LA POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA ANTES DE LA LLEGADA DE PERÓN AL PODER

June 24, 2017 | Autor: J. Quintero Ramirez | Categoría: Peronism
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Descripción

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Argentina y Peronismo – Trabajo Final
Leidy Johanna González Romero
Código: 2532546
Lizet Vanessa Parada Romero
Código: 2532530
Javier Quintero Ramírez
Código: 2532538


LA POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA ANTES DE LA LLEGADA DE PERÓN AL PODER

Durante la primera mitad del siglo XX Argentina ocupó un lugar privilegiado en América Latina como país exportador, esta condición ejerció una gran influencia en su política exterior y las decisiones que fueron tomadas al respecto, sin embargo las diferencias en la política interna, sumado a la ambición de ostentar un papel preponderante en la región, caracterizaron la política internacional de la Argentina antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
Este relativamente corto periodo de tiempo se destaca por una gran cantidad de cambios políticos y económicos dentro del país: un gobierno deslegitimado por la corrupción, un golpe militar y el regreso a la democracia que pondrá a Juan Domingo Perón en el poder, el telón de fondo de todos estos movimientos es una política exterior que se aleja de cualquier encasillamiento, rosando incluso el absurdo.
En este escenario Estados Unidos se erige como un competidor, no solo a nivel económico sino político. Este país asume durante los años 30 una postura conciliatoria con América Latina y busca crearse un frente amigo en su propio territorio ante la inminencia de una nueva guerra europea. Argentina no parece muy dispuesta a cooperar y hará lo que esté a su alcance para no facilitar la tarea de los norteamericanos, este país responderá con serias restricciones.
La llegada de Perón reacomoda el panorama, los dilemas que rodean su ascenso al poder permiten que en el plano internacional pueda llevar a cabo una política que pretende alejarse de la bipolaridad que ya se percibe, la posición en la que queda Argentina durante la Guerra condiciona los primeros años de su mandato en el plano internacional.
El objetivo del actual texto será describir la posición de Argentina en su política internacional desde la segunda mitad de los años 30 y hasta el ascenso de Perón en 1946, prestando atención a las contradicciones tanto internas como externas, intentando ofrecer un análisis de la situación. La hipótesis principal es que Argentina hizo una gran apuesta para ser ella quien liderara la unión panamericana, pero que este propósito se anclaba en un gran desconocimiento de la realidad de los demás países, a la vez que se subestimaba la importancia de Estados Unidos y su avance en la región, lo que le generó consecuencias negativas que la afectarían tanto a corto como a largo plazo, a su vez Estados Unidos hizo uso de todos los recursos a su alcance para coaccionar a Argentina en su afán de crear la ilusión de un bloque americano unido.
Para lograr entender la posición de Argentina y su política internacional es importante comprender el nacimiento y afianzamiento del nacionalismo e implementación del proteccionismo. Los primeros intentos de afianzar un sentimiento nacionalista y de otorgarle un poder político empiezan en 1920 con la Liga Patriótica Argentina (LPA), pero solo hasta 1930 el movimiento nacionalista obtiene una victoria pasajera, con el golpe de estado de Uriburu; sin embargo únicamente pudo lograr su consolidación con Perón como lo menciona Alberto Spektorowski: "Aunque el primer intento de poner en práctica fue políticamente hecho en 1930 con el golpe militar fallido de Uriburu, la ideología consigue únicamente la consumación con la exitosa revolución de 1943." El presente trabajo abordara en principio el nacimiento de las ideas nacionalistas, como esto afecto las relaciones internacionales, también la participación de Argentina en la Séptima Conferencia Panamericana; todo esto con el fin de brindar un contexto del proceso que tuvo un desarrollo en el gobierno de Juan Domingo Perón.
En la década de 1930 en Argentina se vivieron diferentes coyunturas, tanto políticas, como culturales y económicas, que repercutieron en las relaciones internacionales de este país hacia Estados Unidos y Gran Bretaña. El periodo que se ha conocido como entre guerras estuvo marcado por la crisis económica producida por la caída de la bolsa de Nueva York, que afecto a la mayor parte del mundo occidental, que conllevo a la implementación de políticas económicas proteccionista tanto en Europa como el continente Americano, que puso en evidencia los problemas del triangulo económico entre Estados Unidos, Argentina y Gran Bretaña.
Nacionalismo
El En la década de los 30 Argentina vivió un nuevo intento de nacimiento del nacionalismo, que reconstruyo su imaginario de nación en el cual múltiples movimientos culturales y político, de derecha que convivió con otro tipo de nacionalismo, el de ala radical; vale la pena aclarar que si bien en otras partes del mundo, sobre todo en Europa al los movimientos nacionalistas y/o fascistas se les catalogo de izquierda en el caso de Latinoamérica particularmente el de Argentina, las condiciones fueron diferenciales y por esto se les llamo de extrema derecha a muchas de sus facciones, que solo fue posibles en la sociedad Argentina, que sirvió de escenario en el cual dar base a diferentes actividades nacionalistas. Este movimiento fue heterogéneo, con múltiples disidencias y grupos que aunque bien tuvo un icono central la figura del general Uriburu, sus demandas e interés fueron diversos.
Como se ha mostrado anteriormente a lo largo de la primera mitad del Siglo XX no fue posible la unificación de los "nacionalistas" o el "nacionalismo" en Argentina a pesar de los esfuerzos que se hicieron para hacerlo, hecho que constituye un fracaso para el nacionalismo, existieron muchos intentos para condensarlo en una sola agrupación; a pesar de esto, no es que no se hubiera forjado o consolidado el pensamiento nacionalista, es que no se logro formar como un movimiento único con un solo tipo de menadas e ideologías, esto solo se pudo lograr con la llegada de Perón al poder y creación del peronismo como fuerte movimiento político.
Existieron dos vertientes dentro del nacionalismo "Una de ellas era el nacionalismo "integrista" de Carlos Maurras, del fascismo italiano y el resurgimiento del ideal de "Hispanismo" la alternativa cultural y de desarrollo para los valores materialistas, utilitarios de Occidente. El otro estaba arraigado en la tradición populista nacional 'Auténtica' planteada por el Partido Radical", en Argentina las dos tuvieron cabida y se desarrollaron como antagónicas pero siempre con un deseo común, el de combatir la dependencia económica en la cual se veía sumida Argentina; cada uno creado alrededor del mito y culto a la personalidad de dos hombres; el nacionalismo radical resalto la figura de Yrigoyen y el integralista en la figura de Uriburu.
