LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL PERUANO, INFORME ANUAL 2005

July 5, 2017 | Autor: Ivet Linares García | Categoría: Labor Economics, Women's Empowerment, Politicas De Empleo, Empoderamiento De La Mujer
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Descripción

INFORME ANUAL 2005

LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL PERUANO

2006

1

MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCIÓN DEL EMPLEO C A R L OS A L M ER Í V E R A M E N D I Ministro

B L A N C A E L E NA M E D I A N ER O B UR G A Viceministro de Trabajo (e)

W A L T E R FR A N C IS C O G A G O R O D R I G U E Z Viceministro de Promoción del Empleo y de la Micro y Pequeña Empresa

B L A N C A E L E NA M E D I A N ER O B UR G A Secretaria General

DIRECCIÓN NACIONAL DE PROMOCIÓN DEL EMPLEO Y FORMACIÓN PROFESIONAL

A S T R I D S A N C H EZ F A L ER O Directora Nacional (e) PROGRAMA DE ESTADÍSTICAS Y ESTUDIOS LABORALES Coordinadora T A T I A NA V EL A Z C O P OR T O C A R R E R O Equipo Técnico I V ET L I NA R ES G A R C I A V I V IA N A S A LG A DO PO R T U GA L

2

INDICE

Introducción 1.

2.

Participación de las Mujeres en el Mercado de Trabajo 1.1

El empleo femenino según la estructura del mercado

1.2

La tasa de actividad y los niveles de empleo femenino en Lima Metropolitana

1.3

El subempleo de la fuerza laboral femenina

1.4

La PEA ocupada femenina según categoría ocupacional

1.5

La PEA ocupada informal

Análisis de la Participación Laboral y Diferenciales de Ingreso 2.1 La Oferta de trabajo desde el punto de vista familiar a. Influencia de variables familiares b. Modelo de oferta laboral familiar 2.2 Brechas de ingreso según genero en el mercado laboral

3.

Formación del capital humano femenino en el mercado laboral

Conclusiones Referencias bibliográficas Anexos Glosario de términos

3

Introducción En

las

últimas

décadas

se

han

producido

una

serie

de

cambios

sociodemográficos que han acelerado y profundizado la inserción de las personas en el mercado laboral. Uno de los cambios más influyentes en estas dinámicas demográficas ha sido la mayor incorporación de la mujer al mercado laboral. Sin embargo, el problema del empleo entre las mujeres ya no parece ser el acceso, sino la calidad del trabajo al cual ingresan. El empleo femenino presenta características que dependen en gran parte del rol familiar, muchas veces asignado a las mujeres y de la discriminación que, desafortunadamente, aún persiste en el mercado laboral. Así, en las últimas décadas, se han realizado diversas investigaciones sobre el trabajo de las mujeres, los ingresos, la discriminación profesional, la participación laboral, migración, entre otros. El documento se organiza de la siguiente manera, en la primera parte del presente estudio se analiza la participación de las mujeres en el mercado laboral a través de los principales indicadores de empleo. En la segunda parte se presenta el análisis de la oferta familiar de trabajo, y la cuantificación de las brechas de ingresos entre mujeres y

varones en el

mercado laboral. En la tercera parte se presenta los retos y potencialidades en la formación del capital humano femenino. Finalmente, se incluyen las conclusiones del documento, así como el glosario de sobre la terminología laboral. Cabe mencionar que éste documento presenta información estadística sobre la situación laboral, cuya fuente de información son los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares - Condiciones de Vida y Pobreza del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) correspondiente al año 2005, así como de la Encuesta de Hogares Especializada de Niveles de Empleo del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) al III trimestre del año 2005.

4

1. Participación de las mujeres en el mercado de trabajo En el Perú, para el año 2005, la Población en Edad de Trabajar (PET)1, alcanzó la cifra de 19.8 millones, de las cuales el 53% son mujeres y el 47% restante, son hombres. La estructura demográfica de la PET tiene como principal característica el estar conformada principalmente por jóvenes cuyas edades fluctúan entre 14 y 29 años. Este gran porcentaje de jóvenes establece la gran base de la pirámide que ilustra el gráfico sobre la estructura demográfica de la población que incursiona en el mercado laboral, ver gráfico Nº 1. Gráfico Nº 1 Perú: Estructura Demográfica de la Población en Edad de Trabajar, 2005 94- max 89- 93 84- 88 79- 83 74- 78 69- 73 64- 68 59- 63 54- 58 49- 53 44- 48 39- 43 34- 38 29- 33 24- 28 19- 23 14- 18

1500

1000

500

250 250 PET en mil es Hombres

500

1000

1500

Mujeres

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE – Programa de Estadísticas y Estudios Laborales - PEEL

La PET puede optar por participar en el mercado de trabajo (ocupados o desempleados) o mantenerse en condición de inactividad (amas de casa, jubilados, estudiantes, etc.), es decir la PET se divide entre la Población Económicamente Activa (PEA) y los Inactivos. En lo concerniente a la PET femenina, al año 2005, ésta ascendió a 10.5 millones de mujeres en el año 2005, ver gráfico N° 2. La Población Económicamente Activa, representa a la oferta laboral, es decir aquella parte de la población en edad de trabajar (PET) que está trabajando 1 Se ha fijado un límite de edad a partir del cual las personas pueden participar en el mercado de trabajo. Este límite es diferente para cada país y depende de la legislación, el acceso a la educación y las costumbres nacionales. En el caso del Perú la edad límite se ha fijado en 14 años, lo cual significa que todas las personas que tienen 14 años y más conforman la Población en Edad de Trabajar (PET). El trabajo infantil, el cual merece una especial atención, se analiza mediante encuestas especializadas. Al final del documento, se presenta un glosario de términos utilizados en temas de empleo.

5

(Ocupados) o buscando trabajo (Desempleados). Así, la PEA femenina registró la cifra de 6.3 millones de mujeres, representando el 45.7% de la PEA total del país. La PEA ocupada es aquella parte de la PEA que trabaja en una actividad económica, sea o no en forma remunerada. En el Perú dicha población está compuesta de 5.9 millones de mujeres y 7.1 millones de hombres. Gráfico Nº 2 Perú: Distribución de la Población Femenina según Condición de Actividad, 2005

Población en Edad de Trabajar (PET) (14 años y más) 10'504,880

Población Económicamente Activa (PEA) 6'313,619 100.0 %

PEA Desocupada 337,569 5.3%

PEA Ocupada 5'976,050 94.7 %

Asalariados 1'482,776 23.5 %

Inactivos 4'191,261

No Asalariados 4'493,274 71.2 %

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE – Programa de Estadísticas y Estudios Laborales - PEEL

Del total de mujeres que conforman la PEA ocupada, sólo el 23.5% trabaja como asalariadas, mientras que el

71.2% lo hace bajo la forma de no

asalariada, lo cual refleja una elevada heterogeneidad de la PEA femenina. En el caso de los hombres, el porcentaje de asalariados es del 40.9%, cifra que casi duplica al de las mujeres, para mayores detalles ver Anexo N° 1. Asimismo, la PEA desocupada femenina, conformada por las mujeres que buscaron activamente un puesto de trabajo, estuvo compuesta por cerca de

6

337 mil mujeres, lo cual se refleja en una tasa de desempleo del 5.3%, ver gráfico Nº 2. Los Inactivos son todas aquellas personas que no participan del mercado de trabajo, debido a razones de estudio, quehaceres del hogar, enfermedad u otras. Así en el año 2005, el número de mujeres inactivas en el país registró los 4.2 millones de mujeres, lo cual representa el 40% de la PET femenina. Según la participación de las mujeres en el mercado laboral, en el 2005, ésta es menor para las mujeres en comparación a la de los hombres, ya que la tasa de actividad masculina fue de 80.5% y la tasa de actividad femenina de 60.1%,ver Cuadro Nº 1. Esta característica está sustentada en la permanencia de ciertos roles al interior de las familias, que designan a los hombres a ser los encargados del sustento económico del hogar y en donde la mujer asume las labores que demandan el cuidado del hogar. Cuadro Nº 1 Perú: Población y Fuerza de trabajo según sexo, 2005 Hombre Mujer

Total relativo

Población en Edad de Trabajar - PET Población en Económicamente Activa - PEA PEA ocupada PEA desocupada

47.0% 54.3% 54.4% 50.9%

53.0% 45.7% 45.6% 49.1%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

Tasa actividad (PEA/PET) Ratio Empleo/Población

80.5% 60.1% 76.7% 56.9%

69.7% 66.2%

Tasa de desempleo (PEA desocupada/PEA)

4.7%

5.3%

Total absoluto 19,815,648 13,807,894 13,119,725 688,169

5.0%

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Según ámbito geográfico, la PEA femenina se distribuye de la siguiente manera, el 28% se ubica en Lima Metropolitana, el 35% en el ámbito Rural y el 37% restante se ubica en el Resto Urbano. Ver Gráfico Nº 3.

7

Gráfico Nº 3 Perú: PEA Femenina según ámbito geográfico, 2005

Lima Metropolitana 28.1%

Rural 35.3%

Resto Urbano 36.6%

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE – Programa de Estadísticas y Estudios Laborales - PEEL

1.1. El empleo femenino según la estructura de mercado Para el año 2005, la distribución de la PEA ocupada femenina a nivel nacional

indica

que

el

35.8%

de

las

mujeres

son

trabajadoras

independientes, el 29.0% son trabajadoras familiares no remuneradas, mientras que el 21.5% labora en el sector privado, principalmente en las microempresas; las trabajadoras del hogar representan el 7.2% y las empleadas del sector público el 6.5%. Ver Cuadro Nº 2. Según ámbito geográfico, en el área urbana, el 39.4% de la PEA ocupada femenina la conforman las trabajadoras independientes, el 14.2% trabaja en la microempresa y el 12.9% trabajan como trabajadoras familiares no remuneradas; y sólo el 7.8% trabaja en empresas medianas y grandes. En el ámbito rural2, los mayores niveles de ocupación de la PEA ocupada femenina se concentra en el trabajo familiar no remunerado (T.F.N.R) con el 56.4%; y en el trabajador independiente (29.6%), agrupando ambas al 86% del total de la PEA femenina rural. Entre las características del empleo rural se destacan: los menores niveles de desocupación, la mayor presencia de trabajo familiar y de trabajo independiente,

el

predominio

de

establecimientos

de

menos

de

5

trabajadores, el predominio de obreros en el trabajo dependiente, la menor cantidad de trabajo femenino, la mayor presencia de trabajo infantil (sobretodo en la agricultura). 2

Se considera área rural a los centros poblados con una población menor a los 2 mil habitantes.

