LA PALABRA DEL SEÑOR CON SANGRE ENTRA. Los conventos de Santiago Tonalá, Santiago Tlajomulco y los Reyes Cajititlán: monumentos de la evangelización en el centro de Jalisco

Share Embed


Descripción

LA PALABRA DEL SEÑOR CON SANGRE ENTRA. Los conventos de Santiago Tonalá, Santiago Tlajomulco y los Reyes Cajititlán: monumentos de la evangelización en el centro de Jalisco1. Erick González Rizo COLMICH-XALIXCO A.C. [email protected] [email protected]

La evangelización de los pueblos indígenas de la Nueva España es un tópico muy explorado para regiones como el centro de México y Michoacán. En el caso de la Nueva Galicia, el trabajo es menor, pero se ha centrado más sobre las órdenes religiosas que sobre la arquitectura en sí. En este trabajo nos concentraremos establecimiento de los primeros monasterios, en el valle de Atemajac. Así pues nos centraremos brevemente en las fundaciones de los conventos de Tetlán, Tonalá, Tlajomulco y Cajititlán que fueran puntos neurálgicos de la evangelización de la antigua provincia tonalteca. Como preámbulo hablaremos brevemente sobre el contexto indígena al momento del contacto en el valle de Atemajac y posteriormente sobre la arquitectura religiosa temprana en Jalisco, para proseguir sobre nuestros casos de estudio. 1. Erase una vez Tonallan. Al momento de la conquista española, las provincias de Etzatlán, Tonalá y Poncitlán eran las más extensas y complejas de la región, seguidos de Ameca, GuaxicarXochitépec y Cutzalán (véase figura 1). Incluso, parece que el señorío tonalteca se encontraba en plena fase de expansión hacia el sur y sureste, a costa de sus vecinos cocas de los valles de Toluquilla y Poncitlán (Acuña, 1988; Tello, 1997; Mota Padilla, 1973; González, 2012). Por otra parte, el sur de las denominadas tierras altas2 (e.g. cuenca de Sayula, valle de Zapotlán), estarían subordinadas al Estado Tarasco (Acuña, 1987; Del Paso, 1905; González, 2012). Al norte de las tierras altas, en las barrancas del río Santiago y Verde, existían varias unidades políticas pequeñas, oprimidas por la presión de la expansión de los cacicazgos caxcanes (Gerhard, 1996:185; Weigand, 1993:123-145).

1

Trabajo presentado en el Seminario de Patrimonio Cultural de Tonalá (4 al 6 de marzo de 2015), celebrado en el CU Tonalá/U de G. 2 Se denominará aquí como “Tierras Altas de Jalisco” a la zona occidental del Eje Neovolcánico Transversal, ubicado entre los 1000 y 1800 msnm.

1

Al momento de la conquista Tonalá –Tonallan en náhuatl clásico– era la provincia (o unidad político-territorial indígena) fuera del control tarasco, más extensa y poblada de los Valles centrales de Jalisco. Básicamente dominaba una superficie poco más grande que la actual Zona Metropolitana de Guadalajara. Como otras unidades políticas mesoamericanas se componía de otras entidades políticas más pequeñas, debido un proceso de expansivo de conquista y absorción de otras provincias. Muestra de lo anterior, es que los tecuexes tonaltecas estaban en plena expansión a la llegada de Guzmán, al someter a los cocas tlaxomulcas (Acuña, 1988; Tello, 1997; Mota Padilla, 1973; González, 2012; Razo, 1982).

Figura 1.- Unidades políticas en el Occidente de México al momento de la conquista (ca.) 1520. Las áreas en rojo indicarían puntos de conflicto bélico entre Provincias, probables tierras de nadie o zonas de amortiguamiento. Con información de Acuña (1987, 1988), De Coria et al (1937), Del Paso (1905), Gerhard (1996, 2000), González (2012), Mota y Escobar (1993), Razo (1982), Reyes (2000), Tello (1997) y Weigand (1993:135).

Mapa 2.- Provincia de Tonalá (ca.1530). Los sitios de Primer orden serían las cabeceras principales. En el caso de Ixcatán y Tlacotán se trataría de entidades políticas independientes de Tonalá. Los sitios de segundo orden formarían parte del núcleo político de la provincia tonalteca, y los de tercer orden serían localidades sometidas, y los de cuarto orden se trataría de barrios o estancias de poblaciones sujetas. Con información de Acuña (1988), Del Paso (1905), Patiño (1878), Razo (1982) y Tello (1997).

