La Maldición de los Recursos Naturales
Descripción
La Maldición de los Recursos Naturales María Isabel García Luis Ojeda Varrasso Daniel Rimeris Mauricio Sarbach Universidad Metropolitana Escuela de Economía Empresarial Abstracto Según el trabajo de Sachs y Warner, una economía con abundancia de recursos naturales está condenada a no desarrollarse. En este artículo se busca explicar su estudio y demostrar las inconsistencias y razones por las cuales esa declaración no se considera acertada, citando los casos de países con abundantes recursos que son desarrollados y los que no desarrollados, para mostrar aun estando en subdesarrollo, su situación no la explica una maldición. Palabras clave: maldición, recursos naturales, desarrollo.
Introducción
En la búsqueda de respuestas para las preguntas que surgen en la mente de
los economistas, las definiciones deterministas como la maldición de los recursos naturales, el primer término definiéndose como “ castigo o mal producido por una fuerza sobrenatural ” aparecen dentro de los estudios empíricos relacionados al crecimiento y desarrollo económico de las naciones. Las grandes acumulaciones de recursos naturales deberían generar riqueza para una economía, hacer que la misma crezca y que la pobreza se reduzca. Al menos eso podemos asumir basados en lógica y sentido común, el mismo que sugiere “si bien el dinero no puede comprar la felicidad, definitivamente es un buen método de pago”. Pero a través de los años hay ciertos factores y casos específicos que nos llevan a preguntarnos algo: ¿es la abundancia de los recursos una bendición o una maldición? pregunta la cual se podrá interpretar según el criterio de cada persona, pero a lo cual hemos tomado una posición en contra de este término, este apodo determinístico que se le ha dado a la abundancia de los recursos en las naciones impulsado por economistas como Sachs tienen fundamentos empíricos a los que muchos otros economistas, Haussmann, Wright, Auty Stevens y muchos otros han debatido la veracidad de este estudio.
Las teorías alrededor de la abundancia de los recursos dejan en claro que es un
factor importante para la generación de ingresos vía exportaciones, el avance tecnológico en especialización, pero también ha dejado poco blindado la labor gubernamental a nivel institucional y la calidad de los sistemas políticos, jurídicos y su visión del largo plazo como factores que sirven de cauce para el aprovechamiento de los recursos. En nuestra condición en la búsqueda de la racionalidad es impertinente e ilógico llamar a un fenómeno de estudio como “maldición”.
La evidencia de Sachs
Este economista señala que la evidencia empírica no es a prueba de balas, pero
que es sustancialmente fuerte. Sugiere que los países que abundan en recursos naturales no son esencialmente los países con más altos niveles de PIB. Parte de la interrogante: “si los recursos naturales realmente ayudan desarrollo ¿por qué no vemos una correlación positiva entre la riqueza natural y otros tipos de riqueza económica?”
Sachs y Warner (1995, 1997) presentaron evidencia de una relación
estadística inversa entre las exportaciones basadas en recursos naturales y las tasas de crecimiento para los periodos entre 1970 y 1990. Concluyeron: “lo que los estudios basados en la experiencia postguerra han argumentado es que la maldición de los recursos naturales es un hecho demostrable empírico. Casi sin excepción los países abundantes en recursos han tenido un crecimiento económico estancado desde principios de 1970.”
Sin ampliar el marco teórico descartó la posibilidad de que las variables como
geografía, latitud o clima explicasen mucho más de este regresor en términos estadísticos, lo que según Sachs no quitó fuerza al grado de explicación de dicha variable. Su explicación: según Sachs la explicación de la maldición de los recursos la relaciona con un efecto expulsión. Para Sachs y Warner (1995, 1999), y Sachs (1996) los choques positivos de riqueza del sector de recursos naturales (junto con las preferencias del consumidor que traducen esto en una mayor demanda de bienes no transables) crea exceso de demanda de productos no transables e impulsa al alza los precios no transables, incluidas en los no transables sus costos de insumos y salarios. Lo que puede hacer más costoso productos manufacturados que necesiten de estos productos no transables perdiendo su competitividad en el mercado extranjero. Por otro lado, la abundancia de recursos naturales podría generar un efecto expulsión en el espíritu emprendedor y a la innovación, si los salarios en el sector de
los recursos naturales se elevan mucho, esto puede animar a los innovadores y emprendedores para trabajar en el potencial sector de los recursos. En el mismo sentido, ya que las rentas de recursos naturales se concentran y (en algunos casos) fácilmente son apropiables por el gobierno y sus funcionarios en estos países se ven tentados a la búsqueda de rentas y la posible corrupción en vez de a favor del crecimiento de estas actividades. Países con recursos naturales serían propensos a experimentar menor innovación, menor actividad empresarial, los gobiernos serían más pobres y de menor crecimiento. También importantes son los estudio de Auty (2000), donde se tocan puntos sobre cómo es capturado el proceso político en las economías con abundancia de recursos, donde los estados tienden a ser autócratas y atentan contra el desarrollo.
