La politización de los juicios de desempeño y su efecto sobre la confianza política. Un análisis longitudinal y comparado de Europa y América Latina

May 29, 2017 | Autor: Matias Bargsted | Categoría: Latin America, Europa, Confianza Política, Desafección política
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Descripción

La politización de los juicios de desempeño y su efecto sobre la confianza política Un análisis longitudinal y comparado de Europa y América Latina

Matías Bargsted y Mariano Torcal

La confianza política representa una evaluación de la relación que existe entre los individuos (los que confían o no) y un objeto determinado del sistema político (en los que se confía o no) (Hardin 2000). En este sentido el grado de confianza expresada por cada individuo representa la naturaleza de la relación entre los ciudadanos y las instituciones políticas y sociales del sistema, siendo ello un importante elemento de la desafección política. En la literatura sobre factores explicativos del grado de confianza individual en las instituciones existen dos grandes escuelas. Por un lado están aquellas que encuentran las causas de la confianza en factores no-políticos y que están relacionados con antecedentes sociales o culturales (Mishler y Rose 2001 y 2007; Marien 2011; Hooghe y Zmerli 2011; Hooghe et al. 2015). Por el otro, se encuentran antecedentes que tiene que ver con la evaluación que hacen los ciudadanos de aspectos clave del funcionamiento de sus sistemas políticos y de los resultados que estos obtienen (Norris 2011; Meer y Dekker 2011). La diferencia esencial entre el primer grupo y el segundo reside en el grado de endogeneidad del argumento (político versus no-político), es decir, los primeros a diferencia de los otros, inciden en la importancia de que tienen en la confianza en las instituciones ciertos factores producto de las condiciones sociales individuales y sus efectos socializadores a largo plazo, negando la importancia de aspectos relacionados con la interacción que los ciudadanos tienen con el sistema y la evaluación que hacen al respecto. Los segundos, en cambio centran su argumento en la importancia que tienen la evaluación subjetiva de los ciudadanos aspectos claves del funcionamiento de dichas instituciones y sus resultados. De una situación de dominio de un argumento claramente culturalista, se ha pasado a un dominio de argumentos puramente instrumentales en un búsqueda de encontrar una relación directa entre desempeño económico y confianza política (Clarke et. al. 1993; Cusak 1999; Miller y Listhaug 1999; Anderson 2009); especialmente en Europa a raíz de la crisis fiscal y financiera iniciada en 2008 (Polavieja 2011; Harteveld et al. 2013). Sin 1

embargo, en este argumento se obvian dos aspectos que merecen una mayor atención. Primero, la mayoría de la evidencia empírica con respecto de esta relación se sustenta en la evaluación sociotrópica de la situación económica y social por parte del entrevistado, olvidando que dichas evaluaciones tienen un filtro partidista e ideológico normativo. Es decir, se ignora que estas valoraciones de desempeño económico y social podrían estar claramente condicionadas por el juego político y partidista, como ocurre, por ejemplo con la evaluación de la labor de gobierno. Segundo, que por tanto, estas valoraciones serían por tanto en parte un reflejo del juego político, al igual que ocurre con la valoración de la labor del gobierno. En suma podrían reflejar una cierta politización de la confianza política (Andeson y Singer 2008; Bargsted, Castillo y Somma, en prensa; Meer y Hakhverdian, en prensa). En este trabajo buscamos discutir este aspecto, centrando nuestra atención en la relación que existe entre los juicios evaluativos de los ciudadanos, particularmente respecto al estado de la economía del país y de la labor del gobierno de turno, y los niveles de confianza en tres instituciones políticas fundamentales, a saber, los partidos políticos, parlamento y poder judicial. Para esto analizaremos cómo ha evolucionado la relación entre estos dos elementos durante la última década tanto en Europa como en América Latina. La importancia de este tipo de análisis no sólo reside en que permite poner de relieve posibles diferencias regionales y temporales entre los países de ambos continentes, pero además porque constituye una forma interesante de analizar cómo se configuran los juicios de confianza política. En efecto, al analizar la evolución de la relación entre juicios de desempeño, y los niveles de confianza durante un periodo relativamente extenso de tiempo, podemos vislumbrar tanto la magnitud de la asociación entre ambos conjuntos de variables, como la consistencia del nexo entre las variables. De esta forma podemos evaluar si la relación entre performance y confianza política es algo contingente o sujeto a los vaivenes del ciclo económico y político de cada país, o si por el contrario refleja una suerte de relación estructural que se mantiene firme con el paso del tiempo. Al realizar este análisis en dos regiones del mundo podemos además observar la dinámica de la asociación entre performance y confianza en una multiplicidad de contentos económicos, sociales y políticos.

