La \'Querela Pacis\' de Erasmo en el epitalamio de Diego de Guevara en honor de Felipe II e Isabel de Valois

June 29, 2017 | Autor: A. Serrano Cueto | Categoría: Neolatin Literature, Erasmus of Rotterdam, Epithalamium
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Descripción

Trinidad Arcos Pereira Jorge Fernández López Francisca Moya del Baño (editores)

‘Pectora mulcet’ Estudios de Retórica y Oratoria latinas Volumen 2

Logroño 2009

‘Pectora mulcet’ : estudios de retórica y oratoria latinas / Trinidad Arcos Pereira, Jorge Fernández López y Francisca Moya del Baño (editores) . – Logroño : Instituto de Estudios Riojanos, 2009 2 v. (1456 p.) ; 24 cm . – (Colección Quintiliano de retórica y comunicación ; 10) Contiene referencias bibliográficas D.L. LR 170-2009 ISBN 978-84-96637-68-9 (O.C.) ISBN 978-84-96637-69-6 (v.1) ISBN 978-84-96637-70-2 (v.2) 1. Retórica latina-Estudios y conferencias. 2. Oratoria latina-Estudios y conferencias. I. Arcos Pereira, Trinidad. II. Fernández López, Jorge. III. Moya del Baño, Francisca. IV. Instituto de Estudios Riojanos. V. Título. VI. Serie 821.124 Comité científico Jesús Luque Moreno (Universidad de Granada) Francisca Moya del Baño (Universidad de Murcia) Tomás González Rolán (Universidad Complutense) Rosa Iglesias Montiel (Universidad de Murcia) Consuelo Álvarez Morán (Universidad de Murcia) Carmen Guzmán Arias (Universidad de Murcia) J. Carlos Miralles Maldonado (Universidad de Murcia) Isabel Velázquez Soriano (Universidad Complutense) David Puerta Garrido (I.E.S. Luis de Góngora, Madrid) Trinidad Arcos Pereira (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) Pedro P. Conde Parrado (Universidad de Valladolid) Jorge Fernández López (Universidad de La Rioja) Eustaquio Sánchez Salor (Universidad de Extremadura) Juan Mª Núñez González (Universidad de Oviedo) Estrella Fernández Graña (I.E.S. Elviña, La Coruña) Todos los textos incluidos en esta monografía han sido sometidos a evaluación por parte del Comité Científico. Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de los titulares del copyright.

Primera edición: mayo de 2009 © De los textos, los autores © Instituto de Estudios Riojanos (Gobierno de La Rioja) C/ Portales, 2 26001 Logroño www.larioja.org/ier © Cubierta: ICE Estudio, S.L. Imprime: Gráficas Isasa, S.L. - Arnedo (La Rioja) ISBN 978-84-96637-68-9 (O.C.) ISBN 978-84-96637-69-6 (v.1) ISBN 978-84-96637-70-2 (v.2) Depósito Legal: LR-170-2009 Impreso en España - Printed in Spain

ÍNDICE Vol. 1

Prólogo Trinidad Arcos Pereira, Jorge Fernández López y Francisca Moya del Baño (editores)................................................................ 17

1. La

retórica latina desde sus orígenes hasta nuestros días

La Retórica hoy Alfonso Ortega Carmona................................................................................ 23 La educación retórica en Cicerón. Los géneros en prosa Carmen Codoñer Merino................................................................................ 33 Les genres littéraires dans l’Institution Oratoire de Quintilien: de la Rhétorique à la Poétique Jacqueline Dangel........................................................................................... 65 El Rhetor y el Orator: enseñanza para la vida pública en Roma Juan Lorenzo...............................................................................................

83

Del arte retórica al arte predicatoria Antonio Alberte González............................................................................... 103 La Institutio Oratoria de Quintiliano: una retórica para el siglo XXI Tomás Albaladejo Mayordomo........................................................................ 129 José Musso Valiente y la tradición clásica latina: la Real Academia Latina Matritense y sus traducciones de autores grecolatinos José Luis Molina Martínez............................................................................... 151

2. Retórica

y

Lingüística

Caracterización funcional del sintagma preposicional de + ablativo en latín clásico Juan Carlos Berdasco Valle..........................................................................

171

Quintiliano y la Gramática Marina del Castillo Herrera.........................................................................

183

Una propuesta de “concordancia crítica”: la Institutio Oratoria de Quintiliano Javier Fresnillo Núñez y Antoni Biosca i Bas...............................................

197

Los rétores y la cantidad silábica: Cicerón, Quintiliano Jesús Luque Moreno......................................................................................

203

El léxico en la Declamatio I, atribuida a Quintiliano, a la luz de la Institutio VIII y XII Mª Ángeles Robles Sánchez...........................................................................

217

Retórica y pragmática: la expresión del complemento agente en Pro Milone Patricia Santos Guzmán..............................................................................

231

Elementos parentéticos en la organización discursiva de la oratoria de Cicerón Luis Unceta Gómez......................................................................................

247

3. Retórica

y

Literatura

El amor, soporte de la metamorfosis de la poética ovidiana Mª Consuelo Álvarez Morán y Rosa Mª Iglesias Montiel...............................

261

Tópicos épicos de cuño virgiliano en el Arauco domado de Pedro de Oña Mª Dolores Castro Jiménez y Almudena Zapata Ferrer................................

277

El Agamenón de Petronio: un peculiar caso de hipocresía retórica. Apuntes hacia una línea de investigación Antonio A. Curado Ferrera..........................................................................

291

Algunos aspectos retóricos de la humanitas. La persuasión a través del éthos y el páthos en Cicerón Javier Gómez Gil..........................................................................................

301

Eloquio victa puella: a propósito de la palabra como instrumento de seducción Rosario Guarino Ortega...............................................................................

315

Censorino, doctissimus artis rhetoricae? Mª Carmen Hoces Sánchez..........................................................................

321

Marco Antonio, ‘parásito’ y ‘rufián’, en Cicerón (Filípicas II 6, 15) Matías López López......................................................................................

335

La alternancia de la oratio recta y de la oratio obliqua en los discursos intercalados de la historiografía romana Luis Pomer Monferrer...................................................................................

345

Discursos deliberativos en las Res gestae Alexandri Macedonis de Julio Valerio: algunas observaciones Mª Carmen Puche López .............................................................................