La lógica en contra del determinismo de la maldición
Los últimos trabajos se han dedicado a probar qué tan fuertes son las
investigaciones de Sachs y Warner sobre la maldición de los recursos naturales. Manzano y Rigobón (2003) refinaron la medida de producto a fin de observar las actividades económicas no primarias, esto demostró que el trabajo de Sach y Warner (1995,1997) es muy sensible a pequeños cambios en el procedimiento econométrico. Al usar datos fijos, el efecto de la maldición de los recursos naturales desaparece, pero usando datos con un análisis de sección cruzada, sí se observan los efectos de la maldición. Esto conlleva a Manzano y Rigobon a concluir que la variabilidad del crecimiento se encuentra en un análisis cruzado y no en series de tiempo, y que la abundancia de recursos naturales está correlacionada con una característica no observable en el trabajo de Sachs y Warner, como lo puede ser la razón deuda/PIB en 1981. Durante el auge, llegaron muchos ingresos para los países lo que permitió que se endeudaran, y con la posterior implosión, disminuyeron las exportaciones y permanecieron las deudas. Por lo tanto, los países en vez de tener una maldición por sus recursos, lo que en verdad enfrentaron fue una serie de restricciones crediticias para poder endeudarse y pagar los compromisos.
La investigación de Sachs y Warner tiene regularidad ya que se tomó un periodo donde los países estudiados sufrieron los mismos embates. En 2004, Schliesser sostiene que el resultado empírico que relaciona la presencia de abundantes recursos naturales con bajas tasas de crecimiento refleja el efecto que sobre los niveles de actividad económica causa una mayor exposición a choques externos y la prevalencia de choques negativos durante el periodo de estimación. Los resultados sugieren que no existe evidencia contundente a favor de la hipótesis de la “maldición de los recursos naturales”. Por el contrario, se sugiere que la asociación negativa encontrada entre la variable de riqueza en recursos naturales y el crecimiento económico en las décadas de los setenta y ochenta recoge la incidencia de choques negativos en los mercados de productos primarios (precios y cantidades demandadas) y por lo tanto es el reflejo de la vulnerabilidad externa de las economías ricas en recursos naturales más que una pretendida deficiencia en su dinamismo económico. Demuestra que un shock negativo como la baja de las exportaciones primarias por trabajador implica un crecimiento menor de 1,07% anual comparado con una economía promedio. Los shocks negativos interfieren en las economías por la poca diversificación de las exportaciones. Esto es otra evidencia para mostrar que la abundancia de los recursos naturales por sí misma no tiene un efecto negativo en el crecimiento. Por su parte, Lederman y Maloney (2003) encuentran que la riqueza en recursos naturales es una buena proxy de la concentración de las exportaciones, y determinan que la maldición de los recursos naturales de Sachs no es robusta a la inclusión de medidas de concentración.
La bendición de los recursos naturales, los casos Uno de las características determinísticas de “la maldición de los recursos” que se ha querido exponer es que la abundancia de recursos posee relación con el retardo para cambios políticos en el país, y que por ende fortifica a los regímenes políticos.
Asimismo se afirma que la abundancia de recursos debilita
significativamente la democracia, institucionalismo, robustece la represión política, opaca las finanzas públicas y produce una fornida corrupción y burocracia. Sin embargo, si bien esta evidencia de la “maldición” de los recursos parece bastante convincente, la literatura empírica nos indica y apunta a ejemplos específicos donde estamos en presencia de una “bendición” en vez de una “maldición”. Por ejemplo, Oxfam America reportó, en medio de su real convicción de que la maldición es real, que hay excepciones, donde menciono estados con amplias industrias de extracción como Botsuana, Chile y Malasia, quienes han superado numerosos obstáculos descritos previamente y han implementado estrategias a favor de los pobres. Noruega también se ha mencionado como un país que logro eludir la “maldición”, junto a otros países como Indonesia (antes de 1997), Australia y Canadá.
