La Política de Defensa Nacional y la proyección del Uruguay a la Antártida

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La Política de Defensa Nacional y la proyección del Uruguay a la Antártida 1

Cnel (R ) Waldemar Fontes ( ) [email protected]

Montevideo, 7 de noviembre 2014 ¿Qué significa la Antártida para Uruguay? El territorio del Uruguay ha estado vinculado a la Antártida desde siempre... por cercanía geográfica, por la influencia de las corrientes marinas, por la formación de los fenómenos meteorológicos y también, por la actividad humana, pues desde 1776, en tiempos de la Colonia española, el Apostadero Naval de Montevideo, ejercía el control marítimo de los mares australes y de las regiones que se pudieran descubrir, cuando aún la existencia del Continente Helado, era desconocida. La Antártida es una fuente de recursos estratégicos, que acorde al Tratado Antártico de 1959, debe ser preservada y destinada a la paz y la ciencia. Uruguay, como Miembro Consultivo de este Tratado, cumple con la normativa allí establecida y participa de la administración del Continente Helado en el marco del Sistema del Tratado Antártico. Por dos razones la Antártida no puede sernos ajena. Una, por cercanía geográfica y la otra porque hemos asumido el compromiso de administrarla y preservarla para las generaciones futuras. Desde 1984, nuestro país mantiene presencia permanente en el Continente Helado y desde mucho tiempo antes, nuestra gente se ha vinculado a la actividad antártica, ya sea en apoyo a las primeras expediciones de exploración, así como también participando de algunas de ellas. Actividades como la pesca, rinden importantes dividendos al país y para poder seguir teniendo derecho a esos recursos, es necesario ser parte activa del Sistema del Tratado Antártico. Actualmente rige una prohibición de explotación de los recursos minerales de la Antártida, pero esto podría modificarse en 2048 o antes, si las Partes se pusieran de acuerdo y ya se aprecia el interés de las grandes potencias, que se están posicionando en el interior del Continente Antártico, habiendo aumentado notoriamente la inversión tanto en investigación como en infraestructura y logística que les permite estar bien posicionados para cuando se exploten algún día esas inhóspitas latitudes. La Antártida, su atmósfera, los mares que la rodean, sus fondos marinos. Sus recursos vivos y minerales, deben ser objeto del interés nacional y por lo tanto, de la Política de Defensa.

Geopolítica de la Antártida Luego de la Segunda Guerra Mundial comenzó la llamada “Guerra Fría” y eso produjo el posicionamiento de quienes se disputaban el poder en aquel momento, alineando regiones y países con una Potencia o con otra. El territorio antártico no fue ajeno a esa disputa y la Unión Soviética de entonces, comenzó la instalación de bases en torno a todo el perímetro del Continente Helado, lo que provocó la reacción de los Estados Unidos de América y el envío de una gran expedición al interior del Continente, que culminó con el establecimiento de una base en el propio Polo Sur. 1 El Autor: Cnel (R ) Waldemar Fontes, es asesor del Consejo Directivo del Instituto Antártico Uruguayo. Es diplomado en Preservación del Medioambiente y cursó estudios de la carrera de Analista Programador. Ha prestado servicios en las Naciones Unidas, como Observador Militar en Rwanda (1993-94) y Sahara Occidental (1995-96) y como Comandante de Tropas en RD Congo (2002-03). Ha sido jefe de la Base Científica Antártica Artigas, en las campañas 2000, 2007 y 2009. Ocupó el cargo de Consejero en el Instituto Antártico Uruguayo entre 2010 y 2014. Es el Jefe de Relaciones Públicas de ese Instituto, escritor, periodista, conferencista, docente e investigador de la historia del Uruguay en la Antártida. [email protected] Fecha de presentación del artículo: 7 de noviembre de 2014.