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En este artículo dividiremos el análisis empírico en dos partes. En la primera revisaremos como se han desplegado en el tiempo las asociaciones entre evaluaciones económicas y políticas, y de confianza política entre los países de Europa y América Latina por separado. A pesar de las salvedades que mencionaremos más abajo para comparar los datos de cada una de las regiones (ya que provienen de distintas fuentes), el contraste que existe en las dinámicas temporales es muy marcado; mientras la estabilidad es lo que prima en Europa, entre los países de América Latina prevalecen elevados niveles de variación temporal. A la luz de este contraste, buscaremos en la segunda parte explorar la posible influencia que algunos determinantes contextuales pueden tener sobre la variación en la magnitud de la asociación entre las evaluaciones económicas y políticas, y niveles de confianza política en el contexto de los países latinoamericanos. Aquí veremos, entre otras cosas, qué cambios anuales en el desempeño de la economía del país ejercen una fuerte influencia. En este trabajo vamos a abordar estas cuestiones con los datos individuales recogidos en dos encuestas comparadas. Para Europa se van a utilizar los datos de la European Social Survey; y para América Latina los datos del Latinobarómetro. Dada la disponibilidad de variables claves, cubriremos el periodo 2004-2012 en Europa, y 20022013 en América Latina. Es importante mencionar que las dos encuestas comparadas utilizadas utilizan diferentes enunciados y categorías de respuestas, lo que imposibilita la comparación directa del tamaño de las asociaciones observadas entre los países de cada una de las regiones. Pero afortunadamente no estamos interesados en establecer conclusiones respecto del nivel absoluto de las correlaciones entre las distintas regiones, sino que queremos entender las trayectorias de estas correlaciones dentro de los países. En otras palabras, nos interesa vislumbrar cómo evolucionan las correlaciones dentro de los países para lo cual es necesario que las mediciones se hayan realizado en forma idéntica en todas las olas de las encuestas, lo cual es afortunadamente el caso. En lo que sigue comenzaremos con una breve discusión teórica que revisa la importancia que tienen las evaluaciones económicas y políticas de los ciudadanos sobre los niveles de confianza política. Seguido de esto realizaremos nuestro análisis empírico, que como se mencionó anteriormente se divide en dos partes. En una primera sección examinaremos la evolución de la asociación entre evaluaciones económicas y políticas, y 3

confianza política entre los públicos de Europa y América Latina. A continuación exploraremos, por medio del uso de modelos de regresión multinivel, la influencia de algunos determinantes contextuales, previamente puestos de relieve por la literatura, sobre la asociación entre las variables de interés. Concluimos el artículo con una síntesis de los principales resultados y algunas especulaciones sobre los procesos sociales y políticos que subyacen a los resultados obtenidos.

I Discusión Teórica e Hipótesis Frente a las anteriores explicaciones más culturalistas, en la última década y media ha ido ganando fuerza la hipótesis de que la confianza política o confianza en las instituciones depende en gran medida del desempeño económico y social de los sistemas democráticos (Clarke et. al. 1993; Cusak 1999; Miller y Listhaug 1999; Anderson 2009); especialmente en Europa (Harteveld et al. 2013). Esta explicación se ha sustentando ante la presencia de variaciones a corto plazo de la confianza política (Zmerli y Newton 2011; Kenworthy y Owens 2011), incluso en países del norte de Europa con unos altos niveles de confianza

históricos

(Listhaug

2006,

235-6),

aunque

siempre

con

cambios

fundamentalmente moderados (Hooghe y Zmerli 2011). Esta hipótesis sobre el papel del desempeño económico en la confianza política se sustenta sobre el argumento de que la misma varía conforme a las evaluaciones individuales de las condiciones económicas y sociales, lo que depende, a su vez, de la capacidad de las instituciones para cumplir con las expectativas y demandas socioeconómicas se cada uno de ellos. La lógica, por tanto, es que cuando los ciudadanos están descontentos con la situación económica, la confianza en las instituciones tiende a empeorar, mientras que la prosperidad tiene el efecto contrario (Hetherington 1998; Citrin y Luks 2001; Listhaug 2006; Ross y Escobar-Lemmon 2011). Estamos por tanto ante argumentaciones puramente instrumentales y apolíticas que unen directamente la desconfianza política, a los resultados económicos del sistema (Listhaug, 1995; Listhaug y Wiberg, 1995; McAllister, 1999; Keele, 2007; Kenworthy y Owens, 2011). Según este tipo de trabajos, mucho más economicistas, el nivel de confianza en estas instituciones está directamente relacionado con la crisis del modelo de capitalismo social y sus recientes 4