3

Entonces, la “cacica” o “cihualpilli”3 de Tonalá, quien recibiría a Nuño de Guzmán el 25 de marzo de 1530, ejercía su autoridad sobre otros pequeños caciques locales, de habla coca, tecuexe y nahua, como los de Atemaxac, Ocotlán, Tzalatitán, Tetlán, Tlacpác/Tlatepac (Tlaquepaque) o Tequicxistlán (Tesistán). La zona oriental del Valle de Atemajac constituía el núcleo político (y la zona más densamente poblada) de la provincia tonalteca; los señores de Tzalatitán, Tetlán, Tlacpác/Tlatepac y Coyula (véase figura 2) gozaban de gran prestigio dentro del mismo y eran determinantes para sustentar las guerras de conquista, gozando de cierta autonomía con respecto a la cabecera principal (Tello, 1997; Razo, 1982; Acuña, 1988). Así lo atestiguan los cronistas al mencionar la gran densidad de población concentrada en el área que va desde el cerro de la Reina hasta el margen occidental del antiguo arroyo de Osorio, a grado tal que pensaron que se trataba de una sola población (Razo, 1982). Es así que Tonalá y las cabeceras tecuexes (Tzalatitán, Tetlán, Tlacpác/Tlatepac y Coyula) constituían un gran asentamiento multiétnico cuyos segmentos estaban tan cercanos unos de otros, que se puede considerar “conurbado”.

Figura 3.- Núcleo político de la Provincia de Tonalá (ca. 1530). Las denominadas cabeceras tecuexes son las localidades que gozaban de autonomía frente a la cabecera principal. Con información de Del Paso (1905:93, 94; 200-220) y Tello (1997).

Por otra parte, mucho se ha especulado sobre la existencia, o no, de un templo prehispánico en la cima del cerro de la Reina, sobre el cual Nuño de Guzmán edificaría 3

Literalmente señora noble en náhuatl.

la ya citada capilla de Victoria de la Cruz. Hallazgos arqueológicos en dicho lugar se han registrado ya desde finales de la época colonial. Esteban Gutiérrez, chantre de la catedral tapatía reportaba en 1806 que en el cerro tonalteca, en: Un collado que tenía apariencia de ser gran parte de él hecho á mano. Dos sujetos de esta ciudad llevados de ciertas noticias que por lo regular finje (sic) la fantasía, sin más razón que el (sic) puede ser, emprendieron en hacer profundas excavaciones, en que hallaron muchas paredes, cañones, departamentos, pero que no manifestaban su destino, ni servidumbre (Noticias varias de la Nueva Galicia, 1878:227).

El mismo Guzmán señalaba que durante la batalla de Tonalá (25 de marzo de 1530) los indios rebeldes “estaban en un cerro pelado y pedregoso, donde había un cué” (Razo [1982] citado en Arana, 1997:19). Si bien, las fuentes son escuetas sobre el tipo de edificación prehispánica, es posible que fuera muy similar al sitio de El Mirador, en San Juanito de Escobedo.

Figura 4.- Plaza de El Mirador desde la esquina sureste.

Cabe mencionar que este sitio (El Mirador), que fuera reportado por Weigand y García (2000:24-27) es una gran plaza, resultado de la nivelación de la cima del cerro. Este tipo de estructura puede denominarse “Peñol-Templo” o “Plazas empeñoladas”. La existencia de cerros utilizados como plazas o áreas ceremoniales no es nueva el Occidente de México, ya que estuvo ampliamente extendida en el sur de Zacatecas y Los Altos de Jalisco, como por ejemplo, en los sitios de Ojocaliente, El Teúl, Las Ventanas, Teocaltitán y Tlacuitapa (véase Ibarra, 2014; López, et al., 1994; Weigand y García, 2000:24-27; Weigand, 2013). Que dicha conjunto arquitectónico tonalteca fuera utilizado como sitio de la primera capilla para evangelizar la región, no debe de extrañarnos, dada la condición de Tonalá como cabecera de provincia (Tello [libro 2, T.II], 1968:42).

5

Figura 5.- Vista de la cima del cerro de la Reina, Tonalá, a mediados del siglo XX. Tomado de Castro, et al. (2012:29).

Figura 6.- Vista del cerro de la Reina, desde el centro de Guadalajara.

2. Arquitectura de la evangelización en Jalisco La arquitectura de la evangelización temprana en Jalisco que perdura hasta hoy, es muy escasa. Fundamentalmente por que ha sufrido muchas alteraciones a lo largo del tiempo. De ahí la necesidad de un estudio profundo para tratar de ubicar, y conservar a mediano y largo plazo, los pocos ejemplares arquitectónicos del siglo XVI en la región. La antigua provincia tonalteca es una de las zonas más prometedoras en este aspecto, como veremos más adelante. En Jalisco, uno de los pocos ejemplos de la arquitectura temprana de la evangelización existente, se encuentra en Etzatlán; este convento franciscano data de 1534 y se atribuye la ejecución de la obra a fray Juan de Calero, asesinado en 1541 en Tequila (González, et al. 2000:77; Gerhard, 2000:161; Órnelas, 2001:45-47). La construcción continuaba por lo menos hasta el año de 1548, cuando 75 indios casados de la isla de Atitlán y otros 100 de Etzatlán estaban destinados a las obras de la iglesia del monasterio franciscano (Del Paso, 1905:126, 135, 170). El monasterio es descrito como “pequeño pero fuerte, labrado de cal y canto, con su dormitorio, claustro e iglesia, tiene una bonita huerta” en el año de 1587, cuando la visita del provincial de los franciscanos, fray Alonso Ponce (Ciudad Real y San Juan, 1968:61).