8

Analizando el ingreso laboral de las mujeres ocupadas, se puede afirmar que en el área urbana los ingresos son mayores que en el rural. Se presenta el promedio y la mediana3 de ingresos porque el promedio es sensible a la presencia de valores extremos (outliers) en una serie, es decir si hay valores de ingresos laborales altos, entonces distorsiona el valor del promedio pero no el de la mediana, y como se puede ver en el Cuadro Nº 2, el ingreso promedio es mayor que la mediana lo que demuestra la existencia de una elevada dispersión de ingresos. Así mismo, en el área urbana como en el rural, los mayores ingresos de la población femenina provienen de la mediana y gran empresa, y del sector público, cuyos montos ascienden hasta casi tres veces más que el ingreso rural. Así mismo, se puede apreciar que las mujeres independientes no calificadas (no profesionales) son las que perciben los menores ingresos, (en promedio S/.344; según mediana, S/.180), siendo este grupo el de mayor participación en el mercado laboral (34.9%). Otro indicador de estudio, son el número de horas trabajadas donde se perciben diferencias en el promedio de horas semanales trabajadas por las mujeres según su inserción laboral. El grupo de mujeres que laboran más horas a la semana pertenece a la categoría Resto, con 51 horas semanales en promedio, conformado principalmente por las trabajadoras del hogar, confirmando las extensas jornadas que éstas deben realizar. Asimismo, las mujeres ocupadas del sector privado de las mediana y grande empresa, la microempresa, y la pequeña empresa registran en promedio 50, 47 y 43 horas de trabajo a la semana, respectivamente. Lo anterior es explicado por el predominio de las mujeres en los sectores de textiles, confecciones y agroindustria que en los últimos años han venido captando gran cantidad de mano de obra, principalmente femenina. En el caso de las trabajadoras independientes, las trabajadoras no profesionales

son las

que realizan mayores

jornadas de

trabajo a

comparación de las independientes profesionales con una diferencia de 14 puntos (43 horas contra 29 horas). Las trabajadoras del Sector público ocupan el quinto lugar en jornadas de trabajo con 40 horas semanales. Las independientes profesionales y los trabajadores familiares no remunerados son las que tienen las menores jornadas de trabajo.

3 La mediana es el valor central de una serie cuando los valores se ordenan según su magnitud, dividiendo a una serie de tal forma que el 50% de los valores son menores o iguales que él y el 50% de los valores son mayores o iguales que él; y el promedio o la media es un estimador que caracteriza el valor típico de los datos y elimina la dispersión aleatoria de valores.

9

Cuadro Nº 2 Perú: Características de Inserción Laboral de la PEA Ocupada Femenina, 2005

Estructura de mercado

2

Distribución de mujeres Ocupadas (%) Urbano

Rural

Total

Ingreso laboral Promedio y Medio según área geográfica 1 (S/.) Promedio Mediana Urbano Rural Total Urbano Rural Total

Horas promedio de trabajo a la semana Urbano

Rural

Total

963 325 399 730 180 194

40 48 44 50 43 29

38 40 40 48 40 35

40 47 43 50 42 29

Sector público Microempresa Pequeña empresa Mediana y grande Independientes Profesional

9.0% 14.2% 6.4% 7.8% 39.4% 1.4%

2.3% 7.1% 1.8% 0.7% 29.6% 0.1%

6.5% S/. 1,032 11.6% S/. 654 4.7% S/. 564 5.2% S/. 1,367 35.8% S/. 427 0.9% S/. 493

S/. S/. S/. S/. S/. S/.

No profesional Trabajador Familiar no Remunerado (TFNR) 3 Resto

38.0%

29.5%

34.9%

S/. 425

S/. 166

S/. 344

S/. 240

S/. 93

S/. 180

44

40

43

12.9% 10.2%

56.4% 2.1%

29.0% 7.2%

S/. 452

S/. 285

S/. 434

S/. 387

S/. 271

S/. 373

36 51

33 51

34 51

100.0% 100.0%

S/. 625

S/. 208

S/. 530

S/. 390 S/. 120

S/. 302

44

36

41

Total

100.0%

614 185 271 499 166 146

S/. 978 S/. 547 S/. 523 S/. 1,321 S/. 347 S/. 476

S/. S/. S/. S/. S/. S/.

999 401 432 774 239 200

S/. 591 S/. 127 S/. 216 S/. 440 S/. 93 S/. 77

S/. S/. S/. S/. S/. S/.

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL) Notas: 1/ El Ingreso Laboral está expresado en nuevos soles del 2005. El cálculo de los ingresos promedio y mediana excluye a los Trabajadores Familiares No Remunerados. 2/ El tamaño de empresa se define por el volumen de trabajadores; así la microempresa está conformada por unidades empresariales que tienen 2 a 9 trabajadores, la pequeña empresa se sitúa en el rango de 10 a 49 trabajadores y la mediana y grande de 50 trabajadores a más. 3/ La categoría Resto incluye en su mayoría a los trabajadores del hogar y a otros.

10

1.2. La Tasa de actividad y los niveles de empleo femenino en Lima Metropolitana Los ciclos económicos pueden incidir en la participación de la población en la actividad económica. En los ciclos expansivos de la actividad económica, existe mayor probabilidad de encontrar nuevos puestos de trabajo en especial en los mercados formales. En períodos de recesión, por el contrario, es más difícil. En períodos de recesión económica, las familias tienen que buscar nuevos canales de ingreso, por lo que la mayoría de miembros de la familia ingresa al mercado de trabajo, buscando empleo, de tal manera de aportar a la canasta familiar. Así, en períodos de bonanza económica en un país, existe mayor probabilidad que la mujer (y otros miembros de la familia) no participe en el mercado de trabajo. En las últimas tres décadas la participación de la mujer en el mercado laboral presenta una tendencia creciente y sostenida, logrando una progresiva disminución de las brechas en las tasas de participación según género, de 40% a inicios de los años 70`s hasta menos del 20% a inicios de la presente década, ver Gráfico Nº 4.

Gráfico Nº 4 Lima Metropolitana: Tasa de participación femenina, 1970 – 2005

Tasa de participación

60.0

50.0

40.0

30.0 1970

1975

1980

1985

1990

Tasa de participac ión femenina

1995

2000

2005

Tendenc ia

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada de Niveles de Empleo, III trimestre 1970-2005 Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

11

En general, la participación femenina en el mercado laboral urbano ha tenido un aumento importante en las últimas décadas, sobre todo en ocupaciones técnicas y servicios, la cual se explica por el incremento de los niveles promedio de formación educativa y capacitación de las mujeres, la postergación del matrimonio y la consiguiente reducción en los niveles de fertilidad, acceso a puestos de trabajo que antes se pensaba que eran exclusivamente de los hombres y hasta las situaciones de crisis económica que han afrontado las familias en las últimas décadas. Así mismo, desde el lado de la demanda laboral, también se han dado varios cambios, sobretodo en el marco normativo orientados

a la

flexibilización del mercado laboral peruano, inherente al proceso de liberalización de los mercados dado en los años 90. Esta flexibilización del mercado laboral, trajo consigo la disminución de los beneficios de los trabajadores como el despido arbitrario de los trabajadores o flexibilización de la duración de los contratos; la desprotección social en materia de seguros y/o compensación por tiempo de servicios, entre otros; originando una mayor rotación laboral y el ingreso de las mujeres y jóvenes, y los menos calificados por tener menores costos laborales. El comportamiento laboral de las mujeres es más heterogéneo que el de los hombres, dado que su participación en el campo laboral está afectado por condiciones de edad, estado civil, educación, número de hijos, etc. Las mujeres que trabajan presentan más interrupciones, que los hombres, en su situación laboral, por razones de cambios en su ciclo vital, como el matrimonio o la maternidad. En los niveles de empleos menos calificados las mujeres participan con frecuencia en empleos de tiempo parcial, esporádico y estacional relacionado con la necesidad de compatibilizar el rol reproductivo con el productivo. Las tasas de desempleo según género son relativamente similares, 4.7% para los hombres y 5.3% para las mujeres. La diferencia ocurre según ámbito geográfico, así mientras en el sector rural, la tasa de desempleo es de menos de 1%, en el sector urbano, ésta alcanza el 7.5%, ver Anexo Nº 2. Analizando la desocupación por grupos de edad, se aprecia que las mujeres jóvenes, entre 14 a 29 años, son las que tienen los mayores problemas de insertarse en un trabajo, con tasas de desocupación mayores al 8% (al igual que los hombres). Esta tasa va disminuyendo con el aumento de la edad, dado por la educación y capacitación que adquieren, la experiencia que se va teniendo en la vida laboral, ver Cuadro Nº 3. Lo anterior, refleja 12

la necesidad de orientar las políticas de empleo en la generación de capacidades y competencias laborales en los jóvenes como motores de crecimiento del país.

Cuadro Nº 3 Perú: PEA según grupos de edad. 2005 (en %) PEA

Condición de actividad Ocupado Desocupado

Estructura demográfica Hombre 14 a 29 años 30 a 45 años 46 a 55 años 56 a 64 años 65 años a más Mujer 14 a 29 años 30 a 45 años 46 a 55 años 56 a 64 años 65 años a más

Total relativo

Total absoluto

95.3% 91.6% 97.5% 97.2% 96.9% 97.5%

4.7% 8.4% 2.5% 2.8% 3.1% 2.5%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

7,494,275 2,629,045 2,362,350 1,206,423 726,248 570,209

94.7% 91.4% 95.1% 96.5% 98.5% 99.1%

5.3% 8.6% 4.9% 3.5% 1.5% 0.9%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

6,313,619 2,137,753 2,178,535 1,049,999 530,204 417,127

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

1.3. El subempleo de la fuerza laboral femenina El nivel de empleo expresa la cantidad y calidad del empleo generado por una economía en un determinado momento del tiempo. Éstos dependen del equilibrio entre la oferta y demanda de trabajo, pues si existe un exceso de oferta de trabajo, se daría una situación de déficit de empleo. La tasa de desempleo es la variable que mide el déficit de la cantidad de empleo; pero el déficit en la calidad del empleo, se mide a través del subempleo. Existen dos tipos de subempleo: el subempleo por horas (visible) y el subempleo por ingresos (invisible). El primero es aquella condición en la que se labora menos de 35 horas a la semana, se desea trabajar más horas y se está en disposición de hacerlo; mientras el subempleo por ingresos es aquel en el que se labora 35 o más horas semanales, pero su ingreso es menor al ingreso mínimo de referencia. El Cuadro Nº 4 presenta los niveles de empleo para Lima Metropolitana y muestra que el subempleo por ingresos alcanza al 32.5% de la población económicamente activa de Lima; mientras el subempleo por horas es 13

mucho menor, llegando al 8.4%; lo que refleja una enorme problemática ya que de cada tres personas en Lima una tiene ingresos que no alcanzan el ingreso mínimo de referencia. Los niveles de subempleo son mayores para las mujeres, alcanzando al 46.3% de la PEA femenina, mientras que en el caso de los hombres llega al 36.8%. Sin embargo, es importante mencionar que ambos han disminuido 2 puntos con respecto al 2003, MTPE (2005). El subempleo está asociado a la evolución de los niveles de ingreso, y dado que a fines de los años 80`s, en el Perú se tuvieron períodos de hiperinflación, los cuales provocaron el deterioro de los ingresos; y durante la década pasada, el crecimiento de la economía peruana no ha sido el suficiente como para lograr una recuperación importante de los ingresos, por tanto los niveles de subempleo se han mantenido. Se observa también que el subempleo afecta mayormente a las mujeres de 56 a más años, lo cual es explicado en mayor medida por el tipo de actividades

que

realizan

las

personas

mayores,

ligados

a

empleos

informales. Así mismo, los niveles de subempleo de los jóvenes y adultos es también alta, explicado por el proceso de incorporación al mercado laboral, o menor capacitación de los mismos, los cuales tienden a disminuir levemente a medida que aumenta la formación educativa para el trabajo. Analizando en general a la PEA femenina, se encuentra que el 35.2%

se

encuentra subempleada por bajos ingresos recibidos, y el 11.1% de la PEA femenina está en condiciones de subempleo por horas. Estos bajos ingresos se explicarían por las actividades que realizan las mujeres, de carácter informal, eventual y no remunerado muchas veces, así como por el bajo nivel de educación de las mismas, ya que a mayor nivel de educación y capacitación laboral, los niveles de subempleo por ingresos disminuyen considerablemente.

