La modernidad/desarrollo y el avasallamiento de la alteridad en la tradición latinoamericana

May 22, 2017 | Autor: E. Gallegos Krause | Categoría: Modernity, Modernidad, Civilización y barbarie
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Descripción

Magriberia

Nº 8 - 2013



La modernidad/desarrollo y el avasallamiento de la alteridad en la
tradición latinoamericana. Elementos para una genealogía crítica del
pensamiento colonial y del modelo desarrollista



Lic. Eduardo Gallegos Krause[1]
[email protected]
Universidad de La Frontera, Temuco, Chile

Dr. Carlos del Valle Rojas[2]
[email protected]
Universidad de La Frontera, Temuco, Chile










Resumen

El presente trabajo pretende un análisis crítico del concepto de
desarrollo a través del análisis de la representación de la alteridad que
aparece dentro de una serie de corpus que situaremos como constituyentes de
una intertextualidad fundada por los conceptos de modernidad y de
difusionismo ilustrado. Se mostrará que la idea de desarrollo que se ha
impuesto desde el siglo XV y hasta nuestros días aparece como una
continuidad de proyectos etnocéntricos basados en un proyecto civilizatorio
universal que se centra en la distinción/exclusión centro y periferia.

Palabras clave: Colonialismo.- Modernidad.- Desarrollo.- Universalismo.




Résumé

Cet article tente une analyse critique de la notion de développement à
travers l'analyse de la représentation de l'altérité qui apparaît dans une
série de corpus que nous situerons en tant que constituants d'une
intertextualité fondée par les concepts de la modernité et de
diffusionnisme illustré. Il sera démontré que l'idée de développement qui a
prévalu depuis le XVe siècle à nos jours apparaît comme une continuation de
projets ethnocentriques basés sur un projet civilisateur universel qui se
concentre sur la distinction/exclusion du centre et de la périphérie

Mots clès: Colonialisme.- Modernité.- Développement.- Universalisme.




ملخص

يحاول هذا المقال إعطاء تحليل نقدي لمفهوم التنمية من خلال تحليل تمثل
الآخر الذي يظهر في سلسلة من المعطيات والتي سنضع كعناصر مكونة للتناص الذي
أساسه مفاهيم الحداثة والإشعاعية. من خلال هذا المقال سنظهر أن فكرة التنمية
التي سادت منذ القرن الخامس عشر إلى يومنا هذا تظهر كاستمرار للمشاريع الإثنية
المبنية على المشروع الحضاري العالمي الذي يرتكز على التميز و الإقصاء للمركز
والأطراف.

الكلمات المفاتيح: الاستعمار.- الحداثة.- التنمية.- الكونية











Introducción

El presente trabajo pretende un acercamiento diacrónico a la producción
textual de conocimientos referidos a la alteridad, considerando como punto
de aproximación la especificidad de los procesos de modernidad/desarrollo
que se han dado desde la anexión de las Américas a las cartografías
mundiales hegemónicas. La hipótesis que planteamos es la necesidad de
visualizar la historia reciente y contemporánea de América como una
continuidad de los procesos imperialistas que se han venido desplegando
desde hace casi cinco siglos. De esta manera nuestro interés es el de
(re)posicionar el concepto de colonialismo como una realidad aún imperante
en la producción textual de conocimientos y en las lógicas socio-políticas
difusionistas que aún se gestan desde los centros económico-políticos
nacionales, supranacionales y mundiales.

Nuestro objetivo a continuación es el de una revisión genealógica que
permita una vinculación de la problemática con los estudios culturales, la
comunicación para el desarrollo y la economía política, como se viene
trabajando ampliamente (Del Valle, 2004a, 2004b, 2007, 2010, 2012 y 2013)
Con esto pretendemos realizar una vinculación entre la perspectiva
poscolonial y la tradición de la sociología del subdesarrollo o "teoría de
la dependencia", con el fin de dar cuenta de una transdisciplinaridad que
hasta ahora ha estado ajena al análisis.

