La representación de la Memoria para la posteridad por medio de Eichmann y los fenómenos en la Segunda Guerra Mundial.

June 29, 2017 | Autor: J. Pilonieta Pilo... | Categoría: History, Human Rights, History and Memory, Memory Studies, Second World War
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Descripción

La representación de la Memoria para la posteridad por medio de Eichmann y los fenómenos en la Segunda Guerra Mundial.

Javier Francisco Pilonieta

En el último capítulo y epílogo del libro de Hannah Arendt Eichmann en Jerusalén: Un estudio acerca de la banalidad del mal, la autora, tras describir los últimos días del juicio y de la vida de Eichmann, así como los previos a su captura, expone distintas consideraciones en torno a lo que fue el juicio, sus consecuencias y los fundamentos que tenía para con el pueblo judío, la humanidad y lo que ella denomina la banalidad del mal. De manera que, dentro de estas distintas consideraciones, problematizaré en torno a la manera en que para la memoria, tanto juventud alemana, judía, o de otra índole, como para la posteridad humana, se puede tratar a los tribunales internacionales y a todo tipo de acto de deshumanización o de pérdida de identidad. Sin embargo, no se dejarán de lado algunas otras afirmaciones, reforzando éstas en torno al problema en consideración.
Eichmann es juzgado en Jerusalén por crímenes contra el pueblo judío, siendo participe de las diversas soluciones al problema judío. Por dichos actos el Eichmann fue raptado en Argentina y llevado al tribunal. Actuando de manera anónima, aunque molesto él con dicha condición, estuvo camuflado dentro de los prisioneros una vez estaba finalizando la guerra, y posteriormente, gracias a unos contactos, logró llegar a la Argentina, consiguiendo un permiso de trabajo y elaborando su vida allí. Un sujeto de apariencia normal que estuvo implicado en la deshumanización de los integrantes del pueblo judío en Europa, para que a posteridad fueran asesinados. Dentro de éstas acepciones cabe considerar lo siguiente: ¿Hablamos de Derechos Humanos bajo la fundamentación del sujeto dentro de una comunidad política o por su condición natural humana? Es decir, Eichmann es juzgado en Jerusalén porque es, en apariencia, un apátrida, abandonado por el Estado criminal nacionalsocialista, y los judíos son deshumanizados de su condición, tanto humana como política, y una vez son marcados con un número y se consideran apátridas se les puede dar tratamiento dentro de la Solución Final (Arendt, Eichmann en Jerusalén, 2003, pág. 147). Siendo las anteriores afirmaciones verdaderas, podremos percibir que el tribunal en Jerusalén, al tratar directamente la relación de Eichmann con el pueblo judío bajo el llamado a la justicia, no engloba el carácter mundial que supuso la Segunda Guerra, valga la redundancia, Mundial, sino que está enfocado, siguiendo las afirmaciones de Hannah Arendt, en tener al prisionero, cuyos actos horríficos contra el pueblo judío deben ser ajusticiados.
¿Qué se puede presenciar de estos actos? Tanto en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial como en los conflictos subsiguientes, es plausible captar que existen fenómenos totalmente nuevos: genocidios, papeles individuales en los actos inhumanos cometidos, daños corporales y mentales, condenación de la gestación, etc. Son estos nuevos fenómenos los que debieron constituir el fundamento epistemológico durante los tribunales, tanto internacionales como los llevados a cabo bajo unos actores determinados, por ejemplo el presente en Jerusalén, o los llevados a cabo en diversos países de Europa del Este. Hablo de constituir el fundamento epistemológico porque son fenómenos que, como considera Hannah Arendt, una vez ejecutados siguen siendo posibilitados para su posteridad:
Es propio de la historia de la naturaleza humana que todo acto ejecutado una vez e inscrito en los anales de la humanidad siga siendo una posibilidad mucho después de que su actualización haya pasado a formar parte de la historia. Jamás ha habido castigo dotado del suficiente poder de ejemplaridad para impedir la comisión de delitos. Contrariamente, sea cual fuere el castigo, tan pronto un delito ha hecho su primera aparición en la historia, su repetición se convierte en una posibilidad mucho más probable que su primera aparición. Las razones específicas que abonan la posibilidad de la repetición de los delitos cometidos por los nazis son todavía más plausibles que las que abonan aquella genérica repetición. La temible coincidencia del moderno y explosivo incremento de la población mundial con el descubrimiento de medios técnicos que, a través de la automación, darán a amplios sectores de la población el carácter de "superfluos", (…), debiera ser suficiente para inducirnos a temblar. (Arendt, Eichmann en Jerusalén, 2003, pág. 163)
Aunque no supongo por mi parte que haya una coincidencia del aumento de la población con los medios técnicos de asesinato y eliminación masiva, pues considero que esto corresponde a una serie de correlaciones de causa-efecto, sí podríamos observar, sin ir muy atrás en una línea diacrónica, cómo hecho símiles a los ocurridos setenta años atrás aún se pueden seguir percibiendo: los ataques bélicos de los sionistas de Israel al pueblo palestino en Gaza, donde se deshumanizan a los palestinos de la sociedad israelita; o el número considerable de niños afectados por la guerra civil – patrocinada por dos pasadas esferas de la Guerra Fría – en Siria, que dejan a consideración qué queda de la Convención de la Haya. Son estos pocos de los fenómenos que no responden a una coyuntura específica – una crisis económica como la vivida por el euro o las alzas monetarias del dólar – sino que responden a una Larga Duración que da muestra de cómo no se ha hecho hincapié en la memoria que debió legarnos el principio de estos actos inhumanos:
Apoderarse de la memoria y del olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases, de los grupos, de los individuos que han dominado y dominan las sociedades históricas. Los olvidos, los silencios de la historia son reveladores de estos mecanismos de manipulación de la memoria colectiva. (LeGoff, 1991, pág. 134)
El tribunal de Eichmann, como bien afirma Arendt, respondió solo a hacer justicias por parte de los judíos, y dejo apartadas consideraciones más importantes: ¿Son judíos o antes hablamos de Humanidad? ¿Quiénes lo juzgan? ¿Hay antecedentes de estos crímenes? Consideraciones que pudieron dar mejor muestra de cómo se presentarían estos hechos de nuevo para la posteridad y cómo deberían ser tratados, no se dieron a la luz. Tanto para las generaciones en Alemania que sienten culpabilidad por los hechos cometidos allí por sus padres u otros ascendientes, así como para el resto de la humanidad,, el surgimiento de unas nuevas categorías de asesinato masivo y de deshumanización, deben mantenerse en la memoria cómo elemento de utilidad para la formación de estas generaciones y de esta manera evitar o condenar estos actos.
Más allá de la defensa que emprende Eichmann junto a su defensor, y también junto al análisis que realiza Arendt sobre el alemán, denotando que una persona en apariencia normal puede ser capaz de multitudinarios crímenes o actos inhumanos, pues hay un Estado o una ideología que controla o que manipula, es necesario salvar una consideración: el daño corporal y mental de los afectados y la manera en que se ejecuta. Me he de referir a este aspecto principalmente porque la memoria hace parte de la existencia de la persona o de una comunidad, y que se haya sustraído el nombre de los hombres y mujeres permitió que el asesinato en masa fuese ejecutado desde el punto de vista de una terrible forma de muerte a un ser vivo sin ninguna identidad y sin ninguna adscripción a una comunidad. "El quién es uno nace cuando la vida parte, no dejando tras de sí más que una historia" (Arendt, La condición humana, 1993, pág. 216) Historia que es eliminada por completo cuando el individuo no tiene más identidad que un número en su uniforme, y cuando su condición no es determinada por su naturaleza humana sino por sus habilidades – la clasificación de trabajador altamente esencial para los judíos prisioneros durante la implementación de la operación de falsificación de billetes Bernhard – da muestra de cómo debieron ser tenidos en cuenta en los tribunales internacionales. ¿Qué quedará de la historia de Palestina o de la Memoria de todos aquellos que han muerto y cuyas identidades no son más que aquellas suscritas por organismos internacionales? ¿O acaso el asesinato de niños en Siria, o de poblaciones civiles, no constituye también la destrucción de toda una identidad colectiva, la cual pasan por alto los causantes y beligerantes de la guerra?
Hannah Arendt es muy acertada en cuanto a estas consideraciones, y por medio de su determinación de la banalidad del mal permite dar a entender mejor la clarificación de la representación de la memoria para con los afectados de los crímenes. La pérdida de identidad, tanto individual como colectiva, el tratamiento corporal de los individuos, las dimensiones globales que cobran las discriminaciones, o el impedimento a las mujeres para que den gestación; son estos algunos de los elementos que configuran la importancia del estudio de la memoria en los sujetos, tanto aquellos que sufren la banalidad como los judíos, polacos, eslovacos, gitanos, etc. como los que están bajo un régimen establecido y son objeto de control, como el aparente caso de Eichmann. Se configura entonces la imposibilidad de reconstrucción total de los genocidios, pues aquellos que lo sufrieron no solo fueron asesinados sino que fueron privados de todo elemento de identidad, constituyendo un obstáculo para la comprensión y la construcción del recuerdo, para hacer memoria, donde los testimonios de los pocos que pudieron salvaguardar su existencia posibilitan a la imaginación la recreación. No se trata de una predicción por parte de la filósofa, ni de una exacta determinación de las causas y consecuencias, sino de un problema exactamente ligado a la existencia de los hombres, a la memoria y a la historia misma, y es la pérdida de identidad y la imposibilidad de hacer Historia cuando se deshumaniza al hombre.
Bibliografía
Arendt, H. (1993). La condición humana. Barcelona: Paidós.
Arendt, H. (2003). Eichmann en Jerusalén. Barcelona: Lumen.
BBC, R. (23 de Agosto de 2014). Sobrevivientes del Holocausto condenan "genocidio" de Israel a palestinos. BBC, pág. http://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2014/08/140823_ultnot_sobrevivientes_holocausto_condenan_israel_lav.
Frank, V. (1991). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder.
LeGoff, J. (1991). El orden de la memoria. Buenos Aires: Paidos.
Pirie, A. (1962). Operation Bernhard. New York: William Morrow & Company.
Salas, J. (2015 de Septiembre de 30). Los niños suponen el 27% de los muertos en los bombardeos de Siria. El País, pág. http://elpais.com/elpais/2015/09/29/ciencia/1443551966_191417.html.



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