La Mujer, participación en la sociedad y el conflicto en Colombia.

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Descripción

1 SOCIOLOGIA Actividad 4. – Ensayo: La mujer, participación en la sociedad y el conflicto en Colombia

LUIS HERNANDO BENITEZ CRIOLLO Código 1’113.673.589 Tutor: German Andres Jauregui Grupo 100006_166

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES, ARTES Y HUMANIDADES PALMIRA, VALLE Noviembre de 2015

2 La Mujer, participación en la sociedad y el conflicto en Colombia. El realismo mágico se describe como un estilo realista y detallado en el cual lo cotidiano y común se ven invadidos por algo tan extraño y desgarrador que resulta increíble, entonces se mezclan para relatar lo normal, lo escalofriante y mágico de la realidad que decidimos ignorar; quizá por ello es que el realismo mágico tuvo su cuna aquí… En Colombia. 60 años de una sociedad sumida en la guerra, no solo política y armada sino también de éticas y moralidades, un país que solo hace 204 años tuvo su independencia nos dejan historias increíbles, fantasiosas…que rayan en lo absurdo e impensable. También ha dejado víctimas con actos desgarradores, tan extraños e increíbles que ya hacen parte de nuestra cotidianidad. Es el realismo mágico por el que pasan las mujeres víctimas del conflicto y la sociedad en Colombia. Según la Unidad de Atención y Reparación Integral A Las Victimas, más del 55% de las víctimas del conflicto armado colombiano para el año 2014 eran mujeres. (Jimenez Garces & Perdomo Colina, 2015), esto representa hasta el momento el aterrador número de 3’657.438 mujeres que han sido reconocidas como víctimas por causas del conflicto armado. (Gossaín, 2015) Sin embargo, como elemento propio del realismo mágico esa cifra es solo fantasía, lo real es que miles de casos de violencia contra la mujer aun no hacen parte de estas cifras, se esconden en la incompetencia de los organismos de ayuda y la impunidad, se desconocen por la vergüenza y el pudor femenino que las incita a callar antes que ser objeto de cotilleos en una sociedad excluyente e intolerante. El silencio les evita más dolor a ellas, a sus esposos, hijos, padres y familias enteras. Siempre hemos conocido que los principales actores de la violencia contra la mujer en Colombia son los grupos armados, las FARC, los paramilitares, las bacrim e incluso la propia fuerza pública. Por otra parte, desde una mirada más detenida existe un perpetrador de la desigualdad, quien ha infundado ideas de inferioridad durante siglos y ha preparado a las generaciones femeninas para sufrir abusos a sus derechos humanos más básicos sin esperar justicia ni consuelo, me refiero a la sociedad colombiana como principal actor de violencia contra la mujer… Es en este punto donde lo cotidiano y lo increíble se funden entre las grandes y prosperas metrópolis de ciudades capitales, los pueblos olvidados del Choco, los exuberantes paisajes de la selva Colombiana y nuestro conflicto interno para permitirme relatarles las verdaderas causas de la violencia contra la mujer, el papel que hemos formado para ellas en la sociedad y el que la guerra

