La problemática del “Ser Ahí” (Dasein) desde su genealogía en la Grecia Antigua hasta Martin Heidegger y José Luis Pardo.

July 25, 2017 | Autor: Darien Rosales | Categoría: Aristotle, Martin Heidegger, Dasein, Jose Luis Pardo
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Descripción



"El ser es el éter que respira el hombre;
sin este éter seria un mero animal
y toda su actividad quedaría reducida
a la mera ganadería"
Heidegger, Martin. En Schelling. De la esencia de la libertad humana.
Introducción:
¿Qué es el ser? ¿Qué es el lugar? ¿Cuál es la significación del ser entendiendo su lugar en el mundo?
Estas preguntas son recurrentes, incluso en la formulación sistemática de la problemática filosófica en Aristóteles, aunque afortunadamente un filósofo alemán inconformista, inquieto y cabe agregar, ambicioso, se enfrascó en estudiar esta interrogante con la finalidad de pulir el primer paso de cualquier razonamiento, hablamos de Martin Heidegger quien trabajó arduamente para deshacerse de la visión determinista del hombre.
La intención primordial de este trabajo reside en problematizar la concepción del "ser ahí" (Dasein para Heidegger) o bien del "ser en el lugar" es un planteamiento filosófico que sin duda ha abarcado varios siglos en cuanto a su problematización y probable explicación, desde la proposición de Platón con la metáfora de la vasija y su interior hasta la significación del ser con el ya mencionado Heidegger. La naturaleza del ente por sí y en si ha sido motivo de mucho desarrollo en material de argumentación. No hace falta decir que el alma de la obra de Heidegger es este análisis ontológico por sí mismo, y en ésta misma médula del razonamiento Heideggeriano encontramos que está inmerso en tres ideas fundamentales que son la fenomenología temprana de Edmund Husserl, la hermenéutica de Wilheim Dilthey y la filosofía práctica de Aristóteles. ¿Cómo es que estos tres aspectos se pueden unificar en la filosofía neokantiana de Heidegger? ¿De qué manera repercuten en la genealogía de ésta pregunta?
En el planteamiento de esta problemática consideré adecuado complementar las ideas de Heidegger con las de José Luis Pardo expuestas en "Las formas de la exterioridad", ya que el autor se apoya tanto en Kant como Hegel y Heidegger para fundamentar las tesis ahí expuestas, asimismo también sigue cierta línea, no necesariamente temporal, de ideas en tanto al ser en el lugar.
Planteamiento del problema.
Ahora bien, el problema es la explicación de esta cuestión ontológica bajo las tres influencias ya mencionadas que analizó casi toda su vida Martin Heidegger. Jesús Adrián Escudero hace un amplio análisis de su obra, en tanto trayecto que Heidegger recorrió, intelectualmente, para llegar hasta su obra "Ser y Tiempo", contempla desde las conferencias y cursos que impartió en Friburgo. Escudero rescata la postura de Heidegger como neokantiano, por lo cual retoma muchas explicaciones propias de esta corriente y su transformación hacia el vitalismo y la fenomenología.
Es preciso puntualizar, que el existencialismo presentado en el trabajo de Heidegger "el Ser" es "el hombre" entendido como un "yo mismo en reflexión" o ya sea como un "Yo mismo en relación con los demás". Ésta propuesta marca un paso importante en la búsqueda de una fundamentación para las ciencias inherentes al género humano (como lo son las ciencias naturales, sociales, culturales o históricas) que fue un tema controversial para múltiples filósofos alemanes de la transición del siglo XIX al XX, quienes intentaron reinterpretar a Kant sin las concepciones metafísicas propias de Hegel y los románticos idealistas alemanes, ni con las subjetividades materialistas que patrocinarían Feuerbach, Marx y Engels.
Como un antecedente del rescate de la perspectiva Kantiana, que retoma Heidegger en sus ideas, en cuanto a su crítica al empirismo inglés (representado por Francis Bacon, Thomas Hobbes y David Hume) y del racionalismo francés (Descartes, Voltaire, Locke, etc.) tenemos a Ficher, rescata la postura debido a que llegan a concebir al "racionalismo realista" de Kant, que es expuesto en su Crítica de la razón práctica, como el verdadero punto de partida de una fundamentación filosófica de las ciencias del hombre.
