La reconfiguración territorial de Ciudad del Carmen como consecuencia del extractivismo petrolero

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Descripción

INSTITUTO DR. JOSÉ

DE INVESTIGACIONES MARÍA LUIS MORA

“La reconfiguración territorial de Ciudad del Carmen, Campeche como consecuencia del extractivismo petrolero”

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QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRO EN ESTUDIOS REGIONALES P R E S E N T A : Eduardo Hernández Melgar Directora: Dra. María del Carmen Collado Herrera México, D.F.

Agosto de 2015

Esta Investigación fue realizada gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología

Agradecimientos: A mis padres, hermanas, sobrinas y sobrinos A Dayana y familia Pérez Ramírez por su compañía y apoyo A mi Directora Dra. Carmen Collado y sinodales Al Instituto Mora, la UNACAR y habitantes de la Isla del Carmen

ÍNDICE GENERAL Introducción........................................................................................................... 1

1. Extractivismo, petróleo y territorio ............................................................... 5 1.1

Escalas analíticas para estudiar la extracción petrolera ...................... 6

1.1.1

Primera escala: el modelo extractivo exportador ................................. 6

1.1.2

Segunda escala: Campeche, la Federación ¿y el petróleo? ............. 11

1.1.3

Tercera escala: El modelo extractivo y el enclave regional ............... 18

1.2 De lo extractivo a lo extractivista, conformación del extractivismo como una categoría analítica. ......................................................................... 22 1.3 El extractivismo en su dimensión petrolera. Una caracterización necesaria .......................................................................................................... 28 1.3.1

1ª característica: elevado volumen de extracción .............................. 28

1.3.2

2ª característica: alta intensidad extractiva ........................................ 29

1.3.3

3ª característica: satisfacer la exportación......................................... 31

1.4

Territorio y espacio: elementos de la ecuación extractivista ............. 34

1.4.1

Territorio y territorialidad .................................................................... 34

1.4.2

Espacio socialmente construido ........................................................ 37

1.5

Tendencias generales de la urbanización petrolera ........................... 39

1.5.1

Impactos urbanos territoriales ........................................................... 40

1.5.2

Impactos urbanos espaciales ............................................................ 45

1.6

Cierre del capítulo .................................................................................. 47

2. Ciudad del Carmen, Campeche: una isla con historia extractivista ........ 49 2.1 El extractivismo forestal en el siglo XX: palo de tinte, maderas preciosas y chicle ............................................................................................ 53 2.2 El extractivismo camaronero: conexión entre el mar y la ciudad .......... 67 2.3 Cierre del capitulo ...................................................................................... 78

3. El impacto territorial del extractivismo petrolero en Ciudad del Carmen, Campeche ............................................................................................................ 80 3.1 Instauración y consolidación del extractivismo petrolero en la Sonda de Campeche ......................................................................................................... 81 3.2 Transformaciones territoriales ................................................................. 90 3.2.1 La interconexión física de un territorio insular ........................................ 90 3.2.2 La expansión de la superficie física construida ...................................... 94 3.3 Cierre del capítulo .................................................................................... 122

4. Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero en Ciudad del Carmen, Campeche ........................................................................................... 124 4.1 Cambios socio-espaciales ocasionados por la interconexión territorial de una isla ...................................................................................................... 125 4.1.1 Representaciones y significados de la interconexión territorial ............ 127 4.1.2 Consecuencias de la interconexión territorial ...................................... 130 4.2 Los efectos de la expansión de la traza urbana en la percepción del espacio social ................................................................................................ 134 4.3 La incidencia de la migración petrolera en la recomposición del espacio social ............................................................................................................... 143 4.4 Cierre del capítulo .................................................................................... 152

Conclusiones ..................................................................................................... 154

Referencias ........................................................................................................ 159

Anexos ............................................................................................................... 172

Introducción La explotación de petróleo en México tiene una larga trayectoria, y por ende diversos estudios se han ocupado de analizarla desde múltiples enfoques. Con esto en mente, la presente tesis aspira a sumarse a dicha comitiva, pero en esta ocasión proponiendo identificar en el territorio y en el espacio que la sociedad construye en él, un objeto más de investigación. A partir de la década de 1970, la actividad petrolera mexicana volvió a repuntar en la escena internacional. De allí para adelante, México adoptó el papel de país no sólo productor y exportador de petróleo, sino también dependiente de él. Sin embargo, esta vez no fueron los territorios de la Huasteca en San Luis Potosí y el norte de Veracruz los que protagonizaron dicho momento, fue el sureste mexicano, y particularmente la Sonda de Campeche quien lo hizo. Ya que la Sonda de Campeche es una zona marina, la extracción del petróleo requirió valerse de una superficie terrestre desde la cual dirigir sus operaciones. Ante esta necesidad, la Isla del Carmen y su núcleo urbano Ciudad del Carmen fueron los lugares idóneos dada la cercanía que existe con respecto a los yacimientos petroleros. Tras más de 35 años de explotación de petróleo convencional, actualmente el escenario es poco alentador. El Activo Cantarell alcanzó su pico de producción en el 2004 y después de haber aportado más del 62% de la extracción nacional, hoy sólo aporta cerca del 13%. Ante este panorama, es fundamental reflexionar sobre los efectos que ha ocasionado dicho extractivismo en el espacio y en el territorio de Ciudad del Carmen. Por esta razón, el objetivo principal de esta investigación es conocer cuáles han sido las principales transformaciones territoriales que el extractivismo petrolero ha ocasionado en Ciudad del Carmen, Campeche. Esto permitirá además identificar qué relación guarda la transformación del territorio de dicha ciudad con la asignación de nuevas representaciones al espacio social de la isla.

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La hipótesis central de la tesis afirma que el extractivismo petrolero transformó el territorio de Ciudad del Carmen propiciando un fenómeno de urbanización anárquica, secundado por la llegada de flujos migratorios atraídos por dicha actividad. La transformación territorial además se ha convertido en otro factor para que el espacio social sea dotado de nuevos valores anteriormente desconocidos por la población oriunda. Esta investigación consta de cuatro capítulos, cuya metodología a pesar de tener un hilo conductor, contiene especificidades que merecen destacarse para próximos estudios que puedan realizarse sobre esta temática, ya sea en Ciudad del Carmen o bien en otra ciudad petrolera. En el primer capítulo se plantean los alcances y dimensiones de los tres conceptos que orientan el análisis: extractivismo, territorio y espacio. Además, se realiza una aproximación al objeto de estudio mediante un análisis multi-escalar, en donde el petróleo es visto como un recurso con impacto global, nacional y por supuesto local. La metodología utilizada para construir este capítulo se basó en la revisión y el uso de fuentes documentales, lo cual permitió elaborar una caracterización del extractivismo petrolero mexicano. Asimismo, en la parte final de este capítulo se identifican una serie de tendencias urbanas que han seguido algunas ciudades petroleras, esto se hace a partir de las experiencias de ciudades tanto mexicanas como latinoamericanas. En el capítulo número dos puede encontrarse una reconstrucción histórica de las diferentes actividades extractivas que han sido desarrolladas en la región de estudio. Sin embargo, más que presentar una descripción secuencial de éstas, la intención del capítulo es identificar cuál fue el papel que cumplió Ciudad del Carmen en ellas. Dicho en otras palabras, este capítulo examina las diferentes configuraciones territoriales con las que se articuló Ciudad del Carmen tanto en el extractivismo forestal como en el camaronero.

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La metodología de este capítulo utiliza nuevamente fuentes documentales, pero además se apoya en algunas fotografías, cuyo trato como una fuente de información permite evidenciar las transiciones entre un pasado y un presente. Gracias a estos registros visuales es posible tener una oportunidad para identificar algunas escenas que por una ruptura en el tiempo ya no existen, pero que indudablemente quedaron guardadas en la memoria social de un pueblo. Aquí, la ventaja que recobran las fuentes visuales es que ofrecen una representación gráfica de situaciones, escenas y personajes que difícilmente la fuente escrita puede aportar con el mismo nivel de especificidad. El tercer capítulo se ocupa en definir cuál ha sido el impacto territorial del extractivismo petrolero en la Isla del Carmen. Para llegar a esto, antes se hace un breve apunte en la forma en que este proceso extractivista se implantó allí. Este capítulo está subdividido en tres sub-apartados, que a juicio de esta investigación corresponden a las tres formas principales mediante las cuales el territorio de la ciudad fue impactado por la implantación de la extracción petrolera como actividad dominante. La metodología utilizada aquí consistió nuevamente en el uso de la fuente escrita, particularmente en la revisión de los Informes de Labores de Pemex desde 1970 hasta el 2010, así como de una serie de anexos estadísticos. Sin embargo, también fueron de particular ayuda los recursos cartográficos con los cuales pudieron reconstruirse narrativamente los límites que contuvieron a la ciudad durante los primeros años del extractivismo, y la forma en que éstos fueron ampliándose con el devenir del tiempo debido a la influencia de otros factores como la migración. El cuarto capítulo en sí tiene una amplia relación con el tercero, pues las transformaciones territoriales allí analizadas son tratadas en esta sección como factores que también incidieron en la modificación del espacio social que a diario es construido por los habitantes de Ciudad del Carmen. El interés de este capítulo es recorrer la memoria colectiva que fue fragmentada con el extractivismo petrolero y que sólo mediante la fuente oral puede ser recuperada. 3

Para conseguir entender de qué forma el espacio ha sido modificado por el extractivismo, este capítulo trabaja con las entrevistas temáticas a profundidad que fueron realizadas durante el trabajo de campo, las cuales representan un esfuerzo por construir fuentes de información para ésta y próximas investigaciones. Se realizaron dos estancias de investigación en la región de estudio cada una de ellas con la duración de un mes. A este respecto, vale la pena subrayar que la fuente oral representó un campo de oportunidad, pues permitió acercarse a los actores que otras fuentes de investigación no habían abordado previamente. Esto se debe a que en sí la oralidad es una maquinaria muy poderosa de penetración del análisis social, pues ésta se concentra en la visión y versión que desde dentro y lo más profundo se construye a partir de la experiencia humana de los sujetos en un ámbito social-local-oral (Aceves, 1998 ). Por último, este trabajo de investigación representa un esfuerzo por comprender el impacto local que dinámicas extractivistas con fuerte relación al ámbito internacional ocasionan, y que la mayoría de las veces se desconocen.

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Extractivismo, petróleo y territorio

1.

Extractivismo, petróleo y territorio

Antes de iniciar la discusión teórica-conceptual es pertinente aclarar algunos rasgos esenciales que sirven como antesala de este primer capítulo. Primero, la presente tesis utilizará el concepto de extractivismo como una forma de enriquecer el análisis sobre el modelo extractivo-exportador1 en América Latina, y expandirlo hacia un aspecto pocas veces abordado: las implicaciones territoriales y sociales desatadas por éste. Segundo, no obstante que las categorías extractivismo y modelo extractivoexportador en esencia refieren a lo mismo, es decir, a la extracción y al comercio internacional de los recursos naturales, la primera categoría tiene la peculiaridad de evidenciar el deterioro de la relación capital-naturaleza. Por esta razón, en los últimos años ésta ha tenido un mayor uso especialmente en artículos académicos latinoamericanos, y en eventos de resistencia política y social contra grandes proyectos minero-energéticos.2 Tercero, para abordar la relación extractivismo-petróleo este apartado realiza un análisis multiescalar, de tal forma que el objeto de estudio pueda ser observado desde tres lentes distintos que transitan desde lo global hasta lo local. La intención de esto es precisamente evidenciar esta vinculación, que como se verá en los próximos capítulos se encuentra presente en el caso de estudio.

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El modelo extractivo-exportador incluye las siguientes actividades económicas: la minería, la pesca, la explotación forestal y de hidrocarburos. En lo que respecta al resto de las actividades económicas primarias tales como la agricultura de plantación, se utiliza en la literatura académica la categoría de modelo productivo (o primario)-exportador. 2 Con el propósito de resaltar la vigencia de este concepto se enlistan a continuación solamente algunos de los eventos que fueron realizados en los últimos años: II Encuentro de Conflictos SocioAmbientales: construyendo fuerza comunitaria contra la usurpación extractivista (agosto, 2014); Seminario Internacional: Desarrollo, extractivismo y conflicto en América Latina y el Caribe (Colombia, mayo, 2014); Extractivismo, nuevos Cambios de Dominación y Dependencia (Bolivia, diciembre, 2013); Extractivismo, nuevos contextos de dominación y resistencias (Bolivia, octubre, 2013); Transiciones, postextractivismo y alternativas al extractivismo"(Perú, septiembre, 2012). Un listado más completo puede localizarse en: http://www.extractivismo.com/actividades.html [consultado en septiembre de 2014]

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Extractivismo, petróleo y territorio

La estructura del capítulo consta de cinco apartados. Los primeros tres están dedicados a la discusión del extractivismo como categoría analítica, y los últimos dos abordan la manera con la cual desde el punto de vista conceptual éste ha impactado tanto al territorio como al espacio. El capítulo cierra con un análisis en torno al proceso de urbanización petrolera recuperando experiencias tanto nacionales como internacionales. 1.1

Escalas analíticas para estudiar la extracción petrolera 1.1.1

Primera escala: el modelo extractivo exportador

Para comenzar la discusión en torno al extractivismo como una categoría analítica contemporánea, antes es necesario partir de la existencia de un modelo extractivoexportador. Este concepto fue desarrollado durante la segunda mitad del siglo XX dentro de los marcos de la teoría de la dependencia, su propósito fue explicar desde el punto de vista económico y político la escasa diversificación comercial con la que América Latina se articuló históricamente al mercado internacional.3 La utilidad que tienen los aportes dependentistas es que invitan a analizar la extracción de los recursos naturales, no solamente como una fuente de producción económica, ingresos nacionales, y empleo local o regional, sino también como una forma particular de vinculación con el mercado mundial, en donde los factores externos inciden en la dinámica interna y viceversa. En esta sintonía, los teóricos de la dependencia conciben al modelo extractivo como un proceso de articulación comercial impuesto desde la Colonia, aunque perpetuado por las oligarquías nacionales después de los procesos de 3

Existe una una amplia producción académica que aborda el tema de los procesos extractivos en América Latina, lo cual se explica debido a que desde el siglo XVI el proceso de colonización europea implantó una intensa dinámica comercial de los recursos naturales, específicamente aquellos que poseían un alto valor de cambio en Europa. El ejemplo más sobresaliente de este proceso histórico se encuentra en la minería pues la extracción de oro y plata constituyó, además de una importante fuente de atracción de intereses privados extranjeros, el principal motor económico que conformó el mercado interior. Esto en palabras de Carlos Sempat Assadourian queda expresado en las siguientes líneas: “la minería conserva la posición de producción dominante del sistema, categoría que le confiere su doble función de articulación principal con el exterior y de elemento que determina el curso de todo el proceso productivo del espacio colonial” (1998, pág. 30).

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Extractivismo, petróleo y territorio

independencia. El resultado, siguiendo con esta teoría, es que la especialización en los productos primarios a la postre terminó por perjudicar el desarrollo económico y social de la región. En efecto, el modelo de desarrollo volcado hacia el exterior que sigue el capitalismo latinoamericano en su conjunto supone una estructura interna de gran desequilibrio entre las diferentes ramas de la producción, con una hipertrofia de las actividades primarioexportadoras y una correlativa atrofia de las actividades destinadas al consumo interno (Cueva, 1977, pág. 93).

Como puede notarse, este lente teórico centra su atención en la manera en que está compuesta la estructura del sistema global, de tal forma que se destacan las relaciones asimétricas y de subordinación que llegan a traducirse no únicamente en aspectos económicos, sino también tecnológicos e inclusive políticos (Furtado, 1971). Aquí vale la pena detenerse un poco para establecer algunas diferencias entre lo que es útil y no de todo el cuerpo teórico desarrollado por los autores dependentistas. Esto es importante ya que como sucede con toda teoría no todos sus elementos son aplicables al objeto de estudio. Especialmente si se considera que la temporalidad que aborda esta investigación se centra a partir de la década de 1980. Lo primero que debe apuntarse entonces es que la producción comercial de hidrocarburos en México inició hasta finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. En un primer momento fueron las empresas privadas (con suelo privatizado) quienes realizaban dicha actividad, sin embargo, a partir de 1938 el Estado es quien la desarrolla (Collado, 1987 , pág. 54). Es importante señalar esto para balancear por qué la extracción petrolera, más que una herencia colonial al servicio absoluto de los intereses extranjeros, se trata más bien de una actividad estratégica para el propio Estado, en donde inclusive éste participa con Pemex como empresa paraestatal.4

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Posterior a los cambios constitucionales derivados de la reforma energética durante la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, la nueva denominación que le concede la legislación nacional a Petróleos Mexicanos corresponde al de empresa estratégica.

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Extractivismo, petróleo y territorio

El hecho que el Estado sea un jugador más del sistema no exenta que los aportes teóricos dependentistas dejen de ser útiles. Especialmente porque ayudan a entender cómo la exportación de grandes volúmenes de hidrocarburos, reiniciada en México a partir de 1977, puede ser analizada como un tipo de vinculación energética a un proceso capitalista mundial. Para comprender esto, es conveniente abrir un paréntesis y mencionar que tras la culminación de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos emergió como una potencia, y con ello su patrón de consumo también se incrementó hasta tal punto que durante las dos últimas décadas del siglo XX su balanza de hidrocarburos dependió de la importación de petróleo. Es de particular trascendencia el periodo entre 1970 y 1973 cuando las importaciones estadounidenses crecieron un 150%, aunque para 1979 el escenario energético era aún peor, pues más del 75% de sus importaciones provenían de países del hemisferio oriental (Ronfeld, Nehring, & Gándara, 1980), lo que aumentaba los costos del transporte así como el riesgo político ante un embargo petrolero, el cual de hecho se cumplió en 1973. Todas estas condiciones hacían imprescindible que Estados Unidos encontrara nuevas fuentes de aprovisionamiento, lo cual fue satisfecho con los descubrimientos en México unos años después. Los descubrimientos de petróleo en el sureste mexicano fueron vistos por Estados Unidos como una oportunidad para aminorar, más no resolver, esta situación de vulnerabilidad energética. El reporte publicado en 1980 por el think thank Rand Corporation informaba que México tenía en el mercado estadounidense un destino natural para sus nuevas reservas petroleras, por ende, dicho reporte especificaba que no había ninguna necesidad de ofrecer algún tipo de concesión al gobierno mexicano para obtener su petróleo, pues en el mediano y en el largo plazo, el mercado estadounidense ofrecía las mejores condiciones para comprarlo. Mexico’s petroleum resources and policies are of vital interest to the United States in two major areas: U.S. energy security and U.S. Mexican relations. Both are of long term as well as immediate concern. The first involves not only resolving the problems of oil import dependence during the next decade, but also diverting the world energy economy from conventional petroleum resources during the next half-century. The second affects currently sensitive issues such as immigration, trade, and border relations, and poses critical questions

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Extractivismo, petróleo y territorio

for the long-term evolution of the US. Economy and society. (Ronfeld, Nehring, & Gándara, 1980, pág. 70) Moreover, Mexico promises to be a relatively secure and reliable source of foreign oil, particularly for the United States. It has had a stable government for more than a half century. It is free of the frustrating entanglements of Middle East politics. […] Mexico is the most secure of any country that could export sizable amounts of oil (Ronfeld, Nehring, & Gándara, 1980, pág. 76)

Esta previsión fue cumplida, pues las exportaciones mexicanas fueron cruciales para disminuir la dependencia estadounidense hacia el petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Mientras que en 1977 el 70% de la provisión de petróleo a Estados Unidos le era suministrado por países miembros de esta organización, en 1985 este porcentaje se redujo a la mitad (36%), gracias a que el petróleo mexicano alcanzó en este mismo año un 16% del total de importaciones (Morales, Escalante, & Vargas, 1988). Durante la década de 1980, por los datos mostrados en la gráfica 1.1, las exportaciones petroleras mexicanas estuvieron diversificadas, sin embargo, a partir de la década de 1990 éstas se concentraron en el mercado estadounidense.

Elaboración propia con información de la Base de Datos Institucional de Pemex y la US Energy Information Administration

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Extractivismo, petróleo y territorio

Actualmente, el panorama de la ecuación energética estadounidense es diferente. Sin llegar a ser autosuficiente, Estados Unidos ha reducido su dependencia de las importaciones petroleras, de un 60% en el 2005 a un 39% en el 2013, de las cuales, solamente el 10% proviene del Golfo Pérsico (Manning, 2014). En este contexto, la aplicación que tienen los aportes dependentistas respecto al objeto de estudio, radica en que esta teoría permite analizar cómo la integración mexicana al sistema energético mundial, a partir de la década de 1980, se realizó desde una condición primaria, es decir, mediante la exportación de barriles de petróleo crudo. Esta forma de inserción, y dada la urgencia con la que se hizo, impidió por una parte que México desarrollara sus fuerzas productivas en materia de refinación, y por otra parte, benefició a las cadenas de refinerías que ya se encontraban instaladas en la costa este de Estados Unidos (Morales, Escalante, & Vargas, 1988). Es importante señalar que dichas refinerías ya habían comenzado desde la década de 1960 a especializarse en la transformación de crudo pesado, hecho que acentuó aún más el destino del petróleo mexicano hacia Estados Unidos. Los postulados dependentistas señalan que este tipo de articulación primaria está subordinado a una serie de condiciones impuestas por los actores que controlan el mercado internacional (Henrique & Faletto, 1969). Este planteamiento, para el caso de la comercialización de petróleo es válido ya que el precio del barril se encuentra condicionado a una serie de factores que escapan del entorno nacional. En el caso mexicano esto pudo observarse a inicios de la década de 1980, cuando por una sobreoferta de petróleo el precio del barril disminuyó súbitamente, el barril de tipo Maya bajó de 32 a 28 dólares y del Istmo de 38.5 a 34.5 dólares, ello condujo a que los ingresos públicos por concepto de exportaciones se redujeran a tal grado que según el Presidente López Portillo: “en 1981 el país dejó de percibir del exterior 10 mil millones de dólares como consecuencia de la reducción de los precios de sus principales materias primas de exportación” (Mirón & Pérez, 1988, pág. 118).

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Extractivismo, petróleo y territorio

Actualmente el precio del barril de petróleo enfrenta una situación crítica ya que de haber estado por encima de los 100 dólares, hoy su prospectiva apunta a que permanecerá durante el 2015 entre los 38 y los 52 dólares (Piñón, 2015) A manera de síntesis, el enfoque teórico dependentista es útil para entender cómo el extractivismo (que como categoría analítica se detallará más adelante) es un proceso que visto desde una escala internacional refiere a una forma particular de vinculación de las economías periféricas con el mercado mundial, siempre en una relación dialéctica entre lo interno y lo externo. Asimismo, observar al modelo extractivo desde este lente teórico sin duda alguna es provechoso para obtener una imagen ampliada del desarrollo del capitalismo en América Latina, sin embargo, si el análisis se queda solamente con esta perspectiva se estarían perdiendo de vista otros elementos útiles para abordar el objeto de estudio: el extractivismo petrolero y sus implicaciones espacioterritoriales, las cuales como se verá en el próximo apartado también son resultado de una configuración nacional. 1.1.2

Segunda escala: Campeche, la Federación ¿y el petróleo?

La presentación de esta escala cumple con el propósito de observar a la extracción de petróleo como una actividad que vincula a dos actores políticos importantes, por una parte la entidad federativa donde se desarrolla tal actividad, y por otra parte a la Federación. Como ya se mencionó en párrafos arriba, la exploración, extracción y producción de petróleo en México ha sido dirigida desde 1938 por la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos5. Esto encuentra su fundamento legal en el artículo 27 constitucional el cual sostiene que la Nación es propietaria de los hidrocarburos depositados en el subsuelo. Asimismo, el artículo 28 indica que la exploración y

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En virtud de la modificación hecha al artículo 27 constitucional, publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 20 de diciembre del 2013, Pemex pasa a ser considerada una empresa productiva del Estado y bajo esta característica se le otorga la potestad de celebrar contratos con particulares con el propósito de realizar las actividades de exploración y extracción de petróleo.

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Extractivismo, petróleo y territorio

extracción de petróleo es una actividad estratégica del Estado, siendo por ello Pemex y no las entidades federativas, la encargada de desempeñar tal función. Este planteamiento arroja, de inicio, una primera problematización ya que las entidades federativas en donde se llevan a cabo tales actividades se encuentran legalmente restringidas para beneficiarse proprocional y directamente por las operaciones que se desarrollan y afectan sus territorios. En consecuencia, en un primer momento, es la Federación por medio del gravamen fiscal que le impone a Pemex quien se beneficia económicamente por las actividades operativas desarrolladas por la petrolera. De acuerdo con las modificaciones legales hechas en 1983 el régimen fiscal de la paraestatal fue planteado de la siguiente manera: a) Derecho Ordinario sobre Hidrocarburos con una tasa impositiva del 26.8%(DOH) b) Derecho Adicional sobre Hidrocarburos con una tasa del 5% (DEH). Sin embargo, en 1985 se creó una tercera disposición: c) Derecho Extraordinario sobre Hidrocarburos (DEH). Éste a diferencia de los dos anteriores tiene la peculiaridad de no repartirse entre las entidades federativas, yendo por ende directamente al gasto federal. Como puede verse, es a partir de la formulación e implementación de estos tres gravámenes, junto con otros que más tarde se desarrollarán, cuando el Estado mexicano confirma a Pemex como una gran empresa paraestatal proveedora de recursos fiscales.6 A este respecto, es sorprendente el dato que otorga Ramírez (1997, pág. 282) al sostener que a finales del siglo XX el 70% de los ingresos de Petróleos Mexicanos fueron recaudados por el fisco federal.

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En este tema Venegas (2001, pág. 60) apunta que existen razones para que el gobierno grave las actividades de Pemex. En primer lugar se trata de un recurso que pertenece a la nación, segundo, existe una responsabilidad intergeneracional de distribuir los beneficios mediante el acceso a servicios públicos, y tercero la paraestatal tiene un compromiso de justicia social.

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Extractivismo, petróleo y territorio

Ya que a la temporalidad del objeto de estudio le interesan las últimas dos décadas del siglo XX, es un referente importante también considerar las modificaciones que se hacen al esquema fiscal de Pemex en el año de 1994, y que cambian la tasa impositiva de los cargos arriba mencionados quedando de la siguiente forma. Tabla 1.1 Esquema parcial del régimen fiscal de Pemex posterior a 1994

Contribución

Base

Derecho Ordinario sobre la Extracción de Petróleo (DOH)

Se aplica la tasa del 52.3% al resultado de restar el total de ingresos por ventas de bienes o servicios menos el total de los costos y gastos efectuados considerando dentro las inversiones hechas tanto en bienes como en exploración.

Recaudación Federal Participable (RFP) Sí

Derecho Adicional sobre la Extracción de Petróleo (DAH)

Se aplica la tasa de 1.1% sobre el DOH



Derecho Extraordinario sobre la Extracción de Petróleo (DEH)

Se aplica la tasa del 25.5% al DOH

No

Elaboración propia con base en la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 1994

Los cambios legislativos efectuados a partir de 1994 conllevaron a un reajuste presupuestal en dos aspectos. El primero es una reducción del Derecho Adicional (DAH), el cual se encuentra destinado hacia los municipios en dónde se exporta petróleo crudo, de un 5% a un 1.1%. El segundo es un aumento del Derecho Ordinario (DOH) de un 26.8% a un 52.3%. Esto significa que a partir de 1994 las entidades federativas junto con el Distrito Federal reciben una mayor cantidad de ingresos, pero a costa de una menor consignación directa hacia los estados y municipios de dónde se exporta el crudo. Para tener una idea de la importancia que tiene la recaudación proveniente de la actividad petrolera a continuación se presentan dos gráficas. La primera expone los ingresos del sector público presupuestario dividido entre el sector petrolero y el no petrolero.

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Extractivismo, petróleo y territorio

Gráfica 1.2 Ingresos del Sector Público Presupuestario 1980-2010 100.0% 50.0% 0.0% 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 Petroleros

No Petroleros

Fuente: Elaboración propia con base a información del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. LXII Legislatura

La segunda gráfica refiere al porcentaje del Producto Interno Bruto que corresponde a tal ingreso petrolero. Gráfico 1.3 Ingresos Petroleros Porcentaje del PIB 1980-2010 100.0% 80.0% 60.0% 40.0% 20.0% 0.0%

Petroleros

PIB

Fuente: Elaboración propia con base en información del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. LXII Legislatura

Ahora bien, en párrafos arriba se comentó que en un primer momento es la Federación quien se beneficia económicamente de las operaciones de Pemex, sin embargo, parte de estos ingresos también son repartidos entre las entidades federativas por medio del Sistema de Participaciones en Ingresos Federales7. Este

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Este sistema es parte a la vez del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, el cual a grandes rasgos consiste en que los estados aceptan ceder parte de sus poderes tributarios a la Federación, mediante la firma de un convenio de adhesión celebrado con el gobierno federal, a cambio de tener derecho a obtener una participación en los fondos generales. La distribución del Fondo General de Participaciones toma en cuenta la proporción directa al número de habitantes que tenga cada

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Extractivismo, petróleo y territorio

es un mecanismo por el cual se transfiere a todos los estados los ingresos derivados no sólo de los Derechos Petroleros, sino también de la recaudación tributaria federal. Como se presentó en la tabla 1.1, el Derecho Ordinario (DOH) es el cargo que registra la mayor tasa impositiva y con el cual se calculan los otros dos derechos fiscales. Al observar una serie de datos ofrecidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con respecto a las participaciones repartidas entre las entidades federativas del sureste mexicano (tabla 1.2), lo primero que se observa es que el estado de Campeche, a pesar de tener de acuerdo con el INEGI en el año de 1999 el 36.47% de la extracción de petróleo y gas de todo el país, recibe del fondo de participaciones una cantidad para nada proporcional con el papel que desempeña en dicha actividad. Tabla 1.2 Participaciones a Entidades Federativas Enero-Diciembre (1995-2000) Millones de pesos Concepto

1996

1997

49,158.9

70,900.6

94,528.5

113,578.2

140,670.9

178,136.2

600.2

814.1

1,093.2

1,301.9

1,617.9

2,073.0

Chiapas

1,799.7

2,821.8

3,523.4

4,237.8

5,279.6

6,790.7

Tabasco

2,025.8

3,338.8

4,201.4

5,545.7

6,967.6

8,576.0

Veracruz

2,963.3

4,571.1

5,663.6

7,021.0

8,572.9

10,713.6

Total Campeche

1995

1998

1999

2000

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

Lo anterior revela que para el caso de Campeche tener un papel predominante en la actividad extractiva de hidrocarburos lo ha colocado en una situación contradictoria, ya que mientras que por una parte la Federación ha podido recaudar una cantidad elevada de impuestos y derechos gracias a las actividades que realiza Pemex en la Sonda de Campeche, por otra parte, la entidad ha recibido menos del 10% de su presupuesto estatal por concepto de participaciones (Periódico Tribuna , 2005, pág. 65).

entidad, así como un coeficiente que mide la eficiencia recaudatoria de cada Estado, premiando a aquellos que recaudaron más durante el ejercicio fiscal anterior (Serna, 2004).

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Extractivismo, petróleo y territorio

La razón de este insuficiente reparto de participaciones hacia Campeche radica en que en mayo de 1980 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le negó la posibilidad de recibir las participaciones conforme a la Ley del Impuesto al Petróleo y sus Derivados, en atención a que la explotación ocurría en la plataforma continental y no en el territorio de la entidad, como lo pide el artículo 16 de la citada ley. A cambio de esto, el Gobierno Federal convino en: otorgarle un apoyo económico, que a partir de 1980 sirva de base para el cálculo de participaciones en el conjunto de impuestos federales a que se refiere la Ley de Coordinación Fiscal […] por la cantidad de (DOSCIENTOS CINCUENTA MILLONES DE PESOS) 8. Para los efectos del citado Convenio, dicha cantidad se sumará a las demás participaciones que en impuestos federales ha percibido el Estado. (Secretaría de Hacienda y Crédito Público , 1980 , pág. 1)

Como puede apreciarse en la tabla 1.3, el hecho que la explotación del hidrocarburo no se realizara en tierra firme, es decir dentro de la jurísdicción territorial de la entidad, generó que desde un inicio el tratamiento hacia Campeche fuera desigual con respecto al resto de los estados petroleros (Gobierno del Estado de Campeche, 2004). Tabla 1.3 Montos definidos para los estados petroleros del sureste mexicano

Entidad Federativa

Cantidad en MXN

%

Entidad Federativa

Cantidad en MXN

%

Campeche

250,000

3.81

Tabasco

1,972,967

60.48

Chiapas

1,446,545

22.33

Veracruz

773,354

11.77

Fuente: (Gobierno del Estado de Campeche, 2004, pág. 14)

A este respecto lo que debe señalarse es que si bien las operaciones extractivas de Pemex ocurren en el mar por medio del empleo de plataformas petroleras, este tipo de actividades económicas siempre requieren de una estructura territorial que funcione como base, no sólo para la infrastructura empresarial, sino

8

Esta cifra corresponde a 250 mil pesos actuales.

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Extractivismo, petróleo y territorio

también como un elemento contenedor de las relaciones sociales indispensables para la producción. En este sentido, la Isla del Carmen ubicada a menos de 100 km de la zona de operación ha cumplido con este papel, lo que le ha significado, entre otras cosas, un crecimiento explosivo de su núcleo urbano ubicado en Ciudad del Carmen. A pesar que por las razones arriba reseñadas Campeche ha tenido un tratamiento desigual en comparación con otras entidades del sureste mexicano inscritas en el Sistema Federal de Participaciones, desde el año 2004 Petróleos Mexicanos y el Gobierno de Campeche suscribireron un mecanismo alternativo llamado: “Acuerdo Marco para una Relación Institucional y Productiva”. El propósito de este instrumento jurídico es el de dotar de responsabilidades a ambas partes para coadyuvar al desarrollo económico, social y ambiental de aquellas zonas que por la influencia directa de la actividad petrolera han tenido las mayores afectaciones, para este caso el Acuerdo menciona explícitamente a Ciudad del Carmen y a la Península de Atasta. Con relación a este Acuerdo se pueden mencionar tres cosas. En primer lugar representa un acta de nacimiento tardía, pues da origen a una relación entre Pemex y el Gobierno de Campeche que debió haberse generado desde que la petrolera llegó a la entidad y comenzó operaciones desde 1976, por lo tanto, los objetivos que pretende alcanzar (desarrollo social, seguridad, protección ambiental y transparencia) tienen un rezago de por lo menos 20 años. La segunda cuestión a destacar es que dicho Acuerdo más que representar un ofrecimiento filantrópico por parte de Pemex, como resarcimiento a su actuación en las zonas petroleras, conviene más bien revisarlo como una asignación de responsabilidades hacia ambas partes, de tal forma que así como la paraestatal se compromete, por ejemplo a desarrollar Obras de Beneficio Mútuo, el Estado de Campeche hace lo propio con la dotación de seguridad a las instalaciones de la paraestatal.

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Extractivismo, petróleo y territorio

El tercer aspecto, es que el Acuerdo si bien abre la posibilidad para que el Estado reciba -siempre y cuando el presupuesto y el Consejo de Administración de Pemex lo autorice- un conjunto de donativos y donaciones, también compromete al Estado a fortalecer la imagen pública de la paraestatal. Esto es sumamente grave, puesto que cuando el gobierno campechano hace esto, tambien esta ejerciendo una función que hace ver al recurso petrolero como un símbolo de poder (Checa, 2014, págs. 2-3), sin cuestionarse la utilidad y la dependencia que éste ha generado en la estructura económica de la entidad, lo que bien podría llevar a que la población campechana perciba a Pemex como un “mal necesario”, tal como lo señalan García y Rodríguez (2008, pág. 34). Ahora bien, dado que uno de los objetivos de la investigación es conocer cuáles son las transformaciones territoriales que el extractivismo petrolero ocasionó en Ciudad del Carmen, Campeche de 1980 al 2000, es necesario presentar a continuación una tercera escala analítica que se acote esta vez al ámbito regionallocal. 1.1.3

Tercera escala: El modelo extractivo y el enclave regional

La presentación de esta última escala cumple con el propósito de aterrizar lo hasta ahora planteado en la especificidad regional-local que el proceso de extracción petrolera ha construido en el municipio de Carmen, Campeche. Esto de ninguna manera debe verse de una manera aislada con las dos escalas presentadas en los apartados previos, sino más bien como una consecuencia de una dinámica internacional con particularidades nacionales que aterrizan en una problemática regional-local. En los apartados anteriores se hizo un análisis del modelo extractivo petrolero en torno a dos escalas (internacional y nacional). En este apartado es el turno ahora de discutir dos conceptos centrales para la tercera escala (local), por una parte el de polo de crecimiento y por otra el de enclave económico. Esto se hace para explicar cómo la Isla del Carmen ha funcionado, desde que inició la extracción del crudo en la zona marina, como un área física territorial que ha facilitado las 18

Extractivismo, petróleo y territorio

operaciones tanto de Pemex como de las empresas privadas que le prestan servicios. De hecho, a partir del 2004 el gobierno del Estado de Campeche se comprometió de manera formal con Pemex a continuar con esta tendencia respecto a Ciudad del Carmen. En el punto 1.5 del Acuerdo Marco que arriba se mencionó, ambas partes aceptaron “consolidar a Ciudad del Carmen como un centro de apoyo logístico, administrativo y de proveeduría de las operaciones en las instalaciones petroleras” (Pemex, 2007, pág. 8) Si bien Ciudad del Carmen es proyectada como un centro de apoyo logístico, desde el punto de vista conceptual dicha intención está basada en la noción de polo de crecimiento (Perroux, 1973; Friedman, 1978) debido a que el extractivismo petrolero es concebido como aquella industria motor capaz de irradiar crecimiento económico tanto a la ciudad como a la región en la que se inserta. Sin embargo, tiene que anotarse que la actividad petrolera emplazada en dicha ciudad no puede considerarse como tal una industria en el sentido dado por Perroux debido a que allí no ocurre ningún proceso de refinación del crudo. A pesar de esto, el concepto de polo de crecimiento tiene la intención de destacar aquellos puntos que concentran una industria motor, la cual tiene la capacidad de lograr “cambia(r) la atmósfera […] y crea(r) un clima conducente al crecimiento y al progreso” (Perroux, 1973, pág. 15) . La evidencia empírica tras más de 35 años de extractivismo refuta la idea que el petróleo haya dejado progreso y crecimiento económico en la ciudad, sin embargo sí ha logrado cambiar la atmósfera urbana en los términos sugeridos por Peroux. Esto se debe a que el extractivismo petrolero en tanto actividad económica motor ha tendio un carácter dominante con el cual se ha esparcido en la economía regional y ha afectado otras actividades económicas tradicionales de la región como la pesca y la agricultura. Asimismo categorizar a Ciudad del Carmen como un polo de crecimiento es de inicio una idea sugerente considerando especialmente el papel protagónico que esta ciudad ha tenido en términos de inversiones recibidas, a tal 19

Extractivismo, petróleo y territorio

grado que sus habitantes reclaman ser reconocidos como la capital económica de la entidad. En consecuencia de esto, la actividad petrolera emplazada en Ciudad del Carmen ha logrado generar para sí un área altamente aglomerada de empresas, mismas que se localizan alli debido a que “el espacio urbano articula (mejor o peor) y potencia (más o menos) un conjunto de dotaciones, equipamientos, actividades productivas, empleos, sinergias y otras capacidades” (Goreinstein, 2015, p. 14). Sin embargo, la construcción de un polo de crecimiento no siempre produce un desarrollo homogéneo que conlleve a la multiplicación del crecimiento. Esto depende en gran medida de la manera en que éstos se configuren especialmente si logran articular armónicamente los diferentes subsistemas que conforman una ciudad. Santos (1974) considera la existencia de dos subsistemas: el circuito superior como resultado directo de la modernización tecnológica y el circuito inferior conformado por actividades de pequeña dimensión cuya dinámica obedece especialmente a las poblaciones menos favorecidas. Si una actividad económica dominante, como puede ser el caso del extractivismo petrolero, solamente beneficia al circuito superior y sus principales beneficios intentan exponerse en términos exclusivos de modernización tecnológica ya sea empresarial o urbana (como la llegada de plazas comerciales), lo que en realidad está ocurriendo es un aprovechamiento de la economía de aglomeración sin que la actividad dominante ofrezca a la ciudad una compensación de efectos multiplicadores suficientes. Esta situación puede exponerse de otra manera utilizado el concepto de enclave económico como referente de una carencia de encadenamientos productivos locales. Con respecto al concepto de enclave, y recuperando de nueva cuenta algunas de las aportaciones de la teoría de la dependencia, Henrique y Faletto (1969, pág. 53) comentan que una de las características para definir este tipo de formación radica en que los beneficios económicos derivados de ésta no alcanzan a derramarse en el resto de la economía regional o nacional.

