La población El Cortijo según sus dirigentes vecinales

June 19, 2017 | Autor: Darío Barros Araya | Categoría: Chile_1970-1973, Movimiento de Pobladores, Juntas de Vecinos
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Descripción



GARCÉS, Mario. Construyendo "Las poblaciones": El movimiento de pobladores durante la Unidad Popular. p. 57. En: PINTO, Julio. Cuando hicimos historia: la experiencia de la Unidad Popular.
Ibid, p. 59.
ILLANES, María Angélica. "El cuerpo nuestro de cada día": El pueblo como experiencia emancipatoria en tiempos de la Unidad Popular. p. 144. En: PINTO Julio. Cuando hicimos historia: la experiencia de la Unidad Popular.
Ibid, p. 140.
Ibid, p. 141.
BITAR, Sergio. Chile 1970-1973: Asumir la historia para construir el futuro. p. 175.




Universidad de Chile
Cursos de Formación General
"A 40 Años del Golpe: una Revisión Crítica de los Factores y Discursos Que Convergieron en el Quiebre de la Democracia en Chile"





"La población El cortijo según sus dirigentes vecinales"





Darío Barros Araya,
alumno de la Facultad de Derecho.
Profesor Fernando Ramírez,
de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
9 de julio de 2013

Abstract: Dirigentes vecinales que durante la UP organizaron a su población. Lograron mantener un abastecimiento básico durante los periodos más complicados del gobierno de Allende. Tienen una mirada crítica de lo que vivieron esos años, se posicionan, tal como los demás chilenos de la época como ilusionados por lo que el gobierno de Allende representaba para el pueblo.
Palabras claves: Unidad Popular, Poblaciones, Juntas de Vecinos, JAP, DIRINCO, Desabastecimiento.
Introducción
Durante las décadas de los 50's y 60's se produce en las ciudades más importantes del país, en especial Santiago, un proceso de poblamiento, por el cual las zonas urbanas crecen, se produce un estallido demográfico, se construyen nuevas viviendas, se instalan más servicios, etc. Dicho proceso de poblamiento no fue producto de las políticas de gobierno, sino que escapa de dicha esfera y se acerca mucho más a un acontecimiento de carácter popular, pues son los mismo pobladores los que, dicho de cierta forma, "buscan y ocupan su espacio en la ciudad".
Según el Primer Censo Nacional de la Vivienda en Chile, de 1952, el déficit que tenía el país en la construcción de viviendas alcanzaba al 30% de los chilenos, en Santiago llegaba al 36%. Esté déficit significaba que, en términos absolutos, medio millón de Santiaguinos vivían en departamentos o piezas en mal estado, en conventillos o en poblaciones callampas. A nivel nacional significaba que de los casi seis millones de chilenos de esa época, aproximadamente unos dos millones no habitaban en condiciones mínimas de confort ni en la ciudad ni en el campo.
Es en este contexto que realizo este trabajo historiográfico, para el cual he realizado una entrevista a dos pobladores que durante 1969-1973 fueron testigos de un movimiento fundamental para conformar el Chile en que hoy vivimos.
La villa El Cortijo
Nuestros dos entrevistados, don Juan Araya y don German Barriga, fueron dos adultos jóvenes, con 26 y 28 años en 1969 respectivamente. El primero era un empleado particular, recientemente casado, y el segundo era un empleado público que trabajaba en el Intituto Nacional de Estadísticas (INE). La Villa el Cortijo se originó como un loteo particular en el cual la adquisición de sitios era por un proceso de compra-venta de bienes raíces entre particulares; luego de esto comenzaban con un proceso de auto-construcción de la vivienda para poder tener la casa propia. La población está ubicada entre las calles, Quilicura por el sur, Independencia por el este, Siete de noviembre por el oeste y El Cortijo por el norte, en lo que la actualidad es la comuna de Conchalí. Claramente, nuestro caso tiene una gran particularidad, puesto que es un caso de orden en el caos que se vivió en la época, en donde el poblamiento se producía, en la generalidad de los casos, mediante la toma de terrenos que estaban desocupados.