Ciertamente "el Ser y el Tiempo" no fue una obra concluyente es ahí donde se encuentra la mayor parte de la esencia de su pensamiento, y es una expresión de diez años de esfuerzos intelectuales que derivó a un proyecto filosófico de gran magnitud, además si bien no podemos responder propiamente una pregunta filosófica que ni siquiera quedó clarificada tras años de estudio para Heidegger, lo que sí podemos analizar, como cierta problemática es, en qué consistió su pensamiento expresado en "el Ser y el Tiempo" y lo que lo llevó a llegar a tales razonamientos, comprendiendo como tal, la genealogía de esta pregunta estudiada por el alemán, así como el entendimiento de cómo se desarrolló en sus obras posteriores.
Hay que hacer la precisión, antes que nada, de una posible división de los trabajos de Heidegger con respecto al tema: muchos estudiosos dividen su pensamiento en dos partes con respecto a cierto giro de pensamiento que demuestra, en la primera parte sería notable como la principal preocupación del alemán el "ser del tiempo" expuesto claramente en los primeros párrafos del "Ser y Tiempo", es en esta parte donde se sirve mayormente de la analítica existencial como instrumento; en la segunda parte de su pensamiento, concibe su pensamiento como un "desarrollo del ser", es donde liga propiamente el desarrollo de la cuestión del ser en la filosofía con la historia de Occidente, es en esta parte en la que se enfoca más en los "tiempos del ser", siendo éste punto el viraje que pudo haber existido en su filosofía. No obstante, a pesar de la presencia de este viraje de perspectiva, la esencia de la cuestión es la misma.
Este tema compete a muchas áreas, ya que, a pesar de ser filosofía en su más pura expresión, de esta se deriva un razonamiento histórico que llega a ser un planteamiento que puede abarcar, hasta cierto punto, a la geografía, porque toda ciencia, todo planteamiento, humanístico o científico, nace de la filosofía.
Genealogía de la pregunta por el "ser ahí", la esencia del "ser en el lugar":
¿Qué es el ser? ¿Qué es el lugar?
Heidegger, en la búsqueda de la genealogía de este planteamiento ontológico, pretende descifrar la concepción metafísica como proceso del olvido del ser desde Platón, asimismo busca rescatar la perspectiva de la ontología fenomenológica de la existencia humana y de una correcta elaboración concreta de la pregunta por el ser. José Luis Pardo busca un mismo análisis de la forma del ser en el mundo por medio de un planteamiento de ideologías cronológicas enfocado en el mundo Occidental.
Retomando la metáfora de la vasija de Platón, Pardo hace énfasis en la significación del eterno retorno en el cántaro roto que representa a las almas rotas, este eterno retorno amerita la pérdida de la memoria ya que toda vasija debe ser llenada en una significación de la necesidad perpetua que embarga al alma, no obstante todo llenado es vaciado nuevamente por el poro de la pasión. "Pasión-búsqueda infructuosa de aquello que sería capaz de colmarla pero que es incapaz de contener". Lo verdaderamente necesario es, entonces, no tener necesidades, padecimientos o afecciones para mantener la vasija del alma totalmente sellada.
Sócrates hablaba a través de este mito de dos tipos de hombres en concreto. Los que consiguen sellar la vasija y los otros que viven con el recipiente roto, los que viven con el recipiente roto, para él son los insensatos, los hombres que sólo se enfocan en el exterior. La vasija perforada de este tipo de hombres simboliza el olvido, el ánima que olvida, la nada es olvido, y la nada es muerte, todo esto siguiendo la línea de pensamiento que desarrolla Sócrates, siguiendo éste hay un devenir-cuerpo el cual es meramente sensible; la memoria es una retención que está conformada en el interior, la carne es el olvido del alma, lo que hace olvidarnos del Ser, es preciso olvidarla para poder ser.
Recordar es escapar al ciclo del devenir. Si recordamos el exterior es un paisaje que no podemos ver, ya que estamos en él netamente ausentes.
