La relacion entre economia y tecnologias sociales el caso de la biotiologia

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Descripción

La relación entre innovación tecnológica, tecnologías sociales y economía en el campo de las ciencias biomédicas: el caso de la ficha biotipológica y los artefactos de psicotecnia en Argentina (1930 – 1943) Dr. José Antonio Gómez Di Vincenzo Centro Babini, Escuela de Humanidades, UNSAM. [email protected]

Introducción

Una serie de estudios historiográficos han venido ocupándose de analizar un conjunto de saberes que circularon entre las élites intelectuales y políticas y las instituciones eugenésicas del país.1 Son conocidas entonces, las tecnologías sociales propuestas por la literatura eugenésica argentina con el objeto de resolver la tensión entre homogeneización y diversificación de la población desde la medicalización de las relaciones sociales (por ejemplo: certificado médico prenupcial; esterilización de individuos o grupos; aborto eugenésico). Entre estas tecnologías sociales se destacó en la década del 30 del siglo pasado, y gracias a la impronta de la Asociación Argentina de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social (en adelante, AABEMS), el fichado biotipológico de la población. Si bien, la propuesta nunca pudo institucionalizarse como política pública, y por más que la historia de la asociación entre biotipología y eugenesia sea la historia de un rotundo fracaso, ella se constituye como un excelente ejemplo de las relaciones e intercambios de significados que existen entre un marco conceptual que pretende tornarse hegemónico en el campo de las ciencias biomédicas, las tecnologías que se desarrollan para el diagnóstico a partir de dicho marco y su rol como tecnología social cuando se trata de intervenir en la sociedad para prescribir roles en función de los requerimientos económicos. Nuestro propósito será describir y reflexionar sobre el rol de un conjunto de tecnologías de diagnóstico concebidas para la realización de fichados biotipológicos; una serie de artefactos, instrumentos de medición y procesos diseñados para cuantificar 1

No se puede dejar de reconocer una deuda con Palma (2002), Miranda y Vallejo (2005) o Vallejo y Miranda (2007), sólo por nombrar los desarrollos más destacados en Argentina. En las últimas décadas han aparecido también numerosos estudios sobre el movimiento eugenésico en distintos países. Véase, entre otros: Álvarez Peláez (1985, 1988, 1999); Chorover (1979); Glick, Th., Puig-Samper, M. y Ruiz, R. (edit) (2001); Kevles (1995); Romeo Casabona (edit.) (1999); Stepan (1991) o Suárez y López Guazo (2005).

y clasificar a los sujetos. Desde un enfoque relacional, considerando que la tecnología no se encuentra sólo en sus productos tecnológicos ni es sólo una forma de conocimiento con estatus propio sino que en ella existe un conjunto de relaciones que incluye un complejo entramado de procesos y transferencias de significados, tanto a nivel teórico como en la práctica, mostraremos cómo en el artefacto pueden encontrarse una serie de significados propios de los propósitos característicos del imaginario eugenésico de la época. De esta manera podremos ampliar la mirada sobre el desarrollo tecnológico incluyéndolo en un contexto más amplio, el de las relaciones sociales. Para cumplir nuestro objetivo, se analizarán fuentes documentales diversas: Anales de Biotipología, el Tratado de Biotipología, publicación de ponencias en congresos, entrevistas y artículos que recogen la temática. Se pretende contrastar entre sí los argumentos esgrimidos desde el interior de los espacios institucionales y los provenientes de distintos espacios del ámbito académico.

Eugenesia, biotipología y orden social: un poco de historia.

