La relación entre abuelos/as y sus nietos/as adolescentes: comparación de perspectivas generacionales

July 25, 2017 | Autor: Feliciano Villar | Categoría: Grandparents
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Descripción

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La relación entre abuelos/as y sus nietos/as adolescentes: comparación de perspectivas generacionales CARME TRIADÓ1, FELICIANO VILLAR1, SACRAMENTO PINAZO2, CARME SOLÉ3, JULIÁN MONTORO4 Y MONTSERRAT CELDRÁN5 1

Universitat de Barcelona; 2Universidad de Valencia; 3Universitat Ramon Llull; 4 Kent University; 5Universitat Rovira i Virgili

Resumen El presente estudio tiene como objetivo examinar la relación entre abuelos/as y sus nietos/as adolescentes comparando ambos puntos de vista. Una muestra de 67 parejas contestó a una serie de instrumentos paralelos que recogían aspectos de su relación (contacto, actividades de ocio, intercambios de apoyo y cercanía) con el otro miembro de la parejas. Los resultados sugieren que los abuelos/as perciben que la relación cambia más a medida que el nieto/a se hace mayor. Las discrepancias encontradas entre ambas generaciones ponen en duda la adecuación a la relación entre abuelos y nietos de la hipótesis del interés intergeneracional, que predice una percepción más optimista de la relación en las generaciones mayores. Nuestros resultados también remarcan la importancia de considerar la comparación entre perspectivas como aspecto relevante para comprender mejor las relaciones intergeneracionales dentro de la familia. Palabras clave: Comparación generacional, adolescencia, nietos, abuelos, interés intergeneracional.

Grandparent-adolescent grandchildren relationship: Comparison of generational perspectives Abstract The present study is aimed at examining relationship between grandparents and their adolescent grandchildren comparing both points of view. A sample made up of 67 couples answered a series of parallel instruments encompassing different aspects of the relationship (contact, leisure activities, support interchanges and closeness) with the other member of the couple. Results suggest that grandparents perceive the relationships as more changing as grandchildren age. Discrepancies between members of the dyad seem not to follow the intergenerational stake hypothesis, which predicts that older generations hold a more optimistic perception of the relationship. Our results also highlight the importance of taking into account comparisons between perspectives as a key aspect to achieve a deeper understanding of intergenerational relationships inside the family. Keywords: Generational comparison, adolescence, grandchildren, grandparents, intergenerational stake

Agradecimientos: La realización del presente estudio ha contado con la financiación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, por medio del proyecto BSO2002-0260. Correspondencia con los autores: Dra. Carme Triadó Tur. Departament de Psicología Evolutiva i de l’Educació. Universitat de Barcelona. Passeig de la Vall d’Hebron 171. 08035 Barcelona. Teléfono: +34 93 312 5817. Fax: +34 93 402 1368. E- mail: [email protected] © 2008 Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0210-3702

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Introducción El envejecimiento de la población es uno de los cambios demográficos más importantes experimentados durante las últimas décadas por los países industrializados. Las consecuencias de este cambio han afectado, entre otros muchos aspectos, a la estructura y dinámica de las familias. Por ejemplo, debido al aumento en la esperanza de vida, en la actualidad es esperable que múltiples generaciones dentro de una misma familia puedan compartir su vida juntas, lo que, entre otras cosas, implica que un mayor número de personas llegue a ser abuelo/a y lo sea durante más tiempo (Szinovacz, 1998). Aunque desgraciadamente no existen datos respecto al número de abuelos y abuelas que existen en nuestro país, un estudio realizado con una muestra representativa de la población andaluza cifra en prácticamente el 25% el porcentaje de personas mayores de 18 años que tienen nietos (Cordón y Tobío, 2006). Además, otras tendencias relativamente recientes, como el descenso en las tasas de fertilidad o la incorporación de la mujer al mundo laboral, han influido en el actual papel que los abuelos tienen dentro del núcleo familiar. De esta forma, no sólo se es abuelo/a durante más tiempo, sino que además tienen menos nietos entre los que repartir el tiempo y son requeridos con mayor frecuencia para complementar o asumir tareas de cuidado que tradicionalmente asumían las mujeres. Estudios realizados en nuestro país resaltan este papel de abuelos y abuelas (pero especialmente de estas) como cuidadores auxiliares, convirtiéndose en un medio fundamental para conciliar la vida familiar y laboral en parejas en las que los dos miembros trabajan fuera de casa (Pérez, 2006; Tobío, 2002) En coherencia con estos cambios, los estudios dirigidos a examinar el papel de los abuelos dentro de la familia también se han incrementado de manera notable en las últimas décadas. El centro de interés de este área de investigación, sin embargo, ha ido variando a lo largo del tiempo. Así, los primeros estudios estaban dirigidos a identificar diferentes roles que los abuelos desempeñan, las actividades que con ellos se comparten o al significado que la díada da a su relación (Cherlin y Furstenberg, 1986; Hayslip, Henderson y Shore, 2003; Kennedy, 1992a; Neugarten y Weinstein, 1964; Roberto y Stroes, 1992). En ellos se destaca la importancia que dicha relación tiene para ambos y, en especial el papel de los abuelos como figura significativa para los nietos, y de los nietos como fuente de orgullo y satisfacción para los abuelos (Kennedy, 1992b; Kornhaber y Woodward, 1981). Sin embargo, en la actualidad contamos con una gran diversidad de estudios sobre esta relación, fruto también de los cambios sociales actuales, como, por ejemplo, el papel de los abuelos en el caso de las familias divorciadas o separadas (Drew y Smith, 1999; King, 2003) o la experiencia de ser abuelo cuando se tiene, debido a diversas circunstancias, la custodia de los nietos (Bachman y Chase-Lansdale, 2005; Goodman y Silverstein, 2001; Jendrek, 1994). De forma global, se observa que todos estos estudios poseen un interés por examinar los factores que determinan la relación que los abuelos mantienen con sus nietos, como, por ejemplo, la edad, el género o la cercanía geográfica, entre otras (Pinazo, 2006; Reitzes y Mutran, 2004; Triadó y Osuna, 2005). En este sentido, es importante destacar la influencia que los cambios evolutivos tienen en esta relación. Así, los vínculos entre abuelos y nietos no permanecen estables con el tiempo, sino que cambian a medida que ambos miembros se hacen mayores. Sin embargo, aunque contamos con descripciones de la relación en la infancia (Osuna, 2006), la adolescencia (Triadó, Martínez y Villar, 2000; van Rast, Verschueren, Marcoen, 1995) o la adultez joven (Giarrusso, Feng, Silverstein, y Bengtson, 2001) de los nietos, hasta el momento disponemos de pocas investi-