357

Ovidio Amores I 8: un ejemplo de discurso retórico María José Pujante Serrano..........................................................................

371

Diversas lecturas de un texto poético: a propósito del carmen 5 de Catulo Miguel Rodríguez-Pantoja............................................................................

383

La técnica y la fuerza de la palabra en los Fastos de Ovidio: I 3-26 Mª Dolores Solano Solano............................................................................

397

4. Historia/Cultura: retórica

y sociedad

El discurso deliberativo y la voz de la conciencia Juan Luis Conde Calvo.................................................................................... 409 Recursos retóricos en el discurso literario-musical María del Pilar Couceiro..............................................................................

423

Cuando el cuerpo se construye a través del lenguaje satírico, el caso de Juvenal Marcela A. E. Cubillos Poblete......................................................................

435

La materia retórica en la preceptiva clásica Eduardo Fernández Fernández...................................................................

449

Recursos formulares en las Tabellae Defixionum Alejandra Guzmán Almagro.......................................................................

461

La retórica jesuítica renacentista Juan Mª Núñez González............................................................................

471

El orador y su Musa Mª Luisa Picklesimer Pardo..........................................................................

479

La obra retórica de Cicerón en el Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna: ediciones y comentarios Carolina Real Torres y Francisco Salas Salgado...........................................

489

Obras de retórica latina en Canarias en el siglo XVI: el fondo antiguo de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna Francisco Salas Salgado y Carolina Real Torres...........................................

499

5. Antigüedad

tardía y

Edad Media: retórica

y oratoria en

la tradición cristiana y medieval

La transformación del texto de Cicerón en los excerpta del manuscrito Q I 14 de la Biblioteca del Monasterio del Escorial Carmen Mª Acero Viñas...............................................................................

515

El tratamiento de la inventio en las artes poéticas medievales Ana Calvo Revilla.........................................................................................

529

Recursos retóricos en un poema latino cristiano Josep M. Escolà Tuset....................................................................................

551

El prólogo de De altera vita de Lucas de Tuy Emma Falque...............................................................................................

561

El proceso de inventio, dispositio y elocutio en la elaboración de los florilegios medievales Beatriz Fernández de la Cuesta González...................................................

573

Inventio, dispositio, ordo rerum, etc.: huellas de terminología retórica en el De institutione musica de Boecio Francisco Fuentes Moreno...........................................................................

585

La actitud poética de Sedulio a través de la metáfora: el proemio del Carmen Paschale Mª Dolores Hernández Mayor......................................................................

599

Retórica y artes liberales en el De animae exsilio et patria de Honorio de Autun Guadalupe Lopetegi Semperena...................................................................

613

Quintiliano: Institutio Oratoria; Boecio: Institutio Musica Jesús Luque Moreno......................................................................................... 627 El De schematibus et tropis de Beda y la cristianización de la retórica Francisca del Mar Plaza Picón y José Antonio González Marrero...............

653

Anexo 1 David Puerta Garrido, Trinidad Arcos Pereira, Ferrán Grau Codina y Pedro Rafael Díaz y Díaz.............................................................................

665

Vol. 2 6. Retórica, Humanismo

y

Renacimiento I

La narración y el elogio en los Scholia in Aphthonii Progymnasmata de Juan de Mal Lara Trinidad Arcos Pereira y María Elisa Cuyás de Torres.................................

731

¿Un nuevo tipo de controversia? Didascalia multiplex, capítulo XIV Mª Teresa Beltrán Noguer y Ángela Sánchez La Fuente...............................

743

Las obras de retórica y oratoria de Cicerón en el Comentario a la Poética de Aristóteles de Francisco Robortello (1555) Jesús Bermúdez Ramiro...............................................................................

753

El latín en las Lectiones Antiquae de Celio Rodigino Pedro Pablo Conde Parrado y José Luis Ruiz Miguel....................................... 765 La recepción de la fórmula epistolográfica del saludo en las Epistulae Responsoriae humanísticas a las Heroidas de Ovidio Manuel Antonio Díaz Gito...........................................................................

777

Eloquentia, ancilla philosophiae: la retórica según Diego de Zúñiga, Osa, (1597) y Rodrigo de Arriaga, Si, (1637) Mª Ángeles Díez Coronado...............................................................................

789

Teoría y práctica de la imitación ciceroniana en el diálogo De iuventute de Sebastián Fox Morcillo Antonio Espigares Pinilla.............................................................................

799

Mitología y retórica en la Giganthomachia de Francisco de Sandoval Mª Cruz García Fuentes...............................................................................

817

Instrucciones retóricas en el Proxeneta de Gerolamo Cardano Miguel Ángel González Manjarrés...............................................................

831

Gramática y estilo: deslindes retóricos en el comentario humanístico a la poesía Felipe González Vega...................................................................................

843

Selección de autores clásicos y cristianos en la biblioteca de Eneas Spennazio. Toledo, Biblioteca del Cabildo, ms. 21-43 Iván Moya Rodríguez...................................................................................

855

Retórica y poética: dos disciplinas convergentes en la tradición humanística José Luis Pérez Pastor y Jorge Sáenz Herrero................................................

869

7. Retórica, Humanismo

y

Renacimiento II

La retórica del cuerpo: Influencias clásicas en Domenico da Piacenza Zoa Alonso Fernández.................................................................................

883

La ironía en Vives Joaquín Beltrán Serra..................................................................................

895

La historia como opus oratorium en Giovanni Antonio Viperano Avelina Carrera de la Red............................................................................

911

Cuestiones retóricas en el comentario de Fonseca y Figueroa a la Andria Milagros del Amo Lozano.............................................................................

927

Séneca el Viejo y Montaigne Arturo Echavarren Fernández.....................................................................

941

Los Barbari, Nicolás Biese y su Oratio pro bonis literis. Una sesión científica tormentosa en el Estudi General de València a mediados del siglo XVI José Mª Estellés González..............................................................................

953

Un retrato en latín del primogénito de Felipe II a la luz de la retórica clásica. Elogio del padre mediante el denuesto del hijo Juan María Gómez Gómez..........................................................................

963

La amplificatio en las retóricas sagradas hispanas de los siglos XVI y XVII José González Vázquez................................................................................... 977

Retórica y Artes memoriae: la memoria en los Rhetoricorum libri quinque de Jorge de Trebisonda Luis Merino Jerez.........................................................................................