"La perspectiva poscolonial (tal como está siendo desarrollada por
los historiadores culturales y los teóricos literarios) se aparta de
las tradiciones de la sociología del subdesarrollo o teoría "de la
dependencia". Como modo de análisis, intenta revisar esas pedagogías
nacionalistas o "nativistas" que imponen la relación del Tercer y el
Primer Mundo en una estructura binaria de oposición." (Bhabha, 2002:
213)

Desde los años treinta se aprecia en América Latina una marca indeleble
de lo político en un sentido tradicionalmente marxista, lo que se vio aún
más fuertemente explicitado en 1959 con la revolución cubana y los
posteriores movimientos revolucionarios de los años sesenta y setenta.
(Szurmuk & McKee, 2009: 9-11). En este marco, la tradición ensayística
latinoamericana, ha dado cuenta de las problemáticas referidas a la
independencia económico-política y simbólico-mental, a través de las
conceptualizaciones de civilización y barbarie, (anti)imperialismo,
modernización, desarrollo, centro periferia, dependencia, etc. A partir de
ahí, comenzó un cuestionamiento a conceptos como el "descubrimiento de
América", y a toda la fundación imperial de la "latinidad" de América
(Mignolo, 2007).

"A falta de un término mejor, "América Latina" siguió utilizándose
no solo como una entidad definida por académicos europeos sino como el
reflejo de una toma de conciencia de decolonización." (Mignolo, 2007:
68)

Pretendemos entonces precisamente contribuir a la decolonización de los
conocimientos de las Américas, dando cuenta de la continuidad eidética de
los elementos de la modernidad, desarrollo, difusionismo, imperialismo,
colonialismo, etc.

En una primera parte se precisará un marco teórico conceptual, para
luego dar cuenta de una somera descripción de la imbricación intrínseca
entre el capitalismo, la modernidad y el desarrollo. A partir de ahí se
posicionará la necesidad de concebir lo colonial de una manera más
extensiva, para luego dar cuenta de un esquematismo diacrónico sobre las
transformaciones del universalismo moderno.

El corpus está constituido por una serie de textos que, en su mayoría,
ya han sido revisados en el marco de otras investigaciones realizadas por
los autores. Como estrategia metodológica, se aplicó un método de análisis
discursivo-textual. Textual, porque se considera al corpus como un complejo
textual, en el cual intervienen no sólo elementos del texto, sino también,
y especialmente, del contexto; y discursivo, porque se considera a este
complejo textual como un tipo particular de discurso público, sometido a
una lógica particular de estructura, organización, producción, circulación
y consumo o recepción.




1.Marco teórico-conceptual

1.1. Capitalismo, modernidad y desarrollo

Comenzaremos situando el nacimiento del sistema-mundo capitalista con la
incorporación de América a las lógicas imperiales europeas. Este hito
fundacional traerá como consecuencia un sometimiento constante de los
nuevos territorios indexados como periferias a las políticas e ideas
desarrolladas desde el centro europeo, y posteriormente pan-europeo con el
posicionamiento de los Estados Unidos como potencia mundial.

"El sistema-mundo moderno nació a lo largo del siglo XVI. América
como constructo geosocial también nació a lo largo del siglo XVI. La
creación de su entidad geosocial fue el acto fundacional del sistema-
mundo moderno. América no se incorporó a una economía-mundo
capitalista previa. Es imposible imaginar una economía-mundo
capitalista sin América."

(Quijano y Wallerstein, citado por Mignolo 2007:70)

Así, este acto fundacional comienza con una interpretación colonialista-
imperial que se hace patente con la denominación de "descubrimiento de
América", denominación que desde hace tiempo ha revelado el etnocentrismo y
universalismo pan-europeo, lo que ha hecho surgir la idea de "invención de
América" desarrollada por el mexicano Edmundo O'gorman, y que da cuenta de
una interpretación decolonial del hito fundante del sistema-mundo
capitalista[3].

En términos de una concepción lineal-esquemática de la historia, el
descubrimiento/invención de América es uno de los constituyentes de la
modernidad. Luego, con la ilustración europea se avanza en un nuevo
desarrollo de la modernidad: el proyecto moderno ilustrado se funda en la
primacía de la razón como vehículo del desarrollo humano para salir de la
"minoría de edad" (Kant, 1784). En este sentido la modernidad funda una
serie de dualidades opuestas (dicotomías) como oposiciones perdurables
fundantes de una nueva forma de sociedad (ritual / racionalidad; mito /
historia; emoción / razón; civilización / barbarie; etc.)[4]. Así, estas
conceptualizaciones serán aplicadas a todo el mundo conocido, con lo cual
se hacen extensivas a toda América y con lo cual se (re)produce una
objetivación de lo otro.