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Extractivismo, petróleo y territorio

Además, ellos afirman que en una formación de enclave el control de la actividad económica no lo tienen los grupos locales, por lo tanto, el capital que alcanza a reproducirse allí en lugar de invertirse en los encadenamientos productivos internos, se dirige a “incrementar la masa […] disponible para (las) inversiones de la economía central” (Henrique & Faletto, 1969, pág. 53). Como se vió en el apartado anterior, el ejemplo de la extracción de petróleo en México cumple con esta característica, pues efectivamente no son los grupos locales quienes se encargan de desempeñar tal función. Aún más, dado que en la Isla del Carmen se encuentran aglomeradas un conjunto de empresas privadas nacionales y transnacionales dedicadas a la prestación de servicios especializados a Pemex y venta de equipo técnico, por economía central no debe entenderse únicamente al gobierno federal, sino también a las economías nacionales donde se encuentran las casas matrices de este conjunto de empresas. Cabe añadir que el estudio de los enclaves también ha sido retomado por la sociología del trabajo, la cual define al enclave como una “forma de organizar la producción, en la cual la vinculación entre un centro productor y los servicios necesarios para mantener a los trabajadores son muy estrechos” (Zapata, 1985, pág. 32). Como anota Contreras (2002, pág. 35) esta perspectiva amplia del enclave permite ligar íntimamente dos tipos de espacios, el productivo y el no productivo. Esto es muy útil para la investigación por dos razones. La primera porque con esto se evita ver el enclave bajo una perspectiva de aislamiento geográfico, situación que precisamente a partir de la extracción de petróleo en la Sonda de Campeche ha tendido a disminuir para el caso de Ciudad del Carmen con la construcción de dos puentes que unen a la isla con el macizo continental.9

9

Los puentes La Unidad (1982) y El Zacatal (1994) unen a la isla con el macizo continental agilizando el tránsito de personas, equipos y mercancías desde y hacia la isla. Adicionalmente estas construcciones consolidaron a la Isla del Carmen como un sitio de tránsito para llegar a ciudades como Campeche y Mérida.

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Extractivismo, petróleo y territorio

La segunda razón acerca de la utilidad del concepto de enclave, elaborado por la sociología del trabajo, es que permite explicar que la organización de la producción del petróleo no tiene que ver solamente con la instalación de plataformas petroleras en el mar, sino también con la utilización de un núcleo urbano que después de la llegada de Pemex ha experimentado un crecimiento demográfico y físico tanto explosivo como anárquico. A propósito de lo dicho, en la definición y caracterización del enclave subyace también la visión de una estructura social polarizada (Contreras, 2002, pág. 38), esto para el caso de Ciudad del Carmen ha podido observarse con mucha claridad pues el proceso social desatado por la actividad extractiva coadyuvó a generar una estructura territorial en la cual se han “conformado zonas urbanas de población con características de marginación socio-económica por las condiciones de carencias en materia de servicios de salud, agua potable, electrificación, educación, viviendas, entre otros servicios” (Solano, 2012, pág. 71). Ahora bien, hasta aquí se ha propuesto analizar la extracción de petróleo en la Sonda de Campeche a partir de tres escalas que van desde lo global hasta lo local. La intención, como se dijo, no es tratar cada una de las escalas por separado, sino conjuntarlas analíticamente de tal forma que puedan verse sus mútuas y recíprocas interacciones. A continuación, el siguiente apartado abordará al extractivismo como un segundo concepto central para la investigación, pues éste a partir de lo teorizado por parte del modelo extractivo-exportador introduce cualidades territoriales muy útiles para el tema que aquí se está discutiendo. 1.2

De lo extractivo a lo extractivista, conformación del extractivismo

como una categoría analítica. Con el propósito de resaltar las particularidades que ha adoptado el modelo extractivo-exportador en la época contemporánea (siglo XXI), se han elaborado una serie de trabajos que explican este modelo insertándolo en el contexto de la tercera 22

Extractivismo, petróleo y territorio

revolución científico tecnológica, que entre otras cosas, ha ocasionado que el ritmo de extracción de los recursos naturales se haya intensificado de tal forma que inclusive se esté llegando a amenazar la continuidad de la vida misma (Seoane, 2012, pág. 8). Hacia esta misma dirección apuntan los trabajos de Giarraca & Teubal (2010, pág. 126), al caracterizar a la lógica extractiva como insostenible pues “se basa en extraer, agotar y retirarse a otras regiones donde aún no se ha iniciado el proceso”. Al respecto conviene mencionar que el incremento del ritmo de extracción responde a que estas actividades (especificamente la minería y el petróleo) dependen de un recurso natural no renovable, cuya alta demanda en el mercado internacional ha llevado a que las fuentes de aprovisionamiento de fácil acceso y explotación se hayan agotado, siendo por ende una urgencia invertir en el desarrollo de tecnologías de punta. Cabe añadir que el desarrollo y prestación de servicios tecnológicos avanzados ha sido una tarea con la cual las empresas transnacionales se han logrado insertar en el proceso extractivista mexicano, aunque a partir de 2014 con las modificaciones legislativas también ya podrán hacerlo en las áreas de producción. Ahora bien, prosiguiendo con la forma en que se ha abordado el modelo extractivo en años recientes, son esclarecedores los trabajos realizados desde la Ecología Política, disciplina que precisamente comenzó a tomar cuerpo a raíz de poner cuidado en las drásticas modificaciones hechas a la naturaleza (degradación ambiental) como consecuencia de la sofisticación científico-tecnológica (Delgado G. , 2013, pág. 48). Dentro de este grupo de investigaciones, los trabajos de Eduardo Gudynas y el Consejo Latinoamericano de Ecología Social (CLAES) han sido los responsables de la difusión del término extractivismo, entendido como una forma particular de extracción de recursos naturales con implicaciones económicas, sociales y medioambientales que otros modelos de extracción no generan. En este sentido, se tiene un avance con respecto a los trabajos realizados acerca del modelo extractivoexportador ya que con la categoría extractivismo, además de incorporar la esfera 23

Extractivismo, petróleo y territorio

ecológica, se está refiriendo la noción de un proceso basado en la apropiación de la naturaleza (Gudynas, 2009, pág. 188). En un trabajo más reciente Gudynas propone una definición de extractivismo que si bien no es exhaustiva, ofrece tres dimensiones esenciales que de ser cumplidas por una actividad extractiva la hacen cambiar de nombre tornándose en una actividad de tipo extractivista. Estas dimensiones son: a) el volumen de recursos extraidos, b) la intensidad de la extracción y c) el destino del recurso.10 Por lo tanto, el extractivismo es aquí definido como un tipo de extracción de recursos naturales, en gran volumen o alta intensidad, y que están orientados a ser exportados como materia primas sin procesar, o con un procesamiento mínimo. Se considera que la orientación exportadora prevalece cuando al menos el 50% del recurso extraído es destinado al comercio exterior. Las etapas incluídas en el extractivismo van desde las acciones de exploración, descubrimiento, etc; las actividades posteriores (como cierre y abandono de los sitios de apropiación) (Gudynas, Extracciones, extractivismo y extrahecciones. Un marco conceptual sobre la apropiación de recursos naturales, 2013, pág. 3).

Con esta definición se tiene una estructura más clara para comprender qué tipos de extracción se insertan bajo esta categoría y cuáles no. Sin embargo, el proceso extractivista es más amplio que una definición, por lo tanto, su explicación no puede acotarse a unas cuantas líneas. Por ejemplo, un aspecto sobresaliente para insistir en el uso del término extractivismo, es enfatizar que este tipo de emprendimientos atienden a dinámicas exportadoras y no a demandas locales, quedando por lo tanto la comunidad relegada de la toma de decisiones, abriéndose un camino en el que se pueden desatar una serie de conflictos socioambientales entendidos como aquellos casos de “resistencia social en defensa del entorno natural” (Delgado G. C., 2013). Para comprender esto, son ilustradoras las reflexiones de Anthony Bebbington: Los recursos pueden ser contenciosos en términos políticos. Este es el caso particular de los recursos que han adquirido una importancia especial para uno u otro actor. Un ámbito claro en el que el control es un tema contencioso es el de los medios de vida, y cuando las De acuerdo con Gudynas (2013, pág. 3) la intensidad “alude a los efectos ambientales en el proceso de extracción, tales como su ecotoxicidad, generación de contaminantes, uso de sustancias tóxicas, empleo de explosivos, efectos negativos sobre especies en riego o endémicas, emisión de gases invernadero, etc.” 10

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Extractivismo, petróleo y territorio

bases de recursos de los medios de vida se ven amenazadas es probable (aunque no automático) que se suscite alguna forma de respuesta política y social –respuestas que con frecuencia pueden incluir la movilización social y el surgimiento de movimientos sociales(2009, pág. 149).

Asimismo, Grigera y Álvarez, quienes también rescatan el término extractivismo, añaden que las actividades que se implantan bajo esta categoría se realizan “a una escala de producción mucho mayor que sus formas tradicionales preexistentes” (2013, pág. 83), lo cual coincide con la primera dimensión propuesta por Gudynas la cual hacer referencia al volumen de extracción. Aquí conviene anotar que el incremento del volumen o escala de producción indudablemente se encuentra ligado con la innovación tecnológica. Por ejemplo en el caso del petróleo, en los últimos años se han implementado en una mayor medida los métodos de producción mejorada basados en la inyección de gas o fluidos (agua, fracking). Sin embargo, esta tecnología no puede ser aplicada en todos los casos por las empresas nacionales, siendo por ello requerida la participación de las privadas quienes encuentran en estas actividades una gran rentabilidad cuando los precios de los hidrocarburos son altos, debido a que la producción de petróleo no convencional puede llegar a costar entre 70 y 85 dólares por barril (Martínez, 2014). En términos generales, la alta rentabilidad del sector extractivo suele explicarse por dos factores. El primero señalado es la caída de los costos internos de los países periféricos. El segundo factor apunta a los cada vez más altos precios internacionales de los productos de estas actividades. Al ser estas actividades orientadas a la exportación, estos dos factores mencionados se traducen en gran rentabilidad para las multinacionales que emprenden este tipo de actividades (Grigera & Álvarez, 2013).

Es entonces la rentabilidad una característica adicional que debe considerarse dentro del sector extractivista, mismo que en el caso del petróleo tiene una cadena de valor bastante amplia, pues para su consumo requiere de un sistema de tratamiento y distribución en el que predominan las empresas privadas, por ejemplo, las grandes navieras que en el caso de los hidrocarburos los transportan de una región del mundo a otra. A todo esto, cuando se analiza una extracción de recursos naturales con el concepto de extractivismo no se debe caer en el extremo de concebirlo como un proceso en el que el dominio de las empresas transnacionales es absoluto. En este 25

Extractivismo, petróleo y territorio

proceso el Estado también juega un rol importante, fungiendo en algunas circunstancias como promotor de estas actividades, o bien como mediador entre los intereses de los capitales y la sociedad, “por lo que la configuración del extractivismo, tanto a nivel latinoamericano como al interior de cada país, no puede entenderse más que como resultado del papel que tiene el Estado” (Bucio, 2013, pág. 70). Asimismo, no hay que olvidar que es el Estado quien modifica los marcos jurídico-institucionales que regulan el proceso minero o petrolero en su totalidad. Como se dijo al inicio de este capítulo la razón de utilizar la categoría extractivismo radica en que con ella se logran articular dos escalas, por una parte la global dada la conexión entre la demanda internacional y las tasas de extracción, y por otra parte la local, no sólo al considerar la alteración al medio ambiente y las afectaciones a las comunidades, sino también las implicaciones territoriales que conlleva, así como la producción del espacio que es resultado de un emplazamiento extractivista. A este respecto es necesario señalar que la relación entre extractivismo y territorio

ha

sido

poco

abordada

considerando

que

el

extractivismo

permanentemente ha requerido del territorio para poder operar. Pese a esto, dentro de los pocos trabajos que abordan esta relación, sobresale el de Gudynas (Diez tesis urgentes sobre el nuevo extractivismo, 2009) quien señala que “los cambios territoriales bajo el extractivismo aunque pueden ser localizados, son profundos, ya que modifican la configuración del espacio, los actores que lo construyen y sus formas de relación” (pág. 202). Como parte de los cambios que el autor menciona se encuentra la fragmentación territorial. Esta ocurre cuando la atención del Estado se concentra a tal grado en los enclaves extractivistas, que alrededor de éstos prevalece no sólo una desarticulación territorial, sino también “amplias regiones ‘desterritorializadas’, donde el Estado no logra asegurar su presencia en forma adecuada y homogénea” (Gudynas, 2009, pág. 201). Esta dicotomia no es generada unicamente por el Estado, ya que el capital transnacional tambien juega un papel relevante en el 26

Extractivismo, petróleo y territorio

momento en que decide aquellos territorios que pueden ser integrados a la sociedad global, considerando especialmente el tipo de condiciones que ofrecen para la valorizacion del capital (De Mattos, 2010). Además, es característico del extractivismo construir infraestructura de conectividad física, pues a través de ésta se introducirán los insumos y el equipo técnico necesario para explotar y exportar en un segundo momento los recursos naturales (Gudynas, 2009, pág. 201). Estas construcciones también pueden incidir en la fragmentación territorial, pues al tiempo que se da prioridad a la conexión de determinados lugares, otros se ven relegados. En un trabajo más reciente Gudynas (2013, pág. 6) vuelve a retomar el vínculo entre extractivismo y territorio y añade lo siguiente: Desde un punto de vista territorial, el extractivismo se expresa de formas variadas. En unos casos está localizado en emplazamientos de pequeña superficie (por ejemplo, un pozo petrolero o una cantera minera), aunque sus influencias se derraman territorialmente. En otras situaciones, se afectan enormes superficies (como se expresa en los monocultivos de exportación).

A raíz de lo dicho, la relación extractivismo-territorio puede analizarse de tres formas. La primera es en función de la continuidad-fragmentación que tiene un emplazamiento extractivista con respecto a su zona de influencia (inmediaciones), esto es, qué tan conectada está con ella. La segunda es observando los actores que inciden en ella, especialmente si hay una presencia-ausencia del Estado en la dotación de la infraestructura necesaria para la supervivencia humana (servicios básicos). La tercera, forma es atendiendo a la extensión territorial que ocupa determinado emplazamiento, habrá unos que sean muy extensos como los monocultivos de exportación y otros que no. Sin embargo, caracterizar territorialmente al extractivismo únicamente por su extensión o por su grado de articulación con la economía local no es suficiente, ya que la importancia del territorio radica no sólo por su extensión física, sino por las relaciones sociales de poder, de producción, identitarias, de apego, de defensa, entre otras, que un proceso extractivista genera. Además, los efectos territoriales no deben ser buscados únicamente en el emplazamiento extractivista, sino también 27

Extractivismo, petróleo y territorio

en sus inmediaciones pues se parte de la hipótesis que éstos tienden a derramarse sobre el territorio. Hasta aquí se ha hablado del extractivismo en su acepción general, sin hacer hincapie en las particularidades de algún recurso natural en particular, esto ha sido útil para entender que ésta es una categoría conceptualmente novedosa y en fase de trabajo, pero en tanto proceso histórico no puede desligarse de su antecedente colonial: el modelo primario-exportador en su dimensión extractiva. A continuación, con lo dicho hasta el momento se buscará esbozar los rasgos generales del extractivismo, pero atendiendo esta vez a su especificidad petrolera. 1.3

El extractivismo en su dimensión petrolera. Una caracterización

necesaria 1.3.1

1ª característica: elevado volumen de extracción

Lo primero que debe señalarse es que el petróleo, como fuente energética, es un recurso natural indispensable para el funcionamiento del modo de producción capitalista contemporáneo. Este hidrocarburo tiene una función dual, pues además de ser resultado de una relación social de producción, se desempeña también como reproductor de las mismas, vía la movilidad de los factores de producción (transporte). A estas razones obedece que su demanda mundial anual esté en constante crecimiento. Por ejemplo, mientras que en 1970 el consumo fue de 45 millones de barriles diarios (Mb/d), para el año 2000 esta cifra ascendió a 76 Mb/d y en 2010 se incrementó hasta 87 Mb/d (British Petroleum, 2014). Tomando las características conceptuales del extractivismo descritas arriba, el primer punto a considerar para el caso de México, específicamente para la extracción petrolera que comenzó a desarrollarse en la Sonda de Campeche, es la intensificación del ritmo de extracción como consecuencia del descubrimiento de un Activo de Producción Súper Gigante (Cantarell). De acuerdo con el Anuario Estadístico de Pemex de 1990 (pág. 8) la producción de la Zona Marina (Sonda de Campeche) comienza en 1979 con 51 Kb/d 28

Extractivismo, petróleo y territorio

(miles de barriles diarios). Esta cifra crece en 1980 a 613 Kb/d, y en 1981 llega al millón de barriles producidos tan sólo en el Golfo de México. Durante la década de 1980 la producción continúa superando el millón de barriles alcanzando su cifra más alta en 1989 con 1 millón 741 mil barriles diarios de petróleo. Con estos datos, es posible afirmar que la primera dimensión del extractivismo propuesta por Gudynas (alto volumen) se ve cumplida en el caso de la explotación del Golfo de México. La cantidad de barriles producidos en esta región no tiene comparación con ninguna otra del país. Inclusive llega a comparársele con regiones internacionales de alta productividad: “in its best years, Cantarell yielded over 2.1 million barrels of oil per day- more than any other field in the world except the colosal Ghawar deposit in Saudi Arabia” (Klare, 2012, p. 21). Es de resaltar que inclusive mientras la tasa de extracción de esta región petrolera comienza a incrementarse durante la década de 1980, otras zonas disminuyen su producción, por ejemplo, la Zona Sureste, que incluye los distritos de Cd. Pemex, Comalcalco y Villahermosa, la cual en 1981 redujo su producción de 935 mil barriles a 607 mil a finales de la década (Pemex, 1990, pág. 8). 1.3.2

2ª característica: alta intensidad extractiva

La segunda dimensión extractivista que Gudynas señala corresponde a la intensidad de la explotación, vista desde una arista del daño ocasionado al ambiente. En este sentido, la relación entre petróleo y daño ecológico es muy estrecha. Para el caso de la Sonda de Campeche esta relación pudo ser vista con el derrame de petróleo producido en el pozo de exploración Ixtoc ubicado a 94 kilómetros al noroeste de Ciudad del Carmen. Dicho derrame inició el 3 de junio de 1979 y terminó el 25 de marzo de 1980. De acuerdo con cifras oficiales de Pemex se vertieron al océano 3, 100,000 barriles de petróleo, aunque al descontar los hidrocarburos que fueron quemados, evaporados y recolectados por buquestanques, la cifra final de petróleo derramado disminuyó a 1,023, 000 barriles (Gómez-Robledo, 2003, pág. 243). Así transmitió la prensa local el derrame 5 días después de su inicio. 29

Extractivismo, petróleo y territorio

El incendio del pozo Ixtoc 1, visible a muchas millas de distancia, semeja un volcán en plena erupción y pilotos que sobrevuelan la zona consideran que existe una mancha de petróleo y aceite de 70 por 40 millas. Personas conectadas con Petróleos Mexicanos dijeron que el siniestro podría continuar por ocho días o hasta tres meses más (Periódico Tribuna , 2005, pág. 32).

Este acontecimiento fue catastrófico para la ecología marina pues los efectos que ocasiona el petróleo en los sistemas ecológicos van desde inhibir la fotosíntesis y retardar la división celular, hasta provocar la muerte de gran cantidad de especies fitoplanctónicas, así como de larvas y huevecillos de peces. Igualmente, en peces adultos el petróleo cuando se deposita sobre las branquias termina cubriéndolas sin permitir el intercambio gaseoso con lo cual las especies mueren por asfixia (Botello, Ponce, & Villanueva, 1999). Tras el derrame del Ixtoc así como de otros pozos petroleros (Xicalango en 1981) las playas de la Isla del Carmen alojaron miles de cadáveres de animales marinos (peces, camarones y otras especies) (Periódico Tribuna , 2005, pág. 93), sin embargo, cuando ocurre un proceso extractivista los daños al medio ambiente no ocurren únicamente durante la etapa de explotación. Durante el proceso exploratorio, específicamente durante la etapa en la que se evalúa el potencial petrolero de una cuenca sedimentaria, se realizan diversos estudios geológicos como la prospección sísmica, con el propósito de identificar y definir los elementos del sistema petrolero, tales como las rocas almacén, las rocas generadoras de hidrocarburos y las rocas sello y trampas de hidrocarburos (Ortuño, 2009, pág. 49). Una adquisición sísmica es la generación y registro artificial de datos sísmicos. Una fuente sísmica, como una explotación de dinamita, una pistola de aire comprimido o una unidad vibradora genera energía que viaja dentro de la Tierra con vibraciones que pasan a través de las capas de roca subterráneas. Diferentes tipos de roca filtran las ondas sísmicas y parte de la energía regresa a la superficie debido a la refracción o reflexión proveniente de las superficies entre las distintas capas de roca. (Rodríguez & Rodríguez, 2013, pág. 15). En ámbitos marinos, se utilizan barcos especialmente diseñados para estos estudios. Para realizar un perfil sísmico que alcance hasta la base de la corteza en áreas oceánicas (alrededor de 12 km de profundidad) es necesario usar una potente fuente de sonido de baja frecuencia. Aunque existen varios métodos para generar señales sísmicas, el sistemas que más se usa en la actualidad como fuente de sonido en áreas marinas es el que se basa en los cañones de aire comprimido utilizado por efectos ecológicos siendo que esta fuente no mata seres vivos como lo hacían los explosivos. (Baños, 2012, pág. 38).

30

Extractivismo, petróleo y territorio

Petróleos Mexicanos reporta que en 1966 se realizaron estudios sismológicos frente a las costas de Yucatán, Campeche y Veracruz con resultados satisfactorios para la empresa paraestatal (Pemex, 1966, pág. 66). Para el año de 1970 Pemex informó que implementó una brigada sismológica marina en la plataforma continental entre Coatzacoalcos y Frontera (Pemex, 1969, pág. 298). Estos trabajos exploratorios en la región llevaron a que en 1971 se confirmara la existencia de hidrocarburos en la región sureste de la plataforma continental, sin embargo, no es sino hasta 1975 que Pemex informa el descubrimiento del Pozo Chac 1 en la plataforma continental frente a las costas de Campeche. (Pemex, 1975, pág. 993). Pese al éxito que en términos de resultados genera la exploración por prospección sísmica bidimensional y tridimensional, existe un daño latente por parte de los sonidos de baja frecuencia esparcidos por los múltiples cañones de aire comprimido, los cuales al ser arrastrados por los buques afectan a aquellos organismos marinos cuya audición está sintonizada a las frecuencias bajas. Los impactos potenciales del ruido sobre la vida marina dependen según el rango de intensidad del sonido. A intensidades bajas o a distancias mayores de la fuente de sonido, los organismos pueden sencillamente evitar acercarse al área afectada. A mayores intensidades, puede haber pérdida de audición temporal o permanentemente. Si las intensidades son excesivamente altas, estas pueden causar hemorragia en los órganos y la muerte (S/a, 2009, pág. 3).

Por los argumentos vertidos hasta aquí, es posible señalar que la segunda dimensión propuesta por Gudynas que caracteriza al extractivismo, también se ve cumplida en el caso de la extracción de hidrocarburos en la Sonda de Campeche. Para finalizar esta sección, a continuación se presentará la última dimensión. 1.3.3

3ª característica: satisfacer la exportación

La tercera dimensión que Eduardo Gudynas establece para caracterizar a un proceso como extractivista es que el destino del recurso se encuentre dirigido hacia la exportación. Hasta antes de 1980 podría afirmarse que la producción petrolera en México no estaba destinada hacia la exportación. De hecho, a partir de 1973 el país inclusive se vio obligado a importar crudo para satisfacer su consumo interno.

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Extractivismo, petróleo y territorio

Sin embargo, con los descubrimientos de petróleo en Chiapas, Tabasco, Veracruz, y por supuesto Campeche, la extracción de crudo mexicano experimentó un incremento. Esto, además se vio favorecido por una elevación de los precios (1973 y 1979) que trajo una gran cantidad de divisas a la economía nacional. Un dato importante es que en 1982 cerca del 80% de las divisas que entraron al país lo hicieron gracias a la venta de petróleo (Garza, 1994, pág. 173). Este alivio en materia de ingresos condujo a que las ventas de hidrocarburos fueran vistas como una oportunidad para anclar ahí el crecimiento económico del país. Con esto se instauró una política petrolera dirigida hacia la exportación. Como resultado de esto, la participación del petróleo en el total de las exportaciones de mercancías aumentó de 12.3% en 1976 a 79.8% en 1982 (Ver gráfica 3). Gráfica 1.3 Participación del petróleo en las exportaciones de México (en %) 100 80

67.3

60

79.8

71.7

68.6

67.5

1983

1984

1985

41.6

40

20

74.4

14

12.3

1975

1976

21.9

28.2

0 1977

1978

1979

1980

1981

1982

Fuente: Elaboración propia con base en (Garza, 1994, pág. 179)

Dentro de este auge experimentado, la producción de la Sonda de Campeche tuvo una gran responsabilidad. En 1978, México rebasó por primera vez el millón de barriles diarios (1, 008,558 bdp) producidos, sin embargo, solamente exportó el 13.21% de ellos. Para 1980, una vez que ya estaba consolidada la Sonda de Campeche como área extractiva, el porcentaje del petróleo exportado se elevó al 42.76% (gráfica 1.4). Cabe añadir que el aumento en el nivel de exportaciones también se encuentra en función de un crecimiento de la demanda internacional. Por ejemplo, Estados Unidos, principal comprador de petróleo de México, registró en 1985 un

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Extractivismo, petróleo y territorio

consumo de 15.7 Mb/d, mismo que se incrementó a 17.7 Mb/d en 1995, y en 2005 a 20.8 Mb/d (British Petroleum, 2014, pág. 9).

Fuente: Elaboración propia con base en los Informes de Labores de Pemex (1979-1990)

Paradójicamente al aumento de su consumo, la producción petrolera de este país ha disminuido, pues de los 9.6 Mb/d (cifra máxima) producidos en 1970, se llegaron a 8.5 Mb/d en 1980, 7.3 Mb/d en 1990, 5.8 Mb/d en 2000 y finalmente 5.4 Mb/d en 2010. Aunque como se dijo antes, a partir de años recientes su producción está repuntando, en 2011 fue de 5.6 Mb/d, en 2012 de 6.4 Mb/d y en 2014 de 8.6 Mb/d (Energy Information Administration, 2014) A la luz de estos datos es posible afirmar que la extracción de petróleo en México, a partir de la década de 1980, ha proseguido un camino extractivista ya que se han cumplido las tres características necesarias para la utilización de dicha categoría. Ahora bien, tomando en cuenta que una de las cualidades que esta investigación reconoce del extractivismo, es su acento en las implicaciones 33

Extractivismo, petróleo y territorio

territoriales que éste desata, en el siguiente apartado se hará una discusión sobre los conceptos territorio y espacio, de tal forma que puedan hacerse inferencias en torno a cómo el extractivismo petrolero en la Sonda de Campeche ha reconfigurado espacial y territorialmente un núcleo urbano como Ciudad del Carmen. 1.4

Territorio y espacio: elementos de la ecuación extractivista 1.4.1

Territorio y territorialidad

Teniendo en cuenta que el extractivismo es un proceso que ocasiona una serie de cambios territoriales que conllevan a modificar la configuración del espacio, los actores que lo construyen y sus formas de relación (Gudynas, 2009, pág. 202), se vuelve imprescindible abordar la manera en que el problema de investigación se aproxima a los conceptos de territorio y espacio. De inicio debe decirse que el debate en torno a la disociación de estos dos términos lleva una gran trayectoria, discutida tanto por geógrafos, antropólogos y sociólogos, por lo tanto, este apartado más que pretender encasillar los conceptos, lo que realmente busca es seleccionar aquellas visiones teóricas que formulen una distinción entre ellos, de tal forma que sea posible identificar las transformaciones territoriales y espaciales que son consecuencia del extractivismo petrolero. Es por esta razón que en principio, cuando esta investigación habla de territorio se está refiriendo a la estructura física-material en donde se aglutina un conjunto de elementos. Estos elementos pueden ser del orden simbólico, o también productivos, tales como los recursos naturales. Esta característica aglutinadora del territorio es lo que le hace ser objeto de valoración y apropiación, tanto presente como futura. En este sentido, el territorio juega un papel dual, pues además de ser un recurso en sí, es abrigo o refugio de otros recursos (Santos & al, 2000, pág. 12). Desde esta perspectiva el territorio es entendido como una realidad existente, con una carga material fuertemente vinculada al sustento físico (Haesbaert, 2011, pág. 37).

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Extractivismo, petróleo y territorio

Esta visión material del territorio es útil para la investigación porque contiene tres dimensiones esenciales para entender el extractivismo. Por una parte la dimensión económica (producción), por otra parte la política (apropiación-poder) y finalmente la ecológica. La dimensión económica considera que el territorio es en sí un objeto de intervención, pues éste debe ser adaptado en función de la dinámica de acumulación capitalista. Para esto, existen un conjunto de ventajas competitivas que deben ser aprovechadas. Algunas de estas ventajas Goreinstein (2015) las clasifica como idiosincráticas, refiriéndose a aquellas que funcionan como imán de nuevas inversiones, de tal forma que “el territorio, con sus atributos, se constituye entonces en un factor más para la puja competitiva de las empresas” (Goreinstein, 2015, p. 10). La otra dimensión, la política, reflexiona sobre la manera en que el poder se ejerce para mantener o transformar determinados territorios. El ejercicio del poder en el territorio atañe tanto a las restricciones de acceso, como a los significados que se construyen acerca de éste, por medio de los discursos que se emplean (Delaney, 2008). La dimensión ecológica del territorio tiene que ver con la manera, como dice Haesbaert (2011, pág. 47), en que las relaciones sociales se imponen sobre la naturaleza, entendiendo por ésta a la superficie terrestre y a los elementos que en ella se encuentran: los minerales, los hidrocarburos, los suelos, la vida vegetal y animal, entre otros más (Coraggio, 1987). A este respecto es importante especificar que el territorio, para los fines de esta investigación, no se acota únicamente a la superficialidad terrestre. Esto conlleva a pensar que existe una tridimensionalidad en él. Para el caso del extractivismo petrolero esto es importante en razón de la convergencia que existe entre la superficie y el subsuelo, donde gracias a la geología como técnica, se generan las conexiones necesarias para explotar el hidrocarburo (Checa, 2014).

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Extractivismo, petróleo y territorio

Ahora bien, en amplia relación con el concepto de territorio se encuentra el concepto de territorialidad. Esta categoría analítica es de utilidad para este trabajo pues para que el sistema extractivista petrolero pueda mantenerse en operaciones, además de los insumos tecnológicos, técnicos, económicos y de fuerza de trabajo, precisa controlar y defender un área geográfica en la que se instalen, inviertan y transporten dichos insumos. La territorialidad es un concepto que contempla este control y defensa del territorio. Robert Sack (1991 , pág. 194) define la territorialidad como el intento de un individuo o grupo de afectar, influir o controlar gente, elementos y sus relaciones, delimitando y ejerciendo un control sobre un área geográfica, la cual puede ser denominada territorio específico. El extractivismo petrolero requiere para instaurarse y ponerse en marcha de una férrea territorialidad. Se dice esto en el sentido que dicho proceso se encuentra dirigido por un conjunto de intereses, cuya protección conlleva a delimitar y controlar un área, defendiéndola de otros intereses que busquen delimitarla de una manera distinta (ya sea expandiéndola o cercándola). En esta labor los medios utilizados son tan diversos que pueden involucrar la fuerza física, o bien, tácticas más blandas (soft power), como la implementación en el petróleo de representaciones simbólicas de progreso y modernidad que a la postre legitimen la extracción, sin tomar en consideración las externalidades negativas que puedan derivarse: “Soft power rests on the ability to shape the preferences of others. The ability to establish preferences tend to be associated with intangible assets” (Nye, 2009). Ahora bien, un territorio de acuerdo con Sack (1993) adquiere el calificativo de específico en el momento en que la acción humana lo delimita. Esta delimitación tiene que ver con quien entra a él, pero también con qué actividades se desarrollan a su interior. En este sentido, un territorio específico puede ser utilizado tanto para contener como para excluir una actividad en particular. Soja sugiere algo similar al comentar que la territorialidad segrega y compartimenta la interacción humana, puesto que es capaz de controlar la presencia y ausencia, la inclusión y exclusión (Soja, 1989). 36

Extractivismo, petróleo y territorio

Finalmente, para que la territorialidad pueda operar requiere de tres etapas: la primera es la clasificación por área, la segunda es la delimitación que exprese y comunique dicha posesión, y la tercera es el reforzamiento de este control (Sack, 1991 ). 1.4.2

Espacio socialmente construido

Una vez que ya se tuvo un primer acercamiento con el concepto de territorio, corresponde ahora hacerlo de manera breve con el de espacio. De inicio es supremamente importante mencionar que en este segundo concepto se observa una mayor complejidad, pues para constituirse se requieren de más elementos de tipo social que los que necesitó el territorio para ser definido. Tomando nota de la invitación hecha por Daniel Hiernaux y Alicia Lindón (1993, pág. 92) acerca de explicitar el paradigma al que se hace referencia cuando se utiliza el concepto de espacio, este ensayo se inclina por abordarlo como una dimensión de la totalidad social.11 Bajo esta perspectiva, el espacio en tanto concepto logra rebasar la materialidad física impregnada en el territorio para resaltar más bien la vida que le anima y la existencia social que le otorga un sentido dinámico, un sentido real (Santos, 2000). Por esta razón, el concepto de espacio, a diferencia del de territorio, se interesa por conocer la estructura social conformada por un cúmulo de percepciones, motivaciones, añoranzas, pasiones y sueños. En este sentido, el espacio es considerado como un producto activo, pues además de ser una estructura subordinada a las relaciones sociales, es subordinante ya que se impone a ellas, moldeándolas de acuerdo con el tipo de configuración espacial que se haya instaurado en el territorio. Por configuración espacial se entiende “la manera o arreglo espacial que adoptan los objetos que integran el espacio” (Hiernaux & Lindon, 1993, pág. 104).

11

Las otras visiones que los autores distinguen son: a) como receptáculo o continente y b) como reflejo.

37

Extractivismo, petróleo y territorio

La manera en que espacio y configuración espacial se vinculan con el extractivismo petrolero recae en que éste último ha reorganizado al espacio en Ciudad del Carmen de tal forma que se han diseminado viejas prácticas y representaciones sociales. Además se han construido nuevos significados individuales y colectivos en la población que vive y transita por esta ciudad. Esto será abordado de manera amplia y detallada en el cuarto capítulo. Es importante resaltar que el espacio, a diferencia del territorio, goza de un significado tanto individual como social, el cual toma forma gracias a los procesos de interacción (prácticas sociales) que se dan en él, y que son registrados gracias a la capacidad de memoria con la que cuenta. No está de más señalar que la acción social siempre es el motor del espacio con el cual lo subjetivo y lo objetivo pueden reformularse uno a otro sin parar (Khayar, 2012, pág. 14). Asimismo, un segundo propósito de utilizar el concepto de espacio de una manera diferenciada al de territorio, radica en que el tema de investigación exige tratar al espacio como una categoría abstracta, haciendo notar con ella los cambios en las formas de interacción social que generó el extractivismo petrolero una vez que se insertó en un núcleo urbano como Ciudad del Carmen. Por último, la definición de espacio que esta investigación retoma es aquella ofrecida por el geógrafo crítico Milton Santos con la cual el espacio es “un conjunto de relaciones que se desarrollan a través de funciones y de formas que representan una historia escrita por procesos del pasado y del presente” (Hiernaux & Lindon, 1993, pág. 103). Ya habiendo realizado un breve esbozo conceptual del territorio y espacio es momento ahora de introducir la aplicabilidad de esta disociación en torno a un proceso que indudablemente ha impactado al núcleo urbano que es estudiado en esta investigación: la urbanización petrolera.

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Extractivismo, petróleo y territorio

1.5

Tendencias generales de la urbanización petrolera

Con la instauración del extractivismo petrolero Ciudad del Carmen, Campeche ha experimentado una transformación territorial, cuyas consecuencias han llevado a modificar inclusive su dimensión espacial preexistente. Este proceso no es exclusivo de la isla porque así como ésta otras regiones también sufrieron cambios una vez que comenzó la explotación de los yacimientos petroleros. Sin embargo, Ciudad del Carmen a diferencia de otras ciudades hoy petroleras, no surgió en tanto núcleo urbano como consecuencia de la migración, sino que ya tenía previamente una sociabilidad que inclusive data desde la Colonia. La manera en que Ciudad del Carmen se ha reconfigurado obedece desde un punto de vista conceptual a un proceso urbanización petrolera, término que a pesar de ser trabajado desde la década de 1980 con el clásico texto de Jorge Legorreta (1983), hoy en día dada la heterogeneidad que le caracteriza, no tiene una definición que sea válida, pues el impacto de la industria petrolera en cada una de las ciudades varía en función del peso demográfico y de la dinámica económica previa (Quiroz, 2008, pág. 100). Por la razón anterior, el presente apartado expone con base en la revisión de otras ciudades petroleras, aquellos rasgos comunes que permiten hablar de un proceso de urbanización ocasionado por el extractivismo petrolero, el cual si bien no es generalizable, al menos identifica coincidencias que a la postre abonen al debate en torno a este tipo de construcción de ciudad. Con este propósito, la primera reflexión que debe recuperarse consiste en entender la ciudad como un “complejo fenómeno social, cultural y económico resultante de la concentración de la población y de las instituciones humanas, que implica géneros de vida y de ocupación específicos de una población aglomerada, heterogénea […], que ha desarrollado una cultura y una sociedad de aglomeración” (Nolasco, 1981, pág. 22). De la definición citada conviene detenerse un instante en la noción de aglomeración para relacionarla directamente con el ritmo intensivo característico del 39

Extractivismo, petróleo y territorio

extractivismo. La necesidad por parte de este último por concentrar en el territorio sus insumos laborales, tecnológicos y de infraestructura, es la razón por la cual una ciudad se dinamiza y configura en función de una actividad económica dominante como es la petrolera. Dicho de esta forma, una ciudad petrolera experimenta un proceso de cambio, es decir, de urbanización, el cual es resultado del desarrollo de las fuerzas productivas y de las formaciones socioeconómicas establecidas allí. Un proceso de urbanización asimismo está compuesto por un conjunto de procesos específicos que pueden estructurarse con base en cinco dimensiones: a) demográfico b) físico c) ecológico d) económico e) social (Nolasco, 1981, pág. 38).12 Estos procesos específicos generan un impacto tanto en el territorio como en el espacio socialmente construido que tienden a conformar un patrón común en aquellas ciudades que experimentan el desarrollo de un ciclo extractivista petrolero. 1.5.1

Impactos urbanos territoriales

La primera manifestación de un impacto territorial en una ciudad petrolera se aprecia en el crecimiento explosivo y anárquico de su mancha urbana. Esta expansión ocurre en respuesta al incremento vertiginoso de los flujos migratorios tanto de corta como de larga distancia y duración. Esto en consecuencia impone a la ciudad un crecimiento demográfico extraordinario, que por ejemplo en el caso de Villahermosa, Tabasco se ha manifestado de la siguiente manera: El impacto de la industria extractiva de hidrocarburos en el crecimiento demográfico de Tabasco no tiene precedentes, y donde se refleja con mayor claridad es en el municipio de Centro, específicamente en la ciudad de Villahermosa. Si entre 1960 y 1980 la población de la capital tabasqueña se triplicó, entre 1980 y 2010 se duplicó. Este proceso implicó la demanda de servicios que los gobiernos y la iniciativa privada locales no estaban preparados para satisfacer; de ahí que en este periodo aumentaran las inversiones foráneas en el estado, al grado de transformar Villahermosa de un gran pueblo a una ciudad moderna en tan sólo unos años (Capdepont & Marín, 2014, pág. 152)

En relación con esta cita, cuando se presenta un crecimiento demográfico explosivo el municipio experimenta un aumento en la demanda de los servicios

12

La autora toma en cuenta para su estudio un total de 6 dimensiones que son: el proceso demográfico, físico o ecológico, económico, político-administrativo, social y cultural.

