La relevancia confesional en Oriente Medio: chiíes y sunníes.

October 12, 2017 | Autor: M. Moreno Casaus | Categoría: Middle East Studies
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La relevancia confesional en Oriente Medio: chiíes y sunníes.

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Índice: Teoría............................................................................................................................................................................4 El origen: chiíes y sunníes ....................................................................................................................................4 De los imperios al colonialismo .........................................................................................................................8 Del colonialismo a la constitución de los Estado nación. ..................................................................... 11 Del nacimiento de los Estados árabes al final del mundo bipolar. ................................................... 14 Del neoliberalismo a la “Primavera Árabe” ................................................................................................ 17 Arabia Saudí, Turquía, Irán y Qatar ante la “Primavera Árabe” y la guerra en Siria ............... 21 Conclusión .............................................................................................................................................................. 25 Bibliografía.............................................................................................................................................................. 26

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Teoría En los diversos formatos de los medios de información se puede leer y escuchar a diario palabras que empiezan por chií y sunní, relacionadas con la fricción entre comunidades. Los países musulmanes, especialmente en Oriente Medio, se clasifican según esos conceptos que pueden unir líderes de distintas ideologías, etnias o forjar alianzas bélicas entre comunidades que incluso pueden superar el ámbito nacional. Entonces es consecuente preguntarse ¿qué son el chiismo y el sunnismo?, ¿qué les separa para convertirse en un elemento de discordia? ¿De qué modo han evolucionado hasta llegar a la distribución actual de poder? ¿Influyen en la planificación de la estrategia interior y exterior de los gobiernos? Y en esa planificación, ¿son un fin o un medio? Lo que parece claro es que no es lo mismo para un chií de Oriente Medio vivir bajo el gobierno de un régimen de la misma confesión que en uno sunní y que el único país árabe aliado de Irán es el gobierno chií de Siria. Acudir al núcleo histórico de chiíes y sunníes y a los cuatro pilares actuales de poder en Oriente Medio: Arabia Saudí, Qatar, Turquía e Irán, puede ser un medio para llegar a una posible respuesta. El origen: chiíes y sunníes Con este capítulo se pretende introducir un marco de referencia que contextualice desde un punto de vista religioso las dinámicas de fricción entre las dos confesiones que dividen al Islam. Primero se introduce el origen del chiismo y del sunnismo, se continúa con las diferencias doctrinales internas y con su localización y distribución por países comunidades. El nacimiento de la rivalidad entre suníes y chiíes tiene su origen en la lucha por el poder entre las dinastías Omeya y Hachemí en la segunda mitad del siglo VII d.C. Por un lado la familia Omeya, apoyada en la secta muryia y en persas y sirios, defendía una moderada aplicación de la religión en las tierras conquistadas para facilitar la conversión y la integración de los nuevos ciudadanos en el Imperio con el objeto de favorecer la gobernanza y el expansionismo. En el otro lado, la familia Hachemí, que creía que había que ser más exigente en la práctica del Islam entre los nuevos habitantes del imperio para salvaguardar las enseñanzas del profeta, estaba respaldada por la secta de los levantiscos jariyies, tribus de beduinos, clanes de la meca y parientes de Mahoma. Esta guerra civil finalizó en la batalla de Karbala (680 d.C.) con la derrota del pretendiente Hachemí, Husayn, en la batalla de Karbala en la que su exiguo ejército es aniquilado por el Omeya. Esta derrota supone el nacimiento del movimiento Chií y la consagración de esta fecha como la fiesta religiosa más importante del movimiento, Ashura. Desde entonces, el Chiismo se va a caracterizar por su naturaleza levantisca y guerrera contra los gobernantes suníes. El Sunnismo: Es la confesión islámica más seguida en el mundo musulmán con alrededor de un 80 % de practicantes frente al 15-20 % de chiíes. Sin embargo, en Oriente Próximo, incluyendo Irán, esas estimaciones se reducen a porcentajes aproximados del 60% suní al 40% Chií.

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Sunnismo debe su nombre a la Sunna, colección de seis libros “auténticos” (sahih) de hadices atribuidos a Mahoma y sus primeros seguidores1. Realmente estos hadices fueron recopilados y depurados por abogados sunníes entre los siglos IX y X d.C. El resultado de tal compilación y depuración forma parte del derecho sunní moderno. Tal derecho es recogido en la obra de Ali ibn Ismail al Ashari: La elucidación de los fundamentos de la religión, en donde combina el racionalismo jurídico (fiqh, qiyas e ichma2) que le permite gobernar y administrar el reino y la tradición del Corán y la Sunna para apaciguar las tendencias levantiscas de los más conservadores. Para el sunnismo el gobernante no requiere ser descendiente directo de Mahoma, es suficiente con que la umma, la comunidad de creyentes, lo acepte tras mostrar su genio militar. Así mismo, y una vez que el califa ha sido proclamado, la umma no puede derrocarlo aunque sea un mal gobernante, a no ser que no respeta la Sharia o no declare la yihad cuando el Islam es atacado. Esta interpretación de la gobernabilidad se basa en la propia falibilidad de Mahoma, aunque más bien parece un intento por mantener la estabilidad del imperio y la posición del gobernante, así como la defensa del Islam. Esta teoría hay que entenderla en el contexto de inestabilidad que el Imperio abasí vivía a causa de los conflictos dinásticos. El sunnismo no responde a una doctrina uniforme, por el contrario, muestra diversas diferencias interpretativas del derecho islámico subdivididas en cuatro escuelas: Hanbalí, Maliki, Shafií y Hanafí. Nominaciones que se corresponden con los nombres de los juristas que las desarrollaron. La diferencia esencial es el grado de importancia que cada corriente da al concepto del libre albedrío y a la ichma (elaboración de leyes en base al consenso de los juristas o a una posición mayoritaria entre ellos). La escuela menos fundamentalista, aplicación racionalista, es la hanafí que desarrollo ampliamente los procesos judiciales y las normas jurídicas, aconsejando no utilizar la normativa hadd3 como principio de resolución judicial y solo en casos excepcionales o a modo de castigo ejemplar. Esta tendencia se generalizó durante el Imperio Otomano y actualmente es mayoritario en Irak, Siria, Turquía o Egipto. La escuela shafií, de origen persa, fue la hegemónica durante el Imperio Abasí y actualmente domina en las rutas comerciales, en el África oriental y en las Indias Orientales.4La escuela maliki es más fundamentalista y preeminente en el Magreb. En última instancia, y de un fundamentalismo extremo, la escuela hanbalí que solo acepta el Corán y los hadices como fuente de derecho. El clan Saud y el movimiento religioso wahabí se inspiran en esta escuela que es jurisprudencia en Arabia Saudí. El chiismo: El chiismo nace con el propósito de restaurar la línea dinástica del profeta más directa: los descendientes de Fátima y de Ali Ibn Abi Talib, último califa descendiente directo 1

Horrie, C y Chippindale, P. (2005) ¿Qué es el Islam? Alianza Editorial, Madrid, p. 199. El fiqh es la jurisprudencia islámica y abarca y juzga todos los aspectos de la vida incluso la forma de vestir. Divide el comportamiento humano en cinco categorías: lo prohibido, lo desaprobado, lo neutral, lo recomendado y lo obligatorio. Las qiyas son normas que los legisladores desarrollan para responder a situaciones o controversias nuevas que eran imposible de cuestionar en el Corán o en los hadices y que se solucionan por medio de la búsqueda de analogías en los textos tradicionales. La ichma consiste en elaboración de leyes en base al consenso de los juristas o a una posición mayoritaria entre ellos. 3 Castigos de extrema dureza tipificados en tiempos de Mahoma que buscaban evitar las represalias entre familias o clanes, el ojo por ojo, y mantener la estabilidad social y la gobernanza. Por ejemplo, un robo con la presencia de cuatros testigos piadosos, y de supuesta moralidad intachable, podía finalizar en la amputación de una mano. 4 Horrie, C y Chippindale, P. (2005) ¿Qué es el Islam? Alianza Editorial, Madrid, p.204. 2

