La problemática del trabajo en la corriente neomarxista de la teoría de la dependencia

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Descripción





El artículo resume una investigación sociológica realizada durante todo el segundo semestre del año 2014 para el ramo "La problemática del trabajo en América Latina", impartido por la Universidad de Chile en la carrera de sociología.
De Bambirra no se encontraron textos en español para el segundo periodo.
La problemática del trabajo en la corriente neomarxista de la teoría de la dependencia y en sus derivaciones posteriores (1966-2011)

Carlos Delgado
Javier Esnaola
Nicolás Ratto

RESUMEN:
La investigación explora y analiza la problemática del trabajo en la obra de los principales teóricos de la dependencia que son parte de la corriente neomarxista (André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Vania Bambirra, Orlando Caputo y Ruy Mauro Marini), desde la década de los 60 hasta los últimos años del siglo XX y primeros del XXI, distinguiendo en este tiempo un primer y segundo periodo de elaboración intelectual. Además de esto, la investigación pretende dar cuenta de cómo es tematizado el contexto latinoamericano, y sus cambios, en la obra de los autores ya mencionados. La problemática del trabajo se estudia en los niveles ontológico, teórico/empírico y político, mediante un análisis de contenido cualitativo de veinte obras de los autores mencionados que abarcan los dos periodos. Las conclusiones muestran que la problemática del trabajo es poco abordada, pero aún así las concepciones ontológicas y algunas premisas teóricas sobre el trabajo están a la base de la corriente neomarxista de la TD. A su vez, la tematización de los cambios en el trabajo tras las reestructuraciones productivas de fines del siglo XX está presente en algunas obras de los teóricos, pero la forma de abordarlos da pocos aportes a las ciencias sociales.

PALABRAS CLAVES:
Teoría de la dependencia, problemática del trabajo, neomarxismo, América Latina.




INTRODUCCIÓN
"El desafío es que Chile sea el primer país desarrollado de Latinoamérica"
(Pablo Longueira, El Dínamo 29/09/2012).

"Los cálculos que tenemos indican que los proyectos que tenemos en la minería chilena alcanzarían para que, si se ejecutarán hoy, de aquí al 2020 Chile cruzara la barrera de los 20 mil dólares per cápita y ya se transformaría en una país desarrollado"
(Gerardo Jofré, Diario La Tercera 29/09/2012).

Las citas recién expuestas manifiestan claramente el olvido y/o bloqueo al que se encuentran sometidos los planteamientos de los teóricos de la dependencia y sus actuales derivaciones teóricas en pleno siglo XXI. Al hablar de desarrollo se da por supuesto que es el capitalista y al intentar medirlo se reduce a un índice de crecimiento económico. La visión etapista de los años 50' que suponía que los países subdesarrollados alcanzarían el desarrollo siguiendo las recetas de los centros de pensamiento de EE.UU., se encuentra actualmente en la opinión pública, radicalizando estos planteamientos, en la visión etapista numeraria ya mencionada. La visión holística se ha abandonado, aislando el observable histórico que se espera desarrollar del conjunto de relaciones en las que está inserto hoy más que nunca. De "subdesarrollo" ya no se habla, sino que dé "en vías de desarrollo" haciendo evidente el evolucionismo subyacente de los actuales planteamientos. Por último el desarrollo se ve como un proceso que se autogenera a sí mismo, autónomo, valor que se valoriza a sí mismo con independencia al trabajo realizado, diría Marx.

Por lo anterior, hoy más que nunca resulta pertinente revisar la teoría de la dependencia y sus derivaciones actuales para combatir estos postulados simplistas, lineales y particularistas. Lo anterior permitirá tener un marco teórico sólido capaz de aprehender la complejidad de lo social en América Latina y pensar en formas reales y efectivas de generar un desarrollo propio en el tercer mundo donde el protagonista sea el pueblo, digno y soberano.


EL CONTEXTO LATINOAMERICANO Y LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA

La Teoría de la Dependencia (TD) surge en los años 60' como respuesta al fracaso de los planteamientos desarrollistas de la CEPAL impulsoras de la estrategia de industrialización por sustitución de importaciones (ISI). "La teoría de la dependencia representó un esfuerzo crítico para comprender las limitaciones de un desarrollo iniciado en un periodo histórico en que la economía mundial estaba constituida por la hegemonía de enormes grupos económicos y poderosas fuerzas imperialistas" (Solorza & Cetré, 2011).

La teoría de la dependencia según Casas (2004), aparece, se incuba y se desenvuelve, en un contexto de segregación y diferenciación, es decir, un subdesarrollo económico, político y social, donde América Latina se encontraba estancada y fraccionada en múltiples realidades. Combinado con el acelerado proceso económico de las regiones industrializadas, referidas para los teóricos de la TD como las regiones del centro, se encontraba la subordinación económica, cultural y política de las regiones latinoamericanas, caracterizadas como periferia. Ambas partes formaban –y forman- una totalidad compleja e interdependiente, donde una de las partes domina y la otra es dominada, limitando la primera el desarrollo de la segunda. Lo anterior es planteado por Astarita (2011):

"A grandes rasgos los dependentistas plantearon que en el sistema capitalista mundial existe una relación jerárquica entre naciones que son formalmente independientes, y que las economías de los países subordinados, o dependientes, están condicionados y dependen del desarrollo y la expansión de los países a los que están sujetos. Consideraron que ese "condicionamiento" y "dependencia" implicaba una relación de opresión y explotación de los países atrasados por lo adelantados".

Antes de proseguir, surgen algunas dudas ¿Es la dependencia una teoría, un concepto, un enfoque o una corriente? ¿Tiene un espacio dentro del marxismo o "no hay ningún espacio teórico en el que puede asentarse una teoría de la dependencia marxista" (Cuevas s/r, en Dussel, 2011: 1)? ¿Pese a su heterogeneidad existe una unidad en la TD? La respuesta a estos planteamientos supera los objetivos de esta investigación, pero aún así se dejarán instaladas algunas ideas:

Existen "situaciones de dependencia" (Cardoso, 1995) en lo que podríamos denominar el sistema-mundial. Teniendo esto como premisa, el paso siguiente sería definir lo qué se entiende por "dependencia", para así poderla aprehender. Pero para elaborar ese concepto es necesario conocer las distintas situaciones de dependencia. Como se ve, se abren dos caminos en un mismo momento: (1) Caracterizar las distintas situaciones de dependencia y/o (2) Elaborar el concepto de dependencia. Este segundo camino puede derivar en un tercer camino o momento, que sería (3) La construcción de una "teoría de la dependencia". Este tercer camino dependerá de una serie de factores. La teoría construida puede llegar a coincidir o disentir con otros construcciones teóricas de la dependencia. Los dos primeros caminos son complementarios y habrá quienes le pongan más empeño a uno que a otro camino.

