“La red genovesa Spínola y el entramado transnacional de los marqueses de los Balbases al servicio de la Monarquía Hispánica” en Bartolomé Yun Casalilla (ed.), Las redes del Imperio. Élites sociales en la articulación de la Monarquía Hispánica, 1492-1714, Marcial Pons, Madrid, 2009, pp. 97-133.

August 24, 2017 | Autor: M. Herrero Sánchez | Categoría: Republicanism, Transnational History, Spanish Monarchy, Genoa
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La edición de este libro ha contado con la ayuda del .-..... renciacultural: entre Madrid y Viena, 1550-1700,BiancaM.Lindórjer. ('-............_ 261) . ./ «Es buen católico y sabe escribir los cuatro idiomas». Una nueva generación mixta entre españoles Y flamencos ante la revuelta de Flandes, Ra:ymond Fagel.............................................................................

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Je t'aime, moi non plus. La nobleza flamenca y España en los siglos XVI-XVII, René Verme ir..........................................................................

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PARTE V ENTREELATLÁNTICOYELPACÍFICO. CIRCillTOS LOCALES Y REDES COLONIALES Facciones, parentesco y poder: La élite de Buenos Aires y la rebelión de Portugal de 1640, Osear José Trujillo .. ...... ..... .... ... ... ... ..... ... ..... .. .. ..

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Movilidad geográfica, capital cosmopolita y relaciones de méritos Las élites del imperio entre Castilla, América y el Pacífico, Luis Miguel Córdoba Ochoa ............................................................................

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Relación de autores..............................................................................

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Agradecimientos La investigación que ha servido de base a esta publicación ha contado con la financiación de la Fundación Carolina, quien durante los años 2003 a 2006 sufragó la mayor parte de los fondos necesarios para ella. Asimismo, se ha visto favorecida de la ayuda concedida por el Ministerio de Educación y Ciencia para la organización de coloquios y congresos. El trabajo y las reuniones efectuadas a tal efecto han tenido lugar en el seno de las actividades del área de Historia Moderna de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, del grupo de investigación de excelencia «Europa, el Mundo Mediterráneo y su Difusión Atlántica», financiado por la Junta de Andalucía y del Departamento de Historia y Civilización del Instituto Universitario Europeo de Florencia, que también contribuyó financieramente a la celebración de los encuentros de discusión celebrados en dicha ciudad en diciembre de 2003 y 2004 y en abril de 2006. Es preciso aclarar, por otra parte, que este libro está muy lejos de responder a las actas· al uso de un coloquio. Por el contrario, tales encuentros, más que servir para presentar trabajos terminados desde la perspectiva individual -y habitual- de sus autores, fueron, como así se pretendía, reuniones de debate en las que se acomodaron aproximaciones analíticas y se discutieron ideas, a partir de un argumento inicial lanzado por mí mismo. Los textos que el lector tiene en sus manos han sufrido además un proceso complejo de discusión y reescritura que buscaba darles coherencia de conjunto para componer un argumento que es común aunque, por supuesto, cada uno de sus autores :rpantenga sus propias ideas y posiciones al respecto. Por razones de pura coherencia temática, han quedado en el camino estudios de gran valor que estoy seguro de que verán la luz en escenarios más adecuados y con exigencias del guión no tan definidas.

La red genovesa Spínola y el entramado transnacional de los marq1;1eses d~ los Balbases al servicio de la Monarquía Hispánica 1 . Manuel IiERRER.o SÁNCHEZ Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

Los genoveses en el sistema imperial hispánico

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El estudio de las numerosas redes familiares de origen genovés que operaron en el seno de la Monarquía Hispánica a lo largo de los siglos XVI y XVII ofrece, tanto por su diversidad como por su alto grado de implantación y su marcado dinamismo, un estimulante campo de análisis para poner en entredicho las innumerables lil;nitaciones que acarrea todo enfoque estatalista a la hora de ofrecer una adecuada comprensión en torno al funcionamiento de las estructuras políticas y sociales del Antiguo Régimen. A pesar de no ser súbditos del monarca católico y de mantener en todo momento estrechos contactos con su lugar de origen, los genoveses lograron asentarse con sorprendente facilidad en la práctica totalidad del abigarrado y heterogéneo entramado de territorios bajo la jurisdicción de la dinastía Habsburgo para convertirse, gracias a los servicios que eran capaces de ofrecer y a su

1 El presente trabajo se enmarca dentro del proyecto de investigación financiado por la Fundación Carolina y dirigido por Bartolomé Yun Casalilla, Élites para un imperio. La Monarquía Hispánica y América, 1492-1714, así como del proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia español del que soy director: Una repú· blica mercantil en una Europa de príncipes: naturaleza y transformaciones del agregado imperial hispano-genovés ( 1528-1700) (HUM 2006-10206/lllST).

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alta tasa de movilidad, en uno de los principales factores de interconexión entre las élites mercantiles y aristocráticas que actuaban en el interior de la monarquía. No en vano, en los últimos años hemos asistido a un redimensionarniento tanto del papel ejercido por la pequeña república mercantil para entender el funcionamiento de tan complejo agregado territorial, como del protagonismo de sus élites en la difusión y transferencia de toda una serie de valores sociales y de corrientes culturales de tinte fuertemente cosmopolita que permitieron dotar de cierta homogeneidad a un sistema imperial que encontraba en el respeto a la diferencia y en la celosa defensa de los privilegios uno de los fundamentos de su alta tasa de estabilidad 2 • Los excelentes estudioS' sobre el papel de los todopoderosos asentistas genoveses al servicio del Rey Católico han convertido en un lugar común el uso de la expresión «el siglo de los genoveses» para poner de relieve el peso indiscutible ejercido por sus armadores de galeras y sus hombres de negocios en la consolidación 3 de la hegemonía alcanzada por la Monarquía Hispánica en Europa •

2 Para un balance general sobre estas cuestiones véase nuestra reciente contribución M. !IERRERo SÁNCHEZ, «Génova y el sistema imperial hispánico», en A. ÁLvAREZ-ÜSSORIO AI.vARii'to y B. GARCÍA GARCÍA (eds.), La Monarquía de las naciones. Patria, Nación y Naturaleza en la Monarquía de España, Madrid, 2004, pp. 528-562, así como la introducCión al monográfico sobre Génova y la Monarquía Hispánica que hemos coordinado para la revista Hispania, 219,2005, pp. 9-151. Sobre el relativo desinterés por parte de los historiadores italianos en tomo al lugar ocupado por Génova en el sistema imperial de los Habsburgo, en consonancia con los estereotipos antiespañoles derivados de una historiografía nacionalista interesada en confrontar la vitalidad de Ja Génova medievá! con la sumisión a poderes foráneos experimentada a partir del acuerdo con Carlos V en 1528 véase, C. BrTossr, «Lo strano caso dell'antispagnolismo genovese>>, en A. Musr (ed.), Alle origini di una nazione: Antispagnolismo e identitii italiana, Milán, 2003, pp. 135-160. Para un acercamiento a los fuertes vínculos culturales entre Génova y la monarquía destacan los trabajos recogidos por P.BocCARDO,J.L. CoLOMER y C. mFABro (eds.), Genova e la Spagna. Opere, artisti, committenti, collezionisti, Milán, 2002 para el que contaínos con una edición en español de 2004. 3 Expresión que Femand Braudel atribuía a Felipe Ruiz Martín pero que, como con acierto indica Arturo Pacini, fue utilizada por vez primera por Frank Spooner, A. PACINI, 1 presuposti politici del «secolo dei Genovesi»: la Riforma del1528, Génova, 1990, p. 8. La faceta de los genoveses como prestamistas y su imponente actividad financiera en la práctica totalidad de los territorios bajo la soberanía del Rey Católico constituye la principallínea de análisis historiográfica sobre la república en la Edad Moderna por encima inel uso del estudio de su importante actividad mercantil. Al respecto contamos con una obra de conjunto que recoge las clásicas aportaciones de Ruiz Martín,Braudel, Carande, Otte o Domínguez Ortiz, así como las más recientes contribuciones de Neri, Muto, Calabria, Kellebenz, Doria, Sanz o Álvarez Nogal en R. CANOSA, Banchieri genovesi e sovrani spagnoli tra Cinquecento e Seicento, Roma, 1998. Mucho menor es la información de que disponemos sobre su papel como asentistas de galeras al servicio del Rey Católico a pesar de la importancia que para la comunicación ehtre las distantes posesiones de la Corona en el "'~

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Junto a sus altas tasas de liquidez 4 y a su dilatado entramado de delegados en los más activos núcleos urbanos del continente, lo que facilitaba su control sobre los principales canales de información 5 , lo~ genoveses superaban al resto de sus competidores gracias a su capacidad para moverse con comodidad en el complejo tejido de leyes y normas que regulaban los intercambios mercantiles y la actividad financiera en los amplios dominios que conformaban el sistema imperial hispánico lo que impulsó de modo notable su integración en el mismo 6 • De este modo, y como señala con acierto Giovanni Muto, la relación privilegiada de los operadores genoveses con la Corona permitió desarrollar por vez primera un sistema sólido de colaboración entre el estado y el mundo de las finanzas gracias a la sorprendente capacidad de gestión de unos hombres de negocios que facilitaron la inserción de determinadas áreas margin~es en los circuitos financieros y mercan- · tiles internacionales sin dejar por ello de mostrar un denodado interés por beneficiarse de la amplia gama de contrapartidas que ofrecía el generoso sistema de patronazgo regio 7 • El monopolio que ·los genoveses lograron ostentar sobre el control de las finanzas de la Corona, que llegó a otorgar a algunos de sus principales hombres de negocios cargos fundamentales en la administración de la hacienda regia 8 , desataron un sinfín de críticas entre aque-

