LA MADERA EN OBJETOS ABORIGENES CUBANOS

October 2, 2017 | Autor: R. Carreras Rivery | Categoría: Arqueología histórica, Arqueologia y antropologia forense y fisica
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Descripción

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FORESTALES MINISTERIO DE LA AGRICULTURA

LAS MADERAS EN LOS OBJETOS ABORÍGENES CUBANOS Dra. Raquel Carreras Rivery

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Autor: Dra. Raquel Carreras Rivery Revisión, corrección y edición: Lic. Lourdes Castillo Rodríguez Diseño: Tec. Claudia Brito Táboas

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I. MADERAS CUBANAS Y ARQUEOLOGIA ABORIGEN. El desarrollo de la arqueología en Cuba y los nuevos descubrimientos al respecto, han necesitado de pruebas científicas que permitan conocer la identidad de la madera de estos objetos y dar un nuevo concepto museográfico que brinde la información necesaria a investigadores y estudiantes vinculados a la arqueología. Este libro tiene como objetivo principal, apoyar los estudios de maderas arqueológicas aborígenes en Cuba y el Caribe, por su similitud en la flora arbórea. Los aborígenes cubanos empleaban muchos artefactos utilitarios en maderas (Tabío y Rey, 1966). Fabricaron con ellas buenas canoas, coas o palos aguzados para la siembra, azagayas y macanas de maderas duras, guayos con esquirlas de piedras incrustadas, grandes ídolos antropomorfos como el llamado “Idolo del Tabaco”, cemíes y dujos estrechos para ceremonias o jefatura, (Herrera Fritot, 1940). También bastones ceremoniales como los de Cienaga de Zapata, los de Malpotón y cayo Jorajuria. Fray Ramón Pané (1974) reporta que los arboles usados para tallar los grandes ídolos eran seleccionados previamente siguiendo preceptos religiosos, lo que justifica en parte, la gran presencia de una especie arbórea en particular, dentro de los hallados para la zona del Caribe. Los primeros pobladores cubanos tenían medios muy primitivos de supervivencia y muy poco afectaron los bosques. Se calcula que el territorio estaba casi cubierto por diferentes tipos de ellos (Borhidi, 1991 citado por Del Risco, 1995). La llegada de otros grupos humanos como los taínos y subtaínos que desarrollaban ya cultivos agrícolas tampoco lo afectaron, pues la baja población, las limitaciones materiales y la importancia que daban al bosque, hicieron que a la llegada del conquistador, éstos cubrían entre el 88 y 92% del territorio nacional, de los cuales el 75 al 80% eran bosques tropicales. Los primeros asentamientos europeos en la isla tenían una escasa población con economía de subsistencia muy pobre. Los árboles eran solo para autoconsumo y aquellos de maderas preciosas para las obras de la corona. La construcción del monasterio de San Lorenzo del Escorial implicó la tala y envío de cientos de metros cúbicos de caoba (Swietenia mahagoni Jacq), cedro (Cedrela odorata L.), granadillo (Brya ebenus (L.) DC), ébano (Diospyros sp.) y sabicú (Lysiloma sabicú Benth). Una evidencia de sus preferencias hacia estas maderas se corrobora con el uso que tuvieron en construcciones de la época como las que han sido recientemente estudiadas por el Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad en los restos del Real Castillo de la Fuerza y el de la Cabaña en La Habana (Carreras y Dechamps, 1995). Según Matos (1972), hacia 1774 el territorio nacional tenía cubierto el 83% de bosques. El desarrollo de la industria azucarera fue el gran destructor de los bosques cubanos. Se calcula que entre 1775 y 1827 se taló el 60% de ellos para la siembra y el consumo de los precarios trapiches (Matos, ob.cit). En 1926, los bosques cubanos se redujeron al 20% y tuvo 3

su cifra mínima en 1990 a raíz de la crisis energética generada por la disolución del campo socialista, llegando a ser del 15% con una recuperación posterior al 18%. (Del Risco, Ob. Cit.) Todo esto ha provocado cambios en ecosistemas con respecto a los que existieron en épocas anteriores al descubrimiento, y por tanto, de las especies que hoy día se encuentran en los sitios arqueológicos estudiados. La introducción de especies foráneas en los planes de rehabilitación forestal y desacertadas políticas de reforestación, que no han contemplado la regeneración de los bosques con especies nativas , dificulta hoy día el estudio de las maderas arqueológicas cubanas, al no poseer patrones de identificación o ser difícil su obtención para crearlos. Por ejemplo, la introducción y presencia indiscriminada de Casuarina equisetifolia Forst y Eucalyptus spp., ha cobrado al paisaje actual cubano y a la reserva forestal nacional, un alto precio por detrimento de existencias de las autóctonas y endémicas cubanas.

Fotografía 1: Presencia de Casuarina equisetifolia Forst en paisaje campesino actual (Topes de Collantes).

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Fotografía 2: Presencia de Eucalyptus spp en plantaciones de Pinar del Rio Un ejemplo claro es la diversidad de maderas que se ha encontrado en objetos y elementos constructivos del sitio arqueológico Los Buchillones, entre la cuales se tiene al guayacán (Guaiacum sp.), al jiquí (Pera bumeliaefolia Griseb), al ébano (Diospyros sp.), la caoba (Swietenia mahagoni Jacq), el yaití (Gymnanthes lucida Sw), el manglesillo (Bonettia cubensis Griseb.) entre otras, mientras que en la actualidad, es una definida zona de manglar con el mangle rojo (Rizophora mangle L.) Como especie predominante y más hacia la costa la uva caleta (Coccoloba uvifera L.) sin rastro de las antes mencionadas. .

Fotografía 3: Zona de la laguna en Buchillones, Chambas, Norte de Ciego de Ávila. ´ Estado actual en que se encuentra. Cuba está considerada como parte de la región botánica de las Antillas. En general, la flora de Cuba guarda relación con la de todos los países templados y cálidos, identificándose además, con la América continental meridional, de cuya península de Yucatán parece ser un punto contiguo. De las islas antillanas, la de Puerto Rico es la más semejante, aunque también guarda grandes relaciones botánicas con Santo Domingo y Jamaica. Alrededor de 550 especies presentes en la flora de Cuba tienen porte arbóreo (Bisse, 1986) y solo la cuarta parte de ellas tienen reportados algunos estudios de sus maderas, específicamente, de la Anatomía de sus maderas. Las maderas que se exponen en este libro son las identificadas en objetos estudiados y que abarcan un gran número de piezas de las diferentes colecciones, como las del Museo Antropológico Montané, la colección del Instituto de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba, las del Museo de Chambas, del Gabinete Arqueológico de la Oficina del Historiador de la Habana, los hallazgos en excavaciones recientes de toda la Isla, fundamentalmente en Buchillones, sin embargo, se considera que no son las únicas especies que fueron usadas. Mucho deben su presencia actual a la calidad, fundamentalmente determinada por su alta densidad y durabilidad natural de estas maderas y a la naturaleza de los sitios arqueológicos donde fueron halladas. 5

II. PRINCIPIOS GENERALES DE LA ANATOMÍA DE LA MADERA Y LOS METODOS DE TRABAJO PARA IDENTIFICAR LAS MADERAS ARQUEOLOGICAS. La madera es un material que está compuesto por diferentes tipos de células que forman los tejidos. La composición y distribución de ellos dan particularidades en su aspecto estético, en sus propiedades físicas y mecánicas y en su composición química, todo lo cual contribuye a la identificación de una pieza en estudio. Las maderas poseen caracteres físicos cambiantes con las condiciones del medio. Ellas tienden a oscurecerse por un proceso de oxidación de los compuestos que están como secundarios dentro de las paredes celulares o en el interior de sus cavidades, pero también la madera reacciona frente a la fracción ultravioleta de la luz solar decolorándose, frente a los cambios de humedad variando sus dimensiones y deformándose, puede ser degradada por microorganismos e insectos y dificultar cualquier tipo de estudios para su identificación. Para reconocer con exactitud la madera que forman los objetos de estudio debe seguirse un “Análisis de la madera”. Este termino es bastante amplio porque dentro del están los estudios químicos que revelan aspectos importantes de composición, sobre todo en el orden de los compuestos secundarios de la madera que pueden llegar a caracterizarlos. Las maderas tienen dos componentes químicos fundamentales: celulosa y lignina, pero estas varían muy poco entre las diferentes especies y grupos de ellas, por lo que no brinda facilidad para identificarlas basados en análisis cualitativos y cuantitativos. Para las maderas arqueológicas, las proporciones de estas sustancias varían por procesos degradativos que se producen en los diferentes medios en que estas se encuentren, fundamentalmente por un proceso inicial de degradación de la celulosa. Existen diferencias químicas en los componentes extractivos que contienen en el interior las células del corazón de la madera estando pendiente la identificación de la posibilidad de extraer y determinar uno o más de esas sustancias. Este método se conoce como Quimiotaxonomía y las sustancias son analizadas por métodos clásicos como la espectrometría, cromatografía o combinación de ellos. Estos métodos analíticos requieren un complejo equipamiento que no permite la diaria rutina para la identificación. También en estos casos estarían alterados para las maderas arqueológicas por el proceso de envejecimiento o de interacción con el medio en que se encuentra el objeto en estudio. La fluorescencia es otro método usado para analizar las maderas y esta basada en la capacidad que tienen algunas sustancias presentes en el corazón de ciertas maderas de iluminarse frente a la acción de la luz ultravioleta. Igualmente estas sustancias pueden haber sufrido transformación o disolverse y dar resultados alterados en las maderas arqueológicas. La tecnología del ADN aún se encuentra en fases de desarrollo y es altamente costosa, necesitándose una base de datos que permitan su comparación con patrones ya predeterminados de la cual tampoco se dispone en la actualidad, además, en material arqueológico como maderas sumergidas o húmedas, no es factible por la destrucción del ADN en esas condiciones. 6