resultados económicos y sociales (Gallie, 1993; Kumlin, 2011; Erkel y Meer, en prensa). Además, este punto de vista ha adquirido mucha relevancia con recientes trabajos que atribuyen el actual deterioro de la confianza política a la crisis fiscal de los países de la “zona Euro” y a la implementación de las políticas de austeridad que han supuesto recortes significativos en prestaciones sanitarias, y educativas (Polavieja, 2013). Si bien, la argumentación es en el fondo muy semejante en América Latina (Zmerli y Castillo 2015)). Sin embargo, la mayoría de las evidencias presentadas en las que se ha basado este argumento se sostienen sobre la relación de la confianza política con las valoraciones subjetivas respecto de la situación económica (Miller and Listhaug 1999; Keele 2007; Hetherington and Rudolph 2008; Meer and Dekker 2011), mientras que las evidencias respecto a los indicadores objetivos, no sólo son más escasas, sino también cuestionables (Dalton 2004; Oskarsson 2010; Meer 2010; Hakhverdian y Mayne 2012). El problema fundamental de esta contradicción es que la evidencia empírica sobre la que fundamentalmente se sustenta el argumento está basada en la evaluación sociotrópica de la situación económica y social por parte del entrevistado. Sin embargo, esta valoración no deja de ser en muchos casos producto de predisposiciones partidistas o ideológicas previas. Esto es lo que se ha llamado en la literatura de voto económico el efecto de filtro (screening effect) de estas dos variables, que consiste en argumentar la endogeneidad existente entre está valoración y las predisposiciones ideológicas y la identificación partidista (Pattie y Johnston 2001; Lewis-Beck 2006; Fraile y Lewis-Beck 2010). Por tanto, el argumento de este modelo explicativo no parece que sea tan apolítico, ya que estas valoraciones de desempeño económico y social podrían estar claramente condicionadas por el juego político y partidista, como ocurre, por ejemplo con la evaluación de la labor de gobierno. La evaluación de la labor de gobierno es un indicador de descontento político que varía mucho en el tiempo y que depende de las preferencias partidistas preexistentes.

En este sentido es un indicador de opinión pública, muy

politizado. Además, la literatura ha considerado que se trataba de un factor con poca capacidad explicativa para la confianza en las instituciones (con la excepción tal vez de la confianza en el gobierno) (Torcal y Montero 2006). Por ello, defender que la valoración subjetiva del desempeño del gobierno tiene un papel creciente en la confianza política significa abrir la puerta a una creciente contaminación del juego político en la confianza 5

que los ciudadanos depositan en dichas instituciones; es decir, se está hablando de la creciente politización de la confianza política. Por la misma razón, la creciente presencia de la valoración del desempeño económico en la explicación de la confianza política presupone también un incremento en la politización de la misma. Además, si esto fuese cierto, debería esperarse un comportamiento similar de ambas variables a la hora de explicar las pautas recientes en la evolución de la confianza política. Es cierto que esta discusión no es enteramente nueva, ya que como han señalado ciertos autores (Norris 2011) hay una creciente conexión entre la confianza política y los contenidos de la oferta partidista y la presencia de ganadores y perdedores como resultado de la disputa electoral (Norris 2011). En este último caso, sin embargo, se habla más de los efectos directos de la lucha partidista en la confianza, cuyo otro síntoma más visible sería también su creciente relación con la valoración de la labor del gobierno. Sin embargo, aquí se plantea algo más. Nosotros hablamos del efecto indirecto de la competencia política que llega por vía de la creciente incidencia en la confianza política de la valoración subjetiva de los resultados o el desempeño económico. Esto iría en la línea de lo señalado por Anderson y Singer (2008) cuando mostraban que la presencia de determinadas concepciones normativas de la democracia juegan un papel condicionante sobre el efecto de ciertas variables sobre el grado de confianza política. Como afirman Meer y Hakhverdian (en prensa), el vínculo ausente en la relación entre desempeño y confianza política, son las expectativas ciudadanas, condicionadas, por sus preferencias ideológicas preexistentes. Otro ejemplo de esta aproximación en el contexto latinoamericano es el trabajo de Bargsted, Castillo y Somma (en prensa), quienes encuentran que los niveles agregados de confianza en instituciones políticas tiende a cambiar de acuerdo a las políticas económicas de los gobiernos de turno, encontrando los incrementos más acentuados en aquellos países que experimentan gobiernos de izquierda. Por tanto, las cuestiones a abordar en este trabajo serían las siguientes. ¿Existe un peso creciente de la valoración de desempeño económico en la confianza política? ¿Es este proceso semejante al que se está observando con la valoración de la labor de gobierno? ¿Son ambas relaciones y sus tendencias constantes para ambos continentes? ¿Varían entre países confirme a determinados aspectos políticos?