14

Cuadro Nº 4 Lima Metropolitana: PEA según niveles de empleo, por género y estructura demográfica, 2005 (En %) Subempleo PEA PEA Total Estructura demográfica Hombre 14 a 29 años 30 a 45 años 46 a 55 años 56 a 64 años 65 años a más Mujer 14 a 29 años 30 a 45 años 46 a 55 años 56 a 64 años 65 años a más

Desempleo 11.4%

40.9%

8.4%

Por ingresos 32.5%

9.6% 16.4% 5.4% 5.8% 7.7% 9.6%

36.8% 42.4% 34.7% 28.7% 34.4% 40.3%

6.2% 7.9% 5.0% 5.1% 7.7% 5.9%

30.5% 34.6% 29.6% 23.5% 26.7% 34.4%

53.6% 41.2% 59.9% 65.6% 58.0% 50.1%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

13.7% 19.4% 11.2% 8.3% 4.6% 5.2%

46.3% 49.3% 41.4% 47.6% 59.8% 64.5%

11.1% 10.3% 11.2% 13.9% 12.1% 6.7%

35.2% 39.0% 30.1% 33.7% 47.6% 57.8%

40.0% 31.4% 47.5% 44.1% 35.6% 30.3%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

Total

Por horas

Empleo adecuado 47.7%

100.0%

Total

Fuente: MTPE – Encuesta de Hogares Especializada de Niveles de Empleo 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

1.4. La PEA ocupada femenina según categoría ocupacional Es importante conocer la concentración de la población femenina en ciertos segmentos del mercado laboral. Así, el sector público absorbe sólo al 9% de la PEA ocupada femenina en el ámbito urbano y al 2.3% en el rural. Asimismo, la brecha por ámbito geográfico es muy marcada en algunas categorías ocupacionales, así en el sector privado, las mujeres del ámbito urbano triplican a las del rural, alcanzando el 24.6% de la PEA ocupada, mientras las del rural, sólo el 7.5%; mientras que las mujeres del ámbito rural tienen mayor participación en el trabajo familiar no remunerado con el 56.4% contra el 12.9% de las mujeres del ámbito urbano. Estos datos confirman el mayor empleo de las mujeres en la producción de bienes en el sector urbano (Ver Gráfico Nº 5). La distribución del empleo femenino de acuerdo a la categoría ocupacional muestra diferencias importantes según ámbito geográfico. Así, en el ámbito urbano, el empleo femenino se concentra en la categoría Independiente (39.4%), seguidamente del empleo asalariado privado (24.7%); las TFNR registra el 12.9% y las trabajadoras del hogar el 10.2%. Asimismo, en el ámbito rural, el TFNR concentra al 56.4% de su PEA ocupada, mientras que el trabajador independiente es el 29.6%.

15

Gráfico Nº 5 Perú: PEA ocupada femenina por Categoría y Grupo Ocupacional según ámbito geográfico, 2005 (En porcentajes)

Categoría ocupacional

Grupo ocupacional Trabajador de act.extractivas

29.6

Independiente

39.4

Asalariado privado

Asalariado públic o Empleador

Trab. servicios

24.7 56.4

TFNR

12.9 2.3 9.0

-

4.2

Profesionales, gerentes y afines

2.0

Trabajadora del hogar

2.1

Rural

2.1 10.2 10.0

20.0

30.0

40.0

50.0

60.0

Empleados de oficina

33.9 17.9

13.8 10.1

5.1 8.1

Artesano y operario

2.2 3.8 Urbano

Trabajador del Hogar

10.8

Vendedores

7.5

75.2

7.9

0.4

8.0

Urbano

Rural

Obreros y 0.2 conductores 0.3 -

10

20

30

40

50

60

70

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Es importante notar la concentración de las mujeres en actividades de menor productividad para así poder cubrir sus actividades domésticas al estar ocupadas como Independientes (tanto en el ámbito urbano como en el rural). Estas características influyen en el elevado nivel de informalidad, al excluirlas de los sistemas de seguridad social, propiciando un mayor grado de precariedad e inestabilidad en comparación a los hombres. Por el lado de los grupos ocupacionales se encuentra un perfil claramente establecido. Así, en el área urbana el tipo de ocupación mas relevante la constituye las relacionadas a las Ventas (33.9%) y a la actividad de Servicios (17.9%). Por otro lado, el empleo rural es fundamentalmente dedicado a labores en actividades extractivas (75.2%), relacionadas con la agricultura, en mayor medida.

16

80

1.5. La PEA ocupada informal El

sector

informal

está

conformado

por

los

microempresarios,

los

independientes no calificados y los trabajadores familiares no remunerados. Los

pequeños,

medianos

y

grandes

empresarios,

así

como

los

independientes profesionales se clasifican dentro del sector formal. Con esta información, se ha agrupado a la PEA ocupada de Lima Metropolitana según condición de informalidad. Así el Gráfico Nº 6 muestra que para el año 2004, la informalidad en la población ocupada ha aumentado con respecto al 2003 (65% y 61% respectivamente). El empleo informal se vincula con la ausencia de protección social, cuyas actividades económicas presentan características de baja productividad en el sentido que tienen escasa capacidad de acumulación, derivando en bajos ingresos; así mismo la organización productiva es simple con utilización de mano de obra no calificada4.

Gráfico Nº 6 Lima Metropolitana: PEA ocupada por condición de informalidad, 1990 - 2005 2005 2003 2001 1999 1997 1995 1993 1991 1989 1986 20%

35%

50% Informal

65%

80%

Formal

Fuente: MTPE. Encuesta de Niveles de Empleo, 1986-1995. Convenio MTPE-INEI. Encuesta Nacional de Hogares, III trimestre 1996-2001.MTPE. Encuesta de Hogares, Especializada de Niveles de Empleo, 2002-2005. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

4

Definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tomado de Orsatti y Calle (2004).

17

Las actividades informales surgen por la incapacidad de generación de empleo productivo a ritmo suficiente, así como por las imperfecciones en los sistemas regulatorios de acceso a la legalidad que permiten cierto grado de operación al margen de la legalidad, y las características relacionadas a la disponibilidad de fuerza de trabajo, la organización de la producción y del trabajo y la composición de los mercados5. En nuestro país, la informalidad aumentó con la crisis económica de los años 80`s y la fuerte reducción de personal como parte del ajuste estructural iniciado a comienzos de la década de los 90`s, y después de la recuperación

económica,

las

inversiones

no

han

alcanzado

para

la

generación de empleo de parte de las grandes empresas del llamado sector formal. Es necesaria la corrección de las imperfecciones en los sistemas regulatorios que

favorezcan

la

integración

de

las

actividades

informales

a

la

modernización así como el aumento de las inversiones en la creación de trabajo productivo.

5

Idem.

18

2. Análisis de la participación laboral y diferenciales de ingreso 2.1 La Oferta de trabajo desde el punto de vista familiar No cabe duda del incremento de la participación laboral, especialmente de las mujeres. En el Perú total, la proporción aumentó de 67.8% en 1998 a 79.1% en el 2005, esto es, en 11 puntos porcentuales durante el periodo señalado. Este resultado se originó principalmente por el fuerte incremento en la tasa de participación femenina que fue cerca de 15 puntos porcentuales, mientras que los hombres registraron un aumento de 6.4 puntos en su tasa de participación laboral, durante el periodo en mención. Lo anterior pone en evidencia las razones que estaría provocando que cada vez un mayor número de peruanos, especialmente mujeres, decidan abandonar la inactividad y ofrecer su fuerza de trabajo. Al respecto, cabe mencionar que las razones por las cuales el 21% de la población peruana en edad de trabajar se mantiene inactiva, presentan un patrón definido de acuerdo al género: el 42.4% de los hombres inactivos declararon que no trabajaban ni buscaban empleo por estar dedicados a sus estudios, mientras que en el caso de las

mujeres el 67.2% de las inactivas se

encuentra realizando tareas del hogar. Asimismo, existe una tendencia a enfatizar la incidencia de las variables de características individuales sobre la decisión de participar o no en el mercado de trabajo. Sin embargo, la realidad peruana lleva a proponer que no es posible entender la dinámica de la oferta laboral si no se toma en cuenta que la decisión individual de participar o no en el mercado de trabajo, depende también de las características familiares de las personas. Así, en esta sección se contempla analizar el comportamiento de la participación laboral de los peruanos, en el ámbito urbano a partir de un enfoque de oferta laboral familiar. a. Influencia de variables familiares En cuanto a las variables familiares que inciden en la decisión de un individuo de participar o no en el mercado de trabajo, el Cuadro Nº 5, se presenta

las

principales

características

de

los

hogares

por

ámbito

geográfico. Así, en el Perú total, existe en promedio cuatro miembros por hogar, y el número de perceptores de ingreso laboral es aproximadamente

19

dos por cada hogar, la situación es la misma según sea el ámbito urbano o rural. Sin embargo, las principales diferencias geográficas se presentan en la variables educativas; así, el promedio de años de estudio de la PEA familiar en el área urbana duplica al área rural, lo cual se hace evidente su impacto en los ingresos, ya que el ingreso laboral familiar promedio en el área rural es apenas el 38% de su equivalente en el área urbana. El ingreso no

laboral

familiar,

conformado

por

aquellos

ingresos

tales

como

transferencias provenientes del exterior, rentas de propiedad u otros ingresos, en el área rural, es apenas el 15% del área urbana. Asimismo, el ingreso laboral por perceptor en el área rural representa el 34% del área urbana. Otro indicador relevante que tendría influencia en el modelo de oferta laboral familiar constituye la tasa de desempleo familiar, la cual es 5.2% en el área urbana y de 0.6% en el área rural.

Cuadro Nº 5 Perú: Características de los hogares, según ámbito geográfico, 2005 Caracteristicas

Ámbito Urbano

Perú Total Rural

Número de miembros en el hogar

4.3

4.4

4.3

Número de perceptores

1.5

1.4

1.5

10

5

8

Años de estudio PEA familiar (promedio) Tasa de desempleo abierto familiar (%)

5.2%

0.6%

3.6%

Niños/PEA Ocupada familiar (%)

60.8%

77.8%

66.9%

PET femenina/PET familiar (%)

50.2%

47.6%

49.3%

Número de trabajadores con ingresos/PET (%)

47.1%

54.4%

49.7%

Ingreso laboral familar (S/.)

