La propaganda como método de justificación de gobierno en la China del s.XX.

July 8, 2017 | Autor: A. Sánchez Herrera | Categoría: Visual propaganda, Propaganda, Chinese Politics, Political propaganda and Literature, Maoism, Mao Zedong
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Descripción

La propaganda como método de justificación de gobierno en la China del s.XX. Estudio del caso de Mao Zedong a partir de sus antecedentes históricos.

Autor: Alejandro Sánchez Herrera Asignatura: Pensamiento Moderno y Contemporáneo de Asia Oriental, 3º, GEAO de la U. de Sevilla

Índice de contenidos:

1.

INTRODUCCIÓN AL ARTÍCULO. ........................................................................................... 1 1.1

METODOLOGÍA Y FUENTES: .......................................................................................................... 2

2.

LA PROPAGANDA EN CHINA: EMPERADORES Y DIOSES. .............................................. 3

3.

LA PROPAGANDA DURANTE EL GOBIERNO DE MAO TSE TUNG. ................................ 7 3.1

ANTES DE GOBERNAR: LA LARGA MARCHA..................................................................................... 8

3.2. EJERCIENDO GOBIERNO: LA REVOLUCIÓN CULTURAL Y SU CONSECUENTE PROPAGANDA. ..................... 9 CONCLUSIÓN: LA PROPAGANDA COMO MOTOR CLAVE DE LA POLÍTICA CHINA. ...... 12 BIBLIOGRAFÍA: ............................................................................................................................... 13

1. Introducción al artículo. La temática principal de este artículo es realizar una comparativa entre la concepción del gobernante por parte del pueblo en la etapa imperial de China, con el impacto que tuvo Mao Tse Tung durante sus años de gobierno en el siglo XX. Para ello, se analizarán ambos fenómenos mediante el estudio de la propaganda gubernamental, difundida a través de la cultura popular para reafirmar determinadas ideas políticas y/o religiosas. A lo largo del artículo se demostrará que dicha propaganda fue un factor decisivo para que determinadas leyes o mandatos perdurasen en el tiempo, justificando además elementos tales como cambios de gobierno, represiones culturales o revoluciones cíclicas. Si bien la temática del artículo está centrada en el periodo correspondiente al gobierno del presidente Mao Tse Tung (1893-1976), también se hace referencia a elementos muy anteriores en el tiempo, como el caso del «Mandato del Cielo», que en el artículo se considera una de las primeras maniobras propagandísticas de la historia de China, y tal vez la más importante políticamente, pues legitima el cambio de ciclo dinástico y dota de aprobación divina al emperador vigente. Elementos propagandísticos contemporáneos, como la Larga Marcha o la Revolución Cultural, son los otros dos pilares sobre los que se sustenta este trabajo. 1

1.1 Metodología y Fuentes: Dada la naturaleza de este artículo, centrado en la comparativa del uso de propaganda entre la China clásica y la China moderna, se ha recurrido al uso de bastante bibliografía histórica con el fin de evaluar con rigor los aspectos políticos inherentes a la etapa maoísta del gobierno. Para ello, se han estudiado tanto obras publicadas durante el período de actividad política de Mao Tse Tung como análisis de su ejercicio político posteriores a su muerte. El artículo se ha estructurado, por tanto, en tres etapas temporales de la historia de China, correspondientes a su etapa imperial, los inicios de república del siglo XX y los mediados de éste. Respecto a la primera etapa, se ha estudiado con particular interés el uso de la teoría conocida como «Mandato del Cielo», además de realizar una comparativa con otros ejemplos como el caso de la Inglaterra del siglo XVI, gobernada por el rey Jacobo VI. Para estudiar las bases del Mandato del Cielo se ha empleado una obra de los doctores Meir Shahar y Robert Paul Veller, titulada Unruly Gods, Divinity and Society in China. Por otra parte, para comprender la teoría del «Derecho Divino de Reyes» se ha optado por basarse en los preceptos básicos de sus obras de 1598 y 1599, La Verdadera Ley de las Monarquías Libres y Basilikon Doron, respectivamente. Dada la ejemplificación realizada del impacto del Mandato sobre la cultura popular, se cita una de las obras más populares de la época Ming, el Fengshen Yanyi de Xu Zhonglin. La segunda etapa y la tercera contienen las principales cargas de investigación histórica del artículo. Dado a que lo analizado aquí es una serie de sucesos bastante contemporáneos, en ocasiones pueden encontrarse artículos históricos completamente parciales, lo que no permitiría evaluar con rigor la práctica propagandística del gobierno de Mao sobre la población. En la segunda etapa, que corresponde a la Larga Marcha, se ha pretendido recopilar tanto testimonios oficiales (del gobierno chino), como de soldados participantes en la Marcha. Sin embargo, dado que ambas versiones tienden a ser sesgadas, se ha recurrido también a los trabajos de diversos historiadores occidentales, cuya intención es la de evaluar el conflicto de forma empírica. Tal es el caso, también, de la tercera etapa, que cuenta con una carga propagandística muy superior y que, por lo tanto, puede generar puntos de vista muy dispares respecto a los mismos sucesos. En el artículo, centrándose en la campaña propagandística de la Revolución Cultural, se exponen diversos puntos de vista y se analizan posibles 2

