La profesionalización de los cirujanos del mar en la Nueva España

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LA PROFESIONALIZACIÓN DE LOS CIRUJANOS DEL MAR EN LA NUEVA ESPAÑA1 Calderón Castañeda Yoselin Gabriela FES Acatlán, UNAM Como el título lo indica, en esta ponencia trataré la paulatina evolución de la cirugía vista inicialmente como una demeritoria actividad manual (Cuya etimología proviene del griego χείρ keir "mano" y ἔργον érgon "trabajo", de donde χειρουργεία cheirourgéia que se traduce como "trabajo manual"2 o “el arte de curar con las manos”), hasta convertirse en una disciplina profesional. Y por supuesto me enfocaré en los cirujanos de la Armada Real mejor conocidos como “cirujanos del mar”, objeto de esta ponencia. Si bien con la llegada de la Casa de Borbón al trono español, se dio paso a la introducción de la Ilustración al Reino español, tomando a Francia como ejemplo reformador y proponiendo la modernización de sus instituciones entre ellas las sanitarias y médicas. El origen de estas preocupaciones en los puertos y en las embarcaciones se tiene registro a partir de los viajes colombinos3. En los cuales se estableció llevar a bordo un médico de primera instancia, un barbero y un cirujano. “En el caso de las navegaciones desde el siglo XVI la presencia de los cirujanos fue más útil que la de los médicos ya que […] sus conocimientos teóricos no siempre servían para atender las dolencia de las tripulaciones”.4 Desde la perspectiva social, los cirujanos durante los siglos XVI hasta mediados del siglo XVIII estuvieron en un peldaño inferior de la escala social; carecían de

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Ponencia presentada en el marco de “Las Primeras Jornadas Internacionales de Historia de la Medicina”; evento llevado a cabo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) en la ciudad de México del 1º al 3 de septiembre de 2014. 2 Justo, Fernández López, “Hispanoteca: Lengua y cultura” en (http://www.hispanoteca.eu/Foropreguntas/ARCHIVO-Foro/Quir%C3%B3fano%20y%20cirug%C3%ADa.htm; México, 30/08/2014). 3 Fernando, López-Ríos Fernández, Historia Médica de las navegaciones colombinas (1492-1504), Secretariado de publicaciones de la Universidad de Valladolid, Valladolid, 1993, 175 p. 4 Guadalupe, Pinzón Ríos, Acciones y reacciones en los puertos del Mar del Sur: desarrollo portuario del Pacífico novohispano a partir de sus políticas defensivas 1713-1789, México, UNAM- Instituto de Investigaciones Históricas, Instituto Mora, 2011, p. 336.

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preparación académica institucionalizada por lo que los puestos académicos fueron un lugar restringido para ellos. Asimismo, gozaban de menor posición social y económica en comparación con los médicos. Así, la consulta de un cirujano era frecuentemente solicitada por los miembros de las clases bajas. Mientras que el médico, gozaba de un mayor reconocimiento, contaba con una carrera universitaria, estudios de filosofía y latín; estos solían ser consultados por las clases favorecidas. Los cirujanos se ocuparon de curar heridas, efectuar amputaciones, hacer sangrías y toda clase de procedimientos quirúrgicos internos y externos. En contraste los médicos, no manipulaban el cuerpo, únicamente se dedicaron a buscar la cura para los padecimientos internos. Pues como lo indica Verónica Ramírez Ortega en su obra El Real Colegio de Cirugía de Nueva España el: Reconocer el cuerpo humano en sus signos de enfermedad (o sea realizar el diagnostico) fue una práctica decadente en la medicina peninsular de finales del siglo XVI y siglo XVII; efectuar curaciones de heridas, inspeccionar el interior del cuerpo y ensuciarse las manos, no era digno del estatus médico universitario, como no lo había sido durante la Baja Edad Media. En este escenario la cirugía no sólo se vio disminuida: también desvalorada y casi expulsada del ámbito universitario. 5

Sus remedios por lo tanto eran recetados, más no ejecutados por ellos tras diagnosticar el padecimiento. Es en este ámbito como estos “cirujanos del mar” siguiendo la regla, dieron sus servicios a bordo de las embarcaciones y en hospitales de tierra firme a la población menos favorecida, la marinería y la tropa.6