Ambos entrevistados hacen hincapié en la pronta organización que tuvieron entre ellos. Cuentan, como anécdota, que entre todos decidieron el establecimiento de un teléfono para las necesidades de la población, lo que hace fehacientemente la función típica que tenían las Juntas de Vecinos (JJVV) según la ley 16.880, dictada durante el gobierno de Frei, la cual era organizarse como junta de vecinos para poder atender las problemáticas que los aquejan y que pueden ser canalizadas por ellos mismos hacia el gobierno u otras instancias que las puedan solucionar. Ellos tramitaron la personalidad jurídica para una villa de sobre 200 personas, el total de sitios era 360. Cada uno cumplía su función en el directorio, se hacían reuniones periódicas entre los vecinos, mediante las cuales se pusieron de acuerdo para la pavimentación de las calles, la instalación de un teléfono, una red de alcantarillado, etc., es decir, todas las cosas que eran básicas y necesarias para una población que estaba surgiendo.
La villa el Cortijo es una muestra de que mediante una buena organización pueden hacer funcionar eficientemente "la máquina del poblamiento", proceso bastante complicado según Juan Araya:
"La gente pensaba que le dieran todo, hacían una toma y obligaban al gobierno a legalizar la toma, que se construyera y todas esas cosas. Había un desorden en ese tiempo. Realmente la gente, cuando llego Allende al poder, prácticamente quería mandar ella, queríamos mandar nosotros. […]Todo el mundo pedía cosas, que la pavimentación, que la luz, que el retén, que el teléfono, porque fue un despertar de la gente, en ese caso, la gente pedía, y como era el gobierno popular, se dieron las cosas."
También, refiriéndose a como algunas personas eran "cómodas" ante este proceso, dice:
"El problema grande que había, es que la gente por ejemplo, para hacer las poblaciones, para hacer sus sedes, en ese tiempo se aprovechaban cuando iban los estudiantes de la universidad a ayudar a hacer la sede mientras los pobladores estaban jugando a la rayuela."
Entrevistando a don German y al preguntarle sobre si existían otras villas organizadas como la de ellos, respondió lo siguiente:
"La verdad es que nosotros éramos un caso excepcional en cuanto a orden, estaba la René Schneider, la Martin Luther King, y el resto eran todos campamentos, eran todas tomas".
Lo relatado por nuestros entrevistados origina una imagen bastante fidedigna de lo que sucedía en esa época. A partir de 1969, un verdadero ciclo de tomas copo los últimos años del gobierno de Eduardo Frei Montalva. Es la propia Unidad Popular (UP) dice, mediante un estudio realizado durante su gobierno, que entre 1969 y 1971 se pudieron contabilizar 312 tomas, de diversa magnitud, que dieron origen –junto a los planes de vivienda estatales, pero bajo presión popular- a la mayor parte de las poblaciones del Santiago del último tercio del siglo XX.
Es la situación particular de estos dirigentes la que le da valor al presente trabajo. De ahora en adelante me dedicaré a analizar de que manera se vivió el gobierno de la UP en la población El Cortijo, desligándome, en cierta forma, de las típicas caricaturas hechas por la historiografía conservadora y retrotrayendo las condiciones de estabilidad y orden que existieron entre los pobladores, pero que no los hace escapar de la coyuntura política que marco a Chile entre los años 1970 y 1973.
La dirigencia vecinal durante la UP: los beneficios y las problemáticas
Juan Araya fue militante del Partido Socialista (PS) y German Barriga del Partido Comunista (PC). Son sus nexos con estos partidos de gobierno los que trataremos ahora. Es bien sabido que las JJVV, tal como las estableció la ley de Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias, no tenían una independencia genuina para atender sus requerimientos por sí mismas, eran simplemente canalizadoras de las demandas de los pobladores hacia el gobierno comunal respectivo, donde esta ascendía a la institución pública correspondiente. Además es evidente, incluso hoy en día, que mientras más cercanía tuviera el dirigente vecinal con el gobierno de turno, de mejor forma era atendida su demanda. Ambos dicen rotundamente que sus conexiones con el gobierno de Allende no contribuyeron en su organización vecinal, más que nada porque el poblamiento no era parte de la política de los partidos, la que se acercaba más a lo que sucedía con el movimiento campesino y obrero.
Juan Araya caracteriza a su junta de vecinos dentro del contexto social de dichos años como pobladores más precavidos, los que trataban de no entorpecer el andar del gobierno:
"Es que, en ese tiempo nosotros teníamos la convicción de que al gobierno le fuera bien, por lo que nosotros no nos aprovechamos; todo lo contrario, tratábamos de evitar los problemas… no sé yo, no tomarse un sitio, éramos más disciplinados, más ordenados. En ese tiempo las tomas eran dirigidas por personas ultras y no tan ultras, gente que se aprovechaba."