Hay quienes piensan que la llamada teoría de la dependencia no es un teoría propia, sino un concepto, vinculado a otras teorías, que permite aprehender la realidad: "Rigurosamente no es posible pensar en una teoría de la dependencia. Puede haber una teoría del capitalismo y de las clases, pero la dependencia, tal como la caracterizamos, no es más que una expresión política en la periferia del modo de producción capitalista cuando éste se expande internacionalmente" (Cardoso, 1995: 109). Coincidimos, de cierta forma, con algunos elementos de lo recién planteado. Rigurosamente no se puede entender a la llamada TD como una teoría, debido a su heterogeneidad interna y por no ser todas las conceptualizaciones de la dependencia teorías propias, sino que conceptualizaciones que se adhieren a otras teorías.

¿Porque pensar a los distintos planteamientos de la TD como parte de una unidad? (1) Porque comparten el mismo objeto que motiva el estudio: la dependencia, pero la conceptualizan de distinta manera. (2) Por compartir métodos de investigación/estudio similares, (3) por el rechazo de los planteamientos desarrollistas y (4) Porque tradicionalmente se le ha llamado TD a esta heterogeneidad de planteamientos. Las razones (2) y (3) se trabajan más adelante.

Se aceptaría la tesis de Rovira (2003) que plantea a la "dependencia" como un concepto y no como una teoría. El punto es que no necesariamente coincidimos con su conceptualización de la dependencia ni la teoría a la que la adhiere. Por ejemplo Sosa (2006: 110-111) trata a la TD como una "visión complementaria y enriquecedora de la marxista, cuya fundamentación específica se debe a la peculiar situación histórica de América Latina. Dicho de otra manera, la categoría de análisis de la dependencia latinoamericana es una categoría que complementa a la teoría leninista del imperialismo toda vez que se extiende el análisis marxista al campo de las relaciones internacionales y de la división internacional del trabajo en el sistema mundial". Para Sosa (2006), entonces, las conceptualizaciones de la dependencia se adhieren a las teorías del imperialismo.

¿Cómo conceptualizamos, entonces, la dependencia y a que teoría se adhiere? : La competencia en el mercado mundial, como la entiende el marxismo de Marx, es el espacio teórico de la dependencia (Dussel, 2011). El concepto de dependencia esta acoplado y contenido en la economía política de Marx, entendiendo a ésta como un corpus teórico. Faltaría definir el concepto de dependencia: es un problema social que tiene que ver con el excedente social, es decir tiene su origen en lo económico-político (su esencia) pero se expresa en otros múltiples campos (cultural, ideológico, político, etc.). El fenómeno de la dependencia es "esa transferencia (de valor) efecto de la competencia y el monopolio entre naciones" (Dussel, 2011). Esa transferencia, que hace que unos países ganen y otros pierdan, es producto del distinto nivel de desarrollo de éstos (en términos de composición orgánica del capital): "El sistema capitalista, si bien ha unificado al mundo, lo ha unificado sobre la base de naciones desigualmente desarrolladas" (Amin, 1974: 86).

Para cerrar este punto dejaremos un resumen de lo dicho. La TD no es "una teoría", ni necesariamente "teorías". Dentro de esta pueden haber planteamientos que la entiendan como una mera situación y el objetivo de estos solo sea dar cuenta de la diversidad de situaciones (pero para esto igual debe existir una conceptualización), y pueden haber otros planteamientos que intenten construir teorías propias de la dependencia o unirse a otras ya existentes. Depende qué autor estudie y conceptualice la dependencia para poder darle contenido a ésta. A partir de ahora se hablará de TD como forma de resumir toda la diversa tradición presente bajo esta supuesta "teoría".

Como se habló más arriba, la TD es heterogénea, pero la unen ciertos elementos comunes (Solorza & Cetré, 2011: 130), como los de realizar análisis integrados de las diversas ciencias sociales, poniéndole un énfasis estructural, empleando un método socio-histórico considerando la historicidad del objeto y sujeto del conocimiento. También aúnan una crítica al estructural funcionalismo, tienen un interés por el marxismo como teoría totalizante y expresan la necesidad de examinar los fenómenos complejos de naturaleza internacional.

Blomström & Hettne (1990) identifican tres corrientes al interior de la TD: (1) la crítica o autocrítica estructuralista de los científicos de la CEPAL, en donde se encontraría Prebisch, Sunkel y Furtado. (2) La corriente neomarxista, en donde estaría Dos Santos, Marini y Bambirra. (3) Y la corriente marxista no ortodoxa, cuyos máximos representantes serían Cardoso y Faletto. Queda relativizada la interpretación de una cuarta corriente en la que se encontraría André Gunder Frank por sus dichos de no considerarse marxista (Solorza & Cetré, 2011). En el presente trabajo se incluirá a Gunder Frank en los neomarxistas.


LA CORRIENTE NEOMARXISTA

Esta corriente neomarxista o enfoque dialéctico centró su análisis en demostrar que la dependencia no era un fenómeno externo que se podía superar simplemente a través del desarrollo económico independiente, sino que buscó explicar la situación de dependencia vivida por América Latina dentro del sistema capitalista mundial, condicionada por las estructuras internas, haciendo dependientes a los países en su propia constitución. De esta manera, los distintos teóricos de esta área verían el subdesarrollo como una consecuencia del capitalismo y una forma particular de su desarrollo. Por otra parte, defendieron la tesis de la superexplotación del trabajo (instaurada por Marini), la tendencia al fascismo por parte de la burguesía, donde contemplaron al socialismo como la solución a la pobreza y miseria generada por la dependencia (Solorza & Cetré, 2011).

El actual trabajo considera dentro de la corriente neomarxista a los cinco autores que ya se han nombrado: André Gunder Frank (1929-2005), Theotonio Dos Santos (1936-vivo), Vania Bambirra (está viva pero no se tiene la fecha de su nacimiento), Orlando Caputo (está vivo pero ni se tiene la fecha de su nacimiento) y Ruy Mauro Marini (1932-1997). De esta corriente el Centro de Estudios Socio Económicos (CESO) de la Universidad de Chile ha sido considerado como su cuna, como también una serie de seminarios de lectura de El Capital desarrollados en varios países latinoamericanos durante los años 60' (Casas, 2004).

La obra de Marini desarrolla cuatro temas de gran relevancia según Martins (2013): la economía política, el análisis del modelo político latinoamericano, el socialismo como experiencia estatal y civilizatoria, y el pensamiento latinoamericano. Todo esto a través de una utilización rigurosa y sistemática de los conceptos económicos-políticos marxistas.

Dos Santos pretendía entender qué forma adoptaba la dependencia a partir de la entrada de capital extranjero en el sector manufacturero de los países atrasados. De acuerdo a esta lógica, supone una situación condicionante de los grupos de países dependientes en cuanto a la expansión económica de los países dominantes, estableciendo una relación de reflejo dependiente.

Bambirra por su parte, tiende una interpretación crítica, marxista no-dogmática, de los procesos de reproducción del subdesenvolvimento en la periferia del capitalismo, donde por lo general sus enunciados y discusiones tendrán connotaciones más políticas que intelectuales.

