La mediación intercultural: la hermanita pobre de las mediaciones

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Descripción

La mediación intercultural: la hermanita pobre de las mediaciones

José Carlos Cabrera Medina[1]
Mediador Intercultural
Junta de Andalucia
Investigador de la Universidad de Granada (HUM-108)

Introducción

La mediación intercultural ha tenido en este país un gran auge en la
formación y en la profesionalización, sin embargo ésta se ha llevado a cabo
en determinadas material y campos, más que en otros. Las razones han sido
varias pero ha habido una muy clara priorización debido fundamentalmente al
estado de masificación de asuntos y escasa credibilidad ciudadana en los
temas relacionados con la justicia[2]. Este desarrollo no solo ha mejorado
el estado de masificación de dichos litigios en los juzgados sino que ha
supuesto un beneficio social importante.
Sin embargo una de las mediaciones que destaca como clave para los
próximos decenios, debería ser la medición intercultural, debido a la
transformación social que está trayendo a nuestra sociedad los flujos
migratorios. Por tanto, la resolución de conflictos entre personas que no
tengan la misma cultura así como la preparación de profesionales con una
buena y sólida formación, hará minimizar no solo el agravamiento de dichos
conflictos, sino que éstos puedan derivar en problemas multiculturales, así
como reacciones en contra del otro, traducidas en racismo y xenofobia.
En esta pequeña comunicación nos gustaría hablar sobre el estado
actual de la mediación intercultural, así como de nuestra humilde opinión
sobre de su visibilidad que desemboca en una exigua oferta formativa, así
como la escasa preparación de los profesionales que actualmente están
trabajando bajo esta nomenclatura.

La mediación intercultural, ¿para cuando?

Desde el año 2012[3] nos hemos dotado los españoles de una ley sobre
mediación, en este caso de nuestra primera ley sobre mediación en asuntos
civiles y mercantiles, hito sin precedentes de la implantación de la
mediación en España. Dicha puesta en marcha de la ley, ha dado una mejora
sustancial y cuantitativa muy importante en los aspectos judiciales por lo
que la mediación se ha revelado como un instrumento útil para la sociedad,
tanto como para una proposición no de ley este mismo año sobre ella.
Ésta última redacción parece ilustrar el estado en el que se encuentra
la mediación intercultural, así ciertos párrafos de la misma nos ponen en
antecedentes de su invisibilidad dentro de las leyes. Este mismo mes de
marzo de 2017, hemos tenido esa publicación en el BOE de la propuesta no de
ley de mediación[4] donde se adjunta un punto interesante que nos da cierta
medida del estado de nuestra mediación intercultural, y dice así: "Que a
través del Ministerio de Justicia y en las Comunidades Autónomas con
competencias de justicia no transferidas intensifique los esfuerzos, con
dotación presupuestaria suficiente, para la implantación de servicios de
mediación civil, familiar, mercantil y penal"
Este es uno de los puntos donde claramente queda más y mejor ilustrado
ese impulso a esta serie de mediaciones, sin que como vemos, aparezca
referencia alguna a la mediación intercultural, ni tan si quiera se perciba
referencia alguna, no solo en la ley, sino como vemos en los proyectos no
de ley actuales.
Pero sigamos con las modificaciones a ese proyecto de ley: Nuevo
punto. Que aborde de manera sistemática la regulación de la mediación en
los ámbitos educativo, laboral, penal, civil, familiar y mercantil, de
forma diferencial y de acuerdo con las especificidades de cada una de las
materias y los principios inspiradores de cada jurisdicción[5].
Curiosamente aparece aquí específicamente la mediación en el ámbito
educativo, como ampliación a las demás mediaciones, pero nada aparece en
aquellos ámbitos de la implementación fuera de marcos formales, donde más
se desarrolla la mediación intercultural, o de la mediación vecinal, muy
desarrollada en otros países de nuestro entorno como Francia o Suiza[6].
Vemos por tanto que esta mediación, más allá de la importancia que le
creemos, queda más que difuminada, invisible desde el punto de vista del
marco formal. Esto pensamos que es debido desgraciadamente al aspecto
"social" de la misma.