Tras responder la esencia misma del ser, se procede, ahora pues, con el lugar del ser en el mundo, el nombrado Dasein (Ser ahí) que no se limita únicamente al tener un lugar en el mundo, si no trascender su propia existencia, de ahí se deriva el tinte existencialista que tiene su filosofía, el ser mismo es responsable de su construcción en el lugar. El lugar o el mundo en sí es, pues, quien le presenta al hombre una gama de posibilidades para construirse y desarrollarse, el ser del hombre pierde esta oportunidad únicamente al morir, cuestión que Heidegger delimita como una situación puramente personal e individual ya que "nadie puede quitarle a otro su muerte".
Esta idea se le conoce como "El tonel de las Danaides" entendiendo que por tonel se refiere al alma, tonel como vasija y alma por su docilidad, Pardo menciona que se puede deber a la similitud fonética entre núcleos de estos vocablos con los que jugó, estos vocablos serían pithon y pithanón. De la misma suerte, la significación de estos vocablos nos remite a un ser pasivo, un recipiente o un receptor, esta naturaleza nos lleva a la noción de que esta pasividad y la necesidad de llenar este receptor conlleva a que existe un vacío, y que sólo al ser llenado por otro comprende su razón de ser. Los orificios del alma propician su propia carencia. Por otro lado regresando a la nomenclatura de esta concepción griega del ser, las Danaides, hijas de Danao en su mitología, están condenadas a llenar por la eternidad un jarrón sin fondo y que todo líquido lo derrama por agujeros.
Este modelo sugiere que las pasiones, el cuerpo y el espacio son entes ajenos y superficiales del Ser, lo sensible es lo exterior, la exterioridad existe pero no es el mundo real, lo verdaderamente importante en esta concepción del Tonel de las Danaides es la búsqueda de la elevación del alma del mundo físico y sensible el cual es una vana exterioridad. De estos ideales es cómo nace la metafísica.
Es destacable este primer planteamiento ya que, como primer paso, es determinante para el resto del desarrollo de la idea del Ser. Podemos ver que tanto Pardo como Heidegger se concentran de manera especial en la filosofía práctica de Aristóteles y la de Platón que sigue cierta ideología moralizante de las almas con la tesis de que las almas o bien vasijas que no tienen pasiones ni necesidades recuerdan mejor al mantenerse selladas, es moralizante en tanto que el entregarse ciegamente a las pasiones propicia el olvido, el olvido es propiciado por no aprehender las cosas. El olvido, como lo dijo Heidegger, es la perdición del Ser, es la muerte misma. Es menester, mencionar que el hincapié a este aspecto del ideal ya expuesto reside en que ya no sólo se define la naturaleza del ser, sino que también hace una fijación en su no-naturaleza entendiendo por esta la muerte y el no-ser. Es, buscando una manera de exponerla, el recordatorio de que el tener cuerpo, un ente físico, es la muerte, porque éste nos recuerda que estamos destinados a la muerte en sí.
Posteriormente, Pardo hace mención de la tesis de Parménides, la cual dicta que entre el ser y el pensar hay una identidad, Parménides se opone a un no-ser no concibe la disyuntiva del Ser/No-Ser, ya que únicamente existe un Ser, un Uno, entre las características de uno (Lejanas a un ser metafísico relacionado con algún tipo de religión) puntualiza que es una clase de esfera física de gran magnitud, es unitario e indivisible, este ser no carece de nada, al ser inmóvil es imposible que se modifique, el Ser, entonces, es perfecto.
Define, como un punto imprescindible, la búsqueda de la verdad que es la única que hará que la mente distinga la verdadera naturaleza de las apariencias, las cuales son falsas. Esto es así ya que en efecto sólo lo que es, es Ser, y el Ser se caracteriza, como he mencionado ya, por su inmovilidad. Parménides considera que el nombre de las cosas no es real, el nombre no define al ente, ésta concepción marca el inicio del desligue entre nombre y cosa.
Luego entonces, Pardo hace referencia al ser en tanto voz, vista más como manifestación de la esencia misma, mas, si bien este ideal es una clase de disociación con la concepción Heideggeriana, considero que es adecuado mencionarla con el fin de ampliar el panorama ideológico para cimentar mejor las conclusiones. Es, pues, esta concepción del Ser como voz, no es la que se expresa sino la que se escucha, procede del pasado, no como algo que ya aconteció sino como un pasado ajeno a una cronología, es un pasado eternamente vivo, es un pasado fundamentalmente oral.
Por el pasado lírico que embarga a Grecia, tanto con Homero o Píndaro como autoridades inherentes a este género, Anaximandro concibe como manifestación clara de la voz del Ser a los poemas. Entendiendo esto podemos decir que:
"La poesía es, por encima de cualquiera otra expresión, el vehículo original de la verdad del ser, de su aparición y su manifestación, en cuanto presencia que brota y se mantiene en sí misma".
Sobre ello, Heidegger expresa que los griegos basan su experiencia radical del ser, poética e intelectual la consideran su physis.
Entonces, la percepción de la physis o la naturaleza por sí misma, es un privilegio para el género humano, esto es a manera de manifestación de los signos-entes, es un texto mismo, corresponde también a la sensibilidad de los sentidos, no sólo se lee a la Naturaleza, también se le debe escuchar, los poetas al tener agudizados estos sentidos son los seres con mayor asertividad para plasmar las manifestaciones no orales de la physis, tanto lo que puede o no puede pasar, como acontecimientos tanto históricos como míticos, no obstante, la verdad no es inherente al presente ni mucho menos al presente eterno propio de los mitos.
La memoria es presente, nos remonta al pasado no obstante su lugar es en el presente, es también futuro, porque contiene la verdad del porvenir pero está lejos del Ser y del prever humano porque nunca acontecerá. La memoria, por esto, tiene el papel de una leyenda, en ella esta expresada la voz y el Ser de los hombres, todo a través de la palabra poética.
Es interesante este punto de vista ya que el Ser no simplemente es una noción, no es solamente una idea, su papel es trascendental ya que llega a la expresión pura haciendo uso de medios como la Naturaleza para la finalidad poética que se busca en la Grecia en su carácter lírico de la misma suerte esta mitificación e historicidad tienen una finalidad pragmática para el Ser, la memoria transmite vida, prevención del porvenir, sin embargo aun escapa en cierta medida de la aprehensión del Ser del género humano, así no es tan fácil transmitir lo posible y lo no posible como tampoco lo es apropiarse de lo ya expresado.
Estas concepciones del occidente antiguo son las que serán los principales pilares para comprender mejor la definición del Ser en Heidegger, ya que, como ha sido mencionado anteriormente, la filosofía práctica de Aristóteles, que a su vez se vio fundamentada por Parménides, es uno de los pilares más importantes de su ideología, es menester entonces continuar con la descripción a grandes rasgos de las observaciones que hace el filósofo alemán en cuanto al Ser y su lugar en el mundo.
El ser en el lugar para Martin Heidegger.
Heidegger comienza éste planteamiento partiendo de la capacidad que tiene únicamente el hombre de llegar a comprender la existencia misma, sólo este ente puede interrogarse tal cosa, es como parte al "ser ahí" y el "ser en el mundo", la parte inicial para entender la esencia de la existencia es comprender su lugar y espacio en el mundo, para él, el ser del hombre se define por su relación con el mundo, la cual además es práctica antes que teórica.
De la comprensión del lugar que habita el ente o el ser se puede derivar al conocimiento del lenguaje, la expresión del arte y especialmente de la generación de consciencia.
El filósofo alemán plantea que desde Platón el hombre occidental no se subyuga al ser, sino que subyuga al ser a sí mismo y lo minimiza a representaciones hasta hacer del mundo imagen. Así el hombre tras este estado posee "e-videncia" una visión, esto lo ve como una bifurcación del camino intelectual, el hombre antes de este estado (el expuesto por el ideal platónico) conocía en tanto estaba atento al ser, y el hombre medieval cristiano conocía en cuanto que era y se sentía criatura. Ni uno ni otro, según Heidegger, redujeron al ser a la condición de objeto convocado a la presencia del hombre.
El Dasein o el "ser-ahí" o el ser arrojado a la existencia, aparece inexplicablemente en la realidad, sobre nada durante su vida en el poder-no-ser, esto es, suspendido sobre la nada y, entre sus muchas y fortuitas posibilidades sólo una es necesaria: el morir.
Por ello el Dasein es un ser para la muerte.
En estos procederes del Ser y del actuar, Heidegger los discrimina por "existencia auténtica" y "existencia inauténtica". La inauténtica es un proceder enfocado en el entretenimiento con las cosas, un entregarse a las trivialidades como lo son las relaciones sociales o de los placeres estéticos, un olvidar de la tragedia que es la existencia. Por el contrario, con la "existencia auténtica" encontramos que es un apego a la tragedia, un vivir consciente de esta angustia, una presencia constante de la finalidad última del existir.