La apelación a la ciencia como conocimiento objetivo, a salvo de cualquier contaminación de tipo ideológico, vino a fundamentar el discurso político elaborado con el fin de legitimar un orden social. La fuerte influencia en el mundo académico de la teoría darwiniana de la evolución, la teoría celular, la antropología y el éxito de la física newtoniana marcaron una fuerte impronta en las ciencias sociales. (Palma, 2001) Es en este contexto que irrumpen en escena una serie de definiciones de la esencia humana elaboradas a partir de una lectura particular de la teoría darwiniana de la evolución. El determinismo biológico, específicamente, vino a afirmar que tanto las normas de conducta compartidas como las diferencias sociales y económicas que existen entre los miembros de una sociedad determinada derivan de ciertas condiciones heredadas o innatas que las relaciones sociales no hacen más que reflejar. (Gould, 1988) Específicamente, en las sociedades modernas, la medicalización de las relaciones sociales pretende anular -o al menos debilitar- el conflicto generado por la tensión existente entre la igualdad legal, que es propia del modelo contractualista, y las desigualdades que surgen a partir de las características específicas que adopta la estructura socioeconómica. Entre los discursos teóricos que contribuyeron para la naturalización y concretamente, a la medicalización de las relaciones sociales, tenemos el propio del movimiento eugenésico. Como es sabido, la eugenesia consiste,

básicamente, en promover la reproducción de los individuos o grupos de individuos considerados mejores e inhibir la reproducción de los considerados peores mediante la aplicación de una batería de tecnologías sociales. (Palma, 2001) La eugenesia se transformó en un movimiento internacional, contando con una gran cantidad de adeptos - médicos, abogados, militares, educadores, científicos sociales, políticos y sacerdotes- que promovieron la legalización de mecanismos racionales, para contrarrestar los efectos y las amenazas del igualitarismo democrático. La eugenesia, en definitiva, constituyó un entramado de ciencia, tecnología y política extendido en Occidente, sobre todo durante la primera mitad del siglo XX. Es muy difícil establecer una periodización precisa y unívoca.2 A grandes rasgos, puede distinguirse un primer momento

preparatorio,

de

desarrollo

conceptual

y

de

creciente

consenso

científico/médico, político e ideológico, que se extiende desde las primeras formulaciones de Galton, en la década del ’60 del siglo XIX, hasta los primeros años del siglo XX. Un segundo período, que podría denominarse “Eugenesia Clásica”, que comienza en 1911, año en que se funda en Londres la primera Sociedad Eugenésica cuyo primer presidente fue uno de los hijos de Darwin –Leonard- y que en 1912, organizó el primer Congreso Eugénico Internacional y termina alrededor de la Segunda Guerra Mundial. Se trata del período de apogeo en el cual, prácticamente, todos los países occidentales fundaron instituciones eugenésicas que, a su vez, constituyeron asociaciones internacionales de largas y profusas ramificaciones, que realizaron una enorme cantidad de reuniones científicas en todo el mundo y adquirieron enorme capacidad de influencia en la implementación de políticas públicas. Todas las publicaciones biológicas y médicas especializadas recogían propuestas, textos, estudios y referencias a los progresos en la materia. Luego de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento eugenésico se fue debilitando, en buena medida, como resultado de las atrocidades cometidas por el nazismo, y fue derivando en propuestas más restringidas a cuestiones médico/sanitarias (sobre todo profilaxis del embarazo y cuidados del bebé y del niño pequeño, condiciones higiénicas de la vivienda, etc.). La década del 30 es un período clave en la historia del movimiento eugenésico argentino, caracterizada por una estrecha vinculación entre biotipología, eugenesia y 2

Existen varias maneras de trazar una diferenciación destacando las fases de desarrollo del movimiento eugenésico. A propósito puede consultarse Kevles, C., (1995), In the name of eugenics, Cambridge: Harvard University Press.; Miranda, M., (2003): “La antorcha de Cupido: eugenesia, biopolítica y eugamia en Argentina, 1930 – 1970”, Asclepio, Vol. LV, Fasc. 2, Madrid pp 231 – 255 o Soutullo, D., (1999), “El concepto de eugenesia y su evolución”, en Romeo Casabona, C. (ed.): La eugenesia hoy. Bilbao y Granada: Cátedra de Derecho y Genoma Humano y Editorial Comares, pp. 29 – 63.