Con Yrigoyen y la ley Sáenz peña "Comenzó la democracia, allanando el camino para la era de la democracia populista", que Perón décadas después explotaría y utilizara a favor de su causa política. La política de manejo de masa que utilizo Yrigoyen, dio sus frutos en las elecciones de 1928, en donde fue electo presidente por segunda vez con una amplia mayoría; evento que incubo el golpe de estado de 1930 encabezado por Uriburu y Justo.
E mito alrededor de Uriburu fue creado con una clara función política como lo es el caso de la ADUNA creada en mayo de 1933, con la participación de los movimientos nacionalistas o fascistas más importantes en Argentina como lo son la ANA, la LCA, la Agrupación Uriburu y el Partido Fascista Argentino, fue un intento de crear una confederación del nacionalismo, pero su existencia fue breve como le sucedió otros intentos que tenían este mismo fin. "El adunismo, como casi todas las organizaciones nacionalistas, definía su imaginario político a partir del legado real e imaginado e Uriburu articulado por el mito"; es alrededor de toda una serie de mitos y rituales como lo fue la celebración del día 6 de septiembre de 1930 en adelante; día en el que se dio el Golpe de Estado que situó en la presidencia a Uriburu, como también la conmemoración del día de su muerte.
La conjunción de nacionalismo y el catolicismo no solo fue un vínculo estratégico en contra del comunismo, por demás, amenaza creciente a principios de la década de los 30, también era un vinculo estructural; lo importante era no permitir la entrada del el comunismo al país, también estaba en contra de los gobiernos liberales que habían llegado al país al estado en el que estaban y sobre todo la doctrina que proponían era una que mantuviera la fe católica sobre cualquier otro precepto; es por este aspecto que el nacionalismo Argentino se diferencio de el fascismo italiano y sobre todo del nazismo alemán, que se alejaron de la doctrina católica cristiana, es decir "El nacionalismo que no cayera en estos errores era así un nacionalismo de tipo cristiano"; una de las caras visibles del nacionalismo católico fue el sacerdote Julio Menville quien sostenía que se le debía rendir tributo por igual a Dios y a la patria. El vinculo entre catolicismo y nacionalismo fue lo que permitió construir el mito nacionalista alrededor de la figura de Uriburu y articular de manera clara creencias religiosas con las representaciones del mito de Uriburu.
La alianza nacionalismo y catolicismo solo fue posible por el creciente miedo que tenía la derecha argentina hacia el ingreso del comunismo, como también el miedo del regreso de los radicales al Gobierno, quienes representaban a el predominio extranjero según los "Integralistas"; por otro lado este vinculo también fue útil con respecto a la participación activa en las liturgias, que les permitía congregar más personas con intereses nacionalistas y buscaban de esta manera generar unidad en el movimiento nacionalista a través de una fe en común.
Para la mayoría de nacionalistas Uriburu fue el icono del movimiento nacionalista en la década de los 30; pese a esto existieron divergencias en cuanto a la centralidad de esta figura a la que se oponían las figuras de Justo quien fue el sucesor delegado por la junta militar; y de su antecesor Yrigoyen. Los dos momentos políticos tenían diferentes premisas como lo muestra Spektorowski "durante la década de 1930 se desarrollo un entorno ideológico diferente. Mientras que la ideología yrigoyenista apoyó el ataque populista democrático dentro de la democracia liberal, la nueva ideología integrista nacionalista presentó la alternativa autoritaria corporatizada.", que propugnaba por mantener los valores militares, el orden, en contra de la política, resaltando los principio heroicos; estos dos tipos de ideales aparentemente tan antagónicos, durante la Segunda Guerra Mundial lograron reconciliarse con un precepto adicional el antiimperialismo.
Si bien en la década de los 30 el nacionalismo ya exigía un tipo de proteccionismo con respecto a la economía nacional, la consolidación del proteccionismo solo fue posible en la siguiente década. Para entender como logro desarrollarse primero es pertinente entender el contexto internacional; luego de la crisis que provoco la caída de la bolsa de Nueva York, la mayoría de los países de Europa occidental y Norte América adoptaron una política proteccionista de su economía, lo que restringía la importación de productos que no fueran materias primas; situación que afectó manera crucial la exportación de Argentina hacia Europa pero sobre todo hacia Gran Bretaña con quienes tenían una relación comercial especial, en el caso del gobierno británico comenzó "a proteger e impulsar su propia producción de bienes primarios o la de sus áreas de influencia" .
En el panorama económico y la situación de Argentina en el comercio mundial a principios del siglo XX, fue favorable en cuanto a exportaciones hacia Gran Bretaña, ya que "en particular, se convirtió en el mayor mercado mundial de productos alimenticios. Por lo tanto, no resulta sorprendente que desde principios de este siglo, al originarse en la Argentina un significativo excedente exportable de carne y cereales, Gran Bretaña se constituyera en su principal cliente", situación por la cual la economía interna argentina luego de la Gran Depresión entro en crisis, debido a que los productos de exportación bajaron y los precios de los productos de importación subieron. Por otra parte las importaciones en Argentina en su mayoría provenían de Estados Unidos, pero esta relación era únicamente unilateral, ya que estados unidos producía en el sector agropecuario casi los mismos elementos que constituían la exportación de Argentina.
Estados Unidos situó en su economía interna, a Argentina en un lugar desfavorable, esto comparándolo con Brasil quien desde comienzos del siglo XX obtuvo beneficios de su relación con Estados Unidos; en 1906 mientras Root fue Secretario de Estado logro que el gobierno norteamericano aprobara, el ingreso libre de aranceles del café, cacao, hule y cueros brasileños; que en el caso brasileño fue una relación bilateral, Estados Unidos obtuvo la disminución de aranceles a varios productos norteamericanos, con esto estrecharon los lazo comerciales. Caso contrario al que sucedió en Argentina, ya que existió resistencia norteamericana que permitiera el ingreso de productos que compitieran con su propia producción.
