La Masonería en la Almería del siglo XIX

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La Masonería en la Almería del siglo XIX Librepensadores en la Almería finisecular

24 de octubre de 2015

La Masonería en la Almería del siglo XIX | Enrique Gil Orduña

La Masonería en la Almería del siglo XIX Enrique Gil Orduña

Almería durante el siglo XIX El siglo XIX fue testigo de cambios vertiginosos ocasionados por la industrialización y el avance del liberalismo, con lo que el crecimiento económico se dispara a pesar de las fluctuaciones y diferencias, en todo el mundo occidental. Sin embargo, este cambio de modelo de vida no garantizó siempre el viejo ideal de felicidad pública y bienestar general, un cambio que vino dado con lentitud y desigualdad, y con hondos desequilibrios sociales. La migración de población rural al mundo urbano vino acompañada de una explotación económica de esos trabajadores y la insalubridad y el hacinamiento en los nuevos núcleos manufactureros. La concentración de la mano de obra y el crecimiento económico que supuso la acumulación de capital vino de la mano de la explotación de recursos naturales y un avance de la tecnología sin precedentes. Almería no permaneció ajena a estas transformaciones, y es de hecho con el advenimiento de los liberales cuando se configura su entidad administrativa en 1834, desgajándola del viejo reino de Granada. Su economía se verá inmersa en el mercado internacional, y sus habitantes (que pasan 165.000 habitantes en 1787 a 359.000 en 1900) protagonizarán un gran movimiento de éxodo a Orán y al otro lado del Atlántico, como consecuencia de la Gran Depresión Finisecular. La economía almeriense verá un gran cambio durante la primera mitad del siglo gracias a la explotación de las minas de plomo en Sierra de Gádor y en Sierra Almagrera, convirtiéndose así en uno de los núcleos pioneros de la industrialización nacional. Igualmente, con la entrada al mercado internacional, la actividad portuaria se verá multiplicada, y con el tiempo se invertirá un esfuerzo en desarrollar los medios de transporte, que desembocará en el ferrocarril, gracias a la inversión de capitales por parte de 1

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burgueses extranjeros. Cultura y pensamiento en la Almería decimonónica. Con respecto al panorama cultural y educativo, la provincia estaba a la cabeza del analfabetismo en España, con una tasa del 64% al final de la centuria, más de 8 puntos por encima del promedio nacional. En círculos burgueses, las iniciativas culturales se remontan a las Sociedades de Amigos del País, o con algunas Tertulias puestas en marcha durante el Trienio Liberal. A lo largo de la centuria, las instituciones culturales que tomaron la delantera fueron el Liceo (1843-1845) y, sobre todo, el Ateneo de Almería (1876-1889), en el que se implicó un grupo de profesores, ingenieros y médicos en un debate en torno al positivismo. La vida cultural almeriense estuvo vinculada a la burguesía liberal provincial, y se desarrolla junto a las instituciones públicas y académicas. Se va pasando, por fin, a una vida académica y cultural ajena al mundo religioso. Y es que la burguesía almeriense, comerciante y minera, se vio obligada a crear espacios de sociabilidad propios, en el ámbito de lo privado, para cultivar sus aficiones. Junto a las instituciones públicas liberales, como la Diputación o los Ayuntamientos, se establecen el Instituto de Segunda Enseñanza y la Escuela Normal de maestros, además de otros nuevos espacios de sociabilidad, como los casinos y las sociedades artísticas y literarias. En el casino, lugar de encuentro de los hombres liberales, se deliberaba acerca de política, se leía prensa, se reunían tertulias y se jugaba. En el espacio liberal de esta burguesía se cultivan las artes, las letras y las aficiones propias de la nueva clase emergente, en los que a veces incluso aparece la mujer. El Liceo Artístico y Literario, el Ateneo de Almería y el Círculo Literario serán las tres sociedades científicas y literarias que tendrán cierta continuidad durante el siglo. En ellas encontramos comerciantes, abogados, profesores, ingenieros y sacerdotes participando en los acalorados debates científicos o políticos. Estas sociedades veían sus actividades reflejadas en periódicos locales o revistas, como El Caridemo o Revista de Almería, con la intención de que trascendieran el espacio de la privacidad. Será a finales del siglo XIX y comienzos del XX cuando se viva el momento de más actividad cultural, surgiendo gran cantidad de escritores que actuaron a la par que las instituciones o de forma más autónoma 2

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en tertulias propias, bajo la influencia del modernista Francisco Villaespesa. Almería no había participado de la eclosión periodística hasta bien entrado el siglo, en la década de los años 40, a causa de la fuerte censura aplicada a este medio. Tan sólo escapaban aquellos que se protegían con el subtítulo "publicación científica y literaria". Con el sexenio revolucionario de 1868, y sus aires de libertad, se estimuló la prensa almeriense en nuevas formas, tratando ahora los temas sociales, políticos y de interés general, naciendo así la prensa de opinión, y sentando las bases para una verdadera explosión en los primeros años del siglo XX. Destacan cabeceras como La Crónica Meridional, La Campana de la Vela, o El Ferrocarril. El hito más destacado de la educación se observa en la inauguración del Instituto estatal de 2ª enseñanza en el antiguo convento dominico, desamortizado en 1845. En 1890 se inaugura la Escuela de Capataces de Minas y de Fundición en Vera, y pocos años antes, en 1885, la Compañía de María se instala en Almería como avanzadilla de las instituciones religiosas.