Sobre el gobierno y como se veían ellos frente a este, don German dice lo siguiente:
"Nosotros nos metimos en una maquina en que nosotros tuvimos que seguir hasta el final, hasta que se terminó el asunto, porque, en cierto modo, que nos organizáramos en repartir los alimentos fue una ayuda que dimos al Estado, fue un trabajo gratuito que hacíamos en controlar, en recibir, en entregar, en todo eso."
Según lo que cuenta Juan Araya, fue de la villa El Cortijo que nació la JAP comunal, calcula unas 60 juntas de vecinos en toda Quilicura que formaron dicha JAP. Ellos ordenaban el abastecimiento pero llego un momento en que no les llegaba mercadería, por lo que tuvieron que hacer la tarjeta para repartir los alimentos equitativamente. Más adelante trataremos más a fondo el tema de las JAP.
Profundizando en como ellos, dirigentes vecinales partidarios del gobierno de la UP, llevaba a cabo su trabajo vecinal, don German dice lo siguiente:
"La organización era bastante efectiva en cuanto a realizar trabajos, por ejemplo nos reuníamos y la salas de clases de la escuela se hacían chicas, porque todos estábamos en un proceso de conseguir cosas, en ese caso la gente se interesaba en ir a la reuniones no como en el caso de ahora, porque la tenge tiene de todo ahora"
Ambos están de acuerdo en que, además de ellos, había buenos dirigentes y era la propia gente las que le exigía dar cuenta de las gestiones que realizaban. A ellos le gustaba trabajar de esa manera, lo que se debe a que muchos de quienes vivían en la villa eran trabajadores dependientes del sector de servicio y además por su juventud lograban ser muchos más eficientes y eficaces en su organización vecinal.
Don German responde las preguntas típicas que podríamos hacer teniendo en cuenta el ambiente de polarización que se vivió en la década de los 70's, cómo los distintos vecinos se posicionaban en torno al gobierno, quienes estaban a favor y quienes en contra, y si esto trajo algún problema a su función vecinal:
"Aquí, como en todo el país, estaba polarizado y habían unos en pro y unos en contra, entonces, dentro de las reuniones de la junta de vecinos había un trato de que no podían decirse compañeros. La situación de hoy, polarizada como está, 50-50 era lo mismo que se vivía en la época."
Al entrar en detalle sobre la tesis que tenía la UP y que estructura a todo su plan de gobierno, la cual consistía en la alta concentración de la riqueza que había, y que hay en Chile, tal como se explica en el libro "Chile 1970-1973: asumir la historia para construir el futuro", de Sergio Bitar, don German explica lo siguiente:
"Hay dos cosas que yo tengo claro, el advenimiento de la UP fue necesario para la época, porque había mucho abuso y yo me daba cuenta de eso en donde trabajaba. Antes de llegar a la administración pública, [viendo] lo que ganaban los trabajadores, los obreros, entonces me daba cuenta que había una necesidad de un cambio; y, entonces, como fue necesario lo que paso con el advenimiento de la UP también fue necesario lo que paso en el 73, no nos hagamos los lesos".
Es así como sale a la luz en nuestra conversación que, tal vez, el desorden que se produjo durante el gobierno de Allende fue en gran medida provocado por la utilización de los resquicios legales, eso sí, queda claro entre ellos que la utilización de dichos resquicios era la única forma de gobernar y seguir hacia adelante con el plan de gobierno. El desorden se va generando debido a como los trabajadores y los campesinos se empoderaron y teniendo en cuenta la consigna de "Crear Poder Popular" creyeron que lo mejor era que ellos tuvieran las fábricas y los campos. Frente a esto don Juan relata como la toma de fábricas era, en muchos casos, irrisorio y contraproducente:
"Habían personas que se tomaban una fábrica de corchos y que según ellos la iban a administrar mejor, pero al cabo de tres meses quebraban porque no las sabían administrar, era como entregarle una maquina a un niño, […] yo tenía a un amigo que tenía en la Vega una fábrica de dulces con 20 o 30 personas, su nombre era don Mariano Vargas. Él llegó un día y encontró la fábrica tomada, el gallo les cumplía todo, entonces, dijo: "Tomen, aquí tienen las llaves", y duraron 3 o 4 meses, porque ellos eran trabajadores, sabían hacer pan y empanadas, pero no sabían administración, entonces hay fracasaba la cuestión, porque la gente no sabía."
