LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL DE LIMA METROPOLITANA. INFORME ANUAL 2006

Share Embed


Descripción

LA MUJER EN EL MERCADO LABORAL DE LIMA METROPOLITANA

INFORME ANUAL 2006

Julio 2007

MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCIÓN DEL EMPLEO

SUSANA ISABEL PINILLA CISNEROS Ministra FERNANDO ALBERTO GARCÍA GRANARA Viceministro de Trabajo JAVIER ALBERTO BARREDA JARA Viceministro de Promoción del Empleo y de la Micro y Pequeña Empresa IVÁN SÁNCHEZ GONZALES Secretario General (e)

DIRECCIÓN NACIONAL DE PROMOCIÓN DEL EMPLEO Y FORMACIÓN PROFESIONAL FRANK MARTÍN CASTRO BARCENAS Director Nacional PROGRAMA DE ESTADÍSTICAS Y ESTUDIOS LABORALES Coordinadora T A T IA N A V E LA ZC O P O R T O C A R R E R O Equipo Técnico JULIO CÉSAR PÉREZ COAGUILA IVET DEL ROCIO LINARES GARCIA

Primera edición, octubre 2007 Diseño y diagramación: Impresiones Neograf Jr. Domingo Casanova Nº 441 – Lince, Lima – Perú Hecho en el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2007-09852 ISBN: 978-9972-9938-3-1 Lima, octubre 2007 2

INDICE

Introducción 1. Situación de la mujer en el mercado de trabajo de Lima Metropolitana 2. Características de las mujeres ocupadas de Lima Metropolitana 2.1. El empleo femenino según estructura de mercado 2.2. La informalidad del empleo 2.3. Las mujeres ocupadas según sector económico 2.4. Los ingresos de las mujeres ocupadas 2.5. El nivel educativo de las mujeres ocupadas 3. Características de las mujeres desocupadas de Lima Metropolitana 3.1. Las Jóvenes desocupadas 4. Características de las mujeres inactivas de Lima Metropolitana 5. Mujeres jefes de hogar 6. Diferenciales de ingreso por género 7. Conclusiones 8. Referencias Anexos

3

INTRODUCCIÓN

La incorporación y creciente participación de la mujer en el mercado laboral ha venido sucediendo en todos los países, desde hace ya varios años, y el Perú no es la excepción. En la actualidad, a nadie sorprende que las mujeres desempeñen importantes cargos en múltiples instituciones. Sin embargo, un porcentaje de ellas siguen presentando una inserción precaria en el mercado de trabajo. Es bien sabido que, en comparación con los hombres, las mujeres históricamente han tenido menos posibilidades en el acceso y en el ejercicio del empleo, principalmente por el papel que deben cumplir en el hogar, como madres y cuidadoras de los miembros de la familia. Esta situación está cambiando en las generaciones más jóvenes, quienes están postergando el matrimonio y el embarazo, y están adquiriendo un mayor nivel de educación. En base a la Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo del 2006 del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) aplicada en Lima Metropolitana, se analiza el perfil de las mujeres según su condición de actividad y se explora, además, las diferencias salariales con los hombres, encontrando que la brecha de ingresos ha venido aumentando en estos últimos dos años en la capital peruana. En esta oportunidad, y por contarse con una serie estadística larga para la capital, se ha tratado de comparar, en lo posible, el desempeño laboral de la mujer en los últimos diez años, es decir, 1996 -2006. El documento se organiza de la siguiente manera, en la primera parte se analiza la participación laboral de las mujeres en la ciudad de Lima Metropolitana. En la segunda parte, se presenta las características del empleo femenino y sus condiciones de trabajo. La desocupación e inactividad de las mujeres se analizan en la tercera y cuarta parte, respectivamente. La quinta sección analiza la situación de las mujeres jefas de hogar, mientras que la cuantificación de las brechas de ingreso se presenta en la sexta parte. Finalmente, se presentan las conclusiones y el glosario de términos laborales.

4

1. Situación de la mujer en el mercado de trabajo de Lima Metropolitana1 En el año 2006, la Población en Edad de Trabajar (PET)2 de la ciudad de Lima Metropolitana ascendió a 6,3 millones de personas, de las cuales el 51,7% eran mujeres y el 48,3% restante, hombres. Según la estructura demográfica de la PET, el 42,6% está compuesta por jóvenes de entre 14 a 29 años de edad, lo que constituye la base de la pirámide, como se puede ver en el gráfico de la estructura demográfica. Los adultos entre 30 y 59 años conforman el 46,4% de la PET, mientras que las personas de 60 años a más de edad (adultos mayores) constituyen el 11% de la PET.

Gráfico Nº 1 Lima Metropolitana: Estructura demográfica de la Población en Edad de Trabajar, 2006 95-más 90-94 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 19-24 14-18

500

400

300

200

100 100 PET en m iles Hombres

200

300

400

500

Mujeres

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

La PET se divide entre la Población Económicamente Activa (PEA) y la Población Inactiva, es decir los que participan en el mercado de trabajo (ocupados o desempleados) y los que se mantienen en condición de inactividad (amas de casa, jubilados, estudiantes, etc).

1

Cabe señalar, que a la fecha aún no se dispone de la base de datos anual de la Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza, 2006 del INEI, por lo que no se presenta información a nivel nacional. 2 Se ha fijado un límite de edad a partir del cual las personas pueden participar en el mercado de trabajo. Este límite es diferente para cada país y depende de la legislación, el acceso a la educación y las costumbres nacionales. En el caso del Perú la edad límite se ha fijado en 14 años, lo cual significa que todas las personas que tienen 14 años y más conforman la Población en Edad de Trabajar (PET). El trabajo infantil, el cual merece una especial atención, se analiza mediante encuestas especializadas. Al final del documento, se presenta un glosario de términos utilizados en temas de empleo. .

5

Así, la PET femenina de Lima Metropolitana ascendió a 3,2 millones de personas (ver gráfico Nº 2), mientras que la Población Económicamente Activa (PEA) registró 1,7 millones de mujeres. La PEA representa a la oferta laboral, es decir aquella proporción de la PET que está trabajando (ocupados) o buscando trabajo (desempleados). En el 2006, la PEA ocupada femenina de Lima Metropolitana fue de 1,5 millones de mujeres, mientras que la PEA desocupada femenina estuvo compuesta por 195 mil personas.

Gráfico Nº 2 Lima Metropolitana: Distribución de la Población Femenina según Condición de Actividad, 2006 Población en Edad de Trabajar (PET) (14 años y más) 3 235 331

Población Económicamente Activa (PEA) 1 728 356 (100%)

PEA desocupada 195 199 (11,3%)

PEA ocupada 1 533 157 (88,7%)

Asalariadas 516 069 (29,9%)

Inactivos 1 506 975

No asalariadas 1 017 088 (58,8%)

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Por otro lado, la Población Inactiva agrupó a 1,5 millones de mujeres, es decir aquellas personas que no participan en el mercado de trabajo, debido a razones de estudio, quehaceres del hogar, enfermedad, jubilación, entre otras. En el 2006, ellas representaron al 46,6% de la PET femenina de Lima Metropolitana. Analizando la participación de las mujeres en el mercado laboral de Lima Metropolitana, se puede ver que ésta es menor para ellas en comparación con la de los hombres, ya que la tasa de actividad masculina fue de 75,4% contra el 53,4% de las mujeres. Estos datos confirmarían que todavía persisten ciertos roles en las familias,

6

siendo el de la mujer, el cuidado de los hijos y el hogar, mientras que el del hombre, de sustento económico. La tasa de subempleo en Lima Metropolitana se sitúa en 41,2%, afectando en mayor medida a las mujeres que a los hombres (47,7% y 36,3% respectivamente). El subempleo puede ser desagregado en dos, el subempleo visible o por horas, constituido por los ocupados que trabajan involuntariamente menos de 35 horas a la semana; mientras que el subempleo invisible o por ingresos está conformado por ocupados que trabajan 35 horas o más a la semana y perciben un ingreso menor al ingreso mínimo referencial. La tasa de subempleo por ingresos es la que registra una mayor proporción de la oferta laboral, ya que supera en casi cuatro veces al subempleo por horas en la ciudad de Lima Metropolitana, como se puede apreciar en el cuadro Nº 1. En el caso de la población adecuadamente empleada, ésta representa al 50% de la PEA, situación que ubica a los hombres en mejor condición que las mujeres, ya que el 56,9% de hombres se encuentran adecuadamente empleados, frente al 41% de mujeres.

