La Puerta de Sevilla en Carmona (1989) Junta de Andalucía

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Descripción

Consejería de Obras P(¡lbl i

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¡bid.. 266. ¡bid.. 68. ¡bid.. 200. 212 Y266. Catálogo AMC (2). 287 Y 342. Más adelante se llamaría Corredera de San Roque. del Carmen y calle de Sevilla. /bid.. 272 Y 278. CA YAPS (2). 214. la ubica Arente a la torre del ángulo SW. del Alcázar Real. que también se ha denominado ..de la Puerta de Marchena». Catálogo AMC (2). 275. lbid.. 280. lbld.. 297 Y 354. En 1411 aparece .. Santa Anan en conexión con San Mateo: cabe la posibilidad de que el caserío extramuros fuese tan

exiguo que se agrupasen administrativamente entkla.des muy alejadas. o bien que en la ermita de San Mateo recibiese culto más de una advocación. CAYAPS (2). 267·277. El fundador fue enterrado en el ábside en 1522 (Ibid.. 192). Caulogo AMC (2). 331. 334 y 338. En este último documento. la reina (Isabel la Católka). concedió a carmona los productos de las penas de cámara para atender el arreglo de la mUI3ILa. . lbld.. 338: el edificio muestra una sencilla portada. abierta en un muro con merlones decorativos: posee en el interior arquerías mudéjares. con arcos de medio punto. sobre pilares. y con alfiz. El mismo año se autorizó la construcción de un corral para el ganado menudo.

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n lbld., 338, 343 y 346; el nomencJator de la cIudad permite Identificar el1ugar donde estaba el edificio. El sector referente al pescado pronto cambiÓ de emplazamiento. ya que una parte pasó a la calle Bodeguilla (CCEM. 278) y otra a \as proxlrnldades del Matadero y de

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la Puerta de Sevilla. lbld.• 280. El unico rastro maten .. 1 Identificable de lo que pudo pertenecer a este establecimiento es la fachada de la casa Uamada «del Salado» que, convertida en solar. muestra vestigios de una buena portiida g600. datable a fines del sig.lo xv. ¡bid,265.

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CiJriJogo AMe (2). 332.

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¡bid.. 337.

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CAYAPS {2}, 271. Confunde Santa María del Real con la de San Antón. La primera quedó Integrada en un convento. como veremos.

mIentras la segunda. rodeada por el (aserio en los últimos dIez años. aún exiSte como edifIcio Independiente. Catálogo AMe (2), 356 Y 372 (con datos sobre el mal estado del muro). .. G. Sonsor. "El terremoto...". I! CiJtilogo AMC (2), 351 ss. Parece deducirse que sólo existía un molino que más adelante perdió su nombre original para tomar el del ponillo: H le es Indudablemente el que hemos descrito al final del tramo X de la muralla. en nuestro primer capítulo. 111 lbld.. 357. 11 lbld.. 358. " CCEM. 145 y 167. 39 ¡bid.. 235. 011 CCEM. 120. 9L lbid.. 86. 9¡ En este punto CA r APS (2). 184 Y 196. organiza un pequeño lio, pues cataloga este convento como dos distintos: la Concepción (nombre popular) y Santa Isabel (nombre ofiCial). Como Santa Clara, posee éste un hermoso claustro. en el que los pilares de aquél ya habían evo· luclonado hacia las columnas renacentistas. pero de ladrillo. cfr. CAYAPS (2) flg. 336·367. 9) CCEM, 86: "El Curioso ..... , fol. 122. Se trasladó al sitio actual en 1520. .. M. González Jlménez. "Los Judeoconversos...... 9S Lo que viene a representar una poblaCión de algo más de nueve mil personas. de las que más de la tercera pane habitaban fuera del recinto amurallado, CCEM. 47. !lO lbld.. 65: 1514 (Zapateros. Pintores. Sastres, Espaneros y Tejedores). 1552 (Espaderos). 1555 (Cunldores. Zurradores y Cordoneros). 1557 (Herreros). 1559 (Barret05) y 1575 (Carpinteros). 91 lbid.. 234·235: quedó ubicada en la misma manzana de la Puerta de Sevilla, ello Indica bien a las claras el desinterés por las fortificaciones. '" CAYAPS(2). 214 . .. lbld.. 213. LOO (Anónimo) "En su memoria», CVG (1974) alude al testamento de D. Rodrigo Qulntanilla que cedió pane de su casa para ampliar Santa María: esta ocasión es anterior a 1537 y se refiere concretamente a la zona de la sacristía. Las alineaciones de las casas y palacios colin o dantes. y el exiguo tamafto de la mezquita Original (dedUCido del tamai'lo de su sahn) permite sostener esta operación secular de expansión del templo a costa de casas de la nobleza y calles secundarias. L., Archivo Municipal de Carmona, Ubro de Actas QpltuLues de 1528. Cabildo del 11 de mayo, sobre la alcaldía cfr. "El Curioso...... 171. L1n CA YAPS (2). 273. Ibld.. 273. 100 Archivo MuniC ipal de Carmona. ubro de Actas Q plcuures de 1539. Cabildo del 3 de octubre. lOS CAYAPS(2). 275. 106 lbld.. 274. 101 Archivo Municipal de Carmona. ubro de Actas CiJpiculares de 1546. Cabildo del 4 de enero. 101 CCEM. 23. 1O'i J. Paz. CastJ1/o y fortalezas del Reino. Notlca de su estado y de sus Alcaldías dUfilnte los siglos xv y XVi. Madrid 1978. 54-55. CAYAPS. (2) 274. 111 lbid.. 273·276. m Archivo Municipal de Carmona, ubro de Actas Qplcuures de 1552, CAbildo del 25 de noviembre. m Archivo Munklpa] de Carmona, ubro de Actas Qplcuures de 1553, CAbildo del 9 de octubre. 114 «El Curioso ...... rol. 129. LIS CAYAPS (2).271 : noticias de un convento de .. carmelitas calzadas.. que debe ser una confusión con el que estamos anotando. pues ca· recemos de cualquier otro dato sobre este presunto establecimiento religioso femenino. 110 ¡bid.. 273. La "puerta de las Bastidas .. debía estar situada a! final del tramo v, según ya se Indkó. 111 «El Curioso ...... fol. 133. 111 CAYAPS(2). 275. 119 Cfr. «El Curioso...... 134 sobre el tema véase J. 1. Carmona Garcia. El sIStema de Id hospitalidad públiCa en la SevJlla del Antiguo Régimen. Sevilla 1979. 193 ss. 110 lbld. 273. R. L Kagan. CIudades del siglo de Oro. Las visus españolds de Aneon Van den Wyngaerde. Madrid 1986. 336. m Op. cje. 303. Hoy eXiste en aquella zona. según ya diJimos. un humilladero ubicado al borde del escarpe. que puede ser el indicado: la fábrica actual es bastante más moderna, de los últimos aí'los del Siglo XVIII. m ¡bid.. 283. m CAYAPS(2). 273 s. 12< Cfr. bibhografia y. sobre todo, plano de Carmona que acompañil a CCEM. 12S Nombre de plazas. calles y lugares solamente. 1211 En Sevilla. pan la misma época. es ell O%. CIr. A. Collantes de Terán Sánchez. Sevilla en la Baja Ed.ld Media. La ciudad y sus hombres. Sevilla 19n. 73 ss. In En Sevilla. para la misma época. es el 20% ¡bid.. 76. 111 Los más antiguos son de comienzos del xv. procediendo en su inmensa mayoría de padrones datados entre 1466 y 1553. Sólo un dato procede de etapa posterior. como es el de la calle "Dos Puenas" que procede del CAllejero de 1639. IN M. González Jlménez, " La Guerra CiviL ... El dato de que la Orden no tuviese propiedades en Carmona (E. Solano Rulz .. El Señorío de la Orden de Calatrava en Andalucia y el término de la Edad Media)). Cuademos de Historl3 7. 136 ss.) refuerza este argumento. No deja de ser Interesante que un fraile de Calatrava, Luis de Godoy. sea el dueí'lo de Carmona durante catorce años (1 464-1478). 1)11 CCEM. 123 y CA YAPS (2). 874. El Cabildo poseía tierras en Carmona desde 1285 (M. González Jlménez. "Propiedades y rentas terIUo' rlales del CAbildo de la Catedral de Sevilla a (Ines de la Edad Media ... Cuaderno de HlstorLJ 7. 172). "1 Catálogo AMC (2), 176. m ¡bId.. 339. m CCEM. 265. 1)01 Cfr. datos de 1471. IlS Cfr. datos de 1444-1448. 'l

