La política que está (representada) en otra parte

¿Es la credibilidad y confianza que despiertan los comunicadores algo para alegrarse? Desde hace dos siglos, una vasta zona del pensamiento teórico ha venido dando por sentado que lo político constituía la dimensión histórica donde se sintetizaba la praxis social, donde se condensaban y pujaban por totalizarse aspiraciones y actividades humanas. Una tal concepción implica la centralidad social de lo expresamente político, y esta centralidad se realiza por excelencia a través del espacio público. Lo que insinúan los resultados de un estudio de opinión realizado en los barrios populares de Santa Fe y Paraná, es precisamente una pérdida de centralidad de la política en la vida y para los ojos de amplios sectores de la población cuyos destinos cotidianos, empero, siguen siendo gobernados por ella. Para nuestros entrevistados, lo que aparece como político no sintetiza ni condensa ni articula sus realidades cotidianas ni, por supuesto y mucho menos, sus pasiones.