\"La poesía y los conflictos coloniales en la prensa española ilustrada y gráfica del fin de siglo (1895-1900)\", en El camino hacia el 98 (Los escritores de la Restauración y la crisis del Fin de Siglo), L. Romero Tobar (ed.), Madrid, Fundación Duques de Soria/Visor, 1998, 269-296..

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Descripción

CEc:rlro Ar.oNSO, Pptpn A.

Brx Mnn[a Pr.an Crr-ua, Josl

MaNunr. GoxzAr.nz- HpnnAN, YvnN LrssoRcuL,s, Mtcunr, MerrtlN

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Cuaorutx t, MARTA

Rotvtr'Ro TI)BAR, JnsUs

Ruuo,

Pa

t.t:Nque, Ll:oNa R oo

G c1c Despuis del desasn'c, de Ernilio Fernindez Vaarnonde (1S99)rl. El espiritrr ."du.o y providcncialista que anin.ra las cornposiciones de este dltimo clueda reflejado en las siguientes palabras dc Josd Ortcga Munilla: uVaamonde cxperimenta cl grande y sublime enojo que ha hccho alr-,-,a de los espaiioles, el de acludllos quc pelearon inritiL.r.rente en Cuba y Filipinas v el de los que er.r la Peninsula esperaban vicrorias u hor.ror a lo menos.// No pudo ser; no podia ser. Era una carisrrofe inevitablc, l6gica, de las que Dios cnvia y quc no son sino el casrigo supren)o a los hombres que no han cmpleado bien su libcrt,rd, (p. l2).

Iatir el

Para C)rtega Munilia el sentimiento r.racional queda ucrisralizado, en estos versos (p. t3). Sin mds opcioncs constructivas, su esperanT_a es que e[ pueblo se vcngue alg/rn dia de los causanres de este sinsentido.

Son los poetas consagrados, los rcpresentantes en gran mayoria del mundo de la Restauraci6n, los que escriben sobre el conflicto. l[al vez el

ll

incluye:.A Espaiia",,.1(-'orrstrnrrrrrrurll,, -llrrropa,,, "Albi6n", ,,1-a lgonirr de rrr-r sirlo,. Fcrnrindez Vaamonclc habia publicado en Mddrid C6tttito, cn lg9[J, otros parccitlos: .ll.ucha ererna!',, nirm. 803; ulJamis!,, ntirn. 80ti. oorr rcspecro l la uctLraciril de l.eopoklo Alas, vdase Yvan Lissorgues, .Espafra ante le gucrra colonial dc lft95 r lggg: Lcopolclo Alas "Clarin" periodista y el problcrna cubano, (1979). Pocnrrrs que

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CONITI.tCTOS C()t.()NlAt.trs

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uso cle est,r retririca caduca no sea sino el testirnonio de tocla unrr ipoca, de su politic,r y tambidn de sus ciLrdadanos. Este es el clirne cn que se

vivi6 de Inalrcra mayoritaria el conflicto. [,o que realmente opinaban los hombres del Gobierno, lo que realmente sabian y ocultaban o encutrrian es otro cantar (Seco, 1984). l,o que pensaban y sentian los menos favorecidos, los proletarios, otro muy distinto c1e los dos anteriores. Hay quc ,rcudir a las publicacioncs rcpublicanas. sot'i.tlistas o lnrrquistas lrara vislumbrar este sentir. Pero, curiosamente, cn estlls publicaciones se er)cucntran dc nuevo algunas de las f.irmas ya rrencionadas aqui, las de Vital Aza, Josd J:rck.son Veydn, Vicente Medina o Sinesio f)cleado. unto a ellos, i, con algunas cxccpciones, los poenras dc Aluaro Ortiz u otr()s colaboradores no ofrecen grandes diferencias (Mainer, 1988; Bellido, 1993). Por tltirno, si [a crisis finisecular vicnc nrarcada, ademis de por los conflictos color.riales, por la movilizaci6n obrera y la exaltaci6n nacionalista, no _f