La relación comercial de Gran Bretaña y Argentina, se trataba sobre todo de la importación/exportación de maíz, trigo, pero el mayor rubro que era la base de esta relación comercial fue la carne enfriada, de manera que "no era en principio necesario que su dependencia absoluta del mercado británico, en cuanto a este bien, representara un elemento de abrumadora debilidad en sus relaciones con Gran Bretaña.", es decir que la economía Argentina no dependía únicamente de Gran Bretaña como mercado, sin embargo si dependía en buena medida de sus relaciones diplomáticas, las cuales eran mantenidas a través del comercio.
En cuanto a Estados Unidos en su puja constante por extender sus ramas comerciales por América Latina, entre 1927 y 1928, empresas norteamericanas obtuvieron los intereses eléctricos del Atlas en la Argentina y de la compañía telefónica, gracias a este tipo de intervenciones de parte de Estados Unidos, en 1929 empezaron a aparecer las primeras acciones proteccionistas como lo fue "las compañías ferroviarias introdujeron cambios en sus estatutos, de manera que los accionistas que no fuesen ingleses o argentinos no pudieran controlar las direcciones.". Estas medidas fueron tomadas como respuesta del exacerbado proteccionismo del país norteamericano hacia Argentina; por un lado debido a las consecuencias de la Gran Depresión, por otro al fuerte peso que tenía el sector agricultor en la política estadounidense que presiono para que las inversiones hacia Argentina no fueran en sectores competitivos a los productos propios.
Como respuesta a este tipo de medidas norteamericanas Argentina a finales de la década de los 20 y principios de los 30 implemento una serie de tratados con la premisa "comprar a quien nos compra", en los cuales se buscaba eliminar de los tratados de comercio el concepto "nación más favorecida" a "nación que más nos favorece", que debía asegurar reciprocidad con los mejores clientes, poniendo de esta manera una restricción discriminatorias a las importaciones provenientes de Estados Unidos, o en su defecto exigiendo aranceles altos para aquellos países que restringieran el ingreso de productos Argentinos.
Yrigoyen preocupado por el intervencionismo norteamericano prefirió mirara hacia el mercado Británico, producto de esta coyuntura fueron el Tratado Dábernon y el Acuerdo de la Seda Artificial firmados en 1929, aparentemente beneficiosos para los dos países; pero nunca llegaron a la práctica, mientras aun estaban en espera de la aprobación del Senado se produjo el Golpe de Estado de 1930.
El intento de mantener las relaciones económicas bilaterales con Gran Bretaña fallo, de esta manera la década de los 30 está marcada por un constante ir y venir con este país; el país imperial fue presionado para dar prioridad en la compra de alimentos a aquellos países que fueron colonias británicas. Pese a esto Argentina le confirió a Gran Bretaña el principio de "tratamiento benévolo", en el cual el gobierno se comprometía a garantizar que las remesas de los beneficios de los ferrocarriles fueran en libras y no se vieran afectadas por la devaluación del peso argentino, también a evitar la competencia de empresarios individuales en la rama del trasporte, a través de la unificación de la rama del trasporte, a cambio del ingreso de carnes provenientes de Argentina a el mercado británico; esto fue conocido popularmente como el tratado Roca-Runciman.
Al interior de Argentina la devaluación del peso aumento; la inflación de los precios aumento junto con la tasa desempleo, lo que evidencio las debilidades del gobierno en curso.
En muchas ocasiones el lugar privilegiado que ocupo argentina fue gracias a sus nexos tan cercanos con Europa principalmente con Gran Bretaña, y les otorgo un "sentimiento de superioridad del país respecto de la región", fue en base a esta superioridad el manejo dado a la Séptima Conferencia Panamericana por parte de Lamas, quien estaba en contra del panamericanismo propuesto desde la casa blanca, ya que no era afín a los intereses De Argentina en el sector, que quería posicionarse en el sector como el país líder.
El sentimiento de superioridad en la región, con sentimientos de rivalidad con el país vecino, Brasil, fue plasmado por el G.O.U. en la década del 40, que era de filiación nacionalista católica, en el cual pretendían hacerse cargo del control del sub continente suramericano de la siguiente manera " En Sudamérica existen solo dos naciones lo suficientemente grandes y fuertes como para hacerse cargo de la hegemonía: la Argentina y el Brasil. Es nuestra misión hacer que la hegemonía de la Argentina sea, no solo posible, sino indispensable. Las alianzas serán nuestro próximo paso. Paraguay ya esta con nosotros. Conseguiremos a Bolivia y Chile. Juntos y unidos con estos países, nos será fácil ejercer presión sobre el Uruguay. Estas cinco naciones pueden atraer fácilmente al Brasil, debido a su tipo de gobierno y a sus importantes grupos de alemanes. Una vez que el Brasil haya caído, el continente sudamericanos será nuestro"
En las negociaciones sostenidas entre los embajadores de Estado Unidos y Argentina se estableció que podían eliminar las restricciones de importación de productos argentinos a cambio del apoyo en la Conferencia Panamericana, pero nunca llego a hacerse realidad. Dichas políticas económicas de Estados Unidos vetaron la importación de carne proveniente de Argentina, lo que recrudeció el trato diplomático entre las dos naciones.
Cuando empieza la Segunda Guerra Mundial, Argentina se declara neutral ante el conflicto. Lo mismo hace Estados Unidos, quien no quiere verse envuelto en ningún conflicto europeo, y como ya vimos, se dedica a ampliar sus relaciones con los demás países del hemisferio, con todo y las dificultades impuestas por Argentina. A pesar de la neutralidad, ambos países ayudan a Gran Bretaña en estos primeros meses de la guerra: Estados Unidos lo hace por medio de la Ley de Préstamo y Arriendo y Argentina con una figura similar hasta cierto punto con la cual envía provisiones sus mercancías tradicionales a crédito.
Durante los años 30 en Argentina tuvo lugar un desarrollo importante en el ámbito social que se tornará en una situación incómoda dado el panorama internacional. El país es, en este momento, una economía fuerte y el hecho de que atraiga tanta inmigración puede ser la prueba que confirme esto ampliamente. Dentro de esas poblaciones que ingresan al país están los alemanes, quienes se suman a los demás migrantes con experiencias más o menos exitosas debido a la lucha por la tierra que siempre tuvo lugar en suelo argentino. En su libro The Nazi Menace, Ronald Newton aborda este tema de forma profunda.