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Extractivismo, petróleo y territorio

públicos, los cuales a pesar de algunos intentos no logran ser provistos en todos los casos debido a diversos motivos. Uno de estos motivos es la insuficiencia de recursos públicos, pues como se vio en el apartado 1.1.2 Campeche y la Federación, los municipios en donde se desarrollan las actividades de explotación no tienen legalmente la capacidad de recaudar los impuestos por concepto de la extracción de hidrocarburos, y los pocos ingresos que han comenzado a recibir, por ejemplo vía donativos y donaciones de Pemex, han sido asignados muchos años después de haberse iniciado el ciclo extractivista y no necesariamente están destinados a obras de equipamiento urbano en las áreas más desfavorecidas. La segunda razón por la cual existe un desequilibrio territorial en la oferta de servicios públicos radica en que la necesidad por habitar una vivienda ha ocasionado una presión urbana hacia la invasión de terrenos no aptos y a la autoconstrucción. Bajo esta lógica el gobierno municipal en algunos casos se ha negado a ampliar la red de servicios públicos como una medida para frenar el crecimiento descontrolado de la ciudad, sin embargo, esta estrategia ha fracasado pues estas nuevas zonas de poblamiento continúan expandiéndose inclusive hacia antiguas áreas de amortiguamiento ecológico. A continuación se exponen dos ejemplos de esta dinámica en el estado de Tabasco, el primero aborda el caso de Villahermosa y el segundo el de Paraíso. Ambos reflejan una dinámica de expansión urbana y absorción-trastocación del medio rural, el cual al tener otras características topográficas, llega a representar un riesgo para la oleada de autoconstrucción en virtud de la ocupación de zonas bajas con riesgo a inundarse. La ciudad, que había comenzado a extenderse en la margen derecha del río Grijalva, frente a Villahermosa-, aceleró este proceso después de 1960 y se fueron ocupando terrenos bajos que servían de áreas de amortiguamiento en el desborde de ríos y lagunas –vasos reguladores-. Colonias populares como Las Gaviotas, La Manga, Casablanca, los Espejos I y II y Los Carrizales se asentaron en zonas de riesgo que recibieron un fuerte impacto en las inundaciones de 1982 y 1999. En este proceso de expansión de la mancha urbana, los antiguos pueblos de Atasta, Tamulté y Tierra Colorada fueron absorbidos por la ciudad y se convirtieron en colonias (Capdepont & Marín, 2014, pág. 150).

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Extractivismo, petróleo y territorio

El crecimiento de la población produjo un acelerado cambio en la impronta urbana de Paraíso, que se expandió absorbiendo, primero las zonas aledañas, cegando ríos, arroyos y pantanos y, posteriormente, extendiéndose hacia las zonas rurales que poco a poco fueron integradas a la estructura urbana sin responder a mecanismos de planificación. En los años setenta se inició la expansión del área urbana hacia el norte, al ubicarse el mercado y una escuela secundaria, lo que provocó el traslado de comercios y viviendas a esta nueva zona, fuera ya del perímetro urbano. A partir de los ochenta el crecimiento de la ciudad no sólo se dirigió hacia el norte, sino que comenzó a afectar a los ejidos y rancherías (Hernández, 2014, pág. 37).

Otro ejemplo de la dinámica anterior se encuentra en Coatzacoalcos y Minatitlán, Veracruz. Aquí se vuelve a observar el riesgo que conlleva la urbanización anárquica no solamente por la invasión de terrenos bajos, sino también por la ocupación de vivienda cuya cercanía a las instalaciones petroleras representa un peligro para las familias que allí habitan. En Coatza, las viviendas de los precaristas están sobre las dunas costeras, en los pantanos cercanos al río, entre las vías de ferrocarril, cerca de las instalaciones portuarias, a un lado y demasiado cerca del Complejo Pajaritos, casi sobre las instalaciones petroleras y portuarias en Nanchital. En Mina (las viviendas) están rodeando y peligrosamente cerca de la refinería, tanques de almacenamiento se encuentran casi en el centro de la ciudad, el pantano y los desbordes sureños están ocupados para habitación, y la pista de aviación está próxima a ser cercada por viviendas (Nolasco, 1979, pág. 49).

En amplia relación con el proceso de expansión física de la ciudad, la urbanización seguida por las ciudades petroleras ha ocasionado paralelamente un fenómeno de fragmentación territorial. Éste es visible a partir de la desarticulación entre las áreas precarias de vivienda y aquellas otras que sí gozan de una inversión pública-privada que les hacen estar acondicionadas para fungir como un estandarte del supuesto desarrollo que genera el extractivismo petrolero. En efecto, la inversión privada de alto impacto que llega a las ciudades petroleras como consecuencia del ritmo de crecimiento económico, tiende a concentrarse en un número mínimo de polígonos urbanos, lo cual en consecuencia tiende a generar una especialización territorial basada en estructuras policéntricas. El desarrollo de nuevas centralidades se pone en práctica por medio de la ejecución de proyectos urbanos que se caracterizan por incidir en la ciudad generando procesos de elitización social, valorización de capitales privados y especulación de la tierra. Además, este tipo de proyectos están pobremente 42

Extractivismo, petróleo y territorio

integrados al desarrollo de la ciudad, es decir, no parten de una visión de conjunto, acentuando con ello aún más la polarización socioeconómica (Lungo, 2005, pág. 20). En Coatzacoalcos esto se ha experimentado de la siguiente forma: Desde el punto de vista residencial y comercial, es claro que el peso demográfico y económico ha basculado hacia el poniente de la ciudad en detrimento del centro urbano y comercial histórico, aunque la gravitación económica de los complejos petroquímicos continúa siendo fundamental. Gran parte de la inversión privada comercial y hotelera se ha concentrado en una pequeña área de apenas tres kilómetros de diámetro, zona donde ya se ubican el corporativo de Pemex Petroquímica y Plaza Cristal, y que ha visto despegar su relevancia a partir de nuevos centros comerciales y tiendas de autoservicio, departamentales, restaurantes, cines e incluso infraestructura educativa (Casado, 2013, pág. 110).

En Villahermosa, Tabasco los proyectos urbanos estuvieron dirigidos por grandes empresas privadas que en medio de un modelo económico neoliberal llegaron a la entidad dinamizando el sector terciario. […] llegaron entre 1991-2012 inversiones de importantes firmas, como las del grupo WalMart – Aurrera, The Home Depot, Suburbia, Sam’s Club, Vips, El Portón, Soriana, Del Sol, Parisina, Modatelas, Chedrahui, Sanborn’s, Office Depot, Liverpool, Palacio de Hierro, Sear, Fábricas de Francia, City Club, Elektra, Coppel, C&A, Farmacias del Ahorro, Farmacias Unión, Farmacias Yza, Cinépolis, Cinemex y Comercial Mexicana. Aumentaron las inversiones de las compañías de telecomunicaciones –Telcel, Iusacell, Nextel, Movistar, Sky, Cablecom, Televisa, Tv Azteca, etcétera- y empresas de seguros. También los bancos abrieron nuevas sucursales (Capdepont & Marín, 2014, pág. 151).

Asimismo, en Paraíso, Tabasco también se ha observado este proceso ya que el urbanismo lineal desarrollado tras el inicio de las operaciones de Pemex ha promovido que los terrenos situados fuera de la ciudad hayan sido revalorizados, por ejemplo esto ocurrió con los ranchos y haciendas que fueron expropiados por Pemex para construir allí la colonia petrolera destinada para los empleados de alto nivel (Hernández, 2014). A propósito de lo comentado, las ciudades petroleras registran una transformación económica que impacta en su territorio ajustándolo a las nuevas exigencias de la actividad dominante. Esto no acontece en un territorio vacío, lo cual es importante resaltar, pues muchas de las modificaciones territoriales se hacen sobre estructuras previas configuradas en función de la actividad económica anterior. En el caso de las ciudades petroleras del sureste mexicano revisadas (Coatzacoalcos-Minatitlán-Villahermosa y Paraíso) el crecimiento físico de la ciudad ha continuado sobre territorios anteriormente destinados a la agricultura. 43

Extractivismo, petróleo y territorio

Por otra parte, existen otro tipo de proyectos urbanos que están dirigidos a desarrollar fraccionamientos residenciales, siguiendo un modelo de urbanización cerrada. El propósito de estos fraccionamientos es dotar de vivienda a los trabajadores de alto rango de la actividad petrolera (Pemex y sus empresas contratistas). Asimismo, este tipo de fraccionamientos están diseñados más sobre un valor estético y de seguridad que sobre uno de integración espacial con el resto de la ciudad. En consecuencia esto agrava el grado de fragmentación territorial que experimentan las ciudades petroleras. Al respecto de las urbanizaciones cerradas es importante resaltar que éstas contienen un alto grado de territorialidad que conduce a excluir no sólo económicamente, sino también físicamente al resto de la población, sin embargo, este proceso no es del todo exclusivo de las ciudades petroleras pues puede considerarse como un patrón urbano global ya que según Durán: El espacio de la nueva ciudad, dada la especialización, se divide de acuerdo a condiciones sociales, económicas y profesionales y, por tanto, acepta poder por una parte, y sometimiento por otra; los grupos fuertes deciden el sector donde ubicarán su residencia, mientras los de menos rango ocuparán los espacios desacreditados (Durán T. , 2008, pág. 64).

Cabe añadir que este tipo de proyectos residenciales urbanos obedecen a que en las ciudades petroleras se presentan brechas salariales muy amplias, por ejemplo en la experiencia de Tabasco, Negrete (1984, pág. 103) señalaba desde la década de 1980 que los ingresos inferiores al salario mínimo se concentraban en la agricultura, mientras que los ingresos tres veces superiores a salario mínimo lo hacían en los sectores vinculados con la industria y la construcción a cargo de Pemex. En este mismo sentido, la experiencia de Coatzacoalcos no dista mucho pues según Casado (2013, pág. 112) mientras que el salario de los trabajadores petroquímicos en el año 2008 rondaba los 2,896 dólares, el del resto de los trabajadores era de tan sólo 570 dólares. Resumiendo, los impactos territoriales vistos en las ciudades petroleras fragmentan a la ciudad en múltiples centros dificultando con ello la planeación urbana en torno a una idea de conjunto. En este sentido, el territorio de la ciudad se encuentra dividido entre aquellas áreas donde se concentra la riqueza y en aquellas 44

Extractivismo, petróleo y territorio

en las que no. Trayendo al contexto de las ciudades petroleras los planteamientos de Lungo (2005, pág. 23), el territorio de las ciudades petroleras es objeto de múltiples inversiones que en un principio pueden potenciar la imagen positiva de la ciudad, pero a la postre acentúan la fragmentación de la ciudad, produciendo islotes de gran calidad en contraste con las amplias zonas desfavorecidas. 1.5.2

Impactos urbanos espaciales

Como quedo dicho en el apartado 1.4.2 el cual remite al concepto de espacio: la sociedad produce sobre el territorio un constructo que desde una manera dialéctica interviene permanentemente en su devenir cotidiano. En este sentido, una urbanización petrolera también se encuentra inmersa dentro de un tipo de espacialidad que es necesario comprender. En primera instancia, las ciudades que sufren un rápido crecimiento físico y demográfico por la implantación de alguna actividad económica poderosa como el turismo o bien el extractivismo, ven construir sobre ellas una representación que califica a su espacio como un polo receptor de mano de obra. Esta representación, que en un inicio es real pues se requiere de amplios contingentes de fuerza de trabajo para abrir los caminos y montar las infraestructuras necesarias para la explotación (Hernández, 2014); con el paso del tiempo se sobredimensiona, en razón que después de unos años de la operación petrolera lo que ésta requiere es fuerza de trabajo altamente calificada. Sin embargo, esta representación del espacio sigue siendo reproducida bajo etiquetas como la “fiebre del oro negro”. Esto conduce a que ya en un estadio maduro del extractivismo, las ciudades donde éste se instala continúen recibiendo flujos migratorios, que al no lograr colocarse en la actividad dominante, retornan a sus lugares de origen, o bien encuentran formas marginales de vida en la ciudad receptora. Así también, como resultado de los procesos migratorios se produce en la ciudad petrolera una espacialidad aún más compleja, pues se incorporan nuevos actores cuyos intereses derivan a la vez en diferentes estilos de desarrollo. Por 45

Extractivismo, petróleo y territorio

ejemplo, se crean nuevos sitios de consumo y ocio que anteriormente no eran vistos como necesarios. Tal es el caso no sólo de Villahermosa, Coatzacoalcos y Minatitlán, sino también el de Ciudad del Carmen que será analizado con más detenimiento en los siguientes capítulos. Como se dijo líneas arriba el espacio en su carácter dialéctico también condiciona el desarrollo de una sociedad. Por lo tanto el espacio, de carácter complejo y lleno de intereses diversos, conduce a que se genere en la urbe una competencia por el empleo, por la vivienda, y en general por todas aquellas condiciones que permitan tener un mejor nivel de vida. Con esto en mente, y recordando que el espacio está conformado por un conjunto de relaciones que se desarrollan a través de funciones y de formas, puede afirmarse que el espacio social característico de una actividad dominante como la petrolera se encuentra marcado por una aguda diferenciación entre aquellas personas que están vinculadas con la extracción de petróleo y aquellas que no. Margarita Nolasco refiriéndose a las consecuencias sociales experimentadas por la extracción de petróleo en los casos de las ciudades de Coatzacoalcos y Minatitlán comenta que la población marginada del proceso extractivista tiene ante sí, casi como un escaparate, el nivel de vida de la población que sí está incluida en el campo petrolero, lo cual termina por operar como un efecto-demostración de lo que ellos no pueden, y dice la autora, nunca podrán obtener (Nolasco, 1979, pág. 32). En la ciudad, está el espacio para los “de la compañía” representado por los que tienen el poder de decisión dentro de las mismas: altos empleados y técnicos calificados, líderes políticos y burguesía local; junto a ésta está el espacio de los trabajadores: los barrios proletarios y las colonias populares destinadas a los obreros, empleados de “cuello blanco”, comerciantes en mediana escala, etc., y sin espacio previsto para ellos están los marginados que habitan las ciudades perdidas o asentamientos precarios que pronto proliferan en las áreas urbanas, con tanta intensidad cómo se desarrolle la región y se expulse población del campo (Nolasco, 1979, pág. 42).

La observación de la autora también es reproducible para otros municipios dedicados a la extracción de petróleo. Por ejemplo en el estudio de Recinos (2013),

46

Extractivismo, petróleo y territorio

el autor reproduce el siguiente comentario hecho por un habitante de Reforma, en el cual es posible apreciar esta distinción social.13 Esto que usted ve es de todos los días en las mañanas y tardes, porque la mayoría de los que trabajan en la empresa Pemex acá en Reforma pues son de otros estados y no viven en Reforma, la mayoría vive en la ciudad de Villahermosa, ya que nosotros que somos chiapanecos nomás nos toca mirar sin poder pedir más y así ha sido siempre, no es de ahora, pero bueno… que podemos hacer nosotros que nos tocó estar de este lado (Recinos, 2013, págs. 10-11).

Sin embargo, algunas ciudades petroleras como es el caso de Ciudad del Carmen, tienen la característica de recibir población migrante tanto permanente como temporal. Esto es porque la actividad petrolera de plataformas marítimas consiste en una alta rotación del personal. Así pues, en aquellas ciudades petroleras que tienden a albergar a una población flotante, el espacio social además de los elementos de diferenciación y desigualdad, se encuentra caracterizado por un bajo sentimiento de identificación por parte de esta población con la ciudad. Ello deriva, recordando que en el espacio intervienen un conjunto de sentimientos y pasiones internas, en una sensación de tensión entre los recién llegados y los habitantes oriundos de la ciudad petrolera. Por ejemplo, Dureau & Goueset (2001, pág. 8), analizando el caso de tres ciudades petroleras en Colombia, destacan el sentir de un migrante con respecto al trato diferenciado y hostil que recibe por parte de la población local, debido a que éstos tienen en mente que él ha venido a quitarles el empleo. Roberto Rodríguez describe algo similar en el caso de Ciudad del Carmen cuando cita un comentario de un poblador oriundo de la isla: “los que trabajan en las plataformas, después de recibir su dinero se van a su tierra, no dejan nada aquí” (Rodríguez R. , 1984, pág. 18). 1.6

Cierre del capítulo

En el presente capítulo se discutieron por lo menos tres ideas centrales:

13

Es importante advertir que algunas implicaciones socio-territoriales que son descritas en este apartado son compartidas con un conjunto de ciudades que no necesariamente están configuradas por un extractivismo petrolero, pero que de alguna manera sí mantienen una actividad económica central, por ejemplo el caso de Acapulco y más tarde Cancún con el turismo.

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Extractivismo, petróleo y territorio

La primera de ellas consiste en estudiar los fenómenos extractivos, como el petrolero, a partir del entrecruzamiento de diversas escalas, no dando prioridad a alguna en particular, sino más bien haciendo un esfuerzo por conectarlas. Esto permitió comprender cómo las distintas configuraciones locales que caracterizan a un proceso extractivista, tienen relación a su vez con la manera en que éste se encuentra articulado con el resto de las otras escalas. La segunda idea subraya que todo enclave extractivo tiene una dimensión territorial. Es por eso que conceptualmente se propone al extractivismo petrolero como una categoría analítica que rescata precisamente esta variable. En este orden de ideas se elaboró una caracterización del extractivismo petrolero acotada a la situación de la Sonda de Campeche, y se obtuvo como resultado que el objeto de estudio cumple con las tres características necesarias para ser considerado un proceso extractivista. Finalmente, se hizo una distinción conceptual entre el territorio y el espacio. Esto fue para identificar qué impactos ha tenido la urbanización en cada una de estas dos variables. Los resultados fueron interesantes, pues con base en la revisión de literatura de otras ciudades petroleras, se identificó como tendencia general que un proceso extractivista desata una fragmentación territorial, lo cual a su vez condiciona la producción de un espacio polarizado entre los distintos habitantes del núcleo urbano. En el siguiente capítulo utiliza el marco conceptual aquí desarrollado para reconstruir parte del proceso histórico que ha guiado a la Isla del Carmen y a la región de la Laguna de Términos. El objetivo es identificar qué tipo de configuración territorial cumplía Ciudad del Carmen antes de la instauración del extractivismo petrolero.

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2. Ciudad del Carmen, Campeche: una isla con historia extractivista El siglo XX constituye para la región comprendida entre la Laguna de Términos y el Golfo de México un periodo de tiempo caracterizado por una intensa transición de diferentes actividades comerciales, orientadas todas ellas hacia la extracción y exportación de los recursos naturales (forestales, pesqueros y en última instancia energéticos). Más que presentar en este capítulo una historia regional de las distintas actividades económicas, lo que se espera es analizar la manera en que el territorio de la Isla del Carmen ha sido configurado en función de dos ciclos extractivistas. El primero, un extractivismo forestal, y el segundo un extractivismo camaronero. Si bien este capítulo busca concentrarse en la configuración territorial existente antes de la explotación petrolera, es decir, durante la época de la pesca del camarón, es importante primero identificar las bases que llevaron a la conformación de la ciudad. Por lo tanto se retomará muy brevemente el primer ciclo extractivista: el de los recursos forestales (palo de tinte, maderas preciosas y chicle). La utilidad que este capítulo tiene es exponer las distintas configuraciones que dinamizaron a la ciudad durante los dos extractivismos previos al petrolero, de esta forma se pueden ubicar con mayor facilidad las continuidades y las fracturas que la instalación del tercer ciclo extractivista ha ocasionado en Ciudad del Carmen. Además, cabe resaltar que para la historia de esta región, el siglo XX es un periodo especial pues en éste se pueden ubicar con un mayor o menor acento todos los ciclos extractivos que han configurado su desarrollo económico, político, social y cultural. En todos ellos sobresale como emplazamiento central la isla-puerto-ciudad del Carmen.14 En efecto, todas las actividades desarrolladas en esta importante región encontraron en la Isla del Carmen, especialmente en su núcleo poblacional situado

14

En la historia regional de la Laguna de Términos y el Golfo de México, con la Isla del Carmen como territorio emplazado, se pueden detectar seis grandes actividades comerciales de carácter regional e internacional: el palo de tinte, las maderas preciosas (cedro y caoba), el chicle, la producción cocotera, la pesca del camarón y la extracción de hidrocarburos.

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en la parte occidental de ésta, un emplazamiento territorial fundamental para poner en marcha los diferentes ciclos extractivos que se desarrollaron durante este siglo. Como puede observarse en el mapa 2.1 la región de estudio se caracteriza por disponer de un importante complejo lagunar alimentado por la descarga hídrica de cuatro ríos: Palizada, Mamantel, Chumpan y Candelaria. Además de esta interconexión fluvial, que le permite a la región tener comunicación con otras localidades tanto de la entidad como de otros estados, este territorio cuenta con una comunicación marítima hacia las aguas del Golfo de México, esto es gracias a las dos bocas que han operado como un espacio de tránsito para embarcaciones, y que actualmente la Boca del Carmen es utilizada como un sitio de fondeo para los barcos que le prestan servicios a Petróleos Mexicanos. El mapa 2.1 además de localizar la región tiene la intención de ubicar en la cartografía la manera en que los ciclos extractivistas se han ido desplazando de las riberas de los ríos hacia las aguas del Golfo de México. Mientras que durante el extractivismo forestal las actividades se realizaban en las haciendas y campamentos ubicados fuera de la isla, durante el extractivismo camaronero los sitios indispensables para llevar a cabo tal actividad, como las empacadoras y las congeladoras, se ubicaron en la isla-ciudad (Villegas & Solís, 2000). Cuando se utiliza la categoría de ciclos extractivos podría pensarse que se está haciendo alusión a que estos siguen un desarrollo de tipo secuencial, como si el declive de uno de ellos generara automáticamente el inicio y el auge de otro, sin embargo, esto no es así. A pesar que en algunas fuentes (Álvarez, 1995) suele encontrarse que la Isla del Carmen transcurrió por diferentes periodos, iniciando con el del palo de tinte, después uno de maderas preciosas, y posteriormente otro del chicle; realmente lo que se halla tras una revisión documental es que a finales del siglo XIX e inicios del XX existía una coexistencia entre todas estas actividades económicas (Vadillo, 2003). A pesar de lo anterior, es imprescindible afirmar que la culminación del ciclo del palo de tinte sí impulsó una explotación más intensiva del resto de los recursos

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forestales, especialmente la resina del chicozapote cuya comercialización estuvo dirigida por el capital estadounidense. Esta advertencia sirve también para evitar caer en el falso supuesto de concebir a un recurso natural como sustituto de otro. Se dice esto porque el auge derivado de la exportación del palo de tinte y las maderas preciosas de ninguna manera puede compararse con el acontecido por el resto de las actividades económicas. De la misma forma, los vacíos dejados por una actividad tampoco pudieron haber sido llenados por las “bonanzas” subsecuentes. Es importante plantear esto porque actualmente existe un cuestionamiento sobre cuál será el siguiente ciclo económico que Ciudad del Carmen desarrollará tras el aparente debacle de la actividad petrolera.15 Algunas voces apuntan hacia el turismo, sin embargo, se observan serias dificultades para emprender tal actividad considerando especialmente la férrea competencia que proyectan otros destinos del sureste mexicano, aunado a los daños ecológicos y económicos (inflación) sufridos tras la llegada de Pemex. Una vez habiendo puesto sobre la mesa estas consideraciones preliminares, se analizará en este segundo capítulo de qué manera Ciudad del Carmen se vio afectada por el auge y declive de un conjunto de actividades comerciales, que aunque todas dedicadas a la exportación de productos primarios, condujeron a diferentes transformaciones de tipo territorial con su respectiva implicación en el espacio social.

15

En este asunto es importante esperar los resultados que puedan derivarse de la implementación de la reforma petrolera impulsada durante la administración de Enrique Peña Nieto.

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Mapa 2.1. La región de la Laguna de Términos

Fuente: Elaboración propia

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2.1 El extractivismo forestal en el siglo XX: palo de tinte, maderas preciosas y chicle Retomando parte del desarrollo conceptual elaborado en el primer capítulo sobre el modelo extractivista, es fundamental ubicar bajo estas líneas a la explotación forestal que se llevó a cabo en la región de estudio desde el siglo XVIII hasta el XX. Con esta intención, se utiliza el concepto de extractivismo en primer lugar para sostener que los volúmenes de extracción y comercialización de las maderas tuvieron niveles altos. Esto es, dada la alta rentabilidad que representó este negocio para las élites locales y extranjeras, ellas jamás enfrentaron algún obstáculo de tipo legal sobre la cantidad del recurso que podían talar y exportar, lo que a su vez impidió que la región se preparara para reaccionar ante un corte abrupto de la demanda internacional. Además, pareciera que también existió un conformismo por parte de las élites quienes vieron en el recurso tintóreo una reproducción permanente de su riqueza familiar. Todos estos factores son elementos que permiten dar cuenta de un proceso extractivista. Un segundo argumento para decir esto es la intensidad voraz con la que se explotó el recurso. Esto es imaginable gracias a un testimonio de finales del siglo XIX que en cierta medida reclama una falta de control hacia la tala excesiva del palo de tinte. Esta crítica si bien no encaja dentro un reclamo ambiental, constituye una pista para ubicar la intensidad destructiva de dicha actividad en aquel momento de la historia: […] la rutina y el egoísmo en mucho contribuyen á (sic) esa tala funesta, contra la cual deben luchar las ideas civilizadoras y verdaderamente economicistas, á (sic) fin de que la reposición de las selvas y arboledas constituyan el sólido bienestar y la riqueza del suelo que las ofreció próvidamente. (Acevedo, 1910, p. 36)

Un tercer aspecto para hablar de un extractivismo es el destino hacia la exportación. En este sentido, debe subrayarse que desde el inicio la rentabilidad del negocio siempre se relacionó con la venta de la madera en los mercados internacionales. De hecho, cuando termina la demanda internacional debido al desarrollo de colorantes artificiales a un menor costo, la venta del palo de tinte declina. 53

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Estos tres argumentos permiten decir que la actividad económica del palo de tinte, así como la de las maderas preciosas (cedro y caoba), operó por más de tres siglos bajo una configuración extractivista. Es importante dejar esto en claro para entender por qué al terminarse la demanda internacional, no fue posible continuar comercializando estas maderas tal vez en un mercado regional o nacional. Sobre todo considerando que las anilinas fueron un desarrollo tecnológico europeo cuya disposición en el mercado nacional se encontraba obstaculizada. Adicionalmente, debe señalarse que este ciclo extractivista fue llevado a cabo por las élites locales y extranjeras. Un dato esclarecedor sobre esto permite ver que el 98% del total de las hectáreas dedicadas al palo de tinte, la agricultura y la ganadería estaba concentrado solamente en manos de 15 personas. Dentro de éstas se encontraban Victoriano Nievez, Pablo Arana y Josefa Leyva, quienes controlaban el 52.9% de todas las tierras del Partido del Carmen (Vadillo, 2003, pág. 93). Con estos antecedentes, el siglo XX inicia para la Isla del Carmen con una actividad comercial del palo de tinte en completa decadencia, pues de haberse exportado en 1895 más de 100 mil toneladas de este recurso (Vadillo, 1994, pág. 109), en 1910 apenas llegaron a registrarse un total de 55 toneladas (Acevedo, 1910, p. 13). Pese a esto el desarrollo de esta actividad, cuyo inicio se remonta al periodo virreinal, ya había conformado en la Isla del Carmen un núcleo poblacional que entre otras cosas cumplía a inicios del siglo XX con cinco funciones básicas: a) Punto de intercambio comercial de productos agrícolas y ganaderos procedentes de otras localidades de la región (principalmente maíz, carne, frijol, azúcar y arroz). b) Sitio de venta de productos manufacturados de importación tales como: alfombras, teja francesa, calzado, sombreros finos; vinos de renombre como champagne, whisky y vino francés; así como otros productos alimenticios y abarrotes como la afamada mantequilla danesa, todo esto de acuerdo con información recopilada de anuncio comercial impreso en el Álbum Carmelita de Nicolau (1910, pág. 2). 54

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c) Lugar de arrendamiento de mano de obra altamente necesaria para la explotación de los recursos forestales en las haciendas y ranchos del Partido del Carmen. d) Espacio de socialización de la élite local y extranjera. e) Emplazamiento administrativo y aduanal del Puerto del Carmen Para tener una idea de la intensa sociabilidad experimentada en este núcleo poblacional, Claudio Vadillo reconstruye una narrativa muy ilustradora acerca de la dinámica cotidiana que se vivía en la Villa del Carmen.16 A las cuatro de la mañana de un día cualquiera en la Galera Pública17 se anudaban las relaciones sociales del Partido del Carmen. En este local que se abría por un lado a la calle de Comercio y por el otro a la calle de Marina, confluían los pobladores de la Villa del Carmen para efectuar los intercambios más diversos. Entretejían con el dinero y las mercancías los circuitos del mercado regional. Desde los ranchos del Partido llegaban en canoas de diverso tonelaje, vacas, toros, aguardiente, azúcar, miel de abeja, cerdos, frutas, hortalizas, además del voluminoso palo de tinte y otras maderas preciosas. En los muelles se distribuían las proporciones que estaban destinadas a los grandes y pequeños consignatarios. En carretas tiradas por mulas se trasladaban a la Galera Pública o a los grandes almacenes comerciales (Vadillo, La región del palo de tinte: El partido del Carmen, Campeche, 1994, pág. 94).

Con esta descripción es posible encontrar en Ciudad del Carmen un núcleo urbano con cualidades destacables sobre el resto de las ciudades del sureste mexicano. Situación admirable sobre todo poniendo en consideración la nula interconexión terrestre entre la isla con continente. Aunque claro, esto es un elemento menor dadas las buenas condiciones para el transporte fluvial y marítimo que funcionaron como el factor preponderante en el tejido de las relaciones comerciales de la ciudad. De la misma manera, Ciudad del Carmen además de cumplir con la función básica de aglomerar y reproducir a su población local, fungía como un espacio de oportunidad para que productores de otras localidades pudieran ofrecer allí sus mercancías. En consonancia con esto González Mier subraya como: “Era Atasta paraje ribereño, ranchería lacustre y pueblecillo fluvial al mismo tiempo. Dos veces

16

El título de Villa del Carmen fue decretado el 2 de octubre de 1828 y posteriormente éste fue cambiado por el de Ciudad del Carmen a partir del 10 de julio de 1856. 17 Para las primeras décadas del siglo XX se cuenta con información que señala que el horario de apertura de la Galera Pública iniciaba a las 6:00 am (Ceballos, 2002).

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por semana, organizaban expediciones para exportar sus frutos al mercado de la ciudad [del Carmen]” (González, 1999, pág. 109). En este sentido, fue de vital importancia el comercio desarrollado en la Galera Pública, localizada a tan sólo unos metros de las aguas de la Laguna de Términos, lugar donde se llevaba a cabo el embarque y desembarque de las mercancías. A propósito de la Galera Pública, vale la pena señalar que para las primeras décadas del siglo XX éste era un espacio prominente, pues apenas 15 años atrás había sido remodelada gracias a la inversión de un empresario local: Francisco Pallás. Entre los aspectos destacables de su infraestructura, y que dan cuenta de la bonanza que vivía la ciudad, se encuentran sus columnas y techos de fierro traídos de Bélgica, sus mesas cubiertas de mármol para los expendios despachadores de carne, y de zinc para los del pescado. Gabriel González Mier comenta al respecto del nuevo mercado: Hace más de cuarenta años que el Mercado del Carmen pasó de la edad de piedra a la edad de hierro. En amplio armazón de viguetas metálicas y de lámina acanalada, se levanta en el mismo sitio que sirvió de emplazamiento a lo que, para nuestros padres fue siempre la Galera, y siguió siendo para los que aún sobreviven de mi generación. La nueva instalación se considera como un progreso de la ciudad; es más hospitalaria porque, como un gran pájaro de fierro, cobija bajo sus alas a los pequeños mercaderes […] es más práctica por la disposición de las mesas levantadas sobre el pavimento (González, 1999, pág. 75)

Indudablemente Ciudad del Carmen reflejaba en su infraestructura las huellas de una bonanza tintórea. Con una población de apenas cinco o seis mil habitantes la ciudad contaba con alumbrado público, un teatro de tres niveles ricamente decorado (ver fotografía 2.1), parques, relojes, un hospital donado por un empresario local (Don Victoriano Nieves) (Leriche, 1995, pág. 59). Asimismo, la ciudad contaba ya desde 1883 con un tranvía cuya vía férrea transitaba por tres calles, la de Marín, Iturbide y Asunción. El trayecto contaba con tres terminales, una en el barrio de Pueblo Nuevo, otra en la Plaza de Tila y la última en la Plaza de la Asunción (Ceballos, 2002, pág. 43). Todas estas evidencias permiten inferir que desde el punto de vista territorial la ciudad experimentaba a inicios del siglo XX algunos restos de la bonanza del palo de tinte. Sin embargo, el hecho de haberse desarrollado esta actividad bajo una 56

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configuración de tipo extractivista, ponía también a la ciudad en un frágil estado de inestabilidad. Por ejemplo, Ciudad del Carmen a inicios de la segunda década del siglo XX presenta un panorama en el que no todos sus habitantes gozaban de la misma calidad de vida, así lo narra Bolívar cuando da fe por ejemplo de un acto delictivo con fecha del 5 de junio de 1917: Existiendo en la población muchos individuos que no tienen trabajo y ante la carestía de los productos en general, un grupo de aquellos descontentos comenzaron a reunirse por el centro con ideas de dedicarse al saqueo y a eso de las once del día se fueron sobre el establecimiento de los señores Zepeda y Gutiérrez que entonces estaba situado en el edificio al norte del parque de Alaminos (Bolívar, 1999, pág. 98)

El mismo autor escribe lo siguiente para describir una situación similar de carestía tan sólo un año más tarde: 1918 fue un año más de pobreza extrema al grado que la mayoría de los jefes de familia tenía la necesidad de ir a pescar o salir de cacería para poder llevar alimentos a sus hogares, sólo un reducido número de los empleados de comercio y oficinas del gobierno recibían pagos que apenas les alcanzaba para vivir (Bolívar, 1980, pág. 100).

Con estos ejemplos es posible inferir que la crisis comercial del palo de tinte impactó negativamente a la ciudad mediante una reducción significativa del circulante, pero esto no condujo a una crisis social aún mayor gracias a que la isla y las aguas que la rodean pudieron dotar a la población de los alimentos necesarios para subsistir. El fin del ciclo comercial del palo de tinte está profundamente relacionado como ya se dijo con su configuración extractivista. Sin embargo, el declive fue paulatino pues a pesar del desarrollo de colorantes artificiales, como las anilinas alemanas, el tinte carmelita resistió la competencia en el mercado internacional por lo menos hasta la primera década del siglo XX. La razón de esto probablemente es que las anilinas artificiales aún no lograban evitar el desteñido de la ropa, razón por la cual todavía hasta inicios del siglo los compradores europeos preferían el tinte natural exportado desde el Puerto del Carmen (Macías, 2002, pág. 94). En la historia oficial de Ciudad del Carmen (al menos aquella que es palpable en una visita al Museo de la Ciudad), suele plantearse que la extracción del chicle 57

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constituyó la siguiente actividad económica que de cierta forma alivió la vida comercial de la isla. Esto debe tomarse con sumo detenimiento, pues como se dijo al principio, las actividades económicas no deben ser entendidas de modo secuencial, como si el fin de una propiciara el inicio de otra. En realidad no existe una fecha clara para delimitar el inicio de la explotación del chicle. Por una parte podría ser 1902, cuando hubo una migración de aproximadamente mil familias chiapanecas a las fincas chicleras de la empresa The Laguna Company. Sin embargo (Vadillo, 2003, pág. 46), otros autores consideran más bien que este ciclo inició hasta 1919. Cualquiera que haya sido el año de inicio de esta actividad, debe señalarse que su ritmo de extracción fue abrupto y de corta duración. Esto tiene sentido ya que el incremento de su demanda obedece a que este producto formaba parte de la dieta de los soldados estadounidenses que combatieron en la primera y segunda Guerra Mundial. La puesta en marcha de esta actividad comercial representó para el territorio de Ciudad del Carmen volver a ser un punto estratégico, a tal grado que se trasladaron a esta ciudad importantes inversiones extranjeras, sustancialmente estadounidenses, que en conjunto con las emplazadas en otras localidades (Lo Chenes y Champotón) del Estado de Campeche, propiciaron que esta entidad ocupara el primer puesto en la producción nacional de chicle, situación de relevancia mundial pues el 80% de la producción internacional de esta resina era obtenida de México (Ponce, 1990). Un ejemplo de esta situación se puede localizar en el caso de Robert S. Boyd, empresario estadounidense quien después de haber invertido en Tuxpan, Veracruz (Vadillo, 2003) se trasladó a la Laguna de Términos, y junto con Juan Oliver y Ramón García fueron representantes de la empresa The Laguna Corporation. Esta empresa dominaba el mercado, pues tenía bajo su control el 45% de todas las tierras del municipio (Leriche, 1995).

