LA REPÚBLICA CHECA: 10 AÑOS EN LA UNIÓN EUROPEA [CZECH REPUBLIC: 10 YEARS IN THE EUROPEAN UNION]

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Descripción

La República Checa: diez años en la Unión Europea Daniel Esparza y Petra Mestanková (Univerzita Palackého v Olomouci)

La República Checa: diez años en la Unión Europea

Daniel Esparza y Petra Mestanková

SUMARIO: 1. Introducción.—2. Aspectos generales: evolución y cambios de gobiernos en la República Checa (2004-2014): 2.1. 2004-2006: el período europeísta. 2.2. 2006-2013: el período euroescéptico. 2.3. 2013-2014: el retorno del europeísmo.—3. Los intereses nacionales checos en políticas europeas.—4. La República Checa y el Tratado de Lisboa.—5. La presidencia checa de la UE.—6. Los checos y las principales directrices de la política europea durante la crisis económica.— ­6.1.  La postura respecto del euro.— 6.2. Medidas para paliar la crisis financiera y económica.—7. Tres checos en la Comisión Europea.—8. La República Checa y sus eurodiputados.—9. La evolución de la opinión pública checa.— 10.  Conclusiones.

RESUMEN: La República Checa nació como Estado independiente el 1 de enero de 1993 de la escisión de las dos repúblicas que formaban la Federación Checoslovaca e ingresó en la UE el 1 de mayo de 2004. Desde ese momento hasta el 1 de mayo de 2014 describiremos: a) las diversas posiciones que los sucesivos gobiernos de Praga han adoptado en los momentos más decisivos del proceso de construcción europea; b) las decisiones y propuestas más destacadas de los tres comisarios que ha tenido la República Checa; c) las tomas de postura de los eurodiputados checos más activos, y d) las cambiantes actitudes de la opinión pública checa hacia la UE. Finalmente, haremos una valoración del «período euroescéptico» (2006-2013), cuando la política europea estuvo liderada por el ODS (desde el gobierno) y por Václav Klaus (desde la presidencia), cuyas propuestas han estado siempre cercanas a los intereses de los conservadores británicos, una postura euroescéptica que no solo no ha generado ninguna ilusión en

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la ciudadanía checa, sino que ha fomentado un derrotismo que no ha aportado ningún beneficio sustancial, ni a la UE, ni a la República Checa. PALABRAS CLAVE: República Checa, Unión Europea, Ampliación de la UE, Euroescepticismo, Conservadurismo ABSTRACT: The Czech Republic was born as an independent State January 1, 1993, after the split up of the two republics that formed the Czechoslovak Federation, and joined the EU on May 1, 2004. From this moment to May 1, 2014 we will describe: a) the divergent positions that the successive Czech governments have adopted in the crucial moments of the European integration process; b) the most relevant decisions and proposals from the three successive Czech commissioners; c) the positions adopted by the most active Czech MEPs; and d) the changing Czech public opinion towards the EU. And finally, we will assess the «Eurosceptic period» (2006-2013) when the European policy was headed by ODS (in the government) and from Václav Klaus (in the presidency), since their proposal have been close to the British conservatives interests, and their Eurosceptic approach has not only generated any hope in the Czech citizenship, but it has encouraged a defeatist spirit which has no provide any substantial benefit to the EU, nor to the Czech Republic. KEYWORDS: Czech Republic, European Union, EU enlargement, Euroscepticism, Conservatism

1.  Introducción La República Checa [en adelante, RCH] nació como Estado independiente el 1 de enero de 1993 de la escisión de las dos repúblicas que formaban la Federación Checoslovaca. Desde ese momento hasta el 1 de mayo de 2014, décimo aniversario de su entrada de la Unión Europea [en adelante, UE], expondremos y analizaremos: a) las diversas posiciones que los sucesivos gobiernos de Praga han adoptado en los momentos más decisivos de su proceso de integración europea; b) las decisiones y propuestas más destacadas de los tres comisarios que hasta la fecha ha tenido la RCH, c) la posición de sus eurodiputados más activos, y d) las actitudes de la opinión pública checa hacia la UE. Aunque antes de entrar de lleno en esta materia, dedicaremos una breve introducción para visualizar los principales actores que van a intervenir y los períodos en los que fueron protagonistas. Entre 1993 y 1998, el ODS (Partido Cívico Democrático) fue el principal partido de gobierno y el que dirigió la política europea de la RCH. Conservador e inspirado por la ideología neoliberal (en el plano económico) de su fundador, Václav Klaus, el ODS era y es un partido abiertamente contrario a una mayor integración europea, que defiende la permanencia únicamente de

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un mercado común como nexo entre los países miembros de la Unión. En el año 2001 sentó sus bases ideológicas en materia de política europea en una línea euroescéptica, que ellos no obstante prefirieron denominar como «eurorrealismo». A mediados de los noventa, y a pesar de contar con los mejores indicadores económicos de todos los países de la ampliación, el gobierno checo retrasó al máximo la solicitud de adhesión a la UE hasta 1996, un gesto simbólico de orgullo nacional (o de dramatización flemática hacia la UE) que Klaus —­entonces Primer Ministro—, volvió a repetir una década después —­siendo ya Presidente— cuando retrasó al máximo la firma del Tratado de Lisboa, del cual se hablará más adelante. De 1998 a 2006, el principal partido de la coalición de gobierno fue el CSSD (Partido Socialdemócrata), que junto a la Unión Cristiano-Demócrata (KDUCSL) imprimió al ejecutivo checo una orientación pro-europea, que en líneas generales significó el apoyo a una mayor integración europea. Ambos partidos dirigieron exitosamente todo el proceso de adhesión —­desde las negociaciones hasta el referéndum—, proceso que hasta el año 2003 contó con el apoyo de la figura del presidente Václav Havel, reforzando de cara a la opinión pública checa y también en el escenario internacional los aspectos positivos de la adhesión, no solo por cuestiones económicas, sino sobre todo como una cuestión simbólica de reconciliación civilizadora con occidente 1. De 2006 a 2013, el euroescéptico ODS volvió a convertirse en el principal partido de las sucesivas coaliciones de gobierno, dirigiendo en exclusiva la política europea checa, aun a costa de privar al Ministerio de Asuntos Exteriores (cartera en manos de partidos europeístas) de los asuntos europeos, algo que creó muchos conflictos dentro del gobierno. En todo este período, la Presidencia de Václav Klaus amplificó aún más el carácter euroescéptico de este país, dentro y fuera del mismo, especialmente durante la Presidencia Checa en la UE en el primer semestre de 2009, la cual se describirá con detalles más adelante. Durante este período de 2006-2013, en dos ocasiones se instalaron sendos gobiernos tecnocráticos: el primero, dirigido por Jan Fisher entre mayo de 2009 y junio de 2010, cuyo inicio coincidió con la presidencia checa; y el segundo, encabezado por Jirí Rusnok, desde julio 2013, hasta enero de 2014. 1  Sobre descentralización en la República Checa antes de la entrada en la UE, ver: J. Lach, et alter: «Descentralization in the Czech Republic: The European Union, Political Parties, and the Creation of Regional Assemblies», Publius: The Journal of Federalism, n.º 34:1 (2004), pp. 35-51.