medicina social. Es aquí cuando se encuentran más aceitados, los intercambios no sólo entre estas tres disciplinas sino también, entre ellas y el contexto social y político. Y es en este período cuando una serie de tecnologías biomédicas juegan un rol central para la indagación en los cuerpos y el diagnóstico de roles sociales. Aparatos e instrumentos que como veremos más adelante son diseñados bajo la atenta mirada del biotipólogo con el objeto de cumplir los fines propios del movimiento eugenésico en el país. La biotipología, constituye un área especial de investigación que se diferencia de las doctrinas constitucionalistas clásicas por prestar especial atención al estudio de los biotipos somáticos y psíquicos humanos apelando a otros principios y método de investigación, extendiendo las aplicaciones prácticas respecto a dichas doctrinas pero tomando también a aquellos estudios como referentes valiosos.3 Desde la biotipología, se sostiene que es posible establecer una clasificación de los seres humanos a partir de determinadas características corporales, anatómicas, manifestaciones de orden hormonal, humoral, factores genéticos, ambientales y aspectos neuropsicológicos y que existe una relación entre el biotipo obtenido y ciertos rasgos temperamentales, aptitudinales y morales del sujeto. En la evaluación biotipológica, el médico realiza un fichado recabando una serie de datos biométricos, clínicos y psicológicos con el fin de determinar el biotipo del sujeto e inferir las características temperamentales específicas, cualidades morales y aptitudes que corresponden al dicho biotipo, evaluando las posibilidades del sujeto, por ejemplo, para el cumplimiento de determinados roles u ocupaciones prácticas. (Pende, 1947) La corriente biotipológica argentina encuentra su inspiración en la italiana; específicamente, en los trabajos del Dr. Nicola Pende4 llevados a cabo en el Instituto Biotipológico Ortogenético de Génova, siendo sus principales discípulos y representantes en nuestro país, el Dr. Arturo Rossi y el Dr. Octavio López. La influencia del Dr. Pende en la AABEMS es sumamente importante siendo este médico italiano, 3

La medicina constitucional busca establecer relaciones entre ciertos rasgos físicos y psíquicos de los seres humanos. 4 El Dr, Nicola Pende nació en 1880 en la comuna de Noicattaro, Bari, Italia. Se destacó en medicina como uno de los más importantes integrantes de la Escuela Italiana de Endocrinología y Patología constitucional. Fue a lo largo de su carrera el principal impulsor de la Biotipología en la península y uno de los artífices de la fundación de la universidad Mussolini de Bari en la cual, ejerció el rol de rector. Más tarde fundó en la Universidad de Génova el Instituto de Biotipológico Ortogenético. En 1930, el Dr. Pende es invitado a dar un ciclo de conferencias en nuestro país. Es así que entra en contacto con Rossi, López y Boccia. Entre sus principales trabajos encontramos un “Tratado de Biotipología Huamana” publicado por Salvat Editores traducido al español por los Drs. Donato Boccia y Arturo Rossi. En 1970 falleció a la edad de noventa años.

uno de los adherentes extranjeros que más aportes realizara como corresponsal a la divulgación de la biotipología en los Anales, principal órgano de difusión de la AABEMS. Pero es, sin duda, el Dr. Rossi, aquel biotipólogo que con más ferbor, toma la posta de su maestro para impulsar en Argentina la aplicación de la biotipología y la ficha biotipológica como tecnología social para la práctica eugenésica diseñando y haciendo construir para tal fin diversos dispositivos, instrumentos y artefactos tecnológicos concebidos a partir del marco teórico aportado por la biotipología misma y la psicotécnica.