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Otras empresas estadounidenses que también se dedicaron a la explotación del chicle fueron: The Mexican Gulf Land Co; The American Timber y Fruit Co; y la W.M. Wrigley Jr; Co. Estas empresas tenían además de un poder económico, un importante capital político, prueba de ello es que tras un conflicto laboral ocurrido en 1922 los representantes de estas empresas solicitaron al presidente de la República su intervención, misma que finalmente derivó en la deposición de Ramón Castillo como Presidente Municipal del Carmen (May, 2013, pág. 121). En esta nueva etapa extractivista el territorio de Ciudad del Carmen continuó figurando como un espacio de aprovisionamiento de recursos para los campamentos chicleros, en los cuales se consumía además del venado, el coholite y el pavo faisán, comida enlatada y la -en aquél tiempo novedosa- leche Nestlé (Vadillo, 2003, pág. 9). Para esto, Ciudad del Carmen gozaba de una planta productiva altamente sobresaliente como a continuación lo describe el siguiente extracto de María Pacheco describiendo a la ciudad durante la década de 1930: En Carmen hay once fábricas establecidas: tres de hielo, dos de galletas, dos de aceite de coco, dos de jabón, una de velas y otra de gaseosas, estando al abrirse una de cigarros. Además en las principales carpinterías se fabrican bellos y sólidos muebles de maderas finas…Las calles antiguas de la Ciudad, son angostas e irregulares; las nuevas anchas y rectas, antes todas llevaban el nombre de algún héroe o de algún benefactor de la Ciudad, pero en 1917 les quitaron estos nombres y las nombraron poniéndoles números pares a las paralelas al mar e impares a las transversales (Caldera, Isla del Carmen. Paraíso con historia, 2005, pág. 41).

Desafortunadamente el rol protagónico que durante la extracción del palo de tinte ocupó el puerto del Carmen no pudo recuperarse nuevamente durante el periodo chiclero. Leriche (1995) sostiene que esto fue así porque durante esa época se construyó el ferrocarril del sureste, del cual Ciudad del Carmen quedó excluido. De cualquier forma, la extracción chiclera efectuada en las riberas de los ríos propició que la región de la Laguna de Términos recibiera un flujo migratorio alto, especialmente de mano de obra veracruzana lo que impactó desde el punto de vista cultural en una mezcla de tradiciones. Villegas subraya al respecto como: “los tuxpeños marcaron con sus festividades una identidad en la población de la región con los toldos y el zapateado que organizaban los chicleros” (Villegas J. , 2005, pág. 84). 59

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Los campamentos chicleros aglomeraron un mayor número de actividades, pues además de la búsqueda, selección y quiebre de la corteza de los árboles, se llevaba a cabo la cocción y el empaquetamiento de la resina. Aquí, el papel de las mujeres fue fundamental, pues ya sea que llegaran solteras o casadas, los campamentos las recibían. Esto derivó en una mayor cohesión del grupo de manera que la lejanía con respecto a las principales ciudades campechanas se convirtió en un factor poco relevante para el estilo de vida de las unidades familiares establecidas en los campamentos. -¿Los señores se van al chicle y las mujeres que hacían? -Haciendo la comida en las champas, en los campamentos, la comida para que cuando ellas vinieran pues ya estaba todo listo, […] me gustaba mucho hacer pan, así nos criamos en la pura cocina nosotros, para nosotros no había diversión, no había nada, casi nos manteníamos así dentro de la casa. -¿Qué les hacía usted? -Comida, lo que llevaban ellos de mercancía: los frijolitos, la sopa, pan que les hacía yo. -¿Antes de que se fueran a trabajar, usted les hacía algo? -Su lonche que llevaban, su bastimento -¿Y cuando ellos estaban trabajando, usted qué hacía? -Pues haciendo mi quehacer, aseando para cuando vinieran ellos, lavando ropa (Vadillo, 2000, págs. 86-88).

Para muchos trabajadores la actividad chiclera representó, pese a contar con terrenos y milpas para llevar a cabo otras actividades agrícolas, la mejor opción para sobrellevar sus vidas, las cuales se encontraban en permanente riesgo: Indio, mestizo o blanco, la selva ataca por igual al chiclero. Ya es el piquete de la temida “mosca chiclera” que le come pedazos de oreja o de nariz; ya el fantástico grillo blanco, que le produce abscesos monstruosos, podredumbre de partes del cuerpo, que parecen adaptarse a la selva y, con ella, podrirse; ya es el “colmoyote” traidor cuyas larvas le devoran el nervio óptico y le dejan ciego, ya el piquete de la “nauyaca” que le mata casi sin remedio después de corromper su carne en pocos minutos; ya, en fin, las fiebres que le debilitan y, anemiándole, le entregan en brazos de la peste blanca. (Beteta, 1937, pág. 31).

El declive de la exportación del chicle, como con el palo de tinte, tiene que ver con el desarrollo tecnológico de productos alternativos a un menor costo. En el caso del chicle, la resina del chicozapote fue sustituida por resinas sintéticas producidas en Estados Unidos. Ponce (1990, pág. 39) señala que esto tuvo efectos perjudiciales no sólo en el municipio del Carmen, sino en toda la entidad pues su economía se vio quebrada quedando miles de familias sin ingresos.

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Este primer ciclo extractivista, que incluye al palo de tinte, las maderas preciosas y el chicle, operó bajo una configuración en la cual el territorio y el espacio de Ciudad del Carmen tuvieron un papel estratégico en el embarque y despacho de los recursos forestales. La población tuvo una relación muy estrecha con estas actividades ya que las embarcaciones fondeaban en las orillas de la Laguna de Términos, por lo que formaba parte de la vida cotidiana la importación y exportación de cuantiosas mercancías para las que el comercio local funcionaba como el mecanismo de distribución más importante. Tomando como fuente algunas fotografías entre las décadas de 1930-1940, es posible advertir cómo tras el paso de este primer ciclo extractivista Ciudad del Carmen era un núcleo urbano armónico y con una planta productiva y de servicios sobresaliente. La fotografía 2.2 exhibe, por ejemplo, cómo las pocas calles de esta ciudad tenían un tránsito escaso, que incluso hacía viable que los peatones caminaran por debajo de las banquetas. Esta situación actualmente para el contexto carmelita es impensable. En esta misma fotografía se puede observar un conjunto de construcciones, entre las que destaca una que operó como la aduana marítima de la ciudad entre 1914 y 1935 (Villegas & Solís, Imago de una isla-ciudad, 2000, p. 97). Su arquitectura prominente es un fiel reflejo de la importancia que tuvo para este puerto el desarrollo de dichas actividades. Como puede verse en la fotografía 2.3 las calles de Ciudad del Carmen albergaban muy pocos automóviles. Para el año de 1938 se tenían registrados un total de 175 automóviles contra 1,017 carros y carretas (De la Peña, 1942). Por otra parte, la fotografía 2.4 también informa cómo existían ciertos límites naturales que detenían el crecimiento de la ciudad, como puede verse en la vegetación que se hace cada vez más densa al final de la imagen. Estas fotografías, una vez que son tratadas como fuente de información, permiten conocer estos datos que de cierta forma confirman visualmente algunos planteamientos de los cuales se habla en las fuentes escritas.

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Por último en este ciclo no se puede rastrear un crecimiento demográfico explosivo, lo que puede atribuirse a que la ciudad no era hasta este momento un espacio en el que los trabajadores habitaran, en tanto que sus actividades laborales las realizaban en los campamentos y hatos localizados en las riberas de los ríos que depositan sus aguas en la Laguna de Términos.

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Fotografía 2.1 El teatro carmelita

Fuente: (Caldera, 2005, pág. 33)

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Fotografía 2.2 La aduana comercial. Ca. 1930

Fuente: (Caldera, 2005, pág. 124)

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Fotografía 2.3 El Palacio municipal Ca. 1940

Fuente: (Caldera, 2005, pág. 128)

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Fotografía 2.4 Rumbo al cementerio El Último Paseo

Fuente: (Caldera, El Carmen, imágenes del ayer)

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2.2 El extractivismo camaronero: conexión entre el mar y la ciudad Este apartado tiene el mismo objetivo que el anterior, es decir, determinar el tipo de configuración territorial que siguió Ciudad del Carmen, pero ahora durante el periodo del extractivismo pesquero. Éste, a pesar de conservar las tres dimensiones del extractivismo forestal: altos volúmenes, intensiva extracción y destino a la exportación, añade a las formas de vida reproducidas en la ciudad nuevas condiciones sociales y culturales. Esto es porque, a diferencia del extractivismo forestal, en este nuevo extractivismo se trastocan más profundamente formas identitarias pertenecientes a los pescadores que se adscriben bajo lo que Villegas (2005) denomina una cultura ribereña. De acuerdo con Leriche (1995), es en el año de 1947 cuando son descubiertos los primeros bancos de camarón gigante. Este hecho marca el inicio para Ciudad del Carmen de un segundo ciclo extractivista que ocasionará profundos cambios en su configuración urbana y social, los cuales asimismo conducirán a nuevas formas de producción y vida cotidiana en la ciudad. A todo esto, es importante subrayar que el ciclo camaronero -al igual que el forestal-también se basa en la extracción de un recurso primario con un alto volumen e intensidad.18 De la misma manera su rentabilidad también se encuentra orientada hacia el exterior gracias a que las empresas que se instalaron en Ciudad del Carmen también eran de capital extranjero. Prueba de lo anterior es que por lo menos cinco de las ocho grandes compañías asentadas en Ciudad del Carmen se encontraban dirigidas por gerentes extranjeros (Justo, Gantús, & Villanueva, 2011, pág. 231). Esto influía en que la pesca estuviera fuertemente conectada hacia este mercado, principalmente

18

Para dar un ejemplo de la intensidad con la que se llevó a cabo la pesca en Ciudad del Carmen conviene mencionar que ésta ofreció en 1979 el 49.2% de las capturas estatales de pesca en general y el 68% de las de camarón (Rodríguez R. , 1984).

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estadounidense, al cual, gracias al desarrollo de la aviación comercial, era más fácil acceder en razón que se hacían entre 4 y 8 vuelos diarios hacia este país. Este ciclo se caracteriza por la urgencia que tuvo el capital internacional por comenzar a operar los circuitos comerciales de este recurso, tal es así que ni siquiera se esperó a la instalación de las primeras congeladoras necesarias para mantener en buen estado el producto. Esto lo permite conocer un testimonio ofrecido por Salvador Calderón, un maestro nato de la carpintería ribereña en Ciudad del Carmen, quien dice lo siguiente: Cuando yo me fui de Ciudad del Carmen a México… a mediados del 47, me dio una tristeza que no había ni un cayuco en el muelle. Me fui de aquí a Veracruz y cuando regresé a principios del 48’, en febrero no había ni donde acomodarse, estaba esto lleno de barcos, puros barcos americanos, con permiso por supuesto, vinieron al auge del camarón. El hielo lo traían en aviones desde la Florida, un hielo que la barra de hielo [si] le ponía la mano, se te veía […], cristalino. Se llevaban el camarón fresco [enhielado], no habían (sic) congeladoras. Fue cuando también vino la época de la construcción de barcos (Villegas J. , 2005, pág. 196).

La instauración del extractivismo camaronero dinamizó la actividad pesquera de una manera distinta a la cual históricamente se había desarrollado. Antes del auge camaronero la pesca se encontraba dirigida hacia el consumo local, pero a partir de la llegada del capital internacional acontecieron algunos cambios. Uno de ellos fue la introducción de nuevas tecnologías marinas (trasplantes tecnológicos) cuyo impacto incluso derivó en conflictos ecológicos y sociales. Un ejemplo de esto es el acondicionamiento que tuvieron los cayucos tradicionales una vez que les fueron adaptados los motores fuera de borda. -¿Las experiencias que se obtuvieron cuando trabajó con la flota camaronera de altura se transmitieron a la flota mosquito? JS- Sí. En aquel entonces la flota mosquito empezó a nacer de los cayucos. La flota mosquito era un cayuco con un motor de base de ocho cilindros que le adaptamos [yo y] mi tío porque también era mecánico. Le buscamos una proporción de propela, y sí caminó muy bien, jalaba muy bien y arrastraba tablas de tres pies y medio con red de treinta y cinco o cuarenta pies en malla chica. Las tablas que [mi tío] no sabía calibrarlas buscaba quién las calibrara pero como yo eso aprendí todo en el mar ya se me hacía fácil (Villegas J. , 2005, pág. 260).19

El impacto ambiental de este trasplante tecnológico es que la captura comenzó a ser realizada de una manera cada vez más intensiva. En este sentido,

19

Destacado propio

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la incorporación de redes de arrastre a la flota mosquito también ocasionó la reproducción del producto no fuera respetada, superando con ello la capacidad de carga del ecosistema. JCG- Habían pejes grandes de doscientos kilos en estas lagunas, tacuache le decíamos nosotros, animales grandes, rayas, de todo había en esta laguna, para que no nos faltara nada. Pero llegó el arrastre aquí, el arrastre ese que pasan que agarran róbalo y todo eso, nos acabó tanto a nosotros como a los otros, ya no hay nada aquí. Yo por eso pesco a la plumilla unos pescaditos. OBC-El arrastre ¿ha (sic) qué se refiere? JPS- Como decirte, es un arrastre con tablas de fondo, así como el camarón pero te maltratan el robalo (sic), te maltrata todo va. JCG- Esto ya se volvió un desastre. Aquí en los arroyos es que pasan así con el arrastre y tú te quedas así como yo ahorita aquí, ven que te pasan arrastrando y me quedo con mi cordelito asííí (sic) viendo, y ya no hay nada. Pues así está la cosa, todos esos arrastradores aquí nos matan a nosotros […] (Villegas J. , 2005, pág. 288).

Otra consecuencia derivada del extractivismo camaronero es que con él se involucraron un mayor número de actores. A partir de la década de 1960, además de los pescadores libres que históricamente habían estado presentes en la Laguna de Términos, comenzaron a intervenir los cooperativistas, los guateros20, la flota mosquito21, la flota chaquiste22, los permisionarios, los coyotes, por mencionar sólo algunos ejemplos. Además, el extractivismo camaronero provocó una tensión entre los viejos y los nuevos saberes, o como dice Villegas (2005) una confrontación entre una cultura ribereña y otra marina industrial. Por ejemplo, este autor destaca cómo los pescadores tradicionales de esta región no necesitaban motores fuera de borda ni mucho menos herramientas tecnológicas “modernas” para navegar y saber dónde pescar. Ese conocimiento lo adquirían por medio de la experiencia de alguien más o bien de la suya propia.

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Así se les conoce a los pescadores que capturan por la noche el camarón de la Laguna de Términos. 21 Se utiliza esta denominación para referirse a aquellas pequeñas embarcaciones con motores fuera de borda que desde la década de 1960 comenzaron a pescar camarón juvenil en la Laguna de Términos. 22 La flota chaquiste es impulsada a partir de la década de 1970 con la introducción de motores fuera de borda, su nombre al igual que la flota mosquito hace una analogía con los estragos que causan estos dos insectos en la piel, lo que es equivalente a los niveles de depredación que ambas flotas realizan en la Laguna de Términos (Villegas J. , 2005).

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Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

Cuando Villegas habla de una confrontación entre la cultura ribereña y la marina, también hace alusión a la forma en que anteriormente se comercializaba el producto y se construían las embarcaciones, no debe dejarse de lado que Ciudad del Carmen fue por muchos años un sitio de importantes astilleros. La confrontación socio-cultural más fuerte, siguiendo a Villegas (2005, pág. 217), es que la pesca marina industrial desarticuló ciertos valores que la cultura ribereña había ya consolidado. Uno de estos es la disminución de la cohesión y la solidaridad que los pescadores ribereños tenían como grupo. En contraposición aumentó el individualismo y la competencia. JS- Cuando empieza el auge de camarón, empieza la sobrepoblación y de la liseriada23 quedan algunos. Empieza la decadencia, ya como es gente vieja los hijos se vuelven camaroneros, se pasan ya de camaroneros […] -Entonces ¿estos hijos no reproducen estas formas de vivir? JS-Ya no, se pierde. Se queda esto fuera de lo que era la vida… Entonces se empieza la vida más suscitada [sic], la vida en el sentido de las competencias en la pesca. Viene otro gobierno, pero todas estas tradiciones se van quedando junto con la gente que se muere con su recuerdo (Villegas J. , 2005, pág. 240).

El extractivismo también impactó la manera en que por ejemplo los pescadores se relacionaban con el agua. Esta dejo de ser vista como un elemento de identidad (Villegas J. , 2005, pág. 159) y pasó a ser concebida como un espacio contenedor de mercancías marinas, solamente aprovechables por medio de la intervención del capital. Así, dada la rentabilidad de este tipo de pesca, el ritmo del trabajo no lo definirían más las necesidades alimenticias del pescador, sino más bien “la demanda insaciable de las congeladoras de pescado y mariscos” (Vadillo, 2003, pág. 134), así como del mercado internacional. Cabe añadir que todo este proceso se encubrió bajo el telón de la modernización auspiciado desde la instancia federal, en donde lo artesanal tenía que ser abandonado para dar paso a lo intensivo. Aquí jugó un papel muy importante la administración del presidente Miguel Alemán Valdez quien creó en 1946 el Departamento de Fomento a la Pesca (Alcalá, 2003). Inclusive, se presume

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Término que hace mención a la captura de la lisa por parte de los pescadores tradicionales de la región de estudio.

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Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

que el interés del Presidente Alemán en la pesca era tan alto debido a que él mismo era socio de una cooperativa llamada “Compañía Empacadora y Pesquera de la Sonda de Campeche”, aunque la oficina presidencial negó contundentemente este alegato (Justo, Gantús y Villanueva, 2011, pág. 231). Otra consecuencia a la que condujo la introducción del extractivismo camaronero fue la producción de nuevos espacios de extracción en razón del agotamiento de los recursos. Ante esto, Álvarez Aguilar (1995) periodiza la pesca comercial en Ciudad del Carmen en dos grandes momentos. El primero, entre 1947 y 1956, en el que la actividad se desarrollaba a poca profundidad aproximadamente entre 8 y 10 brazas. El segundo momento ente 1957 y 1965 donde ésta se extendió a un rango mayor entre las 15 y 20 brazas. La anterior periodización permite inferir cómo la sobreexplotación, que por supuesto no respetó las capacidades de carga del recurso ni los espacios para la reproducción de éste24, obligó a expandir la zona de pesca, ocasionando también que los viajes se hicieran cada vez más prolongados en el segundo periodo que en el primero. Por ejemplo, Rodríguez (1984, p. 40) comenta que para llevar a cabo un viaje en el barco camaronero Hanoh 1 era necesaria una organización laboral muy definida, pues además de la compra de refacciones para la embarcación, era indispensable el aprovisionamiento de alimentos para la tripulación tales como: carne, frijoles, huevos, tortillas, leche, café, verduras, azúcar, arroz y algunas frutas para sobrevivir en un viaje de aproximadamente 25 días. A todo esto, la introducción de este extractivismo camaronero ocasionó en el núcleo urbano de Ciudad del Carmen una serie de cambios que van desde los demográficos hasta los de índole territorial y espacial. Empezando con los primeros, la población de Ciudad del Carmen al inicio de este ciclo extractivista apenas llegaba a los 7 mil habitantes, mientras que tan 24

Es hasta 1974 que el Estado mexicano intentó fallidamente imponer un orden que preservara los recursos pesqueros decretando que la Laguna de Términos fuera considerada una zona de reserva para el camarón prohibiéndose su pesca en ese lugar.

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Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

sólo 20 años después llegaría a los 21 mil. Este comportamiento demográfico, explican Justo y Villanueva (2011), se debe a los efectos que ocasionó la pesca de camarón en la isla, situación que posicionó a esta ciudad junto con Campeche como los dos principales centros de concentración demográfica. En el mapa 2.2 puede observarse cómo el crecimiento demográfico de estas dos ciudades comienza a mostrar un comportamiento acelerado en el transcurso de la década de 1950 a 1960, sin embargo, éste se incrementa aún más al llegar a la década de 1970. Por medio de un análisis de cartografía espacial, es posible observar cómo las localidades Ciudad del Carmen y San Francisco de Campeche tienen tal concentración demográfica que en 1970 representaron juntas casi el 40% de la población de toda la entidad. Ahora bien, con respecto a los principales efectos territoriales ocasionados por este segundo ciclo extractivista, éstos pueden agruparse por lo menos en dos bloques. El primero tiene que ver con toda la infraestructura que fue instalada o reacondicionada en la ciudad con el propósito de dotar de las mejores condiciones a la actividad camaronera. El segundo bloque atañe a los efectos urbanos que fueron consecuencia de esto. En este sentido, e iniciando con los efectos del primer bloque, es imperioso destacar que a partir de la década de 1950 comenzaron a instalarse en Ciudad del Carmen una serie de empacadoras y congeladoras de mariscos. El emplazamiento de este tipo de instalaciones modificó el espacio urbano de la ciudad, pues la calle número 20 que anteriormente había sido utilizada como un espacio destinado al resguardo de las maderas antes de su embarque, ahora estaba configurado en función del establecimiento de las congeladoras, las cuales en algunas ocasiones aprovecharon los muelles ya instalados para efectuar ahí mismo sus operaciones de logística y transporte.

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Mapa 2.2 Evolución y concentración demográfica de Ciudad del Carmen y Campeche

Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

se debe a los efectos que ocasionó la pesca deEn el mapa 1 puede 73

Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

En los años cincuenta el gobierno promovió el establecimiento de plantas procesadoras. Para 1947 operaba la Compañía Empacadora y Pesquera de la Sonda de Campeche. La década siguiente estuvo dominada por las compañías Islas Camaronera, Mariscos del Carmen y Booth Fisheries. A partir de 1973 fueron 12 las principales exportadoras de camarón, con una producción de alrededor de las 8000 toneladas anuales. En Ciudad del Carmen las cooperativas pesqueras que existían eran en su mayoría acusadas de construir organizaciones de membrete, simples fachadas para negocios poco claros de las industrias camaroneras relativos a los derechos de facturación y sin participación de los pescadores; en esa situación se encontraba la Cooperativa Pescadores de la Puntilla, organizadas por Joaquín Dorantes, y la Cooperativa Laguna de Términos, organizada por Miguel Zepeda, ambas creadas en 1948 (Justo, Gantús, & Villanueva, 2011, págs. 231-232).

El segundo bloque de efectos, como se dijo, corresponde a los de tipo socio territorial. Estos tienen que ver con el proceso de urbanización que por primera vez experimentó la ciudad, a tal grado que como lo comentan Javier Villegas y Adriana Solís (2000), se vivió un incremento en el tamaño de su superficie urbana pues de tener 2.14 km2 en 1949 para 1979 alcanzó los 6.8 km2. Es muy importante destacar que este segundo ciclo extractivista, a diferencia del anterior, por primera vez encuentra en el territorio de Ciudad del Carmen un espacio desde el cual organizar y dinamizar la vida y el trabajo de la población local y migrante que llega a trabajar en el extractivismo camaronero. En otras palabras, esto quiere decir que ya no van a ser las haciendas, las rancherías, los campamentos, los hatos, los espacios que alberguen las fuerzas productivas del ciclo extractivista, será más bien la ciudad con todo y su entramado urbano la que ahora cumpla con dicha función. Este viraje va a ocasionar que se requieran de nuevos servicios urbanos como la instalación de un transporte público o bien la creación de nuevos mercados. Al respecto de esto último, Ceballos comenta que en 1955 el gobierno del Estado de Campeche otorgó a la Isla del Carmen diez “modernos” puestos de aluminio cuyo uso fue destinado al acondicionamiento de dos pequeños mercados, uno en el barrio del Guanal y otro en el de Tila. La razón de esto claramente obedece al crecimiento de la ciudad y la consecuente saturación del mercado principal “16 de julio”. El autor antes citado lo contextualiza de la siguiente forma: “para 1955, la aglomeración de puestos de madera y otros materiales dificultaba el tránsito en el 74

Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

interior del mercado, y los montones de basura y las consecuentes moscas abundaban por toda el área” (Ceballos, 2002, pág. 100). Cinco de los diez modernos puestos se instalaron en el Guanal y otros cinco en Tila. Eran de materiales plásticos y techo de lámina reforzada; se colocaron sobre bases de concreto ‘unidos con nuevos techos especiales y con nuevos pisos de madera, habiendo sido donados los puestos por el gobierno del estado y adaptados e instalados por cuenta de la junta de mejoramiento que erogó en dichas obras la suma de diez mil pesos, con la finalidad de hacer más accesibles sus compras a los vecino, y descongestionar al mismo tiempo el mercado central (Ceballos, 2002, pág. 101).

Sin embargo, la instalación de estos puestos auxiliares no fue suficiente ya que tiempo después fue necesario construir otro mercado más. De esta manera el mercado “Alonso Felipe de Andrade (finalizado el 8 de agosto de 1963) sustituyó al “16 de julio”, el cual fue derrumbado entre otras razones para dar continuidad a la calle 20 que para esta época representaba un espacio de tránsito crucial para la actividad camaronera. A todo esto debe señalarse que no obstante los intentos por desconcentrar la actividad comercial hechos en 1955, en la sociedad carmelita y los comerciantes regionales se encontraba instituida una larga, y como se vio en el apartado anterior, histórica tradición de concentrar las actividades mercantiles en el centro de la ciudad. La razón de ello es que en esta zona se encontraba instalada la infraestructura productiva, comercial y de transporte más importante de Ciudad del Carmen, destacando como elemento crucial el atracadero de la panga ubicado sobre la calle número 20. Entre la infraestructura productiva que configuraba esta zona puede ponerse como ejemplo a la fábrica de galletas de la ciudad, la cual fue montada en 1942 por los hermanos Gutiérrez aunque posteriormente fue administrada por la familia Sosa hasta finales de la década de 1980 (ver anexo 1). Esta fábrica es en sí un ejemplo de cómo la ciudad disponía de maquinaria productiva que le permitía a su población consumir productos locales elaborados, los cuales al ser mercantilizados entretejían una red de relaciones comerciales inclusive con otras localidades de la región, tal como sucedió con las galletas del Carmen que eran distribuidas hasta Frontera, Tabasco. 75

Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

Por otra parte, el impacto urbano del extractivismo camaronero en Ciudad del Carmen llevó a la creación de nuevos barrios localizados fuera del perímetro histórico de la ciudad. Por ejemplo, destacan como barrios tradicionales de pescadores La Manigua, El Salitral y La Puntilla, los tres localizados en la parte suroeste de la ciudad. Este proceso abrupto de urbanización, el cual no siguió ningún tipo de ordenamiento territorial, pues se invadieron zonas de amortiguamiento ecológico como los manglares, ocasionó consecuencias negativas de índole económicosocial. Entre éstas es posible destacar la carencia de servicios públicos, lo cual evidenció cómo la ciudad no se encontraba preparada en términos de infraestructura para recibir los flujos migratorios atraídos por la explotación de los bancos de camarón. En el caso de la colonia Salitral, fundada entre 1959 y 1965, Villegas, Solís y Bolívar (1999, pág. 29) comentan que su proceso de ocupación y edificación de viviendas fue llevado a cabo por parte de los mismo pobladores. Durante este proceso se observa una desatención gubernamental, dado que la organización y el acondicionamiento del territorio no estuvieron marcados por las pautas óptimas que un proceso de urbanización requiere. Por ejemplo, se aprecia en algunos testimonios que fue a partir del empleo de cascaras de coco, conchas de ostión, arena y hasta basura como se llevó a cabo el relleno de los suelos. Adicionalmente, dado el abandono gubernamental existente, la colonia no disponía de los servicios públicos necesarios como luz, agua y drenaje. Antes de ser invadido esto eran zacatales, manglares, era una pequeña selva entre la ciudad. No había nada, (en) todo esto había montazal, chechenal 25. No había casas. No había nada y esas cinco o seis casitas fueron las que empezaron los más atrevidos a quedarse aquí, porque los otros nada más venían macheteaban y se iban a donde vivían. Muchas personas compran y se fastidian de que dos o tres meses no hay luz y si no pues les sale otra oportunidad, venden eso y se van a otro lado y viene otra familia que está más necesitada y algunos sí se han quedado (Villegas & Solís, Iconografía lagunera, 2000, p. 66).

25

Palabra que hace referencia a la abundancia del árbol del Chechén el cual se caracteriza por medir hasta 25 metros de alto.

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Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

La localización de la colonia Salitral, en la parte sur occidental de la isla, además de transmitir a sus primeros pobladores la representación de habitar en una “selva entre la ciudad”, les otorgaba un espacio estratégico para poder desempeñar sus labores de pesca, pues el extremo occidental de este polígono se encuentra conectado con la Laguna de Términos. Esto actualmente se encuentra aprovechado por los pescadores debido a que lo utilizan como un espacio para atracar sus embarcaciones. Al sur de la colonia Salitral se localiza el barrio de La Manigua. Este también siguió un proceso similar de invasión, autoconstrucción y relleno de suelos propiciado ampliamente por el bajo costo de los terrenos. Sin embargo, esta condición a la postre derivó en que estas urbanizaciones ofrecieran condiciones de vida marginales, las cuales en muchos casos tuvieron que ser aceptadas con tal de tener una oportunidad de vivienda. Estos dos barrios creados durante la época del extractivismo camaronero evidentemente se distinguen de los barrios históricos heredados del extractivismo forestal tanto por los materiales precarios de construcción como por su distanciamiento con respecto a la zona comercial y las actividades religiosas ubicada en el centro de la ciudad. Villegas (2005, pág. 290) además comenta que una parte del barrio del Guanal también recibió flujos migratorios durante esta época. Tal situación puede constatarse en la imagen 2.7 en donde se pueden apreciar algunas edificaciones fuera del centro histórico de la isla. Otras consecuencias negativas ocasionadas por esta urbanización fueron la inflación económica y la dependencia del camarón como la fuente principal de subsistencia. Ello derivó en que cuando el mercado se saturó, los pescadores sobre todo los independientes fueron afectados con el incremento en los costos de los principales insumos para su trabajo: diésel, electricidad y artes de pesca (Leriche, 1995).

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Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

Por lo dicho hasta el momento, el extractivismo camaronero representó para Ciudad del Carmen un poblamiento intensivo de su núcleo urbano y un primer ensanchamiento de sus límites territoriales que inclusive llegaron a imponerse sobre espacios de amortiguamiento ecológico como los manglares. Esto ocurrió porque la Isla del Carmen significó para la pesca de camarón un emplazamiento territorial estratégico para fondear embarcaciones en el puerto, reparar y construir las necesarias en los varaderos y astilleros, albergar y reproducir a la fuerza laboral, así como transportar por medio de aeronaves los cargamentos hacia el mercado internacional. Fotografía 2.7 Vista aérea del trazado urbano de Ciudad del Carmen

Fuente (Caldera, El Carmen, imágenes del ayer)

2.3 Cierre del capitulo En este capítulo se aplicó el concepto de extractivismo a los dos ciclos comerciales más importantes que preceden la explotación petrolera. Lo que puede observarse a la luz de lo planteado es que la configuración territorial de Ciudad del Carmen estuvo estructurada de dos formas distintas. La primera fue durante el extractivismo forestal cuando la ciudad logró consolidar sus vínculos comerciales internacionales y regionales. Esto le permitió,

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Ciudad del Carmen: una isla con historia extractivista

para inicios del siglo XX, tener una infraestructura urbana de vanguardia que reflejaba la bonanza de dicha actividad. Aunque propiamente dicho, la ciudad no fue el corazón de las actividades pues éstas ocurrían en las riberas de los ríos. Sin embargo, Ciudad del Carmen tenía una influencia directa no sólo como puerto de exportación, sino también como espacio de aprovisionamiento de recursos. La segunda configuración ocurre cuando comienza a explotarse el camarón. Aquí Ciudad del Carmen ya juega un papel más importante como territorio receptor de la población migrante que viene a trabajar en esta actividad. Asimismo, la ciudad comienza a ver una transformación no sólo en su crecimiento, sino en la nueva infraestructura que empieza a instalarse. Una parte de lo que se concluye a raíz de esto es que a pesar que estos ciclos fueron configurados a partir de una dinámica extractivista, el ciclo camaronero ocasionó transformaciones territoriales más profundas en el núcleo urbano de la Isla del Carmen. Esto se debe a que dicha actividad requirió en una mayor medida de un territorio urbano y aglomerado para poder desarrollarse. Como parte de estas transformaciones puede citarse la primera oleada de urbanización que vivió la ciudad, la cual estuvo ampliamente alimentada por los flujos migratorios interesados en emplearse en la actividad camaronera. La evolución demográfica, el crecimiento físico urbano, el enriquecimiento económico y la tensión cultural son consecuencias directas que pueden señalarse como efectos del extractivismo camaronero, el cual contrasta con el extractivismo forestal debido a que generó una concentración de la actividad económica dentro del trazado urbano de Ciudad del Carmen. En efecto, mientras que el ciclo económico del palo de tinte, de las maderas preciosas y del chicle se dispersó territorialmente en la región de la Laguna de Términos, el ciclo camaronero se concentró en un sólo punto, ocasionando con ello transformaciones más profundas desde el punto de vista espacial y territorial. En los próximos capítulos se abordará la forma en que se instauró en Ciudad del Carmen el extractivismo petrolero, sin embargo, antes era necesario tomar nota del tipo de configuración territorial preexistente. 79

Impacto territorial del extractivismo petrolero

3. El impacto territorial del extractivismo petrolero en Ciudad del Carmen, Campeche Como quedó señalado en el capítulo anterior el siglo XX fue un intenso periodo de transición de diferentes actividades comerciales, mismas que configuraron de distintas formas el entorno urbano y la vida cotidiana de los habitantes de Ciudad del Carmen. En efecto, las maderas preciosas, el chicle y el camarón fueron recursos extractivos que paulatinamente incidieron en el crecimiento de una ciudad territorialmente condicionada por su demarcación insular. Hasta el año de 1979 Ciudad del Carmen tenía ante sí un escenario de bonanza pesquera, con una infraestructura sobresaliente en comparación con otras localidades de la entidad. Por ejemplo, mientras que el puerto de San Francisco de Campeche contaba con 6 muelles cuya longitud total era de 1,020 metros, el puerto del Carmen disponía de 23 muelles que sumaban 1,985 metros, lo que le daba una capacidad de atraque de hasta 105 barcos (Gobierno del Estado de Campeche, 1979, pág. 23). Este panorama era tan alentador para la actividad pesquera que inclusive en este mismo documento se proyectaba la construcción en Ciudad del Carmen de la terminal pesquera de altura más importante del país. Sin embargo, este escenario que posicionaba a Ciudad del Carmen como un puerto pesquero especializado en la captura del camarón, pronto se vio alterado por un factor de gran peso para la economía nacional a principios de la década de 1980. El descubrimiento de petróleo en la zona marina del Golfo de México si bien repercutió favorablemente en las finanzas públicas del país, también constituyó para la localidad de Ciudad del Carmen y para su región aledaña un factor decisivo y hasta cierto punto inesperado en su devenir económico, social y urbano. Este capítulo comienza con un breve recuento de cómo y porqué Petróleos Mexicanos llegó a la Isla del Carmen, y después se analiza el impacto que la instauración y consolidación del extractivismo petrolero causó en este territorio. Lo primero que hay que notar es que a diferencia de los anteriores ciclos extractivos, la transformación de la ciudad ha sido más intensa llevándose a cabo en una menor cantidad de años y a una mayor escala. 80

Impacto territorial del extractivismo petrolero

3.1 Instauración y consolidación del extractivismo petrolero en la Sonda de Campeche La empresa Petróleos Mexicanos contaba para inicios de la década de 1970 con una importante experiencia en la explotación de pozos terrestres, para estos años ya se habían explotado distritos petroleros trascendentales tales como: Ébano, Cerro Azul y Poza Rica. Sin embargo, Pemex afrontaba esta década con un escenario adverso puesto que, a causa del agotamiento de los yacimientos en explotación, desde 1969 la empresa paraestatal había dejado de exportar crudo y productos refinados, situación que condicionaba la entrada de divisas al país. En virtud de este horizonte Petróleos Mexicanos requería de un significativo proyecto de exploración que le permitiera agrandar sus reservas probadas para conseguir así reanudar las exportaciones de crudo sin comprometer la oferta interna. Esta tarea ya había sido iniciada desde 1966, año en que se duplicaron los trabajos de exploración terrestre y marina, sin embargo, dado que la experiencia en los pozos marinos era escasa el desarrollo de estas tareas se hicieron con lentitud.26 En este tenor, los primeros trabajos de exploración marina tuvieron lugar en las costas de Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán (Pemex, 1966). Otros, en 1969 año en que Pemex puso en marcha una brigada sismológica entre Coatzacoalcos, Veracruz y Frontera, Tabasco, aproximadamente a 90 kilómetros de la Isla del Carmen, Campeche. A pesar de estos esfuerzos institucionales, no fueron los trabajadores de Pemex quienes se percataron de la presencia de petróleo en las aguas de la Sonda de Campeche, paradójicamente fue un pescador quien advirtió a la paraestatal de la existencia de chapopote en el mar. La historia local de Ciudad del Carmen relata que en 1969 el Sr. Rudecindo Cantarell Jiménez observó a 80 millas de la Isla del

26Es

importante hacer notar que los gastos de operación por día de un equipo de perforación marina son aproximadamente 5 veces mayores que los de un equipo perforador en tierra. Además es conveniente apuntar que dentro del proceso exploratorio se encuentran por lo menos tres etapas fundamentales que son: a) la evaluación del potencial petrolero, b) la incorporación de reservas y c) la caracterización y delimitación, por lo tanto el proceso es largo y complejo puesto que se encuentran involucradas distintas disciplinas geológicas y tecnológicas de tal forma que para poder comenzar a explotar el petróleo cada una de las etapas debió haber sido completada (Ortuño, 2009).

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Impacto territorial del extractivismo petrolero

Carmen una mancha de aceite que años después personal químico de Pemex constataría como petróleo (Cantarell, 2004). La existencia de hidrocarburos en la Sonda de Campeche colocaba a Pemex ante el reto de adaptar sus trabajos exploratorios, operativos y administrativos a un entorno marítimo. Esta situación hasta cierto punto ya se encontraba ensayada con la operación de plataformas en la Faja de Oro Marina, pero la dimensión de la Sonda de Campeche sobrepasaría, y por mucho, la producción hasta ahora vista en otras zonas marinas del país. El primer pozo que comenzó a explotarse fue el Chac I en 1976, posteriormente en 1977 se descubrieron Akal y Bakab, y en 1978 se exploró el campo Nohoch. Para inicios de 1979 Pemex ya tenía instaladas las primeras plataformas fijas con las cuales desarrollarían los campos de la Sonda de Campeche. Un reporte de las labores realizadas por la paraestatal en 1978 permite ver la magnitud de esta inversión, puesto que de un total de 35,180 millones de pesos invertidos en instalaciones de campo en todo el país, 7,796 millones, es decir el 22.16% había sido invertido en las plataformas marinas de la Sonda de Campeche (Pemex, 1978). A partir de 1979 los Informes de Labores de la paraestatal comienzan a reportar la producción petrolera del Complejo Cantarell, el cual para esos años se encontraba integrado por los pozos marinos Chac, Nohoch y Akal, destacando este último por ser el de mayor capacidad de producción no sólo en México, sino en el mundo. En 1994, la Sociedad de Ingenieros Petroleros reportaba lo siguiente: This field (Akal) has one of the highest daily and cumulative production records. The field produced 1.2 MMBOPD in 1981 with 40 production Wells. Some of these Wells produced more than 50 MBOPD each. By mid-1994 the yearly production was 890 MBOPD with 140 wells (Rojas & Torres, 1994, pág. 445)

Así las cosas, desde el primer quinquenio de producción petrolera en la Sonda de Campeche (SC) fue evidente el impulso que dio este complejo de explotación a la industria petrolera nacional. En la gráfica 3.1 puede advertirse cómo especialmente a partir de 1982, es decir tan sólo tres años después de haberse

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Impacto territorial del extractivismo petrolero

iniciado la explotación, la cantidad de barriles producidos tan sólo en la Sonda de Campeche superaba el 50% de la producción de todo el país.

