La práctica histórica en Gramsci.

July 22, 2017 | Autor: Oscar H. Vargas | Categoría: Gramsci, Historiografía, Teoría de la Historia
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La practica histórica en Gramsci. Oscar Vargas

Un trapo rojo como el que llevan Enrolladas al cuerpo los partisanos Y, cerca de la urna, sobre el terreno Amarillento, diversamente rojos, Dos geranios. Allí estas tu, proscrito Y con dura elegancia no católica, Catalogado entre muertos extraños; Las cenizas de Gramsci… Entre Esperanza y fe antigua me acerco A ti llegado por casualidad a este Estrecho paseo, delante de tu tumba, De tu espíritu libre, aquí dibujo, Entre los libres. Pier Paolo Pasolini1

El presente ensayo busca identificar las nociones y las practicas históricas que se encuentran a lo largo de la obra de Antonio Gramsci, en especial la desarrollada alrededor de su obra cumbre Los Cuadernos de la Cárcel. Para esto se rastrea los posibles apartes que se encuentran en 5 de los cuadernos, escogidos por tener un orden medianamente establecido por Gramsci y además abarcar temáticas afines al análisis del pensamiento histórico; Estos cuadernos son, y de acuerdo a su elaboración cronológica: La filosofía de Benedetto Croce(FBC);2Introducción al estudio de filosofía(IEF)3; Notas breves sobre la política de Maquiavelo(PM) 4;Risorgimiento Italiano (RI);5Al margen de la historia. Historia de los grupos sociales subalternos (AMH)6. Para entender las fuentes de este trabajo es importante identificar las condiciones de elaboración de la obra, esto es, el periodo en que Gramsci se encontraba en las cárceles italianas, encarcelado por el régimen fascista de Musolini, por lo tanto, y como nos lo advierte el autor: “Las notas contenidas en este cuaderno, como en los otros, han sido escritas a vuelapluma, para aportar un breve recordatorio. Todas ellas deberán revisarse y controlarse minuciosamente, por que ciertamente contienen inexactitudes, falsas aproximaciones, anacronismos. Escritas sin tener presentes los libros a que se alude, es posible que después de la revisión deban ser radicalmente corregidas por que precisamente lo contrario de lo aquí escrito resulte cierto” (IEF 237); en este sentido, el trabajo elaborado es el resultado de la selección de párrafos contenidos a lo largo de la obra que se encuentran elaborados a forma de borrador, ya que el autor esperaba una vez afuera, 1

Pasolini, Pier Paolo; Las cenizas de Gramsci; Visori; Madrid; 1975; pg 82-83 Gramsci, Antonio; Cuadernos de la cárcel; Ediciones Era; México D. F.; 2001; Tomo IV Cuaderno 10 3 Ídem; Tomo IV Cuaderno 11 4 Ídem; Tomo V Cuaderno 13 5 Ídem; Tomo V Cuaderno 19 6 Tomo VI Cuaderno 21 2

de nuevo recobrada su libertad, consolidar de forma coherente y sistemática sus anotaciones; cuestión que por su muerte prematura antes de ser liberado no pudo hacer. El texto se desarrollara desde las elucubraciones que el autor hace a propósito de la filosofía de la praxis que no es más sino el análisis de la historia a partir del materialismo histórico, es decir de la lucha de clases a través de los tiempos, o como mejor lo planten los padres de esta doctrina “la historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases (…) opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron la lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que termino siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes” 7. En este sentido, Gramsci recoge la tradición marxista que desde el siglo XIX viene construyendo una matriz de análisis de la cual “Habrá que estudiar toda una serie de cuestiones: (…) Poner en conexión a Ricardo con Hegel y Robespierre” (FBC 145) que será aplicado en la medida en que utiliza las valoraciones en cuanto a económica política, pensamiento dialéctico desde un enfoque materialista y la doctrina socialista critica de la sociedad capitalista. Es bajo este amparo que la noción de historia solo puede entenderse desde la comprensión de la producción filosófica como una actividad no en si misma, sino que se desarrolla con un fin práctico, ya que “Solo la identificación de historia y política quita a la historia ese carácter suyo. Si el político es un historiador (no solo en el sentido de que hace la historia, sino en el sentido de que operando en el presente interpreta el pasado), el historiador es un político y en este sentido (que por lo demás aparece también en Croce) la historia siempre es historia contemporánea, o sea política: pero Croce no puede llegar hasta esta conclusión necesaria, precisamente por que ella conduce a la identificación de historia y política y por lo tanto de ideología y filosofía” (FBC140), esta determinación afirma entonces el ejercicio histórico como una practica militante, en donde el estudio del pasado permite entender las contradicciones del presente y dar elementos para construir una estrategia de transformación de la realidad, por que “si escribir historia significa hacer historia del presente, es gran libro de historia aquel que en el presente ayuda a las fuerzas en desarrollo a hacerse mas consientes de si mismas y por lo tanto mas concretamente activas y operantes” (RI 365). Esta postura militante se hace necesaria en la medida que “Ella indica el punto de paso "lógico" de toda concepción del mundo a la moral que le corresponde, de toda "contemplación" a la "acción", de toda filosofía a toda acción política que de ella depende. Es el punto en que la concepción del mundo, la contemplación, la filosofía se vuelven "reales" por que tienden a modificar el mundo, a cambiar la praxis. Se puede decir por ello que éste es el nexo central de la filosofía de la praxis, el punto en el que ésta se actualiza, vive históricamente, ósea socialmente, y no ya solo en los cerebros individuales, deja de ser "arbitraria" y se vuelve necesaria-racionalreal. El problema debe de verse históricamente, por lo tanto”(FBC159), ésta identificación como filosofía por la acción perneará el análisis a lo largo del discurso y es imprescindible para entender el pensamiento Gramsciano; Esta inclinación práctica es además propuesta desde una intención critica, en la medida que “Una filosofía de la praxis no puede sino presentarse inicialmente en una actitud polémica y crítica, como superación de modo de pensar precedente y del pensamiento concreto existente (o mundo cultural existente), por lo tanto ante todo, como critica del "sentido común" (después de haberse basado en el sentido común parta demostrar que 7

Marx, Carlos; Engels, Federico;Manifiesto del partido comunista, en, Marx & Engels, Obras Escogidas en Dos Tomos; Editorial Progreso; Moscú; 1955; pg 21, 22

"todos" son filósofos y que no se trata de introducir ex novo una ciencia en la vida individual de "todos", sino de innovar y hacer critica" una actividad ya existente)” (IEF 251). Partiendo de esta condición se puede pasar a entender cómo el materialismo histórico se comporta de forma dialéctica en la lectura del pasado, en la medida que “En la historia real la antítesis tiende a destruir a la tesis, la síntesis será una superación, pero sin que se pueda establecer a priori que es lo que de la tesis será "conservado" en la síntesis, sin que se pueda a priori "medir" los golpes como en un ring convencionalmente regulado"(FBC124), esta postura se afirma por que quiere superar el determinismo previo de la lectura histórica: “Lo que del pasado sea conservado en el proceso dialéctico no puede ser determinado a priori, sino que resultará del proceso mismo, tendrá un carácter de necesidad histórica y no de elección arbitraria por parte de los llamados científicos y filósofos. Por otra parte, debe observarse que la fuerza innovadora, en cuanto que ella misma no es un hecho arbitrario, no puede no ser ya inmanente del pasado, no puede no ser en cierto sentido ella misma el pasado, un elemento del pasado, aquello del pasado que esta vivo y en desarrollo, es ella misma conservación-innovación, contiene en si todo el pasado, digno de desarrollarse y perpetuarse” (FBC 206), entonces “Si bien se puede afirmar, genéricamente, que la síntesis conserva lo que aun es vital de la tesis, superada por la antitesis, no se puede afirmar, sin arbitrariedad, que es lo que será conservado, lo que a priori se considera vital, sin caer en el ideologismo, sin caer en la concepción de una historia preconcebida” (FBC207). Debido a esto, de la elaboración se desprende que los acontecimientos históricos tienen por una parte lo que se ha mantenido en la síntesis de la negación del pasado, pero además el elemento innovador que la antitesis carga y promueve; La síntesis es pues el resultado de esta evolución. Es por esto que se puede afirmar que “La filosofía de la praxis es la concepción historicista de la realidad, que se ha liberado de todo residuo de trascendencia y de teología incluso en su última encarnación especulativa” (FBC 128) Al liberarse de esta teología, se entiende como el estudio de lo histórico se volcó sobre el análisis de las relaciones sociales, en donde en especial el autor reivindicará como “La innovación fundamental introducida por la filosofía de la praxis en la ciencia de la política y de la historia es la demostración de que no existe una "naturaleza humana" abstracta, fija e inmutable (concepto que ciertamente se deriva del pensamiento religioso y de la trascendencia) sino que la naturaleza humana es el conjunto de relaciones sociales históricamente determinadas, ósea un hecho histórico averiguable, dentro de ciertos limites” (PM 48). Esta concepción es la evolución de la formula que el propio Marx había hecho: “los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismo, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y transmiten el pasado”8. Para Gramsci, estas circunstancias solo son comprensibles en la medida en que se entiende el bloque histórico propio de un momento dado, donde por bloque histórico comprenderá, jugando con las palabras, la “unidad entre la naturaleza y el espíritu (estructura y superestructura) unidad de los contrarios y de los distintos” (PM 33), caracterización que desarrolla también de la ya planteada por el mismo Marx quien afirmaba que “ en la producción social de su existencia, los 8

Marx, Carlos; El Dieciocho brumario de Luís Bonaparte, en, Marx & Engels, Obras Escogidas en Dos Tomos; Editorial Progreso; Moscú; 1955; pg 250

hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura economiza de la sociedad, la base real sobre la que eleva un edificio (Uberbau*) jurídico y político, y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modelo de producción de la vida material determina (bedingen) el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario el ser social es lo que determina su escénica9. Al desarrollar ésta orientación, Gramsci afirma que es “el problema de las relaciones entre estructura y superestructura el que hay que plantear exactamente y resolver para llegar a un justo análisis de las fuerzas que operan en la historia de un determinado periodo y determinar su relación. Hay que moverse en el ámbito de (estos) dos principios” (PM32) Para hacer un análisis histórico hay que tener entonces en cuenta que “una relación de fuerzas sociales está estrechamente ligada a la estructura , objetiva, independiente de la voluntad de los hombres (…) sobre la base del grado de desarrolló de las fuerzas materiales de producción se tiene los agrupamientos sociales, cada uno de los cuales representa una función y tiene una posición dada en la producción misma (...) un momento subsiguiente es la relación de las fuerzas políticas, o sea la evaluación del grado de homogeneidad, de autoconciencia y de organización alcanzado por los diversos grupos sociales. Este momento puede ser a su vez analizado y distinguido en varios grados, que corresponden a los diversos momentos de la conciencia política colectiva, tal como se han manifestado hasta ahora en la historia. El tercer momento es el de la relación de las fuerzas militares, inmediatamente decisivo en cada ocasión (...) pero tampoco este es algo indistinto e identificable inmediatamente en forma esquemática; también este se pueden distinguir dos grados: el militar en sentido estricto o técnico militar y el grado que se puede llamar político militar” (PM 35-38). Ahora es que se puede entender que “Para la filosofía de la praxis las superestructuras son una realidad(o se vuelven una realidad cuando no son puras elucubraciones individuales) objetiva y operante; ella afirma explícitamente que los hombres toman conciencia de su posición social y por ende de sus obligaciones en el terreno de las ideologías, lo que no es pequeña afirmación de la realidad” (FBC 201). Para matizar este análisis se debe partir de que no existe una dirección de una de las partes del bloque histórico sobre la otra, ya que como lo plantea Gramsci “No es verdad que la filosofía de la praxis ”separa" la estructura de las superestructuras cuando por el contrario concibe su desarrollo como íntimamente vinculado y necesariamente interrelativo y recíproco”. Tal vez una de las apreciaciones mas innovadoras del análisis de Gramsci, radica en su identificación de que la lucha de clases en ese bloque histórico que enmarca a la estructura y a la superestructura, está alimentada desde dos expresiones distintas, esto es que “El criterio metodológico en el que hay que basar el propio examen es el siguiente: que la supremacía de un grupo social se manifiesta en dos modos, como "dominio" y como "dirección intelectual y moral". Un grupo social es dominante de los grupos adversarios que tiene que liquidar o a 9

* En la edición hecha por la revista argentina se hace una traducción especial de la palabra que en otras ediciones normalmente es traducida como superestructura; los autores consideran esta variación debido a los problemas que ha generado en el análisis la expresión. Marx, Kart; Introducción general a la critica de la economía política; Cuadernos de Pasado y Presente; Córdoba; 1969; pg 28

someter incluso con las fuerzas armadas y es dirigente de los grupos afines y aliados” (RI 387), en este sentido es que aparece la noción de hegemonía la que “se caracteriza por la combinación de la fuerza y el consenso que se equilibran diversamente, sin que la fuerza domine demasiado al consenso, incluso tratando de obtener que la fuerza parezca apoyada en el consenso de la mayoría” (PM 81); a partir de estas consideraciones Perry Anderson plantea que “Gramsci habla de hegemonía no como un polo de «consentimiento» en contraposición a otro de «coerción», sino como de una síntesis en si misma de consentimiento y coerción” 10. Esta consolidación de la lucha entre clases entonces está planteada de tal forma que “la unidad histórica de las clases dirigentes ocurren en el estado, y la historia de aquellas es esencialmente la historia de los estados y de los grupos de estados. Pero no hay que creer que tal unidad sea puramente jurídica y política, si bien también esta forma de unidad tiene su importancia y no solamente formal: la unidad histórica fundamental, por su concreción, es el resultado de las relaciones orgánicas entre estado o sociedad política y “sociedad civil”. (AMH 182), recordando que “entre la estructura económica y el Estado con su legislación y su coerción esta la sociedad civil” (FBC 149).Estas disposiciones del bloque histórico le permiten a Anderson afirmar que la hegemonía se disputa tanto en el plano político, representado en las luchas por el control estatal, como en el plano civil representado en el plano de la sociedad civil, afirmando que “en particular, las oposiciones binarias de «estado y sociedad civil» y «coerción y consentimiento» se respetarán como los elementos centrales del discurso de Gramsci”11, eso si dejando claro que “el termino hegemonía no quedó, desde luego, limitado a la burguesía como clase social. También lo empleó para trazar las vías de ascenso del proletariado en occidente”.12 Algunos aportes al quehacer histórico Para poder desarrollar metodológicamente el que hacer histórico se debería hacer caso a “la distinción entre "movimientos" y hechos orgánicos y movimientos y hechos de "coyuntura" u ocasionales. Esta distinción debe ser aplicada a todos los tipos de situaciónes, no solo a aquellos en los que tiene lugar un desarrollo regresivo o de crisis aguda, sino a aquellos en los que tiene lugar un desarrollo progresista o de prosperidad y a aquellos en los que tienen lugar un estancamiento de las fuerzas productivas” (PM33-34). Ésta postura se entiende en cuanto “Mientras que en el estudio de una estructura hay que distinguir los movimientos orgánico (relativamente permanentes) de los movimientos que se pueden llamar coyuntura (y se presentan como ocasionales, inmediatos, casi accidentales). Los fenómenos de coyuntura son ciertamente dependientes, también ellos, de movimientos orgánicos, pero su significado no es de gran alcance histórico: estos dan lugar a una crítica política menuda, cotidiana, que afecta los pequeños grupos dirigentes y a las personalidades inmediatamente responsables del poder. Los fenómenos orgánicos dan lugar a la critica histórico-social, que afecta a las grandes agrupaciones, mas allá de las personas inmediatamente responsables y mas allá del personal dirigente, Al estudiar un periodo histórico se revela la gran importancia de esta distinción”(PM 33); Ésta formulación del análisis de lo histórico permite comprender las variaciones a largo plazo y aquellas en lo mas inmediato, y permite hacer un análisis mas juicioso en la medida que “El error en que se cae a menudo en los análisis histórico-políticos consiste en no saber encontrar la justa relación entre lo que es orgánico y lo que es ocasional: se llega así a exponer como inmediatamente operantes 10

Anderson, Perry; Las antinomias de Antonio Gramsci; Editorial Fontarama; Barcelona; 1978;pg 42. Ídem pg 44 12 Ídem 76 11