tendencias sociológicas dadas a partir de la sociedad china de la época. Se utilizan por tanto las teorías del sociólogo francés Pierre Bourdieu para analizar la división cultural entre impositores e impuestos, así como el Pequeño Libro Rojo de Mao como referencia propagandística oficial, o los testimonios de escritores chinos como Jung Chang o Sun Shuyun. Como en la segunda etapa, se recurre también a los análisis de historiadores occidentales sobre el gobierno de Mao, como Justin Harris, Cesar Landín o Robin Strüber. Como este fenómeno no se ha estudiado con la suficiente amplitud en el mundo hispano, la única obra en dicho idioma es la traducción del trabajo original de Chang, Mao: La Historia Desconocida. Todos los demás textos han sido estudiados a partir del inglés. Alejandro Sánchez Herrera

2. La propaganda en China: Emperadores y Dioses. China, pese a la diversidad poblacional con la que cuenta tanto de forma territorial como cultural, ha reunido en sus fronteras hasta cuatro religiones principales a lo largo de su historia. Estas religiones se distinguen de dos formas: de carácter “clerical” (taoísmo, confucianismo y budismo) y de carácter “popular”, correspondiente a la religión del pueblo, que no es sino un amalgama de creencias adoptadas por la población respecto a aspectos determinados de la vida, sin implicar necesariamente un culto particular.1 Uno de los aspectos más recurrentes en cuanto a creencia popular a lo largo de la historia del país es la idea del Emperador como Hijo del Cielo, elegido por los dioses para que actúe como intermediario entre el plano humano y el divino. Esta idea está sustentada por la teoría tradicional conocida como «Tiānming» o «Mandato del Cielo», que data de la época de la Dinastía Zhou (1050 a.C-256 a.C) y que en su momento fue utilizada por los miembros de ésta para legitimizar su poder ante el pueblo chino tras derrocar a los Shang2.

1 2

SHAHAR, Meir; VELLER, Robert Paul, Unruly Gods: Divinity and Society in China, p. 1. SHAHAR, Meir; VELLER, Robert Paul, Unruly Gods: Divinity and Society in China, p. 17.