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gaciones que examinen este cambio evolutivo (una de ellas es, por ejemplo, Silverstein y Marenco, 2001). Entre los factores que pueden provocar un cambio en la relación, quizá uno de los a priori más importantes sería la entrada de los nietos en la adolescencia. Esta transición implica numerosos cambios, entre los que podemos contar la mayor importancia que adquieren el grupo de amigos y el ocio fuera del núcleo familiar y el incremento de la autonomía respecto a los padres y la familia. Todo ello puede hacer que las relaciones de los nietos con los abuelos puedan debilitarse en cierto sentido, tanto por este distanciamiento del núcleo familiar como por el descenso de la influencia parental en la relación, sobre todo si los padres jugaban un papel importante de puente entre las dos generaciones (King y Elder, 1995; Uhlenberg y Bradley, 1998). Sin embargo, aunque este cambio es probable, no está claro si afecta a todas las dimensiones de la relación o únicamente a algunas de ellas. De esta forma podríamos contemplar dos escenarios de cambio: • Uno de ellos, caracterizado por un descenso en las dimensiones más superficiales de la relación, como por ejemplo la frecuencia de contacto o el número y variedad de las actividades compartidas entre abuelos y nietos, mientras los aspectos más afectivos (intimidad, importancia atribuida a la relación, entre otras) o la satisfacción general con la relación permanecerían estables. • El segundo, caracterizado por un debilitamiento no sólo de la frecuencia de contacto y actividades compartidas, sino también de los aspectos afectivos y satisfacción con la relación a medida que los nietos avanzan por la adolescencia. Los estudios parecen dar mayor peso a la primera hipótesis ya que efectivamente, encuentran que la frecuencia de contacto y las actividades compartidas son menores a medida que los nietos se hacen mayores pero se mantendrían estables los aspectos más afectivos de la relación (Ross, Hill, Sweeting y Cunningham-Burley, 2005; Taylor, Robila y Lee, 2005). Sin embargo, no parece una relación simple ya que determinados cambios evolutivos que le sucedan al nieto (por ejemplo, casarse, ser despedido de su primer trabajo) parecen afectar a los aspectos más afectivos, de comunicación y valores compartidos entre abuelos y nietos (Mills, 1999). Para dar respuesta a esta encrucijada evolutiva, además, se debería tener en cuenta la importancia de las dos posibles perspectivas a partir de las cuales estudiar esta relación: desde la de los abuelos y la de sus nietos, partiendo de la base de que no tienen por qué ser coincidentes, a semejanza de lo que sucede con otras relaciones diádicas, como las relaciones de pareja (Henry, Miller y Giarrusso, 2005) o la relación entre padres y sus hijos adolescentes (Overbey y Pollina, 1995). Estas posibles discrepancias se pueden comprender mejor bajo el prisma de la llamada hipótesis del interés intergeneracional (intergenerational stake, Bengtson y Kuypers, 1971; Giarrusso, Feng y Bengtson, 2004), que remarca las diferentes perspectivas que las generaciones más jóvenes y más mayores emplean a la hora de abordar y evaluar su relación. Esta hipótesis sostiene que mientras para los mayores subrayarían la continuidad de sus valores en las generaciones más jóvenes y, por ello, estarían más comprometidos en la relación; en los jóvenes (y especialmente los adolescentes), el énfasis se encontraría en la adquisición de una autonomía respecto a los mayores. De acuerdo con ello, se espera que las generaciones más jóvenes valoren las diferentes dimensiones de la relación (como por ejemplo, el número y satisfacción extraída de las actividades compartidas, lo que cada generación aporta a la otra o la cercanía emocional) en términos menos optimistas que las generaciones mayores. Algunos autores (por ejemplo, Giarrusso, Stallings y Bengtson, 1995) argumentan que este efecto se debe a la diferente ‘inver-