causas que por el contrario son operantes mediatamente, o a afirmar que las causas inmediatas son las únicas causas eficientes; en un caso se tiene el exceso de "economicismo" o de doctrinarismo pedante, en el otro el exceso de "ideologismo"; en un caso se sobrevaloran las causas mecánicas, en el otro se exalta el elemento voluntarista individual. (PM 33). Además de estos aportes metodológicos, Gramsci nos lego una estrategia que permite no caer en dogmatismos cerrados y poco operantes para el desarrollo del conocimiento, afirmando: “En el planteamiento de los problemas histórico críticos, no hay que concebir la discusión científica como un proceso judicial, en el que hay un acusado y hay un procurador que, por obligación del oficio, debe demostrar que el acusado es culpable y digno de ser eliminado de la circulación. En la discusión científica, como se supone que el interés es la búsqueda de la verdad y el progreso de la ciencia, se demuestra más "avanzado" quien se sitúa en el punto de vista que el adversario puede manifestar una exigencia que debe ser incorporada, aunque sea como momento subordinado, en su propia construcción. Comprender y evaluar realistamente la posición y las razones del adversario (y a veces es adversario todo el pensamiento pasado) significa precisamente haberse liberado de la prisión de las ideologías (en el sentido peyorativo, de ciego fanatismo religioso), o sea ponerse en un punto de vista "critico", el único fecundo de la investigación científica”(FBC157). Esto debe sumarse a la búsqueda de la historia como “efectiva" y no novelada: Su certeza debe ser ante todo certeza de los documentos históricos (aunque la historia no se agota toda en ella en los documentos históricos, cuya noción, por lo demás, es a tal punto compleja y extensa, que puede dar lugar a conceptos siempre nuevos tanto de certeza como de verdad)” (IEF 243), permitirá avanzar en el análisis de periodos buscando explicaciones convincentes que puedan superar los fanatismos. Hacia una teoría de la Historia. La apertura que permite el análisis de Gramsci en el análisis histórico esta contenida en su revaloración del análisis de la dialéctica entre la estructura y la superestructura. La revolución que realiza al interior del pensamiento marxista, que resulta como alternativa al pensamiento determinista Altusseriano, radica en el innovador planteamiento que le da a la noción y a la utilidad de la superestructura. Con Gramsci, el papel de la cultura en el análisis histórico es bajo esta conducta, una necesidad que permite acercarse a la comprensión de la totalidad del pensamiento social. Precisamente es este desarrollo el que le ha hecho ganador del epíteto de político de las estructuras, acusación injusta de aquellos que no entiende el planteamiento de bloque histórico, donde ratifica la necesidad de mantener el análisis desde las condiciones económicas propias de las estructura así como las ideológicas, políticas y culturales encerradas en la superestructura. Este análisis le exige el investigador entender las relaciones de clase, y en especial la tensión dominadores dominados desde la identificación de hegemonía que plantea en sus escritos. Ya el análisis no puede mantenerse en la forma en que se distribuye la propiedad de los medios de producción y las formaciones sociales que estos engendran, sino que tiene que hacerse caso a las variables ideológicas que mantienen el estatus quo de esta condición. Mantener la postura en la cual las clases subordinadas son simplemente engañadas mediante el velo ideológico aparece ahora como una interpretación vaga, en cambio, identificar cuales son las condiciones en las estructuras mentales que elaboran niveles de aceptación y rechazo, desde la persuasión y el incentivo para dar pie a la practica del consenso se convierte en una exigencia latente.

Pero entender ésta categoría de construcción de consenso dentro de la hegemonía como una reivindicación socialdemócrata (que algunos de los denominados partidos eurocomunistas), a partir de la cual ganar la mayoría ideológica permite transformar las condiciones propias de la sociedad, y en especial de la que estudia Gramsci (Capitalista), es olvidar que la hegemonía requiere también de la coerción para garantizarse, y como advierte oportunamente el autor “Apenas el grupo social dominante ha agotado su función, el bloque ideológico tiende a desmoronarse y entonces a la "espontaneidad" puede sucederla "constricción" en formas cada vez menos larvadas e indirectas, hasta las autenticas medidas de policía y los golpes de estado” (RI 388). La aplicación histórica la inicia el mismo Gramsci quien siguiendo el planteamiento de la necesidad practica del análisis, utiliza las herramientas por el establecidas para analizar la sociedad italiana, en especial a partir del Risorgimiento, donde el análisis de la constitución ideológica, política y cultural (IR 350-352), se entremezcla con la identificación de la estructura económica italiana (IR 372-375), desarrollos que le permiten entender como se configura la nación italiana, como se ha construido la hegemonía, como se ha practicado el consenso y como ha sido ejercida la coerción. Pero la aplicación no ha sido exclusiva de Gramsci; el profesor Kaye 13 señala como la matriz teórica propuesta por el autor, influenció a tal punto a los denominados “Marxistas Británicos”, que les permitió a partir de nociones como la de hegemonía, bloque histórico, o las reflexiones sobre la cultura, construir muchos de sus trabajos, superando la ortodoxia del análisis determinista económico, y aportando interpretaciones novedosas para su época e incalculables para el aporte del conocimiento histórico. Gramsci entonces, es un pensador que sigue al orden del día el cual aporta invaluables y necesarios conceptos para el análisis histórico del pasado ratificando la pertinencia del método materialista, o de la praxis como lo denominaba el, para abordar el estudio histórico. Su legado nos permite abordar la interpretación desde variables múltiples pero que se correlacionan y determinan, haciendo del ejercicio explicativo una labor más completa, más cercana a la búsqueda de la Historia Total. Gramsci aporta herramientas invaluables para el que hacer histórico, pero más importante aún, mantiene viva la llama de la rebeldía en los que entendemos el análisis del pasado como una posibilidad para entender el presente, solo y únicamente para transformarlo. .

13

Kaye, Harvey J.; The Education Of Desire, Marxist And The Writing History; Routledge; London;1992; pg 18-30

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