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El Mandato del Cielo está fundamentado en cuatro puntos principales, que se examinarán a continuación: 1. El Cielo otorga al Emperador el derecho a gobernar. 2. Como sólo hay un único cielo, del mismo modo sólo habrá un emperador vigente. 3. La virtud del emperador determina su derecho para gobernar. 4. No hay una sola dinastía que vaya a gobernar China de forma permanente. El resultado de la aprobación del Cielo respecto a un emperador nuevo supone que China cuenta con el beneplácito divino para, a su vez, contar con buenas cosechas y pocas catástrofes naturales. El hecho de aplicar el Mandato del Cielo a la transición de los Shang a los Zhou suponía considerar al gobierno Shang como “corrupto” y “mal visto” por el Cielo, de ahí la necesidad de cambiarlo. Al vulnerar el punto 3 del Mandato del Cielo – no siendo virtuoso en su ejercicio-, la dinastía debe ser reemplazada por otra nueva que gobierne legitimada y en unanimidad, respetando así los puntos 4, 1 y 2, respectivamente. En definitiva, se trata de una teoría cíclica aprovechada desde los Zhou hasta los Ming (1368-1644) como recurso de legitimación para prevenir levantamientos y demás revoluciones sociales. Consideramos, por tanto, que el Mandato del Cielo supone la primera gran maniobra propagandística del gobierno chino de cara a la población3, tanto por el impacto que tuvo históricamente como por su consecuente reutilización social realizada por las posteriores dinastías, aceptándose como ley y doctrina a acatar. En Europa imperó una idea parecida al Mandato, conocida como el «Derecho Divino de los Reyes», teoría defendida originalmente por Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, autor de las obras «La Verdadera Ley De Las Monarquías Libres, o El Deber Mutuo y Recíproco Entre Un Rey Libre y Sus Súbditos Naturales» (1598) y «Basilikon Doron: Las Instrucciones De Su Majestad Para Su Querido Hijo, el Príncipe Enrique» (1599), donde se explaya en esta idea. Un ejemplo de opinión de Jacobo I lo encontramos en 1600, en su discurso ante el Parlamento del Reino Unido: «El estado de monarquía es el más elevado sobre todas las cosas del mundo, pues los reyes no son sólo los lugartenientes de Dios en la Tierra y en su trono, sino que además son reconocidos por el propio Dios como dioses. Hay tres [comparativas] principales que ilustran el estado de monarquía: la palabra de Dios, la política y la filosofía. En las

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Partiendo de su sustentación en la religión popular y no la clerical.

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Escrituras los reyes son llamados dioses, y por relación sus poderes también son considerados divinos. Los reyes se comparan también con padres de familia, pues un rey es sin duda un parens patriae; el padre político de su pueblo. Y, por último, los reyes son comparados con la cabeza de este microcosmos que es el cuerpo del hombre.»4 La divinización de la figura del rey tuvo el contexto histórico de justificar el ascenso al poder de su hijo Enrique Estuardo (1594-1612) siendo este tan sólo un niño. Podemos ver, por tanto, que es un ejemplo parecido al caso de la transición Shang-Zhou, con la diferencia de que en el trono inglés el cambio fue de padre a hijo, dentro de la misma familia. A partir de este momento, y debido a la corriente de la monarquía absolutista, se relacionó mucho más la figura del rey con el Cielo y Dios, como se puede apreciar con elementos como el título conferido a los reyes de épocas posteriores como parte de su nombre, “Por la Gracia de Dios”5. En China el emperador usaba un distintivo similar, “奉 天承運” (legible como fèngtiān chéngyùn y que significa “Por la Gracia del Cielo”), aunque no estaba tan extendido. Otra diferencia entre el Mandato del Cielo y el Derecho Divino de Reyes es que, en el caso europeo, no se contempla la idea de que el gobernante ejerza mal su cargo, por lo que la idea de sublevarse ante el Rey es considerada como «pecado» a los ojos de Dios. El Mandato del Cielo, sin embargo, alienta a derrocar al mal gobernante y sustituirlo por alguien virtuoso, además de contemplar la idea de que cualquiera podía ser Rey, plebeyos incluidos. Tal fue el caso de la posterior transición acontecida con las dos siguientes dinastías, cuando los Qin (226 a.C-201 a.C) fueron reemplazados por los Han (206 a.C220 d.C), cuyo líder era Liu Bang (Han Gaozu era su nombre de Emperador), proveniente de una familia campesina de Jiangsu. 6 La idea de que un campesino heredara el trono imperial, sin embargo, se repitió únicamente una vez más durante la historia: cuando tuvo lugar el auge de la Dinastía Ming (1368 d.C-1644 d.C) gracias a Zhu Yuanzhang, un campesino huérfano con vínculos a la Secta del Loto Blanco. A partir de este momento, China contó con casos 4

Traducción propia de un fragmento de la obra “Sources of the Western Tradition, Vol. II: From the Renaissance to the Present”, 3ra ed., (Boston; Houghton Mifflin Co.,1995) p. 22-24. 5 Este título estaba limitado a los reyes, pues un señor contaba con su feudo no por la Gracia de Dios, sino gracias al Rey, como puesto superior a él. De este modo, un ejemplo actual de monarca que lleve implícito este título sería Isabel II, cuyo título oficial es “Isabel Segunda, por la Gracia de Dios, del Reino Unido de la Gran Bretaña y de Irlanda del Norte y de sus otros Reinos y Territorios Reina, Jefa de la Mancomunidad de Naciones, Defensora de la Fe”. 6 YUAN, Haiwang, This is China: The First 5000 Years, Berkshire Publishing Group, 2010, p.32