Librepensamiento en la Almería del sigo XIX Un punto esencial que cabría apuntar sobre la cultura almeriense será un movimiento particular que eclosionó en la sociedad liberal y burguesa del siglo XIX. El librepensamiento se define esencialmente por una fe ciega en la razón, la ciencia y el anticlericalismo. Los librepensadores españoles del siglo XIX, hostiles a los dogmas y defensores del libre criterio como filosofía moral y utensilio a aplicar. Por tanto, se entiende su desvinculación afectiva hacia cualquier forma de ceremonias y prácticas religiosas. Para ellos la Libertad era el objetivo primordial a cumplir, tanto religiosa como política, y por tanto se definían generalmente a favor de las ideas de República. Los intentos de asociación de este grupo intelectual se vieron en España, a principio de los ochenta, con la Liga Universal Anticlerical de Librepensadores, que llevaban por bandera la Justicia, Moral y Verdad para aplicar a la vida y sociedad civil. Las primeras manifestaciones de esta corriente en Almería las encontramos en el apoyo que se dio al periódico madrileño Las Dominicales del Librepensamiento en sus persecuciones. 3

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Esta defensa vino propiciada por los masones de Alhama en una publicación de El Linares, en el que defendían al excomulgado Fernando Lozano por el obispo de Jaén por su artículo "A mi hijo". En la misma línea se adhirió la Logia Perfección de Vera, que a través de una carta manifestaban su apoyo por el semanario y enviaban el dinero para sufragar las multas impuestas. Tampoco tardó poco tiempo en sumarse a la causa la Logia Unión y Justicia, de Almería, que tan claro tenía su concepto de la masonería: [...] la Masonería, consiste en la práctica de todas las virtudes, [...] la de saber dominar nuestras pasiones, dispensándonos los unos a los otros la más absoluta tolerancia, para [...] que formemos una [...] fraternal agrupación, compuesta de [...] hombres de buena fe, que [...] se afanan por buscar [...] el bien y la verdad, para [...] que sean desterrados de la sociedad la intransigencia, el exclusivismo y el error, que [...] propalan la clase clerical, los fanáticos y los oscurantistas [...]. ¡Tal fue la difusión del semanario librepensador por la provincia! Como hemos visto, no fue otra institución la primera que profesó su amor por el librepensamiento que la masonería, y concluimos con esto que se trata de un grupo en principio relacionado con el movimiento. Pero ¿de dónde venían estos masones almerienses y cuáles fueron sus círculos de actuación hasta su manifestación en una década tan tardía como la de los ochenta del siglo XIX? En una provincia que, como hemos visto, tan pocos y tardíos fueron sus vientos culturales ¿cómo pudo tanto tardar esta sociedad particular y caracterizada precisamente en su profesión de librepensamiento y amor a la ciencia y la cultura, a hacer sentir su presencia, en tanto defensores del librepensamiento?

La Masonería almeriense del siglo XIX Orígenes de la Masonería almeriense Los primeros vestigios de su existencia los encontramos durante la década de 1870, aunque ya había habido individuos vinculados a la franc-masonería durante la primera mitad del siglo. Hubo una cierta presencia relacionada con el movimiento comunero del Trienio Constitucional, tan comprometidos con la defensa del régimen liberal. La expedición de "Los Coloraos" a Almería (1824), organizada por la sociedad comunera La Santa 4

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Hermandad, tuvo cierta participación masónica. Referencias igualmente imprecisas, parece haber sobre la existencia de una logia en la ciudad de Almería durante el reinado de Isabel II. Fue la masonería férrea partícipe del movimiento revolucionario de 1868 que desembocó en la Constitución de 1869 y en la conquista del derecho de asociación y libertades, precedente necesario para que florecieran las logias en todo el país. Sin embargo, no tardarían mucho tiempo en profesar serias diferencias entre ellas, como resultado de la falta de experiencia masónica en esta nación. Hubo una dura rivalidad por la supremacía entre el Gran Oriente Nacional de España (Ramón María Calatrava), de espíritu más elitista y restrictivo, y el Gran Oriente de España, ésta última partidaria de organizarse sobre cimientos más democráticos y racionales, que fue objeto de una gran adhesión de nuevas logias que se multiplicaban como la espuma, desde la investidura de Manuel Ruiz Zorrilla como venerable maestre. Las logias de la ciudad de Almería Fue en este clima donde surgió la primera logia estrictamente almeriense, Amor y Ciencia, en 1872, bajo los auspicios del Gran Oriente de España (GODE), con el número 76 (en 1881 cambiaría al 15), que se mantendría activa hasta la década de 1890. Sus inicios pueden seguirse en el Boletín Oficial del Gran Oriente de España. Paralelamente llevaron a cabo la tarea humanitaria de socorro a viudas y huérfanos de masones fallecidos vinculados a la Orden. Con el tiempo, alcanzaría la dignidad de Logia Capitular, y de su seno surgió gran parte de los masones que extendieron la Orden por el resto de la provincia. La Logia estaba marcada por una importante presencia de dirigentes republicanos, que no vieron con buenos ojos las deliberaciones de la Asamblea del GODE y las disensiones producidas, en julio de 1875, y al investir a Mateo Sagasta, constitucionalista y colaborador con la Restauración, como Gran Comendador en 1876. Por tanto, quedaron al margen de obediencia hasta mayo de 1880. En 1882, la logia alcanzaría 72 miembros efectivos, lo que habla de su importancia en la masonería provincial, con considerable número de grados elevados, llegando a un Soberano Gran Inquisidor General (grado 33º). En sus cuadros lógicos prima el carácter burgués de la 5

