La una como el otro. Naturaleza y arte en la tercera crítica de Immanuel Kant
Descripción
PALAS
las musas DIÁLOGOS ENTRE LA CIENCIA y EL ARTE
VOLUMEN 3
ILUSTRACIÓN
""\Y/1 grupo editorial � siglo veintiuno siglo xxi editores, méxico
CEro OO.. AGUA 248 FOJER:l 0€ TEI'f'ffO> 04310 MElOCXJ. DF IMMN .sigb: excluye. En otras pala
bras, el juicio estético no está directamente relacionado ni con el cnnocimiento ni con la moral, de lo cual se deriva otra conclusión: el juicio estético no es objetivo, es subjeti vo. Su finalidad es discernir lo bello, no ofrecernos conocimiento acerca de él. Pareciera entonces que las tres críticas kantianas dibujan las líneas de tres reinos: el de lo verda dero -asociado al entendimiento y el conocimiento-, el de lo bueno -relacionado con la voluntad y la moral- y el de lo bello -vinculado a la imaginación y la sensibi lidad-. Una visión semejante resultaría un tanto insatisfactoria para la concepción glo bal del aparato crítico kantiano, pues tendríamos que someternos a desencajar nuestra vida en tres dominios inconexos, escindiendo de forma absoluta la experiencia unitaria que de ella tenemos. Sin embargo, la paradoja es sólo aparente. La belleza no con titu ye un dominio separado de los otros dos; ella forma parte de lo que lo vincula y reúne. Digo que forma parte porque el juicio estético cabe dentro de una aproximación teleo lógica. Esta última constituye el puente entre razón pura y razón práctica.
A partir de la belleza hemos llegado a la teleología, en la cual se encuentran embe bidas nociones como propó ito, objetivo, finalidad o "con arreglo a fine
".7
Para Kant
todas ellas tienen como punto de partida un concepto o idea que posibilita la realidad, mas no necesariamente la efectividad,x del objeto juzgado:
el objeto de un fundamento real de su po ibilidacl; y la causalidad de un concep to con respecto a su objeto es la finalidad (en uso finnlis). uando, pues, no e meramente el conocimiento de un objeto, sino el objeto mismo (su forma o existencia [Existen:]) que, en tanto efecto es pensado únicamente como posible mediante un concepto de éste, [Fiin es
•
Todas las referencias que aparezcan con el signo§ y un número, sin mayor indicación, corresponden a b nu
meración de los parágrafos en la CJ, a menos que se especitique lo contrario. 7
Todas estas palabras provienen de la alemana Zweck, usualmente traducida al esp�uiol como fin. al igual qu .: todas sus derivaciones -por ejemplo Nnturzweck como fin de la naturaleza-. Sin embargo, hay una daiv;,t ción particular, Zweckmafligkeit, que en inglés ha sido traducida como purposiveness (litaalm.:nte, proposi ividad), pero para efecto de este texto será traducida como co11 arreglo n fines (en inglés, goal-directcdne:=s). � _ � m tentando matizar y suav1zar las resonancias que pueda tener el término con cierta agencia que ponga t'n mo
vimiento dichos fines. Esta distinción, que a primera vista parece artificial, se enmarca en la obra kantiana como la diferencia .: ntr -.rperiencia-30 y es deter m i n ado por leye .31 Esta concep ción de la natu raleza parece estar anclada a sus consideraciones en la
CRP,
es decir, la
acción Y determinación de leyes universales, las exp l icacio nes mecánicas, los j u icio determinantes. Ta l vez por ello, al realizar este con t ra te entre arte y naturaleza, decidió reduci r el ámbito de lo natural, comparable al arte, a los productos de los orga nism o . Sin emba rgo, queda a ú n sin resolver el problema de l a téc n ica de l a n a t ur a leza tal )' co mo se planteó en el párrafo an terior. La respuesta se encuentra e n otro apartado de la · · · · crítica del o ousto "Y 'aunque rea 1 mente no ensanche n u estro conocumento de los obJe· tos de la naturale za ' ensanch a ' ' nues t ro concepto de l a n a t uraleza, en el sent tdo de que . . . esta, de mero mecani mo ' pasa ' a su concepto como arte, c i rc u n st a n cia que mv tta a . profu n as mves tigac iones sobre la posib il idad de semejante for m a" (§23) . . . . Aqut aparece un nuev o prob l ema. s · t l os orgams mos producen por mst m to y no co. · · . mo una mam festación de su lib er t d a ' e 11 o qutere d eC i r q u e s u producción es exphcab 1e ·
�
10 '1
K a nt , A lt>tnphysicnl l·i) llllda
. . tiolls of 1 Nntu m1 .CICIICt', op. nt., p. .\ . . H uman Rncc·: op. �,. 0f " cit. , p. I7J.
