LA RINCONADA DEL HERVIDERO: ESPACIOS SUPERPUESTOS DESDE LA PREHISTORIA HASTA LA ACTUALIDAD. ¿CUÁNTO SIGNIFICA CADA UNO Y PARA QUIÉN?

June 30, 2017 | Autor: Carmen Curbelo | Categoría: Arqueología Histórica América Del Sur
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Descripción

LA RINCONADA DEL HERVIDERO: ESPACIOS SUPERPUESTOS DESDE LA PREHISTORIA HASTA LA ACTUALIDAD. ¿CUÁNTO SIGNIFICA CADA UNO Y PARA QUIÉN?1 Curbelo, Carmen Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Departamento de Arqueología, Magallanes 1577, Montevideo, Uruguay. [email protected] "El pasado nos provee de un marco de referencias para que reconozcamos el entorno y nos reconozcamos a nosotros mismos. Pero los episodios del pasado sirven además, de pauta para apreciar como se cumplen y hasta que punto, las expectativas personales y colectivas acumuladas con el tiempo." (Ballart, 1988:43)

¿POR QUE EL ÁREA DEL HERVIDERO? Durante el año 2003 se llevó a cabo por parte de los Departamentos de Historia del Uruguay y de Arqueología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHUCE), un estudio de diagnóstico para ubicar el lugar de emplazamiento de la Villa y Campamento de Purificación establecido por el Gral. Artigas entre 1815 y 1818, lo que fuera el centro geopolítico de la Liga Federal, en el paraje conocido como Hervidero en el actual departamento de Paysandú. (R.O.U.) El trabajo fue encomendado por la Comisión del Patrimonio Nacional con el objetivo de identificar materialmente la ubicación, controvertida desde varias fuentes, de la citada Villa. La súbita necesidad respondía a los requerimientos para la aprobación de una Ley de creación de la Comisión de Fomento del Turismo Interno Permanente de Carácter Histórico Artístico y Cultural de La Nación una de cuyas metas era declarar Monumento Histórico Nacional el área donde hubiera estado ubicado el CampamentoVilla artiguista, con miras a su transformación en parque y museo. De antemano, se asumía que esta área correspondía a la denominada “rinconada del Hervidero”. Area y rinconada "del Hervidero" Desde el punto de vista del ordenamiento natural del espacio, el área se incluye en la vasta región perteneciente a la cuenca del río Uruguay Medio, caracterizada

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Citar como: Curbelo, C., 2006. La rinconada del Hervidero: espacios superpuestos desde la prehistoria hasta la actualidad. ¿Cuánto significa cada uno y para quién? En: Austral, A. y M. Tamagnini (Comp.) Problemáticas de la Arqueología Contemporánea. Publicación del XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Pp. 209-220. Universidad Nacional de Río Cuarto. Río Cuarto.

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geomorfológicamente por la cuenca sedimentaria del río Uruguay, (Baeza, 1994; Cabrera y Willink, 1973) con planicies y lomadas con cotas no mayores a 50m., asociada a la masa hídrica del río Uruguay. Las costas de los cursos de agua están colonizadas por monte indígena, predominando la pradera con gramíneas en las cotas medias y altas, aptas para actividades de ganadería y agricultura. El topónimo “del Hervidero” fue utilizado ya desde principios del siglo XVII, por parte de los Jesuitas que reconocían el territorio, haciendo alusión a las restingas de basalto que, aflorando casi al nivel de la superficie del río Uruguay, frente a las actuales costas del departamento de Paysandú (Uruguay) y de la Provincia de Entre Ríos (Argentina), alteran el aspecto de su corriente y su navegabilidad en esa área por una extensión de 3 Km. El topónimo se aplica luego por extensión, al territorio comprado al pueblo de Yapeyú en 1809, por el colono español Juan B. Dargain. Sus límites, en forma genérica iban desde el río Daymán al Norte hasta el Arroyo Chapicuy al Sur sobre el río Uruguay extendiéndose hacia el interior en forma cuasi paralela a éste unos 10 Km. Dentro de ella, el área que a priori se ha asociado con la presencia de Artigas, será la denominada “rinconada del Hervidero” siendo el espacio encerrado al Norte, por la desembocadura del Arroyo Hervidero que corre Este Oeste, en el río Uruguay.

ALGUNOS ANTECEDENTES Muy breve reseña de la Villa y Campamento de Purificación El Campamento y Villa de Purificación fue la sede estratégicamente ubicada desde el punto de vista geopolítico, donde el General José Artigas instaló el nodo de control de la Liga Federal. Este territorio, integrado por las Provincias de las Misiones, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Oriental y Córdoba, tenía como nodo principal de interés el área de las Misiones, apuntando de futuro, hacia el comercio con Paraguay y el Alto Perú (Reyes Abadie et al., 1971, II:8) (Figura 1) Los grandes ríos Uruguay, Paraná y Plata, vertebraban todo el espacio, liberando el comercio del centralismo de Buenos Aires hacia los puertos de Colonia, Montevideo y Maldonado en la Provincia Oriental.