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cfr. documentos de estas fechas. extractados en p¡lglnas anteriores. c fr. Cad/ogo AMe (2). 109: es sintomático que en esta zona se Instalara la torre del Telégnfo en 1798-1800. 1" No se documenta hasta 1755. Cfr. 1.. Torres Balbás, CJud.1des hJspanamusulmalliJS (2). 1M "El Curioso ... » fol. 129. Hasta esa fecha se denominó Corredera de San Roque. nombre que poseía desde 1503. l. ¡bid., liS. IJI¡

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1tético tejado. Los pilares de la Cortina ostentan. en vertical. parejas de agujeros que demuestran la existencia de una cubierta similar a la que acabamos de describir. pero bastante más baja y horizontal. B3.5 Forjado sobre el muro del arco B.B. La cara interna de dicho muro. en el ángulo que forma con el arranque B1.5. muestra huellas de un entramado de rollizos que forjaba en dirección EsteOeste. B3.6 Cierres exteriores de huecos (7). Hay huellas de maderos de diversas escuadrías en los paramentos exteriores. en las proximidades de los huecos que relacionamos a continuación, y cuya configuración no ofrece datos sobre las estructuras de los objetos que las dejaron: ranuras de los rastrillos de la Puerta y la Poterna. hueco alto de la Torre del Homenaje. puerta de la Torre del Oro y huecos del Patio del Salón Alto". B3.7 Tejado junto al Interva11um. En el paramento que limita este espacio por el Sur se aprecia un muro triangular. a modo de piñón, que sugiere la existencia de un tejado que vertía sus aguas hacia Poniente, hacia el interior de los Anexos.

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BA. Huellas de elementos diversos.

