La Segunda Edad del Hierro en la cuenca media del río Henares: asentamiento y territorio

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Descripción

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Zona Arqueológica

1er SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS Arqueología e historia de un pueblo de la edad del hierro

Zona Arqueológica

1er SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS Arqueología e historia de un pueblo de la edad del hierro

COMUNIDAD DE MADRID PRESIDENTE Ignacio González González

ZONA ARQUEOLÓGICA, Nº 17 1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS ARQUEOLOGÍA E HISTORIA DE UN PUEBLO DE LA EDAD ER

DEL HIERRO

Consejería de Empleo, Turismo y Cultura CONSEJERA DE EMPLEO, TURISMO Y CULTURA Ana Isabel Mariño Ortega VICECONSEJERA DE TURISMO Y CULTURA Carmen González Fernández SECRETARIO GENERAL TÉCNICO Alfonso Moreno Gómez DIRECTOR GENERAL DE PATRIMONIO HISTÓRICO Fernando Gonzalo Carrión Morales DIRECTORA GENERAL DE BELLAS ARTES, DEL LIBRO Y DE ARCHIVOS Isabel Rosell Volart

EDITOR Enrique Baquedano

DISEÑO, MAQUETACIÓN Y PREIMPRESIÓN Vicente Alberto Serrano / Esperanza Santos IMPRESIÓN Y ENCUADERNACIÓN B.O.C.M. ISSN 1579-7384 ISBN 978-84-451-3497-9 DEPÓSITO LEGAL M-32327-2014

MUSEO ARQUEOLÓGICO REGIONAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID DIRECTOR Enrique Baquedano

© De los textos: sus autores

JEFA DEL ÁREA DE CONSERVACIÓN E INVESTIGACIÓN Isabel Baquedano Beltrán

© De las ilustraciones y gráficos: sus autores

© De las fotografías: sus autores

JEFA DEL ÁREA DE EXPOSICIONES Inmaculada Escobar JEFE DEL ÁREA DE DIFUSIÓN Y COMUNICACIÓN Luis Palop

La revista ZONA ARQUEOLÓGICA ha sido evaluada por el Grupo de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas (EPUC), asociado al Consejo Superior de Invesigaciones Científicas (CSIC), y está incluida, entre otras, en las siguientes bases de datos: Arts & Humanities Citation Index ® , DICE y LATINDEX

Zona Arqueológica

1er SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS Arqueología e historia de un pueblo de la edad del hierro

Número 17 Alcalá de Henares, 2014

MUSEO ARQUEOLÓGICO REGIONAL

Índice

13 Los carpetanos y el M.A.R. Enrique Baquedano

15 1ª Sesión: Historiografía de la Carpetania Ponencia 15

La investigación protohistórica en la Carpetania. Jorge de Torres Rodríguez Comunicaciones

39

Carpetania no es Celtiberia. Un axioma en la historiografía humanista. Rosario Ortega

45 2ª Sesión: Paisaje, poblamiento y urbanismo Ponencia 45

Paisaje y poblamiento en la Carpetania: un territorio en proceso de definición. Antonio F. Dávila Comunicaciones

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La Segunda Edad del Hierro en la cuenca media del río Henares: asentamiento y territorio. José Ángel Salgado Carmona y Elena Vega Rivas

85

Últimos avances en la investigación del oppidum de Titulcia (Titulcia, Madrid). José Polo López y Mª del Carmen Valenciano Prieto

99

Procesos de urbanización durante la Edad del Hierro en el yacimiento “Momo” de Alcalá de Henares (Madrid). César Heras Martínez y Ana Bastida Ramírez

111

Oppidum, urbanismo y organización de los espacios de hábitat en El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid). Miguel Contreras Martínez, Gabriela Märtens Alfaro, Gonzalo Ruiz Zapatero y Enrique Baquedano

125

El hábitat carpetano del parque Miralrío (Rivas Vaciamadrid). Daniel Pérez y Marta Bueno

135

Evolución del poblamiento en el enclave carpetano de “Cerro de las Brujas” (Pinto, Madrid). Miguel Rodríguez Cifuentes

149

El Cerro de la Cruz (Puebla de Almenara, Cuenca). Arquitectura defensiva y urbanismo de un enclave carpetano en los albores de la romanización. Luis Andrés Domingo Puertas

161

La Carpetania Meridional: el poblamiento durante la II Edad del Hierro en el interfluvio Riansares-Cigüela de La Mancha toledana. Luis Andrés Domingo Puertas

8

175 3ª Sesión: Economía y sociedad Ponencia 175

Tierras, huesos, semillas y personas. Economía y sociedad en la Carpetania. Dionisio Urbina Martínez Comunicaciones

201

Actividades productivas en La Cuesta (Torrejón de Velasco, Madrid). Raúl Flores-Fernández y Primitivo Javier Sanabria Marcos

211

Los grandes poblados carpetanos cercanos a fuentes salobres: Cerro de La Gavia, Titulcia, Oreja y Valdelascasas. Santiago Valiente Cánovas, Fernando López Cidad, Francisco Ramos Sánchez y Mariano Ayarzagüena Sanz

223

El poblado “en espolón” carpetano del cerro de “Fuente de la Mora” en Leganés (Madrid). Jorge J. Vega y Miguel, Juan Carlos Méndez Madrid, Roberto C. Menduiña García, Sonia Díez Baranda y Marta Cuesta Salceda