Sin embargo, si se observa una madera con un lente de aumento o al microscopio, se puede destacar particularidades de su estructura anatómica que permite identificarlas con alto grado de exactitud. Es por esto que el método que frecuentemente se usa para identificar las maderas es la Anatomía Comparada, ya que es la misma desde que su formación en el tronco y se mantiene mientras no sea degradada. La madera de cada especie o grupo de ellas está caracterizada por ciertas particularidades de naturaleza y disposición de las células que la constituyen. (Carreras y Dechamps, ob. cit.) Identificar la madera que forma parte de una colección arqueológica conlleva una serie de consideraciones, como tratar de leer al máximo en el propio objeto y tomar solo las muestras imprescindibles de modo que este se afecte lo menos posible. Inevitablemente hay que seleccionar una zona donde el daño desea poco visible y la muestra a tomar en dirección adecuada, cosa que a veces resulta casi imposible. Se trata de obtener la mayor información en el propio objeto, leyéndolo con una lupa o lente de 10 aumentos, y se toman las muestras posibles a partir de zonas donde se expongan las direcciones fundamentales para el estudio. En todos los casos se recomienda sacar láminas microscópicas para confirmar la identidad de las maderas por las razones que anteriormente hemos explicado. El dibujo o veta de la madera esta en función de su estructura anatómica y la forma de corte; también la calidad y en muchas ocasiones el aspecto de una madera puede variar con las condiciones de suelo y clima donde creció el árbol, aportando estructuras más abiertas o cerradas por las dimensiones de las células, lo cual hace variar también sus propiedades tecnológicas. Hay límites para la determinación de la madera, no solo en la toma de muestra, sino en el proceso de identificación. El más frecuente de todos y que imposibilita la determinación es el no poseer el patrón de comparación. El método lleva implícito el material comparativo posible para un objetivo determinado, como por ejemplo, presentar las principales especies maderables que se reportan para una zona determinada, acotamos en búsqueda los millares de otras maderas que se presentan en la naturaleza. Otra limitante es que las especies pertenecientes a un mismo género, muchas veces son poco distinguibles y entonces nos referimos al menos a éste. (Hoadley, 1990) Para identificar una madera es absolutamente necesario disponer de una lupa; un aumento de diez veces dará un campo de visión no muy pequeño que permite la observación de las estructuras. Un instrumento cortante (cuchilla de doble filo o bisturí) también es necesario. El objetivo es obtener una superficie lo suficientemente limpia sin deformar los elementos constitutivos de la madera y observar cómo estos se distribuyen en ella. Esto debe realizarse para los 3 planos fundamentales: transversal (TR), tangencial (TG) y radial (RD).

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Esquema 1: bloque de madera donde se han marcado las direcciones por donde seccionar para obtener las secciones fundamentales para el estudio anatómico. Para lograr una buena orientación, una vez que se haya determinado la dirección del hilo de la madera, determinar la dirección de los radios en sección transversal es indispensable. En esta sección las líneas pueden verse como partiendo del centro del tronco y que hacen un ángulo de 90 grados con los anillos o zonas de crecimiento. De esta forma, pueden ubicarse fácilmente las secciones radiales (cortando por encima de un radio en dirección longitudinal) y tangenciales (cortando en la misma dirección pero con un ángulo de 90 grados respecto al radio).

Fotografías 4, 5 y 6: tablilla de madera y formas de tomar los cortes anatómicos en las direcciones fundamentales para su estudio: transversal (TR), tangencial (TG) y radial (RD) La identificación puede ser hecha en secciones de milímetros con una cuchilla de doble filo haciendo secciones aproximadas de 40-70 micrómetros de grosor que se correspondan con las transversales, tangenciales y radiales. Una sección muy gruesa no permite la visualización de los caracteres bajo el microscopio de luz trasmitida. Estas secciones normalmente son procesadas según los métodos anatómicos tradicionales (Carreras y Vales, 1986) y se montan en portaobjetos para su estudio en el microscopio óptico.

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Fotografía 7: preparación con laminas para estudios microscópicos de madera Una herramienta indiscutible es el uso del microscopio electrónico de barrido (SEM), pero no siempre está disponible debido al costo y mantenimiento de estos equipos.

Fotografía 8: Laboratorio de microscopia electrónica ambiental del Instituto Getty de Conservación, Los Ángeles, USA. Dentro de las piezas que se analizaron, algunas entran en la clasificación de maderas arqueológicas secas, como el Ídolo del Tabaco y el guayo o raspador que se encuentran expuestos en el Museo Antropológico Montané de la Universidad de la Habana. Muchas de ellas tienen apariencia de nuevas aunque presentan cambios en la coloración. Estas maderas poseen menos higroscopicidad que las recientes y es por ello que son más estables a las fluctuaciones de la humedad del medio. Su estructura se conserva bastante bien y es por ello que son también más fáciles de estudiar. Por el contrario, las maderas anegadas aumentan su higroscopicidad, incrementando la contracción con el resultado del colapso de las células frente a un estrés del secado. Si no se han tratado adecuadamente, puede ser muy difícil o casi imposible estudiarlas. Los objetos y pilotes encontrados en el sitio arqueológico de Los Buchillones, tienen esta condición y por tanto ha sido más difícil su determinación. La identificación de la madera al nivel de especies no siempre es posible a partir de caracteres anatómicos. Los niveles de identificación varían de acuerdo a los diferentes géneros y especies. En ocasiones dos géneros que pertenecen a familias diferentes son difíciles de separar, por ejemplo, dentro de las frondosas cubanas, Coccoloba diversifolia Jacq. y Pera bumeliaefolia Griseb. Más difícil es encontrar especies de un mismo género que se diferencian apreciablemente en su estructura microscópica. En estos casos las diferencias son, por lo 9

general, en aspectos macroscópicos o físicos como las especies del género Diospyros con distintas coloraciones. Las maderas anegadas poseen una humedad mayor al punto de saturación de la fibra en el cual sus micro fibrillas están saturadas de agua. En la deshidratación, exhiben colapso de sus células, distorsionándose. Son muy variables en su estado de conservación. La madera sumergida que esta ligeramente blanda puede mejorar su consistencia si se sustituye gradualmente el agua por alcohol y esto se hace, por supuesto, solo al fragmento que se va a seccionar. Para realizar los cortes, se introduce ligeramente la cuchilla (preferiblemente de doble hoja debido a su flexibilidad), con cierto ángulo para sacar la muestra que será puesta en un portaobjeto de cristal y se fija con una fina capa de alguna sustancia que actúe como medio birrefringente. Este corte se cubre con un cubreobjetos, evitando las burbujas sobre la muestra. La estructura de la madera desecada estará en función de la características particulares de las maderas y de las condiciones del lugar donde ha estado enterrada o fue localizada. Estas poseen diferentes grados de consistencia, dependiendo del tipo de degradación por insectos, hongos u otros microorganismos. Para tomar una muestra delgada, es usual poner medio de inclusión (glicerina, por lo general) en el lugar donde se va a sacar la muestra hasta que la superficie luzca brillante (hidratada) y hacerlo también con una cuchilla flexible como la de doble cara de rasurar. El corte queda más grueso en el centro y más fino en los extremos y es ahí, la mayoría de las veces, donde se hacen las mejores observaciones. El carbón vegetal es quizá el primer material de carbón utilizado por el hombre; dado que los trozos de madera carbonizada que quedarían en algunas hogueras pueden considerarse un carbón vegetal rudimentario. Cuando se analiza, hay que considerar que esta transformación química de la madera lo convierte en un material inerte y frágil. Las muestras se fracturan y se observan en un microscopio de luz incidente (Hater, 2000). Por lo general se montan con masilla en el portaobjeto. Los carbones se analizan en un epimicroscopio en el orden de los 10 a 40 aumentos, pero hoy día se puede contar con el microscopio electrónico de barrido (MEB) que es un magnifico sustituto del epimicroscopio cuando hay fragmentos pequeños y frágiles que analizar debido al incremento de profundidad del campo y a la facilidad de fotografiarlo. En todos los casos es imprescindible contar con una Xiloteca o al menos muestrario de las maderas correspondientes a las actuales de la zona en estudio. Varias muestras de la misma madera se hará necesario en muchas ocasiones estudiar para tener noción de los fenómenos de variabilidad entre especie, dentro de especie y dentro del propio árbol (ramas y tronco). La clasificación anatómica de las maderas se realizó usando los caracteres diagnósticos establecidos por la Asociación Internacional de Anatomistas de la Madera (IAWA, 1957). Es importante considerar la procedencia de la muestra, si es rama o tronco y realizar análisis mayores que el de la simple determinación de los caracteres anatómicos para llegar a una correcta identificación. 10