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puntuales de gobernantes procedentes de las clases campesinas, aunque desde un ámbito político y no monárquico: ejemplos de ello son Sun Yat-sen o Mao Tse Tung.7 El Mandato del Cielo, al ser un elemento de propaganda, se introdujo en la cultura y la comprensión de la religión del pueblo chino. Una muestra de la adaptación llevada a cabo para la población es la novela Fengshen Yanyi, que data de la época de la Dinastía Ming. Esta obra, cuyo título español sería “La Investidura de los Dioses”, fue escrita por Xu Zhonglin y se trata de una explicación popular –no académica- de la historia de la transición entre los Shang y los Zhou. En la historia, el gobernante Di Xin, último Emperador Shang, es reflejado como un líder tirano capaz de asesinar a sus ministros de formas tan cruentas como incineración en vida o servir de alimento a un pozo de serpientes. Tras darle muerte y exorcizar a su concubina, los Zhou restauran el orden en China siguiendo el Mandato del Cielo.8 Esta obra es un claro ejemplo de propaganda a través de la literatura, pues sirve de fundamento en plena época imperial para afianzar la idea del Mandato del Cielo como ley universal de gobierno en la población. Para ello se recurre a técnicas como la simplificación o el «embrutecimiento»9 de la historia, resumiendo al Emperador Di Xin como un hombre malévolo y a la Dinastía Zhou como los «salvadores de China», entre otros aspectos (los académicos coinciden en que la obra tiene bastantes incongruencias históricas obviadas a propósito para explicar la historia de forma más sencilla). El sociólogo francés Pierre Bourdeau afirma, en relación al concepto de embrutecimiento, que en aquellas sociedades donde imperan las clases con mayor capital cultural 10 , la cultura que pretendan marcar como estándar será aceptada por las clases de menor capital cultural, aceptando también los límites que esta cultura conlleva –como el caso de la cultura de clases-. Este tipo de imposición es considerada por Bourdeau como «violencia simbólica». 11 Por tanto podemos entender, de forma proporcional, que el uso de propaganda a partir de «cultura embrutecida» es un método de adoctrinamiento social concerniente al Mandato 7

YUAN, Haiwang, This is China: The First 5000 Years, Berkshire Publishing Group, 2010, p.58 ZHONGLIN, Xu, Fengshen Yanyi (Tales of the Teahouse Retold, Investitute of the Gods), traducción de Katherine Chew, iUniverse, 2002. 9 Traducción del concepto inglés «dumbing down», originario de 1933 y referido a simplificar los elementos de una historia para que sea de fácil comprensión para todo el mundo. 10 BOURDIEU, Pierre, La Distinción: Criterios y Bases Sociales del Gusto, p.30 11 Concepto acuñado por el propio Bourdeau. Hace referencia a aquellos casos de violencia en los que el agredido no es consciente ni asume dicha agresión, por lo que es un cómplice directo de ésta. 8

