la teoría del arte

July 4, 2017 | Autor: Tomás González | Categoría: Artes Visuais
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Descripción

LA TEORIA DEL ARTE
Lic. Tomás González Dávila.
Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu.
JUAN PABLO II
En el universo de las manifestaciones plásticas visuales podemos encontrar miles de recetas de cómo representar esto o aquello, como combinar elementos entre sí para generar ciertos resultados y todo ello porque nuestro campo del conocimiento se especializado, pero ¿Que tanto el seguir las recetas y las normas nos limitan en cuanto a la propia expresión?, ¿acaso esas recetas sirven para que cada uno haga de su trabajo lo que realmente desea?, ¿y si por otro lado nos casamos con la idea de resultados infinitos?, ¿y si nos olvidamos de la ciencia un momento y de querer hacer que el arte sea otra más de sus ramas, cuando aquellas son limitadas y esta es infinita?, ¿y si dejamos de querer medir los resultados de productos visuales a partir de lo que otros opinen con o sin conocimiento del tema?.
Y si nos preguntamos ¿Que tan infinito puede ser nuestro cerebro a partir de vaciar la mente de teorías y conocimientos que no son del todo funcionales para la expresión?, ¿Cuántas cosas en el universo han sido calculadas matemáticamente?, ¿quién las calculó?; y si nos respondemos, ¿qué nos respondemos?...
En algún momento de mi camino dentro de las artes me vi cuestionado acerca de lo que buscaba dentro de sus disciplinas, cuestionamientos que nacieron al observar las creaciones de artistas anteriores a mi época, eran días en los que miraba como otros estudiantes y artistas emergentes trabajaban bajo líneas de maestros que influían en su educación a través de las lecturas y las teorías que les proporcionaban para su estudio, observaba como se perdían en las páginas de los libros y después abordaban sus trabajos influidos por el pensamiento del los autores consultados, esto me llevo a pensar en por que trabajamos y continuamos creando arte.
En su momento, Rembrandt, Velázquez, Rubens, y muchos otros obviamente estudiaron las disciplinas del arte, pero no se que tanto se llegaron a preocupar de si filosóficamente, iconográficamente o iconológicamente su trabajo valía o estaba en parámetros aceptables; si bien muchos de los antiguos artistas se cuestionaron acerca del arte o dieron cada uno su postura, pienso que sabían que había un más allá, de donde proviene la belleza y no era necesario describirlo ni escribirlo sino hacerlo.
No nos podemos olvidar de los conceptos que nos han enseñado, no podríamos comunicarnos de una manera clara sin ellos, es ahí donde creo que los autores y las palabras escritas y no escritas han tomado un papel de jueces para catalogar las obras artísticas, es donde pienso que cedimos el arte a los filósofos, a los críticos y a todos aquellos que trabajan bajo parámetros diferentes a los oficios del arte, ya sea visual, musical, etc.
Pensaba también que si hacemos distinciones, el arte de la música, por ejemplo, es juzgado en algún momento por músicos que tienen mayor trascendencia que otros, por los reconocidos, por los doctos; en la danza, el maestro forzosamente deber saber los movimientos básicos, clásicos, contemporáneos, las posiciones, los métodos de ejecución, todo ello para poder enseñarlo, para evitar accidentes, para generar nuevos bailarines profesionales.
Fue entonces que llegue a las artes visuales y encontré que el arte contemporáneo está ligado directamente a los escritos y las creencias de muchos autores que proponen lo que debería ser el arte, desde la filosofía, la sociología, la mercadotecnia, la literatura, entre otras y fue cuando me pregunte ¿y los artistas y sus creencias donde se encuentran?.
Existen libros que hablan de los procesos y vidas de artistas, eso no se niega, pero la teoría que ellos manejaron o su forma de abordar el arte muchas veces no están escritas, esto ha provocado que el artista joven se tenga que nutrir de diversas disciplinas que le sitúen en su quehacer.
Ahora, para llegar a un final donde estas interrogantes no se contrapusieran en ese momento, me propuse el dibujar, ya que para mí el dibujo es la disciplina que nos permite hacer que otros aborden y experimenten nuestro universo personal; escogí esta disciplina porque me di cuenta de que la literatura, la filosofía y muchas otras disciplinas no se veían presentes al momento de dibujar, solo necesitaba de un modelo en el cual posar mis ojos y dejar que mi mano obedeciera a mis sentimientos y percepciones. Nuestras concepciones acerca del espacio físico, mental, moral, sensorial, temporal, mortal, eso es para mí el dibujo; los instrumentos del dibujo y los soportes solo son herramientas y medios por los que compartimos nuestra existencia más íntima, es parte de nosotros, somos nosotros en otra dimensión, pequeña, rica, expresiva, valiosa, es constancia de nuestra vida en otro espacio, otra dimensión libre y expresiva.
