosidad de
una extraordinaria obra que le da una dimensión internacional al patrimonio
cultural universitario, un patrimonio que ha transcendido ya el tiempo, y
que será admirado por los chiapanecos de las futuras generaciones, porque
la UNACH a sus 35 años de vida al igual que Carlos Jurado a sus 82 años
"apenas y están naciendo".

*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas