ANÁLlSlS
DEL DlSCURSO: TEORÍAS, MÉTODOS Y ÁREAS DE ESTUDIO
Coordinadoras
/ IRENE FONTE ZARABOZO
y LID[A RODIUGUEZ
I
ALFANO
TEMA CENTRAL
•Investigador y objeto: una extraña/da intimidad /
TERESA
ISSN·0185·4259
CARGÓ
I JUJ ¡II lA I IAI!
•La refutación argumentativa y el componente patémico: modelos analíticos
•Verbos de actos de habla y modalidad: una mirada desde el análisis de discurso /
)Alt
ANÁLISIS DEL DISCURSO:
SAHA
ISABEL P8REZ
•Acercamiento teórico crítico al discurso de las mujeres I •Lenguaje
y
LIDIA
emociones. Un terna marginal de la lingüística /
RODRIGUEZAl
TEORÍAS, MÉTODOS Y
FANO
ÁREAS DE ESTUDIO
LAURA A. HERNÁNI)]lZ MAI( J·rNJií',
•Algunas diferencias en las narraciones de hombres y mujeres dentro del corpus dc"Hl11.lhl.l Monterrey"
~PALAPA 53
de
/ CLAUDIA REYES TRlGOS
·EI desarrollo de la capacidad para enmarcar los eventos de una narración /
KARINA
I lliss
ZIMMERMANN +
Operaciones
argumentativas
ALIClA V ER6NICA SANCHEZ
•Construyendo
dentro de la descripción de procesos en "El habla de Monr
(.'I'I'(.'y"
I
MARTíNEZ
la historia a través de las noticias: un caso de político fugitivo
IIRI':NfI
FONTJl.
ZARABOZO y RODNEY WILLIAMSON • Cuando
el PRl
se publicó,
ya no estaba
allí •••/
EVA SALGADO ANDRADE
de la década de los ochenta en México I
-Cine hecho por mujeres en el discurso periodístico MARlCRUZ
CASTRO
RlCALDE
• Más allá de la muerte, la representación de la imagen de la mujer en el cine mexicano de los a(los treinta / ROXANA L. FOLADORl ANTÚNEZ -La construcción +
oracional en el diálogo I
PATRICIA C6RDOVA ABUNDIS
Algunos marcadores discursivos característicos
I
del habla de los adolescentes mexicanos
NrKTELOL PALACIOS +
"Haciendo a un lado": gestos de desconfirmación
en el habla mexicana /
ROSA GRMWI,A
MONTESMIR6 + +
Análisis interdisciplinario
del discurso artístico: la herramienta
didáctica I I IPI ,HNA Bl'IlIS
El code~switching en dos cuentos de escritoras chicanas: un análisis conversncicool ZJllANNA
rAIN
M.
ZEROMSKA
-Triptico rizomático: exploraciones en discursos visuales / •La arquitectura
de un rito /
ROSE LEMA
LAHAUll
ll'Auc t
PEDRO PAZ ARELLANO
OTROS TEMAS
•La política exterior japonesa y la retórica del rearme IlsAMl
!tOM1'IH)I
le
1~,IIIN'I
-El modelo asiático y la inversión extranjera directa, clllncin In ocddt'nlulhll' DELIA MONTERO
11\11d..llllll,j.
111' I
C.
• (Ilobnliznción, neoliberalismo y In ll'isis IISiÁtlrlllln iruer-n,u inn,tl/IAIMP PurANA P"IIIU tilA
1",k".I"""IS/\
11(',('Nhl~HI dt'
.11.11/\. /\11(' .1',,1:->,[
IIn
tlUnll,"
.1 r u
IIII,IUI
h'ill
., U¡ONO
o
Srnirh. Dorochy 1990
Texts, faas and feminity (Exploring the relations of ruling), Londres, Routledge.
Van Dijk, Teun A. 1980a Texto y contexto (Semántica y pragmática del discurso),Cátedra, Madrid [1977J. 1980b ~~~w 1971
Estructuras yfunciones del discurso,Siglo
Editores, México [1978J.
]ulieta Haidar*
~ "Ideología y comunicación de masas: La semantización de la violencia polínca", en Eliseo Verón y
1987 1991
XXI
La refutación argumentativa y el componcntc patérnico: modelos analíticos
OtrOS,
Lenguaje y comunicación social, Editorial Nueva
Visión, Buenos Aires, pp. 133-191. Construir el acontecimiento, Gcdisa, Barcelona. La semiosis social (Fragmentos de una teoría de la discursividad), Gedisa, Barcelona.
Verscbueren, Jef 1999 Understanding Pragmatics, Arnold, Londres.
IrTAPALAPA ,~\~IIIIW/llr IfljOS
En este trabajo analizamos algunos aspectos del debate desarrollado entre el Estudiantil Universitario (CEU) y la Recroria de la Universidad Nacional Autót~IIIII,1dl' México en enero de 1987 durante casi 40 horas, porque constituye una coyuntu'.1 1, md.uncnral del movimiento estudiantil de esa época. Dividiremos la exposición en lt"llu~lLicl1tesapartados. En primer lugar, realizamos un recorrido teórico-metodológico p,II.1 homologar los modelos argumentativos en torno a dos núcleos: la refutación y la ,,,Ji', "1,,, En el campo de la argumentación, la primera no se consideraba como un [un• nm.unicntc importante porque se privilegiaba la persuasión, el convencimiento. Del ",IMIIlO modo, el componente emocional no estaba integrado a las preocupaciones analíticas. 1;'1 1.1 rcfundación del campo argumentativo, planteamos que es fundamental considerar l.. uhu.ición (campo de la polémica) y la emoción (dimensión de lo pasional), para 1111111'1 construir modelos operativos transdisciplinarios de elevado valor heurístico. En "f'H!IIIIJO lugar, presentamos resultados de la refutación argumentativa y del componente
It.'lIIlIlllCII: ( IIII/U'IO
rruuciona] en el debate mencionado. 1'.,1.11)1':15 clave: discurso, argumentación, consenso, erística, emoción.