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Asociación Civil Antarkos Centro de Estudios Antárticos y Polares www.antarkos.org.uy En nuestra región, la carrera por la conquista de la Antártida, se dio inicialmente entre Argentina y la Gran Bretaña, provocando el involucramiento de Chile. Estos conflictos, que pudieron haber sido graves, fueron resueltos sin embargo, de manera pacífica, primero por un acuerdo entre Argentina y Chile en 1947 que fue el antecedente del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Estas conversaciones facilitaron luego la realización del Año Geofísico Internacional de 1957-1958, que culminara con la firma del Tratado Antártico de 1959, que rige hasta hoy. El Tratado, ha sido exitoso, pues detuvo la militarización de la Antártida y se destinó ese territorio a la paz y la ciencia, en un marco de cooperación. Sin embargo, ese delicado equilibrio, podría romperse en cualquier momento, pues las reclamaciones de soberanía territorial que hacían varios países antes de 1959, están suspendidas, pero ninguno ha desistido de las mismas, sino que por el contrario, continúan realizando actividades, que si bien están en el marco del Tratado Antártico, tienen como fin la afirmación de sus reclamos cuando llegue el momento de revisar el Tratado o cuando el mismo pierda vigencia, por la causa que sea. Los países con reclamos territoriales sobre la Antártida son: Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Francia, Noruega y el Reino Unido. Es destacar que países muy poderosos, como Rusia y los EE.UU., que fueron firmantes originarios del Tratado, no reclaman territorios, pero se reservan sus derechos sobre el mismo. Otros países poderosos, como Brasil, India o China, tampoco han hecho reclamaciones territoriales, puesto que cuando ingresaron al Tratado, ya no se aceptaban las mismas. El propio Uruguay, que adhirió al Tratado en diciembre de 1979, al hacerlo, dejó constancia de que no reclamaba soberanía territorial, pero dejaba hecha la reserva de los derechos que pudieran corresponderle, acorde al Derecho Internacional. Por lo tanto, la posibilidad de un conflicto en torno al Continente Antártico es una hipótesis que debe ser tenida en cuenta por los analistas y prevista en la política de defensa nacional.

El escenario estratégico Las regiones polares han adquirido importancia en los últimos años, por un lado, porque el deshielo, ha permitido acceder a regiones hasta ahora inaccesibles, particularmente en el Ártico y por otro, porque las nuevas tecnologías están facilitando la supervivencia humana en regiones extremas, a la vez que permiten una mayor facilidad para acceder a la extracción de los recursos que allí hubieran. El deshielo del Ártico ha causado una carrera por el posicionamiento de los países que limitan sobre el Polo Norte, dando lugar a la explotación de petróleo de los fondos marinos, a un costo conveniente para quienes lo explotan Los efectos del cambio climático se han notado también en la Antártida, pero no han sido aún tan dramáticos como al Norte y las dificultades que existen para llegar a las regiones australes, han contribuido a preservar el Continente Blanco de una carrera por la explotación de sus recursos. En cambio, si se han producido intensos debates por temas de explotación pesquera, la que es regida por la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), particularmente ante la creación de Áreas Marinas Protegidas que son reclamadas por Australia y Nueva Zelanda con apoyo de otros países, pero que han sido vetadas por Rusia y ahora por China. La pugna por los recursos está latente y acorde a la política internacional de integración regional que ha seguido el Uruguay, según se expresa en el documento La Política de Defensa Nacional, “En el ámbito hemisférico, Uruguay entiende necesaria la promoción y su contribución al debate respecto al actual desempeño y pertinencia del Sistema Interamericano

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Asociación Civil Antarkos Centro de Estudios Antárticos y Polares www.antarkos.org.uy de Defensa del cual forma parte, en particular la Junta Interamericana de Defensa, el Colegio Interamericano de Defensa y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)”. Al respecto, se deberá tener en cuenta que el TIAR, abarca como zona de acción una franja del planeta, que va del Polo Sur al Polo Norte, o sea que el área del Tratado Antártico, está comprendida dentro de esa zona. En los últimos años han surgido otros instrumentos, como ser el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS) en el marco de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), donde se han generado diálogos sobre actuación regional en la Antártida, por ejemplo a través de acciones concretas como ser la de dar participación a países de UNASUR, que no sean miembros del Tratado Antártico, o la planificación de una expedición conjunta al Polo Sur. Es de destacar que las acciones del CDS, han sido de integración regional y tendiente a preservar los recursos naturales estratégicos y la biodiversidad, con el objeto de consolidar a Sudamérica como zona de paz y cooperación, lo que va en línea con el espíritu del Tratado Antártico y que sería una garantía para la paz y la seguridad regional. En este ámbito, nuestro país ha ampliado el escenario, promoviendo la paz y la cooperación en la zona del Atlántico Sur, en la llamada Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZOPACAS), que vincula a los países atlánticos de África y América Latina, con un objetivo integrador en busca de la cooperación sur-sur y la explotación sustentable de los recursos naturales de esta región, que también se extiende hasta los límites del Tratado Antártico en una zona donde convergen los océanos Atlántico y Antártico y se forma un ecosistema que debe ser preservado porque afecta a la biodiversidad marina que permite asegurar la soberanía alimentaria de la región.