1,193

429

287

44

201

299

658

141

334

Ingreso no laboral familiar (S/.)

Ingreso laboral por perceptor (S/.) 879 Ingreso total percápita familiar 439 Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

925

b. Modelo de oferta laboral familiar6 Diversas investigaciones señalan que la decisión de participar en el mercado de trabajo ha estado influenciada por un enfoque neoclásico. Así, la participación responde al criterio maximizador del consumo de bienes y ocio, donde, la predicción del modelo es que el efecto sustitución (positivo) es mayor que el efecto ingreso (negativo).

6

Esta sección se basa en el artículo “Participación laboral: un enfoque de oferta familiar de trabajo”, en el Boletín de Economía Laboral, Año 4, Nº 16. Abril.2000. PEEL - MTPE.

20

Sin embargo, es necesario incorporar otras variables al modelo, de tal manera que sea posible analizar los determinantes de la participación laboral femenina, en la cual ejerce influencia aspectos del hogar. Así, de acuerdo al modelo de oferta laboral familiar, cada miembro de la familia decide

si

participar

o

no

en

el

mercado

de

trabajo

según

tres

consideraciones: ingreso, ocio y necesidad de producir bienes domésticos, MTPE (2005). La introducción del tiempo dedicado a tareas domésticas proviene de la aceptación del trabajo del hogar como necesario para el bienestar de la familia, es decir, como generador de utilidad. De esta manera, lo que la teoría “clásica” definía simplemente como tiempo de ocio se desdobla en ocio y trabajo del hogar, Gary Becker (1965). Pero entonces, ¿quién va a trabajar (o buscar trabajo) y quién se queda en casa (o estudiando)? La teoría señala que la decisión depende de quién es relativamente más productivo en el hogar (en términos de una mayor producción de bienes), y quién produce mayores ingresos por trabajo (en términos de salario percibido). Así, las variables que inciden en la probabilidad que una persona participe o no en el mercado de trabajo no se reducen a consideraciones de salario de mercado, sino también es necesario considerar las características del individuo y de su familia, esto es, de las personas con las cuales vive, consume bienes y/o tiempo de ocio. Aspectos metodológicos del modelo A partir de un modelo econométrico tipo Modelo Probit, se analizará el comportamiento de la participación laboral femenina en el ámbito urbano a partir de

un enfoque de oferta laboral

familiar.

Primeramente, se

determinará las variables que inciden en la probabilidad de que un individuo participe

o

no

en

el

mercado

de

trabajo

considerando

tanto

las

características individuales como familiares. Luego, se cuantificará la importancia de la incidencia de las variables familiares en dicha decisión de participación laboral. Por último, una vez comprobado lo anterior, se hallará las variables de las que depende la tasa de participación laboral familiar. El modelo Probit, estaría formulado de la siguiente manera: Participación = AX + BY

21

Donde X es una matriz de variables familiares e Y una matriz de variables referidas al individuo. A y B son vectores de coeficientes. Este modelo considera como: a)

Variables familiares

Relación de dependencia: número de miembros menores de 14 años en el hogar / PEA ocupada familiar. Tasa de Desempleo: PEA desocupados/ PEA familiar Nivel educativo de la PEA: años de educación promedio de la PEA familiar. Proporción de mujeres en la PET familiar: PET femenina / PET familiar. Número de hijos: del núcleo familiar del jefe de hogar. Número de hijos con 5 años o menos: en el núcleo familiar del jefe. Número de personas en el hogar: considera a todos los residentes. Ingreso no laboral familiar: incluye transferencias, pensiones,

alquileres,

ingresos por intereses. Ingreso laboral del resto de la familia: no incluye el ingreso laboral del individuo. b) Variables individuales Años de educación del individuo: años de educación terminados del individuo. Edad: número de años cumplidos del individuo. Sexo: sexo del individuo. Asume el valor 1 cuando es mujer y 0 cuando es hombre. La variable endógena participación es del tipo dicotómica y responde a la siguiente regla de formación:

22

0 si el individuo no trabaja, ni busca trabajo Participación 1 si el individuo trabaja o busca trabajo Posteriormente, se determina cuánto cambia la probabilidad de participar en el mercado de trabajo cuando cambia marginalmente cada variable explicativa. Esto nos permite cuantificar la importancia de las variables explicativas familiares en la decisión de participación individual. Resultados del modelo Para identificar los determinantes de la oferta laboral femenina, se estimó un modelo tipo Probit, donde la variable dependiente fue su participación o no en el mercado de trabajo. Dicho modelo se diseñó tanto para hombres como mujeres. Los resultados de la estimación son presentados en el Cuadro Nº 6. Los resultados señalan que la condición de jefe de hogar incrementa la probabilidad de participación en el mercado de trabajo, siendo mayor la participación en los hombres. En el caso de las mujeres, ser cónyuge implica una reducción en la probabilidad, sin embargo para los hombres es una causal fuerte en la decisión de participar en el mercado de trabajo. Como era de esperarse, la educación influye de manera positiva en la participación laboral. Ello se debe a que el costo de oportunidad de no trabajar es elevado debido a la alta inversión hecha en los estudios. Sin embargo, si el promedio educativo de la familia es alto, la probabilidad de no participar en el mercado de trabajo se incrementa, reflejándose en una menor deserción escolar en dichos hogares. Ante la existencia de un número mayor de niños menores de 14 años que dependen de la PEA familiar, es muy probable que la mujer disminuya su oferta de trabajo para dedicarse al cuidado de dichos niños. Esta explicación deja de ser clara si se observa que la presencia de niños menores de 6 años, quienes requieren mayor cuidado, incrementa la probabilidad de participación, por lo que debe ensayarse otras explicaciones para tal fenómeno. Asimismo, es posible probar que se cumple la hipótesis del trabajador adicional ya que, en todos los casos, el mayor desempleo familiar está relacionado con una mayor participación en el mercado laboral.

23

Cuadro Nº 6 Perú urbano: Determinantes de la participación laboral según género, 2005 Variable explicativa

Mujer

Variables individuales Edad Edad al cuadrado

-

Jefe Casado (a)

-

Educación Variables familiares Ingreso laboral resto de la familia

-

Ingreso no laboral familiar PET femenina/PET familiar Nº de Miembros del hogar Menores de 14/PEA ocup familiar

-

Menores de 6 años en el hogar/PEA ocup familiar Desempleo familiar Educ. Promedio de la PEA familiar Lima Constante Casos Estadístico F

-

Hombre

0.146 22.650 0.002 22.730 0.365 4.860 0.219 4.410 0.052 7.800

0.163 19.350 0.002 19.420 0.465 6.610 0.372 5.540 0.040 3.970

0.000 6.300 0.000 3.670 0.542 5.660 0.020 1.890 0.538 21.320

0.000 4.370 0.000 1.360 0.176 1.390 0.017 1.320 0.345 12.150

0.131 4.390 0.664 5.550 0.076 9.670 0.045 1.200 1.685 12.390 16,096 94.9

-

-

0.234 6.560 0.792 4.920 0.056 5.320 0.103 2.130 1.557 10.710 15,033 81.1

Total

-

-

-

-

-

0.135 27.380 0.002 27.650 0.928 21.980 0.056 1.640 0.060 9.980 0.000 5.980 0.000 1.780 0.046 0.760 0.004 0.560 0.465 26.970 0.140 6.250 0.716 7.430 0.075 11.470 0.070 2.420 1.344 14.170 31,129 160.8

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL) Nota: */ Los t de student están ubicados debajo de los parámetros **/ Los resultados de las regresiones del modelo de participación laboral, tanto para mujeres, hombres y PET total, se muestran en la sección de Anexos, al final del documento.

24

2.2 Brechas de ingreso según género en el mercado laboral La lucha por la igualdad entre los géneros todavía está lejos de alcanzar sus metas.

Diversos

estudios

dan

cuenta

de

los

notables

avances

experimentados a partir de los años ’80, tanto a nivel de los espacios familiares, comunales como también laborales. Sin embargo, todavía persisten grandes diferencias al discriminar las condiciones de trabajo para los hombres y las mujeres; éstas últimas tienden a concentrarse en actividades de escasa productividad y, por consiguiente, con menores ingresos. Además, es importante preguntarse si estas brechas aumentan o disminuyen según el tamaño de las ciudades. Según Sinesio López7, existe una vinculación directa entre el grado de ejercicio de ciudadanía y la permanencia de estas brechas. A mayor ejercicio de los derechos, la magnitud de las brechas tiende a disminuir. Esto se observa con mayor intensidad en la región costera del país, donde se concentran las grandes ciudades. La situación opuesta se observa en las regiones de sierra y selva, que coinciden con mayores grados de población rural y de pobreza. En tal sentido, las brechas existentes deberían ser menores al comparar la realidad laboral de Lima Metropolitana frente a la realidad laboral urbana peruana. Se examina, en primer lugar, la diferenciación por género de las condiciones de asalariamiento para el mercado laboral de Lima Metropolitana (Véase Gráfico Nº 7). Existe una gran brecha entre los porcentajes de fuerza laboral que accederían a condiciones de mayor formalidad en el empleo, según el género, que bordea el 20%. A lo largo de la última década alrededor del 60% de los hombres se insertaba en ocupaciones formales, mientras que en las mujeres apenas sobrepasaba el 40%. Esto empeoraba cuando la actividad económica decaía.

7

Ver “Perú: ciudadanía, sociedad civil y transición democrática”, presentación de Sinesio López para CARE PERU, en octubre del año 2001.

25

Gráfico Nº 7 Lima Metropolitana: Asalariamento según género 1990 – 2005 70

%

60

50

40

Hombres

Mujeres

30 1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999 2000

2001 2002 2003 2004 2005

AÑOS Fuente: Ministerio de Trabajo y Promoción Social. Encuesta de Niveles de Empleo, 1990-1995. Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III Trimestre 1996-2001 MTPE. Encuesta de Hogares Especializada de Niveles de Empleo, III trimestre 2002 al 2005. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

Sin embargo, en los últimos dos años (de mayor crecimiento económico), esta brecha existente parecería reducirse fuertemente al registrarse un nivel superior al 40% de asalariamiento para las mujeres. Es decir, que habría más oportunidades de acceder a sistemas de seguridad social, entornos de mediana estabilidad y acceso a capacitación, entre otros beneficios. Es probable que la recuperación de la actividad económica esté demandando mayores puestos de trabajo formales, vinculados a una mayor productividad, mientras que, por otro lado, diversos programas de capacitación brindados, tanto por el Estado como por otras organizaciones, y la expansión de servicios educativos de especialización en todo el país, estén absorbiendo una demanda de capacitación vinculada a la necesidad de constituir una fuerza laboral “empleable” para mantenerse acorde con las exigencias de la actividad económica. Diferenciales de ingreso por género8 Otra de las más evidentes diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral es que cuando están ocupados, los hombres ganan más que las mujeres. Con la finalidad de conocer de manera precisa cuál es la magnitud, naturaleza y evolución de este diferencial de ingresos, en el

8

Basado en el artículo “La mujer en el mercado laboral peruano: capacitación y participación laboral”.en Boletín de Economía Laboral Nº 6. Año 2. Octubre 1997. PEEL.MTPE.