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El sistema federado que Artigas defendía tenía como objetivo procurar la liberación política y económica del territorio interior, que había sido del Virreinato del Río de la Plata, y que luego de la Revolución de Mayo permanecía en la misma dependencia del predominio porteño, ahora en manos de una burguesía de carácter liberal. (Reyes Abadie et al., op.cit.; Barrán y Nahún, 1972) La ubicación geográfica de Purificación, sobre la margen izquierda del río Uruguay (actual Departamento de Paysandú) con el río Daymán como límite extremo Norte y el Arroyo Hervidero al Sur se hace a expensas de la expropiación forzosa del territorio de estancia y la casa al español Juan B. Dargain por parte de Artigas, en plena lucha antiespañolista. El punto geográfico elegido la convertía en un lugar estratégico, desde el cual se controlaba todo el territorio con poco tiempo y esfuerzo, tanto por vía fluvial como terrestre. (Reyes Abadie et al., op.cit., 19) La integración del territorio, además de la que surge del paisaje natural, se lograba a través de lo económico en dos regiones de rasgos particulares: "la mediterránea, de economía minera, agrícola y artesanal, articulada en el Paraná, por el puerto fluvial de Santa Fé; y la del Litoral, agrícolo-ganadera, desde los yerbatales y estancias paraguayas y misioneras hasta la mesopotamia y la campaña oriental; y un puerto transatlántico: Montevideo.” (Reyes Abadie et al., op.cit.: 9) No existen documentos que describan las características del pueblo, en cambio sí las actividades desarrolladas en él y mención indirecta a la existencia de algunas construcciones. Conocemos que la pobreza y exigüidad de los utensilios materiales domésticos predominaba, y que hubo actividades de enseñanza escolar, una capilla con imágenes para el culto católico, (Ribeiro, 1999) una casa de azotea, la que perteneciera a Dargain, construcciones militares de defensa y ranchos para la población, pero ninguno aparece con mayor detalle. Asimismo vivieron en él importantes personalidades del patriciado así como vinculadas a las altas jerarquías militares del ejército artiguista. (Ribeiro, op.cit.) Las particularidades materiales y socioculturales del pueblo solo podrán conocerse a partir de la investigación arqueológica. Fue fundamentalmente, campamento militar y presidio de los considerados "enemigos de la patria" -tanto individuos o familias simpatizantes del régimen español, como portugueses-

Al mismo tiempo, Artigas pretendió generar un poblado civil

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permanente para lo cual efectuó llamados a vecinos de otros pueblos, pero sin mucho éxito. (Barrios Pintos, 1977) Ubicada junto al río Uruguay desarrolló una importante actividad portuaria que la mantenía en comunicación tanto con Montevideo como con las Provincias de la Liga. Noticias, cartas, armas, vacunas, variadísimos objetos para la vida cotidiana llegaban fundamentalmente desde Montevideo, y algunos volvían a salir redistribuidos a las Provincias. Por su parte, una de las principales actividades económicas del pueblo era la venta de cueros y sebo que se enviaban a Montevideo. La población estaba compuesta por una importante diversidad de grupos sociales y étnicos. Criollos y europeos: pertenecientes a diferentes grupos sociales que cumplían roles como militares, prisioneros, servicios, entre otros; indígenas: mayoritariamente Guaraníes procedentes de las Misiones, Guaycurúes del Chaco, Charrúas, individuos aislados pertenecientes a diferentes parcialidades, y negros y pardos, tanto esclavos como libertos, todos ellos incorporados a las milicias. La diversidad cultural y la densidad demográfica que oscila entre 1.600 a 2.000 personas (Frega, 2004; Barrios Pintos, op.cit.), hacen pensar en una importante extensión de territorio ocupado, particularizada al interior, por los diferentes grupos humanos y actividades presentes en la Villa-Campamento. La Villa de Purificación así como el empuje federalista de la Liga de Provincias, se desarrollan fundamentalmente entre 1815 y 1818, año en que se efectiviza la invasión portuguesa a la Provincia Oriental y a la de Misiones, y se produce la rebelión antiartiguista de los caudillos de Entre Ríos y Santa Fe. Como resultado de los acontecimientos

bélicos

y

políticos

el

lugar

es

abandonado,

ocupado

circunstancialmente por los portugueses y ya no se vuelve a utilizar como centro poblado, quedando sus restos a merced de los procesos de transformación tanto naturales como antrópicos de la región. En la década de 1820, el territorio es reclamado por los herederos de J. Dargain, quedando finalmente en su poder a partir de ca.1830. Toda el área ingresa al sistema de producción capitalista, configurando una propiedad rural más, sujeta al devenir de diferentes tipos de producción -saladeril, caleras, canteras, ganadería, agricultura entre las principales-; al fraccionamiento de padrones y varias instancias de compra-venta a lo largo de los siglos XIX y XX.

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La recuperación y construcción de la memoria de la Villa Finalizada la leyenda negra que pesaba sobre Artigas, en el último tercio del siglo XIX comienza la reivindicación y la construcción de su figura como héroe patrio, incluyendo la identificación y valorización de los remanentes materiales que hubieran estado ligados con el General. En este contexto, el área "del Hervidero" especialmente la rinconada, comienza a tomar importancia como supuesto lugar de emplazamiento de la Villa Purificación. Camilo Williams (a) Hamlet, conspicuo intelectual de fines del siglo XIX, es el primero en publicar la posibilidad de la presencia artiguista en una parte de la casa existente en la rinconada. Uniendo lo recogido de la tradición oral y sus propias observaciones del lugar, reconoce "unos cuartos de construcción sencillísima conocidos todavía como los cuartos de Artigas..." (en cursiva en el original) (Hamlet, 1879:95) formando parte de la casa habitación, que constituía uno de los puestos de la estancia “del Hervidero”, perteneciente en ese momento a Cándido Joanicó. Adquirida toda la propiedad por Nicanor Amaro en 1879, a la sazón admirador de Artigas, éste cede al gobierno municipal de Paysandú 8 has. que incluyen la denominada Meseta de Artigas, ubicada 7 Km. al Sur de la rinconada para levantar allí un monumento al prócer y hacer un Parque Nacional. Esto fue realizado y se inauguró en 1894 (Giribaldi, s/f, 40-41) Mientras tanto, en la rinconada del Hervidero, Amaro levanta una nueva casa, monumental construcción, en el lugar donde había estado la que Williams observara años antes. (Figura 2, referencia A) Ya en el siglo XX, se sucedieron varios intentos de identificar