Introducción
E
n
este trabajo, hacemos un recorrido teórico-metodológico y analítico para homologar
los diferentes
modelos argumentativos
en torno a dos
núcleos: la refutación y la emoción. Para cumplir con este objetivo tuvimos que hacer varias adecuaciones, porque en muchas definiciones de la macrooperación discursiva argumentativa la refutación no es considerada como un Profesora invesrigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. División de Posgrado. Correos electrónicos:
[email protected]@prodigy.net.mx
32
FECHA DE RECEPCIÓN 03/03/03.
IZTAPALAPA
FECHA DE APROBACIÓN 09/06/03
53 .. ANO 23 .. PP. 33-50
IZTAPALAPA S3 • ANO 23
funcionamiento
+ JULIO-DICIEMBRE
importante.
DE
2002
LA REFUTACIÓN
En efecto, en el canlpo de la argumentación
legian las funciones de la persuasión y del convencimiento dada de manera tangencial, colateral.
se privi~
y aquélla sólo es abor-
ARGUMENTATIVA
1I',II.·omodan y las otras funciones ',11
ivn y al componente
patémico
Y EL COMPONENTE
PAT¡;MICO:
MODELOS ANALÍTICOS
se adecuan en torno a la refutación (emocional).
argumen-
Sin embargo, también
funciona
lr persuasión, pero con los auténticos receptores para cada uno de los dos sujetos
Sin embargo, queremos establecer que, en la refundación del nuevo campo de la argumentación, es importante considerar el conflicto, la confrontación y el debate, ya que lo polémico y lo erístico son funcionamientos más recurrentes que el consenso en la mayoría de los foros discursivos, Esta incidencia y presencia contundente de la refutación argumentativa explica por qué, en el mundo actual, abarca un mayor espacio que el pretendido consenso o diálogo, afirmación que
que polemizaron
• '1IC'CclVOS
desde la erística, desarrollando,
I "1~I.nnsin solución, sin posibilidad I,.¡lógica de desarrollo 11Wlll1cntativa
por lo tanto, una
de consenso.
de este trabajo contiene tres núcleos: 1) la refutación
(problemáticas,
2) el componente emocional y el compo~
categorías, modelos);
categorías, modelos) y 3) la refutación argumentativa emocional en el debate csu-Receo-ía.
( 111I \hlcmáticas, 111'1111'
aplicamos tanto en lo micro como en lo macro. Además, es pertinente destacar que tanto desde la perspectiva de la persuasión como desde la del conflicto el componente
patémico (lo emocional, lo pasional) está presente de manera explícita
o implícita. Las adecuaciones
reórico-rnerodológicas
fueron realizadas en los niveles analí-
ticos, en las categorías y en otros aspectos que así lo requirieron. Una de ellas se relaciona, por ejemplo, con el cambio del nivel microanalírico al macroanalítico,
y cuando así lo permitía el modelo, como ocurrió con muchos postulados de Ducrot
y Anscombre, entre otros,
sarrolló en enero de 1987 en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM),
constituyendo una de las coyunturas más importantes de este movimiento esrudiantil universitario. Uno de los puntos significativos que contrastamos es el objeto discursivo nuclear que para el CEU es la democracia universitaria, mientras que para la Rectoría son las riformas universitarias; asimismo exponemos
las variaciones
entre los objetos discursivos, que se mueven en el juego de los explícitos e implícitos, con determinadas consecuencias significativas como son las modificaciones en las estrategias de refutación, el uso hiperbólico del componente emocional en los últimos días antes de la huelga estudiantil y la presencia continua de dos sucon los discursos, ha-
Por el grado que alcanzó esta polémica, el funcionamiento argumentativo canónico del debate es el de la refutación. Es decir, los procesos argumentativos se El conflicto de! Consejo Esrudianril Universitario (CEU) con la Rectoría de la UNAM se llevó a cabo desde 1986, alcanzando su puntO máximo con el debate entre estos dos sujetos colectivos a principios de 1987, durante casi 40 horas, llegando al fin a la declaración de huelga. La importancia de este movimiento estudiantil es innegable, porque por primera vez se sientan, en una interacción ccmunicnriva pública cara a cara, los estudiantes y los representantes de la Rcccorl.r.
\,1
1 '1Ircll'Í;1
de la refutación ya presenta numerosos
iluu
no tenía suficiente espacio en la refundación
'111('
Ill,llmente por la orientación
,'¡111t
~tllll','H.inte, ya
1
~I r
111' 1,
11_,111
avances, a pesar de que enuncia-
funcionamiento
del campo argumentativo,
de la retórica a lo persuasivo, a la manipulación.
se considera que el funcionamiento
Itlll,¡1constituyen
iiu!!