Gráfica 3.1 Evolución de la extracción petrolera en la Sonda de Campeche (S.C) 79-83 3,000,000

Barrilles diarios

2,500,000 2,000,000 1,500,000 1,000,000 500,000 0 1978

1979

1980

1981

1982

Prod. Nacional

1983

1984

1985

1986

1987

1988

Sonda Campeche

Fuente: Elaboración propia con base en los Informes de Labores de Petróleos Mexicanos 1978-1988

Tabla 3.1 Participación petrolera de la Sonda de Campeche en la producción nacional (barriles de petróleo diarios) Año

Prod.

Prod.

% Prod.

Nacional

S.C

S.C

1979

1,461,176

51,744

3.54

1980

1,935,667

613,418

31.69

1981

2,312,144

1,082,505

46.82

1982

2,746,383

1,617,406

58.89

1983

2,665,540

1,673,828

62.80

Fuente: Elaboración propia con base en los Informes de Labores de Petróleos Mexicanos 1978-1988

A finales del quinquenio 1979-1983 Pemex reportaba que en la Sonda de Campeche operaban un total de 20 plataformas fijas, de las cuales 14 estaban dedicadas al desarrollo de los campos, 4 a la perforación de pozos inyectores para llevar a cabo recuperación secundaria27, y 2 más estaban dedicadas a la perforación 27

La recuperación secundaria es aquella que se efectúa mediante la inyección de algún fluido externo, como agua o gas, su propósito es mantener la presión del yacimiento en explotación (Ortuño, 2009).

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de pozos exploratorios. El número de plataformas fue incrementándose con el paso de los años, a tal grado que en 1988 se tenían en operación 26 plataformas fijas (Pemex, 1988), cifra que se incrementó a 145 para 1994 (Pemex, 1994) y actualmente el total de plataformas en el Golfo de México supera las 200. Además de las plataformas fijas dispuestas en las aguas del Golfo de México, Pemex requirió para consolidar a la Sonda de Campeche como un centro extractivista del tendido de ductos, líneas submarinas, boyas y torres (mapa 3.1 y 3.2). Para esto se valió de una serie de contratos que estableció con empresas privadas internacionales, tal como lo señala el siguiente extracto de una entrevista realizada al arquitecto carmelita Tomas Obrador: Me llevé con un gerente de una empresa holandesa llamada NOC (Netherlands Offshore Company) ellos tenían barcos grandes aquí (en la Sonda de Campeche). Tenían uno que se llamaba el Orca, otro que se llamaba el Sarita, y esos barcos hacían tendidos de tuberías para Pemex, tendieron cientos de kilómetros de tuberías, estas tuberías llegan aquí a Dos Bocas Tabasco y otras llegan a Cayo Arcas (Obrador, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

Con relación a Cayo Arcas el testimonio del arquitecto (quien fue Director de Obras Públicas del Municipio de 1971 a 1979 y de 1986 a 1988) permite apreciar cómo este territorio pasó de ser un lugar desolado en el Golfo de México, a un nodo fundamental para las tareas de exportación de hidrocarburos que hoy en día realiza Pemex. Yo conocí a Cayo Arcas, yo construí 2 helipuertos en Cayo Arcas, me mandaba en helicóptero Pemex allí, pero no había nada más que dos pobladores, uno era el farero de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y otro dependía de la Secretaría de Marina, era un naval. Los dos vivían en esa isla, Cayo Arcas es un cayo que tiene tres islas, una es grande, la grande tiene 900 metros de largo y 300 de ancho, chiquitas, está llena de pájaros, la isla chiquita cuando crece la marea casi desaparece. Me mandaron a hacer unos helipuertos […] el cemento, los albañiles y el agua me la tenían que llevar en barcos porque allí no hay nada, el agua es salada, el agua para tomar de estas dos personas que vivían allí se las llevaba un barco y se las vaciaba en la cisterna que ellos tenían. Yo hice las primeras casetas, unas casetas prefabricadas metálicas que construí allá para que vivieran los albañiles, trabajamos allí como 3 o 4 meses, yo iba más o menos dos veces a la semana, me iba y regresaba más o menos a medio día, era un equipo de cinco o seis albañiles. Los albañiles estaban felices porque compraban cordeles, pescaban y comían de a madres Arcas (Obrador, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

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Mapa 3.1 Campos Productores de la Región Marina 1994

Informe de Labores de Pemex, 1994

Mapa 3.2 Localización de los yacimientos descubiertos en la Sonda de Campeche

Pemex, 1994, p. 10

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Dadas las necesidades del extractivismo petrolero fue indispensable proveer una flota de helicópteros que facilitara las tareas de transporte de personal. En 1990, Pemex contaba con 33 helicópteros, de los cuales el 80% de ellos estaban destinados para realizar operaciones entre Ciudad del Carmen, las plataformas petroleras y también Cayo Arcas (Pemex, 1990). Pero la demanda de servicios de transporte aéreo superó la oferta, por lo que actualmente 6 empresas privadas prestan este tipo de servicios desde el helipuerto de la ciudad. Entre estas es posible destacar a las empresas Asea y Pegaso, las cuales por cierto protagonizaron un trágico accidente en noviembre de 1998 en el cual murieron 22 personas (Chim, 1998). Actualmente existen un total de 70 helicópteros que tienen autorización para llevar a cabo estos servicios. En el año 2013 se realizaron 41,141 viajes lo que en promedio equivale a 110 viajes diarios entre el helipuerto de la ciudad y las plataformas ubicadas en la Sonda de Campeche. (Secretaría de Comunicaciones y Transportes, 2014). Hasta el año de 1996 Pemex Exploración y Producción (PEP) efectuaba sus operaciones en el Golfo de México bajo la administración de la Región Marina, sin embargo, a partir de este año dicha región se subdividió en la Región Marina Noreste y la Región Marina Suroeste. Esta reestructuración se realizó con el propósito de formar unidades de negocio que administraran de una manera más eficiente los activos de explotación y exploración. De esta manera, la Región Marina Noreste se hizo responsable de los activos Cantarell, Ku-Maloob y Ek-Balam, mientras que la Región Marina Suroeste hizo lo propio con Abkatun, Pol-Chuc y Litoral de Tabasco. El mapa 3.3 exhibe cómo la producción de petróleo en México se encuentra concentrada en determinadas regiones del país. La Región Norte es la que abarca una mayor cantidad de entidades de la República, sin embargo, es la que menos producción de crudo registra. Por otra parte, es revelador cómo desde 1999 al año 2009 la mayor extracción de petróleo se ha concentrado en el sureste de México,

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aunque después del año 2004 la Región Marina Noreste refleja un declive de su producción. Un comentario que puede hacerse con respecto a la regionalización trazada por Pemex, es que su criterio para dividir al territorio de dicha manera se hizo con el propósito de incrementar la eficiencia durante el proceso de extracción. Esto es una característica de una región plan o administrativa, la cual de acuerdo con Palacios (1983), siempre busca generar una coherencia administrativa entre el área geográfica y la estructura institucional disponible. Así pues, la instalación de toda esta infraestructura operativa obligó a Pemex a situar en tierra un centro de mando administrativo desde el cual coordinar y dirigir las operaciones en las plataformas. Para este propósito Ciudad del Carmen fungía como el territorio idóneo para cumplir con dicha responsabilidad. A partir de 1979 Pemex comenzó a desplazar parte de su infraestructura administrativa, que antes se encontraba en la ciudad de Coatzacoalcos Veracruz, hacia el territorio de Ciudad del Carmen. En un primer momento utilizaron unidades pre-fabricadas para montar sus oficinas, inclusive llegaron a rentar por completo el hotel Jett ubicado en donde actualmente se encuentra el puerto industrial Isla del Carmen (T. Obrador, entrevista personal, 8 de mayo de 2015). Sin embargo, la consolidación de las exploraciones en la Sonda de Campeche llevó a que tiempo después Pemex comenzará a construir una infraestructura más duradera. Un ejemplo de ello es la construcción en ese año del primer Centro de Capacitación Petrolera en dicha ciudad. Posteriormente, en 1981 la paraestatal comenzó la construcción de 30 casas habitacionales destinadas a su personal de planta, específicamente para la Subdirección de Exploración (5 casas) y la Subdirección Técnica Administrativa (25 casas). Adicionalmente, en el Informe de Labores de Pemex de 1985 la paraestatal reportó también la construcción de un hotel para pilotos por un total de 330 millones de pesos.

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Mapa 3.3 Regionalización de Pemex Exploración y Producción

Fuente: Elaboración propia con base en los Anuarios Estadísticos de Petróleos Mexicanos 1994-2011

Tabla 3.4 Extracción de petróleo por regiones de producción Región Marina Noreste Marina Suroeste Región Sur Región Norte

1994 1287.9 713.8 585.7 97.7

1999 1554.3 683.5 587.2 81

2004 2440.8 388.2 472.7 81.2

2009 1492.8 517.6 497.7 93.3

Fuente: Elaboración propia con base en los Anuarios Estadísticos de Petróleos Mexicanos 1994-2011

Como puede observarse, Pemex desde un inicio encontró en el territorio de Ciudad del Carmen un enlace y punto de control estratégico para sus operaciones. Sin embargo, tal como se vio en el segundo capítulo, el territorio de la Isla del Carmen no era prístino, sino que ya había sido configurado y reconfigurado con base en los distintos ciclos comerciales extractivistas, por lo tanto, la nueva configuración petrolera vendría a contraponerse con algunos de los patrones territoriales reproducidos en los ciclos anteriores. Ligado con esto, la instauración del extractivismo petrolero en la Sonda de Campeche representó en términos de poder una disputa por el acceso al territorio, el cual como se dijo en el primer capítulo, además de ser un recurso en sí, tiene la 88

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capacidad de albergar también otros recursos. En este caso los recursos que alberga, y cuya explotación se contrapone dado el lugar en el que se localizan, son el petróleo y el camarón. De esta manera, existen dos actores cuyos intereses están confrontados, uno involucra a Pemex y las empresas contratistas, y el otro a los pescadores principalmente de altura. Las plataformas que se pueden observar, algunas inclusive desde la costa, son solamente la cara visible del extractivismo. Además de estas, existe infraestructura submarina cuya ocupación del territorio ha conducido a que se replieguen de allí antiguas prácticas, tales como la pesca. Esta restricción no solamente ocurre en las zonas donde se encuentra esta infraestructura. Por cuestiones de seguridad la paraestatal ha utilizado como una herramienta de territorialidad la delimitación por área, esto ha conducido a que se impongan zonas de exclusión vigiladas por el brazo militar del Estado, la Marina Armada de México. Un ejemplo de ello es la Base Naval de Operaciones Ixtoc-Alfa, la cual tiene como principal propósito garantizar la seguridad de las instalaciones petroleras de la Sonda de Campeche (Sevilla, 2003). Esta situación se complejiza aún más debido a que las zonas de exclusión impuestas por Pemex restringen el acceso a los sitios donde se encuentran los bancos camaroneros. Además, por supuesto que ante estas medidas los pescadores han tenido que buscar otros lugares, internándose muchas veces a una mayor distancia frente a la costa, lo que ha aumentado el peligro y los costos de dicha actividad. Ahora existen zonas de exclusión donde están las plataformas, ellos tienen radares para detectar si hay barcos camaroneros o anda algo mal por ahí, allá andan los guardacostas, entonces ya tantito y llaman aquí en tierra y salen los guardacostas directamente al punto donde estamos. Antiguamente pues no había mucha tecnología, radares, radios, ahorita ya no, ahorita te detectan y ya rápido hablan a los guardacostas para que vayan al área donde está el barco, llegan y te preguntan, -¿qué haces aquí?, ¿a qué te dedicas?, no puedes estar aquí porque es área restringida para ustedes-. Te voy a decir por ejemplo, hay una plataforma aquí y tienes que estar 10 millas a la redonda de la plataforma, pero en esas 10 millas hay otra plataforma más para allá entonces ya no son sólo 10 millas (Lanz, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

Por esta y otras razones, la llegada de Pemex a la Sonda de Campeche y a Ciudad del Carmen representó para este territorio una tercera reconfiguración, esta 89

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vez más intensa y conflictiva que las dos anteriores (recursos forestales y pesca). Con esto en mente, a continuación se analizarán las principales transformaciones territoriales que a la fecha pueden ubicarse tras 35 años de implementación del extractivismo petrolero. 3.2 Transformaciones territoriales 3.2.1 La interconexión física de un territorio insular A raíz de lo reflexionado en el segundo capítulo puede afirmarse que Ciudad del Carmen, a pesar de su condición insular, nunca se encontró en una situación de aislamiento que le impidiera desenvolverse económicamente. Por el contrario, dadas las facilidades fluviales y portuarias la isla mantuvo durante el siglo XX un contacto comercial tanto con las localidades aledañas a la región de la Laguna de Términos, como con los principales puertos internacionales europeos y estadounidenses. En este sentido, el cambio que el extractivismo petrolero ocasionó en el aspecto de la conectividad territorial tiene que ver con la inmediatez que la industria petrolera requiere para operar con eficiencia. Algo que los anteriores ciclos extractivistas no habían exigido con tanto apuro. En términos empresariales la minimización del tiempo y la distancia entre las diferentes actividades que realiza una empresa es un aspecto indiscutible para asegurar la rentabilidad del negocio, así lo argumenta la teoría de la localización económica de acuerdo con Morril y Dormitzer (1979, pág. 61). En relación con esto, cuando Pemex llegó al territorio campechano se encontró con una dinámica de movilidad y de transporte completamente diferente al mínimo necesario para operar con eficiencia en términos empresariales. Un ejemplo de esto es que el traslado desde y hacia la Isla del Carmen todavía se realizaba a través de unas embarcaciones llamadas pangas, mismas que no siempre se encontraban disponibles tal como lo describe una nota periodística del 20 abril de 1977:

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Una vez más el tramo Isla Aguada-Puerto Real fue el más severamente castigado por Caminos y Puentes Federales en las recientes vacaciones de Semana Mayor que acaban de concluir. Una pequeña panga: Laguna de Términos, es la única que presta el servicio en el tramo. Aglomeraciones de hasta cerca de 100 vehículos por lado pudimos observar en un día, cuando por el mal tiempo se suspendió el servicio y hubo vehículos que esperaron hasta por 24 horas (Periódico Tribuna , 2005, pág. 47).

Es por esta situación que se tornaba indispensable efectuar un programa de interconexión terrestre entre la Isla del Carmen y el macizo continental, especialmente con la capital de la entidad y las principales ciudades petroleras del sureste mexicano tales como Minatitlán, Coatzacoalcos, Villahermosa por mencionar sólo algunas. A raíz de esto y ante la urgencia de conectar físicamente a la isla, el 13 de enero de 1980 fue colocada la primera piedra del Puente de la Unidad. El propósito de este puente fue permitir el tránsito de vehículos y de peatones desde Isla Aguada hacia la Isla del Carmen. En esto, Petróleos Mexicanos participó erogando un total de 280 millones de pesos para dicha construcción (Pemex, 1983). Adicionalmente, en 1992, Pemex financió el mantenimiento y la rehabilitación de este mismo puente, sin embargo, la Memoria de Labores de dicho año no precisa el monto. El puente de La Unidad indudablemente facilitó el transporte de carga y de pasajeros desde y hacia la capital del estado y otras ciudades campechanas tales como Champotón y Escárcega. Sin embargo, aún faltaba por conectar la otra parte de la isla que comunicara con el estado de Tabasco. Esta carencia fue superada con la construcción el 25 de noviembre de 1994 del puente El Zacatal. De esta manera, para inicios de 1995 Ciudad del Carmen ya se encontraba interconectada físicamente al país por medio de la construcción de dos puentes sobre las aguas de la Laguna de Términos. Hoy en día estos puentes, además de permitir el ingreso a Ciudad del Carmen, generan una conexión entre la península de Yucatán y la franja costera del Golfo de México por medio de la carretera federal 180. De acuerdo con información de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el año 2002 transitaron por el Puente El Zacatal (administrado por CAPUFE) un total de 981 mil vehículos, mientras que en el 2010 el total ascendió a 91

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1 millón 660 vehículos. (Secretaría de Comunicaciones y Transportes, 2002, pág. 41). Una vez establecida la conexión a la isla por medio de los puentes, el siguiente paso fue efectuar un programa de mejoramiento carretero, pues como lo relata el siguiente testimonio llegar a Ciudad del Carmen no era una tarea sencilla. Cuando esta carretera de aquí yo ya tenía 15 años, un señor hizo una milpa aquí se la cuidaba y nos fuimos a Carmen en un camioncito que pasaba aquí a la mera madrugadita, llegamos a Atasta, en Atasta había un muelle donde llegaba un barquito con un motorcito de base, salimos como a las 8 de ahí de Atasta, ahí vamos, llegamos como a las seis o siete de la tarde al Carmen. En el barco, ahí dormimos, en el barquito y al día siguiente –vamos a vender- y vendimos el maicito. Pues hay que salir a la 1, no, a las 10, para llegar como a las 9 de la noche acá (Cruz, entrevista personal, 28 de junio de 2014).

El mejoramiento de esta vía de comunicación era una prioridad para la SCT. Esto es debido a que la conexión entre Villahermosa y Ciudad del Carmen era indispensable para completar la comunicación con el eje troncal del sureste mexicano, entre Puebla y Cancún (ver mapa 3.4). De esta manera, los programas de infraestructura carretera para el sureste de México se concentraron en generar esta comunicación vial, que de acuerdo con la SCT: “permitiría proporcionar nuevas ventajas competitivas para atraer inversiones productivas a la región y sobre todo se sentarían las bases para integrar a la región del sureste con los países de Centro América desde el centro de la República hasta Panamá (Secretaría de Comunicaciones y Transportes, 2001, pág. 204). Dicho reacondicionamiento vial ocurrió entre los años 2001 y 2003, para este año el flujo vehicular promedio diario era de 12, 325 vehículos (Secretaría de Comunicaciónes y Transportes, 2003). El principal resultado de este programa fue la ampliación de la carretera a dos carriles, y también la construcción de un conjunto de puentes sobre algunos ríos de Tabasco (Frontera) y Campeche (San Pedro) que como puede verse en el mapa 3.5 obstaculizaban la interconexión. La suma total de esta inversión fue de 502 millones de pesos (Secretaría de Comunicaciónes y Transportes, 2003, pág. 119).

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Mapa 3.4 Proyecto de modernización carretera en el sureste mexicano

Fuente: Secretaría de Comunicaciones y Transportes, 2001, p. 204

Mapa 3.5 Infraestructura carretera de Campeche 1987

Fuente: Secretaría de Comunicaciones y Transportes, 1987

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Como puede observarse en el mapa 3.4, el mejoramiento de esta carretera además de vincular a Ciudad del Carmen con Villahermosa, también implicaba una interconexión con otras ciudades petroleras como Coatzacoalcos y Minatitlán. Esto en términos de traslado de recursos humanos desde y hacia la Isla del Carmen fue bastante funcional, tomando en cuenta que el extractivismo petrolero es una actividad que requiere de una alta rotación de su personal. A todo esto, es importante subrayar que todos estos ejemplos de intervención territorial en materia de infraestructura carretera protagonizados por el Estado, provocaron una transformación en la forma en que Ciudad del Carmen se encontraba conectada con el sureste mexicano. No es casualidad que tras la llegada de Pemex a la isla se intensificara el monto de inversiones en materia de infraestructura carretera con el propósito de que ésta soportara flujos cada vez más más frecuentes y veloces desde y hacia la isla. 3.2.2 La expansión de la superficie física construida El petróleo, como otros recursos extractivos, tiene la peculiaridad que para poder ser explotado se deben trasladar cuantiosos recursos materiales, técnicos y humanos a los lugares donde éste se localiza. Pemex, en tanto empresa monopólica de la explotación de hidrocarburos, ha sido el principal actor gubernamental que ha efectuado una movilización de sus recursos hacia el territorio de Ciudad del Carmen, sin embargo, no ha sido el único. Así como Pemex, a la isla comenzaron a trasladarse un conjunto de empresas privadas cuyas operaciones se relacionaban ya sea directa o indirectamente con la explotación petrolera. Este movimiento empresarial público y privado se convirtió en un centro de atracción de mano de obra que paulatinamente ocasionó un crecimiento demográfico en la ciudad. Los flujos migratorios atraídos procedían tanto de entidades federativas donde también se explotaba el petróleo, como de otras localidades en las cuales su actividad económica era predominantemente agrícola-ganadera.

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La población de Ciudad del Carmen registrada en el Censo de 1980 era de 72,489 habitantes (34, 888 hombres y 37, 601 mujeres), para el censo de 1990 la población ascendió a 83,806 (41,180 hombres y 42, 626 mujeres). Además del notable incremento demográfico es relevante para el fenómeno migratorio, relacionado con la llegada de la actividad petrolera, destacar el aumento del índice de masculinidad, el cual en 1980 era de 92.7 y en 1990 subió a 96.6.28 Tabla 3.3 Evolución demográfica de Ciudad del Carmen, Campeche 1950-2010 Evento 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2005 2010

Pob. Total 11,603 21,164 34,656 72,489 83,806 114,360 126,024 154,197 169,466

Hombres 5,560 10,349 34,888 41,180 56,628 62,398 76,402 83,802

Mujeres 6,043 10,815 37,601 42,626 57,732 63,626 77,795 85,664

Índice Masculinidad 92 96 93 97 98 98 98 98

Fuente: Elaboración propia con base en los Censos de Población del INEGI

Dado que esta población migrante carecía de viviendas y las existentes no estaban acondicionadas para recibir este flujo migratorio, la superficie física construida de la isla se expandió notablemente, aunque no siempre por la vía de la urbanización institucional como se detallará en los próximos apartados. Así las cosas, mientras que en 1979 la superficie urbana era de 6.8 km 2 (Villegas & Solís, 2000, p. 49), para 1993 -es decir 14 años después- ésta llegó a 19.9 km2 (Gobierno Municipal de Ciudad del Carmen, 1993), y en el 2009 a 29.6 km2 (IMPLAN, 2009, pág. 44). Esta expansión física no fue lo suficientemente controlada por el gobierno municipal, situación que conllevó a que se invadieran terrenos no aptos para la vivienda, tales como suelos bajos propensos a inundaciones o bien zonas de manglar. Las invasiones de terrenos, que comenzaron a acelerarse a finales de la década de 1980, si bien pueden tener razones sociales en tanto la carencia de vivienda; también obedecen a poderosas redes políticas construidas no sólo en el 28

El índice de masculinidad expresa la composición por sexo de una población, en términos de la relación entre la cantidad de hombres y la cantidad de mujeres. Un valor de 92 explica que hay 92 hombres por cada 100 mujeres.

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municipio, sino desde el Estado. Por ejemplo, durante la administración de Guillermo Lliteras (1986-1988) se llevó a cabo la invasión de unos terrenos pertenecientes a la familia Capdepond, entre el arroyo de La Caleta y la actual avenida Insurgentes, la siguiente referencia expone cómo probablemente en esto intervino el gobierno del estado de Campeche: En las propiedades de la familia Ferrer Capdepond, el gobierno del estado, que encabezó Abelardo Carrillo Zavala tenía proyectada la construcción de una unidad habitacional “Caleta”. De hecho, a la entrada de la presidencia municipal se exhibía la maqueta de lo que iba a ser dicha construcción, pero de buenas a primeras […] me entero que los terrenos de la citada familia, Capdepont, habían sido invadidos. La cuestión es que de nada sirvió a la citada familia acreditar la propiedad de sus terrenos ante el gobierno del estado, ni ante la presidencia municipal, ni a las autoridades de entonces, porque se consumió la invasión. De ahí resultó la colonia Insurgentes. En ese tiempo se dijo que fue el mismo gobernador quien la provocó para no construir la unidad habitacional Caleta, que implicaba una obra de muchos millones de pesos. Porque ‘casualmente’ en lugar de invertir en Carmen la unidad habitacional que se tenía contemplada, se construyó en la capital del estado la unidad habitacional ‘Fidel Velázquez’. (Rivero, 2015, págs. 35-36)

La rápida expansión urbana de Ciudad del Carmen si bien fue una reacción natural ocasionada por la llegada de los flujos migratorios; su condición anárquica obedeció más bien a la inexistencia en un primer momento, y después al incumplimiento en un segundo momento, de un efectivo plan de ordenamiento territorial organizado, promovido y ejecutado por el gobierno municipal. En este sentido el primer intento gubernamental materializado en un instrumento de planificación urbana se encuentra en el Programa Urbano de 1986, el cual fue financiado por Petróleos Mexicanos en virtud que la Dirección de Obras Públicas del gobierno del estado le pidió a la paraestatal realizarlo con el propósito de buscar ordenar la urbanización del territorio. Este instrumento, si bien diseñó una localización de las principales actividades económicas desarrolladas en la isla, no tuvo una efectiva implementación puesto que a pesar de considerar en su diseño zonas de reserva, la ocupación de éstas no se hizo de modo gradual. Ello tampoco estuvo controlado por el gobierno municipal, pues muchas de estas zonas fueron ocupadas por invasiones ilegales, o incluso el propio ayuntamiento, desacostumbrado a este tipo de regulaciones urbanas incumplió lo allí dispuesto. 96

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Pero las legislaciones municipales nunca nadie las cumplimos, ni los que somos autoridad ni los que somos clientes de esa autoridad. Como son cosas que se contraponen, porque te dicen -aquí no puedes construir-, pero en este régimen capitalista depredador el que es propietario de un terreno cree que él puede hacer lo que quiera, y tú ¿con qué autoridad me vas a venir a decir que yo no haga tal cosa aquí? La complejidad es mayor debido a que todos quieren lana (Obrador, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

Como consecuencia de esta urbanización tanto legal como ilegal, fue necesario comenzar a abrir nuevas calles y avenidas, mismas que a su vez funcionaron indirectamente como nuevos caminos para que se llevara a cabo de manera más rápida la ocupación de nuevos territorios. Yo era Director de Obras Públicas y todos los permisos de construcción me los pedían a mí. A mí me tocó hacer todas estas avenidas. Esta avenida que está aquí, que va del cañón al panteón yo la tracé. La que va del cañón acá que termina en el panteón, yo la tracé también. Y la que va de la carretera al atracadero de la panga yo la tracé también. Esta que va hasta el reloj y hasta la carretera yo la hice también. Había que hacer (toda esta) infraestructura porque empezaron a invadir terrenos, no había terrenos, no había estacionamientos, empezaron las invasiones y nosotros pues teníamos que prever algo de eso, de lo que estaban haciendo. Yo meto la motoconformodara y mando a pavimentar algunas calles (Obrador, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

La expansión de la ciudad tuvo que hacerse con los medios que se tenían al alcance e inclusive fue necesario solicitar equipamiento a otras instancias, por ejemplo, dado que la Dirección de Obras Públicas del municipio no tenía a su disposición un tractor, fue necesario acudir al ingeniero Ricoy quien para esos años estaba construyendo la primera colonia petrolera de la ciudad. Cuando tracé las primeras avenidas, y abrí las primeras avenidas, fue con un tractor que me prestó Ricoy, que era un ingeniero que vivía en el hotel Jet. La cosa es que David Razú (Presidente Municipal) nos dijo: -Ve con los ingenieros Ricoy y pídanle prestado el tractor, que les preste el tractor-, y para convencer a Ricoy lo invitamos a comer, pero a Ricoy le gustaba el trago y fuimos al restaurante El Pescador. Le dijimos que –El Ayuntamiento quería pedirles el tractor, ellos querían quedar bien con nosotros y nosotros también con ellos, entonces nos prestó el tractor. Él estaba haciendo la colonia de Pemex, la primera colonia y le digo -ingeniero préstenos el tractor porque queremos hacer unas avenidas pues nos están invadiendo ya los terrenos, y me dijo -bueno se los voy a prestar, ustedes me caen bien y se los voy a prestar, yo les doy el operador y ustedes le ponen el diésel, los fines de semana, el sábado y el domingo(Obrador, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

La pavimentación de las calles tuvo que hacerse de una manera paulatina pues tampoco se contaba con los recursos necesarios para realizarla. En este tema, incluso existió un ofrecimiento por parte del ex líder sindical petrolero Joaquín Hernández Galicia (La Quina) de donar al municipio todo el asfalto y concreto 97

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necesario para emprender dicha tarea, pero a cambio de favores políticos especiales hacia los integrantes de la sección 47 del sindicato. Al final de cuentas el proceso de negociación no llevó a ningún acuerdo y este hecho pasó a ser parte de las anécdotas de quienes lo vivieron. Como se vio en el segundo capítulo la población de Ciudad del Carmen estaba concentrada hacia el centro histórico, a un costado de la boca occidental de la Isla del Carmen. Con el ciclo camaronero la ciudad comenzó a expandirse, pero fue realmente con el inicio del ciclo petrolero que los límites históricos del núcleo urbano comenzaron a ceder. En la carta topográfica de 1987 del INEGI (mapa 3.5) es posible ver cómo el trazo urbano de la ciudad ya estaba dirigiéndose hacia la parte oriental de la isla, pero sin llegar a tocar los límites del aeropuerto. Asimismo, es posible determinar cómo todavía hasta este año la urbanización no rebasaba de manera absoluta algunas de las barreras naturales que concentraban a la población hacia el centro histórico. Esto sucede con el arroyo La Caleta al norte, los esteros del Salitral al sur, y claramente el aeropuerto al oriente. Aunque para estos años ya había asentamientos en las que próximamente serían las colonias: Caracol, Manigua, Miguel de la Madrid, Estrella, Benito Juárez, Pedro Sainz de Baranda, San Agustín del Palmar, San Carlos, todas ellas ubicadas en terrenos de manglar (Vadillo, 2000). Un testimonio oral de un habitante de Ciudad del Carmen describe asimismo estos límites que hasta antes de la llegada de Pemex eran bastante claros. Su relato está basado en función de lo que él observaba: la edificación de casas. Entre las cosas que él subraya es cómo el aeropuerto era percibido como un lugar situado a las afueras de la ciudad. Asimismo es notable en su testimonio identificar cómo la posterior edificación de casas sustituyó un uso de suelo previo enfocado hacia la agricultura y la ganadería. Él lo describe al mencionar la existencia de ranchos y fincas, las cuales constituyeron parte del paisaje rural de Ciudad del Carmen durante el ciclo extractivista de los recursos forestales que se analizó en el capítulo anterior y también, aunque en menor medida, durante el ciclo de la pesca de camarón. 98

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Antes la isla llegaba hasta… aquí la colonia El Fovissste, antes de llegar al aeropuerto hasta aquí llegaba la isla. Aquí donde estamos eran terrenos baldíos, eran ranchos, bueno, eran como fincas o ranchos. Todo esto eran puras arenas, era arena, nada de esto había. Te digo, las casas que había eran las del Fovissste hasta acá, y llegabas al aeropuerto, todo lo demás ya no había casas de nada, eran terrenos baldíos, no había nada más, todo esto eran fincas te digo, no existía nada de esto, y donde está el edificio del hospital de Pemex era un terreno baldío muy grande, no había llegado Pemex todavía (Anónimo, entrevista personal, 28 de junio de 2014).

Ahora bien, con respecto al proceso paulatino de urbanización hacia la parte norte de la isla, el siguiente testimonio también da cuenta del porqué esta sección de la ciudad, dadas sus condiciones topográficas naturales próximas al mar, no había sido objeto de un proceso de urbanización. Hasta que por la presión demográfica y otros aspectos de índole político comenzaron a realizarse las primeras invasiones, proceso que hasta la fecha todavía no está controlado. Se fue poblando la isla de tal manera que se fueron invadiendo terrenos, me acuerdo que en Playa Norte, lo que es Playa Norte, ahí por el lado del cañón de la 56, no sé si conoces, por el lado del cañón de la 56, todos esos terrenos eran baldíos, o sea, no había casas, no había nada, ¿por qué?, porque es zona de mangle, eran zonas muy bajas, pero entró en ese entonces se estaba formando el PRD y se apropiaron de todos esos terrenos, todo eso se fraccionó a diestra y siniestra (Anónimo, entrevista personal, 28 de junio de 2014). La calle 55 en donde ahora está la calle San Carlos, eso eran ranchos, era terreno ganadero, entonces un señor le vende la hectárea a mi papá, porque dejó de tener vacas y todo, y le vende la hectárea a mi papá. Era un terreno demasiado grande, lleno de fruta y todo, y fue un cambio de vida porque el terreno era demasiado grande y los niños se divertían mucho porque estaban arriba de los árboles (Álvarez, entrevista personal, 15 de junio de 2014).

En la carta topográfica de 1987 no se registra el trazado urbano de algunas de las colonias que fueron producto de invasiones durante el ciclo de la pesca de camarón, como por ejemplo La Manigua y Salitral, ambas ubicadas al sur de la isla. Tampoco se tiene cartografiada la colonia Pedro Sáenz de Baranda, la cual se ubica al sur del aeropuerto, en donde si bien, todavía de acuerdo con la fuente de INEGI de 1987, ésta no contaba con un trazado de calles oficial, sus mismos habitantes ya habían diseñado y construido las calles, tal como lo describe el siguiente testimonio. Aquí nosotros abrimos las calles, aquí no necesitamos tractor ni nada que nos abriera las calles ¡Todos estábamos organizados! y ¡Todos abrimos nuestras calles! ¡Todos! Las limpiamos, las emparejamos. Aquí no entró ningún tractor. A como ve esta calle de aquí no la ha tocado ningún tractor porque no se ha permitido que la rompa. (Villegas & Solís, Iconografía lagunera, 2000, pág. 67).

99

Mapa 3.5 Carta topográfica de Ciudad del Carmen 1987

Fuente: Carta topográfica del INEGI 1987

Impacto territorial del extractivismo petrolero

100

Impacto territorial del extractivismo petrolero

En razón del fracaso del Programa Urbano de 1986, el segundo intento por organizar la expansión de la superficie física se encuentra con la formulación y aprobación del Programa Director Urbano de Ciudad del Carmen el 10 de noviembre de 1993.29 En el Programa Director Urbano de 1993 es claro cómo existe una intención por urbanizar la parte oriental de la isla, aquella que le sigue al aeropuerto. Esta acción es una respuesta frente al déficit de vivienda que experimentó la isla tras el incremento demográfico. La estrategia municipal para este caso fue la disposición de las hectáreas que componían la reserva territorial, lo cual llevó a expandir la urbanización hasta el kilómetro 7.5 de la carretera federal 180 (IMPLAN, 2009, pág. 10). La tabla 3.4 demuestra cómo el periodo que comprende los años de 1990 y 1995 tiene la tasa de crecimiento demográfica más alta, 6.41%. Esto coincide también con la tasa de crecimiento de viviendas construidas, cuyo valor es de 7.71%. Tabla 3.4 Tasas de crecimiento demográfico y de vivienda 1990-2010 Evento Censal

Población

Tasa Crecimiento Demográfico

Total de Viviendas

Diferencial

Tasa Crecimiento Viviendas

1990

83,806

1.46

18,510

N.A

N.A

1995

114,360

6.41

26,837

8,327

7.71

2000

126,024

1.96

30,361

3,524

2.50

2005

154,197

4.12

39,698

9,337

5.51

2010

169,466

1.91

54,976

15,278

6.73

N.A No aplica Fuente: Censos de Población y Vivienda del INEGI

29

Algo que debe mencionarse con respecto al Programa Director Urbano, es que éste a diferencia del anterior goza de un entramado jurídico más organizado a nivel federal, pues el 21 de julio de 1993 fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la Ley General de Asentamientos Humanos. Entre otras cosas la importancia de esta ley, así como la que emanó ese mismo año del Congreso de Campeche, es que le confiere al Ayuntamiento la atribución de formular los Programas Directores Urbanos de las diferentes localidades. Esto por lo menos coloca como una obligación municipal la hechura de políticas públicas con relación al ordenamiento y regulación de los asentamientos humanos, situación que anteriormente ni siquiera era considerada.

101

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Durante el periodo 1990-1995 el extractivismo comenzó a instalar en la configuración del uso del suelo de Ciudad del Carmen una tendencia hacia el crecimiento de las zonas industriales. Esto se hizo en los terrenos que anteriormente eran baldíos o bien áreas naturales. Un ejemplo de esto puede encontrarse en algunos de los polígonos situados en la actual avenida Edzna al suroriente de la ciudad. La transformación del uso de suelo de agrícola a industrial tiene implicaciones en el terreno donde se establecen las empresas, pero también en las vialidades por las que tienen que transitar los camiones de carga que llevan los insumos a los patios de maniobra y a los almacenes de las empresas que le prestan servicios a Pemex. Además, es importante señalar que lo que se podría denominar la industrialización del territorio de la Isla del Carmen, en realidad no es tal, porque no añade un valor agregado a la materia prima. En términos cuantitativos para el año de 1993 el uso de suelo industrial ocupaba junto con el portuario un total de 138.4 hectáreas, casi el 7% del territorio de la ciudad. Esto con el paso de los años se incrementó, pues en el año 2008 el número de hectáreas de uso industrial fue de 155.27 (IMPLAN, 2009). La gráfica 3.2 expone la división por usos de suelo del sistema urbano de Ciudad del Carmen en 1993. Como puede verse existe un predominio del uso de suelo habitacional, el cual en los próximos años continuaría incrementándose. Asimismo se observa que el uso de suelo destinado a vialidades solamente ocupaba un 4%, valor que años más tarde tendería a incrementarse en razón de las necesidades de comunicación intra-ciudad. De esta gráfica interesa destacar también cómo tras 15 años de extractivismo petrolero, existe una mayor cantidad de hectáreas destinadas para el uso industrial (7%) que para el equipamiento urbano (6%). Por equipamiento urbano se entiende toda la infraestructura destinada a prestar servicios públicos a la población, por ejemplo escuelas, clínicas públicas, instalaciones deportivas, edificios gubernamentales, entre otros.

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Impacto territorial del extractivismo petrolero

Gráfica 3.2 Composición de la superficie urbana por hectáreas de Ciudad del Carmen en 1993

12%

Habitacional Comercial y de Servicios

9%

Equipamiento 45%

Industriales Áreas Verdes

7%

Vialidades 4%

Zonas Federales 1%

7%

Baldíos Aeropuerto

6% 9%

Fuente: Elaboración propia con datos del IMPLAN de Ciudad del Carmen, 2008

Otra fuente que vale la pena comentar a continuación es la carta topográfica del INEGI de 1998 (mapa 3.6). Aquí se observa lo que el PDU de 1993 planificó, esto es la urbanización y el trazado de tipo ortogonal en el sector nororiental y suroriental posterior al aeropuerto. La principal ventaja de este tipo de trazado es que facilita la lotificación, sin embargo, ello hace que las ciudades también se expandan indiscriminadamente, tal como sucedió con Carmen. Además que si no se cuenta con una buena jerarquización y señalización vial, ello se convierte más en una desventaja, pues el tránsito vehicular se obstaculiza en cada intersección de calle o avenida (Bazant, 2003, pág. 80). Asimismo en este instrumento cartográfico se aprecia la existencia de un campo de golf ubicado al norte de la isla, en las afueras de la ciudad. Este terminó de construirse en 1990 y en parte es también un reflejo de las nuevas necesidades de entretenimiento e identidad que llegaron a Ciudad del Carmen con el extractivismo petrolero. No debe dejarse de lado que este deporte tiene una larga historia de elitismo dado el prestigio social que conlleva ser parte de estos espacios (Cerón, 2010).