el sitio,

fundamentalmente a partir de 1975 como iniciativa del gobierno de facto (vide Barrios Pintos, 1977; Informe Oliveras-Taddei, 1980; Taddei y Oliveras, 1980) hasta que vuelve a retomarse el tema desde el ámbito parlamentario a partir de diferentes propuestas, procedentes desde muy diversas ideologías, que proponen ubicar, recuperar y poner en valor el sitio donde estuviera emplazada la Villa. Historiadores, arqueólogos, arquitectos, políticos, militares, opinan y publican informes y proyectos acerca del tema, sin que se llegara a una opinión unánime por la falta de pruebas materiales, la exigüidad de los relevamientos y la poca claridad de las fuentes escritas. Por su parte, el propietario de la estancia y su familia (Gutiérrez Amaro) que antes se enorgullecían con ello, comienzan a negar la presencia artiguista en el área y deciden reunir documentación escrita y arqueológica para argumentar a

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favor del área de la Meseta como el "verdadero" lugar de emplazamiento de la Villa. Incluso, fueron acusados en diferentes ocasiones, de destruir evidencias a partir de la ejecución intencional de obras agrícolas en los lugares sospechados, hecho que requeriría de una investigación minuciosa para ser probado a favor o en contra.

Figura 1

La Rinconada "del Hervidero" Desembocadura del Arroyo Hervidero en el río Uruguay, y fragmento de la costa argentina (Pcia. de Entre Ríos) a la izquierda. Se pueden apreciar las construcciones del siglo XIX correspondientes al casco actual de la estancia. A: Casa principal del casco. Fotografía aérea- Escala 1:20.000 42-006 (fragmento) S.G.M. 3/1966

Figura 2

A

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En el ´rea

Figura 1 Rinconada "del Hervidero" Desembocadura del Arroyo Hervidero en el río Uruguay, y fragmento de territorio argentino a la izquierda. (Pcia. de Entre Ríos) En el área central se pueden apreciar las construcciones del siglo XIX correspondientes al casco actual de la estancia. A: Casa principal del casco.

A

Fotografía aérea - Escala 1:20.000 42-006 S.G.M. 3/1966

Figura 2

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Propuesta la ley para la creación de la Comisión de Fomento del Turismo Interno Permanente de Carácter Histórico Artístico y Cultural de la Nación (Nº 17.631) y para ser aprobada, el Parlamento exige a la Comisión de Patrimonio de la Nación, la delimitación precisa del área ocupada por la Villa y a su vez, la Comisión requiere la intervención de la FHUCE para el diagnóstico definitivo. Sin entrar en los detalles de los resultados de la prospección realizada, que han sido objeto de un informe final minucioso (Curbelo, 2004; Lezama, 2004; López, 2004), diremos aquí que la investigación arqueológica logró identificar, en forma preliminar, en la rinconada, datos que concuerdan parcialmente con lo que Williams (op.cit.) observara, aunque varía sustancialmente de lo que se argumentaba, porque no es el pueblo lo que allí se encontraba y mucho menos "la casa de Artigas" sino un área específica de actividades portuarias y militares de la Villa Campamento. (Curbelo, 2004) Asimismo, se identificaron otras áreas de actividad relacionadas con el pueblo, aunque no el asentamiento principal del mismo, incluyéndose los puertos utilizados (Lezama, 2004) y la caminería (López, 2004) Queremos destacar que, antes de que se conociera cualquier dato, porque recién se estaban iniciando las tareas de la investigación de diagnóstico, y obviamente, mucho antes de tener los resultados finales, el Parlamento aprobó la mencionada Ley, declarando el área (de la cual aún no había datos concretos sobre su vinculación con Artigas) Monumento Histórico Nacional.1 Ello convierte tanto al territorio como a las construcciones que en él se encuentren, en bienes tutelados por el Estado, inmutables sin autorización expresa y pasibles de ser expropiadas a sus propietarios. 2 (Actualmente Flia. Gutiérrez-Amaro) En forma paralela, el gobierno municipal de Paysandú, parte de la prensa local y nacional, (vide El Observador; El País; El Telégrafo de Paysandú; La República) y por lo tanto, parte de la opinión pública, siguiendo algunas opiniones supuestamente serias, aseguraban sin fundamentos reales y poco probables con método científico, que la rinconada era, efectivamente, el sitio de emplazamiento de la Villa. Esto generó un áspero cruce de acusaciones entre todo ese frente y los propietarios del terreno, y una fuerte presión desde todas las tiendas, sobre los investigadores que realizábamos los trabajos de diagnóstico.