Los planteamientos de Gunder Frank según Astarita (2011) se podrían resumir en una visión "circulacionista", es decir, que con la circulación de las mercancías a través del comercio mundial se produce el desarrollo y el subdesarrollo, en la lógica de la producción de excedentes de un país a otro.

Por último, Orlando Caputo se centrará en la pérdida de autonomía de los países latinoamericanos debido a la inserción de capitales extranjeros, específicamente capitales multinacionales, las cuales influyen en el proceso de desnacionalización de la economía y la dependencia tecnológica externa.

1973 Y EL CONSENSO DE WASHINGTON

Con el golpe de Estado en Chile en 1973, las posteriores reestructuraciones productivas de los 80'-90' y el avance del Consenso de Washington en América Latina se generará una segmentación y posterior aislamiento de la teoría de la dependencia que abarcará mucho más que el mero cambio de temática en el debate de las ciencias sociales (paso de una preocupación por el cambio estructural hacia una preocupación por el orden y la convivencia democrática). Dichas transformaciones alcanzan a las universidades y centros de investigación sudamericanos y decantan en un "proceso de privatización de las instituciones académicas y un retorno de tendencias empiricistas, que el al poco tiempo reemplazaron el espíritu del libro por el paper, el ensayo por el informe" (Beigel, 2004: 303).

Esos procesos culminarán con el "decreto de defunción" de las teorías de la dependencia por parte de los neoliberales. Serán las dictaduras militares de los años 70, la caída del Muro de Berlín y el consenso de Washington los puntos que están detrás de los festejos neoliberales (Beigel, 2004; Martins, 2013). ¿Y la debilidad teórica? En las conclusiones podremos dar algunas respuestas a esta pregunta.

LOS DIVERSOS CAMINOS QUE TOMA LA TD

Es a partir de estos cambios acontecidos a finales del siglo XX que los teóricos de la dependencia de la corriente neomarxista siguieron caminos diversos

La economía política de la globalización

Marini "en la década de 1990 (...) inicia una segunda fase de su economía política, centrada, en especial, en su texto Procesos y tendencias de la globalización capitalista" (Martins, 2013: 3). Básicamente mantiene sus proposiciones anteriores, de los 60' y 70', con el mismo énfasis en la economía política marxista: la economía política de la dependencia se convierte en economía política de la globalización (Martins, 2013).

El sistema-mundo

Gunder Frank sigue junto a Wallerstein la tesis del sistema-mundo. Deja de lado la problemática de la de la dependencia haciendo un análisis histórico, de influencia braudeliana (Sotelo, 2005) que rompe con los supuestos eurocentristas: "tenemos que (re)escribir la historia del mundo y con esa base construir una ciencia social más objetiva (...) un único proceso histórico global, que nos moldea a todos" (Gunder Frank, 1998).

Dos Santos sigue un camino similar al de Gunder Frank en la construcción de la teoría del sistema-mundo proponiendo estrategias políticas de integración regional de América Latina. Dos Santos "planteó que la actual configuración de la teoría de la dependencia se expresa en su integración-disolución en la teoría del sistema mundial" (Sotelo, 2005: 2).

A grandes rasgos la teoría del sistema-mundo postula que "para entender cualquier problema histórico o presente de los hombres, acontecido en cualquiera de los momentos que abarca el periodo de los siglos XVI a XXI, lo que hace falta es remitirlo y conectarlo de manera orgánica con esa dinámica y estructura primero semiplanetaria y luego planetaria del sistema-mundo global" (Sotelo, 2005: 3). Como puede apreciarse, el observable histórico de la TSM se desplaza de las regiones en situación de dependencia y subdesarrollo en la TD al sistema mundial y sus determinaciones contextuales: se sobredimensionan los factores mundiales por encima de los nacionales y locales. Se opta por un enfoque intensamente "histórico braudeliano" que remite todos los fenómenos sociales a los distintos registros temporales de acontecimientos, coyunturas y estructuras de larga duración histórica y la división de la TD dualista de centro/periferia se convierte en una tripartita de Estados del centro/áreas periféricas/áreas de la semiperiferia.

Economía mundial a inicios del siglo XXI

Caputo sigue el camino del estudio de la economía mundial, poniendo especial énfasis en las crisis cíclicas del capitalismo. El objeto de análisis del autor no serán las economías nacionales y sus relaciones económicas sino que será una economía mundial. Esta consiste en una estructura productiva y de circulación mundial de mercancías que se instala por encima de los países, que es conducida por los grupos económicos transnacionales (Caputo, 2008).

Las temáticas de interés de Caputo van desde el encadenamiento de las crisis de las últimas tres décadas y su conexión con las crisis del último período, los cambios en la hegemonía económica mundial, el dominio acrecentado del capital sobre el trabajo, sobre los recursos naturales y sobre los estados, hasta la profundización de la desigualdad y el subdesarrollo en América latina, entre otros temas. Todo esto, al contrario de Marini, sin utilizar las categorías de la economía política marxista ni la teoría del valor-trabajo.

La incertidumbre de Bambirra

De Bambirra no se han encontrado trabajos de fines del siglo XX y/o de principios del XXI, salvo escasas referencias en portugués a las cuales el acceso libre a través de internet está restringido (en bibliotecas de Santiago de Chile no hay referencias de Bambirra).


MARCO TEÓRICO

La problemática del trabajo ha sido una preocupación constante y central en las reflexiones sociológicas desde los inicios de la disciplina sociológica, e incluso la ha trascendido. Se le podría diferenciar de distintas maneras a la problemática del trabajo: por historicidad (vieja problemática/nueva problemática), por contexto regional (américa latina/Europa), etc. En el presente trabajo hemos optado por la diferenciación en tres niveles de la problemática del trabajo: ontológico, teórico/empírico y político.

Nivel ontológico

Teoría del valor trabajo
La teoría del valor trabajo constituye uno de los postulados centrales del aparato teórico desarrollado por Marx. En palabras simples esta describe el origen del valor en una economía basada en el intercambio de mercancías. Un bien o un valor de uso, sólo posee un valor en la medida que contiene trabajo humano abstracto. El valor es medido por la cantidad de esta substancia creadora de valor que a su vez se mida en el tiempo de duración del trabajo socialmente útil. (Robinson, 1970)
La centralidad de trabajo y su relación con lo social
La centralidad del trabajo como categoría para entender lo social está presente en la sociología desde los clásicos, situando al trabajo abstracto como categoría estructural en la sociedad burguesa. Sin embargo, será el marxismo la corriente teórica que sitúa la categoría de trabajo como central en los distintos planos de su análisis.

Para esta investigación se recogen los aportes de Lukács sobre la ontología del ser social que extrae de la obra de Marx. Para el autor húngaro la categoría del trabajo es central, en la medida que esta existe independientemente de las formas de sociedad que han existido, la plantea como una necesidad que mediatiza la relación entre hombre y naturaleza (Lukács, 200).

Otro aporte que se recoge en este trabajo es el de Habermas, el autor alemán representa al trabajo como fuente de antagonismos de clase que están siempre presentes acompañando al status de trabajo asalariado. La fuerza de trabajo abstracto posee la capacidad de construir estructuras y de transformar la sociedad (Habermas, 1988).