, .. . Kant, Dctc rnun.Hion of thl· Cone '"l •
ILU STR ACIÓN
NAT URA LEZ A
en términos mecánicos -sus productos son
Y
ART E EN LA TER CER A CRI TIC A DE IMM AN UEL KAN T •
efectos, consecuencia de la inevitable acción
de una ley recurrente y u n i versal-. Por tanto, cuando consideramos el concepto de téc nica de la naturaleza y acogemos l a analogía entre arte y naturaleza, no nos queda más
remedio que afirmar que l os fi nes están en u n a entidad supraorganísmica que e la na turaleza; de ahí q u e Kant, en §43, también dijo, pero en cuanto se advierte que las abejas no hacen un t rabajo fundado en una reflexión racional, se dice en seguida que éste es un producto de su naturaleza (del instinto) y co mo arte se atribuye sólo a su creador .
Pese a ello, y como ya l o v imos, en la crítica del j u icio teleológico (sobre los organis mos) Kant no había dicho que los organ ismos son causa y efecto de sí mismos y, ade más, agrega que en relación con los organ ismos y su estudio no podemos introducir la figura de Dios, de un creador, p u es entra m os en un argumento circular vicioso
(§68):
Dios pone los fi nes en los orga n i s m os, guiando su producción (desarrollo, reproduc ción, regeneració n ) , y a su vez estos fi n es que vemos en los organismos fungen como
prueba de la existencia y acción de D ios. En tanto que para Kant la ciencia es una em presa arqu itectón ica y fundacional, la circularidad de este argumento resulta ser un impasse. Aquí vuelve a n o ta rse la d i ferencia entre el juicio de gusto y el juicio teleológi co: co mo el primero no pretende dar o extender nuestro conocimiento, puede recurrir
a esa figu ra del creador y hablar del arte y de una técnica de la naturaleza; por el con trario, el jui cio teleológ i co, al estar e m parentado con la empresa científica Y la produc por la e·IO· n de con ocim iento, no p uede aceptar dicha presupo sicion, reem plazándola especul ació n de que los orga nismos poseen fines propio s o i n tern os. . importante asaJe, La anteri or ten sión l l ega a su p u nto más álgido en §65. En este ·
·
·
�
Ka nt re co noc amsmos e que la analogía se q ueda corta cuand o nos enf¡°cam os en los org y trata . Kan t, la dificul tad . mo s de deter m i nar sus propiedad es ( f¡gura 2 P· 310 ) Para . a. .. pri n ip . a ' e on el arte es madecuad C a 1 se e ncu entra e n l a auto-orgamz ac w n . La ana1 o.,Ia . . . . I rnp l ' a obra ; SI lo qwla ucir rod P d a e C 1 eX Iste ncia de un agente exte rn o que se encarga I . vim os si érarno . , oce r a Dios (pero ya s co ntm uar con recon que os tendnam los oraanismos 0 . . que 110 tie eria está dota da ne cab ida en esta parte de la d iscus ión) o aceptar que la' mat . , de ci er r o) . t acepta raoísm oz hil e a al m a qu e o se encarga de o rganiza rla (el pant etsm . no son rn os ., . l a u, 1 ti. m los orgams mos e u q r oce recon a opc 10 n nos veríamo s obhgado s a '
·
.