Para el análisis, utilizamos el macro corpus discursivo constituido por 40 horas del debate Consejo Estudiantil Universitario-Rectoría (cau-Recroría),' que se de-
jetos argumentadores-gladiadores, peleando continuamente ciendo uso de la violencia simbólica en todos los sentidos.
I " !'l' íuración argumentativa y sus estrategias
soportes fundacionales argumentativo
y el cognitivo~
lógico~retórico
para la refutación argumentativa.
se encuentra
en las situaciones
de polé-
dI' debate, en donde existe una problemática, una tesis o varias tesis para ti Y lograr vencer, utilizando múltiples estrategias. En otras palabras, en
I I~'¡illl,¡ciones canónicas, la operación discursiva fundamental 111111
es la refutación,
Ic'deriva algo peculiar porque antes éste era el funcionamiento
que definía
1'"11 ntls ;ll'gumentativos. Con todo, en las posiciones contemporáneas amplias y restringidas de la argumentación
!11'1111'111 rr las concepciones
conlleva de una u otra forma esta macrooperación
111'1 dl,IIIIII'Sl1
I ,11,
ntt,lIt'gias
de la refutación
y cual-
discursiva.
pueden ser explícitas o implícitas.
entre estas dos dimensiones,
'111111111\10
hay un
Existe un
cuyo uso depende de la mayor o me-
1111"11,".1.,.1 del debate. En realidad, en algunos tipos de discurso, como el
111" .. , "'''[r
un uso/abuso
hiperbólico
de la refutación,
porque la polémica
,111 M 1,0; l.1 r.irtcristicas definitorias y su funcionamiento explícito es más reHit !jlll' -luuplíciro, aunque esto se adapte y se modifique en función de las 111.nun producción y recepción, así como de los tipos y subtipos de discur-
I11 t
1'"
l'I,lull
1", 11
l•.I _PII
dI 'dd, II!!
jllt
1'111.10;
ílli~-os,entre otros. La hiperbolización n)ll(l'onLlcion(.'s discursivas
'1111111' Il1k
1,_11111
d~·(tHlIl'l¡ri[,i/nl"d.
del componente
predominen
Por otro lado, es interesante
ill1111llnr tn.u ucs difi.'I'l'J\ll'S de .irucrdo
polémico
los criterios de incom~ observar que
con las macrcopcracioncs
IZTAPALAPA
53 • AÑO 23 • JULIO~DIC1EMBRE
DE
2002
discursivas: no se reíura igual en la argumentación o la demostración.
.. que en la narración, la descripción
Por ejemplo, mientras en esta última se utilizan premisas axio-
máticas, científicas, en la primera
se recurre a los entimernas
que no sólo se permite en los discursos ordinarios, sencia ineludible
I.A
en cualquier
y sus innumerables
otro tipo de discurso.
estrategias
dependen
y a las falacias, lo
sino que constituye
una pre~
En síntesis, la refutación
de varios factores:
de producción,
circulación
- Los tipos de sujetos argumentadores,
y EL COMPONENTE
PATbMICO:
MODELOS ANALiTICOS
1983; Ducrot, 1993 y 1998; Anscorn, 1)", rot , 1983; Anscombre, 1995; Puig, 1991 y 2000; b) Toulmin, Rieke y ",1, 1')/'); Grize, 1982 y 1990; Vignaux, 1976 y 1991, Y e) Kopperschmidr, '11'1 'pll' rn su planteamiento posibilita homologar varias proposiciones tanto l. 1.11Ion ,1 los sujetos como con la polémica, con las tesis y con las estrategias
11,
lru .11
l'
IÚIl,
11.11.1
En estos tres bloques encontramos
.malizar la refutación
argumentativa
1'" 1 1.." "I~ctivos de este trabajo, presentamos
y recepción del discurso
que participan
ARGUMENTATIVA
" u " 11)1)9; Oleron, 1983; Maingueneau,
11'
~ Las condiciones
IUllóUTACIÓN
modelos que permiten
adecua-
desde nuevos ángulos, la propuesta de Kopperschmidt,
, 1ti wdt' observar en el cuadro 1.
con sus poderes
- El grado de tensión del conflicto o polémica ~ Por último, de si se inserta desde una perspectiva
dialéctica o erística.' CUADRO 1
Como hemos apuntado,
la refutación
las falacias, de los entimemas,
argumentativa
de las emociones/pasiones.
se retoma de los clásicos la preocupación
el campo de
Con Hamblin
(l970),
por los estudios de las falacias. Woods
(1992: 23) propone las siguientes consideraciones a) son argumentos
constituye
Modelo de Kopperschmidt
Sujeto
.------
sobre las falacias:
erróneos que ocurren comúnmente
,
o con una notable íre-
. ,
..
cuencia:
PR (rol proponente)
....
T (tesis básica)
b) siempre envuelven inferencias
incorrectas,
o sólo algunos tipos;
c) son siempre argumentos que exhiben una peculiar disposición para la trampa PI {proargumenro) el PI PI PI PI
o para engañar¡ d) las falacias son importantes sión de la racionalidad,
porque tienen que ver con una cierta dimen-
que no es la de la lógica formal; constituyen
categoría de racionalidad
flexible, ligada a la vida cotidiana,
y
una
1
l:
sobreviven
porque en los discursos cotidianos, o naturales, no prevalece el pensamiento racional. ni 'l 1111." lunes de este importante
dlll!