Mediterráneo tenían estas escuadras particulares. Salvo el estudio de L. Lo BAsso, Uomini di remo, Galee e galeotti del Mediterráneo in etii moderna, Miláll, 2003, la mayor parte de los trab!\ios se centra en los esfuerzos desplegados durante el siglo xvn por el grupo de los navalistas por crear una flota pública capaz relanzar el poderío mercantil de la república y de limitar su dependencia con respecto a España, C. Brrossr, «Navi e política nella Genova del Seicento>> ,Atti dell'Accademia Ligure di Scienze e Lettere, Serie VI, vol. V, 2000, pp. 261-283, y T. KrRK, Genoa and the Sea. Policy and Power in an Early Modern Maritime Republic, 1559-1684, Baltimore, 2005. 4 Sustentada en su control de las ferias de cambio del norte de Italia analizado por Felloni, Kellebenz o Braudel y que constituye el eje de estudio de los recientes trabajos de Claudio Marsilio de entre los que destaca el buen balance, con nna nutrida bibliografía, en C. MARsiLio, «Le fiere di cambio nella prima meta del xvn secolo>>, en C. SANZAYÁN y B. GARCÍA (eds.), Banca, crédito y capital. La Monarquía Hispánica y los antiguos Países Bajos (1505-1700), Madrid, 2006, pp. 59-82. 5 G. DoRIA, «Conoscenza del mercato e sistema informativo; il know-how dei mercanti finanzieri genovesi, nei secoli XVI e XVTI>>, en A. DE MADDALENA y H. K.Eu.ENBENZ, La Repubblica internazionale del denaro tra XV e XVII secolo, Bolonia, 1986, pp. 57-122. 6 G. MUTo, «La presenza dei Genovesi nei domini spagnoli in Italia>>, en D. PuNCUH (ed.), Studi in memoria di Giorgio Costamagna. Atti della Societii Ligure di Storia Patria, Nuova Serie XLID (CXVTII), fase. I, Génova, 2003, pp. 659-671. 7 G. Muro, «Le systeme espagnol: centre et périphérie>>, en R. BoNNEY, Systemes Économiques et Finances publiques, París, 1998, pp. 225-258. 8 La necesidad de la Corona de colocar en puestos clave de la administración deJa Hacienda a personas de probada habilidad en la gestión de sus negocios privados éx-

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llos sectores que acusaban a los extranjeros de ser los causantes de la ruina de Castilla y que criticaron con vehemencia el hecho de que, como advertía Martfuez de la Mata, la Corona «fiase de los lobos el aumento y conservación del ganado» mientras éstos extraían cuantiosas sumas de numerario fuera del reino 9 • Una posición crítica que estaba lejos de ser unánime ya que, como con agudeza subrayaba Quevedo en 1628, dichas cantidades de plata enviadas a Génova acababan por revertir de modo indirecto en beneficio de la Corof!_a, pues «de allí lo pasan a emplear en posesiones, juros, rentas y estados y títulos en vuestro reinos de España, Nápoles, Milán y Sicilia. De suerte que a vuestro servicio los más tienen hipotecados con vasallaje, persona y bienes» 10 • Argumento que, de forma elocuente, era el mismo que el empleado pocos años antes por Andrea Spínola, uno de los pensadores políticos genoveses más críticos con el predominio de los intereses particulares de aquellas familias involucradas en los lucrativos negocios financieros con el monarca católico cuya ascensión social suponía, a la postre, una supeditación a los dictámenes de Madrid y limitaba el desarrollo de una política naval plenamente autónoma 11 • Sin

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plica el monopolio que durante el siglo xvn ejercieron sobre el cargo de factor general algunos de los principales asentistas como Bartolomé Spínola, Octavio Centurión y Gio Luca Pallavicino. C. ÁLvAREZ NoGAL, «l genovesi e la monarchia spagnola tra Cinque e Seicento»,Atti della Societa Ligure di Storia Patria, Nueva Serie XLI, (CXV), fase. ll, 2001, pp. 107-121. 9 F. MARTÍNEZ DE LA MATA, Memoriales y Discursos. Edición crítica a cargo de Gonzalo Anes, Madrid, 1971, p. 261. Planteamientos difundidos dos años después en Italia por Juan Bautista Cicardo, Archivio di Stato di Genova. (ASG), Archivio Segreto, leg. 2450, Memorial de Juan Bautista Cicardo incluido en una carta remitida por Ansaldo Imperiale al serenísimo gobierno de Génova desde su embajada en Madrid, Madrid, 2 de septiembre de 1656. 1 Cita extraída por Carmen Sanz del texto de Francisco de Quevedo, Lince de Italia u zahorí español en el que, enfrentado a las medidas contra los comerciantes de la república aplicadas por Olivares con motivo de la bancarrota de 1627, destinadas a facilitar la entrada de los asentistas judea-conversos, advertía asimismo que , C. SANzAYÁN, «Presencia y fortuna de los hombres de negocios genoveses durante la crisis hispana de 1640>>, Hispanía, 219,2005,p. 100. 11 En un párrafo elocuentemente titulado Á:rti usati dal re Cattolico di Spagna contra la repubblica señala: >, An.nales, ESC, xm, 1958,pp.501-515. 25 Es ilustrativa, al respecto, la declaración de Próspero Speron, en calidad de testigo en la solicitud de un hábito de Santiago por parte de Jacome Maria Grimaldo y Spinola en 1654: . En AHN, OM, Caballeros de Santiago, expediente 7720.

Por lo que, como recuerda Bitossi, uno de los principales presupuestos de los denominados repubblichisti consistió en la insistencia sobre la obligada lealtad exclusiva de los patricios hacia la República, C. Brrossi, «Un oligarca antispagnolo ...», op. cit., p. 278. 29 Desinterés por la mercancía que provocó una de las más airadas críticas de Andrea Spfuola. En una supuesta conversación entre el virrey de Nápoles y un comerciante genovés residente en dicha ciudad, este último al ser invitado a participar a un torneo por su refinamiento y caballerosidad, respondía airado: «che ogni genovese che vordt far tornei e giostre uscirii da' suoi principi e dal su o naturale. Il nostro proprio e 1' esser mercante et essercitar 1' arte marinaresca; e mentre si conterremo in questi terrnini saremo liberi e non dispregiatti. Volendo uscirne, a non dime altro, sarem derisi: massime. se cominciaremo a far spettacolo nella corte di Spagna e qui in Napoli», extraído de A. SPfNOLA, Scritti scelti ..., op. cit., p. 208. Apreciaciones que parecen coincidir con la afirmación de Edoardo Orendi que, al concluir su estudio sobre los Balbi y en consonancia con la clásica aseveración braudeliana de trahison de la bourgeoisie, señala tajante: «come l'onore bruci fatalmente le ali del gran capitalismo genovese moderno», E. GRENDI, I Balbi ..., op. cit., p. 307. 30 Reforma urbanística y arquitectónica cuyos modelos no tardarían en difundirse por el resto de Europa. Al respecto véase el detallado estudio de E. PoLEGGI, Una reggia repubblicana. Atalante dei palazzi di Genova (1576-I 664), Turín, 1998.

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ria, los Centurión o los Spínola, más vínculos y beneficios extraían de su privilegiada relación con el monarca católico, existían importantes divergencias de intereses por lo que el propio Andrea Spínola, primo carnal del vencedor de Breda, indicaba con vehemencia «essere grande errore il credere che la smisurata grandezza d'alcun cittadino ridondi ad utilita et onore di quelli che sono della stessa famiglia» 31 • En efecto, a pesar de las elevadas tasas de endogamia propias de las más conspicuas familias de la nobleza vieja, los Spínola, aunque tan sólo fuese porque eran el albergo que más familias incluía en su seno, destacaban por su heterogeneidad, la diversidad de sus estrategias y por las enormes diferencias de renta que existían entre sus numerosos linajes. Éstos se hallaban radicalmente divididos en dos ramas: la de San Luca, de la que formaban parte tanto Andrea como Ambrosio Spínola, y la de Luccoli, entre cuyos miembros se encontrabaAlessandro Spínola, destacado repubblichista y dogo entre 1654 y 1656 durante el momento de mayores tensiones entre Génova y la Monarquía Hispánica, pero también Agostino Spínola, embajador en Madrid entre 1666 y 1667 y protagonista de un nuevo acercamiento hacia la Corona católica durante su período como dogo entre 1679 y 1681 32 • De tradición gibelina, el servicio al Emperador les había per~ mitido tejerse toda una red de pequeños feudos en los confines septentrionales de la República convirtiéndoles, a su vez, en protagonistas de las sangrientas luchas de facciones que habían devastado Génova durante la Edad Media y copando, desde sus orígenes, las principales magistraturas y cargos de gobierno de la República 33 • N o en vano,

31 BNM, Mss. 995, A. Spínola, Osservazioni intomo al governo di Genova, f. 229v. A pesar de sus duras críticas contra los eminentes, Andrea Spínola no puso nunca en cuestión la alianza con Madrid y disfrutó, durante largo tiempo, de una renta sobre la gabela de la sal de Milán y de un juro de 20.000 maravedís sobre los puertos secos de la Corona de Aragón. No obstante, a partir de 1613 desplazó sus capitales para invertirlos en las plazas de Luca, Venecia y Roma, A. SPfNOLA, Scritti ..., op. cit., introducción de C. Brrossr, p. 9. 32 Según indica Ascheri, con ocasión de la reforma de 1528, el albergo Spínola quedó constituido por las fanrilias Anselmi,Ardizzone, Benedetti, Cannetto, Caretti, Castagnola, Ce!esia, Costa-Carreri, Ferro, Fransone, Garelli, Gherardegno, Palavania, Parisola, Pesce, Piccaluga, Pipia, Porrata, Sambiagio, Desiguorio, Spínola, Suarez, Turbini, Torre, Vernazza; G. A. AsCHERI, Noagio Storiche delle famiglie in Alberghi in Genova, Génova, 2003, p. XVll. Véase también la información que ofrece N. BATTILANA, Genealogie delle famiglie nobili di Genova, Bolonia, reproducción de la obra editada en Génova, en la tipografía de los hermanos Pagano, 1825, vol. I, o la de M. DEZA, Historia dellafamiglia Spinola descritta dalla sua origine fino al secolo XVI, Piacenza, 1694. Sobre los Spínola que ocuparon el cargo de dogo véase L. M. LEVATI, Dogi bienali di Genova dall528 al1699, 2 vols., Génova, 1930. 33 Las fanrilias incluidas en el ramo de San Luca, además de los feudos que acumulaban en España, Sicilia, Nápoles y Flandes, eran, asinrismo, propietarias de Casareggio, ..........