Estados Unidos Para 1913, USA era el productor líder de prácticamente cada industrial mineral relevante de la época. Nosotros creemos que la abundancia de minerales en USA no se debería ver como una dotación afortunada sino como una forma de aprendizaje colectivo, un retorno de inversiones de gran escala en exploración, transportación, conocimientos geológicos y tecnologías de extracción mineral, refinamiento y utilización. David y Wright (1997) muestran que la cuota de producción de minerales en USA en 1913 excedía por mucho a su cuota de reservas mundiales. En su estudio identificaron tres elementos en el crecimiento de la economía de recursos americana: un entorno legal complaciente, inversiones en la infraestructura de conocimiento público y educación en minería, minerales y metalurgia. Entre 1900 y 1914, las minas de cobre en USA producían más de diez veces lo que producían las minas de Chile, a pesar de que las dotaciones de cobre de cada país no tenían tal diferencia. Este crecimiento de producción de cobre en USA demuestra las influencias que pueden tener las inversiones y la tecnología en la expansión de los recursos base de un país, a nivel económico están efectivamente creando sus propios recursos naturales.
Con el auge de los productos petroquímicos en la década de 1920, el petróleo era instrumental en la transición de los Estados Unidos de manufactura tradicional la producción en masa a las tecnologías basadas en la ciencia. Antes de 1920, había poco contacto entre las compañías petroleras y la industria química Como ingeniero químico, Peter Spitz, escribió: "sin importar el hecho de que la industria química de Europa fue durante mucho tiempo más avanzada que en los Estados Unidos, el futuro de los productos químicos orgánicos iba a estar relacionado con petróleo, carbón no, tan pronto como las empresas como Standard Oil (Nueva Jersey), Shell y Dow volcaron su atención a la producción de productos petroquímicos (Spitz 1988, xiii). Y dicho progreso científico en la industria petroquímica impulsó los avances de la amplitud de las ciencias, consigo del desarrollo de nuevas tecnologías y el avance económico.
Noruega Noruega en la década de 1960 no era un país desarrollado y poco avanzado en cuanto a infraestructura. Sin embargo, en un plazo bastante corto, el país pudo reorientar sus habilidades de ingeniería tradicionales de la construcción naval a c onvertirse en un socio de pleno derecho en la adaptación de exploración y perforación de petróleo. La industria noruega se convirtió en experta en la producción de perforación en aguas profundas. El departamento de Geología de la Universidad de Oslo, centrándose en las propiedades de los diferentes tipos de piedra arenisca como depósito de rocas, el flujos de agua y el aceite en el sedimento de las cuencas, ha llegado a ser conocido como la "escuela noruega de pensamiento" con respecto a la exploración de petróleo. Lo cual incrementó sus reservas petroleras y por ende los beneficios en el agregado económico.
Chile Le tomó treinta años (19251955) para que el gobierno reconociera la necesidad de construir la capacidad de extracción y cerca de diez años para la formación de especialistas chilenos en la industria del cobre. La mejora de los conocimientos técnicos no impidió una política desastrosa, que culminó con las
nacionalizaciones de 1971. Pero el nuevo Código de Minería de 1983 fortaleció los derechos privados en las concesiones mineras, aunque la empresa minera estatal de cobre (Codelco) ha retenido más de la mitad de la producción de cobre del país. Desde 1990, Chile ha sido " la economía estrella de América Latina". La minería ha sido fundamental para este crecimiento, que representan el 8,5 por ciento del PIB y el 47 por ciento de todas las exportaciones durante la década. El cobre sigue siendo mineral más importante de Chile, pero se ha expandido horizontalmente en la industria minera exportando también cantidades considerables de potasio nitrato, nitrato de sodio, litio, yodo, y molibdeno.
Perú Es considerado como el caso de éxito más reciente de la región por la minería. A fines de 2001, Perú ocupó el segundo lugar en el mundo en la producción de plata y estaño, cuarto en zinc y plomo, séptimo en el cobre, y el octavo en oro. Cuyos recursos les han servido para avanzar en la especialización de la extracción de estos recursos.