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A esta diversidad de visiones plasmada en las actitudes políticas, sociales y particulares con relación a la connotación y valoración de un espacio, se suma la academia, cuyos representantes debíamos intervenir como mediadores entre la objetividad de la significación que los restos materiales le dieran a ese espacio y la subjetividad de las valoraciones tanto materiales como simbólicas del mismo. Nuestro trabajo fue visto con beneplácito por todas las partes interesadas aunque, como dijimos, no estuvo exento de presiones desde todos los actores interesados incluyendo nuestro propio ámbito. De todas formas, cualquiera que fuese, el resultado final inclinaba la balanza: hacia una re definición de ese espacio y su reconstrucción simbólica, desde las voluntades político-académicas hacia la sociedad. PUNTUALIZACIONES TEÓRICO METODOLÓGICAS El objetivo de este ensayo es presentar algunas reflexiones sobre nuestra mediación como arqueólogos ante el uso "oficial" y social del pasado en relación con la construcción de un espacio dado. Para ello partimos de un conjunto de ideas que hacen a la fundamentación teórica de nuestro planteo. En primer lugar, consideramos a la Arqueología una Ciencia Social. En tanto nuestro objetivo es el estudio de las conductas humanas, en el marco de los lineamientos teóricos de la Antropología, definido metodológicamente a partir de nuestra fuente de datos: el registro arqueológico, y la producción de conocimiento. En segundo lugar, consideramos que el espacio es un complejo y dinámico conjunto de interrelaciones naturales y simbólicas cuya construcción está vinculada siempre con la actividad humana en el plano cognitivo, y por lo tanto puede representar cosmovisiones. Por lo tanto asumimos, que a partir de la compresión del significado de esa construcción, podemos acceder a la trama de relaciones que proceden de las estructuras profundas en la sociedad sujeto de estudio. Por último, entendemos que para llegar al conocimiento de esas estructuras, la Hermenéutica, sobre todo la post Wincheisteiniana, vinculada con Gadamer y Ricoeur, nos brinda el conjunto de principios y métodos coherentes con nuestra orientación teórica, para comprender los comportamientos culturales a partir de nuestra lectura e interpretación de los significados presentes en el registro arqueológico.

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Reflexión sobre el espacio y el tiempo Espacio y tiempo son realidades físicas que existen independientemente del hombre. Este las percibe, codifica, decodifica, mide y ordena de acuerdo a las estructuras que emergen y son aceptadas a partir de la variabilidad de las pautas culturales. De hecho, la construcción cognitiva del espacio y el tiempo no es similar para todos los sistemas socioculturales. El espacio La concepción del espacio, muy presente en la Teoría Social actual, se ha enriquecido a partir de los planteos teóricos que lo vinculan estrechamente con una construcción emergente de la estructura social. (Acuto, 1999) El espacio ha dejado de ser el lugar donde se producen las relaciones para pasar a ser un medio que es construido por la producción y reproducción de las relaciones sociales. Se ve en su dimensión física representado por la naturaleza, en su dimensión social como producido y reproducido por la sociedad y en su dimensión mental representado por la cognición y la representación. Las tres interactúan constantemente, en forma horizontal y vertical, a través de un proceso complejo de relaciones. (Acuto, op.cit.; Lefebre, 1974) La construcción del espacio tiene una fuerte base ideológica. Su orden está guiado por el conflicto entre un orden social que impone su estructuración, sobre otro que acepta este orden como legítimo. El conflicto está plasmado en el concepto de resistencia que proviene de las actitudes y encares alternativos al orden social hegemónico. De esta manera, coincidimos con Acuto (1999b:145) que el espacio "es manipulado como mecanismo de reproducción de ciertas prácticas y relaciones sociales (reproducción del poder de unos grupos sobre otros) y como mecanismo de control social." Reconociendo que el espacio social tiene diferentes magnitudes, hemos llamado a estas magnitudes anteriormente: espacio macro, medio y micro. (Curbelo, 1999). En primer lugar, dentro de la forma urbana, los espacios que llamamos “micro”, son los que están relacionados con las estructuras urbanas propiamente dichas, y cuya mínima expresión está dada por el uso individual de las mismas. Se trata de espacios discretos connotados por su función y su valor simbólico. En segundo lugar, el espacio “medio” se refiere a la disposición de estas estructuras en el entorno urbano y su simbolización social: la interrelación dicotómica existente entre los espacios públicos y privados,

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abiertos y cerrados, de ocupación y descarte, etc. Y en tercer lugar, el espacio “macro” referido al lugar que geopolíticamente y geográficamente ocupa el asentamiento, las referencias geográficas que lo involucran y su relación con el resto del espacio organizado social y culturalmente (rural y urbano) por un orden dominante, con el cual se relaciona en forma polarizante de atracción, repulsión o funcionamiento paralelo. (Curbelo, op.cit.:105) Para cada una de las construcciones sociales existen mecanismos diversos de control entre los diferentes grupos sociales y al interior de los mismos. A modo de ejemplo mencionaremos algunas características sin pretender agotarlas: paredes, espacios privados para el primero; tipo de arquitectura, ordenamiento de las unidades funcionales, para el segundo; caminería, señalizaciones, ubicación de centros poblados, líneas de frontera, para el tercero. Cada estructuración del espacio produce y reproduce relaciones sociales a partir de

la

concepción

de

la

espacialidad

y

de

las

posiciones

de

dominación/aceptación/resistencia que se producen en su interior. Cada uno de los rasgos y las estructuras creadas tienen un significado que obedece a la necesidad de dar "sentido" a los espacios y este sentido, siempre está vinculado con una dicotomía vinculada con lo público/privado; adentro/afuera; sagrado/profano; adulto/niño; hombre/mujer, elite/común; militar/civil, etc. De esta forma, el espacio social es dinámico, no constituye un simple contenedor de la sociedad sino que es activo en tanto es producto y reflejo de la reconstrucción y de la reproducción social. Los diferentes escenarios y su interpretación simbólica generan, por repetición, el conocimiento por parte de los miembros de la sociedad con relación a su significado, y generan respuestas acordes para su conocimiento y la movilización entre ellos. Esta construcción social está estrechamente ligada a lo cognitivo, es el producto de las representaciones mentales que la sociedad plasma para su reproducción (sensu Giddens)3. La construcción material y cognitiva del espacio produce lugares y paisajes: entendidos éstos como la representación material de las estructuras cognitivas sociales. (Acuto, op.cit.:146) Asumimos entonces, que el paisaje está materialmente definido y cargado con los procesos cognitivos de una sociedad. En este sentido, tomamos como herramienta