La Defensa Nacional proyectada al sur En el prefacio del documento “La Política de Defensa Nacional”, se dice que: “Nuestra Legislación define a la Defensa Nacional como el conjunto de actividades civiles y militares dirigidas a preservar la Soberanía y la Independencia de nuestro país, a conservar la Integridad del territorio y sus recursos estratégicos, así como la Paz de la República, en el marco de la Constitución y las Leyes, contribuyendo a generar las condiciones para el bienestar social, presente y futuro de la población”. Allí mismo, se menciona que la defensa nacional, “abarca una gran dimensión y requiere ser planificada en el mediano y largo plazo, lo que implica un sostenido compromiso político, caracterizando a la Defensa Nacional como una Política de Estado”. Se expresa también que los instrumentos fundamentales para esa hacer realidad esa Política de Estado son, entre otros: “la Diplomacia, la Economía, …la Defensa Militar”. Justamente, sobre estos tres aspectos, Diplomacia, Economía y Defensa Militar, es que queremos analizar cómo debe ser el involucramiento del país en la temática antártica, considerada como un objeto estratégico de interés nacional. La Diplomacia es la primera línea de contacto con el Sistema del Tratado Antártico, pues todo lo que hace dentro del Área del Tratado Antártico, al sur del paralelo 60º Sur, está regulado por ese marco y nuestro país, al ser firmante del mismo y además Miembro Consultivo de dicho Tratado, debe respetar esa normativa y velar porque las otras partes también lo hagan. Eso implica tener una activa presencia diplomática en ese ámbito, la cual se da a través de la participación de un Delegado del Ministerio de Relaciones Exteriores, como integrante del Consejo Directivo del Instituto Antártico Uruguayo, además de la participación de personal diplomático en las diferentes reuniones del sistema del Tratado Antártico. La Economía, está muy poco considerada en la temática antártica de nuestro país y si bien se ha contado con un presupuesto adecuado para cumplir con lo mínimo de las exigencias requeridas para mantener el status alcanzado dentro del Sistema del Tratado Antártico, al considerar este tema como un objeto estratégico de interés nacional, no se debería descuidar

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Asociación Civil Antarkos Centro de Estudios Antárticos y Polares www.antarkos.org.uy la inversión a largo plazo, que asegure que se pueda mantener la reserva de derechos que hiciera la República al adherir al Tratado Antártico. La presencia permanente de nuestro país en la Antártida, en los últimos treinta años, se ha hecho con presupuestos muy reducidos, que contemplan apenas la logística mínima para hacer presencia, pero sin haber profundizado en la especialización de recursos humanos ni en el apoyo a investigaciones de carácter estratégico que permitan conocer qué recursos habría disponibles en las zonas donde nuestro país actúa, sin tener en cuenta tampoco, cómo y con qué medios debería el Uruguay proyectarse a partir de ahora para el momento en que se revise el Tratado Antártico. Con respecto a la Defensa Militar, nuestro país no tiene intereses territoriales en disputa en este momento, pero existe la posibilidad de quedar envuelto en un conflicto internacional en torno a las Islas Malvinas y las Georgias del Sur, por nombrar una hipótesis que nos es muy cercana, sin descartar otras más complejas que podrían derivar de ataques terroristas a bases científicas en la Antártida o a cruceros turísticos que pudieran haber zarpado de nuestro puerto… Sin ir a los extremos y sin descartar ninguna hipótesis, se deben considerar si, algunas actividades que son propias de la Defensa Militar y que no podemos dejar de lado, por ejemplo la navegación en aguas antárticas, el sobrevuelo de estas regiones o la exploración del interior del Continente Helado. También se debe tener en cuenta la posibilidad de cooperar en rescates ya sea terrestres o marítimos, las comunicaciones radiales y satelitales, la meteorología y el monitoreo de los efectos del adelgazamiento de la capa de ozono, la contaminación marina, la ocurrencia de desastres naturales y la actuación ante emergencias, por mencionar algunas. Reuniendo estos tres aspectos, la defensa nacional, estaría cumpliendo lo expresado en la definición, sobre todo en lo relativo a la conservación de los recursos estratégicos y a la contribución a generar las condiciones para el bienestar social, presente y futuro de la población.