Figura 7.- Conjunto conventual franciscano durante el siglo XVI. Elaborado por el autor con información de González et al. (2000:50, 65, 91).

Aparte del convento, se construyó una capilla abierta, que posteriormente se convertiría en el presbiterio de la capilla de hospital de indios de Etzatlán, hoy capilla de Guadalupe –de planta basilical– (González, et al. 2000:29, 30, 65). Probablemente dicha edificación fuera la primera construcción de cal y canto levantada en Etzatlán por los franciscanos, y sería el eje ordenador del espacio del antiguo el atrio (véase figura 7). Al sur del atrio trazado por los franciscanos, se ubicaría la plaza de armas, que aún hoy pervive. No sabemos, si como los conjuntos conventuales del centro del país, el convento de Etzatlán ostentó capillas posas en las esquinas del antiguo atrio. Las dimensiones aproximadas del antiguo atrio de Etzatlán rondarían los 80x120 metros. Sin embargo, su disposición arquitectónica si guarda relación con el patrón seguido por las ordenes mendicantes en el centro del país durante el siglo XVI (González, et al. 2000:83). Así pues, el eje de la construcción sería oriente-poniente, con la capilla abierta al poniente y hacia al levante la iglesia conventual de una sola planta rectangular. Al sur de ésta se levanta, aún hoy, el claustro de dos plantas. Cabe destacar que también perviven, si bien alteradas, capillas abiertas en San Agustín, Santa Cruz de la Flores (ambos en Tlajomulco) y Tonalá (Juan A. García Ugalde, comunicación personal 2015). En todos los casos, hasta donde hoy sabemos, los atrios monumentales desaparecieron al ser invadidos o fraccionados (González y Hernández, 2007:40, 56-59). El caso de Santa Cruz es muy interesante, por la calidad de su factura, y al igual que las capillas de Etzatlán y san Agustín, se transformo en el siglo XVII en templo de hospital. Para Santa Cruz, sabemos que en 1692 se levanto la esplendorosa fachada – que hoy podemos ver–, cerrando la vetusta capilla y transformándola en una basílica de

7

planta irregular. La torre le fue construida en 1712, 18 años después de la de San Francisco de Guadalajara, de la cual se inspiró. En el caso de Santa Cruz el atrio, ahora extinto, superaría los 126 metros de longitud de poniente a oriente (González y Hernández, 2007:40, 56-59).

Figura 8.- Planta hipotética de las capillas abiertas de San Agustín y Santa Cruz de la Flores. Elaboración del autor.

Figura 9.- Antigua capilla abierta de Santa Cruz (ca. 1934). Archivo José Chávez.

Por otra parte, la capilla hospitalaria de Toluquilla, hoy muy modificada (por ser sede parroquial), por su planta arquitectónica, registrada en los documentos coloniales y decimonónicos, parece haber sido originalmente una capilla abierta (AHAG/San José de Analco, Caja 1, exp.34, f. 25; AHAG/Toluquilla, Caja 1, exp.51). Sin embargo, dadas las grandes intervenciones que tuvo es difícil saberlo a ciencia cierta hoy en día.

Figura 10.- Plano de la capilla de hospital (reedificada después) de Toluquilla, 1836. AHAG/Toluquilla, Caja 1, exp.51

3. Tetlán: La primera capilla del valle y un monasterio errante. La conquista espiritual de la comarca tonalteca comenzó desde el momento mismo de la conquista. Ya tras su victoria sobre los rebeldes de Tetlán, Coyula y Tonalá –entre ellos, una hija de la cacica tonalteca–, Guzmán mando fundar una ermita sobre el templo indígena que coronaba el cerro de la Reina, a la cual intitulo la Victoria de la Cruz (Razo 1982). Tello también habla sobe la citada capilla ubicada en “el cerro que estaban acogidos los indios se hizo una iglesia muy bonita, que se llama la Victoria de la Cruz, y se puso una cruz de sesenta pies en largo… con sus gradas muy suntuosas, y otra iglesia se hizo en el lugar, que quedó por cobrir (sic), que se llama Santa María” (Tello [libro 2, T.II], 1968:42). Volviendo al tema de este trabajo, tras la partida de las huestes guzmanianas hacia la costa –vía Etzatlán–, en 1531, fray Antonio de Segovia4 fundaría el primer convento de la comarca en el pueblo de Tetlán, una de las cabeceras tecuexes tonaltecas más importantes5, habitado por cocas y tecuexes (Tello, 1968:54). Dicho convento sería trasladado hacia 1542 a la ribera oriental del río San Juan de Dios, “para que [los indios] estuviesen más cerca del monasterio de San Francisco e Iglesia de esta ciudad, 4

En 1569 el susodicho fraile declaro tener 76 años, lo que sitúa su nacimiento en 1493. Además, también se consignó que el septuagenario estaba ya ciego. (Diego 1994:109, 110). 5 Si bien era considerado una cabecera tecuexe, era una localidad multiétnica, dada la presencia de las dos etnias principales del valle de Atemajac: cocas y tecuexes

9

para venir a oír los oficios divinos”, dando origen al actual barrio de Analco (Franco, 1997:36).