B4.1 En el borde Sur de la Galería. en la que descansa el Podio. justamente donde está el desnivel hacia la Terraza SW. aparecen tres rectángulos hechos con ladrillos viejos. posiblemente reaprovechados: en nuestra opinión son las bases de otros tantos merlones. pensados en una obra de restauración. que no llegaron a construirse 56 y que nosotros hemos eliminado. B4.2 Arquivolta exterior de la Poterna (fot. la). Sobre la rosca de dovelas del hueco exterior. existe otra de menor espesor. como ya se señaló. La identidad de medidas con la arquivolta moldurada que existe en el mismo lugar por el interior. sugiere que este elemento decorativo fue eliminado. al igual que los almohadillados de los paños inmediatos. B4.3 «Des-almohadillado» del paramento del Bastión (dlb. 8 Y foto 16). Casi toda la superficie de los paramentos que conforman el ángulo SW aparece relabrada para eliminar el almohadillado y que aún se percibe como una colaboración distinta de la superfiCie de los sillares. B4.4 Huellas en torno a la puerta de la Cortina (dib. 8 Y foto 16). Observando la Cortina desde la Torre de la Puerta, como ya se indicó. aparece perforada por un pequeño hueco cegado hoy día: arranca desde el mismo nivel donde la Cortina asienta sobre el muro del Bastión y se cubre con un dintel monolítico. Está practicado en el relleno de otro hueco mayor. perfectamente integrado en la Cortina y que se cie rra con un dintel adovelado. como ya se observó en la lectura masiva. Los paramentos adyacentes. tanto de la Cortina como del Bastlón 57 • muestran numerosas huellas de apoyos de maderos y obras de fábrica, conformando las siguientes series horizontales. descritas de arriba hacia abaja S.!!. 1. Pareja de pequeños agujeros cilíndricos sobre las esquinas del dintel del hueco menor. abiertos en el relleno del hueco mayor. Son. por tanto. posteriores a ambos huecos. 11. A la altura del dintel del hueco pequeño aparecen una serie de dos agujeros cuadrados sobre la jamba izquierda del hueco mayor y cinco al otro lado, de manera que los dos últimos caen ya en la fábrica menuda de la Cortina, siendo el del extremo Este mayor y rectangular". III. Serie de nueve huellas de formas. profundidades y ubicaciones diversas. situadas en la primera hilada del Bastión. Están situadas simétricamente respecto al eje común de los huecos. IV. En la hilada inmediatamente Inferior se aprecian ocho toscas y grandes muescas. más profundas por abajo que por arriba. que no guardan simetría. Sugieren la colocación, introduciéndolas desde arriba, de unos maderos para forjados. V. Pareja de grandes rebajes entre las hiladas tercera y cuarta. El fondo está labrado en curva, como apoyo de un arco. como así se conserva en el de la izquierda. donde aparece como caja del arranque de un muro de ladrillo. No guardan simetría respecto al eje de los huecos. VI. Serie de cuatro huellas. similares a las de IV pero más altas e irregulares. ya que algunos sobrepasan, por arriba o por abajo, la quinta hilada, donde se ubica la mayoria.

Por las relaciones que aparecen entre ellas cabe sostener que la serie III es más vieja que la IV, la V y la VI. Las huellas desaparecen a partir de la quinta hilada, que hace la misma cifra contadas desde la comisa del arco B5. Para cerrar este apanado advertimos que, en cualquier caso. estas series de huellas están en relación con los dos citados huecos, y no con alguno de los elementos de la Puerta. es decir. los que hemos denominado B3, B4, BS, salvo quizásm los de la serie V, que están desequilibrados hacia la izquierda, como si buscaran la proximidad del rastrillo que se alojaba en el arco B3. B45 Rebaje del pavimento de la Puerta Los paramentos de la Puerta, desde un extremo a otro, y en su parte inferior, muestran una textura bien distinta de la sillería de las partes altas: creemos que, en parte, son zapatas de cimentadón, y en parte, el corte del terreno natura! que existía bajo ésta. Es decir, en otro momento existió un pavímento bastante más alto que el actual: éste ha buscado. con una mayor pendiente en la zona de la Puerta, dar continuidad a los planos de las plasas adyacentes. B4.6 Atanores del Salón de los Presos (fot, 14), En el tramo central de la fachada del Salón, a la altura del forjado que sostiene el pavimento del Alto. aparecen dos tubos, tal vez de cerámica, que parecen proceder del interior. donde no se advierte su huella. B4.7 Rastros de huecos en la Cortina. En el espacio que hace cinco entre los que conforman los «pilares» de la Cortina, contados desde Poniente, aparece, por el lado del Patio, la huella de un hueco. como de puerta, tabicado hoy y con figura deforme: por la cara Sur de la Cortina aparece su responsión en tamaño considerablemente menor. Por el exterior. ya en el extremo de Poniente. se perCibe la huella de una puerta pequeña en el nivel inferior del Salón de los Presos. justo donde se une a la Cortina.

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C. Relaciones proyectivas y métricas Como ya apuntamos en la nota número 10 de este mismo capítulo las relaciones específicamente

métricas, no metrológicas que serán analizadas en el apartado Ol.Al. del sector 6.05 (Lectura tecnológica), no tienen relevancia en la Puerta de Sevilla y, al estar implícitas en nuestros dibujos. no se analizan.