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composición socio-profesional de la logia (propietarios, industriales, médicos, abogados, comerciantes, profesores, militares, etc.). Entre sus fundadores hay un grupo significativo de republicanos, entre los que destacó el venerable maestre José Litrán López "Dantón", médico de ideas republicanas federales desde el inicio del Sexenio, y partícipe del Partido Republicano Progresista de la capital. Alcanzaría el grado 33º (Soberano Gran Inquisidor General). Junto a él aparecerían otros republicanos, como Antonio Campoy Robles "Orsini", grado 18º (Cabellero Rosa Cruces), primer vigilante y alcalde de la ciudad de Almería durante la I República; o el conocido arquitecto Trinidad Cuartara "Labrousse", grado 17º (Caballero de Oriente y Occidente), planificador del ensanche de la capital. La impronta republicana de la logia aumentó durante la Restauración, aunque los miembros de la logia acordaron no hablar de política ni de religión como norma irreversible. La escasa documentación existente nos procura un escaso conocimiento del funcionamiento. Sin embargo, a través de las actuaciones "profanas" de sus miembros, vemos un claro carácter filantrópico y demófilo, en una clara pretensión por mejorar la sociedad donde vivían, mediante el impulso de sociedades benéficas, como la Cooperativa de Obreros de Almería. Desde esta logia, la masonería se extendería al resto de la provincia durante la década de 1880, y sus miembros impulsaron las nuevas logias en sus pueblos natales, como la de Antigua Urci (Garrucha), Salmeroniana (Alhama), Perfección (Vera), Hijos de Abdera (Adra), entre muchas otras. La mayoría de esos iniciadores fueron también dirigentes republicanos. Tenemos como paradigma la Salmeroniana de Alhama con personalidades como Antonio Marín Cadenas, gran maestre, o José Sánchez Sánchez, seguidores de la trayectoria de Nicolás Salmerón, que encontramos en el republicanismo progresista en la década de 1880, que pasarán al centralista en la de los noventa. Como hemos visto, el Gran Oriente de España constituyó el principal referente de la masonería almeriense, y bajo sus auspicios se formaron gran parte de los Talleres masónicos de la capital y de la provincia, 13 de un total de 31. Su carácter democrático fue el que influyó en la inclinación política republicano-demócrata de los masones almerienses.

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Junto a Amor y Ciencia, la ciudad de Almería durante los años setenta contó con otras tres logias, Compás, Escuadra y Unión y justicia, pertenecientes al GOE. Su existencia fue efímera y dejan de aparecer en 1881, a excepción de Unión y Justicia, constituida por los hombres más representativos demócratas y republicanos federales de la provincia. Esta Logia trabajó inicialmente bajo el Gran Oriente Lusitano Unido (GOLU), constituyéndose en 1877 con el número 110. Recordemos que la Restauración estimuló una gran división entre la masonería en toda España, y se incrementó el número de logias en la Orden lusitana, que tanto promulgaba los derechos de libertad, igualdad, justicia, fraternidad y tolerancia. Sin embargo, con la Constitución de la Orden de 1879, se cerraba el paso de masones españoles a grandes cargos y eran obligados a profesar ceremonias patriotas portuguesas, con lo que no tardaría la Logia en traspasar su obediencia al GODE, a pesar de la crisis en que esta orden se veía sumida, en la misma ruta que otra veintena de logias de GOLU. Unión y Justicia alcanzaría la dignidad de "Logia Capitular", y también sería "logia madre" de otros talleres provinciales. Su actividad se vería ininterrumpida hasta la década de los noventa. Con la crisis del GODE en sus momentos más traumáticos, la carta de Miguel Morayta como nuevo gran maestre en la que tantos ánimos intentaba levantar para constituir una gran familia unida y confraternizada, vino para los masones de la Logia almeriense como la luz en la oscuridad. En las expectativas de ver qué ocurría y cómo llevaba a cabo la deseada conciliación, resultó decepcionante la pretenciosa unión con el Gran Oriente Nacional, fundando así el Gran Oriente Español (1889), donde la Logia almeriense no terminaría integrada. Durante su trayectoria, la Logia se convirtió en una de las más numerosas de la provincia, con 74 miembros efectivos en 1886. Estuvieron enormemente relacionados con Amor y Ciencia, y nombraron a todos sus "obreros" de la logia hermana como miembros honorarios de la propia. Sus componentes también repiten una situación social principalmente burguesa y liberal, con el comercio como profesión más representada, aunque no escasean profesiones mucho más humildes (comprensible por el carácter igualitario que sus fundadores promulgaban hacia la sociedad profana).

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Fueron los fundadores de esta Logia los principales pioneros de las ideas democráticas y republicanas en Almería durante el Sexenio y la Restauración. Por ejemplo, dos de sus venerables maestres, el notario Rosendo Abad Sánchez, "Viriato" y el médico Juan Salvador Domínguez, "Hipócrates", eran dos destacados dirigentes republicanos durante la Restauración, dirigentes respectivamente del Partido Republicano Federal y del Partido Republicano Progresista. De entre el gran número de republicanos en la logia (26 dirigentes en 1886), la mayoría eran de talante federal, frente al centralista impulsado por Nicolás Salmerón. No obstante, durante el período de la Restauración, ambas vertientes tuvieron un alto grado de sintonía y cooperación. Pese a la impronta republicana de la logia, no es lícito pensar en ella como una trascendencia del Partido Federal al mundo masónico, en tanto en cuanto mantiene la concepción masónica de tolerancia y desvinculación de la política. Pero sí es constatable, paradójicamente, que la logia debatió problemas de actualidad y trató influir en sus problemas políticos. Por ejemplo, defendieron públicamente, en el Ateneo, la libertad de conciencia y pensamiento, apoyaron las campañas por el Matrimonio Civil y la creación de un cementerio civil, o polemizaron con las misiones jesuitas por los pueblos de la provincia. Igualmente se dedicó a las actividades filantrópicas al unísono que su hermana, Amor y Ciencia. Otras logias de la ciudad serían Constancia nº 154, de la que poco conocimiento tenemos, aparte de su obediencia al GOLU, y Protección nº 195, la única almeriense obediente al Gran Oriente Nacional de España (GONE), creada en 1885. El carácter más tradicional de GONE se puso en evidencia en la menor afluencia de políticos republicanos en esta logia, y mayoritariamente de extracto conservador. Tuvo actividad hasta 1888, sin entraren la fusión ideada por Morayta, y se mantuvo en el GONE de Pantoja. La explicación que podemos, después de esto, dar al fenómeno de la masonería, es que se trató de un espacio más de socialización de esos sectores librepensadores, racionalistas y cultos que vieron la luz en el siglo XIX. Algo que les caracterizó como sociedad fue la profesión de ideas conciliadores hacia la sociedad, con pretensiones de instrucción y educación a los ciudadanos para convertirlos en hermanos dotados de la luz del saber y el 8

