La muerte del Mullah Omar

LA MUERTE DEL MULLAH OMAR
Guillermo Lafferriere

Recientes reportes provenientes de Pakistán indican que el Mullah Omar murió en 2013, víctima de problemas de salud. Para muchas personas en nuestro medio su muerte puede pasar totalmente desapercibida. Sin embargo este hombre representa los complejísimos cruces que la geopolítica ha tenido desde fines de la década de los setenta hasta el presente. Permítasenos explicar la razón.
Este hombre habría nacido en la provincia de Kandahar en Afganistán en 1960. Es muy escaso lo que se conoce de su vida previa, con excepción que al producirse la invasión soviética a Afganistán en 1979, se une a los grupos insurgentes muyahidines; aquellos a los que Estados Unidos y Pakistán apoyaron con armamento, inteligencia y asesores; así como fomentaron en los mismos la radicalización religiosa como una herramienta de cohesión en la lucha contra los soviéticos. En esa lucha, Omar recibe una severa herida en su ojo derecho, producto de una esquirla de algún tipo de explosivo soviético. Pierde su ojo, y en la única foto que se conoce de él, una muy cruda cicatriz ocupa el lugar de su ojo. Ello no impide que alcance el liderazgo del grupo Taliban en 1996. Y con ello una posición predominante de liderazgo en el Afganistán controlado por este grupo, que prevalece en la guerra civil que siguió a la derrota soviética, y que los hizo con el control de la casi totalidad de Afganistán, con excepción de la "Liga del Norte" bajo el mando del único líder no Talibán que se opone al dominio de estos: El mítico Ahmad Masud. En esos años, forja también una relación con otro líder que combatiera a los soviéticos: Osama Ben Laden.
El Mullah Omar es desalojado del poder en 2001 con la llegada de las fuerzas de Estados Unidos, algunos aliados occidentales y la ayuda de los irregulares de la Liga del Norte. Omar, se refugia en Pakistán, más precisamente en la provincia de Baluchistán, al sudoeste del país. Allí consigue refugio junto a otros grupos talibanes. En Quetta, consigue unificar a los talibanes conformando lo que se denominará el Talibán Afgano. Desde ese territorio pakistaní, atacará a las tropas de la OTAN en territorio afgano y también atacará a los convoyes que con suministros arribados al puerto de Karachi se dirigen a Afganistán para abastecer a los aliados. Todo ello lo hará como mencionamos desde Quetta, conduciendo sus operaciones con un seguro guiño del servicio de inteligencia pakistaní, el famoso Inter Service Intelligence (ISI), un verdadero estado dentro del estado pakistaní; el cual a través del Talibán Afgano busca mantener influencia en Afganistán el día que las tropas de la OTAN abandonen el país. Pero el santuario que disfruta el Mullah Omar en Baluchistán no existe para otro grupo Talibán: Terikh-e-Taliban Pakistan. Este grupo conocido como el Talibán Pakistaní, se establece en el noroeste de Pakistán, tanto en la provincia Pashtunkawa como en algunos de los territorios de la FATA (Federally Administered Tribal Areas). Desde esas zonas de Pakistán, este grupo Talibán no solamente opera contra la OTAN en Afganistán, sino que ha desarrollado una agenda para "talibanizar" Pakistán. Estos irregulares si son vistos como una amenaza por Islamabad, y son atacados, con distinta suerte por las fuerzas pakistaníes a lo largo de los años, aceptando que las fuerzas de EE.UU. lancen ataques con sus drones contra este grupo.
La muerte del Mullah Omar, nos puede hacer reflexionar sobre las dramáticas mutaciones que la geopolítica y su juego ha recorrido a lo largo de los años. Aquellos hombres que como Omar combatieron a los soviéticos fueron aliados de occidente en un momento de la Guerra Fría, y pocos años después de la misma, se transformaron en enemigos temibles de quienes fueron su principal soporte en la guerra contra el Ejército Rojo. Esta historia, compleja, casi salida de una novela de intriga, puede servirnos para prevenirnos sobre la naturaleza volátil de las alianzas y del altísimo nivel de flexibilidad que los actores del escenario geopolítico requieren para poder desenvolverse en ese ambiente. Y a ello nos ha ayudado la muerte de un misterioso personaje; desconocido y lejano de nuestra coyuntura. Pero a su vez clave en acontecimientos que han marcado al mundo en estos últimos veinte años.