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de Mahoma. Después del asesinato de Ali por un soldado aliado en el año 611, tras la derrota en batalla que otorgaba el poder a los omeyas, los guerreros de esta confesión se van a levantar en armas contra los omeyas y los sucesivos gobernantes suníes. Aunque no quedan descendientes del profeta, la creencia de participar en una causa justa les da legitimidad para pedir la caída de los monarcas suníes y sustituirlos por un representante chií justo. En definitiva, el sunita busca legitimarse en el poder y el chiita legitimidad para conquistarlo. Actualmente son mayoría en Irán, Bahréin, Irak y Azerbaiyán. El chiismo está más fragmentado que el sunnismo y presenta subdivisiones en el seno de sus corrientes de pensamiento. La escuela más importante es la duodecimista (Izna-Ashariyah). Sus pilares ideológicos se asientan en la infalibilidad de Mahoma y en la consideración de que todo su linaje, inaugurado en su hija Fátima y su yerno Alí, está guiado por la providencia de Alá al igual que el profeta. Preceptos que los convierten en los verdaderos guías del Islam. Se estableció una línea hereditaria en el primogénito a quien se le otorgaba el título de imán. El último imán fue el duodécimo, desaparecido en extrañas circunstancias. La pérdida de la línea dinástica se solvento con la conversión del duodécimo Imán en el último profeta revelado por Alá a través de Mahoma (Mahdí); pero con el tiempo, las promesas de advenimiento se frustraron y la mitología se tuvo que racionalizar en formas de gobierno y de justicia. El poder se desarrolló en torno al órgano del ulema, compuesto de doce miembros elegidos entre los ancianos más sabios. Posteriormente, en el seno de la asamblea se elegía al máximo representante, el Imán en supuesta comunicación con el Mahdí. Por ejemplo, “en el Irán actual, el ulema es el supremo órgano gobernante y el último tribunal de apelación, tanto para los fieles duodecimistas como para el Estado. Desempeña colectivamente todas las funciones del imán, desde dirigir la yihad hasta imponer la observancia de la ley coránica o sharia y los castigos hadd. También designa entre sus miembros a un imán mortal para que sirva de vicario del Mahdí en la tierra.”5 El chiismo Izna es mayoritario en Irán, Azerbaiyán, Irak y Yemen y con minorías desperdigadas en los países de Oriente Medio. Los Septimanos (ismailiya o ismailíes) es la segunda corriente chií más importante. La muerte de Ismail, hijo primogénito y sucesor del sexto imán, dividió a los chiíes en una lucha por la sucesión del imanato que enfrentó a los defensores de los hijos de Ismail, con los que querían mantener la línea original en la figura del segundo hijo, Musa. Los defensores del linaje de Ismail fundaron la dinastía fatimí que logró Gobernar Egipto desde Túnez a Palestina durante dos siglos. A la par, y a modo de sustento ideológico, los septimanos desarrollaron una especie de teoría esotérica filosófica entorno al sagrado número siete en relación al imán y al advenimiento del Mahdí. Actualmente se encuentran dispersos en Egipto, Pakistán, Siria, Bangladesh, India y Siria. Tras la caída del Califato fatimí en Egipto, los ismailitas se dividieron en dos facciones: niziríes y tayibies por una nueva lucha dinástica que cada facción intentó legitimar con la reconquista del califato y la declaración de su pretendiente como nuevo Mahdí. Pero ambos ejércitos fracasaron y con ellos los recién proclamados Mahdís, invencibles en la batalla, se calificaron de falsos. En ambos partidos se desarrollaron teorías seudofilosóficas que intentaban racionalizar la derrota y la propia existencia. Los niziríes se reagruparon en Siria en donde se organizaron en células de combate especializadas en espionaje, asesinato y guerra de guerrillas con el objeto de derrocar a los gobiernos suníes. Se les dio el nombre de Los asesinos que 5

Horrie, C y Chippindale, P. (2005) Qué es el Islam. Madrid España: Alianza Editorial, p. 213.

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previamente habían establecido su primer cuartel general en la fortaleza persa de Alamut. Fueron definitivamente derrotados en el siglo XVI. Actualmente los ismailitas se han reunificado, renunciado a la violencia y la dinastía de imanes niziríes ha continuado hasta la actualidad. Los alauíes (Ismailiya alawiyun) son una rama escindida de los ismailíes más cercana actualmente a los duodecimistas y manteniendo las raíces militantes de los asesinos, lo que le convierte en un grupo cohesionado con fuerza política en libia, con un gobierno autoritario en Siria y con estrechas relaciones estratégicas con Irán. La principal diferencia desde el punto de vista confesional es la toma de algunos preceptos doctrinales cristianos, como la resurrección de cristo en línea con la venida del Mahdí. Comparten con los cristianos la festividad de pentecostés. Otra sección separada del chiismo ismailita, de la sección de los asesinos, es la comunidad drusa, que actualmente se asienta en Líbano, Israel, Jordania y Siria. Es una comunidad hermética, de un islamismo ajeno al ortodoxo que incluso ha sido considerado una religión diferente. Han mantenido una estrecha alianza política con la secta alauita en Siria6. Para terminar, nombrar a los zaydíes, secta surgida a partir de la renuncia del quinto imán descendiente de Alí, Zayd, quien no se consideraba descendiente de un linaje divino. No se considera al imán infalible ni libre de pecado y su legitimidad se basa en la victoria en la guerra. Es el grupo más cercano al sunnismo, pero no tolera las dinastías hereditarias sunitas. Las principales comunidades de zaydíes se concentran en Yemen y al sur de Arabia. En conclusión el sunnismo surge como un modelo de gobernanza y derecho imperial que permita instaurar la estabilidad entre las élites y la paz social del imperio árabe primero y otomano después. Por el contrario, el chiismo surge de una lucha dinástica, su credo es más guerrero y sus diferentes corrientes se han construido para justifica nuevas luchas hereditarias y combatir a las dinastías sunitas. Ambas confesiones también mantienen una pugna interpretativa de la Sharia entre fundamentalistas, con la versión estricta del Corán y los hadices, y defensores de tendencias más liberales diferenciados por la importancia gradual que se da al derecho racionalista. En la actualidad tanto el chiismo como el sunnismo y sus diferentes corrientes estructuran sistemas legislativos y de derecho que guían las comunidades de los estados de Oriente Medio.

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Ibídem, p. 223.