La Proyección del Uruguay a la Antártida Tradicionalmente, nuestro país ha mantenido una concepción no expansionista y por muchos años se ha descuidado la presencia activa en las aguas territoriales. La nueva realidad que viene de la mano de la extensión del frente marítimo sobre la plataforma continental, nos obliga a repensar la estrategia geopolítica, pues Uruguay sigue estando posicionado en el punto de inflexión que es la entrada a la cuenca del Plata y el eje, que desde tiempos históricos significó la ubicación del Puerto de Montevideo, como portal a la Antártida y que hoy sigue teniendo vigencia, tanto para los cruceros de turismo o los buques científicos, que recalan en nuestro puerto a la ida o al regreso de la Antártida. También se debe considerar la importancia de los puertos nacionales para las flotas pesqueras que operan desde nuestro territorio, hacia aguas antárticas. En el documento la Política de Defensa Nacional, se analiza que las dimensiones geográficas, económicas y demográficas del país, no nos permiten tener una fuerte “Presencia” en la Comunidad Internacional, pero si un importante prestigio y reconocimiento por sus posturas en el sistema internacional, así como su valor por su posición estratégica en la región, o sea un país con “Posicionamiento”. Justamente, con respecto al Sistema del Tratado Antártico, se puede apreciar esa relación de Posicionamiento, pues Uruguay, de escasos recursos, comparado con las grandes potencias que integran el Tratado, ha consolidado una posición de prestigio que es reconocida por todas las Partes. Este posicionamiento, difícil de alcanzar y que ha llevado más de 30 años de esfuerzo diplomático y logístico, podría verse desmoronado en poco tiempo, si no se mantiene lo logrado y sobre todo si no se innova ni se continúa avanzando con investigaciones científicas y aplicaciones tecnológicas.

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Asociación Civil Antarkos Centro de Estudios Antárticos y Polares www.antarkos.org.uy El documento la Política de Defensa Nacional establece que “El ejercicio pleno de la soberanía estatal sobre los espacios terrestre, aéreo, marítimo, fluvial y lacustre nacionales, exige determinados niveles de presencia en ellos” y destaca que los espacios aéreos, marítimos, fluviales y lacustres, son los de mayor complejidad, requiriéndose especial atención sobre los mismos, expresándose que “La planificación de la Defensa Nacional se orienta particularmente, a las áreas estratégicas más sensibles y aquellas poseedoras de riqueza de recursos naturales estratégicos. No solo comprende su integridad territorial y el libre ejercicio de los derechos de jurisdicción y soberanía en los espacios terrestre, marítimo y aéreo del Estado Uruguayo, sino también en otros espacios de Interés Nacional, como por ejemplo la Antártida”.