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del Cielo y al estado de Emperador durante la historia de China, partiendo de la religión como elemento de gobierno. En el momento en el que dicha propaganda permanece en la sociedad como elemento de «tradición popular», su justificación permite la vigencia del Mandato pese al paso de los tiempos, contemplando así un período de más de veinte siglos de gobierno imperial. Una vez acabada la China Imperial en el siglo XX, hubo un período de transición política en la que la religión popular quedó en un segundo plano. Esta idea se retomó con firmeza con uno de los puntos principales de este artículo: el culto a la personalidad de Mao Tse Tung, a través de elementos de propaganda como las representaciones artísticas o el «Pequeño Libro Rojo». 3. La propaganda durante el gobierno de Mao Tse Tung. De orígenes campesinos, Mao Tse Tung fue uno de los gobernantes más importantes de la historia moderna de China, al gobernar el país un total de 27 años y realizar maniobras como la Larga Marcha antes de llegar al poder, o la Revolución Cultural, ya en éste. Ambos elementos tuvieron un importante rol propagandístico: el primero, como recurso para apelar a su condición de “miembro del pueblo”, en vez de distinguirse de éste; y el segundo como campaña de impacto nacional sobre la orientación política del Partido Comunista Chino y el gobierno del país. La proclamación de la República China en 1911 dio lugar a que los referentes que la habían hecho posible, tanto Sun Yat-sen como Chiang Kai-Shek, generaran un culto de personalidad hacia su figura fundamentado en citas del Corán y el Hadiz. De hecho, la imagen de Chiang Kai-shek llegó a decorar la Plaza de Tiananmen, como posteriormente sucedería también con el retrato de Mao Tse Tung, además de perdurar hoy en día de forma más simbólica en Taiwán12. Este culto, evaluado con perspectiva histórica, fue bastante inferior al profesado posteriormente hacia Mao por parte de la población china. Los elementos principales que dieron lugar al culto a la persona de Mao, junto a los citados previamente, fueron el «Pequeño Libro Rojo» (Citas del Presidente Mao) y el uso de recursos como vídeos o carteles, difundidos ampliamente entre toda la población.

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YUAN, Haiwang, This is China: The First 5000 Years, Berkshire Publishing Group, 2010, p.76

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Estudiaremos a continuación estos cuatro casos en mayor profundidad, pues todos ellos son recursos propagandísticos de distinto modo. 3.1 Antes de gobernar: La Larga Marcha El primer elemento utilizado por Mao Tse Tung para justificar su ascenso al poder corresponde a la llamada “Larga Marcha” (1934-1935), consistente en la huída del Ejército Rojo desde la provincia sureña de Jiangxi hasta Shaanxi, al norte. El motivo de esta huida era la persecución llevada a cabo por las tropas republicanas de Chiang Kaishek, aunque posteriormente éste se aliaría con Mao para derrotar a las tropas japonesas, por lo que tras acabar con la ofensiva exterior, el Ejército Rojo pudo alzarse con el poder ante la debilidad de los republicanos. La Larga Marcha se utilizó por primera vez en 1935 como muestra de la perseverancia de los ideales del Partido Comunista, alterándose diversos aspectos de lo sucedido originalmente. Sirvió, de hecho, para imbuir un espíritu de ímpetu en la población, tal y como explica el documentarista Sun Shuyun: «“Si pasas dificultades, piensa en la Larga Marcha; si te encuentras cansado, piensa en nuestros antecesores revolucionarios”. Esta idea se nos transmitió a conciencia para que cuando consiguiéramos algo por el Partido, recordásemos que la dificultad no era nada comparada con la que habían sufrido en la Marcha. Décadas después de la original, tuvimos que pasar por otras muchas Largas Marchas – por la industrialización de China, para alimentar a la mayor población del mundo, para alcanzar a los occidentales, para reformar la economía socialista, para enviar humanos al espacio y para entrar con firmeza en el siglo XXI.»13 Como explica Shuyun, la campaña basada en la Larga Marcha se centraba en instruir a la población con ideales que reafirmaban la necesidad de esforzarse más en el trabajo por el Partido y por el país. Este tipo de propaganda recuerda a la que se realizaba en países como Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, con carteles con temáticas tales como el Emperador Hirohito de Japón caricaturizado de forma ávara o maliciosa (rasgos faciales exagerados, frotamiento de manos) mientras le dice al espectador “¡Adelante, por favor, tómese el día libre!”. 14 Este ejemplo particular busca crear un 13

SHUYUN, Sun, The Long March, 2009, Harper Perennial. Cartel difundido por la empresa petrolera americana TEXACO. El subtítulo original es “Go ahead, please, take day off!”. 14