983

El acercamiento retórico de los humanistas al teatro clásico: los scholia de Carolus Stephanus a la Andria de Terencio Manuel Molina Sánchez..............................................................................

995

Cartas de Benito Arias Montano a Nicolás Plantino (1574-1586) Guadalupe Morcillo Expósito....................................................................... 1007 La conciliación del Estado Moderno con la Retórica Clásica: la memoria de Fray Diego Valadés Delfín Ortega Sánchez................................................................................. 1019 La proyección de la retórica en la Syruporum universa ratio de Miguel Servet, una censura diligenter expolita Mª Teresa Santamaría Hernández............................................................... 1029 La Querela pacis de Erasmo en el epitalamio de Diego de Guevara en honor de Felipe II e Isabel de Valois Antonio Serrano Cueto................................................................................. 1043

8. Retórica, Humanismo

y

Renacimiento III

Séneca el Viejo y Quevedo Ignacio Javier Adiego Lajara, Esther Artigas Álvarez y Alejandra de Riquer Permanyer........................................................................................ 1059 Retórica y oratoria: los discursos de Vicente Blas García Ferran Grau Codina y Xavier Gómez Font.................................................. 1073 Epigrama y soneto Carmen Guzmán Arias y Marcos Ruiz Sánchez.......................................... 1087 Cicero repraesentandus. El Pro Archia poeta de Cicerón en la enseñanza oratoria de Petrus Francius (Amsterdam 1645-1704) Chris L. Heesakkers......................................................................................... 1099 Spes et fortuna valete. Retórica y tradición clásica en el epitafio de fray Antonio de Guevara Rafael Lázaro Pérez..................................................................................... 1113

Los discursos en la obra Argonautica Americanorum (1647) del jesuita alemán Johann Bissel Raúl Manchón Gómez................................................................................. 1123 Implicación de las corrientes ascéticas hispanas del siglo XVI en los mecanismos de la retórica: los ejercicios espirituales y la evidentia César Domingo Martín Luis............................................................................ 1135 El Diálogo de la Concepción de Nuestra Señora del Padre Bravo a la luz de los libros De Arte Poetica y De Arte Oratoria de Bartolomé Bravo Joaquín Pascual Barea................................................................................... 1143 La Institutio Oratoria de Quintiliano, un soporte indispensable en la preceptiva de la Rhetorica de Gr. Mayans F. Jordi Pérez i Durà........................................................................................ 1157 El análisis fisiológico del predicador en el Examen de ingenios de Huarte. ¿Cuestión de selección o de ortodoxia? Mª Dolores Rincón González.......................................................................... 1171 Traducciones latinas de sonetos de Petrarca Marcos Ruiz Sánchez y Carmen Guzmán Arias............................................. 1181 Concepto y funciones de la retórica según la enseñanza de Hernando Alonso de Herrera en su edición del Opus absolutissimum Rhetoricorum Georgii Trapezuntii cum additionibus Herrariensis María Asunción Sánchez Manzano................................................................ 1195 La retorización del debate teológico: Cano vs. Sepúlveda Juan J. Valverde Abril...................................................................................... 1209

9. Pervivencia

de la tradición clásica: actualidad de la retórica

y de la oratoria

La Edad de Oro en Federico García Lorca: metamorfosis de un tópico Modesto Calderón Reina................................................................................. 1225 Virgilio y la Compañía de Jesús: Juan Andrés y su Disertación en defensa del episodio de Virgilio sobre los amores de Eneas y de Dido J. David Castro de Castro............................................................................. 1237 Briseida: construcción y evolución de un personaje Vicente Cristóbal López................................................................................... 1251

La elegantia de Juvenco en el comentario arevaliano de la Historia Evangelica Mª Carmen Gil Abellán................................................................................ 1267 La empresa, un espacio de habilidades retóricas: la retórica empresarial Mª del Mar Gómez Cervantes....................................................................... 1281 Margaret Fuller: Los clásicos al servicio de la retórica femenina Ana González-Rivas Fernández..................................................................... 1295 La fortuna de la Oratio pro crepitu ventris: el deán Martí citado por Camilo José Cela Juan Ignacio Guglieri Vázquez.................................................................... 1307 La retórica antigua en internet Manuel López-Muñoz.................................................................................. 1323 El Arte poética de Horatio de don Luis Zapata Manuel Mañas Núñez.................................................................................. 1337 Metáfora y metonimia en la retórica latina: revisión en la actualidad Mª del Carmen Sánchez Manzanares............................................................. 1359 Las Confesiones de San Agustín como fuente de la novela Vita brevis de J. Gaarder Alicia Soler Merenciano............................................................................... 1375 Las operaciones retóricas de inventio y dispositio y la creatividad en el lenguaje publicitario Raúl Urbina Fonturbel................................................................................. 1391

Anexo 2 Jorge Fernández López, María Luisa Harto Trujillo, Violeta Pérez Custodio y José Miguel Baños Baños....................................... 1411

LA QUERELA PACIS DE ERASMO EN EL EPITALAMIO DE DIEGO DE GUEVARA EN HONOR DE FELIPE II E ISABEL DE VALOIS* Antonio Serrano Cueto Universidad de Cádiz

1. Ocasión del epitalamio El sábado 3 de febrero de 1560, cuando se dirigían a Toledo luego de desposarse en Guadalajara, Felipe II e Isabel de Valois hicieron jornada en la ciudad de Alcalá de Henares. Como en otra visita anterior del monarca, acontecida en 1556, la Universidad volvió a vestirse de gala para recibirlos. La relación de los festejos fue recogida en El Recebimiento que la Universidad de Alcalá de Henares hizo a los Reyes nuestros señores, quando vinieron de Guadalajara tres días después de su felicíssimo casamiento (Alcalá de Henares, Juan de Brocar, 1560), obra atribuida al humanista Álvar Gómez de Castro.1 Según era costumbre, se organizaron varias justas literarias, entre las que había un certamen de epitalamios latinos.2 Es posible que Diego de Guevara (ca. 1537-1565), el amadísimo alumno de Ambrosio de Morales y Pedro de Esquivel, se sintiera estimulado por esta convocatoria, pues un mes más tarde enviaba a Ambrosio de Morales su Epithalamium

* El presente trabajo se incluye en el Proyecto de Investigación BFF 2003-01367 de la D.G.I.C.Y.T. 1.  No obstante, esta atribución fue cuestionada por A. Alvar Ezquerra, Acercamiento a la poesía de Álvar Gómez de Castro, Madrid 1980, vol. I, pp. 166-167. 2.  “Assi se proueyo, que se pusiesse luego vn cartel de contienda de Poesia, para que se hiziessen Epitalamios, y Odas, y Epigramas Latinos, y muchas maneras de coplas Castellanas, a las bodas de sus Magestades, con muchos simbolos y inuenciones” (Recebimiento…, f. A2v).