Dadas las circunstancias muchos alemanes, llegados especialmente después de la Primera Guerra Mundial, experimentan un tibio recibimiento al ascenso Nazi en Alemania, sin embargo esto no impide que haya ciertos sentimientos pro nazi que se vieron parcialmente opacados en parte por no poner en riesgo que ya habían ganado en territorio argentino. La presencia de los alemanes no pasó desapercibida para Estados Unidos que durante la guerra emprenderá una persecución exigirá repatriaciones y restricciones por parte del gobierno contra esta población, de eso más delante.
Antes del ataque de Pearl Harbor en 1941, se llevan a cabo diferentes reuniones diplomáticas en la región con la finalidad de tomar una posición en torno a los acontecimientos europeos. En la reunión de cancilleres de Panamá (1939) y La Habana (1940), uno de los resultados es la declaración conjunta de neutralidad, también se firma un tratado de "asistencia recíproca y cooperación defensiva de las naciones americanas" que básicamente apunta a la unión americana en caso de alguna agresión externa, también se decide una zona de "zona marítima de seguridad" que se traducía en que ninguna acción bélica debía permitirse entre un rango de 300 a 1000 millas de las costas americanas. En esta reunión se hace evidente la presión del "lobby agrícola" del medio oeste que frustra la creación de un tratado comercial bilateral entre Estados Unidos y Argentina, a pesar de la intención de poner esta idea en práctica.
Después de 1941, cuando ya Estados Unidos entra a la guerra, éste país hace presión para que América Latina se declare beligerante. Antes se han creado comisiones que son dirigidas por la Oficina de Asuntos Interamericanos, coordinada por Nelson Rockefeller y que cumple una amplia gama de funciones, en especial la adquisición de materias primas, el avance cultural para crear una ilusión de unidad cultural y la recolección de información de inteligencia sobre la actividad nazi o fascista en la región y la eliminación de todo tipo de propaganda del Eje, esta interacción con la región no se hace de forma coercitiva, es más bien una puesta en práctica de otra forma, más sutil, de interactuara con la región, Argentina fue una excepción.
La entrada de Estados Unidos a la guerra hace necesaria una nueva conferencia, esta vez en Río de Janeiro, en Enero de 1942, y allí de nuevo Argentina no dejas las cosas fáciles a los norteamericanos a pesar de que la mayoría de los países van rompiendo relaciones con el Eje. De la conferencia se extrae esta declaración: "Las Repúblicas Americanas, siguiendo los procedimientos establecidos por sus propias leyes y dentro de la posición y circunstancias de cada país en el actual conflicto continental, recomiendan la ruptura de sus relaciones diplomáticas con el Japón, Alemania e Italia, por haber el primero de esos Estados agredido y los otros dos declarado la guerra a un país americano". Un texto que no es concluyente a pesar de la propuesta de Estados Unidos que presentaron México, Venezuela y Colombia y que proponía cortar relaciones de inmediato con cualquiera de los miembros del Eje. La falta de contundencia del documento se debió al papel de Argentina, que se negó a firmar cualquier otra declaración. En suma cada país decide, según sus leyes, si declara o no la ruptura de relaciones.
En todo este periodo y ante los desplantes del gobierno argentino, Estados Unidos toma medidas que tienden a ser prohibitivas en cuanto a los productos que los argentinos les compran: armas, papel periódico, cinta virgen para películas, entre otras cosas, se podría decir que llevaron a cabo una especie de embargo comercial que tenía como fin último impedir el desarrollo de una industria pesada en Argentina, sin embrago esto no fue una política oficial del gobierno estadounidense hasta cierto punto. Estas restricciones se mantuvieron casi intactas hasta 1949.
Con todo, y a pesar del poderoso papel de Estados Unidos, Argentina incrementó sus relaciones con otros países durante los años de la guerra, por ejemplo, y especialmente, con Brasil. Gabriel Porcile demuestra como ambos países llevaron a cabo esfuerzos individuales y conjuntos para paliar los efectos de la guerra. Argentina quiso aumentar el comercio con Brasil ya que las sanciones estadounidenses la golpearon drásticamente y Brasil por su parte pretendía aumentar su poder en la región.
Al mismo tiempo al interior de la Argentina se estaban llevando a cabo procesos de nacionalismo desde los años 30, que si bien no estaban exentos de pugnas internas, sí se reflejaban en una conducta de rechazo a los planteamientos del país del norte. Estos procesos nacionalistas bebían de muchas fuentes y buscaban diversos objetivos. La economía, la religión, la lucha contra el comunismo entre otros, encontraban igual eco en cada una de las facciones que se adherían al nacionalismo.
En ese momento se encontraba en el poder un gobierno de coalición altamente corrupto que se ha valido del fraude para mantenerse en el poder, a este periodo de tiempo lo llaman los argentinos la década infame que termina justamente en medio de la Segunda Guerra Mundial y que modifica de alguna forma el panorama internacional.
En ese sentido se observa que las preocupaciones de Argentina en torno a la guerra pasan sobre todo por el afán d no perder sus mercados, esto no quiere decir que siempre se muestre complaciente o que no esté dispuesto a alzar su voz de protesta cuando se hace necesario, aunque aquí también se muestren grietas. En 1940, cuando Alemania invade los Países Bajos, el gobierno del Presidente Roberto Ortiz no hace ningún pronunciamiento formal en contra, esto no evita que el Ministro argentino en los Países Bajos, Carlos Brebbi, sí lo haga y acuse a los Nazis de brutales, al referirse al bombardeo de La Haya en la prensa internacional, situación que ocasiona problemas diplomáticos que terminan con el rechazo del gobierno argentino de recibir población judía de la zona ocupada.
Por su parte el gobierno del Presidente Ramón Castillo, también del Partido Demócrata Nacional, no tuvo una política clara en la cuestión alemana interna, incluso declaró un estado de sitio que sirvió mucho más para prohibir las reuniones pro aliadas, mientras que era laxo con los grupos alemanes; eso no quiere decir que tuviera filiaciones nazis, solo que sus posturas frente a la política internacional era obstinada, en el punto de no ceder ante los Estados Unidos.
Este tipo de acciones debilitan su gobierno, ya que no solo se enfrenta en el exterior a fuerzas superiores a su capacidad, sino que en lo interno tanto los ex presidentes Alvear y Justo como el presidente de la Corte Suprema lo desaprueban. Con las elecciones próximas y la candidatura de Robustiano Patrón Costas, quien no gozaba de un apoyo masivo, sumado a l descontento generalizado con el gobierno de Castillo, era solo cuestión de tiempo para que el gobierno se quebrara.