103

Impacto territorial del extractivismo petrolero

De hecho, existen altas probabilidades que el golf fuera introducido a México precisamente por una empresa petrolera asentada a finales del siglo XIX en Tampico, Tamaulipas, la Pierce Oil Company. Si esto fue así, las cosas no han cambiado mucho ya que solamente transcurrieron 10 años de extractivismo petrolero para que este deporte llegara también a Ciudad del Carmen. El golf llegó a México como un espacio social que pretendía reforzar jerarquías sociales y económicas. Los clubes de golf funcionaron como sitios en donde el habitus compartido creaba nociones de identidad, que se transportaban en importantes redes sociales y económicas, en otras palabras en donde se podían hacer amistades útiles Este deporte sirvió como espacio para reproducir una identidad social y diferenciar a los miembros de estos clubes de otros grupos sociales que no podían acceder a este espacio, ya fuera por falta de capital o distinción social (Cerón, 2010, págs. 22-25).

A diferencia de la carta de 1987, en el mapa 3.6 ya se observa una urbanización en el territorio situado al norte del arroyo La Caleta, lo mismo sucede con las colonias La Manigua y Salitral. En conjunto y desde una visión panorámica se observa a Ciudad del Carmen como una ciudad en expansión, cuyas barreras físicas históricas ahora fueron dejadas atrás y ya son parte de la vida cotidiana de sus habitantes. Por otra parte, otro aspecto que no puede dejar de mencionarse es la construcción de las dársenas en el Puerto Industrial Isla del Carmen, el cual fue concesionado a la Administración Portuaria Integral de Campeche el 18 de marzo de 1996 (Gobierno del Estado de Campeche, 2007). La industrialización de este territorio ha conducido a una territorialidad muy fuerte sobre él, pues de haber sido antes un lugar habitual de la convivencia carmelita, hoy en día representa un espacio difícilmente penetrable una vez que ya ha sido cedido a las necesidades del extractivismo petrolero. Ahorita ya ni en el puerto pesquero te dejan entrar, tienes que decir a dónde vas, qué vas a hacer, te piden tu credencial, te preguntan a qué compañía vas a ver, en qué trabajas, qué es lo que haces; en cambio, antes entrabas y salías a dar la vuelta, a caminar al puerto pesquero, ahorita ya no lo puedes hacer, como son puras compañías lo que hay, hay mucho movimiento de equipo pesado, de tráileres, de grúas y todas esas cosas, entonces ya no puedes pasar porque te preguntan a qué vas, a qué compañías vas (Lanz, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

104

Mapa 3.6 Carta topográfica de Ciudad del Carmen 1998

Fuente: Carta topográfica de INEGI 1998

Impacto territorial del extractivismo petrolero

105

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Durante la década de los años noventa la presión demográfica expandió la ciudad, hecho que implicó el sacrificio de valores de índole ecológico y paisajístico, como por ejemplo los antiguos arroyos y canales que las anteriores generaciones pudieron conocer y disfrutar, tal como lo narra el siguiente testimonio. Cruzábamos el arroyo y nos íbamos a La Manigua, porque no había el cruce que hay ahorita por la carretera donde ahorita hay puentes y todo para cruzar, es un arroyo que se llama La Manigua. Pero ese arrollo se llama Arrollo Grande porque es ancho y de mañana lo cruzabas, según la marea, porque si la marea era alta pues tenías que cruzar con el agua al pecho o hasta nadando, y si era marea baja la pasabas hasta la rodilla, hasta media pierna, imagínate como crecía tan rápido según la marea. Pues ahí nos pasábamos todo el día ahí en La Manigua, eran puros pinos, matas de coco y de frutales silvestres como el nance, el caco, la uva y todo eso. Y allí pasábamos precioso, porque estaba La Manigua, era muy bonita la playa muy limpia (Farías, entrevista personal, 9 de julio de 2014).

Sin embargo, el testimonio después de haber revelado cómo era vivir en este tipo de lugares, realiza una pausa y comienza a contrastar el pasado con el presente, el cual, señala el relato, ha sido impactado con la llegada de familias cuyas viviendas ahora se asientan en los lugares que las antiguas generaciones recorrían y disfrutaban. Ahorita se ha llenado de tantísima gente que vive hasta las orillas del mar, se han asentado, no tienen fosa séptica, no tienen baño, viven como pueden. Trayendo agua del más cercano o hacen pozos y de ahí se abastecen de agua, pero han descontrolado toda la parte de aquí de la Laguna de Términos (Farías, entrevista personal, 9 de julio de 2014).

El crecimiento de la vivienda construida en algunas partes de la isla, consecuencia de la llegada de la actividad petrolera ha ocasionado un triple sacrificio. El primero es aquel que tiene que ver con la cuestión ecológica cuyo daño en la mayoría de los casos es irreversible, el segundo está relacionado con aquel que padecen las familias que arriban y habitan esas viviendas, pues no cuentan con los servicios públicos indispensables; y finalmente el tercero es aquel que impacta la memoria histórica de los habitantes que ven un pasado irreconciliable con el presente. En el último decenio, del año 2000 a la fecha, la expansión urbana ha continuado hacia el oriente de la isla, sin embargo, la actual dinámica de construcción de viviendas se ha orientado en torno al diseño de fraccionamientos cerrados, especialmente sobre la carretera que conduce a Isla Aguada, aspecto que 106

Impacto territorial del extractivismo petrolero

será discutido en el próximo apartado. Por otro lado, en la gráfica 3.3 se pueden comparar la cantidad de hectáreas destinadas a los distintos usos de suelo clasificados por el IMPLAN del año 1993 al 2008. Uno de los rubros que experimenta un mayor crecimiento es el de las vialidades. Esto va relacionado con la expansión física, puesto que una ciudad requiere de vialidades para poder comunicarse entre sí. Sin embargo, esto no ha repercutido en el mejoramiento de su calidad, sino todo lo contrario, debido a que una queja constante que hace la población carmelita se refiere a las pésimas condiciones en que éstas se encuentran, a continuación un ejemplo de ello: No es posible que teniendo el boom más increíble del mundo, creo que de aquí sacan la riqueza a muchos lados, sigamos con una carretera donde se sigue matando la gente. De Atasta para llegar a Villahermosa es la carretera más horrible que puedas conocer y que no existe una infraestructura de carretera. Con tanto dinero que han sacado de aquí, ¡con tanto dinero! No te da la mente para pensar que tenemos las calles más podridas de todo el mundo. Mi papá decía: -las calles deberían estar de oro- yo digo, pues ya no de oro, cuando menos que tuviéramos calles (Álvarez, entrevista personal, 15 de junio de 2014). Gráfica 3.3 Comparación de Usos de Suelo Ciudad del Carmen 1993-2008 Aeropuerto Baldíos Zonas Federales Vialidades Áreas Verdes Industriales Equipamiento Comercial y de Servicios Habitacional 0 Habitacional 1993

890.6

2008

1028.95

500

1000

1500

Comercial y Equipamient Industriales Áreas Verdes Vialidades de Servicios o 180.17 127.85 138.49 19.4 68.5 282.08

268.55

155.27

98.93

553.46

2000 Zonas Federales 145.6 170.3

2500

Baldíos

Aeropuerto

184.5

244.45

221.31

183.32

Fuente: Elaboración propia con datos del IMPLAN Ciudad del Carmen, 2008

107

Impacto territorial del extractivismo petrolero

3.2.3 La fragmentación territorial de una isla A raíz de lo analizado en el apartado anterior podría pensarse que la fragmentación más evidente que la expansión urbana ha producido en la isla corresponde a aquella que ha generado el Aeropuerto Internacional de Ciudad del Carmen, pues su infraestructura bloquea la comunicación vial entre el sector poniente y oriente de la ciudad, sin embargo esto no es así. Con el propósito de obtener una visión más amplia que facilite identificar el proceso de fragmentación física, es conveniente relacionarlo con otro concepto de vital importancia que es el de segregación socio-espacial. A pesar que ambos conceptos en un inicio pudieran parecer sinónimos, conviene entender al segundo más bien como el resultado del primero. En este sentido, por segregación se entiende aquel proceso de descomposición y dispersión de la aglomeración urbana, producido tanto por divisiones funcionales como sociales. Las divisiones funcionales del espacio están relacionadas con la intención de organizar o localizar en diferentes áreas del territorio a las distintas actividades que operan tanto en la producción, en el intercambio, en el consumo y por supuesto en la gestión. Por otra parte, las divisiones sociales, que son las que aquí más interesan, se refieren al consumo residencial del espacio destinado a cada grupo social (Aymerich, 2004, pág. 118). Así pues, a través de la influencia de ambos tipos de divisiones espaciales, el proceso de segregación conlleva a producir un conjunto de zonas residenciales que se caracterizan por tener una fuerte homogeneidad al interior y una fuerte disparidad al exterior. Los criterios con los cuales estos conjuntos residenciales se diferencian van desde una división socio-económica (ligada a una distribución desigual del ingreso) hasta atributos étnicos o raciales, aunque estos últimos casos son menos recurrentes en la realidad latinoamericana (Cabrales & Canosa, 2001). A todo esto, cuando se está en un proceso de segregación residencial intencionada la consecuencia a largo plazo es la fragmentación urbana, ésta se

108

Impacto territorial del extractivismo petrolero

entiende como “una forma de organización espacial –en la que los límites duros, lo confinado y los obstáculos adquieren un papel central” (Kozak, 2011, pág. 57). En esta sintonía, la presente sección tiene como propósito exponer aquellos límites tangibles y no tangibles que han generado este proceso de segregación que tras treinta años de extractivismo petrolero ha derivado en la fragmentación urbana del territorio de Ciudad del Carmen. Para comenzar con esto es de mucha ayuda señalar que uno de los motores que iniciaron este proceso tiene que ver con el desequilibrio económico que ocasionó la instauración del extractivismo petrolero. Un testimonio de la década de 1980 anticipaba esta fractura social, cuyo devenir años más tarde vendría a fragmentar el territorio en torno a la forma de habitarlo: Con la llegada de Pemex a Ciudad del Carmen comenzó una nueva dinámica en la vida cotidiana, al haber mayor demanda de servicios, alojamiento, víveres, diversiones, etcétera, lo que provocó desequilibrio económico debido a los altos ingresos que perciben sus obreros y empleados, desequilibrio que tiene su manifestación en el aumento del precio de las habitaciones en los hoteles, casas de huéspedes y en la renta de casas (Rodríguez R. , 1984, pág. 17).

Este desequilibrio económico, del cual habla el relato anterior, con el paso de los años también se ha manifestado en la esfera territorial, específicamente en la forma de reproducir y habitar la nueva vivienda de tipo residencial. Si bien la primera oleada de inmigración petrolera buscó acondicionar su forma de vida en torno a la infraestructura de vivienda existente (habitaciones temporales en hoteles y casas), ésta no fue suficiente y tras el paso del tiempo fue necesario -como fue expuesto en el apartado anterior- llevar a cabo una expansión de la ciudad. Un proceso reciente que ha acompañado a esta expansión física de la ciudad es el desarrollo inmobiliario -auspiciado por la iniciativa privada- de vivienda residencial de tipo cerrada, específicamente destinada para los cuadros medios y superiores tanto de Petróleos Mexicanos como de las empresas privadas contratistas, pues son ellos quienes en general pueden pagar egresos superiores a los 800 mil pesos por casa habitación (López, Solano, & García, 2012, pág. 38) 109

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Sin embargo, este fenómeno de diferenciación residencial no es privativo de Ciudad del Carmen. Su antecedente más remoto a nivel nacional se localiza durante la época del Porfiriato, ya que Cabrales y Canosa (2001, pág. 225) afirman que fue bajo las influencias urbanísticas de este periodo como algunas ciudades mexicanas –entre ellas Guadalajara- comenzaron a experimentar un proceso donde la posición social también comenzaría a reflejarse en la morfología de las casas y las colonias, dando como resultado la configuración de espacios urbanos cuya intención era desintegrarse de la ciudad preexistente. A pesar de lo anterior, este primer tipo de diferenciación residencial de la época porfiriana no conjuga estrictamente con todas las características que en los últimos años han adquirido los fraccionamientos de tipo cerrado, ya que para esos años el redoblamiento de medidas de seguridad todavía no era un determinante para recluir la vivienda entre muros defensivos. Por lo tanto más que en las influencias europeas de principios del siglo XX, un antecedente más exacto de los fraccionamientos cerrados, tal cual los conocemos ahora, se encuentra en las ideas urbanísticas estadounidenses de inicios de la década de 1960, las cuales fueron intensamente replicadas en América Latina a partir de 1990 (Arceo, 2012). Sin embargo, es durante la época de globalización actual, con el involucramiento de los sistemas tecnológicos y de comunicación, como los fraccionamientos residenciales cerrados se han intensificado en gran parte de las ciudades mexicanas. Esto se debe a que en muchas ocasiones la disminución del contacto social con la ciudad, producto del aislamiento físico, se ve sustituido por una interacción de tipo virtual desde la cual inclusive se desarrollan relaciones que van desde lo económico-mercantil, lo familiar e inclusive lo laboral. Del año 2000 a la fecha el territorio de la Isla del Carmen ha sido objeto de negocio de múltiples empresas constructoras, quienes han ofrecido sus desarrollos residenciales tomando como estandarte valores insignia como: la seguridad, la tranquilidad y el bienestar familiar. Así pues, estos fraccionamientos residenciales presumen en sus ofertas publicitarias servicios como: casetas de vigilancia, bardas 110

Impacto territorial del extractivismo petrolero

perimetrales y un acceso restringido, los cuales en conjunto ofrecen un mecanismo que gira no sólo en torno a la seguridad, sino también hacia “la formación de imaginarios del estatus social” (Enríquez, 2006, pág. 69). Aunado a la búsqueda de este prestigio social, relacionado con la ocupación de puestos altos en la actividad petrolera, existe una tendencia por encontrar en estos fraccionamientos la fortificación necesaria que les proteja de la ciudad, que al estar fuera de estos muros es tildada como insegura, caótica, desordenada y carente de servicios, los cuales –desde la luz, agua, gas hasta internet- se viven a plenitud en las urbanizaciones cerradas mientras que fuera de ella escasean. Por otra parte, un fraccionamiento cerrado funciona como una barrera defensiva frente a las prácticas sociales violentas que se reproducen en la ciudad y cuya manifestación es la comisión recurrente de crímenes y delitos. Aunque López, Solano y García (2012, pág. 39) consideran que la seguridad no ha sido un factor decisivo para la elección de este tipo de vivienda, un hecho innegable es que la percepción de Ciudad del Carmen como una ciudad insegura cada vez crece más. En torno a esto, Frutos (2009) plantea que la reproducción de la violencia por algunos habitantes de Ciudad del Carmen, además de su relación con aspectos sociales y culturales relativos al entorno, está influida por la situación económica de pobreza y las relaciones de género predominantes. El hilo conductor para entender la comisión de prácticas violentas, de acuerdo con este autor, está fuertemente relacionado con los cambios económicos ocasionados por la actividad petrolera, los cuales a su vez han modificado los comportamientos y actitudes de los sujetos. Especialmente bajo un contexto de inseguridad crónica del empleo, el cual es resultado de una falta de integración de la población al sistema productivo petrolero hegemónico (Frutos, 2013, pág. 37). Así pues, los grupos marginados en Carmen difícilmente podrán insertarse a ese sector moderno privilegiado que crece de la mano de Pemex, debido a que carecen de los conocimientos y las calificaciones que esa industria demanda. Carentes del estudio y del conocimiento tecnológico, lo que les queda a los marginados son aquellas ocupaciones manuales sin calificación, con los salarios más bajos, como en la construcción, en la limpieza, en el comercio informal, la vigilancia de negocios, de choferes o en el servicio doméstico.

111

Impacto territorial del extractivismo petrolero

En estas condiciones, la delincuencia y la violencia social forman parte de un contexto de desigualdades y contradicciones sociales, donde la convivencia y la cooperación social se restringen por la desconfianza y la incertidumbre (Frutos, 2013, págs. 37-38).

En términos cuantitativos, del 2003 al 2010 el municipio de Carmen ha experimentado un ciclo de violencia social que ha tenido un comportamiento discontinuo. Por ejemplo la siguiente gráfica expresa que el mayor registro de homicidios en este municipio ocurrió en el 2007, mientras que el menor fue en 2008. Sin embargo, esta gráfica también refleja cómo a nivel estatal el municipio del Carmen del 2003 al 2009 ha concentrado frente al resto de los municipios la tasa de homicidios más alta. Gráfica 3.4 Homicidios registrados en el estado de Campeche, 2000-2009

Fuente: Frutos, 2013, p. 51

Gráfica 3.5 Homicidios en el municipio de Carmen

Fuente: Frutos, 2013, p. 52

112

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Por otra parte, de acuerdo con información de la “Encuesta sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia” (CIDE, 2012) la percepción de inseguridad en el municipio de Carmen también se ha incrementado, pues el 31.8% de sus habitantes respondieron sentirse poco o nada seguros viviendo en dicho municipio. Situación aún más grave, dado que solamente el 24% de los encuestados confirmó sentir confianza en los trabajos que desempeña la policía municipal. Todos estos factores han incidido en que un sector de la población de Ciudad del Carmen opte por encontrar en algunos fraccionamientos cerrados además de una reproducción de su status económico, un medio para fortalecer su “espacio defensivo con muros, rejas, puntos de chequeo y tecnología de vigilancia, creando el gueto de tranquilidad y seguridad, en contraste con la ciudad pensada como el escenario de los problemas de inseguridad, caos e incertidumbre” (Enríquez, 2006, pág. 70). Por otro lado, los fraccionamientos también han generado en la estructura territorial de Ciudad del Carmen una inconexión urbana entre colonias que inclusive son limítrofes entre sí. Un ejemplo corresponde al caso de la colonia Ortiz Ávila, localizada en el sector nororiental de la isla, dentro del Área Geoestadística Básica (AGEB) 1263 (mapa 3.7). Las calles de esta colonia son de arena y piedra, en las cuales se observan casas y pequeños negocios mercantiles cuyo techo y paredes son de lámina, así como de madera. En términos de dotación de servicios algo que llama la atención es que por su condición de asentamiento irregular, de las 484 viviendas registradas por el INEGI en el 2010 dentro de las 7 manzanas30, 412 (85%) carecen de agua entubada. Esta condición marginal que los habitantes de estas viviendas padecen contrasta con el modo de vida que se lleva en el Fraccionamiento Residencial del Lago, situado a tan sólo 500 metros al oriente (mapa 3.7). Este fraccionamiento de ingreso restringido, cuyo AGEB es el 2825, cuenta con todos los servicios, desde

30

Las manzanas identificadas para esta colonia son las siguientes: 061, 034, 038, 058, 063, 053 y 062.

113

Impacto territorial del extractivismo petrolero

línea telefónica, aire acondicionado, piscina en algunas de las casas, campo de golf y por supuesto seguridad privada. En términos estadísticos, de las 290 viviendas censadas en este AGEB solamente 19 (6%) carecen del servicio de agua entubada. Mapa 3.7 Localización de la colonia Ortiz Ávila y el Fraccionamiento Residencial del Lago

Ahora bien, en el Fraccionamiento Residencial del Lago se encuentran las manzanas 001, 002, 003 y 006 pertenecientes al AGEB 2825. De acuerdos con datos del Censo de INEGI 2010, la población total de estas manzanas es de 424 habitantes (199 hombres y 225 mujeres). Un dato que resalta de este total es que solamente el 24% de sus habitantes son personas nacidas en la entidad, cifra que revela cómo tres cuartas partes de sus residentes tienen su lugar de origen en otras entidades de la República o bien en el extranjero, lo cual lleva a inferir que su arribo a la isla se debió precisamente por la migración resultado de la instauración del extractivismo petrolero (Gráfica 3.6). 114

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Gráfica 3.6 Distribución migratoria de los habitantes del Fraccionamiento Residencial del Lago, Ciudad del Carmen 2010 450 400 350

Habitantes

300 250 200 150 100

50 0

Población extranjera Población nacida en otra entidad Población nacida en Campeche

001

002

13 86 34

10 79 35

003 2825 3 25 13

006

Total

3 102 21

29 292 103

Fuente: Elaboración propia con información del Censo de Población y Vivienda, INEGI, 2010

Además el 57% de su población masculina y el 60% de la femenina se encuentran entre la edad de 18 años y más cumplidos al momento del censo (Tabla 3.5). Tabla 3.5 Estructura por edad de los habitantes del Fraccionamiento Residencial del Lago AGEB

2825

Manzana

Población total

Masculina

0-18

18 y más

Femenina

0-18

18 y más

001

133

65

33

32

68

30

38

002

124

54

21

33

70

33

37

003

41

22

9

13

19

6

13

006

126

58

23

35

68

23

45

Total

424

199

86

113

225

92

133

100

46.93

43.22

56.78

53.07

40.89

59.11

Porcentaje

Fuente: Elaboración propia con información del Censo de Población y Vivienda, INEGI, 2010

Otro ejemplo similar a este, es el Fraccionamiento Villa Florence, el cual está en el AGEB 3039 y comprende las manzanas 037 y 039. La población de este conjunto es de 266 habitantes (136 hombres y 130 mujeres). En este caso, el porcentaje de población oriunda de la entidad es de 37%, mientras que el de nacidos en otra entidad es de 46% y en el extranjero 17% (Tabla 3.6). 115

Impacto territorial del extractivismo petrolero

AGEB

Tabla 3.6 Estado migratorio de los habitantes del Fraccionamiento Florence Manzana Población Población nacida Población nacida Población total en Campeche en otra entidad extranjera 37 196 81 80 35 39 70 19 42 9 Total 266 100 122 44 Porcentaje 100.00 37.59 45.86 16.54 Fuente: Elaboración propia con información del Censo de Población y Vivienda, INEGI, 2010

En lo que respecta a la calidad de vida que se vive en los fraccionamientos cerrados la dotación de servicios es bastante buena, pues de un total de 114 hogares que tiene el Fraccionamiento Residencial del Lago, 110 de ellos disponen de luz eléctrica, agua entubada y drenaje, mientras que de las 73 viviendas que tiene el Fraccionamiento Florence, 72 de ellas cuentan con todos los servicios públicos. López, Solano y García (2012) indican que de los 52 fraccionamientos existentes hace 3 años, el 33% de ellos eran de tipo cerrado (tabla 3.7). La disposición de infraestructura cerrada involucra precios elevados y el cobro periódico de gastos de administración y seguridad, si bien para algunos habitantes puede significar estatus y confort, a nivel colectivo lo que arroja es la construcción de una ciudad dispersa. Tabla 3.7 Fraccionamientos de Ciudad del Carmen Arcos de San Joaquín

Paseo de los Arcos (cerrado) Paseo del Mar Perla del Golfo (cerrado) Playa Palmas (cerrado)

Isla del Carmen

Reforma II

Justo Sierra Las Brisas (cerrado) Las esperanzas

Colonia Carmen Santa Rita Doña Nicha Evergrin

Puente de la Unidad

Las Palmas

Reforma III Reforma IV Residencial del Lago (cerrado) Rústico Estero Mar

Puente de la Unidad II Puerta de Hierro

San Francisco (cerrado) San Manuel

Flamboyanes (cerrado) Héroe de Nacozari (cerrado) Infonavit Arcila Infonavit Reforma Isla de Tris Monte Bello (cerrado)

Rafael de J. Rafael Lozano

Lirio del Valle Los Almendros (cerrado) Los Ángeles Los Arcos (cerrado)

Raíces (cerrado) Real del Lago Reforma I Villa Magna (cerrado)

Los Higos (cerrado) Magisterial Malibran Mundo Maya

Santa Mónica Santa Rita (cerrado) Villa del mar (cerrado) Villa Universitaria (cerrado)

Bahamita Bivalbo Buena Vista

San Miguel (cerrado) Santa Isabel

Fuente: López, Solano, & García, 2012, pág. 39

116

Mapa 3.8 Localización de los fraccionamientos cerrados en Ciudad del Carmen

Fuente: Elaboración propia

Impacto territorial del extractivismo petrolero

117

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Hasta 2014 no existían en la isla desarrollos inmobiliarios de tipo vertical, es decir torres de más de 10 pisos, sin embargo, a inicios del 2015 los gobiernos de Campeche y Carmen anunciaron la disposición de 55 hectáreas para el desarrollo del proyecto inmobiliario “Carmen Country Club”, el cual proyecta ser el complejo residencial más exclusivo de toda la isla. Dado que el territorio de la Isla del Carmen está limitado por su demarcación insular, las nuevas inversiones de capital inmobiliario se han desplazado hacia la parte continental del estado de Campeche, sin estar demasiado lejos como para dejar de ser una opción para aquellos trabajadores de altos mandos nacionales e internacionales del extractivismo petrolero. Tal es el caso del proyecto Aak Bal, el cual se encuentra ubicado a 1 hora y 20 minutos de la ciudad y ofrece un conjunto de condominios exclusivos como a continuación se expone: El condominio tiene un valor como de 3 millones 500 mil, dos recamaras, dos baños, pisos terminados, closets, dos espacios de estacionamiento. Cuenta con un campo de golf Jack Nicklaus Signature, el cual es muy diferente a todos los demás pues está considerado dentro del top ten a nivel internacional. Además del campo tiene helipuerto, una zona marina, canchas de tenis, clínica de primeros auxilios, dos restaurantes, bares, tiene seguridad privada, tiene WIFI, telefonía satelital, 2.5 kilómetros de playa privada. Al comprar aquí pues obviamente tienes derecho a usar todo lo que está, tiene también un spa y un gimnasio, 7 lagos dentro del campo de golf, el lago más grande abastece 30,000 m 3 de agua. Se han invertido 140 millones de dólares, el campo de golf tiene un valor de 18 millones de dólares. Damos financiamiento con 60 mensualidades a tasa del 8% (Anónimo (b), entrevista personal, 9 de mayo de 2015.

A partir de lo dicho, una de las consecuencias sociales más graves del desarrollo inmobiliario de tipo cerrado y restringido, es que se pierde un rasgo esencial que la sociedad carmelita compartió por muchos años: la sociabilidad. Ciudad del Carmen antes de la llegada de Pemex era un territorio cohesionado e integrado, en cuya estructura las acciones de convivencia se reproducían cotidianamente. Así lo narra un testimonio oral que describe cómo era salir a tomar el fresco y la celebración de tertulias en las calles de Ciudad del Carmen, las cuales en lugar de fraccionar y segregar de la manera en cómo se hace ahora, integraban a las unidades familiares que habitaban un mismo espacio.

118

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Allá en el centro, donde vivía mi suegra, todo el vecindario llegaba, primero porque Don Leopoldo, que es el tío abuelo de ellas, tocaba el piano precioso y mi suegra también. Entonces ahí se reunía la tertulia, otros tocaban la guitarra, otros tocaban el violín, otros tocaban los instrumentos, porque la juventud eso hacía, estudiaba mínimo piano, las muchachas, porque eso es lo que había en esa época. ¿Dónde te divertías? ¿Dónde te ibas? Entonces las tertulias, que así se llamaban eran las reuniones en las casas de las familias, empezaban sacando dos sillones y al rato era casi media calle llena de sillones de la sala, del comedor, de todos lados y se sentaban. Y adentro pues a oír la música que tocaban los Pallás, mis suegros eran de apellido Pallás. Y se sentaban, se podían quedar los sillones afuera y nadie se los robaba (Farías, entrevista personal, 9 de julio de 2014).

A raíz de este testimonio es evidente cómo anteriormente la socialización se realizaba en los espacios públicos. Ahora, con la construcción de este tipo de fraccionamientos cerrado, el espacio público en muchas partes de la ciudad ha sido sustituido por un espacio privado, exclusivo y excluyente, cambio que es observado por la población carmelita de acuerdo con el siguiente testimonio: ¿Recuerdos?… pues fíjate que una de las cuestiones que a mí me llama mucho la atención del antes y del ahora es que antes había mucha comunicación entre la gente. Era muy raro observar una casa con tipos de rejas, portones eléctricos, no había ese tipo de barrera, había mucha comunicación, la gente se hablaba, había mucho compañerismo cuando le pasaba algo a alguien, todo el mundo salía y se preocupaba y le atendían. Ahorita por ejemplo la gente ya tiene en las puertas timbres, hay portones eléctricos, rejas, y como que toda la comunicación se fue cortando, obviamente por la dinámica económica hay zonas en la ciudad que están muy bien marcadas por la dinámica de la gente que llega de fuera. Hay colonias que son 100% petroleras, incluso hay colonias que se llaman así, colonias petroleras, colonia petrolera 1, 2, que son lugares en donde se han asentado familia o gente que viene de otros estados a trabajar en Carmen, y que obviamente pues han invertido en infraestructura, en sus casas, climas, ese tipo de cosas, y se perdió ese tipo de comunicación (Calderón, entrevista personal, 17 de junio de 2014).

Hasta este momento se ha hablado de cómo la construcción de vivienda residencial ha contribuido a la fragmentación del territorio de la isla, sin embargo esta fragmentación también ha avanzado hacia otros aspectos de la vida cotidiana. Por ejemplo, dado que la llegada de Pemex implicó una mayor demanda de servicios destinados al entretenimiento, ciertos sectores de la ciudad comenzaron a ser promovidos como zonas receptoras de inversión económica destinadas al emplazamiento de centros comerciales y de entretenimiento. Ciudad del Carmen hoy está conformada por fragmentos urbano-comerciales, que ya sea por razones económicas o de movilidad, inhiben la participación de toda la sociedad.

119

Impacto territorial del extractivismo petrolero

El ejemplo más claro se encuentra como se mencionó en los centros comerciales. Éstos, al ser espacios en donde la interacción social emplea como mecanismos el consumo o la compra de algún servicio/producto, no permiten un involucramiento pleno de la población carmelita (como lo haría una plaza pública o parque) haciéndose más evidentes aquellos sectores de la población que sí pueden asistir y participar y aquellos que no. A esta disyuntiva debe añadírsele que Ciudad del Carmen, al ser una ciudad petrolera, padece una inflación económica que eleva el costo de vida en comparación con otras ciudades de la región como Mérida. Lo más caro sigue siendo la renta de los lugares. Hay más demanda, hay menos lugares y sigue siendo muy caro. Una casa habitación estándar, 2 recámaras, sala y comedor. Pues aquí una renta no te baja de cinco mil pesos ahora, cuando en cualquier otro lugar de la República a lo mejor pudieras conseguirla en 1000 pesos. En Mérida vive mi familia y pues no se compara, las rentas son disparadas excesivamente (Amador, entrevista personal, 26 de junio de 2014)

Otro ejemplo es el desarrollo selectivo de infraestructura hotelera, restaurantera, de entretenimiento y comercial que el gobierno municipal y la iniciativa privada han desarrollado en la calle 31, Periférica Norte, Corregidora y Concordia. Desde el 2000 un conjunto de diversas franquicias se han instalado a lo largo de estas avenidas, modificando el paisaje urbano por medio de su propaganda en forma de letreros, espectaculares, lonas y fachadas. Llama la atención por ejemplo el cruce de las avenidas 31 y Periférica, al cual le rodean por lo menos 5 franquicias de alimentos, 2 de entretenimiento, 3 cadenas de hoteles para clase ejecutiva, 2 edificios multinivel para empresas prestadoras de servicios a Pemex y 3 tiendas de autoservicio (mapa 3.9). Esta transformación ha ocasionado que el precio del suelo de este polígono se incremente. Por otro lado, un estudio realizado (López, Calderón, & López, 2011) demostró que la infraestructura hotelera asentada en Carmen, incluida la de 5 estrellas, carece de certificaciones ambientales que demuestren un compromiso estricto frente a la conservación del medio ambiente, situación de extrema consideración pues Ciudad del Carmen desde 1994 pertenece al Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos.

120

Mapa 3.9 Centralización comercial y empresarial en Ciudad del Carmen

Fuente: Elaboración propia

Impacto territorial del extractivismo petrolero

121

Impacto territorial del extractivismo petrolero

Otro asunto a considerar es que esta fragmentación está llevándose a cabo tomando como criterio el desarrollo de aglomeraciones comerciales, cuya infraestructura opere como un factor de localización para las empresas. Así lo demuestra el estudio de Carrillo y Durán (2005, pág. 157) el cual expone cómo la calidad de vida31 constituye un factor de localización fundamental por el cual los empresarios deciden asentar su negocio en Ciudad del Carmen, lo cual a su vez permite cuestionar: ¿qué ocurrirá con dicha infraestructura cuando el extractivismo petrolero se ausente de Ciudad del Carmen? Con respecto a esto la opinión de la población sostiene lo siguiente: (Me imagino la ciudad con) muchas casas desocupadas, edificios que tienen allí compañías ya no estarán, eso sí me lo puedo imaginar, probablemente algunos restaurantes cerrarán, todos los nuevos porque a lo mejor ya no habría esa liquidez (Argente, entrevista personal, 24 de junio de 2014). Va a quedar pobre, no va a haber nada el petróleo es la vida que está dando ahorita como lo hacía el camarón. Se acabó el camarón y ya no había nada (Pérez, entrevista personal, 23 de junio de 2014).

3.3 Cierre del capítulo Los efectos del extractivismo petrolero, pese a que éste se instaló operativamente en la Sonda de Campeche, se han derramado territorialmente sobre la Isla del Carmen. Tras 35 años de operaciones, la demanda internacional de petróleo y la necesidad nacional por suministrarlo, ha propiciado que la configuración territorial de Ciudad del Carmen haya cambiado. Las necesidades propias del extractivismo petrolero motivaron que los flujos que

conectan

a

este

territorio

con

otros

incrementaran

su

velocidad

apremiantemente. Especialmente considerando que Ciudad del Carmen no es un nodo aislado, sino que a su alrededor existen otras ciudades, algunas también petroleras, cuyo intercambio de recursos e información es indispensable. La interconexión física de este territorio al macizo continental fue la puerta de entrada a una serie de cambios territoriales que posteriormente llegaron. La

31

Esta variable incluye en la encuesta realizada por el autor los siguientes factores: calidad de vida en la zona, entorno físico agradable y centros de esparcimiento y cultura.

122

Impacto territorial del extractivismo petrolero

expansión de la superficie física construida, y su posterior fragmentación urbana, son dos procesos correlacionados que en esencia son consecuencia del extractivismo petrolero, ya que la rapidez con la que estos acontecieron, no se podría explicar sin la intensidad con la que el extractivismo funciona. Por lo que respecta a la fragmentación territorial, esta es consecuencia de los procesos de construcción residenciales y de centros de entretenimiento cuyo acceso selectivo lo concede el propio extractivismo El principal riesgo de esta fragmentación es la reducción de la esfera de lo público, de por sí limitada en tanto que Ciudad del Carmen está en una isla. Por último, la fragmentación territorial hace alusión a que Ciudad del Carmen comparte más características de una ciudad cerrada y centrípeta en lugar de un abierta y centrífuga (Kozak, 2011, pág. 27). Esta formación urbana ha sido consecuencia de una división socioeconómica derivada del extractivismo petrolero, el cual ha abierto una brecha entre aquellos que han logrado insertarse directa o indirectamente en la actividad petrolera y aquellos que no.

123

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

4. Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero en Ciudad del Carmen, Campeche La instauración del extractivismo petrolero en Ciudad del Carmen ha derivado en una serie de implicaciones que rebasan el ámbito exclusivamente económicocomercial. Los efectos de éste han trastocado la estructura social de Ciudad del Carmen. Como se dijo en el primer capítulo el extractivismo tiene tres dimensiones básicas: elevado volumen, alta intensidad y un destino hacia la exportación. La conjugación de estos tres elementos ha propiciado que Ciudad del Carmen haya sido el núcleo receptor de flujos migratorios. Este crecimiento demográfico, pero sobre todo la recomposición identitaria, ha transformado, opacado o bien eliminado un conjunto de prácticas sociales tradicionales que por muchos años fueron pilares de la convivencia en la isla. La nueva dinámica de vida ha reconfigurado el espacio socialmente construido y compartido. Esto se explica por la llegada de nuevos actores cuyos intereses también han intervenido en la configuración del espacio. A propósito y como un recordatorio de lo dicho en el primer capítulo, cuando se habla de espacio se hace referencia a esta dimensión de la totalidad social en la cual recaen los significados y representaciones que la sociedad misma construye acerca del entorno vivido durante su interacción cotidiana. El presente capítulo mantiene una relación directa con el capítulo tres porque las transformaciones territoriales allí analizadas, ahora serán tratadas como factores que asimismo han detonado un cambio en la forma en que se percibe al espacio. Uno de los casos que se abordarán tiene que ver con el crecimiento físico de la ciudad, el cual ha conllevado a la modificación de algunos patrones de vida relacionados con los tiempos de traslado de un lugar a otro. Finalmente, el espacio es un ámbito de vida, paisaje propio en la memoria tanto personal como colectiva (García, 2014, pág. 276). Por esta razón, la metodología para identificar sus cambios se enfoca en la realización de un conjunto 124

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

de entrevistas orales. El propósito es conocer qué relación guarda el extractivismo petrolero y la transformación del territorio de Ciudad del Carmen, con la producción de nuevos significados y representaciones acerca de la vida en esta ciudad. 4.1 Cambios socio-espaciales ocasionados por la interconexión territorial de una isla […] alguien me dijo alguna vez –es que ustedes ya no son isla porque están amarrados, están abrazados al continente- y es muy cierto, estamos extendidos ya al continente, pero seguimos siendo isla (Argente, entrevista personal).

Antes de la construcción de los puentes La Unidad (1983) y El Zacatal (1994) las necesidades de transporte de la Isla del Carmen hacia el país se cubrían por vía marítima con la utilización de un conjunto de transbordadores llamadas pangas. Estas embarcaciones eran metálicas y contaban con una cubierta alargada para el transporte de vehículos de cualquier tipo, así como una cabina para el resguardo de los pasajeros. Fotografía 4.1 La panga de Ciudad del Carmen

En la imagen 4.1 es posible observar el traslado en panga de un autobús y tres camiones de carga. Éstos

transportan

productos

de

primera necesidad y también materiales de

construcción,

cuya demanda por cierto se incrementó tras la llegada de los flujos

Fuente: Skyscrapercity, 2009

migratorios que fueron atraídos por el extractivismo petrolero. Precisamente fue este incremento demográfico lo que provocó la saturación del servicio de transporte marítimo. Como prueba de ello a continuación se expone 125

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

el fragmento de un reportaje del periódico Tribuna, el cual permite ver cómo para 1980 las necesidades de traslado hacia dentro y fuera de la isla se habían incrementado. Ello ocasionó que las pocas unidades existentes tuvieran que ser sobrecargadas, lo que por cierto causó el hundimiento de una de ellas ocasionando la muerte de decenas de personas. El día 22 de agosto de 1980 llegó la panga a Puerto Real en Carmen, para retornar posteriormente hacia Isla Aguada. El capitán solicitó a los despachadores que no sobrecargaran el transbordador, sin embargo, hicieron caso omiso y subieron un autobús con 39 pasajeros, seis camiones de carga, una camioneta tipo combi, un auto safari y un auto Valiant, haciendo un total de 10 vehículos y 120 personas (Medina, 2014)

Esta saturación hacía inminente poner en marcha un medio de transporte más eficaz para la isla. Esta alternativa fue secundada por los intereses propios del extractivismo petrolero, el cual como fue planteado en el primer capítulo, requiere del desarrollo de grandes obras de infraestructura para poder introducir sus insumos técnicos y de fuerza de trabajo. Las crecientes necesidades de transporte hacia el país conllevaron a que a partir de noviembre de 1994 la Isla del Carmen completara su interconexión territorial con el continente. De ese día a la fecha, los residentes, transeúntes y visitantes de Ciudad del Carmen disponen de dos puentes que les permiten cruzar la Laguna de Términos con mayor facilidad y en un menor tiempo, ya que antes además de las horas de recorrido por la laguna era necesario esperar turno en tierra, el cual podía demorar de minutos a horas dependiendo de la demanda del servicio y las condiciones del clima. El presente apartado tiene por objeto indagar en los cambios ocurridos en la percepción y representación del espacio que fueron consecuencia de la interconexión física de la isla. Esto es importante sobre todo porque durante muchos años el uso de la panga contribuyó a la construcción de un significado particular en torno a la isla. Por ende, es necesario conocer qué otros significados se han construido una vez que las pangas fueron sustituidas por puentes y cuáles han sido las principales consecuencias.