Cuadro Nº 1 Lima Metropolitana: Población y fuerza de trabajo según sexo, 2006 (En porcentajes) Hombre

Mujer

Total relativo

Total absoluto

A. Población y fuerza de trabajo Población en Edad de Trabajar - PET Población Económicamente Activa - PEA Ocupados Subempleados Por horas Por ingresos Adecuadamente Empleados Desocupados Poblacion Inactiva

48,3 56,9 58,1 50,0 41,4 52,3 64,7 44,4 33,0

51,7 43,1 41,9 50,0 58,6 47,7 35,3 55,6 67,0

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

6 257 927 4 007 555 3 656 660 1 651 127 346 264 1 304 863 2 005 533 350 895 2 250 372

B. Indicadores Tasa actividad (PEA/PET) Ratio Empleo/Población Tasa de subempleo Por horas Por ingresos Tasa de adecuadamente empleados Tasa de desempleo (PEA desocupada / PEA)

75,4 70,3 36,3 6,3 30,0 56,9 6,8

53,4 47,4 47,7 11,7 36,0 41,0 11,3

64,0 58,4 41,2 8,6 32,6 50,0 8,8

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

7

Sin embargo, es importante agregar que la participación de la mujer en el mercado laboral ha venido aumentando a través del tiempo. Así, si en los años setenta la tasa de participación de la mujer en Lima Metropolitana era aproximadamente de 34%, es decir, de cada diez mujeres, sólo tres participaban en el mercado de trabajo; en los ochenta lo hacían cuatro de cada diez mujeres; y en los noventa, cinco de cada diez, llegando en el 2006 al 53,4% (ver Gráfico Nº 3). La decisión de participación de una mujer en el mercado laboral depende de muchos factores, a diferencia de los hombres, ya que en ella afectan el número de hijos, la educación, estado civil, el cuidado del hogar, el nivel de ingresos en la familia, la ayuda doméstica a la que puedan tener acceso, así como cuestiones culturales, como los papeles o roles que desempeñan hombres y mujeres en la sociedad. Además, el período de permanencia en el mercado laboral en las mujeres presenta mayores interrupciones que en los hombres, principalmente por el período de embarazo o maternidad, que la aleja por un tiempo del mercado laboral.

Gráfico Nº 3 Lima Metropolitana: Tasa de participación femenina, 1970-2006

T a s a d e p a rtic ip a c ió n

60

50

40

30 1970

1978

1984 Tasa de participación femenina

1990

1996

2006

Tendencia

Fuente: MTPE - Encuesta Nacional de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, III Trimestre 1970 - 2005. MTPE – Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Las políticas de empleo para las mujeres debieran incluir estas características. Medidas como la existencia de una mayor cantidad de salas cunas, así como empleos a jornada parcial ayudarían a mejorar el empleo de las mujeres, así como aumentar su participación en el mercado laboral.

8

La situación económica también influye en la decisión de la mujer de participar en el mercado laboral. En los ciclos expansivos de la economía existe una mayor probabilidad de encontrar trabajo, mientras que en los períodos de recesión es más difícil, ya que las familias tienen que buscar ingresos, por lo que la mayoría de los miembros de la familia ingresa al mercado de trabajo, en donde los empleos formales son escasos, por lo que la mujer encuentra empleos predominantemente en el sector informal. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología viene influyendo en las actividades productivas en general, ocasionando un desajuste entre la calificación de una persona y las cambiantes necesidades del mundo productivo, por lo que la formación profesional se convierte en un instrumento fundamental para aumentar la empleabilidad de la mano de obra y mejorar las condiciones laborales. Es decir, si una persona no está capacitada para el trabajo productivo no puede acceder a empleos de calidad y se insertará en trabajos de baja calificación o en la informalidad.

Gráfico Nº 4 Lima Metropolitana: Tasa de participación femenina según rango de edades, 2004-2006

75

55

35

15

14-29

30-45 2004

46-55 2005

56 a más 2006

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2004-2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Analizando la tasa de participación femenina por rangos de edad, se puede ver que las mujeres entre los 30 y 45 años de edad son las que presentan la mayor tasa de participación, que se explica por encontrarse en la etapa de mayor productividad y experiencia. Las mujeres jóvenes (14 a 29 años) presentan una tasa de participación laboral de 48,4% explicado por encontrarse en etapa de formación educativa y profesional, mientras que las más viejas (de 56 años a más) presentan la menor tasa de participación por empezar la etapa de retiro y jubilación.

9

2. Características de las mujeres ocupadas de Lima Metropolitana

2.1. El empleo femenino según estructura de mercado En el año 2006, la distribución de la PEA ocupada femenina de Lima Metropolitana muestra que el 41,4% laboraban en el sector privado3, principalmente en la micro empresa (16,1%), y el 32,3% como independientes (siendo en su mayoría no profesionales). Las trabajadoras del hogar constituían el 11,8%, mientras que las trabajadoras familiares no remuneradas (TFNR) el 6,1%. El sector público concentraba al 8,3% de las ocupadas.

Gráfico Nº 5 Lima Metropolitana: PEA ocupada femenina según estructura de mercado, 1996-2006 (En porcentajes) 100% 90%

10,8

12,6

12,5

12,9

13,5

11,8

7

7,2

8,4

7

7,4

6,1

38,8

34,2

36,8

37,3

34,6

9,2

14,6

10,4

10,4

10,4

25

23,4

23,5

22,6

27,3

28,0

9,1

7,9

8,4

9,7

6,8

8,3

1996

1998

2000

2002

2004

2006

80% 70% 60%

32,3

50% 40%

13,4

30% 20% 10% 0%

Sector público

MYPE

Mediana y gran empresa

Independientes

T.F.N.R

Resto

Notas: 1/ Resto: Incluye a las trabajadoras del hogar y otros 2/ El tamaño de empresa se define por el volumen de trabajadores; así la microempresa está conformada por unidades empresariales que tienen 2 a 9 trabajadores, la pequeña empresa se sitúa en el rango de 10 a 49 trabajadores y la mediana y grande de 50 trabajadores a más. Fuente: Convenio MTPS – INEI. Encuesta Nacional de Hogares, III T, 1996-2001. MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2002-2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Estos datos permiten afirmar que más del 60% del empleo de las mujeres en la capital peruana es mayormente informal, por el trabajo en actividades independientes no profesionales, el predominio de empleo en microempresas, el trabajo doméstico y las actividades no remuneradas.

3

16,1% en la microempresa, 11,9% en la pequeña empresa y 13,4% en la mediana y gran empresa.

10

Sin embargo, a pesar de que las trabajadoras independientes representan una parte importante de la PEA ocupada, debe tenerse en cuenta que la participación de estas mujeres en el mercado laboral presenta un tendencia decreciente a partir del año 2000. En cambio, las micro y pequeñas empresas (MYPE) muestran una tendencia creciente desde el 2002, motivo por el cual en la actualidad se considera como uno de los principales motores de desarrollo de la economía peruana. Los mayores ingresos laborales promedio son percibidos por las mujeres ocupadas en la mediana y gran empresa (S/. 1 640), así como en el sector público (S/. 1 318), mientras que los menores se dan en las trabajadoras del hogar y las independientes no profesionales, con ingresos inferiores a la remuneración mínima vital, la cual asciende a S/.500 (véase anexo Nº 1). En relación a las horas de trabajo, se puede observar que, el grupo de mujeres que laboran en la microempresa trabajan en promedio más horas a la semana, seguido de las trabajadoras del hogar. Finalmente, las que trabajan menos horas son las independientes profesionales, quienes solo representan el 1,9% del total de ocupadas. En cuanto a una de las particularidades de la calidad del empleo se encontró que las TFNR, las trabajadoras de las microempresas y las independientes son las que registran mayores tasas de subempleo (74,7%, 65,1% y 62,9% respectivamente). En todos los casos, el subempleo por ingresos resulta ser superior al subempleo por horas.

2.2. La Informalidad del empleo Definir el empleo informal es difícil debido a la complejidad y heterogeneidad que presenta. Una aproximación a la definición de informalidad del empleo consiste, en analizar la situación de los trabajadores en el desarrollo de su actividad, y de esta manera determinar las personas que están en una situación informal. Según el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, forman parte del sector informal: los trabajadores de la microempresas, los independientes no calificados, los trabajadores familiares no remunerados (TFNR), y los trabajadores del hogar, por la baja productividad de las actividades que realizan, así como por la ausencia de protección social, que las ubica en una situación precaria. En base a esta información se ha agrupado a la PEA ocupada de Lima Metropolitana según condición de informalidad y muestra que el mercado laboral limeño presenta un elevado índice de informalidad; así, más de la mitad de los trabajadores son informales, eso es, aproximadamente 6 de cada 10 ocupados. Comparando con años anteriores se puede ver que los años 1997 y 2000 presentaron los mayores niveles de

11

informalidad (por arriba del 60%) el cual se ha venido reduciendo lentamente, situándose en el 2006 en el 58,8%, siendo el nivel actual todavía alto. El impacto del sector informal sobre el desempeño de la economía en un determinado país depende en gran medida de las leyes vigentes. De Soto (1986), basa su análisis del sector informal en el Perú sobre la idea que la excesiva regulación, los altos impuestos y la limitada capacidad de monitoreo estatal encarecen los costos de la legalidad, de esa manera muchos de los individuos se ven forzados a recurrir al sector informal como una opción de última instancia. Igualmente, se cree que los resultados macroeconómicos constituyen una causa del aumento de las actividades informales, es decir, ante la ausencia de crecimiento económico acompañada de una creciente oferta laboral, tiende a aumentar la participación de los trabajadores dedicados a las actividades informales4.