26

Anexo N° 3 se muestran las estimaciones de las ecuaciones de ingreso del tipo Mincer de la forma9 : Y = a + dD + bX + e donde Y es el logaritmo natural de los ingresos por hora, D es una variable ficticia que toma el valor 1 para el caso de las mujeres y 0 en el caso de hombres, X es un vector de atributos individuales que involucra dummies acumulativas para educación, sexo,

experiencia laboral, condición

de

migración, ocupación independiente y jefe de hogar. De acuerdo a las estimaciones realizadas para los últimos

años en Lima

Metropolitana, se puede observar que esta brecha se ha venido reduciendo a lo largo de la última década, especialmente a partir de los años 1990, como resultado de la eliminación de algunas ineficiencias y rigideces en el mercado laboral; al 2005 se constata que las mujeres ganan en promedio 12% menos que los hombres después de controlar por diversos atributos individuales (Véase Gráfico Nº 8).

Gráfico Nº 8 Lima Metropolitana: Diferencial de ingresos de la mujer respecto al hombre (En %) 120

Porcentajes

100 80

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0 90.0

74.3

79.3

76.7

82.0

100 88.0

60 40 20 0 1987

1994

1996 Hombre

2001

2003

2005

Mujer

Fuente: Ministerio de Trabajo y Promoción Social. Encuesta de Niveles de Empleo, 1990-1995. Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III Trimestre 1996-2001 MTPE. Encuesta de Hogares Especializada de Niveles de Empleo, Octubre 2002 y Julio 2003 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

9

Mincer, Jacob (1974). Schooling, Experience and Earnings. New York: National Bureau of Economic Research - NBER.

27

La pregunta que surge entonces es, ¿a qué se deben esta diferencias de ingresos? ¿Son tan diferentes las características individuales de los hombres y las mujeres?. ¿O es que existen algunos otros factores que explican esos diferenciales?. Para evaluar la naturaleza del diferencial de ingresos entre hombres y mujeres, se realizó una descomposición de la brecha siguiendo la metodología sugerida por Oaxaca (1993)10. En primer lugar, se estimaron ecuaciones separadas para hombres y mujeres. En segundo lugar, dado que las regresiones cruzan los valores promedio de las variables involucradas se cumple que: _ ∧ _ YM = ϕM XM _ ∧ _ YH = ϕH XH

∧ ϕ donde los representan los valores estimados de los coeficientes de las regresiones de hombres y mujeres respectivamente, y las barras sobre las variables denotan valores promedio. Por lo tanto, luego de manipular las ecuaciones, se puede llegar a: _ _ ∧ _ _ _ ∧ ∧ YH - YM = ϕH (XH - XM ) +XH (ϕH - ϕM)

Es decir, el diferencial de ingresos entre hombres y mujeres tiene dos componentes. La primera parte del lado derecho de la ecuación representa aquella parte de las diferencias de ingreso que se originan por diferencias en atributos individuales observables. La segunda parte mide aquella parte de la brecha que no es justificada y es potencialmente indicativa de discriminación en el mercado laboral. Los resultados de esta descomposición para Lima Metropolitana en el 2005 se

muestran en el gráfico a continuación. Estos indican que del 12% de

diferencia de ingresos entre hombres y mujeres, el 30.1% se explica por diferencias en los atributos de los hombres y las mujeres, en tanto que más de la mitad (69.9%) se explica por diferencias en los retornos, es decir, como consecuencia de una potencial discriminación en el mercado laboral.

10

Véase Oaxaca, R.(1993). “ Male – Female Wage Differentials in Urban Labor Markets”, en International Economic Review, Vol. 14, Nº 1, pp. 693 – 709.

28

Gráfico Nº 9 Lima Metropolitana: Componentes del diferencial de ingresos entre hombres y mujeres 2005 14% 12% 12% 10%

8.4%

8% 6% 3.6%

4% 2% 0% Diferencial de ingresos

Por características

Por retornos

Fuente: Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2005 Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

La principal conclusión obtenida de lo anterior sugiere que en el mercado laboral peruano aún persisten imperfecciones que es necesario corregir con la finalidad de que la productividad sea igualmente remunerada en el caso de los hombres y mujeres. Asimismo, la diferencia también puede ser reducida

considerablemente,

y

quizás

más

fácilmente,

a

través

de

inversiones en capital humano como la educación y la capacitación para el trabajo, que se vean complementados por la provisión de servicios que faciliten el acceso de la mujer al mercado laboral.

Si bien es cierto que las actividades reproductivas son motivo de breves ausencias temporales a lo largo de la vida laboral, desde 1993 se ha avanzado bastante en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, acompañando con los cambios respectivos en la normatividad vigente. Además, la paulatina reducción de los niveles de fertilidad ha reducido de manera

significativa

esta

diferencia.

No

obstante,

las

menores

remuneraciones son aceptadas aún en situaciones de mayor liderazgo y poder, en los entornos más modernos de la economía (Véase Gráfico Nº 10).

29

Gráfico Nº 10 Perú Urbano: Brechas de ingreso por grupos ocupacionales, 2005

Trabajador del hogar

449 494

Trabajador de los servicios

479

C onductores Obreros Artesano Extractivo

765

365 294

723

516

343 239

708 642 533

Vendedores

Mujer Hombre

845 1,008

Empleados

1,192

Profesionales -

1,340

500

1,000

2,446

1,500

2,000

2,500

3,000

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL) Nota: Ingresos en nuevos soles del 2005

Estas brechas se observan al analizar según los diferentes grupos ocupacionales. En todos ellos se registra una brecha, inclusive en aquellos que son ocupados

mayoritariamente por

mujeres,

como el

trabajo

doméstico, y tienden a aumentar en los niveles jerárquicos más vinculados a los espacios de poder. Tales brechas confirman que, a pesar de los avances obtenidos en los foros internacionales en cuanto al mayor acceso a los derechos económicos, todavía existe un amplio marco de intervenciones a efectuar en la perspectiva de lograr una mayor visibilización de la participación de las mujeres en la vida laboral, en condiciones efectivas de equidad.

30

3. Formación del capital humano femenino en el mercado laboral Luego de analizar la inserción laboral según género, emergen diferencias importantes que plantean una división por sexo del trabajo. Así, el ingreso laboral de las mujeres es inferior que el de los hombres, como se muestra en el Cuadro Nº 7, y la brecha se incrementa según el nivel educativo. Es importante mencionar que a mayor nivel de preparación y estudios, los niveles de ingreso aumentan para ambos, pero siempre la diferencia de los montos es favorable al género masculino; así en el nivel educativo Universitario, el ingreso del hombre duplica al de la mujer.

Cuadro Nº 7 Perú Urbano: PEA ocupada según nivel educativo e ingreso laboral promedio1, 2005

Nivel educativo alcanzado Sin nivel Primaria Secundaria Superior No Universitaria Superior Universitaria Total

Distribución de la PEA ocupada Hombre Mujer Total 9.2 26.2 43.1 9.7 11.8

17.1 25.0 35.7 12.1 10.0

12.9 25.7 39.7 10.9 11.0

100.0

100.0

100.0

Ingreso Laboral promedio Hombre Mujer Total S/. S/. S/. S/. S/.

460 606 863 1,062 3,193

S/. 335 S/. 445 S/. 546 S/. 863 S/. 1,401

S/. 386 S/. 537 S/. 736 S/. 961 S/. 2,443

S/. 1,070

S/. 625

S/. 872

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL) Nota: 1/ El ingreso laboral mensual está expresado en nuevos soles del 2005; en el cálculo del ingreso laboral promedio se excluye a los trabajadores familiares no remunerados.

Así mismo, al analizar el nivel de desocupación de las mujeres por nivel educativo, se puede apreciar que las mujeres con nivel educativo de Secundaria y Sin nivel presentan menores tasas de desocupación en comparación a las mujeres con niveles educativos superiores, tales como Universitaria y No Universitaria, Ver Cuadro Nº 8. Mujeres con nivel educativo Primaria presentan los mayores niveles de desocupación (9.3%), dado por la poca preparación para el trabajo que les confiere contar solo con este nivel de educación, lo que influencia en optar por actividades informales y de baja productividad.

31

Cuadro Nº 8 Perú Urbano: PEA según nivel educativo alcanzado, 2005 (en %) Nivel educativo alcanzado

Hombre

Mujer

Ocupado

Desocupado

Total

Ocupado

Desocupado

Total

Sin Nivel Primaria Secundaria Superior no universitaria Superior universitaria

94.8% 91.6% 97.7% 94.9% 93.9%

5.3% 8.4% 2.3% 5.1% 6.1%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

97.4% 90.7% 97.8% 93.0% 90.9%

2.7% 9.3% 2.3% 7.0% 9.1%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

Total

96.4%

3.6%

100.0%

96.2%

3.8%

100.0%

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Asimismo, en el Perú urbano, al examinar a las mujeres ocupadas por nivel educativo, se aprecia que el 22.2% de las mujeres ocupadas poseen nivel educativo superior (universitario y no universitario), mientras que el grupo restante, 77.8%, posee a lo más hasta secundaria completa. Al analizar la distribución del nivel educativo según categoría ocupacional se destaca que quienes tienen mayor acceso a estudios superiores son las asalariadas (42.7%), en especial las del sector público, seguido de las mujeres empleadoras (31.1%); en la categoría independientes, el 13.5% registra dicha característica. Cabe resaltar que el 7.3% de las trabajadoras familiares no remuneradas y el 3.4% de las trabajadoras del hogar acceda a algún tipo de educación superior, hecho que evidencia el deseo de superación

personal

que

tienen

las

mujeres

bajo

esas

categorías

ocupacionales. Por otro lado, aún se hace evidente que el 17.1% del total de mujeres ocupadas en el área urbana, no cuenta con ningún nivel educativo, sin embargo eso no es impedimento para que ellas se desenvuelvan en el mercado laboral generando su propio negocio, ya sea bajo la modalidad de empleadoras o independientes, ver Cuadro Nº 9. . Cuadro Nº 9 Perú Urbano: PEA ocupada femenina según categoría ocupacional y nivel educativo, 2005 (En porcentajes) Sin nivel

Primaria

Secundaria

Superior No Universitaria

Superior Universitaria

Total

Empleador Asalariado Privado Público Independiente Trab. familiar no remunerado Trabajador del hogar

17.7 5.6 6.8 2.4 24.9 21.9 18.8

15.9 11.8 14.9 3.5 29.3 35.3 42.3

35.3 39.9 46.2 22.6 32.3 35.5 35.5

16.7 20.9 17.1 31.4 8.7 5.1 3.4

14.3 21.7 15.0 40.1 4.7 2.2 0.1

100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Total

17.1

25.0

35.7

12.1

10.0

100.0

Categoría Ocupacional

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

32

En los últimos treinta años, y sobre todo en la última década, se ha venido dando un acelerado incremento en los niveles educativos, como resultado de una serie de factores, entre ellos políticas públicas de ampliación de la cobertura educativa, aunque no ha venido acompañado de mejoras en la calidad de la educación, y la expansión del mercado de educación superior, tanto por el lado de la oferta (incremento en el número de escuelas técnicas) como de la demanda (dados los cambios en el proceso productivo, el mercado de trabajo asigna cada vez más un mayor valor al nivel de educación y calificación de los recursos humanos). Este aumento en los niveles educativos se corrobora en el Gráfico Nº 11 donde se observa la distribución de la PEA en Lima Metropolitana. Así, la mayor proporción de la PEA cuenta con nivel de educación secundaria, (54.1% para hombres y 49% para mujeres), lo que demuestra que todavía falta mucho por mejorar en el tema de la educación y formación de la población ya que una persona y en este caso, una mujer con nivel de educación secundaria se emplea en actividades de baja calificación y productividad y para poder acceder a mejores empleos, es necesario que esté mejor capacitada y preparada. En el nivel de educación superior, las mujeres tienen una mayor participación que los hombres en la no universitaria (12.7% y 11.9% respectivamente) y en la educación superior universitaria la proporción por género es similar,13.6%, en el caso de las mujeres y 13.5% para los hombres. Estos datos reflejan que las mujeres, y también los hombres brindan mayor importancia a la educación superior, lo cual les permitiría acceder a un mejor empleo, y de generar mayores ingresos.

