LA SISTEMATIZACION Y LA INVESTIGACION EN LA INTERVENCION DEL TRABAJO SOCIAL BASE PARA UNA ACCION PROFESIONAL

July 22, 2017 | Autor: Hector Venegas | Categoría: Metodología y Teoría de la Investigación Social, Trabajo Social Crítico
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Descripción



Chileno, Trabajador Social,Licenciado en Trabajo Social, Docente part-time Universidad Santo Tomas sedes Osorno y Puerto Montt. [email protected]


la sistematización y la investigación en la intervención del trabajo social, base para una acción profesional

Héctor Hernán Venegas Villanueva

El siguiente documento intenta ser una reflexión conceptual y práctica, que surge desde la experiencia lograda en los procesos de formación de estudiantes de Trabajo Social. Así se intenta buscar una instancia para la discusión disciplinar en relación a la sistematización y la investigación como elementos que permiten la producción de conocimiento, en y desde la intervención profesional. Este trabajo aborda además la dicotomía que aun se sigue presentandoentre la acción y la reflexión, entre el objeto de conocimiento - objeto de intervención y el desafío que implica el asumir que no es posible una acción profesional sin reflexión de nuestras intervenciones. De esta manera se concluye por último la necesidad de un análisis que identifique los problemas de investigación en Trabajo Social, planteando alternativas y reflexiones para potenciar la intervención profesional.


Introducción

Al momento de hablar de producción de conocimiento en el Trabajo Social, es bastante común encontrarnos con miradas que abordan la reflexión, el reconocimiento de las particularidades y de los contextos en donde se producen nuestras intervenciones. Así encontramos miradas de autores, que coinciden en que estamos viviendo un momento crítico, en donde los procesos de nuestra acción profesional están cruzados por elementos contradictorios ya sea a nivel macro o local, tal como procesos de globalización y conflictos interculturales. En este sentido se puede rescatar lo que señala Teresa Matus (1999), quien considera que es urgente revisar las categorías estructuralistas y funcionalistas, que históricamente han influenciado el quehacer profesional y que hoy se muestran insuficientes para comprender un contexto de cambios acelerados, en los cuales aparecen esbozos de re-organización delo público, formas imprevistas de exclusión social, reconocimiento de actores históricamente excluidos, entre otros.

La sociedad actual, requiere de parte de las ciencias sociales, y en especial del trabajo social, una urgente respuesta, la que lamentablemente en la gran mayoría de las veces tiende a ser coyuntural y llena de tecnicismos, impidiendo con ello que el profesional se detenga a pensar los problemas de modo más estructural. Así, se dibuja el contorno de los desafíos que se nos presentan,por un lado reconstruyendo y trascendiendo de una intervención con carácter de acción instrumental y reguladora del orden social, a una intervención transformadora y generadora de conocimiento. Por otra parte un segundo desafío que sigue aun presente, es el de desarrollar y fortalecer la acumulación teórico-metodológica de nuestrasintervenciones para poder así re-pensar nuestro objeto de conocimiento-intervención.

La motivación por escribir respecto de esta temática está dada por la posibilidad de reflexionar e incorporar nuevos conocimientos a la labor académica en la formación de pregrado.

La investigación en Trabajo Social

Para comenzar una discusión frente a este punto es preciso generar al menos un análisis en relación con el proceso evolutivo de la investigación en trabajo social, y de esta forma identificar problemáticas actuales de la investigación en la disciplina. Si la ciencia utiliza la investigación para la producción de nuevos conocimientos, teorías, a su vez la investigación es precedida por enfoques paradigmáticos, es decir, se aplica igual en la disciplina de trabajo social que, desde sus fundamentos teóricos y de su práctica, necesita continuar en el camino de construcción de investigación desde cualquiera de las visiones o paradigmas. En la evolución histórica de investigación en trabajo social, (Acero, 1988) registra su aparición en 1907 con los aportes de Mary E. Richmond, quien en su libro "Social Diagnosis" por primera vez se formuló una teoría de Trabajo Social apoyada en más de diecisiete años de investigación y experiencia directa de trabajo. Richmond (1922), en "Diagnostico Social", ya nos dice que sin investigación social no es posible realizar trabajo social".

