La Poesía es otra Patria | ensayo | Daylíns Rufín Pardo (2015)

Share Embed


Descripción

LA POESÍA ES OTRA PATRIA1 Daylíns Rufín Pardo

Nadie lo ha de dudar: la poesía es otra patria. Aquella tierra franca donde se encalla, se naufraga y sobrevive de alguna tempestad que aún amanece. Lugar al que se llega desde las coordenadas del deseo –ese de respirar, de no acallar, de hacer visible; ese otro de soñar y subvertir la geografía escabrosa o incólume de la memoria. Es una felicidad llegar a ella y el poeta lo sabe. Quedan pocos lugares en la tierra del alma donde se nos permite detener el momento y colgar de los árboles el corazón, la voz, el canto, un adiós, un “tal vez”, las lágrimas de amor, la madrugada. Son escasas también las latitudes desde donde es posible encauzar el disímil camino de la ventura, para regresar al mismo lugar o, simplemente, erguir el corazón del cuerpo e invitarlo a danzar, durante años. Aeternus, sin tiempo… Si el reloj de la poesía tiene un compás y límite sólo puede ser este. La vastedad presente de lo cotidiano, la infinitud de las pequeñas cosas, la inmensidad del horizonte azul que nos habita. El tiempo del poema es la pausa liberadora que suprime y subyuga al opresivo kronos sibilante. Como un Miguel de espada blanca le interrumpe su línea de serpiente. La patria del poema es además otra forma del tiempo, y el poeta lo vive. Lo reabre cuando dice: Ven, te voy a contar… Lo inaugura con galas cuando, a pesar de todo, se decide a cantar y soñar también lo no vivido: esa memoria y mapa del anhelo. Ese croquis de estrella o planeta posible que es en sí, toda imagen de algún sueño. 1

Prólogo del libro Carminho Memoria Innocents, de Luis Cruz-Villalobos (Hebel, 2015). 1

–Ven, mira, es todo…– dice el poeta al tiempo que vacía de pequeñas ternezas su zurrón de juglar enfrente nuestro. –Es todo…– exhala. Y nos muestra el vacío con que habrá de seguir después de hacer su entrega dejando caer las manos de esa, su Voz que cuenta, canta y estremece. Y se va como un modo de quedarse. Si algo aprendemos de la Poesía es que su permanencia es un Silencio. Cuando calla el poema, tal vez, no es porque ha muerto; sino porque ha engendrado y escondido su sabia miel en lo más íntimo de nuestras entrañas. Desde allí late, se alza, poliniza. Se expande y crece. Y es hermoso saber que al reino de Poiesis le definen aunados, e indisolublemente, la palabra que crea y el fecundo callar. Ese morir del punto y el final es la resurrección del propio verso que estalla ahí –y desde ahí destella– en múltiples sentidos. Que se cosmodesliza como una supernova en la silente profundidad creadora que lo sumerge todo y nos habita. Es allí, en ese estar del no decir, donde reencarna y cobra nueva vida todo lo que una vez fue dicho. Al sellar un poema, un cántico, un exordio, asistimos a la muerte de todo lo que fue o no pudo ser. Punto final, espacio en blanco, otra página se iza… Atracamos en tierra de poesía haciendo reverencia al buen amor que enrumba y que no ciega con el polen de plata de sus alas; y al mal amar, de gris y barca, despidiéndolo con gracia. Es difícil la poética geografía interior, y lo palpa el poeta. Por saberlo no ceja ni se detiene, entonces. Comprende que agachar los dedos frágiles de la palabra hasta esos riscos de algas secas que también hacen parte de la patria Poesía, no es subyugar la Vida condenándola sólo a lo escabroso o a lo agreste. No es un rendirse, no un cambiar el todo que se da en el poema por la Nada. Cuenta como genuflexión de resistencia de quien busca el Amor del cual escribe. Cuenta como milagro de fe terca. Como gesto de Luz y pena ida. El poeta lo advierte y nos impele: Aprendamos, justamente, que en esta patria de la Poesía los vencedores fueron –antes que nada y antes– los 2