126

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

4.1.1 Representaciones y significados de la interconexión territorial Lo primero que debe señalarse es que la construcción de los dos puentes representó un alivio para las necesidades de vida y trabajo que el extractivismo petrolero comenzó a estructurar en Ciudad del Carmen. Esto se debe a que la población de esta ciudad, al estar compuesta por flujos migratorios, en un primer momento camaroneros, pero después petroleros, requería de una conectividad más veloz con las localidades de origen, algunas dentro de la entidad pero otras de lugares más distantes como Tampico, Tamaulipas. Este aumento de la demanda de transporte -especialmente desde la costa occidental de la isla- estuvo además motivado porque en la parte oriental de ésta ya estaba el puente La Unidad, lo que ocasionaba una mayor cantidad de flujos vehiculares que se veían interrumpidos en la parte del Zacatal, donde hasta 1994 aún se utilizaban las pangas. La saturación del transporte provocó, especialmente en la población migrante que necesitaba viajar hacia sus localidades de origen, que el viaje en panga representara en muchas ocasiones un desafío. Primero porque además del tiempo del trayecto, era necesario considerar otro más para esperar turno en los atracaderos. Y segundo, porque el clima, sobre todo en temporadas de huracanes, era otro factor que decidía la frecuencia con la que se podían llevar a cabo tales viajes. Los siguientes testimonios dan a conocer -desde la historia oral- cómo se vivían estas experiencias de viaje. Es importante resaltar la forma en que la entrevistada, oriunda de la isla, califica al paisaje que ella percibía desde la panga. Asimismo, es bastante reveladora la solidaridad con la que ella caracteriza a la población carmelita, la cual como se verá en los próximos apartados, recibía y ayudaba con beneplácito a los visitantes de la ciudad. [Sobre la panga] pues el paisaje precioso. Lo incómodo era que si había una cola de 100 carros tenías que estar haciendo cola, y pasaba una panga y te acercabas, y venía la otra y volvías a cruzar hasta que te tocaba tu turno. Si había calma te agarraba un chaquistero y un mosquitero infernal, que nosotros que estábamos habituados nos molestaba, imagínate la gente que venía de México o del interior de la república.

127

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

Hubo gente que, nosotros en una ocasión nos trajimos a una familia que tenía como tres o cuatro niños, estaban enloquecidos aquí en El Zacatal y los trajimos, un matrimonio, [para] que se quedaran aquí en la isla mientras que amanecía para poderse seguir su viaje, estaban intoxicados todos los niños. Les dijimos -no sigan así, mejor quédense aquí y pueden ver un médico que les de alguna pomada o algo- porque estaban intoxicados y llorando los niños y ellos desesperados, era traumático. Lo mismo te pasaba aquí en Zacatal que en Puerto Real, las dos pangas (Farías, entrevista personal, 9 de julio de 2014). El viaje en panga para mí era una novedad salir de la isla a la edad de 7 u 8 años, ir a otra ciudad para mí era una ilusión, atravesar la panga para mí a veces me ponía de nervios pues como veías puro mar, los carros abajo, la gente arriba, primero acomodaban los vehículos y luego subían a la gente, igual te daba miedo porque a veces había marejadas y la panga no lograba pegar bien. Ya una vez que te subías a la panga sentías que ibas en una cama de agua, sentías que todo se te mueve, los mareos, sientes emoción y a la vez miedo. Eran momentos muy bonitos porque la familia estaba muy unida. Ahí también era bonito porque conocías a gente, veías a los vecinos, te los topabas en la panga y a charlar, a decir cosas bonitas, a platicar sobre lo que ocurría en la isla. La panga era una emoción que vivía uno de niña (Calcáneo, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

En este mismo sentido existe otro testimonio de un joven, quien por cuestiones laborales de su padre relacionadas con el extractivismo petrolero, tuvo que migrar a los tres años de edad de Monterrey, Nuevo León. En su testimonio nos relata cómo la alta demanda del transporte y la poca oferta de embarcaciones provocaban que las familias que requerían salir de la isla, tanto por razones de esparcimiento o bien por la necesidad de comprar productos en Villahermosa, tuvieran que ajustar sus planes de viaje de acuerdo con las condiciones logísticas existentes. [Acerca de la panga] lo que siempre me acuerdo de mi infancia era cruzar de la parte de Tabasco en ferry, realmente me gustaba mucho. [hacíamos estos viajes] yo creo que cada tres meses más o menos, la verdad es que en ese entonces Ciudad del Carmen no era una ciudad con muchos servicios, entonces a veces para conseguir una que otra cosa, tal vez ropa, o ir a pasear etcétera, nos íbamos a Villahermosa, Tabasco y pues para eso tenías que cruzar en ferry (Orta, entrevista personal, 27 de enero de 2014).

Con el testimonio anterior se aprecia cómo Ciudad del Carmen, desde el punto de vista de la población migrante atraída por el extractivismo petrolero, encajaba dentro de los parámetros de una ciudad con pocos servicios en comparación con otras ciudades del norte del país como Monterrey. Esto ocasionaba que algunas familias recurrentemente programaran viajes a otras ciudades para abastecerse, por ejemplo, de cierto tipo de ropa que no encontraban en la isla. El siguiente testimonio continúa describiendo las condiciones bajo las que operaban las pangas, además el entrevistado añade cómo es que su familia resolvía la sobresaturación de este servicio de transporte. 128

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

[Sin embargo] era una espera, digo para empezar, cuando querías cruzar y era temporada alta o había un frente o algo así tenías que esperar, hacer una fila gigantesca para subirte a la panga. Había dos pangas, una “grande” y una “chica”, y las dos eran lentas, y si había mal tiempo ya… no podías pasar, y si era urgente yo me acuerdo que mis papás nos dividían, y mi papá hacía fila tiempo antes, llegaba y se formaba muy temprano en la mañana, y nosotros ya cruzábamos en lancha y ya él nos esperaba allá, eso más o menos es lo que me acuerdo. Pero pues para que te des cuenta, [la construcción de los puentes] pues sí fue un gran alivio, de veras (Orta, entrevista personal, 27 de enero de 2014).

Con lo mencionado hasta aquí es evidente que la construcción de los puentes representó para los habitantes y visitantes de la Isla del Carmen un alivio. El desafío que representaba el cruce en panga poco a poco fue difuminándose, y en su lugar se implantaron nuevas representaciones con diferentes significados. Uno de los significados que más impacto ha causado la interconexión territorial en el espacio social carmelita, es el aumento de la velocidad con la que las prácticas sociales comenzaron a ser ejecutadas. Lo anterior puede verse, por ejemplo, en los ritmos y jornadas de trabajo que han sido derivados del extractivismo petrolero, lo cual contrasta mucho con el modo de vida que anteriormente se tenía: A las 2 de la tarde, no te miento pero la ciudad se moría. En Carmen daba cosa vivir porque si llegaba un extraño decía: ¡Oye!, ¿qué le pasa a la ciudad?, ¿por qué?, ¿no existe la gente? Y la gente con la puerta abierta, estaba durmiendo, con su hamaca y su ventilador, hasta sin ventilador en la pura hamaca. Porque a esa hora moría la gente durmiendo. En Carmen se paraba a las 4 o 5 de la mañana y a las 2 de la tarde, todos durmiendo. En plena hora de trabajo la gente se acostaba a dormir y hasta las 4 de la tarde abrían de nuevo el comercio (Álvarez, entrevista personal, 15 de junio de 2014).

El 92% de la población económicamente ocupada en el municipio de Carmen labora en actividades vinculadas con este extractivismo, ya sea en el ámbito operativo o bien en los servicios que él requiere como: servicios de apoyo a empresas, de alojamiento temporal, comercio al por mayor y al por menor, entre otros (IMPLAN, 2011). Esta imbricación ha hecho que la velocidad con la que se trabaja en las plataformas petroleras también se asemeje con la realidad que se vive en tierra. No hay que olvidar que el petróleo es un recurso natural que se encuentra globalmente integrado a una serie de cadenas logísticas de distribución, venta y transformación. Por ello, el tiempo es un factor decisivo que incide directamente en la rentabilidad del negocio de un conjunto de empresas tanto nacionales como 129

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

trasnacionales que a nivel mundial obtienen grandes ganancias de él (Bonilla & Suárez, 2008, págs. 67-71). Con esto en mente es posible ver cómo la velocidad con la que transitan los flujos financieros, comerciales y de información en la escala global, también se vio reflejada en la aceleración de los circuitos locales que se implantaron en Ciudad del Carmen. En otras palabras, la construcción de los puentes en un primer momento representó un alivio, sin embargo, en un segundo plano significó el aumento de la velocidad no sólo de transito de una costa a la otra, sino también con la que se construye a diario el espacio social. Por último, no puede desapegarse de todo este proceso la influencia determinante que ha tenido el extractivismo petrolero, en donde la rotación por ejemplo de trabajadores es una constante. Lo anterior puede ser visto de manera muy clara en la terminal de autobuses de Ciudad del Carmen o bien en las inmediaciones del helipuerto en donde el movimiento de personal empleado en el extractivismo petrolero es continuo. 4.1.2 Consecuencias de la interconexión territorial Una vez que se han discutido las representaciones y significados de la interconexión territorial, es momento ahora de hablar de las consecuencias de ésta. La primera de ellas consiste como se dijo en el tercer capítulo, en la expansión física de la ciudad. Esto es claro ya que si no fuera por la existencia de los puentes habría sido muy complicado y costoso hacer llegar los materiales de construcción suficientes para expandirla en el ritmo en que se hizo. Ante esto, conviene preguntar ¿qué implicaciones ha tenido esto para el espacio social? La primera de ellas es un incremento del personal ocupado en el sector de la construcción. Sin embargo, ello implica que el trabajador se emplee de manera temporal, pues no se trata de una actividad que se pueda prolongar en el tiempo de manera indefinida, mucho menos tratándose de una isla como es el caso de estudio. Esto hace que el espacio adquiera valores de incertidumbre e inestabilidad, pues el

130

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

número de puestos laborales referidos a esta actividad así como puede incrementarse, también puede decrecer repentinamente. Este fenómeno fue precisamente lo que ocurrió en Ciudad del Carmen. En el periodo 1999-2004 (posterior a la terminación de la interconexión terrestre) el municipio de Carmen experimentó un incremento significativo de la población que se ocupó en el sector de la construcción, esto se puede observar en la tabla y en la gráfica 4.1. En la tabla además se aprecia cómo la tasa de crecimiento intercensal de este indicador se incrementó en sólo cinco años un 4.87%, cifra inclusive superior a la que registra el estado de Campeche en su conjunto, aunque se redujo a 0.52% para el siguiente periodo 2004-2009, lo cual confirma la hipótesis de temporalidad que caracteriza al sector de la construcción. Tabla 4.1 Tasa de crecimiento intercensal del personal ocupado en el sector de la construcción 19992004

20042009

Carmen

4.87

0.52

San Francisco de Campeche

4.04

9.30

Estado de Campeche

4.43

5.41

14,000 12,000 10,000

De estos datos es posible concluir cómo

efectivamente

la

8,000

Personal

Municipio

Gráfica 4.1 Personal ocupado en el sector de la construcción por municipios y años

6,000

interconexión

4,000

territorial de la isla, el aumento de la

2,000

velocidad derivada de ésta, junto con la migración

ejercieron

una

decisiva en el ritmo de la expansión física de

la

ciudad.

El

0

influencia

incremento

más

Otros municipios

1999 32

2004 20

2009 245

Campeche

3,377

4,116

6,420

Carmen

3,674

4,661

4,784

Fuente: Elaboración propia con información de los Censos Económicos del INEGI

significativo se identificó precisamente en el periodo entre 1999 y 2004.

Una segunda consecuencia ocasionada por la interconexión territorial es que Ciudad del Carmen comenzó a ser vista como mercado potencial para un conjunto 131

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

de empresas dispuestas a invertir en ella. La construcción de los puentes, junto con la demanda comercial y de servicios derivada del extractivismo petrolero, fueron un atractivo para incrementar las inversiones hacia la isla. Así, comenzaron a establecerse un conjunto de plazas, centros comerciales y franquicias estadounidenses. De esta forma, Ciudad del Carmen dejó de ser visto como un pueblo bicicletero o camaronero, para convertirse en un espacio de reproducción intensiva del capital. El último y más importante establecimiento fue la plaza Zentralia, inaugurada por el gobernador de Campeche y el presidente municipal de Carmen en mayo del 2014. Ella, cuyo símbolo comercial más fuerte es la tienda Liverpool y la cadena Cinépolis, fue señalada en el discurso de inauguración como una apuesta al crecimiento y a un futuro más próspero para la isla. Con estas palabras queda claro cómo existe una intención gubernamental por depositar en este tipo de inversiones un emblema de crecimiento, progreso y modernidad para la ciudad, a pesar que el efecto en el desarrollo social se encuentre muy restringido pues el tipo de empleos generados son de baja remuneración económica. Como quedó estipulado en el primer capítulo, la inversión que es atraída por el extractivismo petrolero queda atrapada en lo que Santos (1974) denomina el circuito superior del sistema urbano, quedando por lo tanto excluido y subordinado el circuito inferior, esto es, aquellas tiendas y servicios minoristas que no cumplen con las características tecnológicas para ser consideradas modernas dentro de los cánones occidentales. Por otra parte, una tercera consecuencia que tuvo la construcción de dichos puentes ha sido la pérdida de un atractivo natural, paisajístico y hasta de diversión, pues los trayectos en panga representaban para la población carmelita la posibilidad de admirar la belleza de la Laguna de Términos, el recorrido de los delfines y las aves que se postraban en las ramas del manglar. El hecho de abordar la panga o transbordador para llegar a tierra firme nos hacía un poco marineros, nos obligaba a disfrutar del paisaje, la brisa marina en el rostro. La incomparable vista de los delfines que acompañaban en su ritmo y compás a la embarcación. Al paso de la panga no sólo se disfrutaba de los delfines sino de otras especies. A cualquier hora que

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se cruzara el mar en la panga, se interactuaba con la naturaleza. El fresco del rocío de la mañana o mirar sus bellos atardeceres reflejados en las aguas claras de la laguna o bien las noches de luna llena. Pero la interacción del isleño con el mar y la laguna era constante (Pech, 2014, pág. 39).

Experiencias de vida como las anteriores se reproducen en la memoria colectiva del pueblo carmelita y nos permiten conocer cómo la construcción de estos dos puentes ha representado más que una simple interconexión territorial, pues a través de ella se han trastocado valores que por muchos años dieron significado a la identidad carmelita. A partir de lo expuesto en este primer aparatado es posible sostener que si bien la interconexión físico-territorial de la isla representó un alivio, también ésta produjo la pérdida de una significación isleña. Por otro lado, la interconexión territorial conllevó a que ciertos atributos del espacio que guiaron por muchas décadas los patrones de vida de la sociedad carmelita se modificaran, ya que la forma de percibir al espacio también se trastocó. Con la construcción de los puentes el sentido de intermitencia viró hacia la fluidez, la lentitud se transformó en la prontitud, e inclusive tal vez la admiración del paisaje que ofrecía un viaje en panga, ahora ha virado hacia la monotonía, pues la velocidad con la que se transitan los puentes desde un vehículo automotor impide observar el entorno natural. De esta manera, la interconexión físico-territorial de la Isla del Carmen si bien agilizó los trayectos de entrada y salida conllevó a que se terminaran, o dicho de otra forma, se sacrificaran aquellas prácticas y valores que hacían del viaje en panga una experiencia que conformaba el espacio de un ser isleño. Dado que el espacio en su carácter dialéctico es una estructura subordinada y subordinante de las prácticas sociales, los significados que en el espacio se construyeron por medio de los viajes en panga fueron demolidos a la par que otros fueron creados y hoy son transmitidos y reproducidos en cada cruce de los puentes.

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4.2 Los efectos de la expansión de la traza urbana en la percepción del espacio social La intensiva explotación de petróleo en la Sonda de Campeche, que para su sostenimiento ha requerido del desplazamiento de grandes cantidades de recursos técnicos y de fuerza de trabajo, ha ocasionado desde un punto de vista territorial la expansión de la ciudad. Esta consecuencia, pocas veces responsabilizada al extractivismo petrolero, pero que indudablemente responde a los efectos de éste, es el claro ejemplo de cómo la articulación de la escala global y local ha generado en la estructura urbana de Ciudad del Carmen una expansión sin precedentes en la historia de dicha región. Esta expansión de la superficie física construida -como se vio en el capítulo anterior- estuvo motivada por el crecimiento demográfico de la ciudad, así como por la necesidad de las empresas ligadas al extractivismo petrolero de localizar sus oficinas, almacenes y patios de maniobras en el territorio de la isla. En términos físico territoriales el área urbana llega actualmente al kilómetro 18; mientras que en 1998, con 18 años de haber iniciado la actividad petrolera, ésta llegaba al kilómetro número 9 sobre la carretera federal Ciudad del Carmen-Campeche. Este crecimiento físico de la traza urbana repercutió en la modificación de algunos de los patrones de vida a los que la población oriunda de la isla se había ajustado en su devenir cotidiano, y que para la cantidad de gente residente hasta antes del extractivismo petrolero era bastante funcional. Un ejemplo de lo anterior se encuentra en el transporte público. Antes, bastaba con pocas unidades (llamadas guaguas) para recorrer los 4 barrios principales: Tila, Guanal, Centro y Cuauhtémoc. Hoy en día, tras la expansión de la ciudad, el transporte se ha estructurado alrededor de 28 rutas diferentes en las que transitan por lo menos 153 camiones y 152 combis (IMPLAN, 2009, pág. 118). Esto ha generado que el habitante de Ciudad del Carmen perciba ahora al espacio -en tanto ámbito de reproducción de la vida cotidiana - de una manera diferencial (Lezama, 1993), porque a pesar de la cantidad de rutas que existen 134

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algunos sectores de la ciudad no se encuentran lo suficientemente comunicados entre sí. Otro caso que ejemplifica esta situación y que sale a la luz durante las entrevistas a profundidad identificándolo plenamente como un problema ocasionado por el extractivismo petrolero, es el incremento del parque vehicular y el desorden vial que éste ha ocasionado. Las razones de este desorden son múltiples y van desde que no existe una sincronización en los semáforos, hasta que los estacionamientos públicos no son suficientes (IMPLAN, 2009, pág. 124), ya que éstos no fueron previstos al momento de construir un conjunto de edificios administrativos sobre todo en las zonas centrales de la ciudad. Este es el caso del edificio de operaciones de la Región Marina Noreste de Pemex Cantarell, el cual al tener 7 pisos de altura recibe un flujo significativo de personal local y foráneo, quienes ante la insuficiencia de espacios donde estacionar sus vehículos lo hacen tanto en los patios de las casas que rodean al edificio como sobre algunas banquetas. En consecuencia, la construcción de este tipo de edificios, cuyos niveles contrastan con lo que la ciudad estaba habituada, condujo a una modificación del paisaje urbano, puesto que como lo narra el siguiente relato se han acondicionados vialidades con tal de facilitar el tránsito de los automóviles, lo cual ha impactado negativamente porque se han taponeado algunas de las salidas naturales del agua. Yo aquí estaba, yo vivía de aquel lado cuando la calle la empezaron a construir, no había tanto carro no había nada, poquitos. Empezaron a quitar el puente primero y todo a emparejarlo. Hoy con tanto carro ya no es lo mismo. Antes había un desagüe precioso, hasta lagarto había, ya ese arroyo ahora está tapado por ellos, ya no hay desagüe, ya todas las casas tantita lluvia y ya están inundadas, ya está encerrado (Pérez, entrevista personal, 23 de junio de 2014). Y ¿por qué nos inundamos? Porque estamos cortando la salida natural del agua cuando llueve, cuando llueve tiene una salida natural de la isla. La isla se llama Isla de Tris porque estaba formada de 3 islas, por eso se llama Isla de Tris, está dividida en tres partes, no sé si te has dado cuenta que hay puentes que tiene aquí, que cruzas la Caleta, el arroyo de la Caleta y está dividido por ahí, por eso es que está dividida en tres islas, la otra está por Bahamita, entonces la isla estaba dividida antes en tres partes de a isla, se llamaba Isla de Tris (Anónimo, entrevista personal, 28 de junio de 2014).

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De regreso al tema del incremento del parque vehicular, es importante señalar que éste también responde a un efecto del extractivismo petrolero. Siguiendo lo dicho en el primer capítulo, el proceso extractivista tiene la capacidad de introducir rápidamente a nuevos actores en la configuración del espacio. En este caso, la industria automotriz constituye uno de ellos. El incremento del parque vehicular, sumado al déficit de equipamiento e infraestructura, ha generado una serie de conflictos viales en la ciudad, pero además de esto también ha ocasionado en la percepción del espacio un sentimiento de caos y desorden. Esto ha ocurrido especialmente con las calles del centro de la ciudad, pues la traza urbana de estas vialidades nunca fue diseñada para la circulación de automóviles, ya que anteriormente eran las carretas tiradas por mulas las que circulaban sobre ellas. Gráfica 4.2 Evolución del incremento del parque vehicular en el municipio de Carmen 60000

Unidades

50000 40000 30000 20000 10000 0 Automóviles Camiones y camionetas para carga

1983 6338

1988 7481

1993 20924

1998 9162

2003 24703

2008 42402

2013 48973

4524

5815

13370

3939

8926

14402

15490

Fuente: Elaboración propia con información de SIMBAD

Otro ámbito de la vida cotidiana que fue trastocado por la expansión urbana tiene que ver con el desplazamiento de otros medios de transporte. Esto ocurrió con la bicicleta, la cual hasta antes del incremento vertiginoso de automóviles era el vehículo idóneo para circular por la ciudad. Para finales de esta década (1930), se popularizó el uso de la bicicleta, numerosos empleados compraban por abonos su bicicleta, dos marcas fueron las más populares,

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primero la Hércules como patente alemana, después la Panther también alemana, la Hudson de llantas gruesas era inglesa. Surgieron otras agencias de alquiler de bicicletas, aparecieron las de Segundo Becerra en la esquina de la Llorona en el cruce de las calles 30 y 21, la de Don Panchito Gómez en la calle 28 por 17, ambas en el Guanal. Era aquella una época en que vivíamos como una gran familia, podías por olvido dejar la bicicleta parada en un sitio cualquiera y con seguridad ahí la encontrabas unas horas o días después. (Bolívar, 1999, pág. 41)

Si bien Bolívar refiere que durante la época camaronera este medio de transporte perdió popularidad, su estocada final la recibió tras la instauración del extractivismo petrolero, especialmente porque la competencia contra el automóvil fue más intensa como lo refieren los datos aportados en la gráfica 4.2. A partir de entonces es cuando comienza a disputarse férreamente el espacio vial entre los vehículos motorizados y la bicicleta, la cual al no proveérsele de infraestructura y equipamiento adecuado se vio relegada del espacio público. El siguiente testimonio evoca un conjunto de recuerdos que describen cómo se vivía sin la cantidad de vehículos que a la fecha circulan en Ciudad del Carmen, pues además del tránsito local debe añadirse el foráneo, ya que ésta es una ciudad de paso para el tráfico regional. En el testimonio es posible encontrar además calificativos que caracterizan al espacio urbano de la isla como tranquilo y armónico. [La ciudad] era muy tranquila, muy muy tranquila, yo recuerdo por ejemplo que me encantaba salir a andar a la bicicleta y me recorría lo que era la isla en aquellos años, en los setenta, ochenta, lo que existía pues de la isla. Las calles eran de arena, la calle de mi casa era de arena, y se puede decir que sólo había pavimentada una calle, sólo estaba pavimentada una calle, bueno de ese sector en donde yo viví. Era una parte, era un sector muy bonito, no había tráfico por supuesto que hay hoy. [Pero] empezó a intensificarse el tráfico, el tránsito de vehículos y algunas cuestiones, entonces ahí cambió, sí, sí cambió. A mí me gustaba mucho te digo salir en bicicleta, pero pues ya una vez tuve un accidente en la bicicleta aquí en Carmen, y entre que la mandas a arreglar y que qué se yo, se me fueron quitando las ganas y ya no salgo en bicicleta, ahora ando en moto, que dirás no es mucha diferencia porque puede ser más peligroso (Argente, entrevista personal, 24 de junio de 2014).

Una peculiaridad que se notó durante el trabajo de campo y el registro de las entrevistas es la saturación de la información. En efecto, lo que comparte el relato anterior asimismo es posible encontrarlo en otros testimonios. Los siguientes tres fragmentos también coinciden en ver a las bicicletas, hasta antes del extractivismo petrolero, como una opción para transportarse por la ciudad.

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Era yo ciclista, fui ciclista con mi otro hermano, uno que no vino, uno güerito, uno chaparrito, Chanito. Recorríamos aquí del parque este donde está el aeropuerto hasta la carretera. Antes no había topes, no había nada, no te afectaba en nada la pasada. Ahorita te subes y te encaramas de un tope a otro tope, ya, ya no, ese era mi deporte (Pérez, entrevista personal, 12 de junio de 2014). La calle pues en un principio era arenosa, pero luego conforme fue pasando los años, y por las gestiones de la misma ciudadanía cuando el presidente municipal caminaba o algunos diputados caminaban, pues se le pidió la pavimentación de la calle y se hizo la pavimentación de toda la avenida, o sea, de toda la avenida y de la calle, pero en un principio era arenosa. ¿Cómo era? Pues era muy rural, había muchas bicicletas, mucho transporte, la gente optaba más por caminar, y más como era una ciudad pequeña pues todo estaba cerca (Calderón, entrevista personal, 17 de junio de 2014). [Mi papá] compró un terreno demasiado grande porque era muy barato, entonces fue casi una hectárea del terreno y allá nos fuimos a vivir y desde ahí me trasladaba para la escuela a través de bicicleta porque no existían camiones, entonces nada más el camión existía dentro del centro. Entonces nos compró una bicicleta para poder asistir a la secundaria que era la Federal número 5 (Álvarez, entrevista personal, 15 de junio de 2014).

En 2013 se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Ciudadana sobre Vialidades. Esta consulta preguntó a los habitantes qué tipo de medidas serían las correctas para aminorar los conflictos en la red vial. El resultado es interesante, pues las propuestas que tuvieron una mayor frecuencia tienen que ver con la movilidad motorizada. Menos de 5 menciones fueron hechas al desarrollo de otro tipo de movilidad, como la bicicleta. Inclusive la propuesta que mayor atención recibió fue la de aplicar el reglamento de vialidad así como sanciones más severas a los automovilistas (IMPLAN, 2013). La representación que se adscribía anteriormente al tránsito por el espacio público es muy distinta a la que hoy en día se ha construido. Mientras que antes los habitantes de esta ciudad le atribuían a la calle valores tendientes a la calma, el goce, el esparcimiento, la distracción, el juego, la sociabilidad e inclusive la confianza; hoy en día éstos han desaparecido para darle cabida a una percepción de inseguridad, caos, descontrol y miedo. Me gustaba caminar mucho, en cualquier parte de la ciudad o incluso de noche. A mí me fascina caminar de noche y me sigue gustando, pero ya no lo hago porque ya sientes cierto temor. Entonces es una rutina que yo he tenido que dejar, caminar de noche por el centro de la ciudad, por las tardes, por cualquier calle, por cualquier calle, caminar, disfrutar, ver la gente, las casas, ver, disfrutar, sentir la ciudad bajo tus pies, simplemente moverte (Argente, entrevista personal, 24 de junio de 2014).

El siguiente testimonio también habla de este cambio que impactó la vida de las personas. Este fragmento es importante debido a que advierte la complejidad 138

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que hoy en día representa conducir por la ciudad para una persona que vivió una dinámica completamente diferente. Si bien el relato podría parecer normal para cualquier habitante de una ciudad media, es importante recalcar que los efectos de los cuales éste habla se dieron en un periodo muy corto, particularmente de 1998 a la fecha. Bueno, en lo personal pues yo con los 70 años que tengo, yo no he querido dejar de manejar […] [pero] se te vienen encima y te rebasan y se te atraviesan, y ves venir una bola de carros y atrás te están pitando, es una sicosis en las calles terrible […]. A mí también ya me chocaron, pero eso es algo que antes hacíamos con una facilidad tremenda, con una tranquilidad (Farías, entrevista personal, 9 de julio de 2014).

Por otra parte, la expansión de la traza urbana, además de sus efectos en el aumento del parque vehicular, el tráfico y la inseguridad vial, también ha conducido a que la relación entre sociedad y medio ambiente se haya deteriorado en virtud del crecimiento anárquico de la urbanización de veinte años a la fecha. Como se dijo en el primer capítulo esto es una consecuencia que el extractivismo ocasiona no sólo en su zona directa de explotación, sino también en los territorios en los que éste derrama su influencia, como es el caso de la ciudad de estudio. Lo anterior se puede ver en los asentamientos irregulares que se han instalado sin ningún tipo de mitigación del daño ambiental en los terrenos bajos cercanos a la Laguna de Términos. Esto se ha agravado debido a que este tipo de urbanización, al ser ilegal, está carente de servicios públicos, lo que ha derivado en que las aguas residuales y las heces fecales terminen por desembocar en la laguna y en el Golfo de México. Los asentamientos irregulares son una clara muestra de cómo los efectos del extractivismo y la falta de control sobre éste, ocasiona que existan territorios altamente provistos de infraestructura, pero también otros en dónde la ausencia del Estado es visible. En este sentido, el daño medioambiental que ha sido producido por estas prácticas es de extrema gravedad, ya que ocasionan cambios irreversibles que repercuten tanto en el correcto funcionamiento del ecosistema como en la salud pública de sus habitantes.

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El testimonio de un habitante de la colonia Tierra y Libertad (originada por invasión) da cuenta de cómo la alteración del entorno natural ha ocasionado una serie de cambios que los mismos habitantes perciben y les afecta en su vida cotidiana. Cuando llegamos aquí había muchos pajaritos en los mangles, pero ahora ya son pocos, llegaban patillos, becacinas y garzones, pero si viera como la gente los agarraban para comer. Pero ya todos se acabaron, Igual (sic) en el canal, ahí, mi viejo y yo pescábamos, ¡habían pescados así de grandotes!, pero ya se acabaron doñita. Como la gente empezó a tirar basura, hacían sus necesidades y la tiraban allá, pero se fue ensuciando, y ya no sirve el agua, viera usted como apesta el agua de noche [señalando hacia afuera de su vivienda, dice:] Aquí había una mata de coco, pero la tiramos porque íbamos hacer nuestra casita, allá había otra, pero también la cortamos porque quedó donde pasaba la calle. Pero primero le bajamos todos los cocos para comer (Calderón & Martínez, 2012, pág. 50)

De esta forma es posible afirmar que antes de la expansión urbana la ciudad producía niveles de contaminación y daño ambiental menores a los que hoy se observan, y que hasta cierto punto eran controlados por los propios límites naturales de la ciudad. En este sentido, era la misma población carmelita, gracias a su sentido de pertenencia territorial, quien desarrollaba un conjunto de mecanismos de protección y cuidado al medio ambiente. Sin embargo, tras el crecimiento de la urbanización, y dado que la isla cuenta con un territorio finito, estos mecanismos han sido superados llevando a la invasión de zonas de amortiguamiento y conservación ambiental. Antes no había basura porque se utilizaba papel de estraza, no plástico. Se acostumbraba en la caída de la tarde barrer nuestras banquetas, incluso echar un poquito de agua para que no se levantara el polvo de la arena con el viento, no con los carros porque carros había muy pocos, pero no creas que te estoy hablando de hace mucho, todavía en los ochentas Carmen era verdaderamente fantástico (Rodríguez, entrevista personal, 20 de junio de 2014).

Testimonios como el anterior se replican en aquellas generaciones carmelitas que disfrutaron de un ecosistema lagunar armónico, pero que comenzaron a percibir con preocupación el daño hacia éste a partir del proceso de extensión de la traza urbana. Líneas arriba se dijo que un ejemplo de esta destrucción lo eran los asentamientos irregulares, pero este proceso no es exclusivo de ellos, pues también la construcción de los fraccionamientos residenciales para las clases altas ha impactado fuertemente el sistema de manglar que hay en la isla.

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Hemos visto también como tiran grandes extensiones de manglar para hacer fraccionamientos, desarrollistas incluso carmelitas. O sea no es gente que viene de fuera a destruir, porque eso sería muy padre poder decir que la gente local estamos aliados para poder defender, no es cierto. La gente local es tan voraz o peor como muchos que vienen de fuera, y son los nuevos, los neo-empresaritos, estos hombrecitos que creen que tener dinero es ser rico, ¡pobres, son tan infelices!, tienen unas vidas tan vacías. Imagínate que tienen que estar destruyendo la naturaleza para sentir que son exitosos y de esos hay muchos, han llegado y van a llegar más (Rodríguez, entrevista personal, 20 de junio de 2014).

Por lo dicho hasta aquí, puede señalarse que la expansión de la traza urbana de Ciudad del Carmen hacia el oriente ocasionó un proceso de urbanización lineal, tanto legal (fraccionamientos) como ilegal (asentamientos), cuya columna vertebral corresponde a la carretera federal Ciudad del Carmen-Campeche. Este proceso, en su afán de expansión, ha llevado a la destrucción de un espacio ecológico al que la población podía acudir con fines de esparcimiento y recreación. La destrucción del manglar además del impacto urbano tiene una consecuencia mayor ya que se trata de un ecosistema de vida del cual depende la sobrevivencia de otras especies como lo explica la siguiente entrevista: El ecosistema de manglar es la base de la cadena trópica. Todas las pesquerías, todas dependen del manglar en alguna etapa de su vida. El mangle es uno de los ecosistemas más productivos a nivel mundial. Produce una cantidad de hojarasca muy grande que al llegar al agua comienza a descomponerse y crea desechos que se conocen como detritus, que son la base de la alimentación de todas las fases larvarias tanto de peces, camarones, moluscos, en general. Entonces la riqueza que hay en la Laguna de Términos y Sonda de Campeche está vinculada con este aporte de estos nutrientes que se dan a través de la hojarasca del manglar. Además los manglares, por sus características físicas, sobre todo los mangles de ribera, que tienen unas raíces en forma de zancos le brindan protección a toda la larva. Cuando un organismo es muy pequeño tiende a esconderse en estas raíces, entonces encuentra alimento, protección y además pues le permite desarrollarse en esa forma de vida, esto aumenta sus probabilidades de sobrevivencia (Amador, entrevista personal, 26 de junio de 2014).

Hoy en día, tras casi 35 años del inicio del extractivismo petrolero en la Sonda de Campeche la percepción que existe en torno a estos lugares contrasta radicalmente, pues incluso genera sentimientos de frustración en torno a lo que se tuvo y ahora se ve perdido. Hablar de playa Manigua, es recordar su glorioso pasado como área de recreo. Quienes nos bañamos en su mar, y caminamos en la arena bordeadas de palmas de coco; hoy nos pesa mirarla con ese amargo sabor de lo que sabemos perdido.

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En aquellos años, era común ver entre las raíces del mangle, especies como róbalos y pargos, que llegaban a desovar a esa área. Había unos manglares hermosos, cocos y pinos en la orilla (Argente, 2014, págs. 30-31). Ahorita Playa Norte ya no sirve ni para irte a bañar, es muy peligroso por toda la contaminación que viene de las plataformas, ya no sirve para irte a refrescar como antes lo hacíamos. Además está muy peligroso porque antiguamente había dos barras, la barra Xicalango y otra, una barra es lo que protege a la isla cuando hay marejadas, es una protección natural que está. Pero lo que hicieron fue dragarla para que pasen los barcos grandes que entran al puerto, lo que llevó a que la playa quedara muy fangosa, te metes y hay huevos, allí se han ahogado muchas personas que no conocen el mar (Lanz, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

En lo que concierne a las investigaciones sobre la contaminación de esta importante región ecológica, el estudio de Carvalho, Villeneuve, Cattini, Rendón y Mota de Oliveira (2009) concluye que existe presencia de compuestos policlorobifenilos tanto en las aguas como en los sedimentos de la Laguna de Términos. Sin embargo, de acuerdo con los autores esto no llega a representar todavía un riesgo elevado de eco toxicidad. At the present time, it seems that the load of residues in water and sediments of Laguna de Terminos are well under concentration values at which serious acute toxic effects and even chronic effects would be observed in the aquatic fauna and, thus, on a one-by-one basis seem sufficiently low to not put ecosystem integrity and functioning at risk (Carvalho, Villeneuve, Cattini, Rendon, & Mota de Oliveira, 2009, p. 413). Based on the distribution of compounds in the Laguna system we concluded that PCBs and DDTs originate in cities and villages around the lagoon. DDTs seem related to applications for malaria vectors control. PCB residues are most likely related to waste discharges from repair workshops and other industrial activities in towns. Ciudad del Carmen, in particular, seems the main source of these compounds to the lagoon environment (p. 414)

No obstante, efectivamente demuestra que el extractivismo petrolero ya ha dejado una huella en la ecología de la región, no solamente en términos del petróleo extraído, sino en las aguas residuales que son descargadas a la laguna por los talleres de las empresas dedicadas al extractivismo, así como también en las emisiones de gases producidas en las plataformas petroleras, cuya estimación asciende a 264,531 toneladas de hidrocarburos y 141,795 toneladas de óxidos de nitrógeno, (Schifter, Gonzalez, & Miranda, 2005, p. 142).

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4.3 La incidencia de la migración petrolera en la recomposición del espacio social A diferencia del espacio cohesionado e integrado que caracterizó históricamente a Ciudad del Carmen, en el que el trato entre vecinos era no sólo cordial sino inclusive familiar, ahora lo que priva tras la llegada de la actividad petrolera es una interacción social distante cuyo resultado se expresa socialmente en el desconocimiento de la otredad. Esto por supuesto es consecuencia del incremento demográfico, pero también de una falta de integración social cuya explicación obedece a raíces multicausales. Con el propósito de tener pistas que expliquen esta falta de integración social es fundamental dividir a la población migrante en dos grupos. El primer grupo incluye a todo el personal contratado tanto por Pemex como por las empresas privadas, el cual llegó a Ciudad del Carmen con una plaza asegurada que inclusive le brindó la posibilidad de traer a sus familias y establecerse con las mejores condiciones de vivienda y recreación. El segundo grupo está compuesto por toda la población que arribó con la ilusión de trabajar en la actividad petrolera, pero que al no contar con experiencia en ella su proceso de inserción laboral se complicó. La fuente migratoria de este segundo grupo proviene en una mayor medida de localidades rurales tanto de Campeche como de los estados limítrofes de Tabasco y Chiapas. Esta estructura laboral excluyente -característica de la actividad petroleraque a la par que acepta a unos excluye al resto, probablemente sea una razón de peso para que el espacio social se haya fragmentado de tal forma que actualmente el habitante de Ciudad del Carmen ya no se identifique con el otro, y por lo tanto ya no se interesa en conocerlo, o al menos no de la misma forma como lo hacía antes. Un espacio social fragmentado en el que la confianza es un valor perdido constituye un caldo de cultivo para que las tradiciones que fueron reproducidas generación tras generación también vayan desapareciendo. Frutos y Solano (2012) identifican este proceso de quebrantamiento colectivo de la integración social, y

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sostienen que ha sido el propio Estado con sus políticas de explotación extensiva quien ha conducido a este resultado. Con respecto a las tradiciones, que en sí corresponden a una expresión colectiva de las prácticas sociales aceptadas y reproducidas en el espacio, es importante señalar que su reconversión o desaparición tras la llegada de los flujos migratorios petroleros, tiene que ver con la asignación de nuevos códigos que cada individuo le ha decidido asignar al espacio. Por ejemplo mientras que anteriormente la calle, gracias a la confianza que se depositaba en ella, era el escenario de la interacción infantil, en el que desde muy temprana edad comenzaba a estructurarse el tejido social, hoy en día a ésta se le atribuyen valores que han llevado a que la interacción infantil se haya alejado de allí. Mi infancia en ese lugar (La Puntilla, Ciudad del Carmen) era que los niños siempre estábamos más en la calle y más en la playa. No existía computadora, no existía nada de eso, entonces agarrábamos bicicleta y lo que hacíamos era llegar hasta la playita […] Siempre nos estábamos bañando nosotros en la playa, de tal manera que nos pegaba tanto el sol, que todos los niños teníamos el pelo rubio, del sol y el agua salada. Todos los niños del Carmen se miraban con el pelo rubio, la piel negra, de tanta agua de mar y sol (Álvarez, entrevista personal, 15 de junio de 2014).