Por otra parte, Kisnerman define la investigación como: "el proceso metodológico de, descubrir, interpretar, explicar y valorar una realidad, prediciendo su desarrollo futuro según se intervenga o no en ella". Cuando el trabajador social se encuentra ante una nueva situación se plantea los interrogantes: ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuando?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿qué significado tiene?, ¿aquién afecta?, ¿qué consecuencias produce?, y al proceso que sigue mediante la aplicación de un método, técnicas, procedimientos y conocimiento científico para responder a las cuestiones anteriores se le llama investigación. (Kisnerman, 1985).

La historia de la investigación en el trabajo social puede describirse como la interacción e integración de dos orientaciones distintas que marcan su identidad: por un lado, la perspectiva de la ciencia que pone el énfasis en la objetividad, el pensamiento lógico y el uso de técnicas racionales explícitas en la búsqueda ordenada de un conocimiento sistemático generalizado y por otro, los elementos intrínsecos a la propia profesión, tales como la importancia de valores, la visión de la práctica como un "arte" que se apoya en el conocimiento y creatividad y el tratamiento de complejos problemas individuales y sociales que no siempre se prestan a una particular estrategia de investigación.

Al momento de definir a la investigación, nos podemos encontrar con que existe diversidad de concepciones teóricas y metodológicas, que van desde definiciones que la ubican como proceso crítico de acciones pasadas, o posturas que la reducen a un juicio de comparación que busca medir consecuencias o efectos deseados o no, hasta llegar a concepciones más actuales, de tipo construccionista y fenomenológico, que la definen como una manera sistemática de producir reflexión y conocimiento acerca de un proceso desarrollado o que se lleva a cabo. Sin embargo al unir la mirada social y desde la perspectiva del trabajo social, la investigación puede ser vista como articuladora de métodos (cualitativos y cuantitativos), busca recrear lo imprevisto, y describir procesos. Por otra parte, intentar definir la investigación social en una frase, delimitándola de manera precisa, resulta difícil, sin embargo, se pueden destacar por ejemplo los esfuerzos que realizan Carr y Kemmis (1983), quienesargumentan que la investigación se encuentra en un contexto de cambio social y este hecho define su raíz paradigmática.

En este sentido, toda investigación mirada bajo el prisma del trabajo social, podría ser vista como una modalidad de investigación aplicada que incide sobre objetos sociales, programas, instituciones, organizaciones y actores; lo cual según Escudero (1996), permite analizar y juzgar su calidad estática y dinámica apoyada en "criterios rigurosos múltiples", con la intención de sugerir a los diferentes actores implicados acciones alternativas sobre los mismos procesos vividos. Esta mirada sobre la investigación social la implica ligada inherentemente a la praxis, pero no sólo respondiendo a niveles operativos-prácticos, sino que más bien trascendiendo a ámbitos conceptuales-teóricos que permiten construcción de conocimiento.

Entonces, la investigación en trabajo social, debe ser vista como un canal conductor que va uniendo la teoría y la realidad, facilitando re-construir la realidad social. Entonces, podemos asumir la investigación social, como una práctica sistemáticay metodológicamente ordenada, mediante la que se potencian procesos de producción de conocimiento, que posibilitan comprender y explicar la realidad social (Vélez, 2003). Se considera que a través de ella, es posible vivir y reflexionar sobre el presente, recuperar la memoria colectiva del pasado y constituir un espacio dialógico de práctica y de saberes contrarios y diversos.

Entonces, es necesario así, recordar que el objeto del trabajo social se configura en la intervención, por ello la investigación, como ejercicio teórico-metodológico, debiera centrarse de manera cada vez más creciente en el campo de la intervención (acción), en donde se hace necesario (con urgencia) un análisis crítico sobre los planes, programas y proyectos generados y ejecutados en ámbitos institucionales, organizacionales y comunitarios; es precisamente en este sentido que cobra una vital importancia el revitalizar nuestros procesos de sistematización de experiencias.

La Sistematización en Trabajo Social

Existen diversas definiciones que hacen alusión al término de sistematización y cada una de ellas pone distintos énfasis en los objetivos de este proceso, sin embargo, la gran mayoría de ellas coincide en señalarla como: "Un proceso a través del cual se recupera lo que los sujetos saben de su experiencia para poder comprender la, interpretarla y comunicarla, produciéndose así un nuevo tipo de conocimiento". Esta definición y otras coinciden en que la sistematización busca; Relacionar la práctica y la teoría, Producir conocimientos sobre la práctica y Comprender y comunicar las prácticas de acción y/o promoción social.