Don German agrega:
"Eso fue a todo nivel, entonces, era lógico que todo eso llevara al desabastecimiento total, porque en los fundos los trabajadores no sembraban, las fábricas no producían."
La visión crítica que tienen estos dirigentes vecinales de los hechos acontecidos durante la UP nos ayuda a comprender, con un foco más amplio y nítido, porque se llegó al quiebre democrático, claramente cuestionable, pero entendible desde ciertas aristas.
Cuando ambos se sitúan en esos años, a través de un ejercicio de retrotraer lo que vivieron, nos expresan que la gran mayoría de las personas que era partidarios al gobierno, incluidos ellos mismos, creían que el proyecto que estaba en curso era posible, puesto que, como el mundo estaba dividido por la guerra fría, ellos veían en otros países que el socialismo era una opción real y posible. En américa latina el ejemplo de Cuba era seguido por la mayoría de los partidos y movimientos de izquierda del subcontinente, Chile iba en la misma senda, con el agregado que esta vez, por primera vez, la revolución socialista iba a ser institucional y democrática. Pero es un ambiente de desgobierno lo que opaca la gesta de Salvador Allende, el incumplimiento del orden público, la exaltación de los movimientos obreros, campesinos y de pobladores, etc., perjudicaron al gobierno, el cual por tener que atender las demandas ciudadanas pierde terreno en la política de partidos, con los que no logra negociar como se debería, ni para hacer las reformas legales necesarias para alcanzar los fines del plan de gobierno, ni para impedir que el país siguiera en su camino a un abismo del cual le costaría 17 años salir.
Echando a andar la máquina del poder popular
Gran parte de la población se sentía parte del proyecto de gobierno y todos repetían y hacían suya la consigna del "Poder Popular". Dicho lema, por parte del gobierno, hacía hincapié en la participación de toda la población en el Estado, pero siempre dentro de los márgenes dados por el gobierno. Una muestra de organización de base que contribuía con los planes del gobierno para mantener el abastecimiento fueron las Juntas de Abastecimiento y Precios (JAP), estás, en palabras del propio Allende era una forma de poder popular y agregaba: "Uds. forman parte del gobierno… No acepto que hayan organismos de poder popular al margen del Gobierno Popular, porque de lo contrario no estaría un minuto más como Presidente"; puntualizó además que las JAP eran organismos de poder popular de acuerdo con el organismo que se lo daba, el cual era la DIRINCO (Dirección de Industria y Comercio).
Nos cabe ahora la siguiente pregunta, ¿Cómo sentían don Juan Araya y don German Barriga dicha consigna como dirigentes vecinales en la organización de su villa y de la JAP?, Juan Araya nos responde, con la visión crítica de los años, como se enfrentaba a esa situación:
"No sabíamos hasta donde podíamos llegar, o sea, está bien que hayan médicos, que todo esto, que buena pega, que paguen bien, de que haya de todo; pero hay que ser bien honestos en ese caso […] digamos, eso estaba dando vuelta en todos lados, nosotros creíamos en eso del poder popular, pero a la larga, uno sacando la cuenta, no se pueden hacer de la noche a la mañana las cuestiones, cuesta mucho. Por ejemplo, no se puede cortar las aspiraciones a una persona que quiere tener una fábrica, por ejemplo, de muebles."
Don German agrega:
"Con respecto a tu pregunta, no teníamos un precedente nosotros, creíamos ingenuamente a lo mejor, pero después nos hemos dado cuenta que en el papel era bonito. Pero yo después pensé, no sé si lo leí o lo pensé yo mismo, dije: lo que es del Estado, pertenece a todos, lo que pertenece a todos no es de nadie en particular y lo que no es de nadie, nadie lo cuida, nadie se preocupa de él; entonces, por esa vía fracasó, en todas partes en que se ha hecho la experiencia ha fracasado."
Al preguntarle si en algún momento creían en la posibilidad de alcanzar a formar parte del Poder Popular, don German responde lo siguiente:
"En realidad, al parecer hubo la intención de implantar un sistema, pero no se alcanzó a llegar a eso."
Juan Araya agrega:
"El problema era muy fuerte, porque había mucha gente de plata, ricos, entonces era muy difícil, porque ellos eran dueños de las fábricas, eran dueños de todo […] Nosotros como pobladores creíamos que la salud era gratis, éramos todos ordenados, pero hay que volver a esa época en que la mayoría pensábamos en lo mejor, que había que tener buena pega, que el patrón era acá, de que la fábrica había que expropiarla, entonces se tomaban las cuestiones, viene el anarquismo. Entonces, ¿qué tenía que hacer el gobierno?, el gobierno no podía decir, se tomaron este fundo, a desalojar; no podía, porque era la gente del gobierno."