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sentimiento de vergüenza al americano que, según su entorno laboral, no trabaje lo suficiente. De este modo se crea el tabú social del que «no se esfuerza lo necesario» por su país, por lo que la carga de trabajo se incrementa y, en extensión, el país consigue alcanzar una mayor productividad. Respecto a las diferencias históricas estudiadas por los expertos, una de las más notorias es el sistema de reclutamiento del Ejército Rojo. La versión oficial describe el reclutamiento de nuevos soldados por entonces debido a las ideas que tenían y la intención de cambiar su país, en calidad de voluntarios. Los estudios de historiadores como Shuyun contemplan algo distinto: reclutamiento mediante extorsión y amenazas. Shuyun sustenta su teoría en los testimonios extraídos personalmente a integrantes del Ejército Rojo original, como el soldado Huang Zhiji, forzado a entrar en el ejército a cambio de que éstos le perdonaran la vida a su padre. 15 Del mismo modo, la historia china no contempla con tanta profundidad la trayectoria del Cuarto Regimiento del Ejército Rojo, liderado por Zhang Guotao. Guotao y Mao acabaron enemistados mientras realizaban su campaña contra Chiang Kai-shek y los japoneses, por lo que Guotao dirigió a su regimiento al norte y perdió al 75% de sus tropas en un fracaso histórico no contemplado por la versión oficial del gobierno chino. Como explicó la oficial Wang Quanyuan, «Fuimos a Songpan con el Presidente Mao y nos reunimos allí con Zhang Guotao. Tras unirnos a él, hubo una reunión en la que Zhang Guotao cortó sus vínculos con el Presidente Mao. No nos hubiéramos enterado de ello de no ser por los cánticos en contra del Presidente Mao que proferían los miembros del Cuarto Regimiento.»16 3.2. Ejerciendo gobierno: La Revolución Cultural y su consecuente propaganda. La Revolución Cultural (1966-1976) fue la siguiente campaña del gobierno de Mao tras el Gran Salto Adelante (1958-1961), y consistió en el ideal de renovar a China aboliendo el sì jiù (四旧), traducible como “los cuatro antiguos/viejos”, correspondiente a los usos antiguos, las costumbres antiguas, la cultura antigua y el pensamiento antiguo. Para ello, la intención era colocar nuevos valores en la sociedad, tanto mediante el uso de nombres

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SHUYUN, Sun, The Long March, 2009, Harper Perennial. YOUNG, Helen Praeger, Choosing Revolution: Chinese Women Soldiers on the Long March, University of Illinois Press, 2007. 16

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revolucionarios en elementos tan dispares como las calles o los bebés, como mediante la destrucción de patrimonio artístico o religioso.17 Desde un contexto histórico, el Gran Salto Adelante supuso el intento más notable del gobierno de Mao por convertir a China en una potencia mundial. En julio de 1955, Mao nacionalizó la industria y el comercio del país, además de acelerar la colectivización de la agricultura. Esto, junto a un ensalzamiento de la industria metalúrgica, sentó las bases para aspirar al objetivo de convertir al país en una potencia mundial en 15 años tras el inicio del plan. Se utilizaron para ello métodos propagandísticos previamente mencionados como la comparativa con la Larga Marcha y el esfuerzo que supuso para los miembros del Partido Comunista. El Gran Salto Adelante, sin embargo, resultó ser un fracaso absoluto, llegando hasta el punto de que Mao tuviera que delegar su cargo en la figura de Liu Shaoqi en 1958. Esta explicación es necesaria para entender uno de los motivos fundamentales que generaron la Revolución Cultural: el adoctrinamiento de Mao hacia los jóvenes respecto a rechazar las prácticas capitalistas dentro del Partido, es decir, que la Revolución Cultural tuvo como fundamento político el reestructurar el gobierno conforme a los ideales de Mao, y no como pretendían integrantes del PCC como Peng Dehuai o Deng Xiaoping. El movimiento se inició formalmente al publicarse la circular del 16 de junio de 1966, en la que se fundaba un «Grupo de Revolución Cultural», que tenía el propósito de erradicar el sector capitalista del Partido Comunista y modificar la cultura para poder introducir plenamente el modelo socialista de gobierno. Este grupo estaba compuesto fundamentalmente por estudiantes radicales partidarios de Mao y estaba liderado por Zhou Enlai y Chen Boda, quienes apoyaban los ideales de éste desde antes de que gobernara por primera vez. El primer ejemplo de diferencia propagandística lo encontramos en las diversas explicaciones que se dan sobre el auge del Grupo de Revolución Cultural. Según varios historiadores, Mao apoyó la Revolución con el fin de recuperar el poder perdido y afianzarse como líder del Partido. Sin embargo, la versión oficial del gobierno 18 afirma

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LANDÍN, César, Mao's Cult of Personality and the Cultural Revolution: To what extent did Mao Zedong’s cult of personality during the Cultural Revolution help him to regain authority over China? , Nanjing International School, 2013. 18 “Resolución sobre diversas cuestiones en la historia de nuestro Partido desde la fundación de la República Popular” (1983).