235 4ª Sesión: Cultura material Ponencia 235

Los Carpetanos y sus vecinos: fenómenos de interacción a la luz de la cultura material. Concepción Blasco y Juan Francisco Blanco Comunicaciones

267

Celtíberos y carpetanos: ¿frontera cultural, lingüística y étnica? Mª Luisa Cerdeño y Emilio Gamo Pazos

279

Estudio de la cerámica itálica de barniz negro en El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid): primeros resultados. Sandra Azcárraga Cámara, Gabriela Märtens, Miguel Contreras, Gonzalo Ruiz-Zapatero y Enrique Baquedano

293

Viviendas en El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid); la jerarquización del espacio doméstico a partir del estudio del material cerámico. Gabriela Märtens, Miguel Contreras, Gonzalo Ruiz-Zapatero y Enrique Baquedano

317 5ª Sesión: Mundo funerario, arte y simbolismo Ponencia 317

Datos para el estudio del mundo funerario durante la II Edad del Hierro en la Meseta Sur: Las necrópolis carpetanas. Juan Pereira Sieso y Jorge de Torres Rodríguez Comunicaciones

335

El ascenso de los jefes: desigualdad, competición y resistencia en la necrópolis de Palomar de Pintado. Juan Pereira Sieso y Jorge de Torres Rodríguez

349

Cerámica lañada: arte, economía y estética en la Carpetania prerromana. Esther Andreu y Alexandra Uscatescu

9

361 6ª Sesión: Arqueozoología Ponencia 361

Implicaciones de la zooarqueología en la economía en la Edad del Hierro. José Yravedra y Verónica Estaca Comunicaciones

377

El Llano de la Horca: primeras valoraciones del análisis de los restos faunísticos. Mª Dolores López Gila, Gabriela Märtens, Miguel Contreras, Gonzalo Ruiz Zapatero y Enrique Baquedano

387 7ª Sesión: Arqueobotánica Ponencia 387

Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular. Paloma Uzquiano y Mª Blanca Ruiz Zapata

407 8ª Sesión: Romanización: etapa republicana Ponencia 407

La romanización de Carpetania durante la República Romana. Julio Mangas Comunicaciones

427

“El Llano de San Pedro” (Valderrebollo, Guadalajara): Un oppidum en los confines de la Carpetania. Emilio Gamo Pazos

435

Nuevos datos sobre la romanización de la Carpetania centro-septentrional. Sandra Azcárraga Cámara

447

Una ciudad en la zona meridional de la antigua Carpetania: Consabura (Consuegra, Toledo). Juan Francisco Palencia García

455 Conferencia de clausura Presente y futuro de una arqueología carpetana. Gonzalo Ruiz Zapatero

Los carpetanos y el M.A.R.

a llegada de la civilización romana a los confines de lo que terminó siendo uno de los imperios más relevantes de la historia universal implicó un fenómeno uniformizador, incluso globalizador en opinión de algunos, que conocemos todos como romanización. Este fenómeno que despierta un razonable interés en todos los campos del saber y especialmente de cuantos nos dedicamos a bucear en el pasado, no se manifestó, sin embargo, de la misma forma ni con la misma intensidad en todos los confines del orbe latino. De tal manera que en unos lugares el sustrato cultural pervivió con mayor o menor relevancia que en otros, en virtud de muchos factores. En la Península ibérica, la resultante de esa mezcla social y cultural es conocida como el mundo hispanorromano. Y como en el resto de fronteras no se manifestó de la misma forma en todos sus territorios. El origen, la impronta y la personalidad de cada uno de los diferentes pueblos prerromanos, “indígenas” entre comillas, dio lugar a una cosa nueva en cada una de las zonas de aquel territorio. Por ello, era inevitable que el sarampión centrífugo llegara a nuestro país junto con la recuperación de las libertades al retornar a la democracia. A nadie le sorprendió que los gobiernos de las Comunidades Autónomas primaran en la investigación de la historia, y singularmente en la arqueología, el conocimiento de los pueblos prerromanos, “indígenas”. Sin embargo esto no ocurrió en la Comunidad de Madrid. Por razones complejas, la Comunidad no primó en sus orígenes la investigación arqueológica. Desde luego la identidad no identitaria de esta región, reconocida hasta en el himno oficial escrito por el filólogo y poeta Agustín García Calvo, es seguramente la razón más importante. Los investigadores de las universidades, museos y centros de investigación madrileños encontraron probablemente más atractivo, con excepciones muy meritorias, el trabajo en lugares más lejanos. Quienes investigamos al lado de nuestra casa y también en lugares exóticos sabemos bien de lo que hablamos. Por último, la inexistencia de un Centro específicamente dedicado a la arqueología madrileña regional, como el Museo Arqueológico Regional, contribuía a esa laguna en el saber sobre un mundo conocido mucho más por las fuentes literarias clásicas que por sus restos arqueológicos. Por ello una de nuestras primeras tareas en el M.A.R., inaugurado en mayo de 1999, fue determinar esas lagunas en nuestro conocimiento arqueológico para intentar paliarlas. La ignorancia arqueológica sobre los carpetanos era clamorosa. Prácticamente casi todo lo poco que sabíamos de ellos era por prospecciones o excavaciones de carácter preventivo y escasamente publicadas. Salvo muy pocas excepciones. En 2000 revisamos la carta arqueológica y varios yacimientos carpetanos in situ para optar por El Llano de la Horca, en Santorcaz, debido a varios argumentos explicitados en otras páginas.