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y como indicaba en 1661 desde Génova Joseph Squarciafico, en calidad de testigo para la concesión del hábito de Santiago al m marqués de los Balbases, los Spínola eran, junto a los Doria, la familia más estimada de la República «y a más de 500 años que los más de ellfls son señores de feudos y tienen vasallos y también están inscritos en el libro de la nobleza desde el principio», a lo que llabía que añadir que gozaban en exclusividad del privilegio de poder llevar armas 34 • Tan ilustres orígenes, sumados a sus valiosos servicios como financieros y asentistas de galeras y a su extendida red mercantil en los principales territorios de la Monarquía Hispánica, facilitarán la meteórica ascensión social de los más destacados miembros de la familia Spínola e impulsarán una irrefrenable inversión en capital prestigio mediante la elaboración de genealogías, la difusión de la heráldica, la creación de mayorazgos, la puesta en marcha de nuevas estrategias matrimoniales, la compra de títulos o la formación de capellanías 35 • Los señores d'Embry y condes de Bruay en los Países Bajos, el príncipe de Molfetta en Nápoles o los marqueses de los Bal-

Masone y Cassano. Por su parte, aquellas incluidas en la rama de los Luccoli disponían de Cantalupo, Busalla, Tassarolo (cuyos condes destacaban por el privilegio para acuñar moneda), Roccaforte, Ronco, Rocchetta, Mongiardino, Francavilla, Lucca, Tartana, Vergagui, Isola del Cantone, Borgo Fornari, Voltaggio, Dernice, Pietrabissara y Lerma. Entre los miembros del albergo Spínola además de 10 dogos y 127 senadores, se encontraron un buen !).umero de capitanes de tierra y de mar, embajadores y muchos obispos así como 13 cardenales. Según los cálculos aportados por Cario Bitossi, la presencia de miembros de dicho albergo en organismos tan decisivos como el Consiglietto era, a gran distancia, la más numerosa. Entre 1577 y 1591 coparían nada menos que el 10 por lOO de los puestos seguidos de lejos por otras dos fanrilias de la nobleza vieja, los Doria, con un 6 por lOO, y los Lomellini, con 4,7 por 100; C. Brrossr, 11 governo dei Magnijici..., op. cit., pp. 88-89. 34 AHN, OM, expediente 7905, Pruebas para la concesión del Título de Caballero de Santiago de Pablo Spínola Doria, natural de Milán, marqués de los Balbases, 1661. 35 La obsesión por las genealogías permite que dispongamos de detallados cuadros en los que se puede apreciar el complejo entramado de relaciones de las numerosas ramas que componían la familia Spínola. Los mejores árboles genealógicos son los realizados por Antonio Maria Buonarroti, que incluyen a las principales familias de la República y que contienen numerosas anotaciones sobre fuentes notariales aunque de forma desigual. Agradecemos a Cario Bitossi las indicaciones ofrecidas al respecto. Biblioteca Cívica Berio (BCB), Manoscritti rari, en particular VIII.2.28-30; A. M. BuoNARROTI, Alberi genealogici delle fomilie genovesi, vol.III, pp. 210-350. En la Colección Salazar y Castro de la Real Academia de la Historia disponemos, asinrismo, de valiosos repertorios genealógicos sobre la familia Spínola de entre los que cabe destacar el 23873, con una tabla genealógica de la familia Spínola marqueses de los Balbases, D-26, f"35, y e124354, con noticias de algunos señores de la familia Spínola en su rama de condes de Pezuela de las Torres y con la de los duques de San Pedro de Galatino. Por su parte, Grendi, señala las críticas por parte de la nobleza nueva a la e!aboraéión de árboles genealógicos el primero de los cuales fue el de los Grillo en 1552, al que seguirán los Doria en 1569, los Pallavicino, Pinelli, Squarcifico, Cibo y Spínola de Luccoli y de San Lucca. Desde su punto de vista, la

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bases tanto en Nápoles como en Milán o en Castilla se integrarán en el seno de las más encumbradas familias locales y llegarán incluso a alcanzar la grandeza sin romper los vínculos con la República y respaldados por otros miembros de su mismo albergo que, como Juan Esteban Spínola enAmberes, Comelio Spínola en Nápoles o Bartolomé Spínola en Madrid, se encontraban entre los principales operadores financieros del momento. Los complejos lazos familiares y clientelares puestos en pie por las distintas ramas de los Spínola en la práctica totalidad de los territori0s de la Monarquía y las variadas trayectorias y estrategias de promoción social adoptadas permitieron entretejer un abigarrado sistema de relaciones de fuerte dimensión transnacional en el que, como queda patente en el caso de los marqueses de los Balbases, la transferencia de modelos y la difusión de ideas, valores y formas de comportamiento adoptaba múltiples direcciones y dotaba de un indiscutible tinte internacional a unas élites caracterizadas por su alta tasa de movilidad.

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Nacido en Génova en 1569 como primer hijo varón del matrimonio entre Felipe Spínola y Polissena Grimaldi, hija del influyente príncipe de Salema conocido con el sobrenombre del monarca, Ambrosio se convertirá en cabeza de una de las familias más influyentes de la nobleza vieja genovesa. Gracias a su matrimonio en 1592 con Giovanna Basadonna, hija del príncipe de Galeratta, de la que recibió una suculenta dote de 500.000 escudos, Ambrosio logrÓ sumar a los marquesados de S esto y Venafro, que había recibido de su padre 38 , el estado de Ginosa, en Tierra de Otranto, lo que le convirtió en uno de los principales señores feudales del reino de Nápoles. Sus constantes altercados con la familia Doria, de manera especial con el príncipe Gian Andrea, con el que se enfrentó abiertamente con motivo de la elección del dogo en 1597 39 , y su deseo de promoción social le empujaron a sumarse a los proyectos militares de su hermano Federico al servicio de la Monarquía Católica en Flandes, principal escenario bélico del momento 40 • Mientras este último se puso al frente de una escuadra de galeras destinada a operar en el mar del Norte, escenario naval desconocido hasta el momento por los asentistas genoveses, Ambro-

Los marqueses de los Balbases: prototipo de élite transnacional para el gobierno de la Monarquía Católica

«Á coté du Spínola habillé a1' espagnole, sorti de la plume de Villa, il y a moyen d'en écrire un autre, envisagé au point de vue beige et replacé dans notre histoire nationale» 36 • Esta afirmación de J oseph Le:fevre al inicio de su breve biografía sobre Ambrosio Spínola pone de relieve las dificultades de todo enfoque nacionalista para abordar la multiplicidad de matices y las posibilidades de análisis que ofrece una de las figuras de mayor relevancia en la Europa del primer tercio del siglo xvrr 37 •

creciente diáspora hacia España contribuía a difundir en Génova la noción de nobleza europea, E. GRENDI, 1 Balbi ... , op. cit., pp. 70-72. 36 J. LEFEYRE, Spínola et la Belgique (1601-1627), Bruselas, 1947 ,pp.ll-12. 37 Como indica Colomer; Ambrosio Spínola fue retratado por los más insignes pintores del momento y el número de grabados que llegaron a circular tanto en estampas sueltas como en libros supera los cincuenta, J. L. CoLOMER, «Ambrosio Spínola. Fortuna iconográfica de un genovés al servicio de la Monarquía», en P. BoccARDo, J. L. CoLOMER y C. DI FABIO (eds.), España y Génova. Obras, artistas y coleccionistas, Madrid, 2004, pp. 157-175. El impacto de su figura se pone de relieve también en biografías como las de F. CASONI, Vita del marchese Ambrogio Spinola, Génova, 1691; M. DEZA, Historia della famiglia Spinola, Piacenza, 1694. Disponemos de estudios más.recientes, como el ya mencionado de Le:Ievre o el más pormenorizado de A. RoDRÍGUEZ VILLA, Ambrosio Spínola, primer marqués de los Balbases. Ensayo biográfico, Madrid, 1904, así como las notas de V. BRANTs, ,Revue Générale