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II Un primer análisis de la relación entre juicios de desempeño económico y político y niveles individuales de confianza en las instituciones. En el presente apartado analizaremos las relaciones bi-variadas entre la confianza política en tres instituciones políticas básicas de los sistemas democráticos representativos (parlamento, partidos políticos y sistema judicial), y las dos variables centrales para el argumento, la evaluación subjetiva de la situación económica del país, y la evaluación de la labor del gobierno.1 Hay que recordar que aunque las preguntas buscan capturar la opinión de los entrevistados respecto a objetos similares, los enunciados y categorías de respuesta entre la Encuesta Social Europea y el Latinobarómetro son lo suficientemente dispares como para poder excluir la posibilidad de que las diferencias en los niveles absolutos de las correlaciones no se deban a diferencias en los instrumentos de medición. No obstante, dado que nuestro interés sustantivo se centra en cómo ha evolucionado la relación de estas dos variables con la confianza política, nos interesa exclusivamente que las correlaciones sean comparables dentro de un país en distintos puntos del tiempo. Este objetivo es alcanzado tanto por la Encuesta Social Europea como el Latinobarómetro en la medida en que las preguntas empleadas en ambas son exactamente las mismas y los procedimientos de muestreo son relativamente similares en las distintas olas. Además, las encuestas en cada continente son realizadas con el mismo instrumento de medición lo que permite comparar los tamaños absolutos de las correlaciones entre países de una misma región. 1

Como se ha mencionado anteriormente estas preguntas fueron medidas de forma diferentes en la Encuesta Social Europea (ESE) y el Latinobarómetro (LB). Para medir la evaluación del estado actual de la economía la ESE emplea la siguiente pregunta: ‘Y, en general, ¿en qué medida está Ud. satisfecho con la situación económica actual en [país]?’ Para medir la evaluación de la labor del gobierno se emplea la siguiente pregunta: ‘Pensando ahora en el gobierno [del país], ¿en qué medida está usted satisfecho con la forma en que está desarrollando su labor?’ Ambas preguntas emplean una escala de respuesta de 11 puntos que va desde ‘Completamente insatisfecho’ hasta ‘Completamente satisfecho’. Las preguntas empleadas por el Latinobarómetro son respectivamente: ‘¿Cómo calificaría la situación política del país? Diría Ud. que es...?’ (Escala de respuesta ordinal de 5 puntos que desde ‘muy mala’ hasta ‘muy buena); y ‘¿Ud. aprueba o no aprueba la gestión del gobierno que encabeza el presidente (nombre)...? (Escala de respuesta binaria; aprueba o no desaprueba). Las preguntas de confianza política empleadas en la ESE son: ‘Usando esta tarjeta, dígame por favor, en una escala de 0 a 10, usted personalmente, cuánto confía en cada una de las siguientes instituciones. 0 significa que usted no confía en absoluto en una institución y 10 significa que confía plenamente. En primer lugar el parlamento [del país] / el sistema judicial / los partidos políticos’. Las preguntas del Latinobarómetro son: ‘Por favor, mire esta tarjeta y dígame, para cada uno de los grupos, instituciones o personas mencionadas en la lista, ¿cuánta confianza tiene Ud. en...?. ¿Diría que tiene mucha, algo, poca o ninguna confianza en...? Congreso / Partidos políticos / Poder judicial.’