1. DESCRIPCIÓN MACROSCÓPICA Dentro de esta descripción, se toma en consideración, los caracteres estéticos de la madera como son el color y si existe diferencias entre el color de la albura y el del duramen. La presencia o no de anillos de crecimiento, el tipo de textura que posee la madera, si el "hilo" (o sea, la dirección de las fibras respecto al eje axial del tronco) es recto o no. - Sección transversal: En ella se pueden observar las zonas o anillos de crecimiento; la presencia de poros (que no son más que los vasos leñosos vistos en sección transversal) y su patrón de distribución. El tipo de parénquima axial (células de reserva que se distribuyen en esta dirección), si rodean o no a los poros y en qué forma lo hace.

Fotografías 9 y 10: Secciones transversal y tangencial respectivamente de una muestra de madera de frondosa vista bajo un lente de aumento - Sección tangencial: En dicha sección se observan los radios leñosos o medulares como pequeñas líneas o husos, que están generalmente compuestos por células del parénquima (células de reserva), que según su disposición pueden ser estratificados (cuando se encuentran alineados) o no estratificados (irregularmente dispuestos). A veces son tan pequeños que no son posibles de observar con pocos aumentos. Se pueden observar los vasos, como líneas continuas de células perforadas en sus extremos. - Sección radial: No tiene importancia en la observación macroscópica pues en ella no es posible distinguir los elementos que allí se exponen. 2. DESCRIPCIÓN MICROSCÓPICA Se realiza a partir de preparaciones histológicas y se logra visualizar, con los diferentes aumentos, las estructuras, su composición, distribución y forma de las células, algunas de sus inclusiones e incluso pueden realizarse mediciones. 11

DIFERENCIAS FUNDAMENTALES ENTRE LAS MADERAS DE CONÍFERAS Y LATIFOLIAS (FRONDOSAS) A simple vista o con una lupa de pocos aumentos, es fácil distinguir en una superficie transversal limpia, si una madera es de conífera o de latifolia, ya que las primeras no presentan poros mientras que las segundas sí. A continuación se indicarán 4 puntos principales para ser identificadas: 1.- Las coníferas carecen de vasos (poros en sección transversal), mientras que las latifolias lo poseen (de ahí también se nombran madera porosa). 2.- La estructura de las latifolias es mucho más compleja que la de las coníferas al poseer células especializadas para cada función. 3.- Las frondosas o latifolias poseen en su constitución mayor cantidad y formas de presentar el parénquima, aunque existen excepciones. 4.- Los radios leñosos de las latifolias varían más en anchura y altura mientras que las coníferas lo tienen por lo general uniseriados.

Fotografías 11 y 12: Sección transversal de madera de conífera (pino) y sección transversal de madera de frondosa (palo de rosa)

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CARACERÍSTICAS ANATÓMICAS DE LAS MADERAS DE CONÍFERAS Las coníferas como grupo más antiguo poseen una estructura anatómica más sencilla, compuesta mayormente de traqueidas. - Traqueidas: Tejido fibroso con punteaduras de reborde (areoladas) y extremos no perforados que tiene gran longitud, hasta 3 mm. Constituyen el elemento más abundante en la madera (90% al 95%); se unen por sus extremos formando alineaciones paralelas al eje del tronco. Algunas especies presentan engrosamientos en las paredes de las traqueidas y lo hacen de forma constante, lo que le da valor analítico a las mismas.

Fotografías 13 y 14: Traqueidas en secciones transversal y radial respectivamente de la madera de una conífera - Espacios intercelulares: Son zonas donde no hacen contacto las paredes longitudinales de células vecinas, fundamentalmente, en las esquinas y quedan huecos, de donde reciben el nombre. Caracterizan a algunas maderas de coníferas como al enebro y la sabina (Juniperus spp.) - Parénquima: Aparece en la sección transversal como células de paredes más finas, de sección rectangular y con contenidos más oscuros. Está formado en las coníferas que lo poseen por bandas de pocas células de espesor. Su aspecto en secciones longitudinales, es el de células rectangulares de paredes superior e inferior horizontales, pero con punteaduras simples (no areoladas), que lo diferencian de las traqueidas en cadena.

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Fotografía 15: Células aisladas de parénquima axial en maderas de conífera - Canales resiníferos: Pueden o no existir en las coníferas y caracteriza un grupo de ellas. Están formados por un espacio intercelular entre células epiteliales (secretoras) que rodean al canal, las que pueden tener paredes delgadas (Pinus sp.) o gruesas (Picea sp.) por lo cual pueden tener carácter analítico.

Fotografía 16: Canal resinífero axial y radial, respectivamente, en Pinus sp. Los canales resiníferos pueden ser fisiológicos (normales) y patológicos (traumáticos) y se diferencian por sus formas. También hay preferencias dentro de los canales resiníferos normales en unas maderas a formarlos en la madera de otoño, mientras que en otras lo forman en la madera de primavera. - Radios leñosos: Constituyen los elementos transversales de la madera y su constitución en las coníferas es similar a la de los elementos longitudinales anteriormente referidos. En su forma más complicada, un radio leñoso de una conífera puede estar constituido por parénquima radial, traqueidas radiales y células epiteliales formando canales resiníferos radiales.

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- Traqueidas radiales: Se diferencian del resto de las células que conforman el radio por poseer punteaduras areoladas con torus como las verticales. Las paredes de estas células pueden ser lisas o dentadas, estar en el borde de los radios (marginales) y/o diseminadas. - Parénquima radial: Se distingue por sus paredes lisas, paralelas y punteaduras simples. Las punteaduras de paso entre sus células y las de las traqueidas verticales, son de gran valor diagnóstico si se observan en sección radial y se denominan Campos de cruce.

Fotografía 17: Sección radial de madera de Pinus silvestris L. Campo de cruce fenestriforme y traqueidas radiales dentadas respectivamente.

En cuanto a la naturaleza de estas comunicaciones, se distinguen 5 tipos de campos de cruce y su conocimiento ayuda a especialistas a ubicarlas dentro de los grupos de las diferentes coníferas: 1. Fenestriforme o de ventana: La punteadura que ocupa casi toda la totalidad del campo es rectangular y sin reborde. Pueden ser una o dos por cruce. Presente en Pinus sylvestris L, (fotografía antes expuesta). 2. Pinoide: Forma redondeada-ovalada, también sin rebordes y pueden estar dentro de un célula hasta en número de cinco. Presente en Pinus maestrensis Bisse.

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Fotografía 18: Sección radial de Pinus maestrensis Bisse con campos de cruce Pinoide de hasta 4 aberturas por campo Estos dos primeros campos de cruce caracterizan a las especies del género Pinus. 3. Piceoide: La punteadura posee rebordes y las aberturas son largas, estrechas y atravesadas de forma ovalada sobresaliendo sus extremos. Su número por campos de cruce es muy variable y se encuentra en las distintas especies de los géneros Picea y Larix.

Fotografía 19: Sección radial de Picea sp. Campos de cruce piceoides

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4. Cupresoide: La punteadura tiene reborde y las aberturas de forma ovalada, están contenidas totalmente en el reborde de la misma, y están presentes en los géneros Cupressus, Juniperus y Cedrus.

Fotografía 20: Sección radial de Juniperus sp. Campos de cruce cupresoide 5. Taxoide: Las punteaduras tienen rebordes. Las aberturas son circulares a elípticas y sobrepasan los bordes. Están presentes en maderas de los géneros Abies y Taxus.