En un sentido complementario, resulta interesante abordar lo que plantea Ghiso (1998), quien señala que si reconocemos que existen diversidad de sujetos y por consiguiente de lógicas y racionalidades, culturas y discursos que mueven a la reflexión y expresión del saber construido en relación a las prácticas, podemos, entonces, suponer que existen diferentes respaldos epistemológicos.

Ahora, ligando el concepto de sistematización al de Trabajo Social, podemos encontrar lo que plantean Teresa Quiroz y María de la Luz Morgan (1998), quienes ven a la sistematización como un método para generar conocimiento social a partir de la experiencia con el fin de orientarla. Pretende reconstruir dimensiones de un proceso en relación con problemas de acción y, para el Trabajo Social, permite la construcción de una reflexión teorizada en torno a una práctica social.

Por ultimo, Daniela Sánchez (1986) visualiza a la sistematización más bien como una práctica que reconstruye experiencia y produce conocimiento. Es un saber singular y particular que se apoya en la reflexión teórica y tiene como propósito aportar a una epistemología de la práctica. Una forma de conocer y de actuar que da cuenta de la búsqueda de una nueva identidad en el Trabajo Social.

Al revisar estas conceptualizaciones, es posible encontrar un consenso en torno a que la sistematización es una posibilidad para reconstruir la experiencia, generar conocimiento de manera participativa, dotar de sentido y teorizar la práctica.

Es preciso, sin embargo plantear que la sistematización se distingue de la investigación, en la manera como se construye el objeto. Así, tenemos que en la investigación se busca conocer una dimensión o aspecto de la realidad social, sobre la cual nos hacemos preguntas; en la sistematización, más bien nos cuestionamosrespecto a una práctica en la cual hemos participado como un actor más, con una intencionalidad de transformar esa realidad. Por lo tanto la mirada acá será de una intención manifiesta de recuperar teórica, metodológica y críticamente las experiencias desarrolladas en los procesos de intervención social.

Así mismo, la sistematización se diferencia de la investigación por el eje que orienta la producción de conocimientos, puesto que la investigación en trabajo social, y por sobre todo la investigación evaluativa, puede ser vista más bien como aquella que proporciona información para la planificación y desarrollo de programas y estrategias de intervención social, acorde con las particularidades de los contextos estudiados, mientras que la sistematización y los resultados obtenidos de estos proceso, pueden servir de antecedentes a otras experiencias, pero también para dotar de sentido y significado la intervención social, mediante la recuperación de nuevas categorías, enfoques, modelos, métodos y estrategias.



Concluyendo

La sistematización y la investigación son conceptos polisémicos sobre los que se han construido múltiples discursos a la luz de intereses particulares, imaginarios e intenciones de los profesionales (cruzados incluso con miradas ideológicas, apuestas políticas o formas particulares de ver y estar en el mundo). Sin embargo, a la luz de lo anteriormente planteado, podemos consensuar que son modalidades de generación de conocimientode y en la práctica, que posibilitan (este es el desafío) además reflexión crítica sobre la misma. Así, tenemos entonces, que son dos instancias de nuestro que hacer profesional que nos permiten actuar de manera directa entre la tensa relación teoría-practica, posibilitándonos además intervenciones reflexivas y dinámicas, que se adapten a el enjambrado mundo social que implican además el ser profesionales de la acción dispuestos a intervenir en dicha complejidad.

Es necesario reflexionar además respecto del consenso que suele encontrarse al revisar la bibliografía, en donde se plantea que la sistematización y la investigación, son componentes estructurantes de la intervención. Sin embargo, esto cobra nulo sentido, al observar que en el campo profesional, muchos Trabajadores Sociales le asignan una gran importancia al menos en el discurso, sin embargo al momento de plasmarlo y desarrollar estos procesos de manera metodológica y rigurosa en sus propias acciones profesionales,esta importancia decae a más bien un asunto anexo frente a la urgencia que cobran elementos de carácter coyuntural, o así también no se llevan a cabo por la no gestión de recursos para poder diseñar e implementar este tipo de reflexión critica de nuestras propias acciones (intervenciones).