33

Gráfico Nº 11 Lima Metropolitana; PEA según nivel educativo alcanzado según género, 2005

60.0

54.1 49.0

50.0 40.0

Hombre Mujer

30.0 17.417.6

20.0 10.0

11.912.7

13.513.6

Superior no universitaria

Superior universitaria

7.1 3.2

Sin Nivel

Primaria

Secundaria

Fuente: Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2005 Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

La inversión en educación o capital humano es crucial para dejar la pobreza, como lo señalan diversos estudios. Herrera11 (2002) afirma que los riesgos de desempleo y pobreza son prácticamente nulos para los trabajadores que han alcanzado la educación superior. Aquellos que no han logrado ir más allá del nivel secundario presentan elevados riesgos de pobreza y desempleo. Así, en el Perú, la educación superior ha sido, y sigue siendo, uno de los principales resortes de la movilidad social intergeneracional y un medio relativamente eficaz para disminuir las brechas de niveles de ingresos entre la población de origen indígena y el resto de la población12. Es importante considerar también el impacto de la demografía tanto en lo que respecta al crecimiento de la población joven en las ciudades (resultado de la migración de jóvenes en busca de mejores oportunidades) como también a los cambios en la fecundidad, el retraso de la edad nupcial y de la edad de la concepción del primer hijo, el incremento de la tasa de participación de las mujeres, entre otros. Así mismo, existen niveles de retorno económico más favorable en aquellos trabajadores que accedieron a un Instituto Tecnológico Superior, más aún entre los que tuvieron un tipo de formación dentro de la empresa13. La 11

Herrera, J. (2002). La pobreza en el Perú en 2001. Una visión departamental, IRD/INEI, Lima. Herrera, J. (2005). Sobre y Subeducación en el Perú Urbano (1995-2002). En: Cambios globales y el mercado laboral peruano: comercio, legislación, capital humano y empleo. Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP). 13 García, N. (2003). Políticas de empleo, competitividad y crecimiento. Seminario Internacional Empleo y Pobreza. IRD-CIES-IEP-INEI. Lima. 12

34

capacitación contribuye a mejorar la inserción laboral de las personas, así como la recalificación para salir de empleos precarios. Este factor de mayor formación o capacitación ha sido analizado, así al comparar a la población ocupada femenina de Lima Metropolitana que ha recibido capacitación con las que no han tenido, se muestra que en promedio,

las

mujeres

capacitadas

perciben

un

mayor

nivel

de

remuneración que las no capacitadas (S/.895 contra S/.713), ver Gráfico Nº 12.

PEA ocupada Femenina (en miles)

1,600,000

S/. 780

1,400,000

S/. 900

1,200,000 1,000,000

S/. 895

S/. 850

S/. 713

S/. 800

800,000

S/. 750

600,000 400,000

S/. 950

513,146

1,434,374

921,229

S/. 700 S/. 650

200,000 -

S/. 600 Capacitadas

No Capacitadas

Nº de mujeres (en miles)

Ingreso Laboral Promedio (en soles de julio del 2005)

Gráfico Nº 12 Lima Metropolitana: PEA ocupada Femenina, según Capacitación para el Trabajo1 e Ingreso Laboral Promedio2, 2005

Total PEA ocupada Fem.

Ingreso laboral promedio

Fuente: Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales Nota: 1/ Se refiere al Nº de mujeres ocupadas que han recibido algún curso de capacitación para el trabajo. 2/ En el cálculo del ingreso laboral mensual, promedio, se ha excluido a los trabajadores familiares no remunerados. El ingreso esta expresado en nuevos soles de julio del 2005.

Así mismo, es necesario mencionar que del total de la población femenina económicamente activa de Lima Metropolitana (3.2 millones de mujeres), el 30% ha recibido capacitación, el cual representa a 939 mil mujeres aproximadamente. El 70% restante (que asciende a 2.2 millones) no ha recibido capacitación. La demanda de los cursos de capacitación va cambiando a través del tiempo, conforme varía los requerimientos de la actividad productiva o las modas o novedades del mercado de bienes y servicios.

35

Por eso es importante conocer qué tipo de cursos han llevado las mujeres capacitadas y si éstos han contribuido a su empleabilidad en el mercado laboral. Los cursos de mayor demanda entre las mujeres para el 2005 fueron: Computación e Informática ocupando el primer lugar, con el 19.4% del total de la demanda de capacitación, seguido por Idiomas con el 13.4%. La capacitación en cursos de Corte y Confección; y de Cosmetología ocupan el 12.6% cada uno (Ver Cuadro Nº 10). Comparando con el año 2003, el curso que tenía mayor demanda entre las mujeres, era el de Computación e Informática, seguido por Corte y Confección; situación que no ha cambiado mucho para el año 2005 en el primer curso; pero el segundo curso ha sido desplazado por el de Idiomas que en el año 2003 ocupaba el cuarto lugar. Estos cambios debieran estar acorde con las nuevas exigencias de la demanda laboral, que no siempre van de la mano con la oferta educativa y de capacitación. En general, del total de las mujeres que han recibido algún curso de capacitación, el 54.6% se encuentran ocupadas, lo que demuestra que existe una mayor probabilidad de mejorar los ingresos laborales, con una mejor preparación para la vida laboral. Por tanto es importante enfatizar que tomar algún curso de capacitación no garantiza emplearse, sino que depende de lo que el mercado laboral requiera, por lo que se debe tomar medidas para que la oferta educativa esté acorde con los requerimientos del mercado laboral. La formación profesional que brinden los Institutos y Centros de Educación Superior debieran ser de calidad y competitiva, que desarrolle las competencias laborales y capacidades de las personas y que responda a las características y demandas locales de la economía.

36

Cuadro Nº 10 Lima Metropolitana: Condición de actividad de mujeres capacitadas, 2005 Curso Computación e Infomática Idiomas Corte y Confección, sastrería y afines Cosmetología y afines Enfermeria Secretariado Educación Repostería y afines Administración Contabilidad Artesanía Otros Total

Ocupadas

Desocupadas e Inactivas

Total

91,201 57,033 71,467 58,717 54,188 39,732 27,234 13,417 20,089 15,912 11,787 52,366

91,002 68,863 47,315 59,678 38,385 38,974 8,272 21,235 6,648 10,550 12,197 22,935

182,204 125,896 118,783 118,395 92,573 78,706 35,506 34,652 26,737 26,462 23,984 75,301

513,145

426,054

939,199

Fuente: Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2005 Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

Así, el mercado laboral peruano está demandando cada vez más, mano de obra femenina en las distintas actividades económicas, pero donde predomina la informalidad y precariedad. En un enfoque de igualdad de géneros es indispensable emprender políticas que promuevan el acceso de oportunidades de las mujeres para incorporarse a la vida laboral, sobretodo en las actividades económicas de producción de bienes. Las mujeres valoran de forma positiva el trabajo remunerado al otorgarles la posibilidad de generar ingresos propios, desarrollarse en un ámbito ajeno al doméstico y potenciar su autoestima. Pero la valoración positiva se reduce en la medida en que el trabajo se superpone con el rol doméstico y de cuidadora tradicionalmente asignado a la mujer. Los cambios producidos en el último tiempo en la familia han tenido un impacto importante sobre la inserción laboral femenina. Las mujeres perciben que la red de apoyo familiar ya no es un recurso disponible tan fácil como en el pasado. Esta sería una razón por las que se debieran de tomar medidas de acceso al empleo, promoviendo la provisión de servicios de cuidado infantil como guarderías y la educación inicial en los niños pequeños, así como políticas maternales durante el embarazo. Se percibe que en el mundo laboral no se dan las condiciones que favorezcan la conciliación del trabajo remunerado con las labores de crianza y cuidado de los hijos, al enfatizarse los costos en la vida familiar asociados

37

al trabajo remunerado de la mujer, especialmente en una mala educación de los hijos, por lo que cuando pueden, las mujeres se reservan al espacio privado (familia e hijos); y los hombres continúan ejerciendo su rol de proveedor en plenitud, en el espacio público. Por

estas

mismas

razones,

es

que

a

las

mujeres

se

les

asocia

tradicionalmente con actividades de servicios personales, que parecieran no requerir de innovaciones tecnológicas y mayor capacitación y educación; por

lo

que

sería

necesario

desarrollar

y

promover

actividades

de

capacitación y calificación técnica de la oferta de mano de obra. El mundo es conciente del papel fundamental de las mujeres en el desarrollo y crecimiento de los países. Es así que en la Cumbre del Milenio del año 200014, se llegó a un consenso de la necesidad de tomar medidas para la erradicar la pobreza, reducir la injusticia, la desigualdad y la delincuencia, proteger el medio ambiente y aumentar el desarrollo. En ésta se reconoce el papel de la mujer y se tiene como uno de los objetivos, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, por la situación de desigualdad y pobreza en que se halla, como se refiere la Declaración del Milenio. La Declaración del Milenio15 (párrafo 122) hace referencia a la feminización de la pobreza: “Las mujeres se cuentan aún entre los más pobres de los pobres del mundo, y representan las dos terceras partes en las personas que viven con menos de 1 dólar por día. Cuando un porcentaje tan grande de mujeres vive con ingresos inferiores a 1 dólar diario, la relación entre la condición de ser mujer y ser pobre es crudamente patente. En los decenios últimos, el número de mujeres de las zonas rurales que viven en la pobreza absoluta ha aumentado en un 50%, en comparación con el 30% en el caso de los hombres. Para cambiar esta severa desigualdad, será preciso que las mujeres adquieran el control de los recursos financieros y materiales, y deberán también obtener acceso a las oportunidades a través de la educación”.