Fotografía 21: Sección radial de Abies sp. Campo de cruce taxoide y paredes de los radios nodulares 17

Paredes radiales nodulares en los radios medulares: Algunas maderas presentan en las células parenquimatosas de los radios, paredes engrosadas a modo de nódulos y es un carácter constante, por tanto, de valor diagnóstico. Engrosamientos helicoidales: Se presentan en las traqueidas de algunas coníferas como el tejo y las caracteriza. Son reforzamientos internos de la pared celular.

Fotografía 22: Engrosamientos espiralados en Taxus sp. CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS DE LAS MADERAS DE LATIFOLIAS (FRONDOSAS) Como se ha referido con anterioridad, la madera de las frondosas es más compleja si la comparamos con la de las coníferas. Durante el proceso evolutivo de las especies vegetales los sistemas conductores, de almacenamiento y sostén de la planta, se fueron haciendo más eficientes a partir de la especialización de las células que componen los diferentes tejidos, de ahí que para poder dar una idea más acertada de cómo están dispuestos éstos, vamos a explicarlos a partir de su observación en las tres secciones fundamentales que se utilizan para el estudio de la madera. 1. Porosidad: Lo primero que llama la atención cuando observamos en sección transversal una madera de latifolia, es la presencia de pequeños orificios que en dicha sección se denominan poros y que no son más que secciones transversales de un tipo de célula especializadas en la función de conducción, llamadas elementos vasculares, que se superponen en dirección axial al tronco del árbol y conforman lo que reconocemos como vasos (así son llamados cuando los observamos en sección tangencial).

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Fotografía 23: Sección transversal de Juglans nigra vista al microscopio óptico, mostrando los poros.

Fotografía 24: Sección tangencial de Dalbergia sp. que muestra los elementos vasculares que se unen en sus extremos para formar el vaso conductor Los vasos pueden tener mayores dimensiones en una zona que generalmente coincide con un anillo de crecimiento, específicamente con la llamada madera temprana o de primavera y alternarse con vasos (poros) de dimensiones menores en la madera tardía o de otoño. En este caso se denomina "madera de anillos porosos". Cuando los vasos están distribuidos de forma irregular en la madera y no existe esa diferencia sustancial entre ellos, se denomina "madera de poros difusos".

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Fotografía 25 y 26: Madera de anillos porosos (Quercus sp.) y madera de poros difusos (Pyrus sp.) Los elementos vasculares poseen discontinuidades en su pared que se denominan punteaduras, a través de las cuales se comunica con las células vecinas. Los extremos de estas células van a estar también perforados para permitir el paso de la savia bruta (agua con sales minerales). A estas perforaciones se le denominan placas perforadas o platinas de perforación y lo hacen de forma tal, que pueden caracterizar grupos de especies según diferentes patrones. Tanto las placas perforadas como las punteaduras intervasculares (comunicaciones entre dos elementos vasculares adyacentes a través de sus paredes laterales), tienen gran valor de diagnóstico cuando se identifica una madera. Existe una clasificación para estas formas de presentarse: Placas perforadas: 1. Perforación simple: El paso entre los elementos vasculares está libre y se observa como una línea más bien transversal al vaso.

Fotografía 28: Placa perforada simple en Guaiacum sp. 20

2. Perforación escaleriforme: Existen entre los elementos vasculares unas barras que los separan.

Fotografía 29: Placa perforada escaleriformes en Magnolia sp. 3. Perforación foraminada o cribosa: El tabique de separación tiene aspecto de un colador y aparecen solo esporádicamente en algunas especies (no se dispone de fotografía). - Punteaduras intervasculares Son las que están entre dos vasos contiguos. Son muy variables en la forma de agruparse, clasificándose de la siguiente forma: 1. Punteaduras alternas: Generalmente circulares a ovales y se encuentran alineadas de manera oblicua respecto al eje del vaso. Pueden ser ornamentadas o no. Estas ornamentaciones son protuberancias de la pared celular que se evidencian en la abertura de la punteadura.

Fotografía 30: Elementos vasculares con punteaduras alternas y ornamentadas en una muestra de frondosa no determinada

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2. Punteaduras escaleriformes: Las punteaduras son lineales y se orientan perpendicular al eje del vaso.

Fotografía 31: Elementos vasculares con punteaduras escaleriformes en vasos de Magnolia cubensis 3. Punteaduras opuestas: Generalmente ovales a rectangulares y se presentan en filas transversales al vaso. Son poco comunes (no se dispone de fotografía). - Distribución de los poros: 1. Poros solitarios: Se encuentran aislados de los restantes por otro tejido y generalmente son de forma oval.

Fotografía 32: Poros solitarios en Buxus sempervirens 2. Poros múltiples: Cuando están agrupados dos o más vasos y sus paredes intermedias son aplanadas, generalmente orientados en la dirección de los radios aunque pueden orientarse también en sentido tangencial a los radios. 22

Fotografía 33:Poros múltiples en Citrus sp. 3. Poros en conglomerados: Cuando están formando grupos o conglomerados de varias células.

Fotografía 34: Poros en conglomerados en madera tardía de Ulmus sp. 4. Poros en cadenas: Cuando estos son solitarios y siguen una serie semejante a eslabones de una cadena separados por otros tejidos.

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Fotografía 35: Poros en cadenas en Quercus oleoides

Engrosamientos en espiral en elementos de vaso: puede estar en toda la parte central de elementos de vaso o solo en los apéndices de elementos de vaso. Son variables en función del grosor (fino a grueso), ángulo de inclinación y espaciamiento. (Pueden también ocurrir en traqueidas vasculares y vasicéntricas, en fibras, y muy raramente en parénquima axial).

Fotografía 36: Engrosamiento espiralados en los pequeños vasos de Ilex sp. - Parénquima axial: Se reconoce en la sección transversal por sus paredes delgadas y formas de presentarse. Según su constitución, éste puede ser "fusiforme" (visto en sección tangencial no presenta tabiques divisorios) o "septado" cuando presenta dichos tabiques. Este último tipo es el más frecuente. Según su relación con los poros se clasifica en sección transversal como: 24

- Parénquima paratraqueal: Cuando tocan los poros y se clasifica según la forma en que puede estar dispuesto:

Fotografía 37: . Paratraqueal vasicéntrico: Cuando rodea todo el vaso.

Fotografía 38: Paratraqueal escaso: Cuando se presentan células aisladas alrededor del vaso.

Fotografía 39: Paratraqueal unilateral: Cuando forma una capa alrededor de una parte del vaso.

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Fotografía 40: Paratraqueal aliforme: Cuando presenta extensiones en forma de alas.

Fotografía 41 y 42.:Paratraqueal confluente: Cuando se enlazan vasos contiguos, pudiendo ser también aliforme confluente y confluente en bandas. - Parénquima apotraqueal: Cuando no tocan los poros y se clasifica de 3 formas principales:

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Fotografía 42: Apotraqueal difuso: Cuando aparece como células aisladas entre el tejido fibroso.

Fotografía 43: Apotraqueal en agregados: Pueden ser pequeños grupos o líneas tangenciales cortas, generalmente formadas por pocas células.

Fotografía 44: Apotraqueal concéntrico: Se presenta en bandas de una a varias células de ancho que se extiende en sentido tangencial. 4. Parénquima marginal. También puede presentarse el parénquima cuando comienza o termina un anillo de crecimiento

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Fotografía 45: Parénquima terminal y parénquima paratraqueal aliforme Parénquima radial: Son los únicos elementos transversales que componen la madera y se reconocen como radios leñosos o también mal llamados radios (o rayos) medulares, ya que solo llegan a la médula aquellos que se originaron en la madera joven o tejido primario. En las frondosas, su composición es totalmente de parénquima radial. En sección radial aparecen como bandas de células que pueden ser de uno o varios tipos según su forma, unas con el eje mayor en posición horizontal, llamadas células procumbentes y otras con el eje mayor en dirección axial, llamadas células erectas. Cuando todas las células son del mismo tipo, se llaman radios homogéneos y cuando hay variados tipos, radios heterogéneos.

Fotografías 46 y 47 : Sección radial: radios homogéneos y radios heterogéneos respectivamente En sección tangencial poseen forma de husos. Se presentan de dos formas diferentes:

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Fotografía 48: Radios Estratificados: Cuando los radios están organizados en estratos.

Fotografía 49: Radios No estratificados: Cuando los radios están sin esquema de estratificación, o sea, dispuestos irregularmente. Ambos pueden ser muy variables en cuanto a número de células de alto y de ancho, o sea, pueden ser uniseriados: dispuestos en una sola hilera y multiseriados: agrupados en más de una hilera de ancho.

