La prensa crítica en el Porfiriato. El Hijo del Ahuizote, la crítica y la caricatura durante el porfiriato

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Descripción

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Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa
Licenciatura de Historia


Alumno de la Licenciatura en Historia
Adolfo Zepeda Hernández
La prensa crítica en el Porfiriato.
El Hijo del Ahuizote la crítica y la caricatura durante el porfiriato







Introducción
Actualmente la prensa en México se ha caracterizado por conducirse en ciertas líneas de opinión que muestran al lector de los diarios de hoy en día, tanto las preferencias como las discrepancias que pueden existir hacia los diferentes grupos políticos que existen en el país, las opiniones vertidas tanto de los periodistas como de los editores de los periódicos de circulación son así mismo responsabilidad de los que las emiten, aunque en la mayoría de los casos estos periodistas responden al discurso o a la tendencia que el periódico representa.
Hoy en día en México podemos definir a ciertos periódicos con tendencias o posturas políticas muy definidas, existen tanto periódicos de marcada línea editorial, ya sean de izquierda política, como La Jornada, y de derecha como el Universal o el Excélsior, así mismo está el periódico Milenio y el periódico Reforma que actualmente se caracterizan por mantener una clara tendencia según los intereses lo ameriten, y que independientemente de la línea a seguir dentro de estos espacios de difusión en el país existen también buenos periodistas y buenos columnistas que al margen de los preceptos del periódico en cuestión plasman su opinión y se convierten parte del sentir y del modo en que cierto grupo de la sociedad contempla su presente.
En éste presente artículo, lo que se busca es demostrar el discurso que seguía cierto periódico que se ha identificado por muchos años por la caricatura política, más que su propio discurso, aunque ninguno de los dos estén separados en esencia, El Hijo del Ahuizote aquel pequeño y viejo semanario caracterizado por las constantes caricaturas que denostaban el gobierno del Gral. Díaz y del grupo político en el poder, aquel pequeño semanario, como se dice hoy en día "no tenía pelos en la lengua", es identificado por las litografías y caricaturas publicadas en "El Hijo del Ahuizote", son claramente un género totalmente distinto que la prensa había manejado en menor medida hacia el siglo XIX un género en el cual la practicidad de una imagen hablaba más que mil palabras era la constante para este pequeño semanario.
El hijo del Ahuizote catalogado por la historiografía mexicana como un periódico de carácter "popular", es definido como un periódico perteneciente a la corriente de los periódicos obreros, ya que era adquirido en mayor medida por este público. En la presente ponencia planteo una forma un poco distinta a la realizada por otros autores especialistas en el tema, para mí, y como resultado de mi investigación histórica preliminar, El Hijo del Ahuizote debe ser analizado y estudiado en diferentes etapas de su historia, ya que éstas van a marcar el rumbo del discurso del periódico, y esto es claramente visible en cuanto a la dirección del periódico ya que El Hijo del Ahuizote a criterio personal es un periódico, con una línea editorial delimitada cuando se encuentra a cargo de Daniel Carrera creador y dueño absoluto del periódico a finales del siglo XIX, y otro bajo el cargo de Juan Sarabía.
Aunque estas dos etapas del periódico no cambian mucho la esencia del mismo, es evidente que el discurso manejado es diferente ya que para inicios del siglo XX El Hijo del Ahuizote pasa de ser un periódico que refleja la sátira política en forma de caricatura, a ser un periódico un poco más "amarillista" manteniendo un discurso más cercano a la anarquía que a una oposición política real directa.

La libertad de expresión en el contexto histórico del siglo XIX
La categoría "libertad de expresión" durante el siglo XIX entendida como libertad de prensa, es importante para el periodo, ya que el único medio masivo de comunicación y de divulgación es el periódico. Durante los primeros años del siglo XIX la prensa se había mantenido bajo una constante represión intelectual por parte de las distintas clases políticas dirigentes, así pues como parte de su doctrina, el liberalismo mexicano abogara por tener una libertad de expresión "sin ataduras", pero siempre con respeto mesurado al margen de la ley.
La legislación en cuanto a la libertad de prensa se encontraba para 1853 bajo el mando del Gral. Santa Anna, como parte de su administración se dicto la Ley Lares. Esta ley como lo señala Florence Toussaint: "Los impresos debían registrarse, con su nombre y domicilio ante la primera autoridad política del sitio en que radicaran; colocar un letrero en su establecimiento con el nombre verdadero del impresor y su domicilio, lugar y año de impresión", esta ley claramente es una medida no solo para regular a los distintos periódicos, sino también para mantener a cualquier periódico de oposición claramente bajo una constante vigilancia, además que para poder editar cualquier periódico se debían cumplir con requisitos más específicos como ser mayor de 25 años tener una residencia fija pagar un impuesto, etc.
Con el triunfo de la corriente política liberal y con la constitución de 1857 la ley de imprenta será un objetivo claro para el liberalismo mexicano, los principios de libertad de expresión e imprenta que desde la insurgencia de Hidalgo y Morelos, rendían al fin sus frutos. Se buscaba ejercer que por fin se legislara en pro de esta libertad de imprenta.
Según los documentos la ley de imprenta de 1861 se le atribuye a Francisco Zarco, el cual está a favor de que continúen estos jurados de imprenta los cuales regularían como en la pasada ley Lares, el contenido de las publicaciones, siempre al margen del respeto castigando los agravios, así pues la ley Zarco se caracterizaba por:
"eliminar por supuesto la censura previa, no se pueden confiscar los implementos de producción de los diarios como forma de castigo a quienes infringieran la ley y desaparecen los depósitos en efectivo. Se buscó que la crítica al poder estuviera asegurada y por lo tanto el encarcelamiento a los periodistas se hizo muy difícil".
Por lo tanto uno de los preceptos centrales del liberalismo mexicano ahora ya constituido en el poder como república fue la libertad de expresión. Así pues los periódicos se fueron constituyendo como el instrumento mediático, para presentar distintas posturas políticas a manera de campañas políticas, además los diarios, semanarios y periódicos constituyeron un fuerte contrapeso para oponerse a los abusos del poder desde una denuncia ciudadana o en su defecto, desde una denuncia desde el agraviado en cuestión.
Desafortunadamente tanto en ese periodo, como en la actualidad, ley sirve a manos de los intereses de las clases políticas dominantes y para que un Estado funcione adecuadamente su pueblo debe estar convencido del proyecto de nación que encabeza el Estado.
Para el año de 1877, como consecuencia del segundo periodo presidencial del General Porfirio Díaz, la constitución se reformó, permitiendo la reelección presidencial. En ese momento de coyuntura política surgieron bastantes periódicos antireeleccionistas que criticaban principalmente la inpracticidad de los postulados de Tuxtepec del General Díaz.
Como medida de contención social, el gobierno en turno opto por endurecer la política en cuanto a la libertad de prensa. Muchos editores, periodistas, redactores, y todo el personal de prensa que se manifestaran en contra del nuevo régimen, vivían un hostigamiento y censura por parte del gobierno de la república, en caso de ser encontrados culpables por delitos de expresión y sedición social, estos terminaban presos o con multan impagables si se trataban de pequeños periódicos.

Las tendencias de la prensa.
A la falta de partidos políticos sólidamente constituidos como tales dentro del sistema político republicano de la época, los periódicos se convirtieron en una plataforma política para plasmar tanto las distintas ideas políticas como las propuestas a una ciudadanía emergente por parte de los políticos mexicanos del periodo. Por medio de los periódicos se comenzó a hacer política y las contiendas electorales fueron poco a poco tomando un papel preponderante dentro de la difusión a la opinión pública, debido a esta realidad las tendencias e intereses de los periódicos cambiarían definitivamente, es en este periodo que aparecen en los periódicos las diferentes líneas políticas existentes.
Por ejemplo, de corte liberal tenemos al los periódicos: "Diario del Hogar" dirigido por Mata, y "La Prensa" , al mando de José María Vigíl, por su parte la prensa católica, tenía exponentes como: "El Tiempo" de Victoriano Agüeros. Aparece también la prensa obrera la cual habría de jugar un papel importante en la reivindicación de las demandas de los trabajadores, por ejemplo, "El hijo del Ahuizote" bajo la conducción de David Cabrera"
El Hijo del Ahuizote como parte de la prensa obrera
Dentro de la extensa historiografía mexicana sobre prensa en el siglo XIX, "El Hijo del Ahuizote" es considerado como un periódico que busca reivindicar los derechos y movimientos laborales y populares, que se desarrollaron dentro de la coyuntura electoral, con el Gral. Díaz a la cabeza en todos procesos electorales.
La prensa dedicada a la emergente clase proletaria fue numerosa, a pesar de esto permanece una generalización, en relación a una falta de apoyo hacía los distintos movimientos obreros, en el caso del "Hijo del Ahuizote", la revisión de los diferentes ejemplares del periódico nos muestra claramente el apoyo a dichos movimientos obreros, aunque cabe señalar que en la mayoría de los ejemplares consultados de 1892 se hace referencia no solo a los movimientos obreros, sino además se destaca la labor de los distintos clubes estudiantiles- antireeleccionistas, de hecho analizando detenidamente los mismos ejemplares del periódico en la época, se destacan más los movimientos antireeleccionistas críticos tanto al gobierno del Gral. Díaz, como a las constantes modificaciones del marco legal, al incumplimiento de la ley, predominando la lucha en contra del fraude electoral, que una reivindicación de los derechos laborales, o claras manifestaciones de los obreros en ellos.
Claramente que el apoyo a los movimientos obreros no se dejaban de lado ni mucho menos, pero si existía una equivalencia de ideas entre los clubes antireeleccionistas, y esto puede ser constatado con la exaltación y presentación por medio de una litografía de los retratos de los dirigentes políticos de dichos clubes, dentro de esa imagen se pueden leer los nombres debajo de los retratos de cada uno de los dirigentes de dichos clubes ya organizados y con una estructura definida, en dicha litografía aparecen los nombres y cargos de los Clubes Antireeleccionistas de la capital, por ejemplo el "Club de Estudiantes", teniendo como Presidente a: J. Antonio Rivera G., Vicepresidente: Francisco T. Mascareñas, Secretario: Querido Moheno, Prosecretario: Alejandro Luque… Club de Obreros, Presidente Jesús Huelgas y Campos, Vicepresidente: Luis B. Cardeña, Prosecretario: Esteban Vidal,
Otro ejemplo del apoyo del periódico a la causa anti reeleccionista, a la cual se sumaban los estudiantes y obreros por medio de estos clubes fue una invitación a una manifestación en pos de la "no reelección", en dicho anuncio publicado en "El ]Hijo del Ahuizote" el 15 de Mayo de 1892 se menciona lo siguiente:

"El club de estudiantes y obreros invita al pueblo de la capital para la gran manifestación de hoy. El punto de reunión es el jardín de San Fernando a las 8 a.m. (…) se invita igualmente a las familias para que adornen sus casas"

La interpretación más constante sobre las tendencias del Hijo del Ahuizote como ya lo mencione anteriormente son el categorizar a dicho periódico como obrerista. Pero, pese a que estos periódicos toman partido en defensa de los derechos de los trabajadores y sus problemas cotidianos no es una constante ni en el discurso, ni en la serie de caricaturas que muestra el "Semanario" en sus portadas, presentadas en los artículos que se mencionan anteriormente.
La estructura del Hijo del Ahuizote.
Para la primera fase del hijo del Ahuizote el periódico tiene diferentes secciones como lo son, las "Ahuizotadas" ; básicamente formada por pequeñas composiciones poéticas y satíricas del acontecer político, de igual forma esta una sección llamada "Miscelánea"; en esta sección se hace referencia a la discusión de la prensa, así como de las criticas y pugnas de las que son objeto El Hijo del Ahuizote por parte de otros periódicos contemporáneos, "Diálogos en la redacción"; es una sección que retrata ciertas vivencias y una que otra discusión que tiene el equipo de edición a la hora de discutir los contenidos de los distintos artículos.
Cabe señalar que los artículos en el "Hijo del Ahuizote" si cuentan en gran mayoría con una firma al final de cada artículo, aunque hacen uso constante de seudónimos como el "nahual" o el "poeta", otras veces se retoman pensamientos de otros autores contemporáneos pero son firmados y no citados, así que no especifican si cuentan con alguna aprobación del autor de dicho pensamiento o no. En segunda etapa del "Hijo del Ahuizote", encontramos la sección titulada "lo que opina la prensa Yanqui" la cual trata de mostrar por medio de artículos firmados por norteamericanos pero traducidos al español, la opinión de los periodistas norteamericanos respecto a la situación política de conflicto en México y la presión constante de dichos periodistas al desempeño del Gral. Díaz
La segunda etapa del Hijo del Ahuizote
Esta etapa se puede periodizar desde 1903 hasta 1912, en esta periodo el director del periódico es Juan Sarabía y las instalaciones del periódico se ubican cerca de la Plaza de Santo Domingo, parece ser que el periódico hacia esta última etapa del porfiriato busco formalizar aun más su publicación y organización, ya que los anuncios publicitarios se ven incrementados en comparación con los últimos periódicos de 1897 ya que para 1903 los espacios publicitarios son reservados para agencias publicitarias o para los grandes negocios de la capital que podían pagar hasta cerca de una cuarta parte de la primera portada de anuncios. En cuanto al material se mejoró la calidad del papel y se aumentó el costo de 1centavo a 10 centavos, con los cuales se podían mejorar tanto las impresiones como las litografías que aun estaban por encima de las fotografías y eran el sello característico de la casa en cuanto a la ya mencionada caricatura satirizada.
En cuanto a contenidos es en esta etapa que el periódico adquiere un carácter más amarillista" que impera sobre la lucha a los intereses obreros o electorales, para este momento de la vida del periódico, el amarillismo se centrara básicamente de 1903 a 1911 a criticar al grupo político y su estructura que permanece en el poder durante los últimos meses de gobierno del Gral. Díaz, ahora su discurso frívolo y desmesurado no se va a centrar en la figura de Porfirio Díaz como ese eje de la corrupción política, sino que se centrara en el grupo de los científicos, a los cuales cataloga de sanguijuelas "chupasangre" por decir menos
A la renuncia del Gral. Díaz de la presidencia en 1911 y a la llegada de Madero al poder, el discurso central del periódico va en contra nuevamente de la esfera política en el poder que son los científicos nuevamente, la crítica al inoperante gobierno del presidente Madero es un segundo aire para la caricatura satírica del Hijo del Ahuizote Madero es atacado con igual o mayor intensidad como lo fue Porfirio Díaz en las décadas de los años 1880 a 1900 del siglo XIX.
Conclusión
El Hijo del ahuizote como tal lo conocemos no es un periódico constante ni es el mismo a lo largo del porfiriato, El Hijo del Ahuizote tiene varias etapas, la primera que va desde 1892 con la crisis electoral que se puede denominar al periódico como defensor de una corriente antireeleccionista puro, su discurso se centra en una firme y dura crítica a las constantes y posteriores reelecciones de Porfirio Díaz, los movimientos antireeleccionistas (hablando de antireeleccionistas en el contexto del segundo periodo del Gral. Díaz) formados en los distintos clubes como el estudiantil o el obrero, tendrán en el Hijo del Ahuizote su mayor aliado en pos de la difusión de sus causas en contra de la censura periodística y de la represión publica por parte del gobierno.
La segunda etapa es la más polémica que la primera en esta segunda etapa prepondera el discurso amarillista término acuñado a la prensa norteamericana, en un primer intento por legitimar históricamente la caída del régimen porfirista, como un triunfo de la "no reelección", posteriormente cambia su discurso atacando y criticando severamente al gobierno de Francisco I. Madero. Por lo tanto en esta segunda etapa el "Hijo del Ahuizote" se transforma y pasa de ser un periódico de sátira poética y gráfica a ser un brazo legitimador del movimiento anarquista dentro de la política mexicana, sus años en activo de la prensa mexicana serán para las nuevas ideas plasmadas en el periódico su mejor arma, pero se pierde cierto romanticismo literario se imperaba en las primeras publicaciones, por ultimo y no menos de destacar El Hijo del Ahuizote tiende a retomar ideas e historias del pasado, en la primera etapa la crítica al nuevo régimen añoraba los años gloriosos de la legalidad sustentados por Juárez según el periódico, mientras que en la segunda etapa del Hijo del Ahuizote la publicación y éxito de las memorias de Don Sebastián Lerdo de Tejada serán un vehículo para la legitimación de las acusaciones hacia el porfirismo y los excesos cometidos por Porfirio Díaz según la visión trasgiversada de la verdad de Don Sebastián Lerdo de Tejada, ya sea anarquista, o antireeleccionista, e incluso obrerista El Hijo del Ahuizote causo polémica debido a su falta de mesura a la hora de hacer una buena portada con una caricatura ridiculízante de la política mexicana, después de todo los periódicos no solo fueron durante el siglo XIX y principios del XX medios masivos de comunicación, sino que además fueron entretenimiento para el pueblo si consideramos que la mayoría de la población era analfabeta esta es la mejor forma para llegar al público.








Archivos Consultados:
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El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 336. Domingo 31 de Enero de 1892
El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 336. Domingo 21 de Febrero de 1892
El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 336. Domingo 20 de Marzo de 1892
El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 336. Domingo 17 de Abril de 1892
El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 336. Domingo 15 de Mayo de 1892
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El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 336 Domingo 3 de Julio de 1892
El Hijo del Ahuizote. Año XIX, Núm. XVIII. Febrero 15 de 1903
El Hijo del Ahuizote. Año XIX, Núm. XVIII. Marzo 22 de 1903
El Hijo del Ahuizote. Año XIX, Núm. XVIII. Abril 5 de 1903
El Hijo del Ahuizote. Año I, Núm. 2. Junio de 1911
El Hijo del Ahuizote. Año I, Núm. 2. Agosto de 1911

Bibliografía especializada consultada:
Toussaint Alcaráz Florence, "Escenario de la prensa en el Porfiriato", F. Buendía-Universidad de Colima, México, 1989
Toussaint Alcaráz, Florence. "Periodismo, siglo diez y nueve", FCPYS-UNAM-CITESA, México, 2006.
Reyna, Ma. Del Carmen. "La prensa censurada durante el siglo XIX", SEP-Setentas, México, 1976.


Toussaint Alcaráz, Florence. Periodismo siglo XIX, p.19

ibídem. p. 23.

Ibíd. p. 31
El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 336. Domingo 3 de Julio de 1892
El Hijo del Ahuizote. Año Séptimo, Núm. 335. Domingo 15 de Mayo de 1892
El Hijo del Ahuizote. VII, 335. 1892.

Toussaint Alcaráz Florence, Escenario de la prensa en el Porfiriato,

El Hijo del Ahuizote. Año 1, Núm. 2. Sábado 3 de junio de 1911




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