Lo importante a destacar será que la integración social emerge desde la centralidad del trabajo como mediador en la relación entre hombre y naturaleza para la reproducción material de los hombres. En la teoría de Marx, al impugnar una noción reduccionista del trabajo se pondrá el énfasis en el carácter social de este, dando cuenta de que toda producción material se desenvuelve en determinadas relaciones sociales (Aguilar, 1998). Estas relaciones sociales se darán en términos antagónicos y darán origen a la construcción de estructuras y cambios en la sociedad.
Condición de emergencia de un actor social a partir del trabajo

Ahora bien, esta emergencia de lo social a partir del trabajo no se da de manera abstracta, sino que se da a través de la constitución de distintos sujetos. Es en la tradición marxista donde puede encontrarse la relación entre la constitución de un sujeto y el trabajo humano. Marx extrae de Hegel el interés por la autogeneración del hombre como proceso, llevado al plano del trabajo esta autogeneración se da en el componente creativo y autorrealizador del trabajo humano (Aguilar, 1998).

Para Marx "el trabajo no sólo consistía en una actividad económica sino que era esencialmente una actividad humana, el trabajo para el hombre no sólo es un medio para mantener su vida sino también para su autodesarrollo, vale decir, el desarrollo de su naturaleza universal" (Aguilar, 1998:17) Puede decirse entonces que el trabajo es aquello que permite el despliegue de un sujeto en relación con el proceso de su reproducción material.

Nivel teórico/Empírico:
Diferenciación social

La diferenciación social será entendida como un proceso de conformación de clases sociales, las cuales aparecen como resultado del análisis de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. Estas fuerzas productivas y relaciones de producción asumen ciertos modos posibles de relaciones sociales, las cuales son esencialmente contradictorios debido a que las relaciones de producción se basan principalmente en la propiedad privada, lo que genera antagonismos entre los que propietarios y no propietarios. (Dos Santos, 1973).

Conformación de clases y diferenciación interna

A este respecto la conceptualización de John Roemer ofrece respuestas sobre el cómo emergen y se diferencian las clases sociales en base a la explotación y principalmente la explotación capitalista. Esta se entenderá como la apropiación del trabajo de una clase por otra, realizada a través de las diferencias de propiedad o el acceso a los medios de producción no humanos (Roemer, 1988), entendiendo esta conceptualización como una forma más concreta y aterrizada de entender la explotación como extracción de plusvalía.
A través del concepto de fracción utilizado por Poulantzas se busca aprehender la existencia de diferenciaciones al interior de las clases sociales y dentro del trabajo mismo. A través de este concepto se hace referencia a que una clase no es una totalidad unificada, sino que está compuesta de diversas subunidades (Poulantzas, 1975: 23).

Conciencia de clase y lucha de clases

La conciencia de clase se entenderá como las formas posibles de conciencia en las conductas específicas de una estructura social dada (Dos Santos, 1973: 34). Esto según Lukács (1978) hace referencia al sistema de creencias compartidas por los que ocupan una posición de clase en la sociedad, especificando que la conciencia de clase no es la suma ni el promedio de las conciencias individuales, sino una propiedad de un grupo de personas que ocupan posiciones similares en el sistema de producción determinado, centrándose en la conciencia de clase burguesa y del proletariado.

Estos intereses por tanto, se definirían por un carácter antagónico, los cuales no representarán simplemente una conciencia de clase distinta, sino una relación de superación, destrucción o dominación de una clase sobre otra. Esto aseguraría el rol de la lucha de clase en la historia, como su móvil no sólo dentro de los regímenes, sino de la superación de un régimen por otro (Dos Santos, 1973: 49). Esta lucha de clase se manifestaría y se materializaría principalmente en un nivel político e ideológico. Este punto se tratará en el siguiente nivel de análisis.

Nivel político:
Plano normativo y estratégico

En esta investigación también se buscó rescatar el componente político que se expresa en la obra teórica de los autores, para lograr aquello se indagó en los aspectos normativos o máximas generales de decisión que se presentan en las obras de los autores así como también las acciones concretas que recomiendan estos autores para la clase obrera a partir de un saber analítico desarrollado en sus investigaciones.

La estrategia puede ser entendida como una forma de proceder o un camino a seguir (Harnecker, 1985). Las relaciones entre política y estratégica pueden ser tomadas de los planteamientos del argentino Enrique Dussel, este distingue a la acción política como estratégica en la medida que se dirige a otros sujetos que ocupan lugares en el campo del poder. Es a través del saber analítico que brinda la teoría que puede ocurrir la identificación de fuerzas de aliados y antagonistas que hay que saber ponderar para saber utilizarlas hacia los objetivos propuestos (Dussel, 2006).

En resumen se pondrá el foco en aquellos puntos que los autores a analizar propongan formas de procedimiento dirigidas a otros sujetos para sujetos específicos como la clase obrera.
Alianzas políticas
Dentro de esta visión de lo político como una forma estratégica de proceder para alcanzar ciertos fines, se puede mencionar que una arista importante de esta conceptualización tiene relación con las conformaciones de alianzas entre clases, entendiendo esta como una unión temporal que se establece entre distintos grupos o clases sociales para llevar a cabo una lucha por intereses comunes (Harnecker, 1974: 5). Estas alianzas que se establecen, tienen una connotación estratégica y táctica, donde se tiene que adquirir algún tipo compromiso o concesiones con partidos o grupos políticos.
Plano utópico
Se entenderá por plano utópico las postulaciones de los autores de un sentido de la historia así como la imaginación de un lugar más allá de todas las historias que aparezcan en su obra teórica (Jameson, 2006). En el plano político la utopía se traduce en un programa político radical capaz de concebir una alteridad sistémica, una sociedad alternativa. Para este trabajo importa revisar cómo es caracterizada esta sociedad alternativa y si es planteada desde cambios estructurales/materiales o desde planos ético/culturales.


METODOLOGÍA

La fuente de información utilizada y el análisis de la misma, corresponde a textos de la corriente neomarxista de la dependencia y al "análisis de contenido cualitativo" (Andréu, s/f), respectivamente. La fuente de información corresponde a fuentes secundarias: producciones intelectuales de los cinco teóricos de la dependencia neomarxista ya mencionados. La unidad de información son las obras de los cinco teóricos de la dependencia neomarxista ya mencionados, y la unidad de análisis es la problemática del trabajo en la corriente neomarxista de la teoría de la dependencia.

La técnica de recolección de información corresponde la búsqueda online y en bibliotecas, según los criterios que se definirán más adelante, las obras de los cinco teóricos de la dependencia neomarxista ya mencionados.

La pauta para el análisis de la información corresponde a un desglose de las dimensiones de la problemática del trabajo definidas en el marco teórico, a la vez que inductivamente se elaborarán nuevas categorías al analizar los textos. La información analizada fue sistematizada y ordenada a partir de las categorías que emergieron en el análisis de la misma, teniendo como referencia las dimensiones y subdimensiones del estudio.