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De los imperios al colonialismo Este capítulo abarca el periodo de los imperios abasí y otomano hasta los comienzos del colonialismo. En él se desarrollan especialmente los conflictos que surgen entorno a las discrepancias dinásticas y confesionales entre chiíes y sunníes, así como breves anotaciones sobre otros movimientos que influyen en la historia del Islam. También se puede observar la importancia del componente étnico en las distribuciones políticas y militares del campo de operaciones de Oriente Medio y cómo otomanos, persas y árabes se empiezan a distribuir en las actuales demarcaciones estatales. En la primera mitad del siglo VIII d.C. los dominios de los omeyas se habían extendido hasta España y el sur de Francia en Occidente y hasta la frontera con China en Oriente. Con las líneas de comunicación dispersas y el grueso de los ejércitos en el ala occidental del Imperio, una rama de la familia omeya junto a una élite de administradores e intelectuales persas de tendencias chiís, quienes en sus centros sociales se consideraban culturalmente superiores, dieron un golpe de estado y aniquilaron a los gobernantes omeyas en Siria y Egipto. El acuerdo entre el usurpador omeya, Abu al Abbas, y los persas chiíes para declarar califa a un descendiente directo de Husayn parecía cercano; pero la muerte del omeya en el 754 pondrá fin a las negociaciones. Su hijo Al Mansur rompe las conversaciones, se declara califa y derrota a los chiíes. Tras este episodio los chiíes se sublevarán sucesivamente contra el califato, pero sin éxito. Al Mansur inaugura la dinastía de los abasíes con la capital en Bagdad que se convertirá en el centro de referencia artístico, científico y económico de la época. La ciudad es levantada por arquitectos persas con bibliotecas, mezquitas, universidades, centros médicos, fuentes y sistemas de alcantarillado. En los círculos intelectuales se discute sobre teología y derecho en un intento de establecer un código doctrinal y una estructura jurisdiccional. Los Mutzalies introducen la filosofía griega y el concepto del libre albedrio en la teología y en el derecho islámico en contradicción con la idea tradicional de la predestinación. Se establecen procedimientos judiciales en base a la presentación de pruebas que eviten las arbitrariedades y se crean obras de jurisprudencia islámica. Pero estas prácticas y las nuevas formas de pensamiento son denunciadas por árabes y chiíes. Ante el temor a las revueltas, se fusiona tradición y racionalismo en la obra de Ismail al Ashari: La elucidación de los fundamentos de la religión. La administración del Estado se divide en emiratos, siendo Al Ándalus el emirato en el que se refugian los sobrevivientes de la primera dinastía omeya, y el poder del imperio se asienta en la eficacia de los soldados otomanos junto a los avances científicos persas.7 La división territorial en emiratos estaba obligada por la inmensidad del territorio y pretendía mejorar la administración del imperio; pero también fortalecía el poder del emir. El Emir de Egipto se proclamó imán de un califato ismailí fatimí en el 969 independiente de Bagdad. Extendió el gobierno del imanato de Palestina a Túnez y consiguió situar a El Cairo como la segunda ciudad más importante del Islam tras Bagdad. Durante dos siglos intentaron controlar la totalidad del imperio e instaurar un gobierno chií. Mantuvo una alianza constante con la secta chíi de los asesinos y ocasionalmente con el Imperio Bizantino. El imanato cayó en manos de Saladino el Grande en 1171. Los fracasos por recuperar el poder les llevó a incorporarse a la secta de los asesinos. La organización ya estaba asentada en la fortaleza de Alamut en Persia y

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Ibidem, pp. 114 y 115.

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ahora tomaba posiciones en Siria, bastiones desde donde lanzará sus ataques de guerrilla contra las tierras árabes del Imperio. Con el Imperio desgastado por los conflictos internos y los embates del cristianismo, los guerreros turcos y los persas comenzaron a adquirir poder y el imperio se dividió en facciones políticas que defendían sus propios intereses. En este contexto los mongoles presionaron las fronteras del imperio y luego lo arrasaron durante el siglo XIII. En 1256 toman la fortaleza chií de Alamut y en 1258 saquean Bagdad y el Imperio Abasí cae. Desde este momento la influencia árabe, en continua decadencia, es sustituida por la cultura persa y otomana en Oriente Medio. El empuje mongol lleva a las tribus turcas a reagruparse en la península de anatolia, en donde el clan otomano de la etnia uzbeca toma el poder sobre otros clanes. Desde el siglo XIV al XVI consolidan el imperio y se expanden Al oeste tomando los Balcanes y las tierras del Asia Menor bizantino, así como regiones húngaras, búlgaras y rumanas. En 1453 conquistan Constantinopla que pasa a ser la capital del Imperio otomano bajo el nombre de Estambul. Al este la conquista es mucho más lenta y los mongoles, ya convertidos al Islam, siguen en Bagdad. Es precisamente en Bagdad en donde nace lo que podríamos considerar el embrión de la Persia y del Irán Chií. Se trata de una sociedad sufí de confesión chií que pretendía preservar la cultura islámica persa y luchar contra los iljanes, dinastía mongol convertida al islamismo sunní, que ocupan Persia hasta el año 1500. Los otomanos adoptan como oficial el sunnismo hanifí, pero en el interior del imperio sobreviven sectores chiíes de la secta de los asesinos en siria y dentro del propio ejército imperial. A finales del siglo XV los chiíes se sublevan tras la muerte del sultán e intentan crear una crisis dinástica al apoyar al segundo en la línea dinástica frente al heredero legítimo. Los chiíes son derrotados y se trasladan a Persia en donde ayudan a los Safavíes a fundar un reino Chií. En 1501 los persas safavíes expulsan al gobierno iljan sunní, que se refugia en Afganistán, y proclaman la independencia desde Bagdad. Los otomanos, que temían la beligerancia de un reino chií fronterizo, se alían con el iljan depuesto atacando desde ambos frentes; pero el brazo armado chií, los Cabezas Rojas, rechazan la ofensiva. La paz se firmará en 1639 pasando Bagdad a dominio otomano y las fronteras no se moverán hasta el desmembramiento del Imperio turco. La dinastía safaví consiguió conjugar la cultura persa preislámica con la doctrina chií. Se dividió el estado entre poder temporal y espiritual. El shah gobernaba; y el ulema, clero jerarquizado al estilo de la iglesia católica, guardaba la educación y la vida privada de la sociedad. En su esplendor, Persia consiguió elevar a la capital, Isfahan, al mismo nivel cultural, científico y comercial que el Bagdad abasí. Pero la decadencia dinástica se hizo patente a finales del siglo XVII y el ulema toma el poder. En el breve periodo que duró el gobierno de carácter religioso los sunníes y los defensores de los shahs fueron perseguidos. La inestabilidad interna facilitó la sustitución de la dinastía persa por una afgana de confesión sunní y de origen mongol con el consiguiente debilitamiento de la jerarquía clerical chií. Las conclusiones de este apartado tienen un punto de inflexión en la invasión mongol que es a la vez la transición de un imperio al otro. Durante el imperio abasí las etnias persas, árabes y otomana conviven en las fronteras del imperio y las luchas por el poder parecen estar marcadas entre las ambiciones personales y los credos confesionales. Por ejemplo el caso de Al Mansur, 9 Miguel Angel Moreno Casaus

quien legitimándose en el credo sunní le bastó para romper las negociaciones con los chiíes que habían ayudado a su padre a derrocar a los omeyas y así conseguir el poder. Y por supuesto el conflicto entre el emirato fatimí y el califa con un claro enfrentamiento de carácter sectario. Por otro lado, y aunque es cierto que siempre hubo cierto recelo entre persas y árabes y la discordia entre árabes, persas y otomanos aumento en los años de decadencia del imperio, la intrusión repentina de un elemento ajeno va a provocar que el principal elemento de fricción sea el étnico, incluso una vez que los mongoles se han convertido al Islam. Otro de los efectos de la invasión mongola es la redistribución geográfica de otomanos hanafíes y persas chiíes semejante a la de la actualidad y la pérdida de la influencia árabe en Oriente Medio. La confrontación entre confesiones surge de nuevo cuando un gobernante sunní otomano y otro mongol de Afganistán intentan derrotar al shah chií de Persia.