"Es también que como un legado duradero de la idea desarrollista de
historia universal, natural, y como una representación engrandecedora
de una modernidad exclusiva, occidental, tales antinomias han
encontrado una variedad de expresiones entre los distintos temas que
han nombrado, descrito y objetivado desde, al menos, el siglo xviii."
(Dube, 2009: 175)

Así entonces, ciertos rasgos de la modernidad, en particular aquellos
que enfatizan sus proyecciones más emancipadoras, están ineludiblemente
vinculadas a un ejercicio violento y contradictorio de la idea de la cual
surgen (Sánchez, 2010: 6), cuestión que la historiografía se encarga de
revisar a través del estudios de las "narrativas modernas"[5]

La modernidad estaría igualada a la concepción de desarrollo
(Wallerstein, 2007: 96); una suerte de evolucionismo social que hace
imperativo el pasar de lo pre-moderno a lo moderno, y que justifica el
difusionismo y colonialismo.




1.2. Hacia una concepción extendida de lo colonial

Tal como lo hemos visto la modernidad encuentra uno de sus fundamentos
primigenios en el imperialismo/colonialismo desde el siglo XV y XVI, y
hasta nuestros días (Mignolo, 2007).

Al respecto, Moreno establece una relación muy clarificadora, a partir
de algunos imaginarios de España que se trasladan y mantienen luego en
América:

"El imaginario de los poderosos en América Indo-Afro-Latina (para
ellos Hispanoamérica o, a lo más, América Latina) estaba y está en la
España conservadora, donde el absolutismo no declina hasta casi la
mitad del siglo XIX y el liberalismo es luego muy atemperado por el
pacto liberal-conservador que, con el paréntesis de los años del
llamado Sexenio Revolucionario (1868-1874), se extendería hasta la
proclamación de la Segunda República, en 1931. Es esto lo que explica
la aparición de la retórica de la "madre patria", desde el momento en
que se hace patente la irreversibilidad de la independencia y a la
antigua metrópoli sólo le quedan en el continente las colonias
caribeñas, basadas económicamente en el trabajo esclavista" (Moreno,
2009: 23).

En este sentido, y a pesar de que los imperios políticos formales han
dado lugar a estados-nación independientes, estos han continuado ligados a
estructuras geopolíticas centro-periferia que reproducen, en general, una
dependencia económica brutal y, en algunos casos particulares, una
dependencia política enmascarada tras la retórica de la democracia liberal
contemporánea.

De esta forma es del todo pertinente, e imperativo, situar la noción de
"colonialidad" (Mignolo, 2007), como continuidad contemporánea de los
procesos coloniales/colonialistas. Así, la gran cantidad de proyectos
desarrollistas que se ejecutan aún hoy, traen consigo una lógica de
"colonialidad", esto es, las estructuras lógicas del dominio
colonialista/colonial (Mignolo, 2007: 32-33)[6]. En efecto, la mayoría de
los países subdesarrollados de la periferia del orden mundial actual, son
países independientes que no podemos posicionar como "colonias", y donde
por tanto el concepto de colonialismo no es ya pertinente.

Sin embargo, el concepto de colonialidad se hace del todo necesario toda
vez que aún podemos visualizar tentativas de proyectos de "desarrollo"
llevados a cabo con tecnologías, técnicas y trabajos desarrollados por los
países ricos, para terminar con los problemas de los países pobres. En
estos casos de fuerte presencia del modelo difusionista ilustrador, donde
se genera una ruptura con algún grupo al imponer sus lógicas jerárquicas y
clientelares, es en donde se manifiesta fructífera la categoría de
colonialidad, que produce sin excepción, una "herida colonial":

"[...] la herida colonial, sea física o psicológica, es una
consecuencia del racismo, el discurso hegemónico que pone en cuestión
la humanidad de todos los que no pertenecen al mismo locus de
enunciación (y a la misma geopolítica del conocimiento) de quienes
crean los parámetros de clasificación y se otorgan a sí mismos el
derecho a clasificar." (Mignolo, 2007: 34)

Así, es posible extender la idea de colonialismo/colonialidad no sólo a
los procesos estáticos que la historiografía ha definido como tales, y que
en el caso de América latina se extiende desde el siglo XVI al XIX, sino
que finalmente a toda la historia de América.