El criterio de selección de los textos fue el garantizar a lo menos dos textos por periodo para cada autor (el período anterior a las reestructuraciones productivas neoliberales se marca con un 1 y el posterior con un 2), intentando congeniar entre estos dos textos uno de carácter teórico y otro de carácter empírico, de donde se derivan proposiciones políticas.


Tabla con los textos analizados:
Autor
Año
texto
Periodo
Referencia bibliográfica
Bambirra
1971
La mujer chilena en la transición al socialismo
1
Bambirra, Vania (1971) La mujer chilena en la transición al socialismo. Documentos Punto Final n°133, Santiago de Chile.
Bambirra
1974
El capitalismo dependiente latinoamericano.
1
Bambirra, Vania (1978) El capitalismo dependiente latinoamericano. Siglo XXI, México D.F.
Bambirra
1978
Teoría de la Dependencia: una Anticrítica.
1
Bambirra, Vania (s/r) Teoría de la Dependencia: una Anticrítica. Cátedra Che-Guevara - Colectivo Amauta. http://www.rebelion.org/docs/55078.pdf
Caputo
1970
Imperialismo, dependencia y relaciones económicas internacionales
1
Caputo, Orlando & Pizarro, Roberto (1970) Imperialismo, dependencia y relaciones económicas internacionales. Cuadernos de estudios socioeconómicos 12-13. CESO, Santiago de Chile
Caputo
1970
Dependencia e inversión extranjera
1
Caputo, Orlando & Pizarro, Roberto (1970) Dependencia e inversión extranjera. En: Chile, Hoy. Siglo XXI, Santiago de Chile.
Caputo
2007
La economía mundial y América Latina a inicios del siglo XXI
2
Caputo, Orlando (2008) La economía mundial y América Latina a inicios del siglo XXI. http://www.rebelion.org/docs/80957.pdf
Caputo
2011
Allende, el Cobre y el Movimiento de Trabajadores y Estudiantes.
2
Caputo, Orlando & Galarce, Graciela (2011) Allende, el Cobre y el Movimiento de Trabajadores y Estudiantes. http://www.rebelion.org/docs/130872.pdf
Caputo
2011
Marx, la disminución de la jornada de trabajo y las categorías mercantiles.
2
Caputo, Orlando (2011) Marx, la disminución de la jornada de trabajo y las categorías mercantiles. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=126081
Dos Santos
1966
El concepto de clases sociales
1
Dos Santos, Theotonio (1966) El concepto de clases sociales. CESO, Santiago de Chile. http://www.revistas.uchile.cl/index.php/ANUC/article/viewFile/22315/23631
Dos Santos
1970
Subdesarrollo y dependencia.
1
Dos Santos, Theotonio (2007) Subdesarrollo y dependencia. En: El marxismo en América Latina. LOM, Santiago de Chile.
Dos Santos
1972
Problemas de la transición al socialismo y la experiencia chilena.
1
Dos Santos, Theotonio (1972) Problemas de la transición al socialismo y la experiencia chilena. En: transición al socialismo y experiencia chilena. CESO & CAREN, Santiago de Chile.
Dos Santos
2010
Crisis estructural y crisis de coyuntura en el capitalismo contemporáneo.
2
Dos Santos, Theotonio (2014) Crisis estructural y crisis de coyuntura en el capitalismo contemporáneo. En: Marx en el siglo XXI. LOM, Santiago de Chile.
Gunder Frank
1966
El subdesarrollo del desarrollo.
1
Gunder Frank, André (1971) El subdesarrollo del desarrollo. Editorial Anagrama, Barcelona, España.
Gunder Frank
1969
Sociología del desarrollo y subdesarrollo de la sociología.
1
Gunder Frank, André (1971) Sociología del desarrollo y subdesarrollo de la sociología. Editorial Anagrama, Barcelona, España.
Gunder Frank
1998
Globalización, no occidentalización.
2
Dos, Santos, Theotonio (1998) Los retos de la globalización: ensayos. UNESCO, Caracas, Venezuela.
Marini
1969
Subdesarrollo y revolución
1
Marini, Ruy Mauro (1971) Subdesarrollo y revolución. Siglo XXI, México D.F.
Marini
1972
Antecedentes para el estudio del movimiento de masas en el periodo (1967-1970) y (1971-1972).
1
Marini, Ruy Mauro (1976) El reformismo y la contrarevolución. Estudios sobre Chile. Ediciones Era, México D.F.
Marini
1973
Dialéctica de la dependencia.
1
Marini, Ruy Mauro (1991) Dialéctica de la dependencia, Ediciones Era, México. http://www.marini-escritos.unam.mx/004_dialectica_es.htm
Marini
1996
Procesos y tendencias de la globalización capitalista.
2
Marini, Ruy Mauro (1997) Procesos y tendencias de la globalización capitalista. CLACSO http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/se/20100830093334/08proceso.pdf
Marini
1997
El concepto de trabajo productivo. Nota metodológica
2
Dos, Santos, Theotonio (1998) Los retos de la globalización: ensayos, pp. 153-163. UNESCO, Caracas, Venezuela.

ANÁLISIS DE LOS DATOS

De los veinte textos revisados hay cinco textos que no tienen relación con la problemática del trabajo, o tienen escasa relación con ésta. Estos son principalmente de Gunder Frank. De los cinco teóricos de la corriente neomarxista estudiados es Marini él con más (y más profundas) referencias hacia la problemática del trabajo en América Latina. A este le sigue Dos Santos y Caputo. Y al final se encontrarían Gunder Frank y Bambirra.

A continuación se presentan las ideas más relevantes, y algunas citas que las refuerzan, del análisis de los textos. Estos resultados se presentan por dimensiones de la investigación como síntesis de todos los autores, tratando de hacer dialogar en estos niveles los distintos períodos de la investigación (1 y 2). Previo a esto se hará un breve "resumen" de los cinco textos arriba comentados:

Gunder Frank (1969) estudia la sociología del desarrollo que es producida en los países desarrollados para ser exportada y usada en los países subdesarrollados. Existen escasas referencias a la problemática del trabajo en el texto. Las que hay no son centrales y solo se presentan como ejemplos para debatir elementos con la sociología del desarrollo, lo cual es el objetivo del texto.

Gunder Frank (1970) no dice nada sobre la problemática del trabajo, su objeto son las relaciones de dependencia entre la periferia y el centro. Si bien en esta totalidad estudiada por Gunder Frank no hace mención al trabajo, implícitamente el trabajo es su condición de existencia: sin división del trabajo no hay dependencia.

Gunder Frank (1998) pretende reescribir una historia mundial, global, universal y holística que pueda ofrecer la base historiográfica para una mejor teoría social. Solo hay algunas referencias al "trabajo" o a la "fuerza de trabajo" para hablar de algunos procesos históricos, pero de manera marginal y no coincidente a los objetivos de la investigación.