Biotipología y psicotecnia

La psicotecnia, básicamente, incluye el estudio y la implementación de una batería de test cuyo objeto es indagar ciertas aptitudes psicológicas especiales del individuo y averiguar lo que lo caracteriza desde el punto de vista psicológico con respecto a los demás. Dentro de diversos campos (la educación, la selección y la orientación profesional, la medicina del deporte, la criminología) la biotipología cumple un rol central en cuanto a la implementación de fichados a partir de los cuales, relevar aptitudes y establecer diagnósticos y prescripciones, tomando datos aportados por los test diseñados según prescripciones emanadas del campo de la psicotecnia. El Dr. Arturo Rossi, inspirado por su maestro el Dr. Pende, aporta sus conocimientos biotipológicos para establecer la vinculación de los test psicotécnicos con la medicina cosntitucional de corte biotipológico y para difundir en los Anales la importancia de la implementación de los estudios biotipológicos en diversos campos de aplicación. Desde la perspectiva del Dr. Rossi, la ficha biotipológica elaborada con los sólidos aportes de la psicotecnia se constituye en una herramienta de diagnóstico central a partir de la cual, llevar a cabo la práctica eugenésica y la prescripción de roles sociales. La psicotecnia debe complementarse con la biotipología para llevar a cabo, por ejemplo, tareas de selección de personal y, fundamentalmente, las de orientación profesional en el campo de la educación. (…) la verdadera psicotécnica, no puede a mi entender separarse del todo de los métodos que (…) describo como de psicología aplicada a la edad escolar, razón por la cual, considero que la psicotécnica es completamente inseparable de las ficha biotipológica,

ortogénica escolar, y que ambas son, indesglosables de la educación integral de la juventud. Rossi (1934), p. 15.

Rossi se interiorizó también de los alcances de la biotipología en el campo de la medicina laboral en su estancia en Italia. Es en el Instituto Biotipológico Ortogenético de Génova donde estudió psicotécnia bajo la dirección de la Dra. Tamburri y del Prof. Vidoni. En un artículo publicado en Anales el 1 de septiembre de 1933, Rossi cita textualmente la opinión de la Dra. Tamburri acerca del rol de la biotipología en el campo de la medicina del trabajo. Según la doctora, “de todo individuo se deberían conocer las cualidades positivas y negativas, sea en el campo somático como en el psíquico”. Ambos exámenes deben tenerse en cuanta y realizarse al mismo tiempo puesto que “el deficiente psíquico no puede adaptarse a todos los trabajos, aun cuando se lo permitieran sus energías físicas y viceversa”. Rossi (1933b), p. 11. Según Rossi, de sus aprendizajes del Dr. Pende, puede extraerse la conclusión de que es gracias al examen biotipológico que puede estudiarse al ser humano y su orientación profesional, mientras al mismo tiempo, “realizar el doble fenómeno:1º De adaptar las varias profesiones a los varios individuos” y “2º los varios individuos a las varias profesiones”. Rossi (1933b), p. 11. La mención al tratamiento que Pende da a la biotipología en su relación con la orientación profesional da cuenta de la rigurosa tarea de optimización de los recursos humanos en la que se encontraba inmersa la AABEMS por entonces. Aquí la orientación profesional no se entiende como una forma de asesoramiento que permita al sujeto distinguir entre todas las posibles profesiones, una que se ajuste a su vocación, sino más bien, como la adaptación del individuo a la tarea más acorde según sus aptitudes físicas y psíquicas. La orientación y selección profesional adquieren en el discurso del Dr. Rossi, un significado particular. Según el biotipólogo argentino, el fenómeno de adaptar las varias profesiones a los varios individuos corresponde con la orientación profesional, mientras que adaptar los individuos a las profesiones con la selección. Rossi (1933b)