En este punto,es importante rescatarloplanteado por Teresa Matus (2003), cuando argumenta que la intervención, hoy, no puede reducirse sólo al plano operacional, pues se hace necesario establecer una relación inseparable entre la intervención y un sistema de comprensión social que se configura en diferentes dimensiones, como son: los cambios en el contexto, las diversas perspectivas teóricas en las Ciencias Sociales, los enfoques epistemológicos y los marcos éticos valorativos.

Concordando con la autora, se destaca que (desde un punto de vista muy personal), la formación en investigación no es un asunto exclusivo de los académicos, sino que es un compromiso de la profesión que como punto orgánico posibilita la producción de conocimiento sobre las dinámicas sociales donde cotidianamente intervenimos los profesionales del trabajo social. Así, por ejemplo se debería, desde la formación de pregrado, trabajar la investigación social como un eje transversal integrador que permee toda malla curricular. En este sentido, resultaría de mucha utilidad permitir al estudiante plantearse sus propias interrogantes, darse aproximaciones de respuestas, asignación de tiempo independiente, desde cualquiera de las asignaturas tanto básicas, de apoyo y profesional (metodologías); abordar los enfoques metodológicos desde ambos paradigmas cuali/cuantitativo; persistir desde la academia en la elaboración de proyectos de investigación al interior de las Escuelas y del ejercicio profesional del trabajo social (punto que podría servir como inicio para apoyar la conformación de grupos y núcleos de investigación).

Es entonces, de suma urgencia revisar constantemente los procesos de formación, para no estimular posturas neutrales y concepciones estructuralistas en la intervención que tradicionalmente han influido el quehacer profesional, separando drásticamente objeto de conocimiento, de objeto de intervención, frente a lo cual podemos caer en el conformismo de seguir reproduciendo estas prácticas a-criticas en espacios académicos. Esta reflexión entonces, resulta en una llamada (grito) a relacionar dialógicamente teoría-praxis, pues la acción por sí misma, es insuficiente frente a un contexto de cambios profundos expresados por ejemplo en la diversidad y las variaciones frente a la noción del Estado y su rol, entre otros.

En otras palabras, y como mensaje final, se alienta a quien revise este documento (tanto estudiantes como colegas) a romper esta inercia que pesea los avances significativos en el campo disciplinar del Trabajo Social, se continúa presentando en cuanto a la dicotomía en el ejercicio profesional frente a la acción y la producción de conocimiento, la ausencia de reflexión en muchas de las experiencias desarrolladas y la"representación social colectiva"en relación a que tan solo al mundo académico le corresponde el llamado a producir conocimiento.


Referencias Bibliográficas

Acero, C. La Investigación en Trabajo Social. Revista de Trabajo Social,N°,1 Escuela de Trabajo Social Universidad Complutense. Madrid, 1988.

Carr, Wilfred y Kemmis, Stephen. Becoming Critical: Knowing Through Action Research, Deakin University. Victoria, 1983.

Escudero, Tomás. Proyecto Docente e Investigador. Universidad de Zaragoza. Zaragoza, 1996.

Ghiso, Alfredo. Sistematización de experiencias en Educación Popular. En Memorias Foro Los contextos actuales de la Educación Popular. Fe y Alegría Regionales Medellín y Bello. Medellín, 2001.

Kisnerman, Natalio.El Método: Investigación, colección Teoría y Práctica del Trabajo Social,Edit. Humanitas. Bs. Aires, 1985.

Matus, Teresa. Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social: hacia una Intervención Polifónica. Espacio. Buenos Aires, 1999.

Quiroz, Teresa y Morgan, María. La sistematización un intento conceptual y una propuesta de operacionalización, en la sistematización en los Proyectos de Sistematización Escolar. CEAAL. Santiago de Chile, 1998.

Richmond, Mary E. Diagnostico Social,Primera Edición, Siglo XXI., España: Siglo XXI, 2005, 640 p.

Sánchez, Daniela. Sistematizar es un verbo que se conjuga en la acción. En: Colectivo de Trabajo Social, Apuntes para Trabajo Social, N°. 16. Santiago de Chile, 1989.

Vélez, Olga Lucía. Reconfigurando el trabajo social. Perspectivas y tendencias contemporáneas. Espacio. Buenos Aires, 2003.

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