La forma típica en que entre los distintos actores se ejerció el Poder Popular fue a través de movilizaciones masivas. Las recurrentes marchas, la organización en cordones industriales, el movimiento campesino por la reforma agraria, etc., son los hitos que marcan el empoderamiento de los sectores productivos y de servicios del país durante los últimos años de la UP. Nuestros dos entrevistados nos dan su testimonio general de todos estos hechos mediante los siguientes testimonios:
Don Juan: "El problema es que los obreros estaban preparados, tenían cordones industriales, entonces, el problema… nosotros, digamos, estábamos al cateo de la laucha, que podíamos hacer porque no teníamos armas, apoyo nomas, tendríamos apoyo; pero los dirigentes más ultras en los cordones industriales tenían armas, pero que podrían hacer en contra del Ejercito, eran re-pocos, pero desafiaban a los que iban a enfrentar."
Don German agrega:
"Los obreros en el centro desfilaban con palas y con chuzos. Los pobladores [nada]."
Había sectores mucho más vanguardistas que otros, los principales actores en las movilizaciones a favor del gobierno eran los obreros y los campesinos, excluyéndose en la mayoría de las veces los pobladores. Para caracterizar mejor a los vecinos de la villa El Cortijo nos interesa saber en que trabajaban la mayoría de ellos. Ya he dejado en claro, al comienzo de este trabajo, que esta población era un loteo particular; por lo que quienes compraron en ella sitios para construir sus casas deberían haber tenido una buena situación económica gracias a la tenencia ahorros o un mayor acceso a crédito, lo que para el Chile de la época era una gran muestra de bienestar y de comodidad. Don Juan y don German profundizan en este tema, sobre todo dentro del ambiente político que nos interesa para este trabajo:
"La mayoría eran empleados, se trabajaba, éramos más ordenaditos, un poco más arriba de los otros. Éramos empleados, se ganaba un sueldo, se cumplía; pero los otros que se tomaban las industrias [eran los obreros], [los que se tomaban terrenos] eran gente que estaba de allegada. Teníamos [todo] mucho más organizado, [por] el hecho de haber llegado acá, tener un terrenito."
La organización de las poblaciones fue necesaria, más temprano que tarde, durante el gobierno de la Unidad Popular. Al comenzar este subtitulo he tocado, tal vez, uno de los hechos más importantes que pudieron haber vivido estos pobladores como dirigentes vecinales y además simpatizantes del gobierno de Allende, las JAP. Tanto antes como después del paro de octubre del 72, por los cerrojos que ponían los poderosos de este país (grandes empresarios, aristócratas, El Mercurio, etc.) y Estados Unidos al avance del proyecto de la UP, se produce en todo el país un desabastecimiento de productos. En un principio eran cosas mayoritariamente de menor necesidad, utensilios de lujo; pero a medida que fueron avanzando los meses, y profundizándose durante y después del paro de camioneros, las cosas de primera necesidad, sobre todo el alimento, ya no era fácil de encontrar en los almacenes, los cuales en muchos casos tenían sus estanterías vacías. Mediante el testimonio de nuestros entrevistados podemos contrarrestar a su vez la típica tesis que tienen los movimientos de izquierda sobre el bloqueo que sufrió Chile por parte de "las fuerzas del capitalismo". Ambos han expresado que mucho de los problemas de desabastecimiento se debió al cese y desorden que se vivía en los sectores productivos. El agro no producía debido a que los campesinos luego de la toma de un fundo no trabajaban toda la semana en los campos, las fábricas mal administradas por obreros sin los conocimientos adecuados terminaban quebrando, etc.
Gracias a un trabajo anteriormente citado, podemos corroborar que para la UP el problema agrario había generado un problema de desabastecimiento que los estaba afectando enormemente en su plan de gobierno. Para ejemplificar y posteriormente analizar citaré los siguientes párrafos:
"La escasez de productos agropecuarios, resentida con el proceso de reforma agraria, se había traducido en que la importación total agropecuaria para 1972, tuviese un incremento de 288% respecto de 1970; de estas importaciones, las referidas al rubro alimentos y productos agropecuarios equivalía al 88,3% de las importaciones. En estas circunstancias, el gobierno decide en el verano de 1973, organizar el Estanco del Trigo, con el fin de asegurar el abastecimiento de este producto básico y evitar que la producción del área reformada se desviase al mercado negro."