El Dasein, el ser-ahí es la existencia misma, es un carácter fenoménico positivo del ente, Heidegger hace la precisión de que no se debe tomar como un mero aspecto, también en el reside a priori la estructura de la existenciaridad.
Los caracteres inherentes al "ser-ahí" son existenciarios los cuales se deben diferenciar de las determinaciones del ser del ente que no tiene propiamente la forma del "ser- ahí", las cuales, Heidegger denominó como "categorías", esto meramente como un principio ontológico.
La analítica existenciaria del "ser-ahí" es un a priori de ciencias como la biología y la antropología.
Heidegger expone que el "ser-ahí" existe y es además un yo mismo. A este ente le es inherente el ser de cada caso, esto como una condición de posibilidad de la propiedad y la impropiedad, el "ser ahí" existe en cada caso en uno de estos modos o en la diferenciación modal de ellos. Considera que el "ser en el mundo" debe ser visto como un fenómeno, el "en el mundo" debe ser visto, de la misma manera que el Ser, de manera ontológica y precisar su mundanidad como tal, mientras que el ente se debe entender como un "¿Quién?", es per se el "ser-ahí" un carácter a priori del "ser en el mundo". No es lo mismo el Ser del "ser ahí" que el del "mundo", su identidad es ontológicamente distinta, en el sentido existenciario.
Entre las características fundamentales del "ser-ahí" o Dasein, Heidegger precisa que son las siguientes:
El "ser-ahí" es el ente que se caracteriza por el hecho de ser en el mundo. La vida humana no es como un sujeto que ha de realizar alguna hazaña habilidosa para llegar al mundo, el "ser-ahí", entendido como "ser en el mundo" significa ser de tal manera en el mundo que es Ser implica manejarse en el mundo. El "Ser en el mundo" está caracterizado como un "cuidar".
El "ser ahí" en tanto que este "ser en el mundo" es justamente un ser-con, un ser que implica otros, esto significa tener ahí con otros el mismo mundo, hallarse recíprocamente, ser con otros en el modo del "Ser uno para otro" pero a la vez, el "ser ahí" está presente ante los otros como si fuera una cosa. Heidegger utiliza de ejemplo la presencia de una piedra que existe sin tener un mundo ni cuidarse de él.
El Ser que implica a otros en el mundo, significa el compartirlo juntamente, esto tiene una determinación ontológica.
El "ser ahí" es un ente que se determina como un "yo soy" (ich bin). Para el "ser ahí" es constitutivito el carácter respectivo de cada uno que va inherente al "yo soy". Uno conlleva al otro.
En tanto el "ser ahí' es un ente" al que conlleva el "soy yo" y a la vez esta determinado como el "ser juntamente con otros" no es lo mismo un "yo" a un "ser ahí". Nadie es uno mismo en la cotidianidad. Lo que allí es y cómo es alguien, presenta la faz del nadie: nadie y, sin embargo, todos juntamente. Con esto, Heidegger busca precisar que el nadie que vive en la cotidianidad es el "uno" es con quien descansan las posibilidades del "ser-ahí" de cada quien.
En cuanto a la mundanidad del mundo, retoma lo que es la cotidianidad, y a grandes rasgos se refiere, tras mencionar que el Ser es un hacer, utiliza como ejemplo hacer de la mano, es decir, cuando un objeto pierde utilidad deja de denominarse como un "es para…" volviéndose inútil, esto es la mundanidad.
La totalidad referencial, la mundanidad, se basa en el Dasein, toda acción y utilidad se remite al Dasein, éste está en el mundo, pero también es su base en su mundanidad.
Enfoque de José Luis Pardo.
Antes de hacer las debidas conclusiones finales, es menester agregar que tan importante fue la perspectiva de Pardo para éste trabajo. Ciertamente en la obra que ha sido citada podemos percatarnos de la esencia de los pilares del pensamiento de Heidegger, no solamente Pardo hace una elocuente exposición de los antecedentes de las concepciones de exterioridad en los clásicos griegos como en la escuela idealista alemana.