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Beige, 1, 1915, pp. 172-202. La importante actividad militar, diplomática y política del I marqués de los Balbases exige un estudio que vaya más allá de la mera narración de acontencimientos y esté atento a desentrañar la densa trama clientelar y sus redes verticales y horizontales de parientes, así como su posición en las luchas de facciones tanto en Génova como en los Países Bajos o en la Corte española. Trabajo que excede, con mucho, los límites de la presente investigación en la que preferimos centramos en la menos conocida trayectoria del II marqués de los Balbases. En la actualidad estamos llevando a cabo un estudio más detallado sobre los marqueses de los Balbases durante el siglo XVII hasta la muerte del tercero de ellos, Pablo Spínola Doria, en 1699. Sobre este último, en especial desde su vuelta a Madrid en 1679 y sobre su sucesor disponemos de una reciente y excelente aportación de Antonio ÁLvAREZ-Ossoruo ALvAR:Ji. AHN, OM, Caballeros de Santiago, exp. 7898. 46 AHN, OM, Caballeros Sl5!Jtiago, exp. 7907. Pruebas para la concesión del título de caballero de Santiago a Ambrosio Spínola Grimaldo, marqués de los Balbases, Madrid, 1626. El expediente no es demasiado voluminoso y la totalidad de los 30 testigos interrogados son miembros de la poderosa comunidad genovesa residente en la Corte. 47 Todavía en 1659, el II marqués de los Balbases, reclamaba en su testamento las cantidades adeudadas por la Corona por dicho concepto: « ... y porque la merced que SM se sirvió hacer a mi padre fue para que de lo que se sacase de los frutos de la encomienda mayor se fundase un mayorazgo que dejó el señor Federico Spínola su hermano y mi tío cuyo caudal para ejecutarlo lo cosuniió como es notorio en servicio de Su Majestad>>.AGS, Contaduría de Mercedes, leg. 1007, Testamento de Felipe Spíni:Jla, marqués de los Balbases,Madrid, 8 de agosto de 1659. • _

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bases que no quedaba más alternativa que apostar de forma resuelta, y en contra de la opinión de Olivares, por un nuevo acercamiento con las Provincias Unidas. El enfrentamiento abierto con el valido, que'le llamó a Madrid en 48 1628 , sumado a sus crecientes dificultades económicas, le indujeron a abandonar de forma definitiva sus responsabilidades en los Países Bajos a pesar de las presiones ejercidas por la gobernadora que, como él, apostaba por una política de apaciguamiento. Al año siguiente, y tras un período de inactividad en la Corte, el marqués de los Balbases sería nombrado gobernador interino del ducado de Milán, donde, falto de medios y efectivos, moriría el25 de septiembre de 1630 en su feudo de Castelnuovo de S.crivia tras un malogrado asedio a la estratégica plaza de Casale. El relativo fracaso de sus últimas iniciativas militares no respondía sólo a la creciente debilidad de la monarquía, sino que era el reflejo de la falta de crédito para hacerse cargo de.forma autónoma de los elevados costes de las operaciones militares como había hecho a su llegada a Flandes treinta años antes. Pero si resultaba evidente que la fortuna de la familia Spínola se había visto considerablemente mermada, no lo era menos que el marqués de los Balbases había logrado acumular otro tipo de patrimonio quizá menos tangible pero no por ello menos valioso. La Corona había sabido compensar de forma adecuada las elevadas deudas que tenía contraídas con Ambrosio Spínola mediante la cesión de importantes honores y mercedes que permitieron a sus herederos integrarse de pleno derecho en el seno de la élite más poderosa de la monarquía. Para ello, Ambrosio Spínola había puesto en marcha una cuidada política matrimonial mediante el establecimiento de enlaces con la alta aristocracia castellana sin dejar por ello de mantener fuertes vínculos con su lugar de origen 49 • Mientras que su primogénito, Felipe, casaría con Jerónima Doria, perteneciente a una de las familias de mayor ascendiente en la república, su hija Polissena contraería matrimonio con Diego Mesía y Felípez de Guzmán, I marqués de Leganés y mano derecha del conde-duque de Olivares, lo que facilitará de manera notable la promoción de su her-

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Le:fevre nos ofrece un detenido análisis de lo que denomina como «le duel entre Spinola et Olivares>> a partir de las tumultuosas sesiones del Consejo de Estado en las que se optó por mantener el conflicto con La Haya, J. LEFÉVRE, Spinola ..., op. cit., pp. 92-100. 49 Matrimonios mixtos que respondían a la estrategia de gran parte de las familias genovesas que lograban radicarse en otros dominios de la Monarquía Católica, al menos en la primera generación. Al respecto véanse las consideraciones de Aurelio Musi sobre el caso de Giovanni Battista de Mari, marqués de Astigliano en el reino de Nápoles, A. Mus!, Mezzogiorno spagnolo. La via napoletana allo stato moderno, Nápoles, 1991, pp. 153-156 .

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mano en los principales cargos militares y burocráticos de la monarquía50. Sin embargo, dicho enlace no respondía tan sólo al deseo del marqués de los Balbases, sino que tuvo que contar con la aprobación de la Corona, que se esforzó, en consonancia con los proyectos reformistas de Olivares, por ampliar este tipo de uniones transfronterizas como uno de los mejores mecanismos para consolidar las relaciones entre la élite de los distintos territorios bajo su jurisdicción y dotar así de mayor homogeneidad a la monarquía 51 •

nuevo marqués de los Balbases contaba, asimismo, con el sostén de su hermano Agustín que había seguido, por recomendación del padre, la carrera eclesiástica después de pasar un período de formación en el entorno de la reina Margarita de Austria y que, una vez cursados estudios en Alcalá de Henares y en Salamanca, acabaría por convertirse en obispo de Tortosa en 1625, arzobispo de Granada dos años después, de Santiago de Compostela en 1630 para culminar su carrera como arzobispo de Sevilla en 1645 53 •

Felipe Spínola Bassadona entraba, gracias a los cuantiosos servicios ofrecidos al soberano por su padre y a los contactos que éste había establecido con la facción dominante en la Corte, en el .círculo de la gracia real para beneficiarse de nuevas mercedes y medrar con facilidad en los cuadros militares y gubernativos de la monarquía. Su formación cosmopolita a caballo entre Castilla, Génova y los dominios italianos de la familia le permitió dominar un buen número de lenguas y poner a disposición del rey una extensa y multiforme gama de contactos tanto en ambas penínsulas como en los Países Bajos, donde conservaba un acceso privilegiado a las redes creadas por Ambrosio 52 . El

Con estos valiosos apoyos, Felipe Spínola no tardará en añadir a los numerosos títulos, cargos y honores que había heredado su padre nuevas y valiosas prebendas en paralelo a una activa carrera militar en los múltiples frentes de batalla en los que hallaba involucrada la Corona, pues, como advertían la mayor parte de los testigos cuestionados para la concesión del hábito de Santiago en 1636 «no ha tenido de otros oficios más que servir a Su Majestad en la guerra en los puestos y oficios más preeminentes de ella» 54 • La cruz de Santiago venía a sumarse a su reconocimiento como caballero de la Orden del Toisón de Oro en 1631 y culminaría, diez años después, con la obtención de las encomiendas de Mestanza, de la orden de Calatrava, y Carrizosa, de la de Santiago, con privilegio para nombrar a los herederos de las mismas 55 • Tras un período al mando de los ejércitos reales

50 ARRoYo MARTfN, «El marqués de Leganés. Apuntes biográficos», Espacio, Tiempo y Forma, serie N, Historia Moderna, 145,2002, pp. 145-186, esp. pp. 157-158. Polissena, no sólo aportará una cuantiosa dote sino que, al igual que su marido, un acreditado coleccionista de pintura, destacará, en consonancia con las prácticas de gran parte de los miembros de la comunidad genovesa residentes en la Corte, por su dadivosa politi ca de mecenazgo artístico como atestiguan las numerosas dedicatorias que recibirá de autores tan renombrados como Salas Barbadillo o de Francisco de Herrera y Maldonado. Al respecto consúltese, M. DAMONTE, >, en Atti del/a Societa Storica Ligure di Storia Patria, Nuova Serie, XLI!ll, 2002, pp. 123-134, y de G. L. PonESTA, «Genova e !'Impero. Alcune riflessini sui rapporti tra la repubblica di Genova e gli Asburgo d' Austria tra Cinque e Seicento>>, Cheiron, 34, 2000, pp. 147-154. 63 Sobre la importancia de las villas de campo y su influencia en el resto de Europa, véase E. GRENDI, I Balbi ..., op. cit., p. 263.Agradezco a Cario Bitossi su información en torno a la adquisición por parte de Ambrosio Spfuola de la actual prefectura de Génova, en la cuesta de Santa Caterina/Largo Eros Lanfranco, tras fracasar en su intento por adueñarse del palacio de Niccolo Grimaldi en Strada Nuova, actual sede del ayuntamiento de la ciudad. Este último sería adquirido por Gian Andrea Doria para acabar en manos del principal asentista de galeras de la Corona, Cario Doria duque de Tursi. Sobre estas cuestiones consúltense los ya reseñados trabajos de Enuio Poleggi. 64 Así como a los trabajos de Rubens y Füttenbach cuyos estudios en torno a los modelos arquitectónicos genoveses circularán con éxito por toda Europa como señala E. PoLEGGI, «ll Palazzo della Signoria...>>, op. cit., p. 45. Sobre estas cuestiones véanse también la valiosa contribución de G. DoRIA, «lnvestimenti della nobilta genovese nell'edilizia di prestigio (1530-1630)>>, en G. DoRIA, Nobilta e investimenti a Genova in Eta Moderna, Génova,I995,pp.235~285. •

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ante el monarca católico como la persona más capacitada para inmiscuirse en la política interior genovesa y ante sus colegas de la República como el eje indispensable para obtener resultados fructíferos en sus va- , riadas negocios en los dominios de Felipe N.A pesar de su distancia de la Corte madrileña, Felipe Spínola siguió inmerso en los múltiples asuntos que preocupaban a una monarquía necesitada de personas capaces de poner al servicio del rey su vasto entramado de relaciones en el ámbito local como la mejor manera para asegurar la estabilidad de los territorios periféricos de la Corona 65 • No en vano, a la residencia del marqués de los Balbases en Rossano acudirán a visitarlo con frecuencia las principales autoridades del ducado de Milán, desde el gobernador, marqués de Caracena, al presidente Arese, en busca de consejo y sabedores de su amplia cap11cidad de mediación en Madrid 66 • La salida de Antonio Ronquillo de la embajada de Génova en 1649 hizo que, a pesar de los graves problemas de cataratas y de los constantes ataques de gota, desde Madrid se requiriese el asesoramiento del marqués de los Balbases en todos aquellos asuntos relacionados con la República 67 • Felipe Spínola, con la inestimable colaboración de su hijo Pablo, duque de Sesto, se prestó a asistir de manera activa al secretario de la embajada, Diego de Laura, para coordinar el envío de tropas a Milán, velar por la penosa situación de los refugiados ca-