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racionalismo, alejados de la superstición y el oscurantismo proclive en los sectores clérigos y más conservadores, los cuales, evidentemente no dudaron en polemizar y porfiar con la hermandad. Se trata, pues, esencialmente, de una asociación de librepensadores comprometidos en sus ideas de mejorar la sociedad en que vivían mediante la dignificación del ser humano. Por tanto, no es de extrañar, en este talante demófilo, su general vertiente demócrata y republicana. La expansión masona por los pueblos de la provincia La reacción conservadora y autoritaria que representó la Restauración estimuló el avance de las logias en la provincia, a través de individuos pertenecientes a capas medias ilustradas relacionados con ideas democrático-republicanas, sobre todo durante la década de los ochenta. Un cambio generacional en la siguiente década impulsará la proliferación de logias independientes practicantes de nuevos ritos, hasta la crisis en que se vivirá a finales de siglo. Ya durante la década de 1880 aparecen logias como Antigua Urci de Garrucha (1880), Salmeroniana de Alhama (1882), Perfección de Vera (1882), Hijos de Abdera de Adra (1883), entre otras, para seguir multiplicándose en los noventa con Amigos de Litrán de Almería (1890), Antigua Virji de Berja (1890), Unión y Fuerza de Aguamarga (1896). La Logia Salmeroniana de Alhama de Almería (1882-1895) Tendría tanta preponderancia que incluso hoy se identifica al pueblo con la Orden. Llegó a ser, junto a Unión y Justicia, el taller con mayor cantidad de miembros. Previamente, varios alhameños ya venían iniciados en la Logia Amor y Ciencia, como Antonio Marín Cadenas, "Salmerón", Juan Diego Rodríguez Gil, "Gaspar Molina", o José Sánchez Sánchez, "Viriato", junto a otros, que constituyeron el inicio de la logia Salmeroniana. Su relación con la familia de Salmerón queda bien manifestada desde sus comienzos. Su vinculación con Amor y Ciencia les llevó a obedecer el GODE, de la mano de la Logia Perfección de Vera, el mismo año. La labor de captación de miembros dio frutos, y tan pronto como 1886 ya tenían 66 9

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miembros, y pronto llegarían a los 81. Importante es decir que entre ellos aparece la figura femenina de Adelaida Martínez Ventero, "Viuda de Tiberio Graco", grado 1, propietaria. Era la viuda de Francisco Salmerón y Alonso, hermano de Nicolás, que había practicado la masonería en Madrid como "Tiberio Graco". Fue un importante político, ministro de Ultramar en el gobierno de Estanislao Figueras y Presidente del Congreso de los Diputados en 1873, vinculado al ala más izquierdista del progresismo. Algunos de sus miembros alcanzaron el grado de Caballeros de Rosa Cruz, y el taller alcanzaría la dignidad de Logia Capitular en 1884. Sin embargo, apenas quedan testimonios sobre su actividad. Sí se constata su voto al republicano Manuel Llano y Persi para Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica del GODE en 1884, rasgo evidente de la impronta republicana de esta logia. También se constata su apoyo al diario Los Dominicales del Libre Pensamiento, que realizaron una campaña de solidaridad para los damnificados en las inundaciones de Almería de 1891, e impulsaron la Tienda-Asilo de la ciudad, para ofrecer comidas baratas. En Alhama fueron quienes estimularon a la creación del cementerio civil en 1893, uno de los principales de la provincia. A sus miembros no les cayó bien las divisiones de la masonería y del GODE, al igual que sus logias hermanas de la capital. Pasó así a formar parte de la Gran Logia Regional de Andalucía, surgida, como el resto de las regionales, de las tensiones entre el filosofismo y el simbolismo. Tras unos reveses, la logia regional terminaría paradójicamente entrando en el seno del GONE, la orden más conservadora de España. No es conocido si el acto resultó del agrado de la Salmeroniana, de talante tan republicano, pero es un hecho a mucho dudar. Entre los componentes del taller es destacable, al ser un pueblo eminentemente agrícola, un grupo de terratenientes agrarios, además de comerciantes, médicos, maestros, y otros profesionales liberales. Se nutrió la logia principalmente, como vemos, de la mesocracia burguesa ilustrada, echándose más en falta sectores más humildes y populares. Sus integrantes tuvieron un especial protagonismo en la vida de Alhama, ejerciendo una auténtica defensa de los intereses del pueblo. Con respecto a la tendencia política, la logia estuvo marcada siempre por el republicanismo, y en especial, en la trayectoria de los hermanos Salmerón, que acabarían 10

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representando la vertiente centralista. De hecho, todos sus altos dignatarios eran dirigentes republicanos del pueblo, y muchos estaban integrados en la Coalición de Prensa de Alhama y Huécija, comités republicanos. Antonio Marín Cadenas será el individuo más paradigmático, "Salmerón", Gran Maestre de la logia, presidente del Partido Republicano de Alhama, alcalde del pueblo, vicepresidente de la Coalición de la Prensa, presidente del Centro Agrícola e Industrial de Alhama, entre otras funciones importantes. El 2 de julio de 1904, el Ayuntamiento acordó nombrarle hijo predilecto. Para comprender el auge masónico en Alhama tenemos que tener en cuenta que desde momentos muy tempranos el pueblo apostó por opciones liberales progresistas (ya en 1824, varios alhameños participaron en la anécdota de los "Coloraos". La participación de los pueblos de la comarca solía ser numerosa en los pronunciamientos progresistas, con voluntarios armados yendo a la capital y en ocasiones protagonizando una prolongada resistencia en la comarca y la Sierra de Gádor. Un claro referente de la política liberal progresista sería la familia Salmerón. Francisco haría carrera política brillante en Madrid, y se vincularía rápidamente con la masonería de la villa, en estrecha relación con Ruiz Zorrilla, Gran Maestre del GODE. Nicolás, pese a no lograr representar a Almería como diputado, tuvo mucha influencia en su pueblo y la provincia al convertirse en presidente del Poder Ejecutivo de la I República, con lo que se convirtió en un gran hito para Almería, encarnando los ideales de Libertad, Democracia y República. Pese a relacionarse con integrantes de la Orden, nunca optó por ingresar en ninguna logia, pese a ofrecérsele la Gran Maestría del GODE en 1886. No es claro, pues, el motivo del nombre de la logia alhameña, aunque tal vez se relacione más con la personalidad de Francisco, que sí se inmiscuyó en los círculos de la Orden, al igual que su hijo y viuda. También el mismo prestigio acumulado de la familia, como representante además de las ideas más propias del pueblo. El advenimiento de la Restauración, y los aires reaccionarios conservadores y clericales de los que vino acompañada, explica en gran parte el florecimiento de logias en Almería y España a partir de la década de 1880. Y es que numerosos círculos republicanos, librepensadores y demócratas no tuvieron otro remedio para socializarse, y así socorrerse y auxiliarse mutuamente en un clima tan hostil. 11