De hecho, el amplio campo de la cultura se ha transformado también en un
ámbito de tensiones:

"La humanidad se instala en el monocultivo: se dispone a producir
civilización de masas, como la remolacha. De ordinario, será su único
plato." Estas palabras del antropólogo Claude Lévi-Strauss, que datan
de los años noventa, ilustran a las claras un sentimiento que ha
impregnado progresivamente las referencias sobre el porvenir cultural
del planeta. Esta centrípeta tendencia a la uniformización cultural,
bajo el impulso de los universales simbólicos del consumo de masas y
de las redes técnicas de la información en tiempo real, ha sido
bautizada por otros analistas durante los años noventa como la lógica
del "McMundo", por la forma en que se han multiplicado por el planeta
los signos del sueño encamado en el fast-food. Este sería el tributo
del librecambio y de la formación de macromercados únicos en un mundo
que se ha tomado más tiempo del que creía el padre de la economía
clásica, Adam Smith, para acceder a la fase del "taller único",
convertido, gracias a la libre circulación de mercancías, en la piedra
de toque de la "república económica universal"." (Mattelart, 2002: 85)

En este sentido, Wallerstein (2007), desarrolla la idea de que el
universalismo pan-europeo se ha manifestado, al menos, en tres etapas: 1)
la distinción civilización/barbarie 2) el particularismo esencialista y 3)
el cientificismo universalista. A continuación se ilustrarán
esquemáticamente estos momentos a través de una serie de extractos de
corpus que desde hace un tiempo hemos estado trabajando, y que dan cuenta
de manera pertinente de cómo se conforma una intertextualidad donde se
plasman los fenómenos colonialistas que hemos descrito.




2. Análisis

A continuación, se realizará un análisis a partir de tres categorías:
(1) "dicotomía civilización/barbarie", (2) "particularismo esencialista", y
(3) "universalismo cientificista". Para ello se utilizarán dos tipos de
textos: (1) de carácter histórico (relaciones de suceso, relatos de
viajes), y (2) de carácter institucional, provenientes de instituciones de
relevancia mundial (Alianza para el Progreso, Banco Mundial).




2.1. La dicotomía civilización/barbarie

Generalizando, diremos que la distinción excluyente
civilización/barbarie se funda a través de los filósofos de las luces,
quienes resaltan las diferencias entre un endogrupo y un exogrupo
claramente distinguibles, ya sea atribuyendo características positivas o
negativas.[7]

Sin embargo de lo anterior, esta distinción ya es posible de ser
rastreada en el siglo XVI, aunque sin las conceptualizaciones específicas
de civilización y barbarie.[8]

"Porque donde pende todo el daño de estos naturales es de las
borracheras hordinarias que hazen y de aquí resultan las fuerzas y
amancebamientos y sodomias e incestos, y allende de esto
tengomaveriguado que ninguna borrachera se haze sin idolatrías". (sic,
de Toledo, Francisco, 1572)[9]

Esta dicotomía se (re)producida a lo largo de los siglos y es posible de
ser rastreada aún cuando el imperialismo se extiende geopolíticamente a
todos los rincones del orbe:

"Esta tragedia ocupa mi memoria mientras cruzo el puente. Un
cacique y su mujer, detenidos al costado de la vía, miran el tren que
les roza, y me pregunto qué pensarán estos hijos de los antiguos
propietarios del suelo, cuando contemplan los monumentos del genio del
hombre blanco. Junto al puente, un molino se ha instalado y obtiene su
fuerza de una corriente casi invisible a sus pies y cuya energía se
transmite por un delgado cable eléctrico. Son estos trabajos, más
impresionantes que las balas de artillería, los que han puesto en
estos espíritus simples, la convicción de la superioridad de los
europeos, y se han decidido a dejarlos hacer, dejarlos ir. No los han
vencido y se han resignado. Es la mejor manera de entender la
civilización." (Le Tour du Monde, 1898: 182)[10]

El difusionismo presente en la cita anterior da cuenta del ideal
desarrollista inherente al proceso de modernidad que ya llevaba varios
siglos arremetiendo contra las alteridades de las Américas. A ojos europeos
la única respuesta de la alteridad frente al genio universal ilustrado es
la resignación, y cuando los viajeros, escritores u otros iluminados no
pudieron "civilizar", la culpa era del otro:

"Por las relaciones mas antiguas de los viageros que han visitado
las tribus iudianas del Brasil, se echa de ver que les ha sido poco
ventajoso el roze con los europeos, y que aislados y por sí mismos
hubieran hecho rápidos progresos en una civilización, diferente en
verdad de la nuestra; pero que no les hubiera sacado menos eficazmente
de la barbárie, y cuyas semillas eran ya perceptibles." (sic,
Semanario Pintoresco, número 35, 1936: 284)




2.2. Particularismo esencialista

Al mismo tiempo que se (re)creaba la distinción civilización/barbarie se
sentaban las bases para un nuevo tipo de universalismo, escondido ahora,
por paradojal que parezca, tras la máscara de las particularidades.
Latinoamérica aparece así visualizada como un todo homogéneo a la usanza de
lo que Said, denominó "orientalismo":

"Si tomamos como punto de partida aproximado el final del siglo
XVIII, el orientalismo se puede describir y analizar como una
institución colectiva que se relaciona con Oriente, relación que
consiste en hacer declaraciones sobre él, adoptar posturas con
respecto a él, descubrirlo, enseñarlo, colonizarlo y decidir sobre él;
en resumen, el orientalismo es un estilo occidental que pretende
dominar, reestructurar y tener autoridad sobre Oriente (Said, 2002:
21)."

Con el sólo cambiar la caracterización "orientalismo" por
"latinoamericanismo", nos damos cuenta de que las mismas dinámicas
avasalladoras descritas por Said, se han venido construyendo desde el siglo
XV en las Américas. Ilustraremos este proceso a través de algunos textos
extraídos de los discursos y manifiestos que se enmarcan dentro de la
"Alianza para el progreso", lleva a cabo por los Estados Unidos, como bien
se sabe, para mantener un control sobre la región.

"La amplia aceptación del plan cooperativo "Alianza para el
Progreso" es manifestación tangible de los deseos de este hemisferio
de alcanzar las grandes oportunidades de realización que esperan en la
"Nueva Frontera" sólo puede tener éxito merced a una firme voluntad de
trabajar, de cooperar, de sacrificar." (Alianza para el Progreso,
1961: 1)

La idea de "particularismo esencialista" queda manifiesta tras la
conceptualización del "hemisferio" como un todo homogéneo, que aspira
unánimemente a las "oportunidades de realización".

"A través de la América Latina, continente rico en recursos y en
las realizaciones espirituales y culturales de su pueblo, millones de
hombres y mujeres sufren a diario la degradación del hambre y la
pobreza. (Alianza para el Progreso, 1961: 3)

Evidentemente, aquella "voluntad de trabajar, de cooperar, de
sacrificar" era más bien una imposición que una expresión endógena de
"buena voluntad". Sabido es que fueron las élites económicas ligadas a los
estados-nación latinoamericanos quienes impulsaron estas ideas, sin mediar
consulta a los grupos trabajadores o indígenas. De esta forma, si era
necesario se reprimiría y violentaría, pues el proceder "debía ser audaz":

"Pero si hemos de afrontar un problema de tan imponentes
dimensiones, nuestro proceder debe ser audaz y a tono con la
concepción majestuosa de la Operación Panamericana." (Alianza para el
Progreso, 1961: 4)

Finalmente, toda esta planificación impuesta con claros sesgos
paternalistas y (pos)colonialistas, partía del supuesto de que los
habitantes de Latinoamérica no estaban aprovechando los grandes recursos de
los que se disponía:

"Los frutos de la Alianza están en la plena realización de las
potencialidades inherentes a los vastos recursos humanos y naturales
que ha dado Dios a las Américas." (Alianza para el Progreso, 1961: 1)

Esta idea que es una continuidad de la distinción civilización/barbarie
a la que nos referimos anteriormente, donde se situaba al civilizado como
laborioso e iluminado, y al indígena como flojo y carente de moral.

"Además de estos alimentos presentan las selvas vírgenes del Brasil
tal profusión de frutas y de raíces que pueden comerse, que no es
posible les falten jamás alimentos vegetales, y si alguna vez padecen
el hambre, será suya la culpa". (Semanario Pintoresco, 1936: 284)

El reconocimiento de "las Américas" puede dar la impresión de un
reconocimiento de las diversidades, sin embargo es sólo parte de los
eufemismos usados con el fin de matizar una idea que se mueve
paradojalmente entre el universalismo y el particularismo siempre con el
fin de imponer proyectos político-ideológicos.