Australia La historia de éxito más sorprendente es Australia. A partir de la década de 1960, este país fue testigo de un resurgimiento simultáneo de mineralización y el crecimiento económico. En general y casi sin excepción, la producción de minerales ha aumentado rápidamente. El caso de Australia demuestra que la expansión de un país de base de minerales puede ir de la mano con el crecimiento económico y el progreso tecnológico. Las industrias manufactureras con importante conexiones con minerales incluyen: metales y productos de acero, automóviles, equipos industriales, productos petroleros, barcos y productos químicos. Citando al ministerio australiano de recursos minerales respecto al tema en 1951: ¨Hemos utilizado nuestros metales básicos a una tasa cada vez mayor y la demanda probablemente aumente, no tenemos una oferta infinita con los procesos que conocemos hoy en día y no hay ninguna indicación que otras fuentes de recursos aparecerán. La capacidad de producción de algunos metales no se puede aumentar
indefinidamente, los periodos de escasez que sufrimos serán cada vez más frecuentes.
Venezuela Después un buen desempeño desde 1920 hasta la década de 1970, el crecimiento en Venezuela ha sido negativo durante veinte años o más. Este pésimo desempeño sin duda demuestra que una dotación de recursos no es garantía de progreso económico sostenido Rodríguez y Jeffrey Sachs (1999) creen que el problema es que las industrias de recursos naturales que se basan en factor agotable de la producción, no pueden expandirse al mismo ritmo que otras industrias. La petrolera estatal de Venezuela, en específico la agencia de desarrollo (Petróleos de Venezuela, SA, o PDVSA) ha tenido un éxito considerable en el desarrollo de tecnologías apropiadas para la concentración inusual de crudo pesado en la Faja del Orinoco. Los avances específicos en la tecnología de petróleo pesado condujeron a una significativo aumento en las reservas venezolanas reportados a partir de la década de 1980. PDVSA desarrolló un nuevo combustible, orimulsión, para uso de los servicios públicos de energía y la industria pesada. Orimulsión tiene perspectivas favorables del mercado, ya que tiene un potencial de gasificación catiónico, puede ser utilizado en un ciclo combinado de combustible. Hausmann señala en una crítica persuasiva sobre el crecimiento de Venezuela donde quizás confirma de esta manera algunos de los componentes de algunas de las críticas del desarrollo basado en los recursos. La dependencia de un solo producto de los ingresos de exportación es imprudente, especial si el mercado en cuestión es volátil y si proporciona el mayor fuente de ingresos del gobierno. Como los economistas han advertido que aumentar significativamente el gasto durante los períodos de crecimiento
rápido de los ingresos, como si este
crecimiento podría extrapolar hacia el futuro indefinido De hecho Venezuela más que por tener abundancia de recursos naturales, el “milagro económico” depende de los shocks externos, pues son los que afectan los términos de intercambio y si lo hacen de manera favorable, impulsan el crecimiento,
como el que se experimentó entre 1950 y 1973 a consecuencia de la disponibilidad de divisas para financiar el gasto público e importar bienes de capital. Durante ese periodo el crecimiento año a año fue de 2%, dejando entender que se hizo buen uso de la renta petrolera, la abundancia de los recursos que generaba un superávit con el que se financiaba la industrialización. Pero para la década de los 80 empezó a disminuir el ingreso petrolero y por lo tanto, el crecimiento. El ingreso petrolero per cápita real cayó desde 1948 hasta 2002 en un 45,9%, en parte porque estratégicamente se decidió limitar la extracción de petróleo, pero la población creció a 3,2% interanual, pasando de cinco millones en 1950 a veintidós millones en 1995, mientras que los ingresos petroleros crecían a una tasa de 1,7%.
Las explicaciones y alternativas a la presunta maldición de los recursos
La especialización Economistas como Wright y Czelusta, plantearon que una ventaja comparativa en recursos naturales pudiera simplemente reflejar la ausencia de otros sectores internacionalmente competitivos en la economía, es decir, subdesarrollo. La susodicha maldición de los recursos no le presta mucha atención a cosas como el carácter económico de los recursos minerales o al significado del concepto “abundancia de recursos”. En el acercamiento de Sachs y Warner las exportaciones de productos minerales significan abundancia de recursos, vistas como un reflejo de una dotación geológica sobre la cual no se tiene control. Los estudios que miden la abundancia de recursos de forma diferente (Maloney 2002, Stijns 2003) usando reservas per cápita por ejemplo no encuentran la famosa relación negativa con las tasas de crecimiento.
