La nueva etapa de las relaciones sino-argentinas Por GUO CUNHAI

May 23, 2017 | Autor: Cunhai Guo | Categoría: Argentina, Relación China - Argentina
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La nueva etapa de las relaciones sino-argentinas Por GUO CUNHAI* Si hablamos de sitios lejanos es fácil recordar la distancia entre China y Argentina, países situados en dos extremos del mundo bajo el mismo cielo. La separación geográfica siempre ha sido una barrera natural que históricamente ha bloqueado los intercambios humanos y comerciales. Pero el deseo de acercarse tiene la fuerza de superarla. Después de 45 años de relaciones, sobre todo los últimos diez, China y Argentina se han acercado cada día más, a pesar de las montañas y océanos que los dividen. Cuatro momentos claves Argentina fue uno de los primeros países latinoamericanos que estableció relaciones diplomáticas con la República Popular China, y los vínculos bilaterales han crecido hasta el nivel sin precedentes de Asociación Estratégica Integral. Existen cuatro momentos clave que simbolizan el acelerado desarrollo de tales relaciones. Los vínculos diplomáticos se establecieron en 1972. Influenciado por Chile, el gobierno militar de Argentina abandonó la política de “frontera ideológica” en 1971 y preconizó que los países latinoamericanos debían establecer coordinaciones para asumir acciones conjuntas en beneficio del desarrollo regional. Guiado por este pensamiento y el atractivo del gigantesco mercado chino, el Gobierno argentino propuso establecer relaciones, lo que obtuvo una activa reacción de China. Después de medio año de negociaciones, acordaron normalizar las relaciones diplomáticas a partir del 19 de febrero de 1972. El espíritu pragmático superó las barreras ideológicas, y esto siempre ha sido la base del desarrollo de las relaciones bilaterales. Después de la agitación política ocurrida entre la primavera y el verano de 1989, algunos países occidentales, sobre todo EE. UU., lo aprovecharon para imponer un bloqueo político y el aislamiento diplomático a China. Sin embargo, el entonces recién electo presidente argentino Carlos Saúl Menem expresó su postura de no intervenir en los asuntos internos de China y envió a su hermano, el entonces presidente pro tempore del Senado, Eduardo Menem, a visitar China. En mayo de 1990, a invitación de Carlos Saúl Menem, el entonces presidente chino Yang Shangkun realizó una visita oficial a Argentina. Medio año después, Menem vino a Beijing convirtiéndose en el primer líder latinoamericano en visitar China después de la agitación política de 1989. Tales visitas significaron mucho para China en aquel entonces porque no solo rompieron el aislamiento político impuesto por algunos países occidentales, sino también por la firma del

ejemplar “Protocolo Intergubernamentales”.

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Consultas

2004 fue un año importante para las relaciones bilaterales. A partir de diciembre de 2001, cuando China se incorporó a la Organización Mundial de Comercio, empezó a estimular el ingreso de sus empresas al mercado internacional. Argentina apenas se había liberado de la crisis financiera y buscaba ampliar la cooperación con el exterior en busca de fondos. Existía una gran complementariedad entre los dos países en el área económica y tenían un fuerte deseo de cooperación. Entre junio y noviembre de 2004, el presidente argentino Néstor Kirchner y su homólogo chino Hu Jintao intercambiaron visitas oficiales. El resultado de tales encuentros al más alto nivel propició el establecimiento de la asociación estratégica y Argentina reconoció a China como economía de mercado. Firmaron el Memorando de Entendimiento sobre Cooperación en Materia de Comercio e Inversiones, e iniciaron la cooperación en infraestructuras, viviendas, energía y agricultura, a fin de aumentar rápidamente el volumen comercial y la inversión bilateral. China promulgó en 2008 el primer “Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe”, como parte de su estrategia general hacia la región. Con el fin de consolidar aún más las relaciones con Argentina, el presidente Xi Jinping visitó el país en julio de 2014 y decidió junto con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ascender la relación bilateral al nivel de asociación estratégica integral. Durante la visita firmaron el primer Plan de Acción Conjunta, el Acuerdo Marco sobre Cooperación Económica y de Inversiones, el Contrato Swap de Divisas, y realizaron el primer Diálogo Estratégico para la Cooperación y la Coordinación Económica. Cooperación pragmática El pragmatismo es la fuerza impulsora del desarrollo de las relaciones sino-argentinas y ha ejercido un papel importante durante los 45 años de intercambios bilaterales. Políticamente ambas naciones coinciden en asuntos que involucran intereses nacionales fundamentales, como la soberanía. Argentina espera el apoyo de China en su disputa con el Reino Unido por las islas Malvinas, mientras que China desea que dicho país latinoamericano persista en su postura respecto a la isla de Taiwan, o sea, en el principio de “Una sola China”. Tales coincidencias acortan la distancia entre los dos países y promueve la cooperación mutua en asuntos bilaterales y multilaterales. La complementariedad es la base y el motor de la cooperación económica. Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas, el comercio bilateral ha aumentado sin cesar y los intercambios comerciales y