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Verónica, Ramírez Ortega, El Real Colegio de cirugía de Nueva España 1768-1833. La profesionalización e institucionalización de la enseñanza de la cirugía, México, UNAM- Instituto de Investigaciones Sociales, 2010, p. 39. 6 María Luisa, Rodríguez-Sala, Los cirujanos del mar en la Nueva España (1572-1820) ¿miembros de un estamento profesional o una comunidad científica?, UNAM, IIS, Universidad Autónoma de Nayarit, Instituto Veracruzano de la cultura, Academia Mexicana de Cirugía, México, 2004, p. 20.

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Cirujanos: romancistas y latinistas Durante la última parte del siglo XVI y el transcurso del XVII fue común que coexistieran dos tipos de cirujanos los romancistas y los latinistas. Los romancistas también conocidos como cirujanos de ropa corta, solían ser en ocasiones barberos7 o al menos así se les generalizaba por poseer entre sus instrumentos de trabajo herramientas más propias de los barberos que de cirujanos. Dadas las circunstancias de los navíos, en su mayoría contaban únicamente con cirujanos romancistas quienes prescribían y aplicaban los medicamentos; estaban autorizados para ejecutar operaciones, hacer sangrías, recetar vomitivos, unciones y jarabes, componer huesos, curar heridas y fracturas, extirpar cataratas, curar hernias, etcétera8. Por su parte, los cirujanos latinistas o cirujanos de ropa larga a quienes también se les podía encontrar en los navíos aunque en menor medida, adquirieron mayor posición social a través del estudio de cursos universitarios por lo que su formación académica les permitió encargarse de administrar remedios externos e internos al cuerpo y curar enfermedades con métodos mixtos. 9 Ejemplo de ello fue el uso de productos naturales animales, vegetales y minerales en diversas formas: purgas, enemas, bálsamos, infusiones, fracciones, vomitivos y ventosas. 10 A ellos correspondió desempeñar los distinguidos cargos de cirujano mayor y protomédico11 además de mantener bajo su mando y control a los cirujanos romancistas.

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Ibídem, p. 23. Pinzón Ríos, Op. Cit., p. 336.

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Idem Guillermo Fajardo Ortíz, Los caminos de la medicinal colonial en Iberoamérica y las Filipinas, México, Facultad de Medicina, UNAM, 1996, p. 42 11 María Luisa, Rodríguez-Sala, “Cruzar el Atlántico al servicio de la enfermedad: los Cirujanos en las “Flotas de los galeones” o de “Tierra Firme”, siglo XVII.” en Revista de Historia y Humanidades Médicas, Instituto de Historia de la Medicina, Universidad de Buenos Aires, (http://www.fmvuba.org.ar/histomedicina_old/Ariculo%20%20Cruzar%20el%20atlantico%20al%20servicio%20de%20la%20enfermedad.pdf; México, 30 abril 2014) 10

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Aunado a este elemento, España así como otros países europeos vieron de vital necesidad la aplicación de una política exterior proteccionista de sus colonias. Para lograrlo la Corona Española requirió contar con nuevos cuerpos de marina y ejército bien cuidados, la presencia y el quehacer de buenos cirujanos y médicos se convirtió en uno de los objetivos militares que se establecieron desde la segunda mitad del siglo de la Ilustración. 12 Si bien la cirugía desde el siglo XVI, se había establecido como una disciplina académica en las universidades españolas como parte de la formación educativa de los médicos. Fue en 1617 por decreto real de Felipe III, que se ordenó que todas las Facultades Médicas contaran con cátedras de Cirugía y Anatomía. Sin embargo, el acatamiento de dicha ley en la Nueva España no se dio hasta 162113. Y no fue hasta 1703 dada la mala preparación de los barberos embarcados, se acordó su exclusión de los navíos y su sustitución por cirujanos examinados. 14 Posteriormente, por Real Cédula de 14 de febrero de 1714 fueron suprimidas las escuadras de los distintos Reinos y fueron sustituidas por la Armada Real, con excepción de la Armada de Galeras y la de Barlovento, las cuáles fueron suprimidas en 1948 y 1949, respectivamente.15 En 1717 fueron publicadas las primeras Ordenanzas Navales y 11 años más tarde, en 1728 se crea orgánicamente el Cuerpo de Cirujanos de la Armada Real 16, institución que desde sus inicios luchó por el reconocimiento y prestigio que les brindaba su profesión. Las jerarquías de este Cuerpo de Cirujanos fueron las siguientes: 