"Desde el mes de febrero de 1973 el gobierno del Presidente Salvador Allende se propuso, como un objetivo central de su política económica de abastecimiento, a través del organismo Empresa de Comercio Agrícola (ECA), dependiente de la Dirección de Industria y Comercio (DIRINCO), la tarea de asegurar el abastecimiento de trigo, harina, pan y maíz en el país. Con este objetivo el Estado se instauró como el poder comprador por excelencia del trigo en verano y del maíz en otoño, estableciendo cuotas de producción y venta a lo largo de todo el sector reformado del país."
Otra de las causas del desabastecimiento, y tal vez la principal como he mencionado anteriormente, fue el paro de octubre. El gobierno quedó en jaque debido a esta restructuración de los movimientos opositores, los cuales se organizaron en una vanguardia mucho más congregante y efectista. La Derecha política y los grandes empresarios habían triunfado al influir en los camioneros, una vanguardia móvil, dispersa a lo largo del país, compuesta por pequeños empresarios y, por ende, fuera de la categoría monopolista; los cuales impulsaron a su vez a diversos gremios y colegios profesionales. Este movimiento opositor conllevó un rearme por parte del gobierno mediante un cambio total de gabinete (el 1 de noviembre de 1972 renunciaron todos los ministros) con la incorporación de los militares al gobierno, para evitar una crisis mayor que paralizará totalmente la economía. Pocos días después del 3 de noviembre de 1972, fecha en que se constituyó un nuevo gabinete el conflicto se solucionó. Para comprender qué factores frustraron los propósitos de la derecha y extrema derecha de paralizar la economía nos remitiremos a lo expuesto por Sergio Bitar en el siguiente párrafo:
"En el sector industrial, las organizaciones de trabajadores anunciaron su determinación de asumir el control de las fábricas que paralizaran, induciendo así a los propietarios a mantener sus plantas produciendo. Además, numerosos profesionales y transportistas adversos al paro continuaron su trabajo, a pesar de amenazas y actos de sabotaje. El gobierno movilizó el parque de transporte del sector estatal para abastecer las actividades vitales, y estudiantes y obreros formaron brigadas de trabajo voluntario para superar los problemas más críticos de carga y descarga."
Las tres citas anteriores obedecen a la contextualización general de los problemas que generaban el desabastecimiento. Por una parte vemos que fue el gobierno quien creo una estructura de organizativa para enfrentar la escasez de productos, pero también vemos que fue el compromiso de quienes eran leales a la gesta heroica de esos años el que contribuyo, en una gran medida a que la población chilena no sufriera mayormente los embates de quienes se negaban a perder sus riquezas. Las JAP eran organismos de base, dirigidas por el gobierno en la entrega de ciertos productos, pero también dirigidas por los mismos dirigentes vecinales en la distribución de toda mercadería que llegase a algún almacén de barrio. Ellos ayudaban en la entrega de la mercadería para que a todos les tocara lo justo y necesario, como también para resguardo del dueño del almacén. Esta fue la tarea que tuvieron Juan Araya y German Barriga en la JAP de la comuna de Quilicura, tal como acontece según lo relatado en la última parte de la entrevista.
"Habían fijado precios, pero eran precios irrisorios, eso era otra de las causas que condeno al fracaso de la situación, porque eran precios que, uno miraba un tarro de nescafé, un tarro que hoy cuesta $2.000 en ese tiempo eran $50, entonces, como los precios eran tan botados se fomentaba el mercado negro, lo poco que se producía iba al mercado negro."
Don Juan Araya agrega a lo dicho anteriormente por German Barriga:
"Nadie quería producir. El problema era que si criabas pollos y te ponían un precio, y sacabas la cuenta, entonces, estarías perdiendo, porque por ejemplo en la comida de los pollos gastabas, por ejemplo, $50 y lo vendías en $20."
Al preguntar si tuvieron que ponerse duros o blandos frente algún almacenero, respondieron lo siguiente:
"Si, controlamos, usted recibió tantos kilos de azúcar, vende el 100% de esos kilos de azúcar, o sea [le dábamos] la parte que le corresponde a él y punto, como cualquier poblador, porque teníamos, pongámosle 6 locales en la población, fulano recibe tanto, tanto, tanto, todo controlado, le corresponde tanto por persona en una casa. Era injusto que en una casa donde hubiera 10 personas y una donde hubiera 2 personas recibieran lo mismo, el consumo es distinto, por eso que se hizo la tarjeta."