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a) Confianza política y valoración de la labor del gobierno ¿Qué puede afirmarse respecto del peso de la evaluación de la labor de gobierno en la explicación de la confianza política? Las figuras 1 y 2 muestran la relación entre la evaluación de las variables de confianza política de estas tres instituciones y la evaluación de la labor del gobierno. Los datos cubren el periodo 2002-2013 para América Latina y 2004-2012 para Europa. Entre los países de América Latina es posible observar bastante variación temporal en las correlaciones entre la confianza entre esas instituciones y la valoración de la labor del gobierno, ya que mientras que en algunos casos la correlación entre estas dos variables pareciera reflejar variación aleatoria sin un rumbo definido, hay una mayoría de países donde se observan ascensos relativamente sistemáticos en las correlaciones, particularmente a partir de la segunda mitad de la década del 2000-2010. Algunas de estas trayectorias en esta región son realmente excepcionales como Venezuela. A modo de ejemplo, mientras que en el año 2003 la correlación entre aprobación de gobierno y confianza en el poder judicial era igual a 0,06, esta llegó hasta 0,41 en el 2010, y volvió a escalar hasta 0,72 en el 2013, medición en la que ya estaba en el gobierno el actual presidente Maduro. Aunque no hay otro país que haya experimentado una tendencia igualmente dramática, hay otros donde el incremento de la magnitud de las correlaciones es muy evidente. Algunos ejemplos de lo anterior son Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, y Panamá. Nuevamente a modo de ejemplo, en Bolivia la correlación entre confianza en los congresos nacionales y la aprobación de gobierno era de 0,0001 el 2006 y asciende hasta 0,40 en el 2013. En Nicaragua la correlación entre confianza en los partidos y aprobación de gobierno era de 0,06 el año 2006 y llegó hasta 0,30 el año 2013. En todos los casos mencionados se observan incrementos en la magnitud de las correlaciones de las tres instituciones políticas con la valoración de la labor del gobierno, pese a la presencia de algunas fluctuaciones aleatorias entre un año y otro. Otro conjunto más pequeño de países latinoamericanos, en cambio, muestran algunos patrones de discontinuidad interesantes entre un año y otro. Por ejemplo, las correlaciones se caen abruptamente en el año 2009 en Chile, lo que coincide con la 8

transición de un gobierno de centro-izquierda hacia uno de centro-derecha. Sin embargo, las correlaciones vuelven a recuperar su magnitud con el pasar del tiempo. Algo similar ocurre en Paraguay y El Salvador. En este último país las caídas abruptas en la correlaciones con la evaluación del gobierno también coinciden con un año electoral.

(Figura 1) La figura 2, en cambio, muestra la evolución de las correlaciones entre satisfacción con la labor del gobierno y confianza en las tres instituciones políticas para los países europeos. El contraste es evidente. En esta región hay una la gran cantidad de países que muestran elevados niveles de estabilidad en estas correlaciones, como por ejemplo Bélgica, República Checa, Estonia, Finlandia, Alemania, Gran Bretaña, Irlanda, Islandia, Portugal, Rusia, y Suiza. En este conjunto de países la diferencia entre la correlación máxima y mínima observada durante cualquiera de los años nunca supera la magnitud de 0,15. El promedio de esta diferencia para todos los países europeos para el caso del Poder Judicial y los partidos es de 0,12, y para el Parlamento es de 0,11. (Figura 2) A pesar de la mayor estabilidad de las asociaciones entre estas dos variables, si es posible observar algunos países europeos donde hay mayores niveles de variación temporal, pero a excepción de Holanda, estos se concentran en nuevas democracias del centro y este de Europa como Hungría (con un ascenso sostenido a partir del 2008), Eslovaquia y Eslovenia, si bien la evolución de las correlaciones de estos últimos dos países pareciera carecer de alguna tendencia. Suecia también registra mayor variación con una clara baja en las correlaciones a durante el periodo 2004-2008, y una posterior estabilización. Es interesante notar tres cosas. Primero, no hay una evidencia manifiesta en Europa de que la evaluación del desempeño de los ejecutivos tenga una creciente influencia en la confianza política. Segundo, que estos países no son necesariamente aquellos qué fueron golpeados más fuertemente por la reciente crisis económica como Grecia, Irlanda o España, en donde, además la valoración de la labor de sus gobiernos ha sido muy negativa. Tercero, que en América Latina sí que se ha producido no sólo un incremento mayor general de la incidencia de la valoración de la labor del gobierno en la confianza política, 9

sino que además en aquellos países donde no se ve un patrón, sus oscilaciones temporales son claramente superiores a las observadas en los países europeos.