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Los masones de Adra, Hijos de Abdera (1883-1896) El Poniente almeriense incluía dos municipios con potencial económico, Berja y Adra, y en ambos aparecerían las dos logias de Hijos de Abdera y Antigua Virji, en la década de los ochenta y los noventa respectivamente. El municipio de Adra vivió un auge económico durante el siglo XIX por sus fábricas de fundición de plomos de la Sierra de Gádor. La demanda de mano de obra atrajo gran cantidad de trabajadores, germinando así las primeras asociaciones obreras de la provincia, introducidas dentro de las ideas de la I internacional anarquista. También vino gran número de mano de obra hacia los empleos de aduanas y casas comerciales, y estos derivaron en gran parte de los miembros de la masonería. La logia Hijos de Abdera se incluiría en la obediencia al GODE, para pasar a la fusión con el GONE del Vizconde de Ros, y terminar bajo el Gran Oriente Español. Su principal hombre clave sería el segundo Gran Maestre, el médico José Pérez Gómez, "Demófilo". El taller aglomeraría en torno a la treintena de "obreros", y aunque la mayoría eran oriundos de Adra, no escaseaban miembros de otros lugares, y algunos lejanos, como Toledo o Coín, atraídos por el dinamismo económico del lugar. Durante los primeros años ya se constituyó en Adra el Soberano Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz Iberia nº 77 (confería los grados superiores el 3º e inferiores al 19º, auxiliaba a los masones enfermos, mediaba en los conflictos, examinaba a los aspirantes de elevación, etc.), con José Pérez Gómez al frente. Parece ser que se distanciaba un poco de las logias de la capital (no se decantó mucho por el voto al republicano Llano y Persi, y los conflictos internos del GODE significaron un auténtico trauma que dejó la logia sin funcionamiento, hasta las esperanzas levantadas por Morayta. En 1888 volvían a los 25 miembros, adheridos a la unificación de Morayta y el Vizconde de Ros en el Gran Oriente Nacional de España. Seguirían desde entonces la figura de Morayta, a la escinsión del Gran Oriente Español (GOE). Las convulsiones del período se hicieron notar en las entrañas del taller, con el abandono de muchos antiguos miembros, pese a los intentos de José Pérez Gómez en mantener viva la llama de la esperanza. Aunque el taller prosiguió su actividad hasta 1896, en una década de los noventa, testigo de su paulatino debacle, el Capítulo Iberia desaparecería al poco de 12

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incluirse en el GOE, por sus escasos miembros partícipes. A lo largo de su existencia, Hijos de Abdera contó con 75 miembros. Sus principales profesiones, según el cuadro de 1886, son la de comerciantes, empleados y propietarios. En 1893 se mantiene la importancia de comerciantes (no se olvide el importante puerto), y crece el número de militares. Los republicanos abderitanos también tuvieron especial relación con la masonería. El mismo José Pérez fue un destacado dirigente republicano partícipe de las ideas "revolucionarias" de Ruiz Zorrilla. En 1894, presidente del comité local del Partido Republicano Progresista, actuó junto a otros masones republicanos, que impulsaron el comité de Coalición de la Prensa de 1890. La logia siempre mantuvo un cierto impacto en el pueblo por sus polémicas con la Iglesia Católica, y se convirtió en referencia progresista y democrática para los círculos burgueses del dinámico pueblo. Interesante es que en su lucha propagandística anticlerical se vieron apoyados por el núcleo anarquista abderitano. El proceso de secularización tuvo gran calado en Adra y Berja, gracias a las influencias republicanas y anarquistas que tanto se dejaron notar entre los trabajadores. Las misiones jesuitas, al pasar por Adra, la encontraban sin ningún interés en recibirlas y con frecuentes problemas y hostilidades provocados por parte de los círculos anarquistas. Las logias en la cuenca del Almanzora Aquí hubo también un importante surgir masónico durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo XIX, que prestarían obediencia a diversas órdenes a lo largo del tiempo. Las primeras logias que levantaron columnas en la región serían Antigua Urci (Garrucha, 1880), Perfección (Vera, 1882) y Argentina (Cuevas, 1883). El municipio de Garrucha también sería uno de los más impronta económica tendría en la provincia, gracias a la minería de Sierra de Bedar y las fundiciones de plomo y hierro, además de la exportación a través de su puerto. Por tanto, no es de extrañar el florecimiento de empleados, ingenieros y mineros. 13