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Antonio Serrano Cueto

Philippi et Isabelis regum para que el maestro lo corrigiese.3 De Morales estimó que era digno de ser publicado y, sin que lo supiera su alumno, lo puso en manos del impresor Juan de Brocar, que lo publicó de inmediato, incluyendo una epístola nuncupatoria de última hora dirigida a Francisco de Mendoza y Bobadilla, obispo de Burgos.4 De esta manera el joven poeta madrileño participaba de la enorme maquinaria de propaganda política que se había organizado en torno al tercer matrimonio de Felipe II.5 La ocasión no era baladí: la joven hija del monarca francés Enrique II había sellado la paz entre los dos países en abril de 1559 en Cateau-Cambrésis. De ahí que pronto los españoles la titularan Isabel de la Paz6 y le rindieran honores en su recorrido desde Roncesvalles hasta Toledo,7 pasando por Guadalajara, Alcalá y Madrid. Como es natural, los poetas cortesanos se aprestaron a enaltecer el sentido pacificador de la boda. Junto a Diego de Guevara cabe destacar, entre otros, a Hernán Ruiz de Villegas (1510 - ca. 1572), quien compuso un extenso poema de título explícito: De pace et nuptiis D. D. Philippi et Isabellae Hispaniae regum libelli duo8.

3.  Aunque por estas fechas ya podría haber abandonado la Universidad de Alcalá, hay sin embargo constancia documental de su participación en justas poéticas celebradas años antes en dicha universidad. Para su biografía, cf. A. Serrano Cueto, “Aportación a la biografía de Diego de Guevara: cuatro epístolas de Ambrosio de Morales, un epigrama de Arias Montano y otros testimonios”, RELat 5 (2005), pp. 263-280. 4.  En los preliminares de la obra (ff. Aiir – Aiiiv) figuran tres cartas cruzadas entre el maestro y el discípulo (fechadas entre el 11 y 22 de marzo) que dan cuenta de la intervención del humanista cordobés en la impresión del epitalamio. El poema completo (excepto las dos cartas de Ambrosio de Morales) fue editado y traducido en Mª. C. Vaquero Serrano, En el entorno del maestro Álvar Gómez de Castro: Pedro del Campo, María de Mendoza y los Guevara, Ciudad Real 1996, pp. 220-238. No obstante, actualmente ultimo una nueva edición crítica, traducción y estudio literario de este epitalamio. Para estas cartas, cf. mi artículo “La precipitación de Ambrosio Morales en la publicación del Epithalamium Philippi et Isabelis (1560) de Diego de Guevara: avatares de la epístola nuncupatoria”, Calamus Renascens 7 (2006), pp. 179-196. 5.  A. Redondo, “Fiesta, realeza y ciudad: las relaciones de las fiestas toledanas de 1559-1560 vinculadas al casamiento de Felipe II con Isabel de Valois”, en S. López Poza – N. Pena Sueiro (eds.), La fiesta. Actas del II Seminario de Relaciones de sucesos (A Coruña, 13-15 de julio de 1998), Ferrol 1999, pp. 303-313. 6.  Sobre esta reina, véase el clásico trabajo de A. González de Amezúa y Mazo, Isabel de Valois, 3 vols., Madrid 1949, y el más reciente de M. J. Rodríguez Salgado, “Una perfecta princesa”. Casa y vida de la reina Isabel de Valois (1559-1568). Primera parte”, Cuadernos de Historia Moderna. Anejo II (2003), pp. 39-96; id., “Una perfecta princesa”. Casa y vida de la reina Isabel de Valois (1559-1568). Segunda parte”, Cuadernos de Historia Moderna 28 (2003), pp. 71-98. 7.  Vaquero (op. cit., p. 183) sugiere la posibilidad de que Diego de Guevara hubiese ayudado a Álvar Gómez en los preparativos que se hacían en Toledo a finales de 1559. 8.  Este largo poema quedó inédito hasta 1734, cuando fue publicado en Valencia por el Deán Martí. Actualmente Elena Rodríguez Sánchez prepara su estudio, edición crítica y traducción como

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La querela pacis de Erasmo en el epitalamio de Diego de Guevara en honor de Felipe ii e Isabel de Valois

2. El tema de la paz en el epitalamio guevariano Diego de Guevara aborda el tema de la paz desde el comienzo mismo del epitalamio. Los primeros versos –con ecos evidentes del comienzo del epitalamio de Estela y Violentila de Estacio9–, constituyen una invocación a Apolo para que cambie las flechas y el carcaj por la cítara y el plectro (1-3): Qui modo laetifero tendebas cornua neruo, Dum fera Belgarum saeuirent praelia campis Pone leues calamos, Paean, et spicula conde

La idea se refuerza poco después, con la aparición de Himeneo, quien, rodeado de los amorcillos, quema las armas con las teas nupciales (9-11): Aspice, fatalem felici lampade taedam Portat Hymen galeasque uirum fulgentiaque arma Vrit […]