14

La Cumbre del Milenio contó con la participación de 191 países Estados Miembros de las Naciones Unidas (incluído el Perú). 15 La Declaración del Milenio fue aprobada en la Cumbre del Milenio, celebrada del 6 al 8 de setiembre de 2000 en Nueva York. Ella define para las próximas décadas, un conjunto de objetivos y metas de desarrollo en cuyo cumplimiento se comprometieron a participar activamente todos los gobernantes del mundo, en donde la igualdad de género se plantea como un objetivo específico, no sólo por ser un derecho propio de las mujeres, sino que desempeña un rol fundamental para alcanzar todos los demás objetivos.

38

Existen otros aspectos que limitan la participación de las mujeres en el mercado laboral, las cuales no son de cuestiones de género, sino institucionales, que limitan las capacidades de emprendimiento e inserción en el mercado laboral. Entre ellas se puede mencionar, el acceso al crédito, el cual impulsaría las actividades de micro y pequeña empresa, así como de capacitación, siempre con la debida asesoría en estos temas. Asimismo, la falta de información de las personas sobre en qué capacitarse o prepararse para el mundo laboral, ocasiona un desajuste y falta de articulación con el mercado de trabajo, lo que ocasiona altos índices de subempleo, baja productividad laboral, bajo nivel tecnológico, pérdida de competitividad empresarial, y desarticulación de la realidad del país con el desarrollo actual y futuro. Además, en las últimas décadas, la globalización económica y el desarrollo de nuevas tecnologías están provocando grandes cambios en los procesos productivos y en los bienes y servicios disponibles. Estos cambios han tenido efectos directos en la demanda de mano de obra de las empresas, los cuales requieren mayor nivel de calificación. Así el capital humano se ha convertido en un elemento clave para el crecimiento económico de los países y por consiguiente, en el bienestar de la población. Así es necesario que los conocimientos adquiridos por todas las personas (quienes luego serán trabajadores) sean provenientes de una calidad y cantidad adecuada para una mayor generación de producción nacional, y así, pueda mejorar los niveles de bienestar de la población en general. Cuando existe un desajuste entre la educación recibida y la ocupación que desempeña una persona, se dice que la persona no está adecuadamente empleada o existe inadecuación ocupacional. Poder cuantificar estos hechos, permite entender el nexo entre la educación y el trabajo y su repercusión en dichos sectores. Las

manifestaciones

de

la

inadecuación

ocupacional

son:

a)

la

sobreutlización, cuando la ocupación ejercida requiere una calificación mayor

a

la

obtenida

y

b)

la

subutilización,

cuando

la

ocupación

desempeñada requiere un nivel de calificación menor. En el Perú, la más importante es la subutilización, por las cifras que alcanza, así como por las consecuencias en la economía que se refleja en baja productividad e ineficiencia.

39

La subutilización femenina en Lima Metropolitana alcanza el 38.0% para las que cuentan con nivel superior universitario completo, y de 43.7% para las mujeres con estudios superiores no universitarios completos y superior universitario incompleto. Estos datos reflejan la situación del mercado laboral, con lo cual se evidencia un desaprovechamiento de las habilidades y competencias para las que se prepararon los trabajadores, así como una pérdida de competitividad de las empresas (Ver Gráfico Nº 13). Promover la formación profesional de calidad y fortalecer los espacios de diálogo y concertación

entre los actores de la formación educativa,

favorecerían el mejoramiento de la calidad, así como la adecuación ocupacional y la inserción al mercado laboral de las mujeres.

Gráfico Nº 13 Lima Metropolitana: PEA ocupada según grado de adecuación ocupacional y nivel de instrucción, 2005 (En porcentajes) Nivel superior no universitario completo y superior universitario incompleto

Nivel superior universitario completo

70.0 60.0

60.0

50.0

50.0

40.0 30.0

40.0 51.9 48.1

56.3

43.7

20.0

30.0

55.2

62.0

44.8

38.0

20.0

Fuente: Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2005 10.0 Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas10.0 y Estudios Laborales -

Adecuado Hombre

Subutilizado Mujer

Adecuado Hombre

Subutilizado Mujer

Fuente: Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2005 Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

40

Conclusiones 1. Se ha constatado que a pesar de los avances producidos en relación a la incorporación de las mujeres en el mundo del trabajo, aún persisten discriminaciones y dificultades para su desarrollo en el espacio laboral. Lo cual resulta ser más preocupante para el caso de las

mujeres

del

sector

informal

quiénes

se desenvuelven

en

condiciones muy precarias. Por lo que resulta ineludible promover un proceso más acelerado a favor de empleos dignos para hombres y mujeres, y con mayores oportunidades para el sector femenino. 2. La decisión de participar en el mercado de trabajo responde a una estrategia familiar, el individuo toma en cuenta no sólo sus necesidades personales, sino también las de su entorno familiar. En los últimos años, la mayor incorporación de las mujeres a la vida laboral ha contribuido a operar un cambio importante en las familias peruanas y por tanto en la sociedad en general. 3. El informe analiza los determinantes de la participación femenina en el mercado laboral peruano. En una primera etapa se analizan los determinantes clásicos de la participación, edad, escolaridad, estado civil y el número de hijos. Así, se corrobora resultados de trabajos anteriores con respecto a los efectos de estas variables sobre la participación

femenina.

Es

decir,

se

encuentra

que

a

mayor

escolaridad, mayor es la participación de la mujer, a su vez, a mayor edad, mayor es la participación. A su vez, mujeres casadas tienen una participación menor que las no casadas. La evidencia también sugiere que el número de hijos se relaciona negativamente con la decisión de participar en el mercado del trabajo. 4. En el mercado de trabajo peruano, aún se constata una brecha significativa de ingresos entre hombres y mujeres. Esta diferencia, lejos de responder a fallas existentes en los mercados laborales, tiende a confirmar la permanencia de enfoques que priorizan la vinculación

de

las

mujeres

a

los

roles

reproductivos.

Estas

expresiones del sistema de género vigente, aunado al menor acceso de las mujeres a los servicios educativos, generan una mayor concentración femenina en determinadas ocupaciones y actividades, generalmente vinculadas a menores productividades, susceptibles a condiciones de informalidad y precariedad, que permiten reforzar una suerte de círculo vicioso. Si bien las brechas tienden a reducirse

41

paulatinamente, resulta todavía importante el promover acciones de visibilización de los roles productivos en las mujeres, para cambiar los registros en las memorias colectivas.

42

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J;

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J.

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J.

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La

pobreza

en

el

Perú

en

2001.

Una

visión

departamental, IRD/INEI. Lima, Perú.

43

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44

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45

Anexos Anexo N° 1 Perú: Distribuciónde la Población en Edad de Trabajar según sexo, 2005

Condición de Actividad A. Descomposición de la PET Total absoluto (N°de personas) Total Relativo (En %) Población Económicamente Activa PEA Población Inactiva B. Descomposición de la PEA Total absoluto (N°de personas) Total Relativo (En %) Desocupados Ocupados Asalariados No asalariados

Hombre

9,310,768 100%

Mujer

Total

10,504,880 100%

19,815,647 100%

60.1% 39.9%

69.7% 30.3%

6,313,619 100%

13,807,894 100%

5.3% 94.7% 23.5% 71.2%

5.0% 95.0% 32.9% 62.1%

80.5% 19.5%

7,494,275 100% 4.7% 95.3% 40.9% 54.4%

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Anexo N° 2 Perú total: Población y Fuerza de Trabajo según Sexo, 2005 (En porcentajes) Hombre Población en edad de trabajar (PET) 47.0 Urbana 45.5 Rural 50.2 PEA ocupada 54.5 Urbana 53.8 Rural 55.5 PEA desocupada 51.0 Urbana 51.1 Rural 47.8 Tasas Tasa de actividad (PEA/PET) 80.5% Urbana 76.0% Rural 89.5% Tasa de desempleo (PEA desocupada / PEA)4.7% Urbana 7.1% Rural 0.6%

Mujer

Total Relativo

53.0 54.5 49.8 45.6 46.2 44.5 49.1 48.9 52.2 60.1% 55.0% 72.5% 5.3% 7.9% 0.8%

100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Total Absoluto

19,815,647 13,634,990 6,180,658 13,119,725 8,144,462 4,975,263 688,169 655,735 32,434

69.7% 64.5% 81.0% 5.0% 7.5% 0.6%

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

46

Anexo N° 3 Perú Urbano: Determinantes de la Participación Laboral Femenina, 2005 Survey: Probit regression Number of strata = Number of PSUs =

5 2,090

Variables explicativas

Number of obs Population size Design df F( 14, 2074) Prob > F

Linearized Std. Err. t

Coef.

P>t

16,096 6,487,208 2,085 95 0.000

[95% Conf. Interval]

Edad 0.146 0.006 22.650 0.000 Experiencia (Edad al cuadrado) -0.002 0.000 -22.730 0.000 Jefe de hogar 0.365 0.075 4.860 0.000 Estado civil casado -0.219 0.050 -4.410 0.000 Años de estudio de la PEA 0.052 0.007 7.800 0.000 Ingreso laboral del resto de la familia 0.000 0.000 -6.300 0.000 Ingreso no laboral familiar 0.000 0.000 3.670 0.000 PET femenina/PET familiar 0.542 0.096 5.660 0.000 Miembros del hogar -0.020 0.010 -1.890 0.059 Menores de 14 años/PEA ocupada familiar -0.538 0.025 -21.320 0.000 Menores de 6 años en el hogar 0.131 0.030 4.390 0.000 Desempleo familiar 0.664 0.120 5.550 0.000 Educación promedio de la PEA familiar -0.076 0.008 -9.670 0.000 Lima -0.045 0.038 -1.200 0.232 Constante -1.685 0.136 -12.390 0.000 Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

0.133 -0.002 0.218 -0.316 0.039 0.000 0.000 0.354 -0.040 -0.587 0.073 0.429 -0.091 -0.120 -1.951

0.159 -0.002 0.512 -0.121 0.065 0.000 0.000 0.729 0.001 -0.488 0.190 0.899 -0.061 0.029 -1.418

Anexo N° 4 Perú Urbano: Determinantes de la Participación Laboral Masculina, 2005

Number of strata = Number of PSUs =

Variables explicativas Edad Experiencia (Edad al cuadrado) Jefe de hogar Estado civil casado Años de estudio de la PEA Ingreso laboral del resto de la familia Ingreso no laboral familiar PET femenina/PET familiar Miembros del hogar Menores de 14 años/PEA ocupada familiar Menores de 6 años en el hogar Desempleo familiar Educación promedio de la PEA familiar Lima Constante

5 2092

Coef. 0.163 -0.002 0.465 0.372 0.040 0.000 0.000 -0.176 -0.017 -0.345 0.234 0.792 -0.056 -0.103 -1.557

Number of obs Population size Design df F( 14, 2074) Prob > F

Linearized Std. Err. t 0.008 0.000 0.070 0.067 0.010 0.000 0.000 0.127 0.013 0.028 0.036 0.161 0.010 0.048 0.145

P>t

19.350 -19.420 6.610 5.540 3.970 -4.370 -1.360 -1.390 -1.320 -12.150 6.560 4.920 -5.320 -2.130 -10.710

0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.175 0.166 0.188 0.000 0.000 0.000 0.000 0.033 0.000

15,033 5,895,055 2,087 81 0.000

[95% Conf. Interval] 0.147 -0.002 0.327 0.241 0.020 0.000 0.000 -0.426 -0.042 -0.401 0.164 0.476 -0.076 -0.197 -1.843

0.180 -0.002 0.603 0.504 0.059 0.000 0.000 0.073 0.008 -0.290 0.305 1.107 -0.035 -0.008 -1.272

Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Anexo Nº 5 47

Perú Urbano: Determinantes de la Participación Laboral, PET Total, 2005 Survey: Probit regression Number of strata = Number of PSUs =

Variables explicativas

5 2103

Coef.