Figura 11.- Templo de Tetlán en 1942 (Fotografía del Ayuntamiento de Guadalajara).

Cabe señalar, que la actual iglesia de Tetlán, no guarda ninguna relación con el primigenio establecimiento franciscano. Así lo dejan ver las fuentes, dado que en 1799 el cura de Analco (en ese entonces su cabecera eclesiástica) señala que: “esta iglesia es toda nueva, con sus vidrieras y alambrada en las ventanas; y en la torre, hay tres campanas, también nuevas” (AHAG/San José de Analco, Caja 1, exp.34, f. 22). En pocas palabras que el edificio actual data de finales del siglo XVIII. Su techumbre de madera y terrado fue sustituida por las actuales bóvedas en hacia 1881 (AHAG/Tlaquepaque, Caja 1, exp. 21). Se puede concluir pues, que no queda ya ningún vestigio material del convento de San Francisco de Tetlán. 4. Tlajomulco: La voluntad de los Señores

Figura 12.- Traza histórica de Tlajomulco. Con la Letra A se ubica el conjunto conventual franciscano. Con la B al conjunto hospitalario.

El segundo convento de la comarca tonalteca sería el Tlajomulco, fundado hacia 1550, a petición expresa de los caciques locales (Palacio, 1988:50). El patronazgo de los caciques tlaxomulcas permitió que antes de terminar el siglo XVI, el claustro estuviera casi terminado. Don Diego de Guzmán y Francisco Sebastián (caciques) incluso participaron en la dedicación del templo (Palacio, 1988:50).

Sobre el proceso de construcción del convento sabemos que hacia 1566/1567 se cerraron las bóvedas de la iglesia conventual (Tello, 1968:64). En 1577 se hizo el aljibe. En 1584, Francisco Gerónimo indio de Tlaquepaque puso 6 pilares de la Iglesia, y finalmente en 1593 Pedro Ramírez, vecino de las minas de Xocotlán, construyó el colateral de la capilla mayor y en 1596 se terminó el dormitorio del convento (Tello, 1968:64,180). El vecino hospitalito de Tlajomulco se fundó en 1573 (Palacio, 1988:50). En la Epifanía de 1587, a la visita de fray Alonso Ponce el convento, habitado por tres frailes: “era pequeño, de claustro bajo y celdas bajas, sobre un henchimiento; todo es de adobes, con la iglesia, la cual es capaz de mucha gente. [… y además] tiene el convento una buena huerta”, aparte de poseer un buen aljibe de agua de lluvia (Ciudad Real, 1993b:93).

Figura 13.- Planta actual de la parroquia de San Antonio Padua. Tomado de González y Hernández (2007:63).

11

Figura 14.- Templo parroquial de Tlajomulco (ca.) 1939. Aún conservaba su planta y aspecto colonial con su fachada barroca y estaciones del viacrucis. Foto de Francisco Sánchez Flores. Tomada del Archivo José Chávez.

La descripción más completa de la iglesia de Santiago Tlajomulco (para ese entonces ya encomendada a San Antonio de Padua) proviene del expediente del proceso de secularización de la antigua guardianía franciscana; así pues, en febrero de 1799 se describe así: “la iglesia parroquial con cañón de 52 varas de largo, y ancho correspondiente, de tres naves, con techo de vigas de marca y piso sin entarimado o enlosado; presbiterio de bóveda, torre de piedra de un cuerpo con cuatro campanas” (Rosales, 2009:42). Además, agrega que “el coro, […] está formado sobre vigas de marca […] Ventanas con rejas de palo […] Baptisterio de bóveda y extensión competente […] Sacristía de bóveda, de 12 varas de largo” (Rosales, 2009:43). En el mismo expediente, se describe también el vetusto Convento, frontero por el lado sur: “Portería o zaguán […] Pasillo o cañón con crucifijo grande, y patio con corredores en cuadro, con cinco arcos y pilares de piedra […] un patio chico con corredorcillo […] dos cuartos y cocinas y portal con puerta a la calle […] otro patio corto con corredorcito […] los pisos o suelos todos enladrilladas, encaladas las piezas y los techos de vigueta” (Rosales, 2009:46). La imagen la antigua iglesia conventual no cambio tanto a lo largo de la colonia, y solo hasta finales del siglo XIX iniciaría un proceso de remozamiento interno que implicó la destrucción de los altares barrocos de madera dorada, así como la construcción de nuevas bóvedas para sustituir el antiguo techo de viguería y terrado (véase Rosales, 2009). Ya en el siglo XX la iglesia sería sometida a una profunda intervención en la fachada, proceso que concluiría hacia 1940-1948, con la construcción

de las torres neoclásicas con mansardas y el desproporcionado pórtico neoclásico (González y Hernández, 2007:61-65).