económicos se han profundizado continuamente. Según las estadísticas actualizadas de la Aduana de China, el comercio bilateral fue de 14.580 millones de dólares en 2015, en el que las exportaciones e importaciones de China alcanzaron los 8870 y 5710 millones de dólares, respectivamente, números que marcan un incremento interanual del 12,7 %, 15,4 % y 8,8 %. China es ahora el segundo socio comercial, el primer destino de las exportaciones agrícolas y la tercera fuente de inversiones de Argentina en el mundo. No es la ideología sino la cooperación pragmática en diferentes áreas lo que determina el proceso de desarrollo de las relaciones sino-argentinas. Los últimos diez años han sido una década dorada para la amistad entre los dos países porque se han complementado mutuamente. Con el crecimiento de China ha aumentado la demanda de recursos naturales y en Argentina abundan recursos de este tipo, pero con una capacidad industrial débil que requiere apoyo para la construcción de infraestructuras. Por eso existe una gran complementariedad entre los dos países en capital y mercado. El reto principal es la comprensión cultural En los últimos 45 años, las relaciones sino-argentinas alcanzaron un desarrollo estable y acelerado, pero orientado por la política y la economía. Sin embargo, un desequilibrio se oculta detrás de esta prosperidad: la escasez de conocimientos y de comprensión cultural mutua. Esta carencia ha afectado en cierto sentido el entendimiento y los juicios en las estrategias e intenciones entre las partes. A finales de 2015, Mauricio Macri fue electo presidente de Argentina. Al asumir el cargo promovió una serie de reformas políticas, económicas, sociales y diplomáticas, que han tenido un profundo impacto en el proceso de desarrollo del país latinoamericano. El reajuste en la cooperación internacional afectó a las empresas chinas que tienen importantes inversiones en ese país, y a la estabilidad y la continuidad de las relaciones entre los dos países. Mauricio Macri y Xi Jinping aprovecharon la Cumbre Mundial de Seguridad Nuclear en Washington en abril de 2016 y la Cumbre del G20 en Hangzhou en septiembre del mismo año para sostener conversiones e intercambiar opiniones sobre cuestiones de interés común. Estos diálogos positivos reconstruyeron la relación bilateral. Como mencionamos anteriormente, China nunca ha establecido una política diplomática hacia Argentina sustentada en la ideología o el cambio de gobierno. Por lo tanto, es necesario ampliar los intercambios humanos y culturales, y sostener diálogos para que los dos países se comprendan mejor. No hay que pasar por alto el papel de los think tanks. Con el fin de fortalecer los estudios, la Academia China de Ciencias Sociales fundó en noviembre

de 2015 el Centro de Estudios Argentinos, el primero dedicado a la investigación sobre ese país en China. Además, junto con la Universidad de Sichuan, la Universidad de Jilin, la Universidad de Shanghai, la Universidad Sun Yat-sen y la Universidad de Estudios Internacionales de Xi’an, se estableció la Asociación China de Estudios Argentinos (ACEA) para fomentar la comprensión profunda entre los hacedores de la política y el pueblo. Construir una asociación estratégica integral significa romper con las limitaciones que impide el concebir una relación bilateral como un mero intercambio de productos y dinero. Durante la ceremonia de fundación de la ACEA, el embajador de Argentina en China, Diego Guelar, dijo: “Es mucho lo que queda afuera si no ampliamos las perspectivas. Se trata de algo simple pero intangible y difícil de percibir: es la confianza, el conocimiento mutuo y la complicidad cultural. La ausencia de este último elemento complica todo lo demás, desgasta, aleja, alienta prejuicios y temores que ralentizan cualquier negociación económica”. *Guo Cunhai es director del Centro de Estudios Argentinos del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales.

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