Desde esta misma posición, Ulrich (1992) defiende las falacias, que anteriormente eran muy atacadas, sobre todo porque no son una excepción sino componen~
1.1.1""
más aceptadas
urru , }' dd
en estos últimos.
otros autores, por a) Fedoseiv
cuenta ya con varias propuestas
elaboradas,
It 11.
entre
y otros, 1982; Korarbínski, s/r; Quiroz y otros, s/f;
1.1introducción
111'1111':
tes constitutivos de todo discurso formal y natural, estando más presentes y siendo La teoría de la refutación
desde una postura transdisciplinaria,
.11 hllll'N,
l.,· "1.'.1
,1 .. "
01'011 ('11 te,
vr
~I
,'11
rcsis pl'otagónicas
I 01110 presentamos
2
Ir,
En este último tipo se ubica el debate cau-Rccroria.
I11I1111111 II1I 111.lylll'
1.1
valor heurístico,
y antagónicas,
con sus argumentos
y
en el cuadro 2.
1.'41111,,1111\.11 rones que integramos, l.
que nos permite con-
de una teoría objetiva del sujeto, la integración
el debate (el tri/ague y no el diálogo); la ubicación distinta del el señalamiento de partir de tesis nucleares que se
1'1111'11
.t',llttllllll\/'I,
autor, nosotros hemos agregado algu~
pensamos que lo postulado
del autor
ya que abarca aspectos que dan prolun-
:"LlII,,,, 1'1
IZTAPALAPA
53 • ANO 23 • JULIO-DICIEMBRE
DE
I.A REFUTACIÓN
2002
CUADRO 2 Propuesta de modificación
Sujeto
'1
.,
...
~.'
por e! silencio, en e! sentido de ignorar e! discurso de! atto. No
1,' ¡¡"¡-lItación por argumentos
de hecho. Esta es una de las esrrategias
más
hu-rtes, muy difíciles de rebatir y casi siempre irrefutables.
Tesis antagónicas
1 \ ¡¡.-!'liación por argumentos de autoridad; también son muy fuertes. 1'1 I{rl'rlt .ición de las falacias que están continuamente presentes en cualquier
el (contraargumento)
P 1 (proargumento) Pl Pl Pl Pl Pl
MODELOS ANALlTICOS
l't,11t.·renciadiscursivas.
1 (tesis nucleares) ~
Tesis proragónicas
PAT¡;MICO:
gllmentación utilizada . 11 I("rlltar evidenciando las contradicciones en la argumentación del advcr•. u-ío. Esrrategia bastante eficaz porque son fundamentales la lógica y la
O (rol oponente)
PR (rol proponente)
Y EL COMPONENTE
lit' silencia para otorgar sino para ignorar y disminuir la importancia . 111. I(('[ormulación de los argumentos o de las resis contrarias a favor de la ar-
Sujeto
.~
;,¡¡¡. ~
I(dlltación
ARGUMENTATIVA
1
el el el el el
i1,
....
II sru I'SO, de particular importancia en el político, y que generalmente l' pueden evidenciar con un análisis exhaustivo.
sólo
I¡,.¡[". uión en las dimensiones paraverbales y no verbales. Aspectos poco consi,1,·,.uI"s en los modelos analíticos, a pesar de su importancia (Haidar, 2002) .
Sujeto (rol del tercero) l'
A partir del estudio y del examen derallado de este debate, pudimos sintetizar las estrategias fundamentales de la refutación argumentativa, con lo cual no tenemos ninguna pretensión
I "', '1Iqt'IOSargumentadores, por supuesto, pueden hacer uso de todas estas 11,)'1,1'\ Y m.is, y lo que determina la fuerza de la refutación argumentativa es ! HIII'IIII' llll('
el oponente no halle contraargumentos
sólidos.
de agotar todas las posibilidades.
1, lIl1Illtllwntc patémico y sus estrategias Estrategias de la refutación argumentativa 1.
Descalificación
2.
en su representatividad, en su saber, en sus competencias, etcétera. Descalificación de la o las tesis principales del opositor, presentando contratesis
o un conjunto
1
,
una
4.
Refutación
de los implícitos
de las resis de! opositor.
,I!
rfu
Descalificación de los argumentos de las tesis principales del opositor, esgrimiendo refutaciones totales o parciales de manera explícita o implícita. Esta estrategia
más compleja, más sutil. Imputación de tesis o de argumentos que e! sujeto atribuye al oponente viceversa. Procesos en los cuales no hay un soporte de veracidad.
es
Creación de implícitos que no están considerados.
7.
Utilización de argumentos de distorsión. El uso de un argumento totalmente contrario distorsionando lo que se había planteado. Refutación por la ruptura de los silencios discursivos, de In prohibido.
111,11 qU('
tlll,
las emociones
en la actualidad.
no hayan sido consideradas,
En efecto, no popero su estudio
11'1111'
l'
nllll
y
luud.mrc, de mucha pertinencia
de b discusión contemporánea porque pertenecía al campo de 111/\1,11..1,111' 1.1 I'sirología, etcétera; sin embargo, los sentimientos y las pasiones ,,111[1 1111· 'f Y constituycn funcionamientos ancestrales de los seres humanos. jll}'
6.
S.
'1Ii1111
de contraresis.
3.
5.