b) Relación valoración situación económica y confianza política Las figuras 3 y 4 representan las trayectorias de la relación entre la evaluación de la situación económica del país y la confianza declarada en los partidos políticos, el parlamento y poder judicial en América Latina y Europa, respectivamente. Estas correlaciones tienden a reproducir el patrón descrito anteriormente con respecto a la valoración de la labor del gobierno, aunque ciertamente con algunas particularidades. A nivel general, en ambas regiones las correlaciones de las variables de confianza política y evaluación de la economía tienden a ser de menor magnitud que las correlaciones de confianza con la evaluación de gobierno, aunque la baja es más acentuada en Europa. En efecto, mientras las correlaciones promedio en América Latina entre la evaluación de gobierno y confianza en el poder judicial, partidos políticos y parlamento son 0,30, 0,30, y 0,38 respectivamente, las mismas con la evaluación económica son algo menores con 0,26, 0,27 y 0,30. En cambio, mientras que las correlaciones promedio para países europeos entre evaluación de gobierno y las tres instituciones políticas son de 0,43, 0,53, y 0,59, la relación de la evaluación de la economía con estas mismas instituciones se han mantenido elevadas con 0,37, 0,41, y 0,43. Estos datos para Europa no sólo confirman la importancia de ambas valoraciones subjetivas en la confianza, sino que vienen a conformar la incidencia del desempeño como elemento explicativo de la confianza política (Elker y Meer, en prensa; Torcal, en prensa). (Figuras 3 y 4) Pero más allá de estas diferencias en la magnitud de las correlaciones, lo importante a destacar en estos gráficos es la mayor estabilidad de las asociaciones en Europa que en América Latina, confirmando algo que ya habíamos observando con los datos agregados (Torcal y Bargsted, en este mismo libro). Entre los públicos europeos vemos múltiples casos en que año tras año se mantienen casi al mismo nivel que el año anterior; buenos ejemplos de lo anterior son los públicos de Alemania, Bélgica, Finlandia, Francia, Holanda, Portugal, y Suiza. El promedio de la diferencia entre la correlación máxima y mínima 10

observada durante cualquiera de los años para todos los países europeos es de 0,09, 0,11 y 0,10 para el poder judicial, los partidos políticos y el parlamento, respectivamente. Respecto a diferencias entre países, América Latina muestra también las mayores disparidades respecto del efecto de la evaluación de la situación económica en la confianza política, siendo Venezuela el ejemplo más extremo con las correlaciones más elevadas. No obstante, junto con este hay otros países donde se producen trayectorias positivas y sostenidas claras de aumento de esta correlación, particularmente a partir de la segunda mitad de la década. Buenos ejemplos de lo anterior son Argentina, Ecuador, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Uruguay. El incremento de la magnitud de la correlaciones en este último país en particular ha sido muy acentuado. Mientras que la correlación entre evaluación económica y confianza en el Congreso era de 0,10 en el año 2002, e incluso de 0,02 en el 2005, esta llega hasta 0,41 durante el último año. A nivel global volvemos a observar que el promedio de la diferencia entre la correlación máxima y mínima observada durante cualquiera de los años para los países de América Latina son más altos. En este caso las diferencias son 0,20, 0,20 y 0,25 para el poder judicial, los partidos políticos y el parlamento, respectivamente. En síntesis, los gráficos indican que la correlación entre indicadores de desempeño ha aumentado en múltiples países de América Latina. En cambio, en Europa predomina justamente lo contrario; salvo contadas excepciones el nivel de correlación entre las evaluaciones políticas y económicas, por una parte, y los juicios de confianza por otra, son altos pero marcadamente estables. Este contraste es particularmente interesante si se considera que la crisis económica del subprime fue, en términos relativos, más fuerte en Europa que en Latinoamérica. Además viene a contradecir algunos de los trabajos dominantes que se han centrado en sus explicaciones sobre el descenso de la confianzaa política en Europa únicamente en el efecto de la crisis (Polavieja 2013), obviando la importancia e otros posibles factores políticos y su impacto directo o condicionante (Torcal 2014; Meer y Hakhverdian, en prensa).

c) Pautas de cambio, estabilidad temporal (within) y de las diferencias entre países (between)