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Del colonialismo a la constitución de los Estado nación. La decadencia del imperio otomano va a permitir la expansión de los países europeos hacia Oriente en busca de rutas comerciales que sacien las necesidades demográficas e industriales. Junto a esta influencia externa, la debilidad otomana va a permitir el renacimiento de la conciencia árabe. La presencia continuada de Francia y Gran Bretaña, especialmente esta última, va a influir en los gobiernos de los territorios que toma bajo protectorado u ocupación directa con la exportación de la modernidad industrial, modelos jurídicos y el nacionalismo estatal europeo. Pero esta perpetuidad de la influencia política extranjera va a provocar una reacción panarabista contestataria frente a la dominación Europa de Oriente Medio que va a tomar dos direcciones: la primera se basa en la modernidad industrial y en el nacionalismo estatal como medios para conseguir la independencia de la influencia británica y francesa y la modernización de los países árabes; la segunda es una respuesta autóctona centrada en el Islam y aboga por eliminar toda influencia Occidental. En estos momentos es un tiempo de supervivencia para aquellas regiones en donde el sunnismo o el chiismo son dominante. En la primera mitad del siglo XIX la llamada de los propios otomanos a los ingleses para expulsar a los franceses de Egipto y la posterior solicitud de ayuda de los jeques árabes del Golfo Pérsico serán dos invitaciones que los ingleses aprovecharán para asegurar las comunicaciones del imperio británico desde la India hasta África, desestabilizar al imperio otomano y frenar el pulso ruso sobre Persia y Afganistán. A lo largo del siglo XIX los británicos consiguen asegurar las rutas comerciales de la India a Egipto mediante bases, protectorados, gobiernos títeres u ocupaciones directas: India, Afganistán, Kuwait, Omán, Qatar, Irak, Bahréin, Palestina y Egipto. Entre todos estos territorios, Egipto era el enclave de mayor preferencia estratégica que les permitía controlar las comunicaciones del vasto imperio británico entre Asia, África y Europa. Egipto es también el paradigma del proceso colonizador en Oriente Próximo, de colonia a protectorado o dominio directo para finalizar en una independencia intervenida por los intereses europeos, y de los movimientos internos contestatarios nacionalistas e islamistas. Egipto es clave en el resurgir de la conciencia árabe como unidad política y cultural frente al intrusismo imperialista europeo. La política egipcia estaba dirigida por los británicos desde la segunda mitad del siglo XIX: con el control sobre la navegación y los beneficios comerciales del canal de Suez, redacción de una constitución en base a principios británicos e intrusismo en el dinamismo político autóctono. En 1923 Gran Bretaña otorga la independencia a Egipto de modo condicional: asegurar el tráfico marítimo por el canal de Suez, mantener tropas británicas en suelo egipcio y permitir la intervención armada en caso de guerra. Esta independencia ficticia y los principios de la constitución ajenos al Islam desembocan en la fundación de los Hermanos Musulmanes en 1928 por Hasan al Banna. Se organizan en un movimiento político evangelizador, en el que la religión abandona la ritualidad familiar para pasar a conformar una doctrina política que solucione los problemas del pueblo. Combinan el proselitismo político y religioso mediante el activismo social con actividades violentas contra los británicos y gobernantes a fines. Se La Hermandad defendía la sharía y la vuelta al califato de todos los musulmanes para conseguir la independencia y expulsar a los británicos, frente a los modelos nacionalistas y democráticos europeos que apoyaban los nacionalistas. Su doctrina

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y activismo se podría considerar el antecedente inmediato de lo que hoy se conoce como islamismo8. A la par, el nacionalismo se popularizó entre intelectuales y militares tras la derrota árabe frente a Israel en el año 1948. En el seno del ejército el movimiento nacionalista se organiza en los Oficiales Libres y da un golpe de estado en 1952. Nasser se convierte en el hombre fuerte de Egipto. Se avanzará en un nacionalismo panárabe socialista de partido único, clientelar, modelo que se expandirá a Siria, Irak y los países del Magreb, excepto Marruecos. Los Hermanos Musulmanes desilusionados por la deriva del Estado se vuelven contra Nasser y un grupo de los Hermanos atenta contra él. Este aprovecha la violencia para prohibir la Hermandad y expulsarlos del país. Este suceso favorece la expansión de las doctrinas de los hermanos por todo el mundo musulmán. Los primeros movimientos nacionalistas habían surgido con el objeto de impulsar al pueblo árabe y ocupar el lugar del menguado imperio otomano. Su carácter era más de tipo lingüístico y cultural que unía las religiones de la etnia árabe sin segregación 9. De esta corriente surge el apoyo de los árabes a la Entente contra Turquía en la Gran Guerra con el objeto, y la promesa de los aliados, de crear un gran Estado Árabe. Pero El Reino Unido tenía otro compromiso con Francia y al terminar la guerra, Líbano y Siria pasaron a manos francesas. A la dinastía hachemí se le entregaron los reinos de Palestina, Transjordania (Jordania en la actualidad) e Irak pero bajo la tutela inglesa. En este último reino se impuso un soberano árabe sunní sobre una mayoría chií y una minoría kurda. Las políticas pro sunníes de Faisal provocaron revueltas étnicas y confesionales10. Aquel nacionalismo árabe cambió y se volvió contra franceses e ingleses. El debilitamiento de las potencias occidentales tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, la presión de los nacionalistas árabes y la llegada de emigrantes judíos a Palestina van a precipitar el proceso descolonizador en el mundo árabe. Los franceses salen de Siria y Líbano en 1946. La secta de los alauitas, en quienes los franceses se habían apoyado para gobernar y ocupaban un territorio autónomo, pide formar parte del nuevo Estado de Líbano compuesto de otras minorías como drusos o cristianos maronitas y en donde consideraban vivirían más seguros que en un país de mayoría sunní, región en la que habían sufrido varias persecuciones11. Los territorios británicos también se irán independizando, aunque mantendrán cierta influencia económica en declive. Durante este periodo Persia estuvo gobernada por dinastías afganas sunníes de origen mongol. Se mantuvo independiente durante el periodo colonial, no sin rechazar embates rusos o británicos, pero tuvo que ceder ciertos monopolios comerciales. Estas políticas de concesiones provocaron revueltas entre la población chií. En política interior, el Shah gobernaba el país y controlaba las relaciones internacionales, pero el ulema seguía controlando la vida cotidiana de la población. Desde el punto de vista ideológico, el proceso colonizador impulso el nacionalismo árabe y precipitó el desmembramiento del Imperio otomano. Así mismo, la caída del califato otomano y la influencia de las formas políticas y jurídicas británicas van a provocar una reacción de 8

Vega Fernández, E. (2010) Los conflictos armados del neoliberalismo. Madrid, España: Universidad Nacional de Educación a Distancia, pp. 203-219. 9 Zorgbide, C. (1997) Historia de las relaciones internacionales. Madrid, España: Alianza Editorial (1) p. 138. 10 Ibídem, p. 471. 11 Ibídem, pp. 479-480.

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sectores tradicionalistas que ven en la religión una parte fundamental del identitarismo árabe, que los Hermanos Musulmanes desarrollaron en una doctrina política excluyente y de tintes parafascistas. La consecuencia inmediata del fin del colonialismo es el nacimiento de los estados gobernados por monarcas o líderes sunníes sobre las mayorías o minorías chiíes.

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Del nacimiento de los Estados árabes al final del mundo bipolar. Este capítulo se tiñe del contexto bipolar entre soviéticos y estadounidenses que divide al mundo en aliados de uno u otro lado o al menos en simpatizantes, aunque este significativo detalle apenas influye en el análisis de este apartado. En este momento de construcción nacional, los estados van a desarrollar políticas diplomáticas complejas que dependerán de su forma de gobierno, ideología, secta dominante, intereses económicos y territoriales que van a provocar fricciones interestatales o intraestatales y complicar las relaciones diplomáticas. La cuestión se amplía con la aparición del petróleo y el interés que suscita en los países consumidores: Europa, Estados Unidos, transformando Oriente Medio en una zona de interés geoestratégico global y de una amplia complejidad diplomática y de choque de intereses. Tras el conflicto del Canal de Suez, Egipto, Nasser, gira hacia la influencia soviética y se convierte en el hombre fuerte de los líderes socialistas árabes. Nasser intenta cumplir el sueño del panarabismo en la unión de Egipto y Siria en la República Árabe Unida, que el Líbano, por aparentes razones étnicas obvias, rechaza. Las monarquías sunníes de Jordania e Irak responden con la Unión Árabe Federal, en donde no hay espacio para el enemigo natural de la dinastía hachemí, los Saud. Esta unión sólo dura tres años y es interrumpida por un golpe de estado en siria en 1961. Durante la década de los sesenta los golpes de estado se suceden y las repúblicas árabes socialistas de partido único, Baaz, se amplían a Siria, Irak y Yemen del Norte. Esta década también será de rivalidad regional hegemónica entre la Monarquía wahabí fundamentalista de Arabia y la República de Egipto. El descubrimiento de yacimientos de petróleo en Oriente Medio va a transformar los países árabes: Qatar, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Irak, Kuwait, y el Irán persa en sociedades ricas y consumistas que experimentarán un complejo y paradójico equilibrio o no entre el materialismo de la globalización y el conservadurismo religioso. A su vez, estos países adquirirán una importancia económica y política mayor con capacidad de influencia regional e internacional. Pero el petróleo también genera codicia y se abren conflictos territoriales ad hoc, entre Arabia Saudí y Abu Dabi por un lado y entre Irak y Kuwait12 por otro. Por otra parte, el petróleo puede formar alianzas entre países productores para influir en la política de los consumidores, como hicieron los países árabes pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo bajando la productividad de barriles para subir el precio del barril y así presionar a los países occidentales ante el conflicto árabe-israelí. Irán, como el resto de países de Oriente Próximo, vivió una etapa de crecimiento económico empujado por los beneficios del petróleo. Durante ese tiempo el último Shah de irán (nombre tomado durante la segunda guerra mundial, “país de los arios”), Reza Jan Pahlevi, invierte los beneficios en modernizar el país: centrales nucleares, redes de telecomunicación, infraestructuras. Un tiempo en el que el Shah se sentía seguro, gracias a las buenas perspectivas económicas, a su labor modernizadora del país y al control que creía tener sobre los ulemas que habían sido marginados a la educación y la predicación. La idea del Shah era crear un país moderno al estilo Occidental con una constitución laica y la religión como elemento cohesionador, pero separado de la política. Los resultados positivos de las políticas económicas 12