Dos Santos (1972) tiene escasas referencias hacia la problemática del trabajo, y las que hay son solo políticas referidas hacia Chile. El texto básicamente resume las impresiones que se lleva Dos Santos de un symposium realizado en Chile en 1972 llamado "la transición al socialismo y la experiencia chilena". Comenta que ve con buenos ojos la diversidad de marxismos existentes en Chile y sus canales de comunicación, pero que a todos les falta entender teóricamente (para actuar políticamente) que es la transición al socialismo y si Chile la está viviendo o no.

En Bambirra (1974) no existen referencias a la problemática del trabajo. En el texto Bambirra elabora dos tipologías para el análisis de situaciones concretas de dependencia en América Latina desde un enfoque histórico-estructural. Las tipologías se definen por la situación estructural en la que se encontraban los países de América latina cuando se inició el proceso de integración monopólica de éstos por parte de EE.UU. en la posguerra.

Nivel ontológico
Respecto al primer período analizado puede concluirse que no hay una centralidad de la ley del valor trabajo en el planteamiento de los autores de la dependencia. El único que plantea esto es Marini y pone su énfasis en los cambios de la productividad, la intensificación de la explotación y el desarrollo del capitalismo.

Lo que sí tiene un mayor peso para los teóricos de la dependencia son las relaciones entre la plusvalía y la dependencia, entendiendo en este caso "plusvalía" al margen de la teoría del valor-trabajo, es decir hay un "saqueo" constante de riquezas que determina la dependencia. La extracción de plusvalía por parte de las economías centrales, configurará no sólo una división internacional del trabajo, sino que configurará las relaciones que se dan en la producción interna. El afán de las clases dominantes locales de compensar la pérdida de la plusvalía se dará mediante la superexplotación del trabajo.

El fenómeno de la superexplotación, para Marini, pero con otros nombres para los otros teóricos, será vital para entender los cambios y las transformaciones sociales en América Latina y tiene un estatuto ontológico que debe ser recalcado. Este plantea una arritmia en las relaciones entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, convirtiéndose en fuente de un potencial derrumbamiento de la estructura capitalista en su conjunto.

Las clases dominantes locales, debido a su posición subordinada, tratará de resarcirse de esta pérdida de plusvalía/valor aumentando el valor absoluto de la plusvalía creada por los trabajadores. Esto decantará en la superexplotación del trabajo en los países dependientes.

En el segundo periodo es Marini, como en el primer periodo, el único autor dentro de la corriente que adhiere explícitamente a la tesis del valor-trabajo. Es el único autor de la corriente que construye sobre esta base ontológica (y la hace explícita) su construcción del concepto de dependencia. Es decir, en el primer periodo su construcción del concepto de dependencia se encuentra incrustada en la economía política marxista, y en el segundo periodo, su construcción del concepto de la globalización de la economía mundial también.

En la globalización de la economía mundial (Caputo) existe una tendencia que hace que los valores de las mercancías, expresados en precios, cada vez más correspondan al trabajo materializado en éstas. Hay una tendencia hacia la plena instauración de la ley del valor-trabajo. Hay que decir que este fenómenos es una tendencia, no tiene porque algún día instaurarse esta ley, pues existen una serie de mecanismos que juegan como contra tendencia a esta situación, como el intento constante de los capitalistas de no difundir los nuevos procesos productivos que les permitan obtener ganancias extraordinarias por algún periodo de tiempo.

La superexplotación, como esencia de la dependencia para Marini en su primer periodo, se convierte en el segundo en un fenómeno generalizado de la globalización de la economía mundial. A lo anterior se suma que la superexplotación del trabajo coloca al trabajo mismo en el centro de toda la sociedad burguesa, por su tendencia a la provocación de crisis del capital.

El contenido de la superexplotación del trabajo es el mismo, para Marini, que la explotación del trabajo en el sentido de la economía política de Marx. Como futura fuente de investigación se abre la pregunta ¿es necesario el concepto de superexplotación para explicar la explotación en la economía mundial globalizada? ¿Fue necesario alguna vez, como plantea Dussel (2011), este concepto para dar cuenta de la dependencia en América Latina?

Nivel teórico/empírico
En el primer periodo hay una preocupación por la diferenciación social y la conformación de clases por parte de los teóricos de la dependencia. Los aportes de Marini y Dos Santos serán claves en esta línea. Desde el análisis se identificaron diversos criterios de conformación de clase que van desde el lugar que se ocupa en el proceso de organización, la propiedad sobre los medios de producción y la expresión de las relaciones antagónicas estructurales entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción (sin sujeto).

A partir de lo último se debe destacar el hecho de que los planteamientos de los teóricos de la dependencia contienen un mayor potencial para describir una estructura de clases que el marxismo clásico ortodoxo en el primer periodo. Hay un intento de hacer análisis comprendiendo la "sobredeterminación" (Althusser, 1971) de la estructura social.

La diferenciación social de clases a partir del trabajo no ha variado entre los dos periodos de la corriente neomarxista de los teóricos de la dependencia estudiados. La diferenciación de clases es central para el marxismo, siendo siempre la distinción base entre proletario y burgués (trabajo y no trabajo). Esta distinción es hecha por los teóricos teniendo en cuenta los distintos niveles de abstracción del análisis de las clases (Dos Santos, 1966). A grandes rasgos la corriente identifica las dos clases sociales mencionadas, por los criterios de explotación y de "campo". Habiendo estos criterios variado entre el primer y segundo periodo.

En el primer periodo, los teóricos intentar dar cuenta de las diferenciaciones internas a las clases. Diferenciaciones que van desde cuestiones de género, la existencia de clases medias, la distinción de los trabajadores por sector productivo. Es aquí donde también puede verse reflejada la importancia de la problemática del trabajo en los teóricos de la dependencia: dadas las condiciones materiales de las clases populares estas se ven obligadas a ocupar más de un trabajo a la vez dificultando la clasificación fija de estos en clases estáticas:

En el segundo periodo siguen existiendo distinciones precisas al interior de las clases. Por ejemplo, al trabajador a quien se le otorga por parte del capitalista la función de dirección del proceso productivo no se le considera clase obrera, pues empíricamente éste tendría a aliarse con la clase burguesa cuando la lucha de clases se agudiza. Esta situación no es exclusiva del segundo periodo (aunque no se encontraron referencias de esto en los textos del primer periodo).

Veamos ejemplos de diferenciaciones en ambos periodos:

"Cargos intermedios en las sociedades subdesarrolladas, desempeñados por miembros de las clases medias tales como oficiales del ejército, burócratas gubernamentales, ejecutivos menores, administradores, policías y otros son funcionalmente bastante específicos" (Gunder Frank, 1971: 24).

"En los países subdesarrollados, los pobres, ya sean clasificados como trabajadores en el sector primario, secundario o terciario, realizan efectivamente varios trabajos a la vez, siendo, por ejemplo, campesinos, comerciantes, vendedores ambulantes, ladrones, y proveedores de seguridad social para los demás, tratando de subsistir en la lucha por la vida" (Gunder Frank, 1971: 24).