Los artefactos utilizados para evaluar el biotipo

El Prof. Ugo Pizzoli, un importante representante de la escuela italiana en el campo de la medicina laboral5, fue quien diseñó una serie de pruebas y aparatos, cuyo fin apuntaba a obtener datos psicotécnicos, para confeccionar una ficha. Esta ficha psicotécnica tenía la finalidad de brindar datos importantes, para la educación y la orientación profesional y consejos útiles, para la práctica laboral. La misma apuntaba a la realización de cuatro tipos distintos de estudios: estesiométricos, cinesiométricos, dinamométricos y un examen de la inteligencia maniobradora.6 El Dr. Arturo Rossi (1933b) explica en qué consiste cada uno de ellos: el examen estesiométrico gravita en el estudio de la agudeza visual, auditiva, táctil, el sentido muscular, olor y gusto. Por su parte, el examen cinesiométrico apunta a relevar datos acerca del movimiento y sus características tanto cuantitativas como cualitativas. El examen dinamométrico medía la fuerza y la cualidad de su aplicación, mientras que el examen de la inteligencia maniobral, indagaba sobre la capacidad de atención y memoria de movimientos, el tipo de imaginación, el poder de adaptación a los cambios, el índice de voluntad o resistencia al trabajo, curiosidad, orden y limpieza, humor, conducta y capacidad de rendimiento y autocontrol. Estos exámenes integran la ficha psicotécnica que complementaba a la ficha biotipológica. Como se ha dicho, para su implementación se utilizaban las máquinas inventadas por el Prof. Pizzoli, uno de los más prestigiosos médicos italianos en el área de la medicina laboral. El artefacto tecnológico ideado para llevar a cabo los estudios psicotécnicos buscaba lograr cierto grado de funcionalidad y comodidad, intentando obtener el mayor número de datos posibles, mediante el empleo de una sola unidad. En el mismo mueble - estas máquinas iban todas montadas sobre una especie de modular de madera- encontramos dispositivos útiles para relevar distintas aptitudes. Rossi destaca que un solo artefacto de estos podía relevar “la perspicacia”, “el ingenio”, “el sentido del tiempo”, “el sentido geométrico”, “el sentido muscular”, “la memoria visual” junto a las “capacidades gráficas”. Rossi (1933c), p. 11. Estas últimas se llevaban a cabo mediante la utilización de un pupitre vidriado insertado en el cuerpo mismo del artefacto debajo del cual, se colocaba un dibujo. Una luz, que se prendía y apagaba según el criterio de quien estuviera tomando la prueba, permitía medir el 5

Muchos de estos artefactos, además de ser utilizados para la evaluación psicotécnica y el fichado biotipológico de los trabajadores, se empleaban para la realización de fichas biotipológicas en general incluyendo el fichado de alumnos en las escuelas. 6 Por una cuestión de espacio tomaremos para su descripción y análisis sólo algunos de los más significativos aparatos inventados por psicotécnicos y biotipólogos.

tiempo de exposición del sujeto frente a la traza, su memoria visual y su capacidad de reproducción de la muestra. Entre otras cuestiones, cuando la biotipología era puesta al servicio de la selección y orientación profesional apelando a la psicotecnia laboral, estudiaba el tipo de fuerza y el tipo de movimiento que como habíamos visto eran cualidades fundamentales para el desempeño. Para desarrollar estas investigaciones y estudios, los biotipólogos utilizaban máquinas especialmente diseñadas para tal fin. Uno de estos aparatos se denominaba polidinamocinesiómetro. Rossi, como se ha dicho, aprendió el modo de utilizarlo en su viaje de estudios a Italia y su residencia en el Instituto Biotipológico Ortogenético de Génova. El polidinamocinesiómetro fue diseñado por el mencionado Prof. Ugo Pizzoli, quien se desempeñara en la prestigiosa Universidad de Bolonia. Dicho aparato fue construido con el objeto de estudiar tanto la cantidad como la cualidad del tipo de fuerza y del movimiento en el sujeto examinado. Mediante su implementación, se trataba de indagar acerca del tipo dinámico de cada biotipo humano. Rossi (1933a) describe el funcionamiento del artefacto. Esta máquina contaba con un tablero repleto de aparatos de relojería que incluía cronómetros, dinamómetros y demás instrumento para medir el movimiento que según Rossi, permitían valorar matemáticamente tanto el movimiento como el tipo de fuerza empleado para desarrollarlo por los distintos sectores anatómicos del ser humano. Con este aparato se desarrollaba el examen de fuerza, el cual constituía sólo una parte del examen psicotécnico integral. El mismo constaba de cinco pruebas que integraban el examen del tipo de fuerza, en las cuales se indagaba sobre cantidad y cualidad de la misma, en distintos miembros o partes anatómicas y otra serie de pruebas para examinar el movimiento. Los datos obtenidos se transcribían en una gráfica para su debido análisis. Un dato curioso esta dado por el hecho de que este no era el único aparato ideado por el Prof. Pizzoli para medir movimientos y fuerzas y que el estudio de los mismos no se circunscribía sólo al campo de la medicina laboral. Había otros aparatos creados con el objeto de medir fuerzas y movimientos para ser implementados en el ámbito de la medicina del deporte. Uno de ellos se denominaba boxedinamómetro. Esta máquina registra el número de golpes de puño que un boxeador realiza sobre una almohadilla y permite registrar no sólo su número y frecuencia sino también la potencia, intensidad y duración de los mismos. Según el Dr. Arturo Rossi, en los artefactos puede comprobarse la dimensión y el alcance de los estudios biotipológicos y psicotécnicos en el campo de la medicina