La volatilidad Ambos, Auty (1998) y Mikesell (1997) ofrecen la variable de la volatilidad en los precios de los bienes de extracción como una posible explicación de la maldición de los recursos. El argumento está básicamente fundamentado en el hecho de que el gas, petróleo y el ingreso de los minerales son muy volátiles, especialmente
manejados por violentas fluctuaciones en los precios en periodos de tiempo relativamente cortos. Estos perfiles de ingresos fluctuantes hacen realmente difícil para un gobierno mantener una política fiscal constante, teniendo esto consecuencias desfavorables en la economía, haciendo que sea atractivo pensar que ingresos fluctuantes en ausencia de medidas estabilizadoras crean problemas para la política fiscal gubernamental y gerencia macroeconómica más específicamente, dejando ver entre luz que el problema no radica meramente en la tacita fluctuación sino en un manejo ineficiente de la política fiscal.
Enfermedad holandesa El planteamiento en cuanto a la enfermedad holandesa es un caso muy específico, el cual se ha pretendido enlazar directamente y generalizar dentro del término de la maldición de los recursos lo cual es inapropiado y pierde su poder explicativo debido a su particularidad. Originalmente la enfermedad holandesa tenía un significado bastante específico, se refiere a la apreciación de la tasa de cambio real. Esto fue el resultado de una inflación derivada del gasto de ingresos, llevando así a una economía sobrecalentada más una apreciación de la tasa de cambio nominal debido a un alza en la demanda doméstica de la moneda. El resultado fue una contracción en el sector no petrolero, minero o de gas del país. Sin embargo, con el pasar del tiempo el significado se ha ido desarrollando, en algunos casos se ha convertido mucho más amplio para englobar todos los efectos macroeconómicos negativos asociados a la “maldición de los recursos”. Y en otros casos el significado se ha usado más estrechamente, por ejemplo, para describir el fracaso de económicas con recursos abundantes para promover la competitividad en el sector manufacturero.
Diversificación Una solución bastante obvia de cómo evitar los efectos negativos que puede tener sobre una economía la abundancia de recursos es reducir la importancia del sector extractivo para el crecimiento y desarrollo de la economía nacional a través
del desarrollo de otras fuentes alternativas con valor agregado. Auty (1994) sugirió que la falta de diversificación es una explicación importante del pobre desempeño económico en las economías basadas en el sector extractivo. Sin embargo, si bien la diversificación puede parecer la respuesta obvia e intuitiva, la misma es una solución bastante elusiva de conseguir.
Una de las características claves para evitar los efectos negativos de la
abundancia de recursos es promover la inversión y diversificación de la economía a través del sector privado del país, ya que si bien el gobierno tiene un papel importante en este ámbito, la historia nos lleva a concretar que el sector privado es prevalece sobre el público, y en esta conjetura se encuentra la respuesta de por qué Australia, Canadá, EEUU y otros casos suramericanos como Chile y Perú eludieron la “maldición”.
Conclusión La existencia de un fenómeno tal y como “la maldición de los recursos humanos” pareciera no tener sentido científico con las investigaciones observadas. La investigación de Sachs, gran defensor de la maldición, presenta fallas e incongruencias que implican que la data fue escogida y procesada de manera de que se obtuvieran los resultados deseados. Nosotros concluimos que no existe la maldición de los recursos humanos, hemos hablado de varios casos relevantes y analizado el efecto de sus recursos basados en los trabajos de varios autores y observado que ninguno sufrió su subdesarrollo por causa directa de sus recursos. Las explicaciones alternativas que presentamos a la maldición son igual o más probables que el trabajo de Sachs y no sufren de las consecuencias de la hipótesis de Sachs en los cuales países como Noruega y Chile simplemente no pueden ser explicados.
Bibliografía Sachs, J.D., Warner, A.M., 2001. Natural Resources and Economic Development The curse of natural resources. European Economic Review Wright, G., Czelusta, J., 2004. The Myth of the Resource Curse Stevens, P., 2003. Resource Impact: Curse or Blessing? A Literature Survey . The Journal of Energy Literature IX. Hausmann, R., Rigobon, R., 2002. An alternative interpretation of the ‘resource curse’: Theory and policy implications Pineda, J; Sáez, F. (septiembre de 2004). PRODUCTIVIDAD Y CRECIMIENTO EN VENEZUELA: UN MARCO DE REFERENCIA . Banco Central de Venezuela.
Recuperado en mayo del 2015 de: http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/docu61.pdf
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