Es en esta coyuntura que se da el golpe militar del 4 de junio de 1943, y que al principio se presenta como un punto de giro a favor de la política de Estados Unidos: "Dentro de los militares había un sector de tendencia moderada que deseaba un gobierno formado por una coalición de tendencia liberal como el de Ortiz que contaría con el apoyo de los principales partidos y grupos de interés y que propugnaban una política exterior de acomodo con los Estados Unidos, lo cual podría redundar en una ruptura de relaciones diplomáticas con el Eje; sin embargo, había otro sector que era nacionalista y que se resistía a las presiones de los Estados Unidos. Deseaban mantenerse neutrales, armar el país y promover la independencia militar mejorando la industria."
Los militares que impulsaban el nacionalismo estaban reunidos en una logia de reciente creación, la logia GOU(Grupo de Oficiales Unidos o Grupo Obra Unificación), en el que participaban oficiales jóvenes dentro de los que se encontraba Juan Domingo Perón. Sin embargo el golpe de Estado, que no fue para nada un evento traumático o violento, muestra rápidamente fisuras: el General Arturo Rawson lo lidera y asciende al poder nombrando un gabinete con mayoría civil. Este gobierno es reemplazado a los tres días, cuando sube el General Pedro Ramírez, quien nombra un gabinete mayoritariamente militar.
El gobierno de Estados Unidos reconoce el gobierno pero esto no facilita las cosas, el Ministro de Relaciones Exteriores del General Ramírez, el Almirante Saturnino Storni, envía una propuesta Cordell Hull, el Secretario de Estado, en donde se hace manifiesto el deseo de romper relaciones con el eje siempre y cuando se termine el embargo de armas y se deje de utilizar a Brasil como amenaza en la región. Hull rechaza la propuesta y el gobierno argentino entra en crisis.
A finales de 1943 la campaña de desprestigio internacional cuenta con dos hechos que debilitan bastante la imagen del gobierno militar: la subida al poder de otro régimen militar en Bolivia, al parecer apoyado por Argentina y la petición de armas a Alemania por intermedio de un espía que fue atrapado en el Caribe. Víctor Paz Estenssoro, líder intelectual del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) involucrado en el golpe boliviano había visitado Argentina meses antes y Cordell Hull informa a Washington pidiendo medidas más severas contra el país, como respuesta se aumenta la ayuda militar a Brasil.
El caso del espía, de nombre Osmar Alberto Hellmuth, oficial de reserva naval y descendiente de alemanes, que fue interceptado en Trinidad por los británicos en camino a una misión secreta que tenía como fin pedir armas a Alemania, precipita la decisión del presidente Ramírez de romper relaciones diplomáticas con las potencias del Eje el 26 de enero de 1944. Fue algo precipitado porque el Presidente no consultó con sus ministros: "Los argentinos despertaron el 27 de enero para descubrir que sus líderes habían abandonado la provechosa neutralidad que la nación había disfrutado por cuatro años y medio. El presidente Ramírez renuncia en marzo debido a las presiones que se dieron internamente, sube el General Edelmiro Farrel, también de facto, su vicepresidente es Juan Domingo Perón.
El nuevo gobierno se declara totalmente a favor de la política de Estados Unidos y ratifica la terminación de relaciones con el Eje, pese a esto Cordell Hull insiste en que los militares son adeptos del Eje y presiona para que ningún gobierno regional reconozca al argentino, esta moción fracasa al no contar con el apoyo de Gran Bretaña. Las desavenencias en la región intentan ser conjuradas en la Conferencia de Chapultepec (1945), luego de que Estados Unidos (ahora con Edward Stettinius a la cabeza del Departamento de Estado) envía una misión a Buenos Aires en enero de 1945 que buscaba la reincorporación de Argentina a la Unión Panamericana.
En esta de Conferencia, todas las naciones americanas acceden a restablecer sus relaciones diplomáticas con Argentina a cambio de que ésta última suscriba el Acta de Chapultepec, declare la guerra al Eje y dé muestras de estar impidiendo las actividades del Eje en su territorio. Finalmente, el 27 de marzo de 1945 el gobierno argentino declara la guerra a Alemania y Japón. El 9 de abril Estados Unidos y Gran Bretaña reanudan sus relaciones diplomáticas con Argentina. Morgenfeld doce al respecto: "El cambio en la política hacia la Argentina por parte del Departamento de Estado, desde diciembre de 1944, obedecía a la creciente presión de los hombres de negocios y de los militares estadounidenses, que se tradujo en una alianza entre los "latinoamericanistas", que habían cobrado más fuerza –Creían que la seguridad en América la lograrían impulsando el comercio y las inversiones de Estados Unidos en todos los países, incluyendo Argentina-, con el secretario de Estado Stettinius, considerado un pragmático, y un grupo poderoso de senadores, entre los que se destacaban Vanderberg y Tom Connally, que ya planteaban que las Naciones Unidas serían una valla de contención a la expansión soviética, anticipando la visión que pasaría a ser hegemónica desde 1947, cuando la Guerra Fría empezaría a delinearse".
De esta forma empieza a configurarse un nuevo panorama en la política internacional de Argentina, quien de todas maneras mantuvo siempre una actitud retadora ante los Estados Unidos, unas veces mucho más evidentes que otras. No hay que olvidar que la ruptura de relaciones con el Eje sí se da en medio de la amenaza de un escándalo internacional, pero también ocurre cuando ya se vislumbra un fin a la guerra, dado el deterioro del poder alemán y las sucesivas derrotas que enfrentaban los nazis desde Stalingrado.
Mario Rapoport en su artículo "Argentina y la Segunda Guerra Mundial: mitos y realidades" presenta un panorama más amplio que ofrece explicaciones al suceso. Por una parte habla de la dependencia de Argentina con Gran Bretaña y recuerda que la primera se apega a la segunda cuando ya ésta está en su declive, y que tarde o temprano, con guerra o sin ella, Gran Bretaña iba a dejar de ser importante para cualquier socio periférico. Del mismo modo es innegable el papel de los Estados Unidos, quien es el principal cliente y proveedor de la Argentina y que además reemplaza a Europa como proveedor de bienes de capital después de la Primera Guerra Mundial.
