La literatura argentina en el \"Boletín Titikaka\" (Perú, 1927-1929)

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1 Carlos García (Hamburg) [[email protected]]

La literatura argentina en el Boletín Titikaka (Perú, 1927-1929) [www.alvarosarco.blogspot.com, Lima, lunes 11 de agosto de 2014.]

Una de las más curiosas publicaciones tempranas de Borges en el extranjero, es la aparición de su breve texto “Leyenda policial” en Boletín Titikaka 9, Puno (Perú), mayo de 1927, 41-42.1 El texto había aparecido originalmente en el periódico Martín Fierro 38, Buenos Aires, 26 de febrero de 1927, con una dedicatoria a Sergio Piñero, que el Boletín no reprodujo. ¿Qué relación habría tenido Borges por esas fechas con Puno? Probablemente ninguna, a pesar de que en Buenos Aires mantenía trato, aunque conflictivo, con el peruano Alberto Hidalgo (radicado en la ciudad desde 1919) y con algunos poetas que pasaban por la capital argentina, como Mario Chabes en 1926.2 Nada habla en favor de que Borges remitiera personalmente ese texto al Boletín Titikaka. Por el contrario, un indicio permite conjeturar cómo se dieron las cosas: En el número 7 del Boletín, aparecido en marzo de 1927, se nos relata en una peculiar prosa (p. 38; mantengo la grafía original): martin fierro hay tanto espectáculo formidable en este panorama que es “martín fierro” periódico quincenal de arte y crítica escrito con puntos y comas sintaxis irreprochable y suficiente peso mental para que el tozudo hereje no se goce señalando la ignorancia escolar como signo del arte nuevo la cabriola y el visaje como sus realizaciones“martin fierro” representa por hoy periodísticamente en américa el ensayo más conspícuo hacia una estética americana-argentina a través de él no es el pueblo híbrido ni la burra machorra-argentina es el país autóctono cuyos hombres “sienten” la necesidad de expresar la nueva sensibilidad de un mundo desnudo de enmohecidas tradiciones y que sólo recuerda cómo el feto el tibio hedor de la entraña materna-no es una revista de vacua y periodística erudición-es un bravío campo de labor donde se puede apreciar la actividad auténtica y la propia producción de tantos espíritus singulares maravilla de la raza-tres números llegaron a nosotros 36 37 y 38.

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Reedición facsimilar del Boletín, a cargo de Dante Callo Cuno: Arequipa: Centro de Artes Gráficas / EUNSA, 2004. Todas las citas refieren a las páginas de esta edición. Véase el índice de contribuciones al Boletín en Cynthia Vich: Indigenismo de vanguardia en el Perú. Un estudio sobre el “Boletín Titikaka”. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000, 250ss. 2

Véanse mis trabajos “Mario Chabes y Macedonio” y “Bibliografía de y sobre Mario Chabes”: [www.alvarosarco.blogspot.com], Lima, 26-IX-2010. © Carlos García (Hamburg)