Gráfico Nº 6 Lima Metropolitana: PEA ocupada por condición de informalidad, 1987-2006 2006 2000 1998 1996 1994 1992 1990 1987 30%

40%

50% Informal

60%

70%

Formal

Fuente: MTPE. Encuesta de Niveles de Empleo, 1986-1995. Convenio MTPS-INEI. Encuesta Nacional de Hogares, III trimestre 1996-2001. MTPE. Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2002-2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Generalmente, se relaciona el empleo informal a la ausencia de protección social, bajos niveles de productividad e ingresos, con predominio de mano de obra no calificada, y con limitadas perspectivas de progreso laboral en el futuro.

4

Consulte Freije, S. (2001). “El empleo informal en América latina y el Caribe: causas, consecuencias y recomendaciones de política”. Instituto de estudios superiores de administración (IESA).

12

Esto se corrobora con el grado de protección social de los trabajadores del sector informal, en donde sólo el 5% de ellos cuenta con un seguro de salud y 8,2% se encuentra afiliado a un sistema de pensiones, a diferencia de los trabajadores del sector formal, quienes más del 50% cuentan con estos beneficios laborales (ver gráfico Nº 7)

Gráfico Nº 7 Lima Metropolitana: Protección social según informalidad del empleo, 2006 (en porcentajes) 70

61.3

58.8

60 50 40

27.2

30.1

30 20 10

5.0

8.2

0 Informal

Formal

Salud

Total

Pensión

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

En el caso de las mujeres existen algunas variables que influyen en la posibilidad de trabajar en el sector informal, como la composición de las unidades familiares y el número de hijos que tienen. Para ellas, la informalidad es una alternativa de trabajo que es de fácil acceso, debido a la flexibilización de las horas de trabajo. Así, disponen de más tiempo, que pueden distribuirlo entre las actividades laborales y las domésticas. Generalmente formulan estrategias familiares5 que involucra división de trabajo y delegación de responsabilidades en donde participan la mayoría de integrantes del hogar.

2.3. Las mujeres ocupadas según sector económico El empleo de las mujeres por rama de actividad económica ha mantenido un comportamiento estable a lo largo de los últimos 10 años. Así, tenemos que en el 2006, los sectores de mayor generación de empleo femenino continúan siendo: servicios 5

Para Orsatti y Calle (2004) en el documento “Situación de los trabajadores de la economía informal en el Cono Sur y el Área Andina”, se entiende a estrategias familiares como el conjunto de comportamientos a través de los cuales aseguran su reproducción biológica y optimizan sus condiciones de existencia.

13

(50,5%) y comercio (35,2%). Mientras que los sectores que concentran una menor cantidad del empleo femenino son: industria (13,2%), extractivas y construcción (en conjunto, éstas dos últimas agrupan el 1,1% del empleo femenino6 (Ver Gráfico Nº 8). El sector comercio y el sector servicios7 son los principales generadores de empleo en la economía peruana. Como observamos la situación de la mujer empleada por actividad económica no parece haber cambiado sustancialmente desde 1996 hasta el 2006. Sin embargo, en los últimos años, a partir del 2000, se observa ligera disminución de las mujeres que se dedican a trabajar en el sector servicios, en tanto que el número de mujeres que trabajan en el comercio parecen no haber variado mucho en estos últimos años8.

Gráfico Nº 8 Lima Metropolitana: PEA ocupada femenina según actividad económica 1996-2006 (En porcentajes) 100%

80%

50.9

53.9

50.8

52.5

50.5 52.8

60%

40%

35.1

34.3

35.3

34.7

35.6

35.2

20% 12.8

10.9

12.9

11.9

11.0

13.2

0% 1996

1998

Industria

2000

2002

Comercio

2004

2006

Servicios

Notas: 1/ Los sectores construcción y extractivo no son significativas por presentar bajos de niveles de participación. 2/ El sector servicios incluye a los hogares. Fuente: Convenio MTPE - INEI, ENAHO III T 1996 - 2001. MPTE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2002-2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

6

La participación de la mujer en los sectores construcción y extractivo, es muy ínfima por eso no se consideró en el gráfico Nº 5. 7 En el año 2006, el sector servicios agrupó al 39,3% de las mujeres ocupadas y hogares al 11,2% en Lima Metropolitana. 8 Se ha logrado identificar las principales ocupaciones de las mujeres en el sector servicio y comercio. En servicio, encontramos a mujeres que se desempeñan como meseras, recepcionistas, cajeras, y profesoras en los servicios de enseñanza; y como personal doméstico en el caso de los hogares. En comercio, destacan las vendedoras al por mayor y al por menor, así como las vendedoras ambulantes.

14

2.4. Los ingresos de las mujeres ocupadas En la actualidad, la variación del ingreso real de las mujeres de Lima Metropolitana desde 1996 hasta el 2006 es de 7,5%, y de los hombres es de 10,3%. Es decir, el incremento del ingreso real ha sido mayor en el hombre que en la mujer, persistiendo así las diferencias salariales, la cual sigue siendo muy marcada, ya que en el 2006 las mujeres percibieron en promedio el 66% del ingreso de los hombres, es decir S/. 722 frente a los S/. 1 089 (cuadro Nº 2).

Cuadro Nº 2 Lima Metropolitana: Ingreso promedio laboral mensual por sexo, 19961/ 2006 (En valores reales CUADRO Nº 2 del 2001) 1996 Ingreso promedio real

Sexo

Hombre Mujer Total

Brecha

2006 Ingreso promedio real

Brecha

988

100

1,089

100

672 862

68

722 938

66

1/ El período base utilizado del IPC es diciembre del 2001. Fuente: Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III T 1996. MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

En base a esta clasificación se presentan los ingresos promedio por sexo, y se puede ver que el ingreso promedio de las mujeres es menor al de los hombres.

Gráfico Nº 9 Lima Metropolitana: Ingreso laboral mensual promedio según segmento de mercado1/, 2006 (en nuevos soles) 2000

1,669 1,264

1500 1000

806 517

500 0 Sector informal

Mujer

Sector formal

Hombre

1/ El sector informal está conformado por los trabajadores de las microempresas, los independientes no calificados, los TFNR y los trabajadores del hogar; mientras que el sector formal por los trabajadores de la pequeña, mediana y gran empresa, los independientes profesionales y el sector público. Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

15

Sin embargo, la brecha diferencial es menor en el sector informal que en el formal, registrando en el sector formal, ingresos promedios de S/. 1 669 y S/. 1 264 para hombres y mujeres respectivamente, mientras que en el sector informal los ingresos de los hombres fueron de S/. 806 y de las mujeres S/. 517.

RECUADRO 1 LA BRECHA SALARIAL FORMAL-INFORMAL Freije, Samuel (2001) en el documento “El empleo informal en América latina y el Caribe: causas, consecuencias y recomendaciones de política” considera que: Los diferenciales salariales se deben a la segmentación del mercado laboral, los empleos formales están protegidos por la legislación, además se caracterizan por tener ingresos elevados y restricciones a la entrada. En consecuencia, personas con características laborales similares ganan distintos ingresos dependiendo del sector en el que trabajen.

2.5. El nivel educativo de las mujeres ocupadas La educación es un medio de movilidad social, de disminución de la pobreza, y de desarrollo del capital humano, al incrementar las posibilidades de participar en el mercado laboral y de obtener un trabajo digno. Las naciones más desarrolladas han logrado su crecimiento en base a la inversión en capital humano. Los resultados para Lima Metropolitana confirman que a mayor nivel de preparación y estudios, los niveles de ingresos aumentan, pero siempre la brecha de ingresos es favorable para los hombres, siendo en el nivel universitario el de mayor diferencia, como se puede ver en el siguiente cuadro. Además, es importante notar que para el año 2006, la proporción de mujeres y hombres ocupados del nivel educativo superior universitario completo es similar, siendo aún mayor en las mujeres del nivel no universitario. En general, la PEA ocupada de Lima Metropolitana cuenta mayoritariamente con nivel educativo secundario completo, con ingresos promedios de S/. 938 en hombres y S/. 603 en las mujeres, quienes se ocuparían sobretodo en actividades de baja calificación y productividad.