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Y es que, como señala Mireille Peytavin en su pormenorizado análisis sobre las visitas en el reino de Nápoles, «les circuits habituels de trasmisión des information entre Madrid et les provinces italieunes, gripés, out laissé la place a des tentatives de contact direct>>, en M. I'EYTAVIN, Visite et gouvernement dans le Royaume de Naples (xvt'-XVll' siecles), Madrid, 2003, p. 120. 66 Signorotto ha indicado cómo, al morir la condesa de Fuensaldaña, hermana del marqués de Caracena y su principal valedora en la Corte para velar por sus aspiraciones a la grandeza, el gobernador de Milán se desplazará en múltiples ocasiones a Rossano al considerar a Balbases como su más importante canal de comunicación con Madrid, G. SroNOROITO, «ll marchese di Caracena al governo di Milano ...>>, op. cit:, p. 81. Por nuestra parte, y gracias a la rica correspondencia mantenida por el marqués de los Balbases con los delegados diplomáticos españoles radicados en LaHaya,hemos podido seguir las numerosas visitas que en el momento previo y posterior a la toma de Casale efectuará el marqués de Caracena a los dominios de Felipe en el Tortonés,AGS,Estado,Embájada de España en La Haya, leg. 8710, Carta al embajador Brun sobre designios de Caracena, Rossano, 4 de agosto de1652, y otra carta, también desde Rossano, tras la visita en la que le comunica personalmente el éxito de su campaña, 3 de noviembre de 1652. 67 Ya en 1642, Juan de Erase, a la sazón embajador español en Génova, en su deseo de interferir en las votaciones de ese año a favor de un dogo inclinado hacia la causa española señalaba que «para que esto se consiga ha menester no mostrar intento particular pues si le manifestase por el mismo caso se impediría, y así con disimulación se procura disponer lo que más conviene por el medio del marqués de los Balbases>>, cita tomada de C. BrTOSSI,// govemo dei Magnifici ... , op. cit., p. 243.

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talanes en la República o encargarse del abastecimiento y el asiento de nuevas galeras 68 • Desde sus residencias en Génova, Rossano, Cornellán y Tortona, el marqués de los Balbases mantendrá una estrecha correspondencia con los principales ministros del rey tanto en Italia como en el norte de Europa lo que le permitirá cumplir en parte con su función de miembro del Consejo de Estado. Su fuerte influencia en la toma de decisiones de la política exterior de la Corona explica que los delegados del rey en La Haya y Bruselas requiriesen de forma constante su opinión en asuntos tan variados como las negociaciones diplomáticas con las Provincias Unidas, la posición a adoptar en el conflicto entre Londres y los Estados Generales o la llegada y salida de las Flotas y Galeones de las que se hallaba informado gracias a las noticias remitidas desde España por determinados particulares que trabajaban en diferentes ciudades de la península ibérica a su servicio 69 • Además, y gracias a la presencia del duque de Sesto en el ducado de Milán, el marqués de los Balbases actuará como el principal enlace para negociar con los hombres de negocios de la República el anticipo de las letras de cambio remitidas desde Madrid por otros financieros genoveses como Andrea Pichenotti, Domingo Centurión y Juan José Spínola sin cuyas cantidades habría sido imposible mantener el esfuerzo militar desplegado por la Corona en el norte de Italia y en los Países Bajos 70 • El fracaso de los intentos puestos en marcha por el gobernador de Milán por librarse de la dependencia creciente con respecto a los hombres de negocios genoveses, únicos capaces de respaldar las letras de

68 Desde su puesto en Génova, el secretario de la embajada aceptó acatar la recomendación del Consejo de Estado ,AGS, Estado, leg. 3605, Carta de Diego de Laura, Génova, 30 de octubre de 1649. 69 Balbases será, junto al conde de Peñaranda, uno de los miembros de la Corte española más favorables a una mejora de las relaciones con las Provincias Unidas. En pleno acercamiento entre Madrid y La Haya, el marqués de los Balbases ofrecerá una espléndida acogida a la flota del almirante Tromp que operaba en el Mediterráneo «lo que éjecuto siempre con mucho gusto lo uno porque entiendo que es servicio de SM, lo otro porque les tengo particular inclinación y juntamente obligación por lo que han hecho siempre con mi padre y conmigo>>. AGS, Estado, Embajada de España en La Haya, leg. 8710, Carta de Balbases desdeRossano, 7 de enero de 1652. 70 A modo de ejemplo véase AGS, Estado, leg. 3605, El duque de Sesto informa al Consejo de Estado sobre el hecho de que de los 50.000 escudos que se remitieron a Génova para asistir Milán tan sólo había podido mandar al marqués de Caracena los 20.000 librados por Andrea Piquenotti sin poder cobrar los 30.000 que libró Domingo Centurión. Por su parte, Juan Lucas Spínola se había resistido a hacer la tercera paga de los 40.000 escudos dados por su hijo, aunque ante la presión conjunta del marqués de los Balbases y del duque del Infantando se comprometió finalmente a librar la partida en menos de dos meses, Génova, 21 de octubre de 1649.

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cambio procedentes de España 71 , y las quejas de la república por la venta de Pontremoli al duque de Toscana 72 tensaron de forma evidente las relaciones entre ambos aliados, como se puso de manifiesto con motivo del paso de la futura esposa de Felipe IV, Mariana de Austria, por el ducado de Milán en su viaje hacia Madrid. El conflicto protocolario provocado por los delegados diplomáticos de la República, que se negaron a otorgar al duque de Sesto, Pablo Spínola, el título de Excelencia por no estar aún en posesión de la grandeza de España (a lo que el marqués de Caracena respondió retirando de manera pública dos de los caballos de la carroza que conducía a los cuatro embajadores genoveses) 73 constituía una firme reacción contra las constantes represalias sufridas en Génova por el duque de Tursi y el marqués de los Balbases, ciudadanos genoveses al servicio del Rey Católico, a los que se acusaba de no tener «altro fine che di fondare la loro estimatione nell' opressione della Repubblica e di ostentare in Spagna che quanto si opera tutto eportato dalla loro autorita» 74 • El empeoramiento de la situación culminó en 1654 con el embargo general de todos los bienes y rentas que los genovesas poseían en los dominios italianos de la Corona como replica por la agudización del conflicto por el control del puerto de Finale cuyos armadores ponían en peligro el monopolio pretendido por la República sobre la navegación en la costa

71 Sobre estos intentos conviene consultar los valiosos datos aportados por Davide Maffi en su bien documentada y sobresaliente aportación D. MA.rn, Il baluardo delta corona. Guerra, esercito,finanze e societa nella Lombardia seicentesca (!630-1660), Florencia, 2007, pp. 331-341. 72 El marqués de los Balbases informaba en estos términos al embajador español en La Haya sobre la no ratificación por parte del rey de la venta a Génova del enclave de Pontremoli y su posterior cesión por el doble de precio al Gran duque de Toscana: «que están estos señores cuidados y alin mortificados y cierto que según la mala satisfacción que dan en muchas cosas de las que se ofrecen del servicio de Su Majestad merecen que se les haga cualquier desaire.>> AGS, Estado, Embajada de España en La Haya, leg. 8710, Carta de Balbases a Brun, Génova, 30-4-1650. 73 Sobre esta cuestión véase en R. GAseA, Istruzioni e relazioni .. ., op. cit., vol. lll, pp. 181-203, Relazione degli ambasciatori inviati a Milano per invitare la Regina sposa del Re Cattolico, 5-8-1649 (ASG, Istruzioni ai Ministri, 6/2713, n. 26. Véanse también lacartas de Antonio Ronquillo sobre los preparativos del viaje de la reina en BNM, Mss. 2380, Sucesos del año 1649. 74 Relación de Stefano de Mari de su embajada en España, Génova, 29-2-1652 (ASG, Istruzioni ai ministri, 6/2713, n. 82) tomado de R. CIAscA, Istruzioni e relazioní .. ., op. cit., vol.lll, p. 275.Actitud bien distinta a la del delegado genovés en Milán que se lamentaba de los efectos perjudiciales que los excesos cometidos en Génova contra ambas casas tenían para los intereses de la república en el ducado, ASG, Archivio Segreto, Lettere dei ministri a Milano, leg. 2302, Carta del ministro Spínola sobre «le iunovationi seguite con le case delli Signar Marchese Spinola educa Doria>>, Milán, 25-12-1652.