Number of obs Population size Design df F( 14, 2085) Prob > F

Linearized Std. Err. t

Edad 0.135 0.005 27.380 Experiencia (Edad al cuadrado) -0.002 0.000 -27.650 Jefe de hogar 0.928 0.042 21.980 Estado civil casado -0.056 0.034 -1.640 Años de estudio de la PEA 0.060 0.006 9.980 Ingreso laboral del resto de la familia 0.000 0.000 -5.980 Ingreso no laboral familiar 0.000 0.000 1.780 PET femenina/PET familiar 0.046 0.061 0.760 Miembros del hogar -0.004 0.007 -0.560 Menores de 14 años/PEA ocupada familiar -0.465 0.017 -26.970 Menores de 6 años en el hogar 0.140 0.022 6.250 Desempleo familiar 0.716 0.096 7.430 Educación promedio de la PEA familiar -0.075 0.007 -11.470 Lima -0.070 0.029 -2.420 Constante -1.344 0.095 -14.170 Fuente: INEI – Encuesta de Hogares, Condiciones de Vida y Pobreza, 2005 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

P>t 0.000 0.000 0.000 0.100 0.000 0.000 0.076 0.446 0.574 0.000 0.000 0.000 0.000 0.016 0.000

31,129 12,382,263 2,098 161 0.000

[95% Conf. Interval] 0.125 -0.002 0.845 -0.123 0.049 0.000 0.000 -0.073 -0.018 -0.499 0.096 0.527 -0.088 -0.128 -1.529

Anexo N° 6

48

0.144 -0.002 1.011 0.011 0.072 0.000 0.000 0.165 0.010 -0.431 0.183 0.905 -0.063 -0.013 -1.158

Lima Metropolitana: Ecuaciones de ingreso, según sexo 1987 – 2005 Años

Constante Secundaria Superior Experiencia laboral Exp. laboral 2 Mujer Mujer(%) Independiente Jefe de hogar Migrante

R2 F estadístico

1987

1991

1994

1996

2001

2003

1,59

-1,45

-0,31

0,17

0.8

0.7

0.9

(30,6) (-24,36)

(-5,8)

(3,7)

(479.33)

(315.99)

(348.42)

0,42

0,24

0,33

0,22

0.3

0.07

(11,1)

(5,4)

(7,8)

(6,1)

(270.91)

(76.58)

0,72

0,45

0,57

0,50

0.7

0.9

(15,3)

(13,1)

(19,0)

(18,8)

(387.77)

(861.09)

2005

0.05 (53.78) 0.7 (693.42)

0,05

0,03

0,03

0,02

0.02

0.02

(15,3)

(8,6)

(8,4)

(7,23)

(138.81)

(245.39)

-0,0004 -0,0003

-0,0002

0.00

0.00

0.00

(-4,6) (-121.37) (-175.60)

(-237.48)

-0,0006

0.02 (254.38)

(-10,6)

(-7,3)

(-4,4)

-0.257

-0.343

-0.233

-0.207

-0.18

-0.10

-0.12

-25.7

-34.3

-23.3

-20.7

-18.0

-10.0

-12.0

(8,18)

(9,8)

(7,6)

(7,5) (-146.44) (-114.60)

(-137.84)

0,13

0,32

0,07

0,03

-0.302

(0.31)

(2,47)

(9,9)

(2,3)

(1,2) (-341.80) (-359.54)

(-357.15)

-0.39

0.07

0,14

0,05

0,09

0,03

0.1

0.06

(-3749)

(-1242)

(2,6)

(0,9)

(72.82)

(59.24)

-0,13

-0,14

-0,16

-0,03

-0.1

0.172

(-4,4)

(-4,4)

(-5,8) (-33,285)

(-97.33)

(86.82)

0,28

0,19

0,21

0,17

0.14

0.29

0.24

151

78

98

58047

53750

0.00

130,528

(70.1) 0.041 (17.5)

Nota: Los datos entre paréntesis se refieren a los valores del estadístico T. Para el año 2003 y 2005 se muestra la probabilidad en lugar del estadístico F. Fuente: Encuesta de Niveles de Empleo 1987 – 1997, ENAHO 1996, 2003, 2005 III Trimestre. Elaboración: MTPE – Programa de Estadísticas y Estudios Laborales

49

Glosario de Términos 1. Población en Edad de Trabajar (PET) Conjunto de personas que están aptas en cuanto a edad para el ejercicio de funciones productivas. Este límite etáreo es diferente para cada país y depende de la legislación, el acceso a la educación y las costumbres nacionales. En el Perú, se considera a toda la población de 14 años y más como población en edad activa o población en edad de trabajar (PET). 2. Población Económicamente Activa (PEA) Son todas las personas en edad de trabajar que en la semana de referencia se encontraban trabajando (ocupados) o buscando activamente trabajo (desocupados). 3. Población No Económicamente Activa (inactivos) Son todas las personas que pertenecen a la población en edad de trabajar que en la semana de referencia no han trabajado ni buscado trabajo y no desean trabajar. Dentro de este grupo se encuentran las amas de casa, los estudiantes, los rentistas y los jubilados, que no se encontraban trabajando ni buscando trabajo. También se consideran dentro de este grupo a los familiares no remunerados que trabajan menos de 15 horas de trabajo semanales durante el periodo de referencia. 4. PEA ocupada Es el conjunto de la PEA que trabaja en una actividad económica, sea o no en forma remunerada en el periodo de referencia. En este grupo se encuentra las personas que: •







Tienen una ocupación o trabajo al servicio de un empleador o por cuenta propia y perciben a cambio una remuneración en dinero o especie. Tienen una ocupación remunerada, no trabajaron por encontrarse enfermos, de vacaciones, licencia, en huelga o cierre temporal del establecimiento. El independiente que se encontraba temporalmente ausente de su trabajo durante el periodo de referencia pero la empresa o negocio siguió funcionando. Las personas que prestan servicios en las Fuerzas Armadas, Fuerzas Policiales o en el Clero.

5. PEA subempleada Son los trabajadores cuya ocupación no es adecuada cuantitativa y cualitativamente, respecto a determinadas normas. En el caso del Perú se considera dos grupos de subempleo, por horas y por ingresos.

6. Subempleo por horas (visible) 50

Es aquel en el que se labora menos de 35 horas a la semana, se desea trabajar horas adicionales y se esta en disposición de hacerlo. 7. Subempleo por ingresos (invisible) Es aquel en el que se labora 35 o más horas semanales, pero su ingreso es menor al ingreso mínimo de referencia. 8. Ingreso Mínimo Referencial Es aquel que se obtiene de dividir el costo de la Canasta Mínima de Consumo (elaborado en base a los requerimientos mínimos nutricionales en calorías y proteínas) entre el número promedio de perceptores del hogar. Se asumen que existen dos perceptores de ingreso por hogar. 9. PEA adecuadamente empleada Está conformada por dos grupos de trabajadores: • •

Aquellos que laboran 35 horas o más a la semana y reciben ingresos por encima del ingreso mínimo referencial, y Aquellos que laboran menos de 35 horas semanales y no desean trabajar más horas

10. PEA desocupada Se considera en esta categoría a las personas de 14 años y más que en el período de referencia no tenían trabajo, buscaron activamente trabajo durante la semana de referencia y no lo encontraron. 11. Desalentados Conformado por las personas que sin trabajar y estando dispuesto hacerlo no buscaron empleo por considerar que eran malas las posibilidades ofrecidas por el mercado y por lo tanto sabían que no lo encontrarían, pero que sí lo buscarían si tuviesen una percepción más positiva de las posibilidades laborales. 12. Período de referencia Se entiende por periodo de referencia al mes o semana que corresponde recoger información. 13. Estructura de mercado Clasificación que se hace a los diferentes grupos de ocupados que existen diferenciados básicamente por quién es el demandante de trabajo: sector público, sector privado, hogares, y el grupo de independientes que son demandantes y ofertantes de trabajo a la vez. El sector privado incluye a empleadores y asalariados y se subdivide en:

51

• • •

Microempresas: menos de 10 trabajadores Pequeña empresa: de 10 a 49 trabajadores Mediana y gran empresa: de 50 a más trabajadores

14. Principales indicadores •

• • • •

Tasa de actividad: Mide la participación de la población en edad de trabajar (PET) en el mercado de trabajo, sea trabajando o buscando trabajo. La tasa de actividad nos indica qué porcentaje de la PET constituye la oferta laboral (es decir la Población Económicamente Activa – PEA). Tasa de Desempleo: Nos indica que proporción de la oferta laboral (PEA) se encuentra desempleada. Tasa de Subempleo: Nos indica que proporción de la oferta laboral (PEA) se encuentra subempleada. Tasa de Adecuadamente Empleado: Mide la proporción de la oferta laboral (PEA) que se encuentra adecuadamente empleada. Ratio empleo / población: Mide el porcentaje de las personas de la (PET) que se encuentran trabajando.

15. Categoría ocupacional La PEA ocupada se agrupa en seis categorías de ocupaciones •









Empleador / patrono: Es aquella persona que es titular o director en la explotación de una empresa, negocio o profesión y tiene trabajadores remunerados a su cargo. Empleado: Es el trabajador que desempeña de preferencia en actividades de índole no manual, presta sus servicios a un empleador pública o privado, y que percibe una remuneración mensual (sueldo). Obrero: Se denomina así, al trabajador que desempeña actividades de carácter manual, que trabaja para un empleador público o privado, y que percibe una remuneración semanal (salario). Trabajador independiente: Es aquella persona que trabaja en forma individual o asociada, explotando una empresa, negocio o profesión, y que no tiene trabajadores remunerados a su cargo. Trabajador doméstico: Es la persona que presta servicios en une vivienda particular y recibe una remuneración mensual por sus servicios, y generalmente recibe alimentos.

Nota: los trabajadores que prestan servicios domésticos (lavado, cocina, limpieza, etc.) para una empresa o establecimiento público o privado y no para una familia particular, debe ser considerado obrero y no trabajador doméstico. •

Trabajador familiar no remunerado: Es la persona que presta sus servicios en una empresa o negocio, con cuyo patrón o dueño tiene lazos de parentesco, sin percibir remuneración. En algunos casos recibe propina u otras formas de pago diferentes a sueldo, salario o comisiones. (OIT, Octava Conferencia Internacional de Estadígrafos del Trabajo).

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