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metodológica, el concepto de "paisajes superpuestos" propuesto por Acuto. (Op.cit.:147).

Paisaje superpuesto implica que una misma representación material

puede ser concebida y utilizada en forma diferente por diversos grupos sociales. De esta forma, la experiencia y la interacción social generan el conocimiento de los significados presentes en una misma representación material, y producen por lo tanto, los comportamientos sociales acordes. Estos conocimientos se vinculan y existen al interior de un lugar o un paisaje y su reproducción se da a lo largo de la existencia de dichos comportamientos. Por su parte, el paisaje natural, materialmente reconocible, también puede ser ordenado y reconocido como un elemento de control y de dominación, en tanto pasa a formar parte de las estructuras mentales y de las relaciones sociales que le dan significado. Los elementos naturales del paisaje pueden transformarse en órdenes de dominio hegemónico o de resistencia. Y su valor radica en la posibilidad que brindan como ordenadores del espacio definiendo áreas accesibles / áreas no accesibles; áreas públicas / áreas privadas, principalmente. La construcción social del espacio se interrelaciona con la temporalidad en la que ella sucede, a través de la cual se continúa o se modifica, generando una relación directa entre la reproducción del espacio y la construcción de la historia. El tiempo La percepción y construcción social e individual de las escalas temporales están dadas en una relación que toma como parámetro de referencia el constructo "momento presente" en la vida de los individuos. La escala de referencia para ubicar un hecho en el pasado es nuestra propia existencia y su contexto. En nuestra cultura occidental, se representa el concepto tiempo mediante su graficación en una semi recta dividida en segmentos que nos permite relacionarnos "empíricamente", con un concepto abstracto como es el paso del tiempo y sobre todo la profundidad temporal y sus diferentes significaciones históricas. Cuanto más alejado en el tiempo y falto de referencias a nuestra propia realidad cultural se encuentra "el pasado", más difícil de conceptualizar se vuelve. Los restos materiales constituyen una aproximación "tangible" al pasado. No es lo mismo construir un pasado de miles de años, ajeno a nuestra realidad espacial y cultural y de cuya existencia los restos materiales no "aproximan" icónicamente por sí mismos al

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observador a su entorno, que reconstruir un pasado fácilmente inteligible, a través de la percepción familiar y reconocible de la cultura material, más aún que a través de los relatos escritos o de la tradición oral. Para ilustrar esta premisa tomamos la siguiente afirmación de Ballart: "... continuidad e identificación, con sus corolarios de sensación de pertenencia y de participación de una misma tradición, devienen elementos fundamentales que fomentan actitudes de relación entre los hombres y de reconocimiento del pasado que les es común." (Ballart, op.cit.:36) De aquí se desprende que la construcción del tiempo, su comprensión, está directamente relacionada con la construcción e interacción lingüística y la percepción y reconocimiento iconográfico tangible de la cultura material que permiten construir, decodificar y transmitir los significados de ese tiempo pasado para la sociedad interlocutora del arqueólogo -y para el propio arqueólogo como actor de esa sociedad-. Las preguntas ¿Hace cuanto tiempo que paso? o ¿Cuántos años tiene? ¿Quiénes lo hicieron? son recurrentes, y la sociedad espera una respuesta inteligible, que pueda ser decodificada inmediatamente con respecto a su propio punto de referencia o a otro ya conocido. En este sentido, los hechos y rasgos que investiga el arqueólogo deben ser puestos en una dimensión cultural y temporal claramente al servicio de la sociedad, para que ésta los incorpore a sus estructuras cognitivas y los utilice como nuevos puntos de referencia. Así, el arqueólogo es el decodificador por excelencia de los objetos materiales del pasado y de su tiempo, es al que la sociedad ve como el "traductor" de los significados de esos restos uniendo el pasado con el presente. (Ballart, op.cit.:42) En términos hermenéuticos, el arqueólogo debe comprender los hechos que está investigando a partir de la comprensión de los significados de la cultura material, para luego transmitir a la sociedad esos significados. Esta tarea, que es obvia para la investigación arqueológica no es simple, en la medida que la construcción temporal que refiere a un objeto o hecho determinados puede ya haber sido hecha por la sociedad, o ser totalmente indiferente a ella, tornando muy difícil, la tarea de transmitir temporalidades y características culturales por parte del arqueólogo. Asimismo, son las sociedades con dinámica más acelerada aquellas que prestan más atención a su patrimonio cultural material. (vide Ballart, op.cit.)

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La dimensión tiempo asociada a la de paisaje se encuentra en la variabilidad espacio-temporal que está relacionada con los aspectos materiales y simbólicos que forman parte de las construcciones que hacen las sociedades a lo largo del tiempo en el uso del espacio. (Lanata, 1996) Los cambios que se producen en el mismo se pueden analizar diacrónicamente, desde dos aspectos de la construcción humana y un tercero a partir de lo natural. 