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que Mao, si bien cometió diversos errores en su apoyo a la Revolución, se le absuelve de bastante culpa por su propio espíritu revolucionario para hacer de China un país mejor. Esta conclusión, por tanto, sirve como respuesta del gobierno a los entre 1’5 millones de muertos 19 y 3 millones de muertos 20 causados por persecuciones políticas durante la Revolución. Otro grupo con el que contó Mao para modificar la cultura e instaurar la suya propia fue el de los Guardias Rojos21, aunque nunca fueron un grupo único como tal, sino diversas facciones sin un líder global que las organizara en un plano común. Los Guardias Rojos eran principalmente estudiantes universitarios encargados de destruir patrimonio y realizar persecuciones en nombre de la Revolución Cultural. En este caso, la propaganda se realizó desde ambos focos: primero, desde el Departamento de Propaganda del Comité Central del Partido Comunista Chino, liderado por Zhang Chunqiao; y segundo, desde el propio Mao Tse Tung a través del «Pequeño Libro Rojo». En el primer caso, Chunqiao utilizaba la propaganda como medio indirecto de organización sobre varios grupos de los Guardias Rojos, pues su dispersión podía desencadenar el efecto indeseado de que se derrocara al propio sector maoísta del Partido en el proceso. Uno de los métodos que utilizó para ello fue redactar textos que ennoblecían la causa revolucionaria, como explica la escritora Jung Chang en su obra Mao: La Historia Desconocida: «Zhang fue el principal responsable de los textos que llevaron a mucha gente en China y en el extranjero a disfrazar el carácter verdadero de la Revolución Cultural con ilusión».22 Por otra parte, el «Pequeño Libro Rojo» de Mao Tse Tung fue el principal método de difusión de ideas de la Revolución Cultural. Actualmente es el segundo libro con más copias impresas de toda la historia, únicamente tras la Biblia, lo que refleja el impacto social que tuvo en China desde la década de los 60 en adelante. El Pequeño Libro Rojo es un compendio de citas y discursos pronunciados y reconocidos por Mao respecto a diversos elementos políticos y sociales, teniendo un capítulo dedicado a cada aspecto (por ejemplo, hay un capítulo titulado «La dirección de los comités del Partido», al igual que otro dedicado a «Apoyarse en los propios esfuerzos y trabajar duro»).

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MACFARQUHAR, Roderick, Mao's Last Revolution (2006). CHANG, Jung, Mao: La Historia Desconocida (2006). 21 No confundir con la formación bolchevique de 1917 conocida como la Guardia Roja, 22 CHANG, Jung, Mao, la Historia Desconocida, Taurus, 2006. 20

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Este cartel propagandístico data de 1970 y lleva la consigna “¡Larga vida al Presidente Mao! ¡Larga, larga vida!”. En la imagen, la población exhibe con orgullo sus copias del Libro Rojo en la Plaza de Tian’anmen, mientras contemplan el retrato de Mao Tse Tung y vitorean su nombre. El cartel es uno de los ejemplos que diseñó el Equipo Propagandístico de la Academia de Bellas Artes de Shanghai, con el propósito de difundir tres elementos principales: la aceptación del Libro Rojo, el culto a la personalidad de Mao y el ideal de felicidad que conlleva un sistema de gobierno socialista. Existen también otras obras publicadas durante el período de la Revolución Cultural, como la antología de cinco tomos, Zhandi Xinge (Nuevas Canciones para el Campo de Batalla, 1972-1976). Esta antología surgió con motivo del 30º aniversario de los Diálogos de Yan’an23, con el fin de dar a la población proletaria (trabajadores, campesinos,…) hasta quinientas nuevas canciones, que se retransmitían de forma individual por medios como la radio, la televisión o los periódicos nacionales. Estas canciones habían sido aprobadas por Mao, por lo que son un ejemplo más directo de abolición de uno de los “cuatro viejos” (la cultura antigua), para dar lugar a una nueva cultura acorde con los ideales del Partido Comunista Chino. Conclusiones finales: La propaganda como motor clave de la política china. Por lo tanto, como ha quedado explicado a lo largo del artículo, el uso de la propaganda para justificar el ascenso al poder por parte de una nueva fuerza está presente en la historia de China, no sólo por su importancia, sino también por su componente de elemento cíclico que se repite en los cambios de gobierno, sea cual sea la época que se trate. En el caso particular del gobierno de Mao, además, la propaganda forma parte de la cultura actual de China, como explican autores como Chang o Bryant, a través de simbología gráfica (retratos, pósteres) o costumbres populares (cánticos, ritos). Por tanto,