IH
del opositor como sujeto, que se realiza de muchos modos:
Li 1111',plstn que empezar este apartado recordando la propuesta de Aristóteles '1'1" , .. , ('" en su interesante texto Retórica (Libro JI) (Aristóteles, 1971), dedi, ,1.1 1'll1th rones, porque a pesar de tantos siglos de distancia continúa siendo
1[1 tllll
111111\)
mencionarnos,
.1,¡"/lllr/)lh,
'1Ut·
ya integraba como una dimensión
actualmente
importante
se recupera con nuevos matices analíticos.
l' i", '1"'" oIrl "i~l" xx, Charles BalIy (1967 [1941]) ya proponía la función I~J" 1""1""'M, II"hlt-, (1979 r 1950]) la incorporaba en las tres funciones básicas "!:lU!" )' (1984) es quien las desarrolla en su famoso modelo de
'.d,,,¡',,,,,
1; ""
¡"", " '1' u- ,bl'lIi's
Rcboul
(1986 [1980]), con brillantez, analiza desde la
1, ). , 11,,,,J,,, i\,Jrll,.ls, no podernos dejar de mencionar el libro de Baudrillard
1'1
IZTAPALAPA
53 • AÑO 23 • JULIO~DIClEMBRE
DE
2002
l.,....
(1989), De la seducción y el texto de Greimas y Fontanille (1994), Semiótica de las pasiones. Estas anotaciones sólo tienen el objetivo de señalar que la emoción ligada, como lo racional, a los funcionamientos
subjetivos fueron consideradas
desde muchos ángulos, en especial en la producción
siempre,
artística. Lo ~teresante
es
que cuando regresa el componente emocional, a fines del milenio y siglo pasados, compite con la razón, como una dimensión también cognoscitiva (lo que constituye lo más novedoso y polémico), en este complejo planteamiento razón-emoción,
11,11,1 rXPQner algunas propuestas 1 11111'11
emocional,
olvidando
o ignorando
'!' '"" '1''' (1999: 282-283) P'
l"" 11'111\ lN SOStener desde nuestros criterios): I d l'IIHldólI Y la cognición son recursos discursivos que presentan una impliI u HUI mutua. Las acciones y los estados mentales son descritos y forrnu1.1110,'4 romo pensamientos, opiniones y emociones, de tal modo que existen
clásica, quizás
I 11111I 1()llt'S
En tal sentido, procedemos
de dos puntos básicos: el pathos aristotélico
a presentar
una definición
,1,
y
""I","sabilidad
, ,1 I ""drlr((l
de la psicología; sin que excluyentes. transdisciplinaria
¡I'HU
del
de lo in-
Las emociones
están ligadas a los saberes
I-,/h
lIt
r
I
1111111
proporcionan una narrativa y retórica honestas, el cálculo cognitivo que es considerado falso, insincero.
inmediatas,
';1 Non
con
rptn de emoción, como básicamente honesto y espontáneo,
1'1111111 IUI
corressólo n la concepción popular sino a resultados de investigaciones
1"'lllIli'llI.dt'S,
I
de la representación
1\ .1111 ,",.1",
11111111'11,'11
psico-
Las emociones producen efectos distintos de los funcionamientos pragmáti~ cos, cognitivos, axiológicos, ideológicos, pero no están despegadas de éstos,
'lO
sorinlcs.
el no inten-
y a las creencias.
Las emociones se inscriben en la problemática sociocultural.
que pueden
ntddo.'i
1']1 Ilulll.ISI(.·
controlable sino que también tienen un condicionamiento sociocultural. Y, por lo mismo, son garantía de un cierto grado de cohesión y del conflicto sociales. como en
como los sentimientos
¡IIterrlOS versus las actitudes externas: lo privado (sentimientos) 111 público (expresiones, etcétera). 1 ,1jlllllr\t¡l (l'.~I'0fltáneo) versus lofalso. Las reacciones emocionales, particular¡h
nu
Las emociones operan tanto en un orden intencional cional, en la dimensión inconsciente.
a la emoción
acciones.
1'111.15
i'+
j
destacar las siguientes
no se derivan sólo de la pulsión, de lo irracional,
racional.
III,rl/",1 versus lo moral. La dimensión inconsciente, automática versus los
j.!
análisis discursivo-semiótico características: Las emociones
emocionales.
emocional como una acción controlable o una reacción pasiva. En esta se considera
1'llIllIlI'SI:\
¡IIIIIOH
Podemos
cognitivas derivadas de experiencias
I 1/ "/1111(,/611 Y la cognición entendidas como lo irracional versus lo racional. Las no son exactamente irracionales, ya que existe una parte integral
componente emocional o parémico, cuya construcción recurre a varias disciplinas e interdisciplinas: la psicología, la sociología, la antropología de las emociones y el de las emociones.
propone el siguiente conjunto de contrastes retóricos sistematización sobre el discurso emocional (tipo que
una determinada
I ti III~~I ,11
En sus investigacio-
la propuesta
la emoción desde la filosofía y las categorías provenientes embargo, las posiciones actuales son más complementarias
en las prácti-
I ,IW,II.I" (1997), en su libro Discourse and cognition y en otro articulc'Bmorion
en todas las prácticas semiótico-discursivas, en mayor o menor grado. De este modo, los diferentes estudiosos trazan sus rutas y categorías analíticas, mismas partiendo
de análisis de este componente
I!!I" ,[",'111, Y que ha explorado las emociones y la gestualidad con investigaciones !~I 1 uur 1u.rlcs de las interacciones comunicatívo-pragmáticas, desde los años setenta.