L

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En 2001 comenzamos las excavaciones arqueológicas en aquel cerro alcarreño y tras once campañas de excavación y una de prospección geofísica llegamos a unas conclusiones que hemos anticipado en varias publicaciones y en la exposición Los últimos carpetanos. El oppidum de El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid) que se presentó en 2012 con gran éxito de público y crítica, como decían los clásicos. Actualmente preparamos la correspondiente memoria de excavación que verá la luz en la serie ZONA ARQUEOLÓGICA. La misma serie que en 2007 sacó de la imprenta dos volúmenes monográficos dedicados a la Edad del Hierro en la Carpetania como forma de presentar un estado actual de la investigación, de manera previa a la organización de un congreso específico sobre Los Carpetanos, celebrado en 2013. También se ha publicado la tesis doctoral de Jorge de Torres, en 2012, titulada La tierra sin límites. Territorio, sociedad e identidades en el Valle Medio del Tajo (ss. IX - I a.C.). Y muy próximamente se publicará la de Sandra Azcárraga, titulada La Carpetania centro-septentrional entre la Segunda Edad del Hierro y la época romana (ss. III a.C. - I d.C.): el Valle Bajo del Henares. El presente volumen recoge las actas de aquel congreso dirigido científicamente por Gonzalo Ruiz Zapatero, y secretariado por Gabriela Märtens y Sandra Azcárraga. De ellos y de los ponentes íntegramente son los méritos de aquel cónclave y de estas actas. Confiamos en que puedan celebrarse más congresos futuros sobre los carpetanos, en Alcalá de Henares o en cualquier otro punto de la Carpetania, pero deseamos que este episodio no sea un hito más sin continuidad, como es tan frecuente entre nosotros, los arqueólogos españoles. Y confiamos también en que este texto no resulte excesivamente autocomplaciente, pero creemos que los gestores estamos obligados a explicar y justificar lo que hacemos con nuestras responsabilidades y con los fondos públicos. Gracias por tu benevolencia, lector amable. Enrique Baquedano Director del Museo Arqueológico Regional

La Segunda Edad del Hierro en la cuenca media del río Henares: asentamiento y territorio

Resumen Este trabajo plantea el estudio de los asentamientos de la Segunda Edad del Hierro y de su territorio desde una perspectiva espacial, atendiendo tanto a las características de los diferentes sitios (ubicación, presencia de fortificación, etc.) como a su relación con el entorno por medio de las herramientas ofrecidas por los Sistemas de Información Geográfica (SIG). El área de estudio comprende el curso medio del río Henares (Guadalajara), desde la confluencia del río Salado hasta aguas abajo de su unión con el Badiel, así como los valles de algunos de sus afluentes. Los datos de partida provienen de prospecciones de superficie realizadas para la redacción de la Carta Arqueológica de diferentes municipios del valle del Henares, por lo que a la nómina de sitios conocidos se unen otros hasta ahora inéditos que ayudan a completar el estudio. Palabras clave Segunda Edad del Hierro, río Henares, Guadalajara, asentamiento, territorio, Sistemas de Información Geográfica. Abstract This paper focuses on the study of Second Iron Age settlements and their territory from a spatial perspective, analyzing both the characteristics of the different sites (location, presence of fortification, etc.) and their relationship with the environment by using the tools provided by the Geographic Information Systems (GIS). The study area comprises the middle course of the Henares River (Guadalajara province, Spain), from the confluence of the Salado River to its junction with the Badiel as well as the valleys of some of its tributaries. The archaeological records come from surface surveys conducted to elaborate the archaeological map of different municipalities in the Henares valley. These surveys have helped to increase the list of known sites included in the study. Key words Second Iron Age, Henares river, Guadalajara province (Spain), settlement, territory, Geographical Information Systems.

La Segunda Edad del Hierro en la cuenca media del río Henares: asentamiento y territorio José Ángel Salgado Carmona* Elena Vega Rivas**

Introducción Durante los años 2006 y 2012 se realizaron prospecciones para la redacción de las Cartas Arqueológicas de diferentes localidades situadas en el curso medio del río Henares, en la provincia de Guadalajara1. Fueron trabajos extensivos de cobertura total, con intensificación en las áreas de mayor potencialidad arqueológica, definidas por parámetros geográficos, toponímicos y documentales. Se localizaron diferentes sitios arqueológicos interpretados como asentamientos de la Segunda Edad del Hierro, aunque varios eran ya conocidos y habían sido publicados. Es el caso de los recopilados en los trabajos llevados a cabo por la Universidad de Alcalá (Balbín et alii, 1995) o los artículos monográficos sobre Valmatón (Rovira y Fraile, 1976) o Los Morales (Valiente, 1992). Este último trabajo es un ejemplo de la investigación sobre la Segunda Edad del Hierro en esta zona, pues los datos no se estudian por sí mismos, sino como base para argumentar la existencia de una diferencia* [email protected] * [email protected] Gabinete de Arqueología y Patrimonio 1 Los términos municipales prospectados para la elaboración de la Carta Arqueológica son: Bujalaro, Casas de San Galindo, Cañizar, Cogolludo, Congostrina, Copernal, Espinosa de Henares, Fontanar, Fuencemillán, Heras de Ayuso, Hita, Humanes de Mohernando, Jirueque, Marchamalo, Matillas, Medranda, Membrillera, Mohernando, Montarrón, Pinilla de Jadraque, San Andrés del Congosto, Torre del Burgo, Yunquera de Henares y Valdearenas.