La defensa militar y las regiones australes La participación de Uruguay en acuerdos internacionales como el TIAR o el CDS de la UNASUR, nos obliga a pensar en las posibles amenazas que pudieran afectar a nuestro país y a la región. La Defensa Militar es un componente primordial de la Defensa Nacional y para poder aplicarla es necesario primero que nada, conocer qué sucede en los ámbitos de acción de nuestro país y eso se logra con actividades de Inteligencia. El primer escalón de esa Inteligencia, es la acción diplomática, que se materializa a través de la presencia y la participación en los foros internacionales donde se discute y se debate la problemática de la pesca, de la preservación del medio ambiente, de los requerimientos logísticos, etc. La Política Militar de Defensa para las regiones australes, debe ser conducida por el Ministerio de Defensa, en coordinación con los organismos especializados que se requieran y la misma ya se está ejecutando a través del Instituto Antártico Uruguayo. Sin embargo, para poder cumplir con éxito ese rol, se requiere especialización. En el documento la Política de Defensa Nacional, se analiza que la instrumentación de la Defensa Militar, que exige la coordinación de las energías y los recursos del conjunto de la sociedad, en un marco, que implica “el diseño de una Política Militar de Defensa que considere la modernización de la Defensa Militar y que incluya la adecuación de los diferentes componentes del Ministerio de Defensa Nacional”, remarcándose que para ello primará el criterio de “eficiencia conjunta”, En ese proceso, el Documento destaca: “En el Atlántico Sur, es necesario que el País disponga de medios con capacidad de ejercer la vigilancia y control de las aguas jurisdiccionales uruguayas, así como mantener la seguridad de las líneas de comunicaciones marítimas”.

Los intereses nacionales y los Objetivos de la Política de Defensa Del relacionamiento internacional y de la ubicación geográfica del país, se desprenden los intereses nacionales vitales, determinándose como tales: “La Soberanía Nacional y la Independencia del Estado, la integridad territorial, la vida y la libertad de sus habitantes, la forma Democrática Republicana de gobierno y el Estado de Derecho consagrados por la Constitución de la República y la identidad cultural”. En el Documento, la Política de Defensa, se determinan los Intereses Nacionales Estratégicos, que contribuyen a asegurar esos Intereses Vitales, mencionándose: “El Derecho Internacional y la promoción de la paz, La inserción internacional y la integración regional, Las niñas y los niños como principal interés estratégico del país, La preservación de la democracia en la región, El desarrollo económico, cultural y social del país, La protección del Ambiente, La presencia en el Continente Antártico, Los recursos naturales estratégicos renovables y no renovables, El desarrollo del conocimiento”. La presencia en el Continente Antártico, está específicamente determinada como un Interés Nacional Estratégico y si lo relacionamos con otros intereses estratégicos, como ser La

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Asociación Civil Antarkos Centro de Estudios Antárticos y Polares www.antarkos.org.uy protección del Ambiente, Los recursos naturales estratégicos renovables y no renovables, El desarrollo del conocimiento, podemos determinar los objetivos estratégicos de la Defensa Nacional y su vinculación a los intereses nacionales, proyectados hacia la Antártida. Estos objetivos estratégicos son enumerados en el Documento al que nos referimos y allí se menciona específicamente: Promover el desarrollo del conocimiento y la investigación científica en el país y la adquisición de tecnología, Proteger los recursos naturales estratégicos renovables y no renovables, Contribuir a la protección del ambiente, Mantener y promover una mayor presencia del Estado Uruguayo en el Continente Antártico, Fortalecer la presencia del Estado en los espacios terrestres, marítimos y aéreos de interés nacional, así como en las organizaciones internacionales que regulan los mismos.