Consecuencia del colonialismo británico. Los ingleses crean el estado de Kuwait que había pertenecido a la provincia otomana de Basora, antes de la ocupación inglesa. Irak racionalizará sus aspiraciones territoriales y petrolíferas en la pertenencia histórica de Kuwait a la provincia otomana de Basora.

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estaban transformando la sociedad y pusieron en peligro los tradicionales lazos del clero chií con las estructuras campesinas y la economía urbana del bazar. Para cambiar esta tendencia los mullahs empezaron a predicar que el Shah tenía intención de destruir el Islam chií mediante el laicismo y el libertinaje occidental13. La crisis económica originada por la caída de los ingresos del crudo propició, a mediados de los setenta, una fractura del país en de dos velocidades económicas: los que disfrutaban de los beneficios de la modernización y viven a la manera occidental y la masa social que sufría las consecuencias negativas de un reparto desigual de los beneficios y que apoyará los propósitos revolucionarios de la clase religiosa chií. Primerio estalló la revolución de los mullahs rojos encabezados por el ayatola Shariati que predicaban un mensaje marxista; pero sin el apoyo de los conservadores. El movimiento fue aplastado y poco después el Ayatolá Jomeini huyó a París, desde donde organizó la oposición. En abril de 1979 una coalición heterogénea de mullahs conservadores y liberales y comerciantes del bazar se levantaron contra el Shah y proclamaron la República islámica. Irán rompe con Occidente (toma de rehenes en la embajada estadounidense y posterior embargo económico y aislamiento político iraní), sin alienarse con los soviéticos. Su objetivo es expandir una política popular y mesiánica inspirada en el Islam duodecimista. El cambio de régimen en Irán supone un terremoto estratégico en el tablero político de Oriente Medio. Por primera vez, desde el nacimiento de los estados nación en Oriente Medio, un gobierno chií con una población cohesionada va a defender sus intereses frente a líderes sunníes que gobiernan sobre poblaciones de mayoría o minoría chií que suelen tener limitaciones sociales o políticas y sobre las que recaerá la duda de la sombra de la influencia iraní. Las reacciones son inmediatas: EEUU condena la revolución cuyo resultado suponía un importante contratiempo en su lucha de equilibrios con Moscú. Arabia Saudí, opuesta al nuevo gobierno, incita a la violencia contra los peregrinos chiíes que acuden a la Meca, mientras que Irak prepara una guerra preventiva frente a las predicaciones chiíes en suelo iraquí. Por su parte Irán rompe relaciones con Israel, declara su apoyo a la Organización para la Liberación de Palestina y conforma una alianza con el gobierno socialista alauita de Siria en el Líbano. Al año siguiente de la revolución Sadam Hussein declara la guerra a Irán. Los causas de la guerra fueron los temores de Sadam a la influencia desestabilizadora de las predicaciones iraníes sobre la población chií del sur de Irak que pudieran desgajar el país, antiguos conflictos territoriales y las aspiraciones de Sadam de convertir a Irak en la potencia de referencia regional. Estos motivos llevaron a Irak a una guerra preventiva. Irak obtuvo el apoyo de Arabia Saudí, Kuwait, EEUU, mientras que Siria se convertía en el principal apoyo iraní. La guerra finalizó en 1987 sin que ningún país consiguiera algún objetivo estratégico significativo. Paralelamente a este conflicto, Irán apoyaba a Siria y a los chiíes libaneses en la guerra civil del Líbano con petróleo gratuito y con las milicias de Hezbola. En el contexto de la guerra fría y de los últimos coletazos del colonialismo, la zona de Oriente Medio está marcada por la construcción nacional de estados monárquicos sunníes de derecho Shafií o hanbalí o de repúblicas socialistas laicas de partido único de confesión sunní, con la excepción de la particularidad étnica del Líbano, que configuran la rivalidad entre las doctrinas del panarabismo laico y del islamismo identitario árabe. Con la irrupción de un gobierno laico de la secta alauita en Siria y el triunfo de la revolución islámica duodecimista de los ayatolás se vuelve a un escenario similar al del siglo XVI con el Imperio otomano sunní y la Persia 13

Horrie, C y Chippindale, P. (1994) Qué es el Islam. Madrid, España: Alianza Editorial, p. 261.

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Safaví chií. Alauitas y duodecimistas sellan un pacto de colaboración en el Líbano e Irak, superando las diferencias ideológicas que separan a las repúblicas y monarquías sunníes. La región experimenta un rápido crecimiento económico, concentrado en los países ricos en yacimientos petrolíferos, y una creciente importancia en la geopolítica global.

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Del neoliberalismo a la “Primavera Árabe” El episodio de la guerra de Irak inaugura el periodo neoliberal de influencia estadounidense en Oriente Medio con el intento de expandir una visión uniforme de las relaciones internacionales en base a un sistema ideológico democrático de corte neoliberal y unas estructuras de mercado internacional que favorezcan el libre intercambio comercial y financiero. El método de expansión de este programa hegemónica es la globalización que difunde la ideología desde el dominio de las nuevas tecnologías de la información y expande el libre mercado desde la diplomacia económica. Pero cuando un estado toma un camino equivocado, la diplomacia se convierte en chantaje económico y presión política. De este modo, poder blando, se defienden los intereses de los actores neoliberales y de su baluarte, EEUU, cuando no se utiliza la fuerza militar, poder duro. La implantación de una uniformidad cultural, política y económica global ha provocado la reacción de movimientos autóctonos contestatarios, especialmente en el llamado Tercer Mundo, en donde se encuentran los más desfavorecidos por el neoliberalismo, con una base ideológica que reafirma sus ancestros en lo nacional, lo religioso o cultural. De este movimiento identitario diferenciador surge el islamismo moderno y sus diferentes ramas, que van desde el activismo político a la lucha violenta. Para estudiar los efectos del neoliberalismo y de los movimientos contestatarios en Oriente Próximo se analizarán las políticas de los países que hoy se pueden considerar las potencias regionales: Arabia Saudí, Turquía, Irán y Qatar. Arabia Saudí: El régimen jurídico por el que se rige Arabia es el sunní hanbalí, siendo el país de las monarquías del golfo más fundamentalista. La constitución del país se basa en el Corán y en la autoridad de la familia real Saud. El régimen de los Saud es de tipo paternalista comprando la oposición social mediante inversiones millonarias. Existe una minoría chií de aproximadamente un 10% que ha sido dividida y desplazada de las ricas tierras petrolíferas del este, Qatif, a las más pobres del oeste, Al Assal. Con estos desplazamientos se conseguía debilitar las posibles aspiraciones secesionistas de la región. Las protestas chiíes han sido reprimidas con dureza. Pero la mayor amenaza viene de los propios sunníes: salafistas yihadistas saudíes y Al Qaeda que operan con libertad entre las porosas líneas fronterizas de Yemen. La política exterior se caracteriza por mantener una buena relación con occidente y expandir el credo wahabí a todos los países musulmanes. Estas dos directrices le llevan a mantener unas relaciones internacionales contradictorias de apoyo a EEUU, pero de firme oposición a Israel o de soporte financiero de grupos fundamentalistas como los Hermanos Musulmanes o incluso del terrorismo islámico internacional como detalla un informe paraoficial estadounidense14. Durante la primera guerra del golfo la casa Saud cede las bases saudíes al ejército estadounidense. La presencia de marines en tierra santa provoca una oleada de denuncias y críticas contra la monarquía. Entre los críticos se encuentra Ben Laden, que tiene que huir del país y se declara enemigo de la dinastía Saud. En 1998, reconocido ya como líder de Al Qaeda, anuncia la guerra santa contra judíos y occidentales. Las tropas saudíes han traspasado varias veces las fronteras de Yemen para presionar a los chiíes separatistas y perseguir yihadistas.