·
.
313
NATUR ALEZA
Y
A RT E
EN
, LA T E RCER A C R ITI CA DE IMM ANUEL KAN T
nat urales, p u es su expl icación escapa a leyes materia le s y Inecam p1·oduc tos ' ·cas ; requeprinci pio "vita lista" ajeno a la legalid ad ión de u n un iversal de la natura riría n la in clus e
vez, significaría recono cer que hay u n a contin u idad entre la materi a i n que, n ica, por y e n d orgá e , l a inorgá l a n ica también está dotada de princip orgá nic a y ios
lez a. E sto, a su
orga nizativos, es dec i r, que de cierta for m a está viva. La sola idea de esta continuidad es
para Kant un sinsentido, ya q u e la caracterís tica fundame ntal de la materia inorgá
nica es su inercia, su constante necesidad de una fuerza externa para producir cual quier tipo de modificación o m ov i m iento en un cuerpo; inercia es lo contrario de vida, pues ésta es la capacidad de u n a sustancia de determinarse a sí misma siguiendo prin cipios internos o representaciones de sus estados futuros.32 Dado que la barrera entre orgánico e inorgánico no puede atravesarse,33 la analogía entre arte y naturaleza no puede tomarse al pie de la l e t ra y nos vem os en la obligación de reconocer sus límites, de llevarla al terreno de lo regulativo y del j u icio reflexionan te. Como bien lo dice Kant, un
fin natural, un organismo "no es concebible ni explicable por ninguna analogía con
ninguna de las facultades físicas, es dec i r, naturales, que nos son conocidas, y como no sotros m ismos pertenecemos a la naturaleza entendida en el sentido más amplio, ni si quiera por una analogía exactam en te adecuada con el arte h umano" (§6s). La dis-a nalogía perm i te la entrada a l a sección final de este texto, que pone de ma
nifiesto dos situaciones relevant es para las conclus iones y las perspectivas a futuro de esta i nvestigac ión. Los obstácu los e n frentado s por la analogía son consecuencia del en
fo ue de a ana logía entre arte Y l m isma, tal y co m o J o h n H. Z a m m ito lo señala: 34 la q nat uraleza no se centra en la obra de a r te, sino en el artista ; el elemen to centra l de la anal ogía es, por recon ciliables en la ana tanto, la agen cia huma na. Dich os elem entos no logla · ponen de manifiesto s u sen t i do, no tanto sus l '1 m1tes . E s te pu nto se relaciona di. . ito 35 En tanto recta ent , no t a da Por Za mm · m e co n nuestra segun d a situac ión, tam b 1en ·
)¡ K
ant, Metaph ysical Fou11dations of Natural Science, op. cit., PP 83-84. de s us co n JJ Es i m por kan t ia na y de algunos a . t n te resaltar q ue esta acér r i m a división es p rop .ta de 1 a p ro p Ltesta ' . tern por d 1 cotl t i n uidad en t re lo o rgá . a neos, co mo fue el caso de Johann Fnednch B1 u men bach E 11 la' actuah da ta i da. n1co y lo b re e1 on·gen de la v . 1 ' wnes so ln orga. n tco es uno mves t"gac · as 1 e d radtcales uestos su los de . l4 p oraq, ControJoh n H v·mce for Con temp zam mito , "Tel eology on o f Kant 's Rele Questi The ow: and Then al Sciences (diYers,es . � 1 m1 d 81-0111edic over F . 1oo1ca Bw . Biology" Stu dies i11 J-Jistory and P1 11.1osop11Y 0r nct " ° 1 on 111 1 u c1ern b ' re de 2 0o6 ) , 37: 76 0. . ll ·
.