16

Cuadro Nº 3 Lima Metropolitana: PEA ocupada según nivel educativo alcanzado1/ e ingreso laboral promedio2/, 2006 Nivel educativo alcanzado

Distribución de la PEA Ocupada Hombre Mujer Total

Ingreso laboral promedio (en nuevos S/.) Hombre Mujer Total

Sin nivel 3.0 6.0 4.3 765 376 541 Primaria 18.1 19.2 18.6 655 474 579 Secundaria 53.6 47.4 51.0 938 603 811 Superior no Universitaria 11.4 13.4 12.2 1,312 1,011 1,174 Superior Universitaria 13.9 14.0 13.9 2,908 1,802 2,446 Total 100.0 100.0 100.0 1,207 799 1,040 1/ Sin instrucción agrupa las categorías sin nivel y primaria incompleta. Primaria agrupa primaria completa y secundaria incompleta. Secundaria agrupa secundaria completa y superior no universitaria y universitaria incompleta. Superior agrupa superior no universitaria y universitaria completa. 2/ En el cálculo del ingreso laboral se excluye a los trabajadores familiares no remunerados (TFNR) Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Es importante notar que en la actualidad las mujeres ocupadas son más educadas que hace 10 años atrás (año 1996), como se puede ver en el gráfico Nº 10, al aumentar el porcentaje de ellas que cuentan con nivel educativo secundaria y superior completo, y disminuyendo las de sin nivel y primaria.

Gráfico Nº 10 Lima Metropolitana: PEA ocupada según nivel educativo alcanzado1/, 1996-2006 (en porcentajes) 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0

47.4 38.4

26.1 19.2 13.4 11.9

13.2

14.0 10.3

6.0

Sin nivel

Primaria

Secundaria

Año 2006

Superior no universitaria

Superior universitaria

Año 1996

1/ Sin instrucción agrupa las categorías sin nivel y primaria incompleta. Primaria agrupa primaria completa y secundaria incompleta. Secundaria agrupa secundaria completa y superior no universitaria y universitaria incompleta. Superior agrupa superior no universitaria y universitaria completa. Fuente: Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III T 1996. MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

17

3. Características de las mujeres desocupadas de Lima Metropolitana

De acuerdo a la Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo del MTPE, la tasa de desempleo registrada en la ciudad de Lima Metropolitana fue de 8,8% en el año 2006, eso es, 350 895 personas desocupadas, de las cuales más de la mitad fueron mujeres (55,6%). Hace 10 años, la tasa de desempleo en Lima Metropolitana se encontraba en un nivel relativamente más bajo (7,2%), donde el 49% de los desocupados eran mujeres. La mujer sigue teniendo una mayor tasa de desempleo que el hombre, así mientras la tasa de desempleo del hombre se sitúa por debajo del 7% entre 1996 y 2006, la de la mujer ha experimentado un incremento en estos 10 años, situándose en 11,3% para el 2006. Estos resultados confirman que las mujeres tienen mayores probabilidades de estar desempleadas a comparación de los hombres.

Cuadro Nº 4 Lima Metropolitana: Tasas de desempleo, 1996-2006

Desocupados % Mujeres Tasa de desempleo Por sexo Hombre Mujer

1996 215,459 49.0 7.2 6.2 8.5

2006 350,895 55.6 8.8 6.8 11.3

Fuente: Convenio MTPS-INEI. Encuesta Nacional de Hogares, III T 1996; MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Es importante conocer el perfil de las mujeres desempleadas de Lima Metropolitana, para que se puedan proponer políticas de apoyo a su inserción laboral. Se presentan las características de estas mujeres comparando los resultados de las encuestas de los años 1996 y 2006, para evaluar la evolución de este grupo. Como se puede ver en el cuadro Nº 5, las mujeres desocupadas continúan siendo en su gran mayoría jóvenes, aunque en menor proporción que en 1996, ya que en el 2006, el 56,3% de ellas se encontraban en el rango de 14 a 29 años de edad (en el año 1996, eran 63,8% en este mismo rango de edad). Con respecto al nivel educativo alcanzado, más de la mitad (53,5%) cuentan con nivel educativo secundaria completa, pero hay que recalcar que para el año 2006, hay mayor proporción de desocupadas con nivel educativo superior completo a comparación

18

del año 1996 (24,7% contra 19,5%), lo que demuestra la falta de conexión entre la formación recibida y las necesidades del aparato productivo, a la vez del aumento y dudosa calidad de los institutos y universidades en lo referente a la educación y formación ofrecida a las personas, para acceder a un puesto de trabajo9. Además, hay que recalcar que es menor la proporción de desocupadas con nivel educativo sin instrucción y primaria completa, comparando los dos años, lo que corrobora el mayor acceso a la educación de las mujeres. En conclusión, las mujeres desocupadas hoy en día son más educadas que hace diez años atrás.

Cuadro Nº 5 Lima Metropolitana: Características del desempleo en las mujeres, 1996-2006 (En porcentajes) 1996 2006 Total desocupadas 105,554 195,199 Rango de edad 14 a 24 años 50.3 37.2 25 a 29 años 13.5 19.1 30 a 44 años 24.3 33.9 45 a más 12.0 9.8 1/ Por nivel educativo Sin instrucción 7.0 3.6 Primaria 20.4 18.2 Secundaria 53.1 53.5 Superior 19.5 24.7 Estado civil Casada/conviviente 30.8 41.5 Soltera/viuda 63.1 49.0 Separada/divorciada 6.1 9.5 Tipo de desempleo Cesantes 85.1 84.8 Aspirantes 14.9 15.2 Duración del desempleo Hasta 2 semanas 47.2 41.7 Más 2 a 4 semanas 19.5 25.3 Más 4 a 8 semanas 12.5 16.7 Más de 8 semanas 20.8 16.2 Promedio semanas 8.5 7.4 1/ Sin instrucción agrupa las categorías sin nivel y primaria incompleta. Primaria agrupa primaria completa y secundaria incompleta. Secundaria agrupa secundaria completa y superior no universitaria y universitaria incompleta. Superior agrupa superior no universitaria y universitaria completa. Fuente: Convenio MTPS-INEI. Encuesta Nacional de Hogares, III T 1996; MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

9

Para el año 2006, había en todo el país un total de 91 universidades (según la Asamblea Nacional de Rectores, Dirección de Estadística. Tips al 31 de diciembre de 2006). Mientras que el Ministerio de Educación reportó 1 062 institutos superiores a nivel nacional, en el 2005. (Estadística Básica 1998-2005).

19

Es importante mencionar que la gran mayoría de estas mujeres desempleadas ya han tenido una experiencia laboral previa, dado que el 84,8% son desempleadas “cesantes” contra el 15,2% de “aspirantes”, es decir, de aquellas que buscan trabajo por primera vez. Además, existe una baja duración del desempleo, dado que ésta es mayormente de hasta cuatro semanas para las mujeres. Estas características reflejan la alta movilidad y rotación laboral del mercado de trabajo de la capital, y en este caso, para las mujeres no es la excepción. Se puede concluir, que para el año 2006, la gran mayoría de mujeres desocupadas eran jóvenes de entre 14 a 29 años de edad (56,3%), por lo que se analiza a este grupo.

3.1. Las Jóvenes desocupadas El total de mujeres jóvenes desocupadas en Lima Metropolitana ascendió a 109 977 en el año 2006. El 66% de ellas se encontraba en el rango de 14 a 24 años, y el resto (34%), en el de 25 a 29 años de edad. Analizando el nivel educativo de las jóvenes desocupadas, se encuentra que la gran mayoría cuenta con secundaria completa, siendo el 67,9% de mujeres comprendidas en el rango de 14 a 24 años de edad y el 49,2% de 25 a 29, a pesar que en promedio una persona está terminando la educación secundaria entre los 16 y 18 años de edad.