"La dueña de casa es la mujer cuyo servicio doméstico no acarrea ninguna remuneración". (…) referencia emocional". Trabajo penoso y embrutecedor según Lenin (Bambirra, 1971).

"Si, por un lado, debido al aumento de la productividad del trabajo, tiende a reducirse la cantidad de trabajadores ligados directamente a la producción, se incrementa, por otro lado, el número de los que se emplean en las esferas de la circulación y la distribución" (Marini, 1996).

"El papel que desempeña el trabajador asalariado; vale decir en saber si ese papel corresponde a un desdoblamiento del proceso de trabajo o si corresponde a un desdoblamiento de la función del capitalista, que Marx resume como: dirección, vigilancia y enlace (...)" (Marini, 1996).

Lo nuevo de la globalización, que es descrito por Marini en su segundo periodo, es la explicitación heterogeneidad de la clase obrera y la dificultad de aprehenderla. El obrero como productor de mercancías se ha diversificado bastante en la globalización, estando algunos de éstos al margen de la producción directa de valor, conformándose un obrero colectivo diferenciado en su interior que solo logra producir lo que produce como un todo articulado (Marini, 1996). En línea con lo anterior, Marini (1996) advierte de los peligros teóricos/políticos de "restringir la clase obrera a los trabajadores asalariados que producen la riqueza material".

Una contraposición al planteamiento de que los teóricos de la dependencia se desmarcan de un marxismo ortodoxo puede verse en el plano de la conciencia de clase. Esta es vista principalmente, primero como acotada por la estructura de clases y segundo, aplicada mecánicamente a los intereses de clase. No se abordan temas como la identidad de clase y el proceso de conformación de esta:

"Podemos definir la conciencia de una clase como la representación consciente posible de sus intereses en un modo de producción dado (…) La conciencia de clase se determina al nivel del análisis de los intereses de clase dentro de una formación social dada, independiente de la existencia de individuos que perciban o no esos intereses" (Dos Santos, 1996).

En el segundo periodo, al igual que en el primer periodo, la conciencia de clases es para los teóricos de la corriente un "deber ser" objetivo que los trabajadores adquieren al hacerse consciente de su posición en la estructura de clases y de sus intereses materiales ligados a esta posición. Y esta conciencia es de la totalidad de la clase obrera, sin importar sus diferenciaciones internas.

De lo anterior se desprende que la lucha de clases es una situación objetiva debido a conciencias de clases (identidades e intereses) opuestas e irreconciliables. Las referencias a la lucha de clases son entonces conectadas con fenómenos económicos estructurales, por lo que no hay en la TD tantas referencias explícitas a la lucha de clases, pues se toma como premisa.

Otro elemento a destacar en esta parte es las relaciones que establecieron los autores entre el proceso de industrialización y la precariedad de las clases populares de los países dependientes. Como se mencionaba, puede verse en este punto las divergencias con las teorías desarrollistas de la época al dar cuenta de los efectos precarizantes de la industrialización. Estas condiciones materiales del trabajo determinarán el proceso de trabajo en la medida que habiendo condiciones materiales precarias los individuos de clases populares aceptan salarios más bajos y se perpetúa la superexplotación del trabajo.

Para estos teóricos la división del trabajo sería uno de los principales reflejos de la dependencia económica que Latinoamérica tendría con respecto a las economías centrales. De esta manera, este concepto pasaría a ser uno de los centrales para entender las distintas problemáticas no sólo económicas de esta región en particular sino también entender las distintas realidades materiales como inmateriales de la clase obrera y de la clase popular precarizada en general, por lo que esta problemática no se terminaría con el declive de la teoría de la dependencia en general, sino que proseguirá esta visión internacionalista de la división del trabajo hasta los últimos escritos de los autores, los cuales seguirán planteando esto como una problemática sin resolver y cuyo eje se centra en la explotación y precarización de las masas asalariadas de las regiones periféricas.

En el segundo periodo esta forma de entender la división internacional del trabajo cambia. La globalización ha provocado una reconfiguración de la división internacional del trabajo, teniendo graves efectos sobre los trabajadores (disminución de salarios y de posibilidad de control por parte de éstos de las rentas sobre los recursos naturales).

Como se dijo más arriba, la globalización reestructura la división internacional del trabajo. La diferenciación entre naciones ya no se da en términos de centro-periferia para los teóricos de corriente neomarxista en su segundo periodo, sino que en la misma fuerza de trabajo. Esto se expresa principalmente en Marini, quien muestra que la globalización acentúa "la internacionalización de los procesos productivos y la difusión constante de la industria hacia otras naciones (…) sobre todo para hacer frente a la agudización de la competencia a nivel mundial" (Marini, 1996: 267). Las empresas transnacionales capitalistas posibilitan, según Marini, la nueva división internacional del trabajo: "Las fábricas modernas (…) pueden ser instaladas en casi todas partes del mundo" (Marini, 1996: 258).

La globalización de la economía mundial trae consigo una "nueva división nacional del trabajo, que operaría en el plano de la misma fuerza de trabajo y no, como antes, a través de la posición ocupada en el mercado mundial por la economía nacional en donde el trabajador se desempeña" (Marini, 1996: 259). La dependencia, como forma de división internacional del trabajo dejaría de operar, para así conformar un "verdadero ejército industrial globalizado" de trabajadores. Estratificándose este ejército "en función del grado de educación, cultura y calificación productiva de cada uno" (Marini, 1996: 259), y no en función de la nación a la que pertenecen.

Todos los teóricos de la corriente neomarxista que tienen referencias al segundo periodo concuerdan en que el último cuarto del siglo XX se caracteriza por una serie de cambios globales que afectan el trabajo: algunos los tematizan globalización de la economía mundial (Caputo y Marini), y otros como sistema mundo (Gunder Frank y Theotonio Dos Santos). Todos concuerdan en que existieron una serie de reestructuraciones productivas que afectaron al mundo del trabajo.

Estas reestructuraciones productivas de fines del siglo XX se han caracterizado por una serie de elementos, todos enmarcados en la flexibilidad del trabajo. Este proceso es caracterizado como un "procedimiento que obliga al obrero, al cambio de la estabilidad en el empleo, a aceptar modificaciones que afectan desde el puesto de trabajo y el salario hasta la jornada laboral, en su duración e intensidad" (Marini, 1996: 257).

Esta flexibilidad puede ser externa o interna, siguiendo los planteamientos de De la Garza (2011) o simplemente como buena o mala. El primer papel lo juega la implementación del conocimiento en los procesos productivos como principal como motor de éstos y el segundo la tercerización de actividades productivas.

La tercerización del trabajo como fenómeno protagonista a marcado un antes y un después en el mundo del trabajo según los teóricos de la corriente, por sus negativas implicancias en los trabajadores. Es una forma, entonces, del capital de reducir gastos y de romper las organizaciones de los trabajadores:

"El dominio creciente del capital que se ha expresado con fuerza en la flexibilidad laboral y en el fraccionamiento de los procesos productivos y en la creación de empresas contratistas y subcontratistas que trabajan para una empresa mandante ha profundizado la debilidad de las organizaciones de los trabajadores" (Caputo, 2008).