Las modificaciones estructurales producidas por el uso del espacio que acompaña el desarrollo de una sociedad, produciendo variabilidad en los aspectos físicos, relacionada con lo económico, demográfico y social en general.



Los cambios que desde el punto de vista cognitivo-simbólico se producen acompañando ese desarrollo de la sociedad.



Los cambios naturales producidos por agentes climáticos, geológicos y geomorfológicos. En tanto el paisaje es una construcción humana, aún en su percepción física, el

tiempo juega un rol importante en la comprensión que los cambios cualitativos de la sociedad van produciendo en su percepción. El registro arqueológico forma parte del paisaje conformando un elemento más en la construcción del mismo para la sociedad que participa de él, lo asume y lo integra cognitivamente. El rol del arqueólogo es comprender y mostrar la decodificación de las percepciones que se han ido produciendo a lo largo del tiempo, generando una acumulación de conocimientos y comportamientos asociados con el fenómeno y que forman parte del tiempo largo (sensu Braudel) en la construcción simbólica y perceptual del paisaje involucrado. A su vez, esto se relaciona con los diferentes modos de organización del espacio y su comprensión por parte de los diferentes momentos sociales, donde el registro arqueológico del pasado estará integrado naturalmente por la vivencia cotidiana, o deberá ser extendido/difundido a la población territorial y étnicamente vinculada a partir de la demostración de su existencia y conexión con la sociedad actual. Y en última instancia, el fenómeno arqueológico tendrá el lugar y la significación simbólica que cada individuo en la sociedad quiera darle, en relación con su propia interpretación de la pertenencia histórica y la construcción contemporánea del paisaje macro en el ámbito social.

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LA CONSTRUCCIÓN DEL ÁREA "DEL HERVIDERO" Nuestro análisis del espacio con relación al área de investigación que aquí presentamos se realizará solamente en el orden macro, teniendo en cuenta que el ordenamiento medio y micro no es de relevancia para la ocupación actual ni para las anteriores reconocidas –excepto por los procesos de formación involucrados- y que no hemos podido identificar esos niveles en el sujeto de estudio de este diagnóstico. Formó parte de un territorio extenso, identificado como “del Hervidero” ya desde principios del siglo XVII. Después de dejar de pertenecer al territorio misionero, a lo largo de todo el siglo XIX la propiedad fue usufructuada y vendida a partir del fraccionamiento en padrones en diferentes momentos. El área mas importante, la que se asocia directamente con la figura de Artigas, será la denominada “rinconada del Hervidero”. Todo el espacio denominado “del Hervidero” es un continuum entre los actuales territorios argentino y uruguayo donde el río Uruguay forma parte indivisible del paisaje como parte de la construcción real de uso del espacio antrópico. Para quienes significa: cómo y por qué La lectura de un paisaje y su interpretación no debe devenir solo de los rasgos materiales que pueden hacerse sesgadamente por su significación contenida en la ideología de sus ordenadores; cada lugar y cada paisaje pueden tener diferentes significados según el o los grupos sociales que los usen. Un territorio, un lugar en una ciudad, un pueblo, un barrio, un edificio, un espacio rural, pueden tener significados diferentes en los tiempos y las actividades que diferentes actores sociales realicen en ellos. Esta interpretación, esta comprensión, desde la investigación arqueológica, se transforma en una lectura de los significados, coloca al objeto de estudio como un texto a analizar y, siguiendo a Ricoeur, (1986) este texto una vez escrito, pierde el significado inicial, se descontextualiza y pasa a cargarse de las diferentes contextualizaciones que le den los diferentes lectores que lo aborden posteriormente. De hecho, la consideración de Ricoeur acerca de la contextualidad dependiente del individuo se acerca al concepto de paisaje superpuesto de Acuto. En definitiva, cada individuo, cada grupo social "interpreta" o carga de valores un texto (un espacio) de acuerdo a sus propias pautas de codificación. Con esta herramienta metodológica, proveniente del interior de la teoría hermenéutica pretendemos, además de los aspectos simbólicos del espacio,

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comprendernos como investigadores. Sin embargo, paralelamente reconocemos que en forma tautológica podemos reflexionarnos como productores de conocimiento pero no dejamos de percibir ni aplicar nuestra propia interpretación, sincrónica con el momento de la investigación. Por otra parte, este ejercicio de pensarnos y pensar al otro sí nos permite a nuestro juicio, generar una posición crítica con respecto al contexto y objetivos de trabajo. La comprensión de lo ocurrido siempre tendrá la interpretación de quien aborde el problema y lo contextualice de acuerdo a sus propios prejuicios (en sentido hermenéutico). Se trata de la "aplicación" de la hermenéutica, la adaptación del "sentido de un texto a la situación concreta en la que se habla" (Fafián y Trebolle, 1990: 71) Es el trabajo de mediación del que proviene el propio nombre de la Hermenéutica haciendo referencia a Hermes como mensajero de los dioses y su misión, el "hermeneium" que era hacer comprensible el oráculo divino a los hombres. (Fafián y Trebolle, loc.cit.) Este trabajo de mediación y de integración (sensu Gadamer:1967:157) es el que realiza el arqueólogo entre el significado de la cultura material (registro arqueológico), su interpretación y la sociedad, sin hacer referencia constante a la tradición o a la situación del presente del investigador. Sin embargo, la aplicación de esa comprensión se hará siempre teniendo en cuenta los contextos, pero también se hará en relación con la situación hermenéutica en que se encuentra el investigador. De otro modo, toda comprensión será imposible. (Fafián y Trebolle, op.cit.:75) El aporte de esta reflexión desde una doble hermenéutica lo centramos en la toma de conciencia de sabernos falibles, sesgados y concientes de lo que nuestra tarea puede generar, pero también alertas frente a lo que deseamos producir y cambiar concientemente. Es decir, una arqueología social proviene y apunta a requerimientos sociales que surjan y atiendan en primera instancia lo local. Esto nos aproxima a la sociedad, le resta a la academia conocimiento exclusivo pero no la responsabilidad de seguir ejerciendo la mediación entre el dato primario y la sociedad, aunque teniendo en cuenta la percepción que del fenómeno tiene la sociedad. Por otra parte, en esta aproximación el investigador a su vez, se ve a sí mismo como parte activa, interactuante con la sociedad. No se trata de buscar posiciones relativistas sino críticas con respecto al modo de adquirir y de compartir los conocimientos, contemplando y evaluando la polisemia de los actores sociales.