Gráfico Nº 11 Lima Metropolitana: Distribución de las mujeres jóvenes desocupadas por nivel educativo alcanzado y rango de edad, 2006 (en porcentajes) 70 60 50 40 30 20 10 0

67.9 49.2

23.3

22.0 7.3

Hasta primaria 1/

21.5

6.5

Secundaria

De 14 a 24 años

Superior No Universitaria

2.3

Superior Universitaria

De 25 a 29 años

1/ Incluye los de sin nivel, primaria incompleta, primaria completa y secundaria incompleta. Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

20

Además, hay que notar la existencia de mujeres jóvenes con bajos niveles de educación (hasta primaria), las cuales serían las de mayor desventaja por la baja calificación que poseen para acceder a un puesto de trabajo. Sin embargo, hay que recalcar la proporción de mujeres desocupadas con niveles superiores universitario y no universitario, sobretodo en el rango de entre 25 a 29 años de edad (por encima del 20%). Estos resultados dan luces acerca de la calidad de estos centros educativos superiores que supuestamente, forman para el futuro laboral de las personas. Medidas de evaluación de la calidad de la enseñanza, así como información acerca de las ocupaciones que requiere el aparato productivo son importantes para lograr el nexo entre el mercado laboral y el formativo (o educativo). Comparando con los hombres, se puede notar que hay un 8,8% de mujeres jóvenes desocupadas con nivel educativo superior universitario completo contra un 3,7% de hombres con este mismo nivel educativo, mientras que en el superior no universitario los resultados están casi parejos para ambos sexos, lo que corrobora que las mujeres están accediendo cada vez más a la educación superior pero la calidad de ésta es la que requiere una reforma y evaluación. Pero en general, el grueso de jóvenes desocupados cuentan con secundaria completa (58,4% en el caso de hombres y 61,6% en las mujeres) (véase gráfico Nº 12).

Gráfico Nº 12 Lima Metropolitana: Distribución de los jóvenes desocupados por sexo y nivel educativo alcanzado, 2006 (en porcentajes) 70

58.4

61.6

60 50 40 30

24.4 17.9

13.5

20

11.8 3.7

10

8.8

0 Hasta primaria 1/

Secundaria

Hombre

Superior No Universitaria

Superior Universitaria

Mujer

1/ Incluye los de sin nivel, primaria incompleta, primaria completa y secundaria incompleta. Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

21

RECUADRO 2 TRABAJO ANTERIOR DE LAS MUJERES JÓVENES DESOCUPADAS Es importante conocer, ¿cuántas de las mujeres jóvenes desocupadas han trabajado anteriormente?. Los resultados indican que el 22% de ellas nunca trabajó, y el 78% si trabajó anteriormente. ¿Ha trabajado antes?

No; 22

Las que si han trabajado, se han desempeñado como trabajadoras del hogar, comerciantes, meseras, recepcionistas, vendedores, entre otras ocupaciones. Si; 78

¿Cóm o busca trabajo?

Con respecto a las formas de buscar trabajo de las mujeres jóvenes desocupadas, la gran mayoría lo hace a través de avisos que lee y consultando a sus amigos y parientes. El uso del internet es todavía poco frecuente, así como las agencias y bolsas de empleo.

Internet; 5.0

Avisos; 36.2

Otro; 5.0

Empleador; 12.1

Agencia / bolsa de empleo; 9.4

Amigos / parientes; 32.4

Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

22

4. Características de las mujeres Inactivas de Lima Metropolitana

Los inactivos son todas aquellas personas que no participan en el mercado de trabajo por varias razones. En el 2006, el 36% de la PET de Lima Metropolitana se encontraba inactiva, es decir alrededor de 2,2 millones de personas, siendo en su gran mayoría mujeres10. •

Razones de inactividad

En el 2006, el 46,6% de la PET femenina de Lima Metropolitana pertenece al grupo de Inactivas, siendo las razones de esta situación, mayormente el hecho que se dedican a los quehaceres del hogar (30,8%) y por su edad o falta de experiencia (21%). También refieren el hecho de que no hay trabajo o se han cansado de buscarlo como un motivo de encontrarse inactivas, así como el hecho de encontrarse estudiando (10,1%), y hasta por cuestiones de salud (ver gráfico Nº 13).

Gráfico Nº 13 Lima Metropolitana: Razones de inactividad femenina, 2006 (En porcentajes)

Otros; 13.7 Salud; 8.3

No hay trabajo; 16.2

Quehaceres del hogar; 30.8

Estudios; 10.1 Edad/falta experiencia; 21.0

1/ Otros, incluye la falta de capital para iniciar un negocio Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

10

De toda la población inactiva de Lima Metropolitana, el 67% estaba compuesta por mujeres y el resto, por hombres (33%).

23

Por rangos de edad, la mayor inactividad se da generalmente en las mujeres jóvenes de 14-29 años, seguida de las mujeres mayores de 56 años a más (23,1%). En el caso de las jóvenes, el 48% se encuentran estudiando o dedicadas a los quehaceres del hogar (24% en cada caso), mientras que las mayores por su edad, ya no participan del mercado laboral (43%).

Cuadro Nº 6 Lima Metropolitana: Mujeres inactivas por rango de edad, 2006 Rango de edad 14 - 29 años 30 - 45 años 46 - 55 años 56 años a más Total

Absoluto

En %

711,059 297,287 150,271 348,357

47.2 19.7 10.0 23.1

1,506,974

100.0

Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

24

5. Mujeres jefes de hogar

Tradicionalmente, el hombre se consideraba como jefe de hogar11, quien era el responsable de abastecer y proporcionar los ingresos para el mantenimiento del hogar, y la mujer tenía el papel de cuidadora de los hijos, con las labores domésticas que ello conlleva. Sin embargo, hoy en día, el mayor número de separaciones y divorcios de las parejas trae consigo que la mujer asuma el papel de proveedora del hogar, ante la ausencia o abandono del padre, además de la existencia de madres solteras. Así, el número de hogares cuyos jefes de hogar son mujeres es considerable, y en Lima Metropolitana, este número llega a 427 mil, que representan el 21,5% del número de hogares mantenidos por un jefe de hogar (Ver cuadro Nº 7). Generalmente, las mujeres jefes de hogar tienen muchas dificultades, sobretodo, de carácter económico y social.

Cuadro Nº 7 Lima Metropolitana: Jefes de hogar por sexo, 2006 Sexo

Absoluto

En %

Hombre Mujer Total

1,564,005 427,002 1,991,007

78.6 21.4 100.0

Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Aún no se ve reflejado en los hogares una distribución más equitativa de las tareas domésticas y laborales en ambos sexos. Diversos estudios señalan la importancia de abordar el análisis de los hogares partiendo de las características socioeconómicas del jefe de hogar, ya que somos lo que nuestro hogar es, y muchas veces nos vemos reflejados en el comportamiento del jefe de hogar. Por ello, es importante analizar el caso de los hogares con jefatura femenina, y conocer algunas de sus características y condiciones de vida. En el 2006, cerca de la mitad de las mujeres jefas de hogar de Lima Metropolitana son viudas y solteras (49%), y poco más de la tercera parte son separadas o divorciadas (37,1%), lo que nos indicaría que la ausencia del padre en el hogar es uno de los factores 11

Se reconoce como jefe de hogar a aquella persona que es aceptada como tal por todos los integrantes del hogar, y que radica en un hogar de manera habitual. INEI (2005). “Comas: perfil sociodemográfico de las poblaciones en riesgo”.

25

que originan la jefatura de la mujer en el hogar. Por otro lado, un 9,3% son casadas y el resto son convivientes (4,7%). En el caso de los hombres jefes de hogar, la situación es diferente, ya que casi el 85% son casados/convivientes (véase cuadro Nº 8).

Cuadro Nº 8 Lima Metropolitana: Jefes de hogar por estado civil según sexo, 2006 (En porcentajes) Estado civil Conviviente Casado(a) Viudo(a) Divorciado(a) / Separado(a) Soltero(a) Total

Sexo Hombre 34.2 50.1 3.2 4.3 8.2 100.0

Mujer 4.7 9.3 23.8 37.1 25.2 100.0

Total 27.9 41.3 7.6 11.3 11.9 100.0

Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE, Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

La mayoría de las mujeres jefas de hogar son adultas, 35% de ellas se encuentran en el rango de 55 años a más, 32% en el de 30 a 44 años, y el 21% de 45 a 54 años de edad. El resto (12%) son jóvenes. Dada la falta de ingresos de estas mujeres jefas de hogar, el 45,9% de ellas trabajan por su cuenta como independientes, probablemente en actividades de baja calificación, y el 12,4% se emplea como trabajadora del hogar. También hay un importante porcentaje de mujeres jefas de hogar que son asalariadas (35,5%). En el caso de los hombres jefes de hogar, más de la mitad son asalariados (56,1%) y la tercera parte obtiene su ingreso de forma independiente (34,9%).

26

Cuadro Nº 9 Lima Metropolitana: Jefes de hogar según categoría ocupacional, 2006 (En porcentajes) Categoría ocupacional Asalariados Empleador Independiente TFNR Otros /1. Total

Sexo Hombre

Mujer

56.1 7.3 34.9 1.1 0.7

35.5 5.2 45.9 1.1 12.4

100.0

100.0

1/. Incluye mayormente trabajadores del hogar y practicantes. Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

El nivel educativo de las mujeres jefas de hogar se concentran en los niveles de secundaria y primaria completa (36,1% y 26,5% respectivamente), lo que corrobora que se dedican mayormente a actividades de baja productividad, como independientes. Asimismo, el 24% de estas mujeres cuentan con estudios superiores concluidos (universitarios y no universitarios). Hay que recalcar que al ser las mujeres las que sostienen el hogar, son más vulnerables a cualquier cambio coyuntural de la economía.