Como un punto importante de complementación a las ideas de Heidegger, hace cierto énfasis en el aspecto del Tiempo para el Ser y la espacialidad del Dasein, siendo una espacialidad temporal, menciona que el espacio puede ser reducido a tiempo, buscando la preocupación a modo de temporalización. En lo personal considero que a pesar de ser un eslabón importante de adosamiento con las tesis de Heidegger, se limita un poco más, no profundiza el papel del Tiempo limitándolo solo a una circunstancia física siendo que éste no es llanamente responsable de las exterioridades sino de su transformación. No obstante como punto fuerte es la precisión que realiza de la relación ontológica entre el Dasein y los demás entes, que ya mencionamos haciendo mayor énfasis en la visión de Heidegger de éste aspecto.
Es acertada su visión filosófica adaptada al ámbito geográfico, de esta manera es preciso su panorama al momento de complementarlo con la visión Heideggeriano.
Conclusiones
Es importante tras esta exposición de ideas identificar el aporte de la filosofía ontológica y epistemología de Heidegger, adosada en las ideas de Pardo, en ciencias como lo es la geografía, la historia, la convergencia de éstas y hasta en un plano más profundo de otras ciencias como la psicología y otras inherentes al pensamiento humano, las mismas que llegan a ser ubicadas, erróneamente, como ciencias naturales a pesar de que su objeto de estudio es el hombre, en tanto actividad o praxis en su entorno.
Esta filosofía concluye, ciertamente con que el hombre no es el absoluto esencial y centro de la realidad que creyó el racionalismo, pero aún contingente y limitado, es lo único que existe, y tras de él nada hay.
Esta analítica del Dasein nos conduce a una situación carente de explicaciones y de desesperación, la realidad es, simplemente, el hombre finito lanzado a una existencia incierta y sin sentido. Para cada hombre existe su posible salvación, la cual es aceptar la propia situación.
Esquema para comprender la idea del Ser y el Tiempo de Heidegger.
Pintura que representa el mito del Tonel de las Danaides, hecha por Juan Carlos Boveri.
Bibliografía:
Aristóteles, Acerca del alma, Gredos, Madrid, 1983.
________, Metafísica, Gredos, Madrid, 1994.
Escudero, J. Adrián, Heidegger y la genealogía de la pregunta por el ser. Una articulación temática y metodológica de su obra temprana, Herder, Barcelona, 2010.
Heidegger, Martin, El Ser y el Tiempo, Fondo de Cultura Económica, México, 2000.
______________, De la esencia de la verdad, Herder, Barcelona, 2007.
Kant, Immanuel, Crítica de la Razón Práctica, Fondo de Cultura Económica, México, 2009.
_____________, Crítica de la Razón Pura, Taurus, México, 2006.
Pardo, José Luis, Las formas de la exterioridad, Pre-textos, Valencia, 1992
Platón, Fedro en Diálogos III, Gredos, Madrid, 1992.



En alemán es la unión de "da" (ahí) y "sein" (ser). M. Heidegger en su obra hace la utilización de este término.
Escudero menciona en "Heidegger y la genealogía de la pregunta por el ser" que, incluso, en la correspondencia a pocos días de su muerte continua cuestionándoselo. Dice: "[...] Una cuestión presente desde su precoz lectura en 1907 del libro de Brentano sobre el significado del ente en Aristóteles hasta su última carta oficial, redactada dos semanas antes de su muerte y dirigida a los participantes del X Coloquio Heidegger celebrado en Chicago en Reden und andere Zeugnisse eines Lebensweges. Klostermann, Vittorio. Frankfurt del Meno, págs. 747-748"
Pardo, José Luis. Las formas de la exterioridad. Pre-textos, Valencia, 1992. P. 62
Heidegger, Martin. El Ser y el Tiempo. Fondo de Cultura económica, México, 2000. P. 245
Pardo, José Luis. Las formas de la exterioridad. Pre-textos, Valencia, 1992. P. 60
Ibídem. P. 76
Ibídem. P. 78
Ibídem. P. 80
Heidegger, Martin. El Ser y el Tiempo. Fondo de Cultura Económica, México, 2000. P. 55-56
Ibídem. P. 56
Pardo, José Luis. Las formas de la exterioridad. Pre-textos, Valencia, 1992. P. 271

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