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ligur 75 • El embargo, como era de esperar, no afectó tan sólo a los genoveses hostiles con la Corona, sino que repercutió de igual manera, o incluso de forma más contundente, sobre aquellos que, como Felipe Spínola, mayores intereses tenían en Italia, pues, como indicaba con pesar el conde de Castrillo desde su virreinato en Nápoles, resultaba imposible diferenciar los dominios y rentas de las familias afectas al 76 régimen español con los de aquellas que le eran renuente • Las crecientes dificultades experimentadas por el marqués de los Balbases para ejercer su función de intermediario privilegiado de la Corona en Génova le obligaron a recurrir a nuevas estrategias capaces de compensar la pérdida de influencia de su familia sobre el control de los asuntos italianos. En 1653, su heredero, el duque de Sesto, contraía matrimonio en Roma con la hija de la palermitana Isabella Gioeni y Córdoba,princesa de Castiglione, y del condestable Marcantocio Colonna, uno de los más influyentes miembros de la aristocra77 cia napolitana, caballero como él de la Orden del Toisón de Oro • El enlace había sido patrocinado de manera decidida por el nuevo valido del rey, don Luis de Haro, que veía con buenos ojos el fortalecimiento de los vínculos entre aquellas familias que mayores rentas y señoríos controlaban en los territorios italianos bajo jurisdicción de la Corona, lo que, a la postre, actuaba como un importante factor de estabilidad y una adecuada plataforma de promoción en el seno del sistema imperial hispánico 78 • Los marqueses de los Balbases habían dejado de ser

Sobre estas cuestiones véanse las consideraciones que ya hemos realizado en M.l:IERRER.o SÁNCHEZ, «La quiebra del sistema hispano-genovés ...», op. cit., pp. 136-144. 76 Archivio di Stato di Napoli (AS N), Segreteria dei Vicere, Scritture di verse, leg. 181 , Carta de Castrillo al marqués de los Balbases sobre el secuestro de los bienes genoveses, Nápoles, 5 de mayo de 1654. n Como se pone de relieve en el voluminoso expediente para la concesión del haoito de Santiago al hijo de Pablo Spfuola y de Ana Colonna, el futuro N marqués de los Balbases (AHN, OM, Caballeros de Santiago, exp. 7907), se habían tenido que recoger testimonios en cuatro lugares diferentes: 11 en Milán, donde había nacido el padre; 18 en Génova, lugar de origen de los abuelos paternos, Felipe Spinola Bassadona y Jerónima Doria; 12 en Guisa, ciudad siciliana de donde era orinndaAnna Colonna Gioeni; 20 en Palermo, lugar de origen de la abuela doña Isabel Gioeni y Córdoba, hija del marqués de Juliana, prfucipe de Castillón, antiguo estrático de la ciudad de Mesina y vicario general del reino de Sicilia; y, por último, otros 20 en Orsogna, ciudad natal del abuelo materno, el condestable Marco Antonio Colonna, en la provincia de Abruzzo en el reino de Nápoles. Nada que ver con los testimonios exclusivamente de genoveses residentes en Madrid que habían sido necesarios para concederles el hábito al 1 y ll marqués de los Balbases y de los 20 testigos genoveses pero residentes en la República que habían sido recogidos para conceder a Pablo Spfuola su hábito en 1661. 78 Sobre la promoción de este tipo de matrimonios entre las principales familias aristocráticas italianas por parte de la monarquía, véase A. SPAGNOLEITI, Le dinastie italiane nella prima eta moderna, Bolonia, 2003. • , 75

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un simple linaje genovés al servicio de los Habsburgo para convertirse en una de las más poderosas familias de la aristocracia italiana con importantes intereses en Castilla y sólidos contactos en los Países ~ajos, cuyo complejo entramado de relaciones y de servicios ofrecía innumerables posibilidades para el buen gobierno de la monarquía. A mediados de 1655, y tras más de diez años de ausencia de la Corte, don Luís de Haro requirió de nuevo los servicios de Felipe Spínola en Madrid para incorporarlo a su estrecho grupo de asesores. El marqués de los Balbases se mostraba orgulloso de presentarse como criatura de un primer ministro que, como recordará cuatro años después en su testamento, siempre había trabajado para favorecer y patrocinar los intereses de su casa 79 • Alistair Malcolm ha observado con agudeza cómo el retomo del conde de Oñate a la Corte en 1654 tras su exitosa labor al frente de reino de Nápoles, sumado a la muerte del hasta entonces presidente del Consejo de Italia, el conde de Monterrey, obligaron al valido a buscar a un especialista en asuntos italianos con los necesarios contactos y recursos como para contrarrestar el posible ascenso de una figura que, habida cuenta de su talante independiente, podría poner en cuestión la influencia de Haro en el ánimo del rey 80 • Felipe Spínola, que pocos meses antes había sido nombrado presidente del Consejo de Flandes como medida para consolidar su situación en la Corte 81 , se integró de inmediato en las sesiones del

79 El marqués de los Balbases se refiere sin empacho al: «verdadero afecto con que siempre he amado y deseado servir al excelentísimo señor Don Luís Méndez de Haro, conde duque de Olivares, marqués del Carpio, caballerizo mayor de Su Majestad y su primer ministro y las experiencias que tengo de lo que se me favorece me hace confiar que lo ha de continuar patrocinando y amparando al duque de S esto mi hijo y a mi casa se lo suplico muy encarecidamente y ordeno y mando al dicho mi hijo esté en todo a su orden y obediencia en caso que yo muera». AGS, Contaduría de Mercedes, leg. 1007, Testamento de Felipe Spínola, II marqués de los Balbases, Madrid, 8 de agosto de 1659. 80 Don Luis de Haro actuará con rapidez para moderar el ascendiente del conde de Oñate. Además de llamar al marqués de los Balbases a la Corte y de nombrar a su tío, el conde de Castrillo, como presidente del Consejo de Italia en sustitución de Monterrey y virrey de Nápoles (lo que obligará al marqués de Velada a actuar como presidente interino de dicho Consejo), desplazará en 1656 al marqués de Caracena del gobierno de Milán para enviarlo a los Países Bajos, poniendo en su lugar al conde de Fuensaldaña. Sobre estos asuntos veánse Al. MALcoLM, Don Luis de Haro and the Political Elite oj the Spanish Monarchy in the Mid-Seventeenth Century, tesis doctoral inédita, Universidad de Oxford, 1999, así como G. SIGNOROTIO, Milán español. Guerra, instituciones y gobernantes durante el reinado de Felipe N, Madrid, 2006. 81 El 4 de septiembre de 1654 logra hacerse con el cargo de presidente del Consejo de Flandes y Borgoña,AGS, Estado, leg. 2266, y H. LoNcHAY y J. Cuv:ELIER, Correspondance de la Cour d' Espagne sur les cif.faires des Pays-Bas au XVII' siecle, vol. N, Bruselas 1923-1937, p. 507. En su ya mencionado testamento en 1659 ofrece datos interesan-

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Consejo de Estado, donde ejercerá un papel protagonista y velará por defender sin ambages la acCión de gobierno del valido que, paradójicamente, se hallaba ausente del principal órgano en la toma de decisiones de la política exterior de la monarquía. Como queda patente en los informes elaborados por los embajadores genoveses en Madrid, el marqués de los Balbases protagonizará gran parte de las negociaciones diplomáticas relacionadas con la última fase de conflicto con Francia y con la ofensiva militar en Portugal. Tras la salida de Peñaranda de la Corte en 1657 será, junto a Medina de las Torres, el encargado de coordinar una junta de fraudes destinada a limitar los perjudiciales efectos que sobre las rentas reales se derivaban del masivo contrabando en los puertos españoles 82 y pasará a convertirse en el interlocutor privilegiado de Henry Bennet, el delegado de Carlos ll Estuardo en Madrid 83 • Felipe Spínola apostará asimismo por impulsar un mayor entendimiento con las Provincias Unidas como el camino más adecuado para afrontar con éxito la alianza ofensiva alcanzada entre Londres y París en 1657 y debilitar el apoyo de dichas potencias a los Braganza. Será él quien se encargue de llevar a buen puerto las negociaciones entabladas con el residente de la República en Madrid, De Reede, por las que, a cambio de un férreo bloqueo de las costas de Portugal por parte de la flota holandesa, la monarquía se comprometía a conceder los permisos necesarios para extraer sal de la costa de Araya en Venezuela, lo que suponía una virtual ruptura del monopolio español sobre el comercio americano. Cuando el acuerdo se encontraba listo para su ratificación, la reticencia final del gobierno de La Haya por temor a suscitar la animadversión franco-británica y el consenso logrado entre Haro y Mazarino en los Pirineos convirtieron el compromiso en papel mojado 84 •

- Su ascendiente en el favor real, su cercanía al valido y sus múltiples cargos en los principales órganos de gobierno de la monarquía explican que Felipe Spínola acabase por convertirse también en uno de los más cualificados factores de honores en la Corte. Su abündante correspondencia privada incluye numerosas cartas de particulares que suplicaban su recomendación para la obtención de cargos y prebendas y que, como indicaba uno de los solicitantes que mayores beneficios extraerá de su amistad, se vanagloriaban de «gozar de su poderosa protección en la Corte» 85 • Quien así se expresaba era Vincent Richard, secretario de la embajada española en La Haya, para el que poco antes de su salida de Génova en 1655 había logrado que se le concediese el cargo de secretario de lenguas con una ayuda de costa de nada menos que 1.000 escudos 86 • Una vez en la Corte, y en calidad de presidente del Consejo de Flandes, el marqués de los Balbases seguirá gratificando a Richard mediante la concesión de un título nobiliario para su padre, el nombramiento como máestre de la Cámara de Cuentas de Dola, la dispensa en el pago de determinados derechos y el apoyo a su candidatura para la obtención de la plaza de secretario del Consejo Privado de Flandes a pesar de los recelos que provocaba el origen borgoñón del candidato 87 • La importancia estratégica de la embajada española en La Haya para la conservación de lo que quedaba de los Países Bajos explica también el decidido apoyo prestado por Felipe Spínola al embajador español, Esteban de Gamarra, para el se esforzará por conseguir una plaza en el Consejo de Guerra 88 en 1657 • El marqués de los Balbases utilizará también su red de contactos en el exterior para favorecer a sus criaturas en otros dominios bajo la jurisdicción de la Corona. Así, en 1656 elevará instancias ante el conde de Castrillo para que, en calidad de virrey de Nápoles, con-

tes sobre las importantes cantidades que se le adeudaban de su puesto como presidente del Consejo de Flandes. 82 BNM, Mss. 9926, Carta del duque de Medina de las Torres sobre la junta particular sobre fraudes, Madrid, 13 de septiembre de 1658. 83 A. Malcolm recoge las palabras de Bennet sobre el marqués de los Balbases del que dice «Who hath credit in the affairs ofMadrid equal with that ofthe count de Pignaranda>>. A. MALCOLM,Don Luis de Haro ..., op. cit., p. 192. Señala, asimismo, cómo Felipe Spfuola será prácticamente el único de los principales dirigentes de la monarquía en quedar al margen de la ácida censura de los pasquines que circulaban en la Corte contra Haro, el confesor real o el propio Peñaranda por la crítica situación de la Corona. 84 Hemos tenido ocasión de analizar todos los pormenores de las numerosas reuniones entre el marqués de los Balbases y De Reede en Madrid en M. HERRERo SÁNCHEZ, «La explotación de las salinas de Punta de Araya. Un factor conflictivo en el proceso de acercamiento hispano-neerlandés (1648-1677)>>, Cuadernos de Historia Moderna, 14, 1993, pp.179-200.