ción arqueológica que evidenciase los límites entre Carpetanos y Celtíberos. Así, se han establecido los límites de la Carpetania en su frontera noreste (Blasco y Sánchez, 1999), citando alguno de los escasos estudios sobre asentamientos de la zona. Una notable excepción fue el trabajo de M. Corral (1987), en donde realiza un estudio territorial de varios de los asentamientos conocidos en la zona. Esta ausencia de tradición investigadora se explica por el enorme peso que lo celtibérico ha tenido desde principios del siglo XX, cuando figuras de la talla de Juan Cabré Aguiló o Enrique de Aguilera y Gamboa (XVII Marqués de Cerralbo) realizan las primeras excavaciones (Aguilera, 1999; Cabré, 1930). Esta tradición se retomó en los años 70 del pasado siglo revisando materiales procedentes de excavaciones antiguas (Cerdeño, 1973), así como con las primeras intervenciones en nuevas necrópolis (Cerdeño y Pérez de Ynestrosa, 1993) o poblados (Belén et alii, 1978). Por lo tanto, mientras que el área de Molina de Aragón y el área seguntina han sido abordadas intensamente hasta la actualidad, con numerosos sitios excavados y proyectos de investigación desarrollados, el curso medio del río Henares carece de una valoración de conjunto Este vacío investigador, resaltado por A. Arenas (2002), resulta más llamativo cuando comparamos el curso medio del Henares con su zona baja, y fundamentalmente cuando nos adentramos en la profusamente investigada Comunidad de Madrid, siendo la cantidad de estudios muy superior (Dávila, 2007; Mayoral et alii,

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2007). El fuerte crecimiento urbano del Corredor del Henares y su afección al Patrimonio (Fernández-Galiano y Garcés, 1978), ha propiciado también la aparición de los primeros estudios sobre asentamientos en la zona (Agustí et alii, 2012; Azcárraga et alii, 2012). Así pues, este trabajo pretende dar a conocer los sitios arqueológicos identificados como asentamientos de la Segunda Edad del Hierro en la zona media del río Henares, aunque restringidos a los términos municipales prospectados. Los análisis se han realizado por medio de un Sistema de Información Geográfica (SIG) con el que se han examinado tanto las características propias de los diferentes asentamientos como su relación con el territorio circundante.

material principalmente cerámico que fue delimitado gracias al apoyo de receptores GPS. La cronología que aporta permite englobar genéricamente los sitios dentro de la Segunda Edad del Hierro, sin ser posible precisar momentos de hábitat específico dentro de esa horquilla cronológica. En estos trabajos se identificaron un total de veinticuatro asentamientos (Figura 1) con diferentes características tanto en su tamaño como en su emplazamiento: 1. El Castro o Picachuelo (Bujalaro). Se ubica en la margen izquierda del Henares en un amplio cerro amesetado surcado por una pequeña vaguada y algunos afloramientos rocosos, por lo que es probable que no toda su superficie fuera ocupada.

Los sitios arqueológicos Los sitios arqueológicos que se toman como base para el estudio se localizaron por medio de la prospección superficial, tratándose de grandes concentraciones de

2. Nublares (Bujalaro). El sitio ocupa un espolón delimitado al norte por el río Henares y al sur y oeste por dos vaguadas, siendo más accesible la zona oriental donde se localiza un primer foso y el talud de una posible muralla. En el extremo occidental existe un

Fig. 1.- Mapa con indicación del área de estudio y de los sitios localizados. La numeración hace referencia al orden con el que se listan en el texto.

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segundo recinto delimitado por otro foso, en el que se localizan los restos de una torre de cronología medieval. Los materiales de la Segunda Edad del Hierro se concentran en el primer recinto.

la margen izquierda del Bornova. Se caracteriza por la presencia de aterrazamientos de diferente extensión en los que se localizaron los materiales de la Edad del Hierro.

3. El Cerro (Bujalaro). Se ubica en el extremo sur de una elevación amesetada en la margen derecha del Henares. Las pendientes son acentuadas en todos los flancos salvo en el sur.

11. Los Melgares (Aleas, Cogolludo). Se ubica en una pequeña elevación con evidencias de aterrazamientos delimitada en la zona meridional por la unión de los arroyos Romerosa y de la Vega. El material pertenece a diferentes cronologías desde la Edad del Bronce a época moderna. En el cercano pueblo de Aleas se halló una figura de bronce representando una cabra que ingresó en la Real Academia de la Historia en 1830 y que ha sido adscrita a la Edad del Hierro (Almagro et alii, 2004).