Figura 15.- Antigua parroquia de Tlajomulco durante su remodelación a mediados del siglo XX. Se puede apreciar la destrucción de la fachada barroca de la antigua iglesia conventual y la construcción de la nueva torre sur. Tomada de Castro et al. (2012:36).

Por otra parte, en el caso de Tlajomulco, no hay certeza aún, de la existencia de capilla abierta. Esto, debido a la gran envergadura de las remodelaciones de los siglos XIX y XX, que hacen muy difícil reconocer claramente las etapas constructivas del edificio. Sin embargo, la presencia de otras capillas abiertas en la zona (e.g. Cajititlán, Santa Cruz de las Flores y San Agustín), apuntan a que es muy posible que en hubiera existido una capilla abierta en el conjunto franciscano de Tlajomulco.

Figura 16.- Vista del antiguo hospital de indios de Tlajomulco en 1950. Tomada del Archivo José Chávez.

Vecino por el poniente, se fundó el conjunto hospitalario de Tlajomulco (conocido coloquialmente como “el hospitalito”) en el año de 1573 (Palacio, 1988:50). Sin embargo, la iglesia actual del hospital se reedificó, tras varios incendios y temblores, en el año de 1653 (González y Hernández, 2007:60). 5. Tonalá: Líos de hábitos y sotanas.

13

El ultimo monasterio fundado en la antigua comarca tonalteca durante el primer siglo de dominación española fue el del propio Tonalá. La tradición historiográfica, basada en Tello (1968[1653]; por lo tanto el dato es muy tardío) severa que los franciscanos tuvieron un convento en Tonalá. Sin embargo, no hay la certeza de la existencia de un establecimiento franciscano en Tonalá anterior a la llegada de los agustinos. Es probable que el pueblo fuera solo una visita del monasterio de Tetlán, y luego del San Francisco en Guadalajara. Como evidencia indirecta de la inexistencia de un claustro franciscano en Tonalá tenemos una carta fechada el 9 de marzo de 1568, donde el Obispo de Guadalajara, fray Pedro de Ayala, informaba al rey de España sobre la necesidad de fundar un monasterio de frailes franciscanos en el pueblo de Tonalá (AGI-Gobierno-Guadalajara.51, N.81, fs.15, 16). La petición del obispo no prosperó, y su interés en que Tonalá quedará en custodia de los frailes menores muy probablemente derive de su pertenencia a tal orden religiosa. Sin embargo, en la siguiente década (1573), los agustinos obtendrán la concesión para fundar un claustro en Tonalá, perdiendo así los seguidores de San Francisco toda la parte oriental del valle de Atemajac. Quizá, en la petición de Ayala este el origen de los conflictos entre la Audiencia y Obispado contra los recién llegados agustinos. Con la sede del convento en Tonalá, desde donde administraban Coyula, San Gaspar, Tololotlán y San Martín (toda la parte oriental del valle de Atemajac), los agustinos posteriormente fundaron una doctrina independiente que abarcaba el pueblo de Zalatitán y su barrio El Rosario (Arregui, 1980; Gerhard, 1996; Tello, 1997; AHAG/Zalatitán, Caja 1, Exp. 1, f.1). La construcción en sí de la iglesia conventual de Santiago Tonalá comenzaría en el umbral del siglo XVII (González, 2006, 2009).

Figuras 17 y 18.- Vistas de la Iglesia de Santiago Tonalá a mediados del siglo XX. Cortesía de IHGDL.

La iglesia actual de Santo Santiago comenzaría a edificarse a finales del siglo XVI, con la construcción del presbiterio, que fuera en su origen una capilla abierta, que se reaprovechó en la construcción de la iglesia actual de tres naves (con techo de

viguería y terrado6) en la primera mitad del siglo XVII (Juan A. García Ugalde, comunicación personal). Igualmente parece que el segundo patio del convento fue en la primera parte edificada del monasterio agustino (Juan A. García Ugalde, comunicación personal).La edificación de la torre fue larga y tortuosa, ya que se extendió desde 1698 hasta 1748 (González, 2009:24, 25). Del templo tenemos una descripción que data de la visita del Obispo Ruiz Colmenero, quien el 7 de junio de 1648 atestiguo que: “dicha iglesia es de paredes de adobe, tiene tres naves, de largo ciento y noventa y cinco pies, de ancho cincuenta y dos, la capilla mayor cubierta de madera y parte de la naves de en medio, y las dos de los lados, y el coro” (Arana, 1997:59).

Figura 5.- Reconstrucción hipotética del interior de la iglesia de Santo Santiago en Tonalá. Elaborado por el autor.