3 les ha impuesto, también el admirable rol que ellas desempeñan en contra de la sociedad y la guerra. Nuestra sociedad, como cualquier otra del mundo ha forjado a través de los siglos un conjunto de normas éticas, religiosas y morales que hacen parte de la idiosincrasia de cada uno de sus miembros, sin embargo a través de los años hemos avanzado poco en materia de igualdad y protección social, sobre todo la de aquellos grupos más sensibles como las mujeres. Procesos de socialización poco innovadores han definido unos roles específicos para hombres y mujeres en la sociedad Colombiana, seguimos siendo una nación con moral y pensamientos retrógrados, propios de siglos pasados que siguen poniéndole freno a la búsqueda de igualdad. Hace 58 años atrás las mujeres tuvieron su derecho al voto, Colombia fue uno de los últimos países de América latina en permitir el voto femenino. El marcado machismo ha permito que hoy la mujer sigua siendo ultrajada por la sociedad, denigrada y puesta en situaciones de inferioridad, no existe mejor facilitador de violencia contra la mujer en el conflicto armado que la propia sociedad. Desde un enfoque objetivista donde se privilegian las estructuras sociales en su totalidad podemos analizar los factores que han moldeado nuestro sistema social colombiano y definir acciones motivadoras del cambio. Parsons definía en su teoría del estructural-funcionalismo que “A medida de que las conductas se repiten en más interacciones y estas expectativas están muy arraigadas o institucionalizadas, se crea un rol, un papel” (Wikipedia La Enciclopedia Libre, 2015) Un postulado que bien podemos apreciar en la sociedad colombiana, durante siglos la mujer ha sido situada en un segundo plano, en un marco de sumisión en detrimento de sus derechos y su igualdad social, lo que le ha dado un papel de sometimiento e inferioridad en la sociedad, su rol de ser frágil ha sido repetido muchas veces por la religión, la política y desde el núcleo principal de la sociedad: La familia. El propio núcleo familiar, pilar de la sociedad promueve pensamientos machistas y de desigualdad de género, que terminan por afectar a las mujeres y empoderan a los hombres para someterlas, cohibirlas e incluso abusar de ellas aprovechándose de su condición, esto se materializa en otros escenarios, específicamente al cual nos referimos y es en el conflicto armado donde una mujer no tiene ningún tipo de derecho, ni dignidad, donde se siente desprotegida incluso por su familia y el contexto social del que hace parte.

4 Este tipo de interacciones que logran arraigarse en la sociedad creando normas de comportamiento y definiendo roles específicos en la interacción social se reproducen a través de la socialización y el control social. Según Parsons “La socialización es importante porque es el mecanismo para la transferencia de las normas y valores aceptados de la sociedad a los individuos dentro del sistema.” (Wikipedia La Enciclopedia Libre, 2015) El segundo estudio de tolerancia social e institucional presentado por el gobierno toca de nuevo lo increíble y nos muestra una realidad aún más cruel de la imaginada, el lado extraño y desgarrador de nuestro realismo mágico colombiano: “Las mujeres que se visten de manera provocativa se exponen a que las violen” (Álbarez, 2015), esta opinión es compartida por el 37% de los colombianos según los resultados del estudio, esto demuestra una vez más que el apoyo que se le brinda a las mujeres por parte de la sociedad y las autoridades es deficiente, ni siquiera es una cuestión de preocupación. Como las normas, valores y opiniones aceptadas han sido actores del sometimiento de la figura femenina nos encontramos con una sociedad que logra adiestrar a al género femenino a través de núcleos sociales tan elementales como la familia o las relaciones de pareja. Parsons define la sociedad como un sistema conformado por entradas, subsistemas y salidas, cada uno de estos subsistemas cumple una función específica, en el caso Colombiano varios de ellos han contribuido activamente como instituciones que dictan roles sociales específicos, por ejemplo el sistema político que se encuentra orientado al logro de fines ha sido durante décadas un campo donde predominan los hombres, cuna de polémicas opiniones de carácter machista, agresiones verbales, amenazas de muerte y fuente de exclusión hacia las mujeres que solo hasta la última década tuvieron una participación notable en estos escenarios públicos como el congreso y los ministerios del poder público. Otros subsistemas como el de cultura e integración funcionan perfectamente con las normas aceptadas, incluso las de sometimiento de la mujer, cuando todos los elementos de un sistema social convergen hacia el mismo conjunto de valores, aunque estos sean destructivos los individuos terminaran por adaptarse a ellos. Según Parsons cuando los valores y normas impuestos no se cumplen a petición de los subsistemas sociales, cuando el individuo no logra adaptarse, el propio sistema le impone castigos ya sean de tipo formal como prisión y multas o informales como las risas, la burla, el rechazo o vergüenza social. (Wikipedia La Enciclopedia Libre, 2015) En el caso del papel de la mujer tanto