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Utilizar esta herramienta metodológica propuesta por el particular enfoque hermenéutico de Ricoeur (op.cit) nos permite comprendernos como investigadores en esta petición política de investigación, comprendiendo las lecturas que cada uno de los actores involucrados hace de este paisaje. Espacio y tiempo en el área "del Hervidero" En el área del Uruguay Medio está fechado el poblamiento más temprano para este territorio, ca. 12000 a.P. (Guidón, 1978) protagonizado por grupos de cazadores nómadas, con tecnología lítica y explotación de amplios territorios que incluyen las áreas costeras fluviales y las planicies del interior. A lo largo de la prehistoria, la ocupación del área y particularmente de las zonas ribereñas, muestra, a partir de los contextos arqueológicos, la presencia de diversos grupos humanos, portadores de distintos tipos de complejidad cultural. (Cabrera, 1994; Caggiano, 1984; Serrano, 1972) El análisis diacrónico del uso del territorio entonces, presenta diversos aspectos. Durante todo el período de ocupación prehistórica, este espacio estuvo dividido y utilizado principalmente por grupos cazadores recolectores que compartían pautas de definición de uso del espacio y de territorios entre sí. A partir del proceso de conquista este mismo territorio pasa a ser propiedad única de la corona española en un principio, en una forzada superposición con la ocupación indígena. Desde allí, todo el espacio que nos ocupa pasó a ser dominado y estructurado por la sociedad dominante (hispanocriolla), a partir de la explotación ganadera, la división en propiedades privadas con diferentes usos y ocupaciones y la fundación de pueblos y ciudades. (vide Bracco, 2004) Surgen “paisajes superpuestos” imponiéndose sobre y contra los pobladores indígenas un nuevo orden y significación. De esta forma, el reordenamiento geopolítico del territorio se organiza con un significado económico-social cuyas bases son la propiedad privada y la acumulación de bienes. Este significado se mantiene hasta hoy, con otro orden de autoridades. Desde nuestro punto de vista, ninguno de los actores inmersos en la sociedad occidental escapó de esta concepción simbólica del espacio. Existieron diversos significados para este simbolismo, pero esencialmente el fin último estaba vinculado con la apropiación de tierras y su explotación/ocupación, en relación con la pertenencia a la sociedad dominante en defensa de la propiedad privada y la acumulación de bienes, o bien, en relación con la resistencia a ese orden imperante, y la proposición de un

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nuevo orden –en el caso del Reglamento de Tierras de 1815 y la expropiación de los territorios a Dargain, para ubicar lo que sería el núcleo director de la Liga Federal por parte de Artigas. En este sentido, el ordenamiento geopolítico del espacio continuó siendo el mismo, solo que se generaron múltiples “paisajes superpuestos”. Piénsese por ejemplo, durante el funcionamiento de la Villa de la Purificación, en los diferentes significados que la región tenía para las autoridades de Buenos Aires, para las autoridades de Montevideo, para las Provincias de la Liga Federal, para Artigas y para Portugal. La presencia de la gran masa fluvial del río Uruguay es un elemento más a considerar pero no como una división política per se. De hecho, no lo fue durante el período prehispánico,

la época colonial y obviamente tampoco para la presencia

artiguista. El río formó parte activa y continua del paisaje natural y cultural, dicotómico con respecto a la tierra, en relación con sus características físicas y con ellas las diferentes posibilidades de recursos alimenticios, transporte, comunicación, y control del espacio. La concepción de frontera política actual que él implica deviene del surgimiento del estado nación, asociada a los controles de espacio respectivos. Sin embargo, en el colectivo social continúa siendo un recurso conceptual y real de libre acceso (paisaje superpuesto), interrumpido por el ejercicio de control de estado que ejercen las autoridades pertinentes de una y otra orilla. La construcción actual del área "del Hervidero" Por último, analizaremos la conceptualización simbólica actual del espacio concreto, que podemos definir como el que fue sujeto de diagnóstico, en la medida que su dimensión real, solo podría darse a partir de él y aún así no fue del todo identificada y por lo tanto delimitada. Sin embargo, aún en la indefinición, el área de la Rinconada del Hervidero genera paisajes superpuestos a partir de la existencia de diferentes significados para la misma y la aplicación sincrónica de todos ellos. La política: En uso y construcción constante de la figura de héroe nacional de Artigas, heredera de los principios de autoridad y de invención de símbolos que justifican y aglutinan la identidad del estado nación hacia adentro de las fronteras, busca hacer tangible la presencia del héroe patrio para la sociedad, a partir de la identificación de un espacio y de restos materiales reales, probatorios de que Artigas estuvo ahí o los usó. Ellos serán transformados en íconos venerables, pasibles de ser honrados, visitados,