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En marzo de 2013, Klaus concluyó su segundo y último mandato como presidente, siendo sucedido por Miloš Zeman, un político de corte europeísta que ya había sido Primer Ministro con el ČSSD (aunque hoy ya no sea miembro del partido). En otoño de 2013, el ČSSD ganó las elecciones y en enero de 2014 volvió al gobierno checo, abandonando las líneas trazadas por el ODS, y retornando a la RCH a posturas acordes a una mayor profundización en la integración europea. Con estos dos actores políticos europeístas (el CSSD en el parlamento y Miloš Zeman en la Presidencia) la RCH ha sido capaz de celebrar sus diez años en la Unión renovando el espíritu europeísta previo a la adhesión, con el matiz lógico de que las circunstancias de entonces no son las mismas, y de que la propia Unión Europea está atravesando una crisis institucional (además de la económica en la eurozona) que ha dotado al espíritu del tiempo de un pesimismo paralizador. En este sentido, el viraje de la política checa hacia posiciones integradoras, será beneficiosa tanto para la RCH como para la UE, así como para los que creemos que parte de la salida a esta crisis consiste en una mayor integración con el fin de afrontar los retos y las amenazas que pesan sobre los países de la vieja Europa, ante el ascenso de nuevas potencias como China e India; o incluso para afrontar el pulso que Rusia ha iniciado con sus pretensiones (de momento) en Ucrania, y sus recurrentes amenazas de cortar el suministro de gas a buena parte de Europa. Sirvan por tanto estas últimas líneas, donde hemos marcado nuestra posición general hacia la UE, como punto de partida sobre el cual en determinados momentos podríamos valorar ciertas decisiones de los gobiernos, y poder romper así, la frialdad de una mera descripción de la sucesión de sucesos sucedidos sucesivamente durante estos diez años de la RCH dentro de la UE. Las fuentes de las que nos hemos nutrido para preparar esta valoración, han sido producto de un seguimiento casi diario de la actualidad en los últimos catorce años, a través de documentos oficiales, programas electorales, análisis de discursos, manifiestos, entrevistas, revisión de prensa especializada y observación participante; además de que en este período hemos participado en el debate europeo a través de opiniones en prensa y radio —­nacional e internacional— debates y foros político-sociales y académicos (congresos, simposios, coloquios), además de contribuir con numerosas publicaciones en el ámbito académico, tanto en monografías, como artículos. En este trabajo, las citas se reducirán no obstante al máximo, de modo que únicamente se referirán en el

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texto aquellas fuentes secundarias que sean indispensables, como encuestas u opiniones de otras personas. En ciertas ocasiones se harán referencias a otros trabajos donde poder ampliar la información. 2. Aspectos generales: evolución y cambios de gobiernos en la República Checa (2004-2014) 2.1.  2004-2006: el período europeísta Desde mayo de 2004, una vez dentro de la UE, y hasta la primavera de 2006, la política europea de la RCH apostó por una mayor integración y apoyó abiertamente la Constitución Europea, la cual firmó, por más que ésta no se llegara a ratificar al quedar en suspenso todo el proceso una vez que Francia y Holanda la rechazaron en las urnas. 2.2.  2006-2013: el período euroescéptico En las elecciones parlamentarias de la primavera de 2006 los votantes dieron el triunfo al ODS, partido conservador-liberal, de corte euroescéptico, poniendo así fin a ocho años de liderazgo de la socialdemocracia. La formación del gobierno fue problemática y hasta enero de 2007 no se estableció un gobierno estable, que finalmente encabezó Mirek Topolánek (ODS) como primer ministro, con apoyo de los democristianos del KDU-ČSL y Los Verdes, partidos ambos bastante europeístas. Teniendo en cuenta esta profunda brecha en la política europea entre el principal partido de la coalición y el resto, y que el Ministerio de Asuntos Exteriores fue asumido por Los Verdes, con Karel Schwarzenberg como ministro, el ODS propuso dividir la política exterior en dos ramas: (1) la política hacia la UE y (2) la política hacia el resto del mundo, quedando solo ésta en manos del Ministro de Exteriores, mientras el ODS a través de la creación de una vicepresidencia del Gobierno para los Asuntos Europeos, liderada por Alexandr Vondra (ex-embajador en los EEUU) se aseguraba la dirección de la política europea, y la preparación de la Presidencia de la UE, en el primer semestre de 2009. Después de la caída del gobierno en medio de la Presidencia del Consejo de la UE, se formó un gobierno tecnócrata (mayo de 2009), del que fue nombrado Primer Ministro Jan Fischer, apoyado tanto por el ODS como por el ČSSD,

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al objeto de terminar la Presidencia Checa, y cooperar con Bruselas, sin llegar a tomar decisiones políticas importantes. Después de las elecciones parlamentarias de mayo de 2010 se formó una nueva coalición de centro-derecha formada de nuevo por el ODS (euroescéptico), TOP 09 (partido surgido de una escisión con los democristianos, proeuropeo) y VV (Asuntos Públicos, un nuevo partido no bien definido) con el primer ministro Petr Nečas (ODS). De nuevo el ODS dominó los temas europeos. Fue el mismo Nečas quien tomó las riendas en la política europea al crear la posición del Secretario del Estado para los asuntos europeos dentro de la Oficina del Gobierno, mientras el Ministro de Asuntos Exteriores, de nuevo Karel Schwarzenberg (esta vez dentro de TOP 09), volvía a asumir el resto de las cuestiones internacionales. Esto causó fricción en la coalición y el Ministro de Asuntos Exteriores objetó que esta división en la política exterior perjudicaría a la RCH. En este período, los principales temas de la agenda europea estuvieron relacionados con las propuestas de solución a la crisis económica y financiera en la UE. 2.3.  2013-2014: el retorno del europeísmo El cambio en la política checa hacia la UE vino con el segundo gobierno tecnócrata de Jiří Rusnok, que se instaló después de la caída del gobierno de Nečas en el verano 2013. Ya este gobierno lanzó señales europeistas, aunque no tuvo la legitimidad para tomar decisiones políticas de calado. Después de las elecciones parlamentarias del otoño 2013, se formó el actual gobierno de centro-izquierda, formado por el ČSSD (proeuropeo), ANO (nuevo partido, no bien definido, cuyas siglas significan en checo SÍ) y KDU-ČSL (proeuropeo) con Bohuslav Sobotka (ČSSD) como Primer Ministro y Lubomír Zaorálek (también socialdemócrata y con una actitud pro europeísta) como Ministro de Asuntos Exteriores. 3.  Los intereses nacionales checos en políticas europeas En general podemos decir que los checos han estado y están todavía interesados, sobre todo, en la dimensión económica de la integración europea. Respecto a una mayor integración política de la UE, mientras ha estado el ODS, no han apoyado (o si lo han hecho, ha sido con medias tintas) ninguna iniciativa que significara una mayor integración política de la UE.

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Veamos a continuación, las principales prioridades checas en materia europea, que podrían sintetizarse en seis: (1) el mercado común, (2) la política de cohesión, (3) el espacio de libertad, seguridad y justicia, (4) la política medioambiental, (5) la política energética y (6) la política exterior y de seguridad europea. 1.  La primera gran prioridad de los gobiernos checos liderados por el ODS (2006-2013) fue tratar de eliminar las barreras restantes del mercado interior y asegurar la plena realización de las cuatro libertades (libre movimiento de mercancías, personas, servicios y capitales). Esto se explica en parte por la naturaleza de la economía checa, dependiente de la exportación, con predominio del sector automovilístico, y unida a la economía alemana. Concretamente la RCH apoyó la Directiva relativa a los servicios en el mercado interior de 2006, y en los siguientes años propuso mayor liberalización del mercado interior en los servicios y también en el sector energético. Petr Nečas llegó a decir que iba a considerar el mercado interior de los servicios liberalizado cuando en París se levantará la estatua del fontanero polaco 2. La RCH fue también uno de los iniciadores del Plan para el Crecimiento en Europa que se presentó en forma de carta, firmada por once países miembros y dirigida al Presidente del Consejo Europeo y al Presidente de la Comisión en febrero de 2012, en la que se pedía que se cumpliera plenamente el mercado interior sin barreras, y concretamente se solicitaban avances en la liberalización de los servicios, la creación de un mercado interior digital, un mercado interior energético, un Espacio Europeo de Investigación, reducir la burocracia (sobre todo para las PYMES), tener una política comercial común más activa, y finalmente crear un sector de los servicios financieros competitivo. 2.  Un elemento prioritario para los diferentes gobiernos checos ha sido, naturalmente, conseguir el máximo posible de los fondos europeos. La política checa ha apoyado el aumento de gastos en la cohesión, y también la reducción de los gastos en la Política Agrícola Común (PAC) y una mayor liberalización de ésta, lo que ha chocado naturalmente con los intereses españoles y en general con los mediterráneos. En el año 2005, cuando se negoció el marco financiero para los años 2007-2013, la RCH fue el país que obtuvo la tercera mayor cantidad de fondos europeos. También defendió unas reglas menos restrictivas para los nuevos países miembros, en el gasto de estas subvenciones. No 2 Eurozpravy, «Nečas: Vnitřní trh Evropské unie by se měl více liberalizovat [Necas, the EU Common Market of the EU should become more liberal]», Eurozpravy.cz (2012), 03.04. 2012, en línea en http://domaci.eurozpravy.cz/politika/46953-necas-vnitrni-trh-evropske-unie-by-semel-vice-liberalizovat/.