5 en la sociedad como el conflicto armado, esa sociedad responde con castigos informales, cualquier acto de independencia realizado por la mujer es visto como libertinaje y cualquier desobediencia a las figuras que le se han impuesto como superiores es castigada en el menor de los casos con el desprecio y cotilleo entre los grupos sociales cercanos e incluso la familia. Robert Merton, discípulo de Parsons estableció dos clases de funciones unas latentes y otras manifiestas. “Las funciones manifiestas son aquellas que son exclusivas y pertenecientes a una determinada estructura y las funciones latentes son aquellas que contribuyen a la adaptación social pero que no son las funciones específicas de dicha estructura” (Legizamon Orjuela, 2010) Un ejemplo de las funciones manifiestas dentro de esta problemática del papel de la mujer en el conflicto armado y sociedad es la función primordial que tiene la familia en la educación de sus miembros, específicamente en la educación de la mujer se es más estricto, restrictivo y prejuicioso que con la educación de los hombres jóvenes de la familia, en tanto las funciones latentes que también son abordadas desde la familia se puede apreciar una tendencia a la creación de los perfiles aptos para el sometimiento de la mujer, por ejemplo se inculca desde muy pequeñas el obedecer a la figura masculina, representada desde su padre hasta su esposo, se le enseña a comportarse de una manera restrictiva que ha sido definida y es la aceptada por la sociedad, si bien se pueden apreciar como consejos para la vida en sociedad lo cierto es que desde la primera infancia se establece un papel de desigualdad. Entonces, luego de contextualizar a través de un relato de lo normal e increíble, vemos el realismo mágico de nuestra sociedad, descubrimos una verdad más sujeta a la realidad, donde los victimarios de la violencia contra la mujer han recibido también estas normas sociales de sometimiento hacia el género femenino, las cuales han seguido, de las que solo se han aprovechado para cometer sus actos de barbarie pues la sociedad termino por darles el entorno indicado para ser levemente castigados o hasta salir totalmente impunes, no es entonces la guerra quien les ha dado un papel a la mujer, la guerra solo se aprovechó del papel que le dio la sociedad. La unidad de reparación de victimas ha tipificado hasta 11 delitos contra la mujer dentro del conflicto armado, entre ellos están las violaciones sexuales, el desplazamiento forzado, la desaparición de menores, homicidios a esposos y padres, tortura física y sexual y ejecuciones extrajudiciales. Y entre lo común y lo increíble está la terrible realidad de que en la mayoría de casos una sola mujer es víctima de varios de estos delitos. Quizá se pueda llegar a pensar que no

6 son las mujeres las principales víctimas del conflicto, sino más bien los pueblos rurales desamparados por el estado o los hombres muertos en combate, así lo expresan los resultados de la encuesta realizada en el curso de sociologia: “…la población que se ve más afectada son los campesinos, donde sufre el desplazamiento desde sus tierras, se ven afectadas familias enteras.” (Taquinas, 2015) En esta encuesta el grupo social que más coincidió fue el de los pueblos campesinos. Sin embargo se debe entender que las mujeres no solo sufren de asesinatos y violaciones, sufren la desaparición y reclutamiento forzado de sus niños y niñas, desplazamiento, son forzadas a abortar dentro de las filas de grupos armados, sufren el asesinato de sus esposos quedando con ello desamparadas y en situación de vulnerabilidad, con sus hijos solos y sin un lugar al cual llamarle hogar y luego cuando al fin sienten haber escapado del conflicto se encuentran con un estado inoperante que no les brinda apoyo, un país en el cual si intentan levantar su voz son amenazadas y silenciadas por sus mismos victimarios, por ello son las mujeres las más afectadas por la desigualdad social y también por el conflicto armado. Situación con la cual, luego de conocer las alarmantes cifras los encuestados estuvieron de acuerdo: “Debido a que son las afectadas por la muerte o desaparición de sus esposos, hijos, hermanos, padres, familiares.” (Vivas, 2015). Entendiendo el papel de la mujer como guía, apoyo y muchas veces proveedora en la estructura de la familia nos encontramos con que una de las consecuencias de la violencia en su contra es la desintegración de la familia, pila fundamental de la sociedad, una que no protege ni apoya a sus mujeres y por ello esa sociedad está condenada a desmoronarse. “Dentro de la sociedad, la mujer es una pieza fundamental en la estructura social, por este motivo termina involucrada de manera directa en un conflicto que incluye a sus hijos y familias” (Ortega, 2015) En un aire de esperanza aparecen organizaciones no gubernamentales como “Ruta Pacifica De Las Mujeres”, un movimiento feminista que busca ayudar a las víctimas y contribuir a la construcción de la paz con justicia social. Es de nuevo todo un realismo mágico encontrar que aquellas mujeres víctimas de la violencia en el conflicto armado son quienes hoy impulsan los más admirables actos de paz. Ellas no piden dinero, no piden que les regresen sus tierras ni gritan en los micrófonos del congreso, mesas de negociación o foros internaciones frases que inciten a la guerra. Ellas solo piden ser respetadas, piden educación, exigen se firme la paz y se termine la guerra para que ninguna otra mujer pase por los aberrantes hechos que las marcaron de por vida.