Figura 19.- Planta del Convento se Santiago Tonalá. Elaborado por el autor con información de González (2006, 2009).

6. Cajititlán: el monasterio que nunca fue Durante la era colonial, Cajititlán fue escenario de importantes construcciones religiosas, que le llevó a desarrollar un muy particular conjunto arquitectónico-religioso para la celebración de la doctrina cristiana que fue ampliándose con los siglos (véase figura 20). Se le denomina aquí como Complejo Franciscano, más no convento, porque 6

Embovedado hacia 1870, durante el mandato del cura Galindo.

15

nunca se dio la fundación formal de un establecimiento de los frailes menores en la localidad. En el siglo XVI es presumible que se levantará la primera infraestructura religiosa en la localidad: atrio y capilla abierta. Destaca la capilla abierta, que actualmente es el presbiterio de la basílica de los Reyes Magos, cubierta por una bóveda con nervaduras y ángeles esculpidos en orden ascendente, lo cual le confiere un carácter arcaizante, con reminiscencias del gótico tardío (González y Hernández, 2007:96). El trabajo de la cantería es sumamente delicado, y por demás distinto al resto de la basílica. Se puede estimar que el atrio original y el conjunto arquitectónico del XVI abarcaran la actual manzana completa. Además, en Cajititlán no hay evidencia de la existencia de capillas posas, pero aún perduran las estaciones del viacrucis en la barda atrial reconstruida en los 60’s. Otra edificación que bien podría datar del siglo XVI, es el templo al sur de la basílica de los Reyes, y consta de una sola nave, y no de tres como el común de los pueblos de la comarca. Dicha característica podría ser un indicio de su antigüedad, ya que la panta basilical es típica de los templos del siglo XVII en el valle de Atemajac, más no la de una sola nave (véase Moya, 1998). Otros autores piensan que esta iglesia fuera la primera de hospital (González y Hernández, 2007:95, 96). Sin embargo, es más probable que se trate de la primera iglesia parroquial, ya que el conjunto hospitalario se ubica más hacia el poniente, junto a la ribera lacustre.

Figura 20.- Evolución del Complejo franciscano de Cajititlán durante la era colonial. Elaborado por el autor con información de González y Hernández (2007), González (2010) y (BPEJ-AHSTJEJ [Guadalajara], Ramo Civil, C. 19, año 1873).

Figura 21.- Presbiterio de la basílica de los Reyes Magos en Cajititlán, antigua capilla abierta.

Figura 22.- Detalle de las nervaduras de al otrora capilla abierta de Cajititlán.

17

Así pues, la presencia de una capilla abierta (uno de las contadas en Jalisco), un atrio monumental, una iglesia del siglo XVI (a las que se sumarian en los siglos XVII y XVIII un hospital de indios, dos capillas más, una basílica y un colegio de indias) en la población de Cajititlán, es evidencia del papel clave que tal población desempeñó desde el siglo XVI en la evangelización de la zona. Lo anterior, se explicaría en parte porque Cuyutlán, cabecera prehispánica de la cuenca, permaneció en su ubicación prehispánica hasta 1582 (Patiño, 1878:190-194). Dada su posición agreste para esas fechas (15301582), en el Cerro Viejo, es poco posible que desde Cuyutlán se doctrinara a los pueblos ribereños bajo su jurisdicción. Además, la población contaba con una fuente de cantera de calidad bastante a la mano (a un kilometro al norte de la actual basílica de los Reyes se ubica una cantera de caliza amarilla en el cerrito denominado de La Coronilla). Es factible pues, que Cajititlán fuera utilizado así, como base para evangelizar la cuenca y zonas vecinas como el valle de Atequiza y parte de Chapala. De ahí pues, la magnitud del antiguo atrio de Cajititlán y la presencia de elementos arquitectónicos relevantes ya desde el siglo XVI (véase figura 20). La existencia de numerosas figuras de manufactura indígena o tequitqui en la fachada de la basílica de los Reyes, abre la posibilidad de que en la construcción de dicha obra, más tardía, se reutilizaran piedras de edificaciones más antiguas. Por otra parte, los conventos de Chapala, Tlajomulco y Poncitlán, los más cercanos a Cajititlán datan de mediados del siglo XVI, de 1547, 1552, y 1533/1534 respectivamente (Órnelas, 2001:70-72, 80; Rosales, 2009:26). La fundación de dichos monasterios tan cerca, podría ser una de las razones que frustrarían la consolidación de un establecimiento franciscano en forma en Cajititlán. Sin embargo, el traslado definitivo de la cabecera de corregimiento y de curato de Cuyutlán a Cajititlán en el siglo XVII, impulsaría el subsecuente crecimiento del Complejo Franciscano en el pueblo, con la construcción a mediados del siglo XVII, del complejo hospitalario al poniente del conjunto del siglo XVI (véase figura 20). 7. Consideraciones finales Podemos finalmente hilar algunas consideraciones después de analizar los casos de Tonalá, Tlajomulco y Cajititlán: 1.- Las iglesias de Tlajomulco, Tonalá y Cajititlán comparten el esquema basilical, de tres naves y seis/siete crujías. 2.- Dicho esquema basilical es particular de la comarca tapatía, pues si bien, llego al Nuevo Mundo como prototipo para la planta de las catedrales, en Guadalajara y su