Tampoco hemos detectado relaciones proyectivas del tipo más elaborado e interesante. es dedr. módulos o trazados reguladores. apareciendo solamente los más simples. como son cuasisimetrías axiales planas o tridimensionales (así la organización general del Bastión respecto al plano vertical Norte-Sur. el Salón de los Presos en casi todos sus elementos significados. el Aljibe respecto a sus dos planos verticales Norte-Sur y Este-Oeste ... ). alineaciones (los restos de muros paralelos a la Cortina. según se verá. y los arcos y bóvedas de la Puerta). simetrías de revolución verticales (bóvedas y cúpulas en general) y poco más. Como se puede observar se trata de relaciones (J podemos Interpretar que esta eliminación debe ser bastante más antigua que la reseñada en el punto B4.3. S1 FALTA NQTA. SI No haremos referencia a otras catorce huellas. algunas de gran tamaño y forma precisa, que por no conStituir sene O no tener relación evidente con las demás, se resisten a todo Intento de c).¡¡silicaclón. S9 Cabe la poslb!lldad de que la parte Izquierda cuenta con el mismo número de elementos del otro lado. que pueden estar ocultos bajo el enfoscado que cubre la zona. ch. Norberg·Schulz, op. dt.. 71 . 61 Vanos comercios. el Juzgado comarcal. un bar. una pensión. y algunas entidades de crédito, amén de vIviendas, se sitúan en las casas que abren a la Plaza. 61 Evidentemente existe un conflicto entre las conductas observables y su soporte físico. escasamente adecuado (tanto por diseño de sus trazados, como por ausencia de terminaciones o elementos cuaJjfjcadores ade>. en Homenaje a Conchica Femández Chicarro. Madrid 1982. 116 ss. La fecha propuesta (1600-1500 a. de q haría de este caso un auténtico eslabón entre las fortlficaclones de la época de Los Millares y éstas del Bronce Final. pero existen dudas. en opinión de F. Amores. sobre la lectura cronológica de estos restos arquitectónIcos. 11 J. Morais Arnaud. "Coroa do Frade. do Bronce Final dos arredores de Evora. 1971·72». MM (20). 90. El autor data este recinto múltiple. slmUar al de Tejada. entre los sIglos IX. VlIl YVII a. de e l. D. Rulz, J. M. Blázquez y J. e Martín. "Excavadones en el Cabezo de San Pedro (Huelva). Campaña de 1978». Huelva Arqueológica (5), 149 ss. Se data el muro (los autores no afirman su finalidad defenSiva) en el Siglo VIII a. de e (258 s.) y D. Rulz. «Aportación al análisis de los Inicios de la presencia fenicia en Andalucia Suroriental según las excavaciones del Cabezo de San Pedro (Huelva). San Bartolomé (Almonte, Huelva). Castillo de Doña BLanca (Puerto de Santa María. Cádiz) y El Carambolo (Camas. SeVilla)>>. HLS. Sevilla 1986.539 s. 11 No hacemos referencia, por ahora. a las connotaciones religiosas. políticas. comerciales o sociales que toda muralla lleva aparejadas. 1< En esta época. por lo que sabemos. debían reducirse al lanzamIento de proyectiles «personales» (dardos lanzados con arcos. piedras de hondas. lanzas...). K. M. Kenyon. op. c/r.. 80 ss. 16 E. Clausettl. ForttfJcazJonJ e macchine belliche. Roma 1939, 7 ss. 11 Estos sistemas. sin variación alguna. mantuvieron su eficacia hasta los campamentos romanos de Brltania: así en el Housesteads. de tiempos de Adrtano (E. Blrley. Research on Hadrian's Wall. Kendall 1961. fig. 12). Obsérvese que la propia Roma (G. saflund. Le mura di Roma republicana. Upsala 1932). Pompeya (A. Maiurt, "Studi e rlcerche sulla fortiflcazlone di Pompel". Monumentl Antichi 33. 2). Palinuro (P. Naumann. PalJnuro. Ergebnlsse der Ausgrabungen 1. Topographie und Architektur. Heidelberg 1958) poseyeron sistemas parecIdos. " Este Invento ortental (ya aparece en tiempo de Salmanasar m. hacia el 850 a. de e. en el asedio de la ciudad sirta de Parga) no fue conocido en Grecia hasta mediados del siglo V a. de e (Cfr. F. E. Wlnter. Greek fortificar/ons. Toronto 1971. 85 Y por ello sorprende que en Cerdeña ya se conociese en el Siglo VII a. de C. (Cfr. F. Barreca. " La colonlzzazlone fen lclo·púnlca y Sardegna alle luce delle nuove scoperte». Simposio Internacional de Colonizaciones. Barcelona 1974. 4). A la vista de estos datos. puede deducirse que. al menos en el Siglo VlIl a. de C.. los medios militares que eXIstían en la Península lbértca eran los mismos desde el Eneolítico y no muy diferentes de los que se dieron en Grecia hasta el siglo VI a. de e y en Italia hasta el V a. de e 10 Es Interesante observar que la arquitectura doméstica y la religiosa. adoptaron dispoSICiones rectangulares antes que la militar. precocIdad perfectamente lógica aunque sólo fuese por razones de tamaño. Por lo mismo es coherente que sean las ciudadelas fortificadas (al fin y al cabo fuesen casas grandes dominadas formalmente por una sola persona) las que primero tendieron a la rectangulartzaclón. 10 Creo que el ejemplar típICO más antiguo es el del palacIo de Mart, datado hacia 1800 a. de e (Cfr. M. Coppa. op. cit.. flg. 194). 11 M. Oliva Prat. ullastret. Guia de las excavaciones y su museo. Gerona 1967. M. A. Martín. Ullastret. Poblallbérlc. Barcelona 1985. Del siglo VI a. de e senan las torres circulares. del V los lienzos de murallas que las unen y. ya del IV a. de e. las torres rectangulares y el sector de "coracha» que cierra hacia La antigua laguna. con una puerta en repliegue. 11 M. Almagro. Ampurias. Guía breve de las excavaciones y el Museo. Barcelona 1971. 21. E. Rlpoll Perelló. Ampurias. Guía itineraria. Des· cripclón de las ruinas y museo monogriftco. Barcelona 1976. datan las muraUas ampuritanas hacia el 237 a. de e n P. Roulllard (Investigaciones sobre u muralla ibérica de Sagunro. Valencia 1979. 15. 17 Y 75) data las murallas de Sagunto (incluso el trozo considerado por A. García y Bellido como restos del Artemlslón. «El lienzo megalítico del Anemislón de Saguntum¡¡. BRAH 153. 301 ss.) en el siglo IV d. de C. y da la lista de sus paralelos levantinos. 1< J. Bemler Luque y J. Fortea Pérez, Recintos y ForrJ/icaciones ibéricos de la Bética. Sal.amanca 1970. Se trata de una extensísima serie que abarca las provincias de Jaén. Córdoba y Sevilla. Degando al propio término muniCipal de Carmona. datables entre los primeros años del Siglo VI a. de e y la Invasión romana.