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sión’ que cada generación ha puesto en juego en la relación. Debido a que esta inversión es mayor en las generaciones mayores, para mantener la consistencia (es decir, el sentido de que esa inversión ha merecido la pena y ha dado resultados), es también la generación mayor quien percibe la relación como más intensa y cercana. Aunque dicha hipótesis fue originalmente propuesta para caracterizar la relación entre padres e hijos, algunos autores sugieren que podría ser útil también para entender la relación entre abuelos y nietos y cómo cambia a partir de la adolescencia de éstos (Harwood, 2001; Silverstein y Long, 1998). En este caso, dado que los abuelos y abuelas por lo general han ‘invertido’ menos en la generación de los nietos de lo que han hecho los padres, parecería lógico que la magnitud del fenómeno del interés intergeneracional fuera menor entre abuelos y nietos que entre padres e hijos. Así, el examen de las coincidencias y discrepancias entre ambos puede ser especialmente interesante para conocer el grado en el que existen unas expectativas y comprensiones comunes en la relación. Sin embargo, pese a este interés, son muy escasas las investigaciones que abordan la relación entre abuelos y nietos desde esta perspectiva diádica, quizá debido a la dificultad en implicar en el estudio a parejas de abuelos y nietos (excepciones son, por ejemplo, los estudios de Block, 2000 o Harwood, 2001). Los resultados procedentes de estudios con díadas no sólo son escasos sino que tampoco aportan una visión homogénea respecto al fenómeno del interés generacional en la relación entre abuelos y nietos. Así, mientras Harwood (2001) encuentra que los abuelos valoraban la relación como mucho más cercana de lo que lo hacían sus nietos, lo que es coherente con la hipótesis del interés generacional; en el estudio de Block (2000) no existía discrepancia entre abuelos y nietos respecto a su evaluación de la cercanía e intensidad de la relación. Además, hasta el momento no se dispone de investigaciones que indiquen si este interés intergeneracional se manifiesta también en niveles superficiales de la relación, más ligados a la frecuencia de contacto o a las actividades compartidas, con lo que el cambio evolutivo en la relación abuelo-nieto, según la perspectiva adoptada, merece estudios con mayor profundidad. Precisamente esta comparación entre dimensiones diferentes de la relación adquiere importancia adicional en la medida en que dichas dimensiones son posibles determinantes de la satisfacción global con la relación. En concreto, se podría pensar que las dimensiones más afectivas (cercanía, ciertos tipos de apoyo) puedan influir más en la satisfacción que las dimensiones más superficiales (frecuencia de contacto, actividades compartidas), y que por lo tanto, una discrepancia en aquellas entre abuelos y nietos fuese más relevante que si únicamente las discrepancias se centrasen en estas últimas. La aplicación de una perspectiva diádica nos hace preguntarnos, además, si quizá un mismo nivel de satisfacción con la relación pueda estar influida por factores diferentes en los abuelos que en los nietos, aspecto que hasta el momento los estudios sobre el tema no han examinado. En resumen, los objetivos de nuestra investigación se dirigen a dar respuesta a las siguientes cuestiones: • ¿Disminuye en algún sentido la relación entre abuelos y nietos adolescentes a medida que éstos se hacen mayores? Y, si este cambio se da, ¿a qué dimensiones específicas de la relación afecta? • ¿Existen discrepancias entre la visión que tienen de la relación los abuelos, en comparación con la sostenida por sus nietos? Si estas discrepancias se obtienen, ¿son coherentes con la hipótesis del interés generacional, que indicaría una