La evocación de la paz o la concordia en el contexto del epitalamio no es novedosa. Baste recordar el Epitalamio de Honorio y María de Claudiano, donde Venus arenga a los soldados para que dejen las armas y disfruten de las fiestas.10 Por otra parte, la retórica epidíctica exaltaba la concordia como una de las virtudes de la unión matrimonial, tanto en la tradicional tesis  , como en la laus conubii de los discursos nupciales y los epitalamios. Si dicha concordia trascendía los límites del hogar y no afectaba sólo a los cónyuges, el matrimonio podía convertirse en arma política, puesto que las nupcias –en palabras del humanista Francesco Bertini– pacem, beniuolentiam amoremque gignunt, furores compescunt, iras effrenant, iniurias mulcent, ipsa denique capitalia odia pellunt.11 Tampoco era una novedad la utilización del mito de Astrea en el epitalamio, puesto que ya en la tradición medieval lo encontramos en el Epithalamium Beatae Mariae Virginis de John Garland.12

objeto de tesis doctoral en la Universidad de Cádiz, codirigida por J. Mª. Maestre Maestre y por mí mismo. 9.  Vnde sacro Latii sonuerunt carmine montes? / cui, Paean, nova plectra moves umeroque comanti / facundum suspendis ebur?… (silu. 1, 2, 1-3). 10.  Gradiuum, nostri comites, arcete parumper, / ut soli uacet aula mihi. procul igneus horror / thoracum, gladiosque tegat uagina minaces. / stent bellatrices aquilae saeuique dracones: / fas sit castra meis hodie succumbere signis. / tibia pro lituis et clangore tubarum / molle lyrae festumque canant. epulentur ad ipsas / excubias; mediis spirent crateres in armis. (Clavd. carm. 10, 190-198). 11.  Citado en M. de Nichilo, “L’oratoria nuziale umanistica tra retorica del matrimonio ed elogio cortigiano”, Euphrosyne 23 (1995), pp. 123-139 (p. 137). 12.  Es una de las cuatro Hijas de Dios, según la alegoría medieval. Cf. E. Faye Wilson, “Pastoral and epithalamium in Latin literature”, Speculum 23.1 (1948), pp. 35-47.

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Antonio Serrano Cueto

Ahora bien, Diego de Guevara introduce en el poema una sección ajena a las convenciones de la tradición: la querela de la diosa Pax. Ésta se inserta en una escena típicamente mitológica. Ante Júpiter, que se halla sentado en el trono olímpico, se presenta llorosa y suplicante su hija Pax alma, que le reprocha el abandono que sufre. La lamentación implica un retroceso en el plano temporal, ya que el diálogo entre la diosa y Júpiter tiene lugar cuando Catalina de Médicis, reina de Francia, aún está embarazada de Isabel de Valois.13 Una vez terminado el lamento, Júpiter proclama los buenos augurios de este nacimiento, reflejo de la esperanza que se habían depositado en nuevo matrimonio de Felipe II. Con el contraste entre el pesimismo de la diosa y el optimismo del dios supremo, Diego de Guevara realza notablemente la importancia de Isabel como símbolo de una nueva era en las relaciones hispano-galas. Lo dicho se entenderá mejor si se conoce el lugar que ocupa la querela en la estructura general del poema: 1. Mudanza de las armas por la cítara y la tea nupcial (1-17): 1.1. Invocación a Apolo (1-6a). 1.2. Anuncio de la boda (6b-8). 1.3. Presencia de Himeneo y los amorcillos (9-17). 2. Viaje de Isabel de Valois (18-70): 2.1. Exhortación para su venida (18-22). 2.2. Recorrido (23-68a): – Camino desde Roncesvalles (23-41). – Boda en Guadalajara (42-51). – Hacia Alcalá. Exhortación al río Henares (52-68a). 2.3. Exclamaciones de alegría (68b-70). 3. Invocación a la musa Erato (71-76). 4. Júpiter en el Olimpo (77-86). 5. Diálogo entre Paz y Júpiter (87-170): 5.1. Querela pacis (87-140). 5.2. Respuesta de Júpiter (141-170). 6. Nacimiento y elogio de Isabel (171-194).

13.  La escena del diálogo está introducida por la invocación a la musa Erato con un verso (Dic, Erato, primas repetens ab origine causas, v. 76) que parece inspirado en el epitalamio de Estela y Violentila de Estacio: Sed quae causa toros inopinaque gaudia vatis / attulit, hic mecum, dum feruent agmine postes / atriaque et multa pulsantur limina virga, / hic, Erato iucunda, doce… (silu. 2, 1, 4649).

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La querela pacis de Erasmo en el epitalamio de Diego de Guevara en honor de Felipe ii e Isabel de Valois

7. Buenos augurios de las Parcas (195-199). 8. Paz entre los soberanos de España y Francia (200-224). 9. Elogio de Isabel (225-315): 10.1. Isabel de la Paz (225-239).



10.2. Canto profético del río Tajo (240-315).

3. La querela Pacis14 “O pater, aerios tractus atque aequora Ponti Qui regis imperio fulgentesque aetheris orbes, Quod tua Pax tantum laeso pietatis honore Ausa nefas aut quid contra tua numina fecit, 90 Vt misera, extorris frustrato saepe labore, Irrita mille aditus tentans totidemque reclusis, Exulet, heu!, furiis hominum iactata nefandis? Culmina nulla mihi surgant, altaria fument Nulla mihi, rutilis spirent nec floribus arae, 95 Cornibus aut sparsis salsa cadat hostia fruge, Sed sim spreta mage et caeci ludibria uulgi. At commune queror, sed certum corde dolorem Moesta premo et questu gemitus nascuntur ab uno. Hircaniue Arabesue ruant, discrimine habebo 100 Nullo equidem. Aurorae surgat gens Persica ab oris, Per medios properet Marathonis currere campos Et cum Cecropidis iterum decernere ferro, Atque Minerua suam despectet caede madentem Tellurem et Cyri saturentur sanguine manes. 105 Denique regna, uidet quaecunque auratus Apollo, Mortifero inter se flagrent incessa duello, Tantum saeua mei ponant certamina reges. Armat Iura suum copiis armatque Lemanus, Heluetii magnas augent in praelia uires, 110 Quique Ararim Ligerimque bibunt amnemque Garumnae. Hic furit Hesperio stipatus milite, qualis Marmaricas ruit indomitum uis saeua leonum