Cuadro Nº 10 Lima Metropolitana: Mujeres jefes de hogar según nivel educativo alcanzado, 2006 Nivel educativo alcanzado Cifras absolutas

En %

Sin nivel Primaria Secundaria Superior No Universitaria Superior Universitaria

57,568 113,292 154,291 44,278 57,572

13.5 26.5 36.1 10.4 13.5

Total

427,002

100.0

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

27

Era de esperarse que con estas características del empleo de las mujeres jefas de hogar, exista una importante brecha en el nivel de ingresos con sus pares hombres, ya que el nivel de ingresos promedios mensuales son mayores para los jefes hombres que para las mujeres.

Gráfico Nº 15 Lima Metropolitana: Ingreso promedio mensual1/ de los jefes de hogar, 2006 (En nuevos S/.) 1,382

1,300

1400 1200

877

1000 800 600 400 200 0 Jefe de hogar hombre

Jefe de hogar mujer

Total

Nota: se excluye a los T.F.N.R.

1/ No incluye a los TFNR Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

28

6. Diferenciales de ingreso por género

Las diferencias entre los ingresos laborales promedio de varones y mujeres ha dado origen a numerosas investigaciones que concluyen que los hombres están mejor remunerados que la mujeres. Por eso, con la finalidad de estimar la diferencia del ingreso laboral se utilizará el modelo clásico de la ecuación de ingreso del tipo Mincer12: Y = a + d D + b X + e …………….. (1) donde Y es el logaritmo natural de los ingresos por hora, D es una variable ficticia que toma el valor 1 para el caso de las mujeres y 0 en el caso de hombres, X es un vector de atributos individuales que involucra dummies acumulativas para educación, sexo, experiencia laboral, condición de migración, ocupación independiente y jefe de hogar. Así, de las estimaciones realizadas para Lima Metropolitana, se puede notar que la brecha se venía reduciendo hasta el año 2003; sin embargo en los últimos dos años, esta brecha ha aumentado, por lo que en el año 2006, las mujeres en la ciudad de Lima ganaron 16% menos que los hombres (ver Gráfico Nº 16).

Gráfico Nº 16 Lima Metropolitana: Diferencial de ingresos por género, 1987-2006 (En porcentajes) 120 100

100

100

100

100

100 80

74,3

76,7

79,3

100 90,0

82,0

88,0

100 84,0

60 40 20 0 1987

1994

1996 Hombre

2001

2003

2005

2006

Mujer

Fuente: MTPS. Encuesta de Niveles de Empleo, 1990-1995. Convenio MTPS-INEI, Encuesta Nacional de Hogares, III Trimestre 1996-2001. MTPE. Encuesta de Hogares Especializada de Niveles de Empleo, 2002 – 2006. Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

12

Mincer, Jacob (1974). Schooling, Experience and Earnings. New York. National Bureau of Economic Research - NBER.

29

Sería interesante conocer a qué se deben esta diferencia de ingresos. ¿Se podría pensar que las características individuales de los hombres y las mujeres son tan diferentes que podrían merecer una diferencia de ingresos?, o ¿es qué hay otros factores que explicarían este diferencial?. Para evaluar este diferencial de ingresos, se realizó una descomposición de la brecha por medio de la metodología de Oaxaca (1993)13. La diferencia de ingresos por género se conforma de dos partes: una explicativa y otra no explicativa. La primera indica la presencia de factores individuales que son observables, mientras que a la segunda se le atribuye la discriminación y/o la ausencia de movilidad en las mujeres en distintos tipos de trabajo. Esta descomposición consiste en realizar regresiones separadas para hombres y mujeres de la forma que sigue: _ ∧ _ YM = ϕM XM

_ ∧ _ YH = ϕH XH

…….. (2)

Luego de operar matemáticamente se puede llegar a lo siguiente: _ _ ∧ _ _ _ ∧ ∧ YH - YM = ϕH (XH - XM ) +XH (ϕH - ϕM)

……… (3)

Así el diferencial de ingresos entre hombres y mujeres tiene dos componentes. La primera parte del lado derecho de la ecuación (3) representa las diferencias generadas por los atributos individuales observables, mientras que la segunda parte constituye aquella parte de la brecha que no es justificada y es potencialmente indicativa de discriminación laboral. Los resultados indican que el 16% de diferencial de ingresos por género para el año 2006 en Lima Metropolitana se explican mayormente por factores discriminatorios (76,3%), mientras que el restante 23,8% por las características individuales de los hombres y mujeres (Véase Gráfico Nº 17).

13

Oaxaca, R.(1993). “ Male – Female Wage Differentials in Urban Labor Markets”, en International Economic Review, Vol. 14, Nº 1, pp. 693 – 709.

30

Gráfico Nº 17 Lima Metropolitana: Componentes del diferencial de ingresos entre hombres y mujeres, 2006 (En porcentajes) 18% 16% 14% 12% 10% 8% 6% 4% 2% 0%

16% 12.2%

3.8%

Diferencial de ingresos

Por características individuales

Por discriminación

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

Comparando estos resultados con los de años anteriores (2003 y 2005), se puede ver que el diferencial de ingresos explicado por el componente discriminatorio o por razones no justificadas ha venido aumentando, mientras que el componente de características personales no ha variado mucho. Con esto, se demuestra que la brecha de ingresos por género es fundamentalmente originado por el componente discriminatorio.

Cuadro Nº 11 Lima Metropolitana: Componentes del diferencial de ingresos por género, 2003-2006 (En porcentajes) Años 2006 2005 2003

Brecha total 16.0 12.0 10.0

Por discriminación

Por características

12.2 8.4 6.2

3.8 3.6 3.8

Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2003 - 2006 Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

31

Como observamos el componente de discriminación es el que produce la mayor brecha de ingresos laborales, pero ¿Pero a qué se debe la discriminación? Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la discriminación implica un trato diferente basado en características individuales como raza, sexo, religión y discapacidad y no en méritos alcanzados por las personas, lo que genera desventaja y desigualdad. Diversos investigadores han tratado de determinar el origen de la discriminación. Becker (1971) sostiene que la discriminación de las mujeres se da principalmente en mercado de competencia imperfecta. También, Becker (1995) desarrolla un modelo en el cual se determina que la discriminación es producto del menor esfuerzo que las mujeres realizan como consecuencia de su rol en el hogar. Blau (1972) por ejemplo encuentra que los bajos salarios son determinados por la discontinuidad de la participación femenina en el mercado laboral.

RECUADRO 3 TIPOS DE DISCRIMINACIÓN Directa: conformada por leyes o prácticas que excluyen a trabajadores con ciertas características. Indirecta: son leyes y prácticas de carácter imparcial que redundan en perjuicio de un gran número de personas de una determinada población.

COSTOS DE LA DISCRIMINACIÓN Entre los principales costos de discriminación tenemos:

   

La disminución de la productividad y competitividad de las empresas. La generación de pobreza El aumento de la vulnerabilidad de ciertas personas (jóvenes, mujeres, discapacitados) El efecto sobre el crecimiento económico

Fuente: Seminario nacional tripartito sobre “La aplicación de los principios y derechos fundamentales en el proceso de integración económica regional en el Perú”. Lima, Perú, noviembre de 2003. OIT.

Sin embargo, en relación a la brecha salarial, Bergmann (1971, 1974) desarrolla el modelo de hipótesis de concentración y concluye que las diferencias de ingresos son resultado de la segregación ocupacional (feminización) existente en un mercado laboral, puesto que los empleadores discriminan a las mujeres en ocupaciones de exclusividad masculina. Dado que estos trabajos son exclusivos para los hombres, las mujeres optan

32

por ocuparse en empleos calificados como femeninos. Por lo tanto, a medida que aumenta la oferta de mujeres en las ocupaciones femeninas, el salario tiende a disminuir14. Al parecer, el Perú no se alejaría mucho de lo encontrado por estos investigadores, teóricamente la feminización puede aumentar las diferencias salariales por sexo si la penalización de trabajar en una ocupación femenina es mayor en las mujeres15. Así se presentan las brechas de ingreso por estructura de mercado y se pueden ver que en todas ellas, la mujer percibe menores ingresos que los hombres, inclusive en aquellos que son ocupados mayoritariamente por mujeres, como el trabajo del hogar, y tiende a aumentar en la pequeña, mediana y gran empresa, es decir en los mayores niveles jerárquicos y de mayor preparación.