caídos por un sueño que no fue. Y aunque parezca triste el acto de tatuar nuestras nostalgias sobre la piel de una tierra a la que se llega, precisamente, movido por ellas; no hay –sin embargo– peor melancolía que el tratar de olvidar, olvidando las marcas. Todo poema nace como acto de ruptura. Se rompe a puño y letras el falso pedestal donde se nos condena la Alegría. Se sale, verso en ristre, a demoler los monumentos sin oraciones ni futuro que nos petrifican la sal de tanto mirar al pasado. El éxodo es preciso. Debemos liberarnos con/versos de esta fe en las nuevas cosas. Y salvar -y salvarnos- de aquella pétrea y condenada suerte de la mujer de Lot. Arribar a la patria Poesía sabiéndola otra tierra y nueva polis, es un acto fundante que requiere, como de parto, gritos que también pidan porque reinen el Bien y su armonía en medio de las sombras de algún mal. Que sobrevuelen estos y su plata de sol por sobre los espectros de quienes ya lo hicieron y todavía nos acechan. ¡Ay, esas calles de la poesía, tan abiertas, tan nobles como son, terminan bienviniendo cada presencia…! No es la tierra Poesía, sin embargo, desvariada o inocente, a pesar de que existan en ella y sus caminos desvíos cuasi puros, rutas vírgenes. Ha de saber, no más, quien llegue a ellas que en lo que siembre, riegue y fructifique allí en ese otro espacio, no podrá repetir las malas hierbas. Que no podrá venderle este nuevo jardín a los cardos estériles. Que jamás podrá ser la existencia de la espina razonable, si no es que viene a proteger los nuevos tallos; porque todo lo nuevo, lo bello y aún lo bueno que hoy existe, cabe tan solo en una pequeñita flor… Tal como ya el poeta ha oraculado, todo está conectado aquí y en ella. Sus coordenadas no escapan a esta, la suerte humana de no ser y no estar jamás tan solos. No es posible escapar de esta divina condición de religados. Su mundo no es ajeno al entramado vital que nos remueve y es sabio comprender - ya el poeta lo ha dicho- que bien pueden deberse a las amapolas los giros en la conciencia de las mariposas. La poesía y su tierra, por renacida, son sobre todo sitios para la desnudez. Se puede morir asfixiados por la soledad si la inhalamos tras máscaras de plástico. Escondidos tras estas, es imposible escuchar el llanto del jornalero, 3

danzar para adormecer los sentidos o hacer oír la oportuna respuesta cuando el payaso, desde su mueca en carne viva, nos pregunta por el Amor. Toda distancia en el espacio de la poesía es desnuda distancia de dos. Y son duplas así las perspectivas, las diferentes percepciones que se nos cruzan y asaltan al andar el poema y adentrarnos en la profundidad de sus arenas. Quien llega a esa, su orilla, de soledad no estará solo. Será bien recibido por espectros que vienen de otra parte. Por gente que escribe y se reescribe; y cree que todo libro es una carta a la Muerte que se pretende Reina. Gente que cree, sí, que habrá traición- más nunca habrá condenaen irrumpir y desgarrar con la palabra que salva, por responder al Eco de la Vida que clama desde adentro para resucitar. Esta Vida desde donde se zarpa siempre a algún poema, la que vive pidiendo un poco de ternura porque es vida de perros, al fin. Y el poeta, lo sabe…

Daylíns Rufín Pardo La Habana, Cuba Otoño de 2015 AD

4

Selección de poemas del libro

CARMINHO MEMORIAE INNOCENTS Luis Cruz-Villalobos

DESDE CARMINHO

I

Dame la mano Felicidad mía y nuestra Dame la mano Con ese candor leve Que llevas sobre tu piel tan suave Yo te seguiré Como niño pequeño Pero no olvides detenerte De vez en cuando Para que pueda ver tus ojos Y no quede a oscuras Dame tu amor Tu beso 5

Tu calma Oh felicidad mía y nuestra Que no me queda tiempo Para perderlo En nimiedades vacías Dame tu abrazo Quieto Lúcido Para seguir Incluso cuando el camino suba A las alturas remotas del día Dame tu risa clara Para que no se desanimen mis almas Mi piel cansada Ni las palmas de mi pecho Ni la sien de mi demora Dime que me quieres Que me visitas por las noches Que sueñas conmigo Y yo te seguiré Como niño Que sabe que puede confiar Exactamente en lo que viene.