2.3. Universalismo cientificista

La última fase del pensamiento colonialista se relaciona con un ideal
objetivista que posiciona la tecno-ciencia como camino al desarrollo y al
cumplimiento de los ideales ilustrados de la modernidad.

Es así como podemos ver hoy, y aún enmarcados dentro de los ideales de
progreso y desarrollo, un intento de validación del desarrollo capitalista
a través de las conceptualizaciones "científicas" que intentan una vez,
pero ahora con una verborrea "intelectual" acabar con las diferencias y
subyugar las formas de expresión más propias de las Américas con el fin de
dar paso al desarrollo.

Esto ocurre, por ejemplo, con las concepciones sobre la etnicidad que se
gestan como programas políticos desde instituciones como el Banco Mundial.
Esta entidad apunta en algunos de sus programas a dar cuenta de la
etnicidad como "capital social".

"Ethnic relations come up frequently in discussions of social
capital. Whether it is immigration, microenterprise development,
tribal nepotism or racial conflict, ethnic ties are a clear example of
how actors who share common values and culture can band together for
mutual benefit. […]

Shared values, such as the 'moral economy' of Native Americans
based on the logic of reciprocity and the right to subsistence (Varese
& Landa 1996), profoundly impact levels and quality of social capital
within their society. As a consequence of their common mores, Native
Americans of various bloodlines formed resistance groups with ease
throughout the Amazon to fight for their common interests." (The World
Bank, 2011)

Las citas anteriores dan cuenta de un colonialismo puro que mira hacia
lo étnico como un instrumento para alcanzar los fines que se han propuesto
de manera arbitraria desde los centros del capitalismo mundial. La
visualización de la alteridad aparece claramente como la confirmación
etnocéntrica de los propios valores, y por lo tanto la alteridad
desaparece.

A pesar de lo anterior, y de manera paradojal, existe un reconocimiento
de la diferencia, pero que queda supeditada a las conceptualizaciones que
hacen los poderosos. Este reconocimiento de la diferencia tiende hacia la
aceptación de guetos, donde se agrupan los "diferentes", es decir aquellos
que tienen rasgos étnicos compartidos. Se actúa así en una suerte de
exclusión, donde aún si la alteridad alcanza cierto nivel de "desarrollo",
sigue desplazado y siendo distinto. En este sentido puede verse nuevamente
una continuidad de la distinción civilización/barbarie.

"For immigrant groups, ethnicity serves as a 'source of adaptive
advantage' when they first arrive to their new country. Kinship ties
provide a social safety net by meeting material and financial needs
during lean times and caring for children and elders (Abrams 1986).

The Vietnamese immigrant communities in the US often reside in
deprived neighborhoods where social capital was found to be the most
prominent resource (Zhou 1996). Immigrants rely on social capital for
guidance and multidimensional support." (The World Bank, 2011)




3. Consideraciones finales

En las páginas precedentes hemos posicionado un esquema diacrónico con
la pretensión de dar cuenta de algunas diferencias en la evolución del
pensamiento colonialista/colonial como constituyente ineludible de la
modernidad, a la vez que de manera dialéctica, tal como lo hemos visto, la
modernidad constituye recursivamente al colonialismo.

Evidentemente en el esquema propuesto las sucesiones ideológicas
funcionan con muchas continuidades y reminiscencias de los periodos
anteriores, por lo que es posible aún hoy, en la época del cientificismo
universalista, encontrar actualizaciones de la distinción
civilización/barbarie. Y son precisamente estas continuidades, más que las
rupturas, lo que posibilita y hace imperativo continuar y profundizar la
reflexión acerca de lo (pos)colonial.