111II/'W(UL'ncias
contrastar
MODELOS ANALÍTICOS
En primer lugar, destacaremos los aportes fundantes de Jacques
porque en el filósofo griego lo paté mico estaba presente sólo en algunos tipos de discursos, y actualmente se postula y se defiende que este componente se halla
que podemos
PATÉMICO:
ico..discursivas, seleccionamos a ciertos autores que discuten la emoción
i' , " , .luncnsión.
nes hay una preocupación básica: encontrar las formas para estudiar el pathos aristotélico, que muchos no tratan desde esta perspectiva, sino sólo lo señalan como el componente
y EL COMPONENTE
I 1'" ", , (1994) que, desde la psicologia, es uno de los pioneros en el análisis de esta
del conttnuum
Para el análisis del componente emocional existen otros desarrollos además de los mencionados, en donde se destacan autores como: Cosnier, Edwards, Woods, Ulrich, Eggs, Walton, Gilbert, Parret, Plantin, Charaudeau.
1I1;I'UTACIÓN ARGUMENTATIVA
¡·Il('¡wl'lol'io conceptual de las emociones ofrece una extraordinaria
I!fllI
acciones, reacciones, disposiciones, motivaciones y otras nl¡)gÍl":¡spueden ser reunidas en las narrativas y en las explica-
I ÚlllO!;¡S
I (l,1 h ,1'" ¡'Kil
,l." 101M 1'1 ,\, ti~.1N IHlm3n;¡S. En otras palabras, necesitamos
111'011111111 1111,1 110 ,'.,
pr.h
t ir.1
Y
11111M 1111"111,11.,/'1
abordar
al
soci.il, pero no s610 como una expresión mental sino
pr'(.'gUl11.lrSC
por
sus
causas
(Edwards, 1999: 288).
'11
IZTAPALAPA
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DE
2002
I,A IlEFUTACJÓN
La otra explicación que encontramos bastante sistematizada sobre la relación discurso/emoción es la de Plantin (1997) que, considerando varias tendencias, sintetiza las reflexiones sobre este binomio. El análisis del discurso emotivo (que anteriormente encontramos como lo emocional y que tampoco podernqs aceptar como un tipo) está basado en tres nociones lingüísticas:
I
1. El concepto de emoción o de sentimiento. ción, desde los susrantivos y los adjetivos hasra los verbos. Este enfoque léxico, que privilegia las designaciones sustantivas, se encuentra igualmente entre los psicólogos que, a partir de la noción de emoción de base, proponen clases de susrantivos de emoción muy comparables (Cosnier, 1994). 3. El enunciado de emoción. La gramática generativa se interesa por los verbos de sentimiento o psicológicos, que son considerados en tres clases: 1) amar, despreciar; 2) impresionar, etcétera, 3) complacer, disgustarse, entre otros.
Un enunciado de sentimiento es pues definido como un enunciado predicando un término de emoción de un lugar psicológico (Planrin, 1997: 83).
Por ejemplo: "Los niños asertivo, sin ningún
las fuentes de la piedad
t1.11ro: :1) ellos son niños; b) son niños que mueren; e) son niños que mueren 11, 1 ,bi,'''') Y d) las causas de la muerte son el hambre y la sed. Con relación a este t¡ 111"1)1, rlrnunciado sería sólo asertivo si se utiliza como una muestra de estructu1
11111,11, sin contexto, pero, si pertenece a algún discurso, entonces no puede
! tu 11
d carácter contastativo (según comentarios de Luisa Puig) , I 11",j[ 11csis, existen dos modos de detección del funcionamiento de las ernocio-
'¡II,!'I V.II
"1
• ti 1,1 i Iiscurso: 1) las emociones que son reconstruidas con base en las descrip111111 ItllwHsticas de estados emocionales convencionales, marcados en el lé-
")' 1"11 1.[gr"l11ática y 2) los otros modos basados en cualquier enunciado que "11111' rxplícita la emoción, En otras palabras, en el primer caso, uno accede a la
1'01 sus consecuencias (argumentación
indicial) y en el segundo por sus I!~I ,,11111 lo cual se pueden plantear las emociones suscitadas e inducidas, entre " 11'I.II1Iil1,1997:87). ," ( 1(100)plantea una tópica de las pasiones, semiología de las pasiones, ética de 111",'
l Jn modelo basado en los escenarios, es decir, en los tipos de interac-
111111tllli";ltivasque están siempre ya construidas,
¡¡;tI
evaluadas, modificadas
""~IIIIIII.L'i por los mismos sujetos, Este constituye un modelo complejo I\ttrll.· "u'rvil' de marco teórico para la investigación de la expresión y para las 1" 11. I,I~p,lsiones en las interacciones comunicativas concretas; de ahí, la ine-
hl,,,"
l.
III,dul.ld de Aristóteles.