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mayor valoración de las diferentes dimensiones de la relación por parte de los abuelos/as? ¿se obtienen principalmente en las dimensiones más superficiales, ligadas a la actividad y tiempo compartido, o en las más afectivas, vinculadas a la cercanía y la satisfacción con la relación? • ¿Cuáles son las dimensiones que afectan más a la satisfacción global con la relación? ¿Son estas dimensiones las mismas desde la perspectiva de los abuelos que desde la perspectiva de sus nietos? Método Participantes y procedimiento La selección de la muestra se inició a partir del contacto con personas mayores de 50 años asistentes a tres centros cívicos de la ciudad de Barcelona. Los centros cívicos son entidades abiertas a la participación de múltiples generaciones en el que se organizan actividades formativas (cursos, conferencias) y recreativas (bailes, juegos de mesa, entre otras), en cuya organización participan en numerosas ocasiones los propios asistentes. Se seleccionaron 80 personas mayores de 50 años que cumplían el requisito de tener nietos/as entre 13 y 19 años que, previa explicación de los objetivos de la investigación, accedieron a participar voluntariamente en el estudio. Una vez obtenido este consentimiento se preguntó por el número de nietos/as en esta franja de edad. En el caso en el que hubiese más de uno se seleccionó aleatoriamente aquel o aquella sobre el que contestar la batería de instrumentos utilizados. En cualquier caso, el nieto seleccionado debía haber tenido contacto con su abuelo al menos una vez en los últimos dos meses. A los abuelos/as se les informó de que la investigación era anónima (no se les pidió en ningún momento proporcionar su nombre ni la dirección) y que requería las respuestas de sus nietos/as a unas preguntas similares a las que a continuación se le formularían a él/ella. En el caso en el que el abuelo/a cumpliera estas condiciones, los investigadores procedían a aplicar los diferentes instrumentos de recogida de datos utilizados. Esta aplicación fue individual y siguiendo un formato de entrevista. En las preguntas que requerían una graduación en intensidad o frecuencia, el investigador leía el ítem y el participante debía señalar su respuesta en una hoja aparte que tenía impresa una escala graduada con las diferentes alternativas de respuesta. Una vez aplicados los instrumentos, se proporcionaba un sobre que debía proporcionar al nieto/a en el que había estado pensando al contestar la batería de instrumentos. El sobre contenía una hoja con los objetivos del estudio, las instrucciones para rellenar los instrumentos y una mención explícita al anonimato de las respuestas y a que aunque su abuelo/a había contestado unos instrumentos similares, en ningún momento ningún miembro de la pareja debía saber qué había contestado el otro. Los nietos/as debían introducir sus respuestas en un sobre prefranqueado, cerrarlo y hacerlo llegar a los investigadores, depositándolo en un buzón o bien a través de su abuelo/a, que lo dejaba en el centro cívico. Las respuestas de los abuelos/as y sus nietos/as estaban vinculadas a partir de un código alfanumérico único. De los 80 abuelos/as que contestaron, se consiguieron respuestas paralelas de 71 nietos/as. De estos, cuatro se descartaron por no encontrarse cumplimentados los cuestionarios en su totalidad. De esta manera, la muestra definitiva estuvo compuesta por 67 parejas. La edad media de los 67 abuelos/as fue de 73,77 años (d.e. = 6,51), mientras que la de sus nietos/as se situó en 15,8 años (d.e. = 3,51). El 11,9% de

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las parejas vivían en el mismo hogar. El estudio contó con 23 abuelos (34,3% de la muestra) y 44 abuelas (65,7% de la muestra). De los 67 abuelos/as, 28 (41,8% de la muestra) eran paternos y 39 (58,2%) eran maternos. En la muestra de nietos/as, 26 (38,8% de la muestra) eran chicos y 41 (61,2%) chicas. Entre los abuelos, el 56,7% eran casados, el 41,7% viudos y el 1,4% (un caso) divorciados o separados. Un 22,8% de ellos no tenían estudios formales, un 54,9% estudios básicos, un 19,4% estudios secundarios y sólo dos participantes (2,9%) habían cursado estudios universitarios. En el caso de los nietos/as, el 31,3% cursaban estudios secundarios, un 40,2% cursaba bachillerato y el restante 28,5% estaba en la universidad. Materiales Se elaboraron dos cuestionarios paralelos de elaboración propia (uno para nietos/as, uno para abuelos/as), con las mismas preguntas pero escritas desde una u otra perspectiva. Estas preguntas hacían referencia a cinco aspectos de su relación con el otro miembro de la díada: • Frecuencia de contacto: los participantes valoraron tanto la frecuencia de contacto cara a cara como la frecuencia de contacto telefónico o por otros medios. Ambas preguntas se contestaban en una escala de cinco puntos (diario, varias veces a la semana, semanal, mensual, menos de una vez al mes). Las puntuaciones obtenidas fueron posteriormente invertidas para que una mayor puntuación correspondiese a un contacto más frecuente. • Actividades de ocio compartidas: en este caso los participantes valoraron en una escala de cinco puntos (de nunca a muy frecuentemente) la frecuencia con la que compartían con el otro miembro de la díada cada una de las 10 actividades de ocio propuestas (conversar, pasear, jugar, cocinar, ver la televisión, ir de compras, asistir a espectáculos culturales o deportivos, visitar familiares, recordar el pasado, leer). Estas actividades de ocio se extrajeron de entre las más frecuentemente compartidas por abuelos y nietos de acuerdo a estudios anteriores (Kennedy, 1992b; Triadó et al., 2000). Dado que en los posteriores análisis se utilizó una medida combinada de las 10 actividades, se calculó el coeficiente de consistencia interna alfa de Cronbach. Este coeficiente se situó en 0,76 en el caso de los nietos/as y 0,79 en el caso de sus abuelos/as. • Nivel de intercambios: se propusieron preguntas para tres tipos de intercambios posibles. En primer lugar, un intercambio instrumental, que hace referencia a la ayuda prestada en actividades cotidianas y se evaluó a partir de cuatro ítems (preparar la comida, tareas domésticas, gestiones y recados e ir a comprar). En segundo lugar, dos ítems (dar dinero y regalar cosas) pertenecían a intercambios materiales. Y por último, tres ítems más hacían referencia a intercambios con un componente emocional mayor (hacer compañía, escuchar, dar consejos). En los nueve ítems, los participantes debían especificar la frecuencia de cada tipo de intercambio dos veces: una, las veces que se recibía del otro miembro de la díada; la segunda, las veces que se daba al otro miembro de la díada. En todos los casos, la frecuencia se estimaba utilizando en todos los casos una escala de tres puntos (nunca, algunas veces, muchas veces). • Cercanía: los participantes debían completar tres preguntas que hacían referencia a su percepción del grado de cercanía existente en la relación. En la primera, se estimaba el grado de intimidad de la relación, en la segunda el grado en el que el participante se sentía seguro en la relación y, por último, el grado en el que el participante creía que el otro miembro de la díada conocía sus sentimien-