AGS, Estado, Embajada de España en La Haya, leg. 8710, Carta de Vincent Richard al marqués de los Balbases, La Haya, 22 de julio de 1655. 86 !bid., Carta del marqués de los Balbases a Vincent Richard sobre su puesto como secretario de lenguas, Rossano, 29 de mayo de 1655. 87 AGS, Estado, Embajada de España en La Haya, leg. 8477, donde se recoge la abultada correspondencia del marqués de los Balbases con el embajador Gamarra y el secretario de la embajada, VincentRichard entre 1656 y 1659.Este último, en una carta escrita desde La Haya el1 de diciembre de 1658, se excusará en estos términos por su insistencia a la hora de solicitar la mediación de Felipe Spfuola: «Que Vuestra Excelencia se sirva de perdonar mi inoportunidad que la necesidad me obliga a ser cansado y no tengo ahora en esta Corte otro apoyo que el de Vuestra Excelencia en cuya generosidad tengo puestas todas mis esperanzas>>. 88 !bid., Carta del marqués de los Balbases a Gamarra en la que además de darle el pésame por la muerte de su hijo en la batalla de Valenciennes le comunica las tratativas que está llevando a cabo para la obtención de su puesto como consejero de Guerra, Madrid, 20 de abril de 1657 .

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cediese al doctor Pablo Genestasio un cargo adecuado a su posición en dicho territorio. Para ello bastaba con recordarle los vfuculos que ambos compartían con Haro y la confianza que tenía «de todo lo que pueda tocar a mis intereses en ese reino porque la merced que siempre Vuestra Excelencia me ha hecho en ellos me deja con toda la confianza mayor que puedo tener» 89 • A pesar del notable peso que Felipe Spínola había adquirido en la toma de decisiones de la monarquía durante la década de 1650 y de que en determinadas ocasiones llegase incluso a identificarse a sí mismo como castellano 90 , nunca dejó de comportarse como la cabéza visible de la poderosa comunidad genovesa residente en la Corte. El séquito que acompañaba a los sucesivos embajadores de la república que hacían su entrada en la Corte estaba encabezado, en caso de encontrarse en Madrid, por el marqués de los Balbases cuya residencia era uno de los principales lugares de reunión para los miembros de la aristocracia genovesa 91 • Frente a lo que ocurría en otras ciudades de la monarquía como Sevilla, N ápoles o Milán, el influyente y abultado grupo de genoveses residente en la Corte no disponía de un consulado capaz de velar por sus intereses, ni de una capilla o iglesia propia en la que realizar sus ceremonias colectivas 92 • No obstante, y

S9 ASN, Segreterie dei Vicere, Scritture diveí:se, Íeg. 2001, Carta del marqués de los Balbases al conde de Castrillo, Madrid, 1 de enero de 1656. 90 En una carta dirigida al embajador español en La Haya, Antaine Brun, en la que ofrece su opinión sobre el conflicto entre las Provincias Unidas e Inglaterra, Felipe Spínola señalaba: . AGS, Estado, Embajada de España en La Haya, leg. 8710, Rossano, 28 de julio de 1652. 91 Las minuciosas relaciones en las que se describe la primera recepción real a cada uno de estos delegados han sido recogidas por R. CJASCA, lstruzioni e relazioni ... , op. cit. En la mayor parte de los casos el marqués de los Balbases ocupa un puesto de honor en la carroza del embajador. 92 Ausencia de consulado que no se debía, como pretende Grendi, al predominio de las finanzas sobre el comercio en el seno de la comunidad genovesa afincada en Madrid, sino al hecho de que la Corona nunca admitió a trámite la creación de este tipo de organismos en la Corte. Al respecto véase E. GRENDI, 1 Balbi ..., op. cit. donde ofrece una valiosa información sobre los ingresos de las principales familias genovesas asentadas en Madrid, pp. 134-139. Es cierto que los genoveses no cesaron de solicitar la creación de un consulado pero sus demandas cayeron siempre en saco roto, R. CJAscA, lstruzioni e relazioni ..., op. cit., vol. m, p. 125, sobre la solicitud de 1607. Estas adineradas y devotas familias se encontraban entre los principales sostenedores del hospital de los italianos y gastaban enormes sumas en fundar capellanías y en todo tipo de obras caritativas. Felipe Spínola levantará en Leganés un colegio de niñas como se indica en su testamento. Sobre este asunto véase también T. NAVA RoDRíGUEZ, , en M. BossE y A. STOLL (eds.),La creatividad femenina en el mundo del Barroco Hispánico, Bielefeld, 1999, pp. 559-578.

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como ha subrayado Carlos Álvarez Nogal, el poderoso lobby de hombres de negocios asentados en Madrid logró establecer fuertes lazos de solidaridad mediante vfuculos matrimoniales y de amistacl,entre los miembros de las principales familias y actuó de forma compacta para negociar de manera ventajosa con la Corona y evitar los perjudiciales efectos de las sucesivas bancarrotas 93 • Familias adineradas, con un tren de vida aristocrático y cuyo interés por promocionarse en el seno del sistema imperial hispánico les empujará a mantener las mejores relaciones posibles con el marqués de los Balbases, quien podía disponer a cambio de una inagotable fuente de crédito y de un acceso privilegiado a las redes internacionales de financieros de la talla de Bartolomé Balbi, Francisco Grillo o Andrea Pichenotti 94 • La frenética actividad del marqués de los Balbases en la Corte no se limitaba a sus considerables tareas de gobierno o al patrocinio de sus criaturas o de sus intereses particulares. Felipe Spfuoia se convirtió también en uno de los más refinados componentes del selecto grupo que, en torno a don Luís de Haro, se dedicaba al coleccionismo de obras de arte en consonancia con los gustos del monarca. Al igual que el marqués de Leganés, el conde de Altarnira o, de manera especial, el hijo del valido, el marqués de Heliche, Balbases hizo de lapasión artística una pieza clave a la hora de expresar sus fidelidades políticas y una prueba elocuente del grado de refinamiento aristocrático alcanzado por la élite procedente de la pequeña república mercantil95 • Siguiendo las pautas de los principales exponentes del patriciado genovés, la familia Spinola se hará retratar con sus mejores galas por algunos de los artistas más reconocidos del momento como Van Dyck,

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C. Ár.vAREZ NoGAL, , op. cit., así como el sobresaliente estudio sobre el factor general Bartolomé Spínola, C. Ár.VPJJ.J!Z NoGAL, L. Lo BAsso y C. MARsJLro, «La rete financiaría della famiglia Spinola: Spagna, Genova e le fiere dei cambi (1610-1656)>>, Quaderni Storici, 124, XLII, miro. 1, abril de 2006, pp. 1-14, en el que se realiza un detenido estudio sobre las diferentes tipologías de redes superpuestas (de índole mercantil, financiera y naval) así como del imponente entramado de correspondientes de dicha firma enAmberes, Génova o Sevilla. 94 La opinión y el grado de conocimiento que las principales familias de la aristocracia genovesa residente en Madrid tenían de los sucesivos marqueses de los Balbases lapodemos extraer de los numerosos testimonios que fueron recogidos entre los Jniembros de dicha comunidad para la concesión de los hábitos de Santiago a Ambrogio, Felipe y Pablo Spínola. En ellos se indica la edad de lós declarantes, su grado de parentesco con el investigado y su relación con el resto de los miembros de su familia. Los principales prestamistas de Felipe Spínola aparecen también reflejados en su ya reseñado testamento. 95 El entusiasmo de la nobleza por el coleccionismo constituía una forma de consumo conspicuo fundamental para expresar el estatus alcanzado por la familia, como ha indicado con aciertoA.MALcoLM;DonLuis de Haro ..., op. cit., p. 83. !