·
·
·
lb,dell¡
Fig u r¡ 2
·
, p. 762.
'(
. Tob,a , s D 1vad
Nauj , Sin título, 2014.
·
•
•
315
y ésta tiene que ver con la que la analogía � juega en el terreno de la agencia h u mana nue tro posible futuro capacida d de imponem o idea o producir repre. entacion es sobre que guíen nuestro actuar, pareciera entonce que la exten ión del concepto de vida, de ere h u manos; de todos los demás seres que
forma objetiva v válida, ólo ampara a lo
nosotro Ilamamo '\·ivo " ólo podemo decir que se comporta n de manera análoga a la
,·
i da, pues no tenemo experiencia de u e tado i n terno y de que produzcan re
presentacio nes que determinen u acciones. En con ecuencia, el concepto de organis mo es mucho má amplio que el de vida. eres vivos serían olamente aquellos dotado de razón. a saber, el ser humano; el concepto de orga nismo abarcaría así a todo el re to de animales y planta -teniendo en cuenta que é to na en
us
on lo ú n ico que Kant mencio
texto ; lo hongo , no aparecen, y lo m icroorgani mo apena e taban em
po.ando a ser descritos-. e incluso estaría emparentado con formas no orgánicas, ino abstractas. como ocurre con la razón . Y> La naturaleza, iguiendo e te argumento. de fasa la anaJogia con el arte; es más bien análoga a la vida (§65 ). Robert E . Butt.s �- ha señalado también q u e l a anal ogía entre arte y naturaleza tiene como presuput.-sto indiscut ible: un perfecto acce o o conocimiento de nue·tro compor tamiento con arrt.'glo a fint..,, put-s como vimo en d en sayo de 1788 e · ta acce· ibilidad e� lo
que garantíí'.a la t.>xpcríc:ncía que: re: palda el concepto de fi nalidad. Por un lado. di
cha indicación genera p robl e m a � al i n terior de la tilo�ofia pdc t i ca de Kant -que no forma parte de hv, of the Hístory of J-lumaniry·. op. cit. . pp. IJJ. 1J8· (W'Í\"olS son mías.. u
•
•
·
•
•
•
l...os.J�
��
·
•
·
N \ f l' II. A I I / \ y A II. T I �. •N 1 A T I. II.O II.A C R I T ICA l l f. I M M A :-.I U E L KAS T
Esta irrupción del ge n io en d terren o dd con ocim ient o y de las ciencias fue lo que Kan t den om inó "u na o ·ula aYc ntur a de la ra zón " (§8o ): era tam bién c1 tipo de concepción fren a r, no dcsh acié ndo . e ck· ella, si no, al mejo que tenía que r estil o de la emp resa críti ca. poni�ndole límite . Lo anter io r con · t i t uyc
d t r.L fondo con textu al de la noció n kan tiana de genio , una
figura que no t.'S cxclu ¡,'a de ·u empresa, s i n o que ya era mone da corrie nte en el siglo dentro xvmü y se usaba de lo m;\s Yariad os ámbito -pol ítico , religio os o milita "" res--. Dt.�tro de la crític.:a del gu to, el genio aparece cuando Kant comienza su disqui
sición en tomo al arte bello o la bellas a rtes ( icndo esta expresión mucho más común
en español). La noción de belle-1..a que empieza a discernir Kant en este punto va de la mano con la
analogía emre arte r natu ral eza . La forma de las bellas artes y su arreglo a
fines dt.-bc parecemos libre de cualquier t i po de rest ricción i mpue ta por reglas, como
sir: fuera un producto de la nat u raleza aun cuando sabemos q ue se trata de arte, de una producción humana (§-45). En que va de
este
punto la ídl3 exploración r(\Uha a t r:tctiva si cons idaamos que uno
de 1m dntino� hi�lbric'� �-n (, � que dt�mb
Lihat lebih banyak...
Comentarios