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tos, deseos y actividades cotidianas, variables similares a las utilizadas anteriormente por Harwood (2001) para estimar la cercanía en la relación. En todos los casos, las respuestas se recogían utilizando una escala de cuatro puntos (nada, algo, bastante, mucho). La medida combinada de las tres variables alcanzó un valor alfa de Cronbach de 0,61 en el caso de los nietos/as y de 0,69 en el caso de sus abuelos/as. • Adicionalmente, los instrumentos utilizados contaban un último ítem en el que los participantes valoraban el grado de satisfacción con la relación, en una escala también de cuatro puntos (de nada a mucho). Resultados Para dar respuesta a la primera de las cuestiones que se plantearon en el estudio, referida a la posible influencia de la edad de los nietos en las diferentes medidas obtenidas de la relación, se obtuvieron correlaciones bivariadas. Sin embargo, debido a que diferentes estudios han mostrado que la edad del abuelo/a puede influir también en la relación que se establece entre éstos y sus nietos/as (ver, por ejemplo, Thomas, 1986) y a que esta variable tiende a correlacionar a su vez con la edad de los nietos/as, se obtuvieron correlaciones parciales entre la edad del nieto/a y las diferentes medidas de la relación, neutralizando el posible efecto de la edad de los abuelos/as. Los resultados los podemos examinar en la tabla I, tanto desde la perspectiva de los abuelos/as como desde la perspectiva de los nietos/as. TABLA I Correlaciones parciales entre la edad de los nietos y diferentes parámetros de la relación Perspectiva del abuelo

Perspectiva del nieto

Cara a cara Telefónico

-0,29 * -0,39 **

-0,20 -0,22

Actividades de ocio

-0,32 **

-0,37 **

-0,17 -0,34** -0,03

-0,19 -0,14 0,06

-0,01 -0,31 * -0,32 **

0,02 -0,18 -0,13

Intimidad Seguridad Conocimiento

-0,18 -0,28 * -0,25 *

-0,16 -0,14 -0,04

Satisfacción con la relación

-0,33 **

-0,21

Contacto

Apoyo ofrecido Material Instrumental Emocional Apoyo recibido Material Instrumental Emocional Cercanía

Nota. Se ha neutralizado el efecto de la edad del abuelo/a. * p < 0,05. ** p < 0,01.