Razones para la mediación intercultural. Marco competencial

Sin embargo, a nadie se le escapa que vivimos en el siglo de las
migraciones. Siendo el movimiento de personas uno de los grandes desafíos
del S. XXI. En los últimos años estamos viendo grandes desplazamientos de
personas que no se habían vivido hasta entonces, hasta el punto que en las
sociedades receptoras se está poniendo en cuestión muchos de sus valores y
que habían luchado por dotarse.
Actualmente tenemos grandes movimientos de personas debido
fundamentalmente a tres aspectos; los refugiados de los conflictos bélicos,
los refugiados por razones económicas, y los que las Naciones Unidas (NNUU)
llama los refugiados medioambientales, personas que huyen de sus lugares
habituales de residencia debido a los cambios climáticos del calentamiento
global.
Dando unas cifras someras sobre esto, solo la guerra de Siria, ha
provocado al menos 5 millones de desplazados[7], muchos de ellos los
podemos ver en las calles de nuestras ciudades o de otras ciudades
europeas. Lo refugiados por causas económicas solo en la UE en este ultimo
año de 2016, han sido 187.361 personas por los tres llamados "corredores"
por los que a duras penas tienen acceso. Y por ultimo los refugiados
medioambientales que según cifras estimadas podría subir de los 25 millones
actuales, a 200 millones en 2050[8].
Por tanto la diversidad, no solo en el mundo, sino en nuestro entorno
es ya una realidad. Las preguntas son: ¿Cómo vamos a gestionar esa
conflictividad propia del género humano en este ambiente? ¿Necesitamos o no
profesionales especializados en este campo?
Claramente hay una tendencia a la migración, y nuestra forma de
gestionarla será lo que marque el devenir de la humanidad en el futuro.
Nosotros pensamos que el modelo de paz y de coexistencia que la mediación
intercultural aporta, es el camino.
Además, y como hemos ya explicado en el párrafo anterior, existen
países con una larga trayectoria en la acogida de emigrantes que tienen ya
desarrollados no solo servicios de mediación vecinal, sino también ofrecen
formación específica en esta determinada materia intercultural.
Como diría el presidente de Gobierno actual Mariano Rajoy en la sesión
de control al gobierno del pasado 14 de marzo, "Europa es una historia de
éxito, por eso todos quieren venir a ella". De nada sirve cerrar los ojos a
una realidad que se nos anuncia, y que comprobamos a diario con nuestros
propios ojos. Europa seguirá siendo más Europa si nos preparamos para esa
realidad que llama a las puertas de nuestras casas, y que se pasea por
nuestras calles.
Sin embargo, ante esta realidad presente casi a diario en los medios
de comunicación, tenemos que decir que no estamos adaptando nuestro entorno
anterior al fenómeno migratorio, al hecho en sí de esa sociedad en cambio.
Paradójicamente, en determinadas instituciones o medios, si que tenemos la
figura del mediación intercultural entre nosotros, y no desde hace poco
tiempo, como es el caso de la protección a la infancia en Andalucia donde
está de manera formal en la administración desde 1999, sin embargo, su
formación, su práctica, y como hemos visto, su marco competencial, ni está
regulado, ni ciertamente se ha abierto el debate como ya pasa con otras
mediaciones.

La mediación intercultural

Cuando hablamos de mediación intercultural, hay que ser claros en
esto, acabamos de ponerle un apellido (más) a otras de las mediaciones. Sin
embargo abordar de esta manera esta figura es dotarla claramente de unas
características completas, con unas competencias concretas, que
pertenecerán a un campo o al otro de la denominación susodicha.
Queremos decir con esto, que si hablamos de un mediación
intercultural, tenemos que hablar de las competencias de mediación, pero
también de las competencias en interculturalidad, atención, si ese es el
modelo de gestión de la diversidad con el que nos queremos dotar en nuestra
sociedad. Por lo tanto de nada sirve tener competencias en mediación
solamente, si vamos a actuar en un terreno intercultural, pero de nada
servirá tampoco tener ciertas competencias interculturales (como las
lingüísticas), sin conocer en profundidad el proceso de mediación, o tener
ciertas nociones o técnicas de comunicación o de negociación[9].

Siendo muy someros, podemos definir la interculturalidad como un
proceso de comunicación y de interacción entre individuos y grupos de
diferentes culturas, donde en esa relación, ninguna de la culturas
superponga ni quede por encima de la otra, favoreciendo el dialogo entre
ambas, la consulta, y por lo tanto la inclusión y coexistencia entre ambas.
Por tanto queda implícita la idea de una apuesta decidida por un
modelo de sociedad donde ningún grupo esté por encima del otro, y donde
cada persona se vea reconocida en su complejidad y en su identidad. Vemos
por tanto que dicha formalización, también nos acerca a una tipología de
sociedad, alejada de la xenofobia, donde un especialista, en este caso el
mediador intercultural, ayude a ambos grupos (o personas) a explicar el
porqué de sus comportamientos. No olvidemos que en otros períodos de la
historia hemos aprendido, que las sociedades tradicionales se resisten al
cambio de tener que ceder para compartir, por lo que insistimos, apostar
por dicha figura es apostar por una sociedad inclusiva, donde no se
intente asimilar al otro, o donde los grupos culturales diferentes conviven
en el mismo territorio pero sin interaccionar (multiculturalidad).

El mediador intercultural; su recorrido.

Ya en el año 2004, quisimos acercarnos a la figura del mediador
intercultural. Esos primeros años del milenio, fueron también los primeros
de la implantación de dicha figura, y cinco años después de observar su
trabajo, nos decidimos a escribir un artículo.[10] Ahora después de otros
13 años, nos vemos en la necesidad de hacer un repaso a esta figura ya que
muchas de los aspectos que escribimos siguen estando sin abordar, aunque se
haya avanzado en la legislación de la mediación judicial y mercantil.
En aquella época ya hablamos que profesionalmente "no estaba
regularizada" y había "un gran desconocimiento general sobre ella" lo que
le hacía estar sujeta a "arbitrariedades". Actualmente creemos que todavía
sigue siendo así. Ya avisábamos en aquel momento de que los mediadores
interculturales eran contratados por su competencia lingüística dejándose
al lado otras competencias más que importantes, capitales.
En el caso de la formación, también hablábamos de la heterogeneidad en
la misma, aspecto que como ya hemos dicho se sigue produciendo ahora. Vemos
por tanto como aquello que ya abordamos en aquella época sigue estado
presente ahora. Es por ello que seguimos viendo a la mediación
intercultural como esa hermanita "pobre" de la mediación, no solo porque
sigue sin avanzar, sino que como vemos en el proyecto de ley, es muy
probable que siga quedando en el ámbito de la arbitrariedad y
semiprofesionalidad.
Esta idea puede que se obtenga ante la escasa visibilidad de la
figura, y los ámbitos donde ejerce su profesión, ámbitos sociales, donde no
se produce un rédito económico cortoplacista o una mejora administrativa
tangible. La lucha por tanto con equiparar esta mediación se nos antoja
fundamental, por su reconocimiento y mejora de la convivencia futura.