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Fibras: Tejido fibroso: Compuesto por células no perforadas, están presente en la madera en proporciones variables según la especie así como el diámetro, lumen y grosor de sus paredes. En sección transversal se distingue por poseer diámetros menores que las células parenquimáticas.

Fotografía 50: Sección transversal de una caoba donde se muestra fragmentos de un vaso, parénquima axial, radios y señalada con la flecha, las fibras En la sección transversal solo podemos clasificar las fibras según su forma (ovales, circulares o poligonales) y su distribución: radiales (si se orientan según la dirección de los radios medulares) o irregulares si no lo hacen así.

Fotografía 51 y 52: Fibras circulares y orientadas radialmente en Saccoglotis sp. y fibras ovales distribuidas irregularmente en Swietenia sp . 30

Como se enunció anteriormente, el tejido fibroso en las latifolias puede estar representado por los siguientes tipos de células: 1. Traqueidas vasculares: Células sin perforaciones en los extremos semejantes en tamaño, forma, punteaduras ornamentadas a los elementos de vaso estrechos, y con transición morfológica con estos últimos. Se observan frecuentemente en asociación con vasos múltiples extensivos o nidos, especialmente en la madera tardía. 2. Traqueidas vasicéntricas: Se diferencia de los vasos por tener los extremos imperforados, pero se colocan en series longitudinales como los primeros. Están alrededor de los vasos de la madera de primavera en aquellas que poseen anillos porosos y en menor cantidad alrededor de los vasos de la madera tardía, y lo hacen mezclado con el parénquima del cual se diferencia por dichas punteaduras con rebordes en secciones tangenciales y radiales.

Fotografía 53: Sección transversal de Quercus robur señalando la presencia de traqueidas vasicéntricas 3. Fibrotraqueidas: Como el proceso evolutivo de las especies es continuo, se observan en muchas de ellas estructuras remanentes y por ello cierta similitud con las traqueidas de las coníferas, pero solo es observable en secciones tangenciales y radiales. Las paredes son gruesas y el diámetro celular pequeño. Se diferencian de las fibras por poseer punteaduras con rebordes aunque éstas son muy pequeñas y no poseen torus como en las coníferas.

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Fotografía 54: Fibrotraqueidas en la madera de Saccoglotis sp. 4. Fibras libriformes: Son las que alcanzan mayor crecimiento en longitud y se diferencia de las fibrotraqueidas por poseer punteaduras simples, casi imperceptibles.

Fotografía 55: Fibras libriformes en Swietenia sp.

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OTRAS ESTRUCTURAS PRESENTES EN MADERAS DE LATIFOLIAS 1. Tílides: Son prolongaciones de las células vecinas a los vasos y pueden llegar a obstruir su interior.

Fotografía 56: Sección tangencial: vasos con tílides esclerotizadas en Pera bumeliaefolia 2. Canales gomosos y resinosos: Como en las coníferas también las latifolias pueden presentar canales axiales y radiales, solo que en este caso se presentan de uno u otro tipo y no ambos en la misma madera. Su origen puede ser genético o traumático.

Fotografía s 57 y 58: Sección transversal con canales gomosos en Dipterocarpus sp. y canal radial en Spondias sp.

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3. Parénquima cristalífero: Son células del parénquima que poseen en su interior cristales y generalmente aumenta el diámetro en esa porción, por lo que son fácilmente reconocibles.

Fotografía 59: Células cristalíferas del parénquima axial Los cristales pueden ser de diferentes tipos y composición, incluso, estar dentro de células de los radios medulares y también como depósitos en vasos con tílides. La naturaleza del cristal tiene que ver con la forma en que este cristaliza y a partir de ellos se clasifican en drusas, rafidios, cristales romboidales, etc. Por lo general son de oxalato de calcio o sílice y muchas maderas poseen la capacidad de cristalizar de una forma u otra en el interior de sus células por lo que puede tomarse como carácter diagnóstico. 4. Floema incluido en la madera: Son células floemáticas no funcionales presentes en un escaso numero de maderas, pero constituye un carácter fijo en las que lo presentan. Este floema incluido o incluso puede estar difuso en la madera o de forma concéntrica cerca del anillo de crecimiento, como se muestra en al fotografía siguiente.

Fotografía 60: Sección transversal: Floema incluido de tipo concéntrico en Avicennia germinans (L.)L

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III. RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE IDENTIFICACION DE MADERAS DE OBJETOS ABORIGENES CUBANOS Las maderas que se presentan en este catálogo han sido determinadas por estudios arqueológicos y su identificación anatómica en diversos sitios del país. (Carreras, Raquel (1992, 2001) y Carreras , Raquel y R. Dechamps (1995). No se pretende decir con ello que son las únicas maderas que fueron usadas, pero si las que se han preservado a través del tiempo y que su presencia demuestra la rica flora maderable que existió en el pasado. Muchas de las maderas determinadas poblaron también otras zonas del Caribe, por lo que puede constituir una herramienta importante para la clasificación del material arqueológico. Con la finalidad de aligerar el trabajo de búsqueda, se comenta a continuación sobre el uso de las maderas a que fueron destinadas en las diferentes zonas del país. Para los sitios arqueológicos aborígenes se han encontrado las siguientes especies: Como madera fundamental, tanto por el uso que se le daba como por su alta durabilidad natural se encuentra el Guayacán (Guaiacum sp.) en objetos ceremoniales tales como dujos, ídolos, y en bandejas, instrumentos de trabajo y utilitario. Juan López de Velasco (1571) refirió: Hay grandes montes de guayacán o palo santo que llaman de las indias….Lo secunda el jiquí (Pera bumeliaefolia Griseb ) en bastones de mando, coas y agujas para tejer mayas para la pesca. La mayoría de estos objetos se encuentran en las colecciones del Museo Antropológico Montané de la Universidad de la Habana y en el Museo Histórico de Chambas. También en la colección de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba se puede encontrar objetos de yana (Conocarpus erecta L) tales como fragmentos de azagaya y bastones ceremoniales de la laguna de Malpotón y cayo Jora Juria. La madera de cedro (Cedrela odorata L.) Solo ha sido identificada en restos de canoas y de guayos o raspadores como el que se expone en el Museo Montané, mientras que de caoba (Swietenia mahagoni Jacq. ) se tienen fragmentos de objetos indeterminados en recientes hallazgos hechos en Punta Macao y en postes de casas aborígenes encontrados en el sitio arqueológico de Buchillones. También se hallaron allí postes de madera de Yaití (Gymnanthes lucida Sw.) y de manglesillo (Bonettia cubensis Griseb. ). La madera de cuyá (Bumelia salicifolia (L.) A DC) fue encontrada en un objeto en Punta Macao, mientras que de ébano (Diospyros sp.) un ídolo en Buchillones y un bastón ceremonial en Punta Macao. De caguairán (Guibourtia hymenifolia Moric. J. Leonard.) hay identificada una cacerola en el Museo antropológico Montané y de roble prieto (Ehretia tinifolia L.) otra que se expone en el gabinete arqueológico de la oficina del historiador de la Habana.

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Como material de referencia para estudios futuros, se reportan a continuación, las características anatómicas diagnósticas de cada madera identificada con sus fotografías macroscópicas y microscópicas de las tres secciones fundamentales de las maderas: Transversal (TR), Tangencial (TG) y Radial (RD) Para las características macroscópicas descritas, considérese que la muestra patrón que aparece, es de madera de tipo normal, y que las maderas arqueológicas pueden cambiar tanto de coloración como de aspecto físico y resistencia mecánica (como ya se ha descrito). Las características anatómicas (microscópicas), se mantienen por lo general y son factibles de estudiarlas y compararlas, cuando las maderas no tiene su estructura muy distorsionada o degradada, por lo cual se presentan las fichas comparativas con los caracteres más importantes para cada una de las maderas identificadas para las cuales se ha tomado en consideración los siguientes caracteres: Descripción microscópica: 1. Tipo de porosidad (TR) 2. Tipo de placas de perforación (TG, RD) 3. Tipo de punteaduras intervasculares (TG, RD) 4. Si existen depósitos en vasos. (TR) 5. Tipo de fibras y/o fibrotraqueidas (TG, RD) 6. Tipo de parénquima axial 7. Presencia de cristales en la madera (TG, RD) 8. Tipo de radios: (estratificados o no) (TG), (uniseriados o multiseriados) (TG), (homogéneos o heterogéneos) (RD) 9. Caracteres especiales diagnósticos No se toman en consideración los caracteres de orden numérico, como el diámetro. Para facilitar la identificación se ha sido muy concreto en el tema, destacándose en cada caso las características anatómicas fundamentales de orden cualitativo, que son las menos variables, teniendo en consideración que con frecuencia se presentan por muestras de ramas, con lo cual cambia marcadamente los caracteres cuantitativos como el diámetro de los vasos, el largo de las fibras, etc., porque estos son muy variables de acuerdo al lugar donde crecieron los árboles, además de que muchos de estos objetos estudiados, evidentemente han sido elaborados con troncos jóvenes y ramas, donde la estructura es mas compacta y variable.