Cirujano Mayor de la Armada



Ayudante de Cirujano Mayor

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María Luisa, Rodríguez-Sala, “Los cirujanos del mar en la Nueva España, siglos XVI-XVIII ¿estamento o comunidad?” en Cirugía y Cirujanos, vol. 70, nº 6, nov-dic, 2002, p. 470. (http://www.medigraphic.com/pdfs/circir/cc-2002/cc026o.pdf; México, 30 abril 2014) 13 Ramírez Ortega, Op. Cit., p. 43. 14 Mikel, Astrain Gallart, Barberos, cirujanos y gente de mar: la sanidad naval y la profesión quirúrgica en la España ilustrada, Madrid, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, 1996, p. 32. 15 Ibídem, p. 39. 16 Ibídem, p. 32.

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Boticario Inspector



Maestro Anatómico



Cirujanos Primeros de la Armada



Cirujanos Segundos de la Armada



Cuchillero



Barberos-sangradores17

Con el ya existente Cuerpo de Cirujanos de la Armada Real, se requería que estos cirujanos contarán con una educación académica institucionalizada para ello se creó en 1748, el Real Colegio de Cirugía San Fernando de Cádiz18 cuyo objetivo principal fue la “formación de buenos cirujanos, capaces de atender a las crecientes necesidades de la Armada en sus distintas modalidades”. 19 Le siguió la creación del Colegio de Cirugía de Barcelona en 1760 y el Colegio de Cirugía de la Nueva España inaugurado en 1770 y posteriormente el Colegio de San Carlos de Madrid en 1774, estos colegios surgieron como testimonio de la apertura ideológica que estaba viviendo el mundo científico. 20 Con la fundación de estos reales colegios, los cirujanos que en años anteriores compartían el mismo nivel que el resto de la marinería, llegaron a constituir una élite con formación académica y consiguieron ciertos beneficios económicos, como el goce de un sueldo regular en las embarcaciones, hospitales portuarios y la permisión para trabajar por cuenta propia mientras estuvieran en tierra firme. Así como la revaloración del trabajo manual que ellos hacían y que los médicos denostaban. 17

Rodríguez-Sala, Los cirujanos del mar en la Nueva España (1572-1820)…Op. Cit, p.57. David, Marley (comp.), “Estatutos del Real Colegio de Cirugía de Cádiz (1748)”, en Seis impresos relativos al establecimiento y gobierno de diversos hospitales navales españoles del siglo XVIII (1748-1781), edición facsimilar, México, Rolston-Bain, 1983. 19 Manuel, Bustos Rodríguez, Los cirujanos del Real Colegio de Cádiz en la Encrucijada de la Ilustración (17491796), Servicio de publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1983, p.121. 20 María Luisa, Rodríguez-Sala, “Instituciones médicas virreinales” en Dr. Noé Estrada (comp.), Pensamiento Novohispano, México, Toluca, UAEM, septiembre, nº5, 2004, p. 72. 18