7 Quieren equidad, exigen ser escuchadas, en su papel de activistas, de líderes promotoras de cambio han logrado empoderar a las nuevas generaciones de mujeres, han ayudado a las víctimas y hoy su voz es imprescindible de ser escuchada si queremos lograr un acuerdo de paz, ellas han iniciado y hoy lideran con éxito una rebelión contra la sociedad y el conflicto que traerá consigo una innovación social, un mejor país. Merton define la situación en la cual el actor rechaza las metas y los medios sociales y los sustituye por sus propios objetivos y medios como un proceso de rebelión y solo a través de la rebelión o la innovación es que se pueden producir cambios internos en la sociedad. (Wikipedia La Enciclopedia Libre, 2015) Pero la rebelión no se implementa con balas, sino con ideas. Debemos acompañar este proceso de rebelión por nuestro país y por nuestras familias, solo lo lograremos a través de la participación, de la educación y bajo una conciencia de igualdad. Aun nada está previsto en esta Colombia de los espejismos y el realismo mágico, es hoy que tenemos la oportunidad de evitar ser arrasados por la guerra y la violencia, podemos desterrar el rencor de nuestro entorno y juntos la violencia de toda nuestra tierra, para que todo lo que ya hemos sufrido, lo que nos ha arrebatado la guerra a mujeres, niños hombres y familias enteras sea irrepetible desde ahora y para siempre, pero debemos actuar ahora, porque los países condenados a 60 años de guerra no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.

Dedicado a todas las mujeres que hacen y han hecho parte de mi vida. Gracias… Sin ustedes no sería nada.

8 Conclusiones. La sociedad colombiana ha impuesto a través de opiniones, moralidades, éticas y religión un rol para la mujer que la pone en una situación de desigualdad y sumisión con el rol masculino, las instituciones y familia han colaborado a través del tiempo en fomentar estas creencias a través de la crianza y el poco interés mostrado al atender delitos de violación o violencia contra la mujer, esto ha permitido que los grupos armados aprovechen la situación para cometer sus actos delictivos y violentar los derechos de la mujer saliendo impunes y continuando con las amenazas que son efectivas por que las mujeres no encentran apoyo en las instituciones y se sienten aún más atemorizadas por los señalamientos de la sociedad, es esta sociedad colombiana quien ha creado un entorno adecuado para que se den abusos en contra del género femenino, es la sociedad el principal actor, promotor y victimario de la violencia contra la mujer.

El papel de la mujer en el conflicto armado no solo se remite al de víctima, también aun siendo afectada por el conflicto se ha llenado de valor y empoderado para desarrollar el papel de líder y activista por la paz, hoy es el principal rostro de la reconciliación y gracias a la ayuda de organizaciones no gubernamentales dirigidas por mujeres víctimas del conflicto la atención, el acompañamiento y la justicia han mejorado enormemente en casos de violencia contra la mujer. Son una voz imprescindible en el camino hacia una paz duradera.

Los grupos armados como las FARC, el ELN o los paramilitares han ejecutado diversos actos en contra de los derechos fundamentales de las mujeres, muchos de ellos quedan en la impunidad por la inoperancia e indolencia del estado y el miedo de las mujeres a denunciar por amenazas de sus victimarios o poco respaldo de las autoridades competentes.

Colombia es un país con gran tendencia machista, muchos consideran que si una mujer se viste de manera provocativa se expone a ser violada. Esto es solo una muestra de la indolente sociedad e incluso la argumentación y aceptación por parte de la sociedad de un delito tan grave como la violación, estos problemas en la sociedad solo pueden ser solucionadas a través de la educación con base en el respeto y la tolerancia.

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