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Para darle mayor validez estadística a esta conclusión impresionista de las relaciones entre estas variables con la confianza en el tiempo, va a realizarse un análisis de descomposición de varianza usando modelos multi-nivel (Raudenbush y Bryk, 2002) donde las variables de confianza política son consideradas una función de los indicadores de las dos variables de interés: evaluación situación económica y valoración de la labor del gobierno. Si permitimos que el coeficiente de estas dos variables varíen aleatoriamente según tiempo (año) y país (y el paso del tiempo esta anidado dentro de cada país), podemos estimar si la variación en la asociación entre estas dos variables y la confianza en las instituciones es mayor entre países, o por el contrario, es mayor dentro de cada país en el transcurso del tiempo. En términos más técnicos esto equivale a descomponer la varianza de las asociaciones entre los indicadores de confianza en las instituciones y la valoración subjetiva de la situación económica (juicio de desempeño) por un lado, y la valoración de la labor del gobierno por el otro, en sus componentes within-country (variación que ocurre dentro de cada país asociada al paso del tiempo) y between-country (variación que ocurre entre países). Pero antes de detallar los resultados de este análisis conviene reseñar brevemente los coeficientes reportados en la tabla 1 dado que nos entregan información sobre el magnitud promedio de la asociación parcial entre confianza política y las evaluaciones económicas y políticas. Para facilitar la comparación de los coeficientes de la evaluación subjetiva de la economía y de la labor del gobierno ambas variables fueron recodificadas para que tuvieran valor mínimo igual a cero, y máximo igual a 1. Como puede verse en dicha tabla, tanto el coeficiente de las evaluaciones económicas, como el de la labor del gobierno, son positivos, altamente significativos, y en términos más sustantivos, de magnitud considerable en ambas regiones. Respecto a las evaluaciones económicas se desprende que en América Latina el paso de una evaluación ‘muy mala’ a una ‘muy buena’ de la economía del país aumenta, en promedio, más de medio punto el nivel de confianza en cualquiera de las tres instituciones políticas, medidas en una escala ordinal de 4 puntos. El efecto de la evaluación de la labor del gobierno en América Latina también es de importancia, aunque como se ve en la tabla 1, los coeficientes asociados a esta variable tienden a ser aproximadamente de la mitad del tamaño del coeficiente de las evaluaciones de la economía. En Europa las asociaciones no sólo son fuertes también, sino que el orden de importancia se invierte. En efecto, los 12

coeficientes de la evaluación de gobierno son para los partidos y parlamento al menos 2,5 veces más grande que el coeficiente de las evaluaciones económicas. En el caso del poder judicial la evaluación de gobierno es 1,6 veces más grande que el coeficiente de la evaluación económica. Los coeficientes asociados a la evaluación de la labor del gobierno denotan una asociación muy fuerte. El coeficiente más pequeño de los tres, estimado para la confianza en el poder judicial, indica que, en promedio, el paso desde la evaluación más negativa hasta la más positiva de la labor del gobierno se asocia con un aumento de 3 puntos (de un total de 11) en el nivel reportado de confianza institucional. Todo esto no deja de ser sorprendente dada la magnitud de la crisis económica durante estos años en el viejo continente. No parece, por tanto, que todo sea debido a la economía. La importancia de los factores políticos parece tener un papel significado en ambos continentes, y mucho mayor en Europa como venimos discutiendo hasta ahora. (Tabla 1) Ahora volvamos al análisis de la varianza de los efectos aleatorios asociados a los coeficientes de la evaluación de la economía y de la labor del gobierno. A nivel global, los resultados de la tabla 1 revelan, igual que lo observado a primera vista en los gráficos discutidos con anterioridad, que en América Latina la varianza de las correlaciones dentro de cada país (esto es, las varianza asociada al paso del tiempo) es mayor que la varianza entre países, mientras que en Europa ocurre exactamente lo opuesto; es decir, en este último continente el nivel de variación temporal dentro de cada país es baja, mientras que hay mayor fluctuación entre países.2 Veamos este resultado en más detalle. En América Latina los niveles de variación aleatoria within-country de los coeficientes de evaluación del gobierno (𝜎 2 EG año-país) son siempre mayores al nivel de variación between-country (𝜎 2 EG país). Por ejemplo, la variación within asociada a la confianza en los partidos políticos (𝜎 2 EG año-país=0,013) es 4 veces más grande la que variación between (𝜎 2 EG año-país=0,003). En el caso del parlamento y el poder judicial la variación within es 1,5 y 2,5 veces la variación between, respectivamente. Ocurre exactamente lo mismo con los efectos aleatorios de la evaluación económica, donde el nivel de variación temporal dentro de los países latinoamericanos es, 2

Para controlar por cambios en la composición socio-demográfica de la población los modelos controlan por el género, edad y nivel educacional de los entrevistados.