4. Los Baldíos (Matillas). El sitio se ubica en la cima de un cerro junto al curso del Henares, presentando una ligera pendiente norte-sur, enmarcado por profundas cárcavas que delimitan la zona oriental y occidental. En el Mapa Topográfico Nacional de 1920 se aprecia la existencia de una laguna a los pies del cerro, hoy desecada. 5. Los Morales (Membrillera-Jadraque). Se localiza en una pequeña loma entre los cursos del Henares y el Bornova. Presenta una leve pendiente norte-sur, más abrupta en su extremo este. Destaca la concentración de material arqueológico en manchas cenicientas. Los restos constructivos descritos por otros autores (García y Cordavias, 1929; Valiente, 1992) han sido arrasados por las labores agrícolas. 6. Casilla de Moros (Membrillera). Ocupa la cima de un alargado y estrecho cerro amesetado, con eje esteoeste, en la margen izquierda del Bornova. En la zona oriental perviven los restos de una torre medieval. Existen rebajes en los afloramientos rocosos que pudieran corresponder a los accesos al asentamiento así como un posible foso que divide la plataforma. 7. Cerro Bachiller (Medranda). Se localiza en la esquina sureste de una terraza en el valle del Cañamares, en su margen izquierda. En fotografía aérea puede apreciarse un cambio del color del cereal que indicaría la presencia de un foso colmatado en la zona más accesible. Los restos materiales son muy abundantes, siendo destacable la presencia de varios fragmentos de molinos tanto barquiformes como circulares. 8. El Ojuelo (Medranda). Se ubica en la cercanía del río Cañamares, en una pequeña elevación que desciende suavemente hacia el este, donde fluye el río. 9. Prado La Huerta (San Andrés del Congosto). Se localiza en una terraza abierta y llana sobre la margen derecha del Bornova. 10. Cerrillo (San Andrés del Congosto). Se asienta en la estribación occidental de un pequeño cerrete sobre

12. Cerro del Caldero (Casas de San Galindo). Se sitúa en la cima de un cerro troncocónico en las inmediaciones de la vega del Henares, junto al Monte de Tejer, en el reborde de la alcarria. 13. Mojón Blanco (Espinosa de Henares). Se localiza en la primera terraza de la margen derecha del Henares, en un espacio abierto y de suave pendiente. 14. Los Arenales (Espinosa de Henares). Se ubica en una terraza de la margen izquierda del Henares, en una zona llana y abierta hoy dedicada al cultivo de regadío. 15. Alto de las Encinas (Copernal). Se encuentra en la cima de un cerrete de laderas de fuerte pendiente al sur, discurriendo a sus pies el arroyo Copernal. Los restos de este sitio arqueológico se han visto afectados por varias construcciones de la Guerra Civil. 16. La Fábrica II (Montarrón). Se hallaba en una pequeña terraza, formada en un amplio meandro, en la margen derecha del Henares. Se caracterizaba por la dispersión en superficie de abundante material arqueológico de la Segunda Edad del Hierro. A pesar de estar incluido en la Carta Arqueológica desde el año 2006, la parcela en la que se ubicaba este sitio arqueológico ha sido vaciada para la extracción de áridos, lo que ha supuesto su destrucción total (Figura 2). 17. Peñalcuervo / Curva del Henares (Humanes de Mohernando). Estos dos sitios fueron identificados por separado durante la prospección, pero dada su cercanía y similitudes se han considerado como un único asentamiento con dos núcleos. Se ubica en dos terrazas inmediatas al curso del Henares, que traza un amplio meandro que delimita el espacio de

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Fig. 2.- Arriba izquierda: Situación del sitio de La Fábrica II tras la explotación de gravas (Ortofoto PNOA 2011). Arriba derecha: Estado del sitio en 2006 con restos constructivos en superficie (Foto E. Daza). Abajo: materiales arqueológicos documentados (Foto E. Vega).

dispersión de materiales. Muestra una ocupación muy dilatada en el tiempo, desde la Edad del Bronce hasta época romana. 18. Cerro Picarón (Valdearenas). Se halla en el extremo occidental de un gran cerro amesetado enmarcado por los valles que forman el río Badiel y el arroyo Valdeobispo. En el paraje predomina la vegetación de tipo matorral y monte bajo de encina. Se observa un uso posterior durante la Guerra Civil. 19. Cerro Sopetrán (Hita). Está enclavado en un pequeño cerro amesetado de escasa altura, en la margen izquierda del Badiel. Muestra una secuencia cronológica amplia, aunque discontinua, siendo su etapa más antigua la Segunda Edad del Hierro. Además de abundantes restos cerámicos y piedras de molino, se observan fragmentos de adobes. 20. Vega de Fuente Muñoz (Torre del Burgo). Se encuentra en la margen derecha del río Badiel, en

una zona de vega, limitada al norte por una pequeña loma. 21. Cerro del Concejo (Heras de Ayuso). Se ubica en un cerro de escasa altura, pero de pronunciadas pendientes, localizado en la margen izquierda del Badiel. 22. Valmatón (Humanes de Mohernando). El sitio ocupa dos zonas del borde de una terraza localizada en la margen derecha del Henares y separadas entre sí por el arroyo Valmatón. La zona norte está delimitada por las pendientes de la terraza al sur y este y por varias estructuras defensivas al norte y oeste. Se pueden distinguir un foso y un talud artificial. La segunda zona, ya identificada como la necrópolis (Rovira y Fraile, 1976), ocupa una lengua de tierra entre el arroyo mencionado y el arroyo de Valfrío, sin que se hayan documentado obras defensivas. En este lugar aparecieron entre otros una fíbula (Sanz et alii, 1978) o una punta de lanza.