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l' A. Blanco FrelJelro. HLsrorfa del Arte..., 26. 1/

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S. Moscatl, "News on Punlc Art», The role of che phoenlc/ans In che lntenctlon 01 MedJterranean Clvil/zatloos. BellUt 196a. 67 ss. (Ras al·Drek y QelibJa). Tn Cdruglne e Roma, Milán 1971. 26 ss. (Ras Fort.ls): E. Tltone, Clvi/U di MotyiJ, Tr.lpanJ 1966. 44 ss. (Motya): A. M. Blssl «R1cerche sulle fortlflcazlonJ punlche di ubeo (Marsala)>>, AC 20. 259 ss. (Wlbeo) y F. Jorda y L M. Blázquez. o!,- clr.. 307. El paralelo formal más claro (como conjunto general) es el de la Acrópolis de Ferentino que es de la primen mirad del siglo JI a. C. G. GuIllo!. «1 monumentl dell'Acropoll di Ferentlno». AC (6. 2), 200. cree que no tenia función militar alguna. D. Rulz. J. M. Blázquez. y J. C. Martin. op. cit., 258 s.. citan los autores (259) paralelos orientales exactos para este tipo de fábrica mixta. lejano precedente, mutaCls mutandis, de la nuestra de la CortllU del Bastión y que analizaremos más adelante. A. Tejera Gaspar. op. cie .. 45. M. E. Aube:t, «Ll Necrópolis de vlllaricos en el ámbito del mundo púnico peninsular», HLS, Sevilla 1986.