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Asimismo, se les permitió el uso del uniforme lo cual les proporcionaba un estatus, el privilegio de portar espada y la concesión de grado de “Bachiller de Filosofía” 21 para los graduados; este último privilegio únicamente se concedió en los colegios españoles. Mientras que la cirugía comenzaba una etapa científica evolutiva, la medicina se encontraba en rezago. Las Universidades encargadas de la formación de los médicos continuaban con la práctica y enseñanza del conocimiento tradicional escolástico, el cuál se basaba en las doctrinas hipocrático-galénicas22, las cuáles señalaban que la salud del cuerpo se basaba en mantener el equilibrio de los 4 humores: 1. colérico: bilis amarilla o roja, caliente y seca 2. melancólico: bilis negra, fría y seca 3. flemático: la flema, fría y húmeda 4. sanguíneo: sangre, caliente y húmeda Si alguno de esos humores se alteraba, surgía la enfermedad y el remedio consistía en restablecer su equilibrio, “para ello era necesario recurrir a purgas, sangrías y dietas; las dos primeras equilibraban los humores corporales y la tercera evitaba que se volvieran a alterar”23. Por su parte los cirujanos discutían la teoría de la circulación de la sangre del inglés William Harvey24, revaloraron doctrinas como las vesalianas25 y las prácticas anatómicas como medio de conocimiento directo. Señalaban que “La enfermedad residía 21

Astrain, Op. Cit., p. 162. Ramírez Ortega, Op. Cit., p. 38-42. 23 Pinzón Ríos, Op. Cit., p.312. 24 Donde utilizando el método científico argumentó su hipótesis de que la sangre era bombeada alrededor del cuerpo por el corazón en un sistema circulatorio. El descubrimiento de Harvey destruyó el antiguo modelo de Claudio Galeno que identificaban la sangre venosa (rojo oscuro) y la arterial (más delgadas y más brillante), cada una con una función diferente. La sangre venosa era producida en el hígado y la arterial en el corazón. Estas sangres se dispersaban por el cuerpo y eran consumidas por él. Harvey determinó que el hígado necesitaría producir 540 libras (unos 250 litros) de sangre por hora para que el cuerpo funcionara; algo exagerado, por lo que concluyó que la sangre se va reciclando. (http://es.wikipedia.org/wiki/William_Harvey; México, 31/08/2014) 25 Vesalio, basó sus estudios anatómicos en la observación directa, rechazando algunos errores anatómicos presentes en la obra de Galeno, por lo que es considerado el fundador de la anatomía moderna. Autor de uno de los libros más influyentes sobre anatomía humana, De humani corporis fabrica (Sobre la estructura del cuerpo humano), la cual fue dedicada a Carlos V. (http://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9s_Vesalio; México, 31/08/2014) 22

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en un órgano alterado que el médico debía saber localizar para darle el tratamiento adecuado, lo cual contradecía las teorías galeno-hipocráticas”26, que como se mencionó anteriormente, afirmaban que el malestar provenía de un desequilibrio humoral. Si bien a los cirujanos civiles se les exigía practicar cuatro años con algún profesor aprobado por el protomedicato, 27 los cirujanos marinos y del ejército gozaron de un privilegio exclusivo para ellos. Como bien lo señala María Luisa Rodríguez-Sala “al no estar, por normatividad jurídica, sujetos a la supervisión del Real Tribunal del Protomedicato y depender directamente de la armada o el ejército, podían conjuntar, en el ejercicio de su profesión, la práctica médica con la quirúrgica. Esta realidad fue especialmente patente en el domino de los cirujanos del mar. 28 En 1763 el administrador del Hospital Real de Naturales de la ciudad de México en conjunto con los cirujanos del mismo, presentaron al virrey Joaquín de Montserrat la solicitud para instaurar una cátedra anatómica que instruyera médicos y cirujanos del reino29. Tras la revisión y modificación de la propuesta por decreto Real y posteriormente refrendado por Real Cédula de Carlos III en 1768 se instauró que el Hospital Real de Naturales contara con una cátedra de “Anatomía práctica”. Con ello surgía una nueva institución educativa paralela a la Real Y Pontificia Universidad de México y una inminente rivalidad entre ambas. Fue así como en 1768 se creó en la Nueva España el Real Colegio de Cirugía primer institución de carácter ilustrado en el Nuevo Mundo. Este colegio aunque compartió instalaciones con el Hospital Real de Naturales o de Indios; se rigió por separado ya que el Hospital, desde 1776 seguía los estatutos del Hospital General de Madrid mientras que el Colegio careció de ordenanzas que lo rigieran, únicamente contó con un Bando Real expedido por el virrey Bucareli en 1770 que aunado a las ordenanzas de los colegios