Las Amenazas a considerar Del análisis prospectivo, se considera planificar la Política Nacional de Defensa para el período 2014-2030, puntualizándose los obstáculos que podrían surgir para la concreción de los Objetivos estratégicos, determinándose, entre otras las siguientes amenazas: El deterioro del Medio Ambiente: Para el caso de la Antártida y los mares que la rodean, existe un compromiso nacional relacionado a la preservación del Medio Ambiente, que está dado por la firma del Tratado Antártico de 1959 y particularmente por la firma del Protocolo de Protección Ambiental o Protocolo de Madrid, que determina la Antártida como una reserva natural, destinada a la paz y la ciencia. Esta normativa, integrada al sistema legal uruguayo, obliga a que cada actividad que se realice en el Área del Tratado Antártico, sea sometida a una Evaluación de Impacto Ambiental y que además se deban cumplir estrictas normas con respecto a la evacuación de residuos, la protección de la flora y fauna, la prevención de la contaminación marina, estando pendiente la aprobación de un Anexo sobre “Responsabilidad” ante daños ambientales, que contempla el pago de multas y la remediación para casos de accidentes o negligencia. En ese aspecto también se estudian los efectos del cambio climático, que están produciendo efectos sobre nuestro territorio. Para comprender sus causas y eventualmente prevenir esos efectos, es necesario conocer qué ocurre en la Antártida, como sensor del cambio climático. La aparición de pandemias: Si bien la Antártida puede parecer ajena a la aparición o propagación de enfermedades, si puede considerarse como una fuente de posibles curas a las mismas. Prueba de ello son las innumerables investigaciones en bioprospección que se realizan y de donde ya han surgido descubrimientos que permiten generar productos para proteger la piel ante quemaduras solares o mejorar la resistencia de las manzanas ante los hongos que las atacan en las cámaras de frío, solo por mencionar dos casos que están estudiando en nuestro país. El crimen organizado y los actos terroristas: La inaccesibilidad de los territorios polares del sur, ha resguardado a la Antártida de la llegada masiva de seres humanos, pero igualmente se han producido hechos, que podrían cobrar proporciones y transformarse en noticia, como ser la intervención de organizaciones ambientalistas en contra de la caza de ballenas o la captura de buques pesqueros ilegales, por parte países que se abrogan el derecho de soberanía sobre aguas que son consideradas internacionales. Una de las debilidades del Sistema del Tratado Antártico, es la jurisdicción. Al ser el área al sur del Paralelo 60º Sur, administrada bajo un régimen especial en el que no rige la jurisdicción de ninguna nación, se presenta el caso de cómo proceder ante un ilícito. La ley va con los nacionales y por lo tanto, cada país puede actuar sobre sus ciudadanos, pero no sobre terceros, agregándose la complejidad de que el hecho en cuestión pudiera involucrar a ciudadanos de países que no sean partes del Tratado Antártico. El asunto de la jurisdicción, es algo que deberá ser analizado con profundidad pues ya se está abriendo el debate sobre cómo considerarlo y nuestro país fue pionero en propuestas de carácter jurídico que podrían sentar las bases de un futuro régimen legal sobre la Antártida.

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Asociación Civil Antarkos Centro de Estudios Antárticos y Polares www.antarkos.org.uy El surgimiento de guerras extra continentales y el agravamiento de conflictos regionales: estas amenazas están siempre latentes en nuestra región y deben ser tenidas en cuenta, ya sea para mantener el tradicional concepto de política exterior de no intervención, como para jugar con el delicado equilibrio de no enemistarse con aliados extra regionales. En el Documento la Política de Defensa, se plantean concretamente dos situaciones deben ser tomadas en cuenta: “en primer lugar la situación particular que se manifiesta en las Islas Malvinas, por la presencia de potencias extra regionales y por tanto, que inciden negativamente en el Atlántico Sur como zona de paz y cooperación, y en segundo lugar, el agravamiento de posibles conflictos fronterizos entre países de la región. Tanto la primera situación como la segunda, se constituyen en amenazas latentes para el país, en el primer caso porque afecta la zona oceánica donde naturalmente se producen las comunicaciones y la actividad económica marítima del país; en el segundo caso, porque todo conflicto regional debilita el proceso de integración en curso, genera carreras armamentísticas contrarias al desarrollo y pone en peligro la confianza mutua que se ha venido construyendo entre los países de la UNASUR”. La apropiación y el control indebido de los recursos estratégicos: El Tratado Antártico, a través de la entrada en vigencia del Protocolo de Protección Ambiental (Protocolo de Madrid) ha impuesto una prohibición para la explotación de los recursos minerales de la Antártida. Esta prohibición regirá mientras las Partes decidan mantenerla firme, pero si hubiera un acuerdo, podría reverse en cualquier momento, manejándose como fecha crítica el año 2048, cuando se cumplen 50 años de la entrada en vigor del Protocolo de Madrid y cuando se debería revisar, si el mismo sigue en vigencia o si se lo modifica. Esta prohibición ha detenido la carrera por la explotación de los recursos minerales, pero no ha detenido la prospección encubierta ni el posicionamiento estratégico de las Potencias centrales, que en los últimos años han hecho importantes inversiones en infraestructura logística y en la construcción de nuevas bases en el interior del Continente Antártico. En la Política de Defensa, se menciona que: “la apropiación de ciertos recursos considerados estratégicos, constituyen una potencial amenaza para Uruguay y la región... Adicionalmente, se deben tener en cuenta los recursos naturales, que de momento no se encuentran bajo la soberanía formal de ningún país, como son los existentes en la Antártida y fondos marinos”.