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Sánchez Andrés, A. Relaciones económico-políticas entre Rusia y los países de la península arábiga. Realinstitutoelcano.org. 12/04/2007. 28 de enero de 2014. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/wps/wcm/con nect/elcano/Elcano_es/Zonas_es/DT+12-2007

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Arabia Saudí invierte una media del 8% de su PIB en defensa15 dentro del contexto de rearme que vive Oriente Próximo. El aumento de activistas saudíes en actos terroristas contra intereses estadounidenses, 15 saudíes implicados en los atentados de las torres gemelas16, enfriaron las relaciones entre ambos países, manteniéndolas intactas en el ámbito económico. En la segunda guerra del golfo ya no cederá sus bases a los estadounidenses. Lidera una alianza con las monarquías petroleras del Golfo Pérsico, Consejo de Cooperación del Golfo, que intentan influir en la región mediante la diplomacia y las inversiones financieras. Turquía: El nacimiento de la Turquía moderna se debe a Mustafá Kemal, oficial del ejército otomano fundador de la República de Turquía. El ideal de Kemal era construir un Estado laico y moderno al estilo europeo: redacción de una constitución, separación del poder temporal del espiritual y sufragio universal. Para asentar los principios de la república y sus instituciones se aprobaron leyes con el objeto de apartar a la religión del ámbito político y reducirlo a la vida privada: abolición de los tribunales de la sharia, legalización del voto femenino, confiscación de instituciones exclusivistas islámicas, prohibición de manifestar apoyo al Islam en las administraciones pública y militares, cambio de la grafía árabe por la latina y prohibición de la educación islámica en la escuela. El Estado invirtió una gran cantidad de dinero y tiempo en educar a la sociedad en la nueva grafía latina, en la revisión de la historia otomana y en los valores de la república. Toda esta reorganización social hacia un sistema de libre mercado y pluralismo político se consiguió paradójicamente bajo métodos autoritarios. En política interior el ejército no se alejó del juego político e intervino en los 80 para reestablecer la paz social quebrada por revueltas kurdas y la acción de brigadas marxistas y neofascistas y en 1996 para evitar un gobierno de un partido islámico. Desde la fundación de la República, Turquía ha preferido mirar hacia Europa y dejar Oriente Medio y Asia en un segundo Plano. Durante la Guerra Fría se alineó con la OTAN y jugó un importante papel como Estado fronterizo con la Unión Soviética. Actualmente posee un ejército de más de medio millón de efectivos, siendo el segundo más numeroso de la alianza y una de las fuerzas armadas más modernas de Oriente Medio17. Desde la década de los 90 ha iniciado las gestiones para formar parte de la Unión Europea; pero la oposición de Grecia y otros países fronterizos a la antigua influencia Otomana y la cuestión del respeto a los derechos de las minorías están alargando la adhesión a la UE. Estas reticencias europeas y la victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo de ideología islamista han girado los intereses otomanos hacia el este, desde Oriente Próximo hasta el Asia central. Las políticas del gobierno están islamizando el país, así como su política exterior. Las relaciones con Israel se han enfriado y la retórica del gobierno turco es claramente pro palestino. El cambio más significativo es su creciente entendimiento con Irán que alcanza a una cooperación económica de 10.000 millones de dólares y al voto negativo a la propuesta estadounidense de nuevas sanciones a Irán presentada a las Naciones Unidas en 2010. Lo que le sitúa en contra de sus aliados atlánticos. Así mismo está potenciando las relaciones entre los miembros de la Organización de 15

http://datos.bancomundial.org/indicador/MS.MIL.XPND.GD.ZS Seznec, J-F. Arabia Saudí en 2004: ¿podrá sobrevivir a la amenaza terrorista? Realinstitutoelcano.org. 26/07/2004. 27 de enero de 2014. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano _es/zonas_es/mediterraneo+y+mundo+arabe/ari+135-2004 17 Labrado Calera, E. El papel de Turquía en la crisis siria: el nuevo “gran juego” con Irán. Ieee.es. 04/09/2007. 28 de enero de 2014. http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2012/DIEEEO662012_TurquiaenCrisisSiria_NvoGranuegoIran_ElenaLabrado.pdf 16

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Cooperación Económica (ECO) compuesta por Afganistán, Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán, y Turquía18. Son señales claras de que está diversificando sus relaciones internacionales e intentando imponer su influencia al resto de países con intereses en Oriente Medio. Irán A partir de los años 90 el país acomete una serie de reformas institucionales que transforman a Irán en una “democracia islámica” con procesos electorales, debate público abierto y presentación de candidatos. La participación es mucho más amplia que en los concursos electorales de los países árabes. Los aspirantes a la presidencia pertenecen al entramado organizativo de las instituciones de la República Islámica. Este grupo o partido se divide entre reformistas y conservadores, la misma división que se vive en la calle. La división se fracturó tras las elecciones presidenciales de 2009 en las que el candidato conservador Ahmadineyad venció contra todo pronóstico al líder reformista, Musavi. Los resultados fueron impugnados por la oposición ante las sospechas de fraude y las protestas populares inundaron las calles de Teherán. Las manifestaciones fueron reprimidas con dureza y el ala conservadora se opuso a revisar las elecciones. En política exterior, “los dirigentes iraníes han tratado de buscar un equilibrio entre la visión revolucionaria de Jomeini, centrada en la lucha entre el bien y el mal, y un enfoque pragmático de las relaciones internacionales basado en cálculos políticos y la defensa de los intereses nacionales.”19 A pesar de los desequilibrios y contradicciones de tales directrices políticas, Irán ha conseguido crear un corredor chií entre Irán, Irak, Siria y el Líbano (Hezbola), paradójicamente facilitado por las aspiraciones del gobierno estadounidense de instaurar en Irak un gobierno amigo de tipo neoliberal en 2003. Las políticas de Ahamdineyad han estado caracterizadas por la confrontación con los EEUU y sus aliados a causa del control del desarrollo nuclear y por las continuadas amenazas contra Israel. Así mismo, se mantiene la guerra fría entre Arabia Saudí e Irán en el contexto de la confrontación entre sunníes y chiíes y por la lucha hegemónica entre dos formas de gobierno diferentes en Oriente Próximo. Qatar: Es un país inmensamente rico, tercer productor de gas natural, con buenas relaciones diplomáticas en todas las direcciones inimaginables: EEUU, Israel, Irán, incluso los talibanes abrieron una oficina diplomática en Doha en 2012; con una televisión, Al Jazeera, influyente a nivel global y una capacidad publicitaria que se cuela en los eventos más destacados a nivel mundial: deportes, turismo, economía… Unas características que imprimen a Qatar un peso específico a su posición estratégica muy por encima de su extensión y población. Su diplomacia multinivel y mediadora, con una aparente intención de quedar bien en todos los frentes, puede desquebrajarse ante su estrategia intervencionista a favor de los grupos islamistas durante la “primavera árabe” y después de ella. La coalición de países árabes y occidentales contra Irak Inaugura un periodo de decisiones unilaterales de EEUU orientadas a imponer un sistema de convivencia neoliberal, pero en la región los intereses políticos son ingentes y las acciones tendrán consecuencias indeseadas. La 18