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obstante en dicho período se revelaron problemas serios con la ejecución de los proyectos europeos, hasta que la Comisión Europea amenazó a la RCH con la paralización de las subvenciones en el año 2012, reprochándole que el sistema de control y de auditoria no fuera efectivo. Luego, la RCH no fue capaz de gastar toda la cantidad asignada. Durante la negociación del actual marco financiero, los checos defendieron de nuevo un mayor enfoque para los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión, ahorros en la PAC y reducción de la burocracia. Consiguieron menos subvenciones que en el período anterior, aproximadamente 5.000 millones menos de euros. 3.  En la tercera política, el Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia, la principal preocupación de la RCH al entrar en la UE fue incorporarse al sistema de Schengen. La mayoría de las condiciones necesarias para ello ya las cumplía la RCH antes de su ingreso en la UE, con la excepción de la política de visado común. Con respecto a la política migratoria, la RCH ha sido muy escéptica hacia la creación del sistema migratorio común. Tampoco estuvo a favor de que los emigrantes tuvieran los mismos derechos que los ciudadanos, por los efectos negativos que esto tendría en los sistemas sociales y educativos. En el tema de la emigración ilegal, la RCH ha rechazado la regularización masiva de los inmigrantes, ya que según ellos animaría a los demás. Ha apoyado medidas preventivas y una cooperación más profunda con terceros países, sobre todo con aquellos al este de la UE, que según los checos están desfavorecidos en comparación con los países mediterráneos y de la África subsahariana. La RCH ha apoyado la creación del sistema de asilo común, pero ha estado en contra de trasladar a los inmigrantes de los países más afectados, como Italia o España, a otros de la UE-28. Con respecto a las instituciones encargadas de esta política (Frontex o Europol) la RCH ha apoyado sus actividades y ha cooperado con los países miembros, pero no obstante ha rechazado la ampliación de sus poderes. La justicia ha sido una de las prioridades de la RCH, con el fin de reconocer los fallos judiciales y ha apoyado la creación del Sistema Europeo de Información de Antecedentes Penales. No obstante, ha estado en contra de la ampliación del exhorto europeo de obtención de pruebas y ha mantenido sus reservas hacia la creación de la Fiscalía Europea 3. 4 y 5.  Significativos han sido también para la RCH las políticas medioambiental y energética. La primera supuso para la RCH el mayor esfuerzo durante el proceso de adhesión, pues había heredado una carga problemática con 3  --Para un estudio sobre los intereses nacionales en la UE, ver V. Fiala, et alter: Prosazováni národních zájmu Ceské republiky v EU [Czech National Interests in the EU], Periplum, Olomouc, 2011.

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el medioambiente derivada de la industria que floreció durante el comunismo (como la extracción de carbón marrón). La implementación de la legislación medioambiental ha sido la más costosa y aún después de la entrada a la UE se mantiene entre las más problemáticas. Precisamente, el incumplimiento de sus obligaciones en esta política ocupa la mayoría de los casos por los cuales la RCH ha sido procesada ante el Tribunal de Justicia Europeo. La RCH estuvo en contra de una política europea medioambiental más restrictiva. Los checos tampoco han puesto gran atención al tema de las fuentes de energías renovables y al cambio climático que están en el centro del enfoque europeo. La política energética es una prioridad para los checos por la gran dependencia checa de los suministros externos, sobre todo de Rusia, país percibido como imprevisible. El tema dominante ha sido, por tanto, la seguridad energética que significa diversificación de suministros en la UE. Los checos han estado a favor de las medidas para disminuir la dependencia de Rusia, como el gasoducto del Corredor Meridional, o el desarrollo de la energía nuclear. Apoyan una formación de una política energética común. 6.  Finalmente en la Política Exterior y de Seguridad Europea los principales temas para los checos han sido la defensa de los derechos humanos y el apoyo a la transformación y consolidación democrática de los países al este de la UE mediante el Partenariado Oriental (Eastern Partnership), y el desarrollo de las relaciones con éstos. Con respecto a Cuba, la RCH ha defendido siempre una actitud europea más dura contra el gobierno comunista de La Habana; posición bastante diferente, por ejemplo, a la de España, más transigente; y ha apoyado la ampliación de la UE hacia los Balcanes. La política exterior checa también ha destacado por la preferencia de las relaciones transatlánticas y el apoyo ­general a las políticas de los EEUU; defendiendo que fuera la OTAN la principal organización en mantener la seguridad en Europa y oponiéndose al desarrollo de la Política de Seguridad y Defensa Europea si eso significaba debilitar a la OTAN. Proponen que esta Política de Seguridad y Defensa Europea se concentre sobre todo en la prevención de los conflictos o la reconstrucción de los países después éstos. Se debe remarcar que las preferencias de la RCH han dependido según los partidos que han gobernado. En general, se podría simplificar diciendo que la derecha es más atlantista y la izquierda (no comunista) más europeísta. Planteamiento que quedó ejemplificado por las discrepancias que entre los partidos checos (y también los de algunos otros países europeos como Polonia o Francia) surgieron cuando la RCH aceptó que se instalaran componentes del escudo antimisiles del Sistema Nacional de Defensa de EEUU. Sin embargo, con

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la llegada de Obama, este plan se canceló. Un aspecto característico de la política exterior checa, ha sido la actitud de sospecha y desconfianza hacia Rusia: aún así, la política checa ha sido más pragmática hacia Rusia que la de países como Polonia o los Estados Bálticos. Finalmente, es importante destacar que la RCH ha apoyado en general a Israel, habiendo realizado la RCH esfuerzos para que las relaciones UE-Israel mejoren. 4.  La República Checa y el Tratado de Lisboa Aunque los checos participaron en la Convención que elaboró la Constitución Europea (a partir de ahora CE), no tuvieron el derecho a decidir sobre ésta, ya que por entonces eran solo un país candidato. El gobierno checo de entonces, liderado por la socialdemocracia, mantuvo una actitud positiva hacia la CE. Pero cuando ésta fue rechazada en los referéndum francés y holandés, el gobierno checo decidió esperar con la ratificación y finalmente no procedió a llevarla a cabo. Al mismo tiempo, cambió la situación política en la RCH, cuando después de las elecciones parlamentarias de 2006 se formó un gobierno de centro-derecha, liderado por el euroescéptico ODS, partido puso serias objeciones hacia la CE y quiso proponer la negociación sobre un nuevo tratado. El gobierno checo nombró como negociador principal al líder de los euroescépticos, Jan Zahradil, eurodiputado por el ODS. Zahradil rechazó la CE y propuso negociar un documento completamente nuevo. El ODS apodó al Tratado de Lisboa «Constitución Europea n. 2», puesto que la esencia de ésta permaneció, y de esta manera presentaron también grandes objeciones al ­tratado de Lisboa. El ODS percibió los dos tratados como un acto de clara profundización en la integración política de los países miembros, algo muy alejado de su ideología «eurorrealista». El ODS estuvo en contra de que se transfirieran más poderes a las instituciones europeas, de ampliar las áreas de votación por mayoría cualificada en el Consejo de la UE, de la creación de la posición del Presidente del Consejo Europeo, de la remodelación del Alto Representante de la Unión para la Política Exterior, y de la planeada reducción del número de comisarios europeos. De estas tres últimas cosas, solo la última no se llevó a cabo, y no fue por la posición checa, sino para que Irlanda conservara su comisario, y así convencer a los votantes irlandeses en el segundo referéndum para el Tratado de Lisboa, que finalmente se aprobó. Todos estos cambios reducían según el ODS la influencia checa sobre las políticas europeas. Esta actitud del ODS fue siempre objetada por los dos partidos minoritarios