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Las descripciones están hecha sobre la base de los caracteres y nomenclatura reportados por la Asociación Internacional de Anatomistas de la Madera (IAWA). Para cada madera se anexan las imágenes microfotográficas de las tres secciones anatómicas (transversal, tangencial y radial respectivamente) así como la fotografía de cada madera reportada en su estado normal a partir de muestra de Xiloteca Hbw del Instituto de Investigaciones Forestales de Cuba. Maderas identificadas: L Caguairán (Guibourtia hymenifolia Moric. J. Leonard.) Caoba (Swietenia mahagoni Jacq.) Cedro (Cedrela odorata L.) Cuyá (Bumelia salicifolia (L.) A DC) Ébano (Diospyros sp.) Guayacán (Guaiacum sp.) Jiquí (Pera bumeliaefolia Griseb.) Manglesillo (Bonettia cubensis Griseb. ) Roble prieto (Ehretia tinifolia L.) Yaiti (Gymnanthes lucida Sw.) Yana (Conocarpus erecta L.) De las investigaciones realizadas acerca de un centenar de objetos aborígenes de madera, la mayoría de los objetos que han llegado a nuestros días son de madera de guayacán, debido fundamentalmente a características intrínsecas de la madera como el contenido de resina (guayacol), persevantes de su duramen y a la estructura compacta y alta densidad de las paredes de sus fibras que le hacen estar entre las maderas más densas del mundo con una alta resistencia mecánica. Sin embargo, no se debe dudar de la importancia que esta madera tenia desde el punto de vista religioso ya que los objetos de mayor talla encontrados y precisamente utilizados para el culto de la Cohoba, como Dujos e ídolos, son de Guayacán, también reportados en los hallados en República Dominicana (Veloz Maggiolo, 2006) . La presencia de otras 11 especies leñosas en los objetos estudiados, refleja parte del uso que daban los aborígenes cubanos a la rica flora maderable de entonces y se esta consciente de que otras especies como las reportadas en este trabajo, estén aun por hallarse en las nuevas excavaciones que se vayan realizando.

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1. CAGUAIRAN

Nombre Científico: (Guibourtia hymenifolia Moric. J. Leonard.) Familia Botánica: Leguminosae-Caesalpinaceae Nombre común: Caguairán, quiebra hacha Distribución geográfica: Cuba, endémica presente en montes y laderas de Cuba Descripción microscópica: •

Porosidad difusa. Poros generalmente en grupos radiales cortos (de 2–3 vasos). Placas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas y ornamentadas. Depósitos en vasos del duramen marrón oscuro



Fibras y fibrotraqueidas de paredes de espesor medio a gruesas, no septadas



Parénquima axial, en bandas aparentemente marginales y paratraqueal vasicéntrico a aliforme, predominantemente en forma de rombo confluente Cristales prismáticos presentes y células cristalíferas del parénquima axial septadas



Radios multiseriados, con 1–4–6 células de ancho, compuestos por células procumbentes

homogéneos

Información en la literatura sobre canales resiníferos de origen traumático, tipo axial, en líneas tangenciales cortas que no han sido observados en las muestras estudiadas. Segun Metcalf y Chalk , ( 1974)Hymenae courbaril y Guibourtia hymenifolia Moric. J. Leonard. (Copaifera hymeneaefolia ) poseen iguales secciones transversales, una estructura muy semejante en caracteres implásticos para los estudios anatómicos. Prácticamente desde el punto de vista microscópico se habla de mas tendencia a radios heterogéneos en Hymenae sp , menos en Copaifera sp. . Macroscópicamente, el Copaifera hymeneaefolia se observa mas oscuro, rojo negruzco con el tiempo y sobre todo cuando se pone en contacto con el agua.

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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2. CAOBA

Nombre Científico: Swietenia mahagony (L.) Jacq Familia Botánica: Meliaceae Nombre común: Caoba cubana o antillana, caoba de Cuba Distribución geográfica: Desde las Antillas y Centroamérica, fundamentalmente en las costas Atlánticas de México y Panamá, a Venezuela, Colombia, norte de Brasil y Perú. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa con poros agrupados generalmente en grupos radiales cortos de 2–3. Placas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas Depósitos de color castaño rojizo oscuro y menos frecuentemente de color blanco en vasos de duramen



Fibras de paredes de espesor medio, exclusivamente septadas, (pocas fibras no septadas). Fibras septadas distribuidas uniformemente



Parénquima axial marginal (o aparentemente marginal) como bandas finas, hasta 3 células de ancho o gruesas, con más de 3 células de ancho, paratraqueal escaso a vasicéntrico



Radios multiseriados 1–2–4(–5) células de ancho, homogéneos y heterogéneos con células cuadradas y erectas restringidas a hileras marginales



Cristales prismáticos presentes, localizados en células de los radios y células del parénquima axial

Se reporta y observa estructura estratificada en algunas muestras, con los radios, el parénquima axial y los elementos de vasos dispuestos en estratos más bien regulares mientras que en otras muestras esta ausente la estratificación. Se distingue de la S. macrophylla L. por su mayor densidad y coloración mas intensa a marrón rojo oscuro, acentuada en condición de madera anegada.

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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3. CEDRO

Nombre Científico: Cedrela odorata L. Familia Botánica: Meliaceae Nombre común: Cedro, cedro mexicano, cedro rojo de América Distribución geográfica: Desde Florida, EEUU, hasta Centroamérica, Caribe y Sudamérica tropical.

Argentina,

México,

Descripción microscópica: •

Madera de porosidad anular o semianular. Vasos agrupados generalmente en grupos radiales cortos (de 2–3 vasos). Placas de perforación simples Punteaduras intervasculares alternas. Depósitos en vasos de duramen de color marrón rojizo oscuro



Fibras no septadas de paredes finas



Bandas de parénquima axial no marginales Parénquima axial apotraqueal difuso y en agregados y paratraqueal vasicéntrico (raramente aliforme)



Radios multiseriados con 1–3(–4) células de ancho. Altura de los radios grandes hasta 500 µm., homogéneos a heterogéneos, estos últimos con células cuadradas y erectas restringidas a hileras marginales

Cristales prismáticos, presentes, localizados en células de los radios y células del parénquima axial.

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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4. CUYÁ

Nombre Científico: Bumelia salicifolia (L.) A DC) Familia Botánica: Sapotaceae Nombre común: Cuyá Distribución geográfica: Presente en toda Cuba, Isla de la Juventud, Florida, Antillas y Yucatán. En montes semicaducifolios y montes secos. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa, poros solitarios escasos, mayormente en grupos radiales de 3 a 12 células con contenidos opacos ocasionales; punteaduras intervasculares alternas, ovales y palca perforada simple



Fibras libriformes muy gruesas, poligonales, con cierta orientación radial vista en sección transversal



Parénquima axial para traqueal difuso y en finas líneas de una sola célula de ancho, más bien reticulado Radios heterogéneos irregularmente dispuestos, con 1 a 2 células de ancho y abundante contenido carmelita rojizo en su interior



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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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5. ÉBANO

Nombre Científico: Diospyros spp. Probablemente Diospyros crassinervis (Krug. et Urb.) Standl Familia Botánica: Ebenaceae Nombre común: Ébano, ébano carbonero Distribución geográfica: En suelos rocosos de maniguas costeras y en otros tipos de suelo en toda la isla de Cuba, Islas del Caribe y Bahamas. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa con poros generalmente en grupos radiales cortos (de 2–3 vasos) o en grupos radiales de 4 vasos o más. Placas de perforación simples. Punteaduras ínter vasculares alternas. depósitos en vasos de duramen (negro, a veces marrón-rojizo)



Fibras libriformes de paredes gruesas



Parénquima axial apotraqueal difuso en agregados y en bandas dispuestas en forma reticulada, finas de hasta 3 células de ancho, predominantemente uniseriadas, algunas posiblemente marcando los límites de crecimiento (marginal). Paratraqueal escaso, o vasicéntrico



Radios exclusivamente uniseriados, heterogéneos con células cuadradas y erectas restringidas a hileras marginales. Esporádicamente también radios biseriados

• Cristales presentes, prismáticos y células cristalíferas del parénquima axial septadas

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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6. GUAYACÁN

Nombre Científico: Guaiacum sp. Familia Botánica: Zygophyllaceae Nombre común: Guayacán Distribución geográfica: Pequeñas y grandes Antillas, Bahamas, Panamá Venezuela, Colombia y Guyana. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa con poros exclusivamente solitários. Presencia de dos clases distintas de diámetro de poros. Placas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas; depósitos en vasos de duramen presentes (verde oscuro a negro, también en la zona de transición entre albura y duramen)



Fibrotraqueidas de paredes gruesas con punteaduras claramente visibles



Parénquima axial Apotraqueal difuso y difuso en agregados. Paratraqueal escaso, vasicéntrico, y unilateral (vasicéntrico incompleto)



Radios estratificados exclusivamente uniseriados compuestos por un solo tipo de células (homocelulares) con células procumbentes



Toda la estructura estratificada

No se puede precisar por este método si es G. sanctum L. o G. officinalis L. por tener idéntica estructura anatómica.