14.  El poema consta de 315 hexámetros. Cito por el ejemplar R/14579 de la Biblioteca Nacional de Madrid.

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Per syluas, quos dira fames pugnaeque cruentae Egit amor, pollens generoso atque ira furore. Ah! quoties ualidis uidi concurrere dextris Ipsa acies, mutuae et stragis concrescere aceruos, Atque Itala, heu!, fuso rorantia culta cruore: Moenia nam quid ego memorem fundata uetustis Parthenopes saxis aequataque culmina coelo Cuspide, quassata et furibundi turbine Martis? Quid Morinum urbes, Pappiae quid praelia dicam Insubriumque arces albentesque ossibus agros? Aut referam infamem ferali clade Rauennam? Ah quoties amborum animos auertere pugna Tentaui!, et fragili si quando foedere utrunque Firmaui, tota ipsa meis tota artibus usa. En sopita nouo fumant incendia bello: Pestis gliscit atrox Lernae foecundior hydra In prolemque iacit nascentem semina flammae Atque propinatum primo dat lacte uenenum. Scilicet auersa, heu!, nimium tua numina nobis Experior, pater, heu!, nostris conatibus obstas. Auspiciis adiuta tuis tua nata furorem O quoties rabidum Mauortis pressit et illa Custodis clausit stridentia limina Iani, Et uictrix rutilos clypeorum incendit aceruos! Nimirum te uersa retro sententia mutat Et miseram infausto despectas lumine Pacem”. Dixit et ex imo traxit suspiria corde.

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4. La querela guevariana en su época Si bien el poema entero está al servicio de la nueva reina como símbolo de la paz, hasta el punto de que eclipsa incluso al propio Felipe II, la querela constituye la parte más sobresaliente, puesto que pone de manifiesto las ansias de paz no sólo en España, sino en una Europa destrozada por las guerras. No se trata de un encomio de tipo retórico, como los numerosos himnos, odas y discursos que el

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tema propició en la época.15 Con esta lamentación Diego de Guevara se aproxima a quienes, con Erasmo de Rotterdam a la cabeza, denunciaban con el evangelio en la mano los desastres de la guerra. Y si bien el poeta madrileño omite toda referencia a las Escrituras, el recurso a la querela, la conversión de Astrea en la diosa Paz y las esperanzas en el comienzo de una nueva Edad de Oro expresadas más adelante en el epitalamio constituyen un claro tributo a Erasmo. El holandés publicó su Querela pacis en 1517 (Basilea, Froben), a instancias de Jean le Sauvage, el gran canciller de Borgoña. Aunque no tenía la fuerza demoledora del adagio Dulce bellum inexpertis (1515),16 no obstante alcanzó inmediato éxito. Sólo tres años más tarde los humanistas españoles disponían de la traducción en romance del arcediano Diego López de Cortegana, canónigo sevillano, dedicada a Rodrigo Ponce de León, duque de Arcos. Salía de las prensas junto con la traducción castellana de un tratado de Eneas Silvio Piccolomini (Papa Pío II): Tractado de la miseria de los cortesanos que escrivió el papa Pío ante que fuesse summo pontífice a un cavallero su amigo. Y otro tractado de cómo se quexa la Paz, compuesto por Erasmo varón doctíssimo… (Sevilla, Jacobo Cromberger, 1520). Esta primera traducción española de la Querela pacis17 se presentaba ante el público en un momento poco propicio para lecciones pacifistas, pues el país andaba envuelto en las sublevaciones de las comunidades y las germanías. Con todo, la traducción de López de Cortegana contribuiría decisivamente a la difusión de las doctrinas del holandés en España. Aún no había concluido esta década vital para el erasmismo español y esta traducción fue reimpresa en Alcalá en 1529,18 en los talleres de Miguel de Eguía, el gran divulgador de las obras de Erasmo en España.19

15.  Cf. J. Hutton, “Encomium Pacis: Topics”, en Themes of peace in Renaissance poetry, IthacaLondon 1984, pp. 265-295. 16.  Cf. M. Bataillon, “Un extremo de irenismo erasmiano en el adagio «Bellum»”, en Erasmo y el erasmismo, Barcelona 19832, p. 67. 17.  Se trataba de la segunda obra de Erasmo traducida hasta la fecha, pues en 1516 había visto la luz en Sevilla el Sermón del niño Jesús traducido por Diego de Alcocer. Cf. M. Bataillon, Erasmo y España, Madrid, 1986 (3ª. reimpr. española), pp. 86, 155. 18.  López de Cortegana no llegó a conocer esta reimpresión, pues murió en 1524. Un año después de su muerte, el humanista y reformador francés Louis de Berquin daba a luz su versión francesa, bajo el título La Complainte de la Paix. 19.  Tractado de las querellas de la Paz, compuesto por Erasmo varón doctíssimo. Con otros dos tractados que escrivió el papa pío antes que fuesse pontífice a un cavallero su amigo de la miseria de los cortesanos y del sueño de la fortuna, Alcalá, Miguel de Eguía 1529 (19 de marzo). El impresor se atribuye la primicia de la edición, ignorando (quizás interesadamente, algo nada infrecuente en la época) la sevillana de 1520. Cf. J. Sanz Hermida, “La imprenta y la difusión de la espiritualidad erasmis-

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En esa Alcalá abierta al espíritu erasmista se formó Diego de Guevara entre la década de los cuarenta y los cincuenta. Tuvo por maestros, según se dijo, a Ambrosio de Morales y Pedro de Esquivel,20 y gozó del afecto y amistad de hombres sabios como Álvar Gómez de Castro,21 Benito Arias Montano22 y el erasmista Juan de Vergara.23 Durante este tiempo pudo tener acceso a los libros de Erasmo en Alcalá o en Madrid.24 Cuando Diego de Guevara compone el Epithalamium en honor de Felipe II e Isabel de Valois, el nombre de Erasmo ya está proscrito, mas es sabido que ello no impidió la lectura y utilización callada de sus obras.25 La Querela pacis, además, junto con otros escritos pacifistas de Erasmo, había calado en el espíritu de numerosos humanistas. Así pues, el madrileño podría haber conocido el opúsculo de Erasmo en edición latina o, muy posiblemente, en la traducción de López de Cortegana. 5. La querela guevariana frente a la Querela de Erasmo El opúsculo de Erasmo, que pasaba de mostrar las virtudes de Cristo como conciliador a alabar a los nuevos príncipes de Europa (Francisco I, Carlos V, el emperador Maximiliano, Enrique VIII), centraba la lamentación en tres consideraciones esenciales: a) la oposición pax (fons omnium bonorum) / bellum (fons omnium malorum); b) el desprecio de la paz sólo puede entenderse por