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cuidados, como testigos y reliquias de la presencia y actividad de Artigas. Esta actitud se justifica y fundamenta en la autoridad heredada y auto justificada de este grupo de poder para elaborar, definir, utilizar e imponer el concepto de patrimonio cultural sobre la sociedad. Y como ya vimos, aún sin pruebas de su verosimilitud se le da valor desde la imposición legal: pesa más la construcción ideal inventada que la realidad. La social: Con una imagen de héroe construida desde los centros de poder, políticos y académicos (historiografía oficial) se divide en dos aspectos. La sociedad local, territorialmente vinculada al lugar, superponiendo las construcciones del héroe y de propiedad del territorio como forma de identificación. La sociedad nacional, que se vuelca fundamentalmente hacia la figura del héroe y su tangibilidad, cuando no permanece indiferente. Ambas son lecturas diferentes aunque tienen la misma raíz: la construcción y necesidad de una figura heroica como símbolo identitario del estadonación. La privada: los propietarios del campo afectado, a partir de la negación total de la presencia artiguista en defensa de su propiedad privada y en contra de una tradición oral que ellos mismos habían ayudado a construir cuando era estatutariamente importante en congruencia con su rango socio económico. La amenaza de pérdida patrimonial económica y afectiva, modifica su discurso y los enfrenta a los intereses sociales y políticos. La académica: Aborda a pedido del grupo político, un territorio de lectura compleja. Hacia el pasado, su resolución se hace sobre la base de la investigación arqueológica fundamentalmente, y hacia el presente, a pesar de la pretendida objetividad de nuestra investigación, para la lectura del paisaje en sus ejes temporoespaciales, en realidad estamos respondiendo directamente y construyendo un pasado con un solo objetivo: ¿donde estaba la Villa de Purificación? Y por lo tanto ¿que territorio corresponde señalar en asociación con Artigas? Y la pregunta obliga a una doble comprensión, el arqueólogo y su lectura y el origen de la intención de lectura y las modificaciones consecuentes que en la lectura futura de los diferentes actores sociales tendrá ese espacio. Un espacio que sigue y seguirá siendo ordenado desde los poderes dominantes, ahora en función del afianzamiento tangible de un héroe patrio y de su lectura como

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patrimonio nacional con todas las afectaciones legales de uso, manipulación y usufructo que ella conlleva y así será presentado a la sociedad. A modo de conclusión, como fue dicho, esta investigación fue encomendada para ser dirigida a un espacio cuya fuerte representación simbólica deviene de la presunción (ahora confirmada por lo menos parcialmente) por parte de las autoridades políticas y algunos investigadores, de haber estado asociado a una figura cargada de la fuerte simbología de héroe nacional, considerada como representativa de la identidad del estado-nación como es la del Gral. Artigas. Por otra parte, en la significación histórica de este espacio, él forma parte de la organización ya establecida y tácitamente aceptada del territorio, en relación con la productividad y la propiedad privada. Este orden se ve modificado ahora, desde la asociación al mismo de una figura considerada de importancia nacional, mediado el significado del espacio por la investigación arqueológica y finalmente, es impuesto por los poderes políticos que ordenan en forma descendente hacia la sociedad, las prioridades de intereses en los conceptos de patrimonio, identidad y con ello la significación del espacio.

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GRACIAS... A la Prof. Melba Píriz, a la Lic. Isabel Barreto y a la Prof. Ma. Esther Risso por su lectura crítica del manuscrito y los valiosos aportes realizados por cada una de ellas en su campo de conocimiento. A Mercedes Sosa su rápida respuesta ante algunas demandas de última hora para el trabajo. La responsabilidad de lo expuesto me corresponde totalmente.

"Artículo 6º.- Declárase monumento histórico el solar donde estuvieran emplazados el Cuartel General de Artigas y la villa de Purificación, ubicado dentro de las fracciones de campo individualizadas por los padrones 4980 y 4983 en mayor área, 4ta. Sección Catastral, zona rural en el departamento de Paysandú. El Poder Ejecutivo dispondrá lo necesario para proceder a determinar su extensión, delimitación y señalamiento, previo informe fundado en asesoramiento competente, de acuerdo con los alcances de la Ley Nº 14.040, de 20 de octubre de 1971, a los efectos de la creación del Parque Nacional Purificación. Artículo 7º.- Declárase de interés nacional la conservación y mantenimiento de todos los monumentos históricos declarados como tales, en especial la villa Santo Domingo de Soriano y el solar donde estuvieran emplazados el Cuartel General de Artigas y la villa de Purificación." (Ley Nº 17.631, 2003) 1

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La Ley de creación de la COMISIÓN DE FOMENTO DEL TURISMO INTERNO PERMANENTE DE CARÁCTER HISTÓRICO ARTÍSTICO Y CULTURAL DE LA NACIÓN fue publicada con fecha 13 de mayo de 2003; los trabajos del equipo de investigación histórico-arqueológica comenzaron en ese mismo mes y el informe final fue entregado en el mes de octubre, ambos en el mismo año. (FHUCE, 2003) 3

Entendemos el concepto de reproducción social en el sentido que Giddens lo plantea, asumiendo la inconciencia de las estructuras que la generan. (Giddens, 1979, 1984)

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