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BRYANT, Lei Ouyang, Music, Memory, and Nostalgia: Collective Memories of Cultural Revolution Songs in Contemporary China, The China Review, Vol. 5, Nº2, p.154.

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podemos afirmar que la propaganda política, ya sea emitida desde el gobierno o la oposición a éste, condiciona en gran medida la cultura popular de China, tanto desde un punto de vista tradicional (con el Mandato del Cielo) como con un punto de vista moderno (como el expuesto en este artículo). Del mismo modo, ha quedado patente la tergiversación de la historia con fines propagandísticos, de cara a una población que, o bien es ignorante, o bien no tiene forma de contrastar la información de la que se le provee. Para analizar esta situación, las teorías del sociólogo Bourdieu se ven reflejadas en lo que sucedió principalmente durante la época de la implementación del Mandato del Cielo, al adaptar las clases inferiores la cultura de las clases superiores (como las normas para gobernar). Como explica, por otra parte, el historiador Strüber, el perdón (parcial) oficial de China hacia Mao por sus acciones como Presidente supone una justificación de su política, en tanto que se considera más que “ha sido por el bien del país”, que por una cuestión de intereses propios. En definitiva, la propaganda política de China ha tenido usos tanto apropiados para ejercer gobierno –el Mandato del Cielo supone la posibilidad de que se renueve el organismo de gobierno a partir de la religión-, como inapropiados –véase las campañas del Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural-. La propaganda, por tanto, es una apelación a la psicología de los pueblos, capaz de cambiarlos en su propia esencia; el propio sistema de clases. Bibliografía: 

BOURDIEU, Pierre, La Distinción: Criterios y Bases Sociales del Gusto, Taurus, 1999.



BRYANT, Lei Ouyang, Music, Memory, and Nostalgia: Collective Memories of Cultural Revolution Songs in Contemporary China, The China Review, Vol. 5, Nº2, 151–175.



CHANG, Jung, Mao, la Historia Desconocida, Taurus, 2006.



HARRIS, Justin, Mao and the Chinese Cult of Personality: A Historical Perspective, Valparaíso University, 2014.



LANDÍN, César, Mao's Cult of Personality and the Cultural Revolution: To what extent did Mao Zedong’s cult of personality during the Cultural Revolution help him to regain authority over China? , Nanjing International School, 2013. 13



PERRY, Marvin, Sources of the Western Tradition, Vol. II: From the Renaissance to the Present, 3ra edición, Houghton Mifflin Co., 1995.



SHAHAR, Meir, VELLER, Robert Paul, Unruly Gods, Divinity and Society in China. University of Hawaii Press, 1996.



SHUYUN, Sun, The Long March, 2009, Harper Perennial.



STRÜBER, Robin, How successful was Mao Zedong in manipulating the youth?, International School Hannover Region, 2013.



YOUNG, Helen Praeger, Choosing Revolution: Chinese Women Soldiers on the Long March, University of Illinois Press, 2007.



YUAN, Haiwang, This is China: The First 5000 Years, Berkshire Publishing Group, 2010.



ZHONGLIN, Xu, Fengshen Yanyi (Tales of the Teahouse Retold, Investitute of the Gods), traducción de Katherine Chew, iUniverse, 2002.

Obras históricas mencionadas en el artículo: 

ESTUARDO, Jacobo Carlos, La Verdadera Ley De Las Monarquías Libres (1598).



ESTUARDO, Jacobo Carlos, Basilikon Doron: Las Instrucciones De Su Majestad Para Su Querido Hijo, el Príncipe Enrique (1599).



TSE TUNG, Mao, Citas del Presidente Mao Tse Tung. (1964)

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