6

IX

Agua sobre el agua Olas sobre las olas Lluvia sobre la lluvia Pena sobre la pena Beso sobre el beso Dicha sobre la dicha Voz sobre la voz Así nos vemos las caras En estos vaivenes de vida Y aprendemos a resistir Como los antiguos Que se escondían De los fantasmas De hielo o acero Para sobrevivir Y regresar dignos Al hogar tibio Que siempre aguardaba Con el gesto y el ritmo Del más esperado amor Que lleva en su ser Dicha sobre la dicha Beso sobre el beso Pena sobre la pena 7

Lluvia sobre la lluvia Olas sobre las olas Agua sobre el agua.

8

DAMNATIO MEMORIAE

I

No queda más remedio que su ausencia Dicen Vociferan por las calles Gritan a montones

No queda más remedio que el olvido La memoria condenada Muerta Partida en dos En cuatro En mil Y lanzada como ceniza Al viento Al espacio sideral Frío y solo

No queda más remedio que la nada El descalabro exacto De toda la existencia Del retrato del sí De la reproducción del paso

9

No queda más remedio que la muerte total De lo que queda Después de la muerte total Es decir La desintegración precisa Del recuerdo De aquel que partió En medio de risas En medio de la esperada condena

No queda más remedio que el brebaje En veneno La ponzoña verde El retiro de la señal del escape El abismo inyectado a las venas

No queda más remedio que la desfiguración La aniquilación masiva De todo lo que fue De la nausea Del despeñadero De la ruina Que resultó para tantos y tantas Su existir fallido.

10

III

Aprendemos a correr por las calles en toque de queda Para que las balas no se posen sobre los hombros O sobre las caderas cansadas de tantas infamias

Aprendemos a escondernos de los que no tienen nombre De los que sacan con mentira la verdad que se quería olvidar Y la toman con pinzas desde las entrañas del dolor perfecto

Aprendemos a sentir un odio que no logrará borrar la justicia Pues es impensado el mal que estos gestan en la piel Y en lo que la piel esconde y que ellos desvelan como si nada

Aprendemos a matar en silencio y a gestar planes de muerte Para que una mínima justicia se los lleve de una vez por siempre A algún tipo de infierno que sea más duro que esta existencia

Aprendemos a tratar infructuosamente de olvidar a los caídos A los amados que se fueron con el silencio como sello digno En sus labios hermosos y destrozados por los verdugos.

11

V

La historia contada de boca en boca Sabrá borrar su nombre por los siglos Pues nadie aprenderá a pronunciarlo Sino como ofensa sino como epíteto

En la boca de los pueblos dormirá Su nombre y sus títulos como daga Como maldición que no se osa decir Para no atormentar a los que viven

Adiós le dirán todos y todas a su rostro A sus gestos déspotas y obscenos Que se pasearon por tantos años Ante nuestros desprevenidos ojos

La historia escribirá su nombre muerto En la arena de las playas de los niños Y estos pasarán corriendo y jugando Por ellas borrándolo para siempre.

12

DESDE INNOCENTS

IV

Hay un jornalero que se levanta todos los días Excepto los domingos y festivos

Con la misma calma y tristeza en el fondo Para caminar hasta la locomoción colectiva

Allí entre olores y sopores de cientos Respira su nostalgia de un mundo que no fue

Dos horas demora su viaje sobre estas ruedas y esos pies Que ya están cansados de no tener más que cargas

A veces llora lenta e imperceptiblemente Después de la jornada cuando llega el pago

Allí parte veloz y casi con cierta alegría A sumergirse en un mar rojo como la sangre que le quitan

Allí se pierde por horas e incluso días Para olvidar algo que ya no recuerda bien realmente.

13

IX

El tenía un libro amarillo Que le podría costar la vida

Un libro amarillo Comprado de ocasión Que no lograba dejar de leer Como furtivamente

Y se la pasó noches enteras Rumiando las peligrosas glosas Las terribles citas Los demoledores párrafos

Y un día Apareció muerto

Tenía en su mano extendida Cual pintura de Jacques-Louis David El libro amarillo Y una carta Para el mundo entero Que nadie jamás pudo leer. LCV-2015

14

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.