570. M. J. Almagro, uExcavaclones en la Necrópolis púnica de vlllaricos». HLS. Sevl11a 1986. 570. M. J. Almagro. «Excavaciones en la Necrópolis púnica de VIUaricos», HLS, Sevilla 1968. 634 Y F. Mollna Fajardo, "AlmuBécar a la luz de los nuevos hallazgos fenicios ... Los fenIcios en Id Penínsuu ¡bériCd (1). Sabadell 1986. 208. JO H. Schubart y H. G. Nlemeyer. Trayam.1f. Los hipogeos fenicios y el asentamiento de Id desembouduliI del río A/garrobo. Madrid 1976, 236. Citan como precedentes orientales mAs Inmediatos ejemplos de Ugant. Ramat-Rahel. Samarn. etc. (9191 ss_)_ H. G. Nlemeyer y H. Schubart, Trayamar. Die ph6nlzlschen und die NlederLtssung an der A/garrobo-Mandung. Malnz .11m Rhelm_ 1975. 153. 11 M. Almagro Gorbe:a, .. Pozo Moro. El monumento orientallzante, su contexto soclo-cultur.ll y sus panlelos en la arquitectura funeraria ibérica», MM (25) 1983. 211 ss. El edificio muestra todo el repertorio de la cantería antigua: líneas de montea. grapas. marcas de cantero. anathyrosls. probable empleo de bUJarda y gradina. etc. JI A. Tejera Gaspar, op. dt .. 126. " J. P. Garrido y E. M. Drta, «Edad del Hierro». Huelva: PrehiStoria y Antlgüetb.d. Madrid 1975. 21(); V. Plngel. "Zur Vorgeschlche von Niebla (Prov. Huelva)n, MM (16). 117 ss. )< A. Blanco FrelJelro, «Fenicios de Sldón. a propósito del nuevo SMCófagO de adlz». Historia 16 (59). 128. A. Blanco y R. Corzo. «Der Neue Anthropolde Sarkophag von Cadiz». MM (23) 1981. 236: A. Muñoz Vicente. «Aportaciones al estudio de silleria prerrom.ana de Cádiz». Bolerín del Museo de CJdJz (4). 47 ss. " A. Blanco FrelJelro. Historia del Arte.... 31 s. )O J. Benler y J. Fortea. op. cit.. 61 ss. )1 A. Flck. uDle Stadtmauem van Tarragonau, Jahrbuch des Deutschen Archaolog/schen lnstltuts (48): Th. HauschJld. uDle romlsche stadmauer van Tarngona. Ausgrabungen In der Torre de Minerva In Baluarte de Santa Mrhara. Kampagnen 1976 bis 197&•. MM (lO) 236 ss.. y Arquitectura romana de Tamgona. Tarragona 1983. 175. JI G. Lugli. op. cit.. 189. )t A. Jiménez, «Esquema de las obns ...... «Los Caños de Carmona ..... y «AnálIsis de una propuesta ...... .., L'anmentatlOn en de Caesarea de MauTeunie el /'aqueduc de CherchelJ. París 1976.67 Y 135. >. XVI CNA. Zaragoza 1983.981 e «Importaciones fenicias en Andalucía Occldentak Los (enkJos en la Penínsul4 Ibérica (11). Sabadell 1986. 272. 10 Aunque no suPiéramos de la exlstencla de una extensa y rIca teoría. y práctica. poliorcética bastaría comparar las fortifIcaciones griegas anteriores a las Datk Ages (N. C. Scoufopoulos. Mycenean eltadels. Goteborg 1971) con las de época clásica (F. E. Wlnter. op. cit.). Sobre Poliorcética cft. Y. Garlan. Recherches de POHOtcétJque grecque. París 1974 (trad. del libro V de la Sintaxis Mecánica, de Filón de Blzanclo en 279 ss.): L QuIIIC!. IITelesla» QITAUR (2): E. W. Marsden. Greek and Roman Artillery. Hlstorlcal developmenr. Oxford 1969 y W. Snedel y V. Foley. "catapultas antIguas» 1 y e (32). 92 s. E. Gabba. «Tecnolog¡a Militare antlca», TecnologJa. Economía e Socíeta nel Mondo Romano. Como 1980. l ' Op. cJt.. 18 ss. Se documenta esta terrorífica pieza de artillería desde el 270 a. de c. 12 A. W. Lawrence. op. dt .. (4 19 ss.). data entre el 441 a. de c. y la citada fecha del 287 a. de C. la aparición y rapIdísIma dIfusión de los elementos que hemos cItado. Il A. M. Snodgrass. Arms and Arrnour o( che Greeks. Londres 1967. " V. Foley y W. Snedel. «Naves de guerra a remos en la Antigüedad». 1 y e (57). 104 ss. Es un desarrollo paralelo (aunque bastante más largo) que el de la PolIorcética. en el que tambIén ocupan papeles Importantes los arquitectos de Dlon[s[o de Slracusa. de quien tanto. y a costa de tantas pérdIdas. aprendieron los cartagineses a comienzos del siglo IV a. de c. l' Véanse los modelos griegos viejos N. C. Scoufopoulos. op. cit., Lenu (113). Chalandrianl y Agios Andreas (116), Micenas (1 17). Tirinto (120). Atenas (122) y Gla (124). 16 Su altura era suficIente. ya que la mínIma (suponiendo el suelo sin rebajar) fue de unos 11 m. que es normal en época helenística (F. E. Wlnter. op. cit.. 134). n lbld.. 127. Lo normal en GrecIa y en toda su área cultural. hasta !legar a Blzanclo. es el de forma (en planta) de diedros rectos (Cfr. lb/d., 139) M. 1. Rostovzeff. F. E. Brown y C. B. Welles. The Excavatlons at Dura-Europos. Prelimlnary Report o( che Sevenrh and Elghc Seasons o( Work (1933-34 y 1934-35). New Haven 1939. Hg. 12; F. Staehelin, Ole Schwlz 1m Rom/schet zeit. Bas[lea 1948. abo 45 (Rlngmauer de Avene/cum) y B. Meyer Plath. Die Llndmauet van Konsrantlnopol. Berlín 1943. flg.2. 11 Como desconocemos si la fábrica Al. en la Torre del Homenaje. tiene las mismas característIcas que en el muro Sur. no nos atrevemos a conjeturar la existencia. de una segunda cámara. La necesIdad de un mayor tamaño viene impueSta por el espacio de maniobra para manejo de la artillería. El frente de su espacio interno (que es el mIsmo que en el siglo III a. de q tIene 550 metros libres, es decir. 70 cms. más que la torre número 6 de la cInta murada de Paestum (E. W. Marsden. op. cit.. 7) aunque es bastante más estrecha (3 m. frente a 4.90 m.). SI la alargáramos hasta esta última dimensIón en el espacIo de la Torre. alcanzaríamos el límite Oeste actual del Podio. De la citada torre de Paesrum extrapolamos los demás datos de nuestra restitución gráfica. lO Ibld.. 139 Y 150 . .. M. Coppa. op. clc.. fig. 18L " 1bld. (ver flg. 186). Troya-VI (fig. 281. hacia 1800 a. de C.) N. C. Scoufopoulos, op. e/r.. Micenas (f1g. 7) Y Tlrlnto-II (flg. 8) data bIes entre los Siglos XV y XII a. de C. O. Boradman. Los griegos en ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica. Madrid 1975. 21 Y 35). al Cfr. Mota 65 y F. E. Winter. op. cit.. fig.173. " lb/d. f¡g. 177 Y 178. pág. 185; M. Coppa. op. cit.. fig. 850 ss. '" J. P. Adam. op. cft.. 71. as Ibld.. 78. &11 Ibld.. 79. 17 ¡bid.. 80. a Ibld.• 84. l o Ibld.• 86 . ... lb/d.. 91. ., Ibld.. 92. 9 2 Y. Garlan. op. clt .. 279 ss. F. E. Wlnter. op. cft .. 244 S. 9 1 En ella los merlones, como ya se indicó en la nota 78 siguiendo la tradición orIental. ya que estimamos que estos elementos defensIvos han tenIdo a lo largo de los Siglos un valor emblemático más que notable; así podemos hallar connotaciones minoicas a las de forma de Iabrls. Islámicas para los escalonados, italianas a los cortados en V. etc. etc. No debemos olvIdar que a lo largo de siglos la reglón de Cartago (Túnez, Monastir. Susa ...) ha usado este tipo de merlón redondeado. y que éstos están documentados en miniaturas mozárabes. QoI P. Grlmal er alil. El Helenismo y el auge de Roma. Madrtd 1972.69 ("cartago. desde el punto de vista de la Economía. es una gran potencia helenística"). y 72 ("los ejércitos cartagIneses anunciaron los de los reyes helenísticos y. tras la formación de los reinos surgidos del Imperio de Alejandro. ésta será una semejanza más entre ellos y la ciudad púnIca"). F. Jordá y J. M. Blázquez. op. cit., 324. lb/d•. 72. No parece que fuesen los Bárquldas los únicos en sentirse tentados por el sistema monárquICO. ya que el general romano que acabó con ellos. ESClpIÓn. tampoco era un magiStrado precisamente regular (Ibld.. 326). de manera que la Segunda Guerra Púnica más bien debiera Inscribirse entre las que se sucedían en Oriente por aquella época. 116 La lista es de S. Moscatl (1 (enJcJ.... 219 ss.): las africanas de Leprls Minar, cartago. Adrumetum. Qerquam. Túnez. Adys. Hippo Aeta. H1ppo RegJus. Uxus. Ras al-Fortas, Ras ad-Dreq. Qebllia. DJebel Tuyela. Djebel Fratas. Qasr al-Ayur y HenchIr al-Qebsh. las sicilianas Motya. Ulibeo. Eryx y Panormos y las sardas Sukls. Monte SIra!. Panl Lortga. BonOlva. Sedlco. NeonelJ. Fordonglanus. Genon!. Ballao y Tharros; de ellas sólo Mocya con selVa algunos sectores con algo de alzado. Mejor conselVadas están las Turres Hannloolis andaluzas. 01 Es ésta una constante en la arquitectura monwnental romana (recuérdese POrta Maggiore) y del Renacimiento. donde se le asocia a signlf¡cados militares o nobiliarioS. empleándose, por analogía, en presidios e instalaciones similares. Cfr. E. Forssman. Dórico. Jónico. Corintio en la Arqulrectun del Renacimiento. Madrid 1983, l06ss. '1& Incluso el aparejo. amén de sus connOtaCiones militaristas y su SIgnificaCión tecnológIca. tiene Interés frente a los Impactos repetidos de artillería. pues el golpe de un bolaño lanzado por una catapulta rompía fácilmente un sillar. pero como la Junta (es decir, lo más débIl)

