La literatura escocesa votó Sí a la Independencia

July 23, 2017 | Autor: Josemaría Becerril | Categoría: Scottish Literature, Literature, Literatura, Scottish Independence, Escocia, Independencia
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LA LITERATURA ESCOCESA VOTÓ SI A LA INDEPENDENCIA JOSEMARÍA BECERRIL ACEVES

En los últimos días mucho se ha hablado sobre el referéndum por la independencia de Escocia. Desde que en las elecciones de 2011 el Scottish National Party, de corte nacionalista escoses, obtuvo la mayoría del 4º Parlamento su líder y Primer Ministro Alex Salmond ha prometido fervientemente obtener la independencia para su país. Finalmente la fecha del referéndum se fijó para otoño de 2014; y el jueves 18 de septiembre los escoses acudieron a las urnas para decidir el futuro de su país. Romper el Tratado de la Unión, que en 1707 ató al reino de Escocia con el de Inglaterra, es una decisión complicada y que suscita opiniones divididas. Los principales puntos de conflicto versaron sobre asuntos económicos y políticos: se argumentó sobre qué moneda debería usar una Escocia independiente; cómo se reorganizaría el gasto público, pues los escoceses reciben más per cápita que el resto de los habitantes del Reino Unido; y cómo se administraría el petróleo del Mar del Norte. El nacionalismo escoses ha tendido hacia el pragmatismo; las discusiones son sobre temas prácticos como las instituciones, la representatividad y la política. El movimiento autonomista presta poca atención a las lenguas vernáculas y los rituales. Sin embargo, bien podría hacerlo: Escocia cuenta con una tradición cultural vigorosa que en el último siglo se ha reivindicado como de igual envergadura a la Inglesa o la de cualquier otro país.

Este proceso inició con el Renacimiento escoses, movimiento literario que abarcó de inicios a mediados del siglo XX y al que diversos autores han reconocido como punto clave para comprender el actual nacionalismo escoses. Dicha corriente artística nació tras la crisis de la Primera Guerra Mundial, pues toda una generación de autores se afanó en descubrir una identidad colectiva que renovara las letras escocesas y situara a su país en el nuevo orden internacional. A pesar de que estuvo marcado por disputas ideológicas en su seno, se pueden identificar claros ejes de coincidencia: la poesía como principal forma de expresión; la reivindicación del idioma escoses; y los problemas y mitos de la sociedad escocesa como principal fuente de inspiración.1 El Renacimiento escoses encontró en el nacionalismo una ideología acorde a sus pretensiones; por lo que diversos autores se involucraron en los asuntos políticos de su país. Vale la pena mencionar que desde su fundación en 1934 el Scottish National Party ha sido un partido de poetas y novelistas. A la fecha Hugh MacDiarmid (1892-1978), el más importante poeta del Renacimiento escoses, se mantiene como figura central del panteón nacionalista por su fundamental contribución a la conversión del escoses en un lenguaje literario lo suficientemente rico y ágil para expresar los sofisticados temas modernistas.2 A diferencia del resto de la literatura modernista de la época, al Renacimiento escoses se le asignó un valor político importante. Cuando sus exponentes consiguieron la tan anhelada identidad literaria y la revalorización de

Véase Margery Palmer McCulloch (ed.), Modernism and Nationalism. Literature and Society in Scotland 1918-1939. Source Documents for the Scottish Renaissance, Glasgow, Association for Scottish Literary Studies, 2004. 2 Tom Scott, “Some Poets of the Scottish Renaissance”, Poetry, 1956, núm. 1, p. 43. 1

sus tradiciones, pasaron a la tarea de afianzar y fortalecer el discurso político nacionalista que apoyaba a sus reivindicaciones. Sin embargo, el movimiento separatista no consiguió suficientes adeptos porque, para entonces, el imperio británico era un fuerte elemento de identidad compartida y el protestantismo aún conservaba un gran poder de cohesión. Para superar estos obstáculos, frecuentemente se recurrió a un exceso de argumentos étnicos y lingüísticos sobre un pasado idealizado que la colonización inglesa corrompió, no obstante, este panegírico nacional no fue suficiente para conseguir el sueño de la independencia escocesa. Estos ideales de autonomía se mantuvieron latentes dentro de la comunidad literaria de Escocia. El movimiento nacionalista renació en la década de 1970 acompañado de obras claramente escocesas: la generación de novelistas realistas, que tuvo a James Kelman y William McIvanny como principales exponentes, llevó al mundo de las letras las duras experiencias de la clase obrera en ciudades como Glasgow. Sería una exageración afirmar que a partir de esos años toda la literatura escocesa fue nacionalista, pero sí se convirtió en nacional, trató temas actuales y reflexionó sobre las problemáticas de su país. 3 Actualmente, las condiciones políticas y sociales abrieron la posibilidad de independencia para aquel país. Mucho ha cambiado desde el Renacimiento escoses, pero la mayoría de los escritores sigue apoyando la autonomía nacional: los más grandes exponentes de la literatura escocesa contemporánea han acudido en masa a marchas en favor del SÍ, siguiendo los pasos de su poeta nacional

Véase Kelman, How late it was, how late, Londres, Secker and Warburg, 1994, ganadora del prestigioso Man Booker Prize. 3

MacDiarmid. Aunque en esta ocasión su esfuerzo fue infructuoso, no cabe duda que miles de esoceses aún desean repetir sus versos y conseguir su independencia. "The rose of all the world is not for me / I want for my part / Only the little white rose of Scotland / That smells sharp and sweet – and breaks the heart".

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