comarca prosperó ampliamente en las capillas de los hospitales de indios (Moya, 1998:65). Este hecho en sí mismo le proporciona gran singularidad a la arquitectura religiosa de la comarca tapatía, es decir, la antigua provincia tonalteca. 3.- Se ha propuesto que la proliferación de las plantas basilicales en la región se debería a la economía y solidez que las naves paralelas ofrecían al techo (Moya, 1998:70, 89). Sin embargo, es más probable que dicho fenómeno fuera debido a un afán de imitación de la planta arquitectónica de la catedral de Guadalajara (ca.1570), y de las iglesias conventuales de Tlajomulco (ca. 1550-1584) y Tonalá (ca. 15731648). Es así pues, que la presencia del esquema basilical en las citadas construcciones debe verse como un estilo arquitectónico arcaizante que se extendió por el prestigio de las poblaciones que lo introdujeron (Guadalajara, Tonalá y Tlajomulco), las más importantes cabeceras políticas de la región. 4.- Además, pareciera que el esquema típico de la arquitectura para la evangelización, tan común del centro del país (con sus atrios monumentales y capillas posas) fue poco usado en Jalisco. Al parecer, dichos esquemas y elementos arquitectónicos se usaban de manera más libre en la zona Occidente; por ejemplo, la presencia de capillas abiertas no siempre iba de la mano de la creación de un convento y los atrios no siempre tendrían capillas posas. Además, la aparición y popularidad de los complejos hospitalarios desde finales del siglo XVI, transformaría los conjuntos religiosos hacia esquema dual de Capilla patronal-Capilla de Hospital (orientadas en un eje solar de oriente-poniente, generalmente edificadas una frente a la otra), único en la arquitectura religiosa mexicana. ARCHIVOS CONSULTADOS AGI (Archivo General de Indias) AGI-Gobierno-Guadalajara.51, N.81, fs.15, 16. AHAG (Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara) AHAG/San José de Analco, Caja 1, exp.34, f. 22. AHAG/Toluquilla, Caja 1, exp.51 AHAG/Tlaquepaque, Caja 1, exp.21. AHAG/Zalatitán, Caja 1, exp.1, f.1. BPEJ-AHSTJEJ (Biblioteca Pública del Estado de Jalisco-Archivo Histórico del Supremo Tribunal de Justicia) BPEJ-AHSTJEJ [Guadalajara], Ramo Civil, C. 19, año 1873.

BIBLIOGRAFÍA

19

ACUÑA, R. (1988): Relaciones Geográficas del siglo XVI: Nueva Galicia. México DF. UNAM. ANESAGASTI Y LLAMAS, J. (1942): Tonalá, ayer y hoy. Guadalajara, Jal. Edición de Alfonso Navarrete. ARANA CERVANTES, M. (1997): Por donde sale el Sol. Guadalajara, Jal. H. Ayunt. De Tonalá. ARREGUI, D. L. DE (1980). Descripción de la Nueva Galicia. Guadalajara, JAL. Gobierno de Jalisco, UNED. BAUS DE CZITROM, C. (1982): Tecuexes y Cocas: dos grupos de la región de Jalisco en el siglo XVI, México. INAH. CASTRO CARVAJAL, O., et al. (2012): Una Mirada al pasado de Jalisco. Catálogo de imágenes antiguas de los pueblos. Guadalajara, CONACULTA, Secretaría de Cultura de Jalisco. DE CIUDAD REAL, A. (1993): Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España. México. UNAM. DE CIUDAD REAL, A. Y DE SAN JUAN, A. (1968): Viajes de fray Alonso Ponce al occidente de México. México. Corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana. DE CORIA, D., et al. (1937): “Vesitación que se hizo en la conquista, donde fue por Capitán Francisco Cortés” o “Visitación de 1525”, en Boletín del AGN VIII (n°4). México. AGN, 556-572. DEL PASO Y TRONCOSO, F. (1905): Papeles de Nueva España (Tomo I Suma de vistas de pueblos). Madrid: Tipografía Sucesores de Rivadeneyra. DIEGO-FERNÁNDEZ SOTELO, R. (1994). La primigenia Audiencia de la Nueva Galicia, 1548-1572. Zamora, Mich. COLMICH. FRANCO LÓPEZ, P. (1997): Andares y pesares de Guadalajara en el siglo XVI. 22 cartas al Rey del Alcalde y Regidores de la ciudad. Guadalajara, Jal. UNED, Secretaria General de Gobierno del Estado de Jalisco, H. Ayunt. de Guadalajara, Instituto Cultural Ignacio Dávila Garibi, Centro empresarial de Jalisco. GERHARD, P. (2000): Geografía histórica de la Nueva España. México. UNAM. GERHARD, P. (1996): La frontera Norte de la Nueva España. México. UNAM. GONZÁLEZ RIZO, J. E. (2012). Entre tarascos te veas. Encuentros y desencuentros a lo largo de la frontera abierta del Irechequa Tzintzuntzani (Tesis de Licenciatura). Guadalajara. Departamento de Historia U de G. GONZÁLEZ HUEZO, A. Y HERNÁNDEZ PADILLA, J. (2007): Ruta Franciscana en la Guardianía de Tlaxomulco. Guadalajara. Secretaria de Cultura Gobierno de Jalisco. GONZÁLEZ RAMÍREZ, L. (2006): Tonalá en el tiempo. México. H. Ayunt. De Tonalá, Desarrollos & Inversiones México. GONZÁLEZ RAMÍREZ, L. (2009): “Monumentos históricos de Tonalá: el convento y templo de Santiago Apóstol”, en Historias de Santiago de Tonalá (González Ramírez , L., ed.). Guadalajara, Secretaria de Cultura, Gobierno de Jalisco, 9-39. GONZÁLEZ ROMERO, R., et al. (2000): El Templo/Convento de la Concepción de Etzatlán, Jalisco y su contexto prehispánico. Guadalajara. Secretaria de Cultura, Gobierno de Jalisco. IBARRA GÓMEZ, M. A. (2014): “Arqueoastronomía, una herramienta para el análisis espacial de recintos ceremoniales entre dos asentamientos prehispánicos; Santa Clara II en Lagos de Moreno, Jalisco y Buenavista en Ojocaliente, Zacatecas”, en Memorias de la 1ª. Semana de Arqueología de León, Guanajuato, México y el Mundo (Carlín Vargas, Luis H., ed.), PCLP AC, Editorial Montea, 136-176.