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La logia Antigua Urci se iniciaría con 16 miembros que, en su mayoría, ya tenían experiencia en otras logias, y ninguno sería natural de Garrucha. Muchos, de hecho, eran extranjeros, como el Secretario, el comerciante suizo Emilio Koeberlin, "Guilermo Tell", o el Primer Vigilante, George Clifton Pecket, comerciante y cónsul inglés. El Venerable Maestre sería Arturo Lengo, "Pilades", comerciante malagueño afincado en Garrucha. El miembro más destacado sería el capitán Joaquín Lisart López, "Riego", grado 3, genuino valenciano y residente en Vera, ya se había iniciado en la masonería en Granada y en su destino a Cuba. Estando ya en el Batallón de Reserva de Vera, se vinculó a Antigua Urci, pero no tardaría en dar los primeros pasos para formar en Perfección en Vera. Sería así uno de los principales protagonistas de la masonería en el Bajo Almanzora. La ciudad de Vera era el principal núcleo habitacional de la región, en todos los sentidos. Se desarrolló una burguesía agraria, minera y comercial, además de profesionales liberales y militares, que impulsarían un liberalismo progresista. En 1882 terminaría de fraguarse la logia Perfección nº 207, vinculada al GODE, por el abogado Francisco Ruiz Carrilla, "Rufino", iniciado en 1881 en Amor y Ciencia, y otros personajes como Juaquin Lisart. Importante es identificarla con la logia homónima que veríamos unos meses después bajo los auspicios del GONE y con número 168, a causa de la importante presencia de militares con la llegada del Batallón de Reserva. Esta logia, que mantendría su actividad hasta 1888, se caracteriza, pues, por la importante presencia de militares (21 de los 65 miembros entre 1882 y 1884). En general, sus miembros pertenecerían a capas mesocráticas y burguesas de la comarca. Con la crisis de 1888 mantuvieron sus esperanzas en torno a Morayta, pero no tendríamos más noticias de la logia desde este año. La logia también tendría polémicas con los sectores clericales y las misiones jesuíticas. Las afinidades políticas oscilan entre el republicanismo posibilista de Castelar y el liberalismo. La presencia de muchos de sus miembros en el vecino pueblo de Cuevas de Almanzora terminaría con la formación, bajo la dirección de Joaquín Lisart López, de la logia Argentina, en la que el capitán permanecería como miembro honorario. Sus fundadores serían empleados y propietarios vinculados a la minería y la metalurgia en torno a Sierra 14

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Almagreray el barranco del Jaroso. Su primer Venerable Maestre, el ingeniero de minas Emilio Falces Falces, "Zoroastro". Empezando con 11 miembros, ya en 1884 alcanzarían los 28, esencialmente, como digo, vinculados a la minería, seguidos de militares y comerciantes. Sin embargo, tan pronto como 1885 comenzaron crisis en su interior, y la conducta profana de algunos de sus miembros desprestigió la logia. Terminería por disolverse paulatinamente, y en 1888, dentro del clima crítico en las órdenes, encontramos las últimas referencias y cantos de sirena. Ante el fin tan estrépito de la masonería del Bajo Almanzora, se mantendría cierta resistencia hacia el interior de la cuenca, en los pueblos de Serón y Tíjola. La logia Almanzora nº 290 de obediencia al GODE (Serón, 1884), fue iniciada por tres Maestros provenientes de Amor y Ciencia, de profesión propietarios, y otros cuatro miembros. Serón también sería un importante centro minero a finales de siglo gracias al hierro de las Menas. Sin embargo, los miembros del taller no están relacionados con la actividad, sino que eran mayoritariamente propietarios y comerciantes, muchos provenientes de los pueblos vecinos de Purchena, Lubrín y Macael. Todos votarían en 1884 a Manuel Becerra, que saldría como Gran Maestre del GODE, y no al republicano Llano y Persí. Durante las divisiones de 1888 fue partidaria de la unión de Órdenes, y terminaría uniéndose al constituido Gran Oriente Nacional de España, siempre fieles a Morayta, incluso con la ruptura conel Vizconde de Ros y el advenimiento del Gran Oriente Español (1889). Desde entonces, hasta 1894, mantendría su obediencia a la nueva orden, en cuyo boletín oficial las referencias a la logia de Serón son escasas. Fue un taller muy poco numeroso, con 16 miembros durante toda su trayectoria, aunque manteniéndose con cierta estabilidad. De la actividad de la logia quedan sus cuestaciones a favor de viudas y huérfanos de masones fallecidos, además de la petición de auxilio a toda la Orden con las inundaciones del Almanzora de 1888, que tanto devastó la comarca. Sus principales responsables fueron protagonistas de la política, asociados al republicanismo (algo que explica en parte la afinidad por Morayta). En el municipio de Tíjola aparecería en 1885 la Logia Esencia, vida y Amor nº 343 bajo el GODE, que tendría una vida poco interrumpida hasta 1896, en una trayectoria simultánea a 15

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la logia de Serón, algunos de cuyos miembros pasarían a la de Tíjola. Manifestó prontamente la preocupación por la división de los masones españoles, por lo que apoyaron las pretensiones de Morayta, también cuando pretendió crear la Gran Logia Simbólica Central que llevó a la ruptura con el Vizconde. Sin embargo, con la elección de nuevos cargos en la logia en 1888, aparecieron tensiones, pues no gustó a todos el resultado, y de hecho, pasó un tiempo sin celebrarse tenidas, hasta el intento de reorientar la situación en 1890. Los problemas no acabaron, pues las campañas clérigas consiguieron influir en las esposas de los masones, y se produjeron convulsiones en sus vidas profanas, pero no obstante se regularon los trabajos, aunque convertidos en Triángulo por la laxa situación numérica (cinco miembros activos en 1891). Finalmente, el Taller optó por entrar en sueños en abril de 1896, momentos en que el GOE entraba en crisis, ocasionada por las acusaciones del apoyo a la rebelión filipina. Los 21 miembros activos de Esencia, Vida y Amor deben ser estudiados atendiendo a las dos etapas que establecemos en la obediencia del GODE al GOE, divididos por la crisis de 1888. Sus profesiones les situaba entre la pequeña y mediana burguesía, encabezados por propietarios, comerciantes e industriales, y procedían en gran número de pueblos de la provincia, e incluso de Francia. Constituyeron una logia caracterizada por su adhesión a las ideas del librepensamiento, llegando a enviar un representante al Congreso Universal de Librepensadores de Madrid en 1892. Fruto de su labor sería la creación del Cementerio Civil, instando para ello al Ayuntamiento, y estando sus miembros en las concejalías, impulsaron la instrucción primaria. También pidieron ayuda al GOE con las inundaciones de 1888, además de otras peticiones de contribución a la comarca. La Logia tuvo un importante matiz liberal-democrático y republicano. No podemos olvidar la referencia de los hermanos Nin de Cardona, destacados dirigentes políticos. En el resto de logias del valle de Almanzora no está tan clara la relación republicanismo-masonería, pero los masones de este pueblo suelen aparecer en los comités republicanos. En la segunda etapa, bajo el GOE, sus miembros relacionados con el republicanismo no tuvieron reservas a la hora de manifestar sus ideas liberales y propuestas hacia el mundo profano, pese al clima hostil imperante en la Restauración. Existiría en Huercal-Overa otra logia, Luz de Overa nº 363, que hacia 1888 andaría en 16