Sobre la tarjeta JAP, ambos nos dicen que fueron uno de las primeras juntas de vecinos en instaurarla, tal como se explica a continuación:
Don German: "Fuimos como pioneros en el asunto."
Don Juan: "Nosotros instauramos la primera tarjeta y el que no la tenía quedaba sin comida. Nosotros lo justificábamos, diciendo que puede no tener tarjeta pero pudo haber recibido acá y allá, en todos lados, entonces la tejera era, cada junta de vecinos tenía su tarjeta"
Don German: "Estudiamos como administrar mejor la cosa, entonces, yo tenía acceso a imprimir la tarjeta, a hacer la tarjeta, a crearla y poder llevar el control, porque como yo trabajaba en el INE, me manejaba con estadísticas, con números, pude hacerlo. Juan era más de la intercomunal."
Don Juan: "Todas las semanas estaba yo allá (en el actual edificio del GAM, antes Diego Portales y UNCTAD III) viendo el abastecimiento para toda la comuna. Iba a la DIRINCO […] entonces, yo tenía que ver en una lista, entonces, para la comuna de Quilicura 50 tarros de aceite, a pesar de que pedíamos 300, y si a una junta le dábamos 20 tarros de aceite, tomaban los 20 porque sabían que después [no habría]."
Lo último se condice, tal como se puede hallar en la primera parte de la entrevista, en que la incertidumbre entre la población era inmensa, si un poblador veía que había una cola, se ponía esperando obtener algo, porque tal vez era la oportunidad para obtener ese producto antes de que ya no llegará más. La situación fue claramente caótica en esos últimos años, toda la población era afectada por el desabastecimiento, lo que se agravó con el paro de los camioneros tal como se cuenta a continuación:
Don Juan: "Ahí empezó la caída, el paro no se movía, date cuenta que primero eran los camiones grandes y después había unas camionetas chicas, era el ahogo, ahí fue cuando fue cayendo, fue lo más terrible."; "Nadie quería arriesgarse en un camión particular porque lo podrían [atacar]"; "En vez de recibir dos o tres tambores de aceite no recibíamos ninguno, entonces la gente… aquí llegaba gente diciendo, oiga, sabe necesito un tarrito de leche."
Don German: "Lloraba la gente, lloraba una madre en mi casa, fue llorando una persona porque necesitaba un tarro de leche, terrible."
Don Juan: "Nosotros creíamos que el gobierno tenía fuerza para revocar, para dar, nunca se nos pasó por la mente de que el gobierno podría caer por eso. La gente resistía, la gente que venía aquí era gente que más apoyaba al gobierno, era fanática de Allende."
Don German: "Nos veían a nosotros como salvadores de la situación, porque manejábamos el recibir los productos, el repartir los productos."
Frente a esto, como dirigentes, lo mejor era tener la sangre fría, cuando no había mercadería era mejor decir simplemente "no hay" antes que seguir dándole esperanzas a la gente. Ambos dieron sus mayores esfuerzos por repartir mientras se podía, incluso el mismo día del golpe don German repartió el último despacho de productos que había llegado a un negocio en la avenida Independencia.
El advenimiento del golpe y los últimos movimientos en la población
Ambos están de acuerdo en que el golpe venía o, en el peor de los casos, una guerra civil que aún no era declarada estaba pronta a comenzar. En palabras de don German, sobre la posible guerra civil, nos comenta:
"El mismo Volodia Teitelboim decía que había que evitar la guerra civil. El asunto estaba tan polarizado y podríamos llegar a eso."
Don Juan da su propio diagnóstico de lo que creía que iba a pasar:
"Yo estuve en la última reunión, como tres días antes del golpe, en el Diego Portales, estaban todos los dirigentes vecinales, de las JAP, estaba lleno, estaba [el gral.] Bachelet también. Nosotros teníamos que hablar, ver la situación. Yo tenía la información, digamos de aquí en la población, de que venía el golpe; un cabro que trabajaba en la radio me había dicho que estaban preparándose ya. Entonces yo dije, porque la mayoría de la gente estaba viendo lo del abastecimiento, nadie pensaba en el golpe, compañeros, estamos todo aquí pidiendo más abastecimiento, que esto de acá, pidiendo más, pero, sabe lo que pasa, que aquí viene un golpe de Estado, esto no dura más, entonces aquí compañero, usted que saca con pedir esto, que el golpe viene."