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en el gobierno de aquel entonces, los democristianos y Los Verdes, ambos bastante europeístas. El mayor logro del Gobierno checo en la negociación sobre el Tratado de Lisboa fue que los poderes ejercidos en el nivel europeo se pudieran devolver a los Estados miembros, lo que los checos llamaron el «two-way flexibility» y que se materializó en varios puntos del Tratado de Lisboa, el más importante de ellos el art. 48 del TUE, donde se afirma que: «la revisión de los Tratados podría tener por finalidad la de aumentar o reducir las competencias atribuidas a la Unión en los Tratados». El gobierno checo firmó el Tratado de Lisboa en diciembre de 2007, pero costó mucho ratificarlo en el Parlamento, porque el ODS estaba dividido. Hasta mayo de 2009 (en medio de la Presidencia checa de la UE) no se consiguió su aprobación en el Senado, y aun así el Presidente Klaus, sobrepasando sus competencias, decidió no firmarlo hasta noviembre, cuando el Tribunal Constitucional checo determinó que el Tratado no era incompatible con la Constitución del país, como habían denunciado algunos senadores del ODS. El presidente Klaus condicionó su firma y quiso que la RCH obtuviera una excepción adicional en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, en realidad un gesto populista para ganarse a sus conciudadanos, invocando el arcaico miedo al mundo germánico, y haciendo creer que dicha Carta, provocaría el regreso de los tres millones de germanos de los Sudetes checoslovacos expulsados tras la Segunda Guerra Mundial para demandar la devolución de sus bienes. Finalmente, tras el último chantaje producto del orgullo del presidente que había visto como su plan de enterrar el Tratado de Lisboa había fracasado (porque incluso en el Reino Unido se había aprobado), se tuvo que improvisar un protocolo de urgencia en Bruselas para que el Tratado pudiera entrar en vigor, basado en una promesa hecha por los principales líderes de los otros países de la UE-27, donde se confirmaría que no se iban a romper los Decretos de Beneš de 1946 que determinaron la expulsión de los germanos en Checoslovaquia cuando el Tratado entrara en vigor. Y así, Klaus firmó. Este Protocolo debía ser ratificado por los parlamentos nacionales cuando entrara Croacia a la UE, sin embargo, nunca se produjo porque en la propia RCH no hubo acuerdo sobre esta excepción: la socialdemocracia ha estado siempre en contra y el actual gobierno (socialdemócrata) no quiere que se materialice nunca.

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5.  La presidencia checa de la UE La RCH presidió la UE durante el primer semestre de 2009. No lo tuvo fácil, ya que en ese momento acababa de estallar la crisis financiero-económica mundial; a la que se le unirían la crisis político-institucional en la UE (todavía existente), una nueva crisis en Gaza, y la crisis del gas ruso. Además de esto, lo hizo justo después de la presidencia francesa, calificada por muchos como la «mejor» de los últimos años.Y además de todo, el propio gobierno checo sufrió una crisis interna que desembocó (en medio de la presidencia) con la caída del gabinete de Topolánek, que fue reemplazado por un gobierno tecnócrata liderado por Jan Fischer. Así pues, se puede decir que la presidencia checa en la UE estuvo dividida en dos partes, bien diferenciada entre si por las actitudes y percepciones de los diferentes actores que la protagonizaron. La primera se correspondería con la liderada por el Primer Ministro Topolánek, hasta el 8 de mayo. Un período «tormentoso», en el sentido de que se produjo una frenética actividad y agitación donde luz y oscuridad, ruido y silencio se interrumpieron indiscriminadamente entre buenas intenciones y torpes gestos diplomáticos, lo que provocó que al mismo tiempo se lograran éxitos significativos, pero que quedaron eclipsados por las salidas de tono de una parte de la elite «eurorrealista» checa —­integrada exclusivamente por una minoría del ODS y por su fundador Klaus (entonces presidente de la RCH)— que de tanto imitar a los conservadores británicos, actuó con la arrogante actitud de creerse potencia mundial, dando lecciones a EEUU y a los países de la UE de cómo superar la crisis económica-financiero mundial y la político-institucional en la UE. La «segunda presidencia», por el contrario, se presentó serena y calmada. Se inició en medio de una notable desmoralización en la UE, que tras la caída del gobierno de Topolánek ya había dado por muerta la presidencia checa. Pero sorprendió positivamente en Bruselas con un alto sentido de la diplomacia y un fuerte ímpetu por querer unir voluntades, como demostró en la cumbre de junio, en la que lideró las garantías fundamentales para que Irlanda pudiera celebrar su segundo referéndum sobre el Tratado de Lisboa. La presidencia checa contribuyó en cierta medida a que los socios comunitarios no desplegaran en exceso tentadoras políticas proteccionistas que a corto plazo pudieran mejorar la situación de un país concreto, pero que a la larga perjudicaran al conjunto de la Unión, al causar trastornos en el mercado interno. Un miedo que se reflejó, por ejemplo, en la posibilidad de que Renault trasladara a Francia buena parte de su producción en Eslovenia. En este senti-

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do consiguió entonces que todos «prometieran» su determinación de respetar las reglas del mercado interno y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Con respecto a la energía, puesto que la UE carece de una política energética común y de un mercado único en este sector, la presidencia checa fomentó mejoras, negociando con representantes del Parlamento Europeo la entrada de un tercer paquete energético sobre la liberalización de la electricidad y el gas, aprobada finalmente por el Parlamento Europeo en abril de 2009. Este paquete estaba formado por dos directivas y tres reglamentos, a través de los cuales se reforzó la independencia de los reguladores nacionales y se proporcionó una mayor protección a los usuarios, para que pudieran cambiar de suministrador con más facilidad, y donde las facturas serán más detalladas. Se espera que en 2020, al menos el 80% de la población de la UE esté ya equipada con contadores inteligentes. Además, se tomaron iniciativas para la mejora del funcionamiento, la infraestructura, el uso, la calidad, la diversificación de las fuentes energéticas y de las vías de suministro. En la cumbre del Consejo de la UE de primavera se aprobó una partida de 4.000 millones para proyectos dedicados a asegurar el suministro de energía en el futuro.Y en la del Corredor Meridional, celebrada el 8 de mayo en Praga con representantes de la UE y de países productores y de tránsito en esta área (Azerbaiyán, Georgia, Turquía, Egipto), se establecieron nuevas bases y un calendario para crear una «nueva ruta de la seda», a través del transporte de energía desde el Cáucaso y Medio Oriente hasta Europa. Un plan ambicioso y difícil todavía de materializar, porque contará con sucesivas zancadillas de Rusia, la principal perjudicada, pero cada vez más urgente debido a la amenaza de Rusia en Ucrania y a su intención de cortar el suministro de gas a media Europa si occidente le sanciona desmesuradamente, y que tiene su horizonte en 2018. Por último, y dentro de la Política Europea de Vecindad (PEV), la presidencia checa apoyó la materialización del Partenariado Oriental, una propuesta de Suecia y Polonia en 2008, que pretendía y pretende todavía reforzar el comercio e impulsar los valores democráticos de la UE a través de la cooperación con seis países de interés estratégico: Ucrania, Moldavia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán y Bielorrusia 4.

4  Más información sobre la presidencia checa en la UE, en: C. Flores Juberías, «La presidencia checa de la Unión Europea de 2009: una valoración crítica», Revista de Derecho Comunitario Europeo n.º 35 (2010), pp. 59-91. Y en P. Kaniok, & H. Smekal, «České předsednictví v Radě EU: politický standard, mediální katastrofa [Czech Presidency in the Council of the EU: Politically Standard, Chaotic in the media]», Politologický časopis n.º 1 (2010), pp. 39-58.