En este caso sería oportuno decir que la actitud de Argentina en los años 30 y 40 obedece a intereses que se cimentan en un desconocimiento de la realidad mundial. Sus decisiones apuntan a perseguir un liderazgo regional en el cual no está Estados Unidos, mientras que ellos mismos enfrentan una situación en parte similar a la de otros países de la región: dependen. Además las relaciones regionales de Argentina no son las mejores, no hay en ese momento una iniciativa propia de acercamiento a los otros países, no hay una propuesta alternativa clara a la cual apegarse ya que la nación se fundía en una serie desavenencias internas.
En este aspecto es propicio dar un vistazo a los debates que contrastaban con lo que Halperin Donghi llama "La tormenta del mundo" y dilucidar cómo dentro del país no había para nada una posición unificada frente a los acontecimientos externos que terminaron por golpearlos tan fuertemente. De hecho con la Segunda Guerra Mundial trae consigo la pregunta de qué bando tomar, y muchos se inclinan por la democracia alejada de los conflictos europeos. Esto se evidencia en los cuadernos de FORJA, publicación de una agrupación de jóvenes de la UCR, en donde el grupo se muestra preocupado por la situación nacional y hace énfasis en hacerse a un lado de los conflictos europeos: "nada positivo puede esperarse ya de Europa […] el contacto con ella pone a América en peligro de contagiarse de los males y conflictos que la desgarran". En general se produce un pesimismo en lo internacional y se busca un valor extra en lo nacional, en buscar soluciones alejadas del caos externo. Este sentimiento en parte es compartido con los dirigentes, que sin embargo no pueden escapar de la dependencia y sus consecuencias.
Volviendo con el análisis de Rapoport, esa dependencia de Argentina se sintió desde tres ángulos muy diferenciados. Desde Estados Unidos, con todos los pormenores que se han tocado aquí a los que el autor agrega una "línea dura", partidaria de aplicar sanciones de todo tipo a la Argentina, y una "línea blanda", que proponía soluciones diferentes.
Otro ángulo es Gran Bretaña, que se distinguió de Estados Unidos en tres aspectos: Primero, los británicos nunca compartieron los puntos de vista del Departamento de Estado respecto a los intereses o motivos ideológicos que podían estar detrás de la neutralidad argentina. Segundo, los ingleses consideraban que el abandono de esa política de neutralidad podía afectar seriamente el abastecimiento de las islas durante la guerra. Y en tercer lugar, los ingleses no se pronunciaron en contra del nacionalismo argentino por salvaguardar las cuantiosas inversiones que tenían en ese país.
El tercer agente en este cuadro es por supuesto la Alemania Nazi, que logró permear algunos sectores de la sociedad, en especial los militares, pero que no logró influenciar a la sociedad de la forma en que la que los Estados Unidos quisieron hacerlo ver. Aquí el autor concuerda con lo dicho por Newton: "Cuando en 1937 emerge la Amenaza Nazi a la vista del público en Argentina, tanto la política exterior norteamericana como el establecimiento periodístico, estaban tal vez predispuestos a creer lo peor. Y "lo peor" era que los Nazis podrían subvertir las clases políticas argentinas al intentar hacer del país un cliente estado del Tercer Reich", esto resultó ser infundado pero fue utilizado por los Estados Unidos para obligar a Argentina a adherirse a su bando luego de que una serie de malas decisiones dejaran a ésta última en una situación extrema. Estas "malas decisiones" lo son porque Argentina no tuvo en cuenta la posición desventajosa en la que estaba, es decir, era una situación de asimetría de poderes.
Carlos Escudé, en respuesta a una crítica de Mario Rapoport por su libro Gran Bretaña, Estados Unidos y la declinación argentina, 1942-1949, que no puedo ser consultado para este trabajo, dice con respecto a la dependencia que para Argentina Estados Unidos solo era una fuente importante de importaciones, no de capitales, ya que no eran economías complementarias y que los capitales provenían de Gran Bretaña.
Así mismo dice sobre el declive del Imperio Británico que Argentina no tenía cómo saber eso, razón por la cual: "Nunca se puede predecir cuándo una tal tendencia va a quedar quebrada, como ocurre frecuentemente en la historia. El único hecho claro es que en la década de 1930 Gran Bretaña era una de las grandes potencias en un mundo de estructura multipolar. Era una gran potencia que había perdido parte de su poder relativo en comparación con décadas anteriores, por cierto. Los Estados Unidos, al igual que otras potencias, continuaron compitiendo con ella con las armas que tenían a su disposición."Agrega además que la neutralidad argentina no era nada nuevo y que a pesar de eso siempre fue una decisión criticada.


Es en este marco de relaciones internacionales en el cual Juan Domingo Perón triunfa en las elecciones presidenciales, y toma su cargo en febrero de 1946; esto afecta claramente las relaciones con Estados Unidos, ya que ahora tendrían que tratar con un gobierno que hacía gala de su legitimidad y que contaba con el apoyo popular. Desde los primeros momentos de su gestión de gobierno, Perón, pensaba en una política exterior que, a diferencia de lo que ocurría en la mayoría de los países latinoamericanos, no quería aceptar la legitimidad de la supuesta subordinación de los países del continente, frente a los intereses políticos, económicos e ideológicos que los Estados Unidos estaba imponiendo.
Es indiscutible que durante la primer parte del gobierno peronista, el contexto exterior le traería incertidumbres y frustraciones antes que oportunidades de restablecer un orden, ya que la situación internacional después de la Segunda Guerra Mundial les afectaba de forma muy cercana. Cabe resaltar que las medidas que tomó Perón con respecto a las relaciones internacionales, fueron pensadas principalmente en términos económicos, "entre 1946 y 1948 Gran Bretaña retuvo su posición dominante como cliente individual (…) en las exportaciones argentinas, mientras las importaciones desde Estados Unidos crecieron espectacularmente. Perón utilizó también el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la URSS, que mantuvo pese a la guerra fría, y el estrechamiento de vínculos económicos con la España de Franco y otros países europeos, a fin de afirmar su Tercera Posición y contrarrestar el aislamiento internacional al que lo conducía el abierto hostigamiento de ciertos sectores del gobierno y la opinión pública estadounidense. La tendencia principal en este periodo fue la de aprovechar en lo económico el triángulo argentino-norteamericano-británico (y europeo), procurando, entre otras cosas que a través de su funcionamiento el país del norte pusiera fin a su política de coacción hacia la Argentina y pudiera satisfacer con sus productos las necesidades locales"; desde su participación en la Conferencia Interamericana de Río de Janeiro en 1947, donde se aprobó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, hasta las reuniones que se dieron en 1954, la política argentina se formuló en función de la Doctrina de la Tercera Posición.