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sueños, y de la que existen pocas referencias, aparte de que se cobijara bajo los auspicios del GODE desde que levantara columnas en 1886. Tuvo una vida efímera que apenas nos ha dejado constancia de su funcionamiento. Cabría hablar de la logia Constancia, nº 77, nacida en Cantoria bajo obediencia al GONER del Vizconde, en noviembre de 1889, ya sucedidas todas las rupturas y convulsiones con Morayta. Las referencias a ella desaparecen en 1891, sin aparecer en las Asambleas de la Orden, lo que nos habla del abatimiento de sus columnas. En su único cuadro lógico, de 1890, constan 22 obreros activos, con una preponderancia de propietarios, seguidos de otros oficios relacionados con las Obras Públicas y la construcción de caminos y ferrocarriles. Esta situación obedecía a un momento coyuntural, en el que se comenzó a realizar la cía de Granada a Murcia (Guadix-Lorca-Águilas). Otros tres eran comerciantes, y otros profesionales liberales. La presencia de la masonería en el valle del Almanzora se circunscribió, como vemos, a las dos últimas décadas del s. XIX, momentos especialmente reaccionarios por parte de los círculos conservadores. Por tanto, aquí también constituyó un refugio de librepensadores, demócratas y republicanos, donde socializar y mantener sus ideales frente a la recatolización que se impulsaba desde 1875. Desde la caída de las últimas columnas en 1896, no volverían a verse resurgir hasta la década de los veinte del siglo XX. No puede terminar se hablarse de la masonería en el valle sin omitir el caso de Gérgal con la logia de tintes conservadores Luz de Filabres nº 236 (1888, GONE). Era el pueblo un importante centro agrícola y administrativo, en la comarca del río Nacimiento, referente de la política liberal provinciana. Antes de la formación del taller ya había masones pululando en el pueblo, de los cuales eclosionaría la nueva Logia en 1887. De sus documentos se observa la preocupación por el clima hostil y la división que en esos momentos imperaba en la masonería. Por tanto, optaron por constituirse de manera independiente, hasta acabar, tras estudiar su Código, pidiendo Carta Constitutiva en el GONE, la tendencia más conservadora de la masonería. No optaría por los procesos de fusión encarnados por Morayta y el Vizconde de Ros, y se quedaría con la escisión del GONE desvinculada con las propuestas de reforma del Vizconde, manteniéndose en la Constitución masónica de 17

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1866. La vida de la Logia viene marcada, por los testimonios, por el impago de la suscripción a la Orden y el incumplimiento de los decretos, por lo que era frecuente que le llamaran la atención. Tal vez la vida interna del taller no fue fácil, y sus referencias se van perdiendo hasta ser nulas en 1891. La mayoría de los 21 miembros en el cuadro lógico de 1888 eran residentes en Gérgal, más unos cuantos genuinos de Nacimiento, la mayoría iniciada en 1887. Un médico, un farmacéutico, ocho propietarios, dos abogados, carpinteros, zapateros, un comerciante, un escribano, un droguero y un labrador. Tan sólo se relacionarían con la política los hermanos Contreras Soria, en la dirección del Comité del Partido Republicano Federal en 1869, aunque la inexistencia de más relaciones impide conocer el componente político de sus componentes. La masonería en la última década del siglo XIX Como hemos ido viendo, pese a los principios de fraternidad y tolerancia en la masonería, no puedo evitarse una trascendencia de la división y confrontación entre las diversas órdenes y logias, por distintos motivos. Con la aparición de nuevas obediencias y toda la diversidad organizativa, las logias almerienses no fueron ajenas al confusionismo imperante. Logias relacionadas con el Gran Consejo Ibérico, Rito de Menphis y Mizraim Durante esta convulsa época aparecería en Níjar la masonería, representada a través de la familia Abad Sánchez, hermanos muy vinculados a la política liberal-democrática y republicana, y a las logias Unión y Justicia, de la capital, o a la Caridad y Abnegación, de Níjar, fundada en 1886, presentando 21 miembros en el primer cuadro lógico. Sus profesiones eran liberales de capas medias, o artesanales (cuatro propietarios, dos médicos, dos comerciantes, tres herreros, otros profesionales de clase media, más un sastre, un sombrerero, un empleado, etc. Desde 1888 a 1890 apenas tenemos información sobre su actividad, aunque seguramente siguió la ruta de sus logias hermanas de la capital, de las que procedía la mayoría de sus miembros, y por tanto, decidirían mantenerse expectantes ante el proceso de escisiones y 18

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fusiones de las órdenes. Sin embargo, acabaría bajo la obediencia del Gran Consejo Ibérico rito de Memphis y Mizraim, cuya Soberana Gran Logia Española la declararía en 1890 Logia Simbólica y el nº 40. Sería principal ejemplar de esta Obediencia en la provincia, que mantenía un ideario de mescolanza de los sistemas religiosos occidentales y orientales, en un intento de aunar el mayor número de virtudes humanas, inspirándose en la masonería egipciaca y compuesta de 99 grados. Originaria de Francia e Italia a comienzos de siglo, la sección española se fundaría en 1887. Pero ¿qué llevó a los masones de Níjar a adherirse a este Rito? Si nos atenemos a que los principales dignatarios de la nueva Orden eran eminentes dirigentes republicanos, que además andaban impulsando la Coalición Republicana de la Prensa, entendemos la posible bandera en torno a la cual se identificaran los masones de Níjar, pues en la misma orientación política encontramos a sus miembros más destacados, e igualmente impulsores del comité local de la Coalición Republicana de la Prensa. La captación de miembros y las actividades de la logia dieron buenos frutos pronto. Paralelamente, la Soberana Gran Logia Española fue creando logias provinciales en toda España, y en Almería terminaría eclosionando la Gran Logia Provincial nº 10 en 1890, bajo la dirección el agente comerciante José Litrán Casinello. Sin embargo, debió tener poca importancia, pues en los boletines oficiales apenas consta información. Con poco contenido y actividad, no se relacionaría más que con Caridad y Abnegación, sin ningún taller hermano en la capital. También estuvo marcado por el carácter republicano de la Orden. Litrán Casinello sería un destacado progresista revolucionario, miembro del Comité de la Coalición Republicana de la Prensa en 1890, vocal de la Junta Directiva Provincial en 1895, y dignatario de otras funciones. Una logia más estaría vinculada al rito dentro del municipio de Níjar. En la barriada de Aguamarga eclosionaría Unión y Fuerza nº 183, última logia que levantaría columnas en la Almería en el siglo XIX, en 1896, mismo año en que desaparecía Caridad y Abnegación, parte de cuyos miembros pasarían al nuevo taller, como el industrial José Herrera Fernández, "Cassola", fundador y Venerable en sus dos años de existencia. La logia contó con 11 miembros, y marcada por la mayoritaria presencia de carabineros destinados en el puesto de vigilancia de Aguamarga, de orígenes bien diversos.