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6. Los checos y las principales directrices de la política europea durante la crisis económica 6.1.  La postura respecto del euro Aunque según el Tratado de la Adhesión a la UE la RCH está obligada a adoptar el euro, lo ha ido posponiendo y el país sigue actualmente fuera de la Eurozona. En el 2003 fue adoptada la estrategia de la adhesión de la RCH a la Eurozona, que situó la adopción del euro para los años 2009-2010. En el año 2005 el gobierno checo (centro-izquierda) empezó a dar pasos para la introducción del euro y creó el Grupo de Coordinación Nacional, que a su vez creó el Plan Nacional para la introducción del Euro. Pero cuando en 2007 se formó el gobierno de centro-derecha liderado por Topolánek, se produjo un giro, en la línea ideológica de Václav Klaus (que rechazaba no solo la adopción del Euro por parte de la RCH sino la existencia misma de esta moneda dentro de la UE), y se creó una nueva estrategia donde no se especificó la fecha de entrada del Euro. El tiempo fue pasando y ninguno de los gobiernos de centro-derecha liderados por el ODS quisieron proponer fecha aproximada para la adopción del euro, pero tampoco decir abiertamente que no lo querían. El presidente Václav Klaus recomendó al gobierno que la RCH negociara un opt-out de la moneda común. Durante la crisis económica se endureció la actitud del ODS, cuando el Primer Ministro Nečas declaró que quería que se celebrara un referéndum sobre la entrada a la Unión Monetaria. El principal argumento fue que la Unión Monetaria no es la misma que en el año 2003 y que se está moviendo hacia la unión fiscal, y este cambio radical deberían confirmarlo los checos a través de un referéndum. A ésto hay que añadir que el apoyo popular al Euro se ha desvanecido en los últimos años (véase la opinión pública). Esta actitud anti-euro ha estado apoyada además por el Banco Central Checo, cuyos representantes actuales, nombrados por el presidente Václav Klaus, criticaron la forma actual de la eurozona y también la solución de la crisis. En oposición a éstos estuvieron el principal partido de la oposición de entonces, la socialdemocracia, y el entonces Ministro de Asuntos Exteriores, Karel Schwarzenberg (TOP 09), el cual apoyó la moneda común, aunque reconociendo que no era el momento de introducirla. En este tema se demostró la enorme división del gobierno hacia los temas europeos, y lógicamente la poderosa dominación del ODS en todos ellos.

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6.2.  Medidas para paliar la crisis financiera y económica La actitud del gobierno checo hacia la crisis de la Eurozona y sus soluciones ha sido más bien reservada o poco participativa, y plena de sospechas de que esas políticas redujeran los poderes a los Estados Miembros. Aunque las soluciones a la crisis han sido temas importantes, teniendo en cuenta el nivel de dependencia de la RCH respecto de la economía de los países de la eurozona (sobretodo la alemana), el ODS (liderando la política europea entre 2006 y 2013), estuvo siempre atento a que estas soluciones no tuvieran como consecuencia una mayor integración política y nuevas transferencias de poderes a las instituciones europeas. Por el contrario, el actual gobierno de centro-izquierda (desde enero de 2014) ha dado un giro importante en esta política y ha adoptado una actitud favorable a varias iniciativas de corte europeísta, y por ejemplo tiene la intención de firmar el Pacto Fiscal. Con respecto a las iniciativas institucionales para la solución de la crisis de la Eurozona, en mayo de 2010 la RCH apoyó la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera. También permitió que se cambiara el art. 136 del TUE y se estableciera el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Estando fuera de la eurozona la RCH no estaba obligada a participar en el MEDE, ni su ratificación era obligatoria para que ésta empezara a funcionar en julio de 2012. Aún así, el Parlamento checo ratificó dicho cambio en 2012, pero el presidente Klaus rechazó firmarlo, sobrepasando su poderes (como hizo con el Tratado de Lisboa). En 2013 fue elegido nuevo presidente Miloš Zeman, que terminó la ratificación de la RCH, siendo así el último país de la UE en ratificar el MEDE (al igual que ocurrió con el Tratado de Lisboa). Otra iniciativa anticrisis que no firmó la RCH fue el Pacto por el Euro Plus que fue adoptado en el Consejo Europeo de marzo 2011, al objeto de mejorar la competitividad de los países de la UE. La RCH estuvo en el grupo de países que no apoyaron este pacto, junto con el Reino Unido, Suecia y Hungría. Según el primer ministro la RCH no pudo influir el contenido de dicho documento y no tuvo tiempo de consultarlo con el Parlamento. La RCH, como ya se dijo, tampoco firmó con el ODS el Pacto Fiscal Europeo (Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria) siendo junto con el Reino Unido el único país que se quedó fuera. La RCH a principio apoyó la declaración sobre la disciplina fiscal y la coordinación de la política económica en la cumbre del Consejo Europeo de diciembre de 2011, pero en el momento de la firma en el Consejo Europeo de marzo 2012, el Primer Ministro Nečas cambió de postura y se puso en contra,

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lo que creó una disputa seria con el Ministro de Asuntos Exteriores Schwarzenberg (europeísta y de partido distinto al del Primer Ministro) que afirmó que así la RCH se quedara fuera de la corriente principal de la integración, y que eso dañaría sus intereses. La posición de Nečas fue apoyada por el presidente Klaus y se sustentó en tres argumentos: (1) que la participación de los no-miembros de la Eurozona había sido demasiada limitada y que los países que están obligados a adoptar el euro deberían estar presentes como observadores en la cumbre del Euro; (2) que la posición checa entre los no-miembros de la Eurozona es diferente, porque no recibe ninguna ayuda de la UE, ni del FMI y está a favor de ayudar financieramente a otros países miembros, y por eso se puede permitir una mayor libertad en sus decisiones; y (3) que se hallaba en contra de posibles transferencias de poderes hacia las instituciones europeas. Nečas también presentó su visión de la integración europea. Según él hay que aceptar que los países miembros tienen modelos económicos diferentes y diferencias también en otros ámbitos, por eso algunos van a querer participar en algunos proyectos y otros no, lo que se tiene que respetar. Así, se mostró favorable a una Europa a la carte, aunque la esencia de la integración —­identificable con el mercado común— deba ser común para todos y prioritaria para su gobierno. Finalmente, la RCH adoptó una actitud negativa hacia la iniciativa de la Unión Bancaria que suponía una transferencia de poderes al Banco Central Europeo y una creación del sistema europeo de recapitalización de los bancos. En este caso la actitud de los actores políticos checos ha sido más bien unitaria, el escepticismo reinó tanto en el gobierno, como en la oposición, como en la presidencia y el Banco Central Checo. El Primer Ministro Nečas llegó a decir que estaba «dispuesto a bloquear dicha iniciativa en el nivel europeo si no conseguía garantías de que este proyecto no ponga en peligro el sector bancario checo» 5. El principal argumento consistió en el hecho de que la mayoría de los bancos checos son propiedad de bancos extranjeros, sobretodo de los países de la Eurozona (Francia, Austria y Bélgica). En la Unión Bancaria los propietarios podrían transformar los bancos checos en sus sucursales y en el caso de tener problemas de liquidez podrían extraer el capital de los bancos checos. El Banco Central Checo también perdería el control sobre el sector,

5  D. Král, «Against all, with Britain Forever, or just Wait and See? The Czech debate on the Eurozone Debt Crisis». Europeum Working Paper, January (2013), p. 13 en línea en www.europeum.org/images/paper/wp_kral_czech_debate.pdf.