La teoría de la Tercera Posición fue presentada como la solución universal, una idea mediadora entre el capitalismo y el comunismo; decía Perón "En el orden político, la Tercera Posición implica poner la soberanía de las naciones al servicio de la humanidad en un sistema cooperativo de gobierno mundial. En el orden económico, la Tercera Posición es el abandono de la economía libre y de la economía dirigida por un sistema de economía social al que se llega poniendo el capital al servicio de la economía. En el orden social, la Tercera Posición entre el individualismo y el colectivismo es la adopción de un sistema intermedio cuyo instrumento básico es la justicia social. Esta es nuestra Tercera Posición, que ofrecemos al mundo como solución para la paz" (Mensaje del presidente Perón al inaugurar las sesiones del Congreso Nacional. 1º de mayo de 1950.); y no solo fue en esta ocasión que Perón mostró su rechazo frente a la división del mundo en los dos grupos económicos más influyentes del momento: capitalismo y comunismo.
Es importante resaltar que los ejes centrales de la Tercera Posición "los constituían los temas de la paz, el desarrollo, la equidad y el respeto a la persona humana. Desde el inicio, el discurso peronista se instaló en ese andarivel: Nuestra empresa universal debe interpretarse como un afán pacifista. Debe colocarse la soberanía de las naciones al servicio de la humanidad en un sistema cooperativo de gobierno mundial. Debemos trabajaren favor de la creación de una conciencia mundial de que el hombre está por sobre sistemas e ideologías […] La conformación de un orden económico mundial más equitativo y la intensificación de los instrumentos de cooperación internacional —aquellas que con el tiempo cristalizarían como reivindicaciones del Sur en vías de desarrollo— fueron demandas que se mantuvieron con coherencia y continuidad en todos los foros multilaterales, regionales o universales en los que hubo de participar desde 1947 hasta el final". Esto se pretendía lograr con dos requisitos básicos, la vigencia de la justicia social, y el respeto a la soberanía y la autodeterminación que debería tener todos los Estados, ya que solo la justicia social podría propiciar las condiciones necesarias para traer la paz y la igualdad para todos.
Volviendo a la política económica del gobierno peronista, esta pretendía dar un impulso a la industrialización nacional, sin embargo estás políticas no funcionaron mucho ya que "Estados Unidos, al asignar prioridad económica y estratégica a la reconstrucción europea y obtener, mediante el plan Marshall, un mercado de salida a sus productos, relegó a América latina a un segundo plano. Como consecuencia de ello perdieron fuerza las presiones internas existentes en pos de una aproximación a Perón, predominando las críticas a los aspectos indeseables de su política nacionalista". En este punto, el gobierno peronista buscó estrechar lazos no sólo con los países latinoamericanos, para quebrar el relegamiento económico en el que habían quedado luego de la Segunda Guerra, y abrir nuevos mercados para sus exportaciones buscando convertirse en una potencia hegemónica en la región; sino también con países europeos, con el fin de fortalecer los vínculos económicos y permitir así que Argentina mantuviera en alza su desarrollo industrial, propiciando una fuerte intervención extranjera en el país, y el intercambio de diferentes productos y bienes.
Hay que tener en cuenta que "aún los sectores partidarios de negociar con Perón, aprovechando la industrialización argentina para desplazar a la competencia británica y europea, se oponían al "nacionalismo estrecho y egoísta" de la política económica peronista y, especialmente, a todos los aspectos que contradecían la estrategia de "puertas abiertas" impulsada mundialmente por los Estados Unidos: estatismo, bilateralismo, IAPI, no incorporación al FMI y al Banco Mundial, restricciones para la movilización de capitales norteamericanos, Tercera Posición en las relaciones diplomáticas. En consecuencia, aun cuando ya no retornaría a la frontal política de coacción anterior a 1947, Washington desplegó hasta mediados de 1949 una presión económica selectiva. Buscaba forzar, vía negociaciones diplomáticas a través de la embajada de Buenos Aires, el abandono del "nacionalismo autárquico" del equipo de Miranda apoyándose en las crecientes dificultades económicas y financieras de la Argentina"Aun así, con este difícil panorama político y económico, el gobierno peronista trató de mantener los rasgos originales de sus políticas; aunque unos años después se dieran declaraciones como las vistas en el Memorándum interno del Departamento de Estado, octubre de 1951, en las que se habla de un Perón mucho más dispuesto a cooperar con las políticas propuestas por Estados Unidos

Definitivamente, aunque las políticas exteriores peronistas no hayan tenido el resultado esperado, ni un éxito rotundo en su aplicación, estas lograron en cierta medida (o por cierto tiempo) cumplir su cometido "En suma, alguna dificultad congénita parecía impedirle al peronismo hacer todo bien. En esta como en otras esferas, lo que construía por un lado lo comprometía por el otro. Así como en el plano interno el culto a la personalidad y las prácticas autoritarias minaban los logros de políticas económicas y sociales más que razonables y le quitaban sustento a lo más legítimo y meritorio de su proyecto doctrinario, en el plano exterior las iniciativas integradoras eran afectadas negativamente por actitudes que incomodarían a sus propios aliados reales o potenciales. De todos modos (…) el balance de la política exterior del primer peronismo parece soportar bien un juicio crítico pero ecuánime. No fue la expresión irreprochable de un genial estratega, pero tampoco un compendio de desafíos gratuitos ni torpes aislacionismos"La intención que tenía el gobierno peronista de generar una política que pudiera reunir a los países que querían salir del dominio de las potencias en las que se había divido el mundo al finalizar de la Segunda Guerra fue, en su inicio buena, pero el gobierno de Perón no logró aterrizar estos ideales en un contexto más real de lo que estaba viviendo tanto Argentina como los demás países en la postguerra.