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quedaba retraída gracias a la anathyrosls. el sillar almohadillado resistía mejor. cfr. A. W. Lawrence. op. cir.. 424, que data el empleo de catapultas capaces de tales destrucciones en el 332 d. de c. '" Ocasiones no les faltaron. pues. desde antes de que comenzara el esp«tacular desarrollo de la Poliorcética en época de Dlonisio de Siracusa, hubo mercenarios hispánicos en todos los escenarios de batalla y asedios donde se emplearon máquinas (Cfr. A. Garcia y Bellido. Factores que contribuyeron iJ Ja helenluclón de la España preflomana (1). Los ,'beros en la Grecia propia y en el Oriente heJenísuco. Madrid 1934 y Contacros y relaciones enrre la Magna Grecia y 1.1 PenínsuM Ibérica, 1935. 29): las primeras noticias datan del 480 a. de C. y no cesaron hasta la Segunda Guerra Púnica. Para J. M. Blázquez, F. Presedo, F. J. Lomas y J. Femández. Hlstorld de 1.J Espaifa Antigua (lJ Protohistoria, Madrld 1980, 429, se emplearon máquinas contra los poblados Indigenas de Levante sobre el 348 a, de e 100 Cfr, nuestro capitulo 2, Las fuentes ofrecen escasos datos sobre el empleo de maquinaria de asalto en los presuntos prtmeros de uso del Bastión. La mencIÓn más antigua es la del asedio de Sagunto (A. Sdtulten, Las guerras.... 32: UV. 21. 7) donde Aníbal usó arietes protegidos, helepoleIs. catapultas y balllst.1e; en la flota con la que Laelio bloqueó cartagena. ex1stla uuUena (Uv. 26. 44) Y en el boún que se tomó en esta ocasIÓn se contaron 128 catapultas grandes. 281 pequeí\as. 23 hallIst.Je mayores. 52 pequeñas. y una cifra Ingente de scorplones (Uv. 26. 47. 5·6 pasaje silenciado por A. Schulten, op. dl.. 290 Y por quienes copian de su edicIÓn directamente. en cualquiera de las recopilaciones de textos que tan de moda están) y en la toma por catón de la Segesuca (Uv. 34. 17). De estos datos parece deducirse que los Indígenas no poseían la tecnologia suficiente para construir maqulnas. aunque las conocieran y sufrieran; su uso era patrimOnio de los cartagineses. que en este aspecto fue ron siempre por delante de los romanos: (E. W. Marsden. op. c/r.. 84 y In. de· muestra que sólo en tiempos de César se Institucionalizó la artillería en el ejército romano). 101 J. M. Alargues (l b/d. 439-461) Y su síntesis «Los Bárquldas en Espaila». HIstoria 16 (12). Cfr. A. Blanco FreljelrO y J. Valiente Malla. Hls· toria de España ( 1) La España Antigua. Madrld 1980. 125 ss. Más bibliografía en nuestro capítulo 2 (notas 3-6). 10l A. Schulten y P. Bosch. Fontes Hlspanlde ,Jntlquae (3). Las Guer¡¡¡s de 237-/54 a. de J. c.. Barcelona 1935. 237. El texto es de Dlodoro (25. 12). 10' R. Corzo. I,La Segunda Guerra ... ». 10. Los dsent.Jmlentos lbértcos ante la romm/ZilcJón. Madrld 1987) cuyas Ideas son paralelas a las nuestras. loe. En nuestro caso es prácticamente Indiferente, pues su dlsposklón en repliegue ya venía definida desde la época de la construcción del BastIÓn. SI seguimos a G. Siflund (u mur.i.., 258) debiéramos llamar a este modelo propylon. tipo ya bastante anticuado para el siglo 11 d. de e pero que el conservadurismo arquitectónico de la Roma coetánea mantenia. vigente. J. P. Adam. op. clt" n ss" aporta numerosíslmos ejemplos. En los primeros casos citados la composición de los pasos es más simple. pues se dispone como agrupación de arco·patio-arco. 10; M. Coppa. op. cit.. flg. 172. palaCIO de Kis. hacia el 2800 a. de e Le siguieron numerosos ejemplos. muy parecidos. hasta desembocar en las puertas de Babilonia (Ishtar. pág. 218. datada en el Siglo XVII a. de C.) Slchem (flg. 255. datada hacia los comedias del Segundo Milenio a. de q Megldo (flg. 256. Id.) Troya II-C (fig. 272. aún en el Tercer Milenio). Bogaz-Koy (R. Naumann. op. cir.. flg. 309. hacia el 1400 a. de c.¡ y Senzlrll (lbld. rig. 332. id.). No faltan en el área paleStina: en época efe los Hlcsos (Slchem. Bernshemesh. AlajaJ y Gatna) y de Salomón (Meglddo. Cezer y Hazor. entre el 961 y el 922 a. de c.¡. según P. LampL eitles and Planning In che Anclenr Near Ease. New York 1968. flgs. 106 y 119. LlO F. E. Wlnter. op. cít" 227 Y A. W. Lawrence. op. ele.. 419 s. Sobre todo a partir de la Introducción de la artlUería y las torres de asalto (sitio de Morra). de modo que al finalizar el Siglo IV a. de e eran corrientes en el area griega: cfr. 1. P. Adam. op. e/t.. 71 (puerta B de Mantinea) y 83 (puertas D y G de Mantlnea). 111 G. Lugll. ccConslderazlone suU'orlglne deU'arco a conci radiaUu. Pdllaclio (2). Se conservan arcos en puertas de ciudades en Gyftokastro O. P. Adam. op. c/r.. 82) Olnadal (lbld. 101 ) Heradea (lb/d. 102) Velia y Paesrum (lbid. 104). m lbld" 113. M. E. Blake. Anc/ent. .. ro Augusrus. 199: cree que las cabezas pertenecen a una restauración romana (Siglo 11 a. de e) de la puerta del IV o el 111 a. de e A la vista del monumento no podemos estar de acuerdo con esta Idea. 11' lbld" 119 (nota 5). 11. ¡bid.. flg. 16·4. IlS W. V. Harris. Romd In Etrurid dnd Umbrla. Oxford 1971. 117. !lb Es ésta una vieja polémica entre los Investigadores Italianos. cfr. G. Lugl!. op. clt" 122; M. E. Blake. op. c/r.. 199. m lbid" 199 ftg. 16-3. G. l.ugll. op. c/t.. flg. 45. 1lI M. E. Blake. op. elr.. 200: para G. l.ugli (op. cit.. 117) es del III a. de C. 119 M. E. Blake. op. cíe .• 200 y R. M. Staeclol!. "l.·urna etrusca a palazzetodel Museo ArcheologlCO di Flrenze». AC(19). 299 ss. En la misma época se datan las poternas de la ciudad 10'0 M. E. Bbke. op. cit.. 200. No es una puerta de carácter militar. lJl ¡bid.. 200: no se trata de una puerta. sino de un puente. tu lbld.. 202: tampoco es una puerta. ni tiene carácter militar. ,), ¡b/d.. 202 fig. 18-4. Es un ejemplar que nos ofrece muchas dudas como augusteo. dato que se adjudica de forma poco concluyente. pudiendo. por similares razones históricas. ser nevado a los años siguienteS al 90 a. de e 11'