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Ramírez Ortega, Op. Cit, p. 54 Pinzón Ríos, Op. Cit, p. 420. 28 Rodríguez-Sala, Los cirujanos del mar en la Nueva España (1572-1820)…Op. Cit., p.26. 29 María Luisa, Rodríguez-Sala, “El origen de una ciencia médica en México: la Cirugía” en La institucionalización de las disciplinas científicas en México (siglos XVIII, XIX y XX): estudios de caso y metodología, México, UNAM- IIS, Institut de recherche pour le développement, 2013, p. 50-51. 27

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españoles sirvieron de reglamento para dicha institución con sus respectivas adecuaciones a las necesidades y condiciones propias de la Nueva España. El Real Colegio de Cirugía desde sus inicios contó con diversos problemas de índole económico y profesional por no contar con un reglamento propio, inauguró sus actividades el 3 de febrero de 1770 con Andrés Montaner y Virgili (sobrino del cirujano Pedro Virgili, fundador del Real Colegio de Cádiz) como director del colegio y primer cirujano del Hospital Real de Naturales y Manuel Antonio Moreno Rodríguez como segundo cirujano y disector del colegio; ambos traídos a la Nueva España por disposición Real, procedentes del Colegio de Cádiz. Cabe señalar que cada uno de los colegios españoles se encargó de educar a cirujanos de las diversas instituciones: así el Real Colegio de Cirugía de San Fernando de Cádiz se encargó de la formación de los cirujanos de la Armada Real, el Real Colegio de Cirugía de Barcelona de los cirujanos del Ejército y el de San Carlos de Madrid de los cirujanos civiles. Asimismo, contaron desde sus inicios con la total independencia respecto al Protomedicato.30 Esto no fue así en la Nueva España pues al ser el único colegio en el territorio se encargó de proveer de cirujanos a todo el virreinato, los cuales posteriormente decidirían si se mantenía como civiles o si ingresaban a la armada o el ejército, otra diferencia fue que tanto médicos como cirujanos civiles estuvieron sujetos al Tribunal del Protomedicato hasta la disolución de esta institución en 1831. 31 Aún con la formación de cirujanos por parte del Real Colegio de Cirugía de la Nueva España hubo una carencia de los mismos y una negación de lo existentes a trabajar por el alto riesgo al que se enfrentaban en los insanos puertos de Veracruz, Acapulco y San Blas, y otros más a los establecimientos de la Alta California, las Islas Filipinas y a las embarcaciones de la Nueva España que realizaban la carrera de Indias en el Atlántico y el galeón de manila en el Pacífico.

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Astrain, Op. Cit, p. 43-44 y 162-164. Ramírez Ortega, Op. Cit, p. 167-172.

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Por ello hubo la necesidad de contratar Cirujanos egresados del Real Colegio de Cádiz y de Barcelona. Todo personal contratado arribaba a Veracruz para ser remitido después a la embarcación o puerto en turno, aunque cabe mencionar que San Blas al ser una villa con población permanente requirió mayormente de estos cirujanos. La creciente necesidad de Cirujanos del mar y los pocos candidatos que se ofrecían par a cubrir estos puestos. Llevaron a la Real Armada a brindar ciertos privilegios a quienes aceptaran trabajar en alguno de los puertos novohispanos. Entre ellos un salario fijo –aunque no siempre pagado a tiempo-, seguridad en el empleo, la posibilidad de desarrollar una carrera profesional militar, la garantía de un retiro o jubilación, seguridad familiar vía la existencia del Monte Pío para viudas y huérfanos y el añadido status social que les daba la institución al pertenecer a ella. 32 Además con el afán de distinguirse de los antiguos cirujanos, plasmaron su ideología ilustrada en sus escritos, ejemplo de ello es el Tratado de las enfermedades de la gente del mar en que se exponen sus causas y los medios de precaverlas del catedrático Pedro María González del Real Colegio de Cirugía Médica de Cádiz33 publicado en 1805, al tiempo en que crearon una nueva terminología propia, como expresión de su aspiración social. 34 Además como podemos ver en el escrito antes mencionado para inicios esta centuria ya no sólo se dedicaban a buscar la cura para los diversos padecimientos y atender a los enfermos sino que por medio de políticas de prevención pretendían evitar las enfermedades y el contagio. Estas medidas sanitarias consistieron en la higiene tanto del barco como del marinero, la purificación del aire por medio de sahumerios, el uso del vinagre como desinfectante, evitar la insolación, el uso de agua dulce no almacenada para consumo y limpieza, evitar la ingesta de alimentos putrefactos, consumir alimentos fresco, contar con un boticario y un importante abasto de antiescorbúticos (cítricos, cerveza, concentrado de malta, etc.), ungüentos y medicinas. 32