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Como se observa, aunque la magnitud de las correlaciones es en general modesta, prácticamente todas son negativas, lo que indica que la tendencia es que un aumento en la edad de los nietos/as se relacione con una disminución en la magnitud de las diferentes medidas de la relación. Desde el punto de vista de los abuelos/as, esta tendencia es mayor y en ocasiones alcanza un nivel de significación estadística tanto en las medidas de relación más superficiales (contacto, actividades de ocio) como en aquellas de mayor componente emocional (apoyo, en especial el apoyo recibido, cercanía y satisfacción global con la relación). En el caso de los nietos/as, sólo se obtuvo una correlación significativa en el caso de las actividades de ocio, cuya frecuencia tendía a ser menor a mayor edad del nieto/a. El resto de medidas, incluidas el contacto, los intercambios, la cercanía y la satisfacción global con la relación, no presentaban correlaciones estadísticamente significativas con la edad del nieto/a. Adicionalmente, también se llevaron a cabo pruebas estadísticas para evaluar el efecto del género (del nieto/a, del abuelo/a y de la línea familiar, materna o paterna) sobre las diferentes medidas de la relación entre abuelos y nietos. En cuanto a la perspectiva de los nietos, ninguna de las medidas fue estadísticamente entre los grupos de nietos y nietas. Sin embargo, el nivel reportado de frecuencia de contacto telefónico (t(66) = 2,718; p < 0,01), de intercambios instrumentales recibidos (t(66) = 2,680; p < 0,01) y de intercambios emocionales recibidos (t(66) = 2,563; p < 0,05) fue significativamente mayor entre aquellos nietos que evaluaban a su abuela, en comparación con aquellos que evaluaban a su abuelo. La línea familiar fue la variable que estableció más diferencias, siendo más intensa la relación con los/as abuelas maternas respecto a frecuencia de contacto telefónico (t(66) = 2,881; p > 0,01), sentimientos de seguridad (t(66) = 2,242; p > 0,05), satisfacción con la relación (t(66) = 2,179; p < 0,05) e intercambios emocionales, tanto recibidos (t(66) = 2,931; p > 0,01) como recibidos (t(66) = 2,516; p < 0,05). Desde la perspectiva de los abuelos, ni el género del nieto/a ni la línea familiar establecieron diferencias significativas con los aspectos de la relación tenidos en cuenta en nuestro estudio. Sin embargo, las abuelas obtienen puntuaciones medias más elevadas en la estimación del grado de cercanía (t(66) = 2,483; t < 0,05) y los intercambios emocionales recibidos (t(66) = 2,124; t < 0,05). Para examinar el segundo de los objetivos, dirigido a examinar las discrepancias entre las percepciones de los dos miembros de la pareja, se procedió a contrastar la visión de abuelos/as y nietos/as mediante pruebas t de diferencia de medias para muestras relacionadas. Estas medias pueden observarse en las figuras 1, 2 y 3. En el caso del contacto, los nietos/as tienden a estimar tanto el contacto cara a cara como el telefónico como más frecuente de lo que lo hacen sus abuelos/as. En ambos casos, estas discrepancias alcanzaron significación estadística (t(66) = 2,442, p < 0,05 en el primer caso, t(66) = 3,445, p < 0,01 en el segundo). En la misma figura, también se aprecia cómo las actividades de ocio compartidas fueron en general puntuadas con una frecuencia muy baja. Tomando la puntuación media de todas ellas, los nietos/as también se muestran más optimistas que sus abuelos, estimando las actividades de ocio compartidas con una frecuencia significativamente mayor (t(66) = -4,569; p < 0,001). Estas diferencias existen también en las dos únicas actividades de ocio cuya media superaba el valor 3, que fueron conversar (t(66) = -4,744; p < 0,001) y ver la televisión (t(66) = -3,267).

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FIGURA 1 Discrepancias en las puntuaciones medias entre abuelos y nietos en cuanto a frecuencia de contacto y actividades de ocio 5

4 Abuelo/a 3

Nieto/a

2

1 Contacto cara a cara

Contacto telefónico

Actividades de ocio

En el caso del apoyo, en la figura 2 se ha contrastado la percepción de los abuelos/as del apoyo ofrecido (o recibido) con la que tenían sus nietos/as del apoyo recibido (u ofrecido). Se observa como, en general, la corriente de apoyo va más de los abuelos/as a los nietos/as que viceversa, especialmente en los casos del apoyo instrumental y material. Aunque las discrepancias entre puntos de vista no son muy acentuadas, cuando se dan también implican que los nietos/as tienen una visión más optimista de la frecuencia de estos intercambios de ayuda. Las diferencias estadísticamente significativas se encuentran en las estimaciones de apoyo instrumental (t(66) = 2,850; p < 0,01) y emocional (t(66) = 2,124; p < 0,05) ofrecido por los abuelos/as y recibido por sus nietos/as, así como en el apoyo emocional (t(66) = 3,516; p < 0,001) prestado por los nietos/as y recibido por sus abuelos/as. FIGURA 2 Discrepancias en las puntuaciones medias entre abuelos y nietos en cuanto apoyo recibido y ofrecido hacia el otro miembro de la díada 3

Puntuación media

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2 Abuelo/a Nieto/a

1 Instrum.

Material

Emocional

Abuelo/a da, nieto/a recibe

Instrum.

Material

Emocional

Abuelo/a recibe, nieto/a da

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En contraste con estas discrepancias, en las medidas vinculadas a la cercanía de la relación, así como en la satisfacción global con esta relación, no se obtuvieron diferencias significativas entre la perspectiva de los abuelos/as y la de sus nietos/as. Las puntuaciones medias en estas variables pueden verse en la figura 3. FIGURA 3 Discrepancias en las puntuaciones medias entre abuelos y nietos en cuanto a aspectos emocionales/afectivos de la relación abuelo-nieto 4