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23. Haza del Fraile (Fontanar). Se ubica en la vega del Henares, en su margen izquierda, en una terraza de escasa pendiente delimitada por el curso del río en la zona oeste, una pequeña vaguada al norte y el talud de la siguiente terraza al este. Se compone de dos núcleos muy cercanos, siendo mayor el localizado al norte. 24. La Vereda (Fontanar). Se localiza en una terraza de la margen derecha del Henares, junto a las vías del ferrocarril, por lo que se ha visto afectado desde el siglo XIX. Características de los asentamientos Para definir las características de estos asentamientos se han tenido en cuenta diferentes aspectos: formales, como el lugar de emplazamiento en el paisaje, la presencia de defensas o el tamaño teórico del asentamiento y otros relacionados con su posición espacial, como su altura relativa. Se ha realizado una primera caracterización de los yacimientos por su localización paisajística: el 53% de los sitios se ha localizado en una terraza fluvial, el 30% sobre un cerro, otro 11% en espolón y, finalmente, un 7% en el borde de la alcarria. Cabe destacar que, de los veinticuatro asentamientos localizados, sólo cuatro presentan claras evidencias de fortificación. Al ejemplo ya conocido de Valmatón (Rovira y Fraile, 1976) debemos sumar el Cerro Bachiller (Medranda), Nublares (Bujalaro) y, con dudas, Casilla de Moros (Membrillera). El primer sitio presenta una doble fortificación, en el sector norte, compuesta por muralla y terraplén. Desconocemos si existe bajo dicho terraplén una obra en piedra, aunque en los años 70 se podían observar algunos indicios que apoyarían esta idea. El Cerro Bachiller no presenta sobre el terreno unas evidencias tan claras, pero, gracias a la ortofoto del PNOA de 2008, se ha planteado la existencia de un foso que protege el asentamiento. El tipo de ubicación es similar a Valmatón: el extremo de una terraza fluvial con uno de sus flancos asomándose al río principal y otro definido por un arroyo estacional, situándose las barreras en los lados contrarios, excavadas en la terraza. El caso de Nublares es diferente, tratándose de un espolón protegido en tres de sus lados por profundas cárcavas, centrándose las obras defensivas en obstruir el único flanco accesible. Se define claramente una muralla, con un posible foso delantero enmarcando un primer recinto. Existe un segundo foso, aunque la ubicación de una torre altomedieval en el interior de este

Fig. 3.- Ortofotografía a la misma escala de los asentamientos fortificados localizados con indicación de las obras defensivas.

segundo recinto plantea dudas sobre su cronología. El mismo caso afecta al posible foso de Casilla de Moros, también reocupado en época medieval. Otra de las peculiaridades formales observadas es la presencia de varios núcleos o zonas de asentamiento. Se pueden citar los ejemplos de Peñalcuervo, Haza del Fraile y Valmatón. Peñalcuervo es un claro ejemplo, habiéndose identificado dos núcleos en terrazas contiguas al curso del río, uno de ellos a mayor cota, protegido en tres de sus lados por taludes. El sitio de Haza del Fraile ocupa una amplia extensión de terreno en una misma terraza del Henares con dos zonas diferenciadas de dispersión de materiales. Por último, en Valmatón, las dos zonas diferenciadas se identificaron como poblado y necrópolis, aunque los trabajos de prospección desarrollados no han podido confirmarlo. El empleo de SIG ha permitido realizar varios análisis para caracterizar la ubicación de los asentamientos. En primer lugar se ha calculado la superficie asignada a cada sitio. Para ello se vectorizó un polígono que englo-

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bara las dispersiones de material establecidas con el GPS, destacando que los datos de la prospección de 2012 son de mayor calidad, al mejorar la precisión de los receptores empleados. También señalar que, cuando la dispersión se encuentra en un lugar aislado por la topografía, en un cerro o espolón, la superficie consignada ha sido la totalidad del área. Esto puede provocar cierta sobreestimación, como es el caso del mayor sitio localizado, el Castro de Bujalaro (13,6 Ha), donde obviamente no se ocupó todo el área disponible. Los resultados del análisis (Figura 4) muestran que quince de los asentamientos estudiados (un 62,5%) son menores a las 2,5 Ha, otro grupo de siete sitios se escalonan entre las 3 y las 7 Ha y sólo dos asentamientos superan las 10 Ha. Cabe destacar que dos de los sitios del grupo intermedio, Valmatón y Peñalcuervo, estarían en el conjunto de los asentamientos pequeños si, como se ha detallado, no tuvieran dos núcleos de asentamiento y contáramos sólo el espacio que se encuentra más aislado, tanto por las murallas como por la topografía. Por lo tanto, predominan los sitios de pequeño y mediano tamaño. Otro análisis tenía como objetivo estudiar la relevancia topográfica del lugar de asentamiento respecto al entorno. Para ello se he empleado un Índice de Altura Relativa (IAR), que establece entre un rango fijo (0 y 1) la prominencia del sitio en un radio determinado de

Fig. 4.- Histograma de extensión de los asentamientos analizados.