Pero en este modelo, como en los otros, falta a
el componente
pasional con la refutación argumentativa, realizar en el tercer apartado de nuestro estudio,
~llr.11 ,11~11111l1()d(.) intentamos
Formas del enunciado de la emoción
o explícitas,
1, tI~~ltnH'ntación ad misericordiam. En este enunciado,
11" 111tltl\ ,111icular
Las emociones pueden aparecer designadas los siguientes ejemplos:
ser implícitas
PATJ::M1CO: MODELOS ANALÍT[COS
11111 ttl dt' valor explícito, que contiene un enunciado de emoción implícito, con el 11d ,·1 rmisor tiene como objetivo despertar la piedad, la pena. Es un llamado a
1,1111 11'111
Para la teoría del léxico gramatical, los elementos del sentido se localizan en las oraciones elementales y no en las palabras: la descripción de la formulación de los sentimientos consiste en una gramática local y no en un simple léxico de sentimientos. En consecuencia, se considera que un léxico de sustantivos de sentimientas no tiene autonomía y que las normas deben integrarse a las familias de frases presentadas bajo la forma gramatical:
pueden
y EL COMPONENTE
nu [1'1 t-n de hambre y de sed en el desierto", es un enunciado
lit
2. El lugar psicológico, marcado por los conjuntos de términos ligados a la emo-
rmociones
,I'i
ARGUMENTATIVA
¡' 111 1 11.1i .u,,1e, tu (2000), es preferible utilizar los términos pathos, pathémito directa o indirectamente,
como en
"Luis ama a Eloísa" - directa "Pedro se puso verde" - indirecta (en este caso se utilizan figuras del lenguaje: verde de miedo o de rabia)
j'¡'I/lt,'II.It)/I t,"lug;¡r de la emoción, porque permiten
1.IIe, If' Li
111"11.11I"I.lri(;1aristotélica
introducir
en el análisis
y separar el análisis del discurso de la psicología
1111 IlIlllgLI. I~SLI última afirmación nos produce cierta inquietud, porque 1,11111 IUf .uunontcxrunl y, en sus modelos, este autor se preocupa mucho por .11 )' .. ",llldl.l!"
los conrcxros.
( 1111 11 1.11 111t1 ,1LIS 1ll.1I'C1S,
J.
las formas en que se materializan
las emociones,
,,11.11ttl PI""Il"1l1.1(1't.'S problemas: En realidad, a nuestro juicio, las estrategias discursivas para expresar las ernociones son infinitas, como lo son los juegos del lenguaje, de ahí que comparramos que están ligadas al funcionamiento retórico en general,:t los rrol'o.( y.1 10,'1mismos topoi.
,1
1'¡111 1'111.1111,11' 'lllC describen de manera transparente las emociones ,,\.tI ,1,.lI1gwH 1,1,1\01'1'01', l·trétt'r.l), pero su apnrición no significa que el
,1\
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2.
3.
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LA REFUTACIÓN
sujeto que las emplea las esté sintiendo como emociones, ni que ellas produzcan un efecto patémico. En estos casos puede haber un fenómeno de depatematizacion, como ocurre en los medios masivos con la insistencia del empleo de enunciados con carga emocional, que sue!~ producir lo contrario. Existen palabras que no describen las emociones, pero son buenas candidatas para que éstas se suelten y emerjan (asesinato, complot, víctimas, manifestación, entre otras) y que son susceptibles de hacernos entrar en un universo parérnico. Por ejemplo, cuando se habla de una manifestación silenciosa, uno siente la expresión de! dolor y de la indignación. En otras palabras, como muestra la teoría de los topoi de Ducror, la orientación argumentativa (diremos patémica) de una palabra puede cambiar, invertirse, según su contexto. En fin, existen enunciados que no contienen palabras paremizanres, pero que son capaces de producir efectos patémicos una vez que se conozca la situación de enunciación. Es decir, la patemización depende de las inferencias que pueden producir los partenaires en el acto de comunicación.
ARGUMENTATIVA
1,,1 refutación argumentativa
Y EL COMPONENTE
PATbMICO:
MODELOS ANALlTTCOS
y el componente emocional
el debate cnu-Recroría
1"1
I '111'IHl' aparrado, analizamos la refutación argumentativa y el componente erno111I1.llrnel debate ctu-Recrorfa. Para visualizar mejor los resultados construimos 1'''' gdr,cas, en las cuales podemos observar que el mayor grado de polémica se d. ,1114.1en el día 16, cuando el CEU presenta su contrapropuesta a la Rectoría, '1""'" h.ibía entregado su propuesta el día 11, y el CEU se levanta de la mesa de I.HI pLh icas: ruptura discursivo-semiótica incuestionable. Ya hemos indicado, 1¡llr ,I(·~dceste momento, discursiva y semióricamenre, se produce la ruptura, lo que dl'lljlllh; constituye un argumento para que la Rectoría denuncie la intransigenI 1.[ ,Ir!, 'HU. Cuando regresan a las pláticas, el día 23, el tono polémico ya no baja l' ti 1"1 { IU J, y Rectoría intenta recuperar el tono de conciliación que sólo existe a nivel ,', 1,11, pero no en el implícito, en donde lo polémico alcanza el mismo grado ,p[,.,.1 .1,,1CIJU. (Véanse gráficas 1 a 3.)
I
'1",
Refutación ~rgumentatjva I Componente emocional Para finalizar estas breves reflexiones sobre el análisis de lo parérnico, presentamos la síntesis que hicimos de algunas estrategias de este componente, mismas que tienen un carácter introductorio ya que merecen mayor investigación.
II.MI
La existencia de un dispositivo comunicativo-pragmático componente emocional.
que posibilita
2.