Nivel político

En primer lugar habría que distinguir que el aspecto político estaría fuertemente marcado por connotaciones utópicas sin ligarlas con estrategias prácticas y/o tácticas. De esta manera se podría establecer y concluir que los postulados de los distintos autores de la corriente neomarxista seguirían una línea más bien teórica y cuanto a la necesidad de poder implementar un cambio con respecto a la explotación y precariedad que el trabajador y las distintas clases populares sufren con esta dependencia económica.

De acuerdo a esta línea se tendría que hacer una distinción entre los enunciados del primer y del segundo período, donde el primero estaría marcado por una influencia ideológica característica de mediados del siglo XX, donde la corriente anti imperialista y las nuevas corrientes derivadas del marxismo darían a estos teóricos ciertas bases y fundamentos para poder establecer ciertas líneas político-estratégicas para poder abordar el tema de la dependencia. De esta manera, se aprecia una fuerte tendencia hacia la lucha de clase, hacia la intensión de que el obrero tome el control productivo y político de la región, donde en ocasiones y si es necesario tendría que recurrir a la violencia armada para poder lograr este objetivo. Como contraparte se tienen los postulados del segundo período estudiado, en donde se puede establecer que existiría una moderación en relación al discurso político anterior, donde ya no estaría marcado por una clara ideología de izquierda ortodoxa, sino que estaría compuesto por propuestas más mesuradas, tendiendo a conceptos como "democratización estatal". Por estos motivos, se puede apreciar una ruptura en cuanto a las visiones estratégicas generales del primer y segundo período de este análisis:

"Los trabajadores no podrán revertir esa situación, tras asegurar su unidad de clase, si no se plantean firmemente en el terreno de la lucha por la democratización del Estado, a fin de quitarles a las clases dominantes el control de la economía y, sobre la base de una movilización lúcida y perseverante, establecer un proyecto de desarrollo económico compatible con la nueva configuración del mercado mundial" (Marini, 1996: 270).

Otro aspecto importante que habría que mencionar, sería una segunda diferenciación entre el primer y segundo período en cuanto a estrategias políticas más específica, donde para los autores de la década de los 70, la necesidad de internacionalizar la lucha obrera era un aspecto fundamental a la hora de establecer una lucha y una revolución para poder cambiar el orden establecido de la dependencia. De acuerdo a esto existiría otro quiebre con el pensamiento del segundo período, el cual estaría marcado por la necesidad de establecer lazos regionales para poder hacer frente a las distintas problemáticas que la economía mundial otorga a los países latinoamericanos.

Lo que sí tienen de similitud estos dos períodos, sería por un lado el constante elemento utópico en sus enunciados, donde resalta la emancipación del obrero, el control productivo de este y la necesidad de construir un mundo mejor en base a esta emancipación. Otro aspecto a destacar es la falta de elementos concretos para poder llegar a esta emancipación, por lo que no tenderían a aterrizar sus propuestas a planos más concretos de acción, siendo teóricos más idealistas que pensadores políticos concretos.

Habría que mencionar que los autores que destacaron en este plano son Marini y Dos Santos, los cuales si bien tienden a plantear ideas distintas, su afán por intentar promover un pensamiento no simplemente teórico, sino que también crítico a la hora de abordar las distintas problemáticas del trabajo en América Latina - enmarcado en la Teoría de la Dependencia – serían de gran ayuda a la hora de establecer qué tipo de pensamiento es el que se ha forjado en este región a lo largo del transcurso de estas últimas cinco décadas.


CONCLUSIONES

Hemos comprendido a la dependencia como un problema social que tiene que ver con el excedente social, es decir, tiene su origen en lo económico-político (su esencia) pero se expresa en otros múltiples campos (cultural, ideológico, político, etc.). El fenómeno de la dependencia es "esa transferencia (de valor) efecto de la competencia y el monopolio entre naciones" (Dussel, 2011). Esa transferencia, que hace que unos países ganen y otros pierdan, es producto del distinto nivel de desarrollo de éstos (en términos de composición orgánica del capital): "El sistema capitalista, si bien ha unificado al mundo, lo ha unificado sobre la base de naciones desigualmente desarrolladas" (Amin, 1974: 86).

Frente a esta situación de dependencia conceptualizada se construyen teorías o se adhiere a teorías ya existentes, como a las del imperialismo de Lenin u otros "neomarxistas", como Rosa Luxemburgo, Baran y Sweezy, etcétera, para el caso de la corriente que hemos estudiado. Por esta adhesión teórica la corriente neomarxista de la TD tiene un fundamento ontológico que radica principalmente en el marxismo. En estos fundamentos podría encontrarse la dialéctica o la teoría del valor-trabajo. Este segundo tema incumbió a esta investigación y resulto ser central, aunque solo explicitada y desarrollada para Marini elaborando categorías novedosas como "superexplotación" del trabajo.

En línea con el neomarxismo, y por fuera del ortodoxo, la corriente estudiada trata de aprehender la complejidad de la realidad latinoamericana, evitando caer en reduccionismos esencialistas biclasistas (burgués/proletario), comprendiendo los cambios de esta realidad en los casi 50 años de reflexión y estudio. A su vez, tampoco hay un consenso en los criterios de conformación de clases sociales, los cuales van desde el lugar que se ocupa en el proceso de organización, la propiedad sobre los medios de producción y la expresión de las relaciones antagónicas estructurales entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción (sin sujeto).
En relación a los cambios en el mundo del trabajo tras las reestructuraciones productivas de fines del siglo XX la corriente de la TD no otorga elementos novedosos. Habla de procesos de tercerización, flexibilidad, conocimiento, etcétera, que ya han sido tematizados por la sociología del trabajo (De la Garza, Antunes, Agacino).
Chocando con estas "aperturas teóricas" está el problema de la conciencia de clase, la cual es vista "ortodoxamente". En los dos periodos la conciencia de clases es para los teóricos de la corriente un "deber ser" objetivo que los trabajadores adquieren al hacerse consciente de su posición en la estructura de clases y de sus intereses materiales ligados a esta posición. Y esta conciencia es de la totalidad de la clase obrera, sin importar sus diferenciaciones internas. No se introducen elementos de experiencias, trayectorias, culturas al hablar de los fenómenos de la conciencia.
En relación al nivel político si bien la corriente no presenta buenos análisis y por lo general son bastante abstractos, si muestra un proceso de maduración importante del cual la izquierda latinoamericana debe aprehender. La unidad de la izquierda y de Latinoamérica es fundamental, como también el avance en democratizar el Estado, combinando luchas institucionales con movilización social, nunca sin el pueblo. Marini y Dos Santos llegan a esta conclusión después de apostar por la lucha armada y la "toma del poder" en los 60' y 70', evidenciando un proceso reflexivo y un cambio estratégico racional debido a los cambios en el contexto de la región.


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