1500 m, siendo más relevante cuanto más cercano a 1. Los resultados (Figura 5) muestran que la gran mayoría de asentamientos no se encuentran en lugares destacados del entorno, aunque en tres casos el índice es cercano a uno. Es conveniente señalar que el IAR esté subestimando la prominencia de los sitios que se encuentran en los bordes de los páramos, ya que aún siendo prominentes respecto a las zonas de vega, la disimetría con las zonas altas lo enmascara. La comparación del IAR teniendo en cuenta la superficie de los sitios, clasificados según sean mayores o menores de 2,5 Ha, muestra una mayor variabilidad de los sitios de menor tamaño (sitios muy prominentes o muy poco destacados), aunque el 50% de los casos se concentran por debajo de 0,4. Por el contrario, los asentamientos de mayor tamaño son más homogéneos y están ubicados en zonas menos destacadas. De este modo, los sitios más pequeños suelen estar en lugares más destacados que los grandes, aunque su variabilidad es tal que encontramos sitios nada destacados o en posiciones muy dominantes, ambos evitados para instalar asentamientos de mayor tamaño. Los asentamientos y su territorio Para analizar las relaciones que pudieron establecerse entre los asentamientos y el territorio circundante, y para tratar de comprobar si existieron tendencias locacionales, se han modelizado mediante SIG una serie de variables susceptibles de ser mensuradas para su comprobación estadística. Estas variables se engloban en tres categorías principales: El estudio de la accesibilidad de los asentamientos, entendida como la distancia que separa el asentamiento de zonas de tránsito potencial, como los cursos fluviales y las zonas de paso natural. El análisis del control teórico del territorio por medio de su dominio visual y de un área de explotación del mismo. La modelización del potencial agrícola como factor para el establecimiento del asentamiento. La accesibilidad a las zonas de tránsito se ha entendido como una distancia temporal, no espacial, calculándose el tiempo necesario para, simulando el movimiento a pié, alcanzar las áreas objetivo. Se empleó la fórmula propuesta por A. Uriarte (Uriarte, 2006; Chapa et alii, 2009), que, basándose en la pendiente del terreno, obtiene las distancias en tiempo. Las zonas de tránsito analizadas son las adyacentes a los cursos de agua permanente y aquellas que, por sus condiciones topo-

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Fig. 5.- Histograma de frecuencias del Índice de Altura Relativa y diagrama de caja de la misma variable agrupada por tamaño del asentamiento.

gráficas y espaciales, tienden a acoger el desplazamiento pedestre óptimo al ser necesario menos esfuerzo para recorrerlas. Para ello se empleó el modelo ideado por P. Fábrega (2006) y un movimiento basado en el menor coste calórico según la fórmula definida por Pandolf y modificada por Krist (van Leusen, 2002:6-7). El control teórico del territorio se ha mensurado atendiendo a las variables de dominio visual desde el

Fig. 6.- Mapa con indicación de los asentamientos y la cuenca visual de todos ellos junto con las zonas de paso establecidas.

asentamiento y a la superficie ocupada por el área teórica de explotación del entorno. La visibilidad se ha limitado a un radio de cinco kilómetros, entendiéndose que, más allá de este rango, no existe control del terreno. Por su parte, el área de explotación se ha definido como el espacio abarcable a pié en una hora desde el asentamiento, empleando la misma fórmula de A. Uriarte.

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Finalmente, para valorar la importancia que la agricultura tuvo en la ubicación del asentamiento, se ha realizado un Índice de Potencialidad Agraria basado en la metodología de la evaluación multicriterio (Gómez Delgado y Barredo, 2006). No se ha pretendido extraer una valoración real de las capacidades agrológicas pretéritas, sino obtener una medida comparativa en base a factores y limitantes que pudieron condicionar la actividad agraria. Los factores empleados son la edafología, la litología, la altitud, el Índice Topográfico de Humedad (Beven y Kirkby, 1979), la temperatura e insolación. El único limitante utilizado ha sido el uso actual del suelo: si una zona no se emplea para uso agrícola se ha supuesto su imposibilidad para laborarse en el pasado. El índice, que normaliza el resultado de potencial agrario entre 0 (bajo/nulo) y 1 (alto) se ha conseguido mediante la suma ponderada de factores. El valor que se ha asignado a cada asentamiento es la media del área de explotación teórica. Los resultados de estos análisis (Figura 8) evidencian ciertas pautas en la localización. Una de ellas es una notable preocupación por ocupar las inmediaciones de lugares de tránsito, tanto las vías fluviales como las zonas de paso naturales. La gran mayoría de asentamientos están ubicados a menos de diez minutos de estos articuladores del territorio. No se han establecido diferencias entre los tamaños de asentamientos, pero

queda patente que, aunque hay sitios alejados de los cursos de agua, se sitúan en lugares de paso natural, como el Alto de las Encinas. El histograma que consigna el tamaño del área de explotación denota cierta disimetría en los datos. La superficie se distribuye de forma disimétrica, lo que demuestra que el área de explotación de los sitios se escalona de forma normal entre las 4000 y la 6500 Ha, pero hay un grupo de seis sitios cuya superficie explotable se sitúa por encima de este valor. No se trata de sitios destacados por su tamaño, sino por su localización, pues se trata de lugares ubicados en la zona occidental del área de estudio, en el bajo Badiel y al este de la confluencia entre Sorbe y Henares. Por su parte, los datos sobre el control visual del entorno no muestran ningún rasgo definitorio, ya se tenga en cuenta el tamaño o la ubicación espacial. Finalmente, los resultados sobre el Índice de Potencialidad Agraria se asemejan a lo visto respecto al área de explotación: un reducido grupo sobresale con índices por encima de 0,6 y corresponde también a los lugares ubicados en la zona de la campiña del Henares, al sur del Sorbe. No obstante, también pueden observarse diferencias entre los asentamientos más grandes y el resto, siendo mayor la capacidad agraria teórica de su territorio y con menor variabilidad que los sitios de menor tamaño.