Conclusión La proyección del Uruguay a la Antártida es una condición natural de nuestro territorio, que si bien por mucho tiempo no fue considerada, a la luz de las acciones de los últimos años, si está comenzando a tenerse en cuenta. Prueba de esto es la consideración que se le da a la presencia del Uruguay en la Antártida en el documento La Política de Defensa Nacional, el que va a tono de la realidad con los compromisos internacionales que ha contraído la República. También hay muestras de que esa proyección se hace eco en la sociedad, a través del interés demostrado por la población y particularmente por la comunidad científica. La actividad antártica, que inicialmente fue concebida como una operación de carácter militar, puesto que la única institución del Estado que la podía llevar a cabo era el Ministerio de Defensa a través de sus medios de transporte aéreos y navales, más la logística necesaria para soportar y proyectar ese esfuerzo, de a poco y de manera lógica se ha ido transformando en un objetivo de carácter nacional. En los últimos años se ha notado el involucramiento de las Empresas del Estado, como UTE, ANTEL, ANCAP y OSE, que han permitido consolidar el esfuerzo de los pioneros y asegurar la presencia nacional en el territorio antártico La comunidad científica ha jugado un importante rol en este esfuerzo, pero el mismo se ha desarrollado sin recursos ni apoyos formales y se debe dar el salto en calidad, que permita

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Asociación Civil Antarkos Centro de Estudios Antárticos y Polares www.antarkos.org.uy que se dediquen rubros destinados a la investigación científica antártica, enfocando la misma a los objetivos estratégicos del país, de modo que nos permitan conocer de primera mano, qué recursos existen en las zonas dónde actuamos, para así poder elaborar planes estratégicos tendientes a tomar decisiones sobre cómo conducir la política antártica de aquí al 2048. Otros sectores del conocimiento, también se han ido involucrando de manera decidida, destacándose el de la cultura, donde se ha apreciado un creciente interés por dar a conocer al mundo, qué hace nuestro país en la Antártida, a través de manifestaciones literarias, artísticas, musicales, audiovisuales, etc. De manera incipiente, se ha despertado el interés por profundizar en la temática jurídica polar, área en la que nuestro país destacó en su momento y en la que podríamos quedar relegados, pues para hacer valer la reserva de derechos que se hiciera, será necesario contar con especialistas en condiciones de participar de manera proactiva en los foros y los debates que ya se están produciendo. Otra área en donde se debe profundizar es en la educación. El tema Uruguay en la Antártida, no está incluido en los programas de estudio nacionales y solo se lo considera como material accesorio, acorde a la iniciativa y voluntad de los maestros o profesores. Se han hecho progresos, por ejemplo a través del Plan Ceibal que difunde contenido y promueve videoconferencias con la Antártida, pero eso solo no es suficiente. Para que la proyección del Uruguay a la Antártida se consolide, es necesario que se cree conciencia nacional. Para eso debería legislarse al respecto, creándose el marco legal que además de asignar tareas, asigne recursos al Programa Antártico Nacional. Estamos ante el reto de expandir el área de influencia de nuestro país, no a través de conquistas territoriales, sino de presencia activa en organismos internacionales donde somos reconocidos y a través de cuya participación, podemos generar recursos. No deberíamos cerrar los ojos al futuro y mirar más allá del horizonte austral, pues la costa que está del otro lado, es la Antártida. -oOo-

Referencias:       

Ley Nº 18.650: Ley Marco de Defensa Nacional Decreto del MDN Nº 3578 del 29abr2014: Política de Defensa Nacional. Ley Nº 14.971: Apruébese el Tratado de Washington sobre la Antártida. Ley N° 16.518: Se aprueba el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente Ley 15.693: Se aprueba Convenio sobre Conservación de Recursos Vivos Marinos de la Antártida. Sitio web del Instituto Antártico Uruguayo: www.iau.gub.uy Centro de Estudios Antárticos y Polares – Asociación Antarkos. www.antarkos.org.uy

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