laboral “permitiéndonos al propio tiempo vislumbrar la enorme importancia que tiene la Biotipología en sus aplicaciones prácticas en todos los campos de la actividad humana”. Rossi (1933a), p. 14. Rossi (1933c) describe el funcionamiento de una serie de aparatos utilizados para medir la sensibilidad dando cuenta de los avances en el área de la psicología experimental7 y la psicotecnia llevados a cabo en el Instituto de Biotipología y Ortogénesis de Génova. Allí explica detalladamente cómo se llevaban a cabo en Italia los estudios experimentales de la sensibilidad, para obtener datos relacionados con el sentido del olfato y del gusto, táctil, el muscular, sentido bárico activo y pasivo, sentido técnico y dolorífico, agudeza visual y auditiva. Para llevar a cabo estas pruebas también se utilizaban aparatos inventados por el Prof. Pizzoli. La idea es, nuevamente, implementar una tecnología que permita indagar una serie de datos mediante la utilización de unos cuantos instrumentos específicos distribuidos en un solo mueble dividido en seis compartimentos tres por lado. De un lado, se encontraban los instrumentos necesarios para medir el sentido muscular, bárico, de la vista, del gusto y del olfato mientras que en el lado opuesto, se hallaban los que se necesitaban para obtener datos referidos a las sensibilidades térmica, dolorífica, táctil y acústica. Como en todos los casos, la idea central es establecer una media de rendimiento por debajo de la cual, el sujeto es clasificado como insuficiente; siendo en consecuencia considerado poco apto para llevar a cabo una tarea en la que el sentido examinado y clasificado sea importante u ocupe un rol central para cumplir con un rendimiento laboral eficiente. Sólo por citar un ejemplo, puede mencionarse aquella prueba destinada a indagar datos acerca de la sensibilidad dolorosa por considerarla la más ilustrativa y curiosa. Rossi la describe de la siguiente manera en su artículo: 7

Por entonces, se denominaba "psicología experimental" a todos aquellos estudios que permitieran un abordaje controlado de la experiencia con el objeto de construir conocimientos en el campo de la psicología. La necesidad de reconocimiento académico del carácter científico de la psicología llevó a los investigadores a privilegiar discursos y prácticas cercanas al naturalismo poniendo un fuete énfasis en la investigación de laboratorio. Como ejemplos podemos citar: observaciones clínicas que apuntaban a revelar ciertas patologías como variaciones producidas por la naturaleza; investigaciones en el campo de la psicopedagogía; observaciones de cambios de conducta y comparación con el comportamiento animal; investigaciones psicofisiológicas y medición de tiempos de reacción; estudios comparativos del desarrollo onto y filogenético. En nuestro país, esta etapa coincide con la fundación de los primeros laboratorios de psicología experimental. Entre los primeros en llevar a cabo este tipo de investigaciones y fundar institucionalmente la psicología de corte positivista encontramos a Víctor Mercante y Rodolfo Senet en la UNLP y a José Ingenieros y Horacio Piñero en la UBA. Ellos lucharon por fundamentar científicamente un saber cuyo objeto no era sólo el saber mismo sino también la intervención racional para ordenar, encauzar u organizar la sociedad. Para ampliar puede consultarse Klappenbach, H., (2005), “Historia de la orientación profesional en Argentina.”, Orientac. soc. Vol.5, pp. 37 - 48. Ene./dic. 2005.