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lo que se percibe negativamente, ya que su estricta política se asocia al hecho de que el sector bancario checo esté sano 6. Desde principios de 2014 se ha instalado en Praga un nuevo gobierno de centro-izquierda (liderado por el CSSD), que ha cambiado sustancialmente la actitud checa en varios proyectos europeos. El Primer Ministro Sobotka quiere devolver la RCH al núcleo de la integración europea. Con respecto al euro, el Sobotka ha declarado que su gobierno no va a dar pasos que hagan imposible la adopción de la moneda común en el futuro, aunque no es muy realista esperar su adopción durante el mandato del actual gobierno. También ha puesto el hincapié de que es importante ganar la mayoría de la ciudadanía para la Unión Monetaria después de diez años de discurso antieuropeo de Václav Klaus, que ha marcado profundamente a la sociedad checa en este aspecto. Otro paso ha sido que a finales de marzo de este año el gobierno ha declarado que va a firmar el Pacto Fiscal Europeo. Algo que desde el punto de vista de un Estado no-miembro de la Eurozona puede que no suponga nada importante en la práctica, pero que a nivel político denota la entrada en una nueva era en la que se quiere participar en la estabilización fiscal de la UE. El Pacto Fiscal también lo tendrán que ratificar las dos cámaras del Parlamento checo. 7. Tres checos en la Comisión Europea Desde su entrada en la UE la República Checa ha contado —­de forma sucesiva— con tres comisarios en la Comisión Europea. El primero, Pavel Telička, diplomático, fue jefe de la delegación checa para la negociación de la adhesión a la UE. No obstante, fue sustituido muy pronto por Vladimír Špidla (ex-primer ministro socialdemócrata entre 2002 y 2004), quien dirigió la DG de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades. Era considerada una persona muy entendida en el tema, no obstante no fue capaz de propagar bien sus iniciativas y la mayoría de ellas fueron rechazadas. Sus principales objetivos fueron la reforma de los mercados de trabajo en los países miembros y también en los sistemas de la seguridad social. Entre sus logros se encuentran la creación del Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización (FEAG) que fue creado para ayudar a los despedidos por efecto de la globalización. Defendió el concepto de la «flexiguridad», y logró un acuerdo entre los países miembros sobre la fijación del límite máximo de la jornada laboral en 65 horas a la semana, lo que fue criticado por varios países, entre ellos España. Entre sus prioridades 6  D.

Král, «Against all, with Britain Forever, or just Wait and See?…», cit., p. 13-17.

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figuraron también la igualdad de género, la conciliación de la vida laboral y la familiar y la prohibición del tabaco en el lugar de trabajo. Según Baun y Marek 7, Špidla será recordado por defender los intereses de la UE por encima de los checos. Si bien, al final tomó una posición más cercana con la Delegación Permanente Checa en Bruselas. Špidla quiso continuar en la Comisión siguiente, pero fue víctima de la política interna checa. Los socialdemócratas le propusieron, pero no lograron el apoyo de los otros partidos, y el gobierno tecnócrata de Jan Fischer prefirió un compromiso entre todos los partidos relevantes, que al final acordaron que fuera el diplomático Štefan Füle. Füle consiguió un portfolio más importante que Vladimír Špidla, el de la Ampliación y Política de Vecindad, a cuya cabeza concluyó la adhesión de Croacia y se concentró en el proceso de ampliación con los otros países de los Balcanes. Con respecto a la crisis en Ucrania Füle fue nombrado jefe del Grupo de Apoyo para Ucrania, grupo de expertos que deberían ayudar a reformar el país (economía, justicia) y prepararlo para la asociación con la UE. 8.  La República Checa y sus eurodiputados Aunque el Parlamento Europeo es la institución europea en la que más confían los checos, en las dos primeras elecciones europeas en que éstos pudieron votar (2004 y 2009) lo hizo poco más del 28% del electorado, lo que sitúa la RCH entre los países con menor participación electoral. Según un estudio de Linek 8, participaron sobre todo aquellas personas que tenían una actitud positiva hacia la integración europea, o aquellos que contaban con una fuerte identificación partidista, lo que benefició a comunistas y democristianos. En el Parlamento Europeo, los checos ocuparán veintiún escaños en el período 2014-2019, número que se ha reducido legislatura tras legislatura, desde los 24 elegidos en 2004, y los 22 de 2009. Con respecto a los eurodiputados checos más activos y visibles durante el primer lustro, se pueden destacar a Miroslav Ouzký (ODS), que fue vicepresidente del Parlamento Europeo, y luego presidente de la Comisión Permanente 7  M. Baun, & D. Marek, Česká republika a Evropská unie [Czech Republic and the European Union], Barrister&Principal, Brno, 2010, p. 133. 8  L. Linek, «Analýza voleb do Evropského parlamentu 2004 v ČR. Platí stále teorie voleb druhého řádu? [Analysis of the European Parliament Elections 2004 in the Czech Republic. Is the Theory of the Second Order Elections still Valid?]» Nase spolecnost n.º 2 (2004), en línea en http://cvvm.soc.cas.cz/2004-2/analyza-voleb-do-evropskeho-parlamentu-2004-v-cr-plati-stale-teorie-voleb-druheho-radu.

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para el Medio Ambiente. También Libor Rouček (ČSSD), que fue primer vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores; Petr Duchoň (ODS), tercer vicepresidente de la Comisión para el Control Presupuestario; Miloslav Ransdorf (KSČM, Partido Comunista), primer vicepresidente de la Comisión de Industria, Investigación y Energía; y Zuzana Roithová (KDU-ČSL), primera vicepresidente de la Comisión para el Mercado Interior y Protección del Consumidor. Esta última es conocida por una actividad incansable, ya que provocó que la UE investigara la calidad de los juguetes chinos comerciados en la UE, y participó en la creación del informe sobre la protección del consumidor en el espacio digital y en la directiva sobre los servicios. Además de éstos, destacaron otros como Jan Březina (KDU-ČSL), que participó activamente en la iniciativa para mantener la denominación de origen para varios productos checos; Jana Hybášková, experta en Oriente Próximo, que presidió la Delegación para las relaciones con Israel y consiguió excluir a la televisión antisemita Al-Manar de los satélites europeos, y la eliminación de elementos racistas en los libros escolares palestinos financiados por la UE; o Vladimír Remek, ex-cosmonauta, que se dedicó al proyecto Galileo; Oldřich Vlasák (ODS) que se dedicó al desarrollo regional y fue el vice-coordinador de su grupo en la Comisión para el desarrollo regional. El resto de diputados, en general, tuvieron poca presencia. En el segundo lustro, correspondiente a las segundas elecciones, trece eurodiputados defendieron su escaño, y su mayor experiencia en la institución. Uno de los acontecimientos más llamativos fue la formación de un nuevo grupo parlamentario euroescéptico, escindido del Grupo Popular, denominado Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, donde los eurodiputados del ODS se unieron a los conservadores británicos y conservadores de otros países miembros. De entre los eurodiputados checos de esta nueva legislatura destacaron especialmente aquellos que ya tenían la experiencia del período anterior. Un estudio que comparó la actividad de los eurodiputados checos con los de los demás países revelaría que en la valoración media de sus actividades, los checos quedaban atrás con respecto a los de la UE-15. Igualmente los checos son menos activos en comparación con los de los nuevos países miembros, por ejemplo en la participación en las votaciones, en su habilidad para proponer cambios legislativos, en la formulación de preguntas parlamentarias, de propuestas de resolución o de declaraciones por escrito 9. 9  Evropské hodnoty, «Jak pracovali čeští europoslanci v uplynulém období? [How did the Czech eurodeputies work in the past period?]», Analytická studie think-tanku Evropské hod-