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en el peor de los casos, al menos 3 veces mayor que el nivel de variación entre países (correspondiente al poder judicial; 𝜎 2 EEP año-país=0,033 y 𝜎 2 EEP país=0,011). Entre los países europeos, en cambio, no se observa este patrón, más bien lo contrario. En estos casos la variación between-country de los coeficientes de las variables de evaluación es en múltiples ocasiones mayor a la variación between-country. Más específicamente, respecto a la evaluación de la labor del gobierno, la variación aleatoria between es más grande que la within para los partidos políticos (razón de 1,40 veces) y el Parlamento (razón de 1,29 veces). En cambio en el caso del poder judicial la varianza within es muy levemente mayor que la between (𝜎 2 EG año-país=0,496 y 𝜎 2 EG país=0,456). La variación aleatoria del coeficiente de evaluación de la economía del país se rige por un patrón similar, aunque algo más heterogéneo. En este caso la variación within (𝜎 2 EEP año-país=0,235) es levemente inferior que la variación between ( 𝜎 2 EEP país=0,277) para los partidos solamente, mientras que la variación de la confianza en el parlamento y poder judicial dentro de los países tiende a ser levemente mayor que la variación entre países (por una razón de 1,75 y 1,42, respectivamente). No obstante, la magnitud de estas diferencias a favor de la variación within-country es marcadamente menor a las magnitudes observadas en los países latinoamericanos.3 Ahora bien, una cosa es saber que en términos comparados hay mayor inestabilidad de las correlaciones entre los indicadores de confianza política, por una parte, y las variables de evaluación de la labor del gobierno y de la economía del país, por otra, entre los países de América Latina que en los de Europa. Pero otra cosa es saber si esa variabilidad tiene alguna forma funcional específica. En particular, y a la luz de la información descriptiva extraída de los gráficos, nos preguntamos si es posible afirmar que 3

Aunque no es objeto de análisis del presente artículo, vale la pena mencionar que el nivel de variación del nivel promedio de la confianza (variación del intercepto) en las instituciones políticas en América Latina también es mayor dentro de cada país (within-country) que entre países (between-country). A modo de ejemplo, la varianza de la confianza en los partidos dentro de cada país (𝜎 2 Intercepto año-país=0,18) es 4,5 veces mayor que la varianza entre países (𝜎 2 Intercepto país=0,004). Este patrón se repite para el caso del parlamento y el del poder judicial aunque en forma más leve. Para el Congreso la proporción es de 3,1 veces mayor, y para el poder judicial es de 1,15 veces. Entre los países europeos ocurre exactamente lo contrario. Las varianza aleatoria asociada al intercepto entre países (between-country) es siempre mayor que la varianza temporal dentro de los países (within-country). Para los partidos políticos la variación entre países (𝜎 2 Intercepto país=0,348) es 4 veces más grande que la dentro de países (𝜎 2 Intercepto año-país=0,086); para el Parlamento la primera es 3,4 veces más grande que la segunda, y en el caso del poder judicial la primera es casi 8 veces más grande que la segunda. Este resultado es enteramente consistente con lo que hemos mostrado utilizando datos agregados en el otro capítulo publicado en este volumen.

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las correlaciones están experimentando un crecimiento lineal. Es decir, ¿detrás de la alta variabilidad de las correlaciones observada en América Latina, habrá un patrón sistemático de crecimiento de su magnitud? Para esto volvemos a estimar los mismos modelos contenidos en la tabla 1, pero les agregamos una variable de tiempo que simplemente codifica para cada encuesta el número de años pasados desde la primera medición. 4 Los resultados se encuentran en la tabla 2. Nos interesa de sobremanera la interacción entre cada variable evaluativa y la variable ‘Tiempo’. Coeficientes positivos de esta interacción nos indican que la correlación entre la variable evaluativa y la variable dependiente aumenta de magnitud con el tiempo. (Tabla 2) Los resultados de la tabla 2 indican que los coeficientes multiplicativos de los modelos prediciendo confianza en las distintas instituciones en América Latina son todos altamente significativos (valor p
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