La formación en Mediación Intercultural

Como ya escribíamos en 2004, recordemos uno de los años de mayor
presencia de la temática de la emigración en los medios, la disparidad de
cursos de formación con la nomenclatura de mediación intercultural era
palpable. Dichos cursos iban desde el marco de un experto universitario,
diplomas de formación superior, cursos de experto, o cursos simplemente
sobre esta materia.
Actualmente dicha formación sigue igual de escasamente formalizada,
sin que haya un curso o master de mediación, con módulos concretos de
interculturalidad, que es como nosotros vemos esta especialización.
Desgraciadamente la especialización en esta materia, es quizás una de los
aspectos que necesitan más revisión, ya que ni siquiera hay un marco claro
en este sentido.
Se da esta doble paradoja: Lo mediadores interculturales que trabajan
actualmente como tales, pueden que tengan formación y competencias propias
de la interculturalidad, pero en la inmensa mayoría de los casos, no tiene
ningún tipo de formación ni competencia en mediación, no conocen su
proceso, no entrenan las técnicas, no adquiere en otros marcos las
competencias propias de mejora, ni son conscientes de la necesidad de una
formación, por ejemplo en técnicas de comunicación.
Por otro lado, son escasos los cursos de formación que hacen
referencia a una formación en intercultural, por lo que muchos mediadores
desconocen que más allá de la competencia lingüística, se necesita mucho
más muchas veces para actuar en una mediación intercultural ya sea en
infancia, como en conflicto vecinal o escolar.
Es quizás más sintomático de la escasa visibilidad de la mediación por
ejemplo en protección a la infancia, que las personas que se suelen
contratar no solo no poseen un certificado de mediación, sino que solo se
les contrata por su competencia lingüística. En este caso, la pregunta es
¿por qué no se contrata un traductor?. Diremos que esta realidad es así
incluso en la última contratación realizada el año pasado.
Y este aspecto también nos habla de una idea que subyace de todo esto,
y es que aquel que contrata, en este caso la administración publica
andaluza, parece que tampoco conoce la importancia de tener una formación
específica en mediación, ni tan siquiera debe de saber qué es, ya que
aunque contrata bajo esa nomenclatura, no prioriza perfiles que tengan
formación específica en ese campo, lo que continua dejándonos esa idea de
arbitrariedad en la contratación. Vemos como todavía en el mismo caso de la
administración hay que hacer pedagogía acerca de la figura del mediador, en
este caso, intercultural.
Lo cierto y verdad es que en los últimos años, bajo esa titulación, se
han realizado los cursos más dispares, tanto en horas como en competencias
de capacitación y así es difícil llegar a concretar una figura homogénea.
Para hablar de la escasa visibilidad de la mediación intercultural
siempre suelo pone el mismo ejemplo. En el año 2009, presenté un libro
sobre emigración que tuvo por prólogo un escrito de la política que
sustentaba económicamente la publicación en una institución pública
concreta. En la presentación del libro en la ciudad de Algeciras se refirió
a mí como mediador cultural. Este hecho, que no ha sido aislado en mi
carrera como formador, siempre me ha dado la medida de la visibilidad que
ha tenido socialmente la figura profesional que represento y la percepción
que se tiene de ella.
En los primeros años de la emigración era habitual encontrar
diferentes cursos de formación de toda clase y condición, desde aquellos
que realizaban sindicatos de escasas horas, a otros mas experimentados, y
de mayor duración. Todos ellos formaban en unas mismas competencias, bajo
diferentes títulos, así se encontraban cursos de mediación intercultural,
mediación cultural, mediación sociocultural, etc.
Actualmente como en los últimos años, no ha dejado de existir una gran
amalgama de cursos de diferentes magnitud y duración con la nomenclatura
específica de mediación intercultural, aunque casi todos ellos con un mismo
contenido y competencias. Estos han ido desde el master de la Universidad
de Valencia, al curso especifico de 80 horas de la misma Universidad.
Como vemos tanto uno como el otro deja todavía entrever como lejana
una formalización de dicha figura, que a nuestro modesto entender debería
ir acompañada de un compromiso también de la propia de la administración
para poder realizar una serie de prácticas, que dieran al alumno una
formación integral.

La mediación al servicio de protección a la infancia.


