LA MUSEALIZACIÓN DEL CONJUNTO MONUMENTAL DE LA Musealización de la ALCAZABA DE ALMERÍA. Una nueva perspectiva para el siglo XXI

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III CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE MUSEALIZACIÓN DE YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

LA MUSEALIZACIÓN DEL CONJUNTO MONUMENTAL DE LA ALCAZABA DE ALMERÍA. Una nueva perspectiva para el siglo XXI Ángela Suárez Márquez* Francisca Alcalá Lirio**

* Directora del Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería. ** Arqueóloga.

Summary The research and knowledge degree on a monument or heritage site determines its interpretation and use. On this report we analyse the use that the monument was given over more than forty years and the project on course in order to prove its symbolic, historical and didactic values. Our subject is the heritage valuation of the «Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería», institution created in 1989, citadel and fortress with a more than a thousand years history, which crowns the city that was founded together with itself.

El Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería es una institución creada en 1989 por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con el fin de garantizar la investigación, conservación y difusión de este importante monumento. La Alcazaba se asienta en un cerro aislado desde el que se domina la ciudad y la bahía de Almería y destaca por su importante capacidad defensiva y su gran visibilidad sobre el mar. La fortaleza forma, junto al lienzo de muralla del cerro de San Cristóbal, uno de los más impresionantes conjuntos medievales de AlAndalus. La envergadura y complejidad de sus defensas es consecuencia de las funciones que tuvo como residencia y expresión formal de la autoridad que gobernaba una ciudad que alcanzó gran importancia económica y estratégica durante la Edad Media, ya que fue el puerto del califato y posteriormente capital de un reino taifa.

ciones arqueológicas realizadas1 restos de viviendas, estructuras de carácter hidráulico y un cementerio. El Segundo Recinto es el núcleo fundamental de la Alcazaba; formaba una pequeña ciudad palaciega dotada de todas sus dependencias: aljibes, mezquita, baños, casas y el palacio con sus áreas privada y pública. El tercer recinto es un verdadero castillo cristiano, construido tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos y sobre parte de los restos de la fortificación musulmana. El monumento que ha llegado hasta nosotros es el producto de más de mil años de historia y en ella ha pesado mucho su carácter de fortaleza militar, que perdura hasta principios del siglo XX.

El Conjunto Monumental se divide actualmente en tres recintos:

En junio de 1931, es declarada Monumento por iniciativa entre otros de Leopoldo Torres Balbás, arquitecto conservador de la Alhambra, que realiza los primeros trabajos de investigación de los restos musulmanes de la ciudad.

El Primer Recinto, que actualmente aparece ajardinado –fruto de las restauraciones realizadas en la posguerra– en su origen estuvo urbanizado, documentándose en las interven-

La guerra civil trunca estos trabajos y la Alcazaba no se comienza a restaurar hasta finales de los años cuarenta, en los que asume la dirección de las obras Francisco Prieto

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Con motivo de las obras de remodelación de los jardines del Primer Recinto, se realizaron varias intervenciones arqueológicas dirigidas, respectivamente, por Domingo Ortiz (1993) y Carmen Mellado (1994).

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Planta general del

Moreno, también arquitecto de la Alhambra y de la Alcazaba de Málaga.

Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería.

Se produce un giro en la interpretación del monumento –su valor histórico y arqueológico pasa a un segundo plano– resaltándose en las intervenciones que se realizan: su valor turístico, marco singular para albergar espectáculos –será la sede de los festivales de España– y los actos protocolarios de la ciudad. Las campañas de excavación que se realizan en los años cincuenta, son efectuadas por eruditos locales con el fin de conseguir materiales arqueológicos para el museo y sus resultados nunca fueron publicados. Sólo se han conservado los planos de «las ruinas» que se realizan en 19532 por iniciativa de D. Fernando Ochotorena, primer conservador del Monumento. Esta falta de investigación y el hecho de que los restos arqueológicos no se valoraran desde un punto de vista artístico ni monumental –los ricos materiales constructivos: mármoles,

yeserías, habían sido expoliados–, condicionó definitivamente el proyecto de restauración arquitectónico. El conjunto se restaura siguiendo el modelo de la Alhambra y el Generalife. Los restos arqueológicos –salvo algunos intentos puntuales de reconstrucción3– se utilizan como decorado, entre los que se planta vegetación, a lo largo del itinerario que los visitantes tenían que recorrer para desplazarse entre el primer y tercer recinto, en los que se habilitaron espacios como escenario de eventos de carácter social. El gran muro que protegía el palacio y lo separaba del resto de la ciudadela se horadó en varios puntos para permitir el tránsito de los visitantes y el abastecimiento del conjunto, en el que pronto se instaló uno de los mejores restaurantes de la ciudad. El patrimonio arqueológico del Conjunto quedó muy afectado por las distintas intervenciones

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Plano realizado por Juan Sánchez Peña (1953).

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Se reconstruyen sobre la base de muros originales, algunos muros de las naves principales de la zona meridional del palacio, dos casas islámicas y unos baños públicos.