Bibliografía
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"El propósito fundamental del GOU era posponer las elecciones convocadas para noviembre, impidiendo la entronización de Patrón Costas y de su núcleo de conservadores pro británicos; o alternativamente, de la Unión Democrática, encabezada por los comunistas. El GOU se veía a sí mismo como un instrumento para advertir al Ejército sobre estor peligros. Precisamente allí residía su tarea de unificación" David Rock. La Argentina Autoritaria. Los Nacionalistas, su historia y su influencia en la vida pública (Buenos Aires: Ariel. 1993) p. 145.
Cordell Hull (Oct. 2, 1871, Jul. 23, 1955) fue Secretario de Estado de Los Estados Unidos por 12 años, estuvo ampliamente involucrado en la implementación de la Política de la Buena Voluntad de Roosevelt, poniendo en práctica arreglos tarifarios para el desarrollo del comercio interamericano y sentando las bases de lo que sería la Organización de los Estados Americanos. https://history.state.gov/departmenthistory/people/hull-cordell
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Newton. The Nazi Menace. El autor dedica un capítulo entero a describir y analizar el hecho: The friends of Osmar Hellmuth, allí queda claro que los aliados sabían de la existencia de la operación y que esta fue utilizada para presionar a los argentinos a cortar relaciones con el Eje. Pp: 285-314
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Carlos Escudé "Réplica al comentario sobre "La declinación argentina"" en: Desarrollo Económico, Vol. 23, No. 92 (Ene. - Mar., 1984) Pp. 630-636. En este texto quedan expuestas las tesis más importantes sobre la cuestión que también interesa al presente trabajo, sin embargo se parte del supuesto que se hubiera podido extraer más de la lectura total del texto mencionado arriba.
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Mario Rapoport, Claudio Spigel. Estados Unidos y el Peronismo: La política norteamericana en la Argentina: 1949-1955 (Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano. 1994) p. 36
"En nombre de sus Pueblos, los Gobiernos representados en la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente, animados por el deseo de consolidar y fortalecer sus relaciones de amistad y buena vecindad y, Considerando: Que la Resolución VIII de la Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y de la Paz, reunida en la ciudad de México, recomendó la celebración de un tratado destinado a prevenir y reprimir las amenazas y los actos de agresión contra cualquiera de los países de América; Que las Altas Partes Contratantes reiteran su voluntad de permanecer unidas dentro de un sistema interamericano compatible con los propósitos y principios de las Naciones Unidas y reafirman la existencia del acuerdo que tienen celebrado sobre los asuntos relativos al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional que sean susceptibles de acción regional; Que las Altas Partes Contratantes renuevan su adhesión a los principios de solidaridad y cooperación interamericanas y especialmente a los principios enunciados en los considerandos y declaraciones del Acta de Chapultepec, todos los cuales deben tenerse por aceptados como normas de sus relaciones mutuas y como base jurídica del Sistema Interamericano; […] Que la comunidad regional americana afirma como verdad manifiesta que la organización jurídica es una condición necesaria para la seguridad y la paz y que la paz se funda en la justicia y en el orden moral y, por tanto, en el reconocimiento y la protección internacionales de los derechos y libertades de la persona humana, en el bienestar indispensable de los pueblos y en la efectividad de la democracia, para la realización internacional de la justicia y de la seguridad, Han resuelto […] celebrar el siguiente Tratado a fin de asegurar la paz por todos los medios posibles, proveer ayuda recíproca efectiva pare hacer frente a los ataques armados contra cualquier Estado Americano y conjurar las amenazas de agresión contra cualquiera de ellos" Encabezado Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.
Paradiso, José. "Vicisitudes de una política exterior independiente" En: Juan Carlos Torres (Director). Nueva Historia Argentina: Los años peronistas 1943-1955 (Buenos Aires: Editorial Sudamericana. 2002). p. 541
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Mario Rapoport, Claudio Spigel. Estados Unidos y el Peronismo: La política norteamericana en la Argentina: 1949-1955 (Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano. 1994) p. 39
Rapoport, Spigel. Estados Unidos y el Peronismo. P. 40
"La situación política en la Argentina produce un desgaste en sus relaciones con Estados Unidos, y no podemos dejar de tomar conocimiento de esta situación. Durante la administración de Perón, el Partido Peronista ha controlado completamente la vida política argentina. Ganó todas las elecciones y tiene el 100% de representantes en el Senado y más de los dos tercios de mayoría en la Cámara de Diputados. También controla las gobernaciones de provincias y Legislaturas. La fuerza que ha mantenido unido al partido ha sido la combinación de las personalidades de Perón y su esposa. Perón es incuestionablemente el hombre más fuerte de la Argentina pero no es un dictador absoluto. Fue puesto en funciones por los trabajadores, que continúan siendo su más fuerte sostén. Para mantener este apoyo debe favorecer una política popular hacia ellos, siendo esto una limitación a su poder así como la fuente de él. Esto explica por qué muchas veces sus expresiones públicas no coinciden con las opiniones que manifiesta privadamente. Otros factores de limitación a su poder lo constituyen el grupo de extremo nacionalismo dentro de su partido y el enfrentamiento con los sentimientos de autonomía de las provincias. Desde que se convirtió en Presidente, Perón ha sido más favorable a la cooperación con EE. UU que muchos de sus seguidores y, a menudo, más que el Partido Radical, su principal opositor. Tanto los nacionalistas como los radicales apoyan la nacionalización de la industria petrolera, mientras que Perón no excluye a los intereses privados. El Partido Radical se opone a la ratificación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, el cual fue firmado por la Argentina en Río de Janeiro. La industrialización, mecanización de su agricultura y desarrollo económico son de primera importancia en el programa de Perón y, según se cree, él siente que estos objetivos pueden ser fácilmente realizados si EE. UU colabora con sus exportaciones industriales y su conocimiento técnico. Un fenómeno único en la política argentina es la señora de Perón. Ella no tiene cargo político pero está tan próxima a su marido en cuanto a poder político que hay una seria discusión sobre si tiene menos, el mismo o más poder que él. Mientras que un año atrás se creía que estaba en contra de EE. UU., recientemente ha expresado en privado que está en una posición conciliadora. Sus actitudes emocionales se ven reflejadas en decisiones de importancia. Su vengatividad se ha manifestado en numerosas ocasiones y sus represalias reflejan tanto crueldad como buena memoria." Memorándum interno del Departamento de Estado, octubre de 1951
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