Gráfico Nº 18 Lima Metropolitana: Brechas de ingreso por estructura de mercado, 2006 (En nuevos soles) 642 487

Trabajador del hogar

728

S ec to r p rivad o

Independientes

467

Mediana y gran empresa (50 a más trabaj.)

2,086 1,640

Pequeña empresa (10 a 49 trabaj.)

1,181 852 938

Microempresa (2 a 9 trabaj.)

687 1,763

Sector público

1,318 0

Mujer

500

1000

1500

2000

2500

Hombre

Fuente: MTPE - Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

14

El modelo de Bergmann supone igualdad de habilidades en ambos sexos, por lo tanto de no existir discriminación, los salarios serian los mismos para hombres y mujeres 15 González y Rossi (1999). “Discriminación salarial por género y efectos de la feminización de las ocupaciones en Uruguay”.

33

Por lo tanto, a pesar de los avances en los temas de equidad, éstos no logran tener un efecto permanente y sostenido sobre la erradicación de la discriminación de género, por esta razón es de menester atender prioritariamente los temas de igualdad de oportunidades y de género, si es que se quiere mejorar la situación de las mujeres en el mercado laboral de Lima Metropolitana, de lo contrario seguiremos en un mercado de trabajo caracterizado por las desventajas laborales que perjudican a los grupos humanos más vulnerables, como el de las mujeres. Así, el Estado tiene la obligación de fomentar y ejecutar las políticas públicas tendientes a alcanzar la equidad y la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres, por lo que ha venido desarrollando políticas nacionales y vigilando el cumplimiento de los acuerdos y compromisos internacionales suscritos por el Perú, para la adopción de las medidas concretas que favorezcan el desarrollo de las mujeres y los varones, y la transversalidad de la perspectiva de equidad de género. Es a través del Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones 2006-2010, aprobado en setiembre del 200516, donde se plasman los lineamientos de política, objetivos estratégicos y metas del plan, con el compromiso de cumplimiento al conjunto del Estado, así como al sector privado y la sociedad civil. Se espera que el avance en el cumplimiento del Plan constituya una mejora de las políticas públicas de género, para la disminución de la pobreza y desarrollo del país, con igualdad de oportunidades para todos los peruanos.

16

A través del Decreto Supremo Nº 009-2005-MIMDES (Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social).

34

7. Conclusiones



La participación de la mujer en el mercado laboral es un fenómeno que reviste un análisis social. El modelo de organización familiar tradicional de hombre proveedor y mujer cuidadora, y las variables sociales como el ciclo fértil de la mujer, el número de hijos, el nivel educativo e ingresos son factores que inciden en la participación laboral de las mujeres.



En base al análisis realizado de estos 10 años (1996-2006) para Lima Metropolitana, se puede notar que todavía persisten las limitaciones de la mujer en la inserción al mercado laboral. Por un lado, el desempeño ocupacional se concentra en un abanico limitado de ocupaciones laborales y, por otro, el incremento de la discriminación acompañado de la poca inversión en capital humano, provoca el aumento de la vulnerabilidad femenina. Hay un porcentaje importante de mujeres que laboran en el sector informal de la economía, sobretodo de los niveles educativos básicos, cuyas condiciones laborales dejan mucho que desear, por lo que es necesario promover empleos dignos y mayores oportunidades para las mujeres.



Sin embargo, hay que notar que hoy en día, las mujeres son más educadas que hace diez años, es decir que cuentan con un mayor nivel educativo, siendo en los niveles secundario y superior (universitario y no universitario) donde se encuentran casi en la misma proporción que los varones. Sin embargo, todavía se evidencia (en el 2006) una brecha de ingresos entre hombres y mujeres del 16% en Lima Metropolitana, principalmente debido a discriminación, lo que empuja a las mujeres a emplearse en trabajos de baja productividad, en condiciones de informalidad y vulnerabilidad, con bajos ingresos, que las relaciona a los roles reproductores y de cuidado.



El apoyo al empleo digno de las mujeres merece un cambio en la legislación laboral en lo referente a la existencia de jornadas laborales, a tiempo parcial por ejemplo (que se da en otros países), que permitirían compatibilizar los roles de la mujer; además de la existencia de servicios de cuidado infantil como salas cunas y jardines. Promover la importancia del trabajo remunerado de las mujeres como fuente generadora de ingresos, ayudaría al cambio de mentalidad en la sociedad, el cual toma tiempo.

35



La tensión existente entre los roles domésticos y laborales de la mujer, lleva a un aumento de su carga de trabajo, lo que sería una doble jornada laboral, con consecuencias en su salud y familia. Estos factores deben ser considerados en las políticas de educación, salud y empleo, en bien de la sociedad y del país en su conjunto. La igualdad entre los géneros, el acceso a las oportunidades y la autonomía de la mujer son fundamentales para la reducción de la pobreza y el crecimiento del país.

36

8. Referencias

Agencia para el Empleo de Madrid (2007). Módulo 3: La atención personalizada. Políticas activas de empleo en la administración local, 1ª edición. Fundación Centro de Educación a Distancia para el Desarrollo Económico y Tecnológico (CEDDET). Becker, G. (1985). “Human capital, effort and the sexual division of labor”, Journal of Labor Economics, 3, 1985 Bergmann, B. R. (1971). “The effect on white incomes of discrimination in employment”, Journal of Political Economy, vol.79-2. Bergmann, B.R. (1974): “Occupational Segregation, Wages and Profits When Employers Discriminate by Race or Sex”, Eastern Economic Journal, vol.1 Blau, Francine D. (1998): “Trends in the Well –Being of American Women, 1970-1995”, Journal of Economic Literature, vol.36. Bravo, R. (2004). “Las metas del milenio y la igualdad de género: el caso de Perú”. Unidad Mujer y Desarrollo. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, Mayo. Chacaltana, J. (2001). “Dinámica del desempleo”. En el libro “¿Qué sabemos sobre el desempleo en el Perú?”. INEI. Centro de investigación y desarrollo, agosto. Chávez, E. (2003). “Género, empleo y pobreza en el Perú: el mercado laboral urbano 1990-2002”. Capitulo IV, del libro: “Inequidades, pobreza y mercado de trabajo”. OIT. Cinterfor (2001). “Formación para el trabajo decente”. Organización Internacional para el Trabajo (OIT), Montevideo. De Soto, H. (1986). El Otro Sendero, Editorial El Barranco. Perú. Díaz, J; Maruyama, E. (2000). “La dinámica del desempleo urbano en el Perú: tiempo de búsqueda y rotación laboral”. Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES).

37

Freije, S. (2001). “El empleo informal en América latina y el Caribe: causas, consecuencias y recomendaciones de política”. Instituto de estudios superiores de administración (IESA). Venezuela. Gálvez, T. (2001). “Aspectos económicos de la equidad de género”. Unidad Mujer y Desarrollo. Serie Nº 35. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, junio. -------------------- (2000). “Aspectos económicos de la equidad de género” en documentos de referencia. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Gonzáles, C; Rossi, M. (1999). “Discriminación salarial por género y efectos de la feminización de las ocupaciones en Uruguay”. Montevideo. Gracia, O; Urdinola, P. (2000). “Una mirada al mercado laboral colombiano”. Unidad de análisis macroeconómico. Departamento Nacional de Planeación. Santa Fe de Bogotá, febrero. Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). (2005). “Perfil sociodemográfico de las poblaciones en riesgo”. Comas. Dirección Técnica de Demografía e Indicadores Sociales, noviembre. Mendoza, W. (2004). “Perspectiva económica para el año 2007”. Revista “Economía y Sociedad” Nº 62, Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES). MIMDES (2005). Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Varones 2006-2010. Dirección General de la Mujer; Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social. 1ª edición. Mincer, J. (1974). Schooling, Experience and Earnings. Columbia University Press: New York. Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo – MTPE. (1996). “Duración y determinantes del desempleo urbano en el Perú”. Boletín de Economía Laboral Nº 1, Julio. Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL). ------------ (2006). “La mujer en el mercado laboral peruano”. Informe anual 2005. Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL). ------------ (2005). “La mujer en el mercado laboral peruano”. Informe anual 2004. Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL).

