La trampa al descubierto: acerca de un dado trucado conservado en el MNAR

MNAR digital MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO

Las piezas nos cuentan La trampa al descubierto: acerca de un dado trucado conservado en el MNAR Las colecciones del MNAR, como cualquiera dedicada al mundo romano que se precie, custodian varios dados. Las piezas, en principio y quitando una con los ángulos facetados (nº inv. 30032), no tienen nada de singular, ni tan siquiera a la hora de contrastarlas con los dados actuales, que a no ser por la forma en que se trazan los círculos de los números, son en todo iguales a los antiguos.Y es esta semejanza quizá la que más sorprende al visitante, al vislumbrar un referente tan cotidiano como éste nada menos que a 2000 años de distancia. Por lo demás, la mayoría de estos objetos se encuentran expuestos en la Sala V de la Planta Segunda, la dedicada a la industria del hueso, ya que, en efecto, todos se hallan confeccionados en dicha materia. Las piezas que permanecen en el almacén son pocas, apenas siete. Unas se conservan mejor, y otras peor, pero es quizá la más fracturada la más interesante de todas. El ejemplar en cuestión, que lleva el nº inv. 7748, ha perdido dos de sus caras, las correspondientes al 1 y al 6, arrastrando con su ruptura parte de las restantes. Ahora bien, en su desprendimiento han quedado a la vista dos cámaras huecas internas separadas por un tabique. En una de ellas, éste muestra restos de metal adheridos, mientras en que la opuesta no. Por otra parte, la marca ocasionada por un instrumento punzante en la superficie del mentado tabique refleja su tosca ejecución desde el exterior, a través de un orificio que no resulta difícil comprobar que debe corresponderse con el de algunos de los puntos de los números, ya que la fractura del ejemplar ha arrastrado el interior de algunos de ellos, mientras que, adherido a los restos de metal ya indicados, se aprecia un tapón, también metálico, con el que se clausuraría el orificio del número en cuestión. El uso de dados trucados en la cultura romana está bien contrastado por fuentes textuales como el poeta Marcial (Epigramas, XIV, 16). Seguramente, las más de las veces, la trampa consistía simplemente en forzar la aparición del 6, al tallar dicha cifra en la parte más porosa del hueso, dejando la opuesta y por lo tanto más pesada reservada al 1. Pero en ocasiones esto no debía parecer suficiente garantía para la victoria en el juego, y lo que se hacía era forzar aún más el resultado mediante la confección de cámaras en los dados. Tal y como manifiesta nuestra pieza, una de las cámaras, la más cercana al 1, se plomaría, mientras que la correspondiente al 6 se dejaría simplemente hueca. Y para camuflar el truco se procederían a tapar los huecos de los números, tras labrarse a través de ellos las cámaras, mediante materias que entendemos que acabarían pintadas del color del hueso. R.S.

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