"La idea de mantener categorías y modelos de análisis lineales
centro-periferia al explicar los procesos de circulación informativa y
control de la comunicación mundial en el actual proceso de
globalización capitalista debe, como advierten ambos autores, ser
superada por una lectura crítica del imperialismo que, yendo más allá
de la vieja concepción marxista-leninista, sea capaz de dar cuenta de
las complejas tramas de poder y dominación imperial que rigen en un
mundo sin adentro ni afuera, un mundo como concluye la tesis principal
de Imperio: sin fronteras, atemporal, integrado biopolíticamente y
atravesada por la dispersión y multiplicación de los conflictos."
(Sierra, 2008)

El recorrido que hemos propuesto es una forma de poder entender diversos
ámbitos de la vida social que se desarrolla en las todavía periferias del
mundo; como una extensión del imperio, y por tanto como una manifestación
del (pos)colonialismo y de la colonialidad. Estos elementos permean las
esferas de las prácticas comunicativas (del Valle, 2007), prácticas de
enseñanza visualizadas a través de los programas de estudio (del Valle,
2004b), prácticas de reflexión socio-política, donde el liberalismo-
desarrollista actual se manifiesta incapaz de resolver las cuestiones de
diferencia y reconocimiento de las minorías (Llera, 2008), e igualmente de
garantizar el pluralismo y el pleno desarrollo de la libre expresión de los
derechos individuales (Rodríguez, 2002).

Actualmente, la "visión integrada" de los medios, llámese revolución de
las TIC'S, tecnocracia, etc. (Sierra, 2008), es posible de ser rastreada
desde el siglo XVI con el nacimiento del sistema mundo capitalista, luego
en siglo XIX en el proyecto mundial civilizatorio impulsado por el proyecto
ilustrado-moderno, y del mismo modo, es posible visualizar esta "matriz de
pensamiento" en el cientificismo universalismo. En todas sus variables los
ideales de la modernidad y el desarrollo se presentan con claros elementos
difusionistas que (re)producen la distinción entre sujetos poseedores de la
verdad o "iluminados" y sujetos desplazados y vaciados de su alteridad con
el fin de transformarlos en identidad, es decir, lo mismo que los otros.










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[1] Eduardo GALLEGOS KRAUSE es Licenciado en comunicación social por la
Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. Posee una especialización en
Estudios Políticos acreditados por un diploma C.E.P. otorgado por
l'Institut d'Etudes Politiques (IEP) de Rennes, Francia. Actualmente cursa
el Magíster en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de La
Frontera, siendo becario de esa universidad y desarrollando labor
investigativa que versa fundamentalmente sobre dos tópicos: movimientos
sociales e imaginarios (pos)coloniales. Los resultados de estas
investigaciones han sido presentados en al menos una decena de congresos
bajo la modalidad de ponencias y otros se encuentran publicados o en
proceso de publicación, en diversas revistas científicas.
[2] Carlos DEL VALLE ROJAS es Periodista, Licenciado en Comunicación Social
y Magister en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La
Frontera, Chile. Doctor en Comunicación por la Universidad de Sevilla,
España. Posdoctorado en el Programa Avanzado de Cultura Contemporánea,
Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil. Posee una Investigación
Posdoctoral en la Universidad de Oklahoma, Estados Unidos. Investiga en
comunicación, discurso y poder, medios, mediación y consumo,
interculturalidad y educación económica. Es autor y co-autor de más de 100
publicaciones. Investigador acreditado en CONICYT de Chile, CNPq de Brasil
y SICA de España. Ha participado en más de 20 proyectos de investigación.
Profesor de Doctorado en Chile, Argentina y España.
[3] Ver Mignolo, 2007: 56-57 y Dussel, 1992.
[4] Ver al respecto Dube, 2009.
[5] Ver Sánchez, op.cit.
[6] La distinción de Mignolo (32-34) entre colonialismo y colonialidad pone
en evidencia, si se quiere interpretar así, la naturaleza fáctica del
colonialismo y la naturaleza eidética de la colonialidad. El autor pone
énfasis en que ambos elementos son constituyentes y recíprocos de la
modernidad.
[7] Ver al respecto Delaire, 2005.
[8] Estas afirmaciones son útiles en cuanto a nuestra particularidad de
estudio, es decir América Latina, pues evidentemente se pueden encontrar
estas distinciones también en los griegos y hace por lo menos un milenio
(Hartog, 1986), pero esos datos no nos parecen del todo relevantes para
esta genealogía.
[9]
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âCJOJQJaJhè0ôCJOJQJaJhWýhmm>*CJOJQJaJhWýh'ZŠCJOJQJaJ)jhWý Para un
estudio particular de las este tipo de discursos (relaciones de sucesos)
remitimos a del Valle, 2004.
[10] Gallegos (2010) realiza un estudio exhaustivo de la revista Le Tour du
Monde, y un análisis de la representación de la alteridad indígena en tres
de sus relatos.
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