Rodríguez-Sala, “Los cirujanos del mar en la Nueva España, siglos XVI-XVIII…”, op. cit, p.471. Pedro María, González, Tratado de las enfermedades de la gente del mar, en que se exponen sus causas y lo medios de precaverlas, Madrid, 1805, 519 p. 33

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Bustos Rodríguez, op. cit., p. 31.

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En caso de no poder erradicar de raíz el mal, debían atacarse estas enfermedades lo más pronto posible debido a que por las condiciones de las naves, los males se extendían rápidamente sobre los tripulantes por lo que si esto llegaba a suceder, los oficiales en ocasiones se veían en la necesidad de suspender la travesía. “En caso de algún tipo de enfermedad contagiosa, el cirujano debía informar inmediatamente al comandante, con el objeto de aislar a los enfermos si no era posible su evacuación. Los fallecidos por este tipo de enfermedades debían ser arrojados al mar con sus pertenecías y todo aquello que hubiera estado en contacto físico con el paciente durante su convalecencia”. 35 Finalmente, cabe señalar que durante los últimos años del siglo XVIII se buscaron medidas para la unificación de la medicina y la cirugía, ello se logró con la promulgación de las Ordenanzas del Colegio de 1791. A partir de ese momento se les agregó el tratamiento de “Don”, el título de médicos-cirujanos o profesores de medicina-cirugía y quedó establecido también que el Real Colegio les otorgaría a los graduados el título de “Bachiller de medicina”36. Posterior a ello la unión y separación de ambas disciplinas a través de ordenanzas y Reales Cédulas fue una constante y se dio permiso únicamente a los colegiales gaditanos de ejercer la medicina y la cirugía en los establecimientos de la Armada con la condición de que no se ejerciera fuera de esta institución sin el previo permiso del Protomedicato. Debido al inicio de la Guerra independentista los avances de la práctica médicoquirúrgica se estancaron, aun cuando los cirujanos se ocuparon de mantener en funcionamiento la Real Escuela. “La buena marcha del colegio permitió dotar de cirujanos a los diversos cuerpos armados que defendían la causa española”.37 Sin embargo, la cirugía y la medicina seguían su propio desarrollo individual. Al lograrse la independencia, la Real Armada dejó de tener injerencia en el territorio mexicano, los cirujanos pertenecientes a ella tuvieron que buscar nuevos empleos, como cirujanos privados y de hospitales; el Colegio cambio su nombre por Escuela Nacional de Cirugía, posteriormente hubo varios proyectos para reunir ambas disciplinas en una 35

Astrain, Op. Cit., p. 38. Rodríguez-Sala, Los cirujanos del mar en la Nueva España (1572-1820)…Op. Cit., p.60. 37 Ramírez Ortega, Op. Cit., p.180. 36

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sola facultad sin resultados concretos. Fue hasta 1833 cuando el presidente Valentín Gómez Farías decretó el cierre de la Real y Pontifica Universidad de México y reunió los estudios de la Facultad de Medicina de la Universidad y los del Colegio de Cirugía 38 con la creación del “Establecimiento de Ciencias Médicas”. Marcando una nueva etapa en la ciencia médico-quirúrgica nacional.

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Rodríguez-Sala, María Luisa, “El origen de una ciencia médica en México: la Cirugía”…, Op. Cit., p.54.

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FUENTES BIBLIOHEMEROGRÁFICAS PRIMARIAS 

González, Pedro María, Tratado de las enfermedades de la gente del mar, en que se exponen sus causas y lo medios de precaverlas, Madrid, 1805, 519 p.