Se recurre para esto a una corriente eléctrica alternada a baja frecuencia, regulable por medio de un campo electromagnético, y se invita al sujeto que tome con ambas manos los dos reóforos [Electrodos. JAGDV]. De la mayor o menor duración de la resistencia juzgamos el grado mayor o menor de la sensibilidad al dolor y a la corriente eléctrica. Esta investigación se impone para la selección de electricistas. Rossi (1933c), p. 11.

Más allá de las pertinentes sutilizas y evaluaciones en cuanto al carácter “sádico” o “perverso” de la prueba y toda consideración de la relación asimétrica entre quien toma el examen - dada por el poder que ejerce sobre el sujeto examinado- y el grado de crueldad a que la misma pudiere llegar, es interesante destacar el hecho de que Rossi y con él muchos biotipólogos suponen que para ser un buen electricista, el trabajador debe estar dispuesto a sufrir descargas eléctricas y soportarlas hasta cierto punto. La prevención de accidentes, en este caso, no se plantea desde la utilización de dispositivos o procedimientos que aíslen o pongan al sujeto a resguardo. Por el contrario, y siguiendo el esquema de pensamiento propio del punto de vista que sustenta toda práctica biotipológica, Rossi se centra en el sujeto más que en el estudio del medio que puede lastimarlo o enfermarlo y la forma de controlar dicho ambiente, mediante procedimiento preventivos o normas de seguridad industrial. En tal sentido, es el sujeto quien debe resistir y/o adaptarse. Otra vez es el operario quien debe poner el cuerpo. Siguiendo esta línea, resulta interesante - e intrigante- pensar cómo sería la prueba de resistencia al dolor para alguien que tuviese intensiones de trabajar como carpintero o albañil. Los biotipólogos, muy probablemente, siguiendo el mismo esquema de pensamiento que caracteriza todas sus intervenciones en el campo de la psicotecnia y la medicina laboral, inventarían una máquina especial en la que habría una suerte de martillo neumático útil para probar la resistencia al dolor provocado por una serie de golpeteos en los dedos del postulante. Uno de los aparatos descritos por el Dr. Rossi (1933c) utilizados para medir la sensibilidad táctil se denominaba Criptoscopio. En él, una serie de dados con diferentes relieves replicaban otros que el sujeto tenía como referentes. De lo que se trataba era de identificar aquellos que presentaban las mismas características sin verlos. Como en los casos anteriormente citados, con los datos obtenidos, los biotipólogos confeccionaban una serie de tablas y gráficos cuyo fin era establecer relaciones

cuantitativas y analizar cuán lejos de la media se encontraban los postulantes a obreros o profesionales.

Conclusiones

A lo largo de nuestro recorrido hemos podido aproximarnos teóricamente a la biotipología y ubicarla como una de las formas más complejas de determinismo biológico; como así también, hemos logrado dar cuenta de sus pretensiones de consolidarse como un saber médico, capaz de delinear estrategias para el ordenamiento de la sociedad vía prescripción de roles a partir de ciertas aptitudes, características psicológicas y perfiles morales determinados biológicamente sirviendo de herramienta de diagnóstico para las prácticas eugenésicas. Hemos visto que dentro de las tecnologías sociales coligadas al programa eugenésico ocupa un lugar privilegiado la ficha biotipológica. Ficha que se confeccionaba gracias a una serie de estudios multidisciplinarios, entre los cuales jugaban un rol importante la psicotecnia y los artefactos analíticos que permitían rastrear en los cuerpos, las señales, datos, que iban a conformar la herramienta empírica a partir de la cual biotipificar al sujeto. El análisis del rol que los artefactos concebidos desde la tecnología biomédica jugaban en el diseño de una tecnología social desde un enfoque relacional permite poner en evidencia un conjunto de interacciones entre el contexto social, político y económico, el imaginario científico de la época y las prácticas propias de la comunidad científica en el período estudiado. Al mismo tiempo, es posible poner en evidencia cómo dichas racionalidades y prácticas científicas y tecnológicas lejos de ubicarse en una posición autónoma o neutral, se encuentran sesgadas por los propósitos de la comunidad médica, al mismo tiempo que se impregnan ellas mismas del una determinada cosmovisión e imaginarios.

Bibliografía

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