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quien, además de las múltiples representaciones de Ambrogio Spinola, retratará a su hija Polissena y a la mujer del II marqués de los Balbases, Jerónima Spínola Doria 96 • Sus contactos en los Países Bajos y la dilata red de sus dominios señoriales en Castilla, N ápoles y Milán sumados ai mantenimiento de sus lazos con la madre patria convertirán a esta familia en una de las más insignes canalizadoras de un modelo culturallubrido de marcado talante internacional en el que, al igual que ocurría en Génova, se mezclaban las influencias procedentes de Italia, Flandes o España 97 •

su hija Giovanna permanecía recluida en un convento de monjas turquinas en Milán, el marqués de los Balbases se preocupó por dejar en una situación confortable a su mujer que, al igual que había ocmrido con su madre, había optado por mantener su residencia en Génova. Además de devolverle parte de los fondos que le había anticipado de su patrimonio y de recomendar a su hijo que repartiese con ella las elevadas deudas que la Corona mantenía aún con Ambrosio Spínola, destinó una partida de su herencia a la fundación de un convento de monjas carmelitas descalzas de Santa Teresa en el lugar de los dominios de la monarquía que su mujer prefiriese 100 • El todavía duque de Sesto debía igualmente ocuparse de la situación de los principales criados de su padre y proceder a la entrega de una alhaja a las marquesas de Leganés y Almazán, a sus respectivos maridos y su sobrino, el futuro arzobispo de Sevilla, Ambrogio Spínola, como «demostración de mi reconocimiento por el cariño y afecto con que me han asistido y favorecido». Felipe Spínola fallecía en Madrid en su casa de la calle Ancha de San Bemardoel8deagostode 1659 ala edad de sesenta y tres años. Como quedaba estipulado en su testamento, fue conducido «en secreto y sin pompa>> a la villa de Villarejo de Salvanés, de su encomienda mayor, y depositado en la iglesia parroquial. Para el reposo de su alma quedaban pagadas 2.000 misas de las que 500 deberían realizarse en el emblemático convento de Nuestra Señora de Atocha.

El coleccionismo de obras de arte y la acumulación de objetos suntuarios le permitieron reforzar sus lazos personales en la Corte 98 • En el testamento realizado en Tortona por el marqués de los Balbases antes de abandonar Italia en 1655legaba a don Luís de Raro un San Sebastián de Rubens y al conde de Peñaranda una pintura de San Jerónimo de Durero como prueba elocuente de su adscripción a la facción del valido. Las mandas testamentarias ponían igualmente de relieve el apego del marqués con su lugar de origen. Aunque su herencia pasó en su integridad a su único hijo varón, Pablo Spínola Doria 99 , puesto que

96 Ya hemos tenido ocasión de hacer referencias a los estudios de José Luís Colomer sobre la fortuna iconográfica del I marqués de los Balbases. Sobre los numerosos retratos elaborados por Van Dyck de otros miembros de su familia tanto en los Países Bajos como en la república véase P. BocCARDo, «Ritratti di genovesi di Rubens e Van Dyck: Contesto e identificazione», en S.J. BARNE y A. K. WHEELOCKJr., (eds.), VanDyck 350, Washington, 1994, pp. 79-102, e ÍD., «Rittrati di collezioniste e committenti» en Van Dyck a Genova. Grande pintura e collezionismo, Milán, 1997 ,pp. 29-58. Según Boccardo el retrato de Felipe Spínola no se debe atribuir a Van Dyck sino a Adriaen van Bloemen, otro pintor flamenco que trabajó también en la República. 97 Sobre la importancia de los modelos españoles en la república, donde a pesar del impulso de la moda francesa se mantendrán prendas como el guardainfantes, véase M. CATALDI GALLo, «La moda española y la Génova del siglo XVII>>, en P. BoccARDo, J. L. CoLOMER y C. DI FABIO (eds.), España y Génova. Obras, artistas y coleccionistas, Madrid, 2004,pp.l49-156. 98 Gracias a los estudios de Boccardo conocemos el interés de los miembros de la comunidad genovesa por el mercado de arte en la Corte. Al respecto destacan las adquisiciones de cuadros de la imponente colección del cuñado de Felipe Spínola, el marqués de Leganés, así corno las compras efectuadas por algunos embajadores como Anton Giulio Brignole Sale de las que tenemos constancia gracias al testimonio recogido en las licencias de paso almacenadas en e!AGS. Sobre estas cuestiones véase P. BoccARDo, , en Arte y diplomacia de la Monarquía Hispánica en el siglo XVJI, Madrid, 2003, e ÍD., «Mercado artístico y colecciones entre Madrid y Génova (siglos XVII-XVIn)>>, en P. BoccARDo, J. L. COLOMER y C. DI FABIO (eds.), España y Génova ... , op. cit., pp.l88-204. 99 En el último de sus testamentos, redactado en Madrid dos días antes de su muerte, el Il marqués de los Balbases cedía a su único hijo varón todos los títulos y honores así corno una cuantiosa herencia compuesta, entre otros bienes, por 455.651 maravedíes de juros al quitar situados en diferentes rentas y servicios de Castilla corno los millones de Cór-

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Conclusión El análisis de la red Spínola y de las estrategias empleadas por los marqueses de los Balbases para promocionarse en el interior de la 'Monarquía Hispánica constituye un ejemplo elocuente sobre el fuerte acento internacional de las élites que circulaban en el seno de una compleja estructura de poder en la que se fundían elementos pro-

~:;v,~, ~vp•auuu o de Toledo, las salinas de Andalucía o los unos por ciento de Sevilla. Pa-

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recibía, asimismo, la encomienda de Carrizosa y Mestanza y se hacían

o, }llªfanC!asru tey j)ilra que: «en consideración de haber rentado tan poco la encomienda ma-

que está en esta casa por las grandes cargas y pleitos y tropiezos de fábricas que ha sido necesario hacer y no haberse por esta causa JW!U>t.~.u•a ue consideración para dicho mayorazgo se sirva de alargar el goce de ella len menester para el cumplimiento de la obra a que está aplicada cuando ;¡;;¡¡ggus~a.s,e;l).a.:;emos merced de algunos más a los 4 de supervivencia que me hizo merced es cierto que quedará muy atrasada la casa de mi hijo en materia Contaduría de Mercedes, Ieg. 1007. ~llya raorica destinaba parte de los fondos de su encomienda mayor así como las corno recompensa por su participación en la torna de Valen9á .

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cedentes de diferentes tradiciones. Los Spínola nunca romperán los vínculos con su lugar de origen, aunque asistamos a una paulatina atenuación de los mismos en paralelo a la consolidación de su posición en los dominios españoles en Italia y a su plena implantación en los espacios de sociabilidad de las Cortes de Madrid y Milán, lugar de nacimiento, este último, del III y del IV marqueses de los Balbases. No obstante, la perduración de sus contactos con las redes mercantiles y financieras genovesas, que se habían convertido en un elemento central en la meteórica ascensión de la familia, les ayudará a ejercer una función de intermediación fundamental con los representantes diplomáticos de la República y con sus poderosos hombres de negocios. Su alta movilidad, su exquisito y refinado gusto, el acceso privilegiado a las obras de arte o a las nuevas pautas de comportamiento les permitirán difundir un buen número valores y modas de marcado acento cosmopolita que compartirán con los principales miembros de la aristocracia castellana e italiana con los que lograrán establecer una cuidada y prometedora política matrimonial. Unos valores y unas pautas de actuación que, lejos de ser el reflejo de una teórica ausencia de racionalidad económica y del abandono de los intereses mercantiles que habían estado en el origen de la fortuna familiar, consentían ampliar de forma notable su capital social y sus posibilidades de promoción. A pesar de sufrir ciertas dificultades económicas por las exigencias de sus cargos políticos y diplomáticos, estas familias recibirán el apoyo de una monarquía capaz de favorecerles con la concesión de nuevos privilegios, cargos y mercedes. Situaciones de despilfarro circunstancial, como el efectuado por Ambrosio Spínola en la Corte de Bruselas, que será reproducida por su nieto Pablo con motivo de su embajada en París en 1679, tuvieron, a la postre, visos de ser una inversión muy lucrativa en términos de poder y permitieron abrir nuevas posibilidades de ascenso social. Los Spínola, como hemos podido observar, mantendrán en todo momento vías abiertas de contacto con las redes mercantiles y financieras de su mismo albergo tanto en Génova, como en Nápoles, los Países Bajos o . la Corte de Madrid. Al mismo tiempo lograron diversificar con intelié gencia sus negocios, situando sus capitales en las mejores inversione$ · del momento, sin dejar de acometer mejoras en sus dominios patrinio: niales, jugar con la compra-venta de su. cargos palatinos y multip1j;, car sus acreedores. Beneficios en términos económicos y de prestigiQ. que explican no sólo la fidelidad que profesaron al monarca católic~; sino también su papel insustituible en el mantenimiento de la integrt~. dad territorial del sistema imperial hispánico gracias. a su acción gobierno, a sus servicios militarfis y diplomáticos y a sus "'-

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dos y valiosos contactos internacionales. Un apoyo decidido que, no lo olvidemos, estaba en la base de su poder y por el que habían recibido innumerables mercedes y privilegios básicos para la adecuada promoción de la familia. No en vano, el IV marqués de los Balbases, Felipe Spinola Colonna, ostentará hasta 1713 y en pleno conflicto sucesorio el cargo de virrey de Sicilia, el último de los territorios que la Monarquía Hispánica será capaz de conservar en Europa. Su fidelidad a la nueva dinastía borbónica, considerada como la más capacitada para evitar la disgregación de un entramado imperial del que eran uno de los más conspicuos representantes, será imitada por el resto de los más influyentes linajes genoveses como atestigua el hecho de que el duque de Tursi se inclinase por poner su poderosa escuadra en el Mediterráneo a las órdenes de Felipe V 101 • Familias como los De Mari; los Grillo, los Doria o los Spínola que, expropiadas de gran parte de su dominios feudales en los dominios italianos de la Corona por la de·····. rrota de los Borbones, actuarán a la postre como uno de los principa\:\ les resortes, más allá de los meros caprichos personales de Isabel de ;Farnesio sobre los que se ha puesto en exceso el acento, de la recupede la posición española en la península transalpina a lo largo siglo XVIII.

>i :1\LVAREZ-OssoRto ALvARIÑo, «¿El fin

de la Sicilia española? ...>>, oi. cit.

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