La Política Económica Mexicana ante la Crisis Internacional

August 16, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Mexico, Economía
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Descripción

La Política Económica Mexicana ante la Crisis Internacional

Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/

El poder es responsabilidad y no imposición.

La definición de crisis (del latín crisis, a su vez del griego κρίσις)
según la biblioteca virtual Wikipedia, es una coyuntura de cambios en
cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a
evolución. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún
grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de
profundidad.

A pesar de que esta crisis no la provocamos los mexicanos, también estamos
sufriendo los efectos; el peso perdió valor de cambio ante el dólar en casi
un 20% fundamentalmente porque los inversionistas internacionales por
nerviosismo están retirando sus inversiones de los mercados financieros
emergentes y se refugian en la estabilidad que ofrece en estos momentos el
oro. Seguramente, cuando los efectos que produce el nerviosismo de los
inversionistas se atenúen, regresarán sus inversiones a nuestro país y el
peso se volverá a fortalecer.

A pesar que como dijimos líneas atrás, esta situación no es provocada por
los mexicanos, estamos ya sintiendo sus efectos y nuestros funcionarios
gubernamentales han clasificado a la crisis como "un catarrito" por Agustín
Cartens, Secretario de Hacienda, pasando por el Presidente Calderón quien
en el 2007 dijo que "México no tendrá crisis económica pase lo que pase en
Estados Unidos", también el presidente de la Asociación de Bancos de
México, Enrique Castillo Sánchez señaló que "existe una preocupación
moderada por la creciente desaceleración económica que vive Estados
Unidos". Hasta que ante los evidentes efectos de la crisis, el presidente
Calderón reconoció el sacrificio ciudadano para enfrentar la crisis: "En
épocas de crisis debíamos hasta la risa, hoy tenemos con qué enfrentar ese
problema, gracias al sacrificio de trabajadores, amas de casa, empresas y
gobiernos, México tiene finanzas sanas y fuertes".

Si no somos los culpables de esta debacle financiera mundial, ¿por qué nos
toca a nosotros?, más aún; ¿qué medidas de política económica tiene que
tomar el gobierno federal para atenuar los efectos de la crisis que ya son
evidentes?

En la opinión de José López Portillo, presidente de México de 1976 a 1982,
las crisis económicas que se han presentado a partir de la segunda mitad
del siglo pasado hasta nuestros días, le recordaban a Sísifo; quien en la
mitología griega fue promotor de la navegación y el comercio, pero también
una persona tacaña y mentirosa. Este personaje antes de morir le dijo a su
esposa que cuando él se marchase no ofreciera el sacrificio habitual a los
muertos, así que en el infierno se quejó de que su esposa no estaba
cumpliendo con sus deberes, y convenció a Hades para que le permitiese
volver al mundo superior y así disuadirla. Pero cuando estuvo de nuevo
entre los vivos, rehusó volver de forma alguna al inframundo, hasta que
allí fue devuelto a la fuerza por Hermes. Ya en el infierno Sísifo fue
obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada,
pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba
hacia abajo. Sísifo no quería morir y nunca morirá pero a cambio de un alto
precio, y no descansará en paz hasta pagarlo repitiendo este proceso toda
la eternidad.

Más allá de los recuerdos que buscan justificar el actuar de su
administración; las evocaciones del recientemente fallecido José López
Portillo no dejan de tener algo de verdad. Cada vez que los mexicanos
pensamos que la modernización está cerca y que el primer mundo nos espera,
una crisis económica detiene nuestros sueños. Así fue al finalizar el
sexenio echeverrista; nos pasó lo mismo con López Portillo, a pesar de la
euforia desatada por los descubrimientos petroleros en Cantarell, que
inicia operaciones en 1979; con Miguel de la Madrid tuvimos lo que se llamó
la "renovación moral" y cuyo resultado fue el crecimiento cero. Carlos
Salinas de Gortari profundiza la apertura económica iniciada por su
antecesor, coronando sus esfuerzos con el TLC, pero al final del sexenio,
otra vez nos alcanza nuestra historia más reciente y se produce la más
traumática de nuestras crisis económicas, la del año 1995, que el mundo
conoció como el "efecto tequila"; quizás la primer crisis económica del
mundo globalizado.

A pesar de que con Ernesto Zedillo y Vicente Fox, no se experimentó ningún
sobresalto económico, la crisis estalla recientemente, poniendo de
manifiesto la vulnerabilidad de nuestro país frente a los acontecimientos
internacionales. Aún no se han recuperado los niveles de vida anteriores a
la década de los años ochenta cuando otro trance financiero desencadena una
onda recesiva que agravará la pobreza, la inseguridad y la exclusión que
caracterizan a nuestra estructura socioeconómica. Hoy más que nunca los
vínculos mexicanos con nuestro entorno internacional son evidentes: la
formación de capital, el cambio técnico, la asignación de recursos, el
empleo, la distribución del ingreso y los equilibrios macroeconómicos están
fuertemente influidos por nuestras relaciones con el sistema económico
internacional.

Para responder a la primera pregunta que nos hicimos líneas arriba, ¿por
qué nos toca a nosotros? mencionamos que a partir de la crisis del 29 que
coincide con el fin de la Guerra Cristera (1926-1929), el estado México se
comienza a convertir el más importante actor económico con la creación de
empresas monopólicas en la explotación de hidrocarburos y otros bienes como
los ferrocarriles, servicios de agua, electricidad y telefonía, y la
intervención en áreas estratégicas como comercio exterior, bancos y algunas
ramas de la industria. Toda esta política combinó soberanía con desarrollo
nacional mediante la sustitución de importaciones. Hasta ahí todo bien; el
problema es que siempre tuvimos que recurrir al financiamiento exterior,
con los pros y los contras que conlleva, por eso nos toca sufrir parte de
los efectos de esta crisis económica mundial.