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A pesar de que el Boletín ya había traído en su primer número, de agosto de 1926, una carta de Oliverio Girondo a Alejandro Peralta agradeciendo el envío del poemario Ande,3 y sendas reseñas de libros de Alberto Hidalgo en el número de enero de 1927 (p. 29), incluído el Índice de la Nueva Poesía Americana, con prólogo de Borges y de Vicente Huidobro,4 la revista no había vuelto aún su mirada a Argentina; sí, en cambio y a menudo, a Chile, a México y a Uruguay. Ello cambia tras el acuse de recibo de Martín Fierro arriba reproducido. El texto de Borges es el primero de esa nueva serie. También el segundo aporte argentino será suyo: el poema “La noche de San Juan” (publicado originalmente en Proa 1, agosto de 1922 y luego en Fervor de Buenos Aires), en el número de mayo de 1927. Todo sugiere, pues, que el Boletín recibió los ejemplares de Martín Fierro a través de su director y gerente, Evar Méndez. Como para confirmar ese aserto, se reproduce en el Boletín, en la entrega de julio de 1927, un texto de Evar Méndez, titulado “Música prohibida” (p. 54), procedente de su libro El jardín secreto. Buenos Aires: Babel, 1923, 91. En el número de octubre se da cuenta de la muerte de Ricardo Güiraldes (p. 64), en una breve nota firmada “G. Ch.”, es decir, “Gamaliel Churata”, seudónimo de Arturo Peralta Miranda (1897-1969), novelista y poeta peruano. Poco más tarde, en diciembre de 1927 (p. 74) se reseña positivamente la aparición de La musa de la mala pata, de Nicolás Olivari. En abril de 1928 (p. 87), se comenta fervorosamente Aquellarre, de E. González Lanuza (“artista mayor gonzález lanuza verticaliza el grito de avanzada”). Todos esos autores pertenecen al movimiento martinfierrista. En los números de mayo y julio de 1928 se acusa recibo de y se comentan brevemente las revistas argentinas Orientación (de José Eugenio Compiani) y La Gaceta del Sábado (de Sandro Piantanida y R. Palmieri). En el número 24 del Boletín, aparecido en agosto de 1928, se recoge al final un texto titulado “Creo”, de Sixto Martelli. Con él se cierra la primera etapa del Boletín, que reaparecerá en tamaño tabloid a partir de diciembre de 1928. Hay allí algunas colaboraciones de autores argentinos, sin relieve vanguardista: “Elogio de la mujer”, de Martelli, en el número 29, de abril de 1929. Los poemas “Jesús”, de Guillermo Buitrago y “Poema de las tardes que quedaron en el recuerdo”, firmado apenas “M. C.”, en el número 33, de agosto de 1929. Se hallan también breves comentarios sobre revistas argentinas, mayormente de Buenos Aires: sobre Ahora, de Rosario, y Tribuna del Magisterio (Boletín 25, 3

Peralta repartió su libro a muchos autores, tanto de Perú como del extranjero; lo remitió, por ejemplo, también a Ramón Gomez de la Serna en Madrid. Véase mi trabajo “Ramón y Alejandro Peralta (1926): una sorprendente relación y una carta desconocida de Ramón”: BoletínRAMÓN 11, Madrid, diciembre de 2005, 72 (la carta aludida procede igualmente del Boletín Titikaka). 4

Véase mi trabajo “El Índice de Hidalgo (1926)”: Alberto Hidalgo: España no existe (1921). Edición de Carlos García. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2007, 151-183. © Carlos García (Hamburg)

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diciembre de 1928); sobre el número 7 de Cartel, sobre Renovación y La Gaceta del Sur (Boletín 26, enero de 1929); sobre Pulso, de Hidalgo (Boletín 27, febrero de 1929); sobre Áurea, de Martelli (Boletín 28, marzo de 1929); sobre Nativa, de Julio Díaz Usandivaras, y Síntesis, de Martín Noel (Boletín 34, agosto de 1929). Mención especial merece la reseña del libro de César Alfredo Miró Quesada, Cantos del arado y de las hélices: el autor es peruano, pero el libro fue publicado por la Sociedad de Publicaciones El Inca, con la cual estaba asociado Alberto Hidalgo a través de Roberto A. Ortelli.5 De todo lo dicho puede extraerse la siguiente conclusión: descontando las revistas, con las que parece haber surgido un canje autónomo, todos los textos de y sobre autores argentinos aparecidos en el Boletín Titikaka están relacionados directa o indirectamente con Martín Fierro (es decir, con Evar Méndez)6 y con Alberto Hidalgo. No vale la contaria: hasta donde alcanzo a ver, no se menciona al Boletín Titikaka en Martín Fierro, ni a sus principales colaboradores. (Hamburg, 7-VIII-2014) .....

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Véase mi ensayo “Hidalgo y Roberto A. Ortelli: amistad y negocios (1925-1929)”, en Álvaro Sarco, editor: Alberto Hidalgo. El genio del desprecio. Materiales para su estudio. Lima: Talleres tipográficos, 2006, 283-292. 6

Sobre Méndez, véanse mis trabajos “Evar Méndez y el final de Martín Fierro: leyendas y verdades": Esperando a Godot 6, Buenos Aires, agosto de 2005 (reproducido en esta página), y Antologías y meridianos. Guillermo de Torre y Evar Méndez (1925-1929). Madrid: Del Centro Editor, 2013. Con Martín Greco preparé una monografía titulada La ardiente aventura. Cartas y documentos inéditos (1907-1955) de Evar Méndez, director del periódico “Martín Fierro” (en prensa). © Carlos García (Hamburg)

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