LÓPEZ MESTAS, L. et al. (1994): “Sitios y materiales: avances del Proyecto arqueológico Altos de Jalisco”, en Contribuciones a la Arqueología y Etnohistoria del Occidente de México. (Williams, E., ed.), Zamora, Mich. COLMICH. MOTA PADILLA, M. DE (1973): Historia General del Reino de la Nueva Galicia en la América Septentrional. Guadalajara. IJAH, INAH. Mota y Escobar, A. (1993): Descripción geográfica de los reinos de la Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo León. IJAH, INAH, Guadalajara, Jal. MOYA PÉREZ, A. (1998): Arquitectura religiosa en Jalisco; cinco ensayos. México. Editorial Amate. TELLO, FR. A. (1968): Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Xalisco (libro 2, T.II). Guadalajara. INAH, IJAH, UdeG. TELLO, FR. A. (1997): Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Xalisco. México. Porrúa. ÓRNELAS MENDOZA Y VALDIVIA, FR. N. A. (2001): Crónica de la provincia de Santiago de Xalisco. Guadalajara, Jal. IJAH. PALACIO, FR. L. R. DEL, et al (1988): Zapopán, ventanas a su pasado. Guadalajara, Jal. H. Ayunt. De Zapopán. PATIÑO, FR. J. A. (1878). “Topografía del curato de Tlaxomulco”, en Noticias varias de la Nueva Galicia (s/editor). Guadalajara, Jal, Tipografía Banda Ex Convento de Santa María de Gracia, El Estado de Jalisco (periódico oficial del Estado). RAZO ZARAGOZA Y CORTÉS, J. L. (1982): Crónicas de la Conquista del Nuevo Reyno de Galicia. Guadalajara, Jal. IJAH, INAH, U de G. ROSALES CONTRERAS, R. (2009): La Ruta franciscana de Tlajomulco 1799-1880 Secularización y Decadencia. Zapopán, Jal., H. Ayuntamiento de Tlajomulco de Zúñiga, Asociación Estatal de Cronistas Municipales. VIDAURRE ARENAS, C. V. Y RAMOS NÚÑEZ, N. S. (2006): Arquitectura y Arte Barroco en Guadalajara, Nueva Galicia. Guadalajara. Gobierno del Estado de Jalisco, CUAAD, U de G. WEIGAND, P. C. Y GARCÍA DE WEIGAND, A. (2000): “El Contexto Indígena”, en El Templo/Convento de la Concepción de Etzatlán, Jalisco y su contexto prehispánico. Ed. (González Romero, Roberto, Weigand, Phil C. y García, Acelia, eds.), Guadalajara Secretaria de Cultura, Gobierno de Jalisco, 9-65. WEIGAND, P. C. (2013): “Archaeology and Etnohistory of Etzatlán and Its Region”, en Correspondace analysis and West Mexico Archaeology. Ceramics from the Long-Glasow Collection (C. Roger Nance et al., eds.), USA, New Mexico University Press, 17-64.

21

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.