Rajmil, D. Turquía Irán y sus ambiciones de liderazgo en la región. Revistaatenea.es. 04/01/2011. 28 de enero de 2014. http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_3659_ESP.asp 19 Amirah Fernández, H. Irán en apuros: riesgos para la estabilidad regional. Realinstitutoelcano.es. 23/09/2009. 28 de enero de 2014. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/web/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcan o/elcano_es/zonas_es/mediterraneo+y+mundo+arabe/ari134-2009#.UuexGfnf7IU

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implicación de una potencia occidental en los asuntos árabes o musulmanes es interpretada como una intromisión humillante por sectores tradicionales sunníes que declararán la guerra a todo gobernante que mantenga relaciones con Occidente y no imponga las estrictas doctrinas del wahabismo. Por lo tanto, tenemos una nueva escisión en el sunnismo que rompe por el ala más radical de la yihad frente al ataque neoliberal al Islam. Por su parte el chiismo consigue asentar un corredor desde Persia hasta el Mediterráneo, incluyendo Irán, Irak, Siria, el Líbano y con conexiones con palestina. Turquía, que ha cambiado de gobierno y está girando sunnismo moderado hanafí, vuelve a participar activamente en las políticas de la región como país de mayoría musulmana, asiático y que tan ligado estuvo a la región como Imperio otomano. Se ha acercado a Irán y a los países del Asia Central de etnia otomana, manteniendo el diálogo entre Oriente y Occidente, lo que supone la planificación de una política independiente a la de sus tradicionales aliados de la OTAN. Arabia es el país árabe dominante en la zona y sigue ampliando su influencia mediante dólares, movimientos salafistas y otras redes más clandestinas.

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Arabia Saudí, Turquía, Irán y Qatar ante la “Primavera Árabe” y la guerra en Siria Los Estados en los que se enciende la chispa de la revuelta popular son característicos del panarabismo nacionalista de partido único y redes clientelares de tipo tribal o familiar que mantienen un desigual reparto del poder económico y político y que no han sabido, o querido, resolver los problemas estructurales de las sociedades que gobernaban. Estos movimientos populares, pacíficos o violentos, han provocado, con mayor o menor grado de ayuda internacional, la caída de los gobierno de Túnez, Egipto y Libia. Las voces que más se hacían oír en las manifestaciones pedían derechos y libertades, mayor participación ciudadana y procesos electorales abiertos; pero no eran ni los mejor organizados ni los que mantenían sólidas conexiones con amplios sectores de la sociedad. Los procesos electorales, con una bajísima participación, constituyeron gobiernos islamistas relacionados con los Hermanos Musulmanes, que muy pronto se vieron superados por el manejo del poder. Las revueltas del Magreb se propagaban con rapidez y alcanzaban a Oriente Medio. Mientras en el Magreb el elemento confesional no ha tenido relevancia, pues la amplia mayoría de la población es sunní, en Oriente Medio las revueltas están protagonizadas por comunidades chiíes mayoritarias o minoritarias que viven bajo el poder de un gobierno sunní y reclaman los mismos derechos sociales y políticos que la población sunní. Arabia Saudí, Bahréin y Yemen ejemplifican esa situación. Por el contrario, Siria muestra el ejemplo inverso: una amplia mayoría de la población sunní es gobernada por el aproximadamente 10% de la minoría alauita chií. Las revueltas populares iniciales han degenerado en una guerra civil abierta con diversos intereses foráneos involucrados. La decidida posición rusa a favor del gobierno sirio, aliado estratégico en la zona, ha mantenido un equilibrio de fuerzas externas al mundo musulmán que no ha permitido la intervención directa de EEUU y sus aliados, o simplemente no han querido, lo que ha dejado un escenario abierto a las acciones de los actores y de las potencias regionales. Por eso, los poderes nacionales en la zona: Arabia Saudí, Turquia, Iran y Qatar están teniendo un papel muy activo en los diferentes escenarios de cambio que ha dejado la primavera árabe. Comprobar esas políticas y su carga confesional es el último punto del trabajo. Arabia Saudí: Al principio de las revueltas la clase religiosa emitió fatwas condenando las protestas en la en los países del Magreb y declarándolas anti islamistas20. Pero tras los procesos electorales y los buenos resultados de los islamistas, se han implicado activamente en los procesos de cambio de los países del Magreb y Egipto. En Túnez apoya a los salafistas ideológica y financieramente para imponer un islamismo rigorista. Y parece que esta influencia económica y el envío de predicadores saudíes facilitaron la legalización de tres partidos salafistas. La permisividad de las autoridades tunecinas con la violencia de los grupos salafistas que intentaban imponer su moral al conjunto de la sociedad y el acelerado giro legislativa hacia un Estado islámico provocó la caída del gobierno encabezado por La rama política de la Hermandad en Túnez. La monarquía saudí apoyará en un primer momento a los Hermanos Musulmanes; pero la incipiente independencia diplomática de Mursi, visita a Teherán, y el 20

Lorca, A. Arabia Saudita y el dominio de la primavera árabe. Realinstitutoelcano.org. 01/04/2011. 28 de enero de 2014. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano _es/especiales/crisismundoarabe/respuestacrisis/notasocma/obervatorio_lorca_arabia_saudita_primavera_ar abe

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aumento de poder y popularidad de los Hermanos Musulmanes en el mundo musulmán llevan a Riad a cambiar a la Hermandad por las Fuerzas Armadas egipcias. Pero Arabía tiene que mirar a sus provincias, en donde se han intensificado las protestas de los chiíes saudíes que acusan a Riad de discriminación sectaria en materia de subsidios y empleos públicos. Las protestas de los chiíes (60%-70% de la población) en Bahréin reclamando los mismos derechos civiles y políticos que los sunníes (40%-30 de la población) y las peticiones de unificación a Bahréin de los chiíes saudíes han provocado una reacción de ambos gobiernos sunníes, primero con la entrada de tropas saudíes en territorio de Bahréin para reprimir las protestas y posteriormente planteando una posible federación política que evite una región mayoritaria chií rica en petróleo21. Ambos gobiernos acusan a Irán de estar detrás de las revueltas. Arabia se ha posicionado junto a los rebeldes para combatir el eje chií en Siria. Unos rebeldes divididos entre seculares, islamistas, salafistas y grupos ligados a Al Qaeda, un conglomerado ideológico difícil de delimitar fuera y dentro de las propias alianzas y cuya financiación no queda muy clara. Arabia parece haber financiado varias versiones de los rebeldes, incluyendo milicias radicales, y su discurso dentro del conflicto está siendo sectario y fundamentalista22. Ha sido partidaria de un ataque estadounidense a Siria, acción descartada por Washington. La reciente firma de un acuerdo sobre el programa nuclear iraní entre el grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU) e Irán ha provocado el enfado de Riad ante el temor de futuros entendimientos con Irán y la renuncia al recién concedido asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.23 Turquía: al principio se mantuvo expectante ante los movimientos populares en los países del Magreb y Egipto y en contra de un ataque a Libia, pero finalmente participó en la coalición contra Gadafi. Durante los procesos constitucionales y legislativos en Egipto Libia y Túnez aconsejó un modelo de Estado y de islamismo semejante al turco. Erdogán protestó enérgicamente ante la caída del partido de los Hermanos Musulmanes en Egipto. Al inicio de las protestas en Siria, Turquía se mostró sugiriendo a Al Assad el impulso de un programa de reformas de derechos y libertades. Pero al generalizarse la violencia, Turquía activo una política intervencionista, suministrando material bélico y permitiendo a sus protegidos: Hermanos Musulmanes y Ejército Sirio Libre, todos ellos sunníes, operar desde su propio territorio. El fortalecimiento de grupos islamistas y salafistas en número y en relevancia ha inhibido a Ankara en su entrega de armamento a los rebeldes ante la dificultad de contralar la 21