Al seguir ese camino me di cuenta que el educando que trabaja constantemente el dibujo se encuentra y se desenvuelve en procesos filosóficos que se conforman, en un principio, a partir de la enseñanza del asesor y de las teorías que le anteceden dentro de esta disciplina, sin perder sus propias experiencias e ideales, mismos que serán los problemas e intereses a resolver, por esto es que consideré que la filosofía nos acompaña y nos acompañará, me atrevo a decirlo, hasta el final de nuestros múltiples procesos.
El dibujo es una práctica subjetiva e introspectiva, se mueve a la par de las experiencias y necesidades del individuo que lo practica, si el sujeto está interesado en la naturaleza, estará consciente e inconscientemente trabajando en ello y hasta que encuentre solución a sus inquietudes no dejará de estudiar y analizar dicho tema; habrá otro que se interese en las estrellas y su caso será objetivamente igual (para satisfacer una necesidad de expresión o relación con el mundo), pero subjetivamente distinto. Por tanto la filosofía de vida y el trabajo en sus múltiples manifestaciones estarán incluidos en el proceso intelectual del dibujo, de ahí la riqueza de la práctica del mismo que nos permite ver los múltiples universos de los autores (artistas), sus teorías, sus experiencias y los resultados de sus investigaciones.
El arte es el placer de un espíritu que penetra en la naturaleza y descubre que también ésta tiene alma.
Auguste Rodin.
Conforme se avanza en el estudio de esta materia, las capacidades de sus practicantes se pulen cual escudo que será su defensa ante las exigencias del medio que engloba las manifestaciones visuales; en algún momento el practicante experimentado puede echar mano únicamente de su imaginación sin el seguimientos de un modelo, pudiendo manifestar ideas de todo tipo y en los ámbitos más variados, como lo son el diseño bidimensional, tridimensional o hasta el de aparadores y exposiciones específicas.
Aquí la relación idea (representación mental), su relación con los materiales y el traslado a los soportes adecuados, supone un desarrollo tanto horizontal como vertical, tomando como ejes por un lado el avance en conocimiento de materiales (horizontal) y por el otro la adecuación de estos a la idea para su mejor representación (vertical) catalizados por la practica constante de la teoría del dibujo, proceso que nos lleva del conocer al saber.
Cabe aclarar que mi postura hoy día es defender que solo el que ha tomado el pincel, sentido el barro, trabajado el metal o ha creado una estampa o un grabado sabe de lo que habla y siente, mientras que otros sólo juzgan a partir de su gusto y una "teoría" que no a todos será justa, por tanto, no todos los artistas pueden ni deben de ser valorados bajo los mismos criterios, todos tienen en sus manos algo valioso, sin olvidar que también habrá muchos otros que bajo las reglas de los escritos sobre el arte justificarán su poca pericia y destreza; a mi modo de ver el arte es oficio y trabajo, y la obra de arte es un producto realizado en un 80% por el artista. El otro 20% se vería entonces diferido en las manos de otros especialistas de los que necesitamos para realizar nuestro trabajo como lo son los carpinteros, albañiles, etc.
Avanzando en mis estudios y en las formas de concebir la vida y la existencia llegue a un plano donde el oriente dominaba, me acerqué a realizar prácticas que son directamente concebidas por el pensamiento taoísta y Budista, el arte del oriente se hizo presente en ese momento. El arte oriental y el occidental se distinguen de múltiples formas, uno de los motivos que los han separado es que los orientales en su mayoría basan sus creaciones bajo el culto a la naturaleza, en la apreciación estética de la misma concibiendo sus trabajos como manifestaciones del espíritu; cada elemento que aparece en sus obras debe de contar no solo con su forma física sino tener un espíritu propio dentro del trabajo, ningún elemento está de más, todo lo que aparece tiene un porqué y una razón, pocas si no es que casi ninguna vez algún elemento esta al azar.
Comprendí que mientras en el occidente nos hemos esforzado por adquirir la habilidad de representar las cosas y por siglos ese ha sido nuestro objetivo, en oriente se le concede mayor valor al conocimiento de las cosas y su interacción con todo lo que les rodea, por tanto el artista debe de hacer un viaje de introspección hasta encontrar cual es su papel en esta existencia para ver como es su relación con el entorno, a partir de la naturaleza de las cosas. El interés oriental se ha centrado en el saber deleitar y dar "vida" a sus representaciones. La investigación de algunos artistas del siglo XIX que se vieron en contacto con las culturas orientales les llevo en su momento hacia la expresión del artista como tal, de la individualidad u originalidad abriendo nuevos campos de expresión y de concepción del arte.
Ambas concepciones son muy distintas en cuanto a la teoría aunque en algunos puntos se trastoquen, por ejemplo, la pintura china, además de representar tiene un sentido espiritual, tanto para el autor como para el espectador la imagen que van a ver debe de suscribirse en el Tao o en el Budismo principalmente, en su modo de pensar, se debe de pintar poco a poco, hasta lograr por medio de la tinta todos los elementos de una obra; se maneja el concepto de analizar primero lo que se va a pintar hasta comprender su naturaleza, para poder abordarlo de manera correcta, mientras que en occidente se trabaja para lograr las texturas, los colores, las formas significativas, por así decirlo, nos centramos en lo superficial mientras los orientales se centran en lo espiritual.
Como occidentales nos adentramos en la representación del cuerpo humano, de los rostros, de las actitudes, todo esto en el arte oriental no tiene sentido, porque lo que se plasma es el espíritu de las cosas, el ser humano no es sino otro integrante del todo, todo tiene importancia, mientras en occidente solo las figuras principales son enfocadas hacia la importancia, de ahí su denominación; lo demás es solo compañía. En cada caso existe sin embargo la belleza, la armonía, el gusto por lo que se hace.
Hoy en día estos dos modos de pensamiento y concepción del mundo permean mi quehacer artístico, siento que oriente y occidente se han acercado en su mayoría a través del arte pudiendo manifestarse influencia en ambas partes, esto es debido en cierto grado al surgimiento de la pintura abstracta, que mediante el símbolo y el signo se acercó a la metodología oriental, la importancia del trazo, de la mancha, de la línea, el color; pintores chinos y japoneses a su vez retoman teorías y técnicas occidentales hoy día para expresarse y transmitir un mensaje más claro hacia esta parte del mundo.
Creo que el arte, como el espacio se expande en cada mente. Así como cada médico utiliza su criterio para curar solo el experimentado sabrá curar de la mejor manera, igualmente el artista que trabaja con la imagen sabe el por qué de sus resultados y sus caminos, no es necesario seguir a otros o subirse en sus botas, mientras el espacio de nuestra mente crezca, crecerá nuestro arte… solo pensemos en el infinito.
Formalmente, los artistas especializados en la imagen consideran que los objetos a representarse son los importantes para su observación, estudio y representación, sin embargo, en las teorías orientales del arte el elemento invisible llamado espacio ocupa un lugar preponderante; es en estas manifestaciones artísticas en las que lo inmaterial da el sentido y la razón a lo material, uno no existe sin el otro.
Una piedra, por ejemplo, es dura y pesada, pero estos conceptos no pueden ser asequibles sin tener en consideración sus opuestos directos, como puede ser el aire con su ligereza y suavidad. Entonces ¿qué pasaría si nos avocamos a percibir aquello que es sutil en contraste con lo que podemos sentir fácilmente?, ¿en qué pequeños momentos y espacios se desarrolla lo interesante de una obra plástica?, ¿Qué provoca aquello que no ven los ojos pero si sienten y perciben los demás sentidos?... según mi experiencia esto no aparece en los libros y tampoco se puede explicar fácilmente, es ahí donde el arte surge.
"un cuenco es útil solo cuando su profundidad espacial puede contener algo".
Tao Te King.
El vaciar por momentos la mente, generar un hueco y un espacio puede ayudarnos a percibir aquello a lo que no prestamos atención, hacer a un lado a los autores, a las practicas pasadas, a lo ya conocido sin olvidar su utilidad nos dotará de la libertad de acción y nos acercará a nuevos conocimientos, así la mente puede expandirse como el universo, con un criterio propio, con una auto crítica absoluta; creo fervientemente que el vacío mental es el mejor de los atajos al auto conocimiento y sirve de camino al conocimiento significativo.
De esta manera, el micro espacio de nuestra cabeza puede albergar infinitos universos, infinitos espacios o finitos soles.


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