extrafla la escasir rclcvancia que estos problemas tienen en revistas burgucsas como las que urilizo. EI tema social tiene la consideraci6n que se ha podido entrever en los poernas de Jackson Veydn. La actitud burguesa ante la pobreza se exponc, con variantes muy significtrtivas, en ul-a riqueza del pobre,, de Rafael Torromd (Bhnco.y Negro,317,29 mayo 1897), donde el miserable es e[ irfirrrunado porque en su sencillez pucde alcanzar la felicidacl; y cn nley eternir,. cle Sinesio Delgado (Bhtu'o .y Negro,299,23 en. 1897), critica -Ihnto a la nobleza opulcnta y dilapiladora. Torron.rd como Delgado publican elr Accitin Socialisra; el segundo tambidn lo hace en La lucha de clases, La llustracidn Popular y varias publicaciones socialistas (Bellido, 1993). Aparte del tonr-r populista, de igual manera es extrafla cualquier alusi6n o critica a los movimientos obreros, con alguna excepci6n corno uEl yunque), de Salvador Rteda (Almanaque de La llustracidn Espafiola y Americ,trtrt. 1896), quc culPa a parte de la prensa dc excitar al uobrero laborioso", y describe l:r lectura en rrr-r taller dc hcrrcria de un:r pigina de uno dc estos peri6dicos, qtre er.rciende los inimos 1, sierr.rbra e[ odio al burguds. La lristoria tiene final fbliz, pues sc alza la voz de otro obrero, uherrero de viril semblante), con aspecto de profeta, que descalit'ica tales palabras mentirosasll. r2 lncluyen cstc pocmir Ivan A. SchuLnan y l'-r'clyn Picon (lerfield en Potsla modernistd hisp,1n.omoi./tna y espdiiola (Anrologia), Madrid, Taurus, 1986, pp. 309- l2. C)tros poenr;rs dc interds cn torno al problenra social: uSolucicin feliz erl problenra obrc-

ro,, de Fl Pareja tle Alarctin (Za llustratiin Eynnoh.y,rlntoiund,30 abril l89l); "(lerta de r:ni.rhr.rJ,,rJsutrtrlrrrl).rtrr)n()".,lrJr,..ila.k.on\rr.rrrtiti.. l5rnrvo l8')tr:.,Al.tnrrr:r,,ri,r dc nri rnrloqreclo arnigo L)on Manucl Ortiz.le l)incdo. secrctrrio dcl "Ccntro Insrmctivu del .;Airn cliccn qr," pJ."dn es caro!,, de M.R. Blarrco Belnronte Obrero", 1iJ., -lo "l "g.-ial:); 1id., S abril 11j97); "Fl,n la tahona,, de l.orenzo tle Mirarrda (Bknco y l/r3ra, .]0.1, 20 fcbr. .I-a 1 []97); lclicidld de la desgracia,, de .losd Rodeo ( Nueuo Mundo, 217, 2 marzo I 898).

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li\l{)tr.slAyt.()s(.()Nlrl.lclr)-\C()l()NL{l.tisI,NIAl,litiN.sAI,.\l,AN()l

I;t.cANlrNoHAcrAIit.es0,osris(tRl IoRLst)t:r.AIu,stALlRA(.r()N...1

Por lo que se refierc al tema del l)csastre, sus prolee6mcnos y consecuencias, [a lectura de Ln llustat'iin Espufiola y Atnericana, Blattco y Negro y lVucuo Mundo no.se agota en los linrites y conteniclos quc aqui ofrezco, que pueden ser completados con otras sccciones literarias ademis de con los apartados iniormativos. Sin embargo, recuerdo que no son discursos opuestos sino coincidentes. tanto et'r lo que cuent:ln, o eluden, colno el)

la forrna en quc lo cucntan. Si parten de los mismos t6picos caducos, tambidn utilizan Lula rct6rica com(n. Pero esrir es ya orra historia. Para los j6venes, y no tan j6vcnes (Unamttno y Valle-lncldn. por cjemplo), de la 6poca modernista, y aunque publicasen ocasionalmentc en sus priginas, dscas son revist:rs de un tiempo grasado 1, olrsoleto, represcntativas de la ugentc vieja, y de las coordetrirclas cstetticas de lo que en politica se llama la Restauracicin. Son cstas coordenadas las que lracen quiebra en el fin de .siglo, al nrismo ticrnpo quc los v,rlores quc l'rasta el momento habian sustcntado el poder de la burgues(a y el falso equilibritr de la Restauracitln. Y asi, ir sus ojos, Ltt llustracitin Espaiiola y Aruericana cs una especie de f'6sil artfstico del XIX, bella pcro rancia, y Blanco .1' Negro les parecc anticrrada, u6oiiar, aunquc siguen vendidndose nrucho en pcrjuicio de ptrblicaciones ur{s tnodeuras (Cansinos-Assins, 1995, p. 78). Son cstas lrltimas (Alma espaiiola, Reuist,t Mteud, Vida Nueua...) las que difunden [a nueva Espafra, o, a[ menos, las quc plantean la neccsidad de un canrbio qlle, conro va ir.rdicaba Ferrrinclez Fl6rcz en el discur.so citado, busca avanzar sobre la lgnorancia y el Orgullo, ejc absoluto cle la mayori:r de l,rs composiciones podticas qLle en torno al conflicto clel 98 publica la prensa espailola.

Referencias bibliogrdfi cas

ALMUINA FERNANDEZ, Clelso (1983). uLa prcnsir peri
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