De Andrés, F. Arabia Saudí intensifica la represión de su minoría chií y de tiene a sus líderes. abc.es. 10/07/2012. 27 de enero de 2014. http://www.abc.es/20120710/internacional/abci-arabia-saudi-reprimeminoria-201207091717.html 22 Weinberg, D. Saudi Arabia, Qatar may be playing dangerous game over Syria rebels. globalpublicsquare.blogs.cnn.com. 25/10/2013. 29 de enero de 2004. http://globalpublicsquare.blogs.cnn.com/2013/10/25/saudi-arabia-qatar-may-be-playing-dangerous-gameover-syria-rebels/ 23

Amirah Fernández, H. Arabia Saudí se planta. Realinstitutoelcano.es. 21/10/2013. 28 de enero de 2014. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTE XT=/elcano/Elcano_es/Zonas_es/Comentario-Amirah-Fernandez-Arabia-Saudi-ConsejoSeguridad

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distribución. Ante la situación enquistada de violencia endémica sectaria, parece que se ha producido un nuevo acercamiento entre Irán y Turquía ante el temor de que las posturas extremistas de la oposición aparten a los moderados y conviertan la guerra en un conflicto desgarradoramente sectario. Irán: Para Irán las revueltas de la “primavera árabe” son una continuación de la revolución islámica iraní y una forma de abandonar a los gobernantes aliados de Occidente. En Siria, Irán es aliado de Al Assad e intentará por todos los medios mantener el corredor chií que une Irán con Hezbola a través de Irak y Siria. Al mismo tiempo, Siria es otra extensión de la guerra fría entre Irán y Arabia Saudí24. El nuevo presidente Iraní, Rohani, sí parece más asertivo a las llamadas al diálogo de Turquía. La nueva disposición de Irán se puede escenificar en el reciente acuerdo sobre su programa nuclear; contencioso que le había supuesto la imposición de sanciones económicas y estaban influyendo negativamente en el crecimiento económico y en la devaluación de la moneda. Un nuevo panorama para las expectativas iraníes que de ser aprovechado la pueden elevar a país hegemónico en la zona. Qatar se ha mostrado muy activa en los procesos de cambio en el Magreb. En libia participó en la coalición contra Gadafi con el envío de aeronaves y parece ser que con unidades sobre el terreno. En Túnez, inversores qataríes se han hecho un hueco en el mercado tunecino; predicadores llegados desde el emirato, como el orador estrella de Al Jazeera, usuf Al Qaradawi, introducen su retórica populista y radical en el debate público y el ministro de Asuntos Exteriores fue antiguo directivo de la cadena qatarí25. En Siria ha intentado unir a la oposición, ha cedido Doha para las reuniones del Consejo Nacional Sirio, el grupo político opositor reconocido por Occidente; pero al mismo tiempo financia a los hermanos musulmanes y a grupos radicales sunníes26. Así mismo, desde la televisión qatarí Al Jazeera, el telepredicador Yusuf al-Qaradawi agitaba a los sunníes a levantarse contra los alauitas en Siria.27 Es favorable a una intervención armada árabe.

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Servitja Roca, X. La R. I. de Irán y los procesos de transición polca en el Norte de África Oriente Medio: ¿el “despertar islámico” o “la primavera persa”? Ieee.es. 01/2013. 30/01/2014. http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2013/DIEEEO022013Iran_XServitjaRoca.pdf 25

Echeverría, C. “La evolución del islamismo en los países de la Unión del Magreb (UMA)” (pp. 79 y 80) en Víctor de Ayala, C. (Coord): Análisis y evaluación de la estabilidad en el Magreb, Madrid, EALEDE-CESEDEN, Monografía nº 133, mayo de 2013, en http://www.defensa.gob.es/ceseden/Galerias/destacados/publicaciones/monografias/ficheros/133 _ANALISIS_Y_EVALUACION_DE_LA_ESTABILIDAD_DEL_MAGREB.pdf 26

Grupo de Estudios Estratégicos. Escenarios de creciente radicalización islamista. Gees.org. 09/11/2012. 30 de enero de 2014. http://www.gees.org/articulos/escenarios_de_creciente_radicalizacion_islamista_9487 27

Álvarez-Ossorio, I. Siria ante la revuelta: el blindaje del régimen. Realinstitutoelcano.es. 13/04/2011. 30 de enero de 2014. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/web/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_ CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/mediterraneo+y+mundo+arabe/ari662011#.Uuewxfnf7IU 23 Miguel Angel Moreno Casaus

Las monarquías del Golfo están muy activas en los escenarios de la “primavera árabe” tratando de trasformar el inicial mensaje aperturista en un discurso reaccionario. Una intromisión contestada por movimientos autóctonos. Irán ha lanzado mensajes de apoyo y Turquía se ha mostrado prudente y dialogante. En Siria los mismos países juegan sus cartas y, entre ellas, las políticas de Arabia Saudí, Qatar e Irán están contribuyendo descomponer la guerra en un enfrentamiento sectario (¿y étnico?), que bien podría dinamitar la tensa estabilidad en Oriente Próximo.

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Conclusión Tanto la secta sunní como la chií tienen su origen en cuestiones mundanas. El sunnismo nace en un intento de organizar el imperio y justificar el poder temporal del gobernante de turno. Es más, el sunní parece más un movimiento político (quizá la mayoría de las religiones lo aparenten) dividido en cuatro vertientes diferenciadas por el diferente grado de importancia existente entre el Corán y el racionalismo y que busca organizar y controlar la vida del creyente. El chiismo es el resultado de una cuestión dinástica y a lo largo de su lucha histórica ha racionalizando su razón de ser mediante variadas teorías esotéricas. El sunní y el chií actúan como una sola religión musulmana cuando un elemento externo perturba sus estructuras de poder y convivencia; pero sin converger en el camino. A los mongoles los convirtieron, pero cuando la ocupación y la influencia de la perturbación continúan, surgen movimientos contestatarios que buscan reafirmar su propia identidad desde diferentes puntos de vistas. Por ejemplo, frente al colonialismo el panarabismo nacionalista de tipo europeo o el islamismo califal de los Hermanos Musulmanes. Las ideologías de los gobiernos también influyen en las luchas hegemónicas, por ejemplo el socialismo árabe de Egipto frente el salafismo Saudí. Sin embargo, estas diferencias ideológicas se pueden diluir ante la fricción sectaria de la zona y configurar una alianza defensiva entre el laicismo sirio y el islamismo revolucionario iraní. La etnia también puede influir a la hora de establecer relaciones diplomáticas entre países. Por ejemplo Siria es el único país que mantiene sólidas relaciones con Irán, en cambio, Turquía, de etnia turca, ha mantenido buenas relaciones con Damasco y Teherán hasta el inicio de la guerra en Siria. La confesión es importante en las relaciones multilaterales y bilaterales de la región. Arabia Saudí ha intentado por todos los medios aislar a Irán de la región y de la comunidad internacional. El programa nuclear iraní es considerado en Riad una amenaza a la seguridad nacional y las inversiones en defensa demuestran su visión de la seguridad en la región. Pero también es cierto que el grado de rivalidad depende de la versión confesional que adoptan las partes y del contexto. Arabia es el país con el dogma sunní más fundamentalista y su forma de expandir su discurso es activo y diversificado. Irán es la representación más clara del chiismo revolucionario e intenta que su ideología llegue a las comunidades chiíes de Oriente Medio. En un estado de violencia o máxima tensión, véase Siria, las partes más interesadas y maximalistas de uno y otro bando utilizan el sectarismo para mantener la violencia y aumentar las áreas de conflicto.

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