La sociedad del riesgo: los carteles de droga

La sociedad del riesgo: los carteles de droga en América Latina

Siguiendo la lógica del crimen organizado, es probable que nunca aparezcan
en su totalidad los restos de los 43 estudiantes de Iguala desaparecidos en
septiembre de este año. Las técnicas que normalmente utilizan para
desaparecer cuerpos incluyen tambores de ácido o la quema de los cuerpos.
Es crudo, pero una realidad innegable que no disminuye a pesar de los
esfuerzos de los gobiernos por generar políticas públicas en seguridad,
incluyendo la creación de policías militares o derechamente la
incorporación de fuerzas militares en la lucha contra el narcotráfico, como
es el caso de Colombia y México. Tampoco ayuda el arresto de los líderes de
los grandes carteles, ya que su estructura superpone la organización por
sobre el individuo. Ello solo genera mayor poder en las células y bandas
criminales asociadas a los grandes carteles. Queda claro que desbaratar
este tipo de organizaciones es un asunto complejo.

Sin duda, el factor económico es importante, las ganancias en este negocio
son aparentemente muy superiores a los riesgos. A ello se suma el poder que
otorga el dinero, ya sea político o social. De alguna manera ello explica
por qué el ex Alcalde de Iguala y su mujer, con nexos directos con la
célula "Guerreros Unidos" pertenecientes al cartel La Familia Michoacana,
sean los principales sospechosos intelectuales de la desaparición de los
jóvenes normalistas.

Otro factor importante es que las organizaciones criminales se transforman
a medida que cambian los tiempos. Su capacidad de adaptación es tan grande
que ello facilita que las redes de contacto se amplíen y el negocio se
mantenga activo. Cómo señalan autores especializados, la innovación es
clave para la subsistencia.

Pero existe otro elemento que, a mi juicio, sustenta también a este tipo de
organizaciones. Me refiero al miedo, el que como producto de la violencia
genera el control interno de la organización y, a la vez, siembra
incertidumbre en la sociedad. Es en este tipo de sociedades, definidas por
el sociólogo alemán Ulrich Beck como "sociedades del riesgo", donde las
carencias propias del mundo moderno, la inseguridad y fabricación de la
incertidumbre dominan la construcción de la realidad, la que no solo se
circunscribe a un país o región específica, sino que es a nivel global. En
este tipo de sociedades, los mecanismos de control son neutralizados.
México es el más claro ejemplo de ello.

En este sentido, la entrega voluntaria de los sicarios supuestamente
responsables del crimen junto con la información entregada sobre el
paradero de los estudiantes, solo fue una jugada estratégica que permitió a
los Guerreros Unidos dar a conocer públicamente uno de sus tantos métodos
para eliminar a sus víctimas. El mensaje es claro: No seguir indagando.
Esto solo refleja el juego perverso que efectúan los carteles para
controlar la incertidumbre y hacer prevalecer el miedo.

En el contexto regional, la expansión y asociación de carteles mexicanos y
colombianos con grupos locales andinos (Perú y Bolivia) ya es un hecho. No
estamos aislados, por ello, es importante poner atención a la transferencia
de normas y pautas de conducta propias de los carteles del norte al resto
de la región, incluyendo a Chile.

Como señala Beck, el riesgo traspasa fronteras, por ello no estamos libres
que en un futuro cercano seamos testigos de secuestros y asesinatos
masivos. El peligro está en la normalización del miedo. Finalmente, ante la
expansión de este fenómeno el rol de la defensa en Chile tendrá que
cambiar, pero no sabemos cuándo. Por tanto, es clave determinar los
indicadores precisos para anticiparnos a ese cambio y además resolver el
nuevo rol de la defensa en ese escenario. Así podríamos evitar avanzar
hacia una sociedad del riesgo.