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La segunda generación masónica y el independentismo Las veteranas logias de Amor y Ciencia y Unión y Justicia mantuvieron su talante expectativo ante las nuevas constituciones de la etapa finisecular. Tras unirse en 1891 como Gran Logia Simbólica Provincial y la formación de la logia Amigos de Litrán (la muerte de José Litrán López, Venerable de Amor y Ciencia, se avino en 1889), una nueva generación de nuevos masones mantuvieron una actitud bien rebelde y activa, y en poco tiempo restarían fuerza a las dos logias veteranas para aferrarse a la de Amigos de Litrán, logia que se mantendría en absoluta independencia, sin encuadrarse a ninguna Orden. Formada en 1889 y encabezada por Alberto Calderón de la Barca, consta como Logia Capitular en 1892, representada en el Congreso de Librepensadores de Madrid el mismo año, y comprometida en la captación de dinero para afrontar los daños de las inundaciones de la capital en 1891. Incluso crearían la Escuela de Obreros “Amigos de Litrán”, para niños y obreros. En ella impartirían clase y conferencias unos destacados dirigentes republicanos revolucionarios y federalistas, en un intento de instruir a los trabajadores bajo el amparo del racionalismo y laicismo. Sin embargo, los pocos apoyos y fondos financieros acabaron pronto con la trayectoria de la escuela (1891-1893). También eclosionaría un nuevo grupo masón en Berja, donde ya se habían escenificado miembros de Unión y Justicia e Hijos de Abdera, pero no será hasta inicios de los noventa cuando eclosionara la logia genuina de Berja, Antigua Virji, que también se mantendría independiente de las órdenes, por lo que tenemos pocas referencias de ella. Sí parece que participaron en la recaudación para los daños de 1891 de la capital, y que se suscribió en el manifiesto al Pueblo de Almería en defensa del librepensador Ramón Chíes, calumniado por clericales. Junto a Amigos de Litrán y Gran Logia Simbólica Provincial “Amigos de Litrán”, participó en el Congreso de Librepensadores de Madrid, representadas todas por Alberto Calderón de la Barca. La mayor parte de los integrantes de estas logias estuvieron relacionados con el mundo librepensador, además de a los partidos republicanos, los cuales empezaban ahora a reorganizarse con fuerza ante la nueva perspectiva del sufragio universal masculino de 1890. Nos encontramos a los grandes dirigentes vinculados al movimiento del 20

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republicanismo progresista de izquierda, revolucionarios, federalistas y republicanos socialistas. El mismo Alberto Calderón de la Barca fue dirigente de la Junta Provincial del Partido Republicano Progresista en 1895, cuando se intentaba organizar una revolución en la provincia. Se trataba de una nueva generación rompedora con el pasado, activa en los nuevos espacios gracias a las nuevas libertades de 1890, y estarían bien desvinculados de la cansada y apática generación del Sexenio Democrático, que tan incapaces eran ya de fortalecer la masonería.

Los cantos de sirena finiseculares El panorama republicano estuvo verdaderamente fragmentado en diversos partidos partícipes de diferentes modelos sociales, o de aferrarse a la legalidad frente a quienes proponían nuevas vías revolucionarias. Finalmente, en la Provincia de Almería terminaría la mayor parte de ellos aferrados al Partido Republicano Demócrata de la Provincia de Almería, vinculado a la Fusión Republicana en 1897, donde prevaleció la tendencia legalista, para terminar, tras la crisis del 98, formando la Gran Unión Republicana, liderada por Salmerón a nivel estatal en 1903. Durante la década de 1890, los nuevos espacios de sociabilización esencialmente republicanos empezaron a hacer la competencia a la masonería de Almería. Temas como república, socialismo, laicidad, racionalismo, librepensamiento por muchos que a su vez eran miembros de las logias. Por lo tanto, con esta nueva dinámica de asociación, ya permitida y regulada por la nueva legislación, empezaron a restar significado al fenómeno de la masonería, la cual, además, empezó a recibir serios golpes por las acusaciones de relación con los independentistas filipinos y cubanos. No obstante, en la Almería de principios del siglo XX algunos republicanos anhelaban el antiguo espíritu de la masonería, y no dejaron de relacionarse con círculos supervivientes en el resto del país, de los cuales nutrirían cierta experiencia para renacer la hermandad hacia la década de 1920 en la provincia.

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Bibliografía



SÁNCHEZ PICÓN, Andrés (1998): "Almería durante el siglo XIX", en AA. VV.: La Historia de Almería. Editorial Mediterráneo-Agedime, Almería. Págs. 202-248.



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MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando (Coord.) (2010): Capítulos 1, 2, 3 y 5 de la Primera Parte “Logias, masones y librepensadores en la Almería del último tercio del siglo XIX (1868-1898)” en Masones, republicanos y librepensadores en la Almería Contemporánea (1868-1945). Sevilla, Editorial Corduba & Editorial Universidad de Almería. Págs. 21-114 y 133-154.

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