En este sentido, recurrir al financiamiento exterior es un arma de doble
filo. Por una parte, complementa el bajo nivel de ahorro nacional y permite
un crecimiento más rápido de los países emergentes como el nuestro. Si es
inversión directa, facilita el acceso al conocimiento de nuevas técnicas de
producción, prácticas de gestión y en muchas ocasiones de mercados de
exportación. Pero por otra parte, el financiamiento exterior puede ser
costoso, porque como estamos viendo en esta crisis, incrementa el peligro
de contagio y expone a los países a súbitas fugas de capitales, con
pérdidas potencialmente importantes en la producción y el empleo. Los
beneficios de este modelo que adoptamos los mexicanos dependen de en qué
medida se adopten políticas específicas para mitigar estos peligros y no
solo maximizando las ganancias sino también distribuyéndolas correctamente.

También nos toca una parte de esta crisis a los mexicanos porque la crisis
financiera no tiene precedentes inmediatos que permitan hacer comparaciones
y adelantar posibles rumbos. La más cercana, la de 1929, se produjo cuando
el conjunto de la economía giraba en torno a la producción industrial y la
acumulación ampliada de capital. Sin embargo, algunos procesos nacidos
durante aquella crisis pueden servirnos como elementos de reflexión, si
coincidimos en que no se trata de una crisis más, sino la de mayor impacto
desde la Gran Depresión.

Como ya dijimos en anteriores entregas, el mundo no volverá a ser igual.
Podemos esperar cambios sistémicos que, muy probablemente, representarán un
golpe a la hegemonía de Estados Unidos y el nacimiento de un mundo
multipolar (en estos momentos el PIB de Estados Unidos es de US$ 13
billones. En un segundo lugar se encuentra la Unión Europea con 12,8
billones, y en tercer lugar China con 10 billones, les siguen Japón, con
4.2 billones, e India con 4.0 billones de dólares). En estas condiciones
tomemos en cuenta que si colapsa el dólar, estas economías sufrirían serios
daños porque salvo la europea, las demás realizan sus operaciones con
dólares y arrastrarían en su caída a todo el sistema capitalista
globalizado.

La crisis del 29 propició el fin del liberalismo, el ascenso de los
fascismos y las guerras, el fin de la hegemonía británica y una mutación en
el sistema capitalista que duró casi medio siglo, con la aparición del
concepto "Estado de Bienestar" con base en la alianza y negociación entre
estados, empresarios y sindicatos. Fue el periodo de mayor crecimiento
económico, con base en un desarrollo endógeno con la creación de amplios
mercados internos, la universalización de la seguridad social, el pleno
empleo, una relativa paz social y la concesión de ciertos derechos a
sectores más o menos amplios de la población mundial.

Respecto a la segunda pregunta, sobre ¿qué medidas de política económica
tiene que tomar el gobierno federal para atenuar los efectos de la crisis
que ya son evidentes?, tomará tiempo revertir la crisis internacional, como
ya lo advirtió el presidente Felipe Calderón en un mensaje difundido la
noche del jueves en cadena nacional, apenas unas horas después de haber
enviado al Congreso una serie de propuestas para rectificar las
estimaciones del paquete presupuestal 2009 se nos asegura que dichas
medidas no sólo evitarán una recesión, sino que permitirán mantener un
crecimiento económico menor, si se quiere más lento, pero crecimiento
económico y generación de empleos al fin. Su confianza se basa en que hoy
existen reservas internacionales por más de 90 mil millones de dólares y
fuertes sumas de dinero que se han ahorrado en distintos fondos de
estabilización, que permitirán hacerle frente a esta situación adversa.

Lo primero que debe proteger nuestro gobierno es la planta productiva, al
mismo tiempo estimular el crecimiento económico y evitar en la medida de lo
posible la pérdida de empleos. También se debe evitar el aumento del gasto
corriente, pero aumentar el gasto de inversión. Una buena medida fue la que
anunció el presidente de invertir en una refinería, ya que esto permitirá
ya no comprar la gasolina cara en Estados Unidos y estaría generando empleo
en nuestro país. También es el momento de impulsar la creación de
infraestructura en el sector turismo con inversiones que detonen el
desarrollo regional. Hoy esto puede hacerse porque como lo reconoció el
presidente Calderón, nuestras finanzas públicas garantizan el pago de los
compromisos contraídos como deuda externa por año y medio más, contados a
partir de esta fecha. Hoy se hace necesario reactivar e impulsar los planes
de apoyo a las MYPIMES desregulando los trámites administrativos porque en
necesario volver hacia el mercado interno, México tiene que volver a crecer


Por último, nuestros gobernantes no deben olvidar que las medidas que
tomen, no deben ser esta vez antipopulares, sin que esto se confunda con el
populismo y sobre todo debe existir transparencia, desde que en México
tenemos una alternancia en el poder, diversos acontecimientos han marcaron
este período de democracia, enumerarlos aquí no alcanzaría el espacio, pero
hoy en nuestro país la población hace suyo el quehacer político porque está
más informada, la gente común habla y quiere actuar sobre los destinos del
país. Han surgido nuevos actores sociales, nuevas formas de participación
popular se hacen presentes, por lo que socializar entre todos los mexicanos
las formas de solución ante la crisis, hoy es una política de estado
necesaria.


*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas
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