38

------------- (2005). “El empleo en el Perú: 2004-III”. Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL). --------------- (2005). “Situación del mercado de trabajo en la región Ica”. Boletín de Economía Laboral Nº 30, año 8. Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL). Oaxaca, R. (1993). “Male–Female Wage Differentials in Urban Labor Markets”. International Economic Review, Vol. 14, Nº 1. Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2007). “La igualdad en el trabajo: afrontar los retos que se plantean”. Conferencia internacional del trabajo 96a reunión. Informe I (B). Ginebra, Suiza. ----------------- (2002). “El trabajo decente y la economía informal”. VI informe de la Conferencia internacional del trabajo 90a reunión. Ginebra, Suiza. Orsatti, A; Calle, R. (2004). “Situación de los trabajadores de la economía informal en el Cono Sur y el Área Andina”. Organización Internacional del Trabajo (OIT). Documento Nº 179. Saavedra, J. (1999). “Dinámica del mercado de trabajo en el Perú antes y después de las reformas estructurales”. Serie reforma económica Nº 27, mayo. Selamé, T. (2004). “Mujeres, brechas de equidad y mercado de trabajo”. Santiago de Chile. OIT. Yamada, G. (2004). “Economía laboral en el Perú: avances recientes y agenda pendiente”. Centro de investigación de la Universidad del Pacífico. Documento de trabajo Nº 63. Zuñiga, G; Orlando, M. (2001). “Trabajo femenino y brechas de ingresos por género en Venezuela”. Universidad Autónoma del Estado de México. Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población. Nº 27, Toluca-México.

39

ANEXO Nº 1 Lima Metropolitana: PEA ocupada femenina por estructura de mercado, 2006 Estructura de mercado

Ocupados Total %

Horas Ingresos Mensuales Promedio Mediana semanales

Subempleo (%) Por horas Por ingresos

PEA ocupada

1,533,157

100.0

799

550

45

13.2

40.6

Sector público MYPE

127,547 429,626

8.3 28.0

1,318 757

1,056 550

43 49

9.6 9.3

16.0 49.5

247,122 182,504

16.1 11.9

687 852

500 634

50 48

10.3 8.1

54.8 42.4

Mediana y grande

206,018

13.4

1,640

1,014

48

3.3

20.4

Independientes Independientes profesionales y téc. Independientes resto

495,211 28,475 466,736

32.3 1.9 30.4

467 944 438

360 701 350

41 28 42

23.9 35.7 23.2

39.0 6.8 41.0

T.F.N.R

94,092

6.1

45

4.6

70.1

Resto

180,663

11.8

48

11.6

48.6

Microempresa Pequeña empresa

487

500

Nota: Los ingresos están expresados en nuevos soles. Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo 2006 Elaboración: MTPE - Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

ANEXO Nº 2 Lima Metropolitana: Promedio de horas de trabajo a la semana de los jefes de hogar, 2006 Sexo del jefe de hogar

Promedio de horas de trabajo a la semana

Hombre

57

Mujer

46

Total

55

Fuente: MTPE, Encuesta de Hogares Especializada en Niveles de Empleo, 2006. Elaboración: MTPE-Programa de Estadísticas y Estudios Laborales (PEEL)

40

Glosario de Términos

1. Población en Edad de Trabajar (PET) Conjunto de personas que están aptas en cuanto a edad para el ejercicio de funciones productivas. Este límite etéreo es diferente para cada país y depende de la legislación, el acceso a la educación y las costumbres nacionales. En el Perú, se considera a toda la población de 14 años y más como población en edad activa o población en edad de trabajar (PET).

2. Población Económicamente Activa (PEA) Son todas las personas en edad de trabajar que en la semana de referencia se encontraban trabajando (ocupados) o buscando activamente trabajo (desocupados).

3. Población No Económicamente Activa (inactivos) Son todas las personas que pertenecen a la población en edad de trabajar que en la semana de referencia no han trabajado ni buscado trabajo y no desean trabajar. Dentro de este grupo se encuentran las amas de casa, los estudiantes, los rentistas y los jubilados, que no se encontraban trabajando ni buscando trabajo. También se consideran dentro de este grupo a los familiares no remunerados que trabajan menos de 15 horas de trabajo semanales durante el periodo de referencia.

4. PEA ocupada Es el conjunto de la PEA que trabaja en una actividad económica, sea o no en forma remunerada en el periodo de referencia. En este grupo se encuentra las personas que:

• • • •

Tienen una ocupación o trabajo al servicio de un empleador o por cuenta propia y perciben a cambio una remuneración en dinero o especie. Tienen una ocupación remunerada, no trabajaron por encontrarse enfermos, de vacaciones, licencia, en huelga o cierre temporal del establecimiento. El independiente que se encontraba temporalmente ausente de su trabajo durante el periodo de referencia pero la empresa o negocio siguió funcionando. Las personas que prestan servicios en las Fuerzas Armadas, Fuerzas Policiales o en el Clero.

5. PEA subempleada Son los trabajadores cuya ocupación no es adecuada cuantitativa y cualitativamente, respecto a determinadas normas. En el caso del Perú se considera dos grupos de subempleo, por horas y por ingresos.

41

6. Subempleo por horas (visible) Es aquel en el que se labora menos de 35 horas a la semana, se desea trabajar horas adicionales y se esta en disposición de hacerlo.

7. Subempleo por ingresos (invisible) Es aquel en el que se labora 35 o más horas semanales, pero su ingreso es menor al ingreso mínimo de referencia.

8. Ingreso Mínimo Referencial Es aquel que se obtiene de dividir el costo de la Canasta Mínima de Consumo (elaborado en base a los requerimientos mínimos nutricionales en calorías y proteínas) entre el número promedio de perceptores del hogar. Se asumen que existen dos perceptores de ingreso por hogar.

9. PEA adecuadamente empleada Está conformada por dos grupos de trabajadores: Aquellos que laboran 35 horas o más a la semana y reciben ingresos por encima del ingreso mínimo referencial, y aquellos que laboran menos de 35 horas semanales y no desean trabajar más horas.

10. PEA desocupada Se considera en esta categoría a las personas de 14 años y más que en el período de referencia no tenían trabajo, buscaron activamente trabajo durante la semana de referencia y no lo encontraron.

11. Desalentados Conformado por las personas que sin trabajar y estando dispuesto hacerlo no buscaron empleo por considerar que eran malas las posibilidades ofrecidas por el mercado y por lo tanto sabían que no lo encontrarían, pero que sí lo buscarían si tuviesen una percepción más positiva de las posibilidades laborales.

12. Período de referencia Se entiende por periodo de referencia al mes o semana que corresponde recoger información.

42

13. Estructura de mercado Clasificación que se hace a los diferentes grupos de ocupados que existen diferenciados básicamente por quién es el demandante de trabajo: sector público, sector privado, hogares, y el grupo de independientes que son demandantes y oferentes de trabajo a la vez. El sector privado incluye a empleadores y asalariados y se subdivide en:

• • •

Microempresas: menos de 10 trabajadores Pequeña empresa: de 10 a 49 trabajadores Mediana y gran empresa: de 50 a más trabajadores

14. Principales indicadores



• • • •

Tasa de actividad: Mide la participación de la población en edad de trabajar (PET) en el mercado de trabajo, sea trabajando o buscando trabajo. La tasa de actividad nos indica qué porcentaje de la PET constituye la oferta laboral (es decir la Población Económicamente Activa – PEA). Tasa de Desempleo: Nos indica que proporción de la oferta laboral (PEA) se encuentra desempleada. Tasa de Subempleo: Nos indica que proporción de la oferta laboral (PEA) se encuentra subempleada. Tasa de Adecuadamente Empleado: Mide la proporción de la oferta laboral (PEA) que se encuentra adecuadamente empleada. Ratio empleo / población: Mide el porcentaje de las personas de la (PET) que se encuentran trabajando.

15. Categoría ocupacional La PEA ocupada se agrupa en seis categorías de ocupaciones

• • • • •

Empleador / patrono: Es aquella persona que es titular o director en la explotación de una empresa, negocio o profesión y tiene trabajadores remunerados a su cargo. Empleado: Es el trabajador que desempeña de preferencia en actividades de índole no manual, presta sus servicios a un empleador pública o privado, y que percibe una remuneración mensual (sueldo). Obrero: Se denomina así, al trabajador que desempeña actividades de carácter manual, que trabaja para un empleador público o privado, y que percibe una remuneración semanal (salario). Trabajador independiente: Es aquella persona que trabaja en forma individual o asociada, explotando una empresa, negocio o profesión, y que no tiene trabajadores remunerados a su cargo. Trabajador doméstico: Es la persona que presta servicios en une vivienda particular y recibe una remuneración mensual por sus servicios, y generalmente recibe alimentos.

43

Nota: los trabajadores que prestan servicios domésticos (lavado, cocina, limpieza, etc.) para una empresa o establecimiento público o privado y no para una familia particular, debe ser considerado obrero y no trabajador doméstico.



Trabajador familiar no remunerado: Es la persona que presta sus servicios en una empresa o negocio, con cuyo patrón o dueño tiene lazos de parentesco, sin percibir remuneración. En algunos casos recibe propina u otras formas de pago diferentes a sueldo, salario o comisiones. (OIT, Octava Conferencia Internacional de Estadígrafos del Trabajo).

44

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.