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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7. JIQUÍ

Nombre Científico: Pera bumeliaefolia Griseb. Familia Botánica: Euphorbiaceae Nombre común: Jiquí Distribución geográfica: En zonas orientales de la Isla de Cuba, Camagüey, Las Villas, Matanzas e Isla de la Juventud y también en Bahamas. En montes secos de suelo calizo y serpentinosos. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa, poros mayormente solitarios y grupos de 2-3 escasos con placa perforada simple y punteaduras alternas. Presencia de tílides escleróticas abundantes y goma rojiza en el interior de los vasos



Fibras libriformes rectangulares, con distribución radial



Parénquima axial apotraqueal difuso en pequeñas líneas finas muy abundante con contenidos opacos



Radios no estratificados, uniseriados, heterogéneos con contenidos opacos y cristales abundantes

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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8. MANGLESILLO

Nombre Científico: Bonettia cubensis Griseb. Familia Botánica: Theaceae Nombre común: Manglesillo Distribución geográfica: Endémica, fundamentalmente en zonas orientales de Cuba, Baracoa. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa con poros redondos exclusivamente solitarios. Punteaduras intervasculares alternas. Contenidos rojizos muy abundantes en el interior de los poros



Fibrotraqueidas orientadas radialmente, de paredes muy gruesas con puntedaduras bien visibles en sección tangencial



Parénquima axial paratraquel escaso a apotraquelal difuso

• Radios uniserados y biseriados poco frecuentes, macadamente heterogéneos con células cuadradas y erectas, con mucho contenido rojizo en su interior

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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9. ROBLE PRIETO

Nombre Científico: Ehretia tinifolia L. Familia Botánica: Boraginaceae Nombre común: Roble prieto Distribución geográfica: Por toda Cuba e Isla de la Juventud, Jamaica, La española y América Central. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa. Poros en grupos de 3-4 y frecuentes conglomerados de pocas células. Punteaduras intervasculares alternas, ovales y placa perforada simple



Fibras libriformes poligonales distribuidas irregularmente y presencia eventual de Fibrotraqueidas



Parénquima axial en finas bandas de una sola célula y paratraqueal difuso con contenidos carmelitosos

• Radios no estratificados , débilmente heterogéneos con 2 a 4 células de ancho

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´ SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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10. YAITÍ

Nombre Científico: Gymnanthes lucida Sw. Familia Botánica: Euphorbiaceae Nombre común: Yaití Distribución geográfica: Presente en toda Cuba e Isla de la Juventud, Haití, Bahamas y América continental. En montes secos, mogotes y todo tipo de suelos. Descripción microscópica: •

Porosidad difusa. Poros solitarios redondos y grupos radiales muy frecuentes de 2-8 células. placa perforada simple, punteaduras intervasculares alternas ovales



Fibras libriformes septadas , de forma poligonal con tendencia a distribución radial en sección transversal



Parénquima axial con bandas irregulares de pocas células y difuso



Radios leñosos no estratificados, uniseriados, heterogéneos con células erectas y procumbentes

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´ SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

SECCIÓN RADIAL

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11. YANA

Nombre Científico: Conocarpus erecta L. Familia Botánica: Combretaceae Nombre común: Yana Distribución geográfica: En toda Cuba e Isla de la Juventud, América y África tropical. En manglares y en suelos salobres no fangosos.

- Descripción microscópica: •

Porosidad difusa. Poros mayormente solitarios ovales, grupos radiales de 2-5 células y conglomerados de hasta 8 células; Placa perforada simple, punteaduras ornadas alternas



Fibras libriformes poligonales a rectangulares con distribución débilmente radial



Parénquima axial paratraqueal aliforme y confluente



Radios no estratificados, uniseriados, homogéneos a débilmente heterogéneos



Presencia de cristales romboidales en parénquima axial y radial, fundamentalmente en estos últimos .

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SECCIÓN TRANSVERSAL

SECCIÓN TANGENCIAL

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IV.BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Acosta A. y col (1986). Ciencia de la Madera. Ministerio de Educación Superior, La Habana. p: 12-50. Bisse, J. (1988). Árboles de Cuba. Editorial Científico-Técnica. La Habana. 384 p. Carreras Rivery, Raquel y Miguel A. Vales (1986). Atlas Anatómico de Maderas de Cuba I. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, 79p. Carreras Rivery, Raquel (1988). Caracteres anatómicos de especies típicas de manglares: consideraciones ecológicas. Revista Forestal Baracoa, vol. 18, no.1, p: 7 - 16. Carreras Rivery, Raquel (1992). Informe técnico sobre la identificación de las maderas de objetos procedentes del sitio arqueológico Los Buchillones. Instituto de Investigaciones Forestales, La Habana, Cuba. Carreras Rivery, Raquel (2001). Informe sobre los análisis realizados a muestras de maderas procedentes del sitio arqueológico de Buchillones. Consejo Nacional de Patrimonio, La Habana, Cuba. Carreras Rivery, Raquel y Roger Dechamps (1995). Anatomía de la madera de 157 especies forestales que crecen en Cuba y sus usos tecnológicos, históricos y culturales. Sciences economiques, Tervuren, tomo 1, Vol.9, 120 p.; tomo 2 (Láminas). Del Risco, Enrique (1995). Los bosques de Cuba, su historia y características. Editorial Pinos Nuevos, Cuba, 96 p. Fors, A. (1965). Maderas Cubanas. INRA, La Habana, 163 p. Gray, R. and W. Coté (1974). SEM/EDXA as a diagnostic tool for wood and its inclusions. IAWA Bull (3).p: 6 - 11. Hater, Jon G. (2000): The identification of the Northen European Woods. A guide of archeologists and conservators.Archetype Publications, 187 p Herrera Fritot, R. (1940). Un nuevo Dujo de la colección del museo antropológico Montané de la U.H. Descripción y estudio comparativo. Revista Arqueológica, La Habana, Vol. 2 (4) p. 26-31. Hess, R. (1950). Classification of wood parenchyma in dicotyledons. Tropical Woods 96 p: 1-20.

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V.-GLOSARIO DE LOS PRINCIPALES TÉRMINOS USADOS EN LAS DESCRIPCIONES DE LAS MADERAS Anillos de crecimiento: Cambio estructural abrupto en los límites de los tejidos de la madera, incluyendo generalmente un cambio en grosor de la pared celular de la fibra, el diámetro radial de la fibra, las traqueidas o de los vasos en dependencia del tipo de madera. Campos de cruce: En la sección radial de las coníferas, zonas donde entran en contacto las traqueidas axiales y las células del parénquima radial. Pueden tener diversas formas que son característicos de grupos y familias. Canal intercelular: Conducto intercelular tubular rodeado por un epitelio, conteniendo generalmente productos de planta secundarios tales como resinas, gomas, etc., secretadas por las células epiteliales. Los canales intercelulares pueden estar orientados axialmente (canal intercelular vertical axial), o radialmente (o canal intercelular horizontal radial, dentro de un radio). Canales intercelulares traumáticos: Formados en respuesta a lesiones producidas a un árbol viviente, ordenados en grupos pequeños o en bandas tangenciales, generalmente irregulares en su contorno y espaciados estrechamente. Canales resiníferos: Formado por la disolución de la lámina media entre células epiteliales secretoras, constituyendo un conducto donde se vierte al resina. Pueden ser axiales y radiales y tienen carácter diagnostico. Célula mucilaginosa: Célula especializada del parénquima de los radios o del parénquima axial que contiene sustancias mucilaginosas. Célula oleífera: Célula especializada del parénquima de los radios o del parénquima axial que contiene sustancias orgánicas (no necesariamente aceites), generalmente, pero no siempre alargada (idioblasto) y redondeada en su contorno, ocasionalmente de considerable extensión axial. Células cristalíferas: Células septadas de parénquima axial o células de parénquima de radio divididas en compartimientos por paredes celulares delgadas a gruesas. Células envolventes: Células de los radios que están localizadas a lo largo de los lados de los radios anchos (más de 3-seriados) como se observa en la sección tangencial, y son más grandes (generalmente más altos que anchos) que las células centrales. Células tipo baldosa: Un tipo especial de células erectas (raramente cuadradas) de radio aparentemente vacías, presentándose en series horizontales intermedias generalmente esparcidas entre las células procumbentes. Por ejemplo: algunas especies de Tiliáceas. Cristales: Formaciones cristalinas que se presentan en algunas maderas, generalmente en las células del parénquima axial y radial aunque también pueden estar acompañando a las tílides en el interior de los vasos y ocasionalmente en