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La más activa de todas fue Zuzana Roithová (KDU-ČSL), ponente en diez ocasiones, especialmente activa en lo tocante a la protección de los consumidores. Oldřich Vlasák (ODS) fue vicepresidente del Parlamento Europeo y se dedicó al desarrollo regional, mientras que Olga Sehnalová (ČSSD) se dedicó a la seguridad del tráfico y la reducción de los accidentes, y Andrea Češková (ODS) al control presupuestario y a la igualdad de género. También destacaron aquellos que ocuparon un puesto importante en el Parlamento, como Libor Rouček (ČSSD) que fue vicepresidente del Parlamento Europeo; Evžen Tošenovský (ODS), vicepresidente de la Comisión de Industria, Investigación y Energía y Jiří Maštálka (KSČM) fue elegido uno de los Cuestores del Parlamento Europeo. 9.  La evolución de la opinión pública checa En el referéndum para la adhesión de junio de 2003, ganó el sí con un 77% a favor y una participación del 55% del censo. Ya antes de la adhesión Daniel Debomy, en un estudio sobre percepciones de la UE en los países de Europa central y oriental publicado en 2001 10, consideraba que los checos tenían una visión «restrictiva de la UE, más limitada a la economía y menos idealista que otros países europeos». Otro estudio observaba que los checos aceptaban la UE en términos prácticos y de eficiencia, y no en términos simbólicos. El 76% de la opinión publica checa percibía que la UE estaba dirigida solo por los Estados grandes 11. Diez años después de la adhesión, la mayoría de la población checa mantiene una actitud flemática hacia la UE, a la que no consideran ni buena, ni mala para su país. Lo mismo ocurre con su nivel de satisfacción con la UE: la mayor parte de la población no está satisfecha, ni insatisfecha con la pertenencia a la UE. Ello no obstante, desde el año 2009, con la crisis económica-financiera, se observa un crecimiento de la actitud negativa hacia la UE (gráficos 1 y 2). Queda por saber si esto será una tendencia general o sólo un bache a corto plazo. El aumento del negativismo tiene su raíz en la crisis financiera de la Eurozona y también a diez años de discurso reiterativo y negativo de un presidente extremadamente crítico con la UE, junto con la influencia mediática noty, 16.09.2013, en línea en www.evropskehodnoty.cz/wp-content/uploads/2013/09/ analyticka_studie_Evropske_hodnoty_Jak_pracovali_cesti_europoslanci.pdf. 10 D. Debomy, «Perceptions of the EU», OPTEM S.A.R.L for the European Commission, June (2001). 11  I. Gabal, «Ceská republika v roce 1 [Czech Republic, year 1]», Analysis and Consulting, STEM, Factum Invenio y Departamento de la Secretaria de Gobierno para la información sobre los Asuntos Europeos, Secretaria de Gobierno de la Republica Checa, Praga, 2006.

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de un gobierno que desde 2006 hasta 2013, ha desplegado un espíritu euroescéptico a sus conciudadanos. Esta tendencia se puede observar también respecto a otros temas, notablemente el rechazo creciente a la adopción de la moneda común. Interesante es hacer la comparación regional de los países centroeuropeos (Polonia, Eslovaquia, Hungría): las encuestas de 2013 muestran que entre los checos hay un mayor porcentaje (26%) de los que pensaban que no era bueno y un menor porcentaje (28%) de los que pensaban que sí era bueno ser miembro de la UE 12. Si se pregunta a los checos con qué valores vinculan a la UE 13, aparecen los de democracia (68% en 2013), cooperación (67% en 2013) y solidaridad (54% en 2013). En el lado opuesto están los valores de la justicia (38% en 2013) y de la igualdad (34% en 2013), que según la mayoría no están vigentes en la UE. En cuanto a la confianza de los checos hacia la UE, la población está dividida en segmentos más o menos semejantes entre aquellos que confían en la UE y los que desconfían de ella. En el año 2013, un 45% de los checos confiaba en la UE, mientras que el 48% sentía desconfianza (leve o severa) 14. Como se puede observar en el Gráfico 3, la desconfianza ha empezado crecer desde 2009, año en el que la crisis es visible. Tampoco las instituciones europeas despiertan gran confianza entre los checos (gráfico 4). En torno a una tercera parte de la población, confía en la Comisión Europea y en el Parlamento Europeo, pero lo hacen menos en el Presidente del Consejo Europeo y en el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, instituciones desconocidas (aunque cada vez menos) para casi las dos quintas partes de la población. La comparación a través de los años revela un descenso de confianza en las instituciones europeas, que comenzó de nuevo en el año 2009 15. Los checos perciben positivamente la integración con respecto al medioambiente (62% en 2013), que entienden ha mejorado desde su entrada en la UE. 12 J. Červenka, «Hodnocení členství v EU a postoj k euru v středoevropském srovnání – léto 2013 [The evaluation of EU membership and the attitude towards the euro in the Central European comparison – summer 2013]», CVVM 09.10.2013, p. 2. 13 M. Ďurďovič, «Hodnocení evropské integrace – duben 2013 [The evaluation of the european integration – april 2013]», CVVM, 16.05.2013, p. 2. 14 M. Ďurďovič, «Důvěra institucím EU a organizacím OSN a NATO – duben 2013 [The confidence to the EU institutions and the UN and the NATO organizations – april 2013]», CVVM, 06.05.2013, p. 1. 15 M. Ďurďovič, «Důvěra institucím EU a organizacím OSN a NATO…», cit., p. 3.

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Y la mayoría está a favor de la armonización de las normas legislativas, sobre todo de los transportes (71% en 2012), educación universitaria (62% en 2012), empleo y seguridad del trabajo (68% en 2012), concesión de las subvenciones (61% en 2012), derecho criminal (61% en 2012) y derecho civil (58% en 2012), higiene y ecología (57% en 2012) o pensiones (55% en 2012). Por otra parte, solo una minoría de los ciudadanos percibe positivamente la integración política en la UE (38% en 2013). Y la mayoría está en contra de la adopción de la moneda común (gráfico 5), la armonización de los impuestos (36% en 2012) y de la política presupuestaria (39% en 2012) 16. Con respecto a la integración económica y monetaria, la población está en general dividida a partes casi iguales, aunque la gran mayoría de la ciudadanía (concretamente el 77% en el año 2013) 17 rechaza la introducción de la moneda común. Antes de la entrada a la UE prevalecían las actitudes positivas hacia la adopción del euro según los datos del CVVM. Desde 2005, sin embargo, empezaron a crecer las actitudes negativas, y hacia el año 2009 la población checa estaba ya dividida respecto a la moneda común. Fue en el año 2010 cuando se dio una drástica subida de los que están en contra de la adopción de la moneda común (gráfico 5), lo que se explica, como ya hemos mencionado, por la crisis financiera y económica, que ha sido más grave en los países de la Eurozona. Las mayores ventajas de la introducción de la moneda común son según los checos la unificación de la moneda con los países europeos, sobre todo con los países vecinos como Alemania, Austria, Eslovaquia (29% en 2011), y la facilitación de los viajes al extranjero (25% en 2011). La mayor desventaja concierne al temor de los checos a la subida de los precios, de la inflación y de la desvalorización de sus ahorros (45% en 2011) 18. ¿Qué opinan los checos sobre la influencia de la UE en su nivel de vida? La mayoría (61% en 2013) 19 opina que éste no ha cambiado estando dentro de la UE, aunque antes de la adhesión gran parte de la población se mostraba más bien preocupada por que su nivel de vida fuera a bajar al entrar en la UE. Eso no se ha confirmado lo que se tradujo en la subida de los que con16 M. Ďurďovič, «Hodnocení evropské integrase…», cit., p. 3.; M. Ďurďovič, «Prospěšnost evropské integrace a sjednocení předpisů v různých oblastech [The benefits of the european integration and the harmonization of the legislation in various áreas]», CVVM, 9.05.2012, p. 3. 17 J. Červenka, «Občané o přijetí eura – duben 2013 [The citizens about the adoption of the euro – april 2013]», CVVM, 03.05.2013, p. 2. 18 T. Sojková & J. Červenka, «Občané o přijetí eura – červen 2011 [The citizens about the adoption of the euro – june 2011]», CVVM, 25.07.2011, pp. 1-4. 19  J. Vinopal, «Hodnocení dopadů členství v EU – duben 2013 [The evaluation of the EU memberships’ impacts – april 2013]», CVVM, 17.05.2013, p. 4.

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firman que su nivel de vida está más o menos igual. Desde 2005 opina así casi dos terceras partes de la población 20. La mayor ventaja que los checos Gráfico 1.  ¿Es bueno o malo ser miembro de la UE? 50 45 40 35 30

Bueno

25

Ni bueno, ni malo

20

malo

15

no sabe

10 5 0 2004

2005

2006

2008

2009

2010

2013

Elaboración propia. Datos: CVVM. Los del año 2011 y 2007 no estaban disponibles.