Marley, David (comp.), Seis impresos relativos al establecimiento y gobierno de diversos hospitales navales españoles del siglo XVIII (1748-1781), edición facsimilar, México, Rolston-Bain, 1983. (colección Documenta Novae Hispaniae)

SECUNDARIAS 

Astrain Gallart, Mikel, Barberos, cirujanos y gente de mar: la sanidad naval y la profesión quirúrgica en la España ilustrada, Madrid, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, 1996, 240 p. (Colección Aula de Navegantes)



Bustos Rodríguez, Manuel, Los cirujanos del Real Colegio de Cádiz en la Encrucijada de la Ilustración (1749-1796), Servicio de publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1983, 191 p.



Fajardo Ortíz, Guillermo, Los caminos de la medicinal colonial en Iberoamérica y las Filipinas, México, Facultad de Medicina, UNAM, 1996, 180 p.



López-Ríos Fernández, Fernando, Historia Médica de las navegaciones colombinas (1492-1504), Secretariado de publicaciones de la Universidad de Valladolid, Valladolid, 1993, 175 p.



Pinzón Ríos, Guadalupe, Acciones y reacciones en los puertos del Mar del Sur: desarrollo portuario del Pacífico novohispano a partir de sus políticas defensivas 17131789, México, UNAM- Instituto de Investigaciones Históricas, Instituto Mora, 2011, 394 p. (Serie Historia Novohispana 87)



Ramírez Ortega, Verónica, El Real Colegio de cirugía de Nueva España 1768-1833. La profesionalización e institucionalización de la enseñanza de la cirugía, México, UNAM- Instituto de Investigaciones Sociales, 2010, 296 p. (Serie Los cirujanos 12

en la Nueva España ¿Miembros de un estamento profesional o de una comunidad científica? IX) 

Rodríguez-Sala, María Luisa, Los cirujanos del mar en la Nueva España (1572-1820) ¿miembros de un estamento profesional o una comunidad científica?, UNAM, IIS, Universidad Autónoma de Nayarit, Instituto Veracruzano de la cultura, Academia Mexicana de Cirugía, México, 2004, 206 p. (Serie Los cirujanos en la Nueva España ¿Miembros de un estamento profesional o de una comunidad científica? I)



______________________, “Instituciones médicas virreinales” en Dr. Noé Estrada (comp.), Pensamiento Novohispano, México, Toluca, UAEM, septiembre, nº5, 2004, p. 63-73.



______________________, “El origen de una ciencia médica en México: la Cirugía” en La institucionalización de las disciplinas científicas en México (siglos XVIII, XIX y XX): estudios de caso y metodología, México, UNAM- IIS, Institut de recherche pour le développement, 2013, 528 p.

ELECTRÓNICAS 

Rodríguez-Sala, María Luisa, “Los cirujanos del mar en la Nueva España, siglos XVI-XVIII ¿estamento o comunidad?” en Cirugía y Cirujanos, vol. 70, nº6, novdic., 2002, p.468-474. (http://www.medigraphic.com/pdfs/circir/cc-2002/cc026o.pdf; México, 30 abril 2014)



Rodríguez-Sala, María Luisa, “Cruzar el Atlántico al servicio de la enfermedad: los Cirujanos en las “Flotas de los galeones” o de “Tierra Firme”, siglo XVII.” en Revista de Historia y Humanidades Médicas, Instituto de Historia de la Medicina,

Universidad

de

Buenos

Aires,

(http://www.fmv-

uba.org.ar/histomedicina_old/Ariculo%20%20Cruzar%20el%20atlantico%20al%20servicio%20de%20la%20enfermedad.pdf; México, 30 abril 2014)

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Justo,

Fernández

López,

“Hispanoteca:

Lengua

y

cultura”

en

(http://www.hispanoteca.eu/Foro-preguntas/ARCHIVOForo/Quir%C3%B3fano%20y%20cirug%C3%ADa.htm; México, 30 agosto 2014). 

(http://es.wikipedia.org/wiki/William_Harvey; México, 31 agosto 2014)



(http://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9s_Vesalio; México, 31 agosto 2014)

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