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fibras. Particularmente los pequeños, son detectados más fácilmente con luz polarizada. Depósitos: Incluye una amplia variedad de compuestos químicos orgánicos e inorgánicos, los cuales son de diferentes colores (blanco, amarillo, rojizo, café, negro, etc.) que se depositan en las células (vasos, radios, etc.). Durámen: Parte interna sin actividad fisiológica del tronco de una madera adulta. Durámen fluorescente: El durámen presenta fluorescencia cuando es iluminado con luz ultravioleta de onda larga. Por ejemplo: con una fuerte fluorescencia amarillenta o verdosa. Elementos vasculares: Células con extremos perforados que se superponen para dar lugar a los conductos por donde asciende la savia bruta en la madera. Engrosamientos en espiral: Protuberancia, reforzamiento a modo de espiral interna de la pared celular de algunas células de la madera. Pueden estar presentes por lo general en traqueidas y vasos. Espacios intercelulares: Espacio entre las paredes externas de las células donde no se deposita lámina media y queda el orificio. (Ejemplo en Juniperus sp.) Estructura estratificada: Células ordenadas en hileras o series horizontales cuando son observadas en la superficie tangencial. Pueden ser radios, vasos, parénquima axial y fibras. Fibras: Tipo de células alargadas en sentido axial, con extremos imperforados que tiene función de sostén. Fibras septadas: Fibras de paredes transversales delgadas y sin punteaduras. Floema incluso de forma concéntrica: Capas floemáticas tangenciales alternando con zonas de xilema y/o tejido conjuntivo. Floema incluso difuso: Islas de floema espaciadas aleatoriamente, esparcido. Las islas de floema pueden estar rodeadas por parénquima o elementos traqueales no perforados. Parénquima: Células de paredes generalmente finas, con función de reserva de nutrientes en la madera. Pueden contener sustancias coloreadas, cristales, y otras en su interior, fundamentalmente en el duramen. Parénquima axial: Cuando se dispone en dirección axial. Parénquima radial: Formando los radios medulares. Placas de perforación: Extremos perforados de los elementos vasculares. Poros: Elementos vasculares observados en sección transversal. También se denominan vasos. Porosidad anular: Madera en la cual los vasos en la madera temprana son distintamente más largos que los correspondientes a la madera tardía en los mismos anillos de crecimiento, y forman una zona (anillo) bien definido en la cual existe una transición abrupta hacia la madera tardía del mismo anillo de crecimiento. Porosidad difusa: Madera en la cual los vasos tienen más o menos el mismo diámetro a través del anillo de crecimiento. Porosidad semianular: En la cual los vasos de la madera temprana son más largos que los correspondientes a la madera tardía del anillo de crecimiento previo, pero

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en el cual el diámetro de los vasos tiende a disminuir gradualmente en el intermedio de la madera tardía del mismo anillo de crecimiento. Punteaduras: Discontinuidades de la pared celular. Punteaduras intervasculares: Cuando están en contacto entre dos elementos vasculares. Punteaduras intervasculares ornamentadas: Punteaduras con la cavidad y/o apertura total o parcialmente alineada con proyecciones desde la pared celular secundaria. Radios leñosos: Células generalmente del parénquima que se agrupan y se disponen en forma perpendicular al tronco siguiendo la dirección de un radio de la circunferencia. En algunas coníferas pueden también existir traqueidas dentro de un radio. Tílides: Crecimientos de un radio adyacente o célula de parénquima axial a través de una punteadura mutua para el interior de un vaso, bloqueando parcial o completamente el lumen del vaso, y de ocurrencia común (excepto en albura exterior). Tílides esclerotizadas: Tílides con paredes lignificadas muy gruesas, en láminas múltiples. Traqueidas: Células imperforadas de punteaduras areoladas que en las coníferas poseen torus y conforman el 90% del tejido. Traqueidas radiales: Cuando forman parte de los radios medulares (algunas coníferas). Traqueidas vasculares: Células sin perforaciones semejantes en tamaño, forma, punteaduras ornamentadas a los elementos de vaso estrechos, y con transición morfológica con estos últimos Traqueidas vasicéntricas: Células sin perforaciones con numerosas y distintas punteaduras areoladas en sus paredes radial y tangencial; presentes alrededor de los vasos, y diferentes de las fibras libriformes, frecuentemente, pero no siempre de forma irregular. Tubos: Células o series de células de longitud indeterminada, extendiéndose radialmente (dentro de los radios) o verticalmente (entre las fibras), de acuerdo con los contenidos específicos se distinguen dos tipos, tubos lacticíferos y taniníferos. Vasos: Elementos conductores de la madera (poros, elementos vasculares). Vasos en bandas tangenciales: Vasos dispuestos perpendicularmente a los radios y formando bandas tangenciales cortas y/o largas. Estas bandas pueden ser rectas u onduladas. Vasos en disposición diagonal y/o radial: Vasos dispuestos radialmente o en un punto intermedio entre radial y tangencial. Vasos en disposición dendrítica: Vasos dispuestos en núcleos ramificados, formando distintos tractos, separados por reas libres de vasos.

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VI. FOTOGRAFIAS DE ALGUNOS DE LOS OBJETOS ABORIGENES CUBANOS ESTUDIADOS

Fotografía 61: Guayo o raspador de cedro, Museo Antropológico Montané

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Fotografía 62: Ídolo del tabaco, madera de guayacán, Museo Antropológico Montané

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Fotografía 63: Dujo de Santa Fe, madera de guayacán, Museo Antropológico Montané

Fotografía 64: Dujo de Jauco, madera guayacán, Museo Antropológico Montané

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Fotografía 65: Bastón ceremonial pirograbado, madera de jiquí, Museo Antropológico Montané

Fotografía 66 : Ídolo de Chambas (ébano)

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INDICE:

I.-MADERAS CUBANAS Y ARQUEOLOGIA ABORIGEN. II. -PRINCIPIOS GENERALES DE LA ANATOMÍA DE LA MADERA Y LOS METODOS DE TRABAJO PARA IDENTIFICAR LAS MADERAS ARQUEOLOGICAS. • • • • •

Descripción macroscópica Descripción microscópica Diferencias fundamentales entre maderas de coníferas y latifolias Características anatómicas de las maderas de coníferas Características anatómicas de las maderas de latifolias (frondosas)

III. RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS DE IDENTIFICACION DE MADERAS DE OBJETOS ABORIGENES CUBANOS • Fichas anatómica de las maderas 1. Caguairán (Pseudocopaiva hymeneaefolia Morje ) 2. Caoba (Swietenia mahagoni Jacq.) 3. Cedro (Cedrela odorata L.) 4. Cuyá (Bumelia salicifolia (L.) A DC) 5. Ébano (Diospyros sp.) 6. Guayacán (Guaiacum sp.) 7. Jiquí (Pera bumeliaefolia Griseb.) 8. Manglesillo (Bonettia cubensis Griseb.) 9. Roble prieto (Ehretia tinifolia L.) 10. Yaití (Gymnanthes lucida Sw.) 11. Yana (Conocarpus erecta L.) IV. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA V. GLOSARIO DE LOS PRINCIPALES TÉRMINOS USADOS EN LAS DESCRIPCIONES DE LAS MADERAS VI. FOTOGRAFIAS DE ALGUNOS OBJETOS ABORIGENES CUBANOS ESTUDIADOS

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Créditos y agradecimientos Las fotografías de objetos aborígenes Museo Antropológico Montané, fueron hechas por el fotógrafo Francisco Fidel Navarrete, del Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana. Las fotografías de los cortes microscópicos fueron hechas por Eric Warner, en el laboratorio de microscopia óptica adjunto a la sección de la Prehistoria en el Museo Real del África Central de Tervuren, Bélgica Agradezco a la Lic. María del Pilar Zaldíbar Fernández del Museo Antropológico Montané, por la colaboración prestada para la realización de las fotografías de objetos del museo que se exponen en este trabajo.

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