Lo anterior realmente constituye un cambio puesto que las generaciones que nacieron antes del extractivismo petrolero recuerdan cómo la calle constituía el escenario en donde se desarrollaban las diversiones, los juegos y los deportes, los cuales iban desde el béisbol, el fútbol, las canicas, el trompo, el esconde-esconde, el agarra-agarra, hasta un tipo de entretenimiento más particular como volar papagayos en Playa Norte. El resultado de todo esto era que los niños carmelitas eran educados teniendo como base un vínculo comunitario que la mayoría de las veces rebasaba a la unidad familiar. Del mismo modo, la interacción entre los habitantes adultos de un barrio era tan cercana que incluso generaba costumbres, que hoy tras la llegada de los nuevos habitantes, se han desvanecido al interior del entramado urbano. Tal es el caso de la celebración de tertulias, donde era la vía pública el espacio de interacción, acompañamiento y consolidación de un conjunto de relaciones sociales. 144

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Una antigua costumbre de las familias carmelitas, era sentarse en las puertas de las casas durante las primeras horas de la noche, entre las siete y las diez, en la época de calor, el número de gentes en las puertas aumentaba, también en este tiempo prolongaban hasta una hora la reunión. Los miembros de la familia que permanecían sentados, eran por lo regular el padre, la madre y las hijas e hijos mayores, los pequeños podrían jugar bajo la mirada de sus familiares usando parte de la calle. Estas horas eran aprovechadas por algunas familias para visitar a las amistades, generalmente distantes. Entonces se convertía en tertulia, donde las familias se intercambiaban noticias, sobre todo si tenían tiempo de no verse. (Bolívar, Antes que el olvido llegue, 1999, pág. 72)

A la par de las tertulias, la sociedad carmelita tiene arraigada en su memoria histórica un conjunto de prácticas que exponen la solidaridad y la confianza que ella misma reproducía, y que llegaban a su cristalización por medio de tradiciones tales como compartir el bocado de una familia a otra. Los siguientes relatos orales, obtenidos durante el trabajo de campo, precisamente dan cuenta de ello y vale la pena hacer notar que era la misma unidad familiar la que se encargaba de fortalecer dichas prácticas. La relación con los vecinos era: Como familia. Mi mamá me mandaba…Ve con doña fulanita, y que te dé las tortillas que le encargué, e íbamos sin peligros, sin ningún riesgo, pues no había tanto vehículo que te fuera atropellar. Ya no es como antes que compadrito, comadrita que se convidaban los bocados y se comunicaban siempre, ahorita ya no hay esto, ya hay un hermetismo, ya no puedes tener la confianza de hablar con el de a lado porque no sabes ni quién es (Farías, entrevista personal, 9 de julio de 2014).

Un segundo testimonio coincide con esta visión al resaltar nuevamente la cohesión social con la que se relacionaban entre vecinos. Muy [bonita], había mucha armonía, porque como éramos todavía una ciudad pequeña entonces todos nos conocíamos de alguna manera y estaba aquella costumbre de que ya guisó la vecina y quería compartir el bocado que le llamabas a una porción de comida que se la pasaba a su vecina. -Fíjate que guisé, no sé, pescado, róbalo en quién sabe qué- y se lo llevaba. –O yo guisé…, hice tamalitos- había esa armonía, esa empatía social (Argente, entrevista personal, 24 de junio de 2014).

Un tercer testimonio ahonda más en esta relación: La relación con los vecinos era demasiado estrecha. Todos nos conocíamos y como las casas están pegadas y todas las casas siempre estaban abiertas, jamás existían puertas cerradas. De hecho la manera de comunicarnos nosotros aquí en Carmen, en aquella época era así como: ¡Uuuuuh! (grito) No decíamos buenas tardes, era así: ¡Uuuuuh! Y se acercaba la persona y hasta te podías meter casi a a la casa. El pueblo era muy chiquito, había mucha hermandad y confianza. Te decían ¡llévate a mi hijo para que aprenda algo y no ande de vago! Entonces por eso las casas podrían permanecer abiertas porque todos nos conocíamos. Aquí no había forma de que no te conocieran. Tú

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ibas al cine y sabías quien llegaba al cine, tú ibas al baile y sabías quién llegó a bailar (Álvarez, entrevista personal, 15 de junio de 2014).

Como puede verse, la población de Ciudad del Carmen compartía una estructura social cuya función primordial era brindarle cohesión al grupo a través del estrechamiento de lazos comunitarios, armónicos, de apoyo y solidaridad. Sin embargo, con la llegada de gente de fuera atraída por la actividad petrolera, la composición social de la isla se transformó, algunas tradiciones fueron olvidadas y otras más cambiaron. Por ejemplo esto último ocurrió con el paseo por la laguna a la Virgen del Carmen, el cual desde el 2013 es realizado por embarcaciones petroleras debido a que las camaroneras han sido destruidas, vendidas o desmanteladas tras el declive de esta actividad. Otro factor que contrasta aún más entre la estructura social previa al extractivismo petrolero y la que es consecuencia de éste son los recuerdos que se tienen con relación a la pesca del camarón. Mientras que por una parte los beneficios del extractivismo petrolero se han encontrado bastante alejados del grueso de la población carmelita, ya que como se dijo en el primer capítulo este tipo de extracción no le brinda a las comunidades un valor de uso del recurso, existe en la memoria histórica de Ciudad del Carmen un pasado camaronero que se añora y se idealiza. En este sentido, se recuerda a la pesca de altura como una actividad económica altamente incluyente, pues le permitía a la población, incluida la migrante, participar y disfrutar del producto. El usufructo económico de la pesca del camarón permitió a muchas familias carmelitas hacerse de un patrimonio común, sin embargo, la sobreexplotación y la instauración del extractivismo petrolero han disminuido cada vez más la pesca del producto. Esto ha ocasionado que actualmente los ingresos de los pescadores ribereños que aún se dedican a ella dependan de una serie de factores entre los que se encuentran: el volumen de captura, la especie, la temporada, la inestabilidad del precio y la capacidad de negociación de los pescadores (Villegas J. , 2012). Otro aspecto que las entrevistas afirman es que el espacio social durante la época camaronera era incluyente, es decir, no solamente los hombres intervenían 146

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en dicha actividad. A diferencia de la actual pesca de escama, en la que la participación masculina es absoluta, en la pesca del camarón las mujeres también se involucraban realizando la limpieza del producto, el descabezado y el empacado del mismo. Para esto, existían una serie de procesadoras y empacadoras del camarón, antes ubicadas sobre la calle 20 de la ciudad. Este hecho le permitía a la población de Ciudad del Carmen verdaderamente disfrutar del producto, a pesar que buena parte de éste también se exportaba a Estados Unidos. Los siguientes testimonios permiten identificar con mayor claridad tal particularidad de la época camaronera: La industria camaronera le daba trabajo aproximadamente a unas veinte o treinta mil gentes de aquí de la isla porque la gente que trabajaba en el camarón no solamente era el pescador o los pescadores, sino eran los que trabajaban en las congeladoras, las mujeres que trabajaban escogiendo, limpiando, seleccionando, empacando camarón, flejándolos, y aparte había operadores de las congeladoras, había mecánicos, choferes, oficinistas, empleados en general, desde el gerente hasta los empleados del muelle, los moledores de hielo, en fin, era un equipo grande y en los astilleros pues habían verdaderos artífices de la construcción de los barcos (Rivero, entrevista personal, 15 de junio de 2014).

El siguiente fragmento subraya como la cercanía con el producto era tal que se tenía la certeza que éste llegaría, ya sea de una u otra forma, pero los habitantes de Ciudad del Carmen lograban disfrutar de él. En casa te digo, sí estábamos limitados, pero sabíamos que al atardecer mi madre llegaba con todo para una rica cena, e igualmente el dinero para el almuerzo al día siguiente, estábamos seguros porque ahí estaba el producto, ahí estaba la procesadora. Y mi hermano pues se iba a la pesca y todo esto, entonces cuando regresaba pues regresaba con costales, con cajotas enormes de mariscos, langostas, camarones, el mejor pescado, el mejor marisco lo que tú quisieras y si no pues sencillamente te ibas a pescar a la orilla, era tan sencillo (Argente, entrevista personal, 24 de junio de 2014).

Por último, este tercer testimonio constata de nueva cuenta el carácter distributivo que tenía la pesca de altura. Y bueno en el caso particular de mi abuelo que era camaronero pues a nosotras nunca nos faltó ese tipo de especie, nosotros sabemos que es comer un esmedregal bien guisado, con tortillas hechas a mano, porque esa era la cultura en la casa, comer de manera artesanal. Él comentaba que cuando se llegaban a reunir no sé cuántas toneladas de camarón pues entre ellos mismos se repartían una parte proporcional para que también ellos tuvieran acceso al recurso, pero había ocasiones en que siempre uno quiere ser más abusivo que el otro y pues el patrón se daba cuenta que estaban haciendo y pues lo sancionaba y no les pagaban completo lo que era un viaje (Calderón, entrevista personal, 17 de junio de 2014).

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Ante este panorama, la instauración del extractivismo petrolero en las aguas del Golfo de México fue un factor de grandes dimensiones que trastocó, junto con otros factores como la sobreexplotación del recurso, el espacio que por más de veinte años se había construido en la región. Si bien la pesca en altamar tenía sus propios mecanismos de exclusión, los que llegaron a implantarse con el extractivismo petrolero fueron abrumadoramente superiores. El mecanismo de exclusión más fuerte que la población carmelita encontró para conseguir emplearse en la actividad petrolera está basado en un criterio geográfico. Pemex, dada la urgencia por iniciar y mantener en operación la explotación del petróleo en las plataformas, necesitaba de personal con experiencia en esta área, por esta razón preferían a trabajadores de estados petroleros como Tamaulipas y Veracruz. Esto lo menciona la experiencia de un trabajador carmelita quien después de haber estudiado fuera del estado regresó a la isla para intentar emplearse, pero se encontró con un mercado laboral bastante restringido. Cuando estuve acá buscando trabajo, que andaba buscando dónde emplearme, pues no buscaba donde meterme en Pemex porque pues la bolsa de trabajo estaba muy peleada, los sindicatos que eran en ese entonces, eran los de la Sección 31 y Sección 47, la mano de obra que pedían, la pedían calificada y pedían que fuera gente de esos lugares, o sea de esos lugares tanto de Tamaulipas como de Veracruz, era muy solicitada la mano de obra, nosotros nos relegaban, decían –pues estos qué van a saber, ¿no?- sobre la industria de la extracción del petróleo (Anónimo, entrevista personal, 28 de junio de 2014).

Fueron muy pocos los casos en los que habitantes de Ciudad del Carmen pudieron hacer el tránsito del extractivismo camaronero al petrolero. A pesar que algunos de ellos tenían la capacidad para hacerlo, principalmente debido al aprendizaje y experiencia que les había dejado trabajar en barcos. Sin embargo, el extractivismo petrolero privilegió a trabajadores provenientes de fuera, de tal forma que testimonios como el siguiente corresponde a casos excepcionales. Cuando ya no me aportaba el trabajo del camarón fue momento de buscar trabajo aquí en tierra, llegué por medio de mi esposa y una amiga a una compañía (petrolera), me echaron la mano, ahí estuve trabajando casi 11 años, pero en esta compañía no dejan trabajar a los carmelitas pues porque dicen que somos muy flojos, porque no aguantamos estar mucho tiempo afuera, a veces así lo decían en la oficina, era muy raro que te contrataran por ser carmelita. Yo tenía un poco de experiencia cuando trabajaba en los barcos camaroneros, y eso me sirvió para trabajar en los petroleros, yo nunca estudié, lo que sé ahorita nunca lo estudié,

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Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

siempre la práctica me ha hecho lo que soy ahorita, ayudante de máquina. Ya tengo 12 años trabajando en estos barcos, la primera compañía en la que estuve fue TMM, la segunda es japonesa y me pagan un poco más pero también trabajo más porque son 42 días de trabajo por 21 de descanso, en la otra eran 28 de trabajo por 14 de descanso. El barco en el que estoy lo contrata Pemex y lo que hace es abastecer a las plataformas de diésel, de agua, de barita, de tubería, de equipo de perforación. En la compañía japonesa en la que trabajo solamente soy el único carmelita, en la anterior (TMM) éramos como unas 20 personas de un total aproximado de 250 personas (Lanz, entrevista personal, 8 de mayo de 2015).

En relación con estos mecanismos de exclusión, que a la fecha no han sido superados, es importante señalar que la actuación gubernamental para mitigarlos fue muy tardía. No es sino hasta el año 2010 cuando la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR) comenzó a ofrecer un programa educativo dirigido a la inserción laboral en la actividad petrolera con carreras como Ingeniería Petrolera, Química, y Geológica. Esto quiere decir que en 30 años de explotación petrolera en la Sonda de Campeche la única universidad pública de la ciudad, hasta hace 2 años no había egresado una sola generación de ingenieros petroleros. En la línea del argumento que guía este apartado, la llegada de flujos migratorios atraídos por la actividad petrolera, como se dijo párrafos arriba, implicó la recomposición del espacio social, al cual se le incluyeron nuevas representaciones y significados sobre el bienestar y el progreso. A partir de este momento a Ciudad del Carmen llegó una cultura del petróleo que comenzó a girar en torno a una imagen de progreso y abundancia, expresada en el consumo de productos vinculados con la globalización económica, cuya comercialización comenzó a realizarse en los centros comerciales y franquicias principalmente estadounidenses que llegaron a la ciudad. Cuando regresé en el 2002 fue impresionante porque justamente en ese año fue el boom como que empezaron a abrir plazas, cines y sentí mucho el cambio. De cuando me fui, que era un pueblo, no había centros comerciales, o sea era muy chiquito y cuando regreso veo que hay supers, tiendas, plazas, otros cines, pues sí, no me costó tanto trabajo regresar después de vivir en el D.F. con todas las comodidades que uno tiene (Duque, entrevista personal, 9 de julio de 2014).

Quintero (2011) señaló para el caso de Venezuela que una cultura del petróleo se caracteriza por crear una nueva filosofía, en la que las nuevas normas diseñadas acentúan aún más la necesidad de seguir en el mismo sistema de extracción. Siguiendo a este autor, las primeras señales de esta cultura en el caso 149

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

venezolano fue cuando “comenzó una nueva era de la construcción, la de superposición de los valores verticales a los horizontales” (p. 20). En el caso de Ciudad del Carmen la instauración de la cultura del petróleo no ha seguido el mismo camino, pues las construcciones verticales, dejando de lado los hoteles, todavía no son un patrón en la construcción, aunque ya se tiene proyectado para los próximos años la construcción del primer conjunto de torres residenciales. En este mismo orden de ideas, el desarrollo de esta cultura del petróleo es resultado del desequilibrio económico que desde el inicio del proceso extractivista comenzó a percibirse en la ciudad. Un testimonio oral recuerda cómo el mercado público de Ciudad del Carmen, Alonso Felipe de Andrade, era el lugar donde comenzó a identificarse este proceso. El relato menciona cómo el personal de Pemex aprovechaba su capacidad monetaria para acaparar tanto alimentos como productos de primera necesidad, esto indiscutiblemente era aceptado por los locatarios quienes recibían un pago por encima de los precios de mercado. Esto ocasionaba que los alimentos llegaran a ser oligopolizados por la petrolera con el propósito de asegurar las provisiones al personal que trabajaba en las plataformas. Si tú llegabas tarde al mercado ya no alcanzabas las provisiones, porque pagaba mejor Pemex por las provisiones para la comida y si tú llegabas algo tarde todo eso se lo llevaban, ya te quedabas con muy poco para tu casa, era muy peleada la carne, el puerco, la carne de res, todo eso se lo llevaban a las plataformas para alimentar a los que llegaban a trabajar allá. Así es como la isla comenzó a sufrir ese cambio y cómo cambió (Anónima, entrevista personal, 28 de junio de 2014).

Un segundo testimonio en esta misma tónica expresa cómo este desequilibrio económico a la postre también remató en un incremento de los precios en el mercado local. Te voy a platicar cuando sentí que llegó el cambio. Ya te platiqué mi infancia, la economía no nos perjudicaba, la inseguridad no existía, era seguro Ciudad del Carmen. A raíz que entra Pemex aquí ahí empezó todo a hacerse la vida más cara. ¿Por qué? porque los nativos de aquí, que estábamos acostumbrados a comprar los productos a un precio… ya el proveedor ya no nos lo daban así, ¿por qué? porque sabía que había gente de otros lugares que venían y pagaban lo que ellos querían. Entonces, un ejemplo, esta señora vende un producto que lo daba a diez pesos, después lo subió a veinte, llegaba uno y le decía –oye, era a diez- y respondía –ya no, ahora a veinte- porque sabía que venía otro que sí lo pagaba (Morales, entrevista personal, 18 de junio de 2014).

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Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

La inflación económica que comenzó a experimentar la economía de Ciudad del Carmen paulatinamente fue modificando también algunas prácticas culturales. Por ejemplo, mientras que antes era bastante frecuente comer camarón y otros mariscos inclusive como botana en bodas y fiestas de XV años, hoy en día solamente puede hacerlo aquella población favorecida económicamente. Yo he platicado con mucha gente, aquí donde estamos es zona petrolera, la gente que trabaja en compañías y en Pemex esas sí están levantándose el cuello, saben que tienen la lana para ir a comprarse un kilo de pejelagartos, se los dan en 100 pesos, ellos tienen con qué pagarlo, pero tú qué vas a ganar 65 pesos, ¿en dónde te vas a comprar ese kilo de pejelagartos, o de pescado? (Cruz, entrevista personal, 28 de junio de 2014).

El alza en el precio del camarón y por ende la reducción de su consumo obedece a múltiples factores. Uno de ellos por supuesto se debe a las áreas de exclusión que el extractivismo petrolero impuso sobre el territorio de la Sonda de Campeche, sin embargo también debe considerarse el incremento de los precios del diésel, el cual en el 2009 pasó de 3.5 pesos a 7.23 (Notimex, 2009). El contexto de exclusión al que aquí se está haciendo referencia, afirma Frutos (2012) puede conducir a que se desarrollen comportamientos marginales tales como los robos y otros actos delictivos. Esto ocurre debido a que muchos jóvenes de los estratos bajos aspiran elevar sus estándares de consumo por medio de la delincuencia. A este respecto, añade el autor, que si bien la delincuencia no llegó a Ciudad del Carmen con el petróleo, de acuerdo con un conjunto de testimonios orales, la percepción y recurrencia de esta, sí se ha visto incrementada tras dicha actividad. Pues ha cambiado porque antes no había tanta gente y no había tanta maldad como ahorita. Inclusive ahorita hubo una temporada en que se dedicó mucho la maldad. Bueno, no le vamos a echar la culpa al petróleo porque es una fuente de empleo, pero la gente que vino por ese empleo es la que prácticamente ha cambiado la isla porque antes no había tanta maldad. Antes salías a la calle, andabas y pues no, no existía maldad, pero pues ahorita hay que andar con mucho cuidado (Chablé, entrevista personal, 13 de junio de 2014).

Los siguientes dos testimonios constatan, una vez más, la manera en que parte de la población de Ciudad del Carmen ha identificado en la instauración del extractivismo petrolero una relación directa con las condiciones de inseguridad que se viven en dicha ciudad. 151

Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

Hay mucha delincuencia que es de fuera. Si se fuera Pemex de aquí sería lo más hermoso, se iría la delincuencia, se iría la inseguridad porque es lo que más se ha dañado la ciudad. Porque ahorita en este tiempo la verdad es que tener dinero es… malo. Es malo, te secuestran, te roban, ahorita tener un buen reloj te asaltan. Antes cuando tenía yo 14 o 15 años traía yo mi cadena de oro, mi pulso de oro, mi reloj mi padre me lo compraba, ahorita traerlo es como… una bomba de tiempo, porque estás invitando a que te asalten y aparte ahorita no nada más te asaltan sino que ya de pilón te perforan (Morales, entrevista personal, 18 de junio de 2014). El problema es la inseguridad, tanta gente que viene de lugares o países que uno no conoce que llegan a delinquir, que vienen aquí con la esperanza de encontrar un empleo porque piensan que es muy fácil y al no encontrarlos pues hemos tenido toda esta serie de problemas, que nos asaltan, entran a las casas. Uno tiene que tener alarma o algo para poder estar tranquilo. Ha habido cosas buenas que nos han sucedido (con el petróleo), pero también conlleva a la inseguridad que tenemos ahorita (Duque, entrevista personal, 9 de julio de 2014).

Sin embargo este fenómeno de descomposición social no solamente se expresa por medios violentos sino también con otro tipo de comportamientos marginales, por ejemplo, la desintegración familiar, la drogadicción, el hacinamiento y los asentamientos humanos irregulares (Frutos, 2013). Con respecto a estos últimos es paradójico señalar que en el caso de Ciudad del Carmen, así como el de otras ciudades petroleras, la manera en cómo se han desarrollado estos asentamientos es mediante la formación de organizaciones populares muchas veces amparadas y promovidas por instancias oficiales, donde son los líderes de estas organizaciones quienes cumplen el papel de promotores inmobiliarios. En este escenario también participan los partidos políticos quienes de manera particular en fechas electorales recurren a este tipo de prácticas de invasión de terrenos generando fuertes vínculos dentro de las redes locales de poder (Legorreta, 1983, pág. 39). 4.4 Cierre del capítulo A raíz de lo dicho hasta aquí, la incidencia de la migración petrolera en la reconfiguración del espacio social carmelita tiene que ver con el aumento demográfico que experimentó la ciudad, el cual generó en la población una ilusión por emplearse dentro de la actividad petrolera, aunque esto estuvo confrontado con mecanismos de exclusión que finalmente derivaron en la fragmentación del espacio social entre quienes sí lo consiguieron y quiénes no.

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Implicaciones socio-espaciales del extractivismo petrolero

Estos mecanismos pueden verse en dos direcciones. La primera atañe a que el extractivismo exige una mínima capacidad técnica de sus recursos humanos, lo que aunado al inexistente esfuerzo gubernamental por instaurar centros de capacitación a la población local, conllevó a que el espectro de ingreso a dicha actividad fuera aún más estrecho. La segunda dirección tiene que ver con la desaparición del extractivismo camaronero al ser invadido por la infraestructura petrolera en las aguas de la Sonda de Campeche. Asimismo este proceso de recomposición del espacio estuvo influenciado por la desintegración de la estructura social carmelita que imperó durante el periodo camaronero, el cual de acuerdo con los recuerdos de la población, se caracterizaba por brindar un espacio cohesionado debido a que las tradiciones podían ser replicadas tanto en la escena familiar como en el espacio público. Por último, el resultado de esta recomposición del espacio es la introducción de nuevos valores y códigos que le atribuyen a la actividad petrolera un sentido de prestigio y riqueza, medios necesarios para lograr sobresalir en un contexto en el que impera una cultura del petróleo.

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Conclusiones

Conclusiones El extractivismo petrolero mexicano es un proceso cuya configuración obedece a factores tanto externos como internos. El análisis multiescalar es una forma de analizar cómo la integración mexicana al sistema energético internacional se ha hecho por medio de una condición primaria, cuyos resultados en términos de desarrollo económico han sido contradictorios, especialmente en aquellas zonas que se han emplazado territorialmente hacia la actividad petrolera. Sin embargo, este resultado no es consecuencia únicamente del modo de articulación internacional, sino también de las pautas nacionales y locales con las que se efectúa, además de las características propias que el extractivismo per se conlleva: elevado volumen, alta intensidad y destino foráneo con escaso procesamiento. En esto, algo que puede concluirse es que el extractivismo petrolero mexicano tiene una configuración nacional centralizadora. La expansión de Petróleos Mexicanos en el territorio nacional ha modificado la forma en que algunos territorios estaban articulados. Esta alteración no ha podido ser reparada, ya que desde el punto de vista fiscal, los municipios y localidades donde se asienta la actividad petrolera no tienen la facultad para beneficiarse proporcionalmente de dicha explotación. Si bien las entidades federativas forman parte del Sistema de Participaciones en Ingresos Federales, como se vio en el caso de Campeche, no existe una proporcionalidad entre los efectos causados por el extractivismo petrolero y los ingresos que la entidad recibe para mitigarlos. En este debate, la escala local es el punto más fino de toda esta articulación del sistema petrolero nacional. El extractivismo petrolero fue implantado en Ciudad del Carmen bajo el presupuesto de convertirla en un polo de crecimiento, lo cual en un inicio podría parecer cierto en virtud de la significativa inversión económica que parte de su territorio ha recibido, sin embargo, ésta se encuentra fuertemente vinculada con la actividad dominante, lo cual resulta desventajoso para aquellos que no están insertos en ella, o bien, aquellos que fueron desplazados por ésta. Por ende, Ciudad del Carmen como se vio en el segundo capítulo, puede analizarse de una mejor forma utilizando el concepto de enclave regional, esto es, 154

Conclusiones

enfatizando por una parte la orientación hacia el exterior con la que sus actividades comerciales históricamente se desarrollaron, y por otra parte, refiriendo el mínimo desarrollo económico que especialmente la actividad petrolera ha dejado para su población en general. Por esto, los recursos forestales, la pesca y el petróleo pueden tener algo en común, aunque el extractivismo petrolero ha tenido la peculiaridad de acentuar aún más esta condición de enclave, pues es aquí donde se aprecia una carencia más aguda de encadenamientos productivos locales. Mientras que la pesca desarrolló habilidades de carpintería en la población local, el petróleo en cambio, depende de los servicios especializados que le prestan a Petróleos Mexicanos las empresas contratistas. A todo esto, haber reconstruido el proceso histórico de la Isla del Carmen, atendiendo específicamente a su configuración territorial, permitió identificar cómo la necesidad del extractivismo petrolero por aglomerar las condiciones y servicios necesarios para su operación, es el factor explicativo más contundente para explicar las transformaciones territoriales que impactaron a Ciudad del Carmen. Si bien el extractivismo camaronero comenzó a expandir la ciudad, ni éste ni tampoco el palo de tinte habían utilizado al territorio de la Isla del Carmen de manera tan extensiva e intensiva como lo ha hecho hasta el momento el extractivismo petrolero. Mientras que la extracción del palo de tinte estuvo dispersa por toda la región de la Laguna de Términos; el extractivismo petrolero se ha extendido por toda la ciudad, de tal forma que inclusive hoy en día este proceso de expansión persiste hacia la parte oriental de la isla. Este trabajo analizó la extracción de petróleo en la Sonda de Campeche bajo los

lentes

conceptuales

del

extractivismo,

esto

permitió

describir

las

transformaciones territoriales que éste ha ocasionado en la Isla del Carmen. Una conclusión central respecto a esto es que un proceso extractivista afecta no únicamente a los lugares donde se llevan a cabo las operaciones, sino también a aquellos sitios que proveen de todo lo necesario para que dicho extractivismo funcione. 155

Conclusiones

Respecto a esto, ningún otro extractivismo había sido instalado en Ciudad del Carmen de la manera tan contundente, intensa y rápida como lo hizo Pemex. Por esta razón, y dado el peso político y económico que consigo lleva el petróleo, las transformaciones territoriales que sufrió dicha ciudad estuvieron orientadas hacia adecuar este territorio de una manera más funcional para la actividad petrolera. Aquí, los periodos entre 1990-1995 y 2000-2005 son los que registran una mayor tasa de crecimiento, tanto demográfico como de construcción de viviendas. Asimismo, es a partir de 1995 cuando el gobierno municipal de Carmen comienza a modificar los usos de suelo de la ciudad, de tal forma que se observa cada vez más una mayor asignación de terrenos a las actividades industriales, específicamente en la parte suroriental de la isla. Relacionado con lo anterior, una conclusión que abona un poco más al análisis de las ciudades petroleras, es que el proceso de urbanización seguido por Ciudad del Carmen no dista mucho de pasadas experiencias en otras ciudades mexicanas y latinoamericanas. Las coincidencias recaen en: i) una expansión física anárquica motivada por los flujos migratorios atraídos por la nueva actividad, ii) surgimiento de zonas habitacionales carentes de los servicios públicos mínimos, iii) un proceso de fragmentación territorial entre zonas residenciales valorizadas y otras pauperizadas, iv) un espacio social segregado y excluyente. Sin embargo, los efectos del extractivismo no impactan solamente al territorio en tanto estructura física-material. Como se vio en el caso de estudio, el espacio social de Ciudad del Carmen también fue trastocado. Esta investigación concluye que ello ocurrió debido a que el extractivismo introdujo a este espacio nuevos actores, cuyos intereses y visiones no siempre coincidieron con los que en un primer momento habían configurado dicho espacio. El extractivismo petrolero reconfiguró territorialmente a Ciudad del Carmen porque modificó como nunca antes las formas y funciones sociales que allí se habían desarrollado. Hablando de formas, la expansión territorial hacia el norte y oriente de la isla ha sido efectuada por una serie de intereses económicos, que 156

Conclusiones

encuentran en los fraccionamientos residenciales y en los hoteles ejecutivos un factor de reproducción de capital, antes inexistente en las pasadas configuraciones extractivistas. En consecuencia, las funciones asignadas a este tipo de vivienda han cambiado, pues ahora no se privilegia tanto la integración a la ciudad, sino que por el contrario, lo que se vende es el aislamiento de ésta. Este fenómeno ocasiona que Ciudad del Carmen sea una ciudad polarizada. En el capítulo 3 se analizó la situación entre la colonia Ortiz Ávila y el Fraccionamiento Residencial del Lago, ellos a pesar de ser limítrofes, sostienen condiciones económicas y sociales muy diferentes. Esto no es un caso aislado en la ciudad ya que este proceso se ha multiplicado especialmente en el lado oriental de la isla, donde, por los datos mostrados son las familias petroleras migrantes de altos rangos las que viven allí. Una aportación que tiene esta tesis es que logró diferenciar dos conceptos clave en el análisis regional. Por un lado el de territorio y por el otro el de espacio. A pesar de esto, es indiscutible la interrelación que existe entre ellos, misma que pudo ser apreciada durante los últimos dos capítulos. En estricto sentido, las transformaciones territoriales descritas en el tercer capítulo, fueron analizadas en el cuarto, pero atendiendo esta vez al impacto que éstas causaron en el espacio socialmente construido en Ciudad del Carmen. Los resultados de este análisis informan que una vez que el territorio de la Isla del Carmen estuvo interconectado, el espacio de esta ciudad perdió parte de su identidad, pues ella era reproducida en los viajes en panga que llevaban a conformar el ser isleño. Por otra parte, esta modificación territorial también aceleró las dinámicas de vida y trabajo al interior de la ciudad, pues éstas estuvieron cada vez más conectadas con los ritmos que el extractivismo petrolero sigue a escala planetaria. Finalmente, todo este proceso se encuentra controlado por medio de una fuerte territorialidad. Ésta ha sido introducida en el caso de estudio en por lo menos cuatro maneras. La primera por medio de las zonas de exclusión impuestas en la Sonda de Campeche, la segunda mediante la construcción de un discurso que 157

Conclusiones

legitima la actuación de Pemex y las empresas petroleras, la tercera mediante la configuración de Ciudad del Carmen como un espacio de aglomeración urbana, proveedora de los insumos y recursos necesarios para la operación extractivista, y la cuarta en los límites que se han construido en los ámbitos de la vida cotidiana, por ejemplo, la vivienda residencial.

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Referencias I.

Entrevistas a profundidad 1. Álvarez, Olimpia, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 15 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 2. Amador Luis Enrique (biólogo en recursos acuáticos), entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 26 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 3. Anónimo (b) (promotor inmobiliario de Aak-bal/ICA), entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 9 de mayo de 2015 en Ciudad del Carmen, Campeche. 4. Anónimo (a) (trabajador de Petróleos Mexicanos adscrito a la estación de recompresión de gas en Atasta), entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 28 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 5. Argente, Ana, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 24 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 6. Calcáneo, Clara, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 8 de mayo de 2015 en Ciudad del Carmen, Campeche. 7. Calderón, Cinthya (periodista y docente de la UNACAR), entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 17 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 8. Chablé, Luis, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 13 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 9. Cruz, David (pescador y miembro de la cooperativa ecoturística Playas de Palma Sola), entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 28 de junio de 2014 en San Antonio Cárdenas, Campeche. 10. Duque, Patricia, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 9 de julio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 11. Farías, Aba, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 9 de julio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche.

Referencias

12. Lanz, Isidro (maquinista de embarcación petrolera), entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 8 de mayo de 2015 en Ciudad del Carmen, Campeche. 13. Morales, José, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 18 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 14. Obrador, Tomás (ex Director de Obras Públicas del municipio de Carmen), entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 8 de mayo de 2015 en Ciudad del Carmen, Campeche. 15. Orta, Armando, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 27 de enero de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 16. Pérez, José Martín, entrevista realizada en Ciudad del Carmen, Campeche el 12 de junio de 2014. 17. Pérez, Martina, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 23 de junio de 2014en Ciudad del Carmen, Campeche. 18. Rivero, Manuel, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 15 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 19. Rodríguez, Lourdes, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 20 de junio de 2014 en Ciudad del Carmen, Campeche. 20. Sosa, Rebeca, entrevista realizada por Eduardo Hernández Melgar el 11 de mayo de 2015 en Ciudad del Carmen, Campeche.

II.

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Anexos

Anexos a) Breve historia sobre la fábrica de galletas de Ciudad del Carmen Los habitantes de la Isla del Carmen que conocieron y vivieron la ciudad antes de la instauración del extractivismo petrolero, guardan entre los recuerdos que componen su memoria colectiva la existencia de una fábrica de galletas, mejor conocida como la galletera, que en conjunto con otras fábricas como la de refrescos y botones, le permitió a la isla rebasar su aislamiento físico e instalar una serie de relaciones económico comerciales tanto de corte local como regional. El predio donde operó la fábrica de galletas (desde 1943 hasta principios de la década de 1990) se encuentra sobre la calle 20 número 94, frente a donde se localizaba el antiguo atracadero de la panga que llegaba de El Zacatal. Dicho lugar antes de ser la galletera era una fábrica de hielo utilizado para mantener en buen estado el pescado y otros productos que se extraían del mar y la laguna. Sin embargo, a partir de 1942 la familia Gutiérrez decide dejar atrás este giro y probar suerte con el nuevo negocio. La familia Gutiérrez estaba compuesta por Don Manuel, su esposa y sus 4 hijos: José, Juan, Félix y Cayetano. Precisamente fue Juan quien tras un viaje que realizó a Nueva York logró adquirir por encargo de su padre el horno (de 10 columpios), la fórmula y otros materiales para comenzar a fabricar las galletas (máquinas revolvedoras, resobadoras y troqueladoras). De esta manera la galletera es formalmente constituida el 14 de marzo de 1942, pero 14 años después es desintegrada dado a que la esposa de Juan Gutiérrez tenía deseos de restablecer su vida en la Ciudad de México, por lo que la fábrica es desmantelada y transportada a Veracruz. En este intento de relocalización los hermanos Gutiérrez sufrieron una crisis económica y se quedaron sin fondos suficientes para continuar transportando la fábrica, por lo que buscaron la participación de un socio más, quien fue el señor Isaac Sosa, comerciante tabasqueño pero residente de Ciudad del Carmen. En esto

172

Anexos

la participación del señor Sosa fue significativa dado que es él quien incitó a los hermanos Gutiérrez a regresar la fábrica nuevamente a esta ciudad. Así, a partir de 1954 el señor Isaac Sosa junto con su esposa Delia María López de Sosa -de 39 años de edad- ingresan formalmente y ante notario público a la administración de la sociedad mercantil Galletera del Carmen. Posteriormente, tras la muerte de José Gutiérrez así como el traslado de Juan Gutiérrez a la Ciudad de México, las acciones de la empresa son vendidas en su totalidad a la familia Sosa López quien administró la fábrica hasta principios de la década de 1990. La fábrica de galletas se caracterizó por brindar a la población de la región productos de alta calidad, así lo refieren las distintas entrevistas que se realizaron durante el trabajo de campo. En términos operativos, los trabajadores de la fábrica iniciaban sus labores desde las 4 de la mañana con la mezcla y el reposo de la harina que ya había sido preparada desde un día antes de tal forma que una vez seccionada en los diferentes moldes era introducida al horno (de 10 anaqueles giratorios) cuya altura llegaba incluso hasta el segundo piso de la fábrica. Las galletas tan pronto terminaban su proceso de cocción eran llevadas por unas bandas

transportadoras

para

que

finalmente

los

empleados

terminaran

envasándolas y empaquetándolas para su posterior distribución y consumo. Si bien la fábrica operaba con mano de obra local (15 obreros), ésta requería de determinados insumos provenientes de otros lados del país. Por ejemplo, la harina era abastecida desde la Ciudad de México, aunque a veces también de otras ciudades como Campeche y Mérida. Asimismo las laminillas de hojalata con las que se elaboraban los envases para empaquetar la galleta provenían del norte del país, particularmente de la empresa Altos Hornos de México en Monterrey, Nuevo León. La historia comercial de Ciudad del Carmen apunta a considerar a dicha ciudad como el punto de encuentro y distribución de los diferentes productos traídos de las localidades que componen la región de la Laguna de Términos así como también de otras parte del mundo. Sin embargo, con el ejemplo de la Galletera del Carmen puede apreciarse también la manera en que esta ciudad funcionaba como un punto de suministro, pues las galletas eran llevadas semanalmente a las 173

Anexos

localidades más próximas a la ciudad, especialmente aquellas que componen el trayecto desde el Zacatal hasta Frontera, Tabasco, así como también en Palizada donde el señor Luis Ayala era el encargado de su transportación. Además de estos canales de distribución, la galletera hacía lo propio en las pequeñas tiendas de la ciudad donde las galletas se vendían por unidades. Asimismo la fábrica contaba con un expendio en donde la población podía acudir para comprar los distintos tipos de galleta que se ofrecían: limón, soda, ninal, carmelita, reinita y ajo.

Agradezco profundamente a la Sra. Rebeca Sosa por permitirme construir a partir de sus recuerdos este relato.

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Elaboración propia Anexos

175

Anexos

b) Contrastes urbanos de la transformación carmelita

Calle 22, Barrio del Jesús, Ciudad del Carmen; Hernández Melgar junio 2014

Av. Isla del Tris, Ciudad del Carmen; Hernández Melgar junio 2014

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