Puntuación media

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3 Abuelo/a Nieto/a

2

1 Intimidad

Seguridad

Conocimiento

Satisfacción

Por último, respecto al tercero de los objetivos del estudio, referido a la influencia de las diferentes variables medidas de la relación entre abuelos/as y nietos/as en la satisfacción global con esta relación, se llevaron a cabo dos análisis de regresión lineal, uno con las variables tomadas desde la perspectiva de los nietos/as, el segundo idéntico pero desde la perspectiva de los abuelos/as. En ambos se siguió el método por pasos (stepwise), permitiendo entrar las variables en la ecuación de regresión si alcanzaban una p < = 0,05 y eliminando posteriormente aquellas que superaban una p > 0,10. Los resultados se observan en la tabla II. En ambos casos (tanto para los nietos/as como para los abuelos/as), el aspecto fundamental que parece determinar la satisfacción global con la relación es la cercanía, que aparece como factor muy significativo para ambos. Para los abuelos/as es, junto con la edad del nieto, la única dimensión estadísticamente significativa. En el caso de la satisfacción de sus nietos/as también alcanza la significación estadística el grado en que perciben recibir apoyo instrumental por parte de los abuelos/as. Adicionalmente, se obtuvo la matriz de correlaciones de las variables que entraron en el análisis de regresión como potenciales predictoras de la satisfacción. En el caso de los abuelos se obtuvo que cercanía presentaba una correlación negativa estadísticamente muy significativas con la edad del nieto (r = -0,352; p < 0,001), mientras que su correlación era positiva con las actividades de ocio compartidas (r = 0,507; p < 0,01) y el intercambio emocional ofrecido (r = 0,411; p < 0,01). En el caso de los nietos, la cercanía también correlacionaba negativamente con la edad, pero esta vez con la edad del abuelo (r = -0,326; p < 0,01), y lo hacía positivamente con las actividades de ocio (r = 0,653; p < 0,01), el intercambio emocional recibido (r = 0,532; p < 0,01) y el ofrecido (r = 0,462; p < 0,01).

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TABLA II Predictores signitivativos de la satisfacción de los abuelos y de los nietos Variable dependiente

Variables predictivas

R2

Cambio en R2

Beta

Modelo F y significación

Satisfacción de los abuelos Satisfacción de los nietos

Cercanía Edad del nieto/a Cercanía Ayuda instrumental recibida

0,202 0,278 0,391 0,492

0,202 0,076 0,391 0,101

0,102 -0,099 0,310 0,500

F(1, 66) = 10,118** F(2, 65) = 7,523** F(1, 66) = 26,309** F(2, 65) = 19,342***

Nota: las regresiones incluyen en ambos casos como variables predictoras el género del abuelo/a, el género del nieto/a, la línea familiar, la edad del abuelo/a, la edad del nieto/a, el contacto, las actividades de ocio compartido, los diferentes tipos de apoyo y la cercanía. Se especifican sólo las variables predictoras con peso estadísticamente significativo. ** p < 0,01. *** p < 0,001.

Discusión El primer objetivo del estudio se dirigía a examinar las posibles tendencias de cambio en diferentes dimensiones de la relación entre abuelos/as y nietos/as. Un primera aproximación a la cuestión es que el cambio, si se presenta, toma una dirección homogénea: a medida que el nieto/a se adentra en la adolescencia la intensidad de la relación con sus abuelos/as es menor, lo que por otra parte es coherente con la literatura sobre el tema (por ejemplo, King y Elder, 1995; Uhlenberg y Bradley, 1998). Sin embargo, la toma en consideración de una doble perspectiva (la de los nietos y la de sus abuelos) hace esta respuesta más compleja, dado que tanto la magnitud como las dimensiones del posible cambio son diferentes en abuelos/as y en sus nietos/as. Así, mientras en aquellos el cambio se ajusta a un modelo más global, en el que todas las dimensiones, tanto las superficiales, ligadas al contacto y la actividad conjunta, como las más vinculadas a lo emocional o la propia satisfacción con la relación, tienden a descender (aunque ciertamente de manera modesta), desde la perspectiva de los nietos/as la estabilidad es la nota dominante, y sólo encontramos una relación con la edad significativa en el caso de la frecuencia de actividades de ocio compartidas. Estos resultados son coherentes con un patrón evolutivo en el que para los abuelos/as el hecho de que sus nietos se hagan mayores implica una percepción de cierto alejamiento, no sólo efectivo, sino también emocional, lo que contrasta con algunos de los resultados procedentes de estudios previos. En cambio, los nietos/as, a medida que se hacen mayores, sí pueden percibir este alejamiento efectivo pero no un alejamiento emocional de sus abuelos/as. Así, resultados de estudios previos que enfatizan la estabilidad de la relación (ver, por ejemplo, Ross et al., 2005 o Taylor et al., 2005) son coherentes con la perspectiva de los nietos de nuestro estudio, pero no con la de sus abuelos. En referencia al segundo de los objetivos propuestos, y a diferencia de los pocos estudios que han examinado la cuestión (por ejemplo, Harwood, 2001), las discrepancias encontradas entre abuelos/as y nietos/as no parecen apoyar la hipótesis del interés intergeneracional, especialmente si este interés se concreta en una visión más optimista de la relación (y especialmente de la cercanía en la relación o de la satisfacción con ella) por parte de los abuelos/as. Los resultados obtenidos muestran que estas valoraciones son equivalentes en ambas generaciones. En todo caso, las diferencias se producen en los aspectos más superficiales, ligados al contacto, a las actividades de ocio o ciertos aspectos del apoyo que se prestan mutuamente. Sin embargo, estas discrepancias van en la dirección contraria a lo esperado de acuerdo a la hipótesis del interés intergeneracional ya que