El uso de campos temáticos y de objeros discursivos propicios para e! componente emocional.
3.
5.
El uso de un léxico ligado a la emoción que cubre todas las clases morfológicas, desde los sustanrivos y los adjetivos hasta los verbos. El uso de enunciados de emoción intrínsecos y extrínsecos. Las emociones explícitas o implícitas.
6. 7. 8. 9.
El El El El
uso de argumentos emocionales, más próximos a las falacias. uso de la retórica de las emociones. uso de la tópica de las emociones, de las pasiones. funcionamiento de las creencias y los saberes.
10. Las representaciones socioculturales semiótico-discursivas de las emociones. 11. Las emociones en lo verbal, en lo paraverbal y en lo no verbal (las dos últimas dimensiones se encuentran todavía poco estudiadas).
•
lOO 80 60
el
1.
'I~
GRÁFlCA 2 cEu-lo explícito
1
Rectoría~lo explicito
""r,n
Estrategias del componente emocional
4.
GRÁFICA
40 11
20 (1
7
8
9 11 16 23 25 27 28
6
GRÁFICA
7 8
9 11 16 23 25 27 28
3
Rectoría-lo implícito 100, 80, 60, 40,
"
7
8
9
"
16 21 25
27 28
'I'i
I~Tl\r·I\'I4.I·,I\,'"
o "Nn~,
'IIII!!\
IlIf·IJ1.~!tIII!l'W:!OO:!
Estas gráficas arrojan resultados muy interesantes tación argumentativa las oscilaciones del componente
para explicar en la refupolémico-emocional. En
este momento, ya no podemos separar lo emocional de lo polémico, porque constituyen dos funcionamientos integrados. En las tres gráficas observamos un movimiento in creando de lo polémico, referente al tono que asumen en el debate los dos sujetos colectivos. En las dos primeras exponemos la disaensión explícita, en la cual se destacan las tres etapas de! debate desde lo polémico-emocional.
HIHn 11'.'1ldt.ldns, en el amplio I'.r rllll'll"ll\ Il~n n-sivo nuclear para 11 t ll' u 1.1 1,1'1 n~f(JrlllCls f¡IIivcrsitarias; Illd l'" 1111''',urxivos, que se mueven t
discursivo
del debate consideramos
asimismo
constatamos
los cambios entre los
en el juego de los explícitos e implícitos, que I~\'IIII.lIIII11fil'(Uencias significativas como son: las modificaciones en las estrare'.',Ili' 1.,1111 .n ión. el uso hiperbólico del componente
1"1''''''''''
En la primera erapa, de! 6 al9 de enero de 1987, la escala de lo polémico sube más o menos pareja, aunque e! CEU presenta un mayor grado de polémica desde e!
corpus
el CEU,la del1locracia u~'¡versitaria; difiere del de la
emocional en los últimos días
r.r continun
de dos sujetos gladiadores peleando con las palabras, con luciendo uso de la violencia simbólica en todos los sentidos,
,Ipi. 111tHlli,
primer día. En la segunda etapa, los días 11 y 16, hay un comportamiento diferente: la Rectoría baja en e! día 11 e! grado de la polémica, y la sube e! día 16, con la contrapropuesta del CEU. Al contrario, podemos decir que en el día 11 el CEU conserva su grado de polémica, aunque no presente ninguna producción discursiva (sólo recibe el documento de Rectoría, pero siguen las movilizaciones), y e! día 16 sube el grado de la polémica a tal punto que la Comisión ceuista se retira de la mesa de pláticas. En la tercera etapa (de! día 23 al 28), Rectoría baja el nivel de la polémica (en la dimensión
de lo explícito)
lacro, porque en lo implícito, la polémica sigue con la misma intensidad
En estas gráficas, se observa el funcionamiento erístico, en donde se destaca la refutación argumentativa constantemente. En las líneas oscilatorias que intenta, mos representar, se observa que el componente polémico-emocional termina la primera etapa, que es el día 9, con un alto grado de refutación. Después, en la se-
IIJ'"
y 16, cuando se presentan la propuesta
está en
el último día, con la declara-
Si repasamos lo expuesto de manera sucinta en este trabajo podemos observar que e! componente racional y e! emocional-pasional se utilizan muy redundantemente en los dos lugares discursivos subjetivos, tanto del CEU como de Rectoría, lo que conlleva al uso de lógicas y retóricas distintas, presentes en ambos lados. Por ejemplo, lo hiperbólico se halla en los dos discursos, pero su funcionamiento es diferente cuando se emplea para persuadir o cuando se materializa para refutar; los tropos, como las metáforas, también son utilizados de modo distinto.
46
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1,1" 1\ ,,1 ',1
de Rectoría y la contrapropuesta del CEU, se condensan las posiciones contrincantes y quedan muy claras las tesis y las estrategias de la refutación argumentativa de ambos lados. En e! tercer periodo (del día 23 al 28 ), hay un mantenimiento de! grado de la polémica erística y su culminación ción de huelga por parte de! CEU.
I'/J~(lric des topo), Kimé. París.
'11111111',
que la
del cnu,
por los días 11
,ji)"
1 ,i!\
y e! CEU conserva un alro grado de polé-
mica, hasta la declaración de la huelga. Sin embargo, si contrastamos las gráficas 1 y 3, vemos que la baja de! nivel de la polémica en Rectoría constituye sólo un simu-
gunda fase, conformada
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