Fig. 7.- Mapa con indicación de los asentamientos, el área teórica de explotación y el Índice de Potencialidad Agraria de la zona de estudio.

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Fig. 8.- Resultados de los análisis para cada variable territorial estudiada: histogramas de distribución y diagrama de caja de la variable Índice de Potencialidad Agraria agrupada por tamaño del asentamiento.

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El último análisis realizado ha consistido en la creación de una tabla de correlación entre las diferentes variables para estudiar posibles relaciones causales en la decisión locacional, siendo los resultados de R2 muy bajos salvo en el caso de la relación entre el tamaño del área de explotación y la potencialidad agraria (0,69), lo que explica el mayor índice de potencialidad teórica de los sitios ubicados en la Campiña. Por otro lado, el análisis separado entre sitios de menor y mayor tamaño tampoco produjo correlaciones significativas. Para comprobar si el tamaño del área de explotación es un factor no aleatorio se realizó un Test de Hipótesis Nula frente a una muestra aleatoria. Los resultados de los tests no paramétricos (Mann-Whitney y Kolmogorov-Smirnov) demostraron que no hay diferencia estadísticamente significativa dentro del tipo de muestra y análisis realizado, lo que implica que la potencialidad agraria obtenida mediante el presente índice no es estadísticamente concluyente para establecer diferencias explicativas de las decisiones respecto al asentamiento. En resumen, el análisis locacional de los diferentes asentamientos permite apuntar que en los procesos de estabilización del hábitat se buscaron zonas bien comunicadas, con predilección por las terrazas fluviales, siendo variable el control del terreno de forma visual y el tamaño del área teórica de explotación. Se puede sugerir, no obstante, que hay diferencias entre los sitios ubicados en la Campiña del Henares y Badiel, con vocación agraria, frente a los ubicados en la zona septentrional, donde los fondos de valle son más estrechos y hay más impedimentos para sostener la agricultura. Cabe señalar que la economía de la Edad del Hierro se sustentaba también en otros recursos, destacando en importancia la ganadería y los forestales. Sin embargo, a pesar de las diferencias entre ambas zonas, los asentamientos de mayor tamaño tienen también una preocupación por controlar zonas de mayor potencial agrario. Conclusiones Las prospecciones realizadas han contribuido notablemente al descubrimiento, catalogación y georreferenciación de un buen número de sitios de la Segunda Edad del Hierro en el curso medio del Henares. Dada la parquedad de estudios realizados sobre este particular en la zona estamos ante un buen punto de partida para solventar el vacío de conocimientos existente entre las zonas celtibéricas de Molina, Atienza y Sigüenza y los crecientes hallazgos del mundo carpetano en la Comunidad de Madrid y Toledo.

La mayoría de asentamientos localizados son de pequeño tamaño, menor a 2,5 Ha, aunque se han localizado grandes sitios y otros con características singulares, como son las obras defensivas. Lo que en otras regiones es la norma, en el medio Henares, como en la zona madrileña, parece ser la excepción. Sólo hay evidencias claras de fortificación en tres casos, destacando los fosos y terraplenes de tierra. Otro aspecto destacado es la aparición de asentamientos con varios núcleos de ocupación. Los casos contrastados de Valmatón y Peñalcuervo parecen sugerir que, a lo largo de la Edad del Hierro, se sobrepasaron los límites del hábitat primigenio, enmarcado por las murallas en Valmatón y por los taludes de la terraza superior en Peñalcuervo. Cabe apuntar la posibilidad de que los sitios de mayor tamaño correspondan a un momento avanzado de la Protohistoria, ya que, como el análisis locacional y territorial sugiere, las estrategias de asentamiento y ocupación del espacio son diferentes. Este hecho no implica que se abandonasen los sitios de menor entidad, aunque es probable, creciendo en tamaño aquellos cuyas condiciones los hacían más aptos para nuevas estrategias de explotación del territorio. Las grandes dimensiones del asentamiento de El Castro de Bujalaro y la cercanía de varios asentamientos menores (Los Baldíos, El Cerro y Nublares) podrían indicar procesos de concentración del hábitat. En conclusión, un futuro análisis detallado de los sitios, que permita establecer secuencias ocupacionales o diacronía ocupacional, así como la inclusión en el análisis territorial de los asentamientos localizados en los municipios adyacentes no prospectados, conducirá a un mejor conocimiento de una zona bisagra entre celtíberos y carpetanos. Agradecimientos Quisiéramos agradecer la colaboración de Fernando Vela, Esther Villafruela, Piedad Martínez, Roberto Carmona, Jesús Barba, Israel Alcón, Daniel Pérez, José Enrique Benito, Alicia Gómez, Gonzalo López-Muñiz, José María Gonzalo, Alberto Cabrero, Pablo Paniego, Emma Gómez, Daniel Gómez, Álvaro Simón, Victoria Robledo, Francisco S. Salgado, Guadalupe Rodríguez, Beatriz Rodríguez y Enrique Daza, sin los cuales las labores de prospección no habrían sido posibles. Así mismo, queremos agradecer enormemente la amabilidad y paciencia de Sandra Azcárraga y Gabriela Märtens para que este trabajo viese finalmente la luz.

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