El mismo día 11 ambos siguieron en lo suyo, por lo menos don German que, tal como explique anteriormente, estaba en avenida Independencia entregando la mercadería que había llegado.
Recuerdan, humorísticamente, que junto con otros amigos estaban, durante la tarde de ese día 11, en el patio de Juan Araya tomándose un arreglado. Unos de decían que venía el general Prats con un grupo de militares a enfrentar a los golpistas desde el sur, pero no era más que una simple ilusión. También se pensaba que el golpe de Estado iba a durar poco y que lo más seguro es que fuesen a poner a un "monigote"; pero lo que menos pensaban en que fuese sangriento. Los obreros tenían en los cordones industriales armas y trincheras para enfrentarse a los militares, pero estos con un mejores armas los aplastaron fácilmente.
Juan Araya no alcanzó a salir de su casa ese día en dirección a su trabajo en calle Bandera, pero si lo hizo German Barriga llegando al INE que estaba por Vicuña Mackenna. Es el testimonio de este último que nos acerca a lo que ocurrió en el centro de Santiago ese día:
"Yo la vi de otra manera, fui a trabajar normalmente el día once y llego a la oficina, donde tenían en una radio puesto el último discurso de Allende. Entonces me dicen que me vaya para la casa porque la cosa está fea. Yo me vine, por el parque forestal y sentía TATATATATA, entonces me vine con otro compañero [ocultándome] detrás de las palmeras, de los árboles. Por suerte llegué a Mapocho y tome una micro hacía Huechuraba, llegando inmediatamente a repartir la mercadería."
Esos primeros días conversaron entre ellos de cómo iban a enfrentar las cosas, pero pronto se tuvieron que olvidar de todo lo que habían hecho, de la junta de vecinos por sobre todo.
Ambos fueron presos políticos. German Barriga se presentó luego de que lo hubiesen llamado a una comisaria, para así no tener mayores problemas; Juan Araya fue llevado detenido en un allanamiento que se hizo en la población. Cuando fueron tomados presos no iban como dirigentes, sino como simples vecinos, lo que nos deja en claro que los militares en, muchos casos, detuvieron a toda la población perteneciente a la clase media baja y los más pobres, lo que fue un gesto de discriminación sin nombre. Eso sí, era algo obvio que en algún momento iban a llevarlos detenidos a ambos, puesto que era de conocimiento público que eran dirigentes vecinales y que habían estado participando en las JAP.
Conclusiones
Nuestros entrevistados eran solamente pobladores, ambos se vieron inmersos en una coyuntura y contexto complejos en la historia de Chile. Hemos tratado a lo largo de este trabajo diversos detalles que son de gran interés para los objetivos de este curso, la visión crítica de los hechos acaecidos entre los años 1970 y 1973 que tienen estos dirigentes vecinales nos sirve para comprender mejor como desde el movimiento de las poblaciones se vivió, y sufrió, el "Poder Popular". Sin la necesidad de agregar más palabras que las que se hallan en estas páginas finalizo este trabajo que me ha llevado, tanto como espero también que lleve a quien lo lee, a poder comprender mejor las falencias del pasado para que no se vuelvan a repetir en el futuro.











Bibliografía
PINTO, Julio. Cuando hicimos historia: la experiencia de la Unidad Popular. Santiago de Chile, Lom Eds., 2005. 206p.
BITAR, Sergio. Chile 1970-1973: asumir la historia para construir el futuro. Santiago de Chile, Pehuén, 2001. 389p.



Datos de los entrevistados:
Nombres de los entrevistados: Juan Araya y German Barriga.
Nacionalidad: chilena, ambos.
Fecha de nacimiento: 12 de octubre de 1943 y 13 de noviembre de 1941, respectivamente.
Edad: 69 y 72 años, respectivamente.
Estado Civil: Casado, ambos.
Actividad/ocupación: Vendedor y jubilado, respectivamente.
Lugar y fecha de la entrevista: 24 de junio de 2013, en la casa de Juan Araya, pasaje Pedro Aguirre Cerda N° 1930, población El Cortijo sur, Conchalí.
Tipo de entrevista: semi-estructurada.
Duración de la entrevista: 1:14 (una hora catorce minutos).
Observaciones: ambos fueron dirigentes de la junta de vecinos de la población, además participaron en las JAP y pertenecían al partido socialista y comunista respectivamente.

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