Gráfico 2.  ¿Está satisfecho o no dentro de la UE? 45 40 35

Muy satisfecho

30

Más bien satisfecho

25

Ni uno, ni otro

20

Poco satisfecho

15

No satisfecho

10

No sabe

5 0 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Elaboración propia. Datos: CVVM.

20  G. Šamanová, «Občané o členství České republiky v Evropské unii [The citizens about the Czech membership in the European Union]», CVVM, 27.04.2010, p. 4.

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Gráfico 3.  ¿Confía o desconfía en la UE? 60 50 Desconfía

40

Más bien desconfía 30

Más bien confía Confía

20

No sabe

10 0 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

Elaboración propia. Datos: CVVM.

Gráfico 4.  Confianza en las instituciones europeas 45

Comisión

40 35

Parlamento

30 25 20

Presidente del Consejo

15 10 5 0 2010

2011

2012

2013

Alta Representante para la Política Exterior y de Suguridad Común

Elaboración propia. Datos: CVVM.

relacionan con la UE es la posibilidad de estudiar, viajar o vivir en otro país miembro (72% en 2012), y el influjo de las subvenciones europeas hacia la RCH (61% en 2012). Considerando los sectores económicos del país, la UE

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Gráfico 5.  Las actitudes hacia el euro 60 50 por supuesto sí

40

más bien sí 30

más bien no por supuesto no

20

no sabe

10 0 2003 2004 2006 2007 2008 2010 2011 2012 2013

Elaboración propia. Datos: CVVM. Los datos de 2005 y 2009 no han estado disponibles.

ha tenido una percepción positiva en el ámbito del comercio (50% en 2013) y la ciencia (31% en 2013) 21. Por otra parte la mayoría de la población percibe la UE como un organismo demasiado burocrático (82% en 2012), cuyas normas restringen demasiado la vida del país (73% en 2012), y que la UE influye demasiado en la política checa (67% en 2012) 22. La PAC ha sido percibida negativamente por la mayoría de los checos desde su entrada a la UE (60% en 2004 y 67% en 2013) 23, ya que a sus ojos es desigual y beneficia más a la Europa del sur que a los nuevos Estados miembros. Además de esto, algunos sectores agrarios checos se han visto perjudicados por la entrada a la UE (por ejemplo la producción de azúcar casi ha desaparecido) y otros no han podido competir con los productos de otros países europeos. Los primeros años dentro de la Unión los agricultores tampoco podían contar con las mismas subvenciones que los de los

21  J. Vinopal, «Hodnocení dopadů členství v EU – duben 2013 [The evaluation of the EU memberships’ impacts – april 2013]», CVVM, 17.05.2013, p. 2.; M. Tuček, «Dopady členství v EU na ČR – duben 2012 [The impacts of the EU membership on the Czech Republic – april 2012]», CVVM, 07.05.2012, p. 2. 22  M. Tuček, «Dopady členství v EU na ČR – duben 2012 [The impacts of the EU membership on the Czech Republic – april 2012]», CVVM, 07.05.2012, p. 2. 23  J. Vinopal, «Hodnocení dopadů členství v EU – duben 2013 [The evaluation of the EU memberships’ impacts – april 2012]», CVVM, 17.05.2013, p. 3.

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países de la UE-15. Finalmente, los medios de comunicación presentan a menudo noticias negativas sobre este sector. También prevalece una evaluación negativa de la influencia europea sobre las Pymes (38% en 2013) y el nivel económico del país (34% en 2013) 24. En la mayoría de los ámbitos no obstante domina una actitud pasiva, es decir, los ciudadanos creen que la UE ni ha tenido influencia negativa, ni positiva sobre sectores como la sanidad, la educación o la seguridad social. Finalmente, teniendo en cuenta la estructura de la población, se observa que los europeístas se encuentran en mayor medida en el segmento los menores de 30 años, mientras que en el segmento de mayores de 60 años se encuentran los más euroescépticos y antieuropeos. La actitud positiva hacia la UE está además relacionada con un mayor grado de educación, sobre todo con la educación universitaria, y con aquellos que gozan de un mayor nivel de vida. Entre los más europeístas se encuentran los votantes de centro-derecha (ODS, TOP 09 y KDU-CSL). Como se puede ver, hay una profunda brecha entre los votantes del ODS, que son muy europeístas, y la élite de Praga, muy euroescéptica. Por el contrario, entre los más euroescépticos se hallan las personas con el nivel de vida más bajo, sin estudios de bachiller y los votantes del Partido Comunista. 10. Conclusiones La RCH no ha pasado desapercibida en estos diez años. Cuando se produjo la adhesión lo hizo como un alumno adelantado, con uno de los mejores indicadores económicos de todos los países del Este. En aquel proceso, además, el presidente Havel (dramaturgo y disidente durante el régimen comunista) jugó un papel importante de cara al exterior al reforzar con su carismática presencia el aspecto simbólico de la reconciliación de Europa y Occidente. En cambio, desde 2003 hasta 2013, primero con la llegada a la presidencia de Václav Klaus (2003-2013), y sobre todo cuando el ODS (2007-2013) tomó las riendas del gobierno y de la política europea, en esos casi ocho años de fuerza conjunta llevaron a cabo una política fuertemente ideologizada y euroescéptica, arraigada en una profunda admiración por el Reino Unido, que en determinados momentos, especialmente durante la Presidencia Checa de la UE y los meses posteriores (2009), tuvieron en vilo a toda la Unión, concretamen24  J. Vinopal, «Hodnocení dopadů členství v EU – duben 2013 [The evaluation of the EU memberships’ impacts – april 2012]», CVVM, 17.05.2013, p. 2-3.

La República Checa: diez

años en la

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te cuando el presidente Klaus se negó a firmar el Tratado de Lisboa, después de que gobierno y parlamento ya lo hubieran ratificado, sin más motivo que sus convicciones, pues dicha posición no formaba parte de ninguna estrategia para sacar mayor tajada, como por ejemplo sí consiguieron los irlandeses al forzar un segundo referéndum. Es difícil saber hasta qué punto algunas de las posiciones radicales llevadas a cabo por un país cuya contribución a la UE es bastante pequeña (la RCH adopta la misma posición que el Reino Unido —­pero no es el Reino Unido), le han pasado luego factura en el plano internacional. Desde nuestra óptica europeísta entendemos que esos casi ocho años de «régimen euroescéptico» (2006-2013) implantado en la RCH por la élite del ODS en Praga y por el presidente Klaus, en ningún caso han contribuido a generar ilusión entre la ciudadanía checa, puesto que ha sido una posición en todo momento defensiva y derrotista 25.Y tampoco han aportado mucho a la Unión: ¿qué se puede aportar con una actitud defensiva y vigilante, de un país pequeño que no tiene otra alternativa mejor que la UE, pero que parece defender los intereses de los conservadores del Reino Unido, imitando sus posturas, con la inmensa diferencia que a los británicos siempre le quedará la herencia de su imperio: la Commonwealth? Esta posición euroescéptica no ha sido sino parte de un síntoma que hoy ha crecido y sobrevuela amenazante toda la UE: el euroescepticismo, y no solo él sino el anti-europeísmo, el populismo, las posiciones nacionalistas en Estados como Francia y Alemania, o las tendencias secesionistas dentro de Estados pertenecientes a la Unión, que independientemente de que sean legítimas, contribuyen directa o indirectamente a una lenta desintegración de la UE —­o como mínimo a su fragmentación—. Algo que nadie podía imaginar en los tiempos de las grandes estructuras de Delors, y que hoy con la emersión de grandes potencias económicas y demográficas como China e India, junto a la Rusia de Putin en lo militar, no parece que vayan a traer nada bueno a Europa, sino más bien un muro de incomprensión sobre el que llorar las penas de un imaginado paraíso perdido, donde será imposible construir futuro alguno.

25 Sobre el peso de la historia en el euroescepticismo checo, consúltese D. Esparza, «El sustrato histórico del euroescepticismo checo», Revista Española de Investigaciones Sociológicas n.º 140 (2012), pp. 3-28.

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