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son los nietos/as los que perciben más contacto, más actividades de ocio y más apoyo que sus abuelos/as. Estos resultados no esperados abren interesantes vías de exploración respecto a las razones que pueden justificarlos. En primer lugar, se ha de tener en cuenta que la hipótesis del interés intergeneracional no había sido referida hasta el momento a valoraciones sobre el contacto, la actividad o el apoyo, y que en todo caso su magnitud en el caso de la relación entre abuelos/as y nietos/as podría ser menor que en el caso de la relación entre padres e hijos, el contexto en el que planteó originalmente. Por otra parte, nuestra muestra estaba compuesta por parejas que tenían una buena relación (como se observa a partir de las altas puntuaciones en satisfacción desde ambos puntos de vista), y quizá el fenómeno del interés intergeneracional pueda mostrarse especialmente en el caso de relaciones donde haya algún miembro que pueda no estar tan satisfecho con esa relación. La visión menos optimista que muestran los abuelos/as respecto al contacto, a las actividades de ocio o ciertas variedades de apoyo podría también reflejar un cierto grado de ‘queja’ respecto a cómo es o ha evolucionado esta relación, indicando una demanda de más interacción en este sentido con sus nietos/as (aunque, como veremos, esto no afecte a su valoración de la satisfacción con la relación). Estas interpretaciones tentativas necesitan, sin embargo, nuevos estudios que evalúen su pertinencia. Además de las implicaciones evolutivas, nuestros resultados muestran algunos efectos del género, siempre favoreciendo la idea de una mayor intensidad de la relación entre las parejas con mayor componente femenino. Así, los nietos valoran la satisfacción con la relación y algunos de sus componentes emocionales como más elevados en sus abuelos/as maternos que en los maternos, mientras que las abuelas perciben más cercanía y recepción de intercambio emocional con sus nietos/as que los abuelos. Esta particular intensidad de las relaciones femeninas en la relación entre abuelos/as y sus nietos/as es un resultado frecuentemente reportado por la literatura sobre el tema (ver, por ejemplo, la revisión de Pinazo, 2006). En relación al último objetivo, los resultados apuntan a que los aspectos más vinculados a lo emocional son los más determinantes en la satisfacción con la relación. En este sentido, hemos de tener en cuenta que el intercambio emocional, aunque no aparece como predictor en la regresión, si correlaciona muy significativamente con la cercanía emocional. Los indicadores más superficiales, como la frecuencia de contacto, parecen importar mucho menos, mientras aquellos aspectos que se sitúan entre ambos, como el grado de apoyo, son importantes (especialmente el apoyo recibido) para los nietos/as, pero no determinan la satisfacción con la relación de los abuelos/as. En el caso de las actividades compartidas, aunque no parecen predictores relevantes, su alta correlación con la cercanía hace que tengamos que tomar este resultado con prudencia, pues su exclusión como predictor podría deberse a un efecto estadístico Una vez más, la toma en cuenta de una perspectiva generacional aporta interesantes matices para caracterizar la relación entre abuelos/as y nietos/as. La satisfacción con la relación es, por así decirlo, más incondicional en el caso de los abuelos, en la medida en que no depende ni del contacto, ni de la actividad conjunta ni siquiera del grado de apoyo ofrecido o recibido a o de sus nietos, sino únicamente de la cercanía emocional con ellos y de la edad. En cambio, en el caso de sus nietos/as los resultados parecen sugerir que, además de esa cercanía emocional, lo que reciben de sus abuelos/as sí es un factor que influye en la satisfacción con la relación. Tomados en conjunto, nuestros resultados remarcan la importancia de disponer de datos de parejas si queremos profundizar en las relaciones interpersonales.

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Como hemos observado, en ocasiones la versión de una de las partes puede no ser coincidente con la versión de la otra, y el análisis de estas discrepancias y concordancias aumenta nuestra comprensión de la relación y posibilita tener en cuenta nuevas hipótesis respecto a sus fuentes de influencia y tendencias de cambio. Por último, es importante tener en cuenta también que el presente estudio presenta una serie de limitaciones que hacen aconsejable tomar con precaución algunos de sus resultados. La primera y más obvia limitación está referida a la naturaleza transversal de su diseño, que no permite derivar conclusiones en forma de verdaderos patrones evolutivos de cambio. Para hacerlo, necesitaríamos datos de carácter longitudinal, lo que por otra parte añadiría una dificultad más a la ya de por sí costosa tarea de encontrar parejas dispuestas a participar. En segundo lugar, el relativamente escaso número de parejas con los que cuenta el estudio limita la generalización de los resultados obtenidos a otras muestras diferentes. La extracción de la muestra de abuelos y abuelas de un entorno muy determinado (un centro cívico) y su relativa feminización (más presencia de abuelas, nietas y abuelos/as maternos) también inciden en esta limitación. Por otra parte, y pese a que el estudio, a diferencia de muchos otros que encontramos en la literatura sobre el tema, incorpora un elemento de azar en la selección del nieto/a que forma parte de la pareja, no elimina del todo el sesgo producido por el hecho de tener que contestar sobre nietos/as con los que se tiene una relación relativamente frecuente. Así, es razonable pensar que nuestra muestra de parejas mantiene una relación más estrecha que el promedio. Aunque es difícil estimar la magnitud de este sesgo, nuestras conclusiones difícilmente se pueden generalizar a parejas con relaciones lejanas o insatisfactorias.

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