ta”, en Erasmo en España. La recepción del humanismo en el primer Renacimiento español (catálogo de la exposición celebrada por la SEACEX en Salamanca del 26/9/2002 al 6/1/2003), Madrid 2002, p. 134, nota 25. 20.  Sabemos por la información que facilita Ambrosio de Morales que con catorce años (hacia 1551) era alumno ya aventajado de Pedro de Esquivel y hasta los 20 (hacia 1557) estuvo bajo la instrucción del propio Ambrosio de Morales. Cf. Serrano, “Aproximación…”, pp. 265 y 279. 21.  Debemos a Vaquero (op. cit., pp. 139-183) la edición de la correspondencia inédita entre Gómez de Castro y Felipe (su padre) y Diego de Guevara, lo que nos ha permitido conocer datos importantes de sus vidas entre los años 1556-1563. 22.  La relación con Arias Montano se basa en un epigrama que éste dedica a Diego durante una de sus enfermedades. Puede verse en Serrano, “Aproximación…”, pp. 270-272. 23.  A la muerte de Juan de Vergara, en febrero de 1557, Diego, que contaba sólo veinte años, compuso un breve epigrama laudatorio que se ha conservado entre los papeles de Gómez de Castro. Para la misma ocasión su padre compuso dos inscripciones latinas. Véanse los tres escritos en Vaquero, op. cit., pp. 145-146. 24.  Su padre, Felipe de Guevara (ca. 1500-1563), vivía en Madrid en permanente contacto con la corte. Había sido gentilhombre de boca de Carlos V y era Comendador de Destriana de la Orden de Santiago. 25.  A pesar de que un enemigo de Erasmo como Diego López de Zúñiga también veía en este libro frases reveladoras de luteranismo, sin embargo el librito no fue prohibido en el Índice de Fernando de Valdés de 1559. Cf. Bataillon, Erasmo y España, p. 124.

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la demencia de los hombres; c) el mensaje evangélico reclama la paz y rechaza la guerra. Lejos del desarme jubiloso impuesto por Venus en el epitalamio de Claudiano26, la diosa Paz del epitalamio de Diego de Guevara profesa un especie de nihilismo que, como se ha dicho, preparará el camino para el largo elogio de Isabel de la Paz que cierra el poema. Mas, si este optimismo final se aproxima a la Edad de Oro anhelada por Erasmo, sin embargo, el madrileño renuncia en la querela al recurso de exponer las bondades de la paz (concordia, armonía, fertilidad de los campos, etc.27), así como a la doctrina del pacifismo evangélico.28 Por otra parte, la Paz guevariana combina el ropaje mitológico de Astrea con el peso cultual que el Imperio Romano brindó a la diosa Pax, aunque sea para un uso retórico a contrario (94-95): Culmina nulla mihi surgant, altaria fument Nulla mihi, rutilis spirent nec floribus arae

5.1. Pax misera, extorris, spreta, frustrata, uicta La diosa Paz del epitalamio se muestra con un perfil idéntico al de la Pax profligata de Erasmo. Como ésta, la Paz guevariana ofrece en la querela la imagen del desaliento y la frustración ante la actuación de los hombres. Para la expresión de tales sentimientos, el poeta presenta una Paz “desdichada” (misera), “desterrada” (extorris), “desdeñada” (spreta), “frustrada” (frustrata) y, en definitiva, “vencida” (uicta). Pax misera La desdicha que siente la diosa Paz, ocasionada por el supuesto desprecio de su padre Júpiter, quien habría mudado su opinión respecto de la joven, se expresa al comienzo y al final de la querela (91, 138-139): Vt misera extorris frustrato saepe labore

26.  Véase la nota 10. 27.  Lo hará, casi terminado el poema, en el curso de la laudatio de la novia (280-284): Pax uenit, ecce auido securus uomere taurus / uertit foeda situ squalentiaque arua colonis / abductis; niueas spectat de rupe capellas / pastor; et arguta modulatur carmina canna, / nec pauidus saeuum metuit rabida ora luporum. Son versos que recuerdan el himno a la Paz de Tibulo 1,10, 45-49: interea pax arua colat. pax candida primum / duxit araturos sub iuga curua boues: / pax aluit uites et sucos condidit uuae, / funderet ut nato testa paterna merum: / pace bidens uomerque nitent... 28.  Este último aspecto, amén de ser un tema extraño a las convenciones del epitalamio, hubiera deslizado al autor por un terreno resbaladizo en estos años tan próximos a la clausura del Concilio de Trento.Véase lo dicho en la nota 25 respecto de López de Zúñiga.

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[…] Nimirum te uersa retro sententia mutat Et miseram infausto despectas lumine Pacem.

El adjetivo misera evoca de manera indudable la frustración de la Paz erasmiana cuando, al dirigir su mirada a las ciudades con la esperanza de hallar concordia entre quienes conviven dentro de los mismos muros, no tarda en descubrir que todo resulta vano: Sed, o me miseram! quam hic quoque dissidiis omnia uitiata comperio […]29

Pax extorris, spreta Como es natural en la recreación del mito de Astrea –la hija de Zeus y Temis que abandonó la tierra en la Edad de Hierro30–, el destierro es la principal queja de la diosa Paz en el epitalamio. Aparece en los primeros versos y está asociada al desdén y escarnio de los mortales (91-93, 97): Vt misera extorris frustrato saepe labore, Irrita mille aditus tentans totidemque reclusis, Exulet, heu!, furiis hominum iactata nefandis? […] Sed sim spreta mage et caeci ludibria uulgi.

En la Querela erasmiana observamos una situación semejante. La diosa Paz intenta comprender desde el inicio de su lamento por qué los hombres la han desterrado de sus vidas: Si me, licet immerentem, suo tamen commodo sic auersarentur, eiicerent profligarentque mortales, meam modo iniuriam et illorum iniquitatem deplorarem; nunc cum me profligata, protinus fontem […] Si me ad istum modum spernerent ferae leuius ferrem, et in me admissam contumeliam naturae imputarem [...]31

Pax frustrata Varias veces se lamenta la Paz guevariana de cuán inutiles resultan sus esfuerzos entre los hombres, aun cuando en otro tiempo su labor pacificadora le reportaba frutos. A los versos citados anteriormente (Vt misera extorris frustrato saepe

29.  IV (= LB 30.  31. 

Cito el texto de Erasmo por Opera omnia emendatiora et auctiora, Leiden 1703-1706, vol. IV), 628B-C. Ov. met. 1, 149. LB IV 625A.

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labore, / Irrita mille aditus tentans totidemque reclusis) cabe añadir los siguientes (125-127, 132-133): Ah quoties amborum animos auertere pugna Tentaui!, et fragili si quando foedere utrunque Firmaui, tota ipsa meis tota artibus usa. […] Scilicet auersa, heu!, nimium tua numina nobis Experior, pater, heu!, nostris conatibus obstas.

La Paz de Erasmo busca sin descanso un lugar donde todavía sea recibida con respeto. Lo intenta entre los sacerdotes y los obispos, pero pronto se convence de que ha de seguir buscando. La misma conclusión sacará después de intentarlo en la corte de los príncipes. Finalmente le embarga la desesperanza y la desconfianza en los hombres: Sperarem apud hos mihi fore locum, nisi toties frustrata spes me prorsus desperare docuisset […] Quo me posthac conferam infelix, posteaquam toties fefellit spes? […] Quo me uertam, toties experta mihi data uerba?32

Pax uicta Aunque, como se ha visto en la estructura del poema, la esperanza en una reina pacificadora se hará explícita después en la respuesta de Júpiter y en la laudatio de Isabel, la diosa Paz se presenta en la querela completamente vencida, pues manifiesta su indiferencia ante la sangre derramada en cualquier región que ilumine el sol (106-108): Denique regna, uidet quaecunque auratus Apollo, Mortifero inter se flagrent incessa duello, Tantum saeua mei ponant certamina reges.

Enumera entonces el poeta lugares que evocan batallas y guerras célebres en la época, como Flandes, Pavía, Nápoles y Ravenna, y dedica una mención especial a las tierras de Italia, empapadas por la sangre de mil batallas (117-118): Ipsa acies, mutuae et stragis concrescere aceruos, Atque Itala, heu!, fuso rorantia culta cruore

Erasmo había repasado algunos conflictos candentes, como las guerras entre Francia e Inglaterra, el eterno enfrentamiento con el turco y las luchas intestinas

32. 

LB IV 629A-B, 628D,E.

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por el poder en Bohemia.33 También había denunciado la sangre derramada en la República Cristiana, con expresiones que pudieron haber inspirado a Diego de Guevara: Quae regio non Christiano sanguine commaduit? Quod flumen, quod mare, non humano cruore tinctum est? […] Nunc trophaea sanguine tincta eorum pro quorum salute Christus suum fudit sanguinem, reponuntur in templis […]34

5.2. Bellona = furia, pestis, hydra Lernae Frente a la paz vencida, la guerra vencedora. La diosa atribuye una de las causas de su destierro al desvarío de los hombres (93): Exulet, heu!, furiis hominum iactata nefandis?

La elección de furia no es causal, dado que en la Querela erasmiana la guerra aparece asociada varias veces a este término y sus derivados: Furiis actos [homines]; pugnandi furiam; Tartarea furia; ad furiam propensos; Roma furiosa; Furiis Orcoque litatum.35 Finalmente en la querela del epitalamio la guerra se muestra como una pestis más dañina que la hidra de Lerna, cuya malignidad se propaga como un veneno a través de la simiente y la primera leche de los hombres (129-131): Pestis gliscit atrox Lernae foecundior hydra In prolemque iacit nascentem semina flammae Atque propinatum primo dat lacte uenenum.

Todo ello se halla en la Querela de Erasmo: la guerra como una peste, la comparación con la hidra de Lerna y la imagen de la semilla y el veneno que se inocula a los mortales: Caeterum tot egregias commoditates quas mecum adfero, sibimet ipsis invidere, proque his ultro tam tetram malorum omnium lernam accersere, an non hoc extremae cuiusdam dementiae videtur? […] denique si res est adeo non sancta, ut omnis pietatis ac religionis sit maxime praesentanea pestis [...] O pestes, in extremas insulas deportandas! [...] Parum consulere populo, parum fauere principi uidetur, qui suaserit rem omnium saluberrimam et ab omnium pestilentissima dehortetur.36

33.  34.  35.  641C. 36. 

LB IV 633E-F. LB IV 633A-B, 638A. Respectivamente, LB IV 625B, LB IV 627F, LB IV 633D, LB IV 634F, LB IV 641A, LB IV LB IV 625B,C; 633E; 635B.

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Denique adeo apud hos non esse sedem paci comperio, ut hinc potius omnium bellorum fontes ac seminaria […] Nunc ab iis potissimum uidemus oriri bellorum semina […] Nunc ipsi bellorum seminaria quaerunt […] Quae Tartarea furia uenenum hoc in pectus Christianum potuit immittere?37

6. Conclusiones Si todo el epitalamio de Diego de Guevara rinde tributo a Isabel de Valois como esperanza de paz, la querela pacis supone un guiño a Erasmo de Rotterdam. El perfil de ambas diosas, la erasmiana y la guevariana, se ha trazado a partir de una serie de rasgos comunes. La concepción misma de una lamentación de la diosa Paz en aquellos años no puede desvincularse de la obra y la doctrina del holandés. Escritos como la Querela pacis o el adagio Dulce bellum inexpertis estaban en la cabeza de todos, como ponen de manifiesto, entre otros testimonios, la Europa de Andrés Laguna o el Diálogo de las cosas ocurridas en Roma del secretario Alfonso de Valdés.38 La originalidad de Diego de Guevara reside en haber introducido estos ecos erasmianos en un epitalamio y haberlo hecho, además, aprovechando la ocasión que le brindaba la boda real.

37.  LB IV 628D, 638C, 633D. 38.  Cf. Bataillon, Erasmo y España, pp. 369-371; Id. “Sobre el humanismo del doctor Laguna. Dos libritos latinos de 1543”, en Erasmo y el erasmismo, pp. 286-326. Todavía en la centuria siguiente la pax Christiana mantiene una considerable deuda con Erasmo. Cf. B. J. García García, “El período de la Pax Hispánica en el reinado de Felipe III. La retórica de la paz en la imagen del valido”, en J. Alcalá – E. Belenguer (coords.), Calderón de la Barca y la España del Barroco, Madrid 2001, vol. I, pp. 57-95.

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