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a las que fue sometido, por una parte, se hicieron reconstrucciones –más o menos documentadas– sobre los muros originales de algunos edificios: baños públicos, dos de las viviendas islámicas, ermita, y se remodelaron espacios demoliendo totalmente los restos existentes en algunas zonas como la llamada casa del alcaide, donde se recrea un «pabellón palaciego», para ubicar los servicios: aseos, cocina y bar; por otra parte, se abandonan el resto de las estructuras arqueológicas que van quedando enterradas con escombros y la propia vegetación. La falta de investigación y el desconocimiento histórico y arquitectónico del conjunto condicionó definitivamente su restauración y, por lo tanto, su uso e interpretación. La Alcazaba, monumento emergente de la ciudad medieval, tiene un gran valor simbólico, científico y pedagógico que es necesario hacer evidente a toda la sociedad. El conjunto resume y refleja la historia de la ciudad y a la vez es un mirador excepcional para el análisis del territorio y la comprensión del origen de la misma, de su esplendor y decadencia. Desde la Alcazaba se recupera la escala y el sentido de la propia ciudad. El proyecto en el que estamos actualmente trabajando tiene como prioridad la investigación, interpretación y conservación de los restos arqueológicos correspondientes a la ciudad palacial que se ubicó en el segundo recinto.

Arriba. Adaptación del monumento a uso turístico. (Foto cedida por los herederos de F. Ochotorena). Abajo. Proceso de musealización del baño privado del palacio.

Esa zona de «ruinas», convertida durante décadas en el «punto negro» del monumento, y que en no pocas ocasiones han pretendido terminar de enterrar, se debe convertir no sólo en pieza fundamental para conocer la historia del monumento y de la ciudad, sino también en uno de los principales atractivos para su visita. A pesar de la complejidad que presenta –se trata de un yacimiento multifásico y en muchas ocasiones los restos constructivos están muy destruidos y descontextualizados–, se está trabajando a dos niveles, por un lado en la identificación de espacios y de áreas funcionales para su presentación al público, y, por otro, en la investigación de las distintas fases constructivas y procesos históricos que han marcado a esta fortificación.

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Dado que uno de los objetivos principales de la institución es la difusión, se pretende que el público durante su visita consiga tener una visión general de las sucesivas construcciones que se ubicaron en el yacimiento y que visualice y comprenda aquellos espacios funcionales (aljibes, baños, viviendas), que vamos definiendo y que nos hablan de los usos e historia del asentamiento. Es importante que durante el transcurso de los trabajos de investigación en la zona palacial, se explique al público en qué consiste y cuáles son los fines del trabajo que se está realizando y se le faciliten interpretaciones de los diferentes espacios investigados, técnica de construcción, uso y función. Los trabajos de documentación e interpretación deben ser la base del futuro proyecto de musealización del Conjunto, que explique los distintos procesos históricos de la fortaleza. Presentamos aquí un ejemplo de las intervenciones que se están realizando: la musealización del baño privado del palacio. Esta zona había sido excavada en los años cuarenta –sin metodología arqueológica– y posteriormente se enterró de nuevo. En este espacio se ha realizado una labor de desescombro y limpieza que ha permitido su análisis arqueológico, se ha elaborado una planimetría detallada y un estudio de paramentos –estratigrafía muraria, mediante fotogrametría– que ha permitido la realización de una primera interpretación sobre su estructuración, funcionamiento, sistemas constructivos utilizados y otros detalles que nos abren puertas para el conocimiento de este tipo de edificaciones en época islámica. El siguiente paso era la protección y conservación de la estructura, la cual carece de cubierta y, por lo tanto, se encuentra expuesta a agentes de deterioro importantes: agua, aire, humedad y ambiente salino. Para el acondicionamiento final de este espacio se realizó un proyecto que abarcaba tanto su protección y conservación como su restauración; el criterio empleado ha sido el recrecido de alguno de los paramentos, mediante

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tapial de mortero de cal, con el doble objetivo de proteger los muros originales y conseguir un volumen que permitiera un mejor entendimiento del edificio. De esta forma se han reconstruido parte de los muros principales que enmarcan y definen el baño. Sólo se conservaban indicios de los niveles de pavimento originales en algunos sectores, siendo visible en el resto el hipocausto. Con el fin de evitar su deterioro y facilitar el drenaje, se decidió la cubrición de los restos originales y su recreación en una cota más elevada. De esta forma se intenta compatibilizar la conservación con la presentación al público. Con este criterio se ha intervenido también en la alberca del patio de crucero, en una de las puertas principales de entrada a la zona palacial, y unos aljibes. Actualmente se está trabajando en la recuperación de parte del jardín del palacio (pabellón central y andenes) y en los pabellones principales del palacio. Se está realizando un trabajo interdisciplinar4 –arqueólogos, arquitectos y restauradoras– y experimentando nuevos métodos de investigación y conservación, junto con la elaboración de nuevas propuestas de musealización que supondrán un cambio total en la presentación del monumento y en las condiciones y calidad de la visita. El proyecto, que se integra en uno más amplio de musealización del Conjunto, en el que se contempla la adaptación de determinados espacios como espacios expositivos, implicará rediseñar totalmente los itinerarios y preparar recorridos alternativos que estarán determinados tanto por la distribución espacial y la conservación de los restos arqueológicos como por las necesidades y características de los visitantes del Conjunto. Asunto especialmente delicado, dado que se trata de un monumento que recibe en torno a 150.000 visitantes anuales y que una de las demandas es la mejora de la accesibilidad –dado el número creciente de visitantes con movilidad restringida–, por lo que habrá que conjugar y hacer compatible la conservación e interpretación de los restos con el acceso a los mismos del mayor número posible de visitantes.

El proyecto está siendo realizado por Eusebio Villanueva, arquitecto. Estrella Arcos y Cruz Díaz, restauradoras, y Francisco Arias, arqueólogo.