¡bid.. 201. ¡bid.. 201.

flg. 18 S. De las figuras de M. E. Blake (op. ele.. rlg. 13 ss.) se deduce que en Volterra fueron talÓn·llstel. en Perugla sólo una nacela y en Fd/eril Novl (Puerta de Júpiter) Iistel-gola. m L T. Shoe. «Etruscan and Republican Roman MouldJngs", Memolrs oE che American Academy In Romd (28. 19(5) LV·3. rlg. 38. pp. 83 Y 175. 111 ¡bid.. l.VlIJ.l 1. p. 184. 1:N ¡bid.• LVlIT·9. UX-5. UX-4. no El único ejemplar más antiguo debe ser el de la muraUa de Tdrraco. Cfr. Th. Hauschild. "La Puerta Romana de la muralla de TarragonaOl. Boletín Arqueológko (de Id Real Socled.td Arqueológica TdfTdeOnense). 121-124. 26 YArquitectura romand de Tarragona, Tamgona 1983. 175. III G. Lugll. op. clC .. 314.

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G. saflund. op. cie.. 261. Obsérvese que Tarraco no conoció, en su momento fundacional. el uso del rastrillo, que se documenta en Volterra. FaJerfi Novi (que. por otro lado. son paralelos formales. como vimos) y Pompeya. Este es el sentido que le da. Eneas Tanjeo (39.3) y que Ilustra el asalto a Salapla (T. Uvio. 27. 28. 10): "Los centinelas salapitanos. que estaban de ronda en el adarve, llamados a grandes voces desde la vanguardia de Aníbal. compuesta en gran parte por desertores romanos, comenzaron a hacer ruido y a abrir la puerta: ésta estaba cerrada por el rastrillo que estaba bajado: lo levantaron parcialmente (.. ,): pronto los desertores Irrumpieron ante la puerta: cuando hubieron entrado cerca de seiscientos (, .. ) el rastrillo cayó con gran estrépito. Los salapitanos desde lo alto de la torre que protegia la puerta y desde los muros próximos (... ) exterminaron al enemigo". F. E. Winter. op. ele.. 181. 264 ss. El tema se repitió en todas las grandes puertas romanas (Pompeya. Tréveris. Turín. Aosta. Nimes. Amum. Verona. Asco!i. etc.). Vegetio (Eplt. rel milic. 4. 4) dice "Sed amplius prodesc quod Interrlt ;mtlquitas. ut ante portam addatur propugnaculum. lnculus lngressu pon/tur cataJacta. que anulls ferreis ac funibus pendet, ut. si h.ostes intraverint demissa eadem extlnguantur Indussi". Hemos de imaginarlo de madera (como hipóteSis menos pesada). y constituyendo un enrejado de barrotes verticales muy juntos (con hue

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