En este apartado vamos a hacer mención a uno de los departamentos
donde ha tenido una mayor implantación dicha figura, pero que aún así, su
escasa visibilidad, así como el escaso interés general administrativo sobre
el marco donde desarrolla su actividad profesional, no ha tenido mucha
repercusión y cuyo marco de actuación está deslavazado.
Desde 1999, existe la figura del mediador intercultural en el servicio
de protección de la Junta de Andalucía. Siendo dicho año, el año de la
implantación de una sola figura con contrato laboral. Actualmente, en el
caso de la provincia de Cádiz nos encontramos con 3 profesionales para todo
el servicio, siendo la provincia que más mediadores tiene. Uno de los
mediadores interculturales desarrolla su trabajo en un centro de
protección, mientras que los otros dos rotan por los restantes recursos de
régimen abierto por toda la provincia ya que existen más recursos que
atienden a Menores Emigrantes No Acompañados (MENA) que mediadores se
tienen contratados.
Los exiguos recursos de esta figura hace que la actuación de los
mediadores sea percibida por sus compañeros educadores en las mesas
técnicas como escasa, ya que entienden que lo idóneo para un desarrollo de
un trabajo de calidad es que esa figura esté presente y dedicada sólo a un
centro, el cual está dotado con 24 plazas y donde se trabaje codo con codo
en el día a día del recorrido de inclusión de los menores a través del
recurso. Es decir que la sociedad, en boca de los propios profesionales de
atención a la infancia como educadores sociales, monitores, directores de
centros etc, demandan, que dicha figura se afiance, tenga sus competencias,
y sobretodo, tenga una formación integral, que hagan el trabajo de los
centros mas competente en la inclusión del colectivo en este caso de los
MENAs.
Como hemos apuntado otros de los aspectos que suscitan arbitrariedad,
es la tipología en la contratación de los mediadores. Así tenemos personas
que trabajan directamente en la administración siendo laborales, otras que
trabajan para la administración pero sujetos a contratos indefinidos y que
han estado dependientes durante muchos años a los programas europeos, y
otras más que son subcontratadas a través de empresas y ONG, pero que
trabajan en el mismo entorno que los anteriores citados. Como vemos tres
tipos de contratos para una misma actividad laboral.
Además seguimos observando como se sigue todavía contratando de manera
discrecional a los nuevos profesionales que por razones de mejora de la
atención en infancia se van incorporando y que singuen sin tener una
formación específica en mediación. Este año pasado de 2016 se ha vuelto a
producir este hecho con la contratación de una persona, priorizándose
exclusivamente su competencia lingüística.
En los restantes centros de protección concertada, directamente no
existe esta figura, o de existir, no tiene esa formación específica.
Es decir, después de más de 15 años de trabajo con menores emigrantes
en esta provincia, todavía no se ha regulado bien la figura del mediador
intercultural habiendo muchas diferencias entre las personas que la
desempeñan. Además, no se cubren ni siquiera los recursos de centros de
protección donde se atienden a extranjeros, por lo que su función queda
difuminada y apenas incide en la convivencia de los centros. Además, y
quizás esto es lo peor de todo, las personas que se van incorporando no
saben cuáles son sus funciones porque no se las trasmiten y no tienen una
formación específica en dicha materia.
Esta realidad no es sólo del sistema de protección de Andalucia, sino
que es una necesidad general y un desafío ante la necesidad cada vez mayor
de una verdadera especialización de esta figura profesional.[11]
Desgraciadamente, ese gasto social en la fidelización de una figura
podría ser después un ahorro general y una mejora en los itinerarios de
inclusión de estas personas, ya que es conocido que el grupo mayoritario de
extranjeros en España, los marroquíes, son después la nacionalidad más
numerosa de personas extranjeras que están en las diferentes prisiones de
la UE[12].


Otras realidades

Queremos dejar claro aquí que más allá de la realidad del mediador
intercultural dentro de la administración pública andaluza, las grandes
organizaciones que atienden a extranjeros, por razones migratorias o
humanitarias, están también en la misma situación. Pondremos un ejemplo.
Una gran organización no gubernamental, una de las más grandes del país, se
ha instalado en la ciudad de Algeciras el año pasado, para llevar a cabo un
programa integral de atención a lo migrantes y otro de atención a los
personas refugiadas (programa de protección internacional).
En poco tiempo han tenido que hacer frente a la contracción de
personal muy especializado en la zona, para poder implementar con garantías
sus programas. Dentro de ellos, se han contrato también a personas bajo la
nomenclatura de mediador intercultural, y sabiendo de la buena elección de
los perfiles, también sabemos de la nula formación de los mismos en
mediación. Es decir, se sigue contratado de una manera "utilitaria"
perfiles que solucionan problemas lingüísticos, pero que se les debería
exigir una mayor formación y especialización sobre todo si se les va a
contratar bajo esa nomenclatura.
Veamos otro ejemplo. Actualmente existen unos planes de Fondos
Europeos de la UE, alineados con los Objetivos del plan Europa 2020, en el
que se intenta incidir en la transformación de ciertas ciudades. Estos
planes entran dentro de las líneas estratégicas de desarrollo urbano
sostenible. Sus objetivos hacen referencia a la mejora duradera y a largo
plazo de las condiciones sociales, económicas y ambientales de un área
urbana.
Dichas líneas están actualmente muy bien dotadas presupuestariamente,
y algunas ciudades andaluzas cumplen con las directrices para ser
beneficiarias de dicho plan especial. Este es el caso de la ciudad de
Algeciras, que ha anunciado la inversión de 15 millones de euros en la
transformación de una parte concreta de la zona baja y céntrica de la
ciudad que tiene actualmente muchos problemas sociales y económicos.
Dicho plan económico, que lleva el nombre de programa EDUSI,[13] tiene
diferentes líneas de actuación, que están dotadas económicamente y que
afectan a actividades de todo tipo como por ejemplo: mejora de la brecha
digital, aplicaciones, plan de ruido, comercio electrónico, urbanismo,
formación, interculturalidad, etc…
Una de las dificultades con la que se encuentran los técnicos de la
primera fase, es la propia cohesión social, y sobre todo, dotarse de
profesionales especializados, con instrumentos no solo interculturales sino
de mediación que puedan llevar a cabo los programas planteados con respecto
a los objetivos propuestos.
Así dentro de las primeras contrataciones del plan, que tienen que
llevar a cabo el ayuntamiento correspondiente, se detecta claramente este
asunto como una de las dificultades de implantación de los programas. Es
decir, se necesita personas especialistas, que puedan llegar a los
habitantes de esas zonas urbanas desfavorecidas. En Algeciras por ejemplo
se necesita profesionales que sean capaces de llegar a las diferentes
comunidades presentes en el barrio donde se pretende incidir con el
programa EDUSI. Así nos encontramos un municipio, con 166.00 habitantes
aproximadamente y con 107 nacionalidades, siendo en los barrios objetivo
los marroquíes y los senegaleses quizás los más numerosos[14].
Con esta realidad compleja y diversa, se toma la decisión de contratar
a dos mediadores interculturales. Pero bajo qué parámetros ¿una formación
especifica en mediación intercultural?, se supone que la plaza a contratar
es bajo esa denominación Más allá de estos dos casos de actualidad que
lustran la realidad del actual de mediador intercultural, nuestra
experiencia en diferentes foros en los últimos años, nos indican que
también la visibilidad que tiene esta mediación es escasa, y que son
escasas también las propuestas, mejoras, innovaciones y ponencias en los
diferentes foros sobre mediación.
Hemos estado en los últimos meses en países de nuestro entorno como en
El congreso internacional de mediación mediterránea en Cagliari
(Italia)[15], en un taller sobre mediación intercultural en Paris (Francia)
y también en Marruecos, donde no solo se programan poco, sino como es el
caso de este último país, no existe como profesión y eso que en pocos años
ha pasado a ser un país de transito y permanencia de muchos migrantes que
van hacia Europa.
También encontramos ejemplos continuamente donde la mediación
intercultural no está presente en los eventos dedicados a la mediación,
donde por ejemplo en el congreso que hubo el año pasado en Pontevedra, se
titulaba, mediación Arbitraje y Compliance [sic], no teniendo una
referencia lo intercultural[16]. Quizás la orientación privada de este tipo
de evento, mas el desarrollo que han tenido otras mediaciónes desplazan
esta realidad en este tipo de foros y la orientan a una esfera mas centrada
en profesionales liberales.

El mediador intercultural: el término

La mediación proviene de la palabra medio, estar en el medio, de ella
provienen la palabra mediterráneo (medio de las dos tierras), termino que
nos orienta mucho a la realidad migratoria que nos atañe. Los antecedentes
de la figura del mediador la podemos encontrar en periodos de la historias
caracterizados por la diversidad por lo que en la época de Al Andalus
existía la figura que bajo el apelativo de alfaqueque (nombre de una
céntrica calle de Sevilla), que era un cristiano con conocimientos del
árabe, que hacia de mediador en las zonas fronterizas para negociar
esclavos y prisioneros.
Ya en el siglo XII en la zona cristiana había personas que intercedía
en pleitos y pequeñas disputas. Estas personas eran consideradas por la
comunidad como la persona mediadora, considerada como tal por las gentes
con las que convivían y que le otorgaban su confianza por considerarla una
persona prudente, responsable, y sabia[17].
Esta figura relativamente nueva ahora, estaba ya claramente definida
en tiempos pretéritos, sin embargo todavía nos estamos resistiendo a
definir claramente su rol, ya que socialmente no es percibida.
Encontramos que en numerosos documentos de todo tipo, tanto formales y
de la propia administración como de otras instituciones, no se hace un
claro distingo, entre términos como mediador cultural, mediador social,
mediador socio-cultural, etc. cuando en numerosos casos se habla claramente
de la misma cosa, del mediador intercultural[18].
Pero ¿qué es un mediador intercultural?. La figura del mediador
intercultural se está generalizando por toda Europa, aunque con distintos
matices y denominaciones: "linkworkers" o trabajadores de enlace, en
Inglaterra o Suecia, "mediadores lingüístico -culturales", "mediadores
culturales", en otros muchos lugares. Estos mediadores interculturales
tienen como principal objetivo resolver cuestiones de tipo socio-jurídico,
socio-laboral, sanitario, educativo.
En términos generales sería la persona "que ocupa un lugar estratégico
en el ámbito social, que le permite a la vez recibir informaciones de
carácter científico e institucional y transmitirlas de forma comprensible y
eficaz al resto de la sociedad, que de otra manera o no recibirían las
intervenciones o no estarían en condiciones de asumirlas, codificarlas y
utilizarlas".[19]
Esta podría ser una definición de las muchas que se barajan, pero
claramente todavía, ni la sociedad, ni las personas o instituciones que
necesita de esta figura, saben claramente qué es un mediador ni que
funciones tiene, un ejemplo claro es la cantidad de términos equívocos para
esta misma profesión.
Si no sabemos como se llama esta figura, ni mucho menos sabremos
claramente que tipo de funciones tiene, desarrollándose un perfil que
dependiendo del lugar concreto donde trabaje se le pedirán unas
determinadas competencias u otras.
Aún así, en un primer momento el mediador intercultural esta
claramente percibido como "una persona que podía solucionar los problemas
de comunicación entre, fundamentalmente, los niños marroquíes emigrantes, y
los trabajadores del centro", es decir, realmente lo que se percibía era
que se necesitaban unos traductores o intérpretes que pudieran hacer esta
función.
Maalouf habla en su libro de un concepto general del mediador
intercultural, ligándolo al concepto de "fronterizo", como aquella persona
que sea capaz de asumir plenamente su diversidad, ya que será aquella que
podrá servir de enlace entre las diversas comunidades y culturas, y en
cierto modo será un elemento aglutinador de la sociedad en donde viva. Todo
lo contrario a un proceso de síndrome de Ulises[20], donde el sujeto no se
siente parte de ninguna parte, sin tener arraigo.
En el trabajo con las personas que se incorporan nuevos a una sociedad
se debe evitar situaciones donde los sentimientos de los sujetos estén
inclinados a sentirse rechazados o humillados, por lo que un buen mediador
debe huir de toda actitud que denote desprecio, ironía y compasión.
Esta idea del mediador nos lleva intrínsicamente a habla de él desde
el punto de esa pieza clave que se necesita en aquellos campos donde se
pueden producir fricciones, producidas por un desconocimiento mutuo.
Abordemos ahora esta figura de una forma gráfica.

Cuales son las funciones de mediador intercultural.-

Dieciséis años después de la introducción de la figura del mediador
intercultural en la administración publica andaluza hemos querido el hacer
esta pequeña aportación como reflexión a como se esta desarrollando esta
figura y si realmente es importante dentro del sistema de protección de
menores.
En este epígrafe nos valemos de nuestra experiencia en los datos de
nuestro entorno mas cercano dentro del sistema de protección a la infancia
de la provincia de Cádiz que es donde está radicado el centro desde donde
parte esta reflexión pero cuya experiencia dentro del sistema de protección
de menores sabemos ocurre en otras provincias de Andalucía.
Recordemos que esta figura nace con la eclosión de la emigración
transfronteriza de menores de edad en el año 1999, que hasta entonces no se
conocía en Andalucía. Este fenómeno no es otro que el de los conocidos bajo
el termino MENA´s (Menores emigrantes no Acompañados). Estos niños
provenían fundamentalmente de países africanos y los cuales al ser
localizados dentro de la comunidad autónoma o allende de ella, pasaban a
disposición de las autoridades de protección al considerarse en le menor se
encontraba en un situación de desamparo al carecer, en un primer momento de
familia.
Estos menores vinieron a revolucionar un sistema que, en principio, no
estaba diseñado para la atención de este colectivo, y que actualmente se
han ido poco a poco sobreponiéndose en ciertos aspectos pero que casi diez
y siete años después deja otras sin resolver.
Desde entonces han pasado solo por la provincia de Cádiz 450 menores
anuales de media, lo que supone un contingente muy numeroso que ha hecho
cambiar muchas de las estructuras de las unidades tutelares para poder
especializarse en esta nueva situación jurídica, y que ha requerido de una
especialización importante, así como de la contratación de especialistas
bajo el nombre de mediadores interculturales. No olvidemos que mediar es:
"crear lazos, regenerar relaciones, propiciar encuentros y diálogos
productivos, entre personas y/o colectivos enfrentados.[...] Mediar es
poner razón, es devolver a las partes en conflicto el poder de decidir la
solución a adoptar que perdieron por la sin razón del conflicto. Mediar no
es voluntariedad, u obligatoriedad, es voluntad de vivir y aprender del
conflicto que muchas veces no es necesario evitar"[21]
El mediador es una persona que no debe solucionar el conflicto en si,
pero debe propiciar un clima para un entendimiento y por lo tanto, tiene
que tener las competencias lingüísticas propias, pero también las
culturales de las partes en conflictos, así como las técnicas adecuadas
para llevarles a ese terreno que podría propiciar el entendimiento, y aquí
la mediación es perentoria.
Actualmente además de seguir este mandamiento las labores
profesionales dentro del marco de la protección de menores son las
siguientes;
Servir de enlace entre el equipo directivo y la población del
centro. Labores de interpretación/ Traducción.
Informar al menor de las características del organismo que le acoge
así como de informarle de las leyes que le asisten. Art. nº14 Ley
del Menor "derecho a ser oído". En definitiva informar al menor
sobre sus derechos y obligaciones así como todas aquellas
informaciones pertinentes de su propio expediente tanto
administrativo como formativo.
Realización a todo tipo de documentación que tenga que ver con el
expediente y seguimiento del menor. Comparecencias y entrevistas.
Acompañamiento en visitas de asistencia fuera del centro:
sanitarias, educativas y ante otros organismos.
Acompañamiento en visitas readicionada con el conocimiento del
medio. Visitas guiadas a monumentos o a instituciones como pueden
ser los ayuntamientos, oficinas del empleo, etc. Labor de
acompañamiento.
Formación equipo técnico y educativo: Curso de cultura y lengua
árabe. Las formaciones trasversales ya son recogidas en los
diferentes planes Integrales de inmigración para Andalucía (PIPIA).
La interculturalidad debe ser bidireccional, con ello se intenta
incidir en el grupo de cultura mayoritaria.
Propiciar un espacio de entendimiento, actuar de conflictos de
carácter intercultural que se puedan dar en el centro. Muchos de
ellos que pueden o no tener un inicio meramente provocado por un
desencuentro cultural.
En definitiva toda aquellas acciones relacionadas con la adaptación
del usuario de otra cultura a un recurso de las características de
un centro de primera acogida de menores. Ayuda a la adaptación e
inclusión
En un marco donde el menor tiene que ser consciente que le
atienden una serie de derechos pero también de deberes.
Deberá poner en marcha procesos de mediación entre los diferentes
agentes actuantes en los centros, siempre que considere necesario
para disminuir la conflictividad y el riesgo de los menores.

Mediador Escolar

Solo comentaremos someramente la promoción de la figura a nivel
escolar. En los colegios hemos encontrado que más que hablar de la figura
del mediador intercultural, se tiende a hablar de programas de mediación
escolar. Una formación a menores que ejerzan de mediadores. Esta
perspectiva de la mediación deja fuera la conflictividad entre los padres y
la propia institución escolar que genera muchas agresiones. Compartimos
completamente las bondades de la implementación de un programa de este
tipo, pero creemos que la escuela también debería abrirse a una serie de
profesionales, como se han abierto otras instituciones como los centros de
menores. Aquí no solo la formación de mediación es indispensable sino que
serían también exigibles y convenientes aquellas de la intercultural ya que
pensamos que el apelativo "escolar" en este caso y a nuestro modesto
entender, solo abarca el medio donde se realiza, sin que se necesiten unas
competencias concretas como las que se necesitan en interculturalidad.
En este caso, quizás en muchas escuelas por la naturaleza de la
diversidad del centro en sí, es probable que se necesite una figura
especializada como la de un mediación intercultural, eso sí, que actúa en
el medio escolar. Quizás la implantación no tan profesional como colateral
al sistema, en un servicio especializado, podría ayudar en la reducción en
las agresiones a los profesores[22], que son más habituales de lo que nos
gustaría a todos.

Conclusión

Como hemos visto, desgraciadamente la figura del mediador
intercultural es la hermanita pobre en referencia a la progresión y
promoción de otras mediaciones, sin embargo, como también hemos intentado
destacar, se debería convertir en clave en la sociedad actual, avocada a
una diversidad como nunca antes hemos visto. Actualmente aún con la
experiencia que nos dan ciertos campos de implantación de la mediación
intercultural como la protección de la infancia, vemos como no solo ésta
sigue estando sujeta a contratación arbitrarias, sino que no existe un
canal propio de formación referente con unas competencias íntimamente
relacionadas con las pretensiones de especialización y necesidad de dicha
figura.
Por todo ello, queremos dar aquí nuestra humilde idea de cómo vemos el
desarrollo de dicha figura si verdaderamente pretendemos una sociedad
basadas en los valores de paz. Pensamos que hay tres factores
complementarios donde se debería trabajar para la implementacion real de la
figura del mediador intercultural. Un primer aspecto sería la búsqueda de
marco legislativo, que diera visibilidad a la mediación con este
"apellido". Pensamos que no hace falta una legislación concreta pero si
quizás una mención concreta en la ley que la iguale en rango con otras
mediaciones más desarrolladas.
Por otro lado, se sigue necesitando una labor pedagógica que haga ver
los efectos positivos de su implementacion profesional y su
especialización. Se necesita claramente, no sólo sensibilizar a las
instituciones públicas sobre dicha figura, sino que en una segunda fase,
sea ella misma la que promueva la existencia de dicho perfil del cual se
beneficiaría, y éste podría ser gracias a un sistema de becas o un período
de prácticas.
Y para terminar y cerrando el circulo, debería existir una formación
concreta y reglada, que provea de perfiles especializados a la
administración y otros organizaciones para los puestos que se requieren.
Aquí la Universidad debería tener una voz preferente y más allá de ello, un
claro compromiso social.
Vemos como la falta de dichos factores nos sigue impulsando a la
arbitrariedad, pero somos de la opinión que podría ser la propia
Universidad, comprometida e investigadora la que fuera capaz de crear una
especificidad formativa, concreta y reglada sobre esta especialización,
iniciando así una buena sinergia con las instituciones y organizaciones que
pudiera tener así más claro donde buscar esos profesionales que necesitan y
que por mor de la ignorancia no saben donde buscarlo.
Finalmente lo que verdaderamente abogamos es por un sistema integral
de profesionalización de la figura del mediador, donde cualquier persona
interesada pudiera formarse en mediación, especializarse en
interculturalidad, acceder a un sistema de beca o de prácticas y acabara
ocupando plazas específicas con garantías y con sistemas de méritos e
igualdad de condiciones.
Queremos decir como resumen a este planteamiento que la mediación
intercultural es la hermana pobre de las mediaciones porque su proyección y
minimización es más a largo plazo que a corto. Mientras que las otras
mediaciones producen un efecto inmediato y cuantitativo en la
administración de justicia, los valores y acciones de la mediación vecinal
y/o intercultural no tienen una visibilidad económica tan importante, por
lo que es considerada secundaria.
Aún así para el futuro próximo, creemos no solo que la figura será
necesaria en barrios y servicios comunitarios concretos del país, sino que
otras figuras profesionales más asentadas, como los trabajadores sociales,
educadores sociales, psicólogos etc, que trabajen en el entorno social,
podría serle de muchísima utilidad la formación en mediación intercultural,
para poder ser más competente en conflictos donde la naturaleza cultural
tenga una importancia singular.

Bibliografía:

Alés Sioli, Javier y Mata Chacón, Juan Diego, "Manual práctico para
mediadores, El misterio de la mediación, como gestionar un conflicto
desde sus cenizas". Editorial Atelier. 2016. ISBN 9788416652174.
Guía de mediación intercultural. ACCEM.
Maalouf, Amin: "Identidades asesinas". Alianza Editorial.2005. ISBN
9788420657226

Artículos:

Alés Sioli, Javier. "¿Alianza de civilizaciones o mediación entre
religiones?". Revista La Toga nº162. 2007
Cabrera Medina, José Carlos: "La mediación intercultural como
profesión", en El Magreb hoy, Estudios sobre historia, sociedad y
cultura. Alfar Ixbilia. 2004
Myers, N.: "Refugiados ambientales", Población y Clima. Fondo
Editorial. Universidad Católica del Perú. 1997
Katan, David : "Intercultural Mediation"(2013). En Y. Gambier, Y &
Van Doorslaer, D. (eds) The Handbook of Translation Studies, Volume
4, Amsterdam/Philadelphia, John Benjamins, pp. 84–91
Tallman, Jessica: "The need for Intercultural mediators for
Immigration", publicado en www.worldmediationsummit.com
Ortega, Rosario, y del Rey Rosario "Aprender a pedir ayuda: mediación
en conflictos" capitulo 5 En guía de orientación Estrategias
educativas para la prevención de la violencia. Mediación y Dialogo.
Cruz Roja Juventud. 2002.
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[1] Grado en Lengua y Mundo Árabe por la Universidad de Sevilla, tiene el
DEA por la Universidad de Jaén, en Migración y Comunicación Intercultural.
Estudió master de Responsabilidad Social Corporativa (RSC/RSE) en la
Universidad Pontificia de Salamanca.
Desarrolla su profesión de Mediador intercultural desde hace más de 17 años
dentro de la Junta de Andalucía, siendo el primero que fue contratado en el
servicio de protección a la infancia, desarrollando concretamente su
trabajo en el Centro de Protección de menores Ntra. Sra. del Cobre de
Algeciras (Cádiz), centro de referencia en inmigración de menores no
acompañados (MENA).
Investigador del grupo estudios árabes e islámicos (HUM-108) de la
Universidad de Granada, actualmente se dedica a la formación sobre
mediación intercultural.
[2] Alés Sioli, Javier y Mata Chacón, Juan Diego, pg 121
[3] Ley 5/2012 de 6 de julio
[4] BOE 15 de marzo de 2017, pg 28 y sgs
[5] BOE 15 de marzo de 2017, pg 30
[6] Sólo con ánimo de ilustrar este párrafo adjuntaremos el enlace de una
asociación suiza que se dedica específicamente a la mediación de vecindad:
Association valouise pour la mediation de voisinage http://www.mediation-de-
voisinage.ch/joomla/
[7] http://www.acnur.org/que-hace/respuesta-a-emergencias/emergencia-en-
siria/
[8] Myers, N. (1997). 'Refugiados ambientales', Población y Clima 19(2):
167-82
[9] David Katan en "Intercultural Mediation" (2013). In Y. Gambier, Y & Van
Doorslaer, D. pp. 84–91, nos dice "There are two principal ways of
considering IM. First, as intervention to ensure successful intercultural
communication across cultures, whereby the translator/interpreter (T/I)
accounts for possible cultural misunderstanding (loss or distortion of
meaning); and second as intervention to support vulnerable cultural groups,
to ensure that their voice is heard and that their differences and rights
are respected"
[10] "La mediación intercultural como profesión", en El Magreb hoy,
Estudios sobre historia, sociedad y cultura. Alfar Ixbilia. 2004
[11] "During my recent research on cultural mediation I have come across
many articles suggesting that mediation is needed for immigration
settlement. What seems to be needed specifically is more of a social worker
who has training in cultural awareness, mediation and perhaps even
translation. Many of the articles label this need as being an
"Intercultural mediator"[…] The economic viability of a sort of "cultural
facilitator" or providing training for social workers is non-existent in
most countries dealing with immigration issues at the moment and thus the
problem persists". Jessica Tallman en:
http://www.worldmediationsummit.com/the-need-for-intercultural-mediators-
for-immigration/
[12] "Morocco is the country with the highest number of convicts in EU
jails and Germany is witnessing an increase in prisoners from Morocco and
Algeria. These have been predominantly young men from lower social classes
looking for a better life in Europe. Many don't have family bonds in
Germany, can't get a legal status, nor do they have the right to asylum,
and find it difficult to access the job market in Germany". En:
https://euobserver.com/investigations/135659
[13] http://edusi.es/
[14] El 57,2% de la población inmigrante que registra Algeciras es
marroquí. El Ayuntamiento contabiliza en 2014 a un total de 11.778
ciudadanos foráneos Representan al 9,37% de los habitantes que actualmente
posee la ciudad. EuropaSur 02 marzo, 2015
[15]http://www.academia.edu/29207808/Congreso_Internacional_sobre_la_Mediaci
%C3%B3n_Mediterr%C3%A1nea_-_Cagliari_Italia_29_Sept_-_1_Oct
[16] https://cimac2016.wordpress.com/

[17] Guía de mediación intercultural. ACCEM. Pg 7
[18] Como ejemplo pondremos una muy cercano a la realización de este
artículo. El director general de Políticas migratorias de la "Junta de
Andalucia, apuesta por la mediación social para la inclusión de las
personas migradas en Andalucia". Este es el titular de una noticia de la
Junta de Andalucia de fecha 21 de abril de 2017, mientras que la propia
Junta de Andalucia en políticas sociales e igualdad tiene a contratado
diferente personal bajo la denominación de Mediador intercultural. Esta
polisemia para la denominación de la misma laborar profesional, hace que
esa misma profesión, aparezca como desenfocada y poco clara. Trasmitiendo
la propia administración dicha idea.
[19] http://w3.cnice.mec.es/recursos2/atencion_diversidad/06_00.htm
[20] Síndrome de Ulises o duelo migratorio. El Síndrome de Ulises es un
cuadro reactivo de estrés ante situaciones límite que no pueden ser
elaboradas, no es el duelo migratorio clásico, sino una variante extrema de
este duelo que afecta a los inmigrantes en situación extrema del siglo
XXI." Para leer mas: http://www.unobrain.com/blog/unobrain/que-es-sindrome-
ulises
[21] Alés Sioli, Javier. "¿Alianza de civilizaciones o mediación entre
religiones?"
[22] Según el sindicato ANPE Una media de diez profesores al día pidió
asistencia y ayuda al servicio de atención al profesorado en 2015 en
España. http://www.europapress.es/sociedad/noticia-casos-agresiones-
profesores-espana-cuatro-graficos-20150420135500.html
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