La TDT y la TV publica en la era digital

June 7, 2017 | Autor: Al Conti | Categoría: TDT, Tv Industry and the Internet
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Descripción

Alberto Conti Papini

A- TDT: ¿una decisión acertada? Según datos del Observatorio Audiovisual Europeo, de todos los sistemas de difusión, actualmente predomina el cable, con una cota de penetración cercana al 50% y con posibilidades de seguir creciendo, seguido del satélite y la TDT, con el 23% y el 20% de participación respectivamente1. También conviene tener en cuenta el emergente sistema de difusión denominado IPTV, que cuenta con una cota de penetración del 6,56% a nivel europeo. Siguiendo con el análisis de estos datos, llama descaradamente la atención que en España, el sistema de difusión dominante sea la TDT, con el mayor porcentaje, un 65,5%, situándola a la cabeza de la lista de países europeos que aparecen en ella, y que el cable sólo representa el 8,6%, estando en opuesta sintonía, nunca mejor dicho, con la tendencia del resto de países vecinos. Cuando a principios de los años 90’ Europa se peleaba entre el sistema PAL y el SECAM, la Comisión Europea decidió que, para cerrar el debate y modernizar el sistema televisivo europeo, había que pasarse a la televisión digital, como ya se estaba haciendo en los Estados Unidos. Operadoras y televisiones públicas lo recibieron con los brazos abiertos, aunque en ese momento cada país tenía que encontrar la manera de implantar la medida: por cable, como Bélgica u Holanda; por satélite, como Austria o Polonia; o por medio de antenas, como es el caso que comentaré de España. Si Joan Majó, que era el responsable de la dirección de la Comisión encargada de las telecomunicaciones en aquella época, ya advirtió que “la opción terrestre era de transición y que en veinte o veinticinco y años, más o menos donde estamos ahora, debería ser sustituida” 2 ¿Por qué se llevó a cabo esta decisión con caducidad? Según el director general de SES Astra Ibérica, Luis Sahún, “la preferencia que se ha dado en España a la tecnología del TDT frente a las otras dos tecnologías se debe más a cuestiones políticas que a una planificación profesional”2.

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También Campos-Freire1 refleja esta malograda decisión asegurando que la transición de la TDT en España fue positiva para las telecomunicaciones pero negativa para la consolidación de nuevos modelos de televisión y producción de contenidos. Ejemplos como el cierre de cadenas como CNN+, la quiebra de la plataforma de pago como QUIERO TV o las fusiones de diferentes cadenas durante los dos últimos y diferentes gobiernos que han liderado España, lo demuestran, obteniendo un balance final de más concentración y mucha menos diversidad. Otra respuesta a la pregunta planteada inicialmente, a nivel técnico, tiene relación con los sistemas receptivos implantados mayoritariamente en España: las antenas. En España había antenas de televisión prácticamente en todos los edificios y nada implantado el sistema de cable o de satélite, lo que facilitaba la explotación de esta infraestructura de telecomunicaciones si se implantaba el TDT. Pero, ¿es la cuestión terrestre el principal problema de la televisión digital en España? Según Joan Majó “Ni mucho menos. El principal problema, que no ha pasado en ningún otro lugar de Europa, es haber otorgado cuatro canales de televisión de la TDT por cada canal analógico” 3. Es decir, que técnicamente, la televisión digital permitiría que por cada ancho de radiofrecuencia por el que antes emitía un canal analógico, se pudiese emitir cuatro. En España se concedieron estos cuatro canales al propietario del analógico en lugar de conceder un canal digital por cada analógico y reservar el espacio sobrante para la telefonía móvil, que hacia mediados de los años 90’ ya se podía intuir que evolucionaría como hasta ahora lo ha hecho. El tiempo lo ha demostrado, ya que una parte del espectro de la TDT ha sido destinado a las operadoras de telefonía móvil para utilizar tecnología 4G. Esta solución adoptada de crear un número tan alto de canales suponía dos problemas: por un lado, tener un gran número de contenidos y por otro, una economía que lo respaldara. El primer problema, el del contenido, se intentó solucionar con el alquiler de canales a diferentes emisores o creando canales especializados, con resultados negativos sin garantizar la suficiente audiencia. El segundo problema, el económico, se ha vuelto misión imposible, ya que el valor es excesivo: Atresmedia estima que el coste de un canal de televisión es de 25 millones de euros (10 millones por el transporte de la señal en Abertis y 15 millones para llenarlo de contenido)4, cifras realmente insostenibles.

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Por lo tanto, el inicio de la etapa de transición del mundo analógico al digital que brindaba la oportunidad de afianzar un modelo de televisión sostenible, diverso y de calidad, se ha convertido en un océano lleno de oportunidades que han sido aprovechadas en favor de los intereses particulares, tanto económicos como políticos. La disputa por la elección del sistema de difusión ha traído más problemas que beneficios, creando una mayor oferta de canales pero de calidad muy discutible y reprochable. La multiplicación de canales que han traído los cambios en las políticas de comunicación en Europa basados en la desregulación no ha supuesto, paradójicamente, un mayor pluralismo, según los expertos; al contrario: se evidencia una creciente homogeneización de contenidos y un índice de repetición muy alto debido a la incapacidad para producir contenidos originales para tantos canales. La crisis económica y la reducción publicitaria han incrementado los programas de fragmentos televisivos, los generados por los telespectadores y los ya almacenados. En definitiva, España sigue sin saber cuáles son las grandes ventajas de una televisión digital, a pesar de las advertencias y del futro predecible que se avecinaba. La interactividad sigue resultando bastante limitada a través de las capacidades que permite la TDT y a la televisión en España ahora sólo le queda dar un servicio mínimo, a la espera de la renovación, dentro de pocos años, del parque de televisores de los españoles y el tránsito hacia las Smart TV: más televisión a la carta. Por lo que respecta a mi opinión personal, mi consumo televisivo desde la digitalización y la multiplicación de canales ha descendido a niveles tan bajos como impensables hace años. Tengo una visión muy crítica, y creo que se han perdido las tres principales premisas de formar, informar y entretener. Observo como la mayoría de los productos audiovisuales en la televisión, considera generalmente a la juventud como una masa acrítica e individualista, a la que parece sólo tener en cuenta en su calidad de miembros de la sociedad de consumo, como un inmenso target al que poder dirigir anuncios y mensajes que inciten a consumir los productos publicitados sin mayores metas. Tranquilizador es dejar de ser un consumidor pasivo y poder elegir qué consumir según tus preferencias y gustos y obtener lo que realmente necesitas o te interesa con las nuevas tecnologías y la era digital.

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B- La televisión pública en la era digital. Internet no ha acabado con la televisión, del mismo modo que ésta no lo ha hecho con el cine, el teatro ni la radio. Al principio citaba el dato ofrecido por Campos-Freire sobre la emergencia del IPTV, con el 6,56% a nivel europeo como sistema de difusión. Además, según datos de marzo de 2011, Europa registra más de 363 millones de usuarios habituales de Internet, con una atención diaria de más de 50 minutos por persona frente a los 222 minutos que los telespectadores le dedicaron a la televisión en Europa en 2009.1 Es evidente que el modelo de televisión a través de la web tiene más que ofrecer que el modelo tradicional de televisión en abierto: noticias, fotos, videos relacionados, opiniones de terceros, chat, etc., es decir, que se ha pasado del telespectador del siglo pasado sentado en un sofá a un verdadero consumidor de contenidos que lleva en el bolsillo un único terminal desde el que quiere comunicarse y quiere disfrutar de lo que le interesa en cada momento sin plantearse dónde está, sin renunciar a la movilidad, sin depender de ningún horario preestablecido de difusión, y que quiere la información aquí y ahora. Pero considerado el perfil del nuevo consumidor, no se puede ignorar el extraordinario potencial de cambio que está significando internet para los medios de comunicación, en general y para la televisión pública, en particular. Por esta razón, desde mi punto de vista, sería razonable que se deba iniciar, cuanto antes, un plan estratégico de desarrollo y de presencia de las televisiones públicas en este nuevo escenario de la comunicación. La televisión pública en internet tendría que ejercer un nuevo liderazgo, similar al que ahora se le pide en relación con la industria audiovisual: hacer de motor del sistema público de información en la era digital y de los procesos de convergencia entre sectores como la cultura, la educación, la salud, el bienestar social, etc. Esto significa liderar el proceso de coordinación de las diversas instituciones, sobre todo de las públicas, en la gestión de la memoria digital, fuente de la información del futuro.

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En la nueva era digital, la televisión pública digital parece más necesaria que nunca: para garantizar una producción informativa de interés social y no sólo la que responda a los intereses y a las lógicas comerciales, como hacen mayoritariamente las cadenas de índole privada; para facilitar el acceso a sus servicios a la totalidad de la población, sin discriminaciones, pensando que no todo el mundo o generaciones

están

”digitalizadas”; para favorecer los procesos de bienestar social; para mantener la garantía del servicio universal de telecomunicaciones; para favorecer la sinergia y planificar el futuro de forma sostenible, en beneficio de la colectividad y no de los intereses coyunturales de las iniciativas privadas sin responsabilidad colectiva; y finalmente para mantener los espacios públicos de comunicación, como espacios compartidos por todas las personas de una misma sociedad, sin discriminaciones. En definitiva, la defensa de la televisión pública en la era digital tiene que basarse en el cumplimiento de su misión política, social, económica y cultural.

Bibliografía. 1

CAMPOS-FREIRE, Francisco (2013). "El futuro de la TV europea es híbrido, convergente y

cada vez menos público". En: Revista Latina de comunicación social, ISSN-e 1138-5820, N. 68, 2, 2013. 2

Artículo publicado en Tribuna Interpretativa el 10/05/2014. http://tribunainterpretativa.com/tdt-

cierre-canales-fracaso-errores-television-digital-terrestre-espana/ 3

Artículo publicado en Europapress el 08/06/2012 http://www.europapress.es/nacional/noticia-

astra-avisa-nuevo-apagon-tdt-provocara-interferencias-pide-libertad-elegir-otras-tecnologias20120608124515.html 4

Artículo publicado en Europapress el 24/04/2014 http://www.europapress.es/economia/noticia-

economia-